(2013) en los pagos del macá tobiano

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6 Aves Argentinas N&C | MARZO 2013 EN LOS PAGOS DEL TOBIANO Un recorrido por la Meseta del Lago Buenos Aires, importante refugio del macá tobiano Quien transita por la ruta 40, al noroeste de la provincia de Santa Cruz, se sorprende con la enorme muralla que se eleva hacia el oeste. Es la Meseta del Lago Buenos Aires (MLBA), una formidable planicie de origen volcánico que tiene una superficie aproximada de 3.000 km 2 . Algo así como seis ciudades de Buenos Aires consecutivas. Allí, entre muchas otras especies de flora y fauna, habita el macá tobiano. Razones de sobra para trabajar con urgencia sobre un plan de protección para esta gigantesca, biodiversa e increíble “mesa natural”. DIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

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D. Punta Hernández, Diego, G. Vittone y MARÍA JOSÉ FIGUERERO TORRES (2013) En los pagos del tobiano. Aves Argentinas N&C 36:6-12.Un recorrido por la Meseta del Lago Buenos Aires, noroeste de la provincia de Santa Cruz, importante refugio del macá tobiano. Quien transita por la ruta 40 se sorprende con la enorme muralla que se eleva hacia el oeste. Es la Meseta del Lago Buenos Aires (MLBA), una formidable planicie de origen volcánico que tiene una superficie aproximada de 3.000 km2. Algo así como seis ciudades de Buenos Aires consecutivas. Allí, entre muchas otras especies de flora y fauna, habita el macá tobiano. Razones de sobra para trabajar con urgencia sobre un plan de protección para esta gigantesca, biodiversa e increíble “mesa natural”.

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EN LOS PAGOS DEL TOBIANO

Un recorrido por la Meseta del Lago Buenos Aires, importante refugio del macá tobiano

Quien transita por la ruta 40, al noroeste de la provincia de Santa Cruz, se sorprende con la enorme muralla que se eleva hacia el oeste. Es la Meseta del Lago Buenos Aires (MLBA), una formidable planicie de origen volcánico que tiene una superficie aproximada de 3.000 km2. Algo así como seis ciudades de Buenos Aires consecutivas. Allí, entre muchas otras especies de flora y fauna, habita el macá tobiano. Razones de sobra para trabajar con urgencia sobre un plan de protección para esta gigantesca, biodiversa e increíble “mesa natural”.

DIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

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Decenas de conos volcánicos emergen por sobre esta enorme planicie. De

colores rojizos y morados, alcanzan su mayor altura cerca del extremo sudoeste de la meseta, donde se eleva el complejo volcánico del Monte Zeballos, con varias cumbres que llegan a los 2.700 msnm y un glaciar que desciende en dirección sureste, el único glaciar extra andino. Una particu-laridad del área es la cercanía al Volcán Hudson, que hizo erupción en agosto de 1991, y dejó cubierta de ceniza a la mese-ta y a gran parte de la provincia de Santa Cruz. Cabe mencionar que el Volcán Hud-

DIEGO PUNTA FERNÁNDEZGUIDO VITTONEMARÍA JOSÉ FIGUERERO TORRES

son se encuentra activo, y que en 2011 en-tró nuevamente en erupción, aunque no arrojó cenizas.

Si bien no existen datos meteorológicos tomados en forma sistemática, las preci-pitaciones oscilan entre 200 y 400 mm al año. La mayor parte de estas precipita-ciones caen en forma de nieve durante el invierno.

La MLBA se encuentra al este del Hielo Patagónico Norte (HPN) y la gran altura del Monte Zeballos intercepta los vientos cargados de humedad provenientes del oeste. El aporte constante de vientos hú-

La Laguna del Sello, la más grande de la Meseta del Lago Buenos Aires, con sus flamencos australes. También brinda refugio a una colonia reproductiva del amenazado macá tobiano: en la foto de la izquierda, los padres con un pichón.

PABLO HERNÁNDEZ

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medos, sumado a la altura, posibilita la existencia de cuerpos de hielo permanentes. La combina-ción dada entre la altura, la cercanía al HPN y la ubicación a la sombra del campo de hielo otorgan a la MLBA características propias de clima andi-no patagónico y de alta montaña.

Temperaturas bajo cero en invierno congelan los espejos de agua, y la acumulación de nieve du-rante  este  período  es  muy  significativa.  La  meseta  se cubre de un “mantel blanco”, que permanece allí  hasta  fines  de  octubre  cuando,  con  la  prima-vera instalada, hace su aparición otro importante protagonista de estos lares: el viento que sopla muy frecuentemente a más de 100 km por hora.Tanto  el  deshielo  como  la  infinidad  de  manan-

tiales alimentados gracias al “efecto esponja” de las rocas volcánicas constituyen un valioso re-curso hídrico. Importantes ríos, como el Ecker, el Pinturas y el río Los Antiguos descienden de la meseta con vertiente tanto hacia el Océano Atlán-tico  como  hacia  el  Pacífico.

La meseta también alberga algunas cuencas ce-rradas: la mayor de ellas es la que alimenta a la Laguna del Sello, ubicada en el centro, que con tan solo 15 km2  de  superficie  es  el  mayor  espejo  de agua del lugar.

MUCHA VIDA EN EL DESIERTOA pesar de su clima adverso, los pagos del macá

tobiano conforman un ambiente biodiverso. La situación de “isla” que caracteriza a la meseta, favorece la presencia de endemismos. Por ejem-plo, aquí se encuentra el chinchillón anaranjado, roedor endémico de la familia de las chinchillas considerado una especie de alto valor de conser-vación para la Administración de Parques Nacio-nales. Además, durante los relevamientos reali-zados en 2011, se descubrió una nueva especie vegetal (Oxalis morronei) y una nueva especie de lagartija (Liolaemus avilae).

Conviven allí reptiles, pumas, zorros grises y colorados, zorrinos, hurones, tuco-tucos, piches y grandes tropillas de guanacos que recorren la meseta durante el verano en busca de pastos tier-nos. Lamentablemente, la presencia de especies

TIERRA DE ESPECIES ENDÉMICAS. La extrema aridez de la meseta es, sin embargo, rica en especies animales y vegetales, algunas endémicas (exclusivas de una zona restringida), como el chinchillón anaranjado.

Vista de la Meseta del Lago Buenos Aires. A la distancia asoma el imponente Cerro San Lorenzo.

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El chorlo cabezón (derecha), la caminera colorada (inferior) y el guanaco

son algunas de las especies presentes en la Meseta del Lago Buenos Aires.

DIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

DIEGO PUNTA FERNÁNDEZDIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

DIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

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Pato cuchara

Flamenco austral Chorlito ceniciento

Playerito rabadilla blanca Cisne cuello negro

SEBASTIÁN PREISZ

LARS PETERSENSILVIA VITALE

SEBASTIÁN PREISZ DIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

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exóticas asilvestradas como las truchas, la liebre europea, tropillas de caballos y el visón america-no, en muchos casos genera severos disturbios y pérdidas irreversibles sobre el conjunto de espe-cies autóctonas.

La meseta es también el hogar de las aves que se alimentan y reproducen especialmente en las lagunas permanentes y en los espejos de agua que se forman a partir de la primavera. Pueden verse allí coscoroba, cisne cuello negro, quetro volador, pato crestón, pato maicero, pato barci-no, pato cuchara, gallareta ligas rojas, flamenco  austral y macá plateado. Algunas aves, como el macá tobiano, recorren cientos de kilómetros para llegar, pero otras viajan más aún, como los pequeños playeros rabadilla blanca y unicolor. Un censo de aves realizado durante 2011 en la Laguna Del Sello indicó la presencia de más de 17.000 individuos.

En las depresiones naturales del terreno y al re-paro de fuertes vientos es posible encontrar gran variedad de aves pequeñas, como la bandurrita común y la patagónica, el jilguero austral, los ca-nasteros, los comesebos y los cabecitas negras. Existen además importantes poblaciones de cón-dor andino.

LA MESETA Y LA GENTE

La Meseta del Lago Buenos Aires, ha tenido desde   siempre   un   significado   especial   para   los  pobladores de la región, ya se trate de los pueblos originarios o de los colonos.

La valoración por parte de los pueblos origi-narios resultó evidente desde el primer viaje ex-ploratorio a la región. En el invierno de 1870 el Cacique Casimiro compartió con el viajero inglés George Musters la narrativa acerca de la “Colina de Dios”, desde cuyas alturas el “Gran Espíritu” dispersó a los animales que había creado en las cavernas. La meseta también es un lugar donde confluyen   actividades   y   aspectos   simbólicos   de  su vida, como ser la caza y preparación de cueros de chulengos para la confección de las mantas te-huelches de alto valor social. La memoria de estas

LAS AVES DE LA LAGUNA DEL SELLO.En esta pequeña laguna -el principal espejo de agua de la meseta- se contabilizaron, durante un censo en 2011, más de 17.000 individuos de aves acuáticas.

Chorlito ceniciento

Don Chicaguara, poblador de la Meseta del Lago Buenos Aires. DIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

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prácticas se materializa en las construcciones rea-lizadas en piedra y los grabados rupestres, que indican una presencia indígena intensa durante los últimos 2.000 años al menos.

Los primeros colonos, llegados a partir del inicio del siglo XX, aprendieron a sobrellevar la inclemencia de la meseta, en muchos casos de la mano de los tehuelches. Compartieron el reto de la caza del chulengo y desarrollaron la habilidad de pastorear las ovejas durante el verano. Este período se complementó con los primeros releva-mientos de los recursos naturales, como el estu-dio  del  botánico  sueco  Sko sberg  en  1908.  

En forma paulatina se establecieron precarios accesos y “puestos” que se adaptaron a las exi-gencias de la economía regional. Pero la caza in-tensiva sumada a la expansión de la ganadería ovina comenzó a producir grandes impactos en el uso del suelo y, en menos de un siglo, el am-biente natural se vió degradado. No obstante, se

han formado agrupaciones locales preocupadas por el estado de los recursos de la meseta y que luchan por preservarlos.

Pese a las importantes transformaciones que sufrió la Meseta del Lago Buenos Aires, todavía subsisten zonas que merecen ser conservadas de-bido a sus características únicas. La existencia de especies  de  flora  y  fauna  endémicas  y  la  presen-cia de colonias reproductivas de macá tobiano requieren un urgente plan de protección. Las me-setas basálticas son un ambiente no representado dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, aunque en particular la MLBA fue declarada Área de Importancia para la Conservación de las Aves en el año 2005, por BirdLife International y Aves Argentinas. Es por eso que resulta absolutamente prioritario implementar acciones directas de con-servación sobre este ambiente, para que los origi-nales pagos del macá tobiano no se transformen en un vago recuerdo.

LA “COLINA DE DIOS”. Desde aquí, según las creencias de los originarios, el Gran Espíritu dispersó a los animales que había creado dentro de las cavernas.

TRANSFORMACIONES. Ya entrado el siglo XX, la Meseta del Lago Buenos Aires sufrió el impacto del pastoreo ovino, la caza intensiva y la introducción de especies exóticas -como el visón y la trucha- que alteraron el frágil ecosistema del lugar.

Uno de los puestos rurales que es posible encontrar en la zona.

Glosario: bandurrita común (Upucerhia dumetaria), bandurrita patagó-nica (Eremobius phoenicurus), caballo (Equus caballus), cabecita negra austral (Carduelis barbata), caminera colorada (Geositta rufipennis), ca-nasteros (Asthenes pyrrholeuca y Asthenes modesta), chinchillón ana-ranjado (Lagidium wolffsohni), chorlito ceniciento (Pluvianellus socialis), chorlo cabezón (Oreopholus ruficollis), cisne cuello negro (Cygnus

melancoryphus), cóndor andino (Vultur gryphus), coscoroba (Cosco-

roba coscoroba), comesebo andino (Phrygilus patagonicus), flamenco austral (Phoencopterus chilensis), gallareta ligas rojas (Fulica armillata), guanaco (Lama guanicoe), lagartija (Liolaemus avilae), hurón (Lyncodon

patagonicus y/o Galictis cuja), jilguero austral (Sicalis lebruni), liebre eu-ropea (Lepus europaeus), macá plateado (Podiceps occipitalis), macá tobiano (Podiceps gallardoi), pato barcino (Anas flavirostris), pato cres-tón (Lophonetta specularioides), pato cuchara (Anas platalea), pato mai-cero (Anas georgica), quetro volador (Tachyeres patachonicus), piche patagónico (Zaedyus pichiy), playerito rabadilla blanca (Calidris fusci-

collis), playerito unicolor (Calidris bairdii), puma (Felis concolor), trucha arcoiris (Oncorhynchus mykiss), tuco-tuco (Ctenomys sp.), visón ame-ricano (Mustela vison), zorrino patagónico (Conepatus humboldti), zorro colorado (Pseudalopex culpaeus), zorro gris (Pseudalopex griseus).

DIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

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En el marco de la conservación de la naturaleza, pocos eventos generan mayor satisfacción que la creación de un parque nacional. Particularmente en nuestro país, cada nueva área protegida con la máxima jerarquia adquiere una importancia trascendental. Estamos a pocos meses de que se concrete la cesión de tierras, mediante la cual el estado santacruceño otorgará jurisdicción al estado nacional para la creación del tan esperado Parque Nacional Patagonia, en el noroeste de esta provincia. Cada logro en esta dirección merece ser celebrado.

La iniciativa tiene diversos antecedentes. En la década del 80´ comenzó a analizarse la importancia que tiene la zona de la Meseta del Lago Buenos Aires en materia científica, además de sus valores culturales y biológicos. El reconocido arqueólogo Carlos Gradín fue uno de los que trabajó extensamente en la meseta y en el río Pinturas. También el guardaparque Andrés Johnson aportó datos sobre aspectos botánicos, herpetológicos y ornitológicos en sus recorridas durante el estudio del macá tobiano, promovido por la Fundación Vida Silvestre. Johnson ya mencionaba la importancia de crear un área protegida en esta emblemática meseta hace más de veinte años.

En el año 2007, un grupo de vecinos de la localidad de Los Antiguos, situada al norte de la meseta y a orillas del inmenso Lago Buenos Aires, presentó cartas ante las autoridades nacionales solicitando declarar parque nacional a toda la cuenca del lago con el fin de proteger los recursos hídricos y valores culturales de la región. A su vez , los técnicos de Parques Nacionales contaban con buena información de base y un interés concreto en esta meseta desde hacía varios años.

Hace ya casi cuatro años que desde Aves Argentinas y Ambiente Sur empezamos a observar con preocupación a las mesetas de altura de Santa Cruz, donde habita el críticamente amenazado macá tobiano y comenzamos a transitar los ásperos senderos patagónicos para encontrar una respuesta a la alarmante disminución poblacional de nuestro zambullidor endémico. Los números encontrados año tras año, comparados

con las estimaciones de los 80´s, encendían una luz de alarma. Las prospecciones realizadas en las mesetas también nos permitieron determinar los sitios en donde el macá aún posee sus poblaciones reproductivas más importantes.

Así, los eventos reproductivos más significativos fueron encontrados justamente en la meseta del Lago Buenos Aires, que hoy alberga cerca del 50% de la población total existente. Esta zona constituye un AICA de singular importancia, tanto para el macá tobiano, como para otras especies de aves exclusivas de los pastizales australes.

Rápidamente comprendimos que el macá tobiano necesitaría de un área protegida que garantizara la protección de un hábitat olvidado y seriamente alterado, y transmitimos la información recogida a las autoridades de Parques Nacionales, quienes se hicieron eco de esta preocupación.

En los últimos dos años la voluntad política del diputado provincial Oscar Sandoval, oriundo de la localidad de Los Antiguos, permitió acceder a la instancia actual, en la que los diversos organismos provinciales dieron su apoyo unánime para presentar un proyecto de ley que hoy cuenta con la aprobación de las comisiones de la legislatura santacruceña.

En esta misma dirección, Aves Argentinas, Ambiente Sur y la Fundación Flora y Fauna Argentina adquirimos una propiedad que alberga ¨El Cervecero¨, una de las lagunas más importantes de nidificación para el macá, descubierta hace pocos años por nuestro equipo. El establecimiento llamado “El Sauco” funciona hoy como una verdadera estación biológica que alberga a nuestros investigadores y voluntarios y que será también parte del futuro Parque Nacional Patagonia ya que su jurisdicción ha sido cedida al estado nacional.

El nuevo parque permitirá dar un paso importante en la conservación del macá tobiano y redundará en enormes beneficios para el desarrollo ecoturístico de la región, que incluye localidades cercanas como Los Antiguos, Bajo Caracoles y Perito Moreno.

Pensar que la tarea está cumplida sería un error, pero tenemos la inmensa satisfacción de haber concretado estos pasos fundamentales. El camino a recorrer es extenso aún, pero las acciones de difusión y extensión emprendidas por nuestras entidades ya han recogido el apoyo de numerosas organizaciones y pobladores locales y de todos los socios y amigos de Aves Argentinas y Ambiente Sur.

Macá tobiano DIEGO PUNTA FERNÁNDEZ

Parque Nacional Patagonia HERNÁN CASAÑAS!, SANTIAGO IMBERTI" y MALENA SRUR#

1Aves Argentinas, 2Ambiente Sur y 3Fundación Flora y Fauna Argentina