2011/02 nº 2133

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2011/02 nº 2133 Fundamentar con solidez la recuperación Pautas para acelerar la salida a la actual crisis La salida de la crisis en las empresas La crisis no ha terminado… Cooperación internacional al desarrollo. Lecciones japonesas para el sector privado español La propiedad en las sociedades humanas – Parte 2 El liberalismo insular de Mario Vargas Llosa Low-cost: del desprecio al amor Un dia en la vida de un millennial

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2011/02 nº 2133

Fundamentar con solidez la recuperación Pautas para acelerar la salida a la actual crisis La salida de la crisis en las empresas

La crisis no ha terminado… Cooperación internacional al desarrollo. Lecciones japonesas para el sector privado español

La propiedad en las sociedades humanas – Parte 2 El liberalismo insular de Mario Vargas Llosa Low-cost: del desprecio al amor

Un dia en la vida de un millennial

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EditorialSumario

resentamos en este número artículos que reflexionan en torno a la cri-sis económica y cómo afecta a España con mayor intensidad que en otras economías europeas. De esta situación económica desfavorable vamos a salir. Lo que hay que procurar es salir en la mejor de las condi-ciones, y aprender de las situaciones y de nuestros propios errores para ser más fuertes, para ser mejores.

Debemos actuar: hay que aplicar reformas de calado que sean, sobre todo, útiles. Parece obvio que la mejor de las reformas, la única válida, es la reforma necesaria, la eficaz. De nada sirven aproximaciones que queden cortas, ni que sea por poco margen, como bien se encarga de explicar en estas páginas el profesor Fernández de Castro con la ana-logía de la viga: la única viga buena para nuestro propósito de sostener el techo es precisamente la que lo sostenga en las mejores condiciones; absolutamente de nada va a servirnos la que sea demasiado corta, ni aunque sólo le falten unos milímetros. Pautas para acelerar la salida de la actual crisis, titula el profesor Fernández de Castro su colaboración con el presente número de la revista de Foment del Treball, y precisa-mente se afana en narrar algunas directrices básicas según él para una salida pronta de la situación actual.

Queremos superar esta mala situación cuanto antes, pero es cierto tam-bién que debemos hacerlo de una manera solvente, sólida. Sobre ello nos habla precisamente el profesor Juan Tugores que, mediante su cola-boración titulada Fundamentar con solidez la recuperación, anima a optimizar el dinamismo emprendedor que, afortunadamente, nuestra sociedad aún atesora y a poner bases firmes para que sea posible gene-rar iniciativas sostenibles, a la altura de las nuevas pautas de demanda.

Foment del Treball ofrece un nuevo número de su revista donde repu-tados expertos exponen claves que nos deben ayudar a pensar nuestra realidad, a tomarle el pulso para entender la capacidad de recuperación de nuestra economía en un contexto irrenunciablemente global. Una ca-pacidad de recuperación que indudablemente va ligada a dos conceptos clave: competitividad y empleo.

P

Directora: Ana AguirreRedacción, Administración y Publicidad: Via Laietana 32-34 Tel. 93 484 12 00 Fax 93 484 12 30Depósito legal: B-3075-1958-ISSN:02012-0607Impresión: ArtyplanMaquetación: Felipe Soriano Llopis

FOMENTO no comparte necesariamente las opiniones expresadas en los artículos a no ser que vayan avaladas por los órganos de gobierno de Fomento

Precio de suscripción anual: 30€

Fundamentar con solidez la recuperación

Juan Tugores Ques 5

Pautas para acelerar la salida a la actual crisis

Juan Fernández de Castro Rivera 9

La salida de la crisis en las empresas

Joaquín Trigo Portela 14

La crisis no ha terminado…

Lorenzo Bernaldo de Quiros 17

Cooperación internacional al desarrollo. Lecciones japonesas para el sector privado español

Núria González Campañá 20

La propiedad en las sociedades humanas – Parte 2

Manuel Joaquim Monteiro de Barros 25

El liberalismo insular de Mario Vargas Llosa

Héctor Ñaupari 32

Low-cost: del desprecio al amor

Carles Casanovas 34

Un dia en la vida de un millennial

Anna Bisart 36

Libros 40

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Foment del Treball Nacional Pàgina 5 - 2011/01 nº 2132 Economía

Fundamentar con solidez la recuperación

Las especificidades de la crisis en España, especialmente el agotamiento de un determinado modelo de crecimiento de alta fragilidad y baja producti-vidad, convierte en especialmente crucial el papel de las iniciativas empren-dedoras, requisito esencial para la salida de la crisis y para fundamentar con solidez la recuperación. El apoyo al clima emprendedor tiene que convertirse en el centro de gravedad de las políticas y estrategias ya que al menos tan grave como las empresas y empleos que desaparecen, son las que, por dife-rentes motivos, no se crean. Una adecuada conceptualización de cuáles son los problemas de competitividad de nuestra economía y de los factores esen-ciales para enmarcar la nueva etapa puede ser útil para evaluar en qué medida estamos caminando, o no, en la dirección correcta.

EspEcificidadEs dE los problEmas dE España

Las fragilidades que, bajo apariencia de prosperidad, condujeron a que la crisis en España sea más dilatada – en tiempo y pro-fundidad – que en otros lugares del mundo, deberían ser un enorme incentivo para tratar de fundamentar con solidez la recuperación. Acentuado, si cabe, por la constatación de cómo en otros lugares se está produciendo el retorno a tasas más deseables de crecimiento con bastante más celeridad y empuje.

Hay muy diversas razones para explicar las especificidades del caso español, que van desde una dependencia excesiva del ahorro y financiación exteriores hasta la degradación de valores y actitudes, pero un papel crucial corresponde, sin duda, a un modelo que con-dujo a asignar recursos a actividades de baja productividad –con bajas cualificaciones en los puestos de trabajo y bajo valor añadido –y

poco orientadas a la competitividad interna-cional, en detrimento de otras opciones. El agotamiento de ese modelo ha conducido a elevados niveles de desempleo y de dificulta-des empresariales.

Una forma de explicitar las especificidades de los problemas de España es apelar a la ti-pología de problemas de competitividad ela-borada por Max Corden. Según este lúcido economista australiano hay tres dimensiones de problemas al respecto. Por un lado, los que denomina problemas sectoriales, derivados de una especialización centrada en productos o actividades de comparativamente bajo va-lor añadido y/o de demanda con menos dina-mismo que la media. Por otra parte, los que se asocian a unas pautas de especialización que se han sesgado en contra de los bienes (y servicios) más orientados a la competen-cia internacional -los denominados traded– como respuesta probablemente a un sistema de incentivos que durante tiempo propició

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Juan Tugores QuesCatedrático de Economía de la Universitat de Barcelona

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Foment del treball nacional Pàgina 6 - 2011/01 nº 2132 Economía

que se percibiesen como más rentables acti-vidades relativamente protegidas de esa com-petencia global –en sectores non traded– a menudo asociado a regulaciones, licencias,

recalificaciones y otras formas de “simbiosis” con po-deres públicos de diverso ámbito.

Claramente, el agotado “modelo español de creci-miento” previo a la crisis encaja con esta descripción. Y como tercer aspec-to de los problemas de competitividad, Corden menciona

los casos en que un país –una sociedad– tiene problemas sistémicos de baja productividad. Por factores que van desde actitudes y valo-res socioculturales (que incluyen valoración del esfuerzo, la actividad emprendedora, la asunción de riegos y creatividad, etc.) hasta deficiencias en los sistema educativos y en las calidades de infraestructuras e instituciones. Que -en nuestro caso- se superpongan los tres tipos de problemas es una combinación letal que explica nuestras específicas mayores dificultades… y la necesidad de un empuje más fuerte y sólido para remontar.

Una implicación importante que a veces parece que, más allá de la retórica, cuesta asu-mir, es que la recuperación no pasa por un “retorno al pasado”, a perpetuar el statu quo previo a la crisis. España tiene un problema no sólo de ciclo económico sino, además, por todo lo apuntado, uno esencial de “reasig-nación”, de reorientación de recursos hacia ámbitos con demanda y competitividad su-ficientes. Dicho en otros términos, el proble-ma no son sólo (ni, con mucha probabilidad, principalmente) los empleos que desapare-cen, sino sobre todo los que no se crean. Y el corolario natural y obvio es que la salida de la crisis y la solidez de la recuperación de-

penden, incluso con más fuerza que en otros países o que en otros momentos de nuestra historia, del dinamismo emprendedor, de la adecuada respuesta de nuestro tejido social al crucial reto de generar las iniciativas a la altu-ra de las nuevas pautas de demanda y compe-tencia, ahora globales. Esta ha sido la tarea de siempre del tejido empresarial y por ello me-rece ahora más atención y apoyo que nunca.

NuEvas fuENtEs dE riquEza: iNiciativas EmprENdEdoras

Es cierto, como ha recordado reciente-mente el profesor del MIT Ricardo Caba-llero, que el análisis de problemas complejos requiere un enfoque “broad range”, de am-plia perspectiva, y no (sólo) los aspectos par-ciales del estilo “¿qué hay de lo mío?”. Pero asimismo, como nos recuerda Dani Rodrik, la táctica de largas enumeraciones de “debe-res pendientes” puede conducir a postergar afrontar los problemas realmente críticos, siendo aconsejable detectar en cada situación cuál es el principal “cuello de botella” o factor limitativo del crecimiento que prioritaria-mente debe desbloquearse y superarse.

En mi opinión, el punto clave para la sali-da de la crisis, en línea con el análisis anterior, es la generación de nuevas actividades, en la reasignación de recursos hacia actividades con sentido de futuro. Y para ello el punto esencial es crear el clima que abone la inicia-tiva emprendedora, el potencial del conjunto de la sociedad para movilizar ideas, inquie-tudes, dinamismo y talento. Pese a muchas cosas, sigue siendo cierto, en mi opinión, que un activo principal de nuestra economía y nuestra sociedad es el potencial de una masa crítica importante del tejido empresarial con capacidad y empuje, a poco que se propicie un más adecuado marco económico, legal y sociocultural. Ello tiene muchas vertientes de las que querría destacar algunas:

Por un lado las que derivan de reabrir de forma significativa el acceso al crédito. El sis-

El problema no son sólo los empleos que desaparecen, sino sobre todo los que no se crean. Y el corolario natural y obvio es que la salida de la crisis y la so-lidez de la recuperación depen-den, incluso con más fuerza que en otros países o que en otros momentos de nuestra historia, del dinamismo emprendedor, de la adecuada respuesta de nuestro tejido social

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El punto clave para la salida de la crisis, en línea con el análisis anterior, es la generación de nuevas actividades, en la rea-signación de recursos hacia ac-tividades con sentido de futuro. Y para ello el punto esencial es crear el clima que abone la ini-ciativa emprendedora, el poten-cial del conjunto de la sociedad para movilizar ideas, inquietu-des, dinamismo y talento

tema financiero tiene como razón de ser la captación del ahorro y su eficiente canaliza-ción a la inversión productiva. Y los errores cometidos en el pasado de canalizar el ahorro (en buena medida exterior, ante la reducción del doméstico) hacia inversiones de mejo-rable productividad (seamos políticamente correctos) no deben verse agravados ahora por el bloqueo del crédito a proyectos con razonables dosis de productividad, sin que las evidentes dificultades de algunas entidades fi-nancieras sean la omnipresente coartada para prolongar ese lastre para la reactivación del tejido empresarial, especialmente de mediana y pequeña empresa.

Por otra parte, la orientación hacia la com-petencia global es un señalizador, a la que vez que un filtro, del tipo de actividades y pro-yectos especialmente valiosos. A los tradicio-nales conceptos de valor añadido y calidad (convertida hoy en un pre-requisito y no en un objetivo a medio plazo) se le superponen otras consideraciones como una presencia más activa en las redes globales de produc-ción y una apuesta por tareas y productos (bienes y, de forma creciente, servicios) de di-ferenciación. En los posicionamientos com-petitivos de algunos territorios como Suiza, Austria, Dinamarca o Baviera hay ejemplos a tener en cuenta de forma interesante.

Y, asimismo, hay que tener en cuenta que para un tejido empresarial mayoritariamente de mediana y pequeña empresa, hay especifi-cidades que requieren atención. Los costes de acceder a mercados “distintos y distantes” son proporcionalmente mayores para esas empre-sas, lo que contribuye a explicar por qué se sitúa sólo en el entorno del 2% el porcentaje de las exportaciones españolas hacia China. Propiciar un aumento sustancial de la ya es-timable porción de nuestro tejido empresa-rial que encaja en los parámetros de lo que en algunos de los territorios mencionados en el párrafo anterior se denominan los hidden champions – los “campeones escondidos u ocultos”, en parte una alternativa, en parte un complemento a los más conocidos y me-

diáticos national champions – con una sólida presencia en los mercados globales (por la vía de exportaciones, inversiones, contratos en redes globales de producción y otras múlti-ples vías que permiten las nuevas realidades) requiere un marco, unas políticas y un clima que, por otra parte, abren (más) vías de coo-peración público-privada que debería ocupar un papel más alto en las prioridades.

uNa trilogía dE factorEs Estratégicos

Además de las esenciales actuaciones cen-tradas en favorecer el dinamismo emprende-dor, conviene tener presentes algunas leccio-nes que deberíamos haber aprendido de los errores que nos condujeron a la crisis y que es crucial reorientar sustancialmente. En mi opinión hay tres dimensiones que merecen especial atención referidas al ahorro, a la pro-ductividad y a la calidad institucional.

ahorro

Hoy parece claro que habernos hecho ex-cesivamente dependientes del ahorro exterior en los años anteriores a la crisis -junto al dato, obviamente, de ha-berlo canalizado hacia actividades de productividad más que mejorable- es uno de los factores explicativos de la configuración de la crisis en España. Hemos ocupado en los últimos años el segundo lugar, tras Estados Unidos, en el ranking de países con “necesidad de financiación exterior” en términos absolutos (aunque con los datos de abril de 2011 Es-paña ha pasado a “sólo” el tercer lugar, tras Italia). La insuficiencia del ahorro nacional

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La insuficiencia del ahorro na-cional no es sólo un tema eco-nómico, sino reflejo de cómo iban modulándose las actitudes y los valores de la sociedad. El ahorro refleja actitudes frente al esfuerzo y la austeridad, capa-cidad de previsión, responsabili-dad con el futuro. La insuficien-cia del ahorro nacional era pues la contrapartida de deficiencias en esos cruciales ítems

no es sólo un tema económico, sino reflejo de cómo iban modulándose las actitudes y los valores de la sociedad. El ahorro refleja actitudes frente al esfuerzo y la austeridad, capacidad de previsión, responsabilidad con el futuro. La insuficiencia del ahorro nacional era pues la contrapartida de deficiencias en esos cruciales ítems. Por eso, más allá de la keynesiana “paradoja de la austeridad”, la re-cuperación sólo será sólida si incluye cambios sustanciales en la actitud frente al ahorro y los valores que le subyacen.

productividad

Pero asimismo es preciso insistir en el papel de la productividad. A medio y largo plazo es el determinante fundamental del ni-vel de vida de una sociedad. Haber ignorado esto nos condujo a que en la década anterior a la crisis nos dejásemos deslumbrar en Es-paña por un modelo que convergía con la media de la zona euro en PIB per capita pero al mismo tiempo ignoraba los datos que mostraban una inequívoca divergencia en productividad, alejándonos de la media de

la unión monetaria europea. Ahora que hemos visto el cos-te que ello conlleva debe(ría)mos tener claro el papel de generar incentivos a asignar recursos hacia actividades de mejor productivi-dad (en el sentido amplio del término que incluye desde tecnología hasta creatividad, desde

reducciones de costes hasta encajar, antici-parse incluso, a las muy cambiantes deman-das de los nuevos consumidores globales), potenciar las iniciativas al respecto, muy a menudo potencialmente de medianas y pe-queñas empresas. Y, por supuesto, recordar

al sistema financiero que no puede volver a incumplir su función esencial de filtrar la ca-lidad real, productiva, de los proyectos a los que debe prestar apoyo.

calidad iNstitucioNal

El análisis económico moderno reconoce cada vez más el papel de factores asociados a la calidad de las instituciones. Constituyen, por ejemplo, el “pilar 1” de los que integran los índices de competitividad global que ela-bora World Economic Forum. Pueden des-tacarse dos dimensiones cruciales de las insti-tuciones. Una de ellas está a la orden del día, y hace referencia a “resolver conflictos dis-tributivos”, ahora centrados en el reparto de los costes de ajustes y recortes, que se añaden a los que ya han generado el desempleo y las dificultades y cierres de empresas. Natural-mente una razonable equidad al respecto es esencial para hacer creíbles los llamamientos a “remar todos en la misma dirección”. Pero la otra dimensión relevante de las institucio-nes es proporcionar los incentivos adecua-dos, para facilitar la asignación de recursos hacia las actividades con más valor, con más futuro. Este ítem falló clamorosamente en el “modelo de crecimiento” anterior a la crisis, en que factores como los diferenciales de in-flación (equivalentes a una sobrevaloración del tipo de cambio real y por tanto a un dete-rioro de competividad) y el sesgo del crédito del sistema financiero hacia actividades non traded de bajo valor añadido, convirtieron en heroicos los comportamientos empre-sariales orientados a la competencia global que, pese a todo, mantuvieron un nivel que ahora es absolutamente prioritario respaldar. Las instituciones y, por extensión, el clima sociocultural del conjunto del país, tienen pues en la actualidad mucho que hacer en esas dos dimensiones, tanto en la primera (costes de los ajustes) que está dominando la agenda sociopolítica como en la segunda de (re)generar los incentivos, especialmente a favor del dinamismo emprendedor.

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El análisis a la crisis actual conduce a pensar en que lo mejor es confiar en la dinámica de los mercados. Se considera especialmente relevante la actua-ción de las comunidades autónomas y el mercado de trabajo.

Pautas para acelerar la salida a la actual crisis

iNtroduccióN

La crisis está instalada entre nosotros y no parece que se vaya a salir de ella a corto pla-zo. Para que se redujese la actual tasa de paro la economía debería crecer, como mínimo, a una tasa del 2 % muy alejada de la que se experimenta actualmente. La consecuencia es la elevada tasa de desempleo de la econo-mía española sin parangón en el ámbito de nuestros socios europeos.

Por ello, aunque el discurso oficial ha-bla siempre de la crisis como un fenómeno general de una única tipología que afecta a todas las economías, en el caso español hay ciertas debilidades y peculiaridades propias que nos impiden estar en una situación se-mejante a la de las economías de nuestro entorno. Alemania, por ejemplo ha dejado atrás lo peor volviendo a la senda del creci-miento mientras que aquí, agostados tantos brotes verdes imaginarios, comienza a verse cierta luz al final del túnel. El turismo y las exportaciones mantienen el tipo pero queda

todavía un largo camino por recorrer debido a la atonía de la demanda privada interna y el imperativo de reducir el déficit publico.

A corto y medio plazo no se puede espe-rar que ese estado de cosas revierta su ten-dencia. La reducción de la riqueza debida a la caída del precio de los activos financieros e inmobiliarios, el gran endeudamiento de las economías familiares, la falta de crédito, el resurgir de la inflación, la desconfianza y miedo a lo que pueda traer el futuro, el pro-pio aumento del paro junto a que los des-empleados de mayor duración han dejado de tener derecho a los subsidios y un largo etcétera que todos conocemos a la perfec-ción se alían para hacer muy difícil el op-timismo. A mayor abundamiento, la receta convencional que se puede encontrar en cualquier manual introductorio de econo-mía de aumentar el gasto público para com-pensar las deficiencias de la demanda del sector privado, esta excluido aunque sólo sea por la necesidad de contener el déficit publico.

Juan Fernández de Castro RiveraFacultad de Económicas – UB

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En estas circunstancias, es francamente di-fícil empezar a elaborar un “vademécum” que nos diga que hay que hacer ante cada uno de esos problemas específicos que inciden en la economía española. Determinadas medidas coyunturales podrían haber sido efectivas pero se perdió un tiempo precioso hasta que el Gobierno fue consciente de la gravedad de la situación y decidió enfrentarse a la reali-dad. Sin embargo, ese retraso no es la cues-tión principal. El problema radica, en último término, en que las medidas que se tendrían que haber adoptado son las denominadas po-líticas de oferta para incrementar la produc-tividad, la competitividad de las empresas y la introducción de innovaciones en el sistema económico. Estas medidas son muy efectivas pero transcurre un gran lapso temporal des-de que se emprenden -aumentar y mejorar el stock de capital humano, reforma del sistema productivo, etc.- hasta que comiencen a apa-recer sus efectos.

En otras palabras, hace mucho tiempo que se tendrían que haber sentado las bases para modificar y modernizar el sistema produc-tivo español minimizando así la duración y efectos de la crisis. En ausencia de las mis-mas, si al final se supera será a costa de mas sufrimientos de los estrictamente necesarios

y pagando sus con-secuencias durante más tiempo.

Por último, tam-poco es tranquili-zadora la declara-ción del presidente del gobierno en el Congreso sobre que su cambio de opi-nión se debió a las

circunstancias por las que atravesaba la eco-nomía española y no por convicción. Difícil-mente hay buen viento si no se sabe a dónde se va y ante la certeza de que el presidente no se encuentra solo en sus convicciones. No está de más recordar la existencia de una serie de principios básicos que hay que respetar y

lo que sigue se limita simplemente a recordar algunas de esas líneas maestras.

primacía dE los mErcados

Una controversia que surge en cada ge-neración es la dialéctica mercados versus intervenciones gubernamentales. No podía ocurrir de otra manera en el contexto de la actual crisis y algunos políticos (Sarkozy, Zapatero, etc.) desde el primer momento encontraron que los “culpables” eran los mercados y propusieron “reformular” el ca-pitalismo regulando más eficazmente el fun-cionamiento de la economía.

Sin embargo, ¿es necesario reformular el capitalismo? Como dicen los norteamerica-nos hay que tener cuidado que al vaciar la bañera no se os vaya el niño por el desagüe y, desde la perspectiva de la eficiencia econó-mica, difícilmente se lograría encontrar un sistema superior. Marx y Engels, a los que difícilmente se les puede acusar de sicofantes del capitalismo, en el Manifiesto comunista señalaban que la burguesía había creado unas fuerzas productivas más variadas y colosales que todas las generaciones pasadas tomadas en conjunto y, mucho más importante, ésta no existiría si no fuese porque revoluciona incesantemente los instrumentos de trabajo, todas las relaciones sociales.

El capitalismo, por tanto, no sólo es ca-paz de despertar el ingente potencial pro-ductivo de una sociedad. En adición, lo renueva constantemente por medio de un proceso de destrucción creadora promovien-do saltos cualitativos y cambios posteriores. Como dijo el gran apóstol de la innovación J.A. Schumpeter, un ferrocarril no es lo mis-mo que 100 diligencias una detrás de otra. Como es obvio, los cambios económicos y sociales permitidos por el ferrocarril serian inimaginables si solo se hubiera ampliado cuantitativamente el número de diligencias.

¿Nos podemos permitir el lujo de ignorar esa realidad, poner trabas a ese potencial y no digamos suplantarlo? Cualquier solución

Cualquier solución a la crisis pasa por profundizar en las virtudes del capitalismo, even-tualmente corregir sus defectos y confiar en el mecanismo del mercado en vez de esperar pa-sivamente a que la solución la proporcione el Estado

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a la crisis pasa por profundizar en las virtu-des del capitalismo, eventualmente corregir sus defectos y confiar en el mecanismo del mercado en vez de esperar pasivamente a que la solución la proporcione el Estado.

Sin embargo, no todos comparten esa opinión. Muchos medios de comunicación han lanzado el mensaje que el origen de la actual crisis se encuentra en unos mercados desregulados o liberalizados hasta tal grado que la codicia individual ha podido materia-lizarse sin ningún freno. Si esto fuera verdad, seria ciertamente desafortunado volver a confiar ciegamente en los mercados y no se-ria aconsejable fomentar y potenciar su rol.

Sin embargo, ¿no podría ser cierto justo lo contrario? Los individuos reaccionan ante los incentivos y si las regulaciones existentes son malas, insuficientes, o contradictorias los responsables de lo que está pasando se-rían los reguladores al haber efectuado mal su trabajo. En tal caso, hay que tener cui-dado en que determinadas intervenciones del Estado en la economía no sean las que provoquen un resultado indeseable1.

Esa dicotomía tan radical es falsa. La razón es que un mercado “libre” nunca ha existido: es una entelequia. Es decir, es falso el antagonismo entre un mercado perverso cuando no esta sujeto a ninguna restricción, por un lado, frente a otro totalmente fiscali-zado y, en consecuencia, regulado y observa-do con lupa por el Estado para impedir que se salga de madre. Es decir, antes de que un mercado aparezca y se desarrolle, la sociedad debe haber alcanzado un consenso acerca de que conductas son aceptables y que actua-ciones son licitas o ilícitas. Ni son legales los mercados de drogas, pongamos por caso, ni se permite que si los individuos compiten entre sí se recurra a raptar a sus competi-dores o se decidiera eliminarlos físicamen-te. Por tanto, el interés propio individual se encauza y transcurre dentro de un sistema

de normas tanto explícitas como implícitas.En otras palabras, en toda sociedad existe

lo que se denominan derechos de propiedad: un conjunto de normas, costumbres, con-venciones sociales y leyes que contri-buyen a definir los modos de apro-piabilidad, formas de utilización y las reglas de intercam-bio de los bienes y recursos. Constitu-yen unas auténticas “reglas de juego” que, al definir y limitar el conjunto de elección y las alternativas, permiten a los individuos sa-ber con anticipación lo que razonablemente pueden esperar de sus relaciones con los de-más.

Por lo tanto, el Estado es un elemento esencial para elaborar esas reglas de juego debiendo, en adición, reforzar los derechos de propiedad para evitar que se conviertan en mero papel mojado. Es decir, imponer sanciones a aquellos que los vulneren ha-ciendo que tenga más ventajas el respetar-los. Sin ninguna duda, es más importante ese papel que no buscar suplantar al propio mercado encargándose de asignar directa-mente los recursos de la sociedad.

rEducir gasto público

Entre que los recursos los asignen los mercado o el Estado hay una presunción a favor de los primeros. El mercado junto con la institución de la propiedad privada proporcionan los incentivos para alcanzar la máxima eficiencia. Al reconocer la socie-dad al propietario de un recurso la libertad de decisión sobre su utilización y el poder apropiarse de los resultados de sus esfuer-zos se generan los incentivos para que actúe eficientemente. Pero, además, el libre inter-

1 En este contexto, aaquellos que han visto la excelente película Inside Job no estarán en desacuerdo visto el papel que jugaron los reguladores en

relación a la denominada hipotecas subprime

El Estado es un elemento esen-cial para elaborar esas reglas de juego debiendo, en adición, reforzar los derechos de propie-dad para evitar que se convier-tan en mero papel mojado

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cambio en los términos que convengan las partes permite que los recursos vayan a ma-nos de aquellos que potencialmente puedan obtener un mayor provecho de los mismos.

Si, por el contrario, dejamos los recursos a discrecionalidad del Estado la eficiencia no esta garantizada ni mucho menos. Se cae de algún modo en la célebre “tragedia de lo común” de Hardin: lo que es de todos no es de nadie . Un funcionario y/o un político ni tienen que pagar de su bolsillo los gas-tos que propone ni se puede apropiar de las mejoras que consiga. No es de extrañar, en estas circunstancias, que el gasto publico se lleve mas allá del que es estrictamente ne-cesario2. Desgraciadamente hay suficientes ejemplos donde elegir. En el caso español, por ejemplo, cada Comunidad autónoma – salvo Cantabria- tiene como mínimo, una cadena pública de TV. Algo similar se puede decir, por citar otro caso concreto, en rela-ción a los aeropuertos en donde en algunos casos (Huesca, Castellón de la Plana, Ciu-dad Real) su racionalidad es nula.

Por ello, una implicación inmediata es buscar potenciar el sector privado de la economía. La lista de medidas en esta dirección es amplia y hay un amplio ca-mino que recorrer en el caso español. Entre otros, armo-nizar la legislación de las distintas co-munidades autó-nomas que ponen en peligro la uni-dad de mercado y

alteran artificialmente los incentivos de lo-calización de las empresas. Asimismo, si se sigue considerando que lo importante es el

nivel de gasto y no cómo se gasta o quién lo hace, se puede llegar a la aberración de que las Administraciones publicas no sólo sigan siendo morosas sino que incumplan los pla-zos que se autoimpusieron para pagar a sus proveedores. La morosidad ha conseguido que muchas empresas del sector privado se hayan visto abocadas al cierre incrementan-do el número de desempleados y, me temo, llevando a más morosidad.

Pero, sin duda, lo mejor sería racionalizar el gasto y eliminar el gasto público inútil e innecesario y, en general, dejar de realizar actividades que las puede realizar el sector privado acompañando estas medidas con una reducción de impuestos, ampliando el ámbito de actuación de la iniciativa priva-da. En su defecto, en aquellas actividades en las que lo anterior es imposible tal como la sanidad publica, se conseguiría una mayor eficiencia acostumbrando a los usuarios a ponderar los costes y beneficios de su utili-zación incentivando un uso más racional. Es decir, el copago sanitario.

dos mErcados coNcrEtos: El fiNaNciEro y El dE trabajo

Las propuestas de mayor calado dirigidas a cambiar la realidad se han centrado en dos de los mercados que sin duda constituyen ejemplos paradigmáticos de mercados muy regulados: el laboral y financiero. Por lo que se refiere al mercado financiero, sólo indi-car que su elevada exposición con el sector inmobiliario, y en la medida que los activos inmobiliarios se sigan deteriorando, gene-ra desconfianza sobre la cuantía real de sus pérdidas y la necesidad de recapitalización necesaria para asegurar su solvencia. La consecuencia es la imposibilidad de que el sector inmobiliario se recupere y el raciona-

2 Hay un volumen de gasto publico que es necesario. Por ejemplo, hay determinados bienes y servicios que al no tener sentido impedir su disfrute (

exclusión) no se les asigna un precio y el sector privado, por tanto, no los proporciona o los hace en una cuantía en una cantidad optima. Son los bienes

públicos como la defensa nacional.

Hace mucho tiempo que se tendrían que haber sentado las bases para modificar y mo-dernizar el sistema productivo español minimizando así la duración y efectos de la crisis. En ausencia de las mismas, si al final se supera será a costa de mas sufrimientos de los estric-tamente necesarios y pagando sus consecuencias durante más tiempo

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miento acusado de crédito que sufre nuestra economía. Las reformas emprendidas son insuficientes y sería bienvenida una mayor trasparencia informativa y rapidez en el pro-ceso emprendido para restaurar la confianza perdida.

Por lo que respecta al mercado de traba-jo la reforma, a pesar de su larga gestación, solo se puede calificar como tímida e in-completa y de poco efectiva si se considera que no ha impedido que el paro siguiera incrementándose. El objetivo inicial de la reforma era aumentar el número de traba-jadores con contratos indefinidos reducién-dose la indemnización que debían pagar las empresas por despido objetivo a 33 días por año trabajado. Sin embargo, no se puede decir que haya sido un incentivo suficiente. El porcentaje de contratos indefinidos prác-ticamente no ha variado respecto al existen-te antes de la reforma.

Quizás las cosas cambien cuando todos los aspectos de la reforma aprobada entren en vigor facilitando una rápida adaptación de las empresas a los cambios en el entorno. Todavía duerme en el sueño de los justos el reglamento que regule las condiciones en las que la indemnización pasa a 20 días en caso de que la empresa haya entrado en pérdidas o se hayan reducido considerable-mente sus beneficios.

Sin embargo, mucho me temo que su in-cidencia sea limitada aún reconociendo que el coste del despido juega un papel impor-tante si se quiere incentivar el aumento del empleo. El empleo aumentaría, sin duda, si la reforma fuese más allá de lo conseguido e incidiera en el propio proceso de negocia-ción colectiva ya que el actual sistema tiene dos características fundamentales que no contribuyen a que el empleo aumente. Por un lado, pactar únicamente el salario y, por otro, estar excesivamente centralizado.

Como es lógico, al priorizar el salario los sindicatos se centran únicamente en sus votantes, los asalariados que actualmente están trabajando con contrato fijo olvidán-

dose del resto de trabajadores con empleos precarios, contratos temporales o desem-pleados. O cerrando los ojos ante los prejui-cios que ocasionan. Si en economía sube el precio de un bien la cantidad deman-dada disminuye. Si sólo se opta por pactar las subidas salariales el empleo se resentirá. Por ello, el objeto de la negociación debe-ría incidir tanto en el salario como el empleo, pudiéndo-se llegar a acuerdos determinando el número de empleados que las empresas se comprometen a mantener a cambio de contrapartidas en materia salarial

Obviamente lo comentado en el párrafo anterior no tiene sentido si las negociacio-nes colectivas se efectúan a nivel agregado afectando a todo un sector. Para que el em-pleo pueda ser objeto de discusión las ne-gociaciones se deberían hacer mucho mas descentralizadamente pudiendo llegar, en el límite, a tratar con cada empresa individual. Aunque sólo de este modo se tendrían en cuenta realmente las circunstancias objeti-vas de cada empresa desapareciendo gran parte de las rigideces del actual sistema.

coNclusióN

Algunas de las medidas propuestas si no se han adoptado hasta el momento proba-blemente no se adoptarán nunca. Pero si necesito una viga para mantener un techo, o tiene la longitud adecuada o es irrelevan-te que no sirva porque le falta 1 centímetro o medio metro. No estaré necesariamente mejor si no coloco la viga de la longitud adecuada del mismo modo que no estaré mejor si las reformas son parciales inade-cuadas o timoratas. La OCDE estaría de acuerdo.

Al priorizar el salario los sindi-catos se centran únicamente en sus votantes, los asalariados que actualmente están traba-jando con contrato fijo olvidán-dose del resto de trabajadores con empleos precarios, contra-tos temporales o desemplea-dos. O cerrando los ojos ante los prejuicios que ocasionan

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Cuando el suelo se mueve y el horizonte es inescrutable es fácil dejarse llevar por el temor y rendirse ante las circunstancias adversas. Quedarse en donde se está, no hacer nada y cerrar los ojos suele ser la peor decisión. Otras actitudes, a su vez no exentas de riesgo, son preferibles y dejan abiertas varias vías de conducta que se pueden transitar con menor o peor fortuna y que tienen en común el cambio de estrategia.

La salida de la crisis en las empresas

La opción más sencilla es la de vender o regalar la empresa. La venta es más difí-cil que en una situación normal y el precio depende de muchos vectores tales como, la calidad de los productos, el balance y la cuenta de explotación, la imagen y la repu-tación de la entidad etc. Estas condiciones pueden potenciarse si se encuentra otra en-tidad similar con una línea de productos –o servicios- complementarios de los propios que, caso de fusión, permitirían dar mejor cobertura a los clientes, reducir costes de aprovisionamiento y producción. La posibi-lidad de traspasar la titularidad sin percibir contrapartidas es, obviamente, menos atrac-tiva, pero, si los titulares se ven sin ánimo para afrontar una situación complicada y no tienen sucesión o no perciben expectativas de mejora ni tienen la edad apropiada, la ce-sión permite mantener puestos de trabajo, evita pagos por despido y libera del riesgo de pérdida de capital y de los sinsabores co-tidianos. Si estas opciones fallan siempre es

preferible traspasar los activos al personal o al gerente –si lo hay- o proceder a un cierre ordenado, antes que pasar por un purgatorio sin expectativas.

Muchas empresas españolas están ahoga-das por el doble peso de la falta de crédito y la morosidad. La ausencia del primero lleva a la segunda y ésta a la falta del primero, ya que las entidades financieras no prestan a quienes tienen dificultades de cobro. Si se descarta la posibilidad de obtener nuevo ca-pital o préstamo en los medios habituales se impone buscarlo en los cauces en los que aún puede encontrarse o buscar una asociación o absorción, como mal menor. Se trata de ti-rar la toalla, pero manteniendo producción y empleo antes de llegar al k.o. o tener que recurrir a llevar a la irregularidad una parte o toda la actividad. En circunstancias como esta, o como las del párrafo anterior cabe re-currir a alguno de los asesores que median en la venta, fusión y absorción de empresas. Por otra parte se puede encontrar un socio

Joaquín Trigo PortelaEconomista

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capitalista que aporte lo que la banca no está en condiciones de facilitar, pero que algunas empresas de capital riesgo pueden aportar, sea como préstamo o como crédito partici-pativo, siempre que la empresa demandante tenga un plan adecuado.

Si se ha decidido conscientemente man-tener el tipo y enfrentar los problemas en presencia, junto a los que acechan, se im-pone una economía de guerra, que implica mantener los recursos disponibles, buscando el abaratamiento de todo tipo de suminis-tros y otros costes, al tiempo que se tensan los esfuerzos por consolidar los mercados habituales y abrir otros nuevos, conside-rando como interesantes a los que se veían de poco calado o a los más encumbrados y lejanos. Asimismo se sondean otros canales de venta que pudieran ser útiles, se busca presencia en medios de comunicación, en asociaciones y en cualquier foro en que se pueda participar.

En las difíciles circunstancias que ca-racterizan una crisis el ingenio se hace más fino, se agudiza la atención a lo que dicen los clientes, se arriesga por la innovación que mejora las prestaciones y/o que reduce el coste de producción y uso, se encuentran aplicaciones de los productos y conocimien-tos disponibles. A título de ejemplos se pue-den mencionar logros como traer turistas procedentes de Japón y China, de Rusia y de Grecia … con los que se ocuparon las plazas vacían durante las temporadas bajas.

La constancia, el esfuerzo y el valor de encarar un entorno que parece hostil, tienen dos salidas. La fatídica (Dios no lo quiera) que, de todos modos se presentaría y la se-gunda, la resistencia, con la que al menos, se sobrevive más tiempo. Con la segunda se aprenden formas de capear las circunstan-cias y se encuentran tanto hándicaps como hallazgos inesperados, por ejemplo, el mer-cado abandonado por los competidores que cerraron dejan sin suministro a sus clientes. Otro enfoque lleva a intentar acciones que en circunstancias normales ni siquiera se

consideran, por ejemplo, las alianzas con los competidores.

Buena parte de lo que se puede conseguir con la competencia también es accesible con la colaboración (Marshall dixit). Hay pedidos que se de-ben rechazar por incapacidad física de fabricar lo que se pide, pero que se podrían cubrir si otra, u otras empre-sas, debidamente capacitadas y cono-cidas, hicieran par-te de la producción contratada. Esto es habitual en Corea pero raro en Es-paña, aunque hay ejemplos importan-tes que demuestran la posibilidad de hacerlo. Así, los carroceros de Arbucias, donde hay empresas centena-rias, llegaron a un acuerdo de colaboración en 2010. En Onteniente los fabricantes de ropa de hogar están asociados y comparten actividades de compras de energía, de for-mación y otras. Otra opción, válida, aunque algo más complicada, consiste en acordar con un competidor con el que no hay mu-cho solape territorial, tanto en el mercado interior como el exterior, la renuncia mutua a la producción de las líneas a y b en el caso de la empresa X y las c y d en el de la empre-sa Z, de modo que en el mercado cada una tiene un muestrario completo con una pro-ducción incrementada que abarata el coste por pieza. Una iniciativa de esta naturaleza allana el camino hacia una eventual fusión, si se desea, pero en caso contrario permite a ambas volver a su prístina individualidad.

La empresa debe seguir a sus clientes adaptándose a sus circunstancias. Si los in-gresos bajan también los precios deben se-guirles, pero el cache de la empresa ha de mantenerse. Los restaurantes comenzaron

La posibilidad de traspasar la titularidad sin percibir contra-partidas es, obviamente, menos atractiva, pero, si los titulares se ven sin ánimo para afrontar una situación complicada y no tienen sucesión o no perciben expectativas de mejora ni tienen la edad apropiada, la cesión permite mantener puestos de trabajo, evita pagos por despido y libera del riesgo de pérdida de capital y de los sinsabores cotidianos

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en 2009 a poner dos columnas en la parte de precios de las cartas, donde en los pla-tos sensibles había ración y medias raciones. Se empezaron a incluir en las listas de vinos botellas de medio litro y servicio por copas, que eran opciones habituales en los EE. UU. pero inexistentes en España. Se facilitaba a los clientes que lo desean llevar su propio vino cuando no está en la carta, y se cobra el descorche, que incluye copas, cubeta, hie-lo y lo que fuere necesario. Algunos que no tenían menú del día lo introdujeron, otros añadieron un menú infantil.

Las empresas más técnicas han dado pa-sos adelante para conseguir ventajas palpa-bles. Las tradicionales han buscado la moda o, mejor, se han adelantado asumiendo la gloria de acertar o el riesgo de pasar desaper-cibidas. Muchas se decidieron a vender en el

extranjero, especialmente buscando los paí-ses de mayor ritmo de crecimiento o los de mayor nivel de renta aplicando el aforismo de más vale tarde que nunca. Las más cautas redujeron su nivel de actividad facilitando excedencias a los empleados que optaban por hacer un curso, profesional o académi-co, por ir al extranjero a mejorar sus nivel de conocimiento de idiomas y, mientras, en las que había espacio y reservas disponibles se preparaba la capacidad de producción que requerirá la demanda cuando cambie el sig-no de la coyuntura.

Sea cual fuere la opción escogida, des-de la empresa se tiene claro que sobrevivir en un entorno difícil como el actual es un reto, pero también se sabe que no hay mal que cien años dure, por lo que resistir es triunfar.

Dentro del ámbito de Foment del Treball, el Foro de Recursos Humanos se confirma como una plataforma y punto de encuentro y debate entre los principales directivos y profesio-nales de recursos humanos de Catalunya.

EJES DE ACTUACIÓN

Actualmente el Foro RRHH nos centramos en tres ejes básicos de actuación:

• Sesiones de Benchmarking

Casos de éxito empresarial, presentados en un formato práctico con más de 1350 inscritos en el año 2010, es la actividad más conocida del Foro RRHH.

• Observatorio de tendencias

Observando las nuevas tendencias en el ámbito social, cultural y empresarial, encontraremos el camino para orientar de forma adecuada la función de RRHH.

• Tarima de opinión

Desde el Foro RRHH queremos y debemos participar de forma activa en los debates de opinión sobre los asuntos que afectan a nuestra función, dando soporte a inicia-tivas para el progreso y desarrollo de los Recursos Humanos.

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La crisis no ha terminado…

Después de la mayor recesión económica sufrida por nuestro país desde la guerra civil, la economía española se ha instalado en una fase de estanca-miento, entendido este fenómeno como un período de bajo crecimiento inca-paz de generar empleo. Esto no era -ni es- inexorable, ni una consecuencia de la falta de dinamismo del sector privado que ha desplegado un rápido e intenso proceso de ajuste ante la crisis –recorte de su endeudamiento, au-mento del ahorro etc.-, sino de una serie de problemas estructurales que no se han corregido y, en consecuencia, lastran vigor a la recuperación. Estos obstáculos retrasan la reactivación de la economía de manera artificial en tanto que son el efecto directo de la ausencia de una política económica orientada a afrontarlos. Las familias, las empresas, los inversores privados responden a incentivos y los ofrecidos por la estrategia gubernamental son escasos cuando no negativos.

La estrategia fiscal y presupuestaria des-tinada a disminuir el binomio déficit-deuda es de alcance limitado y no ofrece continui-dad en el tiempo. Por otra parte, los recortes que se han anunciado en los PGE 2011 del gasto no afectan a los componentes estruc-turales del mismo, no son sostenibles en el tiempo y no existe programación presupues-taria alguna más allá de finales de este año. Con independencia de su deseabilidad o no, parece evidente que es problemático con-gelar o recortar todos los años el salario de los funcionarios, las pensiones y la inversión pública. Por añadidura, el objetivo de déficit proyectado por el gobierno de la nación para 2011 se sustenta en una previsión de creci-miento del 1,3 por 100. Poco creíble, por no decir increíble -que sería más realista-, a la vista de la realidad económica nacional e internacional. Más allá del espacio temporal, en el 2012 se abre un enorme vacío.

Los planes para solventar los problemas del sistema financiero han sido ineficaces ya que no han logrado ni sanearlo ni reestructu-rarlo y, por tanto, han impedido normalizar el funcionamiento del crédito. A grosso modo, el gobierno pretende exigir un capital del 10 por 100 para todas las entidades que no co-ticen en bolsa y del 8 por 100 para las que lo hagan. De este modo se pretende fortalecer la solvencia de las entidades, su capacidad para asumir pérdidas. Ahora bien, el aumento de los recursos propios no sirve de nada si no hay un proceso general previo de saneamien-to del sistema en el que bancos y cajas ajus-ten el valor de sus activos al mercado. Sin esa dinámica de limpieza, el capital regulatorio y el capital contable no son indicadores fiables de la solvencia de las instituciones financie-ras e incluso puede ocultar un escenario de descapitalización real. El corolario es que los inversores privados no aportarán recursos en

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Lorenzo Bernaldo de QuirosPresidente deFreemarket Corporate Intelligence

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tanto no tengan una información precisa de la situación de las entidades de crédito o lo harán a precio de “saldo”. Al mismo tiem-po y con independencia de las perturbacio-nes macroeconómicas, el factor clave de las crisis financieras es la mala gestión causada por un crecimiento excesivo del crédito y por una excesiva asunción de riesgos. De nuevo, resulta obvio que los inversores privados no aportarán su dinero para que sea gestionado por aquellos que lo han llevado -por ejemplo las cajas- al borde de la bancarrota.

Los precios de la vivienda no han dismi-nuido con la intensidad previsible y necesaria tras desinflarse la burbuja inmobiliaria, lo que afectará de manera negativa a los balances de las entidades crediticias cuando el ajuste se produzca. Además, el grueso de las hipotecas españolas está a tipos variables: sólo un 3 por 100 son fijas, lo que ha aliviado la presión financiera sobre los hogares en un entorno de tipos muy bajos. El Euribor, a un año ha descendido del 5,5 por 100 en 2008 al 1,924 en la actualidad, lo que ha facilitado el ser-vicio de la deuda por parte de las familias. Ello, junto a la pequeña corrección registrada por los precios de la vivienda, ha facilitado el pago de los préstamos hipotecarios y tam-

bién ha sostenido, a pesar de su descen-so, el consumo pri-vado. Sin embargo, este panorama no va a continuar. A partir de ahora, los tipos de interés sólo pueden moverse ha-cia arriba y el precio

de las casas hacia abajo. Esto, unido a la per-sistencia de un elevado desempleo, sugiere un aumento exponencial de la morosidad hipotecaria en 2011.

Por añadidura, las medidas fragmentarias para reformar el mercado de trabajo no sir-ven para reducir el paro ni para facilitar la creación de empleo. La falta de iniciativas li-beralizadoras en los mercados de productos y

en el laboral frenan el crecimiento, así como las mejoras de la competitividad y de la pro-ductividad de la economía nacional, elemen-tos centrales para crecer de manera sostenida, generar puestos de trabajo y rebajar el endeu-damiento del sector público. El gabinete ha olvidado o ignorado que cualquier estrategia de saneamiento presupuestario debe verse acompañada por medidas desde el lado de la oferta que estimulen la actividad productiva. En este frente no se ha hecho nada…

El resultado de ese conjunto de factores se ha traducido en un hecho: España es el único de los grandes estados de la OCDE que no salió de la crisis en 2010 y sus expectativas de crecimiento para 2011 se sitúan por debajo de las previstas para el resto de las economías desarrolladas, incluyendo la de otros dos es-tados de la periferia europea (Italia) y de un estado al borde de la intervención (Portugal). Los mercados no desconfían de España, sino de la capacidad de su gobierno de adoptar las medidas necesarias para estabilizar la econo-mía y relanzar la actividad productiva. Esta situación resulta muy inquietante en un en-torno en el que el reciente rescate de Portugal y la probable reestructuración de la deuda de Irlanda y de Grecia vuelve a hacer planear so-bre la Eurozona la amenaza de una reproduc-ción de las crisis soberanas que sacudieron el continente hace unos meses. Para complicar el panorama, la anunciada subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo y la incertidumbre sobre la evolución del precio del crudo plantean serios peligros para un país aún convaleciente de la recesión, con una elevada sensibilidad al precio del dine-ro, con una alta dependencia del crudo y sin perspectivas de un retorno a la senda de un crecimiento estable y sostenido.

En este contexto, los numerosos cambios de gobierno en las administraciones locales y autonómicas a partir de las elecciones de mayo afloraran de deuda oculta en muchas o algunas de las Administraciones Territoriales, como ha sucedido en Cataluña, lo que cons-tituye un grave riesgo para la credibilidad

España es el único de los gran-des estados de la OCDE que no salió de la crisis en 2010 y sus expectativas de crecimiento para 2011 se sitúan por debajo de las previstas para el resto de las economías desarrolladas

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de los modestos esfuerzos de consolidación presupuestaria llevada a cabo por el gobierno central. Ante esa situación, el actual cierre de los mercados mayoristas a las autonomías se fortalecería y el gobierno se puede ver obli-gado a suministrarles recursos para evitar su bancarrota. Esto llevaría a España a una tesi-tura parecida a la griega en el sentido de que los inversores internacionales cuestionarían la totalidad de las cuentas públicas, lo que podría desencadenar un movimiento deses-tabilizador sobre la ya precaria posición eco-nómico-financiera de la economía española.

Ceteris paribus, la coyuntura económica nacional oscila en estos momentos entre la consolidación de un ciclo de bajo crecimien-to incapaz de generar empleo y la hipótesis de una recaída en la recesión si se consolidan al alza algunos de los shocks externos enuncia-dos. Desde esta óptica no existen razones de peso para pensar que la crisis ha terminado y se inicia un nuevo período alcista. En este contexto, la sostenibilidad de la deuda públi-ca es cuestionable y será cuestionada, lo que constituye una fuente seria de preocupación. En la práctica, este es el efecto de la acción de un gobierno que ha ido siempre por detrás de lo que los mercados y la realidad económica exigían. Llegó tarde a la crisis económica. Ha llegado tarde a la financiera y eso prolonga la fase baja del ciclo.

En este contexto, las previsiones para 2011 no sólo se sitúan muy por debajo del creci-miento potencial de la economía española, sino que existe el riesgo de una abrupta inte-rrupción de la mediocre recuperación inicia-da en el tercer trimestre de 2010. Aunque eso no fuese así, las posibilidades de que España alinee su tasa de crecimiento con el potencial son remotas en el horizonte del medio plazo, incluso, si se tiene en cuenta, que la propia crisis ha reducido dicho potencial. Este he-cho pone de relieve la imperiosa necesidad de introducir medidas en el lado de la oferta que permitan recuperar devolver el crecimiento a los niveles existentes en la pre-crisis. Mien-tras eso no suceda, España se instalará en un

escenario de cuasi estancamiento, similar al padecido por Portugal desde hace una déca-da y por el Japón desde hace dos.

Hasta el momento, el perfil cíclico de la economía española es el de una L con cola, esto es, de un fuerte descenso de la activi-dad, sin una reactivación sustancial del PIB a continuación y con probabilidades conside-rables de recaída. En 2011, el PIB nacional registrará un crecimiento positivo pero muy bajo que oscilará si todo va bien pero España tardará mucho tiempo en retornar a tasas de crecimiento cercanas a su potencial, por lo menos dos años más y hay serias opciones de que el panorama empeore. En este contex-to, la consolidación del precio del petróleo en niveles superiores a los 100 dólares barril y una subida de tipos de interés a lo largo de este año de 75 puntos básicos pondrían la economía nacional en recesión.

La razón para ese diagnóstico es evidente: la interacción entre los desequilibrios macro y microeconómicos acumulados durante la fase expansiva, la profundidad de la rece-sión con su impacto negativo sobre la renta y la riqueza de las familias, de las empresas y sobre el sistema financiero se retroalimenta y conduce a un período de estancamiento, sobre todo, cuando no se adoptan medidas para conjurar esa tendencia. Esos factores se ven potenciados, ya se ha apuntado, por la incertidumbre sobre la evolución de los precios del crudo, por la floración de défi-cit-deuda ocultos, no contabilizados en las Administraciones periféricas, por la muy posible reemergencia de una crisis de deuda europea y por el alza de las tasas de interés. En estas circunstancias, el sector privado ter-minará de ajustarse, por supuesto, pero a un coste social y económico enorme. Este con-junto de factores convierte en muy optimista las previsiones de crecimiento realizadas por los analistas, públicos y privados, nacionales e internacionales para el ejercicio en curso, sin duda, por no haber incorporado aun el impacto del shock petrolífero y del alza de las tasas de interés.

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Foment del treball nacional Pàgina 20 - 2011/01 nº 2132 Economía

Núria González CampañáM.A. in Law and

Diplomacy, The Fletcher

School, Tufts University,

Boston

Cooperación internacional al desarrollo. Lecciones japonesas para el sector

privado español

En Japón la política de cooperación al desarrollo incorpora los intereses económicos y comerciales de la industria japonesa como uno de sus elemen-tos clave. Hoy, uno de los objetivos es aumentar la presencia de empresas japonesas en países receptores de ayuda. Sin embargo, la entrada del sec-tor privado en determinados sectores de países en vías de desarrollo resulta muy compleja. Difícilmente se alcanzará éxito empresarial si la iniciativa no va acompañada de la participación de actores públicos como las agencias de cooperación. Estas deberán absorber determinados costes que no pueden ser asumidos por el sector privado si se pretende obtener rentabilidad en la operación.

La ayuda oficial al desarrollo (ODA, por sus siglas en inglés) es considerada en algunos países como un instrumento más de la política exterior entendida ésta en su vertiente más tradicional, la seguridad nacional. El ejemplo paradigmático serían los Estados Unidos, donde la agencia gu-bernamental dedicada a la cooperación internacional (USAID) toma buena parte de sus decisiones basándose en las reco-mendaciones del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional. Sólo así se explica que, en el 2009, siguiendo la tendencia de los últimos años, los principa-les países receptores de ayuda económica y

militar norteamericana fueran Afganistán, Pakistán, Israel, Egipto, Jordania y Kenia.

En otros países la ODA es un área inde-pendiente tanto del Ministerio de Asuntos Exteriores como del de Defensa, y se pre-tende que se ciña a criterios exclusivamente centrados en las necesidades de desarrollo de los países pobres. Este sería el caso de las agencias de cooperación de los países nór-dicos como Suecia, Luxemburgo, Noruega, Dinamarca y Holanda, países que donan más del 0,8% de su Renta Nacional Bruta a la cooperación internacional y que consti-tuyen, en términos relativos, los principales donantes mundiales. En términos absolu-

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tos los mayores contribuyentes son, por este orden, Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón y España.

El caso japonés, el que ahora nos ocupa, está alejado de los dos modelos anteriores: el estadounidense y el nórdico. En Japón la ayuda internacional combina u obedece a diversas motivaciones.

En primer lugar, la Agencia de Coopera-ción Internacional Japonesa, JICA (Japane-se International Cooperation Agency), es una herramienta de ejecución de la política exterior, especialmente en los países asiá-ticos, donde después de la segunda guerra mundial Japón necesitó de muy buenos ofi-cios diplomáticos para recuperar unas más que maltrechas relaciones. Esta caracterís-tica le acercaría al modelo norteamericano. Sin embargo, lo que le aparta de él es la importancia y la influencia que tienen en el diseño de la política de cooperación, ade-más del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ministerio de Economía, el Ministerio de Comercio Internacional e Industria y la Agencia de Planificación Económica (aho-ra integrada en el Ministerio de Asuntos generales).

Efectivamente, en el país nipón los objetivos de la ayuda oficial al desarrollo incorporan los intereses económicos y co-merciales de la industria japonesa como uno de los elementos clave en la toma de decisiones. . Los principales destinos geo-gráficos de la ODA japonesa en el período 2004-2008 han sido China, Indonesia, Fi-lipinas, India, Iraq (este destino sí, por mo-tivos principalmente políticos), Vietnam y Tailandia. Así, Asia representa alrededor del 44% de la cooperación técnica, el 76% de los préstamos y el 31% de la ayuda no condicionada y sin devolución de la cooperación japo-nesa. Estos datos, aunque recientes, no hacen sino con-firmar una ten-dencia de más de cincuenta años. En efecto, desde sus inicios la ODA japonesa se ha concentrado en los países asiáticos con tres objetivos:1. Abrir mercados a empresas japone-

sas. Durante los años de postguerra la

30.000

25.000

20.000

15.000

10.000

5.000

0

EstadosUnidos

26.647

14.280 13.74112.667

9.5797.439

GranBretaña

Alemania Francia Japón España

Gráfico 1: Principales contribuyentes. Ayuda oficial al desarrollo neta en USDm. Año 2010, datos de la OCDE-DAC.

En el país nipón los objetivos de la ayuda oficial al desarrollo incorporan los intereses eco-nómicos y comerciales de la industria japonesa como uno de los elementos clave en la toma de decisiones

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ayuda japonesa al desarrollo tuvo muy en cuenta la promoción de exportacio-nes de las industrias química y pesada. A consecuencia de la derrota en la Se-gunda Guerra mundial, Japón estaba obligado a pagar una serie de repara-ciones a los países asiáticos que habían

sido invadidos. El montante econó-mico, sin embar-go, no fue pagado directamente a di-chos países, sino a empresas privadas japonesas que su-ministraban “gra-tuitamente” a los países acreedores bienes de produc-ción o de consumo de sectores en los que las empresas japonesas carecían de competitivi-dad, evitando así

desplazar y dañar a las empresas nipo-nas que sí eran competitivas. El plan respondía a un doble objetivo: por una parte, el cumplimiento de la obligación contraída y, por otra, garantizar ventas y la entrada a mercados y sectores des-conocidos para las empresas japonesas. Esta política favoreció el desarrollo de las exportaciones japonesas y propor-cionó al Japón de postguerra su primer punto de apoyo para avanzar comercial-mente en el Sudeste asiático.

2. Obtener recursos naturales. La fuerte presencia de la cooperación japonesa en Indonesia obedece, por ejemplo, al interés en sus recursos naturales, prin-cipalmente gas y petróleo. Indonesia es para Japón uno de sus más importantes exportadores de recursos naturales y, a largo plazo, se convertirá en el principal. De hecho, así se explica el déficit en la balanza comercial en contra del país ni-

pón. Mantener una buena imagen y una relación fluida con el archipiélago resul-ta fundamental para asegurar el abaste-cimiento de recursos naturales a Japón.

3. Sentar las bases para el crecimiento eco-nómico de los países vecinos. Este últi-mo objetivo, es decir, el aporte en forma de créditos en yenes para el desarrollo de la infraestructura industrial, estaba basado en las teorías de desarrollo eco-nómico de la década de los cincuenta y sesenta de A. Hirshman y de W.W. Ros-tow.A mediados de los años ochenta el énfa-

sis se puso en la inversión extranjera direc-ta en la industria manufacturera. Esto ayu-dó a las industrias japonesas gravemente afectadas por los elevados costes laborales y la apreciación del yen a deslocalizarse en países asiáticos donde podían seguir siendo competitivas. Así, durante las décadas de los ochenta y noventa, las industrias japo-nesas, respaldadas por políticas públicas de cooperación al desarrollo, se convirtieron en el primer inversor, muy por delante de los Estados Unidos, en países como China, Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam. En este último país, por ejem-plo, Japón ha sido muy activo en los sec-tores ferroviario, viario y de las obras de ingeniería civil. Los proyectos han sido financiados por la cooperación japonesa y ejecutados por empresas niponas como East Japan Railway Company, the West Ja-pan Railway Company y Kyushu Railway Company. Asimismo, la presencia de es-tas empresas ha permitido la transferencia de conocimientos tecnológicos a personal vietnamita empleado en los proyectos.

Íntimamente ligado a estos objetivos se encuentra otro rasgo distintivo de la coo-peración japonesa: la participación del sec-tor privado en la ejecución de las políticas. Desde un primer momento la colaboración con el sector privado ha sido tan estrecha que personal de empresas privadas trabaja temporalmente en organismos oficiales de

La entrada del sector privado en países en vías de desarrollo y en sectores como la electricidad, el agua, el alcantarillado o las telecomunicaciones (algunos de los sectores más habituales en las aventuras empresariales que han resultado exitosas) resul-ta compleja y difícilmente se alcanzará éxito empresarial si la iniciativa no va acompañada de la participación de otros acto-res que absorban determinados costes que no podrán ser asu-midos por el sector privado

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cooperación japoneses para así facilitar el conocimiento mutuo.

Hoy se percibe la necesidad de que las empresas tengan un papel todavía más ac-tivo, no sólo en la implantación de la ayu-da, sino también en el diseño de estrategias y en la toma de decisiones. Es por eso que, en octubre de 2008, JICA estableció la Oficina para el Partenariado con el Sector Privado.

Dicha oficina se encarga de mantener una comunicación permanente con las empresas para entender sus necesidades y puntos de vista y buscar de forma conjun-ta la manera de colaborar en proyectos de cooperación. El principal objetivo es au-mentar la presencia del sector privado ja-ponés en países en vías de desarrollo y para ello la oficina intenta que todos los proyec-tos japoneses de cooperación internacional examinen como primera opción la alianza con el sector privado. Así, la ayuda japo-nesa pretende ser hoy un catalizador para

atraer y movilizar fondos privados que -por el riesgo alto y las bajas previsiones de be-neficio- no se deciden a invertir en países menos desarrollados. Como no podía ser de otro modo, este interés no está reñido con el convencimiento de que una mayor implicación del sector privado será bene-ficiosa también para los países receptores de ayuda.

La idea de que las empresas de los países desa-rrollados pueden obtener beneficios haciendo negocios con los sectores más pobres de los países en vías de desarrollo empezó a desarrollarse y a popularizarse a inicios de esta década con la publicación en el año 2002 del artículo “The Fortune at the Bottom of the Pyra-

1

2 & 3

4Bottom of the Pyramid

(BOP)

75 – 100 mill. Renta: más de

20.000 $

1.500 – 1.750 mill. Renta: entre 1.500

$ y 20.000$

4.000 mill. Renta: menos de

1.500 $

Gráfico 2: Pirámide grupos de población (en millones de personas) y renta per cápita según Profs. Prahalad y Hart

La idea de que las empresas de los países desarrollados pueden obtener beneficios haciendo negocios con los sectores más pobres de los países en vías de desarrollo empezó a desarro-llarse y a popularizarse a inicios de esta década

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Foment del treball nacional Pàgina 24 - 2011/01 nº 2132 Economía

mid”, de los profesores Prahalad y Hart. Se sostiene en él que la verdadera demanda no se encuentra en el mundo desarrollado ni tan siquiera en las emergentes clases medias de los países en vías de desarrollo, sino en

los 4 mil millones de pobres, también llamados BOP, que aspiran a formar parte de la econo-mía de mercado por vez primera.

C i e r t a m e n t e , la base de la pirá-mide -o los cuatro mil millones de

personas con una renta per cápita anual inferior a 1500 $- desafía la lógica tradi-cional de los negocios y plantea un serio desafío: cómo combinar costes bajos, bue-na calidad, sostenibilidad y rendimiento. Los pobres, se asegura, pueden ser un mer-cado muy provechoso si las empresas son capaces de adaptar su modelo de negocio. Efectivamente, el grupo 4 de la pirámi-de poblacional mundial o BOP no es un mercado que permita la obtención de altos márgenes, sino que los beneficios vendrán dados por el volumen y la eficiencia. Así, aunque los márgenes sean bajos, las unida-des de venta pueden ser muy elevadas.

En cualquier caso, la entrada del sector privado en países en vías de desarrollo y en sectores como la electricidad, el agua, el alcantarillado o las telecomunicaciones (al-gunos de los sectores más habituales en las aventuras empresariales que han resultado exitosas) resulta compleja y difícilmente se alcanzará éxito empresarial si la iniciativa no va acompañada de la participación de otros actores que absorban determinados costes que no podrán ser asumidos por el sector privado si se pretende que la opera-ción sea rentable. De ahí la necesidad de establecer alianzas o partenariados entre el sector privado y las agencias de coopera-ción. La participación empresarial debería

de garantizar pericia, transferencia de co-nocimientos y eficiencia, de las que suele carecer el sector público. Sin embargo, se necesitará del concurso de este último o bien para establecer los primeros contactos diplomático-empresariales, para financiar los gastos de construcción de una infraes-tructura que luego ya podrá ser operada en régimen de libre competencia por el sector privado, o bien para sufragar a través de subsidios un servicio básico ofrecido por empresas privadas a población de renta muy baja.

Ciertamente, el enfoque BOP está te-niendo hoy mucho predicamento y recibe impulso tanto desde JICA como desde la Agencia Japonesa de Comercio Exterior (JETRO), dependiente del Ministerio de Comercio Internacional e Industria. Al mismo tiempo, sin embargo, se reconocen, especialmente en el sector privado japonés, las dificultades que supone entrar en este tipo de sectores debido a la feroz compe-tencia de empresarios locales, chinos y co-reanos.

Después de resaltar -aunque somera-mente- algunas de las características de la cooperación japonesa y, en especial, la de-cidida apuesta por la alianza público pri-vada en los proyectos de cooperación, la pregunta que uno debería plantearse es si ocurre algo parecido en España. ¿Podrían beneficiarse las empresas de nuestro país de los proyectos de cooperación de la Agencia Española que, asimismo, revirtieran en los países en vías de desarrollo? Especialmente en Iberoamérica, donde nuestras empresas gozan de ciertas ventajas comparativas. En junio de 2010 la Secretaria de Estado de cooperación internacional, Soraya Rodrí-guez, reconocía la necesidad de asociar el sector privado a las actuaciones de la agen-cia y admitía que el papel de las empresas españolas en la política de cooperación es aún incipiente. Quizás la experiencia japo-nesa permita extraer algunas conclusiones de interés para el caso español.

Durante las décadas de los ochenta y noventa, las indus-trias japonesas, respaldadas por políticas públicas de coo-peración al desarrollo, se con-virtieron en el primer inversor, muy por delante de los Estados Unidos

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El deseo de posesión y de diferenciación surgido gradualmente en la men-talidad humana no ha sido aceptado de forma simultánea y eso ha dado origen a tendencias y/o divergentes. De eso, precisamente, hablábamos en el número pasado de la revista de Foment del Treball. Y también del afán de posesión que Rousseau consideraba como el origen del gran mal al que había que combatir: la desigualdad. En esta segunda parte del artículo se termina la reflexión ante-riormente iniciada sobre el deseo de posesión y sobre el papel que han de tener las administraciones públicas u otros entes de las diferentes regiones.

La propiedad en las sociedades humanas – Parte 2

Para una mejor percepción de la impor-tancia en la vida de pueblos y naciones del papel del deseo natural de propiedad y del Derecho de Propiedad que lo respalda, basta con notar que, quizás como resultado simé-trico a este y en la secuencia de la adversidad antes señalada de cara a aquel Derecho du-rante tantos años, la enorme crisis que ahora sufrimos se caracteriza, por el contrario, por:• la prolongada y gradual reducción del

esfuerzo individual de producción, por medio de la fijación inicial y luego la pau-latina anticipación de la edad de jubila-ción, de la reducción del número de horas de trabajo por semana, del aumento de duración de vacaciones y del número de días de fiesta obligatorios, de la creciente remuneración real del trabajo y de la ins-titución de beneficios sociales (gratis y su-cesivamente alargados) sin los correspon-dientes aumentos de producción y por tanto con prejuicio da la productividad;

• la también gradual reducción del ahorro y su substitución por el consumo con re-

curso al crédito.Por muy agradable que nos haya sido esta

evolución progresiva, así como el paralelo aumento de la esperanza de vida, desgracia-damente, esto ha coincidido además con la reducción de la natalidad y, por tanto, con la cuota-parte activa de la población.

Ese desincentivo por la posesión de pro-piedad se traduce, por medio de la atenua-ción del ahorro, en una reducción corres-pondiente de la inversión. Ahora bien, esta inversión era normalmente aplicada en el inmobiliario (por lo menos en Portugal) a niveles que llegaban a 60 o 70% de su valor total. Y a su vez, es esta inversión que reper-cute en el PIB a la razón de 20 € por cada euro invertido en edificación1 , por medio de un flujo financiero que se extiende por casi todos los sectores de la economía que son subsidiarios de la construcción nueva (desde el cimiento, hasta los muebles y la decoración) y en los cuales ese flujo va pro-duciendo desarrollo y esparciendo su efecto multiplicador.

1 “Libro Blanco del Sector Inmobiliario” – Edición del Ministerio de Fomento, del IESE- Universidad de Navarra, y de la FEI – Fundación de Estudios

Inmobiliarios – Madrid 1999 - paginas 59-62

Manuel Joaquim Monteiro de BarrosSecretario General Ejecutivo de UPPI Real Estate Counselor (CRE)

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2 “Si (en Portugal) la posesión de un inmueble es legalmente prevista, sea en propiedad plena sea en locación, esta última es prevalente, ya que son

tradicionalmente concedidos al inquilino extensivos derechos de protección”, como informa un “guía de inversor” publicado y divulgado por la FIABCI,

que es la federación das actividades inmobiliarias más expandida a nivel mundial, publicación que ha sido, para la inversión, una especie de “aviso a la

navegación”…

Y es que, de hecho, la confianza creada por la regularidad de esta cadena de intereses es el verdadero muelle de la economía, como bien hemos observado por la rápida genera-lización, sobre todo entre los países más de-sarrollados, por la falta de esa confianza tras la erupción del subprime en las hipotecas sobre inmobiliario, que se ha notado en los EE.UU. con la quiebra de Lehman Brothers.

Esto, sin que se haya dejado, mientras tanto, de verificar la continuación de la ex-pansión económica y el aumento de liquidez en las “economías emergentes” (China, India, Indonesia, etc.). En estas, los ingresos pro-venientes de la exportación tocaban, cierta-mente en su mayoría, a entidades que ya no estaban condicionadas por rentas de sobrevi-vencia, y correspondían a liquidez que tenía necesidad de aplicarse rentablemente.

Ha sido esa quiebra de confianza que ha terminado el “boom” inmobiliario de la épo-ca anterior (2000 a 2007) durante el cual la liquidez global, creada como antes se ha di-cho, se ha ido a invertir principalmente en el inmobiliario de los países más desarrollados que legalmente podían garantizar la plena

fruición de la Propiedad en la que el inver-sor aplicaba sus capitales y, de esa forma, sus rendimientos.

Pero, por lo antes dicho en cuanto a la cen-tenaria congelación de alquileres y por mu-chas otras disposiciones de igual tendencia, no ha sido ese el modelo de legislación que Portugal ha seguido, por lo que, antes mismo de la quiebra de confianza general a la que me he referido anteriormente, ella se manifestaba en el capital extranjero en cuanto a la inver-sión inmobiliaria en nuestro país2.

Desde mucho antes, como se ha venido noticiando en los órganos de comunicación social, la inversión total venia decreciendo hasta niveles que correspondían a los de 30 años anteriores.

El reflejo en Portugal de sus diferentes criterios relativos a la propiedad, se observan mejor por la comparación estadística de sus parámetros económicos con los de otros paí-ses, porque no se pueden clasificar como con-sideraciones teóricas.

Así, la influencia de este factor, durante ese período de expansión entre los años de 1999 y 2007, sobre las economías de los países lla-

Fuente: Eurostat *Estimado

1999 2000 03 05 07

150140130120110100908070

08*

Países menos ricosPIB por persona en %, respecto a la media del UE27

Irlanda

España

Grecia

Portugal

Fuentes: Economist Intelligence Unit; Comisión Europea

2000

120

115

110

105

100

95

9002 04 06 08 10

País no competitivoPortugal: año 2000=100

Crecimiento del PIB, por debajo de la media de la eurozona

Coste laboral por unidad de trabajo, por encimadel de Alemania

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mados “periféricos” se traduce en el grafico al lado, que presenta, para cada uno de ellos, la relación entre su renta per capita y la que co-rresponde a la mediana comunitaria

Para comprender mejor la razón de la evo-lución de Portugal en este grafico, teniendo en consideración las observaciones antes he-chas en cuanto a la deficiente aceptación aquí del Derecho de Propiedad, la consecuente reducción del ahorro, de la inversión, y de la productividad así como su reflejo en toda la economía nacional, véase el grafico siguiente también publicado en “The Economist”. Se vuelve evidente la perdida de productividad de la mano obra derivada, directa y indirecta-mente de las causas antes referidas.

Desviándonos ahora del caso individual de Portugal para considerar los mismos efectos sobre otros países en conjunto, de los cuales podemos obtener datos que nos permitan ilustrar los mismos aspectos, consideremos dos grupos en condiciones completamente divergentes, de unos en relación a los otros.

En el primero, tomamos dos países con extensas áreas de territorio, con abundantes riquezas naturales (terrenos agrícolas, gana-dería, minería y, en particular, petróleo), con populaciones escasas relativamente a esos te-rritorios (donde, por tanto, por los criterios fisiocráticos, la riqueza por persona debería ser grande) pero con escasa protección del Derecho de Propiedad: este es el caso de Ni-géria y de Venezuela.

El segundo está constituido por dos terri-torios de extensión muy reducida, sobretodo en relación a sus poblaciones (de varios mi-llones de habitantes), completamente des-proveídos de riquezas naturales (donde si-guiendo los mismos criterios, la riqueza por persona serían ínfimos) y donde el mismo Derecho de Propiedad está bien definido y fuertemente protegido por las leyes: Singapur i Hong-Kong.

Las correspondientes rentas per cápita en 2005, expresadas en Dólares Americanos son las siguientes:• NIGERIA ........................................$678

• VENEZUELA..............................$5.026• HONG-KONG .........................$25.444

• SINGAPUR ...............................$26.835Por fin, en los dos primeros países – que

son incontestablemente ricos – las respectivas poblaciones son pobres; en los otros dos – que son incontestablemente pobres –las respecti-vas poblaciones son ricas. Solo con respecto al Derecho de Propiedad se encuentra razón para esta inversión.

Para comparación, los correspondientes valores de los países aquí representados, en la misma moneda, en el mismo año, son: • FRANCIA ..................................$33.734

• ITALIA .......................................$29.635• ESPAÑA ....................................$27.226• PORTUGAL ..............................$17.439

$ 0 $ 5.000 $ 10.000 $ 15.000 $ 20.000 $ 25.000

Renta media por persona

Grad

o de

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tecc

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Dere

cho

de P

ropi

edad

Floja

Moderada

Razonable

Fuerte

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También entre estos se nota una cierta diferencia, seguramente de la misma natura-leza, por las razones que hemos visto antes.

Para hacer todavía más evidente la misma correlación entre la protección del Derecho de Propiedad en los países, y la renta media por persona de las poblaciones respectivas, pasemos a un nivel aún más elevado: la con-sideración de resultados semejantes, obteni-dos en encuestas hechas por entidades idó-neas a nivel prácticamente mundial.

Veamos, en primer lugar, el caso de la encuesta de la “Heritage Foundation” (EE. UU.) hecha en 150 países en 2005 para la deducción de su Índice de Libertad Eco-nómica en el que incluye distintos factores influyentes en ese Índice entre los cuales el grado de protección legal dada al Derecho de Propiedad, representado en el gráfico an-terior.

De hecho, el mensaje de este grafico a fa-vor de la tesis antes expuesta, es coincidente con la que se puede sacar del que se sigue y que (aún con una diferente utilización de los ejes) corresponde a los resultados de una encuesta paralela hecha entre un número se-mejante de países, por el “Instituto para la Democracia y Libertad” de Lima (Perú) que es dirigido por el famoso economista Her-nando de Soto.

Así, queda confirmada la coincidencia de los intereses generales de las poblaciones

(menos inmediatos pero más permanentes e importantes) con una ponderada definición del Derecho de Propiedad y con la defensa legal de este derecho, definición y defensa que son justo la finalidad de la petición antes referida y presentada por la Unión Panaeu-ropea de la Propiedad Inmobiliaria (UPPI) al Parlamento Europeo.

Queda por aclarar, pues, la razón por la cual en los últimos cien años se ha desarro-llado paradójicamente una tan grande diver-gencia, por parte de muchas administracio-nes públicas, con respecto a aquel derecho.

Fácilmente se comprende que ella, dejada como constaba del Derecho Romano y del mismo Código Civil napoleónico, debería incorporar adaptaciones a circunstancias nuevas, imprevisibles en las épocas en las que aquellos han sido escritos.

Efectivamente, ya no podríamos decir hoy, por ejemplo, que un derecho así – in-dividual y exclusivo - se aplique a todo el es-pacio contenido en una superficie piramidal con el vértice en el centro de la tierra, con la generatriz en la periferia del terreno-base de la propiedad, extendida hasta la infinidad de los cielos. Si así fuera, los aviones no estarían autorizados a sobrevolar nuestras casas sin nuestra autorización…

Sin embargo, más allá de cuestiones simi-lares, en la letra de las constituciones y hasta en los términos del Artº 17 de la Carta de los

$35.676

$20.087

$9.375

$4.699 $4.437

40.000

35.000

30.000

25.000

20.000

15.000

10.000

5.000

0PIB

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05-2

008

Quintil superior

2.º quintil

3.er quintil

4.º quintil

Quintil inferior

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Derechos Fundamentales Europeos surgen otras limitaciones que son menos evidentes.

Esto sea tanto en cuanto a la posesión, como a la utilización de las propiedades; y es con esas limitaciones que nos aparecen jus-tificadas las intervenciones de las adminis-traciones públicas, por obediencia al interés público y a los intereses generales3.

Si no hay dudas de que las administracio-nes públicas son las representantes legales de las colectividades locales, cuando son ellas mismas las promotoras de decisiones como las que corresponden, por ejemplo, a expro-piaciones o reglamentaciones (para no hablar de las imposiciones fiscales), parece también no haber dudas de que en estas circunstan-cias – y en contra de los principios de un Estado de Derecho – ellas actúen al mismo tiempo como parte interesada y como juez en el proceso en cuestión.

Además, muchas veces para eso no hay ningún recurso, y en otros casos aquello que es posible produce decisiones que no son consideradas correctas4.

De aquí la necesidad de definición de los poderes que podrán promover esas decisiones sobre la propiedad, su utilización y, sobreto-do, de sus límites, como subraya Hayek. Sin embargo, en la definición de esos límites hay

que tener en consideración la distinción en-tre intereses a largo y a corto plazo e intereses de las mayorías y minorías.

Si los intereses globales de las poblaciones, a largo plazo, parece que coincidirán, como antes se ha visto, con una justa protección del Derecho de Propiedad debidamente de-finido, eso puede no ser perceptible para una mayoría y no ser juzgadas tan convenientes para ella las consecuencias de eso en un futu-ro más inmediato.

Es evidente que – por ejemplo en el caso de la Ley Noruega de “libre fruición de la Naturaleza” – son mucho más perceptibles los resultados inmediatos de la referida Ley para la mayoría de la población a quién gus-taría pasar vacaciones (y/o fines de semana) fuera de los medios urbanos sin poseer los terrenos y instalaciones que lo permitan y sin soportar con eso los gastos correspon-dientes5.

Y así no es para sorprender que la misma Ley, sirviendo ciertamente intereses políticos (personales y partidarios) en la captación de votantes6, haya sido promulgada con el con-secuente y natural apoyo de esa mayoría, y que esa comprensión no existiese en el caso contrario, en lo que les seria prohibida esa fruición, y en lo que, por tanto, prevalecería

3 Ver en la nota 2 la opinión de Hayek: “El bienestar colectivo o bien público se ha mantenido hasta hoy como un concepto bien recalcitrante, resis-

tiéndose a toda definición precisa y, por tanto, susceptible de que se le dé casi cualquier contenido que sugieran los intereses de la clase gobernante”4 Ha sido celebre la decisión del Supremo Tribunal de los EE.UU.,(en el caso Kelo v.City of New London antes citado) con 5 votos contra 4, corroborando

la del Supremo Tribunal del Connecticut, así aceptando la legalidad de la expropiación en cuestión y el argumento del Ayuntamiento de New London de

que la creación de empleos resultante de aquella expropiación y de la re-urbanización de los respectivos terrenos, daría lugar a la creación de empleos,

equivalente a la clasificación de “bien público” Ha sido principalmente esta decisión que, según el Profesor Steven Eagle de la Facultad de Derecho de

la Universidad de George Mason, ha dado origen al “Nacimiento del Movimiento por el Derecho de Propiedad” título de su trabajo en el nº 558 de la

publicación “Policy Analysis” del CATO Institute. Hay que destacar también, como síntoma de la fuerte influencia ideológica de la corriente desfavorable

a la Propiedad, hasta en el medio jurídico americano, la reacción de Richard Epstein, “Distinguished Professor of Law” en la Facultad de Derecho de la

Universidad da Chicago, su publicación de un pequeño libro denominado “Como los progresistas han re-escrito la Constitución”5 Actitud que, en la moderna bibliografía americana, es clásicamente llamada de “free rider”6 Dos ilustraciones de estas circunstancias políticas:

- “ …y es pura ilusión creer que los diputados se priven de ese poder de sobornar a sus electores mediante el cual mantienen su posición” – Friedrich

A. Hayek – in “Derecho, Legislación y Libertad” – Clásicos de la Libertad – Unión Editorial – Madrid 2006.

- La conceptuad revista “The Economista” Volumen 382, nº 8520 de 17 a 23 de Marzo de 2007 en la pagina 4 y en un reportaje sobre la Unión Europea,

refiriéndose a las dificultades de esta en la resolución de sus problemas económicos, escribía::“Tanto el Fondo Monetario Internacional como la OCDE

han solicitado una más grande liberalización, como siendo el único camino seguro para la obtención de mejores resultados económicos. Hasta los

mismos dirigentes políticos de Europa lo saben, aún que están prontos a identificar los obstáculos políticos a las reformas. Como en cierto momento

afirmaba el Sr. Juncker de Luxemburgo:- “Todos nosotros sabemos lo que hay que hacer; solo no sabemos, tras hacerlo, como conseguiremos ser

re-elegidos después, !

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Foment del treball nacional Pàgina 30 - 2011/01 nº 2132 Legislación

la defensa del Derecho de Propiedad de los minoritarios, dueños de esas propiedades no libremente utilizadas por cualquier ciudada-no, con la seguridad que eso representaba para ellos y toda la sociedad7.

Las decisiones de este género tomadas en asambleas democráticas estaduales y, por tanto, locales, parece haber sido una fuerte preocupación de los constitucionalistas ame-ricanos y de James Madison, al llamar fac-ciones a estos grupos de intereses locales que consiguen aquellas decisiones en esas asam-bleas.

Escribía Madison entonces que la única solución razonable para las divergencias que les daban origen seria la transferencia de la discusión de ellas para el ambiente – igual-mente democrático pero de nivel superior (el Congreso en el caso de los EE.UU.) – en el cual estarían presentes representantes de otras regiones, constituyendo una mayoría naturalmente no vinculada a las finalidades de esas facciones, que participaría en esas de-cisiones, objetiva y imparcialmente.

Y ha sido también esta la razón del apelo de Unión de Pequeños Propietarios Inmobi-liarios (UPPI) para el Parlamento Europeo con su petición sobre el Derecho de Propie-dad.

Sin embargo este blanco no se podría atingir tan directamente sin que otros obs-táculos surgiesen: en todos los tratados de la Unión Europea – desde el de Roma hasta el de Lisboa – existe una disposición según la cual la jurisdicción Europea no podría so-breponerse a la legislación local de los países miembros en lo referente al derecho de la propiedad privada.

Ahora bien, teniendo aplicación excep-cional y circunscrita (a la propiedad priva-da), es obviamente incongruente con otras existentes, relativas a aspectos que caracteri-zan la actividad de la Unión, extendida como es, a todos los países miembros sin particu-larismos, desde la competencia comercial,

pasando por las actividades financieras de los bancos y las económicas de las industrias, hasta, por último, a la organización de la ad-ministración pública de cada uno de los mis-mos países miembros, que es el presupuesto del Estado.

Así, y al mismo tiempo, estaría vedada su intervención a la misma acción coordi-nadora de las “cúpulas” de la Unión, como se nota con carácter particular y excepcional, en todos los casos de divergencia en cues-tiones individuales referentes a la propiedad privada, aunque esto corresponda a uno de los Derechos Humanos y de los Derechos Fundamentales Europeos de cada ciudadano europeo, cuya defensa cabe en el Parlamento Europeo.

Por coincidencia demostrativa de esta in-congruencia han sido aceptados, por el mis-mo Parlamento Europeo, numerosos casos específicos -locales, individuales o colectivos- de peticiones, por supuestos abusos de auto-ridad por parte de las administraciones lo-cales, intentando que este órgano legislativo de la Unión, tras haber analizado y discutido sus razones, intervenga dentro de sus atribu-ciones, en defensa de los intereses y derechos que ha considerado justos y legítimos.

Este ha sido, por ejemplo, el caso ya an-tes citado de Valencia. En donde el mismo Parlamento ha censurado, por tercera vez, la administración pública respectiva por su enajenamiento en relación a las anteriores (Report AUKEN).

Recordaba el Parlamento que, sin querer sobreponerse a los actos administrativos de esa administración, pero tampoco sin querer abandonar la misión que le toca, le quedaba, sin embargo, su prerrogativa legislativa de vigilancia financiera de los actos de la Co-misión Europea, según la cual podría hacer congelar los fondos estructurales destinados al país correspondiente.

Por otro lado, una actual falta de homo-geneidad en la aplicación del Derecho de

7 incomprensión esta que, en la misma bibliografía referida en la nota 8, es también clásicamente, llamada “ignorancia racional”

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Propiedad por parte de los gobiernos de los diferentes países miembros, constituirá una dificultad, o incluso un obstáculo, a la fi-jación física de personas y entidades en las mismas condiciones y en países que no sean los de su origen (porque allá encuentran di-ferentes disposiciones legales en cuanto a los locales que necesitan ocupar). Se traducirá, por lo menos, por una complicación para su libre transferencia dentro del espacio comu-nitario, y así aportará una traba a la completa realización del mercado único, que constitu-ye el más adelantado suceso de la Unión.

Por una otra parte, la misma disposición que ya he criticado (Articulo nº. 345) hace que las clases políticas locales sean soberanas en cuanto a la manera como pueden dispo-ner de la Propiedad Privada. Se justifican también esas intervenciones del Parlamento Europeo bajo esta perspectiva social (desig-nación aquí correspondiendo al conjunto de las características de las sociedades que inte-gran la Unión) ya que, si de ahora en adelan-te sigue pasando lo mismo, estaremos permi-tiendo la formación de clases feudales locales (los abusos de las cuales ya se manifiestan por medio de los escándalos administrativos, noticiados en los medios de comunicación social), por el desvanecimiento del progreso económico y social en cada uno de los países miembros (también ya sentido en los países “periféricos” con la crisis actual) y, por fin, en el conjunto de la Unión Europea8

Nótese el refuerzo reciente del interés del mismo Parlamento relativo a los Dere-chos Humanos (recuérdese la actitud de la Comisión Europea en el caso de los gitanos relativamente a un país con la relevancia de Francia en la UE) y téngase en consideración que, en la lista de estos derechos, no ha deja-

do de figurar el de la Propiedad.Así, no parece que nuestra petición

1456/2007, ahora en discusión en la Comi-sión de Peticiones, pueda ser olvidada o mal considerada, abarcando ella globalmente los supuestos abusos de autoridad de todos los géneros con respecto a este Derecho y corres-pondientes a muchas otras peticiones ante-riores y paralelas.

Pero también creemos que las administra-ciones públicas no se quedarán despreocupa-damente inactivas, delante del tratamiento que allá sea dado a esas cuestiones, al ver probablemente perjudicada la libertad con la que están acostumbradas a actuar - y actúan todavía actualmente - en favor de intereses de las clientelas locales que apoyan su ascen-sión al Poder y/o su ulterior mantenimiento.

Sin embargo, y como Madison, nosotros estamos confinantes en la objetividad de la mayoría que allá no estará vinculada en rela-ción a los intereses de las facciones político-administrativas en causa y a los intereses a más corto plazo que pueden sentirse afecta-dos por las eventuales decisiones resultantes.

Por fin, este es el problema de la diver-gencia entre la ley natural y las voluntades ocasionales de los hombres, lo que ya ha preocupaba a Madison en su tiempo, y mu-cho antes de el a Aristóteles, Cícero, y quién sabe a cuantos más antes de ellos, en la pe-numbra de los tiempos pasados9.

Aún así, y una vez que un tal antagonismo parece inevitable, nuestra lucha por el bien común, por los derechos individuales, y por la justicia relacionada con ellos, debe mante-nerse incluso en tiempos mejores, para evitar que las sociedades puedan ulteriormente de-caer en peores situaciones como es aquella que estamos actualmente atravesando.

8 De notar la declaración hecha por Hayek en una de sus ultimas obras “The Political Order of a Free People” (1979) que, en este momento (Janeiro de

2011), nos parecerá profética: “Quiero aquí repetir que….me estoy cada vez mas convenciendo de que nos estamos acercando de un callejón sin salida

del cual los líderes políticos prometerán sacarnos con medios desesperados” (“Derecho, Legislación y Libertad – Una nueva formulación de los principios

liberales, de la justicia y de la economía política” – Friedrich A. Hayek – Clásicos de la Libertad – UNION EDITORIAL – pagina 3639 “Aún que la Ciencia sea capaz de seguir linealmente en sus avances, ya eso no puede decirse de la Ley, cuanto a la cual algunas “descubiertas”

y algunos errores tienden a repetirse una y otra vez”, escribe Richard A. Epstein profesor de Derecho de la Universidad de Chicago – pag VIII – en “How

Progressives Rewrote the Constitution” – CATO INSTITUTE – Washington, D.C.- 2006

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En estos tiempos no hay tarea más difícil que decir algo nuevo sobre Mario Vargas Llosa. Sobre todo si hablamos de su pensamiento político, que tantas adhesiones como enconos trae consigo. Hagamos el intento, no obstante. Con-sidero que la polémica sobre las ideas de Vargas Llosa se debe a dos grandes malentendidos. Por un lado, la izquierda identifica las ideas políticas vargasllo-sianas como conservadoras o neoliberales; por otro, la derecha las compatibiliza con posturas de la izquierda democrática, adversarias de la autoridad, del orden y las tradiciones. Para ambos lados del espectro político, Vargas Llosa es un pensador incómodo, difícil de clasificar y, por ende, de considerar plenamente como suyo.

El liberalismo insular de Mario Vargas Llosa

Pero ocurre que Vargas Llosa no está con la derecha, ni tampoco con la izquierda. Vargas Llosa está con la libertad, entendida como el paradigma fecundador de la civili-zación occidental, el valor más enriquecedor, diverso y múltiple del quehacer humano. Si la libertad no puede restringirse, de modo exclusivo y excluyente, a un solo vector ideo-lógico, entonces el liberalismo vargasllosiano constituye una forma trascendente de pensar, un amplio ambiente cultural, una actitud vi-tal donde confluyen los valores liberales más sublimes: el respeto al prójimo, la tolerancia, el diálogo, la irrestricta expresión de la idea adversaria, el cosmopolitismo y la conviven-cia pacífica de diversas tendencias.

Si nos atenemos a su compromiso, su pa-sión, su rigor, la prolijidad con los géneros que aborda o los niveles de lenguaje que uti-liza, la huella personal de su estilo, e incluso cada etapa de su vida, vemos que todo ello ha servido para acentuar, modelar y sofisticar su idea de la libertad. Dado su ánimo perenne-mente joven, inquieto, inconforme y creati-vamente cuestionador contra la derecha con-

servadora igual que la izquierda totalitaria, e incluso hacia quienes se reclaman herederos únicos de la idea liberal, podemos decir que, para Mario Vargas Llosa, el liberalismo es di-sidencia, no un recetario ortodoxo, dogmá-tico y poco amigo de la crítica. Agreguemos que disentir, como no estar de acuerdo con lo que la realidad nos ofrece, o mejorar nuestra condición presente en forma constante, es la impronta liberal por excelencia.

Esto nos permite afirmar que el liberalis-mo de Vargas Llosa es de naturaleza insular, o quizá semejante a la isla mayor de un archi-piélago, donde el mar encrespado del deba-te intelectual y político parece estrellar unos peñones contra otros. El liberalismo insular de Vargas Llosa forma parte de una búsque-da sin término por el progreso, la cultura y la democracia como el norte de nuestra vida en común. Es semejante a un faro: siempre encendido a lo desconocido, pero asenta-do firmemente sobre las sólidas bases de lo ya creado. Es un liberalismo para el que “no hay palabras finales”, como reza el lema de la Royal Society de Londres. En tal escenario,

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Héctor ÑaupariJurista, escritor y poeta peruano. Vicepresidente de la Red Liberal de América Latina.

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Vargas Llosa nos enseña que la libertad actúa como el fiel de la balanza, que nos da el pre-ciso peso, o la aguja imantada de la brújula, que nos permite divisar el camino correcto. Así, con Vargas Llosa aprendemos que la li-bertad es la luz que nos permite distinguir, con claridad, civilización de espectáculo, po-lítica de demagogia, economía libre de mer-cantilismo, tolerancia de fanatismo.

Por otra parte, se equivocan quienes sostie-nen que Vargas Llosa ha pasado de las izquier-das a las derechas. No es Vargas Llosa quien ha abandonado los ideales que la izquierda proclama. Es la izquierda quien abandonó esos ideales – la igualdad, la transparencia y el bienestar – debido a la centralización del poder, para abrazar el totalitarismo, el abuso, la destrucción de la economía y la cerrazón a toda crítica. Para Vargas Llosa, lo mismo que con Arthur Koestler y George Orwell, cuando el socialismo asume sus postulados de modo inamovible y acrítico, preconiza la censura por sobre la disidencia y la verticali-dad por la diversidad, acaba con el sueño y lo transforma en pesadilla. La fractura pro-viene del socialismo, no de Vargas Llosa. Él encuentra en el liberalismo esos ideales extra-viados por la izquierda.

Agreguemos que el liberalismo insular de Mario Vargas Llosa se desprende de esa vir-

tud poliédrica que tienen los artistas de inteli-gencias múltiples: Vargas Llosa es el pensador político que se desenvuelve entre las ideas de Camus, Popper, Hayek o Berlin con solven-cia, el periodista que se interna en Irak o el Congo, el novelista que retrata genial-mente a Rafael Tru-jillo o Cayo Bermú-dez, como también el liberal y demó-crata que condena los abusos de la po-lítica; que denuncia a los artífices de la corrupción; aquél que no escatima elogios para los po-líticos, de cualquier signo, que obran en favor de sus pueblos y les brindan las oportunidades del desarrollo.

Por su defensa inmanente de la libertad, Vargas Llosa se ha convertido en la concien-cia liberal de nuestro continente y, acaso, de occidente. Si, como liberales, debemos aco-meter la tarea que nos deja Octavio Paz en su Postdata, "Tenemos que aprender a ser aire, sueño en libertad", ésa la ha cumplido, con infinitas creces, Mario Vargas Llosa. Sigamos su legado, ahora y siempre.

El liberalismo vargasllosiano constituye una forma trascen-dente de pensar, un amplio ambiente cultural, una actitud vital donde confluyen los valo-res liberales más sublimes: el respeto al prójimo, la tolerancia, el diálogo, la irrestricta expre-sión de la idea adversaria, el cosmopolitismo y la convivencia pacífica de diversas tendencias

Con la creación de la Xarxa Innovacció, Fomento del Trabajo quiere contribuir al impulso de la competitividad de las empresas catalanas a través de la adaptación al cambio del modelo productivo hacia la sociedad del conocimiento, la difusión de la cultura de la innovación y la formación de los profesionales, la incorporación de nuevos modelos de gestión de la innovación empresarial y la mejora de la transferencia, aprovechamiento y rentabilidad de los resultados de l+D+i para transformarlos en innovación real para las empresas.

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Low-cost: del desprecio al amor

El concepto "low cost" como tal no es ninguna novedad, lo que sí es una nove-dad es la manera de presentarlo y de entenderolo. Este restyling, ha permitido al "low cost" situarse en boca de todos, empresas y clientes, como una de las pocas estrategias empresariales que pueden presumir de salir más o menos airosas de este periodo de recesión económica

El "low cost" ha existido siempre. Segu-ramente, en su inicio, con cierto tono peyo-rativo, dado que era aquella estrategia que sólo competía en precio, sin ninguna ventaja competitiva sobre sus competidores excepto la producción masiva y las economías de es-cala que permitían unos costes de producción menores. Cualquier emprendedor prefería optar por una estrategia de diferenciación o de focalización, que prometía más solidez a largo plazo para ser estrategia menos "copia-ble".

Las empresas centradas en precio no inver-tían en marketing ni en comunicación, por-que eso encarecía los costes de producción. El posicionamiento no era su prioridad y sus consumidores no tenían demasiadas expec-tativas al adquirir el producto. Hablamos de unos años durante los cuales las marcas han sido las "reinas" indiscutibles, unos años de bonanza económica durante los cuales quien compraba barato seguramente era por nece-sidad.

Pero, poco a poco, el "low cost" se ha rein-ventado a sí mismo. De la mano de las com-pañías aéreas y, posteriormente, de muchos otros sectores, nuestra percepción sobre el

comprar barato ha dado un giro de 180 gra-dos y se ha situado como sinónimo de "com-pra inteligente". No compramos barato para que no podamos permitirnos otros bienes, sino porque somos "inteligentes" y maximi-zamos la ecuación precio / beneficio.

¿Pero qué hay detrás de esta percepción? ¿Qué tienen de diferente las nuevas empresas "low cost"?. El "low cost" tal como lo enten-demos hoy, es una filosofía empresarial que impregna toda la cadena de valor. Todo se orienta a minimizar los costes, pero sin re-nunciar a la diferenciación ni penalizar a los presupuestos de marketing y publicidad. El producto mismo está pensado para ser fun-cional pero sin renunciar a la calidad. La in-novación está en el planteamiento de los pro-cesos y en el análisis de lo que realmente es el "core" del producto o servicio, es la habilidad de desprendernos de todo aquello que no es relevante para nuestro cliente y centrarnos en la excelencia de lo que sí es relevante. La es-trategia "low cost" ya no compite con la de diferenciación o focalización, sino que convi-ve al unísono con una u otra.

Son muchísimos los ejemplos de empre-sas que bajo la bandera "low cost" triunfan

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Carles CasanovasDirector de Marqueting de la CaixaMiembro del Órgano Directivo de Forum Marketing

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hoy en día. No hay una receta mágica para obtener el éxito pero sí es verdad que todas ellas presentan ciertas similitudes. Sin preten-der realizar un listado exhaustivo, podríamos destacar:• Los mercados que mayor éxito están obte-

niendo son los maduros, con un líder claro con una marca muy potente, posicionada claramente en el otro extremo.

• Aunque no todas inviertan grandes can-tidades en grandes medios, el posicio-namiento es clave para su estrategia y ya sea por canales below o no tradicionales, su publicidad llega al consumidor, y llega correctamente con este posicionamiento deseado.

• Tampoco se escatima en innovación, ya que lejos de ser un lujo reservado a las em-presas líderes, representa la base del "low cost".

• El cliente es un cliente satisfecho, que se siente "inteligente" con su opción de com-pra ya que las expectativas quedan satisfe-chas por el producto / servicio. Por eso es clave el posicionamiento y que la empresa

sea muy clara sobre lo que ofrece y lo que no.Pensemos en Ikea, Ryanair, Pepecar,... y

seguramente reconoceremos todos los puntos comentados anteriormente. Obviamente el auge del "low cost" no implica que no haya mercado para empresas "tradicionales", las que actualmente llamamos "marcas refugio", de contrastada solvencia y líderes en su ca-tegoría. De hecho, tal y como se comentaba anteriormente, son necesarias para que el fe-nómeno "low cost" tenga sentido. Nadie po-dría discutir el éxito de Apple, por ejemplo.

Poco a poco, el término "low cost" va aña-diendo nuevos modelos de negocio, que sin serlo puramente, se asocian también a este concepto. Hablamos de empresas en las que la innovación no viene del producto o de su producción, sino en la manera de comerciali-zar los bienes y servicios: ventas por internet, compras en grupo, sharing, etc. Así términos, como low-cost housing, low-cost banking, low-cost eating, low-cost hoteles, etc., Se van haciendo más familiares en nuestro día a día, y es que, sin duda, estamos en la era del low-cost living!

La Misión del FORUM Marketing es la de impulsar el desarrollo del marketing en las empre-sas con el objetivo de aportar más valor.

El Órgano Directivo y Ejecutivo persiguen los siguientes objetivos:

• Facilitar a las empresas asociadas a Foment espacios de desarrollo profesional para sus cuadros directivos• Favorecer el intercambio de conocimiento y de Best Practices sobre Marketing• Anticiparnos a las últimas tendencias del sector y realidades externas que condicio nan la estrategia empresarial y de marketing• Potenciar los espacios de re�exión y debate• Facilitar el networking, el aprendizaje y la creación de sinergias entre profesionales del mundo del marketing

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Un dia en la vida de un millennial

Hasta hace poco tiempo teníamos conviviendo en el mercado laboral a los ya conocidos Baby Bommers y a la Generación X. Ahora, los hijos de estas dos generaciones entran en acción en el mundo laboral y, tanto empresas como so-ciedad, tenemos el gran reto de gestionarlos de una forma que hasta el momen-to no nos habíamos planteado… ¿Qué motiva a estos jóvenes nacidos entre 1980 y el nuevo milenio? ¿Qué es lo que les da energía? ¿Qué miedos tienen? ¿Qué hechos significativos generacionales comparten que les hacen ser tan diferentes de las generaciones anteriores? Veamos un día cualquiera en la vida de un milenal.

uN dia EN la vida dE uN MILLENNIAL

8:00h Suena el despertador del iPhone 4 y antes de abrir los dos ojos comprueba si hay algún mail urgente del algún colega que necesita algo, publica en Twitter que tiene mucho sueño y que qué pereza ir a traba-jar… sólo es miércoles… y comenta en su grupo de Facebook: “Por qué escoger entre Nutella y Nocilla”, sus dudas a la hora de decidirse entre los 300 tipos de cereales y distintas variedades de leche que hay en su nevera para desayunar.

Se viste escuchando lo último de "Arctic Monkeys" en el iPod mientras consulta el tráfico en internet para escoger la ruta más rápida para ir al trabajo (suerte que al final se decidió por el que estaba más cerca de casa, si no, vaya pérdida de tiempo gastar una hora de trayecto en ir y otra en volver… y, además, eso de que a los de recursos hu-

manos les gustara la originalidad de poner en su CV que aparte de hablar Inglés, Fran-cés, Catalán, Castellano y Chino tuviera nivel Nativo en el Idioma Digital le llegó al corazón!).

8:45h Desayuna bolitas de cereales con chocolate blanco y negro y leche de soja, y también el zumo de naranja que le deja papá preparado en la cocina (él tiene una hora de camino hasta el trabajo así que se levanta más pronto. Pobre…).

Antes de salir de casa, comprueba la des-carga de la última temporada de “Fringe”: processing.

9:00h Entre el bus y el metro, decide que es más rápido y más seguro el metro, y ade-más ¡contamina menos! y se lanza a comerse un día cuya mejor parte llegará con las tapas y la cañita de después del trabajo con los colegas de proyecto.

Son las 9:16h, a su jefe no le gustará que llegue 16 minutos tarde… (¡No hay quien

Anna BisartDirectora RRHH ActelioJunta Foro RRHHFomento del TrabajoNacional

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entienda la obsesión de este hombre por los horarios! Total, Si el trabajo se hace, da igual a qué hora empecemos, ¿no?).

Deja su bolso en la mesa y descarga todo el arsenal electrónico, enchufando todo lo enchufable y activando lo que no necesita cables. Laptop, Blackberry para el trabajo, iPhone 4 por si hay algún tema personal urgente, hay que recargar la batería del e-book y conectarse a Spotify para escuchar música y poder concentrarse mientras tra-baja. Suena el teléfono de la mesa mientras conecta el Messenger, el sametime de la em-presa, comprueba que no hay ningún fuego que apagar en su inbox, abre Facebook por si acaso y comenta en twitter que “VIVA LA ENERGIA POSITIVA, YES WE CAN! YES WEEKEND!”

¿Cómo puede ser que su jefe algunos días no abra el correo hasta las 11h de la maña-na, o se olvide el móvil en casa? Sabe que su jefe no le acaba de entender y que le mira, a veces, como si fuera un bicho raro. Pero también se ha dado cuenta que ese mismo jefe que se sienta en la silla a las 9h en pun-to de la mañana y que siempre sigue en la oficina pasadas las 7h de la tarde (¿qué hará tantas hora ahí sentado?) siente curiosidad por él y por algunas (sólo algunas) de las cosas que hace o dice, y eso hace que estén un poco más cerca. De momento le parece interesante. Ya veremos…

9:35h: Se reúne en la cafetería con sus colegas para acordar cómo acabarán los 6 proyectos que tienen encima de la mesa. Con los 3 chicos que ya conocía de antes, los que le recomendaron para el puesto, todo va muy bien, pero está el 4º en discor-dia, un señor de 47 años que nunca ve bien sus propuestas, le pone pegas a todo, va a la suya y no tiene en cuenta las aportacio-nes de los demás, y además los trata como niños porque dice que él tiene más años de experiencia. Les llama Bollicaos (¿y eso, qué es?) en fin… hay que hacerle poco caso y, además, ellos son mayoría. Pero… ¡que ner-vioso le pone! ¡Con lo rápido que lo acaba-

rían todo si éste no anduviera de por medio! 10:10h: ¡Manos a la obra! Contesta los

mails recibidos en los últimos 3 minutos (que si no la bandeja de entrada se colapsa) – ¡qué lento es el correo a veces…! - escribe un SMS a mamá para confirmar que irá a la fiesta de cumple de sus primos mellizos este sábado (qué ganas tiene de comer la tarta de tía Magda y compartir unas risas con sus sobrinos adolescentes) y llama a uno de sus clientes para intercambiar impresiones so-bre las primeras fases entregadas del proyec-to. Contesta más mails, chequea el gmail y sigue trabajando mientras escucha música. ¡Como le gusta Russian Red!

11:00h: Café con los colegas de la 4ª planta que se alarga más de la cuenta por un debate sobre la reciente conferencia Na-cional del Partido Comunista de Cuba, risas sobre un video colgado en youtube de unos bebés hablando un idioma extraño entre sí y que sólo ellos entienden (¡qué identificado se siente frente a algunos de sus compañe-ros de trabajo!), llamada al abuelo porque estos días esta pachucho, ya son más de 90 años…y de vuelta al trabajo.

11:25h: Compra en Let’s bonus el rega-lo para sus primos y realiza una búsqueda exhaustiva en internet para documentarse sobre los espacios de confluencia entre el diseño y la innovación en el marco del de-sarrollo de productos para su cliente prin-cipal. Se siente a gusto trabajando en esta empresa, aunque hace sólo unos meses que empezó aquí y tiene algunas diferencias con su jefe. De momento son salvables, tiene tiempo para todo y nadie le controla, los clientes suponen un reto para él y los proyectos son tan variados que no tiene tiempo de aburrirse, todo va deprisa y sus compañeros -casi todos- son nativos digita-les como él o, como mínimo, inmigrantes digitales, que ya es mucho!

13:00h: Hora de comer, algo rápido porqué hoy toca squash con los amigos del cole…se reúnen una vez al mes y es un es-pacio más de entretenimiento en su vida.

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14.30h: De vuelta a la oficina. Y mientras sube en el ascensor, idea genial para el proyec-to nº2, que comparte con sus compañeros en cuanto llegan todos. Supone un cambio ra-dical a lo que llevaban trabajado hasta ahora pero es nuevo y diferente y están convencidos que funcionará, porqué ellos son brillantes, ¡pueden!, ¡saben! (o al menos eso es lo que les han dicho sus padres desde que, los dos, les cambiaban los pañales…así que será verdad, ¿no?). Ya verás al dinosaurio de 47 qué poca gracia le va a hacer esto….pero bueno, tam-bién sabremos convencerle. Realizan el dise-ño del protocolo durante la tarde y acuerdan entre todos presentar varias versiones de la misma idea al cliente, así podrá escoger -algo básico y fundamental- y, además, si sale bien irán a celebrarlo todos juntos.

18:00h: Tapas y cañitas en el bar de la esquina. ¡Es lo mejor de los miércoles! Qué aburrido sería no tener amigos en el traba-jo… Otra cosa que le desconcierta de su jefe: nunca habla de él ni de su familia y parece que cuanto más lejos de ella mejor…que co-sas más raras.

19.45h: Pasa por el centro comercial por-qué ayer vio unas bambas que le encantaron y no ha podido dejar de pensar en ellas en todo el día. Se las compra YA y, además, encuen-tra un videojuego para la X-Box que no tenía y una tarjeta de memoria de 16GB que así puede traspasar más música para escucharla en el coche.

20.45h: “Hola, hola” en casa (papá toda-vía no ha llegado, el pobre estará tragando caravana por un tubo, y mamá está charlan-do con tía Magda por teléfono). Conexión a Skype para charlar con un amigo en New Jersey, chorradas en YouTube de su amigo del alma de la universidad, chateo con Susana, ¡qué pesada está con eso de irse a vivir jun-tos!, y un poco de cotilleos en Facebook sobre las últimas fotos colgadas. Va a la cocina para picar algo antes de cenar y… ¡caray cuantos tipos de galletas! Ya estamos otra vez…

22.00h: Cenan todos juntos, es un buen momento para explicarse el día.

22.30h: A través del ordenador ve los 3 úl-timos capítulos de Fringe (que los tenia acu-mulados desde hacía meses) y luego SMS a Susana: “Hablams mñana sbre el tema d vivir jntos! No t nfades cnmigo wpa... wnas nxes y dsknsa. TQM.”

¿Alguno de los que habéis leído esto estáis atacados de los nervios ante tanta actividad cibernética y con un increíble dolor de ojos de solo pensar en enfocarlos otra vez a una pantalla del tipo que sea? Si la respuesta es sí, lamento tener que recordaros que ya tenéis una edad y que la nueva generación de mi-llennials, los también llamados Generación Y (Generación “WHY”- “Por qué”, haciendo el juego fonético en inglés y alusión a su actitud crítica) os queda un poco lejos. De mis 11 sobrinos, tengo 2 -Borja y Pol- que están en esa edad y me han dado el visto bueno a todo lo arriba escrito…se rieron de mí en algunas cosas que tuve que borrar y añadir otras que ni sabía que existían. Y eso me recordó que también yo, que hasta ahora me considera-ba más bien joven y moderna, estoy fuera de este grupo privilegiado que tiene el mundo a su alcance con tan solo un click en más de mil teclas diferentes y con una facilidad fas-cinante.

Así pues, nos encontramos ante una ge-neración que se caracteriza por la multitarea, la concepción de la tecnología como un ele-mento más de su vida cotidiana (24X365) y no como una herramienta de trabajo, una generación que valora por encima de todo el compromiso consigo misma, le dan valor a la familia y a la opinión de sus padres, unos padres “helicóptero” que han sobrevolado a sus hijos desde su nacimiento velando por su bienestar como nunca antes se había hecho. Una generación a la que le gusta el trabajo en equipo, que considera el dinero como un me-dio y no como un fin, que quiere resultados a corto plazo, rapidez y excelencia 2 en 1, que busca feedback constante, retos que le divier-tan, amigos en el trabajo y, sobretodo, una generación que cuestiona el statu quo para moverse, innovar y avanzar en un entorno de

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creatividad constante. Con esta generación la frase que hace más de 2.000 años dijo He-ráclito “Nunca podrás bañarte dos veces en el mismo río” cobra más sentido que nunca. ¡Fuera la rutina!, ¡Viva el cambio!

¿Cómo encajamos a estos chicos y chicas que le dan más valor a la empleabilidad que a la estabilidad en el trabajo, que quieren tiem-po para ellos mismos y que más que respetar una jerarquía y una autoridad en sus jefes, buscan entornos donde haya líderes a seguir que les inspiren, les animen, les enseñen y con los que compartan no sólo los objeti-vos del trabajo sino sus valores por la vida? ¿Cómo hacer convivir a los Baby Boomers y los Gen X, ejemplos de aprendizaje y com-portamiento a través del hemisferio izquierdo (la lógica y la razón) con estos jóvenes en los que prima el aprendizaje y la guía a través del hemisferio derecho (la creatividad)? ¡Es que hasta los procesos neurológicos para el apren-dizaje han cambiado en ellos! Esto, más que nunca, es algo a tener en cuenta no sólo a la hora de seleccionar a los profesionales que conformarán nuestros equipos sino también en las estrategias que deberemos desarrollar para retenerlos en las empresas. Estamos ante un perfil de profesional cuyo objetivo princi-pal en la vida es ser feliz -¡qué contento esta-ría Epicuro!-, que trabaja para vivir y no vive para trabajar tal como hacían sus abuelos o los padres de algunos de ellos y que, por tan-to, concibe el entorno laboral como un de-partamento más de su vida, integrado en su ser global (¡son los niños de la globalización!).

A continuación me gustaría aportar al-gunas recomendaciones para todas aquellas empresas que tengan que gestionar a estos profesionales:• Retos, retos y más retos con una visión

común y compartida que dé sentido a su trabajo.

• Gran variedad de actividades profesionales pero también con posibilidad de activida-des lúdicas con los compañeros de trabajo.

• Líderes inspiradores que les hagan crecer

no sólo profesionalmente sino también personalmente.

• Confianza en su trabajo y en su conoci-miento. ¡son jóvenes, pero no tontos!

• Entornos dinámicos que potencien la in-novación y la creatividad. El “siempre lo hemos hecho así” es totalmente desacon-sejable para gestionarlos.

• Evitar el “café para todos”: ellos son espe-ciales.

• Dar feedback es fundamental: más que nunca esperan saber cómo lo están hacien-do y ser reconocidos por el trabajo bien hecho. Y aquí debemos apelar a la creativi-dad que tanto les caracteriza…el dinero no siempre será su motor de reconocimiento.

• Equilibrio entre vida personal y vida pro-fesional: como hemos comentado ante-riormente, los millennials no viven para trabajar sino que trabajan para vivir, por lo que no entenderán entornos de trabajo donde se premie el presentismo más que los resultados o la calidad del trabajo he-cho.

• Desarrollar iniciativas de responsabilidad social.

• Disponer de tecnología de última genera-ción. Sin duda, el ofrecerles para su traba-jo los dispositivos de última generación así como el hecho de contar con libre acceso a las principales redes sociales será un revul-sivo interesante para su día a día.

• Identificar las diferentes generaciones que conviven en nuestras compañías y, tal como dice Arleen Arnsparger de Claire Raines Associates, detectar ya no sólo sus diferencias sino también las similitudes entre ellas para potenciarlas y acercarles. Por tanto y para finalizar, a todos aque-

llos managers, empleados, consultores, com-pañeros, además -por supuesto- de padres, madres, etc. que tengáis que “lidiar” con esta nueva oleada de jóvenes que ya se está incor-porando al mercado laboral: NOS DSEO MCHA SUERT!

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A fin de situarlo en su adecuado contexto, hay que recordar que es a partir de agosto de 2007 que los sín-tomas de la crisis son evidentes en los USA (sin que, por ello, debamos olvidar que los vigías de la econo-mía tenían indicadores de alarma antes y, por tanto, son responsables de no haber advertido la deriva que estaban tomando), sin embargo, en aquel momento no hay en el común de los mortales conciencia gene-ralizada de la crisis ni de su extensión y profundidad. A estas alturas del desarrollo de la crisis, podemos enjuiciar mejor los análisis de los diferentes autores y contrastar sus aciertos y carencias.

En la introducción, Jean-Hervé Lorenzi enmar-ca la reflexión: se trata de capitalismos. Por tanto, destaquemos el plural de los capitalismos y que no se consideran otros modelos alternativos de referen-cia, como corresponde a la percepción que tenemos (no se atribuya a Lorenzi esta pincelada nuestra) tras el fracaso de la URSS (emergiendo Rusia de su des-

membramiento), la caída del muro de Berlín (sím-bolo de un pasado que mantenía atados a la URSS a toda una serie de países del centro de Europa, que ahora han elegido la Unión Europea e incluso la OTAN en lugar del Pacto de Varsovia de antaño), el agotamiento de las ilusiones simbólicas de la revolu-ción cubana y, cada vez más importante, el camino de un capitalismo peculiar elegido por China bajo la dirección de un partido comunista organizador de los intereses. Señala él que el dominio del capitalismo anglosajón no es algo garantizado; emergen nuevas potencias y nuevas formas de capitalismo cuyas lógi-cas de desarrollo difieren notablemente, y se refiere a un capitalismo paraestatal, con estrategia de potencia y en el que el estado es el propietario. Tampoco hay coincidencia en los plazos en que ha de considerarse la rentabilidad del capital, refiriéndose a un capitalis-mo familiar de más largos plazos. Añade nuevas for-mas de capitalismo que derivan de los hedge funds y de private equity. La coexistencia pacífica entre todos ellos no está garantizada, dando lugar a lo que es la “tesis audaz de este libro”: habrá guerra entre los ca-pitalismos, recordándonos que la primera mundiali-zación dio lugar a la Primera Guerra Mundial.

Patrick Artus es el autor del primer capítulo (pp. 19 a 39), guiado por la idea de que la victoria del ca-pitalismo de tipo anglosajón es engañosa. Un rápido recorrido de las economías en el mundo agrupadas o no, según el tipo de capitalismo imperante (el fami-liar impera en América Latina, Europa continental y Asia; el capitalismo estatal, en China, Rusia y la OPEP). El vigor del capitalismo familiar, el reforza-miento del capitalismo estatal y el peso creciente del horro provinente de países emergentes donde domina el capitalismo familiar hacen dudar de la expansión del modelo anglosajón. En el año 2009, Artus junto con Alexis Garatti publicarían un libro para explicar el fracaso del modelo inglés (Pourquoi l’Anglatere a perdu, éditions Perrin, 2009).

El capítulo 2 (pp. 41 a 68) se presenta en forma de debate entre varios autores, pero con textos sepa-rados. Empiezan tres de Harvard: el primero es el de Jeffrey A. Frieden, que no reconoce diferentes capita-

“La guerre des capitalismes aura lieu.Le Cercle des économistes”Dr. Fernando G. Jaén CollEditons Perrin, Paris, 2009

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lismos entre los países avanzados, sino sólo diferentes políticas económicas y una tendencia a converger, aunque admitiendo diferentes sociedades y respues-tas diferentes. Andrei Shleifer subraya la relación entre la mejora de la condición humana y la expan-sión del capitalismo y el crecimiento económico que conlleva. Destaca lo positivo de la competencia entre empresas frente a la competencia entes países, que desemboca en enfrentamientos. Peter A. Hall aporta un texto flojo, con ideas consabidas y que concluye con el pronóstico en las relaciones de trabajo en dos movimientos: primero el de la flexiseguridad danesa [anotemos aquí su efímera fama], seguido del mode-lo alemán con un mercado de trabajo paralelo. Con-sidera que las economías de mercado coordinadas de Europa serán las que sacarán el mayor provecho del crecimiento de China, Rusia y -en general- de las economías emergentes (observemos que ahora mis-mo no es éste el caso).

Finalmente, Michel Aglietta, de la U. de Paris-X, en un ejercicio de historia larga siguiendo a Brau-del, sugiere: 1) Desde que surgió en el S. XIII, el capitalismo ha sido siempre global y a la vez diferen-ciado; 2) Economía de mercado y capitalismo van asociados, pero n se confunden; 3) Ni prima -ni es independiente- lo económico de lo social, ni el tra-bajo asalariado es una mercancía, hay normas sociales derivadas de las culturas.; 4) En la dinámica de largo plazo son las instituciones las que dominan (y en su seno las creencias colectivas) y no las estructuras de mercado.

Cuatro desafíos para el S. XXI: 1. Mundo policéntrico con problemas de gobernanza

mundial. 2. El subdesarrollo está anclado en la incapacidad

para constituirse en naciones soberanas con políti-cas de potencia.

3. Posibilidad de transferencia intergeneracional mu-tuamente ventajosa entre los países del mundo en base a su demografía complementaria.

4. Agotamiento de recursos en el caso de crecimiento de los emergentes, con riesgo de depresión catas-trófica e insuficiente capacidad compensatoria de

la innovación, puesto que ésta se da más en las formas de consumo que no en la oferta.El capítulo 3 (pp. 69 a 103) se refiere a capitalis-

mo financiero con las aportaciones de Antón Bren-der, André Cartapains y Jean-Paul Pollin. Los capi-talismos son diversos, sus sistemas financieros lo son también. La predominancia de los criterios financie-ros acorta los horizontes de decisión de las empresas. Los asalariados no tienen por qué prestarse a juegos cooperativos cuando sus derechos de propiedad y su peso en la gobernanza de la empresa disminuyen. La globalización financiera lo es entre países desarrolla-dos o medios a lo sumo. Algunos estados, entre ellos China, van a poder aprovecharse del cúmulo de ca-pitales para penetrar los capitalismos extranjeros (lo cual es visible progresivamente desde la crisis).

En el capítulo 4 (pp. 104 131), La batalla del capi-tal, intervine de nuevo Patrick Artus, la adquisición y posesión de acciones y su uso como medio para ha-cerse con tecnologías por parte de China. El vínculo de una empresa con un país y sus cinco dimensiones: financiera, territorial, científica y técnica, cultural e institucional. Un tercer apartado lo dedica a la lucha encarnizada por la cuota de mercado, basada ya en la competencia en variedades de productos más que entre productos. Lástima que no incluya en el análi-sis de la especialización y competencia exterior qué hacer con la mano de obra y su calificación dentro del país.

El capítulo 5 (pp. 133 a 176) presenta los nue-vos actores económicos: fondos “soberanos”, hedge funds y private equity. Sus autores, Benoît Coeuré, Bertrand Jaquillat, Jean-Hervé Lorenzi y Catherine Lubochinsky. Para salvar la banca americana, entre mayo de 2007 y febrero de 2008, los fondos “sobera-nos” anunciaron una participación en el sector finan-ciero americano por valor de cincuenta mil millones de dólares. El peso relativo de cada uno de estos acto-res es relativamente menor, frente al resto del sector financiero, que el FMI estimaba (marzo 2007) en 53 billones [europeos, o sea un 1 seguido de doce ceros] de dólares, frente a 1,5 billones los hedge funds, 3,2 billones los fondos “soberanos” y 1,6 billones acumu-

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lados en las operaciones desde 2002 por los private equity. Los autores nos ofrecen sucintamente su evo-lución, su operativa, las estadísticas y las estrategias de estos actores recientes.

El capítulo 6 (pp. 177 a 196) está dedicado a los recursos raros y las luchas que generará su control y apropiación. Dos autores: Jean-Paul Betbèze y Jean-Marie Chevalier. Petróleo, agua y alimentos some-tidos a competencia bajo dos modalidades: la acu-mulativa y la competitiva. De la primera, la gestión requiere que contribuyan diferentes agentes, así para mantener limpio el aire; la segunda impulsa a asegu-rarse la disponibilidad de los bienes raros.

El capítulo 7 (pp. 197 a 223) Europa en el corazón

del nuevo capitalismo, con Jean-Michael Chapín y Jean Pisany-Ferry como autores, recogen los cuatro modelos sociales europeos de André Sapir: el con-tinental, el nórdico, el anglosajón y el mediterráneo como respuesta a la dicotomía: libertad de elección y solidaridad colectiva o entre eficacia y equidad, que brinda el modelo nórdico. Sin embargo, los europeos más que seguir sus modelos han tendido a identifi-carse con el capitalismo global, mostrando que no existe un modelo europeo de capitalismo.

Y alcanzamos el último capítulo, el 8 (pp. 225 a 254) en el que se defiende cambiar la regulación an-tes de que sea demasiado tarde, siendo sus autores, Christian de Boissieu y Jacques Mistral.

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