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Mensaje Universitario M.A. Candita Victoria Gil Jiménez

Rectora

Villahermosa, Tabasco, 12 de marzo de 2010

Auditorio del CIVE

19:00 horas

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En la teoría de los fundadores de México, Cuauhtémoc es el gesto, Hidalgo es la fe, Morelos es la acción y

Juárez……….la conciencia de la patria.

José López Bermúdez Buenas noches: Saludo con afecto a quienes me acompañan en el presídium: Mtra. María Isabel Zapata Vásquez, Secretaria de Servicios Académicos. Dr. José Manuel Piña Gutiérrez, Secretario de Servicios Administrativos. Ing. Miguel Ángel Ruiz Magdónel, Director de Difusión Cultural y Extensión. Est. Pedro Jesús García Escamilla, Presidente del Consejo Directivo Estudiantil Universitario de Tabasco.

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De igual forma al: Arq. Agustín Centurión Hidalgo, Presidente de la Honorable Junta de Gobierno de esta Casa de Estudios. Al: C.P. José Neftalí Frías Díaz, Presidente del Patronato Universitario. Y al: C.P. Jorge Fuentes Milla, Secretario General del Sindicato de Profesores Investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Asimismo, me complace dar la más cordial bienvenida a este Claustro Universitario al escritor mexicano: Ignacio Trejo Fuentes A quien le agradecemos haber aceptado la invitación, para compartir sus vastos conocimientos con esta comunidad universitaria.

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Funcionarios de la Universidad. Directores de Divisiones Académicas. Profesores Investigadores. Jóvenes estudiantes. Señoras y señores:

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La historia de México, al decir de Alejandro Gómez Arias, “es un proceso glorioso, una síntesis fecunda de esfuerzos colectivos, un peregrinar incesante donde la sangre de los mártires ha sido la tinta con la que se ha escrito nuestra entrega a las más grandes causas sociales”. Inspirados con mucho fervor, los universitarios nos reunimos una vez más, para dar comienzo a la tradicional Semana de Juárez que este año, adquiere mayor importancia, por ser el 2010, el año del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana. Dos hechos históricos, dos acontecimientos relevantes que -junto con la Reforma- fueron fundamentales para afirmarnos como una nación plena de libertades.

Hace 200 años, México nació a la vida independiente, no sin antes, haber pasado por un largo calvario de 11 años, donde Hidalgo, Morelos, Allende, Mina y Guerrero, con el esfuerzo de muchos mexicanos, colocaron los cimientos de una nación dispuesta a gobernarse a si misma.

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Una nación, que se forjó al calor de las luchas libertarias que proclamaban la igualdad y el respeto a los derechos más elementales de los individuos. Hablar de la Independencia no es sólo destacar cómo logramos cortar los lazos que nos unían con la corona española y un modelo de gobierno agotado. Más allá del hecho en sí, está su alcance como un movimiento social surgido del pueblo y mediante el cual, la fuerza de la gente impulsó un cambio de grandes consecuencias. Sin embargo, no se ganó la independencia rompiendo solamente las cadenas ibéricas. Era preciso liberarse dentro: privilegiando la ley y haciéndola respetar.

Por eso, aquel primer episodio era apenas el prólogo de fuego de un drama nacional que tiempo después, entre 1857 y 1867, tuvo como figura central a un mexicano que cumplió con la hora que le señaló el destino: Benito Juárez García.

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Juárez, atravesó la historia del siglo diecinueve como un tajo que hiende las sierras abruptas de Oaxaca. La sola pronunciación de su nombre nos remonta a una de las épocas más decisivas pero a la vez difíciles, dentro de la conformación del Estado Mexicano. Nadie como él, fue tan dedicado a la causa de la nación, precisamente porque supo conjugar las ideas del liberalismo político y económico, teniendo como eje central a la constitución, a los derechos individuales, la separación de poderes, la enseñanza laica, el sometimiento de la iglesia al estado, la igualdad y el gobierno de las leyes en un contexto democrático y plural.

A su lado, compartieron los momentos más difíciles, destacados apóstoles liberales como Lerdo de Tejada, Guillermo Prieto, Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez, José María Iglesias, Matías Romero, Ignacio Zaragoza, sin duda, una de las más brillantes generaciones de mexicanos.

Pléyade de hombres de pluma y espada que nos dio la base constitucional del México moderno.

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Juárez hizo madurar políticamente a la nación, forjando en el crisol de la perseverancia su capacidad y su férreo carácter para cumplir con el deber frente a los desafíos que se le presentaran.

Retos que pusieron a prueba una vez más, la reciedumbre de un pueblo que como el mexicano, no está dispuesto a tolerar monarquías.

Tiempo mas tarde, en 1910, nos vuelve a convocar el espíritu patriótico. Esta vez, para derribar una dictadura de 30 años. La revolución mexicana, recorrió la geografía nacional de norte a sur, a caballo y arriba de los ferrocarriles, llevando los ideales de Madero, de Zapata, de Carranza, de Obregón y de Villa, como representación fidedigna de las aspiraciones legítimas de un pueblo dispuesto a cambiar el curso de su historia. Aspiraciones que quedaron plasmadas en la Constitución Política de 1917 y en donde la educación, ocupa un lugar prioritario dentro de su estructura.

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En ella, queda expresada la garantía social para que todo mexicano, tenga acceso a la enseñanza como un derecho universal que contribuya a su formación y superación personal. Esa, es la herencia de 200 años de vida independiente. El legado de 100 años de lucha por la conquista de una mejor calidad de vida. Comunidad Universitaria Señoras y Señores

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Recordar no sólo tiene un sentido patriótico. Ni es un hecho romántico. Es una oportunidad para mirar de otra manera el futuro. Una oportunidad, que bien podemos asumir como esperanza de mejores tiempos. Porque para construir el futuro, necesitamos conjugar lo mejor de nuestro pasado y presente. Por eso, estamos hoy reunidos aquí, para dar continuidad a nuestra historia. Para refrendar el compromiso con México: desde el aula, la oficina, el laboratorio; desde cualquier trinchera o espacio en el que nos encontremos, el objetivo ha de ser siempre México. Como universitarios, estamos conscientes, que la mejor forma de honrar la memoria histórica, es con resultados concretos.

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Éstos, ya no son los tiempos de las armas ni de los conflictos, es tiempo de trabajar con ética, sin improvisaciones, con responsabilidad social, con transparencia, forjando profesionistas de alta calidad, de vanguardia y competitivos. Aquí, los valores y principios que nos dan identidad son respetados y exaltados por ser la savia que nutre nuestra actuación institucional de cara a la sociedad. Por eso, año con año, celebramos la tradicional Fiesta Mexicana con motivo del Grito de Independencia; en cada División Académica, una vez al mes, rendimos homenaje a nuestro lábaro patrio y dentro de las actividades que forman parte de esta jornada que hoy inicia, la voz de la juventud se deja escuchar a través de los concursos de declamación cívica y oratoria; foros de expresión y análisis, propios para recordar la gesta heroica de aquéllos que a costa de su propia vida, hicieron posible la existencia de mejores días para nuestra patria.

Precisamente con ese propósito, en el mes de noviembre del presente año, pondremos en marcha el “Campus Bicentenario” próxima sede de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades.

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Porque estamos ciertos que la mejor manera en que este país puede progresar, es propiciando la apertura de más espacios educativos, acordes a las exigencias de la época actual. Y así hemos de continuar, porque tenemos un deber que nos obliga a avanzar con firmeza; sin detenernos, en esta hora crucial de la historia. Por lo tanto, deseo que esta Semana de Juárez 2010, sea un espacio que estimule una reflexión colectiva. Un momento oportuno para hacer un balance exacto: De lo que fuimos, De lo que somos Y estamos llamados a hacer, por la grandeza de México. Ahora si me lo permiten les invito a ponerse de pie:

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Y siendo las _________horas del día viernes 12 de marzo de 2010, declaro formalmente inaugurada “La Semana de Juárez 2010”. Estudio en la duda, acción en la fe.