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C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 213 #
Revisión del estado fitosanitario de las masas forestales de los Parques Nacionales y Centros
Centro La Almoraima
2018
Iván Reina Belinchón (ArbTec)
1. Introducción
La revisión del estado fitosanitario de las masas
arbóreas y arbustivas del Centro de La Almoraima,
correspondiente a 2018, se ha llevado a cabo durante los
días comprendidos entre el 15 y 19 de octubre gracias a
la colaboración y el apoyo de la Dirección, personal
técnico y guardería de este espacio. En los alcornocales,
se procedió a la localización, identificación y valoración
de los daños, tanto bióticos como abióticos, que pudieran
estar padeciendo los mismos, haciendo énfasis en los
casos de decaimiento general, así como en la revisión de
los once puntos de muestreo de la Red de Seguimiento
de Daños instalados en este Centro desde 1989.
Debido a inclemencias meteorológicas, no fue
posible revisar el cuadrante NO del Centro ni el punto de
seguimiento ALM01. Por el mismo motivo algunas
zonas fueron revisadas a pie, dada la intransitabilidad de
determinados caminos.
Se realizaron numerosos itinerarios recorriendo las
diferentes zonas de este paraje natural, observando el
estado de las especies vegetales para localizar,
identificar y valorar los daños que presentaban. De esta
manera, se reseñaron todas aquellas áreas afectadas por
los agentes que habitualmente nos ocupan, tratando
además de hallar posibles nuevas patologías, tanto de
origen biótico como abiótico, que pudieran estar
padeciendo las diferentes masas. De los enclaves
dañados en el pasado, se procedió a la visita de aquellos
que se consideraron oportunos, bien por la envergadura
y relevancia de los daños o bien por tener simplemente
constancia de la evolución de su estado.
Parcela de seguimiento.
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2. Resumen de la visita
En los datos meteorológicos disponibles se observa
para el presente año hidrológico (oct 2017-sept 2018)
una precipitación total aceptable que asciende a 943 mm.
El dato es algo peor que el del período anterior (2016-
17), reduciéndose en casi 200 mm., aunque es similar a
los valores “normales” obtenidos para el periodo de
referencia 1996-2011.
Respecto a este período (1996-2011) se destaca la
irregularidad de la pluviometría, con un otoño,
primavera y verano deficitarios, mientras que el invierno
resulta en conjunto más húmedo de lo normal, aunque la
lluvia se encuentra muy concentrada en marzo: 537 mm.
Al igual que ocurrió durante el pasado año, entre mayo
y septiembre apenas cayeron 8 mm.
Por su parte, la tendencia al aumento de las
temperaturas observada al menos desde 2012 se suaviza
en esta ocasión, con un valor medio anual de 17 ºC que
resulta 0,4 ºC menor que el obtenido en 2016-2017. A
pesar de lo anterior, el verano actual ha resultado de
media el más cálido desde al menos 2012, hecho que
junto con la ausencia de precipitación referida, parece
indicar que el periodo estival tiende a alargarse cada vez
más.
En cuanto al estado de la vegetación en relación con
la meteorología, a pesar de que el régimen termohídrico
no ha sido especialmente favorable, se ha constatado en
las especies prospectadas sobre todo aquellas en
ubicaciones más favorables y/o no sometida a los
procesos de decaimiento típicos, cierta mejoría en cuanto
a la manifestación de los síntomas ligeros clásicamente
relacionados con la sequía, como son la pérdida foliar
anticipada, clorosis, abarquillamiento etc.
No obstante, se considera que en el Centro subsiste
un problema de fondo íntimamente ligado a una
desviación del clima local, que por sí mismo o en
combinación de otros factores bióticos derivan en un
decaimiento que inicialmente tiene como diana al
alcornoque pero que en los últimos años parecía haber
alcanzado del mismo modo al quejigo.
Nos encontramos ante masas de Q. suber cada vez
más claras, rasas incluso, y más fragmentadas,
refugiadas en vaguadas y umbrías, lo que incide en un
riesgo cierto de desaparición del bosque de alcornoque
en muchas zonas. La falta de regenerado y la implicación
de agentes nocivos oportunistas (perforadores y
patógenos), en el marco de un período de anomalías
meteorológicas, hace difícil pensar en la recuperación
natural de las ubicaciones más deficientes.
En el seguimiento normalizado del alcornocal por
rodales en cuanto a su mortalidad anual en 2018 se ha
observado una situación de cierta mejoría respecto al año
anterior, aunque el contexto general sigue resultando
grave. Por un lado, disminuyen significativamente las
áreas con un índice de concentración de mortalidad
abundante o muy abundante en beneficio de aquellas con
tasas nulas o escasas, mientras que, no obstante, se
mantiene una mortalidad de carácter frecuente (13-50
pies/100 ha) en un relevante 40% (1.507 ha) de la
superficie revisada. Se estima que los descensos en la
mortalidad de los últimos años se deben, más que a
eventuales mejoras del régimen de lluvias, sobre todo al
importante desarbolamiento de muchas zonas en
revisión, donde ya apenas queda alcornocal donde
contabilizar bajas. De esta manera, en 2018 el 54,2% de
la superficie revisada se encuentra moderada o
gravemente desarbolada.
Atendiendo a la superficie total observada en 2018
(5.064 ha), las dehesas en peor estado, en relación con la
tasa de mortalidad, siguen siendo las de la mitad
occidental y meridional de La Almoraima, mientras que
en la parte oriental y extremo Noroeste se encuentran
daños más raros o escasos.
La colonización de Cerambyx sp. se estima extensa
como se desprende del inventario de signos y síntomas
que se lleva a cabo normalizadamente en los puntos de
control. Así se concluye que todos los sitios de muestreo
presentan signos derivados de la actividad de Cerambyx.
En 2018, se ha encontrado colonizada por este artrópodo
el 13% de la muestra general de alcornoque en los puntos
de control. En los sitios con mayor infestación puede
afectar al 40% de la muestra.
Respecto a quejigo, en 2018 su situación general se
juzga más favorable, sin advertirse soflamados súbitos y
con una buena foliación general, si bien los restos de
daños pasados (puntisecados y mortalidad) son a veces
frecuentes en las áreas visitadas, afectadas desde 2014
por un proceso de deterioro en principio relacionado con
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situaciones de estrés termohídrico que no en pocas
ocasiones derivó en la muerte aparente de los pies
afectados, con una importante participación oportunista
de perforadores (Cerambyx y Platypus) que a día de hoy
continua en sitios concretos.
El estado sanitario del madroño en el Centro sigue
siendo desfavorable en bastantes zonas, típicamente con
deficiencia estacional, a causa del deterioro acumulado
causado por los reiterados episodios secos, sin apenas
mejoría, resultando frecuente la observación de pies con
elevada cantidad copa muerta y ausencia patente de hoja
de años anteriores. No en pocas ocasiones se advierte un
rastro de pies secos previos.
En 2018, el nivel de defoliación media (DM) para el
Centro de La Almoraima se sitúa en 25,8%, valor
adscrito a la clase 2-1 de daños (arbolado dañado, con
defoliación moderada-baja entre el 25 y el 40%),
significativamente mejor que el correspondiente a la
campaña previa (-7,4%). Observando la serie de
defoliaciones (1992-2017), el valor actual se localiza
aproximadamente en la media y supone una
recuperación a partir de los máximos que se venían
dando últimamente, y que, junto al dato de 1995, siempre
han coincidido con épocas de rigor ambiental.
En cuanto a la distribución de la defoliación por
clases, el número de árboles dañados (def. >25%)
actualmente asciende a un considerable 23%, si bien
presenta una importante y significativa reducción del
14% respecto a 2017. Respecto a la media de referencia
(1992-2017) el volumen actual de dañados se emplaza
algo por encima (+3,1%) de esta, resultando bastante
mejor que el 35% del ciclo negativo 2012-2017.
El nivel de decoloración global para el Centro de La
Almoraima es bajo (0,32), incluido en la clase 0
(decoloración nula) y significativamente inferior (-0,4)
al valor de la pasada campaña (0,73). De la distribución
general de decoloración por clases, se extrae que un
porcentaje aceptable (78,8%) de la muestra no presenta
ninguna alteración cromática mejorando
sustancialmente respecto a 2017 (+30,3%).
3. Estado fitosanitario actual
3.0. Información meteorológica
En los datos meteorológicos disponibles (La
Almoraima y SIAR Jimena de la Frontera) se observa
una precipitación total aceptable para la zona que
asciende a 943 mm. para el presente año hidrológico (oct
2017-sept 2018). El dato es algo peor que el del período
anterior (2016-17), con 1.137 mm, reduciéndose en casi
200 mm., aunque es similar a los valores “normales”
conocidos de la etapa 1996-2011 (Fuente: La
Almoraima): 988 mm.
Respecto a este período de referencia (1996-2011)
las actuales precipitaciones de otoño, primavera y verano
han resultado deficitarias, especialmente el otoño, con
200 mm menos de lo acostumbrado, mientras que el
Balances hídricos de 2011-12 y 2017-18
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invierno resulta en conjunto más húmedo de lo normal,
aunque la lluvia se encuentra muy concentrada en marzo,
que con 537 mm. resultó excepcionalmente lluvioso,
mientras que enero y febrero fueron secos. Al igual que
ocurrió durante el pasado año, entre mayo y septiembre
(150 días) apenas cayeron 8 mm. Esta ausencia de lluvias
que se alarga hasta el fin del verano viene siendo habitual
en los últimos tiempos, mientras que en el periodo de
referencia resultaba común recoger unos 40 mm. en
septiembre.
Calculado el déficit climático (P-ETP) en el período
hidrológico actual este resulta positivo en su conjunto
(+83 mm), constatándose importantes carencias en el
mes de octubre y desde mayo a septiembre que suman
465 mm. Hubo, por tanto, importantes excedentes desde
noviembre a abril, siendo muy elevados en marzo.
Por su parte, la tendencia al aumento de las
temperaturas, observada al menos desde 2012, se relaja
en esta ocasión con un valor medio anual de 17ºC que
resulta 0,4ºC menor que el obtenido en 2016-2017.
Nótese que en años precedentes eran más frecuentes los
valores en torno a 16,6 ºC. En el caso de las máximas, en
2018 ascendieron a 37,7 ºC, alejándose de los 40 ºC o
más de años previos. A pesar de lo anterior, el verano
actual ha resultado de media el más cálido desde al
menos 2012, hecho que junto la ausencia de
precipitación en septiembre refuerza la idea expuesta en
anteriores informes sobre una mayor duración del estío.
La sequía fisiológica se estima en 180 días,
rebasando el umbral de distribución del alcornocal
(SARMIENTO et al, 2008), aunque es más favorable
que los 280 días del período 2013-14.
En 2018, una vez más, tomando los datos de la tabla
adjunta como referencia, en la que se reflejan distintos
parámetros climáticos que permiten determinar los
límites y umbrales superior e inferior de distribución del
alcornocal (SARMIENTO et al, 2008), se comprueba
que, en relación con los obtenidos en La Almoraima, se
sigue estando muy próximo o sobrepasando los límites
de casi todos ellos. En concreto, solo la lluvia de este
otoño (PO) y primavera (PP) parece la aconsejable,
mientras que el resto de los registros pluviométricos
incumplen los requerimientos. En relación con la
temperatura, todos los valores de este período
hidrológico continúan siendo desfavorables:
temperatura media (TM), temperatura máxima (TMAX),
temperatura mínima (TMIN) y la oscilación térmica
(OSC) (excesivamente alta). Del mismo modo, la
duración de la sequía (DSQ: 6 meses) excede de los
valores óptimos en las áreas potenciales del alcornoque.
Finalmente, en cuanto al estado de la vegetación en
relación con la meteorología, a pesar de que el régimen
termo hídrico no ha sido especialmente favorable, se ha
constatado en las especies prospectadas, sobre todo
aquellas en ubicaciones más favorables y/o no sometidas
a los procesos de decaimiento típicos del área, cierta
mejoría en cuanto a la manifestación de síntomas
clásicamente relacionados con la sequía, como son la
pérdida foliar anticipada, clorosis, abarquillamiento etc.
PARÁMETRO
Límite
Inferior
LI
Umbral
Inferior
UI
MEDIA
Umbral
Superior
US
Límite
Superior
LS
La Almoraima
2017-18 2016-17 2015-16 2014-15 2013-14 2012-13 2011-12
PA 481 591,4 699,3 827 1240 943 1.137 644 628 571 1.426 537
PP 104 161 192,5 235,6 348 92 117 162 33 117 149 106
PV 28 33 39,3 47 60 0 4 2 0 37 20 97
PO 141 165 194,3 231 350 210 753 296 362 132 537 267
PI 189 229 273,2 321,2 485 641 263 184 233 285 720 67
TM 13 15,1 16 16,6 17,6 17,0 17,4 16,7 16,7 16,6 15,9 16,3
TMAX 30 33 34,4 36,3 38,2 37,7 42,3 40,7 40,4 32,4 31,1 35,5
TMIN 1 2 2,9 3,8 4,6 -1,5 -0,7 -1,8 -2,0 5,8 3,4 0,5
OSC 29 29,8 31,5 33,4 34,5 39,2 43,0 42,5 42,4 26,6 27,7 35,0
DSQ 2,7 3,2 3,7 4,1 5,5 6 5 5 6 7 4 7
Tabla 2. Áreas potenciales de Quercus suber L. en Extremadura. Comparación con la distribución actual e histórica de la especie. PA: Precipitación Anual. PP:
precipitación primavera. PV: precipitación verano. PO: precipitación otoño. PI: precipitación invierno. TM: temperatura media anual. TMAX: Temperatura máxima. TMIN:
temperatura mínima. OSC: oscilación térmica. DSQ: duración de la sequía. Fuente: Salmerón et al, 2008. La Almoraima: datos pluviométricos de La Almoraima y SIAR
Jimena de la Frontera. Elaboración propia.
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3.1. Quercus suber
3.1.1. Evolución de la mortalidad general y situación
actual.
Con objeto de mejorar el seguimiento normalizado
del alcornocal, en cuanto a su mortalidad anual ―que,
sin embargo, se ha venido contabilizando desde 1989 y
zonificando desde 2006―, en 2012 se delimitaron
rodales de acuerdo con el comportamiento de las masas
en relación con este indicador, utilizándose
preferentemente las variables de orientación principal y
pendiente. Anualmente se revisa el mayor número
posible de estos polígonos, con algunas diferencias
interanuales en función de la operatividad de los accesos,
y existe una superficie base común de seguimiento cuya
revisión es continua y anual. En 2018, a causa de la
climatología adversa esta superficie común revisada se
ha reducido aproximadamente en un 10% ante la
imposibilidad de acceso a determinadas zonas.
En cada rodal, anualmente se contabiliza el número
de pies secos recientes (muerte súbita) o de los
aparentemente secos y, además, se le asigna una clase de
cobertura arbórea actual de acuerdo con las categorías de
la tabla correspondiente. Se denomina mortalidad
aparente, debido a que se ha comprobado que un
determinado número de Quercus marchitos
(perennifolias: Q. ilex y Q. suber), puede volver a brotar
parcialmente al año siguiente, aunque normalmente tiene
un corto recorrido, claudicando posteriormente, al
repetirse o no las condiciones de sequía.
Para el manejo comparativo de los resultados, en
función de la superficie de cada rodal, se analizan los
indicadores de Concentración y Gravedad de la
mortalidad. Respecto a la Concentración, con el objeto
de hacer más manejables los resultados, se ha calculado
la tasa de mortalidad por cada 100 ha y se ha agrupado
según la escala de la tabla correspondiente.
Para definir la Gravedad de la mortalidad, se ha
tenido en cuenta la cobertura arborea de cada rodal,
estimándose que aquella será tanto mayor cuanto menor
sea esta. Es decir que, para un mismo número de árboles
secos, se considerará más grave esta mortalidad en sitios
desarbolados que en rodales densos.
En 2018, de acuerdo con la revisión fitosanitaria de
estos rodales comunes en seguimiento, se ha observado
una situación de cierta mejoría respecto al año anterior,
aunque el contexto general sigue resultando grave. Por
un lado, siguen disminuyendo significativamente las
áreas con un índice de concentración de mortalidad
abundante o muy abundante en beneficio de aquellas con
tasas nulas o escasas, mientras que, no obstante, se
mantiene una mortalidad de carácter frecuente (13-50
pies/100 ha) en un relevante 40% (1.507 ha) de la
superficie revisada en 2018. Respecto a la gravedad, por
el contrario, la mejora se aprecia en todas las categorías,
disminuyendo la superficie con daños de carácter
moderado, grave y muy grave, mientras que aumentan
significativamente los rodales en aparente mejor estado
hasta el 97% (3.696 ha). La superficie grave o muy grave
suma actualmente un 3% (60 ha) de la muestra, cuando
ha llegado a registrarse hasta un 24% (2015).
Respecto a la concentración de la mortalidad, de
2012 a 2016 la superficie de rodales comunes con
mortalidad nula o rara (0-4 p/100 ha) fue disminuyendo
de forma continua desde el 43% (2.059 ha) hasta el 9%
(382 ha). Consecuentemente, en sentido contrario, las
Clase Cobertura arbórea de rodales
Pies/ha Cobertura
Clase 1 75 Denso
Clase 2 38 Poco denso
Clase 3 19 Apreciablemente Desarbolado
Clase 4 8 Desarbolado
Cobertura arbórea media de Q. suber, teniendo en cuenta un diámetro medio de
41,7 cm (media de la muestra de la especie en los puntos de seguimiento de la
Red de Daños) y un área basimétrica de 10 ��/ℎ� (masa densa = normal).
Grado Mortalidad IG (Gravedad)
Índice de Gravedad Gravedad
Grado 0 0 - 0,5 Nula/Escasa
Grado 1 0,6 – 2,5 Ligera
Grado 2 2,6 – 5,0 Moderada
Grado 3 5,1 – 10,0 Grave
Grado 4 >10,0 Muy grave
Clasificación del índice de gravedad de la mortalidad
� � �� ����� � 100 ��� � ���� ���⁄
Grado Mortalidad (Concentración)
Pies/100 ha Concentración
Grado 0 0-4 Nula/Rara
Grado 1 5-12 Escasa
Grado 2 13-50 Frecuente
Grado 3 51-100 Abundante
Grado 4 >100 Muy Abundante
Clasificación de la tasa de mortalidad / 100 hectáreas
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zonas con una tasa de pies secos frecuente (13-50
p/100 ha), se vieron incrementadas muy
importantemente hasta llegar a ser la categoría más
representada, observándose un máximo del 53% (2.516
ha) en 2015.
Se concluye que la mejora observada en 2018 no es
suficiente, ya que la clase de mortalidad frecuente (13-
50 p/100 ha) se mantiene en niveles elevados, sumando
el 40% (1.507 ha) de la superficie revisada. Además, se
estima que los descensos en los últimos años en las
superficies con mortalidad elevada se deben, más que a
eventuales mejoras del régimen de lluvias, sobre todo al
importante desarbolamiento de muchas zonas en
revisión, donde ya apenas queda alcornocal donde
contabilizar bajas. De esta manera, en 2018 el 54,2% de
la superficie revisada esta moderada o gravemente
desarbolada.
Nos encontramos ante masas de Q. suber cada vez
más claras, rasas incluso, y más fragmentadas,
refugiadas en vaguadas, umbrías y, en los rodales con
mayor predisposición, en su parte alta abandonando las
cotas medias y bajas, lo que incide en un riesgo cierto de
Mortalidad (Q. suber) Concentración (C) de mortalidad y Superficie común (ha)
Año Pies secos Secos/100ha Nula/Rara Escasa Frecuente Abundante Muy abundante total P (mm)
2012 1359 28,8 2058,8 (44%) 652,5 (14%) 885,9 (19%) 786,6 (17%) 338,4 (7%) 4722,2 537
2013 592 12,5 1830,4 (39%) 1143,6 (24%) 1615,6 (34%) 89,3 (2%) 43,4 (1%) 4722,2 1426
2014 1226 26,0 1419,8 (30%) 654,1 (14%) 2043,4 (43%) 421,4 (9%) 183,5 (4%) 4722,2 571
2015 2128 45,1 417,1 (9%) 431,6 (9%) 2516,1 (53%) 770,6 (16%) 586,8 (12%) 4722,2 628
2016 1754 41,2 381,6 (9%) 716,2 (17%) 1932,0 (45%) 887,3 (21%) 337,5 (8%) 4254,6 644
2017 1053 25,0 721,5 (17%) 812,7 (19%) 2067,1 (49%) 471,8 (11%) 136,4 (3%) 4209,6 1137
2018 541 14,2 1134,1 (30%) 1113,9 (29%) 1507,1 (40%) 34,8 (1%) 25,3 (1%) 3815,1 943
Superficie (ha) de rodales comunes por Concentración (C) de mortalidad. Pies secos: nº total de alcornoques secos contabilizados; Secos/100ha: nº medio de alcornoques
secos/100 ha en el conjunto de rodales; P: precipitación anual en mm.
Mortalidad (Q. suber) Gravedad (IG) de la mortalidad y Superficie común (ha)
Año Pies secos Gravedad media (%) Nula/Escasa Ligera Moderada Grave Muy grave total P(mm)
2012 1359 537
2013 592 1426
2014 1226 1,5 2204,7 (47%) 1713,7 (36%) 556,0 (12%) 109,7 (2%) 138,0 (3%) 4722,2 571
2015 2128 3,9 1031,2 (22%) 1764,4 (37%) 821,0 (17%) 695,8 (15%) 409,8 (9%) 4722,2 628
2016 1754 2,1 1510,4 (36%) 1354,4 (32%) 1013,9 (24%) 292,0 (7%) 83,9 (2%) 4254,6 644
2017 1053 1,5 1711,2 (41%) 1448,6 (37%) 813,4 (19%) 101,6 (2%) 34,8 (1%) 4209,6 1137
2018 541 0,8 1903,2 (50%) 1793,3 (47%) 58,6 (2%) 60,1 (2%) 0 (0%) 3815,1 943
Superficie (ha) de rodales comunes por Gravedad de la mortalidad. Pies secos: nº total de alcornoques secos contabilizados; Gravedad media: media ponderada de la
gravedad/rodal en el conjunto de la superficie común; P: precipitación anual en mm.
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desaparición del bosque de alcornoque en muchas zonas.
La falta de regenerado y la implicación de agentes
nocivos oportunistas (perforadores y patógenos) en un
marco de anomalías meteorológicas hace difícil pensar
en la recuperación natural de las ubicaciones más
deficientes.
Atendiendo a la superficie total observada en 2018
(5.064 ha Vs. 7.103 en 2017), las dehesas en peor estado,
en relación con la tasa de mortalidad/100 ha
(Concentración), siguen siendo las de la mitad occidental
y meridional de La Almoraima (Corchadillo,
Bujeogordo, Cotilla, Juan de Sevilla, Navahermosa y
La Boyal), mientras que en la parte oriental (Chirina,
Olivar y Espadañal Alto) se encuentran daños de este
tipo más raros o escasos.
Debido a los problemas de accesibilidad
comentados, la dehesa de Hoyuelos Altos no pudo ser
revisada, mientras que Hoyuelos Bajos y
Navamatreras se han observado parcialmente. Los
antecedentes de los que se dispone indican que Hoyuelos
Altos se encuentra en un buen estado de conservación
hasta la fecha, mientras que en las otras dos dehesas los
casos de mortalidad han sido frecuentes. Por último,
Corchadillo, Chirina y Espadañal Alto presentan
alguna pequeña superficie sin revisar.
Dehesas en peor estado:
1. Corchadillo:
En Corchadillo los principales daños (mortalidad
abundante) se observan en la vertiente sureste del Cerro
del Cárabo-El Arrayán, mientras que en el resto de las
áreas han disminuido algo, con niveles de pies secos
generalmente de tipo moderado: Cerro del Coscojar
(ladera este), la vertiente sursureste del Cerro del
Republicano y las masas al sursuroeste del Bujeo de
Ariga. Las áreas detalladas tienen una orientación
marcadamente meridional. Fuera del seguimiento
normalizado, se comprueba el grave estado de la Loma
del mirador de las Cañas (orientación sureste).
En el caso concreto de la solana sobre suelo muy
somero y de elevada pendiente del Cerro del
Republicano, la mortalidad se mantiene a pesar de que
el área se encuentra ya prácticamente desarbolada a
causa de la continua desaparición de alcornoque,
habiéndose efectuado aquí cortas de saneamiento. El
arbolado vivo de cualquier edad se muestra en un estado
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 220 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
normalmente deficiente, con puntisecados y exudados
frecuentes (compatibles con la actividad de oomicetos),
si bien con poca incidencia de los perforadores típicos.
Se recuerda que este declive se inicia significativamente
a consecuencia de la sequía de 2012, se magnifica a raíz
del descorche dos años después y actualmente no tiene
capacidad de recuperación alguna.
En el mejor estado, con casi ningún árbol seco
reciente, se observa sin cambios la umbría del Cerro del
Hatillo.
No obstante, respecto al índice de gravedad, que
combina mortalidad y densidad de la masa, la situación
general presenta una mejoría tan solo aparente, ya que
las áreas en seguimiento se presentan perceptiblemente
desarboladas, por lo que la tasa de mortalidad va siendo
consecuente y significativamente menor que en los años
anteriores y la gravedad de los daños se reduce. Con
gravedades moderadas hallamos el Cerro del Cárabo y
la orientación sursureste del Cerro del Republicano,
mientras que son ligeras y nulas en el resto de los
rodales.
2. Hoyuelos Bajos:
Las zonas que se han podido revisar de Hoyuelos
Bajos se corresponden con orientaciones más propicias
(noroeste): la Loma de La Molina y Collado del
Taraje apenas presentan mortalidad reciente o antigua,
y sus densidades son correctas.
No obstante, en pasadas visitas se han reseñado áreas
manifiestamente desarboladas con una cantidad
frecuente y recurrente de secos en la vertiente meridional
del Cerro de Los Monteses, en las lomas y laderas
noreste del Cerro de La Ovejera, altos del Puerto del
Rayo, sureste del Cerro del Helechar, y en varias zonas
de la Loma del Charco del inglés. Se estima que todas
estas zonas permanecerán en la actualidad en un estado
deficiente similar al descrito.
3. Navamatreras:
En Navamatreras, una dehesa tradicionalmente
dañada durante estos años de seguimiento, se pudo
observar el estado de su mitad oriental. En 2018, los
daños por muerte súbita más relevantes (graves) se
siguen produciendo en las orientaciones este del Cerro
de Berriche y más moderadamente en el Cerro del
C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 221 #
Moro, en ambos casos con desarbolamiento apreciable.
En el caso particular de la ladera este del Cerro de
Berriche, se tiene constancia de que el descorche
efectuado durante la sequía de 2012 intensificó
significativamente los daños, y actualmente la presencia
de secos nuevos es abundante e invariable, con
perforadores asociados de forma frecuente. De cualquier
manera, las copas de los vivos se presentan generalmente
más vestidas.
En cuanto a otras zonas, las solanas del Cerro del
Berriche, Cerro de La Palma y Cerro del Marco de
Pino presentan una cantidad escasa o nula de nuevos pies
muertos debido a la práctica desaparición del alcornocal
por la mortalidad paulatina. Todo esto influye en que la
gravedad calculada para los rodales observados en esta
dehesa sea en general escasa o ligera, a excepción de la
ladera este del Cerro de Berriche (grave y estable).
4. La Boyal:
En la Boyal se observa una situación bastante
estable, predominando las mortalidades de índole
frecuente en las laderas que vierten al pantano desde el
oeste, con una gravedad tan solo ligera e incluso escasa,
dada la poca densidad del alcornocal, que prácticamente
ha desaparecido refugiándose en vaguadas y sopie de las
lomas de El colmenar-El Alambique, Cerro del Aján,
este del cerro de Los Chochos y solana del Cerro de la
Palma. Existen casos concretos (Cerro del Cascajo) de
seca abundante, donde la mortalidad se considera grave
dada la escasa densidad y el pequeño tamaño del rodal.
El Bujeo Gordo (umbría) al otro lado del embalse,
presenta una densidad correcta aunque con bajas
frecuentes. Finalmente, en torno al Puerto de Juan
Alonso, la mortalidad es poco significativa, si bien la
densidad resulta escasa.
5. Juan de Sevilla:
La dehesa de Juan de Sevilla es otra área en gran
parte desarbolada a causa de los continuos daños, donde
solamente se aprecian correctas en este sentido las zonas
más favorables (umbrías) del Cerro de Los Cabezuelos
y Botijero. Prácticamente sin arbolado se encuentran ya
las solanas de la Loma de La Muda, La Hierbabuena
y zonas anejas.
La mortalidad se juzga abundante y grave en los
montes al norte de la Loma de La Muda, si bien
predominan las bajas de índole frecuente en las citadas
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 222 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
solanas desarboladas, con un deterioro grave y frecuente
también en madroño.
En el sopié de Montecoche la situación del
alcornocal es aceptable, si bien se cita mortalidad
anterior con presencia extensa de Cerambyx sp., y
también sobre pudriciones, o incluso en ejemplares
aparentemente jóvenes en buen estado. Se advierten
daños habituales de descorches que derivan en
puntisecados, pudriciones y la comentada colonización
de perforadores.
6. Navahermosa:
Navahermosa sigue presentando una mortalidad
normalmente frecuente en general, salvo en la parte sur
de la dehesa: umbrías del Cerro de la Curtidora y
Puerto de la Cotilla (donde el alcornoque está muy
mezclado con otras especies), y la parte oriental del
Cerro Botijero.
La umbría de la Loma de Cantaraz, por su parte,
reduce su tasa de daños actual a causa de su
desarbolamiento y quizá por unas condiciones
termopluviométricas aparentemente más favorables,
presentando los pies vivos copas aceptablemente
vestidas y sin signos visibles de estrés. De cualquier
manera, son muy habituales las bajas previas y en la
actualidad son varios los ejemplares abatidos y rotos por
viento y Cerambyx sp., insecto con presencia
generalizada aprovechando heridas y pudriciones por
descorches anteriores, y posiblemente favorecido por la
aparente senectud del arbolado y las sequías reiteradas.
Continua el registro frecuente de alcornoques secos
de carácter reciente en Loma del Infierno sobre sustrato
deficiente (y problemas en el resto de vegetación
acompañanate) y la solana de la Loma de Cantaraz.
Respecto a los índices de gravedad, estos siguen
resultando bajos en los rodales referidos en mejor estado
(Curtidora, Cotilla, Botijero) que aún se conservan
relativamente densos de alcornoque, y también en el
resto de las zonas a causa del desarbolamiento de la
mayor parte de ellas.
7. Cotilla:
En Cotilla se tienen igualmente problemas graves de
desarbolamiento en multitud de zonas, coincidentes con
solanas o con vertientes algo más orientales,
reduciéndose las mortalidades en 2018 por este motivo.
A pesar de ello, resultan frecuentes en la solana del
Cerro de La Cotilla y en la situada al sur del Majadal
de Salinas, e incluso abundantes en torno a la solana de
la Cueva del Ahorcado. En línea con lo comentado, la
gravedad de la mortalidad se califica de escasa en
general, únicamente alcanzando niveles moderados en la
solana de la Cueva del Ahorcado. En algunas solanas
(Cerro de La Palma, Majadal de Salinas), además de
la importante desaparición del alcornoque, se refieren
daños similares en la vegetación arbustiva.
8. Bujeogordo:
En Bujeogordo el estado de desarbolamiento por
mortalidad es también un problema generalizado. En la
mitad sur de la dehesa se consigna mortalidad frecuente,
que se aminora al norte del Cerro Moreno, si bien la
presencia del alcornoque es aquí bastante escasa en favor
de otras especies. Por los motivos comentados, la
gravedad es bastante escasa en esta dehesa.
Cabe reseñar en la Loma del Carrascón la mejoría
de algunos elementos dañados en el pasado, incluso
apreciablemente deteriorados a partir del descorche de
2013 y posteriores episodios de estrés ambiental.
Dehesas en mejor estado:
Hoyuelos Altos no ha podido ser visitada, aunque
hasta el momento se trata de una dehesa en un estado
comparativamente mucho mejor que otras zonas del
Centro, con buenas densidades y problemas pasados
concretos en solanas del Cerro de La Palma y de la
Loma del Horcito del Inglés.
En la dehesa de Olivar, tradicionalmente poco
dañada con algunos alcornoques secos dispersos, se
siguen observando en 2018 algún deterioro concreto. Por
un lado, se mantiene la frecuente mortalidad en el Cerro
de la Moheda y solana del Cerro Malabrigo, y con
reducción en los daños aparece, con concentración actual
escasa, la solana del Cerro de Los Frailes. La gravedad
se considera reducida sobre masas bastante densas y
puntualmente ligera en solana del Cerro Malabrigo.
Cabe reseñar igualmente la aparición en las últimas
visitas de un “goteo” de alcornoques muertos sobre
sustratos someros o en vaguadas en las inmediaciones
del Castillo de Castellar.
C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 223 #
La dehesa de Espadañal Alto, con problemas de
alcance en el pasado en cuanto a mortalidad y
desarbolamiento en una reducida ladera meridional del
Puerto de Las Cruces en el entorno de Cañada Honda
(rodal no revisado en 2018), presenta en términos
generales masas correctamente densas, sin apenas secos
actuales o pasados y copas densas a pesar de la aparente
senectud del arbolado. La incidencia de Cerambyx sp. se
estima bastante frecuente en la zona, si bien causando
problemas tan solo aislados en forma de derribos y
roturas.
Finalmente, las áreas observadas en Chirina,
aceptablemente densas, presentan invariablemente
mortalidad nula o escasa.
3.1.2. Evolución de la tasa de mortalidad en los puntos
de seguimiento
Las tablas siguientes reflejan la mortalidad del
alcornocal en los puntos de seguimiento de la Red de
Daños del Centro de La Almoraima. Respecto a la
evolución de esta variable en los puntos de la Red, se
identifican distintos períodos:
- El período completo (1992-2018) donde hay un total
de 149 alcornoques secos, a razón de 5,7 pies/año
(Índice de Mortalidad: IM), que representan el 69% del
total de la muestra de alcornoque del Centro. El valor
del índice se considera alto en comparación con la
información disponible del conjunto de la Red de
Daños en Parques Nacionales y Centros (23% de bajas
en el mismo periodo).
- El tramo más favorable (1992-2004) donde se registra
la menor mortalidad con solamente 23 árboles secos en
12 años, es decir con 1,9 pies secos/año (IM) de media,
que en total constituyeron el 10,6% de la población de
Q. suber en seguimiento. El valor del índice es más
acorde con los datos de referencia.
- La etapa final (2005-2018), a pesar de los buenos datos
de 2018, representa el período con mayor mortalidad,
anotándose un total de 126 alcornoques secos en 14
años, a razón de 9 pies/año, que se corresponden con
el 58% de la muestra completa de alcornoque en
seguimiento. El valor del índice es muy alto en relación
con los datos de referencia. Se tendrá en cuenta que
entre 2005 y 2018 se tiene el 85% de toda la mortalidad
registrada desde 1992.
- Dentro de esta última etapa (2005-2018) se pueden
distinguir estas fases:
- Un período inicial (2005-2011) donde la mortalidad
conjunta representa el 19% de la muestra,
contabilizándose un total de 41 Q. suber secos en 7
años, a razón de 5,9 pies/año (valor alto). La
mortalidad de este período es el 64% de la general
(1992-2011).
- La fase 2012-2018, a partir de la grave sequía de
2012, donde se registran 85 alcornoques secos en 7
años, a un ritmo muy alto de 12 pies/año. La cantidad
de árboles muertos representa el 58% de la
mortalidad general contabilizada desde 1992.
En consecuencia, cabe decir que el año 2005, puede
constituir un punto de inflexión en cuanto al estado
sanitario de Q. suber se refiere, siendo coincidente con
unos datos pluviométricos muy bajos para el área (487
mm). Del mismo modo, podría exponerse que en 1999 la
precipitación también fue anormalmente escasa (456
mm) y que se produjo una apreciable mortalidad (3,2%
de la muestra), pero de los datos de los años
inmediatamente posteriores se desprende que el
alcornoque tenía por entonces una capacidad de
resiliencia que ahora ha perdido.
La siguiente sequía, correspondiente a 2012 (537
mm), vino acompañada de sucesivas y próximas
situaciones similares en 2014 (571 mm), 2015 (628 mm)
y 2016 (644 mm), que no solo no han permitido una
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 224 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
evolución positiva de la masa de alcornoque, sino que la
han abocado a un decaimiento grave que va culminando
con la desaparición de la especie en las zonas menos
favorables. este decaimiento crónico en cuanto a
mortalidad se ralentiza en 2018, si bien está por ver si el
mejor dato actual se mantiene o se trata tan solo de un
paréntesis en la actual tesitura de cambio climático. La
tendencia actual, en lo que al porcentaje de mortalidad
anual se refiere, sigue manifestando cierta disposición no
significativa al alza (r2=0,60).
Los puntos de control con los índices más altos de
mortalidad, en el conjunto del período 1992-2018, donde
se concentra la mayor parte los alcornoques secos del
Centro y el % acumulado supera el 100% de la muestra,
son los siguientes:
- ALM07 (Arroyo Cabezuelas, Navahermosa) y
ALM06 (Juan de Sevilla, Juan de Sevilla), donde las
tasas acumuladas son del 150% (+9% en 2018) y 95%
(estable en comparación con 2017) respectivamente
sobre la muestra en seguimiento. La mortalidad es
paulatina desde 1992 con alguna variabilidad
(incrementos en 2005 y 2012).
- ALM03 (Cerro de Berriche, Navamatreras) donde la
tasa acumulada de pies secos es del 154% (+4% en
2018) y los estragos son continuados desde 2006 con
valores muy altos de IM (Índice Mortalidad) en 2012
y 2014 (8 y 6,3 pies/año respectivamente).
- ALM02 (Cerro del Republicano, Corchadillo), donde
la cantidad de arbolado seco se ha incrementado más
en menos tiempo, con una tasa actual del 158% (+12%)
que se inicia de forma continua en 2008 y se
incrementa notablemente a partir de 2013 con
frecuentes valores de IM superiores a 5 pies/año.
Los puntos de control con los índices más
moderados de mortalidad, en el conjunto del período
1992-2018, donde el % acumulado no llega al 50% de la
muestra, son los siguientes:
- ALM01 (Cerro del Helecho, Hoyuelos Bajos) donde
paulatinamente se empiezan a registrar pies secos
desde 2006 (1-2 pies/año), bastante continuadamente,
y que en conjunto ahora alcanzan al 45% (+4% en
2018) de la muestra.
- El resto de los puntos de control se comportan con
menor radicalidad en cuanto a su mortalidad
acumulándose desde 1992 no más de un 22% ―caso
de ALM10, Majarambuz, Hato Alto― y siendo más
corriente que sea menor del 17%. En ALM04 (Olivar,
Cerro de la Moheda) y ALM05 (Espadañal Alto,
Puerto de Las Cruces) la mortalidad se presenta muy
escasa y variable según los años. ALM11 (Cotilla,
Cerro de Gálvez), por su parte, solo muestra algún pie
seco en 1995, mientras que en ALM08 (Bujeogordo,
Loma del Carrascón), ALM09 (Espadañal Alto: Cerro
Evolución de la mortalidad en Quercus suber en puntos de seguimiento (II). 1992-2018.
Punto
1992
Muestra
Qs
2018
Muestra
Qs
1992-2018
Diferencia
Núm. Qs
1992-2018
Mortalidad
Acumulada
Índice de Mortalidad (IM) (pies/año)
Pies % 1992-18 1992-04 2005-18 2005-11 2012-18
ALM1 22 21 -1 10 45,5% 0,42 0,09 0,70 0,47 0,98
ALM2 24 21 -3 38 158,3% 1,46 0,00 2,96 1,43 4,57
ALM3 24 23 -1 37 154,2% 1,42 0,08 2,68 1,86 3,43
ALM4 24 24 0 2 8,3% 0,08 0,08 0,07 0,00 0,14
ALM5 16 16 0 1 6,3% 0,06 0,00 0,11 0,21 0,00
ALM6 19 16 -3 18 94,7% 0,87 0,42 1,50 1,26 1,50
ALM7 22 15 -7 33 150,0% 1,38 1,18 2,02 1,09 2,97
ALM8 24 24 0 3 12,5% 0,12 0,00 0,21 0,00 0,43
ALM9 21 21 0 3 14,3% 0,13 0,10 0,16 0,00 0,33
ALM10 9 8 -1 2 22,2% 0,21 0,00 0,38 0,00 0,86
ALM11 12 11 -1 2 16,7% 0,15 0,33 0,00 0,00 0,00
Total 217 200 -17 149 68,7% 5,73 1,92 9,00 5,86 12,14
Mortalidad del período (%) 69,0% 10,6% 58,1% 18,9% 39,2%
Mortalidad del período respecto a la mortalidad general (%) 84,6% 64,1% 57,0%
. suber en cada punto de seguimiento según el año; Índice de Mortalidad (IM): ��� � �� ��⁄ � �� ���⁄ , donde M (núm. de pies secos en un período), A (núm. de
años evaluados), �� (núm. de Q. suber muestra del punto (i), X (núm. de Q. suber muestra máximo en un punto (n= 24); Mortalidad período (%):
��ú� ����� ���í��� �ú�. ����"�� �� #. ��$���⁄ . Fuente: INFOPARQ (OAPN). Elaboración propia.
C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 225 #
de Fuegebola) y ALM10 (Majarambuz, Hato Alto) los
casos se presentan solamente a partir de 2015.
3.1.3. Decaimiento
Se siguen observando con frecuencia situaciones de
deterioro previas a la mortalidad durante esta visita,
definidas por un apreciable porcentaje de copa muerta,
significativos puntisecados, falta de retención foliar que
se hace grave en los ápices y aspecto deteriorado general,
sin atisbos de recuperación de problemas pasados que
parecen abocar al desahucio de muchos pies de
alcornoque sobre estaciones desfavorables. Con
frecuencia los ejemplares reseñados fueron objeto de
marchitamientos súbitos pasados pero que, sin embargo,
pudieron volver a brotar débilmente a la primavera
siguiente (mortalidad aparente).
Estas circunstancias, que en no pocas ocasiones
afectan también a la vegetación acompañante de quejigo,
madroño y matorral parecen aminorarse en algunas
zonas respecto a la pasada revisión. Se reseñan daños de
este tipo en las siguientes zonas:
- Convento: Pies añosos a pie de carretera a la altura del
Cerro de Riscoblanco.
- Bujeogordo: Nacimiento del Arroyo del Jaral.
- Cotilla: divisoria del puerto al Cerro de La Cotilla y
solanas del Cerro de La Palma.
- Navahermosa: Loma de Cantaraz y varias áreas de la
Loma del Infierno.
- Juan de Sevilla: varias zonas de la parte alta de la
Loma de la Muda, dehesa de Fatigas y Cerro
Botijero.
- Navamatreras: Cerro del Moro
- Corchadillo: cumbres y promontorios de la Loma del
Corchadillo.
- La Boyal: solana del Cerro del Aján.
- Majarambuz: Loma de La Cierva (leve, disperso).
3.1.4. Agentes nocivos
En los decaimientos de Quercus en general
frecuentemente aparecen implicados episodios de sequía
severa, encharcamientos prolongados, rápidas
fluctuaciones del contenido hídrico del suelo y
variaciones en los regímenes de temperaturas. Todos
estos procesos pueden tener gran importancia a la hora
de iniciar un síndrome de decaimiento, predisponiendo
al arbolado a la invasión de insectos xilófagos y/o
hongos patógenos, ya sea a nivel radical o aéreo
(CARRASCO et al, 2009).
El decaimiento forestal es una enfermedad de
etiología compleja, resultado de la acción de un número
variable de factores bióticos y abióticos que causan un
Evolución de la mortalidad en Quercus suber en puntos de seguimiento (I). 1992-2018. Número de pies.
PUNTO AÑO
92 93 94 95 96 97 98 99 2000 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18
ALM1 1 1 1 1 2 1 1 1 1
ALM2 3 3 3 1 1 5 4 6 3 6 3
ALM3 1 4 3 4 2 8 3 6 1 1 3 1
ALM4 1 1
ALM5 1
ALM6 1 1 1 1 3 1 1 2 2 2 1 1 1
ALM7 2 1 1 7 1 1 2 1 1 2 1 5 3 1 1 1 2
ALM8 2 1
ALM9 1 1 1
ALM10 1 1
ALM11 2
suma 1 0 2 3 1 0 2 7 2 2 2 1 5 5 3 8 8 8 4 18 14 14 12 6 14 7
Muestra Qs 217 217 217 217 216 216 216 216 214 214 213 213 213 212 212 212 212 211 211 209 207 206 205 204 202 200
Mort. Anual
% 0,5 0,0 0,9 1,4 0,5 0,0 0,9 3,2 0,9 0,9 0,9 0,5 2,3 2,4 1,4 3,8 3,8 3,8 1,9 8,6 6,8 6,8 5,9 2,9 6,9 3,5
IM (pies/año) 1,0 0,5 1,0 1,5 1,4 1,8 1,3 2,0 2,0 2,0 2,0 1,9 2,2 2,4 2,4 2,8 3,1 3,3 3,4 4,1 4,6 5,0 5,3 5,3 5,7 5,7
ALM1: Hoyuelos Bajos, Cerro del Helecho. ALM2: Corchadillo, Cerro del Republicano. ALM3: Navamatreras, Cerro de Berriche. ALM4: Olivar, Cerro de la Moheda.
ALM5: Espadañal Alto, Puerto de Las Cruces. ALM6: Juan de Sevilla, Juan de Sevilla. ALM7: Navahermosa, Arroyo Cabezuelas. ALM8: Bujeogordo, Loma del Carrascón. ALM9: Espadañal Alto: Cerro
de Fuegebola. ALM10: Majarambuz, Hato Alto. ALM11: Cotilla, Cerro de Gálvez. IM: Índice de Mortalidad; Año de descorche observado (cuadro rojo). Fuente: INFOPARQ (OAPN). Elaboración
propia.
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 226 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
deterioro gradual y general de los árboles afectados hasta
su muerte. Los factores implicados son típicamente
múltiples y ninguno de ellos por separado en capaz de
reproducir los síntomas observados en campo
(MANION, 1991; SINCLAIR, 1965).
Se considera que en el Centro subsiste un problema
de fondo íntimamente ligado a una desviación del clima
local, que por sí mismo o en combinación de otros
factores bióticos derivan en un grave decaimiento.
En el Centro, durante estos años de seguimiento, se
han detectado varios de los agentes nocivos implicados
en lo que se conoce como Seca, tanto patógenos como
Phytophthora cinnamomi Rands y Botryosphaeria
stevensii Shoemaker; como xilófagos (Cerambyx sp. y
Platypus cylindrus F.); lepidópteros defoliadores
(Lymantria dispar L.); y abióticos (estrés hidro-térmico).
(FERNÁNDEZ-BARRAGÁN & REINA, 1989-2015)
De entre ellos, se considera que tanto P. cinnamomi,
del que se conoce su presencia [BRASIER, 1995;
TUSET et al, 1996, además de tomas de muestras más
recientes por parte de distintos centros de investigación
(com. pers.)] pero no su extensión exacta en el monte,
posiblemente amplia, como las recurrentes y severas
sequías, así como últimamente los episodios de altas
temperaturas, resultan los factores de mayor relevancia
en el deterioro del alcornoque, sin destacar la acción de
otros oomicetos de pudrición radicular.
El estrés hídrico ―y el aumento de las
temperaturas― es conocido que mejora el desarrollo de
P. cinnamomi en los hospedantes infectados (WESTE &
RUPIN, 1977; CAHILL et al, 1986; y MARÇAIS et al,
1993, en BRASIER, 1995) y reduce la resistencia de los
individuos a la infección (RUIZ et al, 2018). Del mismo
modo y “como consecuencia de la mortalidad de
individuos en el bosque, la cobertura de copas
disminuye, aumenta la temperatura del suelo lo que
reduce la actividad microbiana y la cantidad de humus,
y se producen daños en los sistemas de micorrización.
Estos factores favorecen la actividad y el desarrollo de
[patógenos como] P. cinnamomi” (BRASIER, 1995).
El resto de los agentes nocivos actúan como meros
ejecutores oportunistas (xilófagos) o partícipes en
pérdidas puntuales de vigor (L. dispar), si bien en el caso
de este último no se tienen noticias de su injerencia grave
en los últimos años. Tampoco el defoliador Periclista
Andrei Konow (Hymenoptera, Tenthredinidae),
actualmente causante de daños en otras áreas del P.N. de
los Alcornocales, se manifiesta en La Almoraima en
2018.
Roturas con Cerambyx sp. en ALM09.
C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 227 #
Cerambyx sp.
El decaimiento o el deterioro, la pérdida de vigor, de
las masas de especies de Quercus en los últimos años ha
venido acompañado, en la región mediterránea, de una
abundante colonización del arbolado por parte de
perforadores Cerambycidae del género Cerambyx sp.,
aprovechando de manera oportunista las facilidades que
se presenten en forma de cortes de poda, heridas,
pudriciones, tumores, etc. El aumento de las poblaciones
de estos artrópodos ha propiciado así mismo la
ocupación de otros elementos sin estos condicionantes
previos. En un primer momento, la actividad de
Cerambyx manifiesta por un lado la debilidad de las
masas, certifica la situación, y por otro aumenta el
deterioro inicial a base de desgajamientos y roturas
(galerías), y copa muerta y puntisecados (rotura de
vasos). En el Centro de La Almoraima la colonización
de Cerambyx sp. se estima extensa como se desprende
del inventario de signos (serrín fresco, agujeros de
emergencia) y síntomas (exudados, ramas secas…) que
se lleva a cabo regularmente en los puntos de control.
Así se concluye que todos los sitios presentan signos
derivados de la actividad de Cerambyx.
En 2018, se ha encontrado colonizada por este
artrópodo el 13% de la muestra general de alcornoque en
los puntos de control. Los sitios con mayor infestación
se corresponden con ALM07 (Arroyo Cabezuelas,
Navahermosa), ALM10 (Majarambuz, Hato Alto) y
ALM11 (Cotilla, Cerro de Gálvez) donde afecta al 40%,
25% y 18% de la muestra de alcornoque. ALM07 y
ALM11 son dos puntos con los índices elevados de
mortalidad como ya quedó expuesto.
Platypus cylindrus
Por su parte, la incidencia de este agente (Coleoptera.
Curculionidae) en el estado actual de las masas de
alcornoque del Centro es limitada, aunque se advierte
con asiduidad en aquellas zonas, incluso árboles
concretos, con evidente falta de vigor, así como en
arbolado recientemente seco, lo que denota su carácter
secundario oportunista.
3.2. Quercus canariensis Wild.
A partir de 2014 se registran sobre esta especie
síntomas en principio relacionados con situaciones de
estrés termohídrico que derivaron en una serie de
problemas conocidos, básicamente en forma de
marchitamiento súbito de las copas con recuperación
posterior deficiente, y secado de ramas y puntas. No en
pocas ocasiones estos daños han derivado en la muerte
aparente de los pies afectados, con una importante
participación oportunista de perforadores (Cerambyx y
Platypus), en lo que puede considerarse un proceso de
decaimiento adscrito a ubicaciones favorables
típicamente ocupadas por esta especie, como cauces,
umbrías, vaguadas, donde la vegetación presenta una
mayor sensibilidad ante la escasez del recurso hídrico.
Como se ha explicado ampliamente en informes
anteriores, la copa muerta puede deberse tanto a la
cavitación del xilema como a la implicación de
perforadores, sin que deba descartarse, a falta de los
análisis pertinentes, la participación de uno o varios
patógenos de pudrición radicular (Phytophthora,
Pythium…) que se desenvuelven bien en los ambientes
donde vegeta Q. canariensis.
En 2018 la situación general del quejigo se juzga más
favorable, sin soflamados súbitos y con una buena
foliación general, hoja que además no se ha perdido
anticipadamente a causa del estrés estival habitual en
otras ocasiones, si bien los restos de daños pasados
(puntisecados) son frecuentes en las áreas visitadas. A
este respecto, se expone seguidamente la situación
sanitaria actual por dehesas.
En la Dehesa de Corchadillo se revisó el estado de
los ejemplares de la vaguada que asciende al Cortijo de
Ariga desde el arroyo de La Manceba, donde la
situación resulta algo mejor que la de otras ocasiones,
con puntisecados frecuentes pero actualmente leves,
relativamente disimulados por un buen brote primaveral,
si bien de forma alterna se aprecia alguna foliación poco
potente. Por su parte, en el ámbito del Cerro del Hatillo
se observan pies dañados muy dispersos.
En la Dehesa de Navamatreras se certifica el mal
estado de los pies a lo largo de la Garganta de Juan
Alonso, sin cambios significativos.
En Juan de Sevilla se reseñan roturas aisladas por
Cerambyx sp. y pies débiles aisladamente en la
Garganta de Juan de Sevilla, en su cruce con la pista.
De forma más continua, se advierte una aparente falta de
recuperación en quejigo y alcornoque al pie del arroyo
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 228 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
Juan de Sevilla, con casos recientes y aislados de
mortalidad aparente y mal aspecto general.
En el punto de control ALM06 (arroyo de los
Escalones), ubicado en esta dehesa, el arbolado añoso de
esta especie se observa en buen estado, con copas bien
vestidas, si bien se reseña extensamente, al igual que
otros años, ramas altas secas compatibles con la acción
del bupréstido Coroebus florentinus (Herbst 1801).
Algun pie senecto evidencia una pérdida anticipada de
hoja localizada en ápices y una ligera clorosis general.
Por otra parte, se ven algunas ramas secas de diámetro
medio de origen poco claro, quizá asociadas a episodios
anteriores de estrés o a la elevada edad del arbolado.
En la Dehesa de Navahermosa, se reseñan daños
aislados (puntisecados) en El Chorrito y Cerro de la
Casa del Moro, donde se comprueba el mal estado de
un ejemplar rebrotado tras un episodio pasado de muerte
aparente. Aparecen daños más extensamente en
vaguadas vertientes al arroyo Juan de Sevilla. Por otra
parte, persiste el grave decaimiento reseñado en
anteriores informes en el quejigar del Arroyo
Cabezuelas (ALM07), concordante con la mala
situación general del alcornoque y arbustedo en la zona.
Se observa en el quejigar una muerte muy abundante de
puntas y secado de grandes ramas, con perforadores
oportunistas implicados y algo de otoñada anticipada
(clorosis y caída), así como cierta infección por oídio en
el follaje de ramas bajas. Sirva como ejemplo que en la
última década la defoliación media del quejigo se ha
duplicado (actualmente alcanza el 50%) y su nivel de
copa muerta ha aumentado en 21 puntos porcentuales.
Del mismo modo, en la Dehesa de Bujeogordo se
manifiestan algunos problemas graves y concretos en el
Arroyo del Jaral entre Cerrillo Botijo y el Cerro de La
Palma, y con mayor frecuencia en la ladera E del Cerro
de la Palma (también en alcornoque).
En la dehesa de La Boyal persisten en El Alizán y el
entorno del extremo sur del muro de la presa rodales
de quejigo, alcornoque y brezo decaídos.
Finalmente, los Q. canariensis revisados del entorno
del Puerto de Las Cruces (Dehesas de Olivar, Chirina
y Espadañal Alto), con daños significativos en revisiones
anteriores que derivaron en alguna mortalidad con la
profusa colaboración de Cerambyx sp., muestran en
2018 un aspecto apreciablemente mejor, con una buena
brotación que ha enmascarado bastante los puntisecados
anteriores, sin observarse mortalidad reciente,
apareciendo además pies rebrotados tras su muerte
aparente (Puerto de las Cruces). No obstante, el
puntisecado es aún apreciable, así como las bajas
anteriores en determinadas áreas (Cerro de los Frailes,
Olivar).
Los ejemplares añosos del punto de seguimiento
ALM05 (Espadañal Alto, Puerto de Las Cruces) se
encuentran en estado aceptable, con copas correctamente
Deterioro de un ejemplar rebrotado tras episodio de muerte aparente. Navahermosa.
C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 229 #
vestidas ligeramente afectadas en ramas bajas por oídio
(Microsphaera alphitoides Griffon y Maubl.) y Trabutia
quercina (F. Rudolphi ex Fr.) Sacc. & Roum., agente que
produce un estroma oscuro muy característico en las
hojas. Con cierta frecuencia se reseña aquí la presencia
de ramas secas de tipo inespecífico, posiblemente en
relación con sequías, senectud del arbolado y/o
Cerambyx sp., que por su parte participa en aparatosas
roturas antiguas. Finalmente, tanto en ALM05 como en
el resto de los recorridos por el área la presencia de ramas
secas típicamente por C. florentinus es algo habitual.
3.3. Arbutus unedo L.
El estado sanitario del madroño en el Centro sigue
siendo desfavorable en bastantes zonas, típicamente con
deficiencia estacional, a causa del deterioro acumulado
causado por los reiterados episodios secos, sin apenas
mejoría. Resulta frecuente la observación de pies con
elevada cantidad de copa muerta y ausencia patente de
hoja de años anteriores (con la conocida colaboración de
Septoria unedonis Roberge ex Desm), y clorosis en la
del año en curso. No en pocas ocasiones se advierte un
rastro de pies secos anteriores, aunque no aparecen en
2018 decoloraciones graves o muerte reciente de ramas.
A pesar de que esta especie viene presentando un
deterioro continuado en el monte mediterráneo desde la
sequía de 2011-2012, la aparición de bajas, frecuentes en
la Almoraima, resulta bastante escasa o inexistente en
otros espacios naturales afectados.
Las zonas afectadas, que son las habituales, se
exponen a continuación:
- En Corchadillo se observa una debilidad general en el
arbustedo acompañante del alcornocal decaído de las
vertientes este y sureste del Cerro del Cárabo y
Cerro del Coscojar.
- Zonas habituales en Juan de Sevilla: daños intensos
(habitualmente con mal estado de la vegetación
acompañante), con pies de aspecto muy débil en
solanas de Camita del Lobo, Hierbabuena, varias
localizaciones en la Loma de La Muda y Cerro
Botijero, y problemas más ligeros la vertiente NE del
Cerro de la Tejonera.
- En Navahermosa se dan daños generalizados en la
vertiente occidental de la Loma del Infierno (con
brezo también dañado) y en el entorno del Arroyo de
Navahermosa.
- En la Dehesa de Navamatreras se encuentran casos
similares a lo largo de la Garganta de Juan Alonso,
Deterioro de un ejemplar rebrotado tras episodio de muerte aparente. Puerto de las Cruces.
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 230 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
desde Navamatrera hasta la parte norte del Cerro del
Moro, con lentiscos también dañados.
- Respecto a Bujeogordo, en el ámbito del puerto de la
Cotilla, se ven daños de carácter grave en zonas de
cumbre (con brezo en mal estado), y otros de alcance
más moderado a media ladera en Majadal de Salinas.
3.4. Otras especies:
Respecto a Pinus pinea L., después de los niveles
moderados de infestación (grado 3) alcanzados en el
pasado por parte de la procesionaria del pino
(Thaumetopoea pityocampa Dennis & Schiffermüller
1775), en la visita actual no se aprecian
generalizadamente bolsones ni defoliaciones
significativas correspondientes al invierno 2017-2018.
Los problemas asociados a la escasez de sustrato en
varias localizaciones, habituales en el Puerto de la
Cotilla o en la vertiente meridional de la Loma del
Infierno, lógicamente se mantienen, si bien estas masas
presentan un aspecto algo más favorable que el habitual,
advirtiéndose de forma más dispersa los daños típicos:
copa baja seca, falta de retención foliar, crecimientos
anormales con microfilia acusada y generalizada,
reviramiento de acícula y enanismo de los individuos.
Como es habitual, las masas afectadas no arrojan
mortalidad por este motivo.
En el caso de la situación de los pinares con
intervenciones selvícolas en los últimos años, en
Bujeogordo, a pie de pista, en el entorno del Cerro de la
Casa del Moro, persiste el goteo de pinos secos (4 en
2018) en un área de cumbre batida por el viento con
mucha competencia previa a las cortas, presumiblemente
a cargo del perforador Tomicus destruens (Wollaston
1865) del que se tienen referencias de su presencia
anterior en la zona. Se estima que este escolítido presenta
una población residente en el área, favorecida por una
situación de cierta debilidad y la disponibilidad de
sustrato donde reproducirse. Como efecto de la
reducción de la densidad, se reseñan algunos derribos en
la masa remanente ubicada en la zona de cresta.
En alguna rosácea del Centro se detectan daños
compatibles con la acción de la bacteria Erwinia
amylovora (Burrill 1882) Winslow et al. 1920,
organismo de cuarentena causante de la enfermedad
conocida como fuego bacteriano. Existen antecedentes
(primavera 2012) de daños de este tipo sobre algunos
piruétanos (Pyrus bourgaeana Decne.) en Navahermosa
y Majarambruz, sin continuidad hasta la fecha. En la
presente visita se localiza un grupo de 3-4 majuelos
(Crataegus monogyna Jacq) presuntamente afectados
sobre la Loma de la Cierva (Majarambruz) con una
presencia ligera de fogonazos (hojas secas)
característicos, si bien la otoñada anticipada que
presentaban dificultaba la identificación de daños por la
bacteria. A medio camino del Puerto de las Cruces
desde la casa de Boca Leona (Espadañal Alto) se
localiza un piruétano con manchas foliares compatibles
a nivel ligero.
En los acebuches prospectados se advierte una
recuperación general de los daños pasados por estrés
ambiental, si bien en determinadas localizaciones
persisten ejemplares muy deteriorados, como el caso del
Cerro de Gálvez y solana frente al Cortijo de Hato
Rozal (Cotilla), con significativa copa muerta,
decoloración y abarquillamiento foliar actual.
Daños compatibles con fuego bacteriano.
C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 231 #
En la zona anterior, el matorral de lentisco
(Pistacia lentiscus L.), al igual que en el Puerto de Juan
Alonso (La Boyal) presenta aún mal aspecto en base a la
presencia de ramas secas y defoliación relacionada con
estrés ambiental. En cuanto a brezo (Erica arborea L.),
se hallan zonas con pies cloróticos en la Nateruela
(Bujeogordo), solana del Cerro de La Palma (La
Boyal) y entorno de la garganta de Juan de Sevilla
(Juan de Sevilla).
4. Recomendaciones
4.1. Decaimiento de Quercus suber:
En relación con el decaimiento continuo del
alcornocal, se estima recomendar las siguientes
acciones:
4.1.1. Seguimiento del estado sanitario:
Se recomienda continuar con el seguimiento actual
del estado de salud de los alcornocales del centro, como
mejor forma de documentar el deterioro al que está
sometido.
4.1.2. Cerambyx sp.:
Precisamente debido al decaimiento profundo que
sufren las masas de alcornocal en la Almoraima, —así
como últimamente los quejigares—cobra importancia el
minimizar los daños provocados por otros agentes que,
siendo en principio secundarios, pueden llegar a
comportarse como auténticas plagas. De ellos, se
considera que uno de los más importantes es el xilófago
Cerambyx welensii Küster 1846, aunque también es muy
probable que otros cerambícidos con ecología muy
similar como C. cerdo o Prionobius myardii Mulsant
1842 estén implicados en este proceso.
En informes anteriores se exponen ampliamente los
trabajos recomendados en relación con la gestión
integrada de este agente.
4.1.3. Platypus cylindrus:
En el caso de P. cylindrus se recomienda:
- Evitar la permanencia de acúmulos de trozas de
alcornoque en el monte, salvo que se utilicen como
trampas cebo contra este insecto. El manejo de estas
trampas ya ha sido detallado en anteriores informes.
- Uso de trampas tipo Theysohn cebadas con feromona
específica para Platypus cylindrus (Cilindriwit ®), que
pueden ser utilizadas para en un primer momento
conocer el ciclo del insecto en el monte y
posteriormente proceder a su captura masiva.
4.1.4. Descorche:
En anteriores informes se detallaron
exhaustivamente las precauciones a tomar en el caso de
efectuar el descorche, que en resumen se relacionan con:
- Evitar el descorche de árboles enfermos, decrépitos,
con pudriciones en tronco o ramas gruesas o con
síntomas de debilidad en la copa.
- Se pueden producir daños irreparables al arbolado
porque los ejemplares no cierran las heridas, se
generan descortezados y pudriciones. Se facilita la
entrada de perforadores y patógenos.
- Se crean situaciones de estrés inasumibles para el
arbolado poco vigoroso.
- Evitar el laboreo de aquellos rodales con mortalidad
asociada a seca (con objeto de evitar la propagación de
organismos patógenos implicados como P.
cinnamomi).
- Desinfección de herramientas de poda y descorche
entre pie y pie, que se considera básica y de vital
importancia.
- Tener en cuenta la meteorología del año en relación
con los plazos de pela y la selección de la altura de
descorche según el calibre, la altura a la cruz y
especialmente el vigor del árbol.
4.1.5. Phytophthora cinnamomi y otros patógenos
radicales:
Se sigue considerando importante el tener un
conocimiento concreto de las zonas en las que se
encuentra presente P. cinnamomi, mediante la toma de
muestras de rizosfera (raicillas y tierra) de las plantas
sintomáticas para su análisis, realizándose las tomas en
las condiciones adecuadas (véanse los informes
anteriores).
En aquellas áreas de alcornoque o quejigo en las que
se constate su presencia se recomienda tomar las
medidas necesarias con objeto de evitar su dispersión.
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 232 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
4.2. Perforadores escolítidos en pinares aclarados
Se recomienda el trampeo de Tomicus destruens en
las áreas intervenidas selvícolamente, con el objeto de
rebajar en lo posible su nivel poblacional, intentando
evitar en la medida de lo posible que la población de este
insecto cause nuevas bajas en el arbolado en pie. Para
ello, siguen vigentes las premisas expuestas en informes
anteriores.
En relación con el seguimiento de las zonas, se
recomienda disponer de los recursos personales y
materiales necesarios para la pronta eliminación de los
nuevos pinos sintomáticos: secos recientes, cambiando
de color (amarilleo…). En cuanto al manejo de los restos
de corta, se deberá optar por su extracción rápida, o bien
el descortezado in situ, eliminación por quema, o
astillado.
4.3. Fuego bacteriano
Se recomienda la ejecución de prospecciones
sistemáticas en primavera con objeto de comprobar la
presencia de este agente en piruétanos y otras rosáceas
susceptibles. En caso de observarse sintomatología
sospechosa, se debe llevar a cabo la comunicación y
toma de muestras por la autoridad sanitaria competente
de la administración autonómica.
La normativa (RD 1786/2011) en cuanto a manejo de
este organismo de cuarentena en Zonas No Protegidas
(caso de Andalucía), indica, como mínimo, la
obligatoriedad de extirpar y destruir las partes de la
planta hospedante con síntomas, con desinfección
inmediata del instrumental, así como la ejecución de
tratamientos preventivos en las épocas adecuadas con un
principio activo apropiado.
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6. Parámetros de referencia
6.1. Defoliación y decoloración por especie
6.1.1. Defoliación media. Defoliación según clases.
En 2018, el nivel de defoliación media (DM) para el
Centro de La Almoraima se sitúa en 25,8%, valor
adscrito a la clase 2-1 de daños (arbolado dañado, con
defoliación moderada-baja entre el 25 y el 40%), y
significativamente mejor que el valor de la campaña
previa (-7,4%). Observando la serie de defoliaciones
(1992-2017), el valor actual se localiza
aproximadamente en la media, tan solo 1,0 puntos por
encima de esta (24,8%). El nivel actual de DM supone
una recuperación de los máximos que se venían dando
últimamente y que, junto al dato de 1995, siempre han
coincidido con épocas de rigor ambiental.
Se puede decir que, a la vista de la evolución del dato
de DM del Centro (1992-2018), existen dos períodos
distintos: dos fases más favorables con una defoliación
menor o igual al 25% que se corresponden con 1992-93
y con 1996-2011, y dos ciclos negativos (DM: 28-35%)
relacionados con sequías: 1994-1995 y 2012-2017.
En cuanto a la distribución de la defoliación por
clases, el número de árboles considerados dañados (def.
>25%) actualmente suma un considerable 23%, si bien
presenta una importante y significativa reducción del
14% respecto a 2017. Respecto a la media de referencia
(1992-2017) el volumen actual de dañados se emplaza
algo por encima (+3,1%) de esta, resultando bastante
mejor que el 35% del ciclo negativo 2012-2017, aunque
sin alcanzar el buen nivel (15%) de la etapa más
favorable 1996-2011.
La reducción del arbolado dañado general respecto a
2017 responde sobre todo a la menor cuantía actual (-
12%) de la cantidad de casos de daños moderado-bajos
(def. >25-40%), además de una disminución en la
aparición de pies secos (actualmente un 2,3% de la
muestra) que, sin poder considerarse un valor correcto,
es similar a su media de referencia y casi un 4% menor
que el de la pasada visita.
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 234 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
Por especies, se observa el mejor comportamiento de
todas ellas, con mejorías que en bastantes casos resultan
sustanciales. El alcornoque, la especie más representada,
presenta una defoliación media (DM) (26,1% ±2,7),
significativamente mejor que en 2017 (-6,8%), aunque
aún dentro de la categoría de árboles dañados (def.
>25%). El dato casi coincide con la media histórica de
esta especie, y tan solo es 4 puntos mayor que el
promedio de la etapa favorable (1996-2011: 23,3%).
La cantidad de alcornoques dañados alcanza
actualmente el 21,5%, reduciéndose un 20% respecto a
2017. Como se ha expuesto en el comentario general, el
alcornoque, especie más representada, mejora
significativamente en base a la reducción en la cantidad
de pies con daños moderado-bajos (CL 2-1: -12%),
además de por el descenso de la mortalidad en esta visita
(-3,9%).
Respecto al resto de especies de representación
amplia, Q. canariensis, que solía presentar pocos
problemas en el pasado, mitiga actualmente la evolución
negativa que venía presentando desde 2012. Su valor
actual de DM actualmente asciende al 26% y sigue
considerándose dañado (CL 2-1) y alejado de su
referencia (22%) si bien mejora de forma significativa (-
6,2%) alejándose de su máximo absoluto de 2017.
La cantidad de arbolado dañado de esta especie
actualmente casi alcanza el 30%, alta aún pero
significativamente menor a la correspondiente a 2017
(52,2%). No obstante, aunque no se aprecia mortalidad
y la cantidad de ejemplares con daños moderados remite,
se registra un aumento a considerar de los pies en estado
grave (+8%), actualmente un 12%.
El acebuche (O. europaea) presenta en esta ocasión
una DM más favorable (21,6%), resultando la única de
las especies en seguimiento que no se considera dañada,
y se encuadra en una tipología de defoliación ligera (CL
1: 11 a 25%), significativamente mejor que en la pasada
visita (-8,1%) y casi coincidente con su valor de
referencia.
No obstante, la cantidad de acebuche dañado en los
puntos de control (def. >25%) aun alcanza el 22%, si
bien se reduce notablemente (-15%) respecto al año
precedente. Para esta especie cabe destacar el importante
aumento de los ejemplares en estado óptimo (clase 0:
+18,6%), y la desaparición de los pies en estado grave
(CL 3). Así mismo, se tendrá en cuenta que en todos los
años de seguimiento no se ha registrado arbolado seco
de esta especie.
Centro de La Almoraima. Defoliación/especie por clases (%) 2018.
Especie PIES
NULA
CL 0
LIGERA
CL 1
NO DAÑADO
CL 0 + CL 1
MODERADA
BAJA
CL 2.1
MODERADA
ALTA
CL 2.2
GRAVE
CL 3
DAÑADO
CL 2 + CL 3
SECO
CL 4
<11% 11 a 25% <=25% 26 a 40% 41 a 60% >60% 26 a 99% 100%
Olea europaea 32 21,9 56,3 78,1 15,6 6,3 0,0 21,9 0,0
Quercus suber 200 14,5 61,0 75,5 12,5 5,0 4,0 21,5 3,0
Arbutus unedo 8 0,0 50,0 50,0 50,0 0,0 0,0 50,0 0,0
Quercus canariensis 24 8,3 62,5 70,8 8,3 8,3 12,5 29,2 0,0
Coníferas
Frondosas 264 14,4 60,2 74,6 13,6 5,3 4,2 23,1 2,3
TOTAL 264 14,4 60,2 74,6 13,6 5,3 4,2 23,1 2,3
Centro de La Almoraima. Defoliación media (DM%) ± ES (95%) / especie.
Especie Nº de pies DM 2013 (%) DM 2014 (%) DM 2015 (%) DM 2016 (%) DM 2017 (%) DM 2018 (%) Δ2018-17
Olea europaea 32 25,7 ± 9,3 22,1 ± 6,7 21,9±3,3 32,4±5,3 29,7±5,5 21,6±3,7 -8,1
Quercus suber 200 37,5 ± 24,8 29,7 ± 3,2 31,0±3,1 32,7±2,9 32,9±3,2 26,1±2,7 -6,8
Arbutus unedo 8 21,0 ± 7,2 19,2 ± 3,9 25,0±3,6 30,0±3,7 32,1±3,6 27,5±4,1 -4,6
Quercus canariensis 24 20,5 ± 9,1 21,7 ±14,3 22,0±8,3 31,8±5,6 34,3±6,9 28,1±7,2 -6,2
Coníferas
Frondosas 264 34,5 ± 23,1 28,0 ± 21,3 29,0±2,6 32,5±2,4 33,2±2,7 25,8±2,2 -7,4
TOTAL 264 34,5 ± 23,1 28,0 ± 21,3 29,0±2,6 32,5±2,4 33,2±2,7 25,8±2,2 -7,4
C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 235 #
6.1.2. Decoloración media. Decoloración según clases.
El nivel de decoloración global para el Centro de La
Almoraima es bajo (0,32), incluido en la clase 0
(decoloración nula) y significativamente inferior (-0,41)
al valor de la pasada campaña (0,73). Todas las especies
muestreadas se encuentran dentro de esta clase y
mejoran respecto a la pasada revisión. En 2018 los
valores medios comparativamente más altos se
corresponden con las quercíneas, presentando el quejigo
cierta tendencia a la clorosis ligera (0,46).
De la distribución general de decoloración por
clases, se extrae que un porcentaje aceptable (78,8%) de
la muestra no presenta ninguna alteración cromática
mejorando sustancialmente respecto a 2017 (+30,3%).
Actualmente, la mayor parte de los pies decolorados
presentan una alteración clorótica ligera (CL 1: 15,9%).
Todos los taxones representados presentan algún
caso de clorosis foliar, como mínimo (caso de acebuche
y alcornoque) un 19% de su muestra, y como máximo un
37,5% para el quejigo.
Destaca Q. suber por ser la única especie con
clorosis grave (CL 3) y mortalidad, mientras que Q.
canariensis presenta la mayor cantidad de ejemplares en
clase 1.
6.2. Defoliación según los tipos de daños identificados
En la tabla siguiente se relacionan los agentes
consignados y su grado de incidencia en la muestra y la
defoliación. El número total de agentes nocivos
observados en los pies dañados (defoliación>25%)
asciende a 231, con una importante reducción respecto a
2017 (-53%) acorde con el mejor estado de la vegetación
en seguimiento. Por otra parte, del total de daños
registrados, apreciamos que la mayoría de estos se hallan
causado defoliaciones moderadas (CL2-1+CL2-2: 68%),
siendo más escasos los causantes de daño grave (CL3:
20%) o muerte (CL4: 12%) del arbolado.
Centro de La Almoraima. Decoloración media (0 a 4) ± ES (95%) / especie.
Especie PIES Dec. Media (0 a 4)
2013 2014 2015 2016 2017 2018 Δ2018-17
Olea europaea 32 0,1 ± 0,11 0,2 ± 0,14 0,2 ± 0,14 0,9± 0,19 0,67±0,17 0,19±0,1 -0,48
Quercus suber 200 0,6 ± 0,15 0,4 ± 0,14 0,5 ± 0,14 0,7± 0,12 0,71±0,15 0,33±0,1 -0,38
Arbutus unedo 8 0,4 ± 0,48 0,0 0,2 ± 0,33 0,7± 0,36 0,43±0,40 0,25±0,3 -0,18
Quercus canariensis 24 0,0± 0,00 0,2 ± 0,17 0,5 ± 0,38 0,9± 0,22 0,74±0,18 0,46±0,3 -0,28
Coníferas
Frondosas 264 0,5 ± 0,12 0,3 ± 0,11 0,4 ± 0,11 0,7± 0,10 0,73±0,12 0,32±0,1 -0,41
TOTAL 264 0,5 ± 0,12 0,3 ± 0,11 0,4 ± 0,11 0,7± 0,10 0,73±0,12 0,32±0,1 -0,41
Centro de La Almoraima. Decoloración/especie por clases (%) 2018.
Especie PIES Clase 0 Clase 1 Clase 2 Clase 3 Clase 4
NULA LIGERA MODERADA GRAVE SECO
Olea europaea 32 81,3 18,8 0,0 0,0 0,0
Quercus suber 200 80,5 13,5 2,0 1,0 3,0
Arbutus unedo 8 75,0 25,0 0,0 0,0 0,0
Quercus canariensis 24 62,5 29,2 8,3 0,0 0,0
Coníferas
Frondosas 264 78,8 15,9 2,3 0,8 2,3
TOTAL 264 78,8 15,9 2,3 0,8 2,3
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 236 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
A la vista de la abundancia general de los daños
reseñados, predomina la acción de los abióticos (39%, -
10% respecto a 2017) relacionados con anomalías
meteorológicas (sequía y calor) y deficiencias
estacionales. El grupo donde se encuadran los daños
inespecíficos resulta el segundo en abundancia (22%,
+12%), e incluye sobre todo las situaciones de
decaimiento y senectud. Con menor representación y
relativamente estables se encuentran las actuaciones
humanas (16%), básicamente problemas derivados de
las operaciones de descorche, los insectos perforadores
(13%); y hongos (10%), en forma de pudriciones o
diferentes micosis foliares.
La sequía y el calor inciden sobre todas las especies
muestreadas, como mínimo en una horquilla del 18-30%
(caso de acebuche alcornoque y quejigo) pero pudiendo
llegar hasta un 50% en la pequeña muestra de madroño.
El acebuche presenta una incidencia también
apreciable de pudriciones (9%), perforadores (6%) y
Especie Pies
Agente
Incidencia Gravedad Abundancia Defoliación (clase)%
Cód. Agente Cantidad Inc (%) Gdefm% % 2,1 2,2 3 4
Arbutus unedo 8
4 22,5
301 Pest. Maculans 1 12,5 35,0 0,4 100,0 0,0 0,0 0,0
301 Sept. Unedonis 1 12,5 35,0 0,4 100,0 0,0 0,0 0,0
422 Sequia 4 50,0 32,5 1,7 100,0 0,0 0,0 0,0
426 Calor 2 25,0 32,5 0,9 100,0 0,0 0,0 0,0
433 Defi. Estación 2 25,0 32,5 0,9 100,0 0,0 0,0 0,0
Olea europaea 32
25 17,0
220 Perforador 2 6,3 40,0 0,9 50,0 50,0 0,0 0,0
304 Pudrición 3 9,4 43,3 1,3 33,3 66,7 0,0 0,0
422 Sequia 6 18,8 39,2 2,6 66,7 33,3 0,0 0,0
550 Daño mecánico 1 3,1 50,0 0,4 0,0 100,0 0,0 0,0
81003 Trepadoras 4 12,5 35,0 1,7 75,0 25,0 0,0 0,0
Quercus
canariensis 24
17 17,9
220 Coro. Florentinus 1 4,2 40,0 0,4 100,0 0,0 0,0 0,0
220 Perforador 4 16,7 57,5 1,7 0,0 50,0 50,0 0,0
307 Micr. alphitoides 1 4,2 65,0 0,4 0,0 0,0 100,0 0,0
422 Sequia 7 29,2 52,9 3,0 28,6 28,6 42,9 0,0
431 Viento 1 4,2 65,0 0,4 0,0 0,0 100,0 0,0
890 Decaimiento 6 25,0 55,8 2,6 16,7 33,3 50,0 0,0
Quercus suber 200
151 17,7
220 Cerambyx sp 15 7,5 61,0 6,5 33,3 20,0 26,7 20,0
220 Plat. Cylindrus 7 3,5 87,1 3,0 14,3 0,0 42,9 42,9
303 Bisc. Mediterranea 6 3,0 81,7 2,6 0,0 33,3 16,7 50,0
304 Pudrición 12 6,0 55,4 5,2 41,7 25,0 16,7 16,7
422 Sequia 44 22,0 49,8 19,0 52,3 22,7 15,9 9,1
426 Calor 14 7,0 51,1 6,1 50,0 14,3 35,7 0,0
431 Viento 2 1,0 100,0 0,9 0,0 0,0 0,0 100,0
433 Defi. Estación 8 4,0 49,4 3,5 50,0 37,5 0,0 12,5
540 Daño raíz 2 1,0 82,5 0,9 0,0 0,0 50,0 50,0
541 Cortado 1 0,5 100,0 0,4 0,0 0,0 0,0 100,0
544 Descorche 28 14,0 51,1 12,1 46,4 25,0 21,4 7,1
544 Exudado 1 0,5 65,0 0,4 0,0 0,0 100,0 0,0
544 Herida 4 2,0 52,5 1,7 0,0 75,0 25,0 0,0
890 Decaimiento 25 12,5 52,6 10,8 44,0 32,0 8,0 16,0
890 Exudado 14 7,0 53,2 6,1 50,0 21,4 21,4 7,1
890 Viejo 2 1,0 37,5 0,9 50,0 50,0 0,0 0,0
TODO 428
DAÑOS 231 43,3 25,1 19,9 11,7
PIES SIN DAÑOS 197 74,6%
PIES CON DAÑOS 67 25,4%
Pies: cantidad total de árboles por especie/Centro; Cantidad: cantidad de anotaciones de agentes/especie; Incidencia (%): cantidad de árboles/especie dañados por un agente
en relación con la cantidad total de árboles/especie; Gravedad (%): defoliación media (Gdefm) de los árboles/especie que presentan determinado agente; Abundancia (%):
cantidad de agentes en relación con la suma total de estos; Defoliación (clases) %: número de árboles/especie, en cada clase de defoliación, en porcentaje, dañados por
determinado agente. Fuente: infoparq.
C e n t r o L a A l m o r a i m a
ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 237 #
trepadoras (12%), si bien estos agentes tan solo son
capaces de causar defoliaciones moderadas, nunca
graves o mortalidad.
Sobre alcornoque, a parte de los ya comentados
abióticos, se encuentra una considerable incidencia de
daños derivados de las operaciones de descorche (22%),
siendo también importantes las situaciones inespecíficas
de decaimiento (12%), además de los perforadores
típicos asociados al proceso de deterioro (Cerambyx sp.
y P. cylindrus: 11%). El conjunto de hongos encontrados
en los alcornoques afecta al 9% de la muestra,
resaltándose las pudriciones del tronco.
Prácticamente todos los agentes registrados se
encuentran implicados en los casos detectados de
mortalidad de alcornoque, estando completamente
involucrados tanto las roturas por viento como el apeo
de ejemplares. También presentan una relevante
responsabilidad en la aparición de alcornoques secos los
perforadores P. cylindrus y el hongo B. mediterranea.
Para quejigo, además de la sequía (29%), se reseña
con bastante frecuencia deterioro por decaimiento (25%)
y la acción de perforadores (11%). En términos de
virulencia, las pérdidas foliares más intensas son
causadas con mayor frecuencia por las roturas por viento
y el oídio (efecto transitorio en principio sin
consecuencias graves en el último caso). No en pocas
ocasiones la sequía, perforadores y el decaimiento
causan problemas graves (CL 3).
7. Agentes nocivos documentados en el Centro
- Quercus suber:
- Sequía
- Temperaturas altas
- Descorche
- Descortezado
- Exudados inespecíficos
- Cerambyx sp.
- Platypus cylindrus
- Heridas
- Pudriciones
- Armillaria sp.
- Fuscoporia torulosa
- Coroebus florentinus
- Coroebus undatus
- Biscogniauxia mediterranea
- Competencia
- Aves
- Defoliadores
- Phytophthora cinnamomi
- Botryosphaeria stevensii
- Lymantria dispar
- Desecación
- Oquedades
- Agrilus sp.
- Majadeo
- Nitrificación
- Quercus canariensis:
- Sequía
- Temperaturas altas
- Competencia
- Viento
- Exudados inespecíficos
- Cerambyx sp.
- Coroebus florentinus
- Perforadores Cerambycidae
- Trabutia quercina
- Arbutus unedo:
- Estrés hídrico
- Septoria unedonis
- Exudados
- Olea europaea:
- Sequía y temperaturas altas
- Perforador
- Podas
- Pudrición
- Trepadoras
- Pinus pinea:
- Sequía
- Temperaturas altas
- Viento
- Thaumetopoea pityocampa
- Suelos superficiales
- Tomicus destruens
O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s
# 238 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec
- Pinus nigra:
- Sequía
- Temperaturas altas
- Tomicus destruens
- Erica arborea:
- Estrés hídrico
- Hormiscium ericae
- Cochinillas
- Daphne gnidium:
- Lobesia sp.
- Alnus glutinosa:
- Sequía
- Temperaturas altas
Índice
1. Introducción ................................................................. 213
2. Resumen de la visita ..................................................... 214
3. Estado fitosanitario actual ............................................ 215
3.0. Información meteorológica ........................................ 215
3.1. Quercus suber ........................................................... 217
3.1.1. Evolución de la mortalidad y situación actual. ........ 217
3.1.2. Evolución de la tasa de mortalidad en los puntos de
seguimiento ...................................................................... 223
3.1.3. Decaimiento ........................................................... 225
3.1.4. Agentes nocivos ..................................................... 225
3.2. Quercus canariensis Wild. ........................................ 227
3.3. Arbutus unedo L. ....................................................... 229
3.4. Otras especies: ........................................................... 230
4. Recomendaciones ......................................................... 231
4.1. Decaimiento de Quercus suber: ................................. 231
4.1.1. Seguimiento del estado sanitario: ........................... 231
4.1.2. Cerambyx sp.: ......................................................... 231
4.1.3. Platypus cylindrus: ................................................. 231
4.1.4. Descorche: .............................................................. 231
4.1.5. P. cinnamomi y otros patógenos radicales: ............. 231
4.2. Perforadores escolítidos en pinares aclarados ............ 232
4.3. Fuego bacteriano ....................................................... 232
5. Referencias ................................................................... 232
6. Parámetros de referencia .............................................. 233
6.1. Defoliación y decoloración por especie ..................... 233
6.1.1. Defoliación media. Defoliación según clases. ......... 233
6.1.2. Decoloración media. Decoloración según clases. .... 235
6.2. Defoliación según los tipos de daños identificados .... 235
7. Agentes nocivos documentados en el Centro ................ 237