2015 - donde prima la luz y la sombra -rosa gomez

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H E B E L Rosa Gómez PROSA POÉTICA DONDE PRIMA LA LUZ Y LA SOMBRA

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Poesia

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  • H E B E L

    Rosa Gmez PROSA POTICA

    DONDE PRIMA LA LUZ Y LA SOMBRA

  • 2

  • 3

    HEBEL Ediciones

    Humus | Poesa

    Rosa Gmez PROSA POTICA

    DONDE PRIMA

    LA LUZ Y LA SOMBRA

  • 4

    DONDE PRIMA LA LUZ Y LA SOMBRA | PROSA POTICA Rosa Gmez, 2015. HEBEL Ediciones Coleccin Humus | Poesa Santiago de Chile, 2015. www.benditapoesia.webs.com

    Qu es HEBEL. Es un sello editorial sin fines de lucro. Trmino hebreo que denota lo efmero, lo vano, lo pasajero, soplo leve que parte veloz. As, este sello quiere ser un gesto de frgil permanencia de las palabras, en ediciones siempre preliminares, que se lanzan por el espacio y tiempo para hacer bien o simplemente para inquietar la vida, que siempre est en permanente devenir, en especial la de este "humus que mira el cielo".

  • 5

    PRELUDIO

  • 6

  • 7

    Y despus de estos das glidos, hoy es un

    da autntico albercano, de esos donde

    prima la luz y la sombra, y la arquitectura

    se define generosa. Entre la luz y las

    sombras se percibe su alma, pues como

    todos sabemos lo esencial es invisible.

    Rosa Gmez, es cocinera de luz y sombra, de colores.

    Como fotgrafa de naturaleza y como retratistas de

    su amada comarca de la Sierra de Francia, tambin

    poetiza.

    En este breve texto se recogen algunos de sus escritos

    ocasionales. Son prosas poticas de gran belleza y

    sencillez escritas al azar, desde la cotidianidad del

    decir lo que deslumbra a los ojos y el corazn.

    Estos textos son un ramillete surgidos el primer semestre

    del ao en curso. Esperamos tener ms, para ver a

    travs de los ojos de su palabra, all donde prima la luz

    y la sombra.

    Luis Cruz-Villalobos

    Santiago de Chile, otoo 2015

  • 8

  • 9

    PROSAS POTICAS

  • 10

  • 11

    De la montaa el horizonte, del da el

    ocaso, de mis pasos el camino que me lleva

    a ti.

    Naturaleza, de tus manos recibo el

    verano y te doy las gracias.

  • 12

    Hay una sirena que se sumerge por m

    en el mar, despus firma con mi nombre

    sobre la arena.

    El efecto perdura hasta que las olas

    pacientes se llevan cada canto, como se

    llevan el suyo, cuando me susurra ven

  • 13

    Se oyen grillos, huele a bosque, es de

    noche en la calle Prados.

    Mientras, un poco ms all del

    camino de hiedra y piedra, junto a la fuente

    fra, la verde hierba se regocija con el fresco

    viento.

    En el silencio slo se escucha el

    susurro de la Sierra, susurros conjugados por

    el mismo cielo, por la misma luna, el mismo

    latir.

    Es de noche en la calle Prados, huele

    a bosque, se oyen grillos.

  • 14

    El viento, protagonista de este Corpus

    Christi, hace lucir con ms bro los ajuares,

    esparciendo las fragancias purificadoras de

    la lavanda, rosas e incienso por cada rincn

    albercano.

  • 15

    El agua recorre generosa los campos

    con este riego de culturas milenarias,

    atravesando incluso parte del pueblo como

    arteria de plata al caer la noche.

    Macu, despus de haber regado su

    tierra y sus frutos, se adentra en camino de

    la montaa, donde sumergir sus manos

    entre limo y sombras para clausurar el pozo

    donde la fuente sagrada vierte sus

    bendiciones de vida.

    Convertida as en gestora nyade,

    con sus branquias bajo el agua, hasta que el

    alba la despierte de su divinidad, fluyendo

    en un estado de eterno retorno entre el

    agua y la tierra.

  • 16

    Se oyen truenos

    Soy y siempre ser de montaas

    azules y tiempos tormentosos.

  • 17

    Me encanta respirar el aire de la

    noche que viene de los bosques de

    castaos y robles que nos rodean.

    De los musgos y nogales.

    Puedes or el agua que atraviesa La

    Puente que se mezcla con tus pasos y el

    latido del corazn.

    Sabe a infancia y misterio.

    El granito, siempre fro.

    Cada noche en La Alberca, es un

    deleite para los sentidos.

    Un tesoro por descubrir.

  • 18

    Entre luz, regalices, sombras y

    gominolas.

    Apacible tarde de domingo en las

    calles albercanas.

    S, ya se saborea el dulce de la

    Primavera.

  • 19

    Maana entre helechos, races,

    musgos, flores, agua, y rocas.

    Escuchando los suspiros de un bosque

    enamorado. Aqu entre la umbra, en el

    camino hacia Edn.

  • 20

    Y si tuvierais que elegir un camino,

    elegid siempre el camino del corazn.

    Es el camino ms atrevido, el del

    coraje. El camino de los valientes. En el

    encontraris la puerta a vuestro mejor ser.

    Estad atentos porque siempre hay

    seales que indican el camino, hasta el duro

    granito te lo recuerda.

  • 21

    Sal esta maana al alba en busca de

    la luz del Valle de Batuecas, y de regreso a

    casa me estaban recibiendo, entre las

    perennes sombras albercanas, estos rayos

    de sol, los mismos que dan nimo, calor y

    aliento a esos pequeos grandes jardines,

    mundos en minscula plenos de vida, que

    nacen entre el granito estos das que ya

    huele a Primavera.

  • 22

    Soando tras la ventana, una dulce

    alma de nia es acunada.

    Nanas de luz, chocolate y leche.

    Todo es silencio tras mis pasos, sobre

    losas de granito.

  • 23

    Menos mal que el camino nos

    bendice con agua fresca que aplaca

    nuestra sed.

    Sigo el camino he compartido con

    vosotros algunos momentos de esta tarde.

  • 24

    Es una verdadera delicia llegar a

    casa justo a l'heure bleue, despus de los

    caminos entre el bosque de robles, ros y

    castaos.

    A la calle mgica que conecta con

    los prados, el camino hacia la montaa.

    La calle donde las piedras cuentan al

    musgo secretos de lluvias y rocos de

    tiempos pasados.

  • 25

    Cunto echo de menos un poco de

    mar, su horizonte infinito y su aroma salado.

    Me conformara con una inspiracin y

    entornar mis ojos una vez ms sobre esa luz.

    Ojal con slo escribir mi nombre en

    la arena apareciera yo all, y sin embargo

    esta maana he sentido las olas sobre m.

  • 26

    Son tantos los silencios que escucho

    en una de mis calles favoritas, la mal

    llamada Calle de Atrs.

    Aqu, sobre el tapiz de musgo, todo es

    un eco callado, y sin embargo donde el

    que pasa da riendas a sus pensamientos, y

    los susurros delatan sentimiento,

  • 27

    Un verdadero placer para los sentidos,

    sentir como la primavera se va acercando.

    En Sotoserrano ya se toca con los

    dedos.

  • 28

    Mientras las campanas taen, la luz

    va abriendo camino entre al granito.

    Quienes habitan el lugar recorren las

    calles ensimismados todava en sus sueos,

    de camino a sus oficios.

    Una vez ms y maana otra. Mientras

    las campanas taen.

  • 29

    Y despus de estos das glidos, hoy

    es un da autntico albercano, de esos

    donde prima la luz y la sombra, y la

    arquitectura se define generosa.

    Entre la luz y las sombras se percibe su

    alma, pues como todos sabemos lo esencial

    es invisible a los ojos.

  • 30

    Zona de juegos, Las Espeitas, escalar

    montaas, cruzar ocanos, mares en

    tormenta, saltar las cascadas ms grandes

    del mundo, navegar a los Mares del Sur,

    llegar a Oriente, conquistar las murallas ms

    escarpadas.

    Aqu todo es posible, incluso volar

    Y todo a cualquier hora, desde la maana

    hasta el serrano.

  • 31

    Al caer la noche, entre calles y

    callejas albercanas, pequeos tesoros dan

    rienda a la imaginacin, de un lugar que

    acompaa a viajar ms all de la realidad.

    Entre suspiros y recuerdos, alguien

    susurra: ya estuviste aqu ya estuviste

    aqu...

    Fantasmas y sombras acechaban

    infancias que corran en piedras de granito

    y eco, labernticas, entre el miedo y el

    placer de saberse a salvo al llegar a la

    plaza.

  • 32

    Sonata de Invierno de la Calle de

    Atrs.

    Notas blancas en clave de sol desde

    balcn pentagramado.

    Allegro maestoso. Concierto en

    directo.

  • 33

    Mientras escribo las crnicas,

    escucho como se va acercando entre la

    ventisca, la Moza de nimas inexorable con

    su esquila.

    Y recorrer las intrincadas calles

    albercanas, haciendo punto y aparte en

    cada esquina con su rezo secular.

    Hoy se escucha en una lejana difusa

    pero real, como se viven los mejores sueos.

  • 34

    Tiempo de soar mientras la nieve

    cae y todo calla.

  • 35

    Tengo el placer de presentar las

    primeras prmulas de los prados.

    Una muy grata y fresca sorpresa esta

    maana, entre la nieve.

    Larga vida para ellas. Ya estn aqu!

    Han llegado!

  • 36

    Acaso hay algo ms bello que una

    nia de abrigo rojo sobre la nieve?

  • 37

    Vengo de la Sierra de Francia de

    jugar con mis montaas azules.

    El ocano es inmenso, hoy tambin

    he jugado con tus olas.

  • 38

    Esta soy yo bajo la lluvia. Me gusta

    estar ah desafiando el fro, sintiendo como

    la lluvia moja mis manos, y mi rostro, hasta

    verlo todo a travs del agua.

    Notar como la tierra se vuelve ms

    mullida, y la niebla va bajando, atravesando

    el bosque hasta llegar a m.

    Me encanta el olor de la tierra

    mojada y el sonido de la lluvia al golpear las

    hojas.

    Lo bueno de la vida se compone de

    pequeos grandes placeres salir al

    bosque en da de lluvia y ser mediadora de

    su luz, cuando los rboles se muestran ms

    bellos.

  • 39

    Escalando hacia la ltima luna del

    ao.

  • 40

  • 41

    PROSLUDIO

  • 42

  • 43

    Yo declaro: Quiero sentir el frescor de

    los bosques de robles sobre mi cara y

    hacerlo mo para siempre jams.

    Los trabajadores de la luz silvestre

    somos maestros del tiempo. Lo utilizamos y lo

    controlamos en dos caminos.

    El tiempo de los das y de los meses

    de las pocas horas de luz en invierno y de las

    largas noches de verano que determinan

    nuestro obrar.

    Pero tambin somos maestros por un

    camino mnimo del tiempo de los segundos

    y sus fracciones ese instante preciso que es

    vital.

  • 44

  • 45

    Rosa Gmez, es un testigo de la Luz y de los

    aconteceres cotidianos en el paisaje singular de la

    comarca de Sierra de Francia en Salamanca, Espaa.

    La Sierra de Francia, tierra telrica, tierra de rabes,

    judos y cristianos. Tierra de fuentes y vrgenes negras, tierra

    de races es el paisaje que constituye el mundo observado

    y fotografiado por Rosa. Diplomada en Turismo, Mster en

    Marketing y Comunicacin, y Licenciada en Filologa

    Hispnica, cursa el doctorado en la Universidad de Utrecht

    y trabaja como docente de Lengua y Literatura en varios

    pases. Aunque inmersa en el mundo de la palabra, siempre

    ha estado vinculada al mundo de la imagen, y es a su

    regreso a Espaa, despus de cruzar mares, valles y

    montaas, cuando siente la necesidad de comenzar

    estudios de Diseo Grfico. Ser capaz de transformar

    realidades en un mundo imaginario, es algo que puede

    llegar a ser embriagador y adems cura la nostalgia. Su

    fotografa es fiel, pero sobre todo consciente de que es una

    visin muy personal de alguien que vivi aqu su infancia,

    que cre aqu su mundo mgico, que adems de jugar,

    exploraba caminos, que lanzaba barcos de papel a un

    arroyo pensando que acabaran en el ocano, sin hacer

    nada por evitarlo.

    Actualmente tiene su propio estudio fotogrfico en La

    Alberca, dedicndose a la fotografa social, corporativa y

    publicitaria. Colabora con varios peridicos y revistas como

    fotoperiodista y ha realizado varias exposiciones, Emotional

    Landscapes, proyecto fotogrfico donde pone en valor los

    recursos etnogrficos y naturales de su comarca.

  • 46

    Si el Alma es la totalidad del espacio y del tiempo, de

    todas las formas de la materia, la energa y el impulso, las

    leyes y constantes fsicas que las gobiernan, el Alma de

    Rosa Gmez es la manifestacin de su energa y

    capacidad creadora, sus fotos toman el derrotero del

    anlisis de las leyes que gobiernan los sentimientos, los

    mundos y los submundos de la cotidianidad y de la

    concepcin artstica.

    Jos Amador Martn Snchez

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    DONDE PRIMA LA LUZ Y LA SOMBRA PROSA POTICA

    Fotgrafa espaola de La Alberca, Sierra de Francia, Salamanca.