1970 171 lnb200.115.157.117/revistasloteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioh...

97

Upload: others

Post on 13-Jan-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la
Page 2: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

Publicación mensual de laLOTERIA NACIONALDE BENEFICENCIA

LicenciadaAmanda V. die SavaraÍn

Directora

Aristides Martínez OrtegaEdi tor

Oficina: Departamento deRelaciones Públicas

Avenida 7a. - CentralTe~.: 22.7300 - .lptdo.: 21

Panamá 1, Rep, de Panamá

Dj¡.tribuciÚn gratuita

iilipreSa en:"Impresora Panamá, S. A."

INDICE

Sucesos y cosas de antañoErnesto J. CastiJero ........ 65

Gracia y colorido de los primeroscarnavales en PanamáLoJa C. de Tal)Îa ............ 71

OBRAS Y AUTORES

Oumpleaños de CarlOR FupnteRRoberto Fernández Iglesias .. 75

Primera Bienal de Poesfa ...... 77

Nuevos dignatario~; de la Acade-mia de la Historia .......... 7D

EDITORIAL ................... 2 Bolet.n de la Academia Paname-

ña de la Lengua ............ 80

ENSAYOS y MONOGRAFIAS

Aspectos de la vida c(Jlo--ialpanameñaMoisés Chong ................ 3

Los neg'lOR cimarroneR en tierrafirme y su lucha por la libertadA.rmando Fortunc ........... 17

La verRión de Nele Pailiber sob:-eel reino de los muertosM ae Cii a pin ................. 44

GRONICA y ANEODOT A

Los Milonarios CubanosFray Rodrigo ............... 61

LETRAS

El mito en la poeRía. de Pablo Anl;. .

tonio CuadraGloria Guardia de Alfaro ..... r''1

l ~/""",.. t;ìPromenade ...

Roberto MeKay .... .'f. ....... 9í", ~.,~ "

l~~. ':~(;

-.POESIA

Page 3: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

mINo es al educador que dejó una hoja

de servicio excelente ni al investigador de

la historia de Panamá que ha dejado valio"sas obras a quien vamos a dedicar esta sen-tida nota editorial con motivo de su muerte,sino al hombre que desde todas las posicio-nes que alcanzó en su vida hlChó por la di-fusión del arte y las ideas.

En efecto, el profesor Bonifacio PereiraJ., fue un convencido de que los pueblos só-lo íienen un camino hacia la superación. elde la cultura.

El ambiente frío a las inquietudes inte-lectuales que hay en Panamá jamás apagósu entusiasmo por difundir lo más valiosoque dejan los hombres, su pens.smiento, ypor eso habrá que recordarle como un hom-bre en quien laiía un corazón de Quijote.

Creyó en la juventud. por lo que los jó-venes siempre encontraron en su persona unaliado que i'econacía la razón y el derecho

que tienen las nuevas generaciones en expre-sar sus inquietudes. tanto en el orden inte-lectual y artístico, como en el político.

Vale recordar que como Director de Be-llas Aríes y Publicaciones del Ministerio deEducación y como Dir'ector de la BibliotecaNacional animó el ambiente cultural de Pa-namá patrocinando recitales, conferencias ypublicaciones, para que en especial los jó-venes artis:las e intelectuales de Panamá die-¡"a n a conocer sus obras.

Es nuestra esperanza que el ejemplo del

Profesor Bonifacio Pereira J.. sea imitado

en esta hora en que tanto necesitamos alien-to para nuestra superación. pues será el me-jor homenaje que puede rendírsele a sumemoria.

2

..

Page 4: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

J' ".,ti 'o... \" ,\1011 oL /"11 l ífl.... .l\1OISES CHONG

ASIJECr¡'DS DE LA VIDA~--

COIJONIAL PANAMENA

R.égimen Econ6mico Durantela Colonia en Pa.namá:

El Istmo de Panamá estuvosujeto a la mayor parte de lalegislación establecida por Es-paña en Amérca. Con ligerasvariante:'Ì, los habitantes deesta porción del ContinenteAmericano estuvieron someti-dos a las mismas reglamenta-ciones impuestas desde unprincipio por los Habsburgos.El hecho mismo del Descubri-miento abrió una nueva situa-

CiOn económica E,n el Istmo,introduciéndose un conjuntode normas que han dado piepara el ulterior desenvolvi-miento del país. El exterminiodel elemento indígena y la in-troducción del elemento negroson factores que no debemosdescuidar en la consideraciónde estos hechos, sin dejr,r deconsiderar, claro está, nuestraespecial posición geográfica.

3

Page 5: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

En lo referente a la agricul-tUra y a la industria, los es-pañoles importaron del ViejoMundo, animales y p-lI-tas dela península. En 151B el reyFernando el CatÓlico dio ins-trucciones al gobernador Pe-drari;i~' para traer al Istmo,labradores para la nueva co~lonia con el fin de ensayarcultivos como los del trigo yotros cereales, pero el intentofue un fracaso. Los informesoficiales de la época dan cuen-ta de los suministros de ins-trumentos de labranza queintrodujeron aquí los hispa-nos. N o florecieron cultivoscomo el del olivo y las uvas,pero en cambio, prosperaronlos de la caña de azúcar y elcafé. La contribución ameri-cana a la economía españolaconsistió en productos vegeta-les como el maíz, la papa, elcaucho, el tabaco, etc. En laganadería, 10R españoles mos-traron al principio interés par-ticular fomentando el pastoreoen grandes fincas. A la largase notó la diferencia entre elsector campeRino y el Rector,por así decirlo, comercial,transitista. El comercio pros-peró en detrimento de las ac-tividades agrícolas, lo que ha-ría de nuestra economía algocompletamente escuálido. Aeste respecto nOR dice RodrigoMiró en RU breve ensavo sobrela "Evolución EconÓmica yPolítica del istmo" que "el te-rritorio panameño intert:só aEspaña política y comercial-mente. Por eso, y por la faltade brazos que exige el traba-jo agrícola, se descuidó el cul-tivo de la tierra durante todo

4

d período coloniaL. Los nú-cleos importantes de población- una población sin arraigoy sometida a constante movi-miento - quedaron centrali-zados en la zona de tránsito".Este fenómeno explica tam-bicn el por qué en las zonasel'rcanas a la vía de tránRitola ganadería logró una relati-va importancia pero en todocaso sometida a las exigenciascomerciales de España.

En último término, las tie-rras de toda la América His-pánica y, claro está, las dePanamá, eran teóricamentepropiedad de la Corona deCastila, y únicamente por es-peciales concesiones reales seadquirían títulos de propiedadprivada, fenómeno que pareceno haberse conocido entrenuestros aborígenes, Esta for-ma de propiedad era, ni másni menos, el trasplante al Ist-mo de aquellas formas feuda-les que dominaron el mundomedieval europeo. Lo ciertode todo es que de la propiedadde la tierra nacieron grandesfortunas que constituyeron, a"u vez, el núcleo de la aristo-cracia criolla, la condiciónnecesaria pra el ejercicio dederechos políticos, la base realde los estamentos socIales enel Istmo. En lo referente a lasIndustrias, éstas no tuvieronun amplio y extenso desarro-llo, pUe~; de permitírselas,competirían con los productosmanufacturados en España, yen este sentido España fuemuy cicatera con los colonosdel Nuevo Mundo. En relacióncon las Minas, las de Veraguas

Page 6: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

fueron las más famosas y ex-plotadas. siendo, como muchasotras del Nuevo Mundo, elorigen de muchas fortunas yla principal fuente de ingre-sos con las cuales contaba laCorona para hacerle frente asus gastos administrativos, co-mo pagar jugosos sueldos yhacer la guerra a las nacione~rivales. Sin embargo, no vayaa creerse que las minas fueronla única fuente de entrada pa-ra las arcas reales de España.Lo que sí es cierto es que mu-chas de ellas fracasaron, yapor la falta de planificación,ya por la carencia de una téc-nica calificada como la habíaen Europa. La pertinaz polí-tica de monopolio de la Casade Austria y la progresivapauperización de las minas deDro en el Istmo, traj eron paralos colonos ricos una quiebraen sus negocios y una relativadespoblación rural que, comocírculo vicioso, contribuyó alf:mpobrecimiento, sobre todo,de las clases no privilegiadascompuestas por empleados detalleres, de pequeñ'os comer-clos, gente sin ningún tipo deprofesión y sin medios más omf:nos estables de ingresos.

Se ha hecho algo evidenteque las rentas proporcionadaspor las minas fueron más bienun mal para España. La ideade los soberanos españoles deque los metales preciosos eranel único bien, hizo que aban-donaran la sana y produc'ivapráctica de la agricultura, lasactividades manuales y todctipo de comercio que no tu-viera relación con el oro y la

plata. Esto, por ejemplo, noocurrió en las colonias ingle-sas de N orteamérica y véasehoy la diferencia. De este mo-do, se hizo patente un ciertoprejuicio contra los trabajosmanuales y las artes de tipomecánico, dando lugar, comoanota Haring, a la ociosidady a "una vanidad inconducen-te que fueron a los ojos de losvisitantes extranjeros los ca-racteres distintivos del puebloespañol". Fueron estas cosasverdaderas prácticas antieco-n6micas y ruinosas y que pro-ducirían una mentalidad singrandes propósitos, ajena aidealismos renovadores.

Originalmente, los impues-tos fueron algo realmente pe-sado para los colon03. Desdela época de Colón, se implan-tó el "almojarifazgo". impues-to sobre el valor bruto de lasmercanCÍas que venían de Eu-ropa. La Corona tambÜh im.puso "reigalías", como mane-ra de ad':iuirir rentas en laexplotaci6n del oro y de la saL.

Por otra parte, el "quintoreal" fue también una granf u e n t e lucrativa extensivatambién a las perlas sacadasen las islas cercanas a Pana-má. Otro gravamen fue el quese impuso a las mercanCÍas queiban de América a España. Alos aborígenes se les impusotambién un tributo como pagoanual al rey, según testimoniodel mismo Oviedo, y su recau-dación corría por cuenta decorregidores y alcaldes mayo-res. Los "diezmos" eran paga-rlos para el mantenimiento ypropagación de las misiones

5

Page 7: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

eclesiásticas, incluyendo laspropiedades de la Corona, me-nos el quinto reaL. Un impues-to destinado a la guerra con-tra los infieles fue la "cruza-d.3." pero que sólo tuvo vigen-cia en los primeros decenioHde la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic').Por su parte, la llamada "Alcabal a" fue un impuesto queya había sido practicado enla Península y consistía en unasuma global que debía ser cu-bierta por una determinadamunicipalidad y se aplicabaa un gran número de mercan-CÍas vendibles. Jugosa fuentede ingresos para la Corona fnela venta de cargos público~,variando los precio_~; según sila situación era buena o mala.Este sistema, como se sabe,fue abrogado en 1812 por lasCortes Españolas. Los monn-polios fueron también fuenh;sde ingresos como el de la saly el tabaco. Los "bienes dedifuntL's" eran simplementelas propiedades que S8 incau-taba la Corona de aquellaspersonas que habían muertosin haber dejado herederosen las colonias. Hubo funcio-narios públicos de esa épocaque, pretextando actuar ennombre de la ley, se hicierondueños de muchos bienes dedifuntos. Como se puede ver,la política económica del Es-tado Español y, en g('neral, delos grandes Estados de la Eu"ropa moderna, no difería mu-cho de la que hoy siguen losEdadoJ contemporáneos encuanto a fiscalización, vigilan-cia, recaudaciones y a protec-cionismo se refiere.

6

Las Clases Sociales en laEpoca Colonial:

Partimos del principio deque una clase es un conjuntode individuos mancomunadosque comparten opciones fun-damentales por iguaL. Cadagrupo social o estamento pue-de ser considerado como talen virtud de la circunstanciade que sus integrantes tienentodoíl las mismas oportunida-des para conseguir ciertas co-sas (o no conseguidas), comodinero, bienes muebles e in-muebles, ete. Por lo que per-tenecer a una clase social escompartir con los otros delmismo grupo la oportunidadde participar en tales valoresya materiales, ya espirituales.Si nos atenemOR a e?te crite-rio, no podemos lanr.arnos aenumerar llanamente que lasclases sociales en el Istmo es-taban constituídaR por espa-ñoles, criollos, mestizos, mn-latos. zambos, indios y negro.:,Esta e3 más bien una clasi-ficaci6n un tanto arbitrada,anticientífica, pues no obcde.-ce a ningún criterio sociológi-co que la fundamente. Decirque los españoles o gachupi-nes formaban una clase 30cÌalen el sentido estricto del tér-mino es casi un diílparate. puesentre ellos mismos había di-ferencias fundamentales quelos separaban radicalmente aunos de los otros. I,o mismoque si decimos que indios ynegros formaban "clases" re-gidas por leyeíl inherentes asu condición de-ntro de la so-ciedad colonial panameña. A-quí, en esta clasificación muy

Page 8: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

en boga entre nosotros, priva,sobrei todo y sin ningún moti-vo científico, un criterio ra-cial, lo que equivale a decirque para ubicar los distintosestamentosHieIales de la so-ciedad colonial, hemos recu-rrido a un concepto que no lecorresponde. Es como si al-guien qulisiera clasif'car lostipos psicológicos acudiendo acriterios antropológicos comola forma del cráneo, el colordel cabello, la forma de losojos, el color de la piel, etc.Estas tergiversaciones nacende Ull concepto erróneo acer-ca df: lo que es una clase so-cial y obedecen -es posible-al deseo de ,Îi'stificar los pre-,iuicios de raza que bnto dañohan causado y siguen cau~an-do a la humanidad. La mo-derna sociología rechaza estecriterio por no fundarse en larealidad de los hechos ni detomar en cuenta que las cIa.fWR sociales son un productode la historia y de circunstan-cins materiales y espirituales.

En realidad la sociedad co-lonial panameña fue un refle-jo, más o menOR fiel, de la so-ciedad metropolitana, hahidaciienta de nuestras especialescircunstancias. Existió u n averdadera jerarquía en cuyacÚ8pide, claro está, encontra-mos a los ricos peninsulares.A I principio, la Corona confióaltos cargos y dignidades ahombres del común como aBalboa, Pizarro, Nicuesa, etc.,pero fue porque fueron estaclase de hombres los que lle-varon a cabo Ion descubri-mientos y conquistas. Cuando

vino el afianzamiento del po-der español, esta clase de hom-bres fueron relegad08 a pues-tos de segundo orden y enmanera alguna fueron perso"nas "privilegiadas" como 10fueron un Pedrarias, un Espi-nosa, un Pedro de los Ríos, unValverde y Mercado, etc. Nonos f:S muy fácil precisar lalínea divisoria entre los dis-tintos grupos que configura-ban la sociedad colonial en elIstmo. Hubo privilegiados yno privilegiados. Este es unhecho de suyo daro, favore~cidos y no favorecidos; gentesometida al rigor de la explo-tación de su trabajo y genteque vivió en forma holgadaviendo trabajar a los otros.Entre los mismos e,ipañoles,como hemos visto, hubo susdiferencias. Los españule,s pe~uinsulares y los españoles na-cidos en el Istmo gozaban deciertas preferencias con res-pecto a los mestizos. Los es-pañoles nacidos en el Istmoformaban el grupo de los crio-llos y si no disfrutaron de losmismos privilegios totales delos peninsulares, su pos:ciónera claramente mejor que lade los mestizos, indios, negros,

zambos. Este elemento crio-llo se sentía, así, por enc;made todos los demás, por enci-ma de los mestizos, de los in-dios, de los negros, y tratabaen lo posible de codearse conlos peninsulares y de empa-rejarse con ellos. El odio delcriollo contra el peninsularnacía de esta sibación quepsicológicamente lo condicio-nó al sentirse empeauefiecido,minimizado y humilado ante

7

Page 9: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

los ojos de aquellos ante quie-nes él se sentía superior. Que.riendo liquidar esta situaciónno vacilaría en los primerosdecenios del décimonono dedar los pasos decisivos paraubicarse como factor domi-nante en una sociedad en lacual el elemento peninsularya no sería el actor de prime-ra importancia, sino él, elcriollo.

Pero, por lo demás, Españatenía sus razones para prefe-rir a los peninsulares, princi-palmente a los de mayor in.fluencia social y política, pueslos consideraba como un ele-mento de más confianza y máscercano a sus intereses mer-canties. Un análisis de la so-ciedad colonial en el Istmodurante la época hispánicadebe ser hecho, a nuestro en-tender, con un estricto crite-rio científico y sociológico. Esla única manera de enfocarracionalmente el conjunto deproblemas posteriores que sehan realizado en Panamá apartir de la Colonia.

Régimen Jurídico Colonialen Panamá:

El sistema legal en el Istmoestuvo sujeto a rígidaEl regla-mentacicnes desde la inicia-ción de la época colonial, sibien durante la Conquista seimpusieron normas estrictaspara llevarla a efecto; perosu naturaleza y sus fines eranotros. Las instrucciones quetrajo al Istmo el recién nom-brado Gobernador PedrariasDávila han sido consideradas,

8

como ya hemos apuntado an-tes, el Primer Código Españolpara América, y contenía in.dicaciones precisas que refle-jaban fielmente la mentalidadcentralizadora y absolutstade los soberanos españoles. Es

de advertir que en toda la A-mérica Hispana, las reglamen-taciones se multiplicaron deuna manera tal que en mucha"ocasiones se contradecían una~con otras, En otras ocasionesse llegaba hasta el extremode legislar desde la mismametrópoli sobre asuntos queapenas se conocían allá, puesla mayor parte de los funcio.narios reales no tenían cono-cimientos directos sobre larealidad geográfica, económi.ca o políica de esta parte delmundo Y a estos hechos noescapó nuestro país. Por otrolado, esta multiplicidad en lasleyes, evidenciaba que la Co-rona no tenía suficiente con-fianza en la honestidad demuchos gobernadores genera-IN!, corregidores, alcaldes e,incluso, virreyes, Así, por e.jemplo, estaba prohibido nom~brar corregidores en el mismolugar de su residencia, y lasi:'àzones eran obvias. A la ma-yor parte de los funcionariosse les obligaba a prestar de-claración jurada de sUs bienesantes y después de entrar ycumplir sus funciones o cargo.En general, se conviene en a-firm-ar que la administracióncolonÎql tanto en el Istmo co-mo en el resto del Nuevo Mun-do, estaba un tanto corrom-pida por la venalidad de losfuncionarios públicos y la com-

plicidad de los subalternos y

Page 10: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

fiscalizadores. Y no obstantelos esfuerzos del gobierno es-pañol para subsanar estos ma-les, los abusos de 103 funcio-narios locales en el Istmo y elresto de América, apenas sO)corrigieron en parte.

Dos importantes institucio-nes vigentes en la época colo-nial fueron la residencia y lavisita, como prácticas ~,dmi-nistrativas de cierto valor. Laresidencia, como nos dice C.H. Haring, era un "examenjudicial de la conducta de unfuncionario al término de sumandato", procedimiento quese utilizó por primera vez con-tra Bobadila por parte de Ni-colás de Ovando. Ale:androde Humboldt cuenta que a fi-nesde la colonia, muchos vi-rreyes se evadían de la resi-dencia si tenían amig-os o alle-gados a la Corte. El profesorHaring nos hace mención deuna relación de Antonio deUlIoa en sus NOTICIAS SE-CRET AS, de que había corre-gidores que enviaban agentesespeciales a la Corte de un vi-rrey para conversar con el quehabía sido designado juez deresidencia y ponerse de acuer-do antes de que dicho funcio-nario saliera a cumplir con sudeber. En cuanto a la visita,ésta era un método secreto quepodía efectuarse sin avisarleal funcionario que iba a serinvestigado. Los visitadoresfiscalizaban todo, examinabanlo?' actos de los administra.do-res locales, inspeccionaban loslibros de cuentas y podían ha-cer comparecer a cualquierpersona para que rindiera tes-

timonio sobre cualquier asun-to de importancia. El primerjuez visitador fue el ya men-cionado Bobadila, cuando sur-gieron quejas contra el gobier-no de Colón en la Española.A su vez, Bobadila fue "re-sidenciado" por Ovando. Notodos los jueces visitadorescumplían a cabalidad sus fun-ciones, pero era una prácticaque tendía a suprimir las va-nalidades, las malversaciones,el incumplimiento general dela ley, Estas restricciones eranproducto de una situación nue-va en América en donde esta-ba surgiendo una sociedad conideales, fines y propósitos dis-tintos en cuanto a la forma deUsufructuar los bienes que ha-bía en el Continente.

La lieratura jurídica delperíodo colonial en el Istmoes abundante, y reposa casitoda en el Archivo General deIndias, en Sevila, partes enGuatemala, Perú y Colombia.Toda esta literatura jurídicaforma parte de las "fuentesimpresas" de la época hispá.nica. En la ya citada obra delDr. Gasteazoro, INTRODUC-CION AL ESTUDIO DE LAHISTORIA DE PANAMA, en~contramos una rica referenciainformativa sobre el particu~lar. AlIi se señalan, por ejem-plo, las "Instrucciones" dadasal Capitán General y Gober-nador de Castila del Oro, ex-pedidas a Pedrarias Dávila;el Acta de fundación de laciudad de Natá por Pedra-rias; Capitulacicnes como laotorgada a Felipe Gutiérrezpara la conquista y población

9

Page 11: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

de Veragua; Real Cédula alGobernador de Tiern, Firme,facultando a la ciudad de Na-tÚ para poblar el di;cado deVm'agua, emitida en Vallado-lid; Real Cédula tra:\ladandola Audiencia de Guatemala aPanamá, otorgada en Zarago-za; Real Cédula nombrando aDiego de Almagro contadOlde la Provincia de Tierra Fir-me (1532); Real Cédula re-comendando al Gobernadorde Tierra Firme que ayude yfavorezca a Diego de Alma-gro. Se mencionan en la miA-ma obra Apéndices, Ordenan-zas, Contratos, Reales Decre-t02" ConsultaR, Juicio:; de Re-Ridencia, Actas de toma de po-sesión y fundación de ciuda-des, testamentos, libros de ha-cienda, otc. Todo eríe vastorepe\t'torio legislativo formaparte del complejo aparatojurídico que servía de base ala vida institucional del Istmoen la época colonial y que hansido pacientemente seleceio.nados y clasificados por el ehi-leno José T01"iliio f\~ea~na,Carlos A. Romero, Horado H,Urteaga, Manuel do M ariaPeralta, Rafael Altamini, lospanameños ,Juan A. SUf'tú yel mismo profesor Gastea7.oro_Esta babel de ,documentos sonparte de nueRtra historia y nopodemoA subestimarIa, y másbien debe i"er un acicate paraprofundizar aún más en las€:ntrañps de nuestro pasadocolonial como una forma dehacel' historia objetiva, Aince-

nL c;entífica. El estudio detoda esta documentaciÓn nosrevela, hast'è cierto punto, elcarácter intrincado y prolijo

10

de la legislación hispánica enel Istmo. El conjunto de eAtoslegajos, ordenanzas, etc" for-man el cuerpo de lo que Re hadado en llamar "Leyes de In-dias", e incluyen el texto delas leyes de Burgos. la Reco-pilación de Indias, I a compi-laciones valiosas del paname-ño Manuel Joseph de Ayala.

La Cultura Colonialen Panamá.

Habida cuenta del atrasotécnico y social que caracteri-zó a nuestro período colonia!,en Panamá, se produjeron ex-presiones de tipo inteleeLual ycuyos representantes escribíanacerca de los hechos que mástenían que ver con las circuns-tancias en que vivían. El pro-fesor hmael Carda S., en suHISTORIA DE LA LITERA-TURA PANAMg~A nos diceque los primeros cronistas delIstmo crearon obras no muyimpresionantes en su forma vsu contenido, sino que fuero~"secas y huérfanas de caloremotivo", si€ndo el interés deéstos Rimplemente el de na-rrar sin atenerse a los gustosrefinados de la buena litera-tura. Poseen un valor pura-m(,nte dccumental. En RU obra,LA CULTURA COLONIALEN PAN.AIMA, Rodrigo Miróafirma que "es indudable quela conquista produce, entreotras cosas, un CUriOSd tipo df;escritor, el del hombre sin hu-manidadeR, que de quedar enEspaña jamás hubiera escritonada, del Que Rc10 atiende alos requerimientos de un ama-necer extraordinario y nos da

Page 12: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

su vision personal de las co-sas". El mismo autor, en otroensayo sobre "La Literaturade Panamá", expresa q u enuestra literatura nativa noalcanzó en la Colonia "frutosbastantes como para exigirnosun catálogo sistematizado desu expresión". Esto se debió,afirma, a que para España elIstmo representó siempre unlUgar para garantizar el trán.sito, por lo que los colonofl po-co tiempo y pocas oportunida-des tuvieron para dedicarflea escarceos de tipo intelec-tual, sino en forma ocasiona!y circunfltanciaL.

Es indudable que este ini-cial atraso en lo intelectual sedebió, en gran partE:, también,a la clase de hombre que vinoa esta región del Continente.Eran gentes interesadas enalcanzar fortuna y fama. Lascondiciones económicas y so-ciales influyelcn notablemen..te en el escaso número dehombres de ciencias y de le-trafl que hubo en el Istmo. Pe-ro durante el siglo XVIII, lapolítica de la Ca"!a de Borbóny el cambio hacia mejore~condicionefl de vida, dio im-pulso a las ciencias, las letrasy las artes. El Dr. OctavioMéndez Pereira, en su HIS-TORIA DE LA INSTRUC-CION PUBLICA EN PANA.MA, nos dice que "la colonia,dueña de vida y haciendas,moldeándolo todo sin más mi-ras que hacer frailes y flúbdi-tos tranquilofl, devotos y bue-nos pagadores de contribucio-nes, gabelas y sinecuras, con.sideró siempre como un peli~

gro social difundir la iristruc-ción". A todo esto podríamosagregar que el Istmo fue mi-rado, desde que perdió impor"tancia comercial, como unsimple lugar en donde, even-tual y es.porádicamente, repo-saban los viajeros qUE: iban depaflo. Esta inestabilidad encuanto a la población se re-fiere también contribuyó aesa especie de sopor intelec-tual en qUe vivió el Istmo enlos dos primeros siglo''; de do-minación española y parte dela primera mitad del sigloXVIII. El tipo de literatura0f1 de caráctei' burocrático, se-gún expresión de Rodrigo Mi-ró, por lo que no eS extrañoese aire sin gracia y sin vue-los que la caracterizó. Eso setraduce en lo social, noS diceGasteazoro, en el "an: odorra-miento de las ciudades termi-nales, la formación de lasgrandeE! haciendas y el cam-bio de nuestros señores de co-merciantes a terratenientes".En realidad, fueron las condi-ciones socio-históricafl la" quedeterminaron en gran medidala existencia de una literaturainicialmente dedicada a me-nesteres no artísticofl.

Debido a la influencia de larglesia en la vida Rocíal delIstmo, la producción intf'ec-tual tuvo much!) de eclesiás-tico, lo que no quiere decirque no hubo literatura profa~nao Las crónicas de la prime-ra época son un tra"un! o delas grandioRap, explorac'onesy acciones de conquista de unColón, un BaJboa, un Pedra-das, un Andag-oya. de. En el

11

Page 13: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

aspecto puramente educativo,el sistema pedagógico colonialestaba fundado en la prepa-ración moral e intelectual engrado casi exclusivo para losgrupos selectos tanto de pe~ninsulares como de ricos crio~llos. En no pocas ocasiones laCorona exigió que en los po~blados indígenas se crearanescuelas en donde Re enseña-ran los elementos del idiomade CastiVa, pero estas dispo-siciones no fueron cumplidaspor entero. Hubo descuido de-liberado por parte del gobier-no local para mantener almargen del progreso intelec-tual a las poblaciones nativas

V a los criollo" de los más ba-jos niveles. El Dr, Eusebio A.Morales, al hablar sobre estoshechos nos dice: "Durante laépoca colonial el Istmo tuvo,en contra de su desarrollo, unfaeLor adverso poderosísimo:el estado de ánimo, el estadopsicológico de los españoles...no se consideraban vinculadosal suelo, no tenían aquí atrac-ción espiritual; eran viajerosque hacían del Istmo una eta-pa en la vida de la fortuna.y como prueba de lo afirma-do, subraya que los españo-les, a pesar de ser miembrosde una nación inteligente yemprendedora, sólo hicieronaquí lo que les convenía parasus intereses prácticos e inme-diatos, construyendo, por e-jemplo, una ruta entre Porto-belo y Panamá porque la ne-cesitaban, pero sin interesarsepor los caminos del Interiordel país.

Sin embargo, las primerasexpresiones lierarias sobre el

12

Istmo -ya lo hemos dicho-se refieren a las precisionesque hizo Colón sobre su viajea las costas de Panamá. Cuan-do se funda la nueva ciudadde Panamá, surge una inquie~tud en este orden de cosas;hay más seguridad y mayoresestímulos para las actividadesde tipo intelectuaL. Teniendoen cuenta que la literaturaistmcña no alcanzó categoríade primera línea en el perío~do colonial, no podríamos ha~cer una lista sistematizada desus distintas manifestaciones.De acuerdo con el criterio deRodrigo Miró. en su TEORIADE LA PATRIA, se destaca-ron en primer lugar los nom~bres de tres personajes degran interés para nosotros:Manuel J o s e p h de Avala(1728-1805). Sebastián LópezRuiz (1741-1823) y Víctor dela Guardia (1772-1824). Elprimero de los mencionados,lo califica 8l como "el másdestacado jurista indiano desu época". El segundo, obtu-vo título de Bachiler en Ar-tes, estudió jurisprudencia,interesándose por las cienciasnaturales y graduándose porúltimo en medicina en la Uni-versidad de San Marcos. Li-ma, sustentando una tesis so-bre el "Bálsamo rubio o pe-ruano", ensayo escrito en la-tín; descubrió también, minasde azogue en algunas regio-nes de Panamá y tuvo comodiscípulo a Antonio Nariño,uno de los precursores de laIndependencia americana. Porsu parte, Víctor de la Guardiafue autor de la primera piezateatral escrita y representada

Page 14: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

en el Istmo, "La Política delMundo" y cuyo contenido serefiere a la invasión de Napo-león en España; esta obra fueestrenada en la ciudad de Pe-nonomé en el año 1809. Tam-bién Víctor de la Guardia fuealcalde de Natá e intendentede provincia en Guatemala.Se habla, igualmente, de unaobra, perdida hoy, posible-mente escrita también por él,"La Reconquista de Granada".El famoso personaj e america-no, caudilo de los comunerosdel Paraguay en el año 1724fue oriundo de Panamá. Setrata de José de Antequera yCastro, aficionado a las letrasy muy conocedor del latín yquien tradujo al español va-rios clásicos de la líteraturaromana.

Juan Antonio Susto, en suensayo, PANAME~OS DE LAEPOCA COLONIAL, resogeun repertorio de nombres dePanameños que se consagra-ron al estudio de las letras ylas ciencias. Señalamos sola-mente algunos pocos conoci-dos hoy entre nosotros: RafaelLasso de la Vega, Alonso deCoronado y Ulloa, Antonio dela Cueva, Juan Bernal de Con-trcras y Juan de Tapia, éstosdos últimos designados paraaportar los datos necesariospara la formación de la obra"Teatro Eclesiástico de lasIglesias de América", a cargodel Cronista Maestro, Gil Gon-zález de A vila. El oficio demédico no fue muy bien vistodurante la colonia por la pre-sencia de una serie de prejui-cios, tal vez, porque la medi-

cina fue ampliamente utiliza-da en su forma más racionaly científica por los musulma-nes. Sin embargo, ello no fueobstáculo para que el ya men.cionado Sebastián López Ruiz,junto con Isidro Arroyo se re-cibieran de doctores en medi-cina en la Universidad 'de SanMarcos. El último de estos es-cribió una "Disertación histó-rica sobre la fiebre amarila",demostrando su calidad dehombre de ciencia, inquietoante toda novedad científica.Sobre don Manuel Joseph deAyala, al cual ya hemos cita-do anteriormente, nos diceRicardo Levene, historiadorargentino, que "el consejeroAyala resulta ser el más des-tacado jurista indiano de estaépoca, no sólo por su pacientelabor de revisión y ordenaciónde material sino por su obrapreparatoria de una nueva re-copilación de las leyes de In-dias". Su obra, nos dice Susto,alcanza a más de 600 tomos,que reposan actualmente enla Biblioteca Nacional de Ma-drid. Juan Manzano Manzano,en una semblanza biográficasobre este ilustre panameño,nos dice que "no era. Ayalade los funcionarios resignadosa envej ecer en un mismo car-go", por lo que no vacilaba ensolicitar ascensos que él con-sideraba justos en mérito asus dotes y servicios. Figuranactualmente en el ArchivoHistórico de Madrid, el "Dic-cionario de gobierno y legis-lación de Indias y España","Norte de los acertados actospositivos de la experiencia" ysu "Cedulario Indico", Es im-

13

Page 15: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

portante advertir que Ayalapasó casi toda su vida en Es-paña, en donde realizó toda1m ingente labor, promoviendo,entre otras de sus iniciativas,la cnaciÓn de IOR Archivos dela Secretaría del Perú y de laNueva Granada. No obstantesu obra ciclópea, Ayala nosiempre resultó favorecido enforma real por las atencioneRy privilegios que le pudieronhaber diRpensado los altoRfuncionarios de la Corona.

Muchos otros panameñostuvieron actuación dCRtacadaen el período colonial, comodon Pablo Arosemena y Lom-bardo, abuelo de don JustoArosfmena; Jo~é María Chia-ri, militar de carrera; Fran-cisco .Jiménez Cuevas quienactuó como fiscal bajo laR Ól-denes de Juan de Sámano y,por lo tanto, un panameño conidealëR realistas. De todas ma,nei'aR, lo que llevamos dichosobre los criollos panameñosen la colonia es una confirma-ción de que éstos no se resig-naron a ser Rimples hombreR,gente del común, sino que tra-taron de Robrcponerse a estasituación en que Rocialmentevivía el país, actuando ya co-mo conilejeros, ya como mili-tare;~, ya como médico;:, teó-logo", y promotores de la cul-tura Ruperior como el ObispoFrandsco Javier de Luna yVicturia, fundador de, nuestraprimera Universidad en 1749y que contaba con las cÚtedra~;de lat~n. ret6rica y TeologíaMoraL. El plan de estudios deesta universidad regentadapor jesuítas, seguía los mismosesquemaR del resto de las uni-

1'

versidades americanas y esrazonable pensar gue a ellasólo tuvieron acceso real quiü-nes luego se habrían de dedi-car a actividades de mando,administración, dirección dee~.cuelas y conventos, confec-ción de obras de investigacio-nes superiores.

Las Insttuciones Religiosasen Panamá:

No cabe la menor duda d,~'qUe la cultura espiritual en elIstmo eRtuvo profundamentevinculada a la acción de 102,elérigoR, gente ilustrada e im-buída de propósitos evangeli-zantes. Ya Re tratara de laeduca.ción de peninsulares, decriollos, de meRtizos, negros oindios, la acción educativa dela Iglesia se: hizo eÍfctiv;:t se-gún los distintos niveles a 10ReualeR se dirigía. Pero separa-da de esta actividad, lo pro-piamente eclesiástico, en cuan-to a organización en el Istmo,Riguió les mismoS rumbos ymodelos que en lo otros paí-Res del Continente. Se sabeque fue en el Darién en dondese estableció el primer obispa-do en Tierra Firme en el año1518, y luego pasó a la ciudadde Panamá en 1524 como con-secuencia del interés que estepunto tuvo para España. Con-temporáneo con este hecho vi-nieron al IRtmo numerososfrailes cUya misión prineipalfue la de establecer centros dp

evangelización y ayuda espi-ritual. No obstante el catoli~cismo de Fernando e IsabeL.éRtos mantuvieron firme elnrincipio del Patronato sobrela Iglesia, mostrando gran ce-

Page 16: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

10 en las posibles influenciaseclesiásticas que podían dÏf;-putarle los derechos que os-tentaba la Corona. Se hizopráctica corriente, así, que elmonarca nombrara a un ecle-siástico como obispo seleccio-nado por éL. Monasterios, hos-pitales e iglesias sólo podíanhacerse en virtud de ordenan-zas reales. A su vez, los obis-pos no estaban facultados pa-ra remover en su propio be-neficio a ningún eclesiásticosin haber consultado antes ala autoridad reaL. Esto es 10que nos dice el historiador C.n. Haring, de que "el episco-pado americano se destacósiempre por su fidelidad alrey" y que la misma Iglesiaf:'Ü llegó a convertir, debido asu prestigio e influencia, enpl más poderoso vehículo delEstado para sostener su do-minio en tan vastos territorios.La Iglesia, empero, llegó a sergran propietaria, lo que lepermitió manejar lo que hoyllamaríamos "servicios públi-cm,", como asilos, escuelas,hospitales y otras institucionesde piedad o de carácter fian-tr6pico. De esta manera, laIglesia se convertía en una in s-tiÜ'ción valiosa en sí y en unm8dio poderoso de difusióncultural que vino a aumentaraún más su prestigio.

Desde el punto de vista dela organización eclesiástica,el Istmo no tuvo la jerarquíaque tuvieron, por ejemplo,México, Perú v el Virreinatodel Río de la Plata. El hechode que nuestro país no hubie-ra sido escogido como sede de

una Capitanía General o deun Virreinato, es prueba deque, para decirlo con sinceri-dad, no ofrecía las perspecti-vas económicas que del Istmose esperaban en un principio.y esto se traduce, también,en que en el período de unostrescientos años sólo hubo enPanamá ocho obispos criollos,nacidos aquí. El rango econó-mico del vaís no era lo sufi-cientemente alto como parajustificar, desde el punto devista de los intereses de la Co-rona, una administración vi-rreinal o de ser sede de unacircunscripción e c 1 e si á s ticaamplia y dilatada,

Por su parte, la Inquisiciónfuncionó en el Istmo, por asídecirlo, a distancia, primerodesde la ciudad de Lima y lue-go desde Cartagena. Este Tri-buna procesó a varias perso-nas en Nombre de Dios y enla ciudad de Panamá. Según\03 historiadores Castilero yArce, "a los comerciantes,aunque se les imputabancreencias heréticas, se les en-carcelaba, sobre todo con eldeliberado propósito de se-cuestrarles los bienes con loscuales los inquisidores obte-nían fondos para sus dispen-dios os gastos". La Inquisiciónfomentó en el Istmo la, dela-ciones, las más falsas acusa~cIones de herejías y el temora ex.nresarse con cierta liber-tad de criterio; sin embargo,nunca se registrÓ aquí ningu-na condena a muerte por partede esta institución. Hasta lacomisión de científico., fran-ceses que se dirigía al Ecua-

15

Page 17: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

dor a medir un grado de me-ridiano terrestre, según lo ha-bía dispuesto la Convenciónde París, encontraron tropie-zos en su labor a su paso porel Istmo, por parte de un fun-

16

cionario de la Inquisición. Los

ideales liberales y republica-nos imprimieron en el puebloantipatía contra los excesosde muclios funcionarios delTribunal del Santo Oficio.

Page 18: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

ARMANDO FORTUNE

Los negros cimarrones

en Tierra Firme

y su lucha

por la libertad

NOTA DEL EDITOR: Este interesan-te trabajo de Armando Fortune .'obr'eLos Negros Cimarrones En Tierra Fir-me y Su Lucha Por La Libertad serápublicado en cuatro entregas, de las cua.les esta es la primera. Su autor ha pu.blicado varios libros sobre los negro.'qUe fueron traídos como esclavos aAmérica, y sus largos años de invf'':ti-gación lo han convertido en una autori-dad en la materia. Esta publicu,ciÔ1I 1)('complace en tener la exclusÍ1Jidad de laed-ición de esta documentada obra.

Desde los inicios mismos dela trata, el negro africano seopuso a su cautiverio y reac-cionó violentamente contra elrégimen de la esclavitud. COll-trariarnenLe a la creenc'a amopliament~ admitida, tanto en-

tre los blanco¡; como entre lagente dc color, la masa negrano aceptó dócilmente y sinprotesta la subyugación des-piadada y la dominación au-toritaria de los blancos, comonos quieren hacer ver algunos

17

Page 19: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

escritores. Estas reacciones derebeldía de los negros oriun.dos de Africa -que fueron elinicio de las luchas revolucio.narias para elevar el sta,tussocial de las masas trabajado.ras en el mundo entero- hansido menospreciadas en su ex~tensión a causa de la propa.ganda a favor de la esclavitudy el sentimiento de que el co-nocimiento de las sublevacio.nes de los esclavos negros leharía daño al sistema de ex~plotación del hombre por elhombre. Las rebeliones que tu.vieron lugar en el Istmo, co.mo veremos seguidamente, -aligual que en otras partes deAmérica, demuestran clara-mente que la docildad de losÈ'f\clavos negros no es, ni hasido, más que un mito.

Al instante mismo en queel africano fue colocado enuno de los barcos negreros yse inicia el horrible viaje tras.atlántico, desde ese momento,se hizo revolucionario, real opotenciaL. "La reacción de losnegros a su condición a bordode los barcos negreros, obser.va Lorenzo J. Green, (1) de.muestra que ellos en generalno compartían la convicciónde aquellos que los conducíana la' salvación por medio dela esclavitud. Llevados a ladesesperación por su miseria,los esclavos se aprovecharonde toda oportunidad para es.capar a su cautiverio o termi.nar con sus sufrimientos. Mu~chos se negaron a tomar sus a~limenfos y. algunas veces eranforzados a ello, después deque su dentadura era destro~

18

zada o sus labios qU,flmadoscon carbón caliente. Otros co~metian suicidio. Pero la pro-testa más dramática fue elfrenético esfuerzo colectivode los negros de ganar su li.bertad por medio de la violen~cia. Esperando el momentooportuno, frecuentemente sealzaban contra sus aprehen.sores en un esfuerzo determi-nado de matar a la tripula.ción, apoderarse de la nave yregresar al Africa. En estesangriento pero circunscritoteatro de acción, los esclavosalzados generalmente se en.contraban en desventaja. Latripulación, aunque en aúme-1'0 muy inferior a los negros,estaba bien armada, organi-zada, disciplinada, y bajo li-dcrazgo autoritario. Igualmen-te tenía la ventaja de la po-sición estratégica, porque con.trolaba la cubierta y super.(,structura de la nave. Porotra parte, los esclavos esta-ban desorganizados, indisci.plinados y unidos tan sólo porsu insaciable deseo de libcr.tad. No tenían armas, estabanencadenados y debiltados porsu confinamiento. Pedazos dehierro, de madera y sus cade.nas eran sus únicas armas.Mas aún, en el evento de unalzamiento, podían fácilmen~te ser despachados por el fue-go de las armas de la tripu.lación a medida que subían acubierta. Pero estos 'bozales'o negros toscos no le temíanni a sus cautivadores ni a lamuerte y, a pesar de su pocaposibilidad de éxito, atacaronuna y otra vez con furia roa-niática a los que querían es-

Page 20: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

clavizarlos. Algunas veces lo-graban su objetivo. Con ma~yor frecuencia prevalecían lasarmas de fuego de la tripula-ción. Después de luchas deseR-peradas, los esclavos eran re-chazados, pero no antes deque numerosas bajas fueraninflngidas en ambos bandos","Su agresividad, como apuntaArthur Ramos, (2) fue unacaracterística psico-social pri-mitiva, una herencia social di-recta de las luchas secularesde religión que aseguraron enAfrica el dominio del Islám' .El primer pensamiento, por

tanto, del esclavo al llegar alm~ costas del Nuevo Mundoera el de rebelarse, oponer re.sistencia contra sus opresores,el'capar a las montañas y lu-char por su libertad. "N o esnecesario que la literatura so-bre la esclavitud nOs lo de-muestre, escribe Hersko-vtts, (3) para convencernosde que, desde sus inicios. unvasto números de negros senegó a aceptar el status de laesclavitud sin luchar. Los in-formes contemporáneo" estántan llenos de historia sobre

(1) Lorenzo J. Greeii. "Mutiny onthe Slave Ship¡;". Phylon, Te-mo V, No. 4 (Sept.-Dic., 1944),pág. 348.

(2) Arthur Ramos. Las CulturasNegras en el Nuevo Mundo.México: Fondo de Cultura E.conómica, 1943. Traducci6ii delportugués por Ernestina deChampurcin, pág. 278.

(3) Melvile J. Herskovits. TheMyth of the Negi'o Pasto NewYork: Harper & Bros., Publi.Rhers, 1941, pág. 87.

alzamientos y otras formas desublevación, casos de inani-ción voluntaria y ötras formasmás directas de suicidio, quesorprende que el concepto dela docildad del africano hayapodido extenderse".

La reacción de rebeldía delos negros esclavos tomó, prin-cipalmente, dos formas: a) ladel cimarronaje y b) la del a-palencamiento. El cimarrónera el rebelde singular y anó-nimo, de tipo transitorio; erael hombre de la selva o delbosque. El apalencado se re-belaba en grupo, adoptabaforma de vida más permanen~te y prefería vivir en las mon-tañas. Estas dos modalidadesde rebeldía se iniciaban conla fuga y se inspiraban en eldeseo de libertad. El aisla-miento del cimarrón tendíacasi siempre hacia el reagru-pamiento del negro en el Nu'e-vo Mundo en bandas que mástarde establecían sus palen-ques o quilombos en lo másespeso de las montañas y cuyofin primordial era de carácterdefensivo, pero en muchos ca-sos ofensivo y contra ofensivo,lo que pone de relieve susgrandes cualidades de líder,su espíritu organizador, suÍmpetu para el combate y lossentimientos de afirmación dela dignidad hUmana.

Los movimientos subversivosde los negros se iniciaron tantemprano como en 1503, estoes, dos años despuê8 de su in-troducción en Cuba, cuando ungrupo de esclavos Se rebela-ron en la isla. Once años des~pués, éstos intentaron alzar-

19

Page 21: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

se en la Española y muchosse huyeron a los montes~ En1520 el número de negros Hatan crecido en esa isla que lasautoridades solicitaron al Mo-narca que se permitiera pasargente de cualquier nación pa-ra poder destruir a los negrosrebeldes que estaban sonsa.cando a los indios para la lu-cha contra los castellanos. Dosaños más tarde, a principiosde 1522, ocurre el primer al-zamiento en la Española cuan.do veinte negros jclofes delingenio del Almirante Gober-nador Diego Colón se escapa-ron y se confabularon conotros veinte de los ingeniosvecinos que los aguardaban encierto lugar. Tenían la inten-ciól1 de atacar el ingenio delLicenciado Alonso Zuazo, Juezde Residencia de la Isla, ase-sinar a los españoles que allíhabían, levantar a los negrosque sumaban un gran númeroy los otros de la vecindad, a-tacar la vila de Azua y apo-derarse de ella, eliminando atodos los blancos que allí re-sidíàn, En su recorrido, estosfugitivos mataron a algunosespañoles, asaltaron el hato deMelchior de Castro, saquea-ron haciendas y casas, Y co-metieron otros actos de pila-je y asesinatos. "Súpose lue-go la nueva en esta cibdad(Santo Domingo), escribe 0-viedo, (4) por aviso que dioel Licenciado Chripstóbal Le.bron que estaba en un ingeniosuyO; y sabido el mal propó-ssito é obra de los negros, lue-go cabalgó el almirante enseguimiento dellos, con muypocos de caballo y de pié. Pe-

20

1'0 por la dilgencia del almi-rante é buen provehimientode,:;ta Audiencia Real, fuerontras él todos los caballeros éhidalgos, é los que ovo de ca-ballos en esta cibdad é por lacomarca; y el segundo dia des-pues que aqui se supo, fué aparar el almirante á la riberadel rio Nicao, él aUi se supoque los negros avian llegadoá un hato de vacas de Mel.chior de Castro, escribanom ayor de minas, é vecino des-ta cibdad, nueve leguas de a-qui; donde mataron á unchripstiano, albañil que esta-ba all labrando, é tomaronde aquella estancia un negroé doce esclavos otros indios, érobaron la casa; y hecho todoel daño que pudieron, passa-ron adelante, haciendo lo mis.mo y pesándole de lo que nose les ofrescia, para hacerlopeor.

"Después que en el discur-so de su viaje ovieron muertonueve chripstianos, fueron áasentar real á una legua deOcoa, que es donde está uningenio poderoso del Licen-ciado Zuazo, oydor que fueen esta Audiencia real; condetcrminacion que el dia si-guiente, en esclaresciendo,pensaban los rebeldes negrosde dar en aquel ingenio é ma-tar otros ocho ó diez chrips-

(4) Gonzalo Fernández Oviedo yValdés. Historia General y Na-tural de las Indias, Islas yTierra-Firme del Mar Oceáno.Asunción del Paragury: Edito-rial Guaranía, 1944. Torno J,p¿gs. 20:3 y siga.

Page 22: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

tianos que alli avia, é rehacer-se de mas gente negra. E pu-diéranlo hacer, porque hallá-ran mas de otros ciento é veyn-te negros en aquel ingenio;con los quales si se juntáran,tenian pensando de yr sobrela villa de Acua y meterla ácuchillo y apoderarse de latierra, juntándose con otrosmuchos mas negros que en a-quella vila halláran de otrosingenios. E Sin dubda se jun-táran á su mal intento, si laProvidencia Divina no lo re-mediára de la manera que loremedió.

"Assi que, llegado el almiran-te á la ribera de Nicao, comohG dicho, 6 sabidos los dañosya dichos que los negros ybanhaciendo por el camino quellevaban, acordó de parar allaquella noche, porque la gen-te' .que con él yba reposasse., élos que atras quedaban le pu-diessen alcanzar, para partirde all otro dia al quarto delalba, en seguimiento de losmalfechores. Es de saber queentre los que all se hallaroncon el almirante estaba Mel-chior de Castro, vecino destacibrlad, al ,qual avian fechoen su hacienda y estancia, eldaño que. se dixo de suso; éc6mo le dolia su proprio tra-bajo (demas é allende del ge-neral de todos que se apare-jaba), acordó de se adelantarcon dos de caballo, sin decircosa alguna al almirante; por-que creyó que si le pedia li-cencia no se la daria ni le de-xaria yr tan solo adelante,quedando al almirante é gentedonde se dicho. E secretamen-

te se salió del real é fué á suestancia é hato de sus vacas,y enterró el albañil que allavian matado los negros, éhalló su casa sola é robada:all se juntó con él otro chrips-tiano de caballo, é determinóde yr adelante; é desde allienvió a decir al almirante queél se yba en seguimiento delos negros con tres de caballoque con él estaban, que le su-plicaba que le enviasse algunagente, porque él yba con de-terminacion de entretener losnegros, en tanto que los chriP3-tianos con su señoria llegassen,puesto ,que él y los que con élyban eran pocos. Sabido estopor el almirante le envió lue-go nueve ¡de caballos é sietepeones, los quales le alcanza-ron; é juntados con Melchiorde Castro, fueron por todosdoce de caballo, é siguieron álos negros hasta donde es dichoque estaban. Entre esta gentede caballo que el almiranteenvió a tener compañía a Mel-chior de Castro, para detenerlos negros rebeldes, fue elprincipal Francisco DávIla,vecino desta cibdad (que ago-ra es uno de los regidoresdella) , é prosiguiendo su ca-mino, al tiempo que el lucerodel dia salia sobre el horizon,te, se hallaron á par de losnegros: los quales assi comosintieron estos caballeros, seacaudilaron é con gran grita,fechos un esquadron, atenJie-ron á los de caballo. Los ca-balleros, viendo la batalla a-parejada, sin atender al almi-rante por las causas que esdicho, é no esperar que los ne-gros. i"e juntassen con los de

21

Page 23: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

aquel ingenio, deter'minaronde romper con ellos, é em-branzaron sus dagas, é pue,s-tas su lanzas de encuentro,llamando a Dios y al apóstolSanctiago, todos doce de ca-ballo fechos un escuadron, depocos ginetes en número, pe-ro de animosos varones, estri-bera con estribera, á riendatendida, dieron por medio delbatallon contra toda aquellagente negra, que los atendiócon mucho ánimo para resistirel ímpetu de los chripstianos;pero los caballeros los rompie-ron, é passaron de la otra par-te. E deste primero encuentrocayeron algunos de los escla-vos; pero no dexaron por essode juntarse en continente, ti-rando muchas piedras é varasé dardos, é con otra mayorgrita atendieron el segundoencuentro de los caballeroschripstianos. El qual no se le,;dilató, porque no obstante suresistencia de muchas varastostadas que lanzaban, revol-vieron luego los de caballosobre ellos con el mismo ape-llido de Sanctiago, é con mu-cho denuedo dando en ellos,los tornaron á romper passan-do por medio de los rebela-dos: los quales negros, vién-dose tan emprosivo apartadosunos de otros é con tanta de-terminacion é osadia de tanpocas é tan valientes caballe-ros acometidos é desbaratados,no osaron esperar el terceroencuentro. que ya se ponia enexecucion. E volvieron las os-paldas, puestos en huyda porunas peñas é riscos que aviacerca de donde este vencimien-to passó, é quedó el campo é

22

la victoria por los chripstia-nos, é allí tendidos muertossoys negros, é fueron heridosdeIlos otros muchos; y al di-cho ¡Melchior do Castro le pa-ssaron el brazo izquierdo conuna vara y ,quedó mal herido.E los vencedores quedaron a-ll en el campo hasta que fuede dia, porque como era denoche y muy oscuro é la tierraáspera é arborada en partes,no pudieron ver á los quehuian, ni por donde yban; pe-ro sin se apartar del mismolugar donde esto avia passa-do, hizo llamar Melchior deCastro, por VO%; de un vaque-ro suyo; al negro é indios su-yos que le av:ian robado losnegros de su estancia; é luegocomo conoscieron la voz delque los llamaba, los recogió ese vinieron todos, porque es-tando ahy cerca escondidosentre las matas ê de oirle éconoscerle en la voz se asegu-raron, y se fueron é su señorcon mucho placer.

"Assi como fue de dia cla-ro, Melchior de Castro é Fran-cisco Dávila, é los otros pocosde caballo que en este trancehonrosso Se hallaron, se fue~ron al ingenio del licenciadoAlonso Zuazo á rep03ar, Ellegó el almirante, é la gentüque con él yban aquel diaquasi á hora de vísperas; yde lo que hallaron fecho todoslos chripstianos dieron muchasgradas á Dios, nuestro Señor.por la victoria avida: porqueaunque estos negros rebeladosno eran de mucho número,vban encaminados con su ma-la Intencion é obra donde den-

Page 24: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

tro de quince di as o veynte,

no yéndoles á la mano, fuerantantos y tan malos de sojuz-gar, que no se pudiera hacerRin gaRtarRe tiempo y muchasvidas de chripstianos. Sea Diosloado por el buen subceso des~ta victoria, que en calidad fuegrande.

"El almirante mandó a Mel-chior de Castro que se viniessea esta cibdad de Sancto Do-mingo para que se curasse,como lo hizo; y quedando elalmirante en el campo, hizobuscar con tanta diligencia losnegros que avian escapado dela batalla y eran culpados,que en cinco ó seys dias setomaron todos, é mandó ha-cer justicia dellos é ,quedaron

sembrados á trechos por aquelcamino, en muchas horcas.Pero como los que escaparonde la batalla se avian metidoen partes ásperas, fué nesce-sario que los siguiesse gentede pie, de la qual fué por ca-pitán Pero Ortiz de Matien-zo, el cual los siguió é peleócon ellos é mató á algunos éprendió á aquellos, de quiense hizo la justicia que he di-cho. Y en la verdad este hi-dalgo se ovo como muy varonen esto, segund la dificultadé aspereza de la tierra, dondelos alcanzó é desbarató á losfugitivos. 'Por manera que ladilgencia de Melchior de Cas-tro, mediante Dios y el esfuer-zo dél y de Francisco Dávila,que fué en su ayuda é soco-rro, por capitan, como es di-cho, de aquellos ocho caballe-rros que juntados con Mel-chior de Castro todos fueron

doce de caballo, salió el ven-cimiento á tan buen fin é vic-toria, como es dicho, y el cas-tigo ovo perfecta execucionpor el animoso executor quesiguió los negros é mató partedellos é prendió los restantes,para colocalloR en la horca éhorcas. Y fecho este castigo,el almirante se tornó á estacibdad: en lo qual él cumpliómuy bien con el servicio y deSus 'Magestades y con quienél era; y desta manera queda-ron los negros que se levanta-ron penitenciados, como con-vino á su atrevimiento é locu-ra, é todos los demás espan-tadm para adelante y certifi-cadOR de lo que se hará conellos, Ri tal cosa les passarepor pensamiento, sin que seh!rde mas en castigarlos dequanto se tardare la venturaRuya en descubrir su maldad".Esta insurrección, aunque ven-cida, era un presagio funestode lo que Rucedería más tar--de en casi todos los países deAmérica en donde se llevaronesclavos africanos.

Para evitar que tales alza-mientos Rucedieran en las 0-traR colonias del Nuevo Mun-do se concibieron varios pla-nes.

Las autoridades de la Me-trópoli consideraron, desde unprincipio, .que una de las prin-cipales causas de la rebeldíadp 10R esclavos negros era laagamia forzosa por falta demujeres negras, tal como su-cedió entre los primeros po-bladores blancos, qle atrope-llaban a las indias. Por tal ra-zón, desde muy temprano pro-

23

Page 25: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

curaron que se llevaran a lasIndias mujeres negras juntocon los hombres y "... no seimpidiesen los Matrimonios delos Esclavos Negros,.." (5)"Proveeránse esclavas, le es~cribe el Rey don Fernando aMiguel de Pasamonte, Tesore~tO de b Isla Española en1513, (6) que casandose conlos esclavos que hay, den és-tos menos sospechas de alza-miento; y esclavos irán losmenos que pudieren, segúndecís". El 27 de Septiembrede dicho año, el Monarca leescribe al Obispo de esa isla,don Pedro Suárez de Dezal,que '¡Para más pronto acabarla IglesÜi podréis pasar diezesclavos: decís que así prue-ban los esclavos negros y qUeconvendría fueren mas por a-hora: siendo varones no, porparecer que hay muchos yp od r á n traer inconvenien-tes". (7)

En 1528 se pensó en la Nue-va España que los esclavos secasaran y vivieran juntos consus mujeres e hijos, si 1m; te~nÍan, y después de haber ser.-vido algún tiempo y haberlepagado cierta suma de dineroa sus amos, quedasen libres,"Assi mismo soy informadoque para que los negros quese pasgan a essas p!irtes seassegurassen y no se alzassen,y se animassen a trabajar yseruir a sus dueño" con masvoluntad, demas de casallos,seria, que siruiendo ciertotiempo, y dando cada vno al"U dueño, hasta veinte marcosde oro por lo menos, y dendearriba lo que a vosotròs os pa~

24

rcciere segun la calidad y con-dición y edad de cada vno, ya este respecto subiendo obaxando en tiempo y preciosus mugeres e hijos de los quefueren casados quedaslen li~bres, y tuuiesen dello certini~dad. Sería bien que entre vOSOwtros platiqueis en ello, dandoparte a las penlOnas que vospareciere que conuenga, y dequien se puede fiar, y me em-bieg vuestro parecer". (8)

El 5 de. mayo de eJe año,las autoridades de la isla deeu ha solicitaron al Rey que

(5) Antonio de Henera. HistoriaGeneral de los heehol! de losCastellanos en las Islas, y Tie-

rrn-Firme del Mar Oeeáno.172fH 730. Buenos AireR: Edi-torial Guarania, 1945. Tomo 11,

piÍg. 89 Y sigo

((;) En.J osé Antonio Saco. Histo-i';a de la Esclavitud de la RazaAfricana en el Nuevo Mundo yen especial en los Países Amé..

deo- Hispanos. La Habana: Culotural, S.A., 1938. Tomo 1, pág.128.

(7) Fernando Ortiz. "La 'LeyendaNegra' contra Fray Bartolo-mé".Cuadernos Amerieanos. To.mo LXV, No. 5 (Sept. Oct.,1952), pág. 157.

(8) Diego de Encinas. CedularioIndiano (Provisiones, Cédulas,capituloR de ordenanzas, ins..trucciones, y cartas, libradas y

t!espachadaR por IOR Reyes Fer-nando e Isabel, Cal'loR V, doñaJuana su madre, y don Felipe11, con acuerdo di) los señores

PresidenteR, y de su ConRejoReal de las Indias. Fue publi-cado como una edición únicaen 1596). Madrid; EdicionesCultura Hispánica, 1945. To-mo iV, pág. 398.

Page 26: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la
Page 27: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la
Page 28: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

permitiera que los negros secasaran y, como las mujeresescaseaban, se permitiera traerde Cabo Verde setecientos eSØclavos de ambos sexos, Insis-tían en que no fueran negrosde la Española porque éstoseran de malos hábitos y sehuían a los montes juntándo-se con otros fugitivos. Ade-más, que los quinientos alza-dos que en la isla habían fUe-ran herrados y echados deella, pues habian causado yamucho daño. Y el Presidentede la Audiencia de la Españoøla, Licenciado Sebastián Ra-mírez Fuenreal, "Proveió queen Cuba se casasen los Negros,como estaba mandado, paraescusar levantamientos". (9)Para ese efecto se establecióuna proporción entre los sexos,que variaba entre un cuarto yla mitad de la cargazón en loconcerniente a las muieres.

Otra de las medidas que sepuso en práctica fue el d(:!prohibir que a las Indias pa-sasen negros ladinos, esto es,nacidos o criados en Españao Portugal, ".., porquestos,según Fray Bernardino deManzanedo, salen muy bella-cos". (lO)

"Por quanto yo soy infor-mado que a causa de se lleuarnegros ladinos destos nuestrosReynos a la isla Española, di-ce la Real Cédula de 11 demayo de 1526 expedida en Se-vila, los peores y de mas ma-la costumbres que se hallanque se hallan porque aca nose quieren seruir dellos, e im--ponen y aconsejan a los otrosnegros mansos, que estan en

la dicha isla pacificos y obe-dientes al seruicio de sus a-mos. han intentado y prouadomuchas vezes de se alear yhan alzado e ydose a los mon-tes y hechos otros delitos, ynos fue suplicado y pedido pormerced, cerca deIJo mandasse-mos proueer de remedio, man-dando que agora y de aquiadelante en tiempo alguno nopuedan lleuar ni lleuassen losdichos negro~J ladinos destosnuestros Reynos, ni de otraspartes. sino fuessen porquelos tales bozales son los quesiruen y estan pacificos e obe-

dientes, y los otros ladinos,los que los alteran e inducena que se vayan e alcen e ha-gan otros delitos, o como lami merced fuesse, e yo tuuelopor bien. Porende por la pre-Rente declaramos V mandamosque ningunos ni àlgunas per~¡;onas, agora ni de aquí ade-lante no puedan passar nipassen a la dicha isla Españo-la ni a las otras Indias, islas e

Tierra-firme del mar Oceano,ni a ninguna parte dellos, nin-gunos negro" que en estosnuestros Reynos o en el Reynode Portugal ayan estado vnaño, saluo de los bozales que

(9) Herrera, opus cit., V, págs. 306y sigo

(10) Fray Bernardino de Manzane-do. "Memorial... ,. En Colee-ción de Documentos Inéditosrelativos al Desi,ubrimi.ento,Conquista y Colonización delas p08esiones españolas en A-mérica y Oeeanía. Editado porTorres de Mendoza, et. al. Ma-drid: Imprenta de Manuel B.de Quirós, 1864. Tomo XI, pág.316.

27

Page 29: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

nueuamente los huuieren traÍ-do de sus tierras, y que losque dø otra manera lleuarene passaren æan perdidos, pa-ra la nuestra cámara y fisco,sino fuere quando nos dienò-mos nuestras licencias paraque sus dueños los puedanlleuar, para seruieio de suspersonas e caza~" que los ten-gan e ayan criado. E porquelo suso di~'h) sea notnio, eninguno dello pueda preten-der ignoran::ia, mandamos queesta nuestra carta sea prego-nada publicamente por lasplazas y mercados, y otroslugares acostumbrados de laciudad de Seuilla". (11)

Se pensó igualmente enprohibir la entrada a las co-lonias americanas de los neogroR jelofes o berberÍes. ASÍ,Lando, en PuerL) Rico, solici-ta al Gobierno de España en1530, que no permitiera en-trar a e,' a i sI a a esos negrospor ser gente belicosa y bull.ciosa, y le informa que paraevitar que los nf'gros se rebe-laran, al ver disminuído sunúmero, no podían salir enpersecuci6n de los indios ca-ribes. Esta solicitud fue otor-.gada por Real Cédula expedi-da por la Reina en Segovia el2R de septiembrC' de 1532."Nuestros oficialc'l one residiRen la cÍudad dfO Seuil1a, en lacasa de la contratación de laRIndias. Yo he sido informadaque todo el daño uue en laisla de San Tuiin v otras islasha auido, en el alzami'-nto denegros y muerte:. de Christia-nos que en el1aR han "ucedido,han ~ddo la caw'\a los negrosGelofesque en ellaR eshm. por

28

ser como dizque son soberuiose ìnobedíentes, y reboluedo-res, (; incorregibles, y que po-cos aellos reciben castigo,y siempre los que han inten-tado de ab:anie y cometidomuchoR delitos, assi en el di-cho alzamiento como en otrascosas, han sido ellos, y quelos que estan pacificos y sonde otras tierras y de buenascostumbres, los traen a si, ya sus malas maneras de viuir,de que Dios nuestro Señor esdcseruido, y nuestras rentasreciben daño, Lo qual vistopor los de nuestro Consejo deIndias, porque a la poblaciony pacificacion de las dichasIndias conuiene que no vayana t:llas ningun esclauo Gelofe,VOR mando que de aqui ade-lanh.~ tengais mucho cuidado,que persona ni perRonas algu-nas. no passen a las dichasnuestras Indias, islas e Tierra-firme del mar Oceano, ningu-nos csclauos de la isla de Ge-lo:fc, sin nuestra licencia es-pressa para ello: y de otramanera mandamos que seanperdidos y aplicados a nuestracamara; loqual mandamossea preg-onado pn las gra-d,:~s de Seuila". (12)

Se trata también de evitarJg entrada a las Indias de mu-latos (hijos de españoles y ne.goras). pues éstos, como hijosde españoles, causab'1n mu.chos inconvenientes. "N os so~mos informados, le escribe elPríncipe Felipe Ir desde Bar-

(11) En Encinas, opus eit., iv, pág.384.

(12) En Ibid, iv, pág. 383.

Page 30: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

celona a lo" Oficiales de laciudad de Sevila ello. deMayo de 1543, que algunaspersonas a quien nos hemosdado y damos licencias parapassar esclauos negros a lasIndias, han passado entre ellosalgunos mulatos, y otros queno son negros, de que se hanseguido y siguen muchos in-conuinentes. Y porque conuie-ne que en esto aya mucho re-caudo, yo vos mando que nodexeis passar a las dichasnuestras Indias, por virtud delas tales licencias generales,ni en otra manera ninguna es-clauo ,que no sea negro, aun-que sea mulato, sino fuere conexpressa licencia nuestra..."

(13). Ordenó el Rey, además," . . . se hechasen de la tierratodos los esclavos berberiscosi otras personas libres, i nue-vos convertidos; ni se consin-tierra pasar ningún esclavonegro, levantisco, ni criadocon morisco..." (14)

Como ya hemos apuntadoen otros trabajos, las piezasafricanas comienzan a llegara Castila del Oro en númeroconsiderable en las primerasdécadas del siglo XVI y, des-de los mismos comienzos. de-mostraron su inconformidadcon la institución de la escla-vitud.

Pocos años después de fun-dada la ciudad de Panamá,las autoridades peninsularescreyeron necesario, ante elgran peligro que para la co-lonia comemmban a demos-trar los esclavos, la expedi-ción de órdenes urgentes quetendían a impedir que negros

esclavos" . . . fuesen en los via-jes, i entradas, que para ade-lante se hic:esen, porque setenía relación, que eran muyperjudiciale,"! a los indios".(15) Sin ümbU'go, ante ladifícil situación de estos últi-mos, quienes iban disminuyen-do en forma alarmante a cau-sa de los asesinatos, la fatiga,81 suicidio y la viruela, "Man-dÓ el Rey en 1523 .. .que sellevasen a Indias cuatro milnegros repartidos del modosiguiente: mil quinientos a laEspañola, mitad varones y mi-tad hembras; trescientos a Ja-maica; igual número a Cubao Fernandina: quinientos aSan Juan de Puerb Rlco, yquinientos a CastilJa del O~ro". (16) Tres años más tarde,"Dió comisión a los Licencia-dos Salmerón, i Castañeda, pa-ra que entendiesen el Reparti-miento de los Indios de Tie-rra-Firme, porque el Rei, portodas las vías que podía, pro-curaba el maior alivio de es-tos H om bres; por 10 q u al diólicencia, que se llevasen aa,quella Provincia Mil Escla-vos Negros..." (17) Y en 1529Francisco de los Cobos fue fa~vorecido con doscientas licen-cias, solicitando los colonos dePanamá se permitiera la en-trada de miís esclavos negrospara las labores en el Istmo.

El ansia de libertad instin-tiva, por una parte; la abun-

(13) En Ihid, iv, pág. 384.(14) Herrcra, opus cit., pág. 90.(15) Ibid, iv, pág. 52.

(16) Saco, opus cit, 1, pág. 217.(17) Herrera, opus cit., V, pág. 148.

29

,a

Page 31: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

dancIa de animales, árbolesfrutales y vegetales, en unambiente parecido al de don-de procedían; lo espeso y fra-goso de sus montañas que lespermitía guarecerse y defen-derse; la injusticia, crueldady malos tratos por parte delos oficiales, amos, colonos,capataces, mayordomos, ma~yorales y negreros, por la otra,muy pronto indujeron a losesclavos a huirse de sus amose internarse en la espesura delas selvas.

En 1531, "... para escusarel levantamiento, que se podíatemer, de los esclavos negros",

.. . . . y porque viviesen conbuen ejemplo", el Goberna-dor de Tierra Firme, Antoniode la Gama, "... procuró quese hiciesen buenas Ordenan-zas", (18) pues los esclavos,inducidos por aquellos que sehabían huído a los lugaresyermos y de difícil acceso enel interior de las selvas y delas sierras, -tstaban listos paraun alzamiento general, quesólo se frustró gracias a las o~poitunas y rápidas medidasque se tomaron. N o obstanteello, y a pesar de la amenazacada vez mayor ,que para loscolonos venían a constituir losesclavos negros, el Ayunta-miento solicitó al Rey el 4 deSeptiembre de dicho año queobligara a los asentistas Ale-manes Enrique Ehinger o Ci-que y Jerónimo Sayller a novender los esclavos a preciostan altos y se otorgaran otraslicencias para llevar más escla-vos negros a Tierra Firme.

Con el descubrimiento yconquista del rico imperio in-

30

caico y el establecimiento delfamoso Camino Real que uníalas ciudades terminales de Pa-namá y Nombre de Dios, úni-co medio de comunicación en-tre España y sus colonias delPacífico, una nueva carga ca-yó sobre los hombros de losesclavos negros. Ellos debie-ron de servir ahora tambiéncomo arrieros y cargadores delos productos y riquezas quedebían ser transportados en-tre ambos puertos. "Semanasvenían, semanas iban; mesesvenían meses iban; así se re Ivolvían sobre la tierra guija-rrosa tambaleándose bajo lascargas, collares de hierro al-rededor del cuello y pesadascadenas oscilando entre ellos,escribe Minster. (19) Al ladode cada fia de esclavos doslargas cadenas eran arrastra-das por éstos, las que se en.contraban aseguradas por ca-denas más pequeñas al tobi-llo del e~clavo, y que forzabaa mover las piernas hacia ade-lante y ~sí dar los otros treRpasos. Esto significaba quedebían caminar con ritmo yempujar la cadena al uníso-no.

"Al lado de cada cuadrillaviajaba un soldado, algunasveces a pie, otras montaòo.siempre esgrimiendo un láti-go. Cuando uno de los cl".rga-dores vacilaba y romnía el rit-mo del grupo, el látigo caía

(18) Ibid, VI, págs. 114 y sigo

(19) John Easter Minster. The Cha-gres: River of Western Passage.N ew York & T'oronto: Rinehart& Co" 1948, págs. 109 y sigs.

Page 32: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

sobre su negra espalda, san-grándola. Gritaba, pero cogíael paso... porque de lo con-trario, el látigo caería nueva-mente sobre su espalda.

"Con frecuencia sus vocesse alzaban para entonar fu-gas en escala menor, ya cono-cidas en su viejo país del Con-go, contando su libertad ante-rior, o su traicionero cautiverioo bien su violento odio haciasus amos: Algunos de los guar-dias, al sentirse incómodos porel extraño poder y misterio desus armonías, les prohibíancantar" .

"Cuando la columna para-ba, tiraban sus pesadas car-gas al suelo y estiraban su can-sado cuerpo en la húmeda tie-rra. . .

"A la media noche cuandolos guardias cabeceaban al la-do de una fogata. . ., cuadri-llas enteras de los negros car-gadores se levantaban en si-lencio. Calladamente y concuidado, cargaban sus cade-nas, cruzaban las llanuras ydesaparecían en la oscuridad.Para contrarrestar estas fu-gas, los amos trataron de en-cadenarse a las cuadrilas.Después de que muchos guar-dias desaparecieron junto conlos cargadores negros, la ideafue abandonada.

"Una vez tragados por laselva, el quitarse las cadenasera algo simple para los es-clavos. Los golpeaban contralas piedras hasta romper elengranaje. De estos engrana-jes rotos fabricaban varilas

para abrir las argollas alre-dedor del cuello. Pronto eranlibres, libres del hom bre blan-co y sus grilos, libres paravolver a la vida de la sel-va. . ."

Las difíciles faenas que te-nían que realizar y el tratoque se les daba, ya que "...so-bre sus espaldas, como apuntaAngel C. Pinto, (20) gravitótodo el peso de la economíadel país, todo el infame egoís-

mo del esclavista, y toda latorva agresividad de los ne-greros. . ..., inducía a los esclavos negroS a huirse a losmontes, unirse en cuadrilas ~'buscar la forma de acabar contantos sufrimientos que ellosy sus compañeros habían oestaban padeciendo, y ello pormedio de la insurrección.

En 1535 el Cabildo de Limasolícita a las autoridades deTierra Firme se tenga muchocuidado en cuanto a los negrosque se envían de Panamá aJauja, pues eran perjudicia-les a los indios y caciques yaque tomaban sus alimentos yhacían les otros daños. "Dixe-ron q.e por quanto enla cib-dad de xauxa se fizieron cier-tas hordenanzas sobre los ne-gros q.e enesta govel'nacionsome tien entrayan dela cib-dad de pan""ma segund q.emas largamente porellas pa-

(20) Angel C. Pinto. "La MúsicaCubana, su valor de simbolo y~u sentimiento humano". Re-vista Estudios Afi'oeubanos. ni,

NOR. 1, 2, :: y 4 (La Habana,1939), pág. 100.

31

~

Page 33: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

recÍa eagora parece yes publi..co q.e los dichos negros fazeiimucho daño eperjuizio en loscasiques e yndios desta cibdadtomandoles sus comydas e ha-ziendas e haziendoles otrm:malos tratamyentos los no se-les devia de hazer equebran-tan do las dichas ordenanzasq.e sobre ellcs estan fechasmandaron q.e cualquier espa-ñol q.e. pilare negro eaziendodaño 10 pueda traer preso alajmiticia q.e lo castigue man-daron q.ø cualquier negro oesclavo .q.e fuere por yervaotraxere hoja de mayz q.e le-sean dados cient azotes por laprimera vez eporJa segundaq.e pague su amo veynte pesoseporla tercera vez q.e tal ne-gro esclavo sea echado de latierra". (21)

L08 atentados y fugas delos esclavos en Tierra Firmetrajeron como consecuenciauna serie de leyes y decretosreales deRignadoR a preservarel orden coloniaL.

El 7 de Agosto de 1535, an-te la creciente amenaza de losnegros, por Real Cédula ex-pedida en Madrid, RC decrctaque "... de agora ni dø aquíadelante en ningún tiempo, losdichos negros no puedan traerni traygan armas ofensiuas. . .publica ni secretamente, sopena que cada vez que algu~no fuere tomaao con ellas, lasaya perdido y pierda, sc incu-rra en pena de cincuenta a-zoteR. . ." (22)

El 4 de Abril de 1542, elMonarca Felipe 11 expide unaCédula desde Valladolid, di.

32

rigida al Conscjo, Justicias yRegidores de Panamá y deNombre de Dios prohibiendoque los negToR anden de nochefuera de la casa de sus amospor los grandes daños que hanhecho y siguen hacicndo. "Sa~bed que niego de Espinosa ennombre de los habitantes dees~a ciudad de Panamá, lesescribe, (23) me ha hecho re-lacion que visto los grandesdaños e inconuinientes que sehan seguido y siguen, de quelos negros que ay en essas ciu-dades anden de noche fuerade casa de sus amos, y que hasido y es causa de que hagancntre sí conciertos para alzar-ose, como 10 han hecho mu-chos. Para remcdio de ellohazer ordenanzas, para quevosotros hezistes y quereisde aqui adelante los dichosnegros no anden de noche, su-plicandome mandasse que seguardassen y executassen, se-gun que por vosotros ha sidoy fuere ordenado, o como lami merced fucRse. Lo qiial vis-to por los del nuestro Consejode Indias, fue acordado quedeuia mandar esta mi cedula,e yo tuuel0 por bien. Y por lapresente doy licencia y facul-tad, a cadi: vno de vos en vues-tra juridicion, para Que conpareeer de lOR nuestros Ovdo-res de la inuestra audiencia

(21) K Torres Saldamanùo. Libro'Primero de Cabildos de Lima.Par.Is, 1900, 1, Sogunda Parte,pág. 27.

(22) En Encinas, opus cit., iv, pág.338.

(23) Ibid, iv, pág. 390.

Y chancilleria Real de essa

Page 34: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la
Page 35: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

prouincia, podais hazer y ha-gais cerca de 10 suso dicho,las ordenanzas que os pare-ciere que conuiene, para quecessen los daños e inconui-nientes que resultan de quelos negros que residen en essasdichas ciudades, anden de no~che, con las penas que fuerennecessarias: las quales siendocomo dicho es hechas y acor-dadas con parecer de los di-chos nuestros Oydores, man.damos a vos las dichas nues-tras justicias, e a cada vno devos, que las guardeis, cum-plais y executeis, y hagaisguardar, cumplir y eXt)cutar".

Esta Cédula Real dio comoresultado la Ordenanza por lacual todo esclavo que fueracapturado andando por lascalles de noche, excepto cuan-do iba acompañado de su a~mo, debía recibir cien azotes,si era por primera vez; porla segunda, brutal mutilación.Cual,quier español que encon-traba a un negro de noche po-día quitarle sus armas, y siéste se resistía darle muerte.

Igualmente se tomaron o-tras severas medidas contralos negros esclavos y prófu.gas.

Por un crimen menor, como elde robar maíz, el esclavo debíarecibir cien azotes por la prime-ra vez y mutiación por la se-gunda, Se trató por todos losmedios de evitar el trato ín-timo entre indios y negros, yse ordenó y mandó". . . que deaqui adelante, ningun negroni negra, de cualquier calidad

34

y condicion que sea, sea osadode tener ni seruirse de lndioni India..., so pena al negroque fuere hallado tener Indiay seruirse deHa, le sea corda-da su natura: y si se siruierede Indio, les sean dados cienazotes publicamente: y si fuc-re esclauo, por la primera vezle sean dados cien azotes, ypor la segunda cortadas lasorejas: y si fuere libre por laprimera vez les sean dadoscien azotes: y por la segunda,destierro perpetuo destos Rey~nos. . ." (24) A las negras quese uniesen con indios, si eranesclavas, se les cortasen lasorejas, y se le destarrara sino lo eran.

Los negros y mulatos, libreso esclavos, no debían usar ro-pa fina, de seda o llevar pren-das, oro ni manto con perlas.No podían comprar vino o chi-cha y ". . . que a Indios a ne-gros ni esclavos no se vendie-se vino destos Reynos. so cier-tas penas. . ." (25) Si se pro-baba ,que un negro o loro, es-to es, un mulato o una perso.na que tira a negro. disparabaun arma contra un español,aunque no lo hiriera, por laprimera vez se le dieran cienazotes y clavanl. la mano, ypor la segunda se la cortaran.N o se 1 es permitía montar acaballo, y si robaba o tomalwuno sin el consentimiento dp,ldueño, se le diera, por la pri.mera vez, doscientos azotes,y por la segunda igual penay se le cortara una oreja.

(24) Ihid, iv, pág. 388.

(25) Ibid, IV, pág. 349.

Page 36: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

En acuerdo celebrado el 19de Junio de 1551, se prohibióque los negros esclavos de am-bos sexos, pudieran vendercangrej os y frutas so pena detrescientos azotes y diez díasde cárcel en cepo (26) Y ca-dena. A los indómitos o fugi-tivos se les debía perseguir ysi no podían ser capturados,se les podía dar muerte. Parala recompensa por su capturasólo era necesaria presentarla cabeza del prófugo al Con.sejo de la ciudad. Cuando mo-ría, sus restos no podían serllevados en ataúd. Poca o nin-guna oportunidad se le dabapara las relaciones sociales, ylas recreaciones eran míni-mas.

Pese a todas estas leyes ydecretos, los negros seguíanescapando y a tal estado ha-bía llegado la situación èn elIstmo que "La ciudad de Noin-bre-de-Dios manifestó al Em-perador en 10. de Junio de1546, que desde diez años an-tes se había impuesto allí elderecho de Sisa para perse-guir a los negros cnnarrones,y suplicaba que se confirm!'~\epor Real Cédula, pidiendo almismo tiempo merced de qui-nientas licencias para introdu-cir esclavos". (27)

Para evitar que los negrosse alzasen, las autoridades deTierra F'irme habían ideadocortarles los miembros geni-tales a aquellos huídos al mon-te que fueran de nuevo cap-turados. Por Real Cédula ex-pedida en Madrid el 15 de A-bril de 1540, el Monarca prohi-

bió se ejecutara en los fugiti-vos de Tierra Firme tan seve-ra pena. "Por quanto nos so-mos informados que en laprouincia de tierra firme, lla-mada Castilla del Oro, ay he-cha ordenanza vsada y gUa~dada, para que los negros quese alzaren se les corten losmiembros genital es, y que haacaecido cortarselos a algunosy morir deJIo; lo qual demasde ser cosa muy deshonesta yde mal exemplo se siguen otrosinconuinientes. E visto por los

de nuestro Consejo de las In-dias, fue acordado que deuiamandar dar esta mi cedula enla dicha razono Por la qualprohibimos y defendemos queagora y de aqui adelante enmanera alguna, no se executela dicha pena de cortar losel i e h o s miembros genital es,que si necesario eS, por la pre-e,ente reuocamos qualquier or-denanza que cerca de lo susodicho este hecha, y mandamosa los nuestros Oydores de lanuestra audiencia y chancile-ria Real de la dicha prouincia,

(26) "El Cepo eRtaba constituido po)"dos maderas, puesto el uno so-bre el otro en posición hori-zontal, y los que al ajustarsedejaban unas aberturas redon-das donde se aprisionaba elcuello, una o ambas piernl.R ouno o ambos brazos del negro,que as.I se veil. obligado a per-manecer sentado o acostado in-cómodamente por largas ho-ras". Manuel Alvarez Nazario.El Elemento Afronegroide enel Español de Puerto Rico. San

Juan: Instituto de CulturaPuertorriqueña, 1961, pág. 346.

(27) Saco, opus eit., 11, pág. 10.

35

Page 37: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

que ordenen la pena que sedeue dar a los negros que sealzaren, y embien al dichonuestro Consejo de las Indias,relación de la pena que assiacordaren que se les de: y en~tretanto que la embien y sevee y prouee lo que conuenga,mandamos a la nuestras jus-ticias de la dicha prouincia,que cada yquando se alcarenlos dichos esclauos negros ocometieren otro delito, los cas-tiguen conforme al delito quehizieren". (28) El 7 de Sep-tiembre de dicho año el Reyexpide una Cédula en dondea todos los negros que andu-vieran alzados, si éstos volvie-ran a sus amos, se " . . .les per-donara qualquier cosa que en-tonces ayan hecho..." (29)Pero, aunque para el esclavola vida en la selva era muchasveces difícil, él bien compren--día que esta era preferible alterrible destino que le aguar.daba si regresaba y se entre-gaba a su amo, después de lafuga.

A pesar de todas estas medi-das, la situación en el Istmoempeoraba y los esclavos con-tinuaban huyéndose y bus-cando refugio entre su genteen las selvas. Esto obligó allicenciado don Pedro de laGasca, Caballero de la Ordende Santiago, Presidente de laReal Audiencia del Perú y sa-cerdote inquisidor, quien ha.bía sido enviado al Perú parasofocar la rebelión de Gonza-lo Pizarra c\mtra la Corona, y" . . . encaminar aquellas alte.raciones blanda, i suavemente.iperdonar a todos, i asentar

36

.~."

pl Gobierno. por el caminoque mejor fuese para el biencomún, que f,ra solo el fin queel Rei tenía", (30) a dictaralgunas leyes municipales :expedir, en 1548, una orde.nanza relativa a los negros es-clavos. En la pragmática deaquel año impuso fuertes pe-nas contra los esclavos prófugos. La ausencia se castigab,icon cien azotes y la prisión encepo de cabeza; pero si erael de irse a vivir con una in'"dia, la pena era cortarle losmiembros genital es pública-mente, contraviniendo orde-nanzas de "... que en ningúncaso se ejecute en los negro:.:cimarrones la pena de cortar..les las partes que honeRtamente no se pueden nom-brar". (31) Si permanecíadiez días huído. se le destrono

caba un pie o sufría castigomayor si ademá:" de la fugahabLt cometido otro delito. Siel negro resistía a ser recap-turado podía dársele muerte,lo mismo que si se huía portercera vez.

Esta pragmática no amila~n6 a los negros y, como erade esperarse, en el año 1549surgió entre ellos el líder quelos incibra a alzarse, organi-zara y dirigiera su lucha con-tra los antiguos amos. Y ello

(28) En Encinas, opus cit., iv, pág.387.

(29) lbíd, iv, pág. 394.

(30) Herrera, opus cit" ix, pág. 364.

(31) Paulo de Carvalho-Neto. ElN egro Uruguayo. Quito: Edito.rial UniY(~rsital'ia. 1965, pág.

91.

Page 38: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

lo encuentran en la personade Felipilo, negro ladino degrandes cualidades; audaz ytemerario, de inteligencia pri.vilegiada, quien se alzó y hu.yó de las pesquerías en las Is.las Reales, arrastrando consi--go otros negros y a quien sele unen muchos de la costa delPacífico, e inicia de inmediatola depredación de esa región,Felipilo establece su palen-que, cercado de grandes estacas y profundas fozas, en elGolfo de San .Miguel, a trein-ta leguas de Panamá.

All los cimarrones (32)tratan de recomenzar su primi-tiva vida. Con tallos de laspalmas y ramas de los árbolesconstruyen bohíos; de las ho-jas de las palmas hacían grue-sos petates que cubrían conpieles de animales Que usabancomo escudos; de la piel delos animales que habían caza-do para su alimentación se a-brigaban contra la humedade intemperie del clima. De la:"maderas más duras elaboraban arcos, lanzas .v flechas.dtJ iv, caña, cuchilos, y, delhierro de las argollas y cade-nas, lwò puntas de hierro delas lanzas y flechas ya que,como apunta Anderson, (33)". . . en'Te los esclavos fugiti-vos habían heneros...", es-tirando las tripas de los mono"para la" cuerdas de los arcos.Con esbR armas rudimenta-rias y al gunas otras tomadMde los castellanos en su fugao durante los combates, Feli-Dillo y su gente comienza Rlllucha contra los españoleR.Atacan las haciendas de la

reglon costera, aterrorizan lasplantaciones, asaltan las pes-querías, saquean y queman lascasas de purga de los ingenios.asesinan adultos, toman com-pañeras, de entre las cuaJe",se encontraban ocasionalmen-te mujeres blancas e indias. ycausan otros perjuicios.

Al tener conocimiento losotros negro:,; fugitivos y los es-

(32) Esta voz, ad., tuvo origen enla Isla de Barlovento. Se ad-.

mIte que es de origen CRpañol,no ind.Igena, que Re derivaba decima o de un antiguo cÎm8rr8

(matorral). ERta dicción fueusada por primera vez por loseRpañoles en la Regunda mitaddel siglo XVI y siempre refi.,riéndoRe a América, ya que noaparece en ningunl de las ha"bIas regionales dl' España. Sif\n-do, por tanto, de origl'n espa'

ñol hay que admitir que se foromó en América, en la época d,~la primera colonizaci':n y eRcreación hispanoamericana. Seaplicó dicha palabra en su origen, para lOA primeros tiempos

de la colonización del NuevoMundo, a 1 OR indios que Rehuían a IOR montes y, por ex"tensión, a los animales que seliac'an montaraces. Más tardeel' aplicó también a las plantasy frutoR silvestres. Fue u~ad(\

pOl' Oviedo ("pUel'~OR eImarro

nes o salvajes", "indios ~ima.nones o bravoR"), L6pez deVelasco ("Tormi y vact's ~ini¡i-.rrones"). Girolano Benzoniquien "F.n ,.,1 año cual'Fnticinl'o,r".'~ (i'ce, (La Historia del Mim-do Nuevo. Caracas: Biblioteca

(33) 0. L. Anderson. Old Panamaand Castila del Oro. New York:North River Press, 1944, pãg.275.

37

Page 39: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

clavos aún bajo cautiverio dePanamá y sus alrededores deque en el Golfo de San Miguellos negros, la casi totalidaddedicados a la pesca en el Ar-chipiélago de las Perlas, hanestablecido una colonia y aca..ban de declarar la guerra aquienes los tenían esclaviza-dos, al palenque de Felipiloacuden en gran número paraunÍrsele y luchar por su li-bertad,

La situación se pone críti-ca. Los daños que estos rebel-des están causando aumentanconstantemente. Felipilo sepresenta a los españoles comoun enemigo cada vez más pe-ligroso y temido. Era indispen-sable haèer algo; era precisodestruirlos, acabar con estosnegros levantiscos y así dete-ner sus desmanes.

Para tal fin, en el mes deFebrero de 1515, "El Gober-nador (Sancho Clavijo) envíacontra ellos al capitán Fran-cisco Carreño. Esté atácalos,quema sus sementeras y bo-híos y hace treinta prisionerosde los cuales uno es descuar-tizado en la ciudad de Pana-má para escarmiento de losotros esclavos", (34) por ha-ber, se dUo, dado muerte conalevosía y crueldad no vista aun e~mañoi. Los demás fueronya ahorcados, ya quemados,asaeteados o se les cortaronlos pies.

Era costumbre de los espa-ñoles en sus luchas fratricidasy en contra de sus enemigosios corsarios franceses e ingle-ses, el armar a sus esclavos ne-

38

gros y obligarlos a participaren estas contiendas.Así, por ejemplo, cuando

los hermanos Hernando y Pe-dro de Contreras se alzaronen Nicaragua contra la Coro-na y con trescientos hombressalen del puerto de El Realejocon destino a Tierra Firme, setoman la ciudad de Panarnfien Abril de 1550 y salen haci,'Nombre de Dios en persecución del Presidente de la Gas-

de la Academia Nacional de laHistoria, 1967, pág. H5. Tra-ducción y Notas de Marisa Va-nnini de Gerulewicz.) estandoyo en Tierra Firme,corrió lanoticia dI" que los cimarrones

(cimaroni en el texto italiano)(qtie as.i los denominan los españoles en estos países), es decir los forajidos, se hab.ian su-

blevado casi todos, y en SURcorrerías iban. . . haciendo cuan.to mal podían,.. ", Argote deMolina, A!onso de Ovalle, Pe..dro de Oña, Luis TribaldOR rleToledo, Juan Suårer- de Peral.t.a. Fuentes y Gur-mán, VargasMachuca y otroR muchos. ElDiccionario Académico v Coro-minas proponen su origen par.tiendo de Cima "por IOR mon.te'1 adondc huían los cÎmarrones" con sufijo iberorromancc-Arrón (como en VentarrónVozarrón, etc.)-Friederici Lenr-

en el DiecÏonario de Autorida.

(34) Fernando Romero. "El Negroen Tierra Firme durante el Ri..glo XVI". Boletín de la Acade-mia Panameña de la Historia.Segunda Epoca, No. 1 (Ell~ro,Tunio, 1943), pág. 26.

(35) Iiica Garcilaso de la Vega. Co-m.entarios Reales de los Ineas,BuenOR Aires: Empcé EditoreR,S. A., 1944. Tomo TU, pág. 42.

Page 40: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

ca, quien retornaba del Perúrumbo a España con el inmen-so tesoro obtenido, sin dejarguardias en la ciudad "...pen-sando, cómo dice el Inca Gar-cilaso de la Vega, (35) quequedava tan siguro como sífuera su casa. . ." ya que pen-saron haber desarmado a to-dos los colonos, éstos pudieronrehacer sus fuerzas y reunirmás de trescientos hombres-" . . . entre blancos y prieto",con determinación de moriren defensa de su ciudad". (36)

Para este fin, nombraroncomo Capitán General del e-jército de liberación a MartínRuíz de Marcliena; c o m omaestre de Campo a AlonsoCastellanos, y capitanes a Pe-dro de Salinas, Cristóbal deCianca, Palomeque de Mene~ses y Juan de Lares. Acorda~ron fortificar la plaza, tantopor la parte que da al mar,para rechazar un ataque dePedro de Contreras, quien :,eencontraba al cuidado de lasnaves fondeadas en la bahía,como por la parte del Caminode Capira, por donde habíanido Hernando de Contreras yfoUS capitanes Juan Bermejo.Y Rodrigo Salguero con todala gente en persecución del Pre-sidente, para evitar que pu-dieran entrar los que se en-contraban en tierra, ". . . i queen ella (la ciudad) se pusie-sen los Negros con palos lar-i;os, l::s puntas tostadas, i mu-chas Piedras en las Ventanasde las casas..." (37) y lasmujercR e imposibiltados seles refugiara en la Iglesia. Se

le permitió al Capitán Cianca

salir con cuarenta soldados ycuarenta negros para que tra-tara de recuperar la Casa deCrucüs que había sido captu-rada por Salguero y sus vein-ticinco arcabuceros.

Siguiendo el camino de la¡;Cruces, Cianea pudo enterar.se del regreso a Panamá deJuan Bermejo, quien fungíacomo maestre de campo de los

des citi: un informe de Olave.rría de 1594, en donde éste a-punta que los campos de San'"tiago ".., están llenos de vacas

y caballos cimarrones de queno se tiene provecho", En lascrónicas y documentos apareceel vocablo cimarrón con el sig"nificado dl1 "montaraz, silveR'"tre, bravo, salvaje, indómito,rebelde". Esta voz hispano-americana pasó luego al inglés(Jamaica, Trinidad, Barbados,Tobago, etc.) y aparece usadaI1n 1628 en la obra Sir FrancisDrake Revived, bajo la formaSimerons definida como "blackpeople which aboutli eightyyears past fled from the Spa..nish their master". SÏin.eron se

convirtió luego en Maroon. Afines de dicho siglo este voca-blo paRÓ al francés (Hait., Mar-tinica, etc.) como Marran, y elP. Labat define la palabra enel francés antilano: "On ap-pelle Marrons les Negres fugi-tifs aui se Ruvent de la mai~son de leur Maitre, ou pour nepas travailer, ou pour eviterle chatiment ne quelque aut"qu'ils ont faite". A estOR otros

idiomas pasó con laR miRmassignificadones y otras metáfo..ras, pero principalmente refi-riéndose a lOR nellros fugÎtivo~en estado de rebelión.

(36) Ibid, m, pág. 42.(37) Herrera, opus cit., x, pág. 140.

39

Page 41: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

Contreras y a quien uno desus hombres, que no pudo se-guirle por falta de cabalgadu-ra, pudo avisar de lo que ~.estaba tramando en PanamáComprendiendo que la ciudadpodía ser sorprendida y quesus soldados serían de g:raiiayuda en la defensa, retornóCianea a la misma y pudo in-formar del peligro en que seencontraban, De inmediato setomaron las medidas necesa-.rias para la defensa y se colocaron cuerpos de guardias ycentinelas en espera del ene-migo,

No tardó en aparecer JuanBermejo y sus hombres, quie~nes acometieron contra la ciu-dad tratando de tomarse lasfortificaciones allí levantadasy que defendían Palomequede Meneses, Juan Cabrera yMatheo Ruis de Lucena. Perose encontraron con tal resis-tencia ".. .que con la auidade las Pedradas, de los Ne-gros, que eran muy espesas,se huvo de retirar". (38) Enla lucha murieron dos soldadosrebeldes y hubieron muchosheridos, retirándose el restoal río de Las Lavanderas, uncuarto de legua de la ciudadde Panamá. Desde aIH envióBermejo memmjeros para queavisaran a Hernando de Con-treras y a Salguero de que ha-bían ¡ddo recha'7ados por losde Panamá, solicitándoles almismo tiempo que retornaran,pues para sus fines era ne~e-sario que dicha plao¡m estuvie-

ra en sus manos. Para lograrsu propósito, Densa b '1 iniciarincendios por cinco o seis par-

40

tes, lo que obligaría a los ve..cinos y mercaderes a dividirsey tratar de salvar sus haberesy familia. Pensaba, además,pasar por las armas a todapersona mayor de doce años.Esta noticia llegó a oídos delTesorero Juan Anaya, prisio-nero de Bermejo, quien orde-nó a un esclavo suyo se huye--se y llevara el informe a Pa-namá.

Con eil aviso que llevó elesclavo. se reunieron todos losciudadanos para discutir ypreparar el plan .que se debíaadoptar. Arias de Acevedoera de opinión de que ".. . sesaliese á la campaña, i se pe-lease con los Rebeldes, sindarlos lugar, que se acercarsená la ciudad, porque tenia porpeligroso aguardarlos en Ca..sa, por las mismas causas, quedaba Juan Bermejo. i quemostrandoles la frente, en elCampo, se le quitaria el ani-mo, i el brio, i no peleando1m; de Panamá dentras deTrincheras, no tendrian lugarde esconderse los menos ani-mosos, como acontecia, de No-che, i quando no eran vistoêde los Superiores, i de todos,

porque la verguenza era granestimulo, para hacer cada vnosu deber. A este parecer, searrimaron March(:na, Caste-llanos. Palomeque de Mene-ses, Juan Cabrera de Cordo-va, Matheo Ruis de Lueena,i Pedro de S:ilimIR: el Obisno,

i el Doctor M enC'¡:e'i, i todoslos otros lo conhadecian porque el socorro_ que iá sabian,

(38) Ibid, X, pág'. 141.

Page 42: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

que los embiaba el PresidenteGasca, de Nombre de Dios,llegaria presto: i por tanto,era mas sano consej o estár enla ddensa, que ponerse enriesgo de perder la batalla,pues como la defendieron laprimera vez, la defenderianla segunda, i que llegado elsocorro, con maior seguridaddo vencer, podrian ir con buenanimo á buscar los Enemi-gos". (39) Se siguió el plande Arias de Acevedo.

De inmediato se comenzó narmar a la gente que seríanunos trescientos castellanos" . . ,i docientos i cincuentaNegros, acaudilados de algu-110S Castellanos, con expresaorden, oue en haviendosc a-frontado' con los Rebeldes, losNegros acometiesen, por lasespaldas, con sus Palos, i Lan-eaR, ¡algunas Balletas, i mu-chas Pedradas", (40) quienessalieron en busca de Juan Ber-mejo y su gente. Pudieron 10-calizarloR en un pequeño ce-rro, que más tarde llegó a ('0-nOCf:rse como Cerro de la Ma--tanza, que ,Juan Bermejo ha-hía convertido en un fuerte.A éste se le había unido Sal-guero y su gente.

En la cruenta lucha que Heentabló entre los rebeldes vlos colonos de Panamá mi--rieron Castellanos" el Sargen..to Mayor Reinaltes, el Altere:¡,Mariana e hirieron .q muchoRdE' los de la ciudad, hacién.dolos retroceder ". . . i aunquelos Negros havian acometidopor laR espaldas, conforme ái o acordado, tambien perdie-

ron tierra, por la buena mañaque los RebeldeR se dieron,cuia perdición consist;ó. en noseguir á lo:" vnos, Ó a los otros:porque sin dud,t los desbara-táran, i tuviera la Victoria;pero viendo Arias de Aceve-do el peligro, con toda dil.vencia pasó a 10R N e9ros, i pOlel respeto Que le tenian, i consu presencia tomaron brio, ibolvieron segunda vez conbuen animo sobre los rebel-des. á tiempo que los de Pana-má reconociendo el peligro, ila verguenza de su flaqueza,deseando enmendarla. Darasalvar su ruina, holvieron ácargar. i mostrando en estepunto los del Perú RU animo,i su valor, i apretanòo á vntiempo loe; NcgroR con e;llR po"cas Ballestas Paloe;, i Peòra-das, con el animo que los dabaArias de Acevedo, con pala-brae;, i exemplo, los turbaronde manera, que con cerrar Ion(le Panamá valerosamente,fueron dee;bariit::doiL i en es-pacio de medio quarfo de ho-ra, no quedó Rebelde. Que nofueSe muertoó preso". (41)Entre loc; noventa que murie-ron en 1:1S filas de los alzadosse encontralian los jefes JuanBermej(\ y Rodri~o Salguero.Los prisioneros, que ~1scendíana un número casi igIJal, fue-ron lleva(liis ~1. la ciurhd. Allí."El Aguadl Mavor Alomo deVilalba los lii:7. ;:tar ~l unosnostes frente a la casa del Go-

bernador, y mientra" esta au-

(89) Jbid, X, pág'. 142,

(40) Ibid, X, pág. 143.

(41) Ibid, X, pág. 144.

41

~

Page 43: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

toridad, acompañada de losvencedores celebraban la vic-toria. ordenó que una cuadri-lla de negros los acribillarana puñaladas. A los brindis desobremesa. se unían loil gritosde estos desgraciados, a quie-nes sus verdugos, obedeciendoórdenes expresas, no dabanmuerte inmediata, sino quenrolongaban su martirio, so-lazándose en su penar". (42)

Por su parte, Hernando deContreras y su gente se encon-traban en Capira en dondeéste recibió la carta de JuanBermejo, respondiéndole quele parecía bien el someternuevamente a Panamá y quepronto él y su gente se lesreunirían; que publicara, des-pués de recapturada la ciu-dad. que ellos se habían to~mado a Nombre de Dios y quetanto el Gobernador SanchoClavijo, quien acompañaba ensu viaje a través del Istmo alPresidente de la Gas/?a, comoéste, habían muerto. Luego sepuso en marcha con su gentehacia Panamá dejando quinceRoldados para que defendie-ran el fuerte y (¡ue notifica-ran de inmediato Ri venía gen-te de Nombre de Dios.

En Venta de Chagres supolo sucedido a Juan Bermejoy a los demás que fupron con-tra PananoR, lo que lo obligóa cambiar RllS nlane, yéndoseél y su gpnte a Natá para versi allí llegarían las naves quehabían (ll1edado en el puertode Panamá bajo el mando d('su hermano Pedro. No se sabecual fue el fin de la gente de

42

Hernando de Contreras. Sucádaver fue encontrado ahoga-do en una ciénaga por quie-nes RalIeron en su búsqueda.Le cortaron la cabeza y conella retornaron a Panamá endonde estuvo expuesta en lapicota en un jaula de hierropor el término de tres días. Lo~del fuerte de Capira fueronmuertos o capturadoR y todosIOR de la infortunada expedi-ción que habían bajado a tie-rra y aún se encontraban convida fueron ejemplarmentecastigados,

En cuanto a Pedro de Con-treras y la gente que habíanquedado en cURtodia de lasnaves, al enterarse del desas~troso fin de su hermano y de-más alzados, arboló velas ypartió del puerto de Panamá.PPro los vientos no les fueronfavorables, viéndose obligadoRi'. bUf'car refugio en la Puntade las Higueras. En cuatro na..víos "alieron en su persecuciónNicolás Zamorano, Palomequede MeneseR y Mateo RuiR df~Lucena con cien Roldados. Es-tos pudieron localizar las na-ves de ContreraR en la Puntade laR Higueras a donde ha.bia hajado la gente a surtirsede airua v lograr algunos ali-mentOR DeRembarcaron algu-nos soldados de 7amoranoquienes, al adentrarse en losmontes, dieron con el enemi-

(42) Máximo Soto HalL. "Tentativade Monarquía en Panamá".Boletfn de la Academia Pana-meña dc la JH.storia. PrimeraEnoca. No. 13 (Abril, 1937),pág. 160.

Page 44: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

go, prendiendo a veinticincode ellos. Los demás, de ochoa diez, entre los .que se encon-traba Pedro de Contreras,huyeron por la espesura de losbosques. Se desconoce cualfue el fin de estos últimos,

aunque se cree que murieronde hambre, devorados por lasfieras o muertos a manos delos indios, enemigos encondoRde los blancos. Los capturadosfueron ahorcados en Panamá.

43

Page 45: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la
Page 46: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

y diversificado i;1Undo de lamitología cuna; años más tar-de la dificultad de una comu-nicación constante entre Sue-cia y Panamá motivó que es-tos investigadores recurrieranal sistema epistolar para se-quir recibiendo y estudiandomaterial mitológico y ceremo-nial de esta cultura. El valorde estas versiones de la Escue-la Antropológica Sueca es e-norme puesto que recogió nprincipio de siglo las tradicio-nes y conocimiento de un pue-blo que, años después debíadebatirse ante los impactos dela culturación tratando de sal-var sus más preciados donestradicionales. Posteriormente,uno que otro autor ha recogi-do algunos recuentos mitoló-gicos. Sin embargo los más deellos son el producto de rapi-dísimas incursiones o de ver-f)ione" recogidas no insitu si-no de boca de tradicionalistaRque' en virtud de algún viajea Panamá eran sometidos ala técnica de la grabadora pa-ra sacarles, con toda premu-ra, lo que supieran sobre tra-dición. No es este indudable-mente el método más aconse-,i ci-bl,e para el estudio etnográ-fico, y meno;:. aún cuando 10que se pretende investigar,toca aspectos tan íntimos co-mo 10 religioso o 10 mitológi-co.

De allí que estime yo degran valor la versión que so-bre uno de los personajes tra-dicionales cunas más antiguo"N ele Pailider" fue recogidael 31 de diciembre de 1969por el señor Mac Chapin jo-ven investigador de fQlmación

universitaria, m i e m b r o del

Cuerpo de Paz. Esta i-ersiónfue el resultado de un~t con-vivencia de 30 meses entre lo:indios Cuna de San BIas. Con-fiable en grado sumo porquesu recolector habla la Icwruacuna con fluidez y porque sindejarse seducir por la versiónofrecida por un sabio trad;-cionalista tuvo el buen tino yla acertada previsión etnográ-fica de compararla con dos omás informantes conocedoresasí mismo de tradiciones. Laversión es, pues, altam'_nteconfiable. Pero su mérito noradica únicamente en los he~chos. Es el caso que nos per-mite compararla con la que laEscuela Antropológica Suecapresentara hac'e más de 30años, ep,nccíficamente en laque se relata el viaje que "NerSibu" (Nele Sipu) hizo "alreino de Dios". El sincretismoque aparece en la versión re-cogida por Chapin, de bocadel Sahila "Niga" (de la islade Cartí Suigtupo) ed revela-dor. Personajes como Dios,Jesucristo, su madre, apare-cen mezclados con los concep-tos teogónicos Cunas, Así mis-mo llama la atención el he~cho de que se moderniza, alritmo de los tiempos, el concep'to mitológico del otro mundo q'presentan los tradiciona1Ist as.Así en el Reino de Dios elSahila Niga hoy habla de ca-rros que fueron vistos, en cam-bio, en la versión recogiò.fi ha-

ce 30 años Nele Sibu pudo vercoches tirados por caballosDe esta manera, la gran casadonde vive Dios según la des-cripción aquí presentada tie-

45

Page 47: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

ne todos los visos de un granedificio de oficinas públicasde 8 pisos donde una multitudde oficinistas, en el texto "Se-cretarios", trabajan árdua-mente en asuntos divinos.

Es un hecho conocido queel indio Cuna de San BIas rea-liza frecuentes visitas a la ca-pitaL. Especialmente los jefesde las islas vienen frecuente-mente a buscar solución aasuntos relacionados con laComarca y tienen oportunidadde visitar las oficinas Minis-teriales. Estas deben haberlosimpresionado y su improntase ve en esa "casa de Dios"cuya importancia se mide porla cantidad de "secretarios"que trabajan para el ser su-premo.

Dra. Reina Torres deAraúz

Cuando Ibeorgun vino a latierra a enseñar a la gente avivir predijo la llegada de losgrandes neles poco después desu muerte. Ibeorgun vivió 300años y luego 8 hombres y unamujer bajaron del firmamen-to en platilos de oro paracontinuar sus enseñanzas. E-llos eran: Diegun, Kupiler,Palipiler, Pailbe, Organ, Si-bu, Wagibler, Masartumi yOlonagedirai, la única mujerdel grupo. Ellos visitaron lasregiones debajo de la tierra,y cuando regresaron informa-ron a la gente lo que habíanvisto.

Nele Pailiber era el nele delos espíritus de los muertos.Tenía el poder de revivir a-quelI08 que habían muerto y

46

habian hecho el viaJe por losmundos debajo de la tierra,Una vez Nele Pailber estan-do en el congreso las mujeresle pidieron que reviviera elespíritu de un hombre que ha-bía muerto hacía diez años.Ellas querían hablarle y es-cuchar sus palabras. Queríansaber si sus pensamientos ha-bían cambiado en los últimosdiez años. Pailiber les dijo:"Está bien. Primero vamos apreparar la chicha".

Hicieron todas las prepara-ciones y durante 4 días todmifumaron tabaco. Repartieronla chicha, Pailiber entró a lasurba y su absogedi se sentóen una hamaca cerca de lasurba. Pailber comenzó a can~tal': "N ele Ukurwala le innaba ungu mai de no di nakaye. . ." (los nuchus de balsase despiertan, comienzan amoverse, agachados, por elefecto del tabaco). El absoge-di cantó lo mi8ilo: "Nele U-kurwala le inna. . . " Las ma-racas se elevaron en el aire.Pailiber comenzó a cantar otravez. Cantó cuatro veces. Lasmaracas se elevaron en el airenuevamente y flotaron encimade las paredes de la surba.Las maraca8 se movían de unlado a otro, haciendo ruido.

Entonces llegó un espírituy cantó: "El nele es un buennele, e8 buen nele de losespíritus, de los espíritus delos muertos". La Madre llegótambién y cantó: "El nele esun buen nele, él revive los es-píritus de los muertos".

La gente que esta reunidavio venir un hombre. Era un

Page 48: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

diablo que cargaba candela.Entró en la surba y dijo: "Hevenido a llorar y a regar can-dela por todas partes". Se pa-ró frente a Pailber y dij o :"Como me has llamado, eresun buen nele". Entonces apa-reció un jaguar del tamaño deun tapir. Entró en la surba yse paró frente a Pailber y di-jo: "Como me hus llamado,eres un buen nele". Finalmen-te llegó una enorme culebranegra que se arrastraba porel suelo de la surba y se paróentre las piernas de N ele Pai-liber y dijo: "Como me hasllamado, eres un buen nele".

De repente sonaron muchasflautas de hueso y se presen-taron dos hombres. Gritaron:"EEEEEEEEEE" . Entraron yofrecieron las manos a Pail-ber. Le preguntaron si estababien. Abajo en el cementeriolos espíritus de los muertosestaban recogiendo sus hue-sos y reviviendo. Uno de loshombres era el padre que ha.bía muerto hacía 10 años y elotro era un muchacho que ha-bia muerto hacía 2 años. Lepreguntaron a Pailber porqué los había llamado.

El muchacho dijo entoncesa los presentes: "Ahora quie-ro decirles algunas palabrasa Uds. Cuando yo vivía en latierra tuve una enfermedad.Dios ha dejado las enferme-dades en la tierra para quenosotros podamos morir. Si nohubiesen enfermedades no mo-riríamos y no veríamos nuncael reino de Dios. De maneraque para que vayamos a don-de Dios, él ha dejado las en-fermedades en la tierra.

"En todo caso, yo me en-fermé y morí. LlegUé al ce-menterio, que es un bello lu-gar. En poco tiempo partí yviajé lejos hash llegar a unagran muralla de oro que ro-deaba el reino de Dios. Alláme dijeron que regresara alcementerio y permanecierapor un año. Esto era un casti-go por mis pecados en la tie-rra.,Me quedé por un año yfinalmente regresé al reino deDios, donde había estado porun año cuando me llamaronaquí. Esto es todo lo que voya contar por el momento".

Entonces comenzó a ha-blar el padre. Todos en el con-greso le escuchaban: su hijo,su hija, su mujer y todos loshombres grandes de la región.Todos los neles grandes esta-ban presentes. El padre dijo:"Cuando yo bajé a la tierravine enfermo. Cuando comen-cé a crecer me di cuenta deque tenía muchas enfermeda-des que me estaban comiendo.Me mejoré y estuve bien porunos años, pero luego las en-fermedades me atacaron nue-vamente. Me comencé a tratarcon medicinas, mi salud mejo~ró y comencé a trabajar, lim~piando monte y sembrandomango, cocos, aguacates, gua-bas, guabas peludas. Pero denuevo me enfermé. Tuve hijos.Me recuperé un poco pero po-co después renovarOn las en-fermedades y atacaron micuerpo débil y fuí donde uncurandero. Me bañé en un ca-yuco lleno de yerbas y palosy tomé medicina de una cala-baza que tenía colocada de-bajo de la hamaca. Mi condi-

47

Page 49: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

cien empeoró y mandé a bus-car otro curandero. Ahol"l yotenía dos cayucos llenos deyerbas y palos y dos calabazasdebajo de mi hamaca, Todofue en vano. Las enfermeda-des estaban comiéndose fuer-temente mi cuerpo. Encontréotro curandero, y ahora yotenía tres cayucos y tres cala-bazas de medicina. Pero lasenfermedades no me dejabanen paz. Tenía fuertes doloresde barriga y no podía comer.Cuando trataba de comer misentrañas me dolían aguda-mente y no podía tomar nada.Cuánto sufrí! Me puse dema-crado.

"Yo lloraba frecuentemen-te pensando en mi familia yen todo 10 que había sembra-do para ellos. N o quería de-jarlos solos. Era difícil paramí respirar. Cuando dejabala hamaca para irme a bañara los cayucos frecuentementeme desmayaba de la debili-dad.Mi mujer tenía qUe car-garme a la hamaca. No podíaya tomar las medicinas. Eneste estado me fui poniendomuy delgado y no tenía fuerzapara hacer nada. Comencé apensar en el reino de Dios: mipadre estaba allá, y lo mismomi madre, muchos parientes vmuchos amigos. Yo había oídohablar de la belleza del reinode Dios y quería verlo. Ya nopensaba en mis hi.ios, mi mu-jer, mis fincas o las medici-nas.

"Un día llamé a mi mujera la hamaca y le dije que me'iba. 'Me voy al reino de Dim,',le dije. 'Cómo te tratarán

48

nuestros hijos cuando me ha-ya ido?' Entonces llamé a mihija y le dije: 'Lo único enque yo pienso es en irme alreino de Dios. He sembradomuchos cocos, cacao, mango,café y guaba. Todos son paratí. Tu hermano no te los pue-de quitar. Tú eres mujer y notienes un cayuco o un mache-te. Tu hermano es hombre yél puede defenderse. El puedetrabajar por 10 que necesite'..Llamé a mi hijo y le dije: 'Hi-jo, yo me estoy muriendo. To-do 10 que he sembrado es paratu hermana. No le quites suscosechas. Tú eres hombre ypodrás desmontar tu propiomonte'. Le dije todo esto a mifamila. Entonces llamé a misparientes y amigos para de-cirks adiós.

"De repente tuve muchosueño y perdí el conocimient.o,No sentí nada. Después de nosé cuánto tiempo me despertéy sentí la gente llorando en-cima de mí. Estaba debajo dela hamaca en el suelo y mimujer y mis hijos llorabanfuertemente. Era como si ellosquisieran devolverme la vida.Las mujeres viejas me baña-ron con plantas olorosas y mevistieron con mis ropas nue-vas. Me cortaron el pelo, mepintaron con achiote y me pu-sieron en la hamaca. Desiniésde juntar todas las cosas np-cesarias para el entierro man-daron a bllcar dos hombresa cavar mi tumba. Yo ví todoésto.

"Me llevaron al cementerio.A medida que remábamos ríoarriba ví muchos pueblos con

Page 50: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

banderas qUe! se mecían alviento a lo largo de ambasorilas. En uno de estos pue-blos había banderas blancasen todas las casas, El sahilase i lamaba Olomaidigiña y lasgentes de él eran buenos pes-cadores. Ent el pueblo de la~garzas.

"A medida que continuá-bamos río arriba vi que todoc,ra de puro oro. Los árboleseran de oro, lo mismo que lasplantas que crecían en ias ori-llas. Había muchos peCES deoro en el río y toda la arena

.Y las piedras eran doradas ybrillaban a la luz del sol. .

"Finalmente llegamos alcementerio y amarraron el ca-yuco a un palo de oro ente-rrado en la arena, Todo lo queyo vi era de oro y plata. Metrepé en una muralla de oroy ví un pueblo con muchasbanderas de oro que se me-cían con la suave brisa. Habíamuchos jardines con flores deoro y plata que echaban per-fumes deliciosos. Había mu-cha gente caminando entre lasflores. Y û ví todo ésto,

"Toda esta gente. estabamuerta y ellos eran espíritus.También ví unos hombres-gu~sanos que comen los cadáve-res de los muertos. Había hom-bres~tábanos que llevaban ves-tidos brilantes de un verdeluminoso. Ellos chupan la san~

gre de los muertos. Había o~tros también: hombres-mur-ciélagos, Todo ésto ví en elcementerio.

Se me acercó un hom bre ycon él comencé a descender

f:n el cementerio. Cuando lle-gamos al primer nivel ví aKalu Turuwa y al jefe, 010-turuwakwa, y a la Madre, quele cuidaban. Ellos gobiernanel pueblo de basura y sucioque se acumula en las casas.En este lugar Dios da vida aestas cosas y ellos viven comoseres humanos. Dios ha crea-do un bello 1 ugar para ellos-todo de puro oro. El guía medijo: 'Toda esta gente que túves con basura y sucio: ceni-zas, cáscara de plátano, todolo que se bota en la tierra. Lasmujeres en la tierra siempredeben mantener sus casas lim-pias porque los desperdiciosse convierten en gente y con-tarán a Dios de su falta debarrer la cocina todas las ma~ñanas.

"Fuimos después al segundonivel y llegamos a otro pueblo.Dios había creado este puebloy lo había poblado con espíri-tus malos como Soa Soa Achu-simutibalet, frío intenso, oscu-ridad y nubes que cuidaban elcamino de manera que nadieexcepto los espíritus de losmuertos puedan alcanzar elreino de Dios. Dios creó estelugar y regresó a su casa di-ciendo: 'Nadie me podrá en-contrar. Nadie podrá llegar allugar donde reside la Madre'.Entonces Dios dijo que los es-píritus de los muertos tendríanque seguir ese camino parallegar hasta su reino.

"Llegamos a Kalu Paibil,donde había un pueblo dehombres-hormigas. El sahila,Olopilipaibil, y la Madre cui-daban esÜ) lugar. Dios les ha-

49

Page 51: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

bía puesto aquí para que go-bernaran a las hormigas. Todahormiga que muera en la tie~rra vendrá aquí y se le daráforma humana. Ellos viven fe~lices entre flores olorosas ysus casas son de oro puro. Haymuchas calles limpias con ca-rros de oro paseando.

"Llegamos después al tercernivel y vÍ a Kalu Nubil, quees el pueblo de las palomas.Este es también un lugar muylindo. Hay enormes montañaRde oro, y el pueblo está llenode jardines con flores de oroy plata. La Madre de laR palo-mas se mecía en una hamacade oro. El guía me dijo: 'Cuan-do una paloma muere en latierra no se debe tirar su cuer-po al mar, Se le debe vestiren un vestido blanco, ponerleen una hamaca pequeñita yenterrarla en el suelo como unser hUmano. La Madre de e-llas quiere que uno haga esto,Si se tira RU cuerpo al mar serecibirá un castigo cuando sellegue a este lugar'.

"Continuamos nuestro viajey llegamoR al cuarto nivel, quese parece mucho a la tierrapero es más impresionante. Elcielo es ancho y de un colorazUl claro. Hay mucho espa-cio allá. Todo está abierto yse puede ver por milas y mi~llas. Hay montañas grandesde puro oro. El mar se extien~de hasta donde se pierde dela vista. Hay un ancho río ycasi no se pueden ver las mon-tañas al otro lado de la orila.Hay muchos ríos: OloubikunTiwar, Maniubikun Tiwar, Ku-naskun Tiwar, Oloabinkun Ti-

50

war, Kulikun Tiwar. Hay undiablo que cuida este lugar.Vive en una casa de oro dondetodo es de oro. Su nombre esWelibdor, y también le lla-man Dekendeba. Cuando élllegó a este lugar hace muchosaños habían muchos espíritusmalos que vivían en la región.El se casó con una de las hijasde un espíritu malo y Dios sepuso bravo con éL. Como cas-tigo hizo que Welibdor se que-dara para siempre aquí paracuidar la tierra y para recibira todos los espíritus de losmuertos que pasen por allí.Otro diablo que vive aquí sellama Uakwa. Su oficio es pes-car para los espíritus todasclases de peces: sábalos, jure-les y sardinas.

"Durante ciertos meses delaño el mar se encrespa en elcuarto nivel y sale para la tie-rra. Cuando vemos que el marestá bravo y sucio con fuertescorrientes pensamos que Diosestá molesto con nosotros. Pe-ro no es asÍ. Dios nos estámandando peces para rebas-tecer los mares. Cuando el marsa calma de nuevo podemosver que hay peces en abun-dancia.

"Me paré sobre una altamuralla de puro oro y observéel panorama que se extendíahasta los límites de la vista.Ví una campana grande cuyosonido llega hasta la casa deDios en el octavo niveL. Su so-nido alcam~a el lugar del true-no, el lugar de los árboles, ellugar de las lluvias. Alcanzaa Kalu Ibake y la montañaT'akarkuna. En la casa de Dios

Page 52: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

hay otra campana y su tinti-neo se puede oir en todas par-tes, aún en el cementerio.

"Ví muchos pueblos que te-nían campanas de oro. Habíamucha gente manejando ea.rros en las calles, y todos loshombres llevaban a sus muje-res del brazo. Había una pro-fusión de flores de oro y pla~ta, aves de oro y plata. Todoera de oro y plata: las cam-panas, los relojes, las bande-ras. Yo vi todo ésto desde lamuralla de oro en el cuarbniveL.

"Pero no piensen que estoes el reino de Dios. Esto estámuy lejos".

Entonces el espíritu del pa-dre muerto se volvió hacia losque estaban presentes en elcongreso y dijo: "Miren el ce-menterio. Creen Uds. que eshermoso? No! Está muy sucioporque Uds. nunca lo limpianni cortan las yerbas malas.

"El guía me dijo que teníaque regresar al cementerio abuscar otros espíritus y me de-jó. Un platilo de oro bajó yel capitán me llamó: 'Venconmigo', me dijo. 'He venidoa llevarte al reino de Dios'.Subí al platilo y fuimos al na-cimíento del río Oloubikun Ti-war, que también se llamaOlobelen Tiwar. Había alláun pueblo grande rodeado deuna muralla de oro. Este esel lugar donde están estacio-nados todos los platilos deoro que recogen los espíritusde los niños y de la gente bue-na para llevarlos al reino de

Dios. El guía me díjo: 'Te voya dejar aquí' y se me alejó.

"Llegó un cayuco y subí enéL. Comenzó a moverse rápi-damente encima del agua ytodas sus banderas flameabanal viento, Pasamos un puebloque tenía muchas banderasclavadas en los techos de lascasas, campanas de oro y flo-res abundantes, Continuamosy negamos al pueblo de lascucarachas. Llegamos a lamontaña Oloparukuna y vimosa Kalu Paru, que es el pueblode los canarios. Pasamos pormuchos pueblos de insectos ypájaros, todos caminando co-mo seres humanos. Cruzamoslas montañas muy rápido: yal mirar hacia atrás ví que seextendían en la distancia. Al-canzamos la Montaña Olosui-supikuna, donde viven los pe-chiamarilos, y la montañaOloyannukuna, el dominio delos puercos de monte.

"En corto tiempo vimos elPueblo del Trueno, y vimos alsahila que se llama Olobaku~kulele. Era un gigante: fácil.mente se podía pasar por en-tre sus piernas. Las piernashasta las rodilas eran de pie-ara; sus muslos de carne; has-ta la cintura de piedra; sutronco de carne; sus brazos depiedra; y su cara de carne.Tenía dientes de piedra. Lle-vaba un rifle enorme: un hom-bre hubiera podido caminarrecto dentro del cañón. Sólodisparaba el rifle una vez alaño, Cuando pasé se volvió yme dijo: 'No dispararé mi ri~fle ahora porque tú eres un

51

Page 53: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

espíritu'. Y continuamos nues-tro camino.

"Apuramos el paso y llega-mos a Bisepkun Tiwar (Ríode la Albahaca), que tieneaguas de dulce fragancia. Ha-bían otros ríos: Kokekun Ti-war, Nobarkun Tiwar, Nui-nupkun Tiwar, Achuaryala-kun Tiwar, Sugarkun Tiwar-y el agua en estos ríos tam-bién estaba perfumada. Dioshabía hecho todo ésto. En es.te lugar Dios se bañó y cam-bió la ropa. Aquí es donde losespíritus. de los muertos botansus ropas viejas y después debañarse se ponen ropa limpiapara continuar hasta llegar alreíno de Dios. Todo el que pa-sa por este lugar se pone fra-gancias y se hace presentablepara entrar al reino de Dios.

"Pero no había ropa limpiapara mÍ. Pensé: 'Cómo voy allegar al reino de Dios sin ro-pa?' Después que me bañécomenzamos nuevamente yllegamos a una pared de orode 8 brazas de altura que ro-deaba el reino de Dios. Al la-do había una pared más pe-queña de plata. La pared deoro era el macho y la paredde plata la hembra. Había un 1campana de oro. Todo estabamuy brilante y era muy her-moso. Me paré al lado de lapared donde estaba la campa-na y el guía me dijo: 'Puedestocar la campana pero no lahagas sonar'. La soga de lacampana parecía pelo de oro.Había muchas flores a nuestrorededor: flores de oro a unlado y flores de plata al otrolado. VÍ mucha gente cami-

52

nando, las mujeres del brazode los hombres. La gente quese acercaha se convertía enflores.

"En ese momento se me a-cercó un cayuco de oro, El ca-pitán me dijo: 'Aquí terminatu viaje. No puedes seguir másadelante. Dios me dijo que tedijera que regresaraS al ce-menterio porque no te portas-te bien en la vida'. Comencéa llorar. El capitán me diouna carta que decía que debíaregresar al cementerio y que-darme allá por lO años.

"Regresé al cementerio, pe-ro la vida allá no es mala por-que hay suficiente comid:: ymucha; flores fragantes. Ha-bía allí mucha gente: hom-bres viejos que habían estadoallí por 10-20-:30 años. Otrosno hacía mucho habían parti-do para el reino de Dios; otroshabían salido hacía pocos me-ses. Toda la gente buena ha"bía partido hacia el reino deDios tan pronto como habíanllegado, sin pasar ningún tiem-po. en el cementerio.

"Estuve allí por 10 años.Hay una pantalla grande enla que se muestra la vida deuno como en el cine. Si unoha robado o ha maltratado asU mujer o engañado a unamujer ajena, aparece en lapantalla. Cuando todo el mun-do está mirando puede venirun hombre por entre el montecarganoo un racimo de gui-neos robados y uno pensará:'Quién será ese hombre quevíene por entre el follaje?' yserá uno mismo! Dios está

Page 54: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

viendo todo lo que hacemosaquí en la tierra. El está mi-rando todo lo que hacemos encasa, en el río, en el monte.Es por esto que siempre de-bemos ser buenos.

"En el cementerio habíauna casa grande con una me-sa de oro en la cual habíancartas mandadas por Dios. Ibaallí a menudo, y un día, porfin, había una carta para míDecía: 'Bien, hijo mío, ahorapuedes venir a donde mí. Hasestado en el cementerio pOI'i O años y todos sus males hansido purgado,. Estás limpio ysano. Ven a mi reino'.

"Llegó el guía y comenza.mos a descender, y pronto al~canzamos el cuarto niveL. Nue~vamente lltgamos a la casade Welibdor. Todo era de oro:mesas, platos, botellas, lashamacas. El me dijo: 'Vamosa comer'. El oficio de este dia-blo es dar de comer a los espíritus de los muertos que pa-san por allí. La comida eradeliciosa: p a v o de monte,puerco de monte" mono - to-do frito. También me dio plá-tano, otoe, yuca y guineo; ytambién me ofreció café, ca-cao, y chucula de guineo ma-duro. Comí con ,gusto y pron-to estuve lleno. Welibdor medijo que él no Dodía comernada. Me dijo: 'Dios hizo queyo me quedase aquí porque yoera muy egoísta y todo lo que~ría para mÍ. Cuando yo vivíaen la tierra nunca ofrecÌ comi-da ni bebida a aquellos queme visitaban. Por esa razónahora tengo que brindar co,mida a los espíritus. Pero yo

no puedo comer nada. Esto esel castigo de Dios'. De repen~te llegó un muchacho con va~rios platos llenos de comiday los puso frente a Welibdor.'Mira esto', dij o el diablo. Co-menzó a oler la comida: 'usi,usi, usi, usi'. Y con el olor dela comida se llenó, Entoncesel muchacho recogió la comi-da y la botó, porque Welibdorno podía comer nada. Welib-dor me dij o: 'Tú ves, esto esel castigo que Dios me ha da-do'.

"Había mucha:: piraguas dediferentes tipos amarradas ala orila del río. Había pira-guas para kantules, absoge-dis, argars, sahilas, etc. Meembarqué en una y remamosrío arriba. El río era inmenso.El cielo estaba abierto y cla-ro, y había gran multitud depeces nadando en el río. A laprimera punta llegamos a unremolino (piria) lleno de ti-bUrones. El sahila de los ti-burones se llama Olonaidigi-ña, y él manda en este lugar.También había muchos pecesserrucho, delfines y ballenas.Pasamos este lugar y llegamosa otra punta que era el domi-nio de los tapires. El jefe sellama Oloailgiña. Había mu-cha gente paseando en las ca-lles. Los tapires se dedicabana sembrar maí,l. Continuamosy llegamos a otra punta don-de vimos el pueblo de los ve-nados. Aquí llaman al sáhilaOlobeakiler, Pasamos muchospueblos a la orila de este río:

el pueblo de los puercos demonte, cuyo jefe es Oloweli-bler; el pueblo de los zaínos,

53

Page 55: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

cuyo jefe es Olomurgipiler;el pueblo de las iguanas, cuyo

sahila es Olotobabaliele; elpueblo de las garzas: tabga-la, siwali, nugarwala. Todosestos lugares tenían casas bo-nitas con torres y campanasy relojes y banderas que fla-meaban en el viento. Final-mente llegamos a la cabece-ra del río. Allí vimos a KaluIbesahila, rodeado de una mu-ralla de oro. Al lado vimos aKalu Ibake y la Montaña Ta-karkuna. Después llegamos auna campana grande.

"La primera vez que habíallegado hasta esta campanano había sonado porque yono estaba limpio y no podíaentrar al reino de, Dios. Perotodos mis pecados habían sidoborrados por mi estadía en elcementerio por 10 años. Lacampana tenía una soga quedescendía de la casa de Dioshasta el cuarto niveL. Toquéla soga y la campana sonó,porque ahora yo estaba lim-pio.

"A tra vecé la pared y lleguéa un camino llamado ErikoIgar, que es el camino de lasespinas. Es un camino muylargo que tiene ocho brazasde ancho. Sólo la gente buenapuede caminar por este cami-no porque está cubierto conmuchas espinas de oro. CUan-do caminé por entre éstas seaplastaron, y cuando miré ha-cia atrás estaban levantadMotra vez.

"Seguidamente llegué a unainmensa oscuridad que teníaque entrar porque yo había

5~.

llevado una vida mala en latierra. Dentro había murcié-lagos del tamaño de pelíca-nos. Cuando entré me morÍ.Cuando me desperté estabaafuera a campo abierto, perolos murciélagos se habían co-midos mis orejas. Continuéandando y encontré a mi sue-gra. La saludé y ella me dijoque la tocara en la espalda.Al hacer ésto se convirtió encandela y me quemé, volvién-dome cenizas. Cuando yo vi.vía en la tierra una vez la ha-bía engañado mientras ellahacía chucula de guineo ma-duro.

"Cuando me desperté con-tinué a lo largo del camino.A unque había permanecido enel cementerio por 10 años aúnno todos mis pecados habíansido borrados. Me encontrécon mi cuñada y la saludé.Me dijo que le tocara en laespalda y cuando 10 hice seme trabó la mano. Ella se con-virtió en un árbol y yo estabasubido en sus ramas. Perdí elbalance y fui a caer en unasrocas afiladas. Me pasó estoporque también la había en-gañado un día. Volví en sí ycontinué mi viaje.

"Después llegué a un lagolleno de sangre. El guía medijo: 'Tienes que cruzar estelago'. Comencé a cruzar porel - puente a través del centrodel lago y me caí. Al caer per-dí el conocimiento. Cuando medesperté estaba en la orilaopuesta. El guía me dijo quehabía recibido este castigoporque había maltratado a mimujer y esa era su sangre. To-

Page 56: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

das estas cosas me estabanpasando porque había come-tido faltas en la tíerra. Des~pués llegué a un lago pequeñode sangre que traté de cruzarpero caí del puente y me aho-gué. Cuando volví en sí el,guía me dijo que esta e.ra lasangre de mi hijo: yo le habíadado golpes a él también. N oes bueno golpear a los miem-bros de la familia en la tie-rra.

"Apuré el paso y entré enun viento fuerte. Había unasoga tendida en el paso. Erala soga de los Kantules. Cuan-do se le castiga a alguien aquíes porque ha peleado con loskanLles. Pero a mí no me cas-tigaron porque en la tierra ha-bía tratado siempre a los kan-tules COn respeto. Entoncesllegué a un lugar donde mu-chas águilas y perros de kamuestaban reunidos. Las águilascantaban mientras daban vuel-tas en el aire. Este lugar tam-bién es de los kantules. Tam-poco fui castigado aquí.

"Seguidamente llegué a untrapiche grande que se abríay se cerraba COn mucho ruido.Yo lo podía oir a medida quellegaba al camino.. Esto espara los hombres que han en-gañado a las mujeres mien-tras muelen la caña. Más ade~lante oí el ruido de unas tije-ras gigantes que se abrían yse cerraban. Estas tijeras per-tenecían a las lets, las muje-res que cortan el pelo de lasaolescentes durante las cere-monias de la pubertad. Si nolas tratas con respeto seráscortado por las tijeras aquÍ.

Pero yo no recibí ningún cas-tigo y continué mi camino.También hay un castigo paralas muchachas que no se lesha cortado el pelo en la cere-monia de la pubertad. Sø lesmete un puñado de cabelloen la boca y se sofocan.

"Continué caminando y lle-gué a una gran colina cubier-ta con todas las clases de hor-migas: wanditis, kurgwa, si-chir, sega, igli. Algunas de es-tas hormigas tenían un pie delargo. Las mujeres que no hanmantenido la casa limpia sonenterradas hasta el cuello en€'sta colina y las hormigas selas comen vivas.

"Si bien eS cierto que el ca-mino del reino de Dios es her-moso, pero no fue así paramí. Recibí muchos castigos.Pero si uno se ha portado bienen la tierra, irá derecho alreino de Dios en un platilode oro sin recibir castigos. Yocreía que iba a ir directa-mente después de haber pa.sado diez años en el cemente-rio, pero estaba equivocado.Antes de Ilegal' al reino deDios tuve que sufrir mucho.

"Finalmente llegué a unamuralla de oro que tenía ochobrazas de alto. Al lado de ellahabía una muralla pequeñade plata. Las dos rodeaban elreino de Dios, que se extendíaante mí hasta donde se per~día de la vista. Ví muchas is-las. Me paré a observar y misojos podían ver 4 veces máslejos de lo que podían ver enla tierra (era como si yo pu-diera ver desde Suitupo hasta

65

Page 57: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

Ailigandi). Pero a pesar delmejoramiento de mi vista nopodía ver!o todo: era un lu-gar muy amplio. Había mu-chas torres de oro con campa~nas de oro y plata. Todo elmundo estaba feliz. Las cam-panas allá suenan constante-mente; la gente hace muchoruido en su trabajo - algu-nos hacían hamacas; habíamucha gente tocando flautasy guitarras, En el reino deDioR uno puede oir cuatro ve-ces más que en la tierra, Unopuede oir todo 10 que se dicey se hace en las casas. LasfloreR cantan. La gente cami"na cuatro veces más rápidoque en la tierra - nadie ca-mina despacio en el reino deDios.

"Entonces un carro con mu"chas banderaR meciéndose enel aire se me acercó. Traíamucha gente. El chofer me di-jo que había venido a buscar-me. Me subí y partimos. Fui-mos por un camino que tenía8 brazas de ancho. Había mo-nedas de a 10 centavos de pu-ro oro tiradas por todas par-tes. El camino brilaba comoun espejo pero era de llurooro. Había muchos hombreRpaseando con sus mujeres delbrazo, y por todas partes ha-bía muchos carraR llenos degente y muchaR floreRo Habíacientos de caminos que con-ducían ti la Casa de Dios. To-da la gente le iba a visitar.Mucha de la gente tocabaflautas y guitarras. Ví muchasmujeres que se mecían en lasuave brisa. Pero cuando meles acerqué eran flores de di-ferentes clases.

56

"Continué a lo largo del ca-mino y ví otros caminos concalles adyacentes que teníanocho brazas de ancho. Las ha-bía por todas partf's. Habíaun camino que brilaba C011chispas de luz, como relámpa-gos. Lo llaman OlotakarkunIgala. Ví mucha gente cami-nando en este camino, I perocuando me acerqué ví que noera gente sino oro. La próxi-ma calle que ví parecía quesaltaba. Pero cuando me acer-qué ví que era el oro que bri-llaba. Se llama OlokakwabakIgala.

"Llegué a otra calle que es-taba llena de tapircs. Cuandome acerqué ví que no eran ta~pireR sino puro oro. Se llamaOlomolikun Igala. Yo ví mu-chas calles allá: OloyannukunIgala (calle del puerco demonte), Olowedarkun Igala(calle del zaíno), OlosulukunIgala (calle del mono), Olosi-glikun Igala (calle del pavode monte), Olopaarl'kun Igala(calle de un pájaro pequeño);Olosuisupikun Igala (calle delpechiamarillo).. Yo peTIRé quetodas estas calles estaban lle.nas de animaleR, pero cuandome les acerqué ví que no erananimales sino puro oro.

"Todos veremos algún díaestos lugares, ya que morire-mos algún día. No estamosaquí para vivir para siempre.Todos Uds. morirán y veránlas cosas que yo he visto.

"Finalmente llegué a la ca-Ra de Dios. El camino por elcual llegué a la casa estababordeado con árboles de oro

Page 58: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

y plata. Había paJaros de to-das clases sentados en las ra-mas cantando. En el parqueque rodeaba la casa había mu-chas bancas y mesas de oro.El guía me dijo: 'Toda la gen-te que has visto tocando flau-tas y guitarras vendrán a lacasa de Dios para la fiesta'.Había muchas flores de dife-rentes clases, y se sentía unasuave fragancia en el aire. Elguía me dijo: 'Dios vendrá eldomingo' ,

"Ví toda la gente vieja quehabía muerto allí en el par-que. Todos estaban muy feli-ces y se reían. Todos se sen-taban en sillas que giraban so-bre ruedas y para moverse deun lado a otro no era necesa-rio levantarse de las sila1.

"Uds. ~eriin muy felices enel reino de Dios. F's como los

Estados Unidoli (Mergi Nega) ,

Los Estados Unidos no tienecalles de oro pero aún es muybello para nosotros. En el rei-no de Dios todo es fragante,hay muchos carros y la Q'en+~toca los pitos, haciendo ruidoconstantemente. .

"Me senté por un rato. En-tonces vÍ al portero, que eraun policía. Llevaba dos pisto-las (kingi pistar) v una cara-

bina. Llevaba b'otas de oroque: subían hasta las rodilasy una espada de oro en su co-rrea. Marchaba de un lado aotro cuidando la entrada. Elguía me dijo: 'Los panameñosestán imitando el portero por~que ellos saben que tambiénhay policías en el reino deDios. Ellos han estudiado lo

que hay arriba y saben quedeben ser como los vigilantesde Dios',

"Me dieron una carta deDios. Le dÍ la carta al porteroy tan pronto como la leyó meabrió la puerta. La puerta hi-zo mucho ruido al abrirse. Elportero me entregó otra cartaal entrar. Adentro todo era depuro oro. Llegué a otra puertay encontré a otro portero. Asípasé ocho puertas hasta llegara una escalera automática queme llevó hasta arriba. No pu-de ver todo lo que había por-que la escalera subía rápida-mente. VÍ otro portero, le en-tregué la carta y me dejó en-trar. Ante mí vÍ un salón llenode gentes senbdas en escrito-rios con muchos papeles. Ha-bía miles y miles de ellos. Es-tos eran los secretarios deDios. Subí al segundo piso queera lo mismo. Finalmente lle-gué al séptimo piso. Cada pi-so estaba lleno de gente quededicaba su trabajo a Dio'1:todos eran secretarios. El guía

se volvió hac~a mí y me dijo:'Dios vive en el octavo piso.Su hijo, Jesús Cristo, bajaráa comer en el séptimo piso. Túno puedes subir al octavo pi-so, Nadie puede ir allá'.

En poco tiempo sentí músi-ca y me dijeron qi:0 Jesú~ ve-nía bajando a conOC0rm0. Lle-gó con la Madre. Al lado dela mesa de oro halLt un ataúd.Jesús se paró al lado de lamesa, La Madre me di.o: 'Un-ma a Jesús', Le llamé y él mi-ró hacia el otro lado.' Le lla-mé nuevamente y nuevamente

57

Page 59: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

miró hacia otro lado. Esto pa-RÓ varias veces. Le llamé denuevo y miró hacia el sur.Luego Re sentó en la meRa. Lellamé una vez más y volvió susila hacia mÍ. Me trató comosi yo no fuese un hombre viejosino un niño. Me abrazó y memeció entre sus brazos. Me di-jo: 'Ahora tú has venido a míporque hao rc-:ibido tus casti-gos y ahora estás limpio'.

"Entonces abrieron el ataúd.Dentro había puro oro. JeRúRme metió en éL. Al principioyo pensé que no iba a caberporque era muy alto y el ataúdera un poco corto, pero lo hi-ce. Se cerró la tapa y perdí elconocimiento. Estuve allí poruna hora haRta despertarme.Mi cuerpo entero me picabay vi que me había convertidoen 01'0 Después de dos horasabrieron nuevamente el ataúdy ví que todas mis ropas erande oro. Al principio no me po-día levantar porque estabamuy pesado. Finalmente logréhacerla y noté que era máspequeño que anteR: Todos enel reino de Dios tienen el mis-mo tamaño. Entonces Jesús medio un saco, un Rombrero yzaDatos de oro, y en cada bol-sillo me puso B/.50, B/.ROOen total. El me dijo: 'Con to-da esta plata tú podrás pasearpor las calles. También todoel dinero que ahorraste en lat:erra se te devuelve aqiií'.

"Salí a la calle y en la pri-mera esquina me quitaronE/.50. Lo mismo me pa"ó enI a esquina siguiente. Despuésde pasar 6 esquinas me quedé

58

Rin plata y me puse a llorar.Había perdido mi dinero por-que no me había portado bienen la tierra. Yo me sentía fe-liz en el reino de Dios pero enese momento me sentí tristeporque había perdido mi di-nero. RegreRé a la c::!sa deDios y allá me dieron más pla-ta.

"Alrededor de la casa deDios había muchos carros lle-nos de gente que había venidoa visitarle. Sentí mÚRica. LOR"suaribedis" llegaron a salu"dar a Dios. DeSDuéR lle7a-onlos "argars" y finalment-e los"sahilas". EntonceR llegaronlos otros hombres grandes.Había una gran mesa con mu-chas flores alrededor, Dios yla Madre llegaron y se detu-vieron al lado de la mesa. To-da la gente les vino a saludar,y tocaron música de flauta:Rupe, kuli, kam buruwI. Todoslos hombres y las muieres bai-laban y les tenían puestos ves-

tidos lucidos, Todo el mundose estaba divirtiendo mucho.

"Dios me dio un telescopio(kamu) y comencé a mirar to-do lo que había en el reino deDios. Todos los edificios y suscampanarios brilaban inten-samente. Pero aun con el te-lescopio no podía verlo todo:es muy extenso. Después volvíel telescopio hacia los EstadosUnidos. Observé todos losgrandes edificios, torres, ban-deras que ondeaban al vientoy muchos carros en las calles.También ví grandes muellescon barcos muy grandes. Perono es de oro: es puro cemen-to. ASÍ que lüR americanos no

Page 60: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

pueden comparar su tierra conel reino de Dios. Después vol-ví mi telescopio hacia SanBIas. Me sorprendí de que fue-se tan pequeño: las islas erantan chicas que parecían cás-caras de coco flotando en elagua.

"Cuando ví todo ésto regre-sé a la casa de Dios dondeiban a tener una fiesta. Dios"e volvió hacia el oeste, el nor-te, el este y el sur. Todo elmundo permaneció quieto a-g-uardándole, Llegó la comi~da: yuca, zapallo, ñame, otoe,plátano, camote, guineo (4 fi-lo); zaíno, conej o pintado,ñeque, mono, kwam,a, pavo demonte, puerco de monte, To-da la carne era frita.

"Pero no había sirvientespara traer la comida. Los pla-tos venían a la mesa por sísolos, lo mismo que las tazas.La comida fue llevada a lamesa por tubos de oro quellenaron los platos, Dios secomió ocho platos de comida.Tomó una servileta blanca,se limpió la boca v la botó.Hizo esto después de cada bo-cado. Las tazas se llenaron debebida: chocolate, café, chu-cula de guineo maduro, chi-cha de maíz, de piña, de gua-nábana, de naranja. Todo elmundo tomó bastante. Aque.lla gente que: había sembradosufiCiente de estas siembrasmientras estaban en la tierratenían todo lo que querían deestas cosas. Así qUe es' buenotrabajar duro y sembrar todolo que sea posible,

"En el reino de Dios no haytristezas, pereza, aburrimien-

to, dolores de cabeza o de es-tómago. Todo el mundo esfuerte y feliz. En la tierra mis

oídos no estaban muy bien,pero en el reino de Dios eranmuy poderosos. Uds, verán to-do ésto. Nadie puede creerque estas cosas no exÜ;ten allá.Todos moriremos porque nopodemos vivir para siempre.En la tierra yo sufrí mucho,pero en el reino de Dios esta~ba feliz. N o se comporten malcomo yo lo hice en la tierra.

"Al terminarse la comidaDios se marchó. Así salí a darun vistazo al pueblo. Ví labarriadas de los sahilas: todoel que vive en este lugar esun sahila. Hay banderas encada casa y en todas parteshay carros y jardines con flo-res en el patio. Ví muchas ba-rriadas: la de 1m; suaribedis,los argars, los kantules, loskamsuets, las iets. Si un sahi-la sabe "sia igar" (canto delcacao) también puede tenerotra casa y otro carro en labarriada de los maestros deesta materia. Hay personasque tienen 5 ó 6 casas porquehan estudiado muchas cosas.Caminé por todas estas barria-das: la calle es muy larga.

"Cuando hay una chicha to-do el mundo va. Pero hay gen-te que se queda afuera porqueno sabe tomar chicha fuerte.Otros que han peleado con loskantules les es prohibido en-trar, y así mismo con los kan-tules que han peleado duran-te las chichas. Todos los quehan cooperado durante las ce-remonias están contentos ypueden entrar".

59

Page 61: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

El cuento del espíritu seterminó aquÍ. El dijo: "Hastaaquí yo había llegado en elreino de Dios antes de queU ds. me llamaran". N ele Pai-liber le había llamado paraque él hablara a la gente, y

60

cuando hubo terminado desa-pareció. El espíritu había sidocomo un radio: había habla-do pero no había estado nun-ca alIí de cuerpo presente,Cuando terminó ,10. nablar ha-bía dejado de existir,

Page 62: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

( roi; ;"" y Ílu;,.dota

FRAY RODRIGO

LOS

MILLONARIOS

Para desgracia nuestra, elmaraviloso esplendor, el inu-sitado y contagioso entusias-mo, la sin rival magnificenciay la espontánea participaci6nde los hombres y mujeres delos barrios populares de la ca-pital, o mejor dicho, de la"poblada" como solían dedrdespreciativamente nuestrosalmidonados aristócratas, enlas fiestas de Carnaval cele-bradas en las dos primeras dé-cadas de este siglo, se han idolenta y dolorosamente diluyen-do para convertirse en un des-concm'IantE' v deprimente ~s-

CUBANOSpectáculo callejero que en na-da enaltece sino más bien ul-traja la ya tradicional culturade la señora del Cerro Ancón.

Hemos tenido una incom-prensible cortina de olvido eindiferencia sobre la vigenciade aquellos torneos popularespara escoger a las Reinas delCarnaval, que siempre fuerondamitas honestas y mimadaspor sus súbditos; hemo.3 des-naturalizado aquellos impre-sionantes desfiles del Domin-go y Martes de Carnaval parareemplazarlos con una largay cansona caravana de carros

61

Page 63: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

y camiones de propaganda co-mercial; hemos degeneradola gracia inequívoca y únicade nuestra suntuosa pollera yde nuestro sencilo montunopara dar paso a "polleras"confeccionadas con telas bara-tas y estampadas la primeray el segundo con camisas ex-travagantes, luciendo dibujosy temas extraños a la nacio-nalidad que son un insultogrosero a la sencila camisablanca de nuestros campesi-nos; hemos liquidado los clu-bes sociales de nuestra clasemedia para ahogarlos en elagua sucia de los Jardines endonde los Pasillos, los Valses,las Mazurcas y las Danzasdecentes han sido hechos pe-dazos por la degradante in-decencia del "pegadito" y porel "baile suelto", estúpidosreflejos ambos de malhadadainfluencia extraña que está a-sesinando despiadadamente lamoral de nuestros jóvenes pa-ra d€:jarlos, mañana mismo,como restos de cosas buenasque tuvimos en las manos yque dejamos, por lamentabledesidia, caer.

La mentida aunque escan-dalosa alegría de nuestrosCarnavales de los últimos añospresenta singular contrastecon la inolvidable de las fies-tas carnestoléndicas de las dosprimeras décadas del siglocuando el pueblo tenía unagraciosa Soberana que reco-rría los barrios humildes parahonrarlos y recibir sus vítoresy aclamaciones, cuando. losclubes sociales daban abrigoa la juventud no contaminada

62

y cuando los desfiles carnava-lescos tenían gracia, arte ydonaire que provocaban lostorrentes de confetis y ser-pentinas que hoy apenas seasoman desde los anaquelesde los tenduchos de comer-ciantes eventuales.

De entre los grupos socia-les que existieron en los ba-rrios populares, en la épocaque motiva estas líneas se des-tacaron con caracteres pro-pios, el conocido con el nom-bre de LAS VIUDAS y el MI-LLONARIOS CUBANOS, des-pués, integrados ambos porjóvenes entusiastas, alegres ypor encima de todas las cosas,respetuosos de la dignidad ypudor de la mujer.

En los buenos días del Car-naval de 1918, hizo su ines-perada incursión en las fiestasla comparsa LAS VIUDAS enla que participaron jóvenesvestidos de trajes negros has-ta los tobilos, con el rostrocubierto de finísimos velosnegros a quienes acompaña-ban muchachos del Barrio deSanta Ana vestidos de muje~res aunque de colores varia-dos. Esta comparsa partió delinolvidable PUNTO ROJO en-tre los aplausos del gentío,dirigiéndose, a pie, hacia laPlaz:: de Herrera dando al ai-re canciones de ritmo pegajo-so y cantando la rumba quedecía:

Aunque casada no soydirán que eso es un prodigio,una mujer de prestigio. . . i ay!que ya enviudó!

Page 64: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

Coro

Buscando amor. . . . . . .Buscando amor. . . . . . .Buscando amor. . . . . . ,Se van las viudas!En este maldito mundono hay una cosa más duraque este dolor profundo...j si!de haber quedado viuda!

CoroBuscando amor. , . . . . .Buscando amor. . . . . . .Buscando amor. . . . . . .Se van las viudas!

Al pasar la comparsa fren-te a la residencia de don Pan-cho Arias, el inmenso PanchoArias de todos los tiempos,éste salió al balcón. Con ungesto detuvo a los muchachos.v les preguntó:-Por qué marchan a pie?

-Porque no tenemos ca-rros, le contestó Federico Le-vy, músico y rumbero autorde la tonada LAS VIUDAS.

-Vayan frente a la casade Federiquito Boyd. Allí hayvarios carros míos ocupadossiempre por chiquilos. ücú-penlos y me esperan allí!

Entusiasmados con el ines-perado ofrecimiento, la com-parsa partió cantando aquellode BUCANDO AMOR, SEV AN LAS VIUDAS.

Las Viudas cumplieron alpie de la letra las indicacionesdel bueno de Don Pancho.Cuando llegaron frente a lacasa de Federiquito Boyd, yadon Pancho estaba allí y conellos se aprestó al desfile por

la Central. Sin embargo, alllegar al viejo y recordadoHotel Central, don Pancho or-denó que se bajaran de 10.,autos y los condujo a la can~tina en donde se sirvieron tra-gos ordenados por don Panchoentregándoles al mismo tiem-po varias cajas de licores, LasViudas fueron frenéticamen-te aplaudidos por las masasque le siguieron para integraruna tremenda comparSa ale-gre, confiada y ordenada.

Al año siguiente, LAS VIU-DAS se transformaron en 10que por muchos años se co-noció como LOS MILLONA-RIOS CUBANOS, grupo ani-mado por Federico Levy, elágil compositor y cantador clerumbas e integrado por Fede..rico Levy, Juan Antonio Hen-riquez, Jacinto Iturrado, JoséAgustín (Pescao) D'Espaigne,José (Palmón) Palma, Conra-do Tapia, Manuel Barsallo,Matias Ureta, Santiago Pra-da, Domingo (Mingo) Alza-mora, Enrique Paredes, Cri-sógono Centella, Santiago 0-rrego, Francisco Mata Jr., Sa-muel Thacher, Jacinto Escu-dero, José Rutinel, ManuelEspinosa, Antonio Ferrán (Ce-resito), Chichi Goti, Juan An-tonio Casal, Luis Limonta, Ser-gio Pérez, Pedro Raúl Ramos(Ukulele Ramos), Carlos Lig-nam, el venerable ciudadanodon Vianor Bellido, Secreta-rio del grupo, Conrado TapiaJr., la mascota, Luis Alejan-dro Victor, y Jacinto (Chinto)González Batista.

Henríquez, Levy, Alzamo-1'a, González Batista y Victor,

63

Page 65: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

el Chomo Sixto, son los sobre-vivientes del famoso grupoque hoy, vencidos por los añosy amargados por las desilu-siones y dominados temen elabrazo de la Desnarigada queaceleradamente está pisándo-le los talones. El resto ya rin-dió su tributo a la Madre Tie-rra. Pero su recuerdo aún per-siste, como una gran campanade oro llamando a gloria den-tro de las cuatro paredes dela bodeguita situada en CallE)13 Oeste, que dio a los Milo-narios Cubanos albergue paralos planes de sus fiestas: ELPUNTO ROJO, ebanistería dedon Jacinto Iturrado.

La presencia de los Milo-narios Cubanos en el año de1918 y en los posteriores fueuno de los acontecimientospopulares más impresionantesque se recuerda.

(AnteJ de seguir adelante.es breno decir que un grupode aquellos muchachos, entreellos el j:wial Santiago Prada,mientras se divertía por elM A RA:!ON. se cogió un pe-rrito de una jamaicana. Estasalió precipitadamente tras dePrada gritando: Policía. Poli-cía! Santiago, ante el alborotode la chomba, soltó el perny con sus compañeros se re-fugiaron en una cantina delmismo barrio. Allí, FedericoLevy compuso una rumba queterminaba diciendo: HUYE

64

SANTIAGO QUE TE COGELA CHOMBA!)

La comparsa de que hablo,salió del Punto Rojo luciendopulcros paletos blancos quellevaban prendidos biletes debanco norteamerican03 de dis-tintas denominaciones y burasque Levy remató en el alma-cén Piza-Piza. Las cancionesy sus bailes fueron aplaudidospor el pueblo que los seguía.En sus desfiles le caían con-fetis y serpentinas. En la Ave-nida Central se les unió donPancho Arias que llevaba uncubilete, que usab.a en losgrandes actos oficiales ya quepara ese entonces era Diputa-do a la Asamblea NacionaL.También llevaba un pito depolicía. A determinada señal,don Pancho sonaba el pito yel grupo y sus admiradoresgritaban: POLICIA, POLI-CIA! para luego seguir con larumba de Levy que termina-ba: HUYE SANTIAGO QUETE COGE LA CHOMBA!

Con la marcha del tiempo,los Milonarios Cubanos fue-ron desintegrándose y de ellosapenas queda el recuerdo quehace imposible y lejana la es.,peranza de volver a vivir Car-navales como los de las dosprimeras décadas de este sigloatormentado por las guerrasy por un tremendo desajustesociaL.

Page 66: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

ERNESTO J. CASTILLERO

Sucesos y cosas

de antaño1421-Errónea celebración de un Prócer. 1422-El pirataMorgan no quemó a Panamá. 1423-Colegio de indigenistas.1424-La primera Academia de Medicina de Panamá. 1425-Se conecta el primer cable submarino. 1426-lnauiuración dela Iglesia de Cristo Rey. 1427-En la redacción de un periódi-co, toma posesión un Presidente. 1428- Bibliotecas para lasProvincias. 1429-Día histórico. 143Q-Restauración del Pala-cio PresidenciaL. 1431-El Diputado indígena. 1432-Votos deun Presidente. 1433-Origen de la Parroquia de San Miguel(Calidonia.). 1434-La función de un jefe de Estao!o. 1435-Unpanameño fue Prócer de Colombia. 1436-0rigen de SantaDorotea de Piñas. 1437-La visita a. Panamá del PresidenteGual'dia, de Costa Rica. 1438-Monumento a los zapadoresdel Canal. 1439-"EI Quijote" en Panamá. 144U-Plazuela"2 de Enero".

- o1421-En 1892 las autoriùaù",s de Panamá. celebraron con la

mayor solemnidad el 11 de julio el centenario del na-cimiento del Prócer Don José Vallarino Jimenez. Entodos los discursos conmemorativos, los artículos necro-i ógicos de los periódicos, los documentos oficiales, etc.,se dejó constancia de la cívica efemérides. Todos, in-elusive los hijos del insigne varón que tomaron parteen la celebración, estuvieron errados, pues Vallarinonació el 8 de julio y no el 11, según consta en la par-tida de bautismo, la cual reza así: "En la Vila de losSantos en dieciseis de julio de mil setecientos noventay dos años Yo el Dr. Dn Joaquín de Vilarán, Cura Vi-cario de ella bautisé puse óleo y Chrisma a Jose,ph Píode Jesús María, de OCHO OlAS de nacido, Hijo lexí-

85

Page 67: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

timo del Theniente Veterano Dn. Bernardo de V aiiari~no y de Doña JosefaXiménez ; fueron sUs padrinos Dn.Francisco de Arrue, adm.inistrador de la Real Renta, deTabaco y Doña. María de Vergara a quienes tengo creí-do saben su obligaci6n y parentesco espiritual; y por-que conste lo firmo. Dr. Joaquín Vilarán".

-o -1422-Si hemos de darle crédito al Gobernador Don Juan

Pérez de Guzmán, quien dijo en documento oficial pa-ra el Consejo de Indias que el fuego que consumió en1671 la ciudad de Panamá la Vieja lo provocó él al or-denar prender el polvorín, del que se propagó el incen-dio a las residencias de los vecinos, no fue el pirataMorgan el culpable de la destrucción de la ciudad, co-mo afirman algunos de sus mismos compañeros y hanvenido repitiendo numerosos historiadores.

- 0-1423-En 1906 los Hermanos de las Escuelas Cristianas tu-

vieron a su cargo en la ciudad de Panamá un "Colegiode Indígenas", cuyos alumnos sirvieron para componeruna Gramática del idioma Cuna.

- 0-1424-En 1882 se fundó en Panamá una Academia de Medi-

cina con facultativos de Panamá y del Canal Francés.La sesión inicial tuvo lugar el 8 de noviembre bajo lapresidencia del Dr. Goverd. La directiva, además delmencionado galeno, la constituyeron el Dr. AmadorGuerrero como primer vicepresidente, el Dr. Vermal co-mo segundo vicepresidente, el Dr. Icaza Arosemena yel Dr. Quijano Walis como primer y segundo secreta-rios. La Academia Panameña de Medicina y Cirugíafuridada el 19 de junio de 1950 viene a ser, pues, lasegunda de esta ciencia que se constituye en el país.

-o -1425-EI 8 de octubre de 1872 comenzó a prestar servicio el

primer telégrafo submarino que puso al Istmo en co-municación con el mundo exterior. El cable fue exten-dido entre la ciudad de Colón y la isla de J amaICa.

-o -1426-La Asamblea Nacional de Panamá, por medio de la

ley 7a. del 17 de septiembre de 1934, autorizó a la Ar-

66

Page 68: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

quidiócesis para que construyera una iglesia en home-naj e a Cristo Rey en la Barriada de La Exposición.Gracias al interés de Doña Rosario G. de Arias, esposadel Presidente de la República, Dr. Harmodio Arias, yal celo del Jerarca de la Arquidiócesis, Ilmo. Dr. JuanJosé Maíztegui, el bello templo fue construido y ben-decido solemnemente el 9 de junio de 1935. Fue su pri-mer Párroco el P. Jesús Serrano, C.M.F., años más tar-de elevado a la dignidad de Obispo Titular de Hypse-lis y Vicario Apostólico del Darién, con sede en Colón.-b-

1427~El 9 de mayo de 1951 aconteció el caso, tal vez únicoen la historia de las naciones, de que una AsambleaLegislativa se reuniese a sesionar en la redacción de unperiódico y tomase allí el juramento constitucional aun Presidente de la República. El periódico fue LA NA-ClON, de Panamá, y el Pregidente juramentado esa no-che, Don Alcibíades Arosemena, primer Vicepresiden-te, exaltado al alto cargo por un movimiento cívico delpueblo en favor de la Constitución Nacional de 1946,que el Presidente titular, Dr, Arnulfo Arias, quiso de-rogar por medio de Decreto Ejecutivo.

-0-1428-Por la ley No. la, de 3 de enero de 1907, sancionada

por el Presidente Dr. Manuel Amador Guerrero, se au-torizó el establecimit'nto de- sendas Bibliotecas en Bo-cas del Toro, Colón, David, Penonomé, Santiago y LosSantos. En di"ltintos nños antes se había legislado alrespecto en 1868, 1875 Y 1876, y sólo una Bibliotecalogró ponerse en servicio y sostenerse por casi mediosiglo, la Biblioteca Colón, cuya fundación se hizo el 12de octubre de 1892. Los esfuerzos que se hicieron parallevar a la práctica la ley de 1907 se frustraron por laindiferencia oficial y el poco interés del público, hastaque en 1942, bajo el gobierno de DOn Ricardo Adolfode la Guardia, se organizó formalmente la BibliotecaNacional contando como base el fondo bibliográfico dela ya cerrada Biblioteca Colón. Con la ayuda de aque-lla se fundaron a continuación otras muchas :Bibliote-cas públicas en numerosos pueblos de la República,

-'0-1429-El día de la fundación oficial de la ciudad de Colón,

que fue el 29 de febrero de 1852, cayó en DOMINGO.

87

Page 69: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

1430-De1spués de los sucesos trá.gicos de los días 8, 9 Y 10de mayo en que fue asaltada la Presidencia de la Re-pública para desalojar del Palacio a sus ocupantes, elestado de deterioro del inmueble fue tal, que el go-bierno tuvo que gastar Bj.18.000,OO para repararlo,Mientras que las obras se ejecutaban, el despacho delJefe de la nación se estableció entre el 11 de mayo yel 18 de junio en el edificio de la Cancilería, en la Pla-za de Porras. En esta última fecha el Palacio Presiden-cial fue bendecido por el Arzobispo, Ilmo. Beckmann,antes de que el mandatorio lo ocupara. Fue esta la se-gunda vez que el Presidente de la República despacha-ra fuera de la sede oficial del gobierno, porque cuandoel Palacio se reconstruía bajo el gobierno del Dr. Beli-sario Porras, por varios meses este mandatario estable-ció sus oficinas en la casa No. 65 de la Avenida Rodol-fo Chiari o Avenida A.-.0-

1431-En las sesiones extraordinarias de la Asamblea Nacio-nal en junio de 1951, tomó asiento como Diputado dela provincia de Colón un indígena Cuna del Archipié-lago de San BIas, Mario Porras, afilado al Partido Re-novador, suceso que ocurrió por primera vez en la his-toria parlamentaria de la República. Así ha comenza-do a incorporarse a la vida pública nacional la razaindígena que ocupa importante sector del país.-0-

1432-En un discurso del Presidente de los Estados Unidos,Coronel Teodoro Roosevelt, pronunciado en 1906 en Pa-namá, se expresó así: El único deseo de los Estados U-nidos en relación con la República de Panamá, es verlacrecer en población., en riqueza y en importancia paraque llegue a ser, como yo lo q.uiero ardient,em,ente, unade las Repúblicas cuya historÏa hace honor a todo elhemisferio occidental".-0-

1433-La iglesia de San Miguel tuvo su origen en una ermitaerigida por los dueños de la hacienda de Santa Cruzpara la servidumbre esclava. Con el tiempo, conformese fue poblando el lugar y formándose un nuevo barriode la ciudad, la pequeña ermita se transform6 en igle-sia. En 1858 el Presbítero Domingo Jiménez, CUl"a UcSanta Ana, hizo en ésta radicales reformas y la dotó deun áltar, de manera que ese año los fieles pudieron ce-

68

Page 70: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

lebrar en ella la fiesta de la Navidad. La parroquia deSan Miguel fue creada el 7 de septiembre de 1886 porMonseñor Fermín J ované, Gobernador por sede vacan-te, de la Diócesis, y le nombró un Cura. La fi.esta deinauguración de la parroquia tuvo lugar el 29 del mis-mo mes, día de San Miguel, cuyo patronato adoptó.-0-

1434-"El Presidente de una República -decía el GeneralTomás Herrera en carta del 22 de abril de 1850 parael Presidente de Colombia, General José Hilario Ló-pez- no debe imaginarse como caudilo de un partido:él tiene otra función más alta que llenar como deposi-tario de la primera magistratura del Estado, La Cons-titución y las leyes deben 8er su guía. Las exigenciasde un partido, cualquiera que sea su responsabildad,no son mandatos a los cuales hayan de cautivarse lospreceptos de la conciencia, de la justicia y de la razón".-0-

1435-El Acta de Independencia de Colombia de fecha 20 dejulio de 1810, tiene la firma de un panameño: el Dr,Manuel Pardo, nacido en esta ciudad de Panamá el 8de noviembre dei 1763, e hijo de un Veinticuatro delCabildo de la ciudad,-0-

1436-En el año de 1910, un ciudadano alemán radicado pormuchos años en Panamá, de nombre Augusto Dziuk,fundó en una concesión que le otorgó el gobierno dePanamá al sur del Darién, junto a Puerto Piñas, casien la frontera con Colombia, una población que deno-minó Santa Dorotea en homenaje a la Princesa alema-na Dorotea de Radziwil-Opperadorff, de la Silesia, lu-gar de origen del ingeniero Dziuk. La princesa, en agra-decimiento por el gesto, envió a Don Augusto una es-tatua en bronce de su persona, la que aquel colocó so-bre un pedestal en la incipiente población darienita.L08 sencilos nativos dieron en llamar a la estatua San-ta Dorotea, y con tal nombre se ha quedado.

- 01-1437-El 30 de junio de 1872 llegó a la tierra panameña el

General Tomás Guardia, Presidente en ejercicio de lavecina República de Costa Rica, quien iba de paso paralos Estados Unidos. El Presidente del Estado SoberanoGeneral BUenaventura Correoso, ofreció en su honor eí

69

Page 71: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

2 de julio un banquete en la Casa de Gobierno, agasajoque estuvo revestido de gran decoro y solemnidad. Hi-ciéronse brindis muy elocuenteR en honor de los dos pre~Hidentes y votos efusivos por la prosperidad de ambospueblos representados en sus dos altos mandatarios.El ilustre visitante permaneció en Panamá como huéspeddel gobierno estadal, hasta el día seis de julio.

Si bien en los tiempos contemporáneos la visita anuestro Istmo de los Jefes de Estado del Continente yaun de los países de otros hemisferio es cosa común-en 1956 se celebró aquí una Asamblea de Presiden~tes de América con la concurrencia de casi todos elloR-en el Riglo pasado ese acontecimiento resultó un suce~so rarísimo y extraordinario que conmovió a la socie-dad istmeDa y al país entero. N o sabemos de otros .J e~fes de Estado extranjeros que hubieran visitado antesnuestro territorio.

-o -1438-El monumento a los zapadores franceses del Canal fue

inaugurado por su iniciador, el Presidente Belisario Po-rras, con asistencia del Conde Bourdonele Sairit Sa1vv,Embajador Especial de Francia, el 4 de diciembre de1923, en una ceremonia religiosa en que ofició el Ca-pellán de la fragata de guerra francesa Juana de Arcoy en la cual se usaron los vasos sagrados de la CapilaReal de Luis XVIII, Rey de Francia.

-'0-1439-De acuerdo con deducciones del reputado cervantista

español don Francisco Rodrígue¿ Marín, en Panamá selogró leer la primera parte del inmortal libro de Mi-guel de Cervantes Saavedra, "EL INGENIOSO HIDAL-GO DON QUIJOTE DE LA ,MANCHA" en su ediciónpríncipe impresa por la editorial de Juan de la Cueva,de Madrid, el mismo año en qae el libro salió a luz,esto es, en 1605, transportado al Istmo en la flota queen tal año arribó a Portobelo.

- o..1440-La Plazuela 2 de Enero~, denominada así en recuerdo

del golpe de Estado dado por la Sociedad cívica "Ac-ción Comunal" en esa fecha del año de 1931, que tuvoen las inmediaciones su cuartel general, era llamadaanteriormente Plazuela de Alfaro, nombre que recibióen 1876. Primitivamente se la designaba con el nom-bre de Plaza de Playa Prieta.

70

Page 72: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

LOLA C. DE TAPIA

Gracia y colorido

de los primeros

carnavales en Panamá

Evocar, es ir recorriendomental y emotivamente, lopretérito. QuIí1i la fantasíajuegue su gracejo en este e-i ercicio para revestirlo de másbrjlo; tal vez la perspecti.va,indispensable para apreciaruna pintura, sea su mejor in-grediente, De todos modos,esta narración, es la síntesisde recuerdos gratos; puedemostrar claros resaltantes en-tre las manchas de color yvibración. Cualquiera que seala forma, significa mi contri-bución a la Revista Lotería ala cual sirvo como redactoradesde 1962, Y a los Carnava-les de 1970, que organizó elClub 20-30, dinámica agrupa-ción que lleva ese lema porquelos que ingresan a ella, no"ueili'm pasar. cronológIcameu'te, de esas edades. .

Como todo en el "vasto cos-mos" tiene su célula creadora,

voy antes, a referirme, breve-mente, al origen del CarnavaL.Nació en Roma y fue el pro~dueto de una evolución de si-glos, cuando los primeros Pa-dres de la Iglesia, buscaban,ansiosamente la forma dedesarraigar las diversiones pa-ganas, crueles y licenciosas,Justamente, las famosas "Sa-turnales", comenzaban el 6 deenero, sabiamente conviirtidasen el "día de los Reyes Ma-gos". Terminaban al iniciarselas llamadas "Lupercales", el2 de febrero, fecha transfor-mada, después de siglos, enh fif'shi. rte Nuestra Señorade la Candelaria (candela enjt::liano significa vela), Esas"lupercales", consistían en ca-

rreras de mancebos, desnudos,alrededor del Monte Palatino,con antorchas y largos re.iosen las manos: era el ritual delas candelas y, a ellas asistían.

71

Page 73: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

especialmente, las mujeres es~tériles, que ofrecían sus vien-tres a los azotes de los mu-chachos, en espera del mila-gro de la maternidad. N o de-seo extenderme en la descrip-ción de los diversos espectácu-los que fueron reemplazando,por tesonera labor de los sa-cerdotes cristianos, hasta laimplantación del carnaval ro-mano, extendido luego a Niza(la Saboya entera pertene-ció a Italia) hasta nuestrosdías y a New Orleans. Alprincipio muchos siglosdespués de dictado el Decre-to de Milán que reconocía alcristianismo como religión o-ficial - 101' "ludis cercenses"se fueron cambiando por losjuegoR de fuerza y deRtrezay, máR tarde, por las "fiestasdel palio" que se proyectabanRobre las pirámides de CayoSextio.

La primera Reina de loscarnavales republicanos, fueManuelia Vallarino, más tar-de señora de Morrice, en 1910.Ella está representada en unhermoso retrato de familia yen algunas reproducciones fo-tográficaR de la época. Eraextremadamente joven, casiadole:cente, rubia, pequeña yde exquisita silueta, 0.101' co~claros reflejos; sus cabellosflotaban rizosos sobre su fren-te. Me narraba que en su rei-nado, repartió bebidas refres~cantes, dulces y vino de MÚ-.laga entre la muchedumbreque acudió a felicitarla. Estu-vo acompañada por un grupode muchachas hermosas y de

7Z

jóvenes que formaban su cor-te y eran sus damas y caba-lleros.

Desde su iniciación, la ban-dera del carnaval, fue de 101'colores blanco y celeste, tra-dición que continúa y se izabaen el Municipio, cerca a laPlaza de CatedraL. Las rei-nas de los primeros carnava-leR llegaban siempre al "Mue-lle inglés", en embarcacionesalgunas veces ofrecidas POl:las autoridades de la Zona delCanaL. Su primera visita eraal Cabildo, en donde se lesofrecía la "llave de oro" queconsistía en una artística lla-ve labrada en madera y re-vestida de un baño dorado, Co-mo perduró por muchos años,la división colonial de "aden-tro" y "afuera", los morado-res de las inmediaciones dela Plaza de Santa Ana, esco-gían también su reina, entrelas más lindas muchachas dela dignísima clase media. Seproducía así, también un acer-camiento, porque las reinas es-cogidas entre las descendientesde las antiguas familias patri-cias, coronadas en el TeatroNal. y estas últimas, intercam-biaban sus bailes y celebra-ciones. También el'~ de rigor,que laR Reinas del Carnavalagistieran a los toldos, acom-pañadas por RUR sr-qUitOR ybailaran el tamborito concualquier mozo del puebloque se le acercara en el rue-d.o,. lo que ponía desde el prin-Cipio un toque de democráticagracia.Desde los comienzoR -1910-el dinero fluía a raudales y

Page 74: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

el I uj o y el brilante coloridodesplegaban su fastuoso aba-nico de pedrerías. Como anéc-dota sorprendente anotaréque un mulato procedente delas Islas de las Perlas, en don-de iniciaba su comercio ejer-cido con joyeros y particula-res, derramó en su entusias-mo, una fortuna sobre la ca-beza de la Reina, desatandosobre ella, una lluvia de irisa-das y legítimas perlas pana-meñas,

Las carrozas de la Reina ysus damas, estuvieron siemprediseñadas y dirigidas por esagloria de Panamá, que fue Ro-berto Lewis. Recuerdo los car-navales de 1919, cuando ,Ma-ría Teresa Vallarino "la 'Rei-na roja", desfilaba por las ca-lles de la ciudad en su carro-za dorada y, al pasar por laPlaza de Santa Ana se toca-ha la danza del Maestro Bo-za, dedicada a ella "Viva laReina Roja"; una infeliz ca-sualidad hizo que, en esos mo-mentos llamaran a un indivi-duo a quien denominaban Pes-cao y desde entonces cuandosus cadenciosas notas rasganel aire, se grita frenéticamen-te: "Pei"cao"! Triste fin paratan bello símbolo. Fue 9 añosdespués del primer carnavalnacional, y cuando su herma-na, Manuelita, había ostenta-do la corona.

Tengo presente el reinadode Catita Lewis, la Reina A-zul, derrotada dos años antespor la Reina Roja, después dereñidas disputas entre los sim-patizantes de una v otra, "Dia~blos rojos" y "Diablos azu-

les". La Reina azul, tuvo unacarroza que era una evocacióndel lago de los cisnes, en sufactura: un gran cisne,. al piedel cual estaba instalado eltrono de la soberana, mien-tras sus damas ocupaban a-sientos al pie de otros cisnespequeños. La entrada al Tea-tro Nacional, para la corona-ción era, sin duda, un espec-táculo de categoría con finí-simos detalles. En las calles16 y adyacentes, estaban ins-talados los toldos populares,como "El Lirio Roj o", "Boya-da del negro", "El Cisne de01'0", y en la Avenida A ~osfamosos toldos de los Lañon."Los millonarios cubanos",grupo que reunía a jóvenesfmtusiastas que ejecutaban losbailes más alegres, ponían sunota de colorido, con su indu-mentaría al estio cubano, yg r a n d e s corbatas celestes.Desde entonces la "Murga"ha sido la constante animado-ra de las fiestas populares,hasta hoy.

El acto de la coronaClOn dela Reina en el Teatro Nacio-nal estaba precedida por eltoque de largos clarines queanunciaban su llegada: en unaocasión, muchos años más tar-de, admiré a dos lindas mU~chachas, gemelas, de idénticoporte y elegancia, que fungie-ron de trompeteras, vestidasa la manera de los pajes me-dioevales. Describir la "polle.ra" de lujo con sUs costosos yfinoR detalleR, y atavíoR, seríatarea que alargaría estas im-presiones. Acotaré sólo algu-nos, de muy personal obRerva-

73

Page 75: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

cion: el laboreado ruedo quela dama empollerada desplie-ga en torno suyo, hasta dejarver rápidamente, los botonesde oro de fiigrana que suje-tan la enagua interior, es tra-bajado a mano sobre fínismomaterial de hilo y en el cen-tro de sus dibujos y flores, Recuentan a veces más de 400"calados", hechos a mano, ytotalmente diferente entre sí,al igual que 10$ encajes y de"mundillo", herencia hispáni..ca de artesanía, que aún sefabrican en Las Tablas. Encuanto a los escudos de oro,con monedas de siglos pasa-dos, son de up. gran valor nu-mismático. Creo que los "tem-bleques" que adornan la ca-beza de la dama en pollera,representan las alad::s mari-posas que ponían su vívidamaravilla, por los alrededoresde la ciudad antigua que al-

74

gunos aseguran que era el sig-nificado que los indios le da.ban al lugar: Panamá: profu-sión de mariposas como sea,es indudable que el vestido delujo que se lleva durante loscarnavales y en muchas fies-ta!', típicas, es difícilmenteigualado en otros países, aun-que algunos, como los mexi-canos, y los de Cuba de anta-ño, se le aproximen en lujo ycolorido.

Cuando la mujer panameñaextiende el amplio ruedo desu vistosa pollera, realiza elsímbolo de lo propio, de loauténticamente nuestro, de latierra que rasgó su vientrepara qué por él circularan laciencia, el arte, el materialprogreso y se respirar:: el a-roma que hace nacer los seres:('1 ;:mor, el imperecedero a-E-ior!

Page 76: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

f 'hrii."i" i" lores

Cumpleaños

de Carlos Fuentes

Cuando un escritor accedeal nivel profesional se ve im-pelido a publicar con regula-ridad para mantener su figu-ra pública. La aparición delibros de un autor se debetambién a la capacidad detrabajo y a la abundancia desu producción. Carlos Fuentescae dentro de todas esas cau-sas, a su constante colabora-ciÓn con artículos y ensayosen publicaciones periódicas seaúnan nueve libros de los cua-les Cumpleaños es el más re-ciente.

Breve narración en 115 pá-.l:inas editada por J oaquinMoriiz en México aparece an-tes que un anunciado volumende ensayos y el esperado e~tren o de la primera incursión

teatral de FUentes. Cumple-años cumple con una concep-ción más autónoma de la li-teratura que ya se vislumbra-ba en Camhio de Piel y repre-senta un avance en la evolu-ción constante de Fuentes.

Cuando la vocación de es~critor se reúne con una inte-ligencia cultivada y alerta, loscambios del ambiente son de-tectados con habilidad sufi-ciente para aceptarlos o re-chazarlos cuando están gasta-dos como ocurre con muchosaspectos de la cultura occi-dentaL. Aquí se sitúa el mo-mento de intentar la re-crea-ción, tomando como principiolos símbolos y entonces es ne-cesario purificarlos para quesean su propio contenido, no

75

Page 77: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

el contenido ya inservible. EnCumpleaños, Fuentes intentapor lo menos eso y por esopuede aplicarse la exclama~ción de Lautréamont: "Aun"que no tuviera ningún sucesoreal que referiros, inventaría1'('latoR imaginarios para tras-pasarlos a vuestros cerebros".

Es un lugar común l'epetir-lo pero toda la literatura se-extiende en el tiempo, "lapoesía no es nada sino tiem--po" (Octavio Paz), la luchade siempre ha sido por apre-sarlo o mutarlo de alguna for-ma. En Cumpleaños Fuentesparte de un epígrafe de Octa-vio Paz: "Hambre de encar-nación padece el tiempo", ypretende cumplir esta encaronación con la palabra, para

76

ello aprovecha un paralelis-mo que se convierte en vidasque se cruzan, vidas que noson más que ideas vitalizadaspor la palabra, encarnándoseen la forma literaria: "Cuán-do deja una puerta de ser unapuerta?", señala Fuentes has-ta cuatro veces en el texto yla pregunta pudiera s e r:" ¿ Cuándo deja una ficciónde ser una ficción?"

Esta obra de Fuentes es eltiempo penetrado a través delas metam.orfosis de la vidaque por mucho que se desdo-ble es una sola, con una solamemoria, con una sola dimen.sión: tiempo.

Roberto FernándezIglesias

Page 78: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la
Page 79: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

ta venezolano Andrés Boulton Fi--gueira de Mello. La presencia deBoulton, que participa de una órbitaextraña a nuestro medio, provocó unsilencio completo al finalizai' su in~tervención, nadie aplaudió ni comen.

tó, la influencia que parece ha plantado entre algunos intelectuales jó-venes se nofará pronto en laR letraRpanameñas.

El jueveR 14 se presentó el poetamexicano Leopoldo Ayala con un')conferencia titulada "La imagen e~rótIea en la poesía", que resultó lapresentación más hábil de la Bienalpuesto que los poemas que ilustrai'0I1la diRertación, ademáR de bien esco-gidos, fueron muy bien leídos poiAyala y la actriz mexicana BeatrizMunch, ayudados por la atmósferacreada por laR luceR a cargo de An-tonio Alvarado y la música de Al-berto Quintanar, al órg!lno.

El viernes se clausuró la Bienalcon la presentación del film "Undel'

ii:round en Panamá" de Carlos de Pa-ñamá, y la declaración de los pre-inio~ del ConcurRO de Poesía. Estospremios fueron: Primer Premio empatado entre tres: "Acontcrer de

súbito", por Andrés Gorupicz de Al'.gentina; "Promenade", por Robert(,McKay de 'Panamá, y "Segundo Na-cimiento", por Alvarado MenéndezFranco, de Panamá. El jurado tuvoa bien otorgar cinco menciones a los

trabajos "Desde abajo" por Rigober-to Paredes F. (Honduras) , "A lapata coja", por Jaime Quezada (Chi"le), Tereera Dimensión, por ,JorgeAvila (Honduras), Vocaeional, porGregorio Echeverria (Argentina) yTlatelolco, por AgURtin Cortés Gavi-ño (México).

Enseguida que se leyeron frag"mentos de los poemas premiados, elCoordinador de la 1 Bienal de Poe.sia, Roberto Fernández Iglesias, dijo algunas palabras acerca de porqué, eómo y qué de esa actividad,que tuvo como fin impulsar la re'!.lización de actividades en las cualesnuestra vida cultural contraste conla que se produce en otros lugaresde la tierra. Es de esperar que mo-vimientos como éste sean apoyadospara que Panamá siga adelante poruna superación que no Rea sólo eco-nómiea.

Page 80: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

Nut'OS dignatarios

de la Academia de la Historia1 de enero de 1970 a 31 de diciembre de 1971

Presidente Honorario Dr. Ricardo Joaquín AliaroPresidente Prof, Rubén Darío CarIes ObertoVice-Presidente Dr. Ernesto Castilero PimentelSecretario Prof. Manuel María Alba CarranzaSub-Secretario Prof. Armando FortuneCensor Prof. Rodrigo Miró GrimaldoTesorero Dr. Benito Reyes TestaAnticuario Prof. Bonifacio Pereira JiménezBibliotecario Bachiler Juan Antonio Susto LaraEditor del Boletín Lic. Diógenes de la Rosa

NUMERARIOS

Prof. Catalino Arrocha Graell; Prof. Ernesto J. Castilero Re-yes; Dr. Carlos Manuel Gasteazoro; Dr. Víctor Florencio Goy-tía Alvarado; Dr. Miguel Angel Martín; Profesor AlejandroMéndez Pereira, Dr. Rafael Eutimio Moscote; DI', Ricaurte So-ler; Dr. Publio A. Vásquez Hernández.

El día treinta de enero an-terior se reunieron los miem-bros de número de la Acade-mia Panameña de la Historiapara proceder a la elecciónde la nueva junta directivaque estará en ejercicio duran-te el año en curso. El presi-dente saliente, profesor JuanAntonio Susto hizo un sucintorelato de las labores de la en-tidad durante los doce mesesanteriores y dio partícular re-

lieve a la celebración del con-greso de historia, convocadopor la corporación con moti-vo de cumplirse los cuatro-cientos cincuenta añOf; rle lafundación de la ciudad dePa-namá. Se hizo luego la elec..ción en votación secreta, cuyoresultado damos a continua-ción. La nueva directiva tomóposesión de su cargo con lasformalidades de reglamento.

79

Page 81: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la
Page 82: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

GLOIDA G. DE ALF ARO

El mito

en la posta dePablo Antonio. Cuadra

Nota:

El presente trab¡jo "El mito en la poesia de Pablo Antonio 0uadra" CØ18-tituye una sección de la te;reera part del segundo capitulo del libro El

pez el jaguar y la lqna: estudio soe el penøntiente poétie de PalioAntOlio Cuadril próximo il aparecer en la eoección "~os Universi-tarios" que publica laUniversiØa Nacot Autónoma .e Nicara¡ua.

Gui~"" y ru del do: eli- .. medi _ rec..la -caldad DÍcanc

Cuando Pablo Antonio Cua-dra publica "Elegías" en larevista Papeles de San A..-d.., XII (marzo, 1957), nohace mucho tiempo que ha re-tomado a su patria despuésde varios años de exilo volun-tario. Los dos poemas que Cua-dra da a conocer originalmen-te en la revista española danpaso a otros tres que, con eltiempo, el poeta decide titu-lar de acuerdo con los mesesdel año -"Enero". uFebre-ro", "Códice de abril", "Odaal viento de septiembre", y"Noviembre"- y queencie-rran, simbólicamente, UWen-tos significativos de la historia de Nicaragua. El resulta-

do de la suma de estas cincopoeas exten,os es un cliJen-daro poético que aparece ba-jo el título de Guirnlda .,nM del aio.

Dos años más tarde, en1919, aparece el libro de poe-ma! de Cuadra, El jap ylal-, y 8S galardonado esemismo afIo con el "PNtniO Ru-bén Darío" de Poe.Eseúltimo libro consise de dieci-ocho poemas que tienden auna brevedad lapidari y quetemáticamente se enlazan conla su.stancia nativa de Cuí..aa y rua del año, origi-nalmente expuestas en POe~.. DÍcarqüel8.

La lejanía de la patria, elreorno de Cuadra a la fe, el

aaficio del intelecto (tercer..mo donde ha arribado el

.,

~

Page 83: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

poeta dentro de su evoluciónespiritual), el paso' por "lanoche del sentido", y, por úl-timo, la esperanza donde haquedado ubicado el poeta, loha llevado una vez mås a labúsqueda de los orígenes dela nacionalidad. Pero Cuadraahora intenta hallar y crearla nacionalidad nicaragüenseporque ha llegado a la conclu-sión de que esa es la vía deconduçir la ciudadanía a laaurora': de su historia, la êual,

a su' '\ez; es èltrayecto aseen;.sional. para llevar a las diver-sas comunidades nicaragüen-ses hacia Dios. Pablo Antonio,pues, 'ya no anda únicamentetras un inventario y registroexterior de los elementos na-tivos de Nicaragua, ni t.ampo-co tras un documento socioló-gico, etnogråfico o lingüísticocomo lo hiciera en su primerajuventud: cuando en Poemasnicaragen.es recogiera 1 a sluchas políticas de Sandino ylas leyendas, supersticiones ycancioncilas folklóricas de supaís. La concepción del librode poemas Guirnldas y ruedadel año (segunda parte del Li-bro dè hora.) Y' de El jaguary la luna ohedecen a un inten-to formal por parte del poetade brindar un testimonio hu-mano de' las tradiciones histó-ricas, mitológicas y legenda-rias de su tierra, de la mismaforma que el Uhro de hor.afue un intento por retornar yrecrear una atmósfera, y unaevolución espiritual y religio-sa determinada. De ahí queestos libros de poemas repre-senten el sentimiento de cohe-

82

si6n logrado por Pablo Antó..nio Cuadra de su sernicara-güense "con dos mitades dia~logantes y beligerantes" (138):el hombre de carne mestiza yalma cristiana. Y representatambién el espíritu de comu-nicación interhumana q u eCuadra percibe en la esenciaétnica de Nicaragua. El con-flcto que brotó originalmen-te de la pluralidad de situa-ciones, culturas, paisaj es ycredos ha quedado resueltopor Cuadra en el plano delindividuo y de la solidaridadpatria. Yeso es lo que él sepropone exponer: respondercon los medios asu alcance ycon su propia verdad a 10 queha sido una interrogación an-tigua, y tender a la integra-ción última y viviente delhombre americano con su as-cendenciaycon el medio.

En . Guirnalda y rueda delaño, Pablo Antonio Cuaùraconcibe poéticamente_ las ,fi-guras de héroes o dioses mi-tológicos que evocan el mun-do y los poderes de la era pre-colombina y los combina conlos reclamos del mundo clåsi-co de la antigüedad grecorro-mana:

Agamenón, Ulises o Euploiaconviven en Guirnalda y ruedadel año con Topiltzin, Quetzal-coatI, Ehecatl el Viento o el bueny contemporáneo guerrilero San-dino, a quien entendemos impli-citamente dedicado el último yvibrante poema de esta: pàrt':noviembre. (139)

Porque Pablo Antonio sabeque desde la época de 16s grie-gos - desde los días deHowmero y aún antes .. lascul-

Page 84: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

turas durante su periodo ini-cial de formación recurrían ala poesía como medio paa re-crear y transiitir leyendas ytradicionea Y dee8a fuentsurgi8lon lo. mito que, en ag,ma, no uan sinoprQducto dela imagiación de los hombres

Q,li~ 'Buscaban explwarse, ensu ignorancia, lo inexplÎcable:las fuerzas sobre natunl"88 dela naturaleza:

Every object 01' force ot eai01 sky, every blessiq ud ef!'terror, every quality -evethemlls - of maiiia was peno-nified as a deity, ull,. fa Îiú.

man fonn; no other nlicion hasever been so a.peorphieas tbe Gllk. Every cn., pro~fession, and art had Its divinity,01', as We should 8$', itJ. patroDsaint; an inaddition tbere weredemons, harpieø, furias, fairies,gorgons, sirens, nympba, almostas numeroll ai the moitlø oftbe eai...

Each of the godii hiid a my.thos or story, attached to ltim,which acounted for his place inthe city's life, or for the ritualthat honored him. These mytbi.rising spontaneously out ol thelore of the place and the people,

01' out of the inventios andmn-bellshments of rhapsodists,. be-came at once the laith and 1iephilosophy, the lierature .ndthe history of tIte early Oreek;

frorn thern carne tbè subjee tllatadorned Greek vases, and sug..

ce to artists eountless pait-ii, atatues an reliefs. (140)Kitos y deidade vinieron,

pues, a llenar una necesidadbásica en la etapa. más ele-mental del de.rrolloculturaldelhombte. Cl) tal lo~ re-co.., CUadra eï..u pOélla:. pa-ra ubicar su obraeli la. pri..mera hora . de la hl$tor1a desu :patrta .y para revivir losorígenes. de la cultura nicara-~ease. Es euando el poeta sesumerge en el estudio de lastribus que poblaron.. Nicara-gua .. nahoas, maribios,chibehas, cho,rotegas - ycuando con el don de su poe-sía integra la cultura mate-rial, costumbres y religiónprecolombina ,con la otra mi-te4: la herenciaeul'opea le-gacla a Améria por el cami-no .4e Eøpail.

La concepci6ii de Un calen-dario po'tico evidentementerepresenta la voluntad delpoeta de CQ:øprometer øq poe.staeon el tieiio y la ~xpe-riencia vital del nicara¡üense,así como enriquecel',a .. pue-blo con un legajociiltural ipáspropio y aut6otonoqQi 108. re-latos de los "cronl" espa-íiles sobre las cuttUra ame..ricanas. Cuadra anda tras unapoesía que -hable en nicara-gÜense y que por ende sea laesencia misma del mestizajealcanzado:

Sus pies desDudoø, reios, marcan

la a.a volunta de los dioses laetrs:el celo de Salitario, cuya lápida briUa en el alto cementerio,1, saniduría de los Gemeos, mastros en . la pesca del sáalo,y el:tamoso. arp '* SltiA, cuyo brazo1url6 al e_in ~. in 4ll-.

No en vao

.

Page 85: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

el navegante conoció a la meretriz en el ajetreado puertoy tocó fango. l'U quila bajo las tersas aguas

aún antes que el fantasioso Ulises metiera a su mujer(el cuento de los cerdos, (141)

El valor - la proyecciónmás fértil - de estos versosdel poema ''EIIero'' se hallaen la fusi6nétnica que Cua-dra ha logrado captar y sugerir por medios estéti.cos. Elredescubre con ojos nuevos, :'la luz de inéditas perspecti-vas, la l\acionalidad nicara-güense. De pronto, por ejem-plo, sui;ge el pie desnudo de A-cahualinca - la huella másantigua de pie humano en Ni-caragua - al que se refiereel cronista Juan de Torque-mada en su libro Los veinte iun libros rituales i monarchinaindiana, çoÍl el. origen y gue-rrAS, de los indios occidenta.les: ese pueblo' que habitabaen el desierto de Soconusco,donde dominado por los 01-mecas y. ansiando libertad,consultO a.su~ dioses y los dio-ses le ordenaron partir. (142)De inmediato, aparece Sagi-tario, el latino, que lucha conarcos y saetas y representa alnoveno signó del Zodiaco, queel sol recorre en el último ter-cio del otoño. Sagitario, a suvez, le sugiere al poeta la pre-sencia de los Gemelos, tercersigno delZodíaco, que corres-ponde a la. llegada d~ la pri-mavera que es cuando el sá-balo desova en los lagos. A loslatinos, se une Santiago (elmayor), apóstol pescador, san-to guerrero y patrón de Espa-ña con cuyo arpón hiere alCaimán (no al lagarto que escomo se le conoce en Europa)que, según la leyenda nicara-

84

güense, habita debajo delgran Lago Nicaragua. Y porúltimo nos sorprende la pre-sencia de Ulises, héroe de laOdisea, personaje legendariogriego, rey de ltaca y esposode Penélope, cuyos cornpañe-do por Pablo Antonio Cuadra en elensayo "Cuando los dioses ordena.ron partir", El nicaragüense, p. 46.

ros fueron cambiados en cer-dos por Circe durante el lar-go viaje de regreso al hogardespués de la batalla de Tro-ya. En suma, los patrim.niosculturales precolombino, grie-go, romano y español han que-dado amalganiados por el ver-so de Cuadra hasta dar conuna dimensión más integraldel hombre americano. Elhombre que sale y conquistapero oue vuelve al Hombre,como ha dicho Pablo Antonioen su ensayo "¿ Cuál es nues-tro Ulises y cuál es nuestraaventura?" Ese hombre quefunda sus esperanzas en el"sueño de conquistar un me-jor futuro, combinado y equi-librado con el esfuerzo porrestablecer el Paraíso perdidode la infancia, la gracia ori-ginal". (143)

Ya hemos sugerido que, pa-ra Pablo Antonio, el poeta eshacedor y creador (tal comolo indica la palabra griega yla palabra latina de donde sur-

l;e el término español) y porlo tanto es el llamado a res.guardar - dentro de su inR-trumental técnico -- el patri-monio nacionaL. Y es por eJ30que Cuadra abandona esa rea-

Page 86: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

lidad unidimeI\ltiolial ..~ es~las de valore, r.qoMliåa,localIstas y costumbritas yva en busca de lia otr 1'e8-

lidad que se halla incrustadaen la intra~hi.toria de s'u pa-tria y en la vida de §.us hé-roes :

M..s si el anUente exilado arrbu a las playas inéditasy Mirara; de ola en ola, la sangr IDøeribirse en la iirena,quizá en los últios ...ntoen el ululante eco de los caråeø lijanolS,reconoee el clamr de lO 1i,y la vehemente avera,la hermosa hazafí ved . 1. .,.. vende

guardaría su canto. (144)Cada m6l queda caracteri-

zado en la figura de un hé-roe que cobra cariz de deidado de mito. El de febrero, de-dicado a Icaro, el de las alasde cera, es Joaquín Pasos; es

Vjmos pasar al hijo del deøe"enrva4,de flotante y tr cabellerapersiguMmdo por. las ardua colinas a la velor; fiiiiitiva.¿ Quién $eñal6 en el valle la febrU siluetarasgando con su belIo grto el azul intacto?., .Abrieron sus. p~rts las cabafi en'rosaøIIMÎlad, la...j¡ntud - dijeron -

baencendidoSu antorcha".Pero luego, cuan.. 10 _ola prdente luna i.icl-ba su piido reprohelevantaron linternas y l'trs ..til\ldeseterrados de sua leeoaroearon el i¡ngTante deøpefiadoen la arenosa ribera. (146)

Sin el embargo, en el "Có-dice de abril", escrito en 1965,luego reconstruido en .1966-67y publicado originalmente enla primera edición de El ja-gu y la luna en 1959, el don~de Cuadra logra expreMr converdadera maestría las co-rrentes entrecruzadas que in-tegran la nacionalidad nica-ragüense; En este extDl poe-ma, Pablo Antonio da mues-tras del perfeccionamientotécnico que ha 10gTQdo trsun lars;o desempeno .del que-hacer lírico, (En este poema,

el poeta tempranamente ma-logrado que Dluere en la lu-cha contra el anquilosamientoespirtual de los viejos bur-gUelS de la poesía:

Cuadra, más que nunca, noshace evocar al panteísta WaltWhitman). El poeta ha idomás allá del mero dèseo derenovación y. afinamiento delas estructuras pOéticas y hadado con una poesía que,ideológicamente, es. america-na sin ser localiøta y que téc-nieamente supera las lbnita~ciones que resultan del ejer-cicio inconsciente de las for-mas superficiales del realismotanto como de los osados ex-perientos de vanguardia. Haoptado, por ejemplo, una vez

..

Page 87: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

más por el uso del verso li-bre y de la "enumeración caó-tica", procedimientos qUe tie-nen sus antecedentes en Whit-man y que analizaremos en e)capítulo siguiente, Y pal"d.le-lamente, en el pensamiento,

Este es el linaje de Abrilhijo de Sandino y de Blanca, de Yalí, de las Segoviasa quien engendró Andrés Castro, el hijo de Septiembrea quien engendró Amadís, el Caballeroa quien engendró C1far, el Navegânte.y por generaeIón de mujer Abril desciende de CitIallla del cesto de flores

- de la Casa del Rey o Casa de la Estrella _a quien engendró Topiltzin,a quien engendró QuetzalcoatI,a quien engendró Ehecatl, el Viento- "el Encendido" - en cuya antorchaarden el deleite y la muerte. (146)

se ha apoyado en las sólidasy coherentes líneas del realis-mo histórico, aludiendo confrecuencia a la herencia cul-tural legada a Nicaragua porlas culturas precolombinas yeuropeas:

Cuadra, evidentemente, in- Das más antiguas que apare-tenta concebir a Abril como ce en Nicaragua con diferen-una deidad creadora o un hé- tes atributos, tales comq civi-roe de la cultura nicaragüen- lizador y originador de la adi-se. Por eso se vale en este poe- vinación y de lo i' adivi-ma de una estructura, mezcla nos; (147) Y Ehecatl, dios mexi-de evocación bíblica y de cano (y luego nicarao) de los"crónica" de manuscrito pre- vientos. (148)colombino, que le permite ex- Una vez expuesta lagenea-poner con mayor fluidez el logia de Abril, Pablo Antoniolinaje vital y espiritual del continúa la creación del per-personaje mítico: Sandino, sonaje mítico, adjudicándoleBlanca, Yalí y Andrés Castro, diversos atributos. Este es elpertenecientes a la historia mes de los pájaros: "carpin-contemporánea de Nicaragua, tero", "viuda", "pitnagas",hábitan en la genealogía de "tucán", "relojero", "guaca-este cuarto mes nicaragüense mayo", "lapa", "chocoyo",junto al Amadfs de Gaula y "currión", "guis", "siete colo-a Cifar. Ya estos héroes cen- res"; y es la época cuandotroamerieanos y personajes renace - tras la sequía vera-legendarios de la lieratura niega - la flora tropical:europea se unen - por heren- "corozo", "cimarra", "sacian-cia materna- Citl all , el mes .ioche", "jilnjoche", "carao",de las flores de los nicaraos; "malinche", "corteces", "ele-Topiltzin,. Viejo Gobernador queme's", "ceibos", "$ruapi-de las Estrellas; Quetzalcoatl, nol", "nance" y "copal". A-una de las deidades mexica- bril es también el mancebo:

Cuyo aliento hace girar la corona del año- la rueda multicolor del tiempo. (149)

86

Page 88: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

y es el mes que el\ienø.los doce vientos y que iimboli-za aquella fecha ya perdidacuando los chorotegai "1 mea-raos - las dos culturas quedominaban el país a la llega..

da d.e los 9pañoles - huye-ron, por órdenes de sus dio-øeB,de México, hasta llegaraNicaragua donde ie estable-oieroll en el siglo VIII de nue8~tr er: (150)

.. ,los hombres que eøribie la historia- gentes que COinill. loø..iinritoiantiguos -documentos en la trai6n4e lollUls. Di~1'n:"Cuando deøeewai. cl N.,por el río Wa, que pa sore eiucl ,um,l'lridas;cuando peregrina.os'al Oel ~ por- los narradores

de leyendao cnizamos las Yl!t.s al"aø lacatre del Estetrsportos por los tocador de '.~ en suscanöas. de cedro;cuando venimos de patrio Su,del rlo de obidiqu 108 ~at -llamaban el

"i-¥mo donnido":- al d01de los pueblOl ael- __ .Abrl encendia

. lea doea \Tienos:

loseU"tt'o grnde ql OYeJ ll6rdes del Reylos vieD menores qu i- a 101 enamoradOR. (161)

Abril es también la Prima~vera (la "delicada forastera"de BQticellil in.~eulada de vi~lencia en América, donde Be

~l1'fi; en la época de las "que-mR8~. en el símbolo de las re-beldtas y de 108 golpes de ~î'dQ :.

Luego. cuando llegaro los e~,recordaron a Euploia, la del nmo anl,o a la 18t Hóspita, V-i~ ,..y. cinturacifíera el mirlo y la adw.. ., ". ..~ ''He aquf la madre dé Abr" - dijeron confundidoiante la tUrldorapoi-.. . ,Masminca sospechó la dè.. foøtervenida del oc~ano 'ql-,el hoøco lanal :m,.' . .... . b..inoe\llando vio\eia~ ,al .1I4e .lhiivera. -&;ua A1;ril le~,ln,~ø, hirl~ " .yalz6 a ll!niti~'" m.plio, 'del tirano.Subió el pueblo .~.... _ ...... Araii. "FeUcidl'.dfue estar vivo en aqel a.~t';cuando el generos muehaeho løvaí6 su teay las rese memorlaa del' estloi lil\sts al ineendioardieron. - ¡Nb prodWlIi tu~si no te preoodeel fuecol .la f1~r es fuego, el beso.-. tu-.. la. -Nab .. fueCOquemarás a tu mujer. a tu tierr v QUpmari ,tu historia,y hierb verde iiaerl soJ la fi De""Libertad sobre la muert. l" el hontre nuevoalzará su frente bajo la øe de la ceniza. (1152.)

.17

Page 89: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

y Abril es el muchacho fu~ ción antigua donde el poetasilado durante las insurrec- vio las sombras de las balasciones de 1954 en Nicaragua, que sacrificaron al joven re-cuya huella en la noche, es la volucionario contra el muroCruz del Sur: esa constela- de la noche: (153)

Pero yo aprendI de mi padre lo que el pueblo contaba,porque el pueblo supo de su muerte y mi padre, ya anciano,

repetía:"N o mires al Nort cuando interrogues tu destino:mira esa constelación que gime al sur cle la noche:Allí muri6 Abril, contra la dura espalda del tiempo,contra el adverso murobalas perforaron la antiguísima sombra". (154)

Cuando finalizamos la lec- Los poemas dedicados atura de este extenso poema septiembre y noviembre no de-- linaje e historia de un mí- jan de ser interesantes y car-tic o muchacho nicaragüense- g-ados de significación mítica.llegamos a la conclusión de No obstante, en éstos, Pabloque Pablo Antonio Cuadra ha Antonio maneja la misma téc~roto ya para siempre con la nica y alcanza casi el mismoseparación en que se quisie- resultado que en el "Códiceron juzgar las diversas co- de abril". La diferencia yacerrientes culturales, sociales, en que 'geptiembre' está dedi-históricas y políticas que exis- cado a la concepción de unten en Nicaragua. El poeta ha poeta "libertador" y 'noviem-creado un núcleo integral bre', al héroe de la historiadonde conviven, en el tiempo, contemporånea nicaragüense,pasado, presente y futuro y, Sandino:en el espacio, Europa y Amé-rica.

El gtierrlJero muerto fue nevado a su cabaña.Jinetes que interrogaban se devolvieron de las polvosas- (sendaii."¡Muerto!". .. "¡Muerto!" - repetían, aumentando entre los

(hreñalesel vagabundo quejido de Noviembre. (155)

Pablo Antonio concibe a"noviembre" como el mes dela muerte - según reza la an~tigua tradición cristiana. Y enla muerte de Sandino el poetacanta el terrible vacío que hadejado el héroe muerto por lapatria. (Los nicaraos creíanque la muerte de un ~uerreroen batalla, o làmuerte porsacrificio; garantizaba la en-trada del alma en el reino delos dioses). (156)

Pero lo particularmente sig-88

L.

nificativo de este poema (ade-más de la abundanJp. i-imho-logía niearao y chorotega,donde la rosa era símbolo dela muerte por sacrificio; lasmoscas representaban lo dia-bólico; las imágenes de cerá-mica quebradas sobre la tum-ba de lòs muertos eran la ma-nerade conservar fresca lamemoria del finado) (157) esque en él, Cuadra intenta di-bujar, más que describir elproceso de la muerte:

Page 90: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

La rosa ue dì ..: 'i,,--. .i liCQB sa.. .. ya Jl e. inal All' derramansu últipl sílab lo. que ,. DO ticatoElen lanoch.; 10... aJ aurdcon temor BUB armas aCAe"o 1l .1'o l)aødel enemla que sólo por él con ps.ajiDO af..,o .. aquellas_ la ilesaø,leøfojarai de kbnl -las que baaron a las :f CO El 'l1breeserito de espi-I¡rOl del puelp!, 1.., alare .toè el timpo y Y; su manha' iira.Q.ur.acii\ . que ya no tiene BOøt,sil~Jleio q\le :ivade J borr la e..mieutrl\ ellasll~ ¡a¡I, "1 l'... 'vuelven inc~'f& Il~r las ii"Jrorai del mes morLDejad que '_eU'~ ,ei: su àiø en Jios,llue N. OViNn. J,. . . eLbarro con .¡.lu_ta quejidóEl l!E\riero m,*1t ",f\1 nevo ... ft, e_fíay sólo unar~. ~~ l'pite .en las án:n ln.(l,18)

En la:preøntaeJiL dßlipl-dado m\lerto, Pa\llo. Airniose adela.. t6nicaínen~ . loque habrá de logrkr ya pIe-namente'y ... de inantramásconcIsa en El jl..t-Y li 'Iu"..: el guerrilero muerto, elhéroe nicarA9. Illlrl'cøJDOuna figu,ra pictórica, ya no li-teraria,.una eerá,mica po-licl'oai.~c1... pNcoJomWl&:.

i_nteOl 'MS\Ø. ahora,lasiønificación y .poaeiónde este brevisimo :p.. l-po-tante libro de P08D1M. Gu..lel y rueda de do estrio- como ya hemOs dicmo -tras un llH exilo de J)de su tierra natal (de .. Ni-caragu que con los 'añoøliaido cobrando, 8im:bólie_eD~te, para Cuadra dime-i..de "tiena prometida"), binpodemos decir que ese!..mer libro .genuina'mente niá..ragüense de la lite:ratura .pøvanguardista. Porque; si ble

Eruto Cardenal declarara-irefiriéndo8e a la publica~ci6n de PÐ-. nicaral'iiaen 1934, que "éste era el pri-IA_ libro de' poesía nueva es-er 'en Centroamérica, (159). .-lcla y... del do eselprer libro que es nicara-..... '"e sin ser provinciano y,'. lliftnergirse en la cavernay. '.Del dialecto folkl6tico.-~uadJ:a, ya en 1957, ha logra-:fè - y esto lo repetimos bus-ando una necesria reitera-'_11'- una libertad de pen--RìMJo que lo apart. de laseöUnes ataduras que una vezlø _a 'ton a un sentimiento a-.-pteJado y rencoroso de.ClJlalidad, Es cuando el'"RfI prddtgo" retorna a Da-li:1..':1- . ,

: ....p.. . ... 1 a~ue, o :piej.r dicho, la'~~ca nues-tniaiite la obra~..~.~bé.n - nos dice Pablo Ai~tOlIö -fue el frto de una vr-Bisuperfielal y apasionada de

'..

Page 91: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

un m o m e n t o revolucionario-:nuestra literatura trataba de a-

firmar su nacionalidad (i eran losaños de Sandino!) -comenzabaa nacer una literatura nacional-y nosotros exigíamos a Rubén eltema nacional sin percatamos deque nuestra vuelta a la tierra y

al hombre de nuestra tierra só~10 era posible gracias al- regresode ese Ulises cuyo canto errtenos había recuperado las dimen.siones universales de lo nacionaL.

Sin él no hubiéramos encontra-do lo nacional sino lo provincia~

no y lo folklórieo: no hubién-mos deøumerto sino que noshubiéramos sumergido en la ca~verna y en el dialecto. (160)

y es cuando Pablo Antonio,.tras un elaborado proceso deevolución espiritual (que he-mos presenciado a través delestudio detallado de las obrasanteriores) ya ha arribado aun compromiso con su tiempoy con la historia. Es el com-promiso del ser que ha reco-nocido y aceptado su posición-su mestizaje- y su destinocomo hombre y como poeta.Como hombre ha emprendidouna aventura espiritual que leha hecho tomar conciencia desu finitud y lo que esa finitudle plantea como interrogacio-nes vitales: no ha huido. nohaeehadomano de una ideo-logia evasionista ni tampocose ha refugiado dentro de ci-vilzaciones.apócrifas dondelas interrogaciones no resuel.tas se ocultan. Su cristianismovaliente y . ecuménico lo' haconducido, a su vez, hacia unaactitud de. indole universalista

oue se renéis. en un sentidode nacionalidad que trascien-de el sentimiento patrio: "Lapatria no sólo es la tierra"

90

..exelamará ya para ese en-tonces- "sino también unaherencia de civilzación y decultura", (161) Y más tardeañadirá: "La patria s6lo sub-siste si imbsiste lo humano delhombre". (162) Como poeta,Pablo Antonio también ha lle-gado a la importante conclu-sión de que:

En la vida del hombre moder-no (más todavía que en la vidadel hombre antiguo a. quien leera permitida una mayor auten-ticidad) la poesía es tambiénuna. . defensa de la PEiiSON A.Cuando todo el movimiento ge-neral del mundo trata de socia-lizaral hombre,èl único modode. lograr que esa socializaciónsea de hombres --e personas-y no de hormiguero mecanizado,~s afirmado los limites y robus-teciendo las defensas de lo per-

sonal. Y la poesía marca 10 in-tra:n8ferible y lo individuo decada corazón, La obra de artees el equilbrio en&e lo conven-cional y lo original. (168)

Guirnalda y rueda del añoquizá sea un libro breve yaque consta únicamente de cin-co poemas. Sin embargo, eneste libro, Cuadra, valiéndosede la concepci6n de figurasmitológicas, ha creado un nue-vo concepto -más universaly auténtico- de la nacionali-dad nicaragüense. Evidente-mente Pablo Antonio no haretornado a Nicaragua --cOwmo tema poético- por casua-lidad, sino tras un proceso depurificación y profundización;y eSe mismo proceso lo hallevado a la búsqueda y rea~lización de una inteinaciónúltima y viviente del hombreamericano con su ascendenciay con el "medio.

Page 92: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

l-ROBERTO MCKA y

PROMENADE

I..sa 1 used to think there

WU''lo, ,diference between onefraction of a second and theneø. 1 used to Say. . .

Saue Beet

si no podemos salir pOf'ue 1.. 1l1íVia es todoy no deseamos jugarla danza de los peC8i &1 el &eala única solución

ei... .qllosen la camay hacer un ligero recorro POli- pl.rePesy el techo

midien40la distancia del humo an" PJ..

e~ ..~'-ll....lYnque iomos uno , r , ;.ò-,

y la bandera shakespereaa ' ;" 'tú y yoasí como cada gota de agua es Orly oneaunque la lluvia es todoy nos impida saliry como quiera Que no desemos dani el juego

NOTA: "Pr""nad," .biu~. ,1 prirntr pmnio ,n la Bin J. Poesía ..1,braJa en P....tÍ.

11

Page 93: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

de los peces en el aguaes quedarnos

la solución primera-porque también podríamos hacer el amoruna vez más-

y recorrer con precisiónel humo y la puerta

midiendo el retrato de marilyn-tres pies por cinconunca me gustó la aritmética-

y la bandera de shakespeareque me hace sentir como un rey (muerto) cada mañanaque abro los ojos y veo esa corona ante mísuspendiday cayendoporque todo movimiento es inmóvilcomo toda inmovildad es movimiento

--ya empiezas a hacer literatura-pero no hay otra cosa que hacer

ademásesto no es literaturaes una simple operaciónque va del techo a la cama

y dibujaun circulo entre nuestros cuerposque tú rompes cuando pones tu manoen mi pecho

y la forma cambia y es raraúnica

--omo un cuadro de klee-nada puede hacerse por repararla

y nosotrosno vamos a jugar la danza del agUa en los pecesen este encierro en que la lluvia es todoy no nos dejará salirquedarnos es la solución segunda

-porqoe también podríamoshacer el amor una vez más-

una vez más te mido verticalcomo si fueras un verbo irreverentepero tú también cambias de forma y te me pierdeseres ya humo

ya aguay el único recurso es contenerte

para darte formaaunque se rompan todos los postulados

geométricos

,12

Page 94: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

porque tú eres una neta infinitacon los límites que yo te imponga

mientras la agujachica del reloj marca iilUndol

y la roía horasy la alarma suena cada medio segundo

cada l)ato y apartemidiendo el retrato de marlyn

y la distaDd de la cama a la cerraduray el tocadiscos gira y girapero no se oye música algunay cuando se detiene la quinta BInfonfa de john lennonexplota en un instante

y todo ella se resumea ese instante

que va de la pared al techoy viceversa

con una velocidad supersónica

-la fiica de einstein sereume en la ecuación-

salir no podemosla energia

es la lluvia

y no nos dejajugar

el pez el aguaquedándonos

el piso es la gravedad que nossostienemoviéndonosmás allá de la piel

la soluciitercera es encender la luzpara contemplar el feBómeno de la luzque es movimientoinmóvil

como cada uno de tus beOl-tlPeøias tiene senos de mujervieja-

y todo es todoy nada es lluvia

holy boly holy

-ya empiezan tus meditaci.onesrell.oøas-

ahora tu nombre es dios-elet-ilie segtn san lucas

no lo conozco no me es familiar

.

Page 95: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

santo santo . santodel humo a la piierta

al perfi de bob dylany su cabello descolorido

pero tú y yoque somos unocomo cada gota- de agua es una gota y sólo una estodo lluvia

porque no podemos saliry no deseamos jugar

la danza agua pezla cama es solución

recorrida la distancia del pisoal techo

y la paredy la puerta

y el retrato de marilyn-marilyn tiene senos de mujer;;mu erta-

la bandera shakespereanaahora abro

los ojos

y veo la ventanapara medir la distanciaque es humo-piel-agua

rompiéndosetodos los logaritmos

y la tabla de probabildades-hoy por hoy son los diezmandamientos-

erespara darme formaporque soy ,

en los orígenes que tú designesmientras el retrato de marilyn es

-. . . tres por cinco-y tú te mueves hacia el infinito

con los límites

que yo te impongala lluvia se revierte

en sel tido contrarioy es ( triste) así

como son los númerosallá afueraen la pue,rta

que se van borrandolevemente

M

Page 96: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

tu mano es otra WlZmi mano

sobre la lluviaque otra vez es prodigio

y senaci4n de puertasque secIerran

pero tú y yo no podemossalir

la música es ahora~aby 1 ':ß :your loving-

y los árboles se estremeeenbajo cada gota

1;

que no es lluviaes mar

es piel conteniday pasos que no avani;an

y más allá. de la ventana un niftolloracomo si estuv.jese metido en hojalata.sy la lluvia es una canci6n de cuna patética

-brubecket, tiene que ser brubecket-pero la forma es diferente

el estilo la vcizes de un niño

Ya el aliento hace faltapara 4eba.tir la ternura

y otra vezes lluvia

vidasi nos muriéramosde santidad

nos investiríamos

~ --omo nuestra señora de las flores-no

con el choferyo siempre me siento con el chofer .

øeángella danza pez agua

re'corrda la c1tanciaes solución

pero es humareda ta-biénmás que nadao nadie

pienso en marilynsu retrato es un asesinato respetuoso

-. . ,tres por cinco-ya te vas

como si fueras luz

.~

Page 97: 1970 171 LNB200.115.157.117/RevistasLoteria/171.pdf · 2015-10-27 · cia en los primeros decenioH de la Colonia y fue, en re~di-dad, un impuesto eclesiástic'). Por su parte, la

el único colorque prevalece es el inocente de las sábanasy si no podemos salir

porque la lluvia es todotodo es dios y yo

y como quiera que la bandera shakespereaname hace sentir como un rey (muerto)

el veredicto

es quedarnosentre cada fracción de segundo

y el que le sigue-vamos a hacer el amoruna vez más-

pero cuando hacemos el amorhay miedo

en la memoriay la distancia merece un castigo

la ventana se abre

hacia el cementerioy no deseamos jugar la amorosa

danza de los peces en el agua-hagamos el amor-

abro los ojos y veo esa coronacayendo

hagamos el amormidiendo

la distanciahagamos el amor

con una expresión pálidacinco a.m.

hagamos el amorcerrando los ojos

-es sólo un pretexto---hagamos el amor

es tardeno podría ser muy largo ahora

~una oeasión~rompiendo logaritmos

los peces en sus tumbasdanzan

l "

l