Saro G

arcía 80 / 1000

1000Books by1000Poets

2014

1B1P

9094047813049

ISBN 978-1-304-90940-490000

Monstruos

Leonor Saro García

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LS

Monstruos

Monstruos

Leonor Saro García

Poetry will be made by all! 89plus and LUMA Foundation

0080 / 1000 First Printing: 12:20, 18 March 2014 ISBN 978-1-304-90940-4 LUMA/Westbau Löwenbräukunst Limmatstrasse 270 CH-8005 Zurich Published by LUMA Foundation as part of the 89plus exhibition Poetry will be made by all! co-curated by Hans Ulrich Obrist, Simon Castets, and Kenneth Goldsmith at LUMA/Westbau, 30 January – 30 March 2014. Cover design by Content is Relative. All rights to this work are reserved by the author. This book edited by Danny Snelson. Series editor: Danny Snelson http://poetrywillbemadebyall.ch

A Lorenzo

i. subterráneos

“BIRD LIVES” El transporte público se alimenta de vírgenes y extranjeros ellas, las pobres, ingenuas, en sus minúsculas faldas se apean en Tribunal para Pachá sesión light o se bajan en Moncloa para el macrobotellón. Al transporte público le gusta especialmente comentar con los más viejos la longitud de sus piernas de catorceañeras Cuando se le han acabado las ninfas apetitosas se ensaña con la rubia familia de británicos con el negro del top manta con el francés antipático herido de amor con el romero de zíngara.

En la ciudad cunde el pánico: Crece la industria del látex y los juzgados se llenan de matrimonios fraudulentos.

Y EL PLACENTERO VÉRTIGO DE NO EXISTIR MÁS En el tramo de dos bandas amarillas está la respuesta a todas nuestras preguntas; aunque se afanen por vallar los puentes altos, las vías son siempre de acceso fácil. Bastaría con correr al arrullo del vapor o con desmayarse justo al borde del andén como quien no quiere la cosa. Yo estoy entre esos amantes de raíles que esperan y un día no quieren esperar más. Han pasado ya cinco trenes.

ii. madrileños

DOS BURGUESES Me siento en el escalón de los abanderados con una máscara fina de lágrimas duras --temor sombrío por un matrimonio en pieles desnudas que huyen de la multitud de ratas impías Huiría contigo a un mundo de hojas lejos de hedor de cristales pintados de ultrajados escaparates de autónomos de franquicias violadas por la furia. Bombardean nuestros besos ignorantes de desempleo, de conciencia de himnos fúnebres color morado y rojo, y amarillo, y el miedo acecha nuestros proyectos en este paseo de pitidos

de abucheo nacional de sacrificio pagano convocado por los principales sindicatos y secundado por el pueblo, por los desfavorecidos por el veinticinco por ciento de parados, por las cadenas por el hambre por el paseo de Recoletos. No son nubes el temblor grisáceo en las alturas son bandadas migratorias de gorriones de acero atravesados por la masa perdida, en un día de puente motivado, que hasta los árboles rugen. ¿Por qué no nos vamos a casa?

PLAZA DE SAN MARTÍN CHAGALL EN PRIMAVERA La ciudad te desgarra los orificios nasales con sus puñales de aire de gramíneas dioxigenadas la plaza de atesta de propietarios de equipos de alta fidelidad y de amantes del arte Intolerancia melómana en cuero canalla y ánimo alergénico de cabras rusas y singles irremplazables.

iii. corpóreos

“¡Pero si tengo ganas de hacer pis! Eso prueba que no estoy muerta!”

La insorportable levedad del ser, M.

Kundera No me beses los pies cuando me huelen a urbe cuando se comprime mi esencia en la mugre interdigital y mis callos tocan tu lengua -rugosidades frías- Y mi desnudez se desnuda. No me beses los pies entonces que aunque tus dedos excaven soterren, invadan, descubran profundidades sólo exploradas

por impudicias de patio -la nariz húmeda, la vergüenza de los mocos líquidos, los muslos al descubierto, y más arriba aún más arriba y más profundo aún más profundo- cuando tengo los pies llenos de pelusas y me deseas tú sucia mi piel se congela de recato y me escuecen las máculas sudoríparas de frío porque tengo también las entrañas polvorientas y anidadas de arañas de urbe, de urbe sin telarañas, de urbe trasnochada, de urbe sin medias, de urbe con hongos.

SUDOR En el velado consenso de bocas y hombres la Verdad se marcha volando por la ventana y se engancha en las pinzas del tendedero del patio de vecinos. Y por eso pesa tanto, tantísimo la vida, porque así es imposible que se seque la ropa. Si acabara en el plato de comida o se inyectase con una jeringuilla transpiraría por los poros: no crearía una cámara de vapor Purificaría la atmósfera enrarecida de mercurio expandido por la fiebre de las convenciones de los agnósticos que ahogan la verdad de sus camisas mojdas en el abrigo de un impermeable amarillo.

ROTENBLUMENTAGEN Se celebran en las tripas miles de ejecuciones -ahorcamientos- y se acumulan los cadáveres en ramilletes de camelias rojas que al poco huelen a amoniaco, y las madres llenas de hijos de coágulo acuden a sangrar el sacrificio lunar con una carga a la espalda de encogimiento renal (drenaje doloroso susceptibilidad excitada) y de antiinflamatorios sin receta ¡Y qué desgarro de algodón empapado de cuellos partidos en soga y de cuerpos penduleantes! Y no pueden más que llorar por la concepción truncada, por ese reloj de podredumbre que se ríe de su naturaleza.

ÜBERFLUS

“Me gustaría regalar y repartir hasta

que los sabios entre los hombres hayan vuelto a regocijarse con su locura, y los

pobres, con su riqueza. Para ello tengo que bajar a la

profundidad: como haces tú al atardecer, cuando traspones el mar

llevando luz incluso al submundo, ¡astro inmensamente rico!”

Así habló Zarathustra

Tu sexo se engancha entre mis dedos con dedales que evitan los pinchazos y tu alma pegajosa me salpica y apura cada día la puntada muy pegada a los encajes de mi pecho Y al fin te derramas, al borde, siempre nuevo

como la copa que rebosa de los salmos. Cuando éramos niños nos hacíamos pis de contento. Hoy no se nos contienen las entrañas al amarnos hoy se colma a sí mismo el asombro de mis ojos y maravilla la visceralidad perdida en los jardines de la infancia ¡Qué preciosa esta sobreabundante fluidez de nuestro abrazo que me descubre hoy tu hombría sorprendente, sonrojándome como se sonrojan las bragas del primer período por fin mujeres! La higiene y las horas nos reducen a mecánica: desnuda in albis sobre un pañuelo la prueba turbadora de nuestras vergüenzas.

Pero siento los dedales de tu sexo entre mis dedos que me curan las heridas de las yemas con pinchazos.

iv. maritales

OSTRANENIE Vuelve montada a lomos de la vejez de tus papeles arista de memoria para recordar cómo huele el peso del regreso e interrogar su cansancio inquirir en su conciencia. Vuelve y cabalga sobre sus grietas; palidece en las esferas de la calle taciturna de la soledad y el sopor de sus parejas aburridas de sí mismas. No hay nada más feo que una contemplación agotada. Acaso nunca haya habido silencio suficiente para oír el crujido de sus venas o tal vez lo hayan percibido en un domingo en el campo cuando no cantan los grillos y hayan descubierto

la mortantad de las suyas propias ya necrosadas acaso nunca tan otras para amarse a sí mismas No hay nada más feo que una contemplación sin ternura Así que vuelve a lomos de tus ojeras azules cabalga sorda a los apremios del tiempo regresa y procura no tomar peso más que el tuyo.

LA ESPUMA DE LOS DÍAS (Boris Vian) Llegaron las lluvias al pulmón florecido y la casa comenzó a encoger. El ratón de cristales que habitaba tu mente pactó su suicidio Y los miles de soles que llenaban tu cama se descompusieron como huesos de albaricoque y empezaron a oler a ropa mojada. Comenzaron a acumularse los cuerpos. Las cabezas cercenadas por cuchillas de patín: y no hubo más viajes en nube, ni vestidos color charca profunda, ni anguila para comer Pronto dejamos de especular sobre la vida eterna y ya sólo hablábamos de asuntos pragmáticos: quién hace hoy la compra, te toca limpiar la cocina…

Se fueron vaciando lentamente las estanterías y cerraron todos los cines de Chamberí. Desaparecieron las constelaciones de tu cara y el ruido leve que hacían tus tímpanos al vibrar. Luego nuestros acreedores comenzaron a hostigarnos y ardió nuestra colección de objetos brillantes diluidos en formol. Olvidé como atar el nudo de tus corbatas y tú te buscaste un trabajo. Llegaron las lluvias para drenar nuestros cuerpos de todo lo que antes llenaba nuestros días. Se acabó el jabón, se esparció la espuma, y nunca más volvimos a bailar un biglemoi de Duke Ellington.

v. fronterizos Qué bueno sería vivir en un puesto de peaje y robarle el moreno al asfalto y tener una piel indestructible. Regar los viejos caminos con la lluvia cebreada de autopistas sin encapotar. Volar hacia una muerte segura conduciendo en sentido contrario. Amar furtivamente a un camionero bajo el leve fulgor de una bombilla. Arder con un solo cigarrillo. Y ser impermeable a las bandas pintadas toda yo frontera. Qué bueno sería vivir en la aduana:

La metamorfosis cuesta solo seis pavos, A la madrugada quizás un accidente me concede un respiro y con suerte pillo señal con la minitele a pilas.

vi. enfermos El imaginario colectivo ha figado imágenes sobre lo que debería ser un hueso o un alma El hueso muerte El alma pura o corrupta El hueso sopa El alma respira o persiste o perece Y una sopa de almas respiratorias llenas de tubos de huesos rotos de huesos de azúcar de huesos de santo para tomar el té Y una celda hospitalaria contiene todos los adminículos necesarios para una vida cómoda

MEDEA, FURIA ENCADENADA Échame a los perros afilados y no te entretengas con mis miembros No dejes morir a tus hijos de hambre.

SATURNO El Capricho, mayo 2013 Saturno ha nacido hoy junto a esta nieve de marzo Ha desplegado su vientre fecundo sobre el olor a hormonas podridas de esta hierba cortada. Ha aprisionado tu nombre en el abrazo de sus círculos concéntricos. En el dulce pesar de su fuego azul. Saturno huele hoy a gasolina y a sangre de parto y a habitación cerrada Y se arranca en un grito primigenio: El origen de la vida El origen del dolor El origen de la entraña Acaso el amor. Un poco.

vii. colocados

EL INVIERNO HUELE A MANDARINAS I. AUTOMÓVIL Escarbando entre las náuseas verdes y amontonadas con tus papeles y mis pañuelos, y la suciedad de las farolas que extienden los limpiaparabrisas, con un bochorno de luz naranja --parpadea cada diez metros no sabes del todo si podrás encontrar los aullidos helados que antes siempre te esperaban junto al cepillo de dientes

II. ANTÍGONA Mujer líquida terrible, puta de revolución: ¡Tienes un hermano muerto! La cama cadaverea con tus cabellos esparcidos

III. DESAYUNO Escupes tus gárgaras apagas el humo te tomas la leche y compras un periódico de huesos de hambre de perro colocado

IV. ASCENSIÓN A LOS INFIERNOS Alcanza el éxtasis del azúcar Siente tus dedos blandos, blandos… Los pulmones se llenan de estanque y tú miras por detrás de tus ojos Despiértame Despiértame Despiértame al sueño del opio

viii. tristes, locos, buenos, terribles

ÁVALON

“The silver saxophones say I should refuse you.

The cracked bells and washed-out horns

Blow into my face with scorn, But it's not that way,

I wasn't born to lose you”

Blonde on Blonde, B.Dylan

I. REZO PARA QUE DUERMAS BIEN. Los tumores podridos de la utilidad -dos misterios y una bala- y diez cuentas que rezan la ansiedad de intuir tus pensamientos o inventarlos. Brassens me bajó la cremallera -ya ves, no empecé yo- acabamos haciendo el amor bajo el viaducto entre suicidas y orgasmos urbanos. Tengo las mejillas coloradas con las bofetadas de Gardel; me vio con el escote de arrabalera y no quiso llamarme puta. En ningún sitio -salvo en las librerías, o sola encontrando tu olor- soy yo.

Soy más yo en tu risa que pisotea mis horas despierta que velan tu sueño, y mis pobres dogmas y mis lágrimas. Espectro insensato y ciego pintado de vino (lo has vaciado igual que vacías las palabras más sagradas) anhela tu medianoche sin arrestos. Bajo el edredón las esperanzas se hinchan de niebla, de sentimentalismo obtuso arropadas por una novena al Espíritu Santo. Dios te salve, María llena eres de gracia... (...) -Tío ¿qué ha pasado? Llegas tarde -¡Me quedé dormido!

II. La oveja lleva muerta todo el verano ahí dentro por eso huele así: Y el olor a podrido se infiltró en 6000 kilos de paja. Y junto a la cuadra-morgue hay una cabaña y dentro: libros de polvo ropa de okupa sartenes, cuchillos piedras pómez hormigoneras bombonas de butano y un generador eléctrico. Junto al fuego -porque el cuartucho tiene un hogar- hubiese tendido una manta y me hubiera quitado las botas.

-Si nos quedásemos callados no oiríamos el silencio de la muerte ¿Oyes? Las brasas susurran y cuando se extingan aún oiremos el murmullo del asfalto que no calla. Reconfortado por el runrún de la ciudad te hubieses quedado desnudo y yo hubiera besado tus costillas. -Cuando pasas un rato en este saloncito te contagias del viejo placer por lo vetusto, y por eso podemos ser uno solo, porque hasta nuestro amor (más podrido que la oveja) es aprovechable en un trastero. -Ya no huelo la paja cadavérica; ahora es sólo tu aliento. -¿Estás triste?- Negarías con la cabeza y los ojos de tu nostalgia se emplearían en hacerme suya una segunda vez.

III. El dominio de la lengua de tu mente y el dominio de los besos de tu lengua van menguando los ocasos de mi cuerpo derritiendo tristemente mis desgracias. Pero tú has decidido entre estertores dormitando entre las fosas de lo insano corroer los acentos de mi vientre hasta la hora tan terrible de la tumba. Autobuses y gargantas solitarias, mediodía sin paseos ni bordillos y las mismas precauciones de prudencia que interrumpen mi placer de alcantarilla. Extrañando tus delgados recovecos yo te espío en los portales de Lagasca yo te busco en los autores de autopista yo te huelo en los rincones de Segovia.

En mitad de una calleja de los Austrias, enganchándoseme el pelo en las presillas me abrochabas el vestido desprendido, tiritando mi entrepierna pubescente. Abrumada, porque no soy una niña, no sabría regresar al sitio donde en la mesa junto a la ventana abierta me invitaste a tomar leche merengada.

IV. Paseas por mi ánimo ojeroso sonorizas la onda de mi espectro, claramente te ríes con metralla de tedio de domingo, (clavícula indecente), aplatanando la pálida memoria infectada de bichos. Tú penduleas solo en mi semana de pendón desorejao de vértigo y de amargo aniversario destinado a morir; sepulcro blanqueado de promesas que nunca te atreviste a pronunciar. Cenando retraída en Malasaña steak-tartare y cuatro cigarrillos, recuerdo entre mis yemas la cadera descarada de frío en enjuta complexión de mármol blanco. Cuando te dejo un rato tus afectos

toman el puente aéreo a Barcelona borrachos de llorar: Mi elegante mecano de poemas, y de moscatel rancio.

ÍNDICE i. subterrános “Bird Lives” Y el placentero vértigo de no existir más ii. madrileños Dos burgueses Plaza de San Martín iii. corpóreos No me beses en los pies… Sudor Rotenblumentagen Überfluss iv. maritales Ostranenie La espuma de los días v. fronterizos Qué bueno sería vivir…

vi. enfermos El imaginario colectivo… Medea, furia encadenada Saturno vii. colocados El invierno huele a mandarinas I. Automóvil II. Antígona III. Desayuno IV. Ascensión a los infiernos viii. tristes, locos, buenos, terribles Ávalon I. Rezo para que duermas bien II. III. IV.