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El ritmo de la prosa 259 EL RITMO DE LA PROSA Un hombre, porsólo caminar con pasos temporalmente re- g\llares, no camina con ritmo; eLrj1m(LapareCe __ en-.cuaIl1~u~§a regularidad-es- construida_ cO~()._tºDI1a.en sj, como una estruc- tura y ordenación sent~da de los esfuerzos musculares: enton- ces todo él cuerpo marcha, no sólo las piernas. Y lo mismo vale para la creación de los tipos más elevados y complejos de la música sinfónica. La marejada emocional que es en el músico el trance de inspiración va objetivándose en una construcción sonora. E~l~ªje _~II!9.ci9naly el embate. de los sentimientos llevan, en ~u misma acción,_alternancia de tensiopes y disten- ~íªn~~-i;:TIñ-;1sico-í~;- re~a y ordena; las estruct~ra~nf~~mas ffifer~tes. Las _hªc:~_)jJ!llo.- y adviértase bien que, al hacerlo, el músico no se limita a ordenar tensiones y distensiones ya inteligir que' quedan ordenadas como quien dispone conforme la un plan matemático objetos exteriores. !-Q.-:-;que._.ordena~es se!; . E.!:~;!pi~ __ ~~m4',:_ Un crescendo, un accellerando, un ictus o una cadena de ictus corresponde a un crescendo o accellerando .de la tensión emocional, a una descarga o a una regulación de des- cargas del sentimiento. Y corno, según ha estudiado lapsicolo- gía experimental, toda excitación externa o .interna determina ~_I!...!!~es}n:~.S!J~.rpo un movimiento,~y- como, sobre eso, en el tran- ce de inspiración, el músico goza una perfecta identificación de alma y cuerpo, las tensiones y distensiones emocionales son también orgánicas y las descargas, del sentimiento son a la vez explosiones energéticas. El organismo hace.~_ ªt!O al alma. El organismo todo se hinché, se apresura, se tensa y se distieñ- r ~ I de, se recoge en los pianíssimos, se encabrita en los encabalga- mientos polifónicos, o se entrega a la regularidad de un movi- miento simétrico, se solea o se ensombra con el juego alterno de los diversos timbres ºrquestales. ~l ritmo es placer porque \ consiste e'n /regulados_.movimientos orgánieos. y toda esta suce- sión-variada de energía y de ten~iones orgánicas es comandada por el artista, ordenada y conformada de modo que ellas mis- mas formen una arquitectura. ~L~~.º!~r el propio sentimiento como una -estructura_móvjl, y la conciencia de que esa forma es' criatura suya, constity.yen ~l placer específico del ritmo en el artista. y lo dicho del ritmo musical e$ válido también para el ritmo del lenguaje, aunque varíen las condiciones. Aquí entramos en el punto central de nuestra interpretación del ritmo de la prosa, frente al del verso. Las variantes meló- dicas no son más que el lado acústico de las variantes de tensión orgánica con que nuestro cuerpo acompaña solidariamente a la variada articulación del pensamiento. Las tensiones y disten- siones orgánicas, musculares, vasculares, etc., son movimientos. y he aquí cómo la adecuada ordenación de los miembros meló- dicos del período, con sus tensiones y distensiones correspon- dientes, es una organización dinámica de sensaciones, j~a- \ mente eso en que- consIste el ritmo. Así, pues, sólo por como- didad expositiva se puede hablar .de la función rítmica de la melodía o entonación, pues no se trata realmente de que el ritmo sea algo que la melodía lingliística haga o produzca, sino que la melodía es una de las caras del ritmo, la acústica. La melodía sube y baja con e~ crescendo y decrescendo de las tensiones. l\fuestro organismo vive entero el ritmo con movi- mientos ordenados de ten~ión y distensióI1' m ritI!!º ~s_plª~~r corporal porque consiste en regulados movimientos orgániq~s, ya-que.en la regulación de 'sus movimientos encuentra nUestro. ()rganismo su plenitud; y es placer espiritual porque cada uno de_los movimientos se vi~ 'referido a la. estructura móvil de que ~s parte integrante. Sin esto, no hay ritmo, y cuanto más viva- mente aparezcan al sentimiento referidas unas a otras las partes de un período y constituyendo una figura dinámica unitaria, '. ---cr j - .- _"'. :

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El ritmo de la prosa 259

EL RITMO DE LA PROSA

Un hombre, porsólo caminar con pasos temporalmente re­g\llares, no camina con ritmo; eLrj1m(LapareCe __en-.cuaIl1~u~§aregularidad-es- construida_ cO~()._tºDI1a.en sj, como una estruc­tura y ordenación sent~da de los esfuerzos musculares: enton­ces todo él cuerpo marcha, no sólo las piernas. Y lo mismovale para la creación de los tipos más elevados y complejos dela música sinfónica. La marejada emocional que es en el músicoel trance de inspiración va objetivándose en una construcciónsonora. E~l~ªje _~II!9.ci9naly el embate. de los sentimientosllevan, en ~u misma acción,_alternancia de tensiopes y disten­

~íªn~~-i;:TIñ-;1sico-í~;- re~a y ordena; las estruct~ra~nf~~masffifer~tes. Las _hªc:~_)jJ!llo.- y adviértase bien que, al hacerlo,el músico no se limita a ordenar tensiones y distensiones y a

inteligir que' quedan ordenadas como quien dispone conforme

la un plan matemático objetos exteriores. !-Q.-:-;que._.ordena~esse!;. E.!:~;!pi~__~~m4',:_Un crescendo, un accellerando, un ictus o unacadena de ictus corresponde a un crescendo o accellerando .dela tensión emocional, a una descarga o a una regulación de des­cargas del sentimiento. Y corno, según ha estudiado lapsicolo­gía experimental, toda excitación externa o .interna determina~_I!...!!~es}n:~.S!J~.rpoun movimiento,~y- como, sobre eso, en el tran­ce de inspiración, el músico goza una perfecta identificación dealma y cuerpo, las tensiones y distensiones emocionales sontambién orgánicas y las descargas, del sentimiento son a lavez explosiones energéticas. El organismo hace.~_ ªt!O al alma.El organismo todo se hinché, se apresura, se tensa y se distieñ-

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~I

de, se recoge en los pianíssimos, se encabrita en los encabalga­mientos polifónicos, o se entrega a la regularidad de un movi­miento simétrico, se solea o se ensombra con el juego alterno

de los diversos timbres ºrquestales. ~l ritmo es placer porque \consiste e'n/regulados_.movimientos orgánieos. y toda esta suce­sión-variada de energía y de ten~iones orgánicas es comandadapor el artista, ordenada y conformada de modo que ellas mis­mas formen una arquitectura. ~L~~.º!~r el propio sentimientocomo una -estructura_móvjl, y la conciencia de que esa formaes' criatura suya, constity.yen ~l placer específico del ritmo enel artista.

y lo dicho del ritmo musical e$ válido también para el ritmodel lenguaje, aunque varíen las condiciones.

Aquí entramos en el punto central de nuestra interpretacióndel ritmo de la prosa, frente al del verso. Las variantes meló­dicas no son más que el lado acústico de las variantes de tensiónorgánica con que nuestro cuerpo acompaña solidariamente ala variada articulación del pensamiento. Las tensiones y disten­siones orgánicas, musculares, vasculares, etc., son movimientos.y he aquí cómo la adecuada ordenación de los miembros meló­

dicos del período, con sus tensiones y distensiones correspon­

dientes, es una organización dinámica de sensaciones, j~a- \mente eso en que- consIste el ritmo. Así, pues, sólo por como­didad expositiva se puede hablar .de la función rítmica de la

melodía o entonación, pues no se trata realmente de que elritmo sea algo que la melodía lingliística haga o produzca, sinoque la melodía es una de las caras del ritmo, la acústica.

La melodía sube y baja con e~ crescendo y decrescendo delas tensiones. l\fuestro organismo vive entero el ritmo con movi-

mientos ordenados de ten~ión y distensióI1' m ritI!!º ~s_plª~~rcorporal porque consiste en regulados movimientos orgániq~s,ya-que.en la regulación de 'sus movimientos encuentra nUestro.()rganismo su plenitud; y es placer espiritual porque cada unode_los movimientos se vi~ 'referido a la. estructura móvil de que~s parte integrante. Sin esto, no hay ritmo, y cuanto más viva­mente aparezcan al sentimiento referidas unas a otras las partesde un período y constituyendo una figura dinámica unitaria,

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260 Materia y forma en poesía El ritmo de la prosa 261

más intenso es el ritmo. Ya se entiende que si la rama A de un

período bimembre tiene. tensión orgánica creciente y acaba eninflexión ascendente)", es porque durante ,ella ya se presientela rama B con su menor tensión en decrescendo y con su disten-

. sión final '\¡; sólo por presentir B se puede sentir A con talescaracteres de tensión y melodía, pues A es una espera tensade B. Concordemente, en un período de prosa rítmica, cada- ~ -'miembro 'vale rítmicamente por la ,referenCia que su modo de

ternión hace a)9_s_dem<is. Gracias a esas referencias, en cad~miembro está presente la arquitectura entera del período.

La luz de la lámpara '\¡, entre las cadenas de plata /" teníatímido aletea de pájaro prisionero, como si se afanase porvolar hacia el santo (Otoño, pág. 198).

Los dos primeros miembros forman la prótasis; los dos últi­mos, la apódosis. Los dos primeros se entonan en un tono o dosmás altos que los dos últimos. La tensión general es mayor enlos dos primeros que en los dos últimos. Dominante y tónica.Cuando iniciamos el período, y hasta el final de la prótasis,

La luz de la lámpara, entre las cadenas de plata,

la tensión orgánica se va sosteniendo y creciendo porque enla vivencia psicológica de su contenido se incluye la espera dela apódosis:

tenía tímido aletea de pájaro prisionero, como si se afanasepor volar hacia el santo.

I La prótasis se conduce como un planteo de algo que sólo en laapódosis se resuelve.

Así también la tensión orgánica, casi la ansiedad que nosinunda en la audición musical durante una dominante artísti­camente valiosa, incluye ya un aguardar el equilibrio de latónica. Sólo en vista de la tónica, vale la dominante como tal,

y sólo en espera de la apódosis vale la prótasis como tal. Y alrevés: no es exacto pensar que la apódosis e s t á en tono másgrave y que su tensión articulatoria y orgánica s o n menores,

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sino, fundamentalmente, que en la apódosis el tono c a e delde la prótasis, que la tensión se re 1a j a en ella y que su defi­nitiva distensión final, con su grave cadencia, es el fin de larespuesta; que corresponde al fin del planteo de la prótasiscon su más ,agudo punto de tensión. La distensión de la apó­dosis recoge y da sentido a la tensión de la prótasis.

Dentro de la prótasis, como dentro de la apódosis, hay confrecuencia nuevas articulaciones. La prótasis de 'nuestro ejem­plo consta dedos miembros, y la apódosis de otros dos. Cuan­do comenzamos

La luz de la lámpara

las condiciones de tensión y diapasón son las propias de laprótasis, de modo que ya desde allí se aguarda la distensión ycadencia de la apódosis. Pero la enunciación del sujeto se veahora seguida de una determinación escenográfica, entre lascadenas de plata, referida directamente al sujeto, de modo queesa determinación entra rítmica y melódicamente en la ramadel sujeto y no en la del predicado. El sujeto es la-luz-entre-las­cadenas-de-plata. Así, la tensión creciente debe seguir duranteel miembro determinante, y en su final aparecerá la inflexiónaguda final/' que expresa y anuncia la inmediata entrada de laapódosis. El sentimiento estructUl~al de esta figura sin táctico-

. rítmica ya aguarda durante el sujeto (<<laluz de la . lámpara»)su determinaCión subsiguiente (<<entre las cadenas de. plata»).Este aguardar es tensión, que se suma a la tensión propia dela' prótasis; pero se manifiesta de un modo peculiar: siendola mayor tensión y la inflexión final de ascenso forma expresivade la prótasis, la tensión especial del primer miembro queaguarda otro se manifiesta frenando y conteniendo la tensióny la inflexión ascendente. Por eso, con ser el diapasón de estemiembro más alto que el normal (el de la apódosis), todavía noes tan alto como el del miembro final de la prótasis (entre las

cadenas de plata), y su nota final, en vez de subir, o se refrenasuspendida sin inflexión, o, lo que es limcho más frecuente, tieneuna leve inflexión descendente de medio tono o de uno. Esteleve descenso' no es· de distensión, como el gran descenso de

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final de frase; es, al revés, tensión, porque es una nota de doblecontraste: primero, con la tensión general y articulatoria quees sostenida o en crescendo, y segundo, con la inflexión propiade la prótasis, que es ascendente. Justamente este leve descen­

so, frecuente, pero no obligado, es un modo expresivo de real­zar en medio de la rama ascendente que no estamos todavíaen el final. Con el leve descenso de voz queda, pues, el primermiembro referido al segundo, que es el portador de la inflexiónascendente propia de la rama entera; mientras que con su ten­sión fuerte va referido, como integrante de la prótasis, a larama segunda.

De modo concorde, el predicado, en la apódosis, es:

tenía tímido aleteo de pájaro prisionero ...

Este predicado va seguido de una ampliación que es su inter­pretación fantasística y emocional:

como si se afanase por volar .hacia el santo.

El período' ha podido acabar sin esta comparación. Enton­ces «tenía tímido ... » hubiera sido entonado tal como hemos

descrito la apódosis unimembre. Pero ahora la apódosis estáformada por el predicado y por su ampliación, y desde que secomienza a decir o pensar: «tenía tímido ... » ya hay una esperade la comparación que sigue. Esa espera es tensión. Y, efecti­vamente, al final de este primer miembro (... prisionero) com­probamos una inflexión ascendente de la voz. En el final delprimer miembro de la prótasis ( ... ldmpara) era' posible un~mera suspensión de la voz, y el descenso, en espera del ascenso

.der-'se-gundo miembro, era un modo expresivo de realzar laarticulación mental y rítmico-melódica; pero ahora nunca bastauna. suspensión semejante de la voz. La inflexión ascendentees obligatoria. De modo que si en esta apódosis bimembrada:

tenía tímido aleteo de pájaro prisionero, como si se afanase porvolar hacia el santo..

~

'0'

\a.~.I

el primer miembro, como que es ya apódosis, es distensión

respecto de la prótasis, es a la vez tensión respecto de la compa­ración que sigue. El esquema rítmico~melódico que correspon­de a una apódosis bimembre reproduce, pues, dentro de sí, losdos escalones que hemos reconocido en un período entero bi­membre:

I

Tono normal I -- I :'\También aquí hay que contar, como en la bimembración de

la prótasis, con la fuerza expresiva del contraste en la estruc­tura de las ramas del período, de modo que si el primer miem­bro (<<teníatímido ... ») no se entona todavía en la línea melódicamás baja de la apódosis (<<comosi. .. »), y si su inflexión finales la contraria de la apódosis, esto es un aguardar y un anun­ciar que viene a continuación otro miembro, donde se cumpli­rán estas características. Queda, pues, expli~ado cómo la disten­sión relativa d~l primer miembro es una referencia de apódosisa la tensión de la prótasis, y a la vez su tensión relativa es unareferencia a la comparación que sigue.

Así es como se cumple en esto la .c.!..01?lecondición del ritmo,:hay una sucesión de movimientos (tensiones y distensiones de'- - - .•

grado vario), y estos movimientos están tan coherentementeorganizados que cada uno' es sentido como. parte arquitectó­nica de una estructura dinámica unitária y referido a las otraspartes de la misma construcción. Sc:nsaciones orgánicas espiri­tualmente ordenadas.

.itEl ritmo de toda prosa consiste en una sucesión de movi.

Ip.ieI1t05_orgánicos,.dispuestos en tensiones y distensiones. Estosmovimientos son la manifestación motora del interés y partici­pación con que nuestro organismo fisiológico sigue la marcha

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1\

I)

lineal de nuestro pensamiento idiomático. §,Qg, pues, ~ ~ ' atenc~ón. Mas, 'para ser exact~s, 110 exist~_ull ritmo de ideas;-mientos de afección o emocionales ...Y como estas tensiones y ~ " hay r~tmo oc~sl.onado por l~s. Ideas, de naturaleza fisiológica, ydístenslOnes orgánicas son paralelas -según hemos visto- ~ ~ de orIgen esplfltual. El espmtu obrando sobre la materia.

fases características del pensamiento idiomático, en el pens~-' ~ Hay otra especie de .ritmo de pensamiento en el verso, ~

miento formulado hemos ~e buscar el origen del ritmo de .la 0 los versículos y en la prosa, conocido de antiguo.. ~s el provo-prosa.: alternancia de atenciones o suspensiones despertadas,L ~ ~do po:r:_el llamado paralelismo de ideas, ~especialmente estu-(k"S"u satisfacción. (Por ejemplo: «Dime con quién andas, te tcQ dlado por los hebraístas. Recordemos el versículo de la Biblia:

diré quién eres».) Las alternancias de suspensión y satisfacción • Deposuit potentes de sededel pensamiento provocan en nuestro organismo corporal para- et -exaltavit humiles.lelas tensiones y distensiones. Y estas tensiones y distensiones"

al afectar también -y principalmente- a los órganos vocales, Muestras de este ritmo, ocasionales y más o menos atendidas,determinan a su vez alternancias melódicas en la voz. Por lo las hallamos en todas las literaturas. y quizá su más afortu-tanto, las infIexiones ascendentes o cadentes con que +ermina nado y sistemático cultivador haya sido el español Fray Anto-cada miembro del período no son más que la manifestación J!io de Guevara, que,~rincipios del siglo XVI, desató en Europatonal de tensiones y distensiones orgánicas que corresp~nden y, sobre todo, en Inglaterra, una epidemia de imitadores. Elal miembro entero del período (y no sólo al final). ritmo de su prosa, tan insistente, consiste en el paralelism;;-

Quien oye 0J.ee enten~iendo, re~reª. Si leemos o escucha- &L. ~'''''''''''' sinónimo y. sobre todo, en el antitético de palabra a palabra ymos una recitación -literaria ci musical, nuestro organismo sigue 4-< ~ ( de idea a idea, y en la repetición numerosa de un mismo y bre­su desarrollo tensándose en las fases dominantes y relajándQse :::~ JM...~ ve esquema sintá'-c"":"tI;-'c-o-.---''-----------------..::..--en las tónicas. Cuando las tensiones y relaja_ciones se suceden, ~ o .v..~L:1J) . , ..

formando u a lacentera fi ra móvil, constituyen un pode- ~¿'\...U •.•• E 1 VI C ~ o y e 1 VI C lOS o son los que and~n a buscar

p p ., gu, -, ~I -- d.~, 4, o por t u n 1dad par a s e r m a los; que 1a v 1 r t u d y e 1roso ritmo fisiológico en el oyente 10 mIsmo que en el reCItador, ..p-) .. t d' h 11 . 1 b.- -~ .. ~ I (rv>1.4 eAJ v 1 r u o s o a o qUIera a an u g a r par a s e r u e n o s

y co.mo las, tensiones y diste~siones es~án, p~oducldas p~r laW tU- ~ No ay estado en la iglesia de' Dios tan absoluto ('libre') e~relacIón reclproca entre los mIembros smtactlcos del penodo, ~~ ~ que uno no se pueda salvar, ni ay estado tan recogido a do

tendremos que el últime> resultado de la prosa así organizada ¡!t""~~ no aya ocasiones para se perder; porque los officios, esta­es que sean rítmicos los pasos con que el.pensamiento del autor c:t. ~ -vM dos y p·reemineneias son como la rosa del campo de la qualse entra en el reino interior del lector o del oyente. U· haze su miel el abeja y aun su pon90ña la araña. Para hombre

Sólo en un sentido como éste podemos hablar de un ritmo <: ~ bueno no ay officio malo, ni p.ara hombre malo ay officio bue-

de pensamiento. Ritmo .es .eLvivir :una figura dinámica; organi- _.' / - no; po~que tal ha de se~ el hom~re que presu~e de bie~ ~ue

, , de sensaciones. Ritmo de pensamiento será aquel cuvas}(JJ.J.;, -r:::--~ el officlO se honre con el y no el con el officlO. El pnnClpe

zaClOn - .=..::==-=--=.:.-L=:..:.:::._=--"---_---=-_-- eLl! Jt.L I/YYW éd 1 h' d ... d·v~riadas sensaciones éorporales están provocadas por la mar- tl"YI"\.U~ p.u :se sa var aZlen o JustIzla y pué ese condenar usando, 'd'" T d t h bl d 't .Le ~ tlrama. El cavallero puédese salvar peleando y puédese conde-

,.c.c_h_a_d_e_l---.p_e_n_s_a_m_Ie_n_t_o_I_lO_m_a_t_Ic_O:O O O ro ~ a,r ,e n mo nar robando. El eclesiástico puédese salvar sH-viendo su igle.interior y de ritmo de pensamle~to no tendra mngun valo: sia -y puédese condenar entrando por simonía. El religioso pué-mientras no pongamos en claro cuales son los elementos senSl- dese salvar contemplando y puédese condenar murmurando.bles en que se manifiesta y cómo están organizados, Son fre- - El casado puédese salvar criando sus hijos y puédese condenarcuentísimas las afirmaciones de que la poesía no es tanto un con ilícitos adulterios. El rico puédese salvar haziendo limosnasritmo de. sonidos cuanto de ideas, una corriente de acentos de ..•. y puédese condenar dando a usuras. El labrador puédese salvar

~f'1

~

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266 Materia y forma en poesía.... .,.....

El ritmo de la prosa 267

Aquí hay una evidente contraposición y repetición de ele- ,mento s del pensar. Mas si en ello vemos un ritmo, és.te<;9!ls~§Je.,'~~.-lQ~_movimientos orgánicos con que a~ompañamos la apari::' ,

ción de'-c'a'éiji:'_-éíf;¡neñtopsíquico contrapuesto o repetido. Cuan: '~1 '-?

~ás--c(;nsciente es. la contraposición o repetición. más clara;'es la descarga de energía fisiológica con que nuestro cuerpo se , .

solidariza y que con mucha frecuencia llega a manifestarse \ Es como en la mUSIca reforzar el ritmo de intensidad con--~ ", lt . d .~isiblemente en el gesto alterno de la mano y de la cabeza a a ernanCIaS e tImbres orquestales. '

derecha e izquierda o en sentido perpendicular para marcar la --V¡ d ~ AL l/wt~ n1 n.J;1f~/yJ IJJ ~ 61 .d.

contraposición, y en la insistencia de un mismo gesto para mar- rT .AA.;'-I,~-¡;',: ;7;:;.':;'-~~ C>f- < ,v.u.;::k,,,,]car la repetición. ¿ En qué se diferencian y en qué coinciden ]-u.~ rv «~~. /JG. ~ . 'él Véi~ 'r""- .4--. - •. -.., •. , O- 1!.l'>V.

el ritmo paralelístico ~e Guevara y el melódico de un Valle- ,~ ,1/)1 ~ ha) ~ ~ .: ~~Y7.1;j rú~<~~/ .Inclán? Coinciden en ser ambos organización de tensiones y 1~ ' "; ~;Jir-a/i~.~),J¿relajaciones orgán~cas (movimientos) en una figura dinámica I ., ::1-lfJ¿'~ l.A ~ ~u ' ,

unitaria; y en que ambos son de pensamiento: tensiones y rela- I ~J>J

jaciones provocadas por fases paralelas del pensar creador o ~r? JJ.- 11 ,/receptor. Se diferencian en el modo de conseguirlo. Guevara, ,,' ~w ¡;L~mediante la alternativa, repetición y 'contraposición de palabras / '. U. ";J;Z;UI/h!Y de giros gramaticales. Su prosa tiene un ritmo de' sentido. ; )(, ~7ZNuestra atención se balancea anclándose alternada o repetida- - r _I , I

men:e sobre los (!~ntenidos. psíquic?s antitét~cos ~. ~inónimos. n ~ . -I (ft J Lf7>.1lb)~ (~-Su Etm,Q"Ru.es•..est!!,c~~segu!do,.JI1ed!a~te)a dlSpoSlclon adecua- I /}(.i ~ J¿ ~ J.¡¡-- ~ ~ x- V~ J¿ P~~~_~~__!.~s c~~~:!lid0s.. de p~n~am!e1!:!-o.. V~lle-I~clán sólo por ~k~ ..ut.L~) Jt., . ~~ ----Ó' ' r- O

excepción usa este procedImIento. La dISposIción en figura \ lIÓ IL¡ d ~'.-k c4.... ~~

dinámica de las sucesivas tensiones y relajaciones fisiológicas 'O J .. 17 .' T. ~T_~) ~ ckJ.

está conseguida en Valle-Inc1án, no mediante la repetición o Q~ Jvr~ . ~ ~CL{,/ ~Ico~:raposici6n de cOI1:enidos, si~o mediante .la perfecta articu- I I~.;' " .laclOn de cada contemdo en umdad de sentIdo. En suma, por Qy\A.U,¡ uJ.. .la estructura perfecta del período. Por la forma. Si la prosade Guevara tiene un r i t m o de con ten ido, la de Valle­Inclán lo tiene f o r m a 1. Pero ambos son ritmos de pensa­miento.

arando y puédese condenar pleyteando. El pastor puédese sal­var guardando su ganado y puédese condenar pasciendo el panageno.

J,....-

y aquí entra nuestra afirmación capital: Valle-Inclán hapodido prescindir de los procedimientos de Guevara, pero Gue­vara, y todo otro autor de prosa rítmica, tienen que contar comobase de su ritmo con el formal. El ritmo de contenido viene-ª superponerse al forma~ destacándolo agudamente como congolpes de timbales: ,

El príncipe puédese salvar haziendo justizia y puédese condenarusando tiranía.

¡jJuhnr~a-{Mk-~) k- ~~-f

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