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aquellos parajes. Los expedicionarios la destru-yen accidentalmente en el intento de librarla delabrazo del hielo. Logran rescatar, en cambio, losrestos de un tripulante que, en la noche de lostiempos, sucumbi a pocos metros de distanciadel vehculo espacial; lo transportan a su basedentro de un bloque helado y, una vez all, deci-den descongelarlo a fin de tomar unas muestrasdel tejido orgnico. Estn ante un hallazgo sinparangn en los anales de la ciencia. John W.

Campbell Jr. dibuja la criatura a partir de unospocos rasgos: tiene tres ojos, cabellos azules se-mejantes a gusanos y una expresin de odio es-culpida en el rostro. Una nota ms de inquietud:segn el bloque se deshiela, el contador Geigerindica la presencia de una fuerte radiactividad.

El extraterrestre vuelve a la vida y ataca a losmiembros de la expedicin. Durante la refriega,un perro se arroja sobre l y ste empieza a repli-car la apariencia fsica del animal. Antes de quese consuma la metamorfosis, uno de los miem-bros de la expedicin electrocuta al monstruo,pero su muerte aparente no evita que la sospechacunda entre ellos: y si antes de ser descubierto,ese ser tuvo tiempo de remedar a uno cualquierade ellos y usurpar su personalidad? Los miem-bros de la expedicin (treinta y siete hombres entotal) se dividen en pequeos grupos de cuatro afin de que nadie se quede nunca solo. Si hubierauno o varios monstruos, la superioridad num-rica del resto debera mantenerlos a raya. Ahorabien, cmo desenmascararlos? Un doctor ideaun test de sangre para saber quines entre ellosya no son quienes dicen ser. Hay que evitar portodos los medios que estas criaturas se multipli-quen y lleguen a la civilizacin.

Campbell saca un extraordinario rendimientodramtico al aislamiento de los personajes.

n agosto de 1938, John W. CampbellJr. (1910-1971) public en las pgi-nas de Astounding Science Fictionuna novela corta, Who Goes There?

(Quin hay ah?), enmascarado tras el seud-nimo de Dan Stuart. (Campbell, director de lasusodicha revista, tal vez considerara oportunono darse demasiado protagonismo; la discrecinera entonces un valor, no un demrito). En 1973,la Asociacin de Escritores de Ciencia Ficcin yFantasa de los Estados Unidos reconoci WhoGoes There? como una de las mejores narracio-nes del gnero de todos los tiempos. En el nte-rin, la historia haba servido de inspiracin parauna notable pelcula de Howard Hawks & Chris-tian Nyby y a la vuelta de unos pocos aos alum-brara la Obra Maestra de John Carpenter. Unabuena cosecha, sin duda. El lector interesado en-contrar este relato en el volumen colectivo Lacabeza de la Gorgona y otras transformacionesterrorficas (Editorial Valdemar); no obstante,este mismo lector tendr dificultades para acce-der a otros textos de este autor. La pregunta espor qu a da de hoy no existe una buena edi-cin de su obra narrativa en nuestro idioma?

COSAS QUE NUNCA FALTANEl planteamiento de Who Goes There? es

extremadamente sugerente: una expedicincientfica en la Antrtida descubre una naveextraterrestre sepultada en el hielo; segn unosclculos aproximados, esta fenomenal construc-cin de 90 metros de largo y 15 de dimetro lle-vara veinte millones de aos enterrada en

por Jos Abad

E

Se ha reconocido a WhoGoes There? como una delas mejores narraciones delgnero de todos los tiempos

ENIGMAS DE OTROS MUNDOS

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LA COSA | ENIGMAS DE OTRO MUNDO



Fuera de la base moriran, de modo que estnobligados a compartir un espacio reducido conuno, quizs varios monstruos. Adems del aisla-miento fsico, se da un aislamiento personal. Lasituacin es desquiciada, desasosegadora. Cadapersonaje ve un monstruo potencial en quienest a su lado. El fro extremo, el blanco abso-luto de la nieve y, sobre todo, la apabullante so-ledad de los personajes en un ambiente hostilhacen pensar en El color que vino del espacio(1927) de H. P. Lovecraft, musa sombra de JohnW. Campbell Jr. A lo largo del siglo XX, elmiedo atvico a los monstruos de la leyenda fuecediendo terreno a un miedo de tipo existencialinspirado por lo que el hombre pudiera encon-trar all fuera, en el cosmos, realidades fuera denuestra realidad o, sencillamente, un vaco im-penetrable e indiferente. Arthur C. Clarke dijoque existen dos opciones, o bien estamos solosen el universo o bien no lo estamos, y ambasson igual de terrorficas. Who Goes There? ilus-tra ejemplarmente la primera de estas opciones.

Contra todo pronstico no se me ocurre ci-neasta ms ajeno al terror csmico, HowardHawks se hizo con los derechos del relato y en-carg su adaptacin a dos fieles colaboradoressuyos, Charles Lederer y Ben Hecht, si bien sloel primero sera acreditado en el film, ignoro elporqu. El enigma de otro mundo (The Thingfrom Another World, 1951) fue la primera pro-duccin de una nueva compaa de Hawks,Winchester Productions, y en ella intervinieronotros profesionales cercanos a l como el com-positor Dimitri Tiomkin y el director de foto-grafa Russell Harlan. La direccin recay enChristian Nyby, su montador en Tener y notener (To Have and Have Not, 1944), El sueoeterno (The Big Sleep, 1946) y Ro Rojo (RedRiver, 1948). Hawks debera haber ejercido slocomo productor pero o bien quiso controlar eltrabajo de cerca o bien no se fiaba de su asala-riado, lo cierto es que acab implicndose acti-vamente en el rodaje; nunca falt en el platsiempre que se rodaba alguna escena de impor-

tancia, segn l mismo reconoci. De resultas,El enigma del otro mundo se estudia como unapelcula de Howard Hawks y no de Chris-tian Nyby, que dirigi varios filmes ms de loscuales nadie se acuerda. El duelo era desigual yNyby llevaba las de perder desde el principio. Yaen los crditos, como hizo notar Quim Casas, elnombre de Hawks como productor aparece encaracteres bastante ms grandes que el suyo.

Los guionistas aprovechan el punto de partidadel relato original, pero siguen derroteros dife-rentes. En principio se llevan la accin al CrculoPolar rtico para justificar la presencia militarnorteamericana. Un objeto volador no identifi-cado se estrella no muy lejos de una base cient-fica y el gobierno enva a la zona una expedicinal mando del capitn Patrick Hendry (KennethTobey), un grupo muy caracterstico del uni-verso hawksiano: tipos que saben lo que hacen,templados, amigos de sus amigos, temerarios,desenfadados. Hay otros personajes muy delgusto de Hawks: un periodista en busca de unabuena noticia, Ned Scott (Douglas Spencer), yuna mujer de armas tomar, Nikki (Margaret She-ridan), que introduce la nota de tensin sexualno resuelta habitual en su cine. Nada ms llegar ala base, el doctor Carrington (Robert Cornth-waite) informa al capitn Hendry que en la zonadel impacto se han detectado unas fuertes per-turbaciones magnticas; las que producira unamasa equivalente a 20.000 toneladas de acero.Cuando se acercan al lugar, la brjula y el conta-dor Geiger enloquecen. El instante de la localiza-cin del ovni es extraordinario: los miembros dela expedicin se distribuyen sobre el hielo paradeterminar sus dimensiones y se percatan de queforma un crculo perfecto. Han dado con un pla-tillo volante. Tambin aqu, de manera involun-

taria, los hombres provocan la destruccin de lanave. Una criatura viva escapa del interior o esexpulsada a consecuencia de la explosin yqueda atrapada en el hielo. Al igual que en el re-lato original, los protagonistas se la llevan a labase dentro de un sarcfago de hielo.

El film propone un enfrentamiento entre cien-cia y ejrcito muy revelador. El doctor Carringtonquerra descongelarlo sin tardanza, pero el capitnHendry impone el sentido comn. En uno de esosdetalles que se bastan para crear una atmsferaverosmil, Hendry ordena romper las ventanas delalmacn donde guardan el bloque para que latemperatura se mantenga bajo cero. Por desgracia,un soldado coloca por error una manta elctricaencima y el hielo se derrite. En otro magnficoapunte, los perros de la base comienzan a aullarcuando el extraterrestre queda libre. Los guio-nistas prescinden de su capacidad para meta-morfosearse; un captulo difcil de resolver paralos efectos especiales de la poca. A cambioproponen una alternativa sugestiva. Un perro learranca un brazo; el brazo, cubierto de espinas, seasemeja al tronco de un rosal. La cosa tiene msde vegetal que de animal y, como tal, carece deemociones; se reproduce por esporas y se ali-menta de sangre. (Descubren el cadver de unperro completamente desangrado). De incgnito,Carrington siembra esas esporas y las riega conplasma sanguneo y en pocas horas crecen unosbulbos, que respiran. El tpico relato de cienciaficcin sobre contactos con seres de otros plane-tas se adereza con ingredientes caractersticos delrelato de terror. Incluso el humor hawksiano setie de negro: Ser yo quien escriba su necrol-gica, capitn, le dice Scott a Hendry mientrastienden la trampa definitiva al monstruo.

Tal como sucedera con La invasin de los la-drones de cuerpos (Invasion of the Body Snat-chers, 1956), otro clsico de aquel perodo, Elenigma del otro mundo alumbr exgesis polti-cas de signo contrario. Se ha visto como un sn-toma de la paranoia suscitada por la Caza deBrujas llevada a cabo por el tristemente famoso

ENIGMAS DE OTRO MUNDO | LA COSA

El enigma del otromundo alumbrexgesis polticasde signo contrario



senador Joseph McCarthy y tambin como unaparbola anticomunista. La historia es lo sufi-cientemente equvoca como para justificarambas lecturas, si bien la segunda cuenta conms y mejores argumentos que la primera. SusanSontag afirmaba que la narrativa de ciencia fic-cin es de signo reaccionario por naturaleza; eneste caso es cierto. El ejrcito es retratado bajouna luz favorecedora, mientras la ciencia se pre-senta con matices negativos. (Carrington saboteala trampa que habra de acabar con el monstruoporque quiere preservarlo para el estudio). Lapelcula se estren el mismo ao que Ultimtuma la Tierra (The Day The Earth Stood Still, 1951)de Robert Wise. Esta pelcula presentaba a unser extraterrestre con algo de ngel custodio,Klaatu (Michael Rennie), que llega a la Tierrapara ayudar a la humanidad. Pues bien, el buenode Klaatu apenas tuvo imitadores. Quien real-mente cre escuela fue el aliengena depredadorde Hawks & Nyby. El enigma del otro mundoera el fruto lgico del estado de alerta y descon-fianza de la Guerra Fra. Vigilad los cielos!, ad-vierte Scott en su alocucin final.

COSAS QUE NUNCA MUERENLa idea de un remake se les ocurri a Tobe

Hooper y Kim Henkel, director y guionista deLa masacre de Texas (The Texas Chainsaw Mas-sacre, 1974), quienes llegaron a desarrollar unpar de tratamientos de la historia, ninguno ple-namente satisfactorio. Universal, que tena en supoder los derechos de adaptacin, encarg staa Bill Lancaster y coloc al timn a John Car-penter; con muy buen tino, hay que insistir,dada la admiracin de ste por el cine de Hawksen general y por esta pelcula en concreto. Lanoche de Halloween (Halloween, 1978) incluaprecisamente imgenes de El enigma del otromundo. A lo anterior haba que sumar su expe-riencia previa en el mbito de la ciencia ficciny en el terror, lo que le permita afrontar con co-nocimiento de causa este peculiar destilado deambos. La cosa (The Thing, 1982) propone un

retorno al relato de John W. Campbell, Jr., tam-bin a Lovecraft; otro acierto, pues el mundo deCarpenter guarda muchas afinidades con el delLoco de Providence. Lovecraft es homenajeadodescaradamente a travs de las indescriptiblescriaturas pergeadas por la imaginacin calen-turienta de Rob Bottin. La pelcula no sera lamisma sin su concurso.

Estamos de regreso a la Antrtida, corre el in-vierno de 1982. El arranque del film, in media res,es extraordinario. Se parte de una situacin tanabsurda como anmala: dos hombres en un heli-cptero persiguen a un husky; uno de ellos, ar-mado con un fusil, intenta desesperadamenteabatir al animal, sirvindose incluso de bombasde mano. El desenlace es igualmente absurdo y

anmalo: el perro alcanza una base norteameri-cana, los perseguidores llegan a la zaga y el capi-tn Garry (Donald Moffat) responde con fuego alfuego de stos. Los perseguidores, de una basenoruega cercana, mueren sin conseguir su obje-tivo. Los norteamericanos no entienden qu ocu-rre, de modo que se trasladan a la base vecina yencuentran slo destruccin y muerte, y diversoshallazgos a cual ms estremecedor: un bloque dehielo de grandes proporciones que antes contuvoalgo, ahora vaco, y los restos carbonizados dedos cuerpos a medio fusionarse. Gracias a uncuaderno de notas y de unas cintas de vdeosaben que el equipo noruego haba descubiertouna nave enterrada en el hielo hace 100.000 aos.(En este punto, Carpenter retoma la idea de loshombres formando un crculo en el hielo para es-tablecer el tamao del platillo volante).

El terror no tarda en desencadenarse. En laperrera, el husky revienta literalmente y de su in-terior surge algo proteico y multiforme que em-pieza a absorber la vida de los dems animales ya replicarlos. Los hombres lo destruyen, si bienuna parte de eso logra escabullirse. El diagns-tico es de sobra conocido: el organismo es capazde imitar cualquier forma de vida hasta el puntode ser indistinguible de ella. En este caso, el sen-tido comn est representado por un cientfico,al menos temporalmente. Segn los clculos deldoctor Blair (A. Wilford Brimley) esa cosa po-dra extenderse por todo el planeta en unas vein-tisiete horas, de modo que sabotea el helicptero,la mquina quitanieves y el telgrafo. Nada debeescapar con vida de la base. El aislamiento, unavez ms, se intensifica a causa del recelo. Nadieconfa en nadie. La sospecha salta de un perso-naje a otro, implacable, alcanzando incluso alhroe terico de la funcin, el piloto R. L. Ma-cReady (Kurt Russell). Carpenter crea una at-msfera malsana, pegajosa, de puro miedo. Demiedo a lo desconocido, a lo que ignoramos, a loque nos supera. De miedo a dejar de ser lo quesomos, de perder nuestra identidad, por muymiserable o mediocre que sea sta.


La idea de un remake se lesocurri a Tobe Hooper y KimHenkel, director y guionistade La masacre de Texas



El cineasta se sirve de una narracin limpia(travellings sinuosos, suaves fundidos en negro)y de un ritmo de combustin lenta, cortocircui-tado por puntuales y bien elegidos estallidos deuna violencia espeluznante; recurdese el mo-mento en que la cabeza de Norris (Charles Ha-llahan) se separa del cuerpo, se descuelga hastael suelo y una vez all desarrolla unos tentculospara escapar. Dijimos que, segn Susan Sontag,todo relato de ciencia ficcin es reaccionario.Pues bien, si en el caso de El enigma de otromundo acertaba de lleno, en el de La cosa yerragrandemente. El film es de un nihilismo radical.La cosa es obra de un outsider, un individuo queno se distingue por su confianza en el sistema nipor su fe en el ser humano. Ninguno de sus pro-tagonistas es especialmente edificante. (MacRe-ady es si acaso el menos despreciable). Carpenterno nos pide vigilar los cielos, sino nuestros ins-tintos ms recnditos. El desarrollo del relato eselocuente: varias de las vctimas de la criaturacaen en sus garras por estupidez o torpeza, y losltimos supervivientes hacen saltar la base porlos aires. El desenlace nos empuja de mala ma-nera dentro de un callejn sin salida. Quedandos nicos personajes en pie, MacReady yChilds (Keith David). Ya no tienen donde huir,se sientan uno frente al otro entre los escombroshumeantes, y MacReady le dice a Childs: Porqu no esperamos aqu un rato a ver qu ocurre?.No se me ocurre un final menos esperanzador.

La cosa se estren el 25 de junio de 1982, elmismo da en que llegaba a las pantallas BladeRunner. Ambos ttulos acabaron siendo sendosfracasos comerciales, tan rotundos como ines-perados; el lugar comn suele echarle la culpa aE.T. el extraterrestre, estrenado el 11 de junio,dueo y seor de la taquilla aquel lejano veranode nuestra adolescencia. El tiempo justiciero hacolocado las cosas en su sitio y hoy, a pesar delas simpatas que despierta el cndido aliengenade Steven Spielberg, nadie cuestiona la superio-ridad de las propuestas de John Carpenter y Ri-dley Scott. As y todo, el anuncio de un remake

del film del primero casi treinta aos despus,debo confesar, me descoloc. Salvo los cinfilosms recalcitrantes, quin se acordaba ya de Lacosa? Por suerte, la idea de retomar aquel uni-verso sombro y pesadillesco no naci con finespuramente crematsticos. No la ilumin el cl-culo, sino el aprecio. La cosa (The Thing, 2011)una precuela del film en teora, un remake en-cubierto en realidad, no pretenda contar lamisma historia, sino imaginar qu sucedi en labase noruega, lo cual permita a sus artfices re-tomar y reformular aquel imaginario onrico.

En los primeros minutos se nos muestra el ha-llazgo de la expedicin noruega: al paso de un ve-hculo se abre una sima en la nieve y se descubreuna gruta subterrnea y, en el interior, la nave

que se estrell 100.000 aos atrs. El protago-nismo yanqui est asegurado gracias a la presen-cia de una joven paleontloga, la doctora KateLloyd (Mary Elizabeth Winstead) y un par de pi-lotos, uno de los cuales, Sam Carter (Joel Edger-ton), de maneras lacnicas, hace pensar en elcnico MacReady. La pelcula dirigida por Mat-thijs van Heijningen Jr. no cuenta con el factorsorpresa, pero tampoco se resigna a ser un suce-dneo previsible. Las novedades o variaciones in-troducidas son pertinentes. La doctora Lloyddescubre que, al replicar a sus vctimas, el extrate-rrestre descarta elementos ajenos al organismo,como la prtesis de titanio de Jombry (KristoferHivju); as, en el momento lgido del relato, laherona comprobar si los dems siguen siendoquienes dicen ser a partir de un detalle singular:la conservacin o no de empastes dentales.

La propuesta es ingeniosa y los resultados en-tonados. Como he dicho, la trama se teje desdeel cario sincero; el objetivo es participar deaquella fantasmagora y procurar que las piezasencajen. No obstante, La cosa, versin 2011, sequeda muy por debajo de su precedente, lanieve no llega a cobrar el peso ominoso que ad-quira en el film de John Carpenter, por qu?En primer lugar, ningn personaje arraiga en elnimo del espectador, ni para bien ni para mal.Todos ellos tienen algo de convidados de piedraen una ceremonia reservada exclusivamente ainiciados. En segundo lugar, la criatura es msruidosa que turbadora, ms destrozona que in-quietante, una bestia incontenible, lo cual incu-rre en un grave error de lgica: cmo, siendotan extremadamente letal, no elimina a los sereshumanos a las primeras de cambio? Quin selo impide? Qu? El posicionamiento ideolgicomarca definitivamente las distancias. Matthijsvan Heijningen Jr. deba haber adoptado unamisma mirada radical, drstica, si quera estar ala altura de Carpenter. El director se muestrademasiado comedido, demasiado circunspecto,y la situacin pergeada por John W. CampbellJr. requera un toque de locura. SfW


La pelcula dirigida porMatthijs van Heijningen Jr. nocuenta con el factor sorpresa,pero tampoco se resigna aser un sucedneo previsible



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