00051-06 - isaiah berlin ideas sobre el romanticismo

5/13/2018 00051-06 - Isaiah Berlin Ideas Sobre El Romanticismo - slidepdf.com

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ISAIAH BERLIN: IDEAS SOBRE EL ROMANTICISMO 133

ISAIAH BERLIN: IDEAS SOBRE

EL ROMANTICISMO

Ddmaso LOpezProfesor Titular de Filologfa Inglesa, Universidad Complutense de

Madrid.

EI momenta que eligi6 Isaiah Berlin para reflexio-

nar de forma sostenida y formal sobre el Romanticis-

mo acaso no fue el mejor (I). Podria decirse que las cir-

cunstancias hist6ricas hacian casi obligatorias ciertas

preocupaciones que tal vez hoy hayan envejecido 0 pa-

rezcan inoportunas. Por otra parte, de forma inevitable,

el tiempo transcurrido desde entonces ha hecho que el

(I) Ademas del libro objeto de atenci6n sobre estas notas, TheRoots of Romanticism (que recoge la serie de conferencias A.W.

Mellon, pronunciadas por el autor en 1965), el Romanticismoreclam6 el interes del pensador britanico a traves de artfculos

como "La revoluci6n romantica", (1960), recogido en EL sentidode La realidad; 0 como "La apoteosis de la voluntad rornantica:

la rebeli6n contra el mito de un mundo ideal" (1975), recogidoen El fuste torcido de Lahumanidad.



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXI6N LIDERAL SOBRE EL "OTRO' 134

conocimiento sobre el Romanticismo y sobre la Ilustra-ci6n se haya transformado de un modo respecto del

cual resulta muy diffcil afirmar que todos los elemen-

tos que entran en 10 definido se hallen ahora, entre si,

en la posici6n relativa que ocupaban en el pasado. La

propia explicaci6n de 10 que se entendia por Romanti-

cismo era no poco compleja, y no habia consenso acer-

ca de sus limites y contenido. No se trata ni se trataba

tan s610 de soslayar, como hizo Isaiah Berlin, con la

ayuda de Northrop Frye, el escollo de la definici6n del

vocablo (2). La definici6n del Romanticismo ocupa hoy

un lugar poco relevante en los estudios sobre ese fen6-

meno hist6rico; al hablar de 10que implica el termino,

(2) Los problemas de la definici6n del Romanticismo, segun

Northrop Frye, pueden hallarse en "The Drunken Boat: The Re-

volutionary Element in Romanticism", The Stubbon Structure:

Essays on Criticism and Society, Londres, Methuen and Com-

pany, 1974, pag. 200: "This gets us at once out of the fallacy of

timeless characterization, where we say that Romanticism hascertain qualities, not found in the age of Pope, of sympathy

with nature or what not, only to have one produce a poem ofPropertius or Kalidasa, or, eventually, Pope himself, and demand

to know if the same qualities are not there". "Esto nos deja fue-

ra de la falacia de la caracterizaci6n atemporal, la que dice que

el Romanticismo posee ciertas cualidades que no se hallaban enla .epoca de Pope, cualidades comola simpatia hacia la natura-

'leza 0 vaya a saber que; y segura que a continuaci6n alguien

exhuma un poema de Propercio 0 Kalidasa 0, incluso, del pro-

pio Pope, y se pregunta si no se hallan tambien alli esas cuali-

dades", No es, par supuesto, tada 10 que hoy podria decirse sa-bre las definiciones de escuelas a movimientos literarios. Ni el

Romanticismo ni ningun otro movimiento a escuela puede defi-

nirse par una sola caracteristica, sino par un conjunto de carac-

teristicas que se relacionan de cierta forma entre si durantecierto periodo.




"Romanticismo", eso que no ha podido definirse demanera aceptable, se prefiere la simple descripcion

temporal: la Era Romantica, Romantic Age. Pero ni si-

quiera esta decision ha hecho desaparecer del todo la

inquietud sobre 10 que abarca esa epoca,

Pondre un solo ejemplo. En una obra reciente de con-

sulta, dedicada al Romanticismo, An Oxford Companion

to the Romantic Age. British Culture 1776-1832, el edi-

tor principal, lain McCalman, abre su "Introduccion"

con estas palabras:

Cuando decidimos abordar la tarea de redactar el

Oxford Companion de la cultura britanica en la Era Ro-mantica, una de las primeras personas a quienes pedi-

mos consejo represent6 con agudeza las dificultades con

las que ibamos a tropezar al hacer una lista de unos

cuantos asuntos de los que trataba un libro de historia

cultural que se compile precisamente durante aquella

epoca, el libro era Omniana, del que fueron responsa-

bles Robert Southey y S.T. Coleridge, 1812, y abarcaba

asuntos tales como reuniones metodistas en campamen-

tos, la devocion de los catolicos hacia la Virgen, nom-

bres de barcos, la critica, el gorro frigio, la circulaci6n

de la sangre, la pasion partidaria, las sectas en Egipto,

la tolerancia, clases de cervezas, la danza, las opiniones

de The Edinburgh Review sobre la guerra, cementerios,

talentos precoces, y el universe (3).

(3) lain McCALMAN,ditor principal, An Oxford Companion to the

Romantic Age. British Culture 1776-1832, Oxford, Oxford University



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION LIBERAL SOBRE EL "OTRO" 136

Dar cuenta de ese largo medio siglo al que alude elnombre de "Rornanticismo", y de todo un nuevo modo

de relaciones sociales, polfticas y econ6micas, dar cuen-

ta de un pensamiento virtualmente nuevo, dar cuenta

de unas formas expresivas renovadas y consideradas

desde puntos de vista en los que se mezcla el pasado

con el presente, dar cuenta de un sistema de pensa-

miento y expresi6n en el. que las formas mas opuestas

encuentran acomodo y justificaci6n, todo ella no es s6-

10 empresa diffcil, es, ademas, una empresa insuficien-

teo La historia literaria ha dedicado, en tiempos recien-

tes, posteriores a las conferencias y estudios de Isaiah

Berlin sobre el Romanticismo, no poco esfuerzo y ener-

gfa a hallar las claves de las relaciones entre las artes y

los nuevos modos de organizaci6n y control social, en-

tre el poder y su capilarizaci6n en el tejido social, entre

las diferentes formas expresivas y las necesidades per-

sonales 0 sociales a las que satisfacfan, entre los modos

de producci6n y la producci6n de los diferentes discur-

sos sociales, medicos, higienicos, publicitarios, ideo16gicos,

Press, 1999, "Introduction", pag 1: "When we first contemplated

producing an Oxford Companion to British Culture in the

Romantic age, a shrewd consultant dramatized the difficulties

ahead by listing some of the subjects traversed in a cultural

history source-book that had been compiled within the period

itself. The Omniana, edited jointly by Robert Southey and S.T.

Coleridge in 1812, covered such subjects as Methodist CampMeetings; Catholic devotion to the Virgin; ship's names;

criticism; the Cap of Liberty; circulation of the blood; party

passion; sects in Egypt; Toleration; beer and ale; dancing; the

opinions of the Edinburgh Review concerning war; burial-

grounds; young prodigies; and the universe".



ISAIAH BERLIN: IDEAS SOBRE ELROMANTICISMO 137

filos6ficos, juridicos 0 literarios. Las reflexiones deIsaiah Berlin, sin embargo, comunican directamente

con los tiempos de la historia literaria positivista, un ti-

po de relato que se sirve de un reducido juego de cate-

gorias de la historia literaria.

Pero no es s610que los problemas de la rnejor defi-

nici6n del Romanticisrno hayan dejado de ser una pre-

ocupaci6n acuciante en tiernpos mas recientes. Por

ejernplo, cualquier lector que se acerque al libro de

Isaiah Berlin Las raices del Romanticismo , y quiera co-

nocer la opini6n del autor sobre un representante tan

eminente de ese rnovimiento como John Keats, se que-

dara, necesariarnente, muy sorprendido al comprobar

que el nornbre de John Keats no se relaciona en la n6-

mina de autores citados, rnientras que sf aparece, veci-

no a esta entrada ausente, el nombre del politico turco

Ataturk Kernal. La obvia ambiguedad del titulo del li-

bro, Las raices del Romanticismo, se transparenta en

hechos como el resefiado. Las rakes del Romanticismo,

a primera vista, parece que estaban, 0 deberian haber

estado, en la epoca de la Ilustraci6n, y no se llega a sa-

ber rnuy bien si el libro se consagra al analisis del Ro-

rnanticisrno (sus fundamentos ideol6gicos y esteticos), a

la filosofta de la que parte, de la que difiere 0 reniega

(la Ilustraci6n) 0 al exarnen de algunas de las conse-

cuencias relacionadas con los poderes dormidos a los

que despert6 el Rornanticismo (entre otros, los que re-presenta Ataturk Kernal). Esta arnbiguedad acaso pueda

irnputarse tambien a las condiciones hist6ricas 0 socia-

les en las que se escribi6 el libro.



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION LIBERAL SOBRE EL ·OTRO" 138

Es obvio que los problemas que atraen a Isaiah Ber-lin hacia el Romanticismo no son los fen6menos de la

dimensi6n estetica de este vasto movimiento, sino los

de su dimensi6n social e hist6rica, sus antecedentes,

pero tambien la huella de su pensamiento en las cien-

cias humanas, sus descendientes ideo16gicos. Mas aun,

podrfa decirse que la dimensi6n estetica del Romanti-

cismo, al aplicar 10 que se asemeja a un analisis rigu-

rosamente marxista, parece en el ensayo de Isaiah Ber-

lin secundaria respecto de las condiciones sociales que

la crean. El Romanticismo, en este contexto, reune las

condiciones que el pensamiento marxista asigna a una

superestructura condicionada por los medios materiales

de producci6n. Otros autores habian buscado en el pa-sado para hallar la razon hist6rica que hizo posible el

nacimiento del fascismo.

Unos pocos afios antes de que Isaiah Berlin pronun-

ciara las conferencias sobre el Romanticismo, se habfa

publicado en Alemania un denso estudio del pensador y

critico literario hungaro Georg Lukacs, El asalto a fa ra-

zon (4). En este libro, el pensador marxista se demoraba

con inflexible fruicion en analizar todas y cada una de

las caracteristicas de los muchos momentos del irracio-

nalismo asociados a diferentes pensadores, historiadores

(4) Georg LuKAcs,El asalto a fa razon: fa trayectoria del irracio-

nalismo desde Schelling hasta Hitler, trad. Wenceslao Roces, Bar-celona, Ediciones Grijalbo, 1972. La obra se publico por prime-

ra vez en 1953, pero se empezo, segun confesion del autor, durante

la Segunda Guerra Mundial (pag, 1).




o sociologos de los siglos XIX Yxx. Schelling, Schopen-

hauer, Kierkegaard y Nietzsche, "fundador del irracio-

nalismo del periodo irnperialista", eran sometidos a se-

veros juicios, casi consejos de guerra, bajo la luz que

arrojaba una tan comprometida definici6n de la raz6n

como la siguiente:

[ . . . J La raz6n misma no es ni puede ser algo que flo-ta por encima del desarrollo social, algo neutral 0 im-

parcial, sino que refleja siempre el caracter racional (0

irracional) concreto de una situaci6n social, de una ten-

dencia del desarrollo, dandole claridad conceptual y, por

tanto, impulsandola 0 entorpeciendola (5).

Otros pensadores mas pr6ximos en el tiempo, Dilthey,

Simmel Spengler, Scheler, Heidegger, Jaspers, Klages,

Junger, etc., eran vapuleados vigorosamente en el libro

de Lukacs. Algunos, segun este autor, fueron represen-

tantes del "subjetivismo parasitario", otros 10 fueron de

la "filosofta de la vida prefascista y fascista". Se trata,

como puede verse, de una lista que podria describirsecomo una, mas 0 menos convencional, historia de la fi-

losofia reciente.

(5) Ibid., pag. 5. La forma 0 formas que puede revestir ese im-

pulso, Lukacs no 10 oculta, no flotan tampoco por encima de la

practica politica: "El hecho de que 10 que marcha y se mueve

hacia adelante se conciba como la raz6n 0 la sinrazon, el que seafirme 0 se rechace esto 0 aquello, constituye cabalmente un

momento esencial y decisive de la acci6n de los partidos, de la

lucha de clases en filosofta". Ibid.



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION UBERAL SOBRE EL 'OTRO' 140

No es el centro de interes de estas paginas el anali-zar el concepto de razon de Lukacs, pero queda claro

que, analizado en el terreno de su vida practica, un

concepto de razon asf desarrollado estara siempre en

manos del dirigente 0los dirigentes politicos que posean

la autoridad suficiente para determinar que se entiende

por "desarrollo social", y que elementos pueden impul-

sarlo 0entorpecerlo. Las consecuencias practicas de es-

te poder y de esa capacidad son las que conoce cual-

quier aficionado al estudio de la historia conternporanea,

pero, en cualquier caso, es una verdad incontrovertible

que un dirigente politico que no posea ni sienta la ne-

cesidad de poseer ningun medio extemo a su propio

poder para verificar la correccion de sus ideas podraocasionar, dicho con la mayor correccion politica, "en-

torpecimientos" irreversibles.

G. Lukacs, a traves de este vehemente y minucioso

repaso del pensamiento occidental de los siglos XIX y

XX, purga precisamente a buen numero de pensadoresde las interpretaciones tendenciosas a las que los habian

sometido los ideologos serviles. Su tarea es revisionista:

los filosofos del "perfodo clasico" han sido interpreta-

dos tendenciosamente por sus comentaristas reacciona-

rios, comentaristas al servicio de los intereses de clase:

Y cuando en el periodo imperialista, se renovaron

las doctrinas de los fil6sofos del periodo clasico (Kant,

Fichte, Schelling, Hegel), los pensadores burgueses, con

certero instinto de clase, se asimilaron precisamente e




hicieron pasar a primer plano sus lados reaccionarios,procurando "depurar" a las viejas filosofiasde sus fun-

damentos y tendenciasprogresivas(6).

Es obvio que Lukacs se presenta a sf mismo, a tra-

ves de su ensayo, como el "depurador" inverso 0antite-

tico, el restaurador que se propone devolver al primer

plano de la filosofia sus "fundamentos y tendencias

progresivos" .

Teniendolo tan a mano, el lector se preguntara, (por

que Lukacs no extendi6 su analisis hasta el Romanti-

cismo? Todo parecfa indicar que el Romanticismo de-

bfa de ofrecer algunas de las claves que respondieran a

las inquietudes que planteaba la verdadera enciclopedia

de la sinraz6n que redactaba. Pero el Romanticismo no

se alza sobre el horizonte de las preocupaciones que

atraen la mirada del historiador. Esta inquietud, que

deberia haber figurado en estas paginas por derecho

propio, sin embargo, estaba reservada para el propio

Isaiah Berlin, quien, en el segundo capitulo de su obra,"El primer ataque contra la Ilustracion", se haceeco de

los modos ret6ricos que habfa impuesto Lukacs en su

valoraci6n de la responsabilidad de los fi16sofos en el

curso de los acontecimientos politicos. "Tambien el fas-

cismo es heredero del Romanticismo" (7), afirma Isaiah

(6) Ibid., pags, 580-581.

(7) I. BERLIN, The Roots of Romanticism, Princeton, PrincetonUniversityPress, 1999, pag, 145.



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXr6N LffiERAL SOBRE EL ·OTRO" 142

Berlin, cohonestando en buena medida las propuestas

de G. Lukacs. En cualquier caso, el analisis de Isaiah

Berlin sigue muy de cerca 10 expuesto por Lukacs. A

decir verdad, 10 unico que hace es extender el analisis

unos aiios mas arras, a la epoca del Romanticismo, pe-

ro, a su vez, no menos arbitrariamente que el crftico

hungaro, tambien el se detiene sin investigar si la Ilus-

traci6n pudiera haber sido el origen de ese fascismoque, en buena medida, condiciona su estudio. Ambos

pensadores, por 10 que parece,se someten a diferentes

fidelidades. Lukacs no podia hablar del Romanticismo

sin hablar de la filosofia de Hegel, inspirador directo

del pensamiento de Marx, pero sf pudo, en cambio,

censurar las perversiones de Schopenhauer. Isaiah Ber-

lin, por su parte, no podia hallar nada reprobable en

las doctrinas de Locke, Kant 0 Hume, fundadores 0

inspiradores directos de no poco de 10 que el mismo

consideraba politicamente respetable, pero nada le im-

portaba extender el analisis hasta el Romanticismo,

donde no tenia fidelidades que honrar. Ambos pensado-

res, sin embargo, siguen un curso comun a muchos

otros historiadores de las ideas: si el presente es fruto

del pasado, (d6nde 0 cuando se desvi6 la humanidad

de los principios fundamentales que, en general, infor-

man la acci6n humana?

Hubo personas que, movidas por inquietudes analo-

gas, orientaron sus investigaciones hacia lugares muydiferentes. Unos pocos afios antes de la aparici6n del

libro de Lukacs y de las conferencias de Isaiah Berlin,

en plena II Guerra Mundial, dos exiliados alemanes,




Theodor Adorno y Max Horkheimer, dirigian su aten-ci6n y sus investigaciones a la Ilustracion, buscaban en

ella las responsabilidades hist6ricas de los diferentes

sistemas de pensamiento. Y se anticipaban a la acusa-

ci6n de G. Lukacs en un sentido que hubo de causar

un sobresalto a quienes conocian la filiaci6n del pensa-

miento marxista. A decir verdad, estos dos pensadores,

de una forma que critica tanto los desmanes del nazis-mo, como previene acerca de los posibles desmanes del

estalinismo, todavia no conocidos, sefialan de forma

inequfvoca el germen autodestructivo de la Ilustraci6n.

Parten, ciertamente, de una complementariedad necesa-

ria de los conceptos de libertad e Ilustraci6n: "No al-

bergamos la menor duda de que la libertad es insepa-

rable del pensamiento ilustrado" (8), y, a diferencia de

Lukacs, no se entretienen en dar por buena una raz6n

ajena a la fiscalizaci6n que de forma obligatoria impo-

ne la necesidad de la libertad: "Si la Ilustraci6n no asu-

me en sf misma la reflexi6n sobre este momenta regre-

sivo, firma su propia condena. En la medida en que

deja a sus enemigos la reflexi6n sobre el momenta des-

tructivo del progreso, el pensamiento ciegamente prag-

matizado pierde su caracter superador, y por tanto

tarnbien su relaci6n con la verdad" (9).

Para Isaiah Berlin, la Ilustraci6n era inocente en los

terminos generales de la responsabilidad que Ie exigian

(8) Max HORKHEIMER y Theodor ADORNO, Dialectica de La Ilus-tracion. Fragmentos [ilosoficos, trad. de Juan Jose Sanchez, Ma-drid, editorial Trotta, 1994, pag, 53.

(9) Ibid.



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION UBERAL SOBRE EL ·OTRO" 144

Adorno y Horkheimer. Isaiah Berlin manifiesta, en nopocos escritos, que el ideal candoroso de la llustraci6n

era el de que podian responderse todas las preguntas

planteadas racionalrnente, y que las respuestas, necesa-

riamente, no podfan entrar en colisi6n entre sf (10). En-

tre el fuego cruzado de la critica de la historia de la

ideas que fija uno de los origenes de la perversion del

pensamiento politico conternporaneo en el irracionalis-

mo de origen romantico, y la critica que sefiala un se-

gundo origen en las insuficiencias del propio racionalis-

rno en sus manifestaciones ilustradas, Isaiah Berlin sigue

el diftcil camino de no prestar atenci6n a las criticas a

(10) As! se recoge en I. BERLIN,The Roots, (1965), pags, 21-22;

tambien en El fuste torcido de la humanidad. Capitulos de histo-

ria de las ideas, Barcelona, Ediciones Peninsula, pag, 25, (1988),

mas adelante en pags. 42-3, (1978), y aun mas adelante, pag,

197 (1975); pero tambien se halla esta misma idea formulada de

manera no muy diferente en un trabajo muy anterior: I.BERLIN,The Age of Enlightenment, Nueva York y Toronto, Mentor Book,

1956, pags. 16 y 28; tambien en otro ensayo, en el que examina

las consecuencias del Romanticismo vuelve a imputar a este 0aalgunos de los romanticos la quiebra de esa idea, "La revoluci6n

romantica: una crisis en la historia del pensamiento moderno",

(1960), El sentido de la realidad. Sobre las ideas y su historia,

Madrid, Taurus, 1998, pags, 255-256 (sin embargo, en otro lugar

es a Maquiavelo a quien atribuye esta paternidad, cfr. "La origi-

nalidad de Maquiavelo», Contra la corriente. Ensayo sobre la his-

toria de las ideas, Madrid, Fondo de Cultura Economica, 2000,

pag, 138); reaparecen estas ideas en "El divorcio entre las cien-

cias y las humanidades", en Contra la corriente. Ensayo sobre lahistoria de las ideas, pags. 144-145; en fin, tambien aparecen en

"Hume y las fuentes del antirracionalismo aleman", en el mismo

libro pags. 234-235. Bien se ve, pues, que no se trata de una

idea elaborada de manera fortuita, sino de una de las claves del

pensami ento hist6rico de I.Berlin.




la llustraci6n y , a la vez, el de separar en el Romanti-

cismo aquello que todavia en el momenta en el que es-

cribe sigue siendo valioso de aquello que ha quedado

irremisiblemente contaminado de germenes totalitarios.

Esto Ultimo 1 0 abandona en el pozo de la sinraz6n, en

ese pozo de la barbarie del que sali6 el fascismo.

Isaiah Berlin es diferencialmente inexacto. La Ilus-traci6n es tan buena candidata para ser madrina del

horror inhumano del fascismo y del irracionalismo co-

mo pudiera serlo el Romanticismo. No es preciso repa-

rar en el "pensamiento ciegamente pragmatizado", ni

hace falta llegar a la "etica de la responsabilidad" (de

la mana de Weber) para convencerse de que un politi-

co ha de justificar cosas que tal vez no de por tan bue-nas en su fuero interno. El enfrentamiento entre el

pensamiento racional pragmatizado y los diferentes fue-

ros de la etica, segun los grupos sociales en los que se

encarnen, no ha dejado ni dejara de reproducirse. En

tiempos recientes, el debate sobre la clonaci6n humana,

par poner un solo ejemplo, y sin entrar en otras conside-

raciones, deja con las espadas en alto a quienes deseandesplegar .todas las posibilidades de una profilaxis su-

perior, y, par otra parte, a quienes invocan creencias

religiosas, 0 a quienes temen que el pretexto de la pro-

filaxis lleve a gobiernos poco escrupulosos a manipular

la herencia genetica de los seres humanos para hacer a

estos politicamente mas d6ciles. He aqui una manifes-

taci6n conternporanea de esa tensi6n entre praxis y ra-cionalidad de las decisiones. Que duda cabe de que es-

tos fenornenos se hallaban expuestos con todas sus mas



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXI6N LIBERAL SOBRE EL ·OTRO· 146

descarnadas implicaciones en el libro IV de Los Viajesde Gulliver (1726), y tambien en el libro III de este mis-

mo libro hay diferentes apuntes y escorzos en la visita

que hace Gulliver a Laputa y a la Academia de Lagado.

La manipulaci6n genetica de clases sociales 0 razas,

donde se alegoriza no poco de 10 que en la ideologia

nazi se toma de la mejora cientffica de las explotacio-

nes agropecuarias, ya esta presente en Los viajes de

Gulliver, una de las primeras criticas de la Ilustraci6n.

La medicalizaci6n de la disidencia politica en forma de

locura, la imposibilidad de oponerse a la raz6n, a me-

nos de estar loco, que anuncia los peligros del estalinis-

mo, tambien estaba presente en la republica de caba-

llos filosofos en la que pens6 Swift. La posibilidad de

la supresi6n de razas esta presente asimismo en esa re-

publica equina y racional. Los Yahoos de este libro IV

encajan perfectamente en el nicho que los nazis habian

diseiiado para los judfos, incluida la soluci6n final y el

eufemismo correspondiente. (Que mas puede pedirse?

Y no fue el pensamiento de Swift poco importante ni

se ha desvanecido sin dejar descendientes. Las pesadi-lIas de Kafka, aunque revestidas de toda la vehemencia

que suele atribuirse a la imaginaci6n romantica, tienen

su alma mater en el mundo reglamentadode la buro-

cracia racional, al igual que las rornanticas protestas de

Kleist. No tener en cuenta esto equivale a crear un ene-

migo sencillo, c6modo, un enemigo util para ahuyentar

temores quiza mas inquietantes.

La unidad psico16gica y la racionalidad de los dis-

cursos sobre el yo, sobre la biografia 0 autobiografia,




se deconstruyen minuciosamente en el Tristram Shandy,de Laurence Sterne (1760). A decir verdad, el caj6n de

sastre en que se convierte la autobiografia de Tristram

Shandy se proyecta mediante ecos, resonancias y paro-

dias en el Indice de Omniana, Tampoco es menos ab-

surda 0 incongruente la biografia de Joseph Andrews

(1742), si la intenci6n de Henry Fielding era la de pro-

porcionar un proyecto racional para la biografta de la

pujante clase media britanica, el fondo sobrecogedora-

mente grotesco sobre el que se proyecta hace extrema-

damente diffcil el proyecto racionalista. Lo mismo po-

dria decirse de buena parte de las satiras, desde

McFlecknoe (1682) hasta The Rape of the Lock (1712),

de nuevo la geografia humana exhibe toda clase deobstaculos para adaptarse a un proyecto racional 0

ilustrado de la vida social.

Isaiah Berlin debi6 de ser consciente, de forma mas

o menos intuitiva, de que algo fallaba en su idea de la

inocencia de la Ilustraci6n; al menos esa impresi6n le

queda al lector cuando lee su trabajo "Kant como un

origen desconocido del nacionalismo": un articulo escri-

to a pesar de que, segun el propio Isaiah Berlin, "nada

pareceria mas dispar" (II) que emparejar a Kant con uno

de los males de la acci6n politica conternporanea.

(II) Isaiah BERLIN, "Kant como un origen desconocido del na-

cionalismo" El sentido de la realidad. Sobre las ideas y su histo-ria, pag. 333.



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION UBERAL SOBRE EL ·OTRO· 148

Los peligros de la Ilustraci6n no son s610 los de in-currir en un pensamiento "ciegamente pragmatizado",

sino tambien los de desviarse por el extremo opuesto,

por el extremo de 10 ciegamente abstracto, por la apli-

caci6n mecanica de ideas concebidas en laboratorios

sociales que no han tenido en cuenta las posibilidades

humanas. Desde la pantisocracia de Coleridge a los fa-

lansterios de Fourier, hay todo un repertorio de ideas

cuya matriz alumbra claridades del Siglo de las Luces.

En la praxis polftica y social nazi y estalinista, tam bien

en todos sus rebrotes posteriores, guste 0 no guste, hay

elementos que provienen directamente de la Ilustraci6n,

del pensamiento ciegamente pragmatizado y del pens a-

miento abstracto que manipula seres humanos y socie-

dades como si fueran otras tantas inc6gnitas de extra-

vagantes ecuaciones.

Isaiah Berlin examina dos areas diferenciadas de la

experiencia romantica. Por una parte, busca entre los

pens adores romanticos aquellos que, incluso en contra

de su voluntad, pudieran representar actitudes que fue-

ran aprovechables desde el punto de vista del pensa-

miento totalitario; y por otra es el modo de expresi6n

romantico, sus creaciones literarias y esteticas, el que

le mueve a bus car equivalencias entre ese modo y la

ideologia subyacente. Es de esta segunda area de donde

voy a tomar algunos ejemplos que tienen un valor re-

presentativo.




Isaiah Berlin se complace, en no pocas ocasiones,con una imagen convencional del Romanticismo. To-

mese, por ejemplo, su percepcion del subjetivismo apa-

sionado de los romanticos:

Este subjetivismo lleva a una inversion de valores:

culto a la integridad y a la pureza frente a la eficacia 0

capacidad para el descubrimiento y el conocimiento; li-

bertad frente a felicidad; conflicto, guerra, autoinrnola-

cion frente a concesion, ajuste, tolerancia; el genio sal-

vaje, el desterrado, el heroe doliente, el Giaour de

Byron, los Lara, Cain contra la sociedad domesticada,

civilizada, respetable 0 filistea escandalizada por las de-

mandas y criterios de los rebeldes (12).

Sin embargo, en obras como The Beggar's Opera, de

John Gay (1728), acaso el mayor exito dramatico del

siglo, en pleno fervor ilustrado, ya hay todo un excelen-

te anuncio del mite de don Juan y del bandido noble

que tan airoso vuelo iban a levantar durante la Epoca

Victoriana. El heroe rornantico es en la Epoca Victoria-na cuando se hace popular y se asienta en la imagina-

cion colectiva. Testigos de ella son las novelas de las

hermanas Bronte. Los piratas, los malditos, los aparta-

dos de la sociedad, los aristocratas sombnos, los provo-

cadores, todos ellos gozan de sus exitos en la segunda

mitad del siglo XIX. El heroe romantico, por el contra-

(12) Isaiah BERLIN,La revolucion romantica", El sentido de la rea-

lidad. Sobre las ideas y su historia, Madrid, Taurus, 1998, pag. 272.



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION LIBERAL SOBRE EL ·OTROn 150

rio, ensimismado, en las obras de los poetas propia-mente romanticos, es reflexivo y vagabundo, anhelante

de naturaleza, nihilista, concentrado en sf mismo, este-

tao El don Juan victoriano le da la mana al libertino

setecentista, quien, hastiado de todo, se entregaba a fa-

tigosos estudios de moral comparativa, a semejanza del

marques de Sade. La imagen del heroe romantico co-

mo rebelde satanico que ofrece Isaiah Berlin no refleja

toda la verdad. Cuando esa imagen se percibe como la

describe Isaiah Berlin, ya la literatura inglesa se aden-

tra en las tranquilas aguas de la Epoca de la reina Vic-

toria. En tiempos anteriores, ese tipo de heroismo re-

presentaba valores muy diferentes.

T6mese por ejemplo uno de los mayores exitos de la

narrativa romantica en lengua inglesa: Caleb Williams,

del teorico politico William Godwin, que representa

una de las crfticas de las instituciones que de ninguna

manera eran algo poco comun, El publico lector pudo

adquirir toda una literatura de propaganda polftica,

de crftica social, de los llamados novelistas jacobinos(Robert Bage, Thomas Holcroft, Mary Wollstonecraft,

Charlotte Smith, Mary Hays, Mary Robinson). No po-

cas de las novelas que escribieron estos autores tenian

por asunto muy principal el plantear y poner remedio

a los muchos problemas que tenia la sociedad en la

que vivian, no hay en ellas heroes tragicos ni satani-

cos, sino el prosaismo del analisis social. El publico,

ademas, no era el selecto publico de la cIase media-alta,

ni el de los estudiantes universitarios. Si la novela era

un genero que leian las c1ases mas humildes, aquellas




novelas que ahora se conocen como goticas, por ejem-plo, estaban todavia un peldafio mas abajo en la esti-

macion de los cultos.

Junto a esta idea del heroe romantico, que tanto de-

be a sus elaboraciones posteriores, Isaiah Berlin pone

otra idea que se ha asociado con frecuencia a los mo-

dos de creacion del poeta rornantico. Se trata de laidea de que el poeta romantico es la fuente (mica de su

propia inspiracion, que no debe nada a nadie, que su

mente trabaja poseida por una agencia natural 0 sobre-

natural que rechaza cualquier mediacion raciona!. Sin

duda, los poetas rornanticos fueron en alguna medida

responsables de que esto se entendiera asi. Pero esto

debe interpretarse. Una interpretacion, por ejemplo, re-

laciona esa forma de creacion can las obras populares

del pasado, con la necesaria dernocratizacion de la erea-

cion artistica. Otra pudiera ser la que indica que el poe-

ta debe guiarse por el modelo de la naturaleza misma,

no por el modelo de los clasicos griegos y latinos. Se-

gun Schelling la naturaleza crea obras de arte. "Las

unicas obras de arte;para el, que poseen valor -yesta

doctrina influyo no s610en Coleridge,sino en otros criti-

cos artisticos- son las que se parecen a la propia natu-

raleza en 10de representar las pulsiones de una vida no

plenamente consciente" (13). El fruto de una inspiracion

(13) 1 . BERLIN, The Roots, pag. 98. "The only works of art, for

him, which have any value at all -and this is a doctrine bywhich not only Coleridge but other art critics were subsequently

influenced- are those which are similar to nature in conveying

the pulsations of a not wholly conscious life".



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION UBERAL SOBRE EL ·OTRO· 152

que se controla con rigor racional, como segun Isaiah

Berlin ocurria en el siglo XVllI, ha de ser "elegante, sime-

trico y ha de estar muerto" (14), porque todo es "conven-

cional", "todo se hace de acuerdo con reglas" (IS). Esto se

dice en el capitulo de "El Romanticismo desenfrenado";

en sus "Consecuencias duraderas", Isaiah Berlin aiiade

algo mas sobre el modo de creaci6n del romantico: "Nose copia, no se adapta, no hay nada que aprender me-

diante reglas, no hay control externo, no hay ninguna

estructura a la que haya que adaptarse antes de se-

guir" (16). Ya que se menciona el nombre de S.T.Coleridge,

seria bueno comprobar hasta que punto se ajusta su

obra creativa a 10 previsto por Isaiah Berlin. Citaretan s610 un pasaje, no de los menos conocidos, de la

Biographia Literaria:

Aprendi de el [de James Bowyer, director de la es-

cuela a la que asisti6 Coleridge en su juventud] que la

poesia, incluso la mas elevada, y, al parecer, aun la de

las mas extravagantes odas, tenia una logica propia, tan

rigurosa como la de la ciencia; mas diffcil, porque es

mas sutil, mas compleja, y dependiente de mas y muy

esquivas causas. En los poetas verdaderamente grandes

(14) Ibid., pag, 99: "elegant, symmetrical and dead".

(IS) Ibid.: "conventional, done according to rules".

(16) Ibid., pag. 119: "There is no copying, there is no adaptation,there is no learning of the rules, there is no external check, there

is no structure which you must understand and adapt yourselfto before you can proceed".




hay una raz6n imputable no s610a cada palabra, sino ala posici6n de cada palabra (17).

No solo invoca S.T. Coleridge la ayuda de una logi-

ca superior, sino de una topologia de la poetica. Y no

solo no desdefia las reglas, sino que hace de elIas y de

la razon el unico camino para llegar a la expresion

poetica, La critica sobre Coleridge es abundante, pero

hay, sobre todos los demas, un libro que, consagrado

al estudio de 10 que puede reducirse a hechos com-

probables en su obra creativa, y aunque nada aporte

en el terreno de la crftica, revela descubrimientos mas

que notables en el campo de la inspiracion poetica, el

campo que llama la atencion de Isaiah Berlin, me re-

fiero al libro de John Livingston Lowes, The Road to

Xanadu, del que voy a permitirme citar un parrafo de

su ultimo capitulo:

Porque la carretera de Xanadu, tal y como la hemos

recorrido, es la carretera del espiritu humano, y la imagi-

naci6n, que viaja a traves del caos y 10reduce a orden y

claridad, es el simbolo de todas las busquedas que hacen

(17) S.T. COLERIDGE, Biographia Literaria, 2 vols., edici6n de 1.Shawcross, Oxford, Oxford University Press, 1979, vol. I, pag. 4:

"1 learnt from him, that Poetry, even that of the loftiest and,

seemingly, that of the wildest odes, had a logic of its own, as

severe as that of science; and more difficult, because more

subtle, more complex, and dependent on more, and more

fugitive causes. In the truly great poets, he would say, there is a

reason assignable, not only for every word, but for the position

of every word".



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION LmERAL SOBRE EL ·OTRO· 154

gloriosa nuestra pequefiez. Y el objetivo del espfritu queda forma, el que sobrevuela la mente del "poeta", es el

de la claridad y el orden de la pura belleza (18).

Quiza ese espiritu resulte serexcesivamente hegelia-

no, y tal vez no todos los lectores de Coleridge esten de

acuerdo con estas palabras, pero, por diferentes que

pudieran ser sus opiniones, nunca llegaran a identifi-

carse estas con el anarquismo creador que describe

Isaiah Berlin. He elegido el nombre de S.T. Coleridge

porque 10 menciona el propio autor, pero, (que decir

de Wordsworth? Un poeta que escribe con la pasi6n

del experimentalista mas adicto a un programa cerrado

y minuciosamente detallado. c:Quedecir de la complejateoria del conocimiento de William Blake? (Que decir,

incluso, de Byron? Un poeta en el que 10 mas byronia-

no es su biografia, y cuya relaci6n con la poesfa sete-

centista es 10 mas notable de su obra. No se identifica

bien el problema del Romanticismo respecto de las

convenciones y reglas si se dice que los poetas roman-

ticos las rechazaban. Convenciones y reglas, segun

Isaiah Berlin, eran las de los poetas setecentistas, pero

ningtin poeta rornantico podria identificarse, sencilla-

(18) John LIVINGSTONOWES,The Road to Xanadu. A Study inthe Ways of the Imagination, Londres, Constable, 1951, pag. 433:

"For the Road to Xanadu, as we have traced it, is the road ofthe human spirit, and the imagination voyaging through chaos

and reducing it to clarity and order is the symbol of all the

.; quests which lend glory to our dust. And the goal of the shaping

spirit which hovers in the poet's brain is the clarity and order ofpure beauty".



ISAIAH BERLIN: IDEAS SaBRE EL ROMANTICISMO 155

mente, can ese rechazo acrftico y poco meditado deconvenciones y reglas.

En pocos lugares se muestra mas claramente que la

idea de Isaiah Berlin sobre el Romanticismo se queda en

un plano, a veces, puramente expresivo, como en la ob-

servaci6n que hace acerca de la prosa de Walter Scott,

una observaci6n que nace de la extraiieza asociada alhecho de que Scott se considere un escritor rornantico,

extraiieza que comparte con otros autores, cuando, a de-

cir verdad, sus novelas son el fruto de los desvelos de un

erudito reconstructor de relatos del pasado:

Pero Scott fue un escritor rornantico. lPor que?

lPorque, sencillamente, le gustaban aquellas formas de

vida? La cuestion es que al pintar aquellos cuadros de

aquellos tiempos pasados, tan atractivos, tan deliciosos,

hipnoticos, los coloco a la altura de nuestros valores -es

decir los valores de 1810, los de 1820, los valores de la

Escocia de sus dias, de Inglaterra, Francia, eran los va-

lores de principios del siglo XIX-, que, fueran 10que

fueran, eran protestantes, prosaicos, industriales, nada. medievales, e hizo competir a estes con otros que eran

buenos 0 mejores atm. Esto acabo con el monopolio,

destruyo la posibilidad de que cada epoca se viera a sf

misma como la mejor, como si fuera un paso hacia otra

epoca aun mejor (19).

(19) The Roots, pags. 136-137: "But Scott was a romantic writer.Why was this? Simply because he liked these forms of life? That

is not quite enough. The point is that by painting these very

attractive and delightful and hypnotic pictures of these ages he



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION LffiERAL SOBRE EL ·OTRO· 156

No es el problema de la definici6n de progreso 10que debia de preocupar al lector de aquella epoca,

1810-1820. Ni la religi6n cristiana (el Parafso Terrenal),

ni la mitologia pagana (la Edad de Oro) son precisa-

mente optimistas respecto de las posibilidades de pro-

greso de la sociedad humana. Ni siquiera los fi16sofos

franceses del siglo XVITI parece que dediquen mucho

tiempo a preocuparse por definir el progreso. El exito

de las novelas de Scott no se funda en un conocimien-

to alimentado de nostalgias y deseoso de una reversi6n

ut6pica imposible. De 10 que hablan las novelas de

Scott es de una sociedad integrada, sin clases sociales

o con clases sociales que saben vivir en armonfa, una

sociedad en la que la justicia es inmediata, es ejempla-rizante, fiscalizable por los administrados; una sociedad

en la que el clero y la aristocracia se mezclan con el

pueblo; una sociedad en la que la vida es mas plena en

todos los sentidos; una sociedad preindustrial, de cam-

pesinos, comerciantes y artesanos; una sociedad en la

que se hace honor a la palabra dada, sin abogados ni

leyes incomprensibles. Scott se invent6 una Edad Me-

dia a la altura de los insatisfechos deseos sociales de

placed alongside our vaiues -by which Imean the values of1810, the values of 1820, the values of his own contemporaryScotland, or his own contemporaryEngland or France, whichwere what they were, the values of early nineteenth century

-by the side of these values, whatever they may have been,Protestant, unromantic, industrial, at any rate not medieval,heplaced another set of values, equally good if not better, incompetitionwith them. This shattered the monopoly,shatteredthe possibilitythat every age is as good as it can be, and isindeedadvancingto an evenbetter one".




sus lectores, urbanos e industriales, preocupados porsilas mejoras que traia el progreso no los alejaban irre-

misiblemente de la naturaleza, preocupados por si la

complejidad de la vida moderna iba a acabar por ma-

tar el gusto por la vida. Pero esos deseos insatisfechos

eran identicos 0muy parecidos a los que habfa descu-

bierto y definido la enorme cantidad de pensadores so-

ciales que pueden proclamarse romanticos, e incluyoalgun rornantico, en avance sur son temps, como 1.1.

Rousseau. Una parte muy importante de esas aspiracio-

nes que hacen visibles las novelas de Walter Scott esta-

ban presentes en las preocupaciones de los pensadores

sociales del siglo xvrn.

La Revolucion Francesa es la bisagra que separa la

Era Ilustrada del Romanticismo. Sf es cierto que el Ro-

manticismo trajo una revision del concepto de naciona-

lidad, que nada tiene que ver con los nacionalismos to-

talitarios del siglo xx, pero no es menos cierto que la

Declaraci6n de los derechos del hombre y del ciudadano

(1789) sefiala en su primer articulo que los hombresnacen iguales y poseen identicos derechos. Se trata de

los hombres franceses, pero no dejara de surtir efecto

se lea donde se lea. Esa igualdad no puede entenderse

si no se concibe como una propiedad universal. De for-

ma que el Romanticismo acoge asimismo no poco de

1 0 que en el siglo xvrn era investigacion sobre la natu-

raleza humana, sobre la moral y la etica comparadas.

La base de muchos de los esfuerzos que en el siglo XX

se han hecho para hallar instituciones intemacionales



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXION LffiERAL SOBRE EL ·OTRO· 158

que pongan remedio a situaciones de injusticia 0pre-vengan males a los que podria conducir el ensimisma-

miento nacionalista tiene tarnbien su anclaje en el Ro-

manticismo.

El pensamiento de Isaiah Berlin se dirige, sobre to-

do, al nivel mas elevado de la sociologia politica, y des-

cansa sobre una base que puede describirse de forma

sencilla: el Romanticismo, responsable de mucho de 10

que es bueno y malo en el mundo actual, subvirtio los

valores fundamentales de la Ilustracion. El propio Indi-

ce de su libro Las raices del Romanticismo muestra, co-

mo en una secuencia temporal, los pasos de esta sub-

version: "Busqueda de una definicion", "El primer

ataque a la Ilustracion", "Los verdaderos padres del Ro-

manticismo", "Los rornanticos tranquilos", "El Romanti-

cismo desenfrenado", "Consecuencias duraderas". Como

se ve, todo un camino de perfeccion que lleva desde el

ideal ilustrado de la sociedad perfecta, armonicamente

establecida en torno a unos fines aceptados por losmiembros racionalmente mejor dotados de la sociedad,

hasta una situacion en la que estos valores se socavan

y se sustituyen por otros cuyas consecuencias se tradu-

cen en algunos de los peores momentos de la historia

politica de las naciones en el siglo xx.

Es obvio que la herencia del Romanticismo no es

cosa que pueda desdefiarse con facilidad. Por sefialar 10

mas obvio habra que decir que algunas de las categorias

de las que se sirve Isaiah Berlin nacen precisamente




con el Romanticismo. Ouiza haya momentos en que

las definiciones de Isaiah Berlin no mantienen ante los

ojos del lector con la nitidez siempre necesaria distan-

cia que debe procurar la autorreflexividad. P6ngase

por caso la definici6n de la naturaleza hist6rica del fe-

n6meno estudiado. No es que sea insuficiente el subra-

yar la importancia hist6rica de un fen6meno social y

cultural en terminos objetivos mediante la descripci6nde una evidencia palmaria: "La importancia del Ro-

manticismo es la que 10 constituye en el movimiento

reciente mas amplio que haya transformado la vida y

el pensamiento del mundo occidental" (20). La descrip-

ci6n precedente s610 solicita del lector la buena fe que

pudiera tener en la sensibilidad 0 conocimientos del

historiador para saber manejar con pericia la escala

con la que mide la importancia de los acontecimientos

sociales y culturales. Pero el Romanticismo puede exa-

minarse desde otros puntos de vista, por ejemplo, el

que presenta el autor en la pagina siguiente a la de la

anterior afirmaci6n:

,

No solo la historia del pensamiento, sino de la con-

ciencia, de la opinion, de la accion tambien, de la mo-

ral, de la politica, es en buena medida una historia de

los modelos dominantes. Siempre que se examine una

civilizacion concreta, se hallara que sus escritos mas

idiosincrasicos reflejan un modo de vida concreto que

(20) The Roots, pag. 1.



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXI6N LIBERAL SOBRE EL ·OTRO· 160

rigen a quienes son los autores de esos escritos, 0 dequienes pinten esas pinturas, de quienes creen esas

obras musicales (21).

Sin embargo, para aceptar una definicion del anali-

sis historico de esta naturaleza habrfa que haber deja-

do dicho en algun punto que semejante requisito epis-ternologico proviene directamente del Romanticismo, y

seria imposible haberlo presentado de la misma forma

si no hubiera habido un cambio en la percepcion de la

historia de la humanidad como el que propicio el Ro-

manticismo. AI lector no se le hace consciente de que

es un rornantico quien habla del Romanticismo, y que

su analisis incluye los modos cientfficos del objeto

analizado.

Quiza los problemas de la definicion del Romanti-

cismo con los que se enfrenta Isaiah Berlin sean los

problemas con los que inevitablemente debe enfrentarse

todo el mundo; vale decir, si el pensamiento actual es

como es, de forma determinante, gracias al conjunto de

fenornenos que se asocian al Romanticismo, (c6mo podra

(21) Ibid., pag, 2: "The history not only of thoought, but of

consciousness, OpInIOn, action too, of morals, politics,

aesthetics, is to a large degree a history of dominat models.

Whenever you look at any particular civilization, you will find

that its most characteristic writings and other cultural products

reflect a particular pattern of life which those who are

responsible for these writings -or paint these paintings, or

produce these particular pieces of music- are dominated by".




verse desde un exterior al que no se puede acceder? No

se trata de la idea de Vico, segun la eual solo pueden

comprender los hombres 10 que ellos mismos hacen;

por el contrario, si la sociedad humana, en algunos co-

nocimientos que son totalizadores, la lengua, la histo-

ria, la filosofta, no puede analizarse desde un exterior a

sf misma, (que garantfas tiene de haber comprendido

eso que analiza? Si el Romanticismo hace posible la

comprension del sentido de estas palabras, porque fue-

ron los pensadores rornanticos los que advirtieron que

los escritos de una civilizacion concreta reflejan un mo-

do de vida concreto, (que esperanza de certeza podra

haber en definir aquello que comprende a quien habla

en la definicion?

El Romanticismo quiza no es exactamente 10 que

pensaba Isaiah Berlin, quiza algunas de las dificultades

que turban a este pensador nazcan del hecho de que

no pocas de las categorias de uso cotidiano en muchas

esferas del pensamiento social, politico y filosofico, ya

en el siglo XXI, son categorfas que nacen icon el Ro-manticismo, y quiza durante demasiado tiempo el nom-

bre del Romanticismo se ha asociado en muchas oca-

siones a una imagen convencional del poeta 0 artista

que destruye las reglas y que impone criterios persona-

les, subjetivos, como norma de creacion, 0 se ha aso-

ciado a la rebeldia contra la idea de universalidad. Nada

cuesta creer que todavia no puede saberse muy bien

hasta que punto el Romanticismo ha determinado el cur-

so de la historia conternporanea, el pensamiento actual,



ISAIAH BERLIN: UNA REFLEXI6N UBERAL SOBRE EL ·OTRO· 162

las artes, los modos de vida, pero tiene toda credibili-

dad la afirmaci6n de Isaiah Berlin de que, sin duda, es

el acontecimiento reciente mas importante que haya

transformado el pensamiento y la vida en el mundo

occidental.

00051-06 - isaiah berlin ideas sobre el romanticismo

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