Edgar Esquit

Narrativas histricas estatistas o Guatemala como pas heterogneo en el pasado y en el presente

Universidad de San Carlos de Guatemala

eeskit@gmail.com

Si Guatemala es reconocido legal y sociolgicamente como un pas multicultural (digmoslo de

otra manera heterogneo) entonces es posible poner en relacin ese carcter con el estudio de la

historia en dicho pas? Es decir se puede hablar tambin de heterogeneidad en el estudio del

pasado de los sujetos colectivos que se relacionan en este mbito territorial, social y poltico? Si

intentamos hacer esta relacin necesariamente hay que considerar la forma de esa diversidad o

establecer claramente a cuales condiciones nos referimos y qu interesa demostrar.

En este sentido estoy hablando de la existencia y la relacin entre indgenas y otros grupos

como las elites ladinas de los pueblos, los ladinos como categora general, las elites capitalinas y

finqueras y otros (que no son precisamente las categoras multiculturales definidas oficialmente).

Me refiero a ellos como categoras histricas que clasifican y organizan los vnculos entre grupos

y personas que estn insertas en tramas de relaciones de poder y dentro de una estructura de

relaciones jerrquicas que tienen que ver o en donde se fusionan gnero, cultura, clase y regin.

Mi inters especial es la definicin histrica y sociolgica de los indgenas dentro de esta

estructura de relaciones, es decir hablo del lugar que ellos se forjan en el tiempo y el espacio para

establecer un tipo de sociedad y de poltica pero tambin del lugar que se les asigna como

personas y grupos.

De esta manera tambin hablo del papel de los historiadores, de los investigadores sociales

en general, del resto de la sociedad y de las instituciones estatales como actores importantes que

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deben debelar y reconocer dicha historia poltica y social. Ese reconocimiento y estudio sin

embargo estn estrechamente relacionados con el entendimiento de Guatemala o de Mesoamrica

como un pas o regin heterognea, de las posibilidades que esta condicin nos ofrece y de los

retos que nos presenta tanto a nivel poltico como tambin en la investigacin. Mi inters es

observar las relaciones entre heterogeneidad, historia y poltica de los grupos subalternizados

como una forma de retar las nociones generales y dominantes del multiculturalismo oficial, para

problematizar los anlisis acadmicos que intentan observar a los indgenas como actores

posibles en la poltica nacional y nacionalista y para criticar nuevamente las nociones mayanistas

que establecen una historia y pasado maya como un sustrato nico y anlogo a la historia

nacional guatemalteca.

Narrativas sobre los indgenas en la nacin

El surgimiento del movimiento maya introdujo una discusin ms amplia sobre la historia de los

mayas a nivel nacional. No obstante los discursos y polticas multiculturalistas e interculturalistas

oficiales en Guatemala, no han provocado discusiones sobre la historia de la diversidad

multicultural. Desde los dirigentes e intelectuales del Estado multiculturalista, la discusin sobre

el pasado no ha tenido importancia por diversas razones. Primero porque esas alocuciones

multiculturalistas son producidas pensando en nociones dominante sobre la unidad de la nacin

(todos somos iguales, todos somos guatemaltecos, por ejemplo) y por otro lado, porque a travs

de este discurso se intenta controlar y gobernar a la poblacin indgena en el rgimen neoliberal.

Cuando el movimiento maya se fue desarrollando introdujo un discurso histrico que trat

por un lado, de imitar la narrativa histrica nacionalista guatemalteca y al mismo tiempo intent

oponerse a l. El movimiento maya en este sentido quiso construir la historia del Pueblo Maya

como la historia de una nacin diferente a la nacin guatemalteca reconocida en muchos

momentos como ladina. La historia del Pueblo Maya as, era una historia que surga en la

antigedad remota, que se vinculaba a la arqueologa de la arquitectura, de la escritura, el arte, los

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conocimientos cientficos y del aparecimiento del protomaya. El reconocimiento de ese pasado de

gloria se una posteriormente a la tragedia de la conquista y la colonizacin, para dar lugar a una

escueta narrativa sobre los holocaustos que destruyeron la vida cultural, social y poltica del

Pueblo Maya. El ltimo de esos holocaustos fue reconocido en el genocidio que sufrieron los

mayas en los aos ochentas, como vctimas, segn se dice, en una guerra que no era suya.

Estas discusiones mayanistas sobre la historia de los mayas, se formulaban entonces como

contra historia ante la narrativa histrica nacionalista guatemalteca, tambin esquemtica, que se

narra en las escuelas de educacin primaria y secundaria del pas o en los discursos de los

gobernantes. En esa narrativa se ubicaba o se ubica el surgimiento de Guatemala como una

nacin, en la independencia ante el gobierno espaol producida en 1821 y dirigida por los

prceres de ese acto de emancipacin. sta en realidad era o es una narrativa sobre hroes

fundadores y derrotados que iniciaba desde las batallas de Pedro de Alvarado y Tecn Umn.

Ellas pasaban por la incorporacin de los indgenas y las mujeres como hacedores de la

independencia, cada uno en su lugar, hasta llegar a la Reforma Liberal y su adalid Justo Rufino

Barrios. En la actualidad sin embargo, en la era de la democratizacin y del multiculturalismo, se

han agregado a esta representacin de la construccin nacional a los hombres revolucionarios que

en 1944 intentaron establecer una ruptura fundamental en el pas.

El multiculturalismo oficial no rechaza abiertamente la narrativa histrica mayanista, como

la produccin de la historia exclusiva de un pueblo, pero tampoco lo ha logrado incluir en la

narrativa sobre la historia de la nacin. A menos que creamos que la bandera de colores rojo,

negro, amarillo y blanco que onde sobre el Palacio Nacional en los aos pasados fuese algn

tipo de representacin de lo maya y su historia. De cualquier manera el Estado guatemalteco tuvo

un movimiento interesante y curioso al considerar un discurso y una poltica multiculturalista

sobre la misma nocin tradicional de historia nacional. A pesar del discurso sobre

multiculturalismo que se escucha actualmente (una forma limitada de entender la heterogeneidad)

la narracin del pasado sigue anclada en la visin heroica liberal que pretende dar forma a la

unidad nacional. Un pequeo quiebre, a lo sumo, fue hacer creer que la falla histrica del Estado

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haba sido la no atencin a la singularidad cultural y por ende, en este momento se deba atender

o poner atencin sobre esa peculiaridad definida como un derecho de los ciudadanos que lo

reclaman. De esta manera la heterogeneidad es simplificada y culturizada mediante una narrativa

y construccin simblica indiferente y manipulable. Podemos entonces seguir usando la

narrativa histrica de la unidad nacional para pensar en la heterogeneidad y en el futuro? No es

esto una contradiccin?

Segn Marta Elena Casas en las primeras dcadas del siglo XX el estudio de la historia en

Guatemala haba estado bastante vinculado a esta perspectiva oficial, los historiadores tenan una

preocupacin por los hechos, las fechas y las hazaas de los vencedores. Haba una discusin

sobre la falsedad o la veracidad de esos hechos y en este sentido por ejemplo se poda hablar de

exageracin o de la leyenda negra sobre el exterminio de los indgenas y la crueldad de los

espaoles. No obstante, desde la dcada de los treinta segn Casas surgi otra perspectiva en el

estudio del pasado es decir, aquella que discuta sobre el fin ltimo de la historia y su utilidad

para comprender y modificar el presente. Esta preocupacin, sin embargo, estuvo vinculada

estrechamente con la formacin de las ideas e identidades nacionalistas de los intelectuales

capitalinos que estaban involucrados. Fue en este marco en donde se habl de la historia de los

indgenas o se discutieron hechos sobre la historia antigua de los mayas, el tipo de relacin que

stos establecieron con los espaoles en el momento del contacto y en la poca colonial. Las

perspectivas que surgieron necesariamente estuvieron vinculadas a la vieja discusin colonial

sobre la cuestin indgena o a la pregunta sobre qu hacer con el indgena?

Lo que surga a partir de todo ello eran pensamientos que tipificaban un pasado indgena

dependiente de la formacin nacional. La perspectiva de algunos como Pedro Prez Valenzuela

se centraba en la negacin de la existencia de una historia social, poltica y cultural de los

indgenas para destacar que los espaoles haban forjado las bases de la nacin civilizada y las

haban ofrecido a aquellos. Los soportes de esa negacin eran argumentos racistas que definan

forzosamente una sociedad indgena en decadencia y su existencia como una raza inferior y por

ello irredimible. Al contrario otros historiadores como Carlos Gndara Durn detallaban la

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existencia de una civilizacin indgena prehispnica y hablaban sobre la importancia de

incorporarlos, de visibilizarlos o de darles un lugar a los indgenas- en la historia nacional. Para

ello intentaba problematizar criticando la metodologa historiogrfica usada hasta entonces,

basada en el estudio de las leyes y documentos oficiales, pues para l tambin se deba considerar

la importancia del estudio de los hombres de carne y hueso o a los actores sociales.

Se hablaba de que Guatemala sera una nacin hasta resolverse el problema del indio. De

esta manera se estableca que la historia til era aquella que buscaba la incorporacin del indio a

la nacin, lo que igualmente significa integrar a los indgenas a la civilizacin. El marco analtico

general de la historia de Guatemala y en ella el lugar de los indgenas se estableca entonces

desde la dicotoma entre modernidad y tradicin que inclua por supuesto, la formacin de la

nacin guatemalteca. El estudio del pasado entonces deba viabilizar una memoria histrica que

ayudara a incorporar a aquellos que hasta entonces haban sido separados de la civilizacin y la

nacin. Pero frente a ello se segua haciendo la pregunta de si los indgenas eran aptos o podran

poseer una nacionalidad,1 as como en tiempos ms antiguos los religiosos se haban preguntado

sobre la posibilidad e imposibilidad de que aquellos fuesen cristianizados.

Escuchando estas voces vamos entendiendo que a travs de una discusin compleja y

minuciosa, en la primera mitad del siglo XX, se estaba construyendo y consolidando una visin

nacionalista y estatista de la historia en Guatemala. Es decir, se usaba una perspectiva, una

ideologa que impona al Estado como el centro de la narrativa sobre el pasado. Los valores del

estado se iban imponiendo como lgicos y cientficos. All vemos como la ciudadana se estaba

convirtiendo en la nica forma de representacin, el individuo como el ser racional, lo civilizado

o moderno como la ruta o el camino nico y el hombre como el protagonista ms importante.

Estas nociones se fueron convirtiendo en universales para determinar lo que era relevante y lo

que no lo era en el estudio del pasado. A travs de estas nociones los acadmicos evaluaron lo

que era histrico y lo que deba quedar en el olvido. 1 Ver Marta Elena Casas, Genocidio: La mxima expresin del racismo en Guatemala?, Guatemala: F&G Editores, 2008.

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No obstante, a travs del trabajo de Casas empezamos a ver la preocupacin de algunos

historiadores guatemaltecos (a principios del siglo XX) por reconocer a los indgenas en el

pasado de la nacin. Esta preocupacin, sin embargo, se vinculaba al nacionalismo y por eso se

resalt la historia colonial como una forma de opresin sobre los indgenas. En este caso no se

negaba la identidad nacional a los indgenas (como se haba hecho hasta entonces) sino se

buscaba las causas del retraso indgena para buscar los mecanismos de su integracin. Solo de esa

manera, podran los indgenas hacerse visibles en una narrativa sobre el pasado es decir,

considerando su incorporacin a la entidad mayor y moderna. Estos historiadores, jams

consideraron a los indgenas como actores polticos, sociales y culturales autnomos, sino

solamente como personas que deban ser conducidos o liberados mediante la nacin.

Muchos historiadores de la segunda parte del siglo XX continuaron preocupados por la

incorporacin de los indgenas en la nacin pero tambin hablaron de la explotacin que aquellos

sufran y del carcter clasista de esta forma de expoliacin, es decir, incluyeron nuevos

argumentos y conceptos a partir de los cuales se preguntaron sobre las potencialidades

revolucionarias del campesinado y del proletariado. De esta manera las nuevas preguntas que

buscaban dilucidar el sistema de explotacin y las posibilidades para establecer un Estado

socialista seguan vinculados a la identidad nacional y al nacionalismo de los historiadores y con

sus perspectivas marxistas del cambio.

As los nacionalistas de izquierda o los nacionalistas humanistas en su intento por construir

una sociedad nacional diferente, asumieron una posicin estatista y modernista en donde

colocaron nuevamente la discusin sobre el indgena o el problema indgena. Ellos agregaron

otras preguntas como por ejemplo cmo llevar al indgena al Estado socialista? y Cul sera su

contribucin en la lucha? Estas interrogantes han generado trabajos de investigacin

antropolgicos, sociolgicos e histricos sobre la vida social, poltica, cultural y econmica de

los indgenas en la sociedad guatemalteca. En estos trabajos se desarrollan perspectivas

abarcadoras en donde los indgenas son colocados como minoras que deben evolucionar o

desarrollarse cultural, social y polticamente. Para analizar estas perspectivas podemos citar

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algunos fragmentos o textos escritos por tres historiadores importantes, estoy hablando de Severo

Martnez, Julio Csar Cambranes y Jean Piel quienes de alguna manera discuten sobre el lugar de

los indgenas y la comunidad en la historia de Guatemala.

El libro de Severo Martnez sobre La Patria del Criollo, se enmarca en estos cnones

cuando intenta desarrollar una historia general de la formacin social y poltica guatemalteca para

entender el carcter colonial del Estado y el lugar de los indgenas en los procesos y los hechos

que favorecen la formacin de la patria del criollo, de la sociedad guatemalteca moderna y en la

transformacin del pas a travs de la revolucin. Un punto bsico e importante en los

planteamientos de dicho autor es su consideracin sobre que el estudio de lo colonial nos revela

que ste, no es un proceso que qued en el pasado, sino se constituy y se constituye en una

estructura social, poltica y cultural que no ha sido transformada o revolucionada y que en este

sentido lo colonial an est entre nosotros. Lo colonial respondera en este caso a los intereses de

la nobleza y burguesa peninsulares que se vinculaban al Estado Monrquico, entidad que

organiz el gobierno colonial. A continuacin, en los siglos subsiguientes, la Independencia y la

Reforma Liberal, no rompieron con esta situacin pues los criollos y los terratenientes habran

reproducido y no transformado esa estructura de dominacin.

Considera que la independencia rompi con el factor metropolitano de la estructura

colonial pero conserv otros factores fundamentales de aquella estructura, es decir, una clase

terrateniente dominante, el acaparamiento de la tierra y la explotacin servil de los indios. Junto a

ello, la Reforma Liberal habra roto con la estructura colonial de los pueblos de indios pero para

reforzar la explotacin de los indgenas a favor de los cafetaleros. Lo importante de todo esto,

afirma Martnez Pelez, es que los grandes problemas actuales de Guatemala, tienen su raz en la

formacin colonial que configur claramente a las dos clases antagnicas los indios siervos y

los criollos.

Para ilustrarnos sobre esta realidad en la dcada de los setentas cuando fue publicado su

libro Martnez Pelez nos invitaba a salir un poco de la hipertrfica capital de Guatemala para

ver la colonia en todas partes. En sus anlisis posteriores propone que la presencia del indio era la

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mejor prueba de esa realidad, de esa situacin colonial en Guatemala. Justamente el hecho de

que la mitad de los guatemaltecos todava sean indios constituye el ms voluminoso elemento de

juicio para afirmar que la realidad colonial pervive entre nosotros (473). Despus de todo esto,

se hace el anlisis del carcter colonial de las relaciones de produccin, la formacin de las clases

y la cultura de los indios en el pas.

Siguiendo su argumentacin, l afirmaba que el desarrollo de las sociedades actuales

implicaba la universalizacin, su unificacin a las grandes corrientes progresivas de la ciencia, la

tcnica y la poltica. Desde este punto de vista, el discurso sobre lo humano, su carcter

evolutivo, progresivo y universal, eran importantes en la definicin del ser humano nuevo que

debera surgir de la revolucin. La transformacin de los indios necesariamente deba darse en

este proceso y de manera particular dentro de las clases y el desarrollo general de la sociedad de

la que forman parte. De esta manera, la revolucin implicaba el empoderamiento de los indios

para transformar su condicin de clase, como siervos coloniales, a la de un proletariado que se

libera y se vuelve moderno.

Gran parte de los planteamientos de Martnez Pelez, ciertamente, son puntos reveladores

de la formacin estatal guatemalteca. Pero de la misma forma, al releer el texto podemos darnos

cuanta de los lmites de sus conclusiones, es decir, vinculadas a la perspectiva sobre el estatismo.

En su trabajo nos muestra los distintos modelos de dominacin que se reprodujeron en la

sociedad colonial y actual, pero es incapaz de realizar una crtica fuera del espacio de la

formacin estatal, nacionalista y moderna. Sus perspectivas revolucionarias y sobre la capacidad

de sta para transformar a los siervos coloniales en un proletariado liberado a travs de su

humanizacin o universalizacin en la modernidad, finalmente vuelve a colocar al indgena en un

espacio de dominacin. Esto es as, no porque anuncie la proletarizacin exactamente, sino

porque su discurso universalizante borra las experiencias histricas de los mayas y les quita poder

al colocarlos en un solo marco explicativo y sociolgico es decir, el del indgena nacionalizado,

bajo control del Estado y del discurso estatista.

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Ante todo ello, extraamos el informe final del ltimo trabajo que este intelectual inici, es

decir, su Motines de Indios. Cuando hojeamos las pginas de este libro inconcluso, rpidamente

nos percatamos de que su marco analtico reproduce las ideas sobre la accin poltica de los

indios enmarcados en la lucha de clases. Pero Martnez Pelez tambin hizo preguntas

importantes sobre si pueden ser considerados los motines como movimientos de emancipacin,

de independencia local o regional, concebida sta por los indios de manera propia y peculiar?

(10) o qu perseguan [...] los indios al manifestarse violentamente, en todas partes y en todo

tiempo, contra sus opresores? (11).

Estas preguntas, sin embargo, se vuelven a colocar en un marco explicativo que privilegia

nociones evolutivas al definir las acciones indgenas como pre-polticas y como partes de

acciones de clases oprimidas o de la clase fundamental de indios siervos. Los

cuestionamientos de Severo Martnez, sin embargo, nos revelan las posibilidades que pueden

generar las investigaciones que se adentran a estudiar las particularidades de la vida y las luchas

de los mayas, es decir su poltica, entendindolos como acciones que surgen y generan

perspectivas sobre el cambio frente al Estado y otros grupos sociales y polticos. Al contrario, si

colocamos las luchas indgenas dentro de marcos explicativos universalizantes-dominantes

nicamente (el camino a la modernidad o la nacin, por ejemplo) borramos las posibilidades de

nuevas explicaciones, las cuales (a propsito o sin esa intencin) vuelven a reproducir sistemas

de dominacin.

El trabajo de Julio Csar Cambranes sobre la produccin de caf en Guatemala, Caf y

Campesinos, ubica a los indgenas como una poblacin expoliada por los explotadores finqueros

y la economa capitalista neocolonial. Lo que nos ofrece es una historia general sobre la

explotacin y la expropiacin de tierras ligada a la produccin cafetalera. En este sentido, se llega

a considerar que todos los indgenas son mozos y que las comunidades son expropiadas de sus

tierras para dar lugar a unas fincas que producen caf, usando la mano de obra de aquellos

mismos indgenas. Todo esto da como resultado, segn Cambranes, la formacin de un Estado y

de una elite que somete y explota al campesinado.

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Todo ello ha provocado segn este historiador una permanente lucha de clases que ha dado

como resultado la casi total destruccin de las comunidades campesinas autctonas, la

alienacin de los trabajadores asalariados, la profundizacin del racismo, la extrema miseria en

que vive la mayora de la poblacin y el uso del terror como mecanismo de dominacin. Por esta

razn, argumenta, solamente conociendo la historia del campesinado guatemalteco y la forma

en que la burguesa agraria se apodera de la tierra podremos comprender de manera clara

nuestra historia contempornea, una historia que condujo a un capitalismo deforme, es decir,

el capitalismo neocolonial que prevalece en Guatemala.

Cambranes afirma que uno de sus intereses es presentar a los hombres del campo como

sujetos de la historia guatemalteca, cuestionando la historia escrita por la clase dominante. As,

los protagonistas ms importantes de su libro seran los campesinos, los empresarios agrarios y

las autoridades estatales. Es en este marco explicativo en donde el autor coloca el movimiento

revolucionario campesino que surgi a principios de la dcada de los ochentas del siglo XX y

sus consideraciones sobre el futuro del desarrollo agrcola de Guatemala. En relacin a esto

ltimo afirma que cuando los campesinos resuelvan la contradiccin latifundio-minifundio y

rompan la sujecin en la que los tienen sus explotadores lograrn una mayor productividad de la

tierra lo que les llevar finalmente a ser hombres libres. La lucha, afirma, deber realizarse frente

a una estructura de dominacin feudal colonial reciclada por la burguesa agraria, el

capitalismo comercial y financiero extranjero.

En la historia de la formacin del Estado moderno en Guatemala podemos observar,

entonces, unas acciones de campesinos indgenas para oponerse a la expropiacin de sus tierras.

En este sentido, ellos se comportaran como miembros de clases que luchan por la propiedad en

Guatemala. Lo que resulta de todo ello es el estudio de la lucha de clases protagonizada por la

clase explotada (integrada por hombres y mujeres que trabajan la tierra) y la minoritaria clase

de los terratenientes criollos que se apropian de la plusvala producida por los campesinos en el

proceso de produccin. Es de esta manera como Cambranes presenta al campesinado o al

hombre del campo como sujetos de la historia guatemalteca.

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Efectivamente, los campesinos desarrollaron durante el siglo XIX una fuerte lucha, en el

mbito de las reformas liberales, en su afn por seguir controlando las tierras que haban

mantenido histricamente bajo su dominio. De la misma forma muchos de ellos establecieron

mltiples acciones para enfrentar los sistemas de trabajo obligatorio que les fueron impuestos

mediante la ley. No obstante, aquellos tambin haban desarrollado durante los siglos coloniales

una fuerte identidad comunal, en otros momentos se diferenciaban como indgenas pobres ante

los ladinos, los burcratas o los finqueros. En esta relacin, entonces, no solamente se definan

como explotados sino vinculaban esa explotacin con esas identidades comunales, religiosas, de

linajes, como mozos (probablemente algunas como mujeres) y de diferencia etnizada.

Ante esto ltimo, podramos entonces colocar la lucha por la tierra no solamente como una

forma de enfrentar a las clases dominantes, sino tambin como una manera de construir vida,

cultura y poltica comunal. La lucha de los indgenas por mantener sus tierras, las cultivadas o las

incultas quiz podramos relacionarla con intereses por conservar un territorio de cultivo y

sagrado, un espacio que los indgenas lo imaginaron propio, en disputa y con historia. Muchos

qanjobal, del municipio de Santa Eulalia en el departamento de Huehuetenango, vieron la

creacin del municipio de Barrillas, a finales del siglo XIX, en el mbito de las reformas

liberales, como la escisin de su territorio que hasta entonces haban colocado bajo la tutela de la

Virgen.

En este sentido, los interminables alegatos por la tierra como el lugar del sustento o de la

subsistencia alimentaria, tambin estaban vinculados a la lucha de los indgenas para mantenerse

como comunidad Santaeulalense, como aldeanos o como familia en otros momentos. Los litigios

entre pueblos o municipios durante el siglo XIX y primera parte del XX, tambin nos muestran la

capacidad de la gente para mantenerse vinculados a un espacio territorial y de luchar por ste.

As, nosotros podemos investigar los procesos que modelaron la formacin de las mltiples

identidades y cmo stas se entretejen o priorizan identidades polticas en diferentes lugares y

tiempos. Es decir, podemos preguntarnos si dichas identidades estn vinculadas solamente con

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las luchas para transformar las relaciones de produccin o si los indgenas tambin peleaban por

cierta forma de autodeterminacin y autonoma en el siglo XIX.

El historiador francs, Jean Piel en su libro Sajcabaj nos muestra algunas perspectivas

en este sentido. Afirma que a principios del siglo XIX los indgenas y ladinos de San Andrs

Sajcabaj, en el departamento del Quich, lucharon unidos por mantener el control sobre las

tierras ejidales de aquel pueblo frente a agresores que no pertenecan a aquel municipio. Ellos

desarrollaron su defensa en nombre de la posesin inmemorial de su territorio y por eso sobre una

base de identidad y cultura indgenas. Pero la dinmica en esta localidad se transforma, cuando

las luchas por la tierra se producen entre indgenas y ladinos. En este caso, los ladinos rechazan

los derechos histricos que alegaban los indgenas y se adheran a los abogados de la

Repblica. En esta parte de su trabajo Jean Piel no subestima la combatividad de los indgenas

de Sajcabaj, quienes reivindicaban sus tierras comunales y sus derechos territoriales frente a los

intereses de los ladinos y otros.

En este caso, al intentar hacer una historia ms regional y local, Jean Piel logra visualizar,

hasta cierto punto, la compleja relacin que los mayas mantienen con la sociedad, el Estado, la

tierra y el territorio. Su trabajo de indagacin nos revela los intrincados vnculos entre actores,

estrategias, intereses, economa, historia y cultura. No obstante, su lugar y experiencia como

historiador que valora las ideas sobre el cambio como modernidad, como progreso, como

evolucin, hacen que prevalezca en su discurso muchas nociones universalizantes que son

colocadas como normales, lgicas, buenas y nicas, las cuales deberan moldear la vida de la

gente, incluyendo a los indgenas de San Andrs. De esta manera, tambin se visualiza a

Sajcabaj como un lugar aislado de la nacin y del mundo. Por eso l da la razn, porque

confiesa que tambin tuvo una vivencia similar en 1972, a Anne Carrie y a su marido Percival

Maudslay, cuando aquellos al visitar Sajcabaj, muy a finales del siglo XIX ven un pueblo

desolado y aislado, paradisiaco pero trivial desde el lugar de aquellos viajeros y del historiador

esta parte, seguramente, representa la muerte de Sajcabaj (Piel 351).

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En el inicio de su libro Jean Piel habla escuetamente de que ninguna historia local puede

explicarse sola y que sta adquiere sentido nicamente en su conexin o desvinculacin con la

historia general que lo impregna, la cual puede ser regional, nacional o mundial. Junto a todo

ello, al escribir sobre los problemas para llegar a las fuentes, l tambin observaba la dificultad de

penetrar la historiografa de aquel pueblo. Pero en medio de toda esta discusin, Jean Piel no

explica, si la historia o los procesos sociales que vive una comunidad que busca su

autodeterminacin, tambin impregnan a la historia regional, nacional y mundial o si los

indgenas son actores polticos definidos. Desde su visin de la historia como transformacin,

evolucin a una condicin moderna y reconocida a travs de universales, observa el aislamiento

de Sajcabaj, durante el final del siglo XIX y primera parte del XX. Sajcabaj es una simple

aldea, no tiene luz elctrica, no hay telgrafo, escuelas, caminos (todo lo que representa el

concepto dominante de desarrollo), hay un vaco clerical (entonces un vaco de control y tutelaje

cultural) que lo desconecta con Guatemala y el mundo. Junto a todo ello, mantiene la impresin

de que el comn indgena rechaza el mundo exterior, que es hostil e incomprensivo. En este caso,

dice Jean Piel, a estos indgenas solo les queda retorcerse en sus tradiciones, en las costumbres

indgenas y en los usos y costumbre de los ladinos que viven en el pueblo (Piel 352).

Podemos ver en todo esto, una historiografa que se construye en la lgica del universalismo

y estatismo y que ve la vida indgena en funcin de la evolucin de la Guatemala moderna y del

capitalismo solamente. Por ejemplo, Jean Piel, no observa la formacin de unas alcaldas

indgenas como otros tipos de organizacin y formacin de cultura e identidades polticas en los

siglos XIX y XX sino, como la restauracin de viejas formas de organizacin poltica que no se

han extinguido a pesar de la tutela colonial y clerical. l observaba formas de organizacin social

y polticas prealvaradinas, en donde los jefes de calpules controlaban la vida de parentelas,

cofradas y el sistema de puestos en la municipalidad indgena. Junto a ello el historiador notaba

un reforzamiento del sincretismo pagano-cristiano que no es controlado por una autoridad

clerical ortodoxa, sino, por ancianos, semijerarcas y semibrujos que avivaban un renacimiento

indigenista semiclandestino.

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Narrativas sobre el pasado como heterogeneidad de las identidades polticas

Al analizar la produccin de la historia intelectual en Guatemala, Juan Blanco se pregunta sobre

si hay algn vnculo entre la preocupacin de los historiadores del siglo XIX con las que tienen

los de nuestra poca. l considera que el lazo entre ellos sigue siendo, de alguna manera, la lucha

por la creacin del imaginario de nacin como unidad, es decir, la revisin que los historiadores

actuantes hacen en los textos de sus antecesores busca la construccin de la identidad nacional o

el ideal de ser guatemalteco. En este sentido l mismo se pregunta si podemos realizar ahora lo

antes irrealizable?

Los historiadores de tendencia marxista, nacionalistas y de izquierda, que estudiaron el

lugar de los indgenas en la historia de la poca colonial o en la republicana guatemalteca

tambin se suman a esta corriente del trabajo historiogrfico en donde el eje analtico,

metodolgico y descriptivo est dictado por el estatismo. Los indgenas podran apuntalar la

construccin del socialismo como sistema social, econmico y poltico unificador de los

individuos u obreros miembros de la nacin. Al buscar las capacidades polticas de los mayas, al

indagar sobre su lugar en los sistemas de explotacin o al considerar su organizacin comunal los

historiadores mencionados (Martnez, Cambranes, Piel) no lograron salir del marco estatista

establecido desde el siglo XIX. An si adelantaron en la definicin de los indgenas como sujetos

de la historia nacional fueron incapaces de comprenderlos como sujetos de su propia historia.

Lo que busco en este trabajo es aportar algunos elementos para considerar esto ltimo, es

decir, sobre los indgenas como sujetos de su propia historia. En este caso no estoy hablando de

ellos como hacedores de narrativas sobre el pasado solamente, sino tambin de la estructuracin y

de la conformacin de procesos en donde ellos van constituyendo una vida propia, como una

manera particular de organizar la cultura, la sociedad y la poltica. Dicho esto, rpidamente hay

que indicar que la conformacin de lo indgena como sujeto histrico necesariamente hay que

pensarlo en el marco de la heterogeneidad. El movimiento maya, como se ha dicho, tambin

reclama lo indgena como sujeto autnomo pero lo coloca en el marco de la dicotoma

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reproduciendo la diferencia como cultura, como disensin constante o general y como una

manera de enfrentar los discursos y la poltica dominante y estatista.

Aqu se propone que lo indgena se produce en un espacio heterogneo2 que no se asimila

necesariamente a un espacio multicultural oficial guatemalteco. La heterogeneidad implica en

este sentido formas de relaciones mltiples en el tiempo y el espacio a partir de las cuales se

conforman los sujetos colectivos y se definen las identidades y no una sntesis ciudadana,

guatemalteca, mestiza o maya excluyentes. Los vnculos que se establecen en el espacio

heterogneo estn cruzados por relaciones de poder que tambin moldean o reconfiguran esas

mltiples identidades. En este sentido quiz sea til considerar la interpretacin que hace

Althusser de la propuesta de Helvetius sobre el inters. Afirma que el ltimo ha intentado la

exposicin sistemtica de una filosofa del inters. Considera que ste no solo da cuenta de la

unidad de la accin humana a partir del inters, sino tambin de la diversidad de la historia

humana a partir del inters. Esto implica considerar una dialctica del individuo y del medio que

da como resultado otra o una mejor explicacin de la diversidad de la historia humana. De la

misma manera esto nos conduce a transformar nuestra concepcin de la poltica y nos invita a

imaginar nuevos tipos de relaciones (Althusser 73-74). Con ello se podra decir que las

identidades tambin se producen como identidades polticas y que la historia de los indgenas (y

de muchos otros) hay que verla como tramas polticas en un mundo desigual y heterogneo.

En este sentido, lo que planteo es que, en este momento de nuestra historia (capitalista y

colonial), la heterogeneidad podra o debera verse como la heterogeneidad de identidades

polticas. Entonces, como historiadores tambin nos correspondera comprender lo que los

mayas, campesinos y otros han hecho, significado e interpretado como poltica comunal, como

insurgencia, como poltica de gnero, o poltica de grupos populares. Hasta este momento la

diversidad en Guatemala ha sido reconocida solamente como identidades culturales o identidades

tnicas (nicamente de clase en otros momentos y lugares) que definen la particularidad de

2 Partha Chattergee habla del tiempo heterogneo como un tiempo denso y desigual que tiene un contenido, ver La nacin en tiempo heterogneo, Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2008.

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grupos de poblacin, los cuales son colocados en la dicotoma modernidad y tradicin. Todo ello

con la intencin de reconfigurar y poner en el centro la identidad nacional y la ciudadana y en la

periferia a los indgenas sirvientes, folclricos, tradicionales, etnizados, atrasados o

subdesarrollados que deben pasar por las polticas civilizacin, de integracin, de desarrollo y de

educacin.

De forma ms concreta, la heterogeneidad de identidades polticas para los indgenas (que

es lo que me interesa destacar ahora) junto a la formacin del Estado podra considerarse la

conformacin del comunalismo, el mayanismo multiculturalista, en la definicin de identidades

de indgenas liberales, indgenas citadinos y migrantes, es decir como ejemplos de

posicionamiento culturales, poltico y definicin de sujetos. En el primer caso nosotros podemos

hablar de la conformacin de la poltica comunal o de la identidad poltica comunal que podra

ser vista como formas de insurgencia, gubernamentalidad, representacin y participacin e

interpretacin o cultura, que est en constante relacin, imbricacin y/o pugna con otras

formaciones e identidades polticas que podran ser la de la ciudadana, las identidades de

mujeres, ladinos, mestizos y criollos. Desde mi perspectiva, qawinaq es un concepto indgena que

puede mostrarnos la compleja constitucin y relacin de estas identidades polticas y por eso

debera ser explorado como una definicin indgena de la heterogeneidad poltica y cultural.

La importancia de historizar las identidades polticas en Guatemala es crucial, no para

definirlas como univocas, difanas y lineales, sino para visualizar las posibilidades en la

construccin de formas democrticas nuevas. En el proceso analtico y la construccin de

imgenes sobre el pasado no se debe perder de vista las relaciones mltiples, complejas y

heterogneas que viven las personas y los grupos. Es decir, hay que traer a la discusin los puntos

y momentos de autonoma, encuentro, desencuentro o conflicto en la formacin de las

identidades polticas y de esa manera, pensar formas radicales de participacin y representacin o

de democracia en mbitos mltiples existentes o por imaginar. La representacin histrica o la

narrativa histrica de esta heterogeneidad nos podra llevar a entender cules son los puntos

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concretos de encuentro y disenso y cmo se conforman stos en momentos determinados para dar

lugar a la opresin y la liberacin.

Esta forma de estudiar el pasado, para el momento en que vivimos puede contribuir, tal

como lo afirma Chantal Mouffe3 a descencializar las identidades y romper con las fronteras

establecidas, pero tambin para considerar o construir el mbito de la autonoma poltica de los

grupos. Junto a todo ello es importante comprender que la definicin de la autonoma maya se

produce en un contexto mundial de opresin, denigracin, deshumanizacin y tambin de lucha

de otros pueblos y colectividades. Por eso es interesante recordar la cita que hace Saree Makdisi

de las palabras de Edward Said cuando ste ltimo afirmaba que Palestina no exista sino como

recuerdo, o mejor como idea, como experiencia poltica y humana y como accin de sostenida

voluntad popular (127). En este sentido el autor considera que la lucha de Said no se limitaba a

la idea de Palestina sino principalmente era una lucha por un sentido de justicia y concepto de

humanismo. No era una lucha basada sobre alegatos de exclusividad tnica sino ms bien

buscaba la inclusividad y el reconocimiento de la comunidad (Saree Makdisi 127). Los mayas y

muchas otras colectividades oprimidas en Guatemala, nos encontramos constantemente en esta

encrucijada del mundo y all es donde podramos ubicar tambin nuestra historia.

Se puede observar que hasta este momento y en la mayor parte de nuestro trabajo de

indagacin histrica en Guatemala no se ha logrado profundizar en este propsito, es decir,

observar con mayor fuerza la compleja formacin de identidades polticas, culturales y sociales,

porque en nuestra visin prevalece el estatismo y el nacionalismo que nulifican a las otras

identidades definindolas como inferiores, tnicas, en el margen o simplemente se les obvia. Esta

carencia nos impone lmites a la hora de analizar las relaciones de poder, la formacin de la

diversidad, los sistemas de dominacin y la constitucin compleja de la diferencia. Esto encarna

la idea de que una visin fuera del estatismo, nos dara la oportunidad de problematizar y

resignificar lo colonial y su relacin con el capitalismo, el comunalismo, el nacionalismo y el

imperialismo. El anlisis conducido de esta manera nos mostrara, quiz, de qu modo fueron 3 Ver Chantal Mouffe, Desconstruccin y pragmatismo, Buenos Aires: Paids, 1998.

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provocadas las diferentes condiciones de vida de los grupos en Guatemala o en Mesoamrica y

cmo estos procesos configuraron distintos seres humanos,4 diferentes formas de ser mayas o

indgenas, mestizos, mujeres y con ello las dismiles formas de lucha que se establecen y se

llevan adelante.

La recuperacin de la historia de nuestra sociedad heterogenea y la formacin de las

identidades polticas en Guatemala nos obliga a examinar la formacin de los nacionalismos, el

estatismo y cmo ellos se vinculan con lo colonial o la herencia colonial, una surte de criollismo

que al final intentan organizar la sociedad y las instituciones actualmente. Los retos que

enfrentamos estn vinculados al entendimiento de lo particular en su contexto mltiple

descombrando rutas concretas como un programa de investigacin que defina metodologas,

nuevos marcos analticos e historiografas. En estos anlisis no se debera dejar al margen, los

estrechos vnculos que recrean los grupos en los procesos que experimentan en el tiempo y el

espacio. Conexiones que no necesariamente se enmarcan como nacionales, sino de muchas otras

maneras, por ejemplo, la relacin entre grupos basados en la regin y la localidad. La

particularizacin tampoco significa la consideracin de una historia de la vida cotidiana, una

historia de las emociones, de la indignacin o del coraje sin conexin con formaciones

estructurales, polticas, econmicas, de poder y dominacin.

Implica buscar e imaginar trayectorias histricas mltiples de los mayas, kaqchikeles,

tzutujiles, comalapenses, jacaltecos o cualquier otras en esta lnea u otras que surjan en los

procesos de indagacin. Obliga tambin a la explicacin y narracin de procesos vinculados a

luchas por la liberacin, adaptaciones a las formas de organizacin de la sociedad local, la

reproduccin de formas de dominacin desde los indgenas mismos como personas y miembros

de comunidades, las historias de la explotacin y la produccin. Una manera de escribir la

historiografa y de conceptualizar el pasado, desde la experiencia de las relaciones vividas en

espacios mltiples y fluidos, que pueden ser la localidad, Guatemala, Mesoamrica y el mundo.

Como se ha dicho, esto no implicara la significacin de la comunidad indgena o la regin como 4 Conversacin con Aura Cumes.

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el nico lugar del mundo, sino como el terreno en donde se construye una y mltiples

experiencias histricas de grupos especficos y de la humanidad. Catherine Walsh (Post-

Colonialidad en Ecuador) dira que esta perspectiva implica reconocer que la ubicacin est

histrica, geopoltica y epistemolgicamente diagramada (n.p.). Estas serian rutas para criticar

las perspectivas dominantes o usadas hasta la actualidad para escribir la historia de los indgenas,

pero tambin podra servir para desarrollar dilogos con otras perspectivas en la produccin del

anlisis histrico, antropolgico o sociolgico.

Este ltimo movimiento implica y significa en primer trmino, desetnizar la historia

indgena, es decir, existira la necesidad de sacarlo del mbito de la historia de las minoras

culturales o de la etnohistoria y colocarlo en otro plano o marco analtico en donde se le pueda

ver en relacin con otras historias, conceptos, procesos y proyectos. Es decir, en un espacio en

donde se pueda visualizar las posibilidades y los lmites de la accin poltica de los indgenas

subalternizados. En este sentido el nfasis en el trabajo del historiador no es entender cmo otras

historias encajan en la gran historia sino, cmo las historias y las interpretaciones pueden

complejizarse de acuerdo a contextos, sociologas, intereses polticos, formas de dominacin y

las formaciones culturales. As no se hablara solamente de cmo los indgenas participan en la

formacin de la nacin (como se hace ltimamente), sino cmo las ideas nacionalistas se

vinculan a la formacin de las identidades polticas comunales y mayanistas. En este caso no se

buscara la defensa del nacionalismo como nica identidad o el Estado como nica poltica. No se

intentara definir una historia indgena lineal, ideal o difana sino, como se ha argumentado,

contemplar las contradicciones de la accin poltica indgena y sus imposibilidades como forma

de liberacin.

Al estudiar la historia indgena como la formacin de identidades polticas tenemos la

oportunidad de observar las mltiples formas de la protesta y hacernos preguntas tales como: a

partir de qu factores se organizan y se estructuran las formas de insurgencia y qu lugar tienen

en la historia de la formacin colonial, nacional y local? En este punto se podra dialogar y poner

en cuestin las conceptualizaciones clsicas sobre la formacin de las identidades y los

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movimientos campesinos, o los nuevos movimientos sociales como formas pasadas y actuales de

analizar la movilizacin indgena. Al invocar las identidades de clase y tnicas de manera

separada, estos marcos analticos muchas veces ocultan la trascendencia histrica de las acciones

polticas indgenas, borrando las posibilidades de entrelazar los tiempos largos y cortos en los

procesos sociales y polticos que vivieron y viven los subalternos. Al analizar la formacin de las

identidades polticas, tambin podemos preguntarnos sobre los proyectos polticos indgenas y la

forma en que estos se van conformando o tienen un lugar en campos de poder especficos y a

nivel mundial. Junto a la formacin del Estado moderno en Guatemala, por ejemplo, es posible

visualizar la lgica que sigue la produccin de identidades, la constitucin de visiones sobre el

futuro, el cambio y las estrategias indgenas para enfrentar los distintos mecanismos de

dominacin. A partir de ello tambin podemos considerar la formacin de conceptos indgenas

que tipifican las relaciones que se establecen.

Finalmente, para comprender las historias indgenas y la heterogeneidad tambin es

importante problematizar lo colonial. Hasta ahora la visin criollista o la posicin de ganadores

(en la Reforma Liberal) que se atribuyen algunos ladinos, mestizos y otros, no les permite

comprender la relevancia de lo colonial en la estructuracin de Guatemala como nacin. Muchos

indgenas al contrario, desde su posicin o su lugar de enunciacin en la historia de sus

comunidades, de sus luchas, en la historia de la formacin estatal y su posicin en el mundo

pueden tener otra visin sobre el pasado y presente colonial. Desde ste ltimo concepto y

situacin tambin se puede analizar la formacin de las identidades locales, las luchas por la

tierra y el territorio. Se pueden observar las histricas diferencias entre indgenas y ladinos, la

formacin de ideas sobre libre determinacin, autonoma, liberacin y descolonizacin.

Eplogo

Hace algunos aos cuando estaba estudiando la historia poltica de Comalapa municipio del

departamento de Chimaltenango ante mi argumentacin, un colega estrechamente vinculado a

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mi proyecto de investigacin planteaba que, entonces, los grupos dirigentes en esta localidad eran

ms liberales que los gobernantes capitalinos Qu significado podra tener esta observacin?

Los ltimos estudios sobre la historia de los indgenas en Guatemala intentan mostrar la

capacidad de accin que tienen estos grupos en la formacin del Estado moderno, es decir, en un

proceso de lucha, negociacin y aval. Hace algunas dcadas los antroplogos vieron ciertos

cambios en la poblacin indgena y entonces enfatizaron sus anlisis a travs de conceptos como

cambio cultural e interpretaron que las transformaciones respondan a la formacin nacional y a

las polticas estatales, es decir, los indgenas se estaban ladinizando o nacionalizando.

La transformacin cultural entre los indgenas, las relaciones de poder y la formacin de las

identidades culturales y polticas, sin embargo, parece bastante intricados. En el estudio que he

mencionado en donde intento mirar el lugar de la poltica en los procesos de modernizacin entre

los kaqchikel de Comalapa en el siglo XX observo dos tendencias. Entiendo que los postulados o

discursos del indigenismo sobre la importancia de educar a los indgenas, de transformar sus

formas de trabajo o de ciudadanizarlos lleg o llegaron a las comunidades rurales por diferentes

medios. Como se ha dicho, el fin de este proyecto era crear una identidad nacional o nacionalista

entre los indgenas. Muchos de los indgenas que se superaron efectivamente asumieron la

identidad nacional, sin embargo, los postulados del indigenismo o de este discurso nacionalista,

tambin sirvieron para enfatizar y transformar la identidad local comunal como una identidad

poltica de indgenas superados que lucharon frente a las formas estatistas, nacionalistas y racistas

de definicin de lo indgena, lo rural, lo aldeano y otros. Con ello ciertos grupos indgenas

fortalecieron sus proyectos polticos locales comunales y regionales vinculndolos a sus ideas y

prcticas de autodeterminacin indgena (la capacidad de darse una vida propia).

De esta forma los discursos sobre ciudadana, educacin, progreso, desarrollo desde la voz

de los indgenas, servan para apuntalar proyectos que podemos ver, en cierto sentido, como

democratizadores, pues buscaban caminos para darle un lugar adecuado a las comunidades

indgenas en su relacin con el Estado guatemalteco, con los ladinos y los finqueros. As, ste no

era un proyecto nacionalista sino localista comunitarista o en su tiempo regionalista a travs del

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cual, grupos de indgenas intentaban darse un lugar o una vida poltica propia en un mbito

problemtico. No obstante, dicho proyecto tambin gener sus propios lmites. Muchos indgenas

superados tuvieron un discurso sobre la autodeterminacin de la comunidad y de los indgenas en

general (o en su caso de los mayas) y de la misma forma hablaron y actuaron como miembros de

estratos diferentes al campesinado indgena, aunque no lo dijeron abiertamente, muchos de ellos

se sintieron indgenas civilizados y por eso superiores. En este ltimo caso ellos reprodujeron las

jerarquas socio-raciales sobre la que se asentaba o se basa la sociedad guatemalteca. La

reproduccin de esta estructura es lo que destaco como lmite del proyecto democratizador y

descolonizador desde la comunidad indgena y de la accin poltica subalterna.

He querido subrayar estas conclusiones de mi trabajo anterior para intentar ejemplificar la

complejidad de las historias polticas de los diferentes grupos en Guatemala y cmo stas se

conectan y desconectan, se acoplan y se desplazan en el tiempo. En este sentido hay que enfatizar

que aunque muchas historias se pretenden universales en realidad conforman imaginarios

particulares o locales en su caso, capitalinas o comalapenses. Son historias que no deberan ser

colocadas o imaginadas una dentro de otra, sino en una vinculacin compleja en donde el poder

juega un rol importante. El posicionamiento que presento no lo considero un movimiento simple

en Guatemala, sino implica un cuestionamiento radical de la forma en que hasta ahora se concibe

la reproduccin del conocimiento histrico, la nacin, el multiculturalismo y la heterogeneidad en

este pas.

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