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• ¿Cuál es tu fantasía favorita?

• ¿Qué harías si fueras invisible?

• ¿Qué le pedirías a un genio?

C uando era niño, viví durante casi todo un verano en casa de mis

abuelos. Mis abuelos vivían en una casa grande que a mí me pare-

cía magnífica y un poco misteriosa.

Había un desván al que no había entrado nunca y al que llamaban

«cuarto oscuro». Imaginaba que allí se guardaban trastos viejos y que

no tendría otra cosa más que polvo y ratas.

En aquella época, mi fantasía favorita consistía en que iba en un

barco que naufragaba. Después de una dura travesía en una balsa

improvisada, llegaba a una isla desierta. Allí iba reuniendo los restos

del naufragio que llegaban hasta la playa, y gracias a ellos podía

construirme una cabaña.

Una tarde me mandaron al cuarto oscuro y lo que sentí cuando

pude ver el lugar donde estaba fue muy parecido a mi sueño favorito.

Allí estaban todos los elementos: la isla desierta (el cuarto oscuro),

los restos del naufragio (un sinfín de muebles y objetos abandonados)

y la deliciosa soledad del aventurero.

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diccionaRiotravesíabalsasinfín

1. En el cuarto oscuroLEER Y COMPRENDER

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DESPUÉS DE LA LECTURA

1. Escribe una lista con los muebles y objetos que el protagonista encuentra en el

cuarto oscuro.

Muebles Objetos

... ...

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Los muebles eran pesados y oscuros: un

armario en el que podían esconderse varios

adultos, un escritorio salpicado de diminu-

tos orificios de carcoma, dos butacas rojas,

la mecedora, sillas cojas o desencoladas…

En cuanto a los objetos, había de todo:

antiguos cuadernos escolares y una mochila

de cuero, un caballo de cartón, un puñal que

parecía de verdad, un tambor, soldaditos

tan pesados que sin duda eran de plomo,

un tren de hojalata, un catalejo…

En el cuarto había uno de esos baúles

que entonces llamaban «mundo», una especie

de cofre de pirata. Estaba en un rincón del

cuarto, la tapa pesaba mucho; al levantarla

soltó una nube de polvo que me hizo toser.

Lo que había dentro era un montón de pren-

das cuyos colores y formas me hicieron com-

prender que se trataba de disfraces.

Empecé a probármelos; me calcé botas y sombreros y me envolví

en capas y túnicas. Tenía la esperanza de que alguna de aquellas

prendas fuese mágica y me diera el don de la invisibilidad. Ser invi-

sible era lo que yo hubiera pedido a un mago o un genio y mi deseo

más secreto.

MANUEL L. ALONSO

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diccionaRiocarcoma

desencolado catalejo

MI MEJOR AMIGO

En invierno apenas pasaba nada emocionante: los días eran grises,

aburridos, insípidos como sopa fría. Pero cuando llegaba el buen

tiempo volvía el sonido más amado por un niño: la voz del amigo

llamando desde la calle.

Ahora, tantos años después, sólo tengo que cerrar los ojos para

volver a escuchar aquella voz y ver al amigo que se acerca con

el rostro iluminado por una sonrisa. Demasiado tarde se aprende

que nuestro mejor amigo de los ocho o diez años fue una de las

personas más importantes de nuestra vida.

Teníamos los mismos gustos: amábamos a los perros, a los

héroes de papel o del cine, los lugares donde era posible bañarse

o, simplemente, beber agua fría. Pero al mismo tiempo éramos

muy diferentes y no era raro que nos peleásemos, aunque

la reconciliación nunca tardaba en llegar.

Juntos habíamos aprendido a leer los primeros tebeos,

y habíamos construido cabañas y fuertes, y armas y

hasta una guitarra de palo; espalda contra espalda había-

mos combatido contra nuestros enemigos, y habíamos

compartido amarguras y triunfos. Y pocas cosas

nos importaban más en el mundo que seguir

estando juntos.

MANUEL L. ALONSO

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2. Lee en voz alta el siguiente texto. Es un fragmento que pertenece al mismo libro

de la lectura anterior. En esta ocasión, el protagonista nos habla de su amigo y de los

juegos a los que solían jugar cuando eran pequeños.

No des vueltas a un mismo asunto.Explica sin rodeos lo que piensas.

¡Fíjate bien!

diccionaRioinsípido

reconciliación fuerte

HABLAR Y ESCUCHAR

3. Explicad al resto de la clase lo

que más os gusta de vuestros ami-

gos y amigas.

4. Pensad en alguna experiencia

divertida que os haya ocurrido con

algún amigo o amiga y comentadla

con el resto de la clase.

5. Acordaos de alguna ocasión en

la que os hayáis enfadado con vues-

tros amigos y explicad a los demás

cómo os reconciliasteis.

6. ¿Cuáles son vuestros juegos favoritos? Entre todos haced una lista de vuestros jue-

gos favoritos y escribid luego el nombre de cada uno de ellos en un trozo de papel.

A continuación poned todos los papeles en una caja e id sacándolos por turnos. Final-

mente leed en voz alta el nombre del juego que os haya tocado y explicad sus normas

al resto de la clase.

7. Preguntad a vuestros padres a qué jugaban

ellos cuando eran pequeños, y después expli-

cádselo al resto de la clase.

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8. El protagonista de la lectura «En el

cuarto oscuro» deseaba encontrar una

prenda mágica para poder ser invisible.

En muchos cuentos suelen aparecer

objetos que poseen poderes mágicos:

• lámparas maravillosas

• alfombras voladoras

• espejos mágicos

• varitas mágicas

Inventa un objeto mágico y describe cómo es y cómo funciona. Sigue las indicacio-

nes que hay a continuación:

– Di cuáles son sus características: forma, color, tamaño y materiales de los que está

hecho.

– Explica para qué sirve y cómo debe usarse.

– Utiliza un vocabulario variado para poder describir bien todos los detalles de cada

objeto mágico.

9. Lee el siguiente cuento:

Las alfombras voladoras son muy antiguas y es muy raro poder encon-

trar todavía alguna por el mundo. Su aspecto es como el de cualquier

otra alfombra. Solamente si se las mira con cuidado, por el revés, se

puede ver que llevan una palabra mágica bordada en una esquina.

Una vez, apareció en el cielo una alfombra voladora y se paró a

descansar en la copa de un árbol. Era de color verde y tenía bordada

la palabra «Faralá».

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ESCRIBIR

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10. Escribe una pequeña historia sobre uno de los viajes de la alfombra mágica.

Puedes escribirla en el ordenador y después insertarle dibujos. Utiliza las siguientes

palabras:

• palmera, cocos, monos, explorador, cabaña, tigre •

Faralá había sido, hace muchísimos años, la alfombra mágica de un

rey que, cuando quería viajar, no tenía más que decir:

–¡Faralá, a Pekín!

–¡Faralá, a Bombay!

–¡Faralá, a Estambul!

Y la alfombra salía disparada, volando por los aires, llevando

al rey de un lado para otro. Un buen día aquel rey se fue a la guerra

y no volvió nunca más. Y Faralá se quedó olvidada, encerrada en un

armario.

Pasó mucho tiempo, hasta que una vez, haciendo limpieza en pala-

cio, encontraron a Faralá y, sin saber que era una alfombra voladora,

la dejaron en el patio para sacudirla y quitarle bien el polvo.

Entonces Faralá, que lo había pasado muy mal tanto tiempo

encerrada y sin moverse, echó a volar sin esperar a que nadie se

lo mandase.

Desde entonces Faralá viaja sola por el mundo y se para a descan-

sar cuando quiere.

MARTA OSORIO