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.1mrrica Indígena

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tHalriloc:¡Jity: a ~tudy of Child-Keeping in the Carib and Creole '·

l:rili,,J¡ ll•>~lfhlra:;: The Catholic University of Arnerica, AnthropolOfit ·,¡,¡dws J (), \\ aflun¡rton. ,,,

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Carib' (f.arifú nos) Jóllo li'Úlf! t he European conquest of the Antilles and

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The rwi/10r8 rJ,·scrtl··~ thr• Carijitnas as regards their physical appearance, gua¡Ic. materia! cfl.ll•tre, subsistcnce and sustenance activities, residence and o~u:uni:;ation, lije rycle, adomnwnts, dance and music. They also offer m,_,,r.,•rn

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culture, inler cthni'' ,.,.fations and the dynamic of their contemporary ideology. · rwt/lors ¡•onclu.ir with set}('ra/ prujcctions about the future and potential of irn¡•orlullt Centrai. lmcrier;n sociulf'roupinf{.

Introducción

LA ENFERMEDAD DE GUBIDA Y EL SINCRETISMO RELIGIOSO ENTRE LOS GARIFUNAS:

UN ANALISIS ETNOSIQUIATRICO

Cynthia Chamberlain de /Jianchi*

A lo largo de la costa de la Bahía de Honduras vive un grupo distin­tivo de gente, los Garífunas (caribes negros), cuya herencia cultural los distingue de la población latina circundante (Davidson, 1976 :H6 ). Su cultura es producto de un sincretismo complejo, es decir, la mezcla y ela­boración secundaria de aspectos selectos de dos o más tradiciones histÚ· ricas distintas (Edmunson, 1960:192, 196). En el caso de Jos (~arífun:1s hay por lo menos siete tradiciones involucradas. Estas incluyen las de los amerindios caribes y arawakos, los africanos sud-occidentales de .\ngola, los oesteafricanos de la Costa de Oro y Benín, y los europeos ele Francia, Inglaterra y España. Esta diversidad de gentes fueron arrojadas juntas en una situación de contacto cultural que se desarrolló en el Carihc sudeste y en la costa de Centroamérica durante la era de colonización europea en los siglos XVII y XVIII.

Entre las facetas de la cultura garífuna en que se refleja d sincrclÜ•­

lllo está la religión e influencias religiosas en la definición, interpretación, Y curación de la enfermedad. De importancia especial es la cn~cncia que

• CYNTHIA CHAMBERLAIN DE BIANCHI. Departamento de Antropología, Ohio State Dniversit~, e Investigadora Asociada del Instituto Hondureño de Antropología e Historia.

Alnérica Indígena.- Vol. XLIV, no. 3, Julio-Septiembre, 1984.

520 América Indígena l (

los espíritus de parientes fallecidos, llamados los gubida, puedan causar f enfermedades, comportamiento raro, e inclusive la muerte, si no se t aplacan con ofrendas de comidas y bebidas presentadas en ritos especia- { les. Esta creencia se asocia con un complejo de ritos curativos que ~

incluyen el trance del curandero para adivinar la causa de enfermedad, J el trance de posesión para danzantes rituales y el sacrificio de gallos j y chanchos. (

El culto de gubida tiene fuertes raíces en las tradiciones africanas ( y está relacionado a través de la historia con otros sistemas sincréticos • en América tropical donde han convergido las prácticas religiosas de los ( amerindios y africanos. V arios autores han discutido el desarrollo de tales f fenómenos sincréticos (Barrett, 1977; Bastide, 1978 y 1971; llerskovits, l 1958 y 193 7; Price, 1973; Simpson, 1978, 1976, 1972). [

La mayoría de los investigadores dedicados a los estudios garífunas sólo. han dado referencias breves a la enfermedad de gubida, aunque Tay- ~ lor (1951), Coelho (1955), González (1970 y 1966) y Bock (1976) han { recogido relatos de informantes sobre el fenómeno. La organización ll: social utilizada por los Garífunas para preparar y celebrar los ritos para aplacar a los muertos fue estudiada en detalle por Kerns (1977 y 1983). No obstante, antes del presente estudio no se ha realizado un examen de .. casos de enfermedad, los síntomas asociados con la condición y los l contextos socioculturales en que ocurre actualmente. i

¡ '!;

Enfermedad y sincretismo religioso 521

ciones Humanas, núm. ST 13 Callinago; Calendario de Papeles Estatales de Gran Bretaña, 1880:534; Taylor, 1951:21; Young, 1971:6-8). Al principio los africanos fueron esclavizados por los amerindios que habi­taban la isla. Pero se rebelaron y escaparon a la parte noreste de la isla donde empezaron a formar una sociedad propia. Ocasionalmente los negros hacían incursioRes a los poblados amerindios para adquirir mu­jeres.

Mientras tanto, los ingleses y franceses luchaban por el dominio del Caribe sudeste. A principios del siglo XVIII, los plantadores franceses fueron invitados a establecerse en San Vicente por los amerindios, que esperaban los ayudaran en sus conflictos contra los Garífunas (Y oung, 1971:11). En el año 1719 una fuerza naval francesa trató de ocupar las tierras garífunas pero fueron emboscados y se retiraron a sus barcos. Tales incidentes indujeron a los franceses de Martinica a usar modos persuasivos para ganar influencia entre los Garífunas. A los jefes negros les daban armas y regalos. También mandaron misioneros católicos para convertir a los Garífunas al cristianismo (Kerns, 1977:45: Young, 1971: 16-18).

Por el tratado de paz con Francia firmado en 1763, San Vicente fue anexada por el imperio inglés. No obstante, los Garífunas no reconocie­ron la soberanía británica a lo largo de diez años. Continuaron acogiendo a los esclavos fugitivos de las plantaciones circundantes (Y oung, 1971: 25, 38, 53). Después de numerosos conflictos los Garífunas hicieron

la paz con los ingleses en 1773. Durante los cinco años siguientes las

relaciones entre los dos grupos fueron tranquilas. Las mujeres garífunas frecuentaban los mercados en Kingston, donde vendían frutas, pan de cazabe y pollos (Y oung, 1971 :99). Entre los años 1758 y 1793 unos

En este artículo se reseña primero las implicaciones de la evidencia histórica con respecto a las contribuciones africanas, amerindias y euro­peas a la formación de la cultura y religión garífuna. Después se presenta un análisis sobre la enfermedad de gubida basado en los datos obtenidos durante un año de trabajo de campo en un pueblo garífuna localizado cerca de Trujillo en el departamento de Colón.

Cristalización cultural y sincretismo

_ ~ misioneros protestantes trabajaron entre los Garífunas, pero sin éxito, 1 a causa de la fuerza del catolicismo entre ellos (Southey, 1827:38).

Los Garífunas son los descendientes de dos grupos amcrindios, los Caribes y los Arawakos, y también de numerosos esclavos africanos esca· 1

pados. Los primeros africanos que llegaron a la isla de :-lan Vicente eran náufragos, provenientes de barcos que traían esclavos, dos en el año? , 1635 y uno en 1675. Otros eran fugitivos de las islas circundantes, donde:i; se habían establecido plantaciones europeas (Archivo de Arca de Rela·i;

Despuí~s que Francia declaró la guerra contra lnglaterra, «n el año 1778, los Garífunas se aliaron con los franceses, y los colonos ingle­ses se rindieron a los invasores franceses en 1779. Pero en 1783, San

Vicente fue restituida a Gran Bretaña por el tratado de paz. Por diez años los Garífunas prosperaron, especialmente en actividades agrícolas Y comerciales. La mayoría de los hombres hablaba francés e inglés con facilidad, además de su propio idioma.

l __

522 América Indígena l­t

La paz terminó en el año 1795 cuando el jefe garífuna Chatoyer t declaró su apoyo a la Revolución Francesa. El y sus seguidores se alzaron l en toda la isla, atacando las plantacliones ing117es9a6s.(PYero los 1G9a7r1ífu1n1a6s) fuUe- ( ron forzados a rendirse por los ing eses en oung, : · n ' poco después los ingleses desterraron aproximadamente a 5 000 garífunas Jj

y también a unos negros hostiles desde otras islas circundantes que se ha-¡· bían aliado con los franceses. Se embarcaron a las Islas de la Bahía cerca de la costa caribeña de Honduras. Llegaron a la isla de Roatán en el año I797 (Con?:emius, 1928:189; Durón, 1927:99; Shepard, 1831:172).

Por invitación del gobierno colonial español, los Garífunas se esta- !" blecieron cerca de Trujillo en tierra firme. En el año 1801 el gobernador ', de Honduras informó que la población de Trujillo estaba formada por l 4 000 garífunas, 200 negros franceses, 300 negros ingleses, y 2 980 [ personas de ascendencia española (Anguiano, 1801). Desde Trujillo los • Garífunas poblaron sitios al oeste y al este en la costa (Davidson, 1976, ~ 1974 y 1979). l

Ir Los negros franceses ya estaban en Trujillo cuando llegaron losl

Garífunas. Aquéllos eran haitianos previamente aliados con los españoles, . y partidarios de la Revolución Francesa. Después que Francia y España hicieron la paz se le permitió a un grupo de 700 haitianos incluyendo a sus familias, establecerse en Trujillo en el año 1795 (Houdaille, 1954: ! 65). Después de recopilar genealogías garífunas en Livingston, Guatema· la y la costa hondureña, Solién de González ( 1959 :300-307) concluyó ( que muchas familias garífunas tienen algún antepasado haitiano, unas

generaciones atrás. l El catolicismo entre los Garífunas fue fomentado por los curas en l

Honduras, y a mediados del siglo XIX un esfuerzo misionero extenso fue realizado por el padre Manuel de Jesús Subirana (Cavero, 1975:139-140). A pesar del trabajo misionero en San Vicente y Honduras, los Garífun~ mantienen su sistema propio de religión, una mezcla sincrética de tradi· ciones africanas y amerindias que ha incorporado elementos del catolicis· mo franeés y latinoamericano (Coelho, 1955:19-20; Kerns, 1977:264· 265; Taylor, 1951).

Durante un año de investigación de campo en 1983 observé y partí· cipé en varias ceremonias garífunas en la comunidad estudiada, específi·

d d ' h ' " . " " ,, camente os ugus, cuatro e ugus, y numerosas mtsas y novenas · Observé que el proceso sincrético se refleja en las celebraciones modernas de los ritos tradicionales.

Enfermedad y sincretismo religioso 523

De importancia central en el sistema religioso garífuna son los con­ceptos de la enfermedad de gubida, la comunicación por medio del sue­iio, y el trance ritual de posesión. Bourguignon (1975:6; 1973: 9-13) ha definido el trance ritual de posesión como "un estado alterado de conciencia que los participantes y creyentes consideran es causado por una entidad espiritual al tomar posesión del cuerpo de un individuo''. Tal estado es modelado por la cultura y está incorporado en las institu­ciones de un eulto religioso.

La enfermedad de gubida se puede definir eomo cualquier periodo de anormalidad en el comportamiento o estado de salud, que es recono­óda por la familia, la comunidad y un buyei, y es atribuida por ellos a la acción sobrenatural de gubida. El buyei es un shaman o curandero garí­guna y puede ser hombre o mujer. Es el buyei quien diagnostica oficial­mente la condición por medio de un trance en que consulta a los espíri­tus ancestrales de su paciente con la ayuda de espíritus llamados hiúruha, gue también son de los muertos, pero no necesariamente de la familia del buyei.

La creencia que los gubida pueden comunicarse a través del sueño eon sus parientes vivos es algo esencial para el funcionamiento del culto. Durante el sueño, se dice. un pariente muerto puede pedir comida, bebidas, un baño, ropa limpia, o las ceremonias de misa, chugú, o dugú. Con frecuencia las personas con enfermedad de gubida dicen que han tenido tales sueños. Los individuos que no cumplen con los deseos expre­sados por los muertos en sueños, se dice, enfermarán a causa de gubidas enojados.

Si la enfermedad se considera grave, el buyei rewmienda que la familia de la víctima celebre el chugú o el ritual más elaborado y costoso, el du.gú. Ambos incluyen grandes ofrendas de comida y bebidas y el sacri­ficio de gallos, pero sólo el dugú incluye el sacrificio de chanchos y tran­ce ritual de posesión por gubida. Agóburiha y áu.eha son términos garí­fu nas que denotan estado de posesión. Sin la presencia de áueha entre algunos participantes, un dugú se considera un fracaso. La víctima de la enfermedad puede entrar en el estado de trance pero esto no sucede siempre.

En el municipio donde se realizó la investigación de campo no había Un cura residente, aunque varias veces al año un cura de Trujillo viene a celebrar la misa católica en la iglesia municipal, especialmente en los días

524 América Indígena Enfermedad y sincretismo religioso 525

santos. Durante otras misas, un rezador o una rezadora lee el texto Y diri- la formación de la cultura garífuna. Los rasgos del culto garífuna se pue­ge las canciones religiosas, aunque la Eucaristía n~ se da. Los G~rífunas ~ den dividir en tres categorías con base en el origen de rasgos homólogos celebran los días santos más importantes, ademas de ceremom~s para

1 0 eontrapartes: africanos, amerindios, y de ambas tradiciones culturales. honrar a varios santos como la Virgen del Carmen, San Antomo, San 1 De importancia especial para este trabajo es señalar que hay seis caracte­lsidro, San Miguel, y el Dulce Nombre de Jesús. rú;ticas de probable origen africano occidental que no tienen contrapar-

También se .celebra con frecuencia la ~is~ par~ lo~. mu~rtos Y la 1 tes en la tradición amerindia: la importaneia de los antepasados _Y ritos novena, ceremomas que son muy concurndas. Las misas ) novenas 1 para aplaearlos; las demandas hechas por los antepasados en suenos, las garífunas incluyen una misa católica celebrada en la i~~esia Y rezos en ' que se satisfacen por medio de ritos; la enfermedad causada ~~r espíritus castellano frente a un altar privado en la casa de la fam1ha que ha patro- como un castigo sobrenatural; los ritos con trance de poseston causado cinado la ceremonia. Después de la misa Y el rezo, u~a parte adic~onal por espíritus ancestrales; los ritos con trance de posesión como ritot' de del rito garífuna se celebra en la casa y en la calle, e mcluye cancwnes curación; y el espíritu vagabundo del sueño, parte del alma de una perso­en el idioma garífuna, bailes y música tradicional con tambores. La fami- na viva, que se convierte en espíritu ancestral después de la muerte. 1

lia que patrocina la ceremonia da comida y bebidas a los participantes. · Es muy posible que entre las culturas africanas oct:identales que E.l sincretismo es evidente en la celebración del chugú Y dugú en contribuyeron a la formación de la cultura garífuna fuera de especial im­

numerosas maneras. Por ejemplo, durante los ritos, se reserva un espacio portancia la de Angola, seguida por las de Benín y la Costa de Oro. Los en un cuarto de la casa de la familia patrocinadora o en un t:uarto especial dos barcos negreros que naufragaron cerca de San Vicente en 1635 vía­del gayúnare, el salón de bailes construido para el dugú. En este espacio jaban hacia las colonias españolas (Calendario de Papeles Estatales de se colocan retratos de Jesús y la Virgen María, un crucifijo, y unas velas Gran Bretaña, 1880:534) y probablemente llevaban africanos de Angola. blancas encendidas. Frente a estos artículos sagrados se coloca parte Entre los años 1631 y 1635, de ochenta barcos negreros autorizados por de la comida y botellas de aguardiente que estarán incluidas en la ofren- el gobierno español, sesenta y cuatro tuvieron a Angola como su fuente da para los muertos. Más tarde, las ofrendas preparadas se ponen en una de aprovisionamiento de esclavos (Curtin, 1969:104-107). mesa grande y el buyei roda aguardiente con su boca sobre ellas hacien- El barco negrero que naufragó cerca de San Vicente en 1675 había do la señal de la cruz. Un líquido hecho de hierbas se tira trazando con salido de Benín e iba hacia la colonia inglesa de Barbados (Y oung, 1971: él la señal de la cruz por cada ventana y puerta donde se celebra UD • 6-8). A la vez, el comercio de esclavos inglés se concentró en el área entre chugrí o dugú. Benín y la Costa de Barlovento (Curtin, 1969: 122, 128). Jamaica, que

En medio del suelo del gayúnare, el buyei pone dos montículOI recibió sus esclavos desde la fuente misma, al igual que Barbados, obtuvo pequeños, aproximadamente de 25 cms. de largo y lO cms. de ancho, la mayoría de sus esclavos de la Costa de Oro (Parrinder, 1970:36 ). que representan las tumbas de los primeros padres del mundo. Encima Así, en el naufragio de 1675 es probable que se incluyeran africanos de de cada montículo en el lodo se coloca una cruz pequeña hecha df < la Costa de Oro y Benín, áreas contiguas. ramitas. El sincretismo también es evidente en las explicaciones dt La llegada de cada grupo de negros a San Vicente ocurría como par­los buyeis con respecto a los motivos de la gente garífuna para celebrar te de una secuencia de reclutamiento que se desarrollaba durante el trans­e! chugú y dugú, por ejemplo cuando una justificación bíblica se med' cur;.;o del tiempo. Según los principios de cristalización cultural, un con­

ClOna. cepto discutido por Foster (1960:229-233), si los negros que llegaron En trabajos previos he presentado un análisis de las contrapart~ a San Vicente en 1635 eran de Angola, sus creencias y prácticas religiosas

africanas, occidentales y amerindias de algunos rasgos del culto·de gubi~ habrían dominado la formación temprana del culto de gubida. Los que (Chamberlain, 1979 y 1977). En éstos incluí también una crítica de 1t se juntaban con los marrones garífunas más tarde, se habrían aculturado interpretación de Taylor (1951) con respecto al proceso s.incrético et al sistema religioso que existía entre ellos.

526 América Indígena

Los espíritus ancestrales personales, en contraste con los tribales, importantes especialmente para la gente de Angola pero también impor­tantes para otros africanos occidentales, fueron el foco de la religión garífuna en San Vicente. Las religiones de muchos grupos africanos occidentales incluyen la veneración de los espíritus ancestrales persona­les pero ponen énfasis en los espíritus de la tribu y de la naturaleza. En Angola el foco de la religión es la veneración y aplacamiento de los ante­pasados personales y los de las familias de los jefes. La creencia en que los espíritus ancestrales puedan causar enfermedades y comunicarse por medio de sueños, existe en Angola y en otras partes de Africa Oeste

como Benín y la Costa de Oro.

La enfermedad de Gubida: la investigación de campo

Enfermedad y sincretismo religioso 527

con las expectativas del papel cultural para el cual ha sido socializado. También se incorporaron las ideas interpretativas de Bourguignon

' (1979). Según ella, los fenómenos llamados síndromes reactivos por Y ap, deben examinarse a través de conceptos émicos y éticos. Específi­camente, hay que considerar los conceptos émicos que los indígenas usan para reconocer, interpretar y curar enfermedades, además de los concep­tos éticos usados por los siquiatras para diagnosticar desórdenes de

Í comportamiento. Es probable que los síndromes reactivos sean desórde­nes siquiátricos con síntomas que han sido modificados y moldeados por la cultura.

Un área de investigación siquiátrica especialmente pertinente es la que trata de los síntomas emocionales y físicos de la ansiedad. Después de revisar la literatura pertinente, Zung y Cavenar (1980:~50-351) pre­sentaron la lista siguiente de síntomas asociados con la ansiedad: apren­sión, miedo, temores de ruina inminente, sentimiento de incapacidad,

Un concepto importante incorporado en el diseño de la investiga- desorientación mental, tensión muscular, temblores, espasmos, dolores ción es que la enfermedad de gubida puede ser interpretada como un sín- de cuello, dolores de espalda, pulsaciones dolorosas en el pecho, debili­drome reactivo que es definido y estructurado por la cultura, un concepto dad, inquietud, palpitaciones del corazón, parálisis, náusea, vómitos, etnosiquiátrico que ha sido discutido por Y ap ( 1969), Kennedy (1974) anorexia, sonrojo de la cara, sensación de calor, falta de concentración, y Bourguignon (1979). disminución de la memoria, im:omnio y pesadillas.

Según Y ap ( 1969), este síndrome es un estado de enfermedad con Se examinaron algunas hipótesis con el propósito de calificar las síntomas físicos y sicolóbricos, que pueden desarrollarse como parte de la características de Ja enfermedad de gubida, sus síntomas, los conceptos reacción de una persona a tensiones y problemas desconcertantes que se de la gente garífuna tocante a su significado, y el contexto sociocultural perciben subjetivamente. Cuando esto ocurre, la reacción se expresa a ' en que ocurre. Se incluyeron las hipótesis siguientes: 1) la enfermedad través de emociones y comportamientos anormales del individuo, pero en de gubida está asociada a la ansiedad, y muchos síntomas reportados al maneras que son influidas y modeladas ex tensamcnte por factores weio· respecto son similares a los de la ansiedad; 2) está asociada con la prcsen­culturales. La cultura puede determinar cuáles incidentes y circunstancias cia precedente de tensiones desconcertantes; 3) su presencia está asocia­se consideran amenazantes, sus significados para el individuo y la comu· da al temor de la persona de no cumplir con las obligaciones rituales con ni dad, las acciones que se consideran apropiadas para remediar sus efec· • sus parientes muertos; Y 4) la enfermedad de gubida Y las tensiones aso-

ciadas con dicho papel cultural ocurren con más frecuencia entre las tos y las consecuencias posibles si nada se hace para mejorar la situación. h Y ap señaló que la cultura puede inducir reacciones no muy adaptantes

ernbras que entre los varones. Además de la observación participante de las ceremonias del culto

a tensiones ordinarias como, en la cultura garífuna por ejemplo, pesadi· de gubida, se incluyó la selección de una muestra de la población cstu-llas sogre gente muerta. diada, compuesta por los residentes de ochenta casas y se hizo entrevistas

Otro concepto pertinente es lo de la tensión asociada con d cl'rnpli-' estandarizadas para obtener información de ellos. Todas las casas selec­miento de un papel en situaciones definidas por la cultura. Según ( J'i'\cU: cionadas estaban en el mismo barrio del pueblo. Entrevistas adicionales y Selby (1968:97) esta tensión ocurre por el fracaso o d tcmnr al fra•·aso' se realizaron con un representante de cada casa donde se reportó resi­por un individuo, una situación percibida por sí mismo de no cumplir' dentes que habían recibido un dugú para curar la enfermedad de gubida.

528 América Indígena

También se incluyeron entrevistas con representantes de las casas donde un chugú· se celebró y que observé durante la investigación de .campo.

Las entrevistas se realizaron en idioma castellano. La población del poblado estudiado asciende a 3 00~ ha~itantes,

según el cálculo aproximado del director de la escuela pnmana local. De las ochenta casas censadas se obtuvo una muestra de 429 personas

con la distribución siguiente de edad y sexo:

Distribución de edad y sexo en la muestra

Edad Hembras Varones Total

0-5 30 25 55

6-10 25 24 49

11-15 24 20 44

16-20 20 16 36

21-25 20 22 42

26-30 38 14 52

31-35 lO 9 19

36-40 14 5 19

41-45 7 4 ll

46-50 13 8 21

51-55 lO 4 14

56-60 12 14 26

61-65 6 4 lO

66-70 12 2 14

71-75 5 l 6

76-80 3 3 6

81-85 3 2 5

Total 252 177 429

La emigración circular desde la comunidad estudiada a ciudad~

hondureflas y estadunidenses con un regreso más tarde a la comunidadt

es muy común en el poblado estudiado (Bianchi, 1984:28-31 ). Proba~ blemente, esta emigración ha afectado la distribución.

Enfermedad y sincretismo religioso 529

De esta muestra 96.5% de los informantes se identificaron como católicos, 2.33% corno protestantes evangélicos, O. 93% corno baháis,

y 0.23% como cristianos sin iglesia específica. Con una historia de en­

fermedad de gubida se reportaron 46 personas ó 1 O. 72% de la muestra.

Esta cantidad incluyó a 33 hembras (13.09% de la muestra femenina) y

13 varones (7.34% de la muestra masculina). De estas 46 personas una

se identificó como bahái y las otras corno católicas.

Unas personas habían tenido la enfermedad más de una vez. Para los

57 casos de enfermedad reportados entre 46 personas, la distribución

de edades cuando ocurrió la enfermedad es la siguiente:

Distribución de edades cuando ocurrió la enfermedad

Edad Hembras Varones Total

0-5 2 2 4 6-10 o o o

ll-15 o 2 2 16-20 6 o 6 21-25 3 o 3 26-30 8 2 10 31-35 3 l 4 36-40 3 o 3 41-45 2 o 2 46-50 3 2 5 51-55 3 l 4 56-60 o 2 '>

"" 61-65 5 o 5 66-70 4 2 6 71-75 1 o l

Total 43 14 57

530 América Indígena

En unos casos más, un espíritu se identificó como la causa de la

enfermedad. Las clases de parientes muertos que se nombraron como

causaH de la enfermedad son las siguientes.

Parientes muertos nombrados como causa de enfermedad

Pariente Nombrado Nombrado Total

por hembras por varones de veces nombrados

madre 9 4 13

hermana de madre 2 o 2

madre de la madre 4 4 8

hermana de la madre de la madre o o o 1nadre de la madre d,~ la madrr l 1 2

hermana dd padre de la madre o o o lnadre del padre de la madre o o o hermana del padre de

o 1 la madrr de la madre 1

Total de espíritus 9 26 femeninos maternos 17

hermano de la madre 2 o 2

t>arln~ de la madre 5 3 8

h,·nnam; del padre de o o la nwdn~ o

padre del ¡.adrr de la madre l l 2

hermano de la madre dr la madre 2 o 2

padre de la madre d r la madre 2 l 3

Total de espíritus 5 17 masculinos maternos 12

padre 9 l 10

ht~rmano riel padre o o o padre dd padre 7 o 7

Enfermedad y sincretismo religioso 531

Parientes muertos nombrados como causa de enfermedad

Pariente

hermano del padre del padre padre del padre del padre hermano de la madre del padre padre de la madre del padre Total de espíritus masculinos paternos

hermana del padre madre del padre hermana de la madre del padre madre de la madre del padre hermana del padre del padre madre del padre del padre Total de espíritus femeninos paternos

hermana hermano esposo esposa

Nombrado por hembras

o

l

o

l

18

o 4

l

o

l

o

6

l o 2

Nombrado por varones

o

o

o

o

1

o o

o

o

o

o

o

o

o

Total de veces

nombrados

o

l

o

19

o 4

l

o

l

o

6

1 1 2 o

Después que se completaron las entrevistas preliminares con las ochenta casas, se realizaron entrevistas adicionales con las familias de doce personas que habían recibido una curación de dugú o chugú (8 dugús y 4 chugús ). Había once informantes, seis padecían la enfermedad de gubida y los otros eran parientes de las víctimas. Ue éstos, había dos tnadres, una hija, una prima hermana, y una mujer que era hermana de Un paciente y tía materna del otro.

532 América Indígena

Se obtuvieron descripcione1\ de los síntomas en cada caso y de las tensiones desconcertantes que los pacientes habían sentido antes del comienzo de su enfermedad. Además se les pidió a los once informantes que hicieran una lista de todos los síntomas posiblemente asociados con la enfermedad de gubida en general. Diez de los once informantes describieron las obligaciones rituales a los difuntos con que sus parientes vivos deben cumplir. También se anotaron las diferencias en estas obli. gaciones y las expectativas para cumplirlas que existen para las mujeres, en contraste con los hombres. Después se describieron las consecuencias y los castigos por no cumplir con dichas obligaciones. Las respuestas se presentan en las cifras siguientes:

Los síntomas reportados en 12 casos de Gubida

Síntomas Veces reportados

sueiios de parientes muertos que piden comidas o ritos 9 sentimiento de depresión, aprensión, o miedo 7 presencia de tensiones desconcertantes anterior al

comienzo de la enfermedad 7

Descripción por caso:

falta de amistades, sentimiento de la víctima que ella misma era diferente de otras personas

2 problemas matrimoniales 3 la soledad después de la muerte del esposo y un hijo, falta

de dinero 't la soledad después de la muerte del esposo 5 abuso físico por un esposo durante el primer embarazo de

la víctima 6 la pobreza, falta de com~Ja suficiente, falta de ayuda dada

por familiares 7 embarazo causado por un profesor casado; temor de la reac­

ción de los padres enfermedad física o síntomas físicos que no han respondido

bien a tratamiento rnPdicn dolor severo de cabeza cabeza volando, pensamientos desconcertantes dificultad o incapacidad para levantarse de la cama

7 5 5 5

Enfermedad y sincretismo religioso 533

Los síntomas reportados en 12 casos de Gubida

Síntomas Veces reportadas

hablar a espíritus de difuntos 4 dificultad o incapacidad de caminar 4 fiebre o sem;ación de fiebre 3 dolor de estómago 3 dolores en todo el cuerpo 3 cansancio del cuerpo 3 pesadillas no de difuntos 2 hinchazón de las piernas 2 pérdida del apetito 1 pérdida de peso 1 dolores de las piernas 1 dificultad de mover los brazos 1 correr al monte con visiones de difuntos l correr al mar con visiones de difuntos I subir a las vigas de la casa l no hablar a otras personas J ~erida. ?e pin~hazón. en el pie, mordedura posible de murciélago 1 mfecc10n y hmchazon del vientre 1 enfermedad del hígado 1 enfermedad de los pulmones 1 expectorar sangre 1

Síntomas posibles de la enfermedad de Gubida

Síntomas Veces reportadas

sueños de parientes muertos que piden comidas o ritos 9 dolores severos de cabeza 8 hablar a espíritus de difuntos 7 pérdida del apetito 5 dolores en todo el cuerpo 5 cabeza volando, pensamientos desconcertantes 5 fiebre o sensación de fiebre 4 correr al mar con visiones de difuntos 4 dificultad o incapacidad de leva!ltarse de la cama 4 cansancio del cuerpo 3 correr al monte con visiones de difuntos 3 subirse a las vigas de la casa 3 dificultad o incapacidad de caminar 3 enfermedad física o síntomas físicos que no han respondido bien

a tratamiento médico 3

534 América Indígena

Síntomas posibles de la enfermedad de Gubida

Síntomas Veces reportadas

dificultad o incapacidad d~ donnir comportamiento loco expectorar sangre dolores de pecho dolores de estómago rigidez del cuerpo pérdida de peso dolor de piernas sensación de frío en todo el cuerpo le dan vueltas los ojos y la cabeza no hablar a otras personas hinchazón de las piernas o los pies llagas que duran por años dolor de muela

Obligaciones que los vivos tienen con los difuntos

2 2 2 l 1 1 1 l 1 l l 1 1 l

Obligaciones rituales Veces reportadas

A un pariente muerto debe darse una misa y una novena y si está pedido en suelio, un chugú o dugú 9

Un pariente vivo debe llevar ropa de luto por un año después

de la muerte de un familiar 9 Debe llevar ropa de luto por los abuelos, abuelas, padres, madres,

tíos, tías, hermanos, hermanas, esposos y esposas 6 Cuando la familia hace arreglos para un chugú o dugú los parien-

tes deben contribuir con dinero, comida y aguardiente 6 Al padre y a la madre debe dar misas de vez en cuando 1 A un pariente muerto sólo debe dar una misa y una novena 1

Diferencias en obligaciones y expectativas para hombres y mujeres

Obligaciones/expectativas Veces reportadas

Las obligaciones a parientes muertos son casi las mismas para hombres y mujeres 10

Sólo las mujeres deben llevar ropa de luto 9 El llevar ropa de luto es discrecional para los hombres 5

Enfermedad y sincretismo religioso

Diferencias en obligaciones y expectativas para hombres y mujeres

Obligaciones/ expectativas Veces reportadas

Durante el luto los hombres no deben llevar rojo Es más frecuente entre los hombres el no cumplir obligacio­

nes con los muertos Los hombres no ~e lamentan tanto como las mujeres

Consecuencias y castigos por no cumplir las obligaciones con los muertos

2

Consecuencias/ castigos Veces reportadas

La mujer que no lleva ropa de luto por un pariente muerto recibe la critica de toda la comunidad lO

Si una persona no cumple con lo que un pariente muerto pide en el sueño, losgubida la castigan con enfermedad, locura o la muerte 4

Si una persona no cumple con lo que un pariente ~1_1erto pide en el sueño, los gubida la castigan con enfennedad 4

Si una persona no cumple con lo que un pariente muerto pide en el sueño, los gubida la castigan con la muerte 4

Conclusiones

535

Los datos del estudio apoyan la tesis de que la enfermedad de gu bida es un síndrome reactivo definido y estructurado por la cultura. El síndrome se desarrolla como reacción a la presencia de tensiones inesperadas y sentimientos de depresión. También puede desarrollarse en asociación con enfermedades físicas que no han sido tratadas con éxito ni por médicos ni por curanderos. El complejo de síntomas <¡uc se asocia con la enfermedad de gubida, la explicación que se da a la L:ondición y los ritos que se consideran apropiados para curarla, no se hallan entre los grupos culturales que viven alrededor de los Garífunas.

Debido a que no fue posible el examen de archivos médicos duran­te la investigación, no se puede decir en la actualidad si los individuos con enfermedad de gubida tenían síntomas de ansiedad, una enfermedad física con algunos síntomas similares a los de la ansiedad, o una condi­eión causada por la presencia de una enfermedad física y la ansiedad.

536 América Indígena Enfermedad y sincretismo religioso 537

Si las causas físicas se excluyen, potencialmente en once de los doce nas me dijeron que la enfermedad de gubida, los sueños en que los casos considerados, las personas enfermas sufrían de ansiedad (Bianchi, muertos piden algo, y la posesión ritual, son causados por el diablo. Los 1984:15-17, 3 5). Este estudio no trató de determinar la presencia de protestantes evangélico~ de la comunidad expresaron esta opinión síndromes siquiátricos específicos en los casos examinados. La ansiedad particularmente. puede ocurrir en asociación con varios desórdenes siquiátricos, síndromes Entre los Garífunas la enfermedad de gubida se diagnostica a través que están presentes en todas las poblaciones del mundo (American . de un complejo de síntomas observables y condiciones subjetivas que son Psychiatric Association, 1980:225-239). sentidas y reportadas por el paciente, además de la adivinación por un

De interés especial en este estudio son los siete casos en que se re- buyei, la persona que oficialmente anuncia la causa sobrenatural de la portó la presencia de tensiones desconcertantes que se desarrollaron condición.

con antelación al comienzo de la enfermedad de gubida. En cada caso A causa de la ambigüedad inherente al sistema de diagnóstico, ocurrió una separación o la amenaza de separación de un esposo, perso- es probable que algunas enfermedades físicas con síntomas similares a los na amada, o miembros de la comunidad. Además en unos casos se re-¡ de la ansiedad contribuyan algunas veces a la condición diagnosticada portó la presencia de pobreza, el abuso por el esposo, o un embarazo 1 e corno enfermedad de gubida. El complejo cultural entre los Garífunas . . ·~

Imprevisto. E para definir, interpretar y curar la enfermedad de gubida constituye En siete casos, los individuos tenían una e~1fcrmed~d. física o sín-~ un sistema émico para tratar anormalidades del comportamiento y pro­

tomas físicos que no respondieron bien a tratamientos m~dtcos. La con·J blemas amenazantes a la salud. tinuación de tales condiciones puede ser una fuente Importante de J Este sistema funciona con algún éxito, me parece, porque los ritos aprensión y ansiedad. Otra fuente de ansiedad potencialmente importan-~ de chugú y dugú ayudan, al disminuir la ansiedad sentida por el indivi­te en nueve casos fue la ocurrencia de sueños en que un pariente muertofl duo. Durante estas ceremonias la víctima recuerda constantemente pidió algo, como comida o ceremonia. Esto puede causar ansiedad entrel \ que él o ella es parte de la comunidad y miembro de una familia grande las personas garífunas porque en su cultura tales sueños tienen un signi·'~ y cariñosa. Todas las actividades rituales tienen el propósito final de ficado sobrenatural y potencialmente amenazante. Esto es un ejemploJ ayudar al paciente y de aplacar las fuerzas sobrenaturales. Una muche­perfecto de una tensión inducida por la cultura. '·~ dumbre de parientes y amigos se reúne alrededor del paciente durante

L~s datos d~l estudio .apoyan las hipótesis de que la enfer~edadt ~l rito para ofrec~rle su apo!o emocio~~l. Esta ~xpresión de, c~riño sería de gubzda, y tcnswnes asociadas_ con el papel cultural del descendiente,_~; Importante especialme~~e si la depreswn sentida P_~r la VIchma fuera son más frecuentes entre las muJeres que entre los hombres. En la mues- f causada por la separacwn o la amenaza de separacwn de una persona tra de 429 individuos, una historia de enfermedad de gubida se reportó~ amada, amigos, o de la comunidad en general. para 13.09% de las hembras y 7.34% de los varones, ó 10.72% de la: '· La cultura garífuna es vivaz, fuerte y rica en tradiciones. A la muestra en general. Según las respuestas de los informantes hay más Vez puede adaptarse a contextos sociales modernos, como la disper-presión social y moral para que las mujeres lamenten la muerte de un; sión de sus hijos e hijas en los centros urbanos de Honduras y los Estados pariente, para expresar su lamentación en público por medio del luto, Y Unidos. Los ritos de chugú y dugú son ocasiones sociales importantes de cumplir con las obligaciones rituales por los difuntos. a las cuales acuden los parientes y amigos desde sitios lejanos, para

Aunque la mayoría de personas con quienes hablé durante la inves- honrar a los difuntos de la familia y reafirmar las amistades y relaciones tigación indicó su creencia en la enfermedad de gubida y posesión de Con los vivos. En la expresión religiosa, como en otros aspectos de la gubida, esta creencia no es unánime. También hablé con numerosos Cultura garífuna, una actitud esencial es evidente: la cooperación, el apo-escéptieos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, que no creían ni en Yo mutuo y el respeto para el individuo son indispensables para la su-gubida ni en el poder curativo de los ritos chugú y dugú. Algunas perso· Pervivencia.

538 Amé rica JnJ {gt: rw

NOTA

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SUMMARY

GUBIDA SICKNESS AND RELIGIOUS SINCRETISM AMONG THE GARIFUNA: AN ETIINOPSl<)UIATRIC ANALYSIS. The author describes a Garifuna cult that

focuses on the veneration of the spirits of dead family members, called the gubida, who are believed to communicate desires for ritual offerings of food (chugú or dugú) through the dreams of their relatives. lf such requests are unheeded, it il believed that the gubida will cause the dreamer to experience illness, insanity, or death. In a survey of 80 households a history of gubida illness was reported for 1 O. 72% of the sample. Gubida occurs in association with anxiety: threatening situations such as separation from a loved one or the ocurrence of a physical illneu resistant to medica[ treatment. This complex of belief and ritual is best interpreted as a traditional system for coping with a range of health and behavior abnormalitie&

In 1 roducr:úín

LOS HIJOS DEL COPAL Y LA CANDELA: RITOS AGRARIOS Y TRADICION ORAL DE LOS

LENCAS DE HONDURAS 1

.1 nnP Chapman *

\lfonso ~lart]u.,z (Tolupan de la Jl!lontaíia de la

Flor, 1/ondums): ''Los españoles tenían /,empira rodeado. El echó un grito . .. Luego lo engañaron para matarlo ... Se qtwda el pisto lempim (la moneda nacional) para que todo el mundo esté mentando Lempira hasta qur

muere" (Cha¡mum 1982:287 ).

1\li pcrrnancrwia (~rllrc lo~ ~·anlpc,;ino~ de tradición knca del ~uroetite

de Honduras fw· de apro~imadamcntc siete meses en 1965, cortas visitas

en los arlo:,: 1 (175 y 197(1 y cin!'o ,;emana,.; en ] 981 y 1982 (vóase mapa).

La !'Xpcricncia fue cxcc¡H"ionalrrwnt(· grata debido a la gran amabilidad

dr lo,.; cam¡wf'ino,;, mac,.;tros de e~euela y autoridades locales y a la cola­

boración de mis colegas hondureños. Tambión fue fructífera. ]{euní

Una documcnlaciórr rica en dctatlcs :,;ohre loti rituales y una cierta canti­

dad de textos, leyendas y relatos.

" ANNE CIIAI'MAN, Investigadora del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamerica­llos, Y responsable de investigaciones del Centre I\ational de la Recherchc Scientifique.

América Indígena.- Vol. XLIV, no. 3,julio-Septiembre, 1984.