011_el capital. crítica de la economía política - c. marx

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MARX, Karl El Capital. Crítica de la Economía Política Para las citas y referencias se ha empleado la edición en 3 volúmenes del Fondo de Cultura Económica, 5.ª ed. México, 1968. (Traducción castellana, por Wenceslao Roces). Al final de cada volumen, esta edición tiene un apéndice en el que se recogen documentos, cartas, etc., que el traductor consideró útiles para mejor entender la obra, y que guardan siempre estrecha relación con su contenido y redacción 1 . Vol. I El proceso de producción del capital, XXXIX + 769 págs. Vol. II El proceso de circulación del capital, 527 págs. Vol. III El proceso de la producción capitalista, en su conjunto, 953 págs. El tomo contiene los índices de la obra: bibliográfico, general y de materias. INTRODUCCION I. El Capital, la obra de madurez de Marx, no llegó a ver la luz por entero en vida suya: sólo el primer volumen fue llevado hasta su término por él, siendo publicado en 1867 en Alemania. Los volúmenes II y III, fueron editados por F. Engels, respectivamente en 1885 y 1894, en base a los manuscritos dejados por Marx. Inicialmente la obra había sido concebida en seis volúmenes (Cfr. carta a Engels del 2 de abril de 1858), parte de cuyo contenido fue publicado en 1859, con el título Contribución a la crítica de la economía política, del que inicialmente lo que hoy es El Capital debería constituir la continuación, pero que en 1862 Marx decidió dar al público independientemente (Cfr. carta a Kugelmann, del 28 de diciembre de 1862) 2 . Marx consumió gran parte de su vida en escribir esta obra. En 1851 daba por terminados sus estudios de la economía clásica, e iniciaba la construcción de su sistema: «llevo la cosa tan adelantada, que en cinco semanas terminaré con toda esta basura económica –escribía a 1 Aunque habitualmente se cite según esta edición, se han hecho algunas correcciones (por ejemplo, trabajo excedente, en lugar de trabajo sobrante; plusvalor por plusvalía, etc.) cuando los términos estaban más consagrados en castellano o eran más fieles al original. Para esta corrección se ha tenido en cuenta la versión italiana de Editori Riuniti y el original alemán que se encuentra en la colección de las obras completas de K. Marx-F. Engels, editada en Berlín por la Dietz-Vertag. 2 Apéndice del Tomo 1, respectivamente, pp. 661-665 y 667-668.

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  • MARX, Karl

    El Capital. Crtica de la Economa Poltica

    Para las citas y referencias se ha empleado la edicin en 3 volmenes del Fondo de Cultura Econmica, 5. ed. Mxico, 1968. (Traduccin castellana, por Wenceslao Roces). Al final de cada volumen, esta edicin tiene un apndice en el que se recogen documentos, cartas, etc., que el traductor consider tiles para mejor entender la obra, y que guardan siempre estrecha relacin con su contenido y redaccin1.

    Vol. I El proceso de produccin del capital, XXXIX + 769 pgs.

    Vol. II El proceso de circulacin del capital, 527 pgs.

    Vol. III El proceso de la produccin capitalista, en su conjunto, 953 pgs. El tomo contiene los ndices de la obra: bibliogrfico, general y de materias.

    INTRODUCCION

    I. El Capital, la obra de madurez de Marx, no lleg a ver la luz por entero en vida suya: slo el primer volumen fue llevado hasta su trmino por l, siendo publicado en 1867 en Alemania. Los volmenes II y III, fueron editados por F. Engels, respectivamente en 1885 y 1894, en base a los manuscritos dejados por Marx.

    Inicialmente la obra haba sido concebida en seis volmenes (Cfr. carta a Engels del 2 de abril de 1858), parte de cuyo contenido fue publicado en 1859, con el ttulo Contribucin a la crtica de la economa poltica, del que inicialmente lo que hoy es El Capital debera constituir la continuacin, pero que en 1862 Marx decidi dar al pblico independientemente (Cfr. carta a Kugelmann, del 28 de diciembre de 1862) 2.

    Marx consumi gran parte de su vida en escribir esta obra. En 1851 daba por terminados sus estudios de la economa clsica, e iniciaba la construccin de su sistema: llevo la cosa tan adelantada, que en cinco semanas terminar con toda esta basura econmica escriba a 1 Aunque habitualmente se cite segn esta edicin, se han hecho algunas correcciones (por ejemplo, trabajo excedente, en lugar de trabajo sobrante; plusvalor por plusvala, etc.) cuando los trminos estaban ms consagrados en castellano o eran ms fieles al original. Para esta correccin se ha tenido en cuenta la versin italiana de Editori Riuniti y el original alemn que se encuentra en la coleccin de las obras completas de K. Marx-F. Engels, editada en Berln por la Dietz-Vertag. 2 Apndice del Tomo 1, respectivamente, pp. 661-665 y 667-668.

  • Engels el 2 de abril de 1851. Luego me dedicar a elaborar en mi casa la Economa y en el Museum me dedicar a otra ciencia, pues sta empieza a hastiarme (Carta, I, p. 661). El 14 de marzo de 1883, muere Marx ms de 30 aos despus sin haberla terminado totalmente, despus de muchsimas revisiones. Ms de 15 aos antes haba dado por concluida la primera redaccin: la situacin, por lo que a este maldito libro se refiere, es la siguiente escriba a Engels el 13 de febrero de 1866; se ha terminado a fines de diciembre... aunque el manuscrito, en su gigantesca forma actual no podra ser editado por nadie fuera de m mismo, ni siquiera por ti (Carta, III, p. 829). Y ya en esas fechas comentaba que, una vez lo hubiera terminado me tendra completamente sin cuidado que me tirasen hoy mismo o maana al muladar, despus de estirar la pata (III, p. 829).

    No se puede olvidar, por otra parte, que los Manuscritos de 1844 eran ya el embrin de El Capital. Y que, desde que se decide a comenzarlo, es su principal ocupacin: el 31 de julio de 1865, escriba a Engels que poda estar seguro de que har todo lo posible por dar cima cuanto antes a este trabajo, que gravita sobre m como una pesadilla... me impide hacer ninguna otra cosa (I, pp. 672-73). Durante este tiempo, Marx consulta toda obra que pudiese afectar, a su juicio, al contenido y xito de El Capital. No se decide a publicar una parte, hasta estar seguro del resultado final: no acierto a decidirme a mandar nada a la imprenta antes de verlo todo terminado, cualesquiera que puedan ser sus defectos, la ventaja de mis obras consiste en que forman un todo artstico, lo que slo se consigue con mi mtodo de no dejar jams que vayan a la imprenta antes de que estn terminadas (Carta de 31 de julio de 1865, I, p. 672).

    II. Esta obra, tan elaborada, tan pensada y tan extensa (unas 2.000 pginas) no es nada sencilla de leer. Es difcil proseguir su lectura hasta el final, sin tener que retroceder una y otra vez: porque hay un continuo referirse a presupuestos sentados en las primeras nociones, que determinan el modo de presentar las siguientes, haciendo costoso no perder el hilo; por el significado nuevo que Marx da a los trminos, que uno estaba acostumbrado a manejar de otro modo en el lenguaje ordinario o cientfico, y que condicionan la expresin de su pensamiento; en fin, el continuo juego entre apariencia y realidad, la intercalacin de pasajes histricos, u otros de puro razonamiento matemtico; y la extensin...

    Aunque Marx afirma que, prescindiendo del primer captulo sobre la forma del valor, no es un libro difcil de entender (cfr. Prlogo a la 1. ed., I p. 14), teme, sin embargo, que el lector se canse: el mtodo de anlisis empleado por m y que nadie hasta ahora haba aplicado a los problemas econmicos, hace que la lectura de los primeros captulos resulte bastante gravosa, y cabe el peligro de que el pblico, impaciente siempre por llegar a los resultados, ansioso por encontrar la relacin entre los principios generales y los problemas que a l directamente le preocupan, tome miedo a la obra, por no tenerlo todo a mano desde el primer momento (Carta de Marx a M. Lachtre, del 18 de marzo de 1872).

    No parece posible evitar en la exposicin del contenido si se desea seguir un desarrollo fiel al esquema y pasos del autor, la complejidad, las repeticiones y el ir y volver a los temas, que estn en la obra original. Nos parece esto ms ventajoso, para hacerse cargo de cmo es El Capital, a la solucin frecuente en algunos comentaristas, de ordenar al propio gusto y segn un esquema distinto, los principales temas de esta obra de Marx.

    Con el fin, sin embargo, de facilitar desde el principio la comprensin, vamos a trazar a continuacin un resumen, muy sencillo y esquemtico, de las ideas fundamentales que vertebran el contenido de sus tres extensos volmenes.

    1. Teora del valor. El trabajo humano productivo es el motor de la historia humana. La diferencia entre el trabajo humano y cualquier otra actividad de transformacin de la naturaleza, es que el resultado del trabajo es previamente proyectado en el cerebro del obrero.

  • As, mientras las dems actividades de la naturaleza no son racionales, el trabajo humano s. Por eso, el hombre en el trabajo transforma la naturaleza produciendo bienes de consumo humano, enajenndose al trabajar y recuperndose de modo superior al percibir el fruto de su trabajo. Por tanto, la vida del trabajador se objetiva en el producto, que es trabajo humano materializado, coagulado.

    Este valor, que el trabajo aade a la materia, es lo que determina el valor (objetivo), distinto del valor de uso. En una economa de mercado donde las cosas se producen para el mercado y se cambian por dinero el valor de cambio que rige la produccin y circulacin de las mercancas es este valor objetivo: por tanto, el valor de las mercancas depende exclusivamente del tiempo de trabajo medio socialmente necesario para producirlas.

    2. Teora del rgimen de produccin capitalista. Este rgimen se inicia cuando se disocian el trabajador y el resultado de su trabajo, es decir, el trabajo vivo (fuerza de trabajo) y el trabajo muerto o acumulado (capital).

    La condicin histrica para que as ocurra, es que quien dispone de los medios de produccin encuentre en el mercado trabajadores libres que necesiten vender su fuerza de trabajo. Y la venden, como toda mercanca, por su valor de cambio (tiempo de trabajo necesario para producir los medios de subsistencia del trabajador); pero el poseedor de los medios de produccin la consume segn su valor de uso, obteniendo como ganancia la diferencia: es decir, el producto del tiempo de trabajo excedente a la subsistencia del obrero (salario), del que se apropia sin pagarlo. Es el plusvalor.

    El capital, por tanto, no se invierte para producir mercancas sino para producir plusvalor. La mxima obtencin de plusvalor, y por ende la mxima explotacin posible del trabajador, constituye as la ley esencial del capital.

    Con el agravante de que el capital, gracias al plusvalor obtenido, no slo crece se acumula sino que sostiene y regula sus necesidades de trabajadores (inmediatas o futuras: ejrcito industrial de reserva). El trabajo muerto se yergue como independiente y extrao al trabajador que lo ha producido, convertido en capital; y obliga al trabajador, para seguir subsistiendo, no slo a reproducirlo, sino a reproducirlo siempre aumentado (con plusvalor). Y esto con la imperiosa necesidad de una ley fsica.

    3. Teora de la circulacin y reparto del plusvalor. La realidad del rgimen capitalista la produccin del plusvalor como fin y su reparto entre los capitalistas circula disfrazada. Los conceptos se limitan a exponer la apariencia: lo que ocurre en la superficie del rgimen burgus. El salario o precio de los medios de subsistencia se disfraza de precio de la totalidad del valor de la fuerza de trabajo; el plusvalor, de ganancia del empresario, inters del capital y renta de la tierra.

    La realidad, sin embargo, no puede ser ms que la que marca la teora del valor: el conjunto del plusvalor producido cada ao por los trabajadores y arrebatado por los capitalistas, se reparte luego entre toda la clase capitalista, en proporcin a su alcuota de capital: en eso se resumen el inters del capital y la ganancia del empresario. La renta de tierra es una parte del plusvalor, que el terrateniente extrae al capitalista agrcola.

    Por tanto, las relaciones econmicas producen y ocultan relaciones sociales de clase entre los trabajadores (que slo pueden obtener del producto total los medios para su subsistencia, a pesar de producirlo) y los capitalistas y terratenientes. Estos tienen los ttulos jurdicos (propiedad del capital y la tierra), para quedarse con el trabajo excedente o plusvalor sin haberlo producido y sin pagarlo. Y as existen tres clases sociales: trabajadores, capitalistas y terratenientes.

  • 4. Teora de la acumulacin del capital, las crisis y muerte del rgimen capitalista. El sistema de produccin capitalista consigue una gran expansin de las fuerzas productivas de la productividad del trabajo y, por consiguiente, del desarrollo de la humanidad. Pero tiene una ntima y fundamental contradiccin entre su fin el aumento creciente del plusvalor y los medios por los que se propone conseguirlo el desarrollo incondicionado de las fuerzas productivas. El fin perseguido por el capital se convierte as en un grillete de las fuerzas productivas que despierta. Estallan por eso las crisis, que preludian la desaparicin definitiva de la era capitalista.

    Ser sustituida por la era comunista, que conservar (y mejorar, gracias a la racionalidad de los planes econmicos) el adelanto continuo de las fuerzas productivas logrado por el capitalismo. La nueva era tambin distribuir ms adecuadamente el producto total de la sociedad, pues se producir (siempre racionalmente) para satisfacer las necesidades no ya del capital: plusvalor sino de los trabajadores. El proceso de intercambio entre el hombre y la naturaleza, en que el trabajo consiste, se desarrollar de modo racional: la humanidad se har racionalmente a s misma, en lo que consiste su perfeccin.

    III. Para facilitar tener a la vista, desde el principio, el entero contenido de El Capital, se incluye a continuacin un ndice de los tres volmenes, desarrollado en las 17 secciones que comprende. Respecto a las seis primeras secciones donde se sientan las bases principales se desarrolla tambin la subdivisin por captulos; y, en algn caso, se dan tambin las subdivisiones internas de cada captulo 3.

    De acuerdo con este ndice, se realizar despus la exposicin. Y para guardar siempre el paralelo con el original, al comienzo de cada apartado si en el original est subdividido se incluye el ndice de las subdivisiones que contiene la obra de Marx.

    Por ltimo, con el mismo deseo de hacer ms fcil la lectura y comprensin del contenido, junto al ttulo que lleva en el original, a veces, se aade entre parntesis un ttulo que puede resultar ms expresivo del contenido, y que alude a las cuatro grandes temticas de la obra de Marx, que acabamos de resumir en el apartado anterior.

    I. Libro primero: El proceso de produccin del capital. A) Seccin primera: Mercanca y dinero (Teora del valor).

    a) Captulo I: La mercanca:

    1. Los dos factores de la mercanca: valor de uso y valor de cambio (Teora del trabajo como sustancia del valor).

    2. Doble carcter del trabajo representado por las mercancas (d.: continuacin).

    3. La forma del valor o valor de cambio. El fetichismo de la mercanca y su secreto (Teora de la ocultacin de las relaciones sociales de trabajo, en la forma valor de la mercanca).

    b) Captulo II: El proceso de cambio (Teora de la forma jurdica como disfraz de la forma econmica).

    c) Captulo III: El dinero o la circulacin de las mercancas (Las relaciones entre valor y precio).

    3 Se ha preferido no recoger ms, pues el gran nmero de captulos de la obra (en total 98) dificultara el uso cmodo del ndice. En los dems casos la subdivisin de captulos se encuentra al comienzo de cada seccin.

  • B) Seccin segunda: La transformacin del dinero en capital: (Cap. IV) (Teora del proceso de produccin capitalista).

    1. La frmula general del capital.

    2. Contradicciones de la frmula general.

    3. Compra y venta de la fuerza de trabajo (La teora de la existencia de trabajadores libres, como condicin para el plusvalor).

    C) Secciones tercera a quinta (Teora del plusvalor: el plusvalor absoluto). a) Captulo V: Proceso de trabajo de valorizacin (Nocin de plusvalor).

    1. El trabajo es un proceso de intercambio entre la naturaleza y el hombre.

    2. Los instrumentos de trabajo que el hombre posee determinan su historia.

    3. En este proceso, el trabajo se funde con el objeto: se hace objeto.

    b) Captulo VI: Capital constante y capital variable (Teora del trabajo como nica fuente de plusvalor).

    c) Captulo VII: La cuota de plusvala (Teora del grado de explotacin del trabajo y su frmula matemtica).

    d) Captulo VIII: La jornada de trabajo (Teora de la necesidad y los lmites del plusvalor).

    e) Captulo IX: Cuota y masa de plusvalor (Teora de la masa de dinero necesaria, para que el dinero se convierta en plusvalor).

    f) Captulos X a XIII: (Teora del plusvalor relativa segunda forma del plusvalor y los modos de explotacin que lleva anejos).

    g) Captulos XIV a XVI: La produccin de la plusvala absoluta y relativa.

    D) Seccin sexta: el salario (Cap. XVII-XX). E) Seccin sptima: El proceso de acumulacin del capital (Cap. XXI-XXV) (Teora del

    capital y su progresiva concentracin).

    II. Libro segundo: El proceso de circulacin del capital. A) Seccin primera: Las metamorfosis del capital y su cielo (Cap. I-VI) (Teora de la

    circulacin del capital).

    B) Seccin segunda: La rotacin del capital (Cap. VII-XVII) (Id. continuacin). C) Seccin tercera: La reproduccin y circulacin del capital social en su conjunto

    (Cap. XVIII-XXI) (Teora de la acumulacin del capital).

    III. Libro tercero: El proceso de la produccin capitalista, en su conjunto. A) Seccin primera: La transformacin de la plusvala en ganancia y de la cuota de

    plusvala en cuota de ganancia (Cap. I-VII) (Teora sobre el modo en que la contabilidad capitalista oculta bajo la forma de ganancia del capital, el plusvalor arrebatado al trabajador).

    B) Seccin segunda: Cmo se convierte la ganancia en ganancia media (Cap. VIII-XII)

  • (Teora de la ganancia media o de la distribucin del plusvalor entre todos los capitalistas).

    C) Seccin tercera: La ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia media (Cap. XIII-XV) (Ley correspondiente y teora de las crisis).

    D) Secciones cuarta a sexta: (Cap. XVI a XLVII) (Teora sobre las reglas y modos del reparto del plusvalor entre los distintos tipos de capitalistas).

    a) Seccin cuarta: (Cap. XVI-XX) Cmo se convierte el capital-mercancas y el capital-dinero en capital-dinero y capital-mercancas del comercio (Teora de la improductividad del comercio y el reparto igualitario entre el capital comercial e industrial).

    b) Seccin quinta: Desdoblamiento de la ganancia en inters y ganancia del empresario. El capital a inters (Cap. XXI-XXXVI) (Teora del capital a inters: el inters como participacin en el reparto del plusvalor; razn de su carcter fijo frente a la ganancia media).

    c) Seccin sexta: Cmo se convierte la ganancia extraordinaria en renta del suelo (Cap. XXXVII) (Teora de la renta capitalista del suelo: la renta como plusvalor que el terrateniente extrae al capitalista agrcola).

    E) Seccin sptima: Las rentas y sus fuentes (Captulos XLVIII-LII) (Para una teora de las clases sociales).

  • RESUMEN DEL CONTENIDO

    I. LIBRO PRIMERO: EL PROCESO DE PRODUCCION DEL CAPITAL

    A. Seccin primera: Mercanca y Dinero (Teora del valor)4. Captulo Primero: La mercanca5

    I. Los dos factores de la mercanca: valor de uso y valor de cambio. (Teora del trabajo como sustancia del valor).

    1. La riqueza de las sociedades en que impera el rgimen capitalista se nos presenta como un inmenso arsenal de mercancas. La mercanca es un objeto externo, una cosa, apta para satisfacer las necesidades humanas.

    a) La mercanca tiene un valor de uso: que es la utilidad especfica que le permite satisfacer una necesidad humana; cul sea esta necesidad que brote por ejemplo del estmago o de la fantasa (p. 3) no importa. En segundo lugar tiene un valor de cambio: que es aparentemente una relacin cuantitativa; la proporcin con la cual se cambia por otro valor de uso o por dinero.

    b) El valor de cambio no es ms que la forma fenomnica el modo de manifestarse en una economa capitalista del valor intrnseco de la cosa: este punto es esencial para Marx.

    A primera vista, el valor de cambio aparece como la relacin cuantitativa, la proporcin en que se cambian valores de uso de una clase por valores de uso de otra, relacin que vara constantemente con los lugares y tiempos. Parece, pues, como si el valor de cambio fuese algo puramente casual y relativo, como si, por tanto, fuese una contradictio in adjecto la existencia de un valor de cambio interno, inmanente a la mercanca. Pero observemos la cosa ms de cerca.

    Una determinada mercanca, un quarter de trigo por ejemplo, se cambia en las ms diversas proporciones por otras mercancas v. gr.: por x betn, por y seda, z oro, etc. Pero como x betn, y seda, z oro, etc. representan el valor de cambio de un quarter de trigo, x betn, y seda, z oro, etc. tienen que ser necesariamente valores de cambio permutables los unos por los otros o iguales entre s. De donde se sigue: que los diversos valores de cambio de la misma mercanca expresan todos ellos algo igual; segundo, que el valor de cambio no es ni puede ser ms que la expresin, forma de manifestarse, (forma fenomnica) de un contenido (I, p. 4).

    Este algo comn no puede consistir en una propiedad natural de las mercancas, porque las propiedades materiales interesan slo cuando las consideramos como valores de uso y lo que caracteriza la relacin de cambio es hacer abstraccin del valor de uso respectivo (se cambia, porque a cada uno no le interesa, prescinde, del valor de uso de la propia mercanca).

    4 Junto al ttulo original, se pone entre parntesis como advertimos en la introduccin una frase o ttulo que responde al contenido fundamental de uno o varios apartados, que resumen los pasos o principios bsicos en que se estructura el pensamiento del autor, y de acuerdo con los cuales por razones de claridad se ha ordenado esta exposicin. 5 Este captulo se expone con especial detalle porque es, segn afirma Marx, el de ms difcil comprensin y donde se resume el contenido de la Contribucin a la crtica de la economa poltica del que el primer volumen del Capital constituye la continuacin (Marx, Prlogo a la primera edicin, p. 13), y contiene las bases de todo el resto de la obra.

  • Ahora bien, si prescindimos del valor de uso de las mercancas stas slo conservan una cualidad: la de productos del trabajo (I, p. S). Pero no productos diferenciables de un trabajo concreto, sino en abstracto: al prescindir del valor de uso, prescindimos de todos los elementos materiales y formas, y por tanto del trabajo concreto que los ha producido. El residuo que nos queda es un simple cogulo de trabajo humano indistinto, es decir, de empleo de fuerza humana de trabajo, sin atender para nada a la forma en que esta fuerza se emplee. Estos objetos slo nos dicen que en su produccin se ha invertido fuerza humana de trabajo, se ha acumulado trabajo humano (I, p. 6).

    2. El trabajo humano acumulado es la fuente de valor: un valor de uso, un bien, slo encierra un valor por ser encarnacin o materializacin del trabajo humano abstracto (I, p. 6). Si la fuente o sustancia del valor es el trabajo, la magnitud del valor se medir por la cantidad de sustancia creadora de valor, es decir, de trabajo, que encierra, que se mide, a su vez, por el tiempo de su duracin (Ibdem).

    Ha de advertirse que el trabajo que constituye la sustancia del valor no es, segn Marx, el trabajo concreto empleado, sino la cantidad de fuerza de trabajo medio, con un rendimiento medio, que es necesaria para elaborar un producto: es decir, la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario para su produccin (I, p. 7).

    II. Doble carcter del trabajo representado por las mercancas (Teora del trabajo como sustancia del valor): pp. 8 a 14.

    1. Las dos caras de la mercanca el valor de uso y el valor de cambio sirven a Marx para delimitar en qu consiste este trabajo que es la sustancia del valor.

    a) Como creador de valores de uso el trabajo es condicin de vida del hombre, y condicin independiente de todas las formas de sociedad, una necesidad perenne y natural sin la que no se concebira el intercambio orgnico entre el hombre y la naturaleza ni, por consiguiente, la vida humana.

    El hombre no puede proceder ms que como procede la misma naturaleza, es decir, haciendo que la materia cambie de forma (I, p. 10) 6.

    b) Cuando se considera la mercanca como valor, al prescindir de la actividad productiva y de la utilidad del trabajo, queda lo que todas las actividades productivas tienen de comn: el ser un gasto productivo de cerebro humano, de msculo, de nervios, de brazo, etc.. Aunque los distintos productos requieren habilidades distintas en la fuerza de trabajo, de suyo, el valor de la mercanca slo representa trabajo humano pura y simplemente... El trabajo humano es el empleo de esa simple fuerza de trabajo que todo hombre comn y corriente, por trmino medio, posee en su organismo corpreo, sin necesidad de una especial educacin. Y esto vale para todo trabajo: El trabajo complejo no es ms que el trabajo simple potenciado, o mejor dicho, multiplicado: por donde una pequea cantidad de trabajo complejo puede equivaler a una cantidad grande de trabajo simple (I, pp. 11-12).

    2. Esto explicara, por el doble carcter del trabajo, algunas fluctuaciones aparentemente anmalas del mercado: que, a medida que crezca la riqueza, pueda disminuir la magnitud de valor que representa. Porque, con menor cantidad de trabajo, se aumenta la productividad, pueden obtenerse ms bienes tiles: y as, aunque hay ms riqueza, hay menos valor, porque hay menos fuerza de trabajo.

    6 El trabajo no es, pues, para Marx la nica fuente de valor de uso: el valor de uso depende a la vez del trabajo y de la materia. Pero s es la fuente nica del valor intrnseco por el que se regula la produccin y el cambio.

  • En suma, todo trabajo es gasto de la fuerza humana de trabajo en el sentido fisiolgico y, como tal, forma el valor de la mercanca. Pero todo trabajo es, de otra parte, gasto de la fuerza humana de trabajo bajo una forma especial y encaminada a un fin y, como tal, como trabajo concreto y til, produce los valores de uso (I, p. 14).

    III. La forma del valor o valor de cambio y IV. El fetichismo de la mercanca y su secreto (Teora de la ocultacin de las relaciones sociales de trabajo en la forma de valor de la mercanca.): pp. 14 a 47.

    1. El trabajo humano, que es la sustancia del valor, en la economa capitalista circula disfrazado de valor de cambio de la mercanca.

    En las mercancas, la igualdad de los trabajos humanos asume la forma material de una objetivacin igual de valor de los productos del trabajo; el grado en que se gasta la fuerza humana de trabajo, medido por el tiempo de su duracin, reviste la forma de magnitud de valor de los productos del trabajo y, finalmente, las relaciones entre unos y otros productores, relaciones en que se traduce la funcin social de sus trabajos, cobran la forma de una relacin social entre los propios productos de su trabajo (I, p. 37).

    La mercanca consigue proyectar ante los hombres el carcter social de su trabajo como si fuera un carcter material de los propios productos de su trabajo, y como si la relacin social que media entre los productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relacin social establecida entre los mismos objetos. Bajo la forma de mercanca, que reviste el valor o trabajo incorporado, ste circula como objeto: lo que aqu reviste, a los ojos de los hombres, la forma fantasmagrica de una relacin entre objetos materiales no es ms que una relacin social concreta establecida entre los mismos hombres. Por eso, si queremos encontrar una analoga a este fenmeno, tenemos que remontamos a las regiones nebulosas del mundo de la religin, donde los productos de la mente humana semejan seres dotados de vida propia, de existencia independiente, y relacionados entre s y con los hombres. As acontece en el mundo de las mercancas con los productos de la mano del hombre (I, pp. 37-38).

    2. Marx explica el modo en que esto ocurre. Las mercancas poseen una doble forma: su forma natural y la forma del valor. La forma de valor la tienen en cuanto que son expresin de una misma unidad social del trabajo humano. La forma de valor es una forma social: se revela en el cambio de unas mercancas con otras (I, p. 22).

    a) La mercanca es valor de uso (objeto til) y valor (trabajo humano): a partir del momento que se cambia, el valor reviste una forma propia de manifestarse, distinta de su forma natural, que es la forma simple del valor de cambio (p. 27), que la pone en relacin con una mercanca concreta. El dinero no es ms que la forma desarrollada de valor que expresa su igualdad cualitativa y su proporcionalidad cuantitativa con todas las dems mercancas, y que se encuentra ya en germen en la forma simple de valor (I, p. 36).

    b) El valor de cambio puede separarse as del valor de uso y del valor, hasta el punto de que no se perciba ningn lazo con ellos: esto es lo que ocurre especialmente con la forma de valor elaborada o desarrollada que es el dinero. No es el hecho de que se d un valor de cambio lo que provoca la ilusin, sino el que esa forma de valor pueda separarse totalmente de su origen. La relacin de la mercanca y del dinero con el trabajo social desaparecen, no se perciben: y as dos relaciones entre trabajo social aparecen como relaciones entre cosas. De este modo, esa forma acabada del mundo de las mercancas la forma dinero, lejos de revelar el carcter social de los trabajos privados y, por tanto, las relaciones sociales entre los productores privados, lo que hace es encubrirlas (I, p. 41).

  • 3. Para terminar de precisar el pensamiento de Marx, hace falta observar dos cosas:

    a) Qu entiende Marx por trabajo, que se disfraza bajo la forma de mercanca: por mucho que difieran de los trabajos es una verdad fisiolgica incontrovertible que todas esas actividades son funciones del organismo humano y que cada una de ellas, cualesquiera que sean su contenido y su forma, representa un gasto esencial de cerebro humano, de nervios, msculos, sentidos, etc. (I, p. 37).

    b) Qu importancia tiene esta ocultacin:

    en una sociedad de productores de mercancas, cuyo rgimen de produccin consiste en comportarse respecto a sus productos como mercancas, y en relacionar sus trabajos privados revestidos de esa forma material, resulta que es el proceso de produccin el que manda sobre el hombre, y no ste sobre el proceso de produccin (I, p. 45);

    el hecho de que la conciencia social burguesa lo admita como algo necesario, prueba hasta qu punto la estructura econmica de la sociedad, es la base real sobre la que se alza la superestructura jurdica y poltica y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social, y que el rgimen de produccin de la vida material condiciona todo el proceso de la vida social, poltica y espiritual (I, p. 46, nota 36) 7.

    Captulo Segundo: El proceso del cambio (La forma jurdica como disfraz de la forma econmica): pp. 48 a 55.

    Las mercancas no pueden acudir por ellas solas al mercado, ni cambiarse por s mismas. Debemos pues volver la vista a sus guardianes, a los poseedores de mercancas. Para que las cosas se relacionen unas con otras es necesario que lo hagan sus guardianes como personas cuyas voluntades moran en aquellos objetos: es decir, para que el disfraz sea efectivo, hace falta que ambas personas acten como propietarios privados, que cambien sus mercancas por un acto de voluntad, que es una relacin jurdica: Esta relacin jurdica, que tiene por forma de expresin el contrato, es, hllese o no legalmente reglamentado, una relacin de voluntad en que se refleja la relacin econmica. El contenido de esta relacin jurdica o de voluntad lo da la relacin econmica misma (I, p. 48).

    Sin embargo, esta ocultacin no es perfecta en el cambio directo, pues cada uno de los cambiantes se interesa por la cosa del otro atendiendo a su valor de uso (p. 51). Pero cuando producen, el valor de la mercanca es el tiempo de trabajo necesario para producirla, y automticamente el trabajo incorporado parece una propiedad suya, que es su valor de cambio. De aqu, la magia del dinero: las relaciones entre los hombres en su proceso de produccin social, se ocultan bajo la forma material que revisten sus propias relaciones de produccin, sustradas a su control y a sus actos individuales conscientes (I, p. 55).

    Captulo Tercero: El dinero o la circulacin de las mercancas (Las relaciones entre valor y precio): pp. 56 a 102.

    I. La distincin entre valor y precio es importante para Marx: aunque una mercanca pueda poseer diversos precios, segn el mercado, sin embargo tiene, a los ojos de Marx, un solo valor: el trabajo incorporado.

    7 Est claro que para Marx, el mundo de lo espiritual no es ms que una superestructura de la materia.

  • Tan es as que una cosa puede tener un precio sin tener valor (es decir, trabajo incorporado). Esta disociacin posible entre precio y valor, acaba de aclarar las metamorfosis fantsticas del rgimen capitalista.

    1. La produccin de una cosa, suponiendo que se mantienen constantes las condiciones de produccin, cuesta siempre el mismo tiempo de trabajo social. Esto es un hecho que no depende de la voluntad del productor... ni del capricho de los dems poseedores de mercancas. La magnitud de valor de la mercanca expresa, por tanto, una proporcin necesaria, inmanente a su proceso de creacin, con el tiempo de trabajo social. Al cambiar la magnitud de valor en el precio, esta proporcin necesaria se revela como una proporcin entre una determinada mercanca y la mercanca dinero, desligada de ella. La forma dinero puede as expresar tanto la magnitud de valor de una cosa, como el ms o el menos en que puede cotizarse en ciertas circunstancias: por tanto envuelve de suyo la posibilidad de una incongruencia cuantitativa entre el precio y la magnitud de valor... y ello no supone un defecto de esta forma; por el contrario, eso es precisamente lo que la capacita para ser la forma adecuada de un rgimen de produccin en que la norma slo puede imponerse como un ciego promedio en medio de toda ausencia de normas (I, p. 63)

    2. Lo que determina el valor es el coste de trabajo social necesario para producir una cosa. El que el precio pueda separarse del valor, permite que las mercancas circulen en cualesquiera condiciones. Estaramos ante una de las contradicciones internas del sistema capitalista, que para Marx explica que pueda desenvolverse (I, pp. 64-65).

    II. Sin embargo, si se observa el sucederse de los precios, aade, se nota que dan lugar a una constante. Marx no ve en el mercado dos fuerzas la oferta y la demanda, sino tres. Junto a la oferta y la demanda, que son fuerzas secundarias origen de los sucesivos precios, hay una tercera fuerza esencial, que es la que determina SU VALOR: el coste social de trabajo de cada mercanca.

    Las oscilaciones de los precios, parecen obedecer a las decisiones de compradores y vendedores: pero esto es una ilusin. Hay una ley rgida que en el fondo los determina. Si examinamos las tablas de precios relativas a un perodo de cierta duracin... quedaremos sorprendidos, ante todo, por los lmites relativamente restringidos entre los que se mueven esas fluctuaciones y, en segundo lugar de la regularidad de su recproca compensacin. Encontraremos la dominante de las medias reguladoras cuya existencia en los fenmenos sociales ha demostrado Qutelet (III, p. 795).

    No hay ninguna libertad en el proceso econmico, sino una real necesidad, como en toda la vida social 8.

    B. Seccin segunda.

    Captulo Cuarto: La transformacin del dinero en capital (Teora del proceso de produccin capitalista): pp. 102 a 130.

    8 En carta a Kugelman de 3 de marzo de 1868, Marx insiste en esta necesidad de los fenmenos sociales. Y da las races de su conviccin. Las estadsticas de Qutelet, deca, demuestran que las condiciones fundamentales de la sociedad burguesa moderna, producen, en el interior de una determinada esfera nacional de esta sociedad, un nmero medio de crmenes. Estos crmenes, aade, apenas se observan en gran nmero, revelan, en su frecuencia y en su gnero, una regularidad anloga a la de los fenmenos de la naturaleza. Le parece tan cierto que considera difcil determinar en cul de los dos campos (el mundo fsico o la vida social) las causas agentes determinan sus efectos con mayor regularidad (Werke, vol. 32, p. 596).

  • I. La frmula general del capital (pp. 103-111): 1. El dinero considerado como dinero y el dinero considerado como capital no se

    distinguen ms que por su diversa forma de circulacin. La forma directa de la circulacin de mercancas es M-D-M, o sea, transformacin de la

    mercanca en dinero y de ste circulacin... Fuera de la circulacin, el poseedor de mercancas no se relaciona ms que con las mercancas de su propiedad. A stas, con su trabajo, puede aadirles valor, pero no hacer que creen valor (I, p. 119). Es imposible, por tanto, que el productor de mercancas, fuera de la rbita de la circulacin, sin entrar en contacto con otros poseedores de mercancas, valorice su valor, transformando, por tanto, el dinero en capital (I, p. 120).

    Como se ve, el capital no puede brotar de la circulacin, ni puede brotar tampoco fuera de la circulacin... Por tanto, la transformacin del dinero en capital ha de investigarse en base a las leyes inmanentes al cambio de las mercancas... Y el poseedor de dinero... tiene necesariamente que comprar las mercancas por lo que valen y venderlas por su valor. Y, sin embargo, sacar al final de este proceso, ms valor del que invirti... Tales son las condiciones del problema (I, p. 120) 9.

    II. Compra y venta de la fuerza de trabajo (La teora de la existencia de trabajadores libres, como condicin para el plusvalor): pp. 120-129.

    1. La valorizacin del dinero es decir, su conversin en capital no puede realizarse en la segunda fase de reventa, pues es slo una conversin de la mercanca de su forma natural a dinero (que no genera valor). Ha de darse en la primera fase: D-M. Pero para poder obtener valor del consumo de una mercanca, nuestro poseedor de dinero tiene que ser tan afortunado que, dentro de la rbita de la circulacin, en el mercado, descubra una mercanca cuyo valor de uso posea la peregrina cualidad de ser fuente de valor, cuyo consumo efectivo fuese... creacin de valor. Y, en efecto, el poseedor de dinero encuentra en el mercado esta mercanca especfica: la capacidad de trabajo o la fuerza de trabajo (I, p. 121).

    2. Para que la fuerza de trabajo se presente como mercanca se requieren dos condiciones: a) que sea ofrecida como mercanca por su propio poseedor; es decir, que el trabajador sea su libre propietario y la ceda a otro, para su disfrute, conservando la propiedad; b) en segundo lugar, que su poseedor, no pudiendo vender mercancas en que se materialice su trabajo, se vea obligado, a vender como una mercanca su propia fuerza de trabajo, identificada con su corporeidad viva (I, p. 122).

    Estas condiciones no son comunes a todas las pocas de la historia. Por el contrario, son el fruto de un desarrollo histrico precedente, el producto de una larga serie de transformaciones econmicas... El capital slo surge all donde el poseedor de medios de produccin y de vida encuentra, en el mercado, al obrero libre como vendedor de su fuerza de trabajo, y esta condicin histrica envuelve toda una historia universal. Por eso, el capital marca, desde su aparicin, una poca en el proceso de la produccin social (I, p. 123).

    3. Las caractersticas de la fuerza de trabajo como mercanca, que hacen posible el

    9 Conviene subrayar el sentido fuerte de la necesidad con que, segn Marx, se imponen estas leyes: el poseedor de capital, es absorbido por el capital y ha de comportarse segn sus leyes. Todas las afirmaciones de este apartado, o son una simpleza, o significan que el capitalista acta de un modo plenamente necesario, con la necesidad de un proceso natural. Esto es lo que efectivamente entiende Marx, para quien ni siquiera se puede decir que el capitalista acte injustamente: est tan sometido al proceso social como el trabajador (Cfr. I, Prlogo, p. 15).

  • plusvalor, son para Marx:

    a) El valor de la fuerza de trabajo, como el de toda mercanca, se mide por la cantidad de trabajo social medio materializado en ella: es decir, necesario para producirla; para que exista un ser viviente, del cual la fuerza de trabajo sea una aptitud. Por tanto, el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de vida necesarios para asegurar la subsistencia de su poseedor (I, p. 124).

    - Los medios de vida necesarios en cada momento determinado son un factor fijo. Marx no puede, sin embargo, dejar de reconocer su variabilidad en funcin de un factor histrico-moral 10: el volumen de las llamadas necesidades naturales, as como el modo de satisfacerlas, son de suyo un producto histrico que depende, por tanto, en gran parte, del nivel de cultura de un pas y, sobre todo, entre otras cosas, de las condiciones, los hbitos y las exigencias con que se haya formado la clase de los obreros libres. A diferencia de las otras mercancas, la valoracin de la fuerza de trabajo encierra, pues, un elemento histrico moral. Sin embargo, en un pas y una poca determinados, la suma media de los medios de vida necesarios constituye un factor fijo (I, p. 125).

    - El lmite ltimo o mnimo del valor de la fuerza de trabajo, lo seala el valor de aquella masa de mercancas cuyo diario aprovisionamiento es indispensable para el poseedor de la fuerza de trabajo, para el hombre, y que sin ellos no podra renovar su proceso de vida; es decir, el valor de los medios de vida fsicamente indispensables (I, p. 126).

    b) El valor de la fuerza de trabajo viene determinado por el costo de subsistencia del trabajador, pero el valor producido con su consumo es mayor. El proceso de consumo de la fuerza de trabajo es, al mismo tiempo, el proceso de produccin de la mercanca y del plusvalor (I, p. 128). Se ha explicado el misterio: todo lo dems, ser extraer consecuencias.

    c) El proceso de explotacin del trabajador que resulta, concluye Marx, se cubre, sin embargo, con requisitos legales.

    Transcribo un ltimo prrafo del apartado, sugestivo en cuanto deja ver muy claro que, si se ha de disentir de Marx, hay que llevar la cuestin hasta el fondo: La rbita de la circulacin o del cambio de las mercancas, dentro de cuyas fronteras se desarrolla la compra y la venta de la fuerza de trabajo, era, en realidad, el verdadero paraso de los derechos del hombre. Dentro de estos linderos, slo reinan la libertad, la igualdad, la propiedad. La libertad, contratan como hombres libres e iguales ante la ley... cada cual dispone y slo puede disponer de lo que es suyo (I.p.,128). Si no se tiene una concepcin del hombre y de la sociedad profunda y bien fundamentada, resulta difcil contradecir a Marx..

    C. Secciones tercera a quinta (Teora del plusvalor: Sec. tercera: La produccin de la plusvala absoluta: cap. V-IX, pp. 130-248; Sec. cuarta: La produccin de la plusvala relativa: cap. X-XIV, pp. 250-423; Seccin quinta: La produccin de la plusvala absoluta y relativa; cap. XIV-XVI, pp. 422-447)11: pp. 130-473.

    Captulo quinto: proceso de trabajo y proceso de valorizacin (Nocin de plusvalor): pp. 131-149.

    10 Es importante destacar este reconocimiento que le impone la realidad, pero que de admitirlo en su sentido pleno, hara quebrar toda su teora. Por eso conviene retener, no slo esa afirmacin sino a menos de caer en la superficialidad ms absoluta el uso que va a hacer de ella, hasta negarla. 11 A partir de este punto, sintetizamos la exposicin, ya que las bases fundamentales estn asentadas. Nos limitaremos a dar la lnea general, y los pasos ms importantes, que completan la comprensin del pensamiento de Marx. Siempre daremos la correspondencia de los captulos, para que se facilite seguir el original.

  • I. El proceso de trabajo, en el sistema capitalista, engendra el plusvalor. Antes de analizar el modo en que lo produce, Marx estudia el proceso de trabajo en general, una de cuyas formas sociales concretas sera la produccin capitalista, que tiene como fin el plusvalor. Un anlisis, por tanto, condicionante de toda su teora sobre la produccin tanto en el capitalismo como en la sociedad comunista.

    1. El trabajo es un proceso de intercambio entre la naturaleza y el hombre 12: El trabajo es, en primer trmino, un proceso entre la naturaleza y el hombre, proceso en que ste realiza, regula y controla mediante su propia accin su intercambio de materias con la naturaleza. En este proceso el hombre se enfrenta como con un poder natural con la materia de la naturaleza. Pone en accin las formas naturales que forman su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y la mano, para de ese modo asimilarse bajo una forma til para su vida, las materias que la naturaleza le brinda. Y a la par que de ese modo acta sobre la naturaleza exterior a l y la transforma, transforma su propia naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en l y sometiendo el juego de sus fuerzas a su propia disciplina. Aqu no vamos a ocuparnos, pues no nos interesan, de las primeras formas de trabajo, formas instintivas y de tipo animal. Aqu partimos del supuesto del trabajo plasmado ya en una forma en la que pertenece exclusivamente al hombre. Una araa ejecuta operaciones que semejan a las manipulaciones del tejedor, y la construccin de los panales... a un maestro de obras. Pero hay algo en que el peor maestro de obras aventaja a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes de ejecutar la construccin, la proyecta en su cerebro. Al final del proceso de trabajo, brota un resultado que antes de comenzar el proceso exista ya en la mente del obrero; es decir, un resultado que tena ya existencia ideal. El obrero no se limita a hacer cambiar de forma la materia que le brinda la naturaleza, sino que al mismo tiempo, realiza en ella su fin, fin que l sabe que rige como una ley las modalidades de su actuacin y al que tiene necesariamente que supeditar su voluntad. Y esta supeditacin no constituye un acto aislado. Mientras permanezca trabajando, adems de esforzar los rganos que trabajan, el obrero ha de aportar esa voluntad consciente del fin a que llamamos atencin, atencin que deber ser tanto ms reconcentrada cuanto menos atractivo sea el trabajo, por su carcter o por su ejecucin para quien lo realiza, es decir, cuanto menos disfrute de l el obrero como de un juego de sus fuerzas fsicas y espirituales (I, pp. 130-131).

    2. Los instrumentos de trabajo que el hombre posee determinan su historia: Los trabajos se diversifican y evolucionan gracias a los instrumentos que el hombre posee: El medio de trabajo es aquel objeto o conjunto de objetos que el obrero interpone entre l y el objeto que trabaja y que le sirve para encauzar su actividad sobre este objeto. El hombre se sirve de las cualidades mecnicas, fsicas y qumicas de las cosas para utilizarlas, conforme al fin perseguido, como instrumentos de actuacin sobre otras cosas. El objeto que el obrero empua directamente si prescindimos de los vveres aptos para ser consumidos sin ms manipulacin, de la fruta, por ejemplo, en cuyo caso sus instrumentos de trabajo son sus propios rganos corporales no es el objeto sobre que trabaja, sino el instrumento de trabajo. De este modo, los productos de la naturaleza se convierten directamente en rganos de la actividad del obrero, rganos que l incorpora a sus propios rganos corporales, prolongando as, a pesar de la Biblia, su estatura natural (I, pp. 131-132)13.

    El uso y fabricacin de medios de trabajo ... caracterizan el proceso de trabajo especficamente humano ... y nos sirven para apreciar antiguas formaciones econmicas de las

    12 Esta subdivisin, y las dos siguientes, han parecido tiles por la importancia del tema; pero son nuestras, no del original. 13 Alude a Mt 6, 24 ss.

  • sociedades ya sepultadas. Lo que distingue a las pocas econmicas unas de otras no es lo que se hace, sino el cmo se hace, con qu instrumentos de trabajo se hace (I, p. 132).

    Aunque los historiadores actuales desdean y omiten el desarrollo de la produccin material, y por tanto la base de toda la vida social y toda la historia real, por lo menos para lo referente a la prehistoria se procede a base de investigaciones de ciencias naturales y no a base de las llamadas investigaciones histricas, clasificando los materiales o instrumentos y armas en edad de piedra, edad del bronce y edad del hierro (I, pp. 132-133, nota 6) 14.

    Una fase de esta historia, ligada a unas determinadas condiciones de trabajo, es el capitalismo.

    3. En este proceso de transformacin o cambio con la naturaleza, el trabajo se funde con el objeto; se hace objeto: En el proceso de trabajo la actividad del hombre consigue, valindose del instrumento correspondiente, transformar el objeto sobre el que versa el trabajo con arreglo al fin perseguido. Este proceso desemboca y se extingue en el producto. Su producto es un valor de uso, una materia dispuesta por la naturaleza y adaptada a las necesidades humanas mediante un cambio de forma. El trabajo se compenetra y confunde con su objeto. Se materializa en el objeto, al paso que ste se elabora. Y lo que en el trabajador era dinamismo, es ahora el producto, plasmado en lo que es, quietud (I, p. 133).

    El trabajo se hace as instrumento de trabajo, medio de produccin, incorporado a un objeto. De este modo los productos del trabajo no son solamente resultados del proceso del trabajo, sino tambin condiciones de su existencia; adems, su incorporacin al proceso de trabajo, es decir, su contacto con el trabajo vivo es el nico medio de conservar y realizar como valores de uso esos productos de un trabajo anterior (I, p. 135).

    II. El proceso de trabajo, tal y como lo hemos estudiado, es decir, fijndonos slo en sus elementos simples y abstractos, es la actividad racional encaminada a la produccin de valores de uso, la asimilacin de las materias naturales al servicio de las necesidades humanas, la condicin general del intercambio entre la naturaleza y el hombre, la condicin natural eterna de la vida humana, independiente de las formas y modalidades de esta vida y comn a todas las formas sociales por igual (I, p. 136). Este proceso de trabajo como proceso de consumo de la fuerza de trabajo por el capitalista, presenta dos caractersticas:

    1. El obrero trabaja bajo el control del capitalista, que cuida de que nada se desperdicie. 2. Pero hay algo ms y es que el producto es propiedad del capitalista y no del

    productor directo... El capitalista paga el valor de un da de fuerza de trabajo. Es dueo, por tanto, de utilizar como le convenga el uso de esa fuerza de trabajo... ni ms ni menos que el de otra mercanca cualquiera... El proceso de trabajo es un proceso entre objetos comprados por el capitalista, entre objetos pertenecientes a l. Y el producto de este proceso le pertenece... ni ms ni menos que el producto del proceso de fermentacin de vinos de su bodega (I, p. 137).

    III. El plusvalor surge ya con absoluta necesidad. La fuerza de trabajo cuesta lo que cuesta la subsistencia del trabajador, pero su rendimiento, que va ntegro al capitalista, vale ms: todo lo que se produce durante un da de trabajo.

    1. El trabajo vivo que la fuerza de trabajo puede desarrollar su costo diario de conservacin y su rendimiento diario son dos magnitudes completamente distintas. La primera determina su valor de cambio, la segunda forma su valor de uso. El que para

    14 Es llamativa esta inversin entre cultura e instrumentos, como si los instrumentos determinasen el pensamiento y no al revs: pero es absolutamente coherente en Marx. Si el hombre ha de crear la verdad en lugar de conocerla, en definitiva, es imprescindible que sus instrumentos y su hacer material, determinen su cultura.

  • alimentar y mantener en pie la fuerza de trabajo durante veinticuatro horas haga falta media jornada de trabajo, no quiere decir, ni mucho menos, que el obrero no pueda trabajar durante una jornada entera... Y al hacerlo, ste (el capitalista) no se desva un pice de las leyes eternas del cambio de mercancas. En efecto, el vendedor de la fuerza de trabajo, al igual que el de cualquier otra mercanca, realiza su valor de cambio y enajena su valor de uso. No puede obtener el primero sin desprenderse del segundo. El valor de uso de la fuerza de trabajo, o sea, el trabajo mismo, deja de pertenecer a su vendedor ni ms ni menos que al aceitero deja de pertenecerle el valor de uso del aceite que venda... el hecho de que el valor creado por su uso durante un da sea el doble del valor diario que encierra es una suerte bastante grande para el comprador, pero no supone, ni mucho menos, ninguna injusticia contra el vendedor (I, pp. 144-145).

    2. La diferencia entre el trabajo considerado como fuente de valor de uso y el mismo trabajo en cuanto crea valor, origina el plusvalor en un proceso de produccin capitalista. Y el plusvalor, en esta forma primera (plusvalor absoluto), brota mediante un exceso cuantitativo de trabajo, prolongando la duracin misma del proceso de trabajo, ms all del tiempo necesario para el sustento del trabajador (I, p. 148).

    Captulo sexto: Capital constante y capital variable (El trabajo como nica fuente de plusvalor): pp. 150-159.

    I. Segn Marx, slo el trabajo enriquece al capitalista: le produce plusvalor. De aqu, que deseche la categora tradicional en economa del capital fijo (instalaciones) y variable (mercancas y fuerza de trabajo): a su juicio, no hace ms que ocultar la verdadera sustancia del proceso econmico.

    II. La parte del capital que se invierte en medos de produccin, es decir, materias primas, materias auxiliares e instrumentos de trabajo, no cambia de magnitud de valor en el proceso de produccin. Teniendo esto en cuenta, le doy el nombre de parte constante del capital, o ms concisamente capital constante. En cambio, la parte de capital que se invierte en fuerza de trabajo cambia de valor en el proceso de produccin. Adems de reproducir su propia equivalencia, crea un remanente, la plusvala o plusvalor... se convierte de magnitud constante en variable. Por eso le doy el nombre de ... capital variable (I, p. 158).

    III. Los medios de produccin no pueden aadir al producto ms valor del que ellos poseen, por haber incorporado antes fuerza de trabajo: no transferiran al producto ningn valor si ellos mismos no hubieran tenido ninguno antes de incorporarse a este proceso (I, p. 155).

    Captulo sptimo: La cuota de plusvala (Grado de explotacin de la fuerza de trabajo y su forma matemtica): pp. 160-176.

    I. El capital desembolsado es (capital constante) c + (capital variable) v, que produce c + v + p (plusvalor). Pero como el plusvalor depende slo de v, lo que se valoriza es v, por tanto la proporcin de valorizacin vendr dada por la relacin p/v (I, p. 163).

    1. Durante la jornada de trabajo, la parte en que se produce el valor diario de la fuerza de trabajo, digamos tres chelines, no hace ms que producir un equivalente del valor ya abonado a cambio de ella por el capitalista, por tanto... presenta el carcter de una mera reproduccin. La parte de la jornada de trabajo en que se opera esta reproduccin es la que yo llamo tiempo de trabajo necesario, dando el nombre de trabajo necesario al desplegado

  • durante ella.

    2. La segunda etapa del proceso, en la que el obrero rebasa las fronteras del trabajo necesario, le cuesta evidentemente trabajo, supone fuerza de trabajo desplegada, pero no crea valor alguno para l. Crea el plusvalor, que sonre al capitalista con todo el encanto de algo que brotase de la nada. Esta parte de la jornada de trabajo es la que yo llamo tiempo de trabajo excedente, dando el nombre trabajo excedente (surplus labour) al trabajo desplegado en ella (I, p. 164).

    II. Como el valor del capital variable el valor de la fuerza de trabajo comprendida por l, y el valor de sta determina la parte necesaria de la jornada de trabajo, y a su vez la plusvala est determinada por la parte restante de esta jornada de trabajo, resulta que el plusvalor guarda con el capital variable la misma relacin que el trabajo excedente con el trabajo necesario, por donde la cuota de plusvala, p/v = (trabajo excedente) / (trabajo necesario), siendo la cuota de plusvala la expresin exacta del grado de explotacin de la fuerza de trabajo por el capital o del obrero por el capitalista (I, p. 165).

    Captulo octavo: La jornada de trabajo (Teora de los lmites y necesidad del plusvalor): pp. 176-241.

    I. Si el plusvalor depende de la cantidad de trabajo excedente que se extrae al trabajador, evidentemente la duracin de la jornada de trabajo marcar de algn modo los lmites del plusvalor (el plusvalor absoluto). Interesa, por tanto, determinar el modo en que se delimita la jornada de trabajo.

    1. Por una parte, ciertas horas del da el trabajador las necesita para dormir, comer, etc.: si no, morira. Aparte de este lmite puramente fsico, la prolongacin de la jornada de trabajo tropieza con ciertas fronteras de carcter moral. El obrero necesita una parte del tiempo para satisfacer necesidades espirituales y sociales cuyo nmero y extensin dependen del nivel general de cultura. Como vemos, las oscilaciones de la jornada de trabajo se contienen dentro de lmites fsicos y sociales. Pero unos y otros tienen un carcter muy elstico y dejan el ms amplio margen (I, p. 178) 15.

    2. Dentro de este margen, el capitalista, para Marx, necesariamente tiende a llevar al mximo la extensin. Como capitalista, l no es ms que capital personificado. Su alma es el alma del capital. Y el capital no tiene ms que un instinto vital: el instinto de acrecentarse, de crear plusvalor, de absorber con su parte constante, los medios de produccin, la mayor masa de trabajo excedente. El capital es trabajo muerto que no sabe alimentarse, como los vampiros, ms que chupando trabajo vivo, y que vive ms cuanto ms trabajo vivo chupa. El tiempo durante el cual trabaja el obrero es el tiempo durante el cual el capitalista consume la fuerza de trabajo que compr. Y el obrero que emplea para s su tiempo disponible roba al capitalista (I, pp. 178-179).

    II. Esto es una condicin de la sociedad capitalista: por eso, en otras sociedades econmicas en que no predomina el valor de cambio, sino el valor de uso el trabajo excedente que se absorbe al trabajador (vasallo, siervo, esclavo) se halla ms circunscrito a un sector de necesidades, sin que del carcter mismo de la produccin brote un hambre insaciable de trabajo excedente (I. p. 181).

    15 Fronteras de carcter moral: el trmino moral tanto aqu como en otros lugares de la obra marxista tiene un sentido peculiar en Marx. No se refiere a lo que normalmente se conoce como moral: algo que decidimos hacer bien o mal. Es sencillamente un producto del nivel de cultura, que es a su vez producto del de produccin.

  • III. Pero de hecho el trabajador intenta limitar la jornada de trabajo, ejerciendo con ello sus derechos de vendedor de fuerza de trabajo, como el capitalista ejerce los suyos de comprador. Y aqu aparece la lucha de clases. Nos encontramos, pues, ante una antinomia, ante dos derechos encontrados, sancionados y acuados ambos por la ley que rige el cambio de mercancas. Entre dos derechos iguales y contrarios, decide la fuerza. Por eso, en la historia de la produccin capitalista, la reglamentacin de la jornada de trabajo se nos revela como una lucha que se libra en torno a los lmites de la jornada; lucha ventilada entre el capitalista universal, o sea, la clase capitalista, de un lado, y de otro el obrero universal, o sea, la clase obrera (I, p. 180).

    A continuacin Marx, dedica un buen nmero de pginas a narrar en detalle la historia de esa lucha, con abundantes citas de documentos que ilustraran lo ocurrido, especialmente en la industria inglesa, y proporcionaran las tendencias generales. Destacar, a este propsito, los siguientes puntos:

    1. El carcter insaciable con que el capitalista tiende a extender la duracin de la jornada: En su impulso ciego y desmedido, en su hambre canina devoradora de trabajo excedente, el capital no slo derriba las barreras morales, sino que derriba tambin las barreras puramente fsicas de la jornada de trabajo. Usurpa al obrero el tiempo de que necesita su cuerpo para crecer, desarrollarse y conservarse sano... En vez de ser la conservacin normal de la fuerza de trabajo lo que trace el lmite a la jornada, ocurre lo contrario: es el mximo estrujamiento diario de aqulla el que determina, por muy violento y penoso que resulte, el tipo de descanso del obrero. El capital no pregunta por el lmite de vida de trabajo. Lo que a l le interesa es, nica y exclusivamente, el mximo de fuerza de trabajo que puede movilizarse y ponerse en accin durante una jornada. Y, para conseguir este rendimiento mximo, no tiene inconveniente en abreviar la vida de la fuerza de trabajo, al modo como el agricultor codicioso hace dar a la tierra un rendimiento intensivo desfalcando su fertilidad (I, pp. 207-208).

    2. La delimitacin de la jornada, es un producto de la lucha de clases, entre la clase capitalista que necesariamente tiende a alargarla y la trabajadora, que la restringe: La implantacin de una jornada normal de trabajo es el fruto de una lucha multisecular entre capitalistas y obreros (I, p. 212); de una larga y difcil guerra civil, ms o menos encubierta, entre la clase capitalista y la clase trabajadora (I, p. 238).

    IV. Marx aade que no poda ser de otra manera: En el mercado, el trabajador se enfrenta, como poseedor de su mercanca (fuerza de trabajo), con otros poseedores de mercancas, como uno entre tantos... Pero cerrado el trato, se descubre que el obrero no era ningn agente libre; que el momento en que se le deja libertad para vender su fuerza de trabajo, es precisamente aquel en que se ve obligado a venderla; que el capitalista, su vampiro, no ceja en su empeo de explotarle mientras quede un msculo, un tendn, una gota de sangre que chupar. Para defenderse contra la serpiente de sus tormentos, los obreros no tienen ms remedio que apretar el cerco y arrancar, como clase, una ley al Estado, un obstculo social insuperable que les impida a ellos mismos venderse y vender su descendencia como carne de muerte y esclavitud mediante un contrato libre con el capital (I, p. 241).

    Captulo noveno: cuota y masa de plusvalor (Teora de la masa de dinero necesaria, para que el dinero se convierta en capital): pp. 241-249.

    I. El total del plusvalor que obtiene el capitalista depende de la cuota de plusvalor y el nmero de trabajadores (es decir, de la cuanta del capital variable);

  • 1. Como dado el valor de la fuerza de trabajo, la masa de plusvala que produce cada obrero depende de la cuota de plusvala, tendremos esta primera ley: la masa de plusvala producida es igual a la magnitud del capital variable desembolsado multiplicado por la cuota de plusvala, o lo que es lo mismo se determina por la relacin compleja entre el nmero de las fuerzas de trabajo explotadas simultneamente por el mismo capitalista y el grado de explotacin de cada fuerza de trabajo por s (I, p. 242).

    2. De aqu, que el capitalista pueda obtener la misma masa de plusvalor, reduciendo el capital variable pero aumentando la cuota de plusvalor. Por eso, el lmite absoluto de la jornada de trabajo pone un lmite absoluto a la posibilidad de compensar la disminucin del capital variable aumentando... el grado de explotacin de la fuerza de trabajo.

    Esta segunda ley, o tendencia del capitalista a reducir el nmero de obreros, est en aparente contradiccin con otra ley del capital, que es aumentar la masa del plusvalor; porque la masa de plusvalor, cuanto menor sea el capital variable, se hace siempre ms neta: por eso, el capitalista nunca aumenta los trabajadores para obtener igual plusvalor, ms que cuando desciende la cuota de plusvalor, por tanto, no para ocupar ms trabajadores, sino para que no disminuya la marca de plusvalor (I, p. 244).

    3. Est claro, sin embargo, siempre segn Marx, que mantenindose la cuota de plusvala y el valor de la fuerza de trabajo, el capitalista aumentar, en lo que pueda, el capital variable para incrementar la masa de plusvalor: las masas de valor y de plusvalor producidas por capitales distintos estn, suponiendo que se trate de valores dados y de grados de explotacin de la fuerza de trabajo, en razn directa a las magnitudes de la parte variable de aquellos, es decir que las partes invertidas en fuerza viva de trabajo (I, p. 245).

    Hay, en esto, un contraste con la experiencia, que Marx anuncia que resolver ms adelante: esta ley se halla manifiestamente en contradiccin con la experiencia basada en la observacin vulgar. Todo el mundo sabe que el fabricante de hilados que... invierte en proporcin ms capital constante que variable, no obtiene por ello una ganancia menor que el panadero (Ibdem) 16.

    II. De su anlisis, Marx concluye tambin que hace falta una cuanta determinada de dinero para invertir en fuerza de trabajo, de modo que se produzca el nacimiento de la produccin capitalista, la conversin de dinero en capital: por ejemplo, un obrero que contase con medios de produccin propios y se bastase a s mismo para vivir como obrero, slo necesitara trabajar el tiempo indispensable para reproducir sus medios de vida (I, p. 246). Por eso, el poseedor de dinero o de mercancas slo se convierte en verdadero capitalista all donde la suma mnima desembolsada en la produccin rebasa con mucho la tasa mxima medieval. Aqu, como en las ciencias naturales, se confirma la exactitud de aquella ley descubierta por Hegel en su Lgica, segn la cual al llegar a un cierto punto, los cambios puramente cuantitativos se truecan en diferencias cualitativas (I, p. 247). Este mnimum es variable segn el momento y circunstancias. Lo importante es analizar las consecuencias de esta transformacin del dinero en capital:

    1. Ante todo, el capital va convirtindose en puesto de mando sobre el trabajo... El capital personificado, el capitalista, se cuida de que el obrero ejecute su trabajo puntualmente y con el grado de exigible intensidad (I, p. 248).

    2. El capital va convirtindose, adems, en un rgimen coactivo que obliga a la clase obrera a ejecutar ms trabajo del que exige el estrecho crculo de sus necesidades elementales. 16 Es continuo, en El Capital, este tipo de contrastes: esta no continuidad de la ciencia con el sentido comn, con la observacin vulgar, con la apariencia. Veremos que depende de una nocin de lo real; y que en ste, como en otros casos, no consigue resolver la contradiccin con la realidad.

  • Como productor de laboriosidad ajena... sobrepuja en energa, en desenfreno y en eficacia a todos los sistemas de produccin basados directamente en los trabajos forzados que le precedieron (I, p. 248).

    3. Finalmente, se produce otra curiosa transformacin. El dinero se hace fuente de derechos sobre el trabajo ajeno: La simple transformacin del dinero en factores materiales del proceso de produccin, en medios de produccin, transforma a stos en ttulos jurdicos y en ttulos de fuerza que dan a quien los posee derecho a recibir de los dems trabajo y plusvalor (I, p. 249).

    Captulo dcimo: Concepto de la plusvala relativa: pp. 250-258; Captulo undcimo: Cooperacin: pp. 259-271; Captulo decimosegundo: Divisin del trabajo y manufactura: pp. 272-301; Captulo decimotercero: Maquinaria y gran industria (La segunda forma de plusvalor o plusvalor relativo y las formas de explotacin que lleva aneja): pp. 303-424.

    I. La nocin de plusvalor relativo y su diferencia con el plusvalor absoluto. 1. Hasta aqu, Marx ha analizado una sola forma de plusvalor: el plusvalor por esencia, el

    plusvalor absoluto que nacera del hecho de que la jornada de trabajo supera en duracin al tiempo necesario para la subsistencia del trabajador. Pero hay otro modo de obtener plusvalor: La plusvala producida mediante la prolongacin de la jornada de trabajo es lo que llamo plusvala absoluta; por el contrario, a la que se logra reduciendo el tiempo de trabajo necesario, con el consiguiente cambio en cuanto a la proporcin de magnitudes entre ambas partes de la jornada ltima de trabajo (la que mantiene al obrero y la que da plusvalor), la designo con el nombre plusvala relativa (I, pp. 252-253).

    2. El hecho de que la plusvala relativa aumente en razn directa al desarrollo de la fuerza productiva del trabajo mientras que el valor de la mercanca disminuya en razn inversa a este desarrollo, siendo, por tanto, el mismo proceso que abarata la mercanca el que hace aumentar la plusvala contenida en ellas (adems tiende a abaratar la mercanca que es el trabajo: ya que su valor est determinado por el valor de las mercancas), nos aclara el misterio de que el capitalista, a quien slo interesa la produccin de valor de cambio, tienda sin embargo constantemente a reducir el valor de cambio de sus mercancas (I, p. 257).

    La consecuencia es que el desarrollo de la fuerza productiva lo que se llama habitualmente productividad, no tenga en la economa capitalista segn Marx otra misin que facilitar el crecimiento del plusvalor y la explotacin del trabajador: Como se ve, en la produccin capitalista, la economa del trabajo mediante el desarrollo de su fuerza productiva no persigue como finalidad, ni mucho menos, acortar la jornada de trabajo. Tiende simplemente a acortar el tiempo de trabajo socialmente necesario para la produccin de una determinada cantidad de mercancas... En la produccin capitalista, el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo tiene como finalidad acortar la parte de la jornada de trabajo durante la que el obrero trabaja para s mismo, con el fin de alargar de este modo la otra parte de la jornada, durante la cual tiene que trabajar gratis para el capitalista. Al examinar los diversos mtodos de produccin de la plusvala relativa, que pasamos a estudiar, veremos hasta qu punto puede alcanzarse este resultado sin necesidad de abaratar las mercancas (I, pp. 257-258).

    II. Las posibilidades de aumentar el plusvalor, que entraa el desarrollo de la fuerza

  • productiva:

    1. En primer lugar est la composicin, o posibilidad de organizar mejor la fuerza de trabajo. Cuando son muchos los trabajadores, se consigue asegurar que todos tengan el rendimiento medio: La jornada total de trabajo de un nmero relativamente grande de obreros que trabajan simultneamente, dividida por el nmero de obreros empleados, representa de por s una jornada de trabajo social medio (I, p. 260). Adems, el empleo simultneo de ese nmero relativamente grande de obreros revoluciona, tambin, las condiciones objetivas del proceso de trabajo: se abaratan los medios de trabajo (I, p. 261). Por otra parte, la nueva fuerza no slo mejora en rendimiento individual, sino como masa: la cooperacin no tiende solamente a potenciar la fuerza productiva individual, sino a crear una fuerza productiva con las necesarias caractersticas de fuerza de masa... la fusin de muchas energas en una, el simple contacto social, engendra en la mayora de los trabajos productivos una emulacin y una excitacin especial de los espritus vitales, que exaltan la capacidad individual de rendimiento de cada obrero (I, p. 262). Por ltimo, el mando del capital se hace ms eficaz, porque lo que pareca una consecuencia puramente formal de que el obrero trabajara para l, al ser muchos los obreros se convierte en requisito indispensable del propio proceso de trabajo, en una verdadera condicin material de la produccin. Hoy las rdenes del capitalista en la fbrica son tan indispensables como las rdenes del general en el campo de batalla (I, p. 266): con esto controla y hace rendir ms el trabajo.

    2. En segundo lugar, la divisin del trabajo: el obrero se convierte en obrero parcial: mediante el anlisis de las actividades manuales, la especificacin de los instrumentos de trabajo, la formacin de obreros parciales, su agrupacin y combinacin en un mecanismo complejo, la divisin manufacturera del trabajo crea la organizacin cualitativa y la proporcionalidad cuantitativa de los procesos sociales de produccin... esta organizacin no es ms que un mtodo de creacin de plusvala relativa, un procedimiento para incrementar las ganancias del capital la llamada riqueza social, riqueza de las naciones, etc. a costa del trabajador. Este mtodo no slo desarrolla la fuerza productiva social del trabajo para el capitalista exclusivamente, en vez de desarrollarla para el obrero, sino que, adems, lo hace a fuerza de mutilar al obrero individual (I, p. 297). Mientras para la antigedad, la divisin social del trabajo era la ocasin para aumentar la calidad y el valor de uso, en la sociedad capitalista, la divisin manufacturera del trabajo es segn Marx un medio para producir con la misma cantidad de trabajo ms mercancas, que as se abaratan y provocan una aceleracin en la acumulacin de capital (I, pp. 297-298).

    3. Con el perfeccionamiento de la maquinaria y la aparicin de la gran industria, se provocaran nuevos modos de incrementar el plusvalor: la apropiacin por el capital de las fuerzas de trabajo excedentes. El trabajo de la mujer y del nio: la maquinaria al hacer intil la fuerza del msculo, permite emplear obreros sin fuerza muscular o sin un desarrollo fsico completo, que poseen en cambio una gran flexibilidad en sus miembros. El trabajo de la mujer y del nio fue, por tanto, el primer grito de la aplicacin capitalista de la maquinaria. De este modo aquel instrumento gigantesco creado para eliminar trabajo y obreros, se converta inmediatamente en medio de multiplicacin del nmero de asalariados (I, pp. 323-324). Como consecuencia se producira tambin un fenmeno de prolongacin de la jornada de trabajo, por las mayores facilidades que encuentra, al aumentar la masa de los trabajadores y disminuir el esfuerzo del trabajo (I, pp. 331 y ss.).

    4. Finalmente, la intensificacin del trabajo: la plusvala absoluta tenda a incrementar la magnitud extensiva del trabajo, dando por supuesto su grado de intensidad. Aqu veremos como la magnitud extensiva se trueca en intensiva o en magnitud de grado... Tan pronto como la ley impone la reduccin de la jornada de trabajo.... la mquina se convierte, en manos del capital, en un medio objetivo y sistemticamente aplicado para estrujar ms trabajo dentro del

  • mismo tiempo (I, pp. 337-339). As la mquina ampla el material humano de explotacin del capital mediante la apropiacin del trabajo de la mujer y el nio; confisca la vida entera del obrero, al dilatar en proporciones desmedidas la jornada de trabajo, y, con sus progresos... acaba convirtindose en un medio sistemtico para movilizar ms trabajo en cada momento o explotar la fuerza de trabajo de un modo cada vez ms intensivo (I, p. 346).

    III. Marx resalta, al narrar los hechos que ilustran su pensamiento, el carcter frreo de las leyes que rigen el proceso histrico del capitalismo: no es slo que haya sucedido as, sino que en una sociedad capitalista no poda suceder de otra manera 17.

    1. Una primera idea es importante: a veces los fines in mediatos del capitalista parecen no coincidir con lo que imperan esas leyes. No importa: para los efectos de nuestro anlisis este resultado general es considerado como si fuese un resultado inmediato y fin inmediato en cada caso concreto. Cuando, por ejemplo, un determinado capitalista abarata camisas intensificando la capacidad productiva del trabajo, no es necesario que su intencin sea, ni mucho menos, disminuir proporcionalmente el valor de la fuerza de trabajo y, por tanto, el tiempo de trabajo necesario; pues slo contribuyendo de algn modo a este resultado, contribuir a elevar la cuota general de plusvala. No hay que confundir las tendencias generales y necesarias del capital con las formas que revisten (I, p. 253).

    Aqu no se trata de analizar cmo se manifiestan en la dinmica externa de los capitales las leyes inmanentes de la produccin capitalista... como se revelan en la conciencia del capitalista individual como motivos propulsores; pero lo que desde luego puede asegurarse, por ser evidente, es que para analizar cientficamente el fenmeno de la concurrencia hace falta entender la estructura interna del capital, del mismo modo que para interpretar el movimiento aparente de los astros es indispensable conocer su movimiento real, aunque imperceptible para los sentidos (I, pp. 253-254) 18.

    2. Cada una de las formas de explotacin del trabajo, propias del plusvalor relativo, constituye una necesidad del proceso de produccin, ya que el mismo rgimen capitalista de produccin se nos presenta, como una necesidad histrica para la transformacin del proceso de trabajo en un proceso social, donde se intensifica la fuerza productiva como una exigencia intrnseca del capital (I, p. 270). El motivo propulsor y la finalidad determinante del proceso de produccin capitalista dada por la misma estructura del capital son, ante todo, obtener la mayor valorizacin posible del capital, es decir, hacer que rinda el mayor plusvalor posible y que, por tanto, el capitalista pueda explotar con la mayor intensidad la fuerza de trabajo (I, p. 267). La funcin de direccin del capitalista ha de convertirse as inevitablemente ms cuanto ms se ampla el nmero de obreros en una funcin de explotacin en el proceso social de trabajo, funcin determinada por el inevitable antagonismo entre el explotador y la materia prima de su explotacin (Ibidem).

    El mismo carcter de necesidad se encuentra en la especializacin de los trabajadores: esta tendencia a convertir el trabajo parcial en profesin vitalicia de un hombre, responde a la tendencia de las sociedades antiguas a declarar hereditarias las profesiones, a petrificarlas en forma de castas o de gremios, cuando se dan determinadas condiciones histricas que engendran en el individuo una variabilidad incompatible con las castas. Las castas y los gremios nacen de la misma ley natural que informa la diferenciacin de plantas y animales en especies y subespecies, con la diferencia de que, al llegar a un cierto grado de madurez, el 17 Prescindimos, en este sentido, de analizar la certeza de estos datos, o la parcialidad de su exposicin. Nos interesan ms directamente los razonamientos de Marx. Por otra parte, es conocido que hoy esa situacin no subsiste. 18 No puede menos de recordarse la importancia que Marx conceda a las estadsticas de Qutelet (cfr., supra); o su recomendacin de aplicar a la historia los mtodos de las ciencias naturales.

  • carcter hereditario de las castas o el exclusivismo de los gremios son decretados como ley social (I, p. 275). De modo anlogo, se multiplican los instrumentos de trabajo en el perodo manufacturero y se adaptan a las funciones especiales y exclusivas de los operarios parciales (I, p. 276) 19.

    Igual condicin de necesidad se observa en la estructuracin y progresiva ampliacin de las dimensiones de la empresa: la existencia de un nmero relativamente grande de obreros que trabajen bajo el mando del mismo capital es el punto natural y primitivo de partida de la cooperacin en general, y de la manufactura en particular. A su vez, la divisin manufacturera del trabajo convierte en necesidad tcnica el incremento del nmero de obreros empleados. Ahora, es la divisin del trabajo reinante la que prescribe a cada capitalista el mnimo de obreros que ha de emplear... Por tanto, el volumen mnimo progresivo del capital concentrado en manos de cada capitalista, o sea, la transformacin progresiva de los medios de vida y de los medios de produccin de la sociedad en capital, es una ley que brota del carcter tcnico de la manufactura (I, p. 293). Pero no son slo las condiciones de dimensin, etc., las que quedan determinadas, sino la actitud entera de los que participan en el proceso: las potencias espirituales de la produccin amplan su escala sobre un aspecto a costa de inhibirse en los dems. Lo que los obreros parciales pierden, se concentra, enfrentndose con ellos, en el capital. Es el resultado de la divisin manufacturera del trabajo el erigir frente a ellos, como propiedad ajena y poder dominador, las potencias espirituales del proceso material de produccin.

    Este proceso de disociacin comienza con la cooperacin simple, donde el capitalista representa frente a los obreros individuales la unidad y la voluntad del cuerpo social del trabajo. El proceso sigue avanzando en la manufactura, que mutila al obrero, al convertirlo en obrero parcial. Y se remata en la gran industria, donde la ciencia es separada del trabajo como potencia independiente de produccin y aherrojada al servicio del capital (I, p. 294).

    3. Pero lo decisivo es resaltar que esta radical necesidad con que aparece y se desarrolla el fenmeno de produccin, abarca a las condiciones de explotacin con que se trata al trabajador, que para Marx son algo inevitable una vez iniciado el rgimen capitalista.

    As describe, por ejemplo, la prolongacin de la jornada de trabajo, como consecuencia de la maquinizacin: la mquina, medio para aumentar la productividad, como depositaria del capital, comienza siendo en las industrias de que se aduea directamente, el medio ms formidable para prolongar la jornada de trabajo hacindola rebasar todos los lmites naturales... crea nuevas condiciones, que permiten al capital dar rienda suelta a esta tendencia constante suya... nuevos motivos que acicatean su avidez de trabajo ajeno. Considerada como capital y en funcin de tal es como el autmata, la maquinaria encuentra en el capitalista conciencia y voluntad. Las mquinas nacen, pues, dotadas de la tendencia a reducir a la mnima resistencia las barreras naturales reacias, pero elsticas, que las oponen al hombre. Esta resistencia tiende, adems, a ceder ante la aparente facilidad del trabajo para la mquina y ante la intervencin del elemento femenino e infantil, ms adaptable y flexible (I, p. 331).

    Lo mismo ocurre con la intensificacin del trabajo: Es evidente que, al progresar la maquinaria, y con ella la experiencia de una clase especial de obreros mecnicos, aumenta,

    19 Para corroborar al acierto de la afirmacin que acabamos de transcribir, acude a Darwin: En su transcendental obra, Sobre el origen de las especies, dice Darwin, refirindose a los rganos de los animales y de las plantas: cuando el mismo rgano tiene a su cargo diferentes funciones, puede encontrarse una explicacin a su mutabilidad en el hecho de que la educacin natural no conserva o evita las pequeas desviaciones de forma tan minuciosa como tratndose de rganos destinados a una sola funcin concreta. As por ejemplo, los cuchillos destinados a cortar diversos objetos son, siempre, sobre poco ms o menos de la misma forma; en cambio las herramientas destinadas a un determinado uso presentan una forma distinta para cada uso (I, p. 276, nota 6).

  • por impulso natural, la velocidad y, por tanto, la intensidad del trabajo (I, p. 337). Tan pronto la ley impone la reduccin de la jornada de trabajo la mquina se convierte en manos del capital, en un medio objetivo y sistemticamente aplicado para estrujar ms trabajo dentro del mismo tiempo (I, p. 339).

    Marx habla del organismo del sistema maquinista como de una fuerza que, de por s, implanta la explotacin: Vimos despus cmo la maquinaria ampla el material humano de explotacin del capital mediante la apropiacin del trabajo de la mujer y del nio; cmo confisca la vida entera del obrero, al dilatar en proporciones desmedidas la jornada de trabajo, y cmo sus progresos, que permiten fabricar una masa gigantesca de productos en un perodo cada vez menor, acaban convirtindose en un medio sistemtico de movilizar ms trabajo en cada momento o explotar la fuerza de trabajo de un modo cada vez ms intensivo (I, pp. 345-346).

    Y concluye, aunque esto no sea una condicin necesaria de la mquina, lo es de su empleo capitalista: los antagonismos y contradicciones inseparables del empleo capitalista de la maquinaria no brotan de la maquinaria misma, sino de su empleo capitalista. La mquina de por s acorta el tiempo del trabajo, pero empleada por el capitalista lo alarga... de por s representa un triunfo del hombre sobre la naturaleza, pero al ser empleada por el capitalista hace que el hombre sea sojuzgado por las fuerzas naturales... de por s, incrementa la riqueza del productor, pero dado su empleo capitalista, lo empobrece, etc., etc. (I, pp. 366-367).

    En suma, para Marx, del mismo modo con que el obrero se ve forzado a vender su fuerza de trabajo, el capitalista lo est a explotarla, acabando por perturbar el metabolismo entre el hombre y la tierra o, en general, entre el hombre y la naturaleza, en que esencialmente consiste el trabajo, de modo que la produccin capitalista slo sabe desarrollar la tcnica y la combinacin del proceso social de produccin socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el hombre (I, pp. 422-424).

    Captulo decimocuarto a decimosexto: La produccin de la plusvala absoluta y relativa. XIV: Plusvala absoluta y relativa; XV: Cambio de magnitud del precio de la fuerza de trabajo y de la plusvala; XVI: diversas frmulas para expresar la cuota de plusvala.

    Llegando aqu, Marx resume los pasos dados hasta ahora. Primero: el proceso de trabajo en abstracto, independiente de sus formas histricas, es un proceso entre el hombre y la naturaleza, cuyo resultado es el producto, es decir la transformacin de la naturaleza por medio de un trabajo productivo del obrero (I, p. 425). Segundo: este proceso de trabajo comienza siendo puramente individual, y un solo obrero realiza todas las funciones. El individuo no puede actuar sobre la naturaleza sin poner en accin sus msculos bajo la vigilancia de su propio cerebro. Y as como en el sistema fisiolgico colaboran y se complementan la cabeza y el brazo, en el proceso de trabajo se anan el trabajo manual y el trabajo mental. Ms tarde estos dos factores se divorcian hasta enfrentarse como factores antagnicos y hostiles. El producto deja de ser fruto directo del productor individual para convertirse en un producto social, en el producto comn de un obrero colectivo... ya no es necesario tener una intervencin manual directa en el trabajo basta con ser rgano del obrero colectivo, con ejecutar una cualquiera de sus funciones desdobladas (I, p. 424). Tercero: una vez que se ha socializado el proceso de intercambio entre el hombre y la naturaleza, puede aparecer el rgimen capitalista: se caracteriza porque ya no es sustancialmente produccin de mercancas, sino de plusvalor: el obrero no produce para s mismo sino para el capital. Por eso, ahora no basta con que produzca en trminos generales, sino que ha de producir

  • concretamente plusvala. Dentro del capitalismo slo es productivo el obrero que produce plusvala para el capitalista o que trabaja para hacer rentable el capital (I, p. 426). Cuarto: por eso, para que haya rgimen capitalista se requiere que el hombre se sobreponga a su primitivo estado animal; hasta que, por tanto, su trabajo no se socializa en cierto grado, no se dan las condiciones en que puede nacer: brota en un terreno econmico que es fruto de un largo proceso de evolucin... producto de una historia que llena miles de siglos (I, p. 428). Quinto: hacen falta, en concreto, una serie de condiciones naturales, que crean la posibilidad de un trabajo excedente, y que marcan el punto en que puede comenzar el trabajo para otros y, por tanto, el rgimen capitalista (I, p. 430-431).

    El plusvalor depende, una vez alcanzado el rgimen en que se produce, de tres factores: la duracin de la jornada de trabajo; la intensidad normal del trabajo; la fuerza productiva del trabajo. De las combinaciones de estos tres elementos derivan las diversas posibilidades y grados de explotacin y por tanto la cuota de plusvalor (I, p. 435 y ss.).

    La frmula de la cuota de plusvalor es (trabajo excedente)/(trabajo necesario); a esta frmula se pueden reducir todas las dems proporciones que la expresan.

    D. Seccin sexta: El salario: pp. 448 a 473.

    Cap. XVII: Cmo el valor o precio de la fuerza de trabajo se convierte en salario: pp. 448-454; Cap. XVIII: El salario por tiempo, pp. 445-461; Cap. XIX: El salario por piezas, pp. 462-468; Cap. XX: Diferencias nacionales en los salarios, pp. 469-473.

    I. visto superficialmente dice Marx el salario se presenta como el precio de trabajo. Pero en realidad lo que el obrero vende es su fuerza de trabajo (I, pp. 448-449). Lo que en la economa clsica se llama Valor del trabajo es, en realidad, valor de la fuerza de trabajo, que reside en la personalidad del obrero (I, p. 451). Amparada en este equvoco, la economa lleg contina a enredos y contradicciones insolubles.

    Por ejemplo, al capitalista le interesa solamente la diferencia entre el precio de la fuerza de trabajo (lo que paga) y el valor creado por el trabajador. Pero como l procura comprar todas las mercancas lo ms baratas que puede, cree que su ganancia proviene siempre de esta sencilla malicia, es decir, del hecho de comprar las cosas por menos de lo que valen y de venderlas por ms de su valor. No cae en la cuenta de que si realmente existiese algo como el valor del trabajo y, al adquirirlo, pagase efectivamente ese valor, el capital no existira, ni su dinero podra, por tanto, convertirse en capital (I, p. 453). As, concluye, se disimula la explotacin del obrero.

    II. Esto vale tanto para el salario por tiempo, como para el salario a destajo.

    Bajo la forma de salario, se oculta siempre la compra de una cantidad de fuerza de trabajo no retribuida: as el capitalista consigue ignorar que el precio normal del trabajo envuelve una determinada cantidad de trabajo no retribuido, y que precisamente es este trabajo no retribuido la fuente normal de la que proviene su ganancia (I, p. 461).

    Esta transfiguracin de la explotacin del trabajador resulta an ms perfecta en el salario por piezas. El salario por piezas no es ms que una modalidad del salario por tiempo, pero en la que el obrero se halla personalmente interesado en desplegar su fuerza de trabajo con la mayor intensidad posible, lo que permite al capitalista elevar ms fcilmente el grado normal de intensidad del trabajo. El obrero se halla tambin interesado personalmente en que la jornada de trabajo se prolongue, pu