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C e n t r o L a A l m o r a i m a ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 213 # Revisión del estado fitosanitario de las masas forestales de los Parques Nacionales y Centros Centro La Almoraima 2018 Iván Reina Belinchón (ArbTec) 1. Introducción La revisión del estado fitosanitario de las masas arbóreas y arbustivas del Centro de La Almoraima, correspondiente a 2018, se ha llevado a cabo durante los días comprendidos entre el 15 y 19 de octubre gracias a la colaboración y el apoyo de la Dirección, personal técnico y guardería de este espacio. En los alcornocales, se procedió a la localización, identificación y valoración de los daños, tanto bióticos como abióticos, que pudieran estar padeciendo los mismos, haciendo énfasis en los casos de decaimiento general, así como en la revisión de los once puntos de muestreo de la Red de Seguimiento de Daños instalados en este Centro desde 1989. Debido a inclemencias meteorológicas, no fue posible revisar el cuadrante NO del Centro ni el punto de seguimiento ALM01. Por el mismo motivo algunas zonas fueron revisadas a pie, dada la intransitabilidad de determinados caminos. Se realizaron numerosos itinerarios recorriendo las diferentes zonas de este paraje natural, observando el estado de las especies vegetales para localizar, identificar y valorar los daños que presentaban. De esta manera, se reseñaron todas aquellas áreas afectadas por los agentes que habitualmente nos ocupan, tratando además de hallar posibles nuevas patologías, tanto de origen biótico como abiótico, que pudieran estar padeciendo las diferentes masas. De los enclaves dañados en el pasado, se procedió a la visita de aquellos que se consideraron oportunos, bien por la envergadura y relevancia de los daños o bien por tener simplemente constancia de la evolución de su estado. Parcela de seguimiento.

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 213 #

Revisión del estado fitosanitario de las masas forestales de los Parques Nacionales y Centros

Centro La Almoraima

2018

Iván Reina Belinchón (ArbTec)

1. Introducción

La revisión del estado fitosanitario de las masas

arbóreas y arbustivas del Centro de La Almoraima,

correspondiente a 2018, se ha llevado a cabo durante los

días comprendidos entre el 15 y 19 de octubre gracias a

la colaboración y el apoyo de la Dirección, personal

técnico y guardería de este espacio. En los alcornocales,

se procedió a la localización, identificación y valoración

de los daños, tanto bióticos como abióticos, que pudieran

estar padeciendo los mismos, haciendo énfasis en los

casos de decaimiento general, así como en la revisión de

los once puntos de muestreo de la Red de Seguimiento

de Daños instalados en este Centro desde 1989.

Debido a inclemencias meteorológicas, no fue

posible revisar el cuadrante NO del Centro ni el punto de

seguimiento ALM01. Por el mismo motivo algunas

zonas fueron revisadas a pie, dada la intransitabilidad de

determinados caminos.

Se realizaron numerosos itinerarios recorriendo las

diferentes zonas de este paraje natural, observando el

estado de las especies vegetales para localizar,

identificar y valorar los daños que presentaban. De esta

manera, se reseñaron todas aquellas áreas afectadas por

los agentes que habitualmente nos ocupan, tratando

además de hallar posibles nuevas patologías, tanto de

origen biótico como abiótico, que pudieran estar

padeciendo las diferentes masas. De los enclaves

dañados en el pasado, se procedió a la visita de aquellos

que se consideraron oportunos, bien por la envergadura

y relevancia de los daños o bien por tener simplemente

constancia de la evolución de su estado.

Parcela de seguimiento.

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O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 214 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

2. Resumen de la visita

En los datos meteorológicos disponibles se observa

para el presente año hidrológico (oct 2017-sept 2018)

una precipitación total aceptable que asciende a 943 mm.

El dato es algo peor que el del período anterior (2016-

17), reduciéndose en casi 200 mm., aunque es similar a

los valores “normales” obtenidos para el periodo de

referencia 1996-2011.

Respecto a este período (1996-2011) se destaca la

irregularidad de la pluviometría, con un otoño,

primavera y verano deficitarios, mientras que el invierno

resulta en conjunto más húmedo de lo normal, aunque la

lluvia se encuentra muy concentrada en marzo: 537 mm.

Al igual que ocurrió durante el pasado año, entre mayo

y septiembre apenas cayeron 8 mm.

Por su parte, la tendencia al aumento de las

temperaturas observada al menos desde 2012 se suaviza

en esta ocasión, con un valor medio anual de 17 ºC que

resulta 0,4 ºC menor que el obtenido en 2016-2017. A

pesar de lo anterior, el verano actual ha resultado de

media el más cálido desde al menos 2012, hecho que

junto con la ausencia de precipitación referida, parece

indicar que el periodo estival tiende a alargarse cada vez

más.

En cuanto al estado de la vegetación en relación con

la meteorología, a pesar de que el régimen termohídrico

no ha sido especialmente favorable, se ha constatado en

las especies prospectadas sobre todo aquellas en

ubicaciones más favorables y/o no sometida a los

procesos de decaimiento típicos, cierta mejoría en cuanto

a la manifestación de los síntomas ligeros clásicamente

relacionados con la sequía, como son la pérdida foliar

anticipada, clorosis, abarquillamiento etc.

No obstante, se considera que en el Centro subsiste

un problema de fondo íntimamente ligado a una

desviación del clima local, que por sí mismo o en

combinación de otros factores bióticos derivan en un

decaimiento que inicialmente tiene como diana al

alcornoque pero que en los últimos años parecía haber

alcanzado del mismo modo al quejigo.

Nos encontramos ante masas de Q. suber cada vez

más claras, rasas incluso, y más fragmentadas,

refugiadas en vaguadas y umbrías, lo que incide en un

riesgo cierto de desaparición del bosque de alcornoque

en muchas zonas. La falta de regenerado y la implicación

de agentes nocivos oportunistas (perforadores y

patógenos), en el marco de un período de anomalías

meteorológicas, hace difícil pensar en la recuperación

natural de las ubicaciones más deficientes.

En el seguimiento normalizado del alcornocal por

rodales en cuanto a su mortalidad anual en 2018 se ha

observado una situación de cierta mejoría respecto al año

anterior, aunque el contexto general sigue resultando

grave. Por un lado, disminuyen significativamente las

áreas con un índice de concentración de mortalidad

abundante o muy abundante en beneficio de aquellas con

tasas nulas o escasas, mientras que, no obstante, se

mantiene una mortalidad de carácter frecuente (13-50

pies/100 ha) en un relevante 40% (1.507 ha) de la

superficie revisada. Se estima que los descensos en la

mortalidad de los últimos años se deben, más que a

eventuales mejoras del régimen de lluvias, sobre todo al

importante desarbolamiento de muchas zonas en

revisión, donde ya apenas queda alcornocal donde

contabilizar bajas. De esta manera, en 2018 el 54,2% de

la superficie revisada se encuentra moderada o

gravemente desarbolada.

Atendiendo a la superficie total observada en 2018

(5.064 ha), las dehesas en peor estado, en relación con la

tasa de mortalidad, siguen siendo las de la mitad

occidental y meridional de La Almoraima, mientras que

en la parte oriental y extremo Noroeste se encuentran

daños más raros o escasos.

La colonización de Cerambyx sp. se estima extensa

como se desprende del inventario de signos y síntomas

que se lleva a cabo normalizadamente en los puntos de

control. Así se concluye que todos los sitios de muestreo

presentan signos derivados de la actividad de Cerambyx.

En 2018, se ha encontrado colonizada por este artrópodo

el 13% de la muestra general de alcornoque en los puntos

de control. En los sitios con mayor infestación puede

afectar al 40% de la muestra.

Respecto a quejigo, en 2018 su situación general se

juzga más favorable, sin advertirse soflamados súbitos y

con una buena foliación general, si bien los restos de

daños pasados (puntisecados y mortalidad) son a veces

frecuentes en las áreas visitadas, afectadas desde 2014

por un proceso de deterioro en principio relacionado con

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 215 #

situaciones de estrés termohídrico que no en pocas

ocasiones derivó en la muerte aparente de los pies

afectados, con una importante participación oportunista

de perforadores (Cerambyx y Platypus) que a día de hoy

continua en sitios concretos.

El estado sanitario del madroño en el Centro sigue

siendo desfavorable en bastantes zonas, típicamente con

deficiencia estacional, a causa del deterioro acumulado

causado por los reiterados episodios secos, sin apenas

mejoría, resultando frecuente la observación de pies con

elevada cantidad copa muerta y ausencia patente de hoja

de años anteriores. No en pocas ocasiones se advierte un

rastro de pies secos previos.

En 2018, el nivel de defoliación media (DM) para el

Centro de La Almoraima se sitúa en 25,8%, valor

adscrito a la clase 2-1 de daños (arbolado dañado, con

defoliación moderada-baja entre el 25 y el 40%),

significativamente mejor que el correspondiente a la

campaña previa (-7,4%). Observando la serie de

defoliaciones (1992-2017), el valor actual se localiza

aproximadamente en la media y supone una

recuperación a partir de los máximos que se venían

dando últimamente, y que, junto al dato de 1995, siempre

han coincidido con épocas de rigor ambiental.

En cuanto a la distribución de la defoliación por

clases, el número de árboles dañados (def. >25%)

actualmente asciende a un considerable 23%, si bien

presenta una importante y significativa reducción del

14% respecto a 2017. Respecto a la media de referencia

(1992-2017) el volumen actual de dañados se emplaza

algo por encima (+3,1%) de esta, resultando bastante

mejor que el 35% del ciclo negativo 2012-2017.

El nivel de decoloración global para el Centro de La

Almoraima es bajo (0,32), incluido en la clase 0

(decoloración nula) y significativamente inferior (-0,4)

al valor de la pasada campaña (0,73). De la distribución

general de decoloración por clases, se extrae que un

porcentaje aceptable (78,8%) de la muestra no presenta

ninguna alteración cromática mejorando

sustancialmente respecto a 2017 (+30,3%).

3. Estado fitosanitario actual

3.0. Información meteorológica

En los datos meteorológicos disponibles (La

Almoraima y SIAR Jimena de la Frontera) se observa

una precipitación total aceptable para la zona que

asciende a 943 mm. para el presente año hidrológico (oct

2017-sept 2018). El dato es algo peor que el del período

anterior (2016-17), con 1.137 mm, reduciéndose en casi

200 mm., aunque es similar a los valores “normales”

conocidos de la etapa 1996-2011 (Fuente: La

Almoraima): 988 mm.

Respecto a este período de referencia (1996-2011)

las actuales precipitaciones de otoño, primavera y verano

han resultado deficitarias, especialmente el otoño, con

200 mm menos de lo acostumbrado, mientras que el

Balances hídricos de 2011-12 y 2017-18

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O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 216 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

invierno resulta en conjunto más húmedo de lo normal,

aunque la lluvia se encuentra muy concentrada en marzo,

que con 537 mm. resultó excepcionalmente lluvioso,

mientras que enero y febrero fueron secos. Al igual que

ocurrió durante el pasado año, entre mayo y septiembre

(150 días) apenas cayeron 8 mm. Esta ausencia de lluvias

que se alarga hasta el fin del verano viene siendo habitual

en los últimos tiempos, mientras que en el periodo de

referencia resultaba común recoger unos 40 mm. en

septiembre.

Calculado el déficit climático (P-ETP) en el período

hidrológico actual este resulta positivo en su conjunto

(+83 mm), constatándose importantes carencias en el

mes de octubre y desde mayo a septiembre que suman

465 mm. Hubo, por tanto, importantes excedentes desde

noviembre a abril, siendo muy elevados en marzo.

Por su parte, la tendencia al aumento de las

temperaturas, observada al menos desde 2012, se relaja

en esta ocasión con un valor medio anual de 17ºC que

resulta 0,4ºC menor que el obtenido en 2016-2017.

Nótese que en años precedentes eran más frecuentes los

valores en torno a 16,6 ºC. En el caso de las máximas, en

2018 ascendieron a 37,7 ºC, alejándose de los 40 ºC o

más de años previos. A pesar de lo anterior, el verano

actual ha resultado de media el más cálido desde al

menos 2012, hecho que junto la ausencia de

precipitación en septiembre refuerza la idea expuesta en

anteriores informes sobre una mayor duración del estío.

La sequía fisiológica se estima en 180 días,

rebasando el umbral de distribución del alcornocal

(SARMIENTO et al, 2008), aunque es más favorable

que los 280 días del período 2013-14.

En 2018, una vez más, tomando los datos de la tabla

adjunta como referencia, en la que se reflejan distintos

parámetros climáticos que permiten determinar los

límites y umbrales superior e inferior de distribución del

alcornocal (SARMIENTO et al, 2008), se comprueba

que, en relación con los obtenidos en La Almoraima, se

sigue estando muy próximo o sobrepasando los límites

de casi todos ellos. En concreto, solo la lluvia de este

otoño (PO) y primavera (PP) parece la aconsejable,

mientras que el resto de los registros pluviométricos

incumplen los requerimientos. En relación con la

temperatura, todos los valores de este período

hidrológico continúan siendo desfavorables:

temperatura media (TM), temperatura máxima (TMAX),

temperatura mínima (TMIN) y la oscilación térmica

(OSC) (excesivamente alta). Del mismo modo, la

duración de la sequía (DSQ: 6 meses) excede de los

valores óptimos en las áreas potenciales del alcornoque.

Finalmente, en cuanto al estado de la vegetación en

relación con la meteorología, a pesar de que el régimen

termo hídrico no ha sido especialmente favorable, se ha

constatado en las especies prospectadas, sobre todo

aquellas en ubicaciones más favorables y/o no sometidas

a los procesos de decaimiento típicos del área, cierta

mejoría en cuanto a la manifestación de síntomas

clásicamente relacionados con la sequía, como son la

pérdida foliar anticipada, clorosis, abarquillamiento etc.

PARÁMETRO

Límite

Inferior

LI

Umbral

Inferior

UI

MEDIA

Umbral

Superior

US

Límite

Superior

LS

La Almoraima

2017-18 2016-17 2015-16 2014-15 2013-14 2012-13 2011-12

PA 481 591,4 699,3 827 1240 943 1.137 644 628 571 1.426 537

PP 104 161 192,5 235,6 348 92 117 162 33 117 149 106

PV 28 33 39,3 47 60 0 4 2 0 37 20 97

PO 141 165 194,3 231 350 210 753 296 362 132 537 267

PI 189 229 273,2 321,2 485 641 263 184 233 285 720 67

TM 13 15,1 16 16,6 17,6 17,0 17,4 16,7 16,7 16,6 15,9 16,3

TMAX 30 33 34,4 36,3 38,2 37,7 42,3 40,7 40,4 32,4 31,1 35,5

TMIN 1 2 2,9 3,8 4,6 -1,5 -0,7 -1,8 -2,0 5,8 3,4 0,5

OSC 29 29,8 31,5 33,4 34,5 39,2 43,0 42,5 42,4 26,6 27,7 35,0

DSQ 2,7 3,2 3,7 4,1 5,5 6 5 5 6 7 4 7

Tabla 2. Áreas potenciales de Quercus suber L. en Extremadura. Comparación con la distribución actual e histórica de la especie. PA: Precipitación Anual. PP:

precipitación primavera. PV: precipitación verano. PO: precipitación otoño. PI: precipitación invierno. TM: temperatura media anual. TMAX: Temperatura máxima. TMIN:

temperatura mínima. OSC: oscilación térmica. DSQ: duración de la sequía. Fuente: Salmerón et al, 2008. La Almoraima: datos pluviométricos de La Almoraima y SIAR

Jimena de la Frontera. Elaboración propia.

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 217 #

3.1. Quercus suber

3.1.1. Evolución de la mortalidad general y situación

actual.

Con objeto de mejorar el seguimiento normalizado

del alcornocal, en cuanto a su mortalidad anual ―que,

sin embargo, se ha venido contabilizando desde 1989 y

zonificando desde 2006―, en 2012 se delimitaron

rodales de acuerdo con el comportamiento de las masas

en relación con este indicador, utilizándose

preferentemente las variables de orientación principal y

pendiente. Anualmente se revisa el mayor número

posible de estos polígonos, con algunas diferencias

interanuales en función de la operatividad de los accesos,

y existe una superficie base común de seguimiento cuya

revisión es continua y anual. En 2018, a causa de la

climatología adversa esta superficie común revisada se

ha reducido aproximadamente en un 10% ante la

imposibilidad de acceso a determinadas zonas.

En cada rodal, anualmente se contabiliza el número

de pies secos recientes (muerte súbita) o de los

aparentemente secos y, además, se le asigna una clase de

cobertura arbórea actual de acuerdo con las categorías de

la tabla correspondiente. Se denomina mortalidad

aparente, debido a que se ha comprobado que un

determinado número de Quercus marchitos

(perennifolias: Q. ilex y Q. suber), puede volver a brotar

parcialmente al año siguiente, aunque normalmente tiene

un corto recorrido, claudicando posteriormente, al

repetirse o no las condiciones de sequía.

Para el manejo comparativo de los resultados, en

función de la superficie de cada rodal, se analizan los

indicadores de Concentración y Gravedad de la

mortalidad. Respecto a la Concentración, con el objeto

de hacer más manejables los resultados, se ha calculado

la tasa de mortalidad por cada 100 ha y se ha agrupado

según la escala de la tabla correspondiente.

Para definir la Gravedad de la mortalidad, se ha

tenido en cuenta la cobertura arborea de cada rodal,

estimándose que aquella será tanto mayor cuanto menor

sea esta. Es decir que, para un mismo número de árboles

secos, se considerará más grave esta mortalidad en sitios

desarbolados que en rodales densos.

En 2018, de acuerdo con la revisión fitosanitaria de

estos rodales comunes en seguimiento, se ha observado

una situación de cierta mejoría respecto al año anterior,

aunque el contexto general sigue resultando grave. Por

un lado, siguen disminuyendo significativamente las

áreas con un índice de concentración de mortalidad

abundante o muy abundante en beneficio de aquellas con

tasas nulas o escasas, mientras que, no obstante, se

mantiene una mortalidad de carácter frecuente (13-50

pies/100 ha) en un relevante 40% (1.507 ha) de la

superficie revisada en 2018. Respecto a la gravedad, por

el contrario, la mejora se aprecia en todas las categorías,

disminuyendo la superficie con daños de carácter

moderado, grave y muy grave, mientras que aumentan

significativamente los rodales en aparente mejor estado

hasta el 97% (3.696 ha). La superficie grave o muy grave

suma actualmente un 3% (60 ha) de la muestra, cuando

ha llegado a registrarse hasta un 24% (2015).

Respecto a la concentración de la mortalidad, de

2012 a 2016 la superficie de rodales comunes con

mortalidad nula o rara (0-4 p/100 ha) fue disminuyendo

de forma continua desde el 43% (2.059 ha) hasta el 9%

(382 ha). Consecuentemente, en sentido contrario, las

Clase Cobertura arbórea de rodales

Pies/ha Cobertura

Clase 1 75 Denso

Clase 2 38 Poco denso

Clase 3 19 Apreciablemente Desarbolado

Clase 4 8 Desarbolado

Cobertura arbórea media de Q. suber, teniendo en cuenta un diámetro medio de

41,7 cm (media de la muestra de la especie en los puntos de seguimiento de la

Red de Daños) y un área basimétrica de 10 ��/ℎ� (masa densa = normal).

Grado Mortalidad IG (Gravedad)

Índice de Gravedad Gravedad

Grado 0 0 - 0,5 Nula/Escasa

Grado 1 0,6 – 2,5 Ligera

Grado 2 2,6 – 5,0 Moderada

Grado 3 5,1 – 10,0 Grave

Grado 4 >10,0 Muy grave

Clasificación del índice de gravedad de la mortalidad

� � �� ����� � 100 ��� � ���� ���⁄

Grado Mortalidad (Concentración)

Pies/100 ha Concentración

Grado 0 0-4 Nula/Rara

Grado 1 5-12 Escasa

Grado 2 13-50 Frecuente

Grado 3 51-100 Abundante

Grado 4 >100 Muy Abundante

Clasificación de la tasa de mortalidad / 100 hectáreas

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O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 218 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

zonas con una tasa de pies secos frecuente (13-50

p/100 ha), se vieron incrementadas muy

importantemente hasta llegar a ser la categoría más

representada, observándose un máximo del 53% (2.516

ha) en 2015.

Se concluye que la mejora observada en 2018 no es

suficiente, ya que la clase de mortalidad frecuente (13-

50 p/100 ha) se mantiene en niveles elevados, sumando

el 40% (1.507 ha) de la superficie revisada. Además, se

estima que los descensos en los últimos años en las

superficies con mortalidad elevada se deben, más que a

eventuales mejoras del régimen de lluvias, sobre todo al

importante desarbolamiento de muchas zonas en

revisión, donde ya apenas queda alcornocal donde

contabilizar bajas. De esta manera, en 2018 el 54,2% de

la superficie revisada esta moderada o gravemente

desarbolada.

Nos encontramos ante masas de Q. suber cada vez

más claras, rasas incluso, y más fragmentadas,

refugiadas en vaguadas, umbrías y, en los rodales con

mayor predisposición, en su parte alta abandonando las

cotas medias y bajas, lo que incide en un riesgo cierto de

Mortalidad (Q. suber) Concentración (C) de mortalidad y Superficie común (ha)

Año Pies secos Secos/100ha Nula/Rara Escasa Frecuente Abundante Muy abundante total P (mm)

2012 1359 28,8 2058,8 (44%) 652,5 (14%) 885,9 (19%) 786,6 (17%) 338,4 (7%) 4722,2 537

2013 592 12,5 1830,4 (39%) 1143,6 (24%) 1615,6 (34%) 89,3 (2%) 43,4 (1%) 4722,2 1426

2014 1226 26,0 1419,8 (30%) 654,1 (14%) 2043,4 (43%) 421,4 (9%) 183,5 (4%) 4722,2 571

2015 2128 45,1 417,1 (9%) 431,6 (9%) 2516,1 (53%) 770,6 (16%) 586,8 (12%) 4722,2 628

2016 1754 41,2 381,6 (9%) 716,2 (17%) 1932,0 (45%) 887,3 (21%) 337,5 (8%) 4254,6 644

2017 1053 25,0 721,5 (17%) 812,7 (19%) 2067,1 (49%) 471,8 (11%) 136,4 (3%) 4209,6 1137

2018 541 14,2 1134,1 (30%) 1113,9 (29%) 1507,1 (40%) 34,8 (1%) 25,3 (1%) 3815,1 943

Superficie (ha) de rodales comunes por Concentración (C) de mortalidad. Pies secos: nº total de alcornoques secos contabilizados; Secos/100ha: nº medio de alcornoques

secos/100 ha en el conjunto de rodales; P: precipitación anual en mm.

Mortalidad (Q. suber) Gravedad (IG) de la mortalidad y Superficie común (ha)

Año Pies secos Gravedad media (%) Nula/Escasa Ligera Moderada Grave Muy grave total P(mm)

2012 1359 537

2013 592 1426

2014 1226 1,5 2204,7 (47%) 1713,7 (36%) 556,0 (12%) 109,7 (2%) 138,0 (3%) 4722,2 571

2015 2128 3,9 1031,2 (22%) 1764,4 (37%) 821,0 (17%) 695,8 (15%) 409,8 (9%) 4722,2 628

2016 1754 2,1 1510,4 (36%) 1354,4 (32%) 1013,9 (24%) 292,0 (7%) 83,9 (2%) 4254,6 644

2017 1053 1,5 1711,2 (41%) 1448,6 (37%) 813,4 (19%) 101,6 (2%) 34,8 (1%) 4209,6 1137

2018 541 0,8 1903,2 (50%) 1793,3 (47%) 58,6 (2%) 60,1 (2%) 0 (0%) 3815,1 943

Superficie (ha) de rodales comunes por Gravedad de la mortalidad. Pies secos: nº total de alcornoques secos contabilizados; Gravedad media: media ponderada de la

gravedad/rodal en el conjunto de la superficie común; P: precipitación anual en mm.

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 219 #

desaparición del bosque de alcornoque en muchas zonas.

La falta de regenerado y la implicación de agentes

nocivos oportunistas (perforadores y patógenos) en un

marco de anomalías meteorológicas hace difícil pensar

en la recuperación natural de las ubicaciones más

deficientes.

Atendiendo a la superficie total observada en 2018

(5.064 ha Vs. 7.103 en 2017), las dehesas en peor estado,

en relación con la tasa de mortalidad/100 ha

(Concentración), siguen siendo las de la mitad occidental

y meridional de La Almoraima (Corchadillo,

Bujeogordo, Cotilla, Juan de Sevilla, Navahermosa y

La Boyal), mientras que en la parte oriental (Chirina,

Olivar y Espadañal Alto) se encuentran daños de este

tipo más raros o escasos.

Debido a los problemas de accesibilidad

comentados, la dehesa de Hoyuelos Altos no pudo ser

revisada, mientras que Hoyuelos Bajos y

Navamatreras se han observado parcialmente. Los

antecedentes de los que se dispone indican que Hoyuelos

Altos se encuentra en un buen estado de conservación

hasta la fecha, mientras que en las otras dos dehesas los

casos de mortalidad han sido frecuentes. Por último,

Corchadillo, Chirina y Espadañal Alto presentan

alguna pequeña superficie sin revisar.

Dehesas en peor estado:

1. Corchadillo:

En Corchadillo los principales daños (mortalidad

abundante) se observan en la vertiente sureste del Cerro

del Cárabo-El Arrayán, mientras que en el resto de las

áreas han disminuido algo, con niveles de pies secos

generalmente de tipo moderado: Cerro del Coscojar

(ladera este), la vertiente sursureste del Cerro del

Republicano y las masas al sursuroeste del Bujeo de

Ariga. Las áreas detalladas tienen una orientación

marcadamente meridional. Fuera del seguimiento

normalizado, se comprueba el grave estado de la Loma

del mirador de las Cañas (orientación sureste).

En el caso concreto de la solana sobre suelo muy

somero y de elevada pendiente del Cerro del

Republicano, la mortalidad se mantiene a pesar de que

el área se encuentra ya prácticamente desarbolada a

causa de la continua desaparición de alcornoque,

habiéndose efectuado aquí cortas de saneamiento. El

arbolado vivo de cualquier edad se muestra en un estado

Page 8: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 220 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

normalmente deficiente, con puntisecados y exudados

frecuentes (compatibles con la actividad de oomicetos),

si bien con poca incidencia de los perforadores típicos.

Se recuerda que este declive se inicia significativamente

a consecuencia de la sequía de 2012, se magnifica a raíz

del descorche dos años después y actualmente no tiene

capacidad de recuperación alguna.

En el mejor estado, con casi ningún árbol seco

reciente, se observa sin cambios la umbría del Cerro del

Hatillo.

No obstante, respecto al índice de gravedad, que

combina mortalidad y densidad de la masa, la situación

general presenta una mejoría tan solo aparente, ya que

las áreas en seguimiento se presentan perceptiblemente

desarboladas, por lo que la tasa de mortalidad va siendo

consecuente y significativamente menor que en los años

anteriores y la gravedad de los daños se reduce. Con

gravedades moderadas hallamos el Cerro del Cárabo y

la orientación sursureste del Cerro del Republicano,

mientras que son ligeras y nulas en el resto de los

rodales.

2. Hoyuelos Bajos:

Las zonas que se han podido revisar de Hoyuelos

Bajos se corresponden con orientaciones más propicias

(noroeste): la Loma de La Molina y Collado del

Taraje apenas presentan mortalidad reciente o antigua,

y sus densidades son correctas.

No obstante, en pasadas visitas se han reseñado áreas

manifiestamente desarboladas con una cantidad

frecuente y recurrente de secos en la vertiente meridional

del Cerro de Los Monteses, en las lomas y laderas

noreste del Cerro de La Ovejera, altos del Puerto del

Rayo, sureste del Cerro del Helechar, y en varias zonas

de la Loma del Charco del inglés. Se estima que todas

estas zonas permanecerán en la actualidad en un estado

deficiente similar al descrito.

3. Navamatreras:

En Navamatreras, una dehesa tradicionalmente

dañada durante estos años de seguimiento, se pudo

observar el estado de su mitad oriental. En 2018, los

daños por muerte súbita más relevantes (graves) se

siguen produciendo en las orientaciones este del Cerro

de Berriche y más moderadamente en el Cerro del

Page 9: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 221 #

Moro, en ambos casos con desarbolamiento apreciable.

En el caso particular de la ladera este del Cerro de

Berriche, se tiene constancia de que el descorche

efectuado durante la sequía de 2012 intensificó

significativamente los daños, y actualmente la presencia

de secos nuevos es abundante e invariable, con

perforadores asociados de forma frecuente. De cualquier

manera, las copas de los vivos se presentan generalmente

más vestidas.

En cuanto a otras zonas, las solanas del Cerro del

Berriche, Cerro de La Palma y Cerro del Marco de

Pino presentan una cantidad escasa o nula de nuevos pies

muertos debido a la práctica desaparición del alcornocal

por la mortalidad paulatina. Todo esto influye en que la

gravedad calculada para los rodales observados en esta

dehesa sea en general escasa o ligera, a excepción de la

ladera este del Cerro de Berriche (grave y estable).

4. La Boyal:

En la Boyal se observa una situación bastante

estable, predominando las mortalidades de índole

frecuente en las laderas que vierten al pantano desde el

oeste, con una gravedad tan solo ligera e incluso escasa,

dada la poca densidad del alcornocal, que prácticamente

ha desaparecido refugiándose en vaguadas y sopie de las

lomas de El colmenar-El Alambique, Cerro del Aján,

este del cerro de Los Chochos y solana del Cerro de la

Palma. Existen casos concretos (Cerro del Cascajo) de

seca abundante, donde la mortalidad se considera grave

dada la escasa densidad y el pequeño tamaño del rodal.

El Bujeo Gordo (umbría) al otro lado del embalse,

presenta una densidad correcta aunque con bajas

frecuentes. Finalmente, en torno al Puerto de Juan

Alonso, la mortalidad es poco significativa, si bien la

densidad resulta escasa.

5. Juan de Sevilla:

La dehesa de Juan de Sevilla es otra área en gran

parte desarbolada a causa de los continuos daños, donde

solamente se aprecian correctas en este sentido las zonas

más favorables (umbrías) del Cerro de Los Cabezuelos

y Botijero. Prácticamente sin arbolado se encuentran ya

las solanas de la Loma de La Muda, La Hierbabuena

y zonas anejas.

La mortalidad se juzga abundante y grave en los

montes al norte de la Loma de La Muda, si bien

predominan las bajas de índole frecuente en las citadas

Page 10: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 222 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

solanas desarboladas, con un deterioro grave y frecuente

también en madroño.

En el sopié de Montecoche la situación del

alcornocal es aceptable, si bien se cita mortalidad

anterior con presencia extensa de Cerambyx sp., y

también sobre pudriciones, o incluso en ejemplares

aparentemente jóvenes en buen estado. Se advierten

daños habituales de descorches que derivan en

puntisecados, pudriciones y la comentada colonización

de perforadores.

6. Navahermosa:

Navahermosa sigue presentando una mortalidad

normalmente frecuente en general, salvo en la parte sur

de la dehesa: umbrías del Cerro de la Curtidora y

Puerto de la Cotilla (donde el alcornoque está muy

mezclado con otras especies), y la parte oriental del

Cerro Botijero.

La umbría de la Loma de Cantaraz, por su parte,

reduce su tasa de daños actual a causa de su

desarbolamiento y quizá por unas condiciones

termopluviométricas aparentemente más favorables,

presentando los pies vivos copas aceptablemente

vestidas y sin signos visibles de estrés. De cualquier

manera, son muy habituales las bajas previas y en la

actualidad son varios los ejemplares abatidos y rotos por

viento y Cerambyx sp., insecto con presencia

generalizada aprovechando heridas y pudriciones por

descorches anteriores, y posiblemente favorecido por la

aparente senectud del arbolado y las sequías reiteradas.

Continua el registro frecuente de alcornoques secos

de carácter reciente en Loma del Infierno sobre sustrato

deficiente (y problemas en el resto de vegetación

acompañanate) y la solana de la Loma de Cantaraz.

Respecto a los índices de gravedad, estos siguen

resultando bajos en los rodales referidos en mejor estado

(Curtidora, Cotilla, Botijero) que aún se conservan

relativamente densos de alcornoque, y también en el

resto de las zonas a causa del desarbolamiento de la

mayor parte de ellas.

7. Cotilla:

En Cotilla se tienen igualmente problemas graves de

desarbolamiento en multitud de zonas, coincidentes con

solanas o con vertientes algo más orientales,

reduciéndose las mortalidades en 2018 por este motivo.

A pesar de ello, resultan frecuentes en la solana del

Cerro de La Cotilla y en la situada al sur del Majadal

de Salinas, e incluso abundantes en torno a la solana de

la Cueva del Ahorcado. En línea con lo comentado, la

gravedad de la mortalidad se califica de escasa en

general, únicamente alcanzando niveles moderados en la

solana de la Cueva del Ahorcado. En algunas solanas

(Cerro de La Palma, Majadal de Salinas), además de

la importante desaparición del alcornoque, se refieren

daños similares en la vegetación arbustiva.

8. Bujeogordo:

En Bujeogordo el estado de desarbolamiento por

mortalidad es también un problema generalizado. En la

mitad sur de la dehesa se consigna mortalidad frecuente,

que se aminora al norte del Cerro Moreno, si bien la

presencia del alcornoque es aquí bastante escasa en favor

de otras especies. Por los motivos comentados, la

gravedad es bastante escasa en esta dehesa.

Cabe reseñar en la Loma del Carrascón la mejoría

de algunos elementos dañados en el pasado, incluso

apreciablemente deteriorados a partir del descorche de

2013 y posteriores episodios de estrés ambiental.

Dehesas en mejor estado:

Hoyuelos Altos no ha podido ser visitada, aunque

hasta el momento se trata de una dehesa en un estado

comparativamente mucho mejor que otras zonas del

Centro, con buenas densidades y problemas pasados

concretos en solanas del Cerro de La Palma y de la

Loma del Horcito del Inglés.

En la dehesa de Olivar, tradicionalmente poco

dañada con algunos alcornoques secos dispersos, se

siguen observando en 2018 algún deterioro concreto. Por

un lado, se mantiene la frecuente mortalidad en el Cerro

de la Moheda y solana del Cerro Malabrigo, y con

reducción en los daños aparece, con concentración actual

escasa, la solana del Cerro de Los Frailes. La gravedad

se considera reducida sobre masas bastante densas y

puntualmente ligera en solana del Cerro Malabrigo.

Cabe reseñar igualmente la aparición en las últimas

visitas de un “goteo” de alcornoques muertos sobre

sustratos someros o en vaguadas en las inmediaciones

del Castillo de Castellar.

Page 11: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 223 #

La dehesa de Espadañal Alto, con problemas de

alcance en el pasado en cuanto a mortalidad y

desarbolamiento en una reducida ladera meridional del

Puerto de Las Cruces en el entorno de Cañada Honda

(rodal no revisado en 2018), presenta en términos

generales masas correctamente densas, sin apenas secos

actuales o pasados y copas densas a pesar de la aparente

senectud del arbolado. La incidencia de Cerambyx sp. se

estima bastante frecuente en la zona, si bien causando

problemas tan solo aislados en forma de derribos y

roturas.

Finalmente, las áreas observadas en Chirina,

aceptablemente densas, presentan invariablemente

mortalidad nula o escasa.

3.1.2. Evolución de la tasa de mortalidad en los puntos

de seguimiento

Las tablas siguientes reflejan la mortalidad del

alcornocal en los puntos de seguimiento de la Red de

Daños del Centro de La Almoraima. Respecto a la

evolución de esta variable en los puntos de la Red, se

identifican distintos períodos:

- El período completo (1992-2018) donde hay un total

de 149 alcornoques secos, a razón de 5,7 pies/año

(Índice de Mortalidad: IM), que representan el 69% del

total de la muestra de alcornoque del Centro. El valor

del índice se considera alto en comparación con la

información disponible del conjunto de la Red de

Daños en Parques Nacionales y Centros (23% de bajas

en el mismo periodo).

- El tramo más favorable (1992-2004) donde se registra

la menor mortalidad con solamente 23 árboles secos en

12 años, es decir con 1,9 pies secos/año (IM) de media,

que en total constituyeron el 10,6% de la población de

Q. suber en seguimiento. El valor del índice es más

acorde con los datos de referencia.

- La etapa final (2005-2018), a pesar de los buenos datos

de 2018, representa el período con mayor mortalidad,

anotándose un total de 126 alcornoques secos en 14

años, a razón de 9 pies/año, que se corresponden con

el 58% de la muestra completa de alcornoque en

seguimiento. El valor del índice es muy alto en relación

con los datos de referencia. Se tendrá en cuenta que

entre 2005 y 2018 se tiene el 85% de toda la mortalidad

registrada desde 1992.

- Dentro de esta última etapa (2005-2018) se pueden

distinguir estas fases:

- Un período inicial (2005-2011) donde la mortalidad

conjunta representa el 19% de la muestra,

contabilizándose un total de 41 Q. suber secos en 7

años, a razón de 5,9 pies/año (valor alto). La

mortalidad de este período es el 64% de la general

(1992-2011).

- La fase 2012-2018, a partir de la grave sequía de

2012, donde se registran 85 alcornoques secos en 7

años, a un ritmo muy alto de 12 pies/año. La cantidad

de árboles muertos representa el 58% de la

mortalidad general contabilizada desde 1992.

En consecuencia, cabe decir que el año 2005, puede

constituir un punto de inflexión en cuanto al estado

sanitario de Q. suber se refiere, siendo coincidente con

unos datos pluviométricos muy bajos para el área (487

mm). Del mismo modo, podría exponerse que en 1999 la

precipitación también fue anormalmente escasa (456

mm) y que se produjo una apreciable mortalidad (3,2%

de la muestra), pero de los datos de los años

inmediatamente posteriores se desprende que el

alcornoque tenía por entonces una capacidad de

resiliencia que ahora ha perdido.

La siguiente sequía, correspondiente a 2012 (537

mm), vino acompañada de sucesivas y próximas

situaciones similares en 2014 (571 mm), 2015 (628 mm)

y 2016 (644 mm), que no solo no han permitido una

Page 12: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 224 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

evolución positiva de la masa de alcornoque, sino que la

han abocado a un decaimiento grave que va culminando

con la desaparición de la especie en las zonas menos

favorables. este decaimiento crónico en cuanto a

mortalidad se ralentiza en 2018, si bien está por ver si el

mejor dato actual se mantiene o se trata tan solo de un

paréntesis en la actual tesitura de cambio climático. La

tendencia actual, en lo que al porcentaje de mortalidad

anual se refiere, sigue manifestando cierta disposición no

significativa al alza (r2=0,60).

Los puntos de control con los índices más altos de

mortalidad, en el conjunto del período 1992-2018, donde

se concentra la mayor parte los alcornoques secos del

Centro y el % acumulado supera el 100% de la muestra,

son los siguientes:

- ALM07 (Arroyo Cabezuelas, Navahermosa) y

ALM06 (Juan de Sevilla, Juan de Sevilla), donde las

tasas acumuladas son del 150% (+9% en 2018) y 95%

(estable en comparación con 2017) respectivamente

sobre la muestra en seguimiento. La mortalidad es

paulatina desde 1992 con alguna variabilidad

(incrementos en 2005 y 2012).

- ALM03 (Cerro de Berriche, Navamatreras) donde la

tasa acumulada de pies secos es del 154% (+4% en

2018) y los estragos son continuados desde 2006 con

valores muy altos de IM (Índice Mortalidad) en 2012

y 2014 (8 y 6,3 pies/año respectivamente).

- ALM02 (Cerro del Republicano, Corchadillo), donde

la cantidad de arbolado seco se ha incrementado más

en menos tiempo, con una tasa actual del 158% (+12%)

que se inicia de forma continua en 2008 y se

incrementa notablemente a partir de 2013 con

frecuentes valores de IM superiores a 5 pies/año.

Los puntos de control con los índices más

moderados de mortalidad, en el conjunto del período

1992-2018, donde el % acumulado no llega al 50% de la

muestra, son los siguientes:

- ALM01 (Cerro del Helecho, Hoyuelos Bajos) donde

paulatinamente se empiezan a registrar pies secos

desde 2006 (1-2 pies/año), bastante continuadamente,

y que en conjunto ahora alcanzan al 45% (+4% en

2018) de la muestra.

- El resto de los puntos de control se comportan con

menor radicalidad en cuanto a su mortalidad

acumulándose desde 1992 no más de un 22% ―caso

de ALM10, Majarambuz, Hato Alto― y siendo más

corriente que sea menor del 17%. En ALM04 (Olivar,

Cerro de la Moheda) y ALM05 (Espadañal Alto,

Puerto de Las Cruces) la mortalidad se presenta muy

escasa y variable según los años. ALM11 (Cotilla,

Cerro de Gálvez), por su parte, solo muestra algún pie

seco en 1995, mientras que en ALM08 (Bujeogordo,

Loma del Carrascón), ALM09 (Espadañal Alto: Cerro

Evolución de la mortalidad en Quercus suber en puntos de seguimiento (II). 1992-2018.

Punto

1992

Muestra

Qs

2018

Muestra

Qs

1992-2018

Diferencia

Núm. Qs

1992-2018

Mortalidad

Acumulada

Índice de Mortalidad (IM) (pies/año)

Pies % 1992-18 1992-04 2005-18 2005-11 2012-18

ALM1 22 21 -1 10 45,5% 0,42 0,09 0,70 0,47 0,98

ALM2 24 21 -3 38 158,3% 1,46 0,00 2,96 1,43 4,57

ALM3 24 23 -1 37 154,2% 1,42 0,08 2,68 1,86 3,43

ALM4 24 24 0 2 8,3% 0,08 0,08 0,07 0,00 0,14

ALM5 16 16 0 1 6,3% 0,06 0,00 0,11 0,21 0,00

ALM6 19 16 -3 18 94,7% 0,87 0,42 1,50 1,26 1,50

ALM7 22 15 -7 33 150,0% 1,38 1,18 2,02 1,09 2,97

ALM8 24 24 0 3 12,5% 0,12 0,00 0,21 0,00 0,43

ALM9 21 21 0 3 14,3% 0,13 0,10 0,16 0,00 0,33

ALM10 9 8 -1 2 22,2% 0,21 0,00 0,38 0,00 0,86

ALM11 12 11 -1 2 16,7% 0,15 0,33 0,00 0,00 0,00

Total 217 200 -17 149 68,7% 5,73 1,92 9,00 5,86 12,14

Mortalidad del período (%) 69,0% 10,6% 58,1% 18,9% 39,2%

Mortalidad del período respecto a la mortalidad general (%) 84,6% 64,1% 57,0%

. suber en cada punto de seguimiento según el año; Índice de Mortalidad (IM): ��� � �� ��⁄ � �� ���⁄ , donde M (núm. de pies secos en un período), A (núm. de

años evaluados), �� (núm. de Q. suber muestra del punto (i), X (núm. de Q. suber muestra máximo en un punto (n= 24); Mortalidad período (%):

��ú� ����� ���í��� �ú�. ����"�� �� #. ��$���⁄ . Fuente: INFOPARQ (OAPN). Elaboración propia.

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 225 #

de Fuegebola) y ALM10 (Majarambuz, Hato Alto) los

casos se presentan solamente a partir de 2015.

3.1.3. Decaimiento

Se siguen observando con frecuencia situaciones de

deterioro previas a la mortalidad durante esta visita,

definidas por un apreciable porcentaje de copa muerta,

significativos puntisecados, falta de retención foliar que

se hace grave en los ápices y aspecto deteriorado general,

sin atisbos de recuperación de problemas pasados que

parecen abocar al desahucio de muchos pies de

alcornoque sobre estaciones desfavorables. Con

frecuencia los ejemplares reseñados fueron objeto de

marchitamientos súbitos pasados pero que, sin embargo,

pudieron volver a brotar débilmente a la primavera

siguiente (mortalidad aparente).

Estas circunstancias, que en no pocas ocasiones

afectan también a la vegetación acompañante de quejigo,

madroño y matorral parecen aminorarse en algunas

zonas respecto a la pasada revisión. Se reseñan daños de

este tipo en las siguientes zonas:

- Convento: Pies añosos a pie de carretera a la altura del

Cerro de Riscoblanco.

- Bujeogordo: Nacimiento del Arroyo del Jaral.

- Cotilla: divisoria del puerto al Cerro de La Cotilla y

solanas del Cerro de La Palma.

- Navahermosa: Loma de Cantaraz y varias áreas de la

Loma del Infierno.

- Juan de Sevilla: varias zonas de la parte alta de la

Loma de la Muda, dehesa de Fatigas y Cerro

Botijero.

- Navamatreras: Cerro del Moro

- Corchadillo: cumbres y promontorios de la Loma del

Corchadillo.

- La Boyal: solana del Cerro del Aján.

- Majarambuz: Loma de La Cierva (leve, disperso).

3.1.4. Agentes nocivos

En los decaimientos de Quercus en general

frecuentemente aparecen implicados episodios de sequía

severa, encharcamientos prolongados, rápidas

fluctuaciones del contenido hídrico del suelo y

variaciones en los regímenes de temperaturas. Todos

estos procesos pueden tener gran importancia a la hora

de iniciar un síndrome de decaimiento, predisponiendo

al arbolado a la invasión de insectos xilófagos y/o

hongos patógenos, ya sea a nivel radical o aéreo

(CARRASCO et al, 2009).

El decaimiento forestal es una enfermedad de

etiología compleja, resultado de la acción de un número

variable de factores bióticos y abióticos que causan un

Evolución de la mortalidad en Quercus suber en puntos de seguimiento (I). 1992-2018. Número de pies.

PUNTO AÑO

92 93 94 95 96 97 98 99 2000 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18

ALM1 1 1 1 1 2 1 1 1 1

ALM2 3 3 3 1 1 5 4 6 3 6 3

ALM3 1 4 3 4 2 8 3 6 1 1 3 1

ALM4 1 1

ALM5 1

ALM6 1 1 1 1 3 1 1 2 2 2 1 1 1

ALM7 2 1 1 7 1 1 2 1 1 2 1 5 3 1 1 1 2

ALM8 2 1

ALM9 1 1 1

ALM10 1 1

ALM11 2

suma 1 0 2 3 1 0 2 7 2 2 2 1 5 5 3 8 8 8 4 18 14 14 12 6 14 7

Muestra Qs 217 217 217 217 216 216 216 216 214 214 213 213 213 212 212 212 212 211 211 209 207 206 205 204 202 200

Mort. Anual

% 0,5 0,0 0,9 1,4 0,5 0,0 0,9 3,2 0,9 0,9 0,9 0,5 2,3 2,4 1,4 3,8 3,8 3,8 1,9 8,6 6,8 6,8 5,9 2,9 6,9 3,5

IM (pies/año) 1,0 0,5 1,0 1,5 1,4 1,8 1,3 2,0 2,0 2,0 2,0 1,9 2,2 2,4 2,4 2,8 3,1 3,3 3,4 4,1 4,6 5,0 5,3 5,3 5,7 5,7

ALM1: Hoyuelos Bajos, Cerro del Helecho. ALM2: Corchadillo, Cerro del Republicano. ALM3: Navamatreras, Cerro de Berriche. ALM4: Olivar, Cerro de la Moheda.

ALM5: Espadañal Alto, Puerto de Las Cruces. ALM6: Juan de Sevilla, Juan de Sevilla. ALM7: Navahermosa, Arroyo Cabezuelas. ALM8: Bujeogordo, Loma del Carrascón. ALM9: Espadañal Alto: Cerro

de Fuegebola. ALM10: Majarambuz, Hato Alto. ALM11: Cotilla, Cerro de Gálvez. IM: Índice de Mortalidad; Año de descorche observado (cuadro rojo). Fuente: INFOPARQ (OAPN). Elaboración

propia.

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O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 226 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

deterioro gradual y general de los árboles afectados hasta

su muerte. Los factores implicados son típicamente

múltiples y ninguno de ellos por separado en capaz de

reproducir los síntomas observados en campo

(MANION, 1991; SINCLAIR, 1965).

Se considera que en el Centro subsiste un problema

de fondo íntimamente ligado a una desviación del clima

local, que por sí mismo o en combinación de otros

factores bióticos derivan en un grave decaimiento.

En el Centro, durante estos años de seguimiento, se

han detectado varios de los agentes nocivos implicados

en lo que se conoce como Seca, tanto patógenos como

Phytophthora cinnamomi Rands y Botryosphaeria

stevensii Shoemaker; como xilófagos (Cerambyx sp. y

Platypus cylindrus F.); lepidópteros defoliadores

(Lymantria dispar L.); y abióticos (estrés hidro-térmico).

(FERNÁNDEZ-BARRAGÁN & REINA, 1989-2015)

De entre ellos, se considera que tanto P. cinnamomi,

del que se conoce su presencia [BRASIER, 1995;

TUSET et al, 1996, además de tomas de muestras más

recientes por parte de distintos centros de investigación

(com. pers.)] pero no su extensión exacta en el monte,

posiblemente amplia, como las recurrentes y severas

sequías, así como últimamente los episodios de altas

temperaturas, resultan los factores de mayor relevancia

en el deterioro del alcornoque, sin destacar la acción de

otros oomicetos de pudrición radicular.

El estrés hídrico ―y el aumento de las

temperaturas― es conocido que mejora el desarrollo de

P. cinnamomi en los hospedantes infectados (WESTE &

RUPIN, 1977; CAHILL et al, 1986; y MARÇAIS et al,

1993, en BRASIER, 1995) y reduce la resistencia de los

individuos a la infección (RUIZ et al, 2018). Del mismo

modo y “como consecuencia de la mortalidad de

individuos en el bosque, la cobertura de copas

disminuye, aumenta la temperatura del suelo lo que

reduce la actividad microbiana y la cantidad de humus,

y se producen daños en los sistemas de micorrización.

Estos factores favorecen la actividad y el desarrollo de

[patógenos como] P. cinnamomi” (BRASIER, 1995).

El resto de los agentes nocivos actúan como meros

ejecutores oportunistas (xilófagos) o partícipes en

pérdidas puntuales de vigor (L. dispar), si bien en el caso

de este último no se tienen noticias de su injerencia grave

en los últimos años. Tampoco el defoliador Periclista

Andrei Konow (Hymenoptera, Tenthredinidae),

actualmente causante de daños en otras áreas del P.N. de

los Alcornocales, se manifiesta en La Almoraima en

2018.

Roturas con Cerambyx sp. en ALM09.

Page 15: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 227 #

Cerambyx sp.

El decaimiento o el deterioro, la pérdida de vigor, de

las masas de especies de Quercus en los últimos años ha

venido acompañado, en la región mediterránea, de una

abundante colonización del arbolado por parte de

perforadores Cerambycidae del género Cerambyx sp.,

aprovechando de manera oportunista las facilidades que

se presenten en forma de cortes de poda, heridas,

pudriciones, tumores, etc. El aumento de las poblaciones

de estos artrópodos ha propiciado así mismo la

ocupación de otros elementos sin estos condicionantes

previos. En un primer momento, la actividad de

Cerambyx manifiesta por un lado la debilidad de las

masas, certifica la situación, y por otro aumenta el

deterioro inicial a base de desgajamientos y roturas

(galerías), y copa muerta y puntisecados (rotura de

vasos). En el Centro de La Almoraima la colonización

de Cerambyx sp. se estima extensa como se desprende

del inventario de signos (serrín fresco, agujeros de

emergencia) y síntomas (exudados, ramas secas…) que

se lleva a cabo regularmente en los puntos de control.

Así se concluye que todos los sitios presentan signos

derivados de la actividad de Cerambyx.

En 2018, se ha encontrado colonizada por este

artrópodo el 13% de la muestra general de alcornoque en

los puntos de control. Los sitios con mayor infestación

se corresponden con ALM07 (Arroyo Cabezuelas,

Navahermosa), ALM10 (Majarambuz, Hato Alto) y

ALM11 (Cotilla, Cerro de Gálvez) donde afecta al 40%,

25% y 18% de la muestra de alcornoque. ALM07 y

ALM11 son dos puntos con los índices elevados de

mortalidad como ya quedó expuesto.

Platypus cylindrus

Por su parte, la incidencia de este agente (Coleoptera.

Curculionidae) en el estado actual de las masas de

alcornoque del Centro es limitada, aunque se advierte

con asiduidad en aquellas zonas, incluso árboles

concretos, con evidente falta de vigor, así como en

arbolado recientemente seco, lo que denota su carácter

secundario oportunista.

3.2. Quercus canariensis Wild.

A partir de 2014 se registran sobre esta especie

síntomas en principio relacionados con situaciones de

estrés termohídrico que derivaron en una serie de

problemas conocidos, básicamente en forma de

marchitamiento súbito de las copas con recuperación

posterior deficiente, y secado de ramas y puntas. No en

pocas ocasiones estos daños han derivado en la muerte

aparente de los pies afectados, con una importante

participación oportunista de perforadores (Cerambyx y

Platypus), en lo que puede considerarse un proceso de

decaimiento adscrito a ubicaciones favorables

típicamente ocupadas por esta especie, como cauces,

umbrías, vaguadas, donde la vegetación presenta una

mayor sensibilidad ante la escasez del recurso hídrico.

Como se ha explicado ampliamente en informes

anteriores, la copa muerta puede deberse tanto a la

cavitación del xilema como a la implicación de

perforadores, sin que deba descartarse, a falta de los

análisis pertinentes, la participación de uno o varios

patógenos de pudrición radicular (Phytophthora,

Pythium…) que se desenvuelven bien en los ambientes

donde vegeta Q. canariensis.

En 2018 la situación general del quejigo se juzga más

favorable, sin soflamados súbitos y con una buena

foliación general, hoja que además no se ha perdido

anticipadamente a causa del estrés estival habitual en

otras ocasiones, si bien los restos de daños pasados

(puntisecados) son frecuentes en las áreas visitadas. A

este respecto, se expone seguidamente la situación

sanitaria actual por dehesas.

En la Dehesa de Corchadillo se revisó el estado de

los ejemplares de la vaguada que asciende al Cortijo de

Ariga desde el arroyo de La Manceba, donde la

situación resulta algo mejor que la de otras ocasiones,

con puntisecados frecuentes pero actualmente leves,

relativamente disimulados por un buen brote primaveral,

si bien de forma alterna se aprecia alguna foliación poco

potente. Por su parte, en el ámbito del Cerro del Hatillo

se observan pies dañados muy dispersos.

En la Dehesa de Navamatreras se certifica el mal

estado de los pies a lo largo de la Garganta de Juan

Alonso, sin cambios significativos.

En Juan de Sevilla se reseñan roturas aisladas por

Cerambyx sp. y pies débiles aisladamente en la

Garganta de Juan de Sevilla, en su cruce con la pista.

De forma más continua, se advierte una aparente falta de

recuperación en quejigo y alcornoque al pie del arroyo

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O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 228 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

Juan de Sevilla, con casos recientes y aislados de

mortalidad aparente y mal aspecto general.

En el punto de control ALM06 (arroyo de los

Escalones), ubicado en esta dehesa, el arbolado añoso de

esta especie se observa en buen estado, con copas bien

vestidas, si bien se reseña extensamente, al igual que

otros años, ramas altas secas compatibles con la acción

del bupréstido Coroebus florentinus (Herbst 1801).

Algun pie senecto evidencia una pérdida anticipada de

hoja localizada en ápices y una ligera clorosis general.

Por otra parte, se ven algunas ramas secas de diámetro

medio de origen poco claro, quizá asociadas a episodios

anteriores de estrés o a la elevada edad del arbolado.

En la Dehesa de Navahermosa, se reseñan daños

aislados (puntisecados) en El Chorrito y Cerro de la

Casa del Moro, donde se comprueba el mal estado de

un ejemplar rebrotado tras un episodio pasado de muerte

aparente. Aparecen daños más extensamente en

vaguadas vertientes al arroyo Juan de Sevilla. Por otra

parte, persiste el grave decaimiento reseñado en

anteriores informes en el quejigar del Arroyo

Cabezuelas (ALM07), concordante con la mala

situación general del alcornoque y arbustedo en la zona.

Se observa en el quejigar una muerte muy abundante de

puntas y secado de grandes ramas, con perforadores

oportunistas implicados y algo de otoñada anticipada

(clorosis y caída), así como cierta infección por oídio en

el follaje de ramas bajas. Sirva como ejemplo que en la

última década la defoliación media del quejigo se ha

duplicado (actualmente alcanza el 50%) y su nivel de

copa muerta ha aumentado en 21 puntos porcentuales.

Del mismo modo, en la Dehesa de Bujeogordo se

manifiestan algunos problemas graves y concretos en el

Arroyo del Jaral entre Cerrillo Botijo y el Cerro de La

Palma, y con mayor frecuencia en la ladera E del Cerro

de la Palma (también en alcornoque).

En la dehesa de La Boyal persisten en El Alizán y el

entorno del extremo sur del muro de la presa rodales

de quejigo, alcornoque y brezo decaídos.

Finalmente, los Q. canariensis revisados del entorno

del Puerto de Las Cruces (Dehesas de Olivar, Chirina

y Espadañal Alto), con daños significativos en revisiones

anteriores que derivaron en alguna mortalidad con la

profusa colaboración de Cerambyx sp., muestran en

2018 un aspecto apreciablemente mejor, con una buena

brotación que ha enmascarado bastante los puntisecados

anteriores, sin observarse mortalidad reciente,

apareciendo además pies rebrotados tras su muerte

aparente (Puerto de las Cruces). No obstante, el

puntisecado es aún apreciable, así como las bajas

anteriores en determinadas áreas (Cerro de los Frailes,

Olivar).

Los ejemplares añosos del punto de seguimiento

ALM05 (Espadañal Alto, Puerto de Las Cruces) se

encuentran en estado aceptable, con copas correctamente

Deterioro de un ejemplar rebrotado tras episodio de muerte aparente. Navahermosa.

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 229 #

vestidas ligeramente afectadas en ramas bajas por oídio

(Microsphaera alphitoides Griffon y Maubl.) y Trabutia

quercina (F. Rudolphi ex Fr.) Sacc. & Roum., agente que

produce un estroma oscuro muy característico en las

hojas. Con cierta frecuencia se reseña aquí la presencia

de ramas secas de tipo inespecífico, posiblemente en

relación con sequías, senectud del arbolado y/o

Cerambyx sp., que por su parte participa en aparatosas

roturas antiguas. Finalmente, tanto en ALM05 como en

el resto de los recorridos por el área la presencia de ramas

secas típicamente por C. florentinus es algo habitual.

3.3. Arbutus unedo L.

El estado sanitario del madroño en el Centro sigue

siendo desfavorable en bastantes zonas, típicamente con

deficiencia estacional, a causa del deterioro acumulado

causado por los reiterados episodios secos, sin apenas

mejoría. Resulta frecuente la observación de pies con

elevada cantidad de copa muerta y ausencia patente de

hoja de años anteriores (con la conocida colaboración de

Septoria unedonis Roberge ex Desm), y clorosis en la

del año en curso. No en pocas ocasiones se advierte un

rastro de pies secos anteriores, aunque no aparecen en

2018 decoloraciones graves o muerte reciente de ramas.

A pesar de que esta especie viene presentando un

deterioro continuado en el monte mediterráneo desde la

sequía de 2011-2012, la aparición de bajas, frecuentes en

la Almoraima, resulta bastante escasa o inexistente en

otros espacios naturales afectados.

Las zonas afectadas, que son las habituales, se

exponen a continuación:

- En Corchadillo se observa una debilidad general en el

arbustedo acompañante del alcornocal decaído de las

vertientes este y sureste del Cerro del Cárabo y

Cerro del Coscojar.

- Zonas habituales en Juan de Sevilla: daños intensos

(habitualmente con mal estado de la vegetación

acompañante), con pies de aspecto muy débil en

solanas de Camita del Lobo, Hierbabuena, varias

localizaciones en la Loma de La Muda y Cerro

Botijero, y problemas más ligeros la vertiente NE del

Cerro de la Tejonera.

- En Navahermosa se dan daños generalizados en la

vertiente occidental de la Loma del Infierno (con

brezo también dañado) y en el entorno del Arroyo de

Navahermosa.

- En la Dehesa de Navamatreras se encuentran casos

similares a lo largo de la Garganta de Juan Alonso,

Deterioro de un ejemplar rebrotado tras episodio de muerte aparente. Puerto de las Cruces.

Page 18: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 230 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

desde Navamatrera hasta la parte norte del Cerro del

Moro, con lentiscos también dañados.

- Respecto a Bujeogordo, en el ámbito del puerto de la

Cotilla, se ven daños de carácter grave en zonas de

cumbre (con brezo en mal estado), y otros de alcance

más moderado a media ladera en Majadal de Salinas.

3.4. Otras especies:

Respecto a Pinus pinea L., después de los niveles

moderados de infestación (grado 3) alcanzados en el

pasado por parte de la procesionaria del pino

(Thaumetopoea pityocampa Dennis & Schiffermüller

1775), en la visita actual no se aprecian

generalizadamente bolsones ni defoliaciones

significativas correspondientes al invierno 2017-2018.

Los problemas asociados a la escasez de sustrato en

varias localizaciones, habituales en el Puerto de la

Cotilla o en la vertiente meridional de la Loma del

Infierno, lógicamente se mantienen, si bien estas masas

presentan un aspecto algo más favorable que el habitual,

advirtiéndose de forma más dispersa los daños típicos:

copa baja seca, falta de retención foliar, crecimientos

anormales con microfilia acusada y generalizada,

reviramiento de acícula y enanismo de los individuos.

Como es habitual, las masas afectadas no arrojan

mortalidad por este motivo.

En el caso de la situación de los pinares con

intervenciones selvícolas en los últimos años, en

Bujeogordo, a pie de pista, en el entorno del Cerro de la

Casa del Moro, persiste el goteo de pinos secos (4 en

2018) en un área de cumbre batida por el viento con

mucha competencia previa a las cortas, presumiblemente

a cargo del perforador Tomicus destruens (Wollaston

1865) del que se tienen referencias de su presencia

anterior en la zona. Se estima que este escolítido presenta

una población residente en el área, favorecida por una

situación de cierta debilidad y la disponibilidad de

sustrato donde reproducirse. Como efecto de la

reducción de la densidad, se reseñan algunos derribos en

la masa remanente ubicada en la zona de cresta.

En alguna rosácea del Centro se detectan daños

compatibles con la acción de la bacteria Erwinia

amylovora (Burrill 1882) Winslow et al. 1920,

organismo de cuarentena causante de la enfermedad

conocida como fuego bacteriano. Existen antecedentes

(primavera 2012) de daños de este tipo sobre algunos

piruétanos (Pyrus bourgaeana Decne.) en Navahermosa

y Majarambruz, sin continuidad hasta la fecha. En la

presente visita se localiza un grupo de 3-4 majuelos

(Crataegus monogyna Jacq) presuntamente afectados

sobre la Loma de la Cierva (Majarambruz) con una

presencia ligera de fogonazos (hojas secas)

característicos, si bien la otoñada anticipada que

presentaban dificultaba la identificación de daños por la

bacteria. A medio camino del Puerto de las Cruces

desde la casa de Boca Leona (Espadañal Alto) se

localiza un piruétano con manchas foliares compatibles

a nivel ligero.

En los acebuches prospectados se advierte una

recuperación general de los daños pasados por estrés

ambiental, si bien en determinadas localizaciones

persisten ejemplares muy deteriorados, como el caso del

Cerro de Gálvez y solana frente al Cortijo de Hato

Rozal (Cotilla), con significativa copa muerta,

decoloración y abarquillamiento foliar actual.

Daños compatibles con fuego bacteriano.

Page 19: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 231 #

En la zona anterior, el matorral de lentisco

(Pistacia lentiscus L.), al igual que en el Puerto de Juan

Alonso (La Boyal) presenta aún mal aspecto en base a la

presencia de ramas secas y defoliación relacionada con

estrés ambiental. En cuanto a brezo (Erica arborea L.),

se hallan zonas con pies cloróticos en la Nateruela

(Bujeogordo), solana del Cerro de La Palma (La

Boyal) y entorno de la garganta de Juan de Sevilla

(Juan de Sevilla).

4. Recomendaciones

4.1. Decaimiento de Quercus suber:

En relación con el decaimiento continuo del

alcornocal, se estima recomendar las siguientes

acciones:

4.1.1. Seguimiento del estado sanitario:

Se recomienda continuar con el seguimiento actual

del estado de salud de los alcornocales del centro, como

mejor forma de documentar el deterioro al que está

sometido.

4.1.2. Cerambyx sp.:

Precisamente debido al decaimiento profundo que

sufren las masas de alcornocal en la Almoraima, —así

como últimamente los quejigares—cobra importancia el

minimizar los daños provocados por otros agentes que,

siendo en principio secundarios, pueden llegar a

comportarse como auténticas plagas. De ellos, se

considera que uno de los más importantes es el xilófago

Cerambyx welensii Küster 1846, aunque también es muy

probable que otros cerambícidos con ecología muy

similar como C. cerdo o Prionobius myardii Mulsant

1842 estén implicados en este proceso.

En informes anteriores se exponen ampliamente los

trabajos recomendados en relación con la gestión

integrada de este agente.

4.1.3. Platypus cylindrus:

En el caso de P. cylindrus se recomienda:

- Evitar la permanencia de acúmulos de trozas de

alcornoque en el monte, salvo que se utilicen como

trampas cebo contra este insecto. El manejo de estas

trampas ya ha sido detallado en anteriores informes.

- Uso de trampas tipo Theysohn cebadas con feromona

específica para Platypus cylindrus (Cilindriwit ®), que

pueden ser utilizadas para en un primer momento

conocer el ciclo del insecto en el monte y

posteriormente proceder a su captura masiva.

4.1.4. Descorche:

En anteriores informes se detallaron

exhaustivamente las precauciones a tomar en el caso de

efectuar el descorche, que en resumen se relacionan con:

- Evitar el descorche de árboles enfermos, decrépitos,

con pudriciones en tronco o ramas gruesas o con

síntomas de debilidad en la copa.

- Se pueden producir daños irreparables al arbolado

porque los ejemplares no cierran las heridas, se

generan descortezados y pudriciones. Se facilita la

entrada de perforadores y patógenos.

- Se crean situaciones de estrés inasumibles para el

arbolado poco vigoroso.

- Evitar el laboreo de aquellos rodales con mortalidad

asociada a seca (con objeto de evitar la propagación de

organismos patógenos implicados como P.

cinnamomi).

- Desinfección de herramientas de poda y descorche

entre pie y pie, que se considera básica y de vital

importancia.

- Tener en cuenta la meteorología del año en relación

con los plazos de pela y la selección de la altura de

descorche según el calibre, la altura a la cruz y

especialmente el vigor del árbol.

4.1.5. Phytophthora cinnamomi y otros patógenos

radicales:

Se sigue considerando importante el tener un

conocimiento concreto de las zonas en las que se

encuentra presente P. cinnamomi, mediante la toma de

muestras de rizosfera (raicillas y tierra) de las plantas

sintomáticas para su análisis, realizándose las tomas en

las condiciones adecuadas (véanse los informes

anteriores).

En aquellas áreas de alcornoque o quejigo en las que

se constate su presencia se recomienda tomar las

medidas necesarias con objeto de evitar su dispersión.

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O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 232 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

4.2. Perforadores escolítidos en pinares aclarados

Se recomienda el trampeo de Tomicus destruens en

las áreas intervenidas selvícolamente, con el objeto de

rebajar en lo posible su nivel poblacional, intentando

evitar en la medida de lo posible que la población de este

insecto cause nuevas bajas en el arbolado en pie. Para

ello, siguen vigentes las premisas expuestas en informes

anteriores.

En relación con el seguimiento de las zonas, se

recomienda disponer de los recursos personales y

materiales necesarios para la pronta eliminación de los

nuevos pinos sintomáticos: secos recientes, cambiando

de color (amarilleo…). En cuanto al manejo de los restos

de corta, se deberá optar por su extracción rápida, o bien

el descortezado in situ, eliminación por quema, o

astillado.

4.3. Fuego bacteriano

Se recomienda la ejecución de prospecciones

sistemáticas en primavera con objeto de comprobar la

presencia de este agente en piruétanos y otras rosáceas

susceptibles. En caso de observarse sintomatología

sospechosa, se debe llevar a cabo la comunicación y

toma de muestras por la autoridad sanitaria competente

de la administración autonómica.

La normativa (RD 1786/2011) en cuanto a manejo de

este organismo de cuarentena en Zonas No Protegidas

(caso de Andalucía), indica, como mínimo, la

obligatoriedad de extirpar y destruir las partes de la

planta hospedante con síntomas, con desinfección

inmediata del instrumental, así como la ejecución de

tratamientos preventivos en las épocas adecuadas con un

principio activo apropiado.

5. Referencias

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 233 #

6. Parámetros de referencia

6.1. Defoliación y decoloración por especie

6.1.1. Defoliación media. Defoliación según clases.

En 2018, el nivel de defoliación media (DM) para el

Centro de La Almoraima se sitúa en 25,8%, valor

adscrito a la clase 2-1 de daños (arbolado dañado, con

defoliación moderada-baja entre el 25 y el 40%), y

significativamente mejor que el valor de la campaña

previa (-7,4%). Observando la serie de defoliaciones

(1992-2017), el valor actual se localiza

aproximadamente en la media, tan solo 1,0 puntos por

encima de esta (24,8%). El nivel actual de DM supone

una recuperación de los máximos que se venían dando

últimamente y que, junto al dato de 1995, siempre han

coincidido con épocas de rigor ambiental.

Se puede decir que, a la vista de la evolución del dato

de DM del Centro (1992-2018), existen dos períodos

distintos: dos fases más favorables con una defoliación

menor o igual al 25% que se corresponden con 1992-93

y con 1996-2011, y dos ciclos negativos (DM: 28-35%)

relacionados con sequías: 1994-1995 y 2012-2017.

En cuanto a la distribución de la defoliación por

clases, el número de árboles considerados dañados (def.

>25%) actualmente suma un considerable 23%, si bien

presenta una importante y significativa reducción del

14% respecto a 2017. Respecto a la media de referencia

(1992-2017) el volumen actual de dañados se emplaza

algo por encima (+3,1%) de esta, resultando bastante

mejor que el 35% del ciclo negativo 2012-2017, aunque

sin alcanzar el buen nivel (15%) de la etapa más

favorable 1996-2011.

La reducción del arbolado dañado general respecto a

2017 responde sobre todo a la menor cuantía actual (-

12%) de la cantidad de casos de daños moderado-bajos

(def. >25-40%), además de una disminución en la

aparición de pies secos (actualmente un 2,3% de la

muestra) que, sin poder considerarse un valor correcto,

es similar a su media de referencia y casi un 4% menor

que el de la pasada visita.

Page 22: 13 ALM 2018 - biblioteca.oapn.es

O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 234 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

Por especies, se observa el mejor comportamiento de

todas ellas, con mejorías que en bastantes casos resultan

sustanciales. El alcornoque, la especie más representada,

presenta una defoliación media (DM) (26,1% ±2,7),

significativamente mejor que en 2017 (-6,8%), aunque

aún dentro de la categoría de árboles dañados (def.

>25%). El dato casi coincide con la media histórica de

esta especie, y tan solo es 4 puntos mayor que el

promedio de la etapa favorable (1996-2011: 23,3%).

La cantidad de alcornoques dañados alcanza

actualmente el 21,5%, reduciéndose un 20% respecto a

2017. Como se ha expuesto en el comentario general, el

alcornoque, especie más representada, mejora

significativamente en base a la reducción en la cantidad

de pies con daños moderado-bajos (CL 2-1: -12%),

además de por el descenso de la mortalidad en esta visita

(-3,9%).

Respecto al resto de especies de representación

amplia, Q. canariensis, que solía presentar pocos

problemas en el pasado, mitiga actualmente la evolución

negativa que venía presentando desde 2012. Su valor

actual de DM actualmente asciende al 26% y sigue

considerándose dañado (CL 2-1) y alejado de su

referencia (22%) si bien mejora de forma significativa (-

6,2%) alejándose de su máximo absoluto de 2017.

La cantidad de arbolado dañado de esta especie

actualmente casi alcanza el 30%, alta aún pero

significativamente menor a la correspondiente a 2017

(52,2%). No obstante, aunque no se aprecia mortalidad

y la cantidad de ejemplares con daños moderados remite,

se registra un aumento a considerar de los pies en estado

grave (+8%), actualmente un 12%.

El acebuche (O. europaea) presenta en esta ocasión

una DM más favorable (21,6%), resultando la única de

las especies en seguimiento que no se considera dañada,

y se encuadra en una tipología de defoliación ligera (CL

1: 11 a 25%), significativamente mejor que en la pasada

visita (-8,1%) y casi coincidente con su valor de

referencia.

No obstante, la cantidad de acebuche dañado en los

puntos de control (def. >25%) aun alcanza el 22%, si

bien se reduce notablemente (-15%) respecto al año

precedente. Para esta especie cabe destacar el importante

aumento de los ejemplares en estado óptimo (clase 0:

+18,6%), y la desaparición de los pies en estado grave

(CL 3). Así mismo, se tendrá en cuenta que en todos los

años de seguimiento no se ha registrado arbolado seco

de esta especie.

Centro de La Almoraima. Defoliación/especie por clases (%) 2018.

Especie PIES

NULA

CL 0

LIGERA

CL 1

NO DAÑADO

CL 0 + CL 1

MODERADA

BAJA

CL 2.1

MODERADA

ALTA

CL 2.2

GRAVE

CL 3

DAÑADO

CL 2 + CL 3

SECO

CL 4

<11% 11 a 25% <=25% 26 a 40% 41 a 60% >60% 26 a 99% 100%

Olea europaea 32 21,9 56,3 78,1 15,6 6,3 0,0 21,9 0,0

Quercus suber 200 14,5 61,0 75,5 12,5 5,0 4,0 21,5 3,0

Arbutus unedo 8 0,0 50,0 50,0 50,0 0,0 0,0 50,0 0,0

Quercus canariensis 24 8,3 62,5 70,8 8,3 8,3 12,5 29,2 0,0

Coníferas

Frondosas 264 14,4 60,2 74,6 13,6 5,3 4,2 23,1 2,3

TOTAL 264 14,4 60,2 74,6 13,6 5,3 4,2 23,1 2,3

Centro de La Almoraima. Defoliación media (DM%) ± ES (95%) / especie.

Especie Nº de pies DM 2013 (%) DM 2014 (%) DM 2015 (%) DM 2016 (%) DM 2017 (%) DM 2018 (%) Δ2018-17

Olea europaea 32 25,7 ± 9,3 22,1 ± 6,7 21,9±3,3 32,4±5,3 29,7±5,5 21,6±3,7 -8,1

Quercus suber 200 37,5 ± 24,8 29,7 ± 3,2 31,0±3,1 32,7±2,9 32,9±3,2 26,1±2,7 -6,8

Arbutus unedo 8 21,0 ± 7,2 19,2 ± 3,9 25,0±3,6 30,0±3,7 32,1±3,6 27,5±4,1 -4,6

Quercus canariensis 24 20,5 ± 9,1 21,7 ±14,3 22,0±8,3 31,8±5,6 34,3±6,9 28,1±7,2 -6,2

Coníferas

Frondosas 264 34,5 ± 23,1 28,0 ± 21,3 29,0±2,6 32,5±2,4 33,2±2,7 25,8±2,2 -7,4

TOTAL 264 34,5 ± 23,1 28,0 ± 21,3 29,0±2,6 32,5±2,4 33,2±2,7 25,8±2,2 -7,4

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 235 #

6.1.2. Decoloración media. Decoloración según clases.

El nivel de decoloración global para el Centro de La

Almoraima es bajo (0,32), incluido en la clase 0

(decoloración nula) y significativamente inferior (-0,41)

al valor de la pasada campaña (0,73). Todas las especies

muestreadas se encuentran dentro de esta clase y

mejoran respecto a la pasada revisión. En 2018 los

valores medios comparativamente más altos se

corresponden con las quercíneas, presentando el quejigo

cierta tendencia a la clorosis ligera (0,46).

De la distribución general de decoloración por

clases, se extrae que un porcentaje aceptable (78,8%) de

la muestra no presenta ninguna alteración cromática

mejorando sustancialmente respecto a 2017 (+30,3%).

Actualmente, la mayor parte de los pies decolorados

presentan una alteración clorótica ligera (CL 1: 15,9%).

Todos los taxones representados presentan algún

caso de clorosis foliar, como mínimo (caso de acebuche

y alcornoque) un 19% de su muestra, y como máximo un

37,5% para el quejigo.

Destaca Q. suber por ser la única especie con

clorosis grave (CL 3) y mortalidad, mientras que Q.

canariensis presenta la mayor cantidad de ejemplares en

clase 1.

6.2. Defoliación según los tipos de daños identificados

En la tabla siguiente se relacionan los agentes

consignados y su grado de incidencia en la muestra y la

defoliación. El número total de agentes nocivos

observados en los pies dañados (defoliación>25%)

asciende a 231, con una importante reducción respecto a

2017 (-53%) acorde con el mejor estado de la vegetación

en seguimiento. Por otra parte, del total de daños

registrados, apreciamos que la mayoría de estos se hallan

causado defoliaciones moderadas (CL2-1+CL2-2: 68%),

siendo más escasos los causantes de daño grave (CL3:

20%) o muerte (CL4: 12%) del arbolado.

Centro de La Almoraima. Decoloración media (0 a 4) ± ES (95%) / especie.

Especie PIES Dec. Media (0 a 4)

2013 2014 2015 2016 2017 2018 Δ2018-17

Olea europaea 32 0,1 ± 0,11 0,2 ± 0,14 0,2 ± 0,14 0,9± 0,19 0,67±0,17 0,19±0,1 -0,48

Quercus suber 200 0,6 ± 0,15 0,4 ± 0,14 0,5 ± 0,14 0,7± 0,12 0,71±0,15 0,33±0,1 -0,38

Arbutus unedo 8 0,4 ± 0,48 0,0 0,2 ± 0,33 0,7± 0,36 0,43±0,40 0,25±0,3 -0,18

Quercus canariensis 24 0,0± 0,00 0,2 ± 0,17 0,5 ± 0,38 0,9± 0,22 0,74±0,18 0,46±0,3 -0,28

Coníferas

Frondosas 264 0,5 ± 0,12 0,3 ± 0,11 0,4 ± 0,11 0,7± 0,10 0,73±0,12 0,32±0,1 -0,41

TOTAL 264 0,5 ± 0,12 0,3 ± 0,11 0,4 ± 0,11 0,7± 0,10 0,73±0,12 0,32±0,1 -0,41

Centro de La Almoraima. Decoloración/especie por clases (%) 2018.

Especie PIES Clase 0 Clase 1 Clase 2 Clase 3 Clase 4

NULA LIGERA MODERADA GRAVE SECO

Olea europaea 32 81,3 18,8 0,0 0,0 0,0

Quercus suber 200 80,5 13,5 2,0 1,0 3,0

Arbutus unedo 8 75,0 25,0 0,0 0,0 0,0

Quercus canariensis 24 62,5 29,2 8,3 0,0 0,0

Coníferas

Frondosas 264 78,8 15,9 2,3 0,8 2,3

TOTAL 264 78,8 15,9 2,3 0,8 2,3

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O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 236 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

A la vista de la abundancia general de los daños

reseñados, predomina la acción de los abióticos (39%, -

10% respecto a 2017) relacionados con anomalías

meteorológicas (sequía y calor) y deficiencias

estacionales. El grupo donde se encuadran los daños

inespecíficos resulta el segundo en abundancia (22%,

+12%), e incluye sobre todo las situaciones de

decaimiento y senectud. Con menor representación y

relativamente estables se encuentran las actuaciones

humanas (16%), básicamente problemas derivados de

las operaciones de descorche, los insectos perforadores

(13%); y hongos (10%), en forma de pudriciones o

diferentes micosis foliares.

La sequía y el calor inciden sobre todas las especies

muestreadas, como mínimo en una horquilla del 18-30%

(caso de acebuche alcornoque y quejigo) pero pudiendo

llegar hasta un 50% en la pequeña muestra de madroño.

El acebuche presenta una incidencia también

apreciable de pudriciones (9%), perforadores (6%) y

Especie Pies

Agente

Incidencia Gravedad Abundancia Defoliación (clase)%

Cód. Agente Cantidad Inc (%) Gdefm% % 2,1 2,2 3 4

Arbutus unedo 8

4 22,5

301 Pest. Maculans 1 12,5 35,0 0,4 100,0 0,0 0,0 0,0

301 Sept. Unedonis 1 12,5 35,0 0,4 100,0 0,0 0,0 0,0

422 Sequia 4 50,0 32,5 1,7 100,0 0,0 0,0 0,0

426 Calor 2 25,0 32,5 0,9 100,0 0,0 0,0 0,0

433 Defi. Estación 2 25,0 32,5 0,9 100,0 0,0 0,0 0,0

Olea europaea 32

25 17,0

220 Perforador 2 6,3 40,0 0,9 50,0 50,0 0,0 0,0

304 Pudrición 3 9,4 43,3 1,3 33,3 66,7 0,0 0,0

422 Sequia 6 18,8 39,2 2,6 66,7 33,3 0,0 0,0

550 Daño mecánico 1 3,1 50,0 0,4 0,0 100,0 0,0 0,0

81003 Trepadoras 4 12,5 35,0 1,7 75,0 25,0 0,0 0,0

Quercus

canariensis 24

17 17,9

220 Coro. Florentinus 1 4,2 40,0 0,4 100,0 0,0 0,0 0,0

220 Perforador 4 16,7 57,5 1,7 0,0 50,0 50,0 0,0

307 Micr. alphitoides 1 4,2 65,0 0,4 0,0 0,0 100,0 0,0

422 Sequia 7 29,2 52,9 3,0 28,6 28,6 42,9 0,0

431 Viento 1 4,2 65,0 0,4 0,0 0,0 100,0 0,0

890 Decaimiento 6 25,0 55,8 2,6 16,7 33,3 50,0 0,0

Quercus suber 200

151 17,7

220 Cerambyx sp 15 7,5 61,0 6,5 33,3 20,0 26,7 20,0

220 Plat. Cylindrus 7 3,5 87,1 3,0 14,3 0,0 42,9 42,9

303 Bisc. Mediterranea 6 3,0 81,7 2,6 0,0 33,3 16,7 50,0

304 Pudrición 12 6,0 55,4 5,2 41,7 25,0 16,7 16,7

422 Sequia 44 22,0 49,8 19,0 52,3 22,7 15,9 9,1

426 Calor 14 7,0 51,1 6,1 50,0 14,3 35,7 0,0

431 Viento 2 1,0 100,0 0,9 0,0 0,0 0,0 100,0

433 Defi. Estación 8 4,0 49,4 3,5 50,0 37,5 0,0 12,5

540 Daño raíz 2 1,0 82,5 0,9 0,0 0,0 50,0 50,0

541 Cortado 1 0,5 100,0 0,4 0,0 0,0 0,0 100,0

544 Descorche 28 14,0 51,1 12,1 46,4 25,0 21,4 7,1

544 Exudado 1 0,5 65,0 0,4 0,0 0,0 100,0 0,0

544 Herida 4 2,0 52,5 1,7 0,0 75,0 25,0 0,0

890 Decaimiento 25 12,5 52,6 10,8 44,0 32,0 8,0 16,0

890 Exudado 14 7,0 53,2 6,1 50,0 21,4 21,4 7,1

890 Viejo 2 1,0 37,5 0,9 50,0 50,0 0,0 0,0

TODO 428

DAÑOS 231 43,3 25,1 19,9 11,7

PIES SIN DAÑOS 197 74,6%

PIES CON DAÑOS 67 25,4%

Pies: cantidad total de árboles por especie/Centro; Cantidad: cantidad de anotaciones de agentes/especie; Incidencia (%): cantidad de árboles/especie dañados por un agente

en relación con la cantidad total de árboles/especie; Gravedad (%): defoliación media (Gdefm) de los árboles/especie que presentan determinado agente; Abundancia (%):

cantidad de agentes en relación con la suma total de estos; Defoliación (clases) %: número de árboles/especie, en cada clase de defoliación, en porcentaje, dañados por

determinado agente. Fuente: infoparq.

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C e n t r o L a A l m o r a i m a

ArbTec R e d d e D a ñ o s e n P a r q u e s N a c i o n a l e s y C e n t r o s F o r e s t a l e s 2 0 1 8 # 237 #

trepadoras (12%), si bien estos agentes tan solo son

capaces de causar defoliaciones moderadas, nunca

graves o mortalidad.

Sobre alcornoque, a parte de los ya comentados

abióticos, se encuentra una considerable incidencia de

daños derivados de las operaciones de descorche (22%),

siendo también importantes las situaciones inespecíficas

de decaimiento (12%), además de los perforadores

típicos asociados al proceso de deterioro (Cerambyx sp.

y P. cylindrus: 11%). El conjunto de hongos encontrados

en los alcornoques afecta al 9% de la muestra,

resaltándose las pudriciones del tronco.

Prácticamente todos los agentes registrados se

encuentran implicados en los casos detectados de

mortalidad de alcornoque, estando completamente

involucrados tanto las roturas por viento como el apeo

de ejemplares. También presentan una relevante

responsabilidad en la aparición de alcornoques secos los

perforadores P. cylindrus y el hongo B. mediterranea.

Para quejigo, además de la sequía (29%), se reseña

con bastante frecuencia deterioro por decaimiento (25%)

y la acción de perforadores (11%). En términos de

virulencia, las pérdidas foliares más intensas son

causadas con mayor frecuencia por las roturas por viento

y el oídio (efecto transitorio en principio sin

consecuencias graves en el último caso). No en pocas

ocasiones la sequía, perforadores y el decaimiento

causan problemas graves (CL 3).

7. Agentes nocivos documentados en el Centro

- Quercus suber:

- Sequía

- Temperaturas altas

- Descorche

- Descortezado

- Exudados inespecíficos

- Cerambyx sp.

- Platypus cylindrus

- Heridas

- Pudriciones

- Armillaria sp.

- Fuscoporia torulosa

- Coroebus florentinus

- Coroebus undatus

- Biscogniauxia mediterranea

- Competencia

- Aves

- Defoliadores

- Phytophthora cinnamomi

- Botryosphaeria stevensii

- Lymantria dispar

- Desecación

- Oquedades

- Agrilus sp.

- Majadeo

- Nitrificación

- Quercus canariensis:

- Sequía

- Temperaturas altas

- Competencia

- Viento

- Exudados inespecíficos

- Cerambyx sp.

- Coroebus florentinus

- Perforadores Cerambycidae

- Trabutia quercina

- Arbutus unedo:

- Estrés hídrico

- Septoria unedonis

- Exudados

- Olea europaea:

- Sequía y temperaturas altas

- Perforador

- Podas

- Pudrición

- Trepadoras

- Pinus pinea:

- Sequía

- Temperaturas altas

- Viento

- Thaumetopoea pityocampa

- Suelos superficiales

- Tomicus destruens

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O r g a n i s m o A u t ó n o m o P a r q u e s N a c i o n a l e s

# 238 # Á r e a d e C o n s e r v a c i ó n, S e g u i m i e n t o y P r o g r a m a s d e l a R e d ArbTec

- Pinus nigra:

- Sequía

- Temperaturas altas

- Tomicus destruens

- Erica arborea:

- Estrés hídrico

- Hormiscium ericae

- Cochinillas

- Daphne gnidium:

- Lobesia sp.

- Alnus glutinosa:

- Sequía

- Temperaturas altas

Índice

1. Introducción ................................................................. 213

2. Resumen de la visita ..................................................... 214

3. Estado fitosanitario actual ............................................ 215

3.0. Información meteorológica ........................................ 215

3.1. Quercus suber ........................................................... 217

3.1.1. Evolución de la mortalidad y situación actual. ........ 217

3.1.2. Evolución de la tasa de mortalidad en los puntos de

seguimiento ...................................................................... 223

3.1.3. Decaimiento ........................................................... 225

3.1.4. Agentes nocivos ..................................................... 225

3.2. Quercus canariensis Wild. ........................................ 227

3.3. Arbutus unedo L. ....................................................... 229

3.4. Otras especies: ........................................................... 230

4. Recomendaciones ......................................................... 231

4.1. Decaimiento de Quercus suber: ................................. 231

4.1.1. Seguimiento del estado sanitario: ........................... 231

4.1.2. Cerambyx sp.: ......................................................... 231

4.1.3. Platypus cylindrus: ................................................. 231

4.1.4. Descorche: .............................................................. 231

4.1.5. P. cinnamomi y otros patógenos radicales: ............. 231

4.2. Perforadores escolítidos en pinares aclarados ............ 232

4.3. Fuego bacteriano ....................................................... 232

5. Referencias ................................................................... 232

6. Parámetros de referencia .............................................. 233

6.1. Defoliación y decoloración por especie ..................... 233

6.1.1. Defoliación media. Defoliación según clases. ......... 233

6.1.2. Decoloración media. Decoloración según clases. .... 235

6.2. Defoliación según los tipos de daños identificados .... 235

7. Agentes nocivos documentados en el Centro ................ 237