aquellos iniciales ensayos, les envían una parte de su virtud artística; y entonces surge...
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MAR! A RITA ABELLA CA PRILE—o —n
NVE R SOS
C O M E N T A R I O C R Í T I C O
CA RLOS A LBERTO LEUMA NN
SE! UNDA EDICIÓN
BUENOS A IRES
OTERO Y COMP . IMPRESORES
856 Perú 858
1 9 1 9
Cuando las gentes comienzan a leer con avidez
un escritor glorioso,y a buscar en sus obras la miste
riosa razón de esa aureola… que ven brillar sobre su
frente , todo lo que se relaciona con su vida y con sus
primeros escritos va cobrando,también , una signiñca
ción inusitada . Con frecuencia , estos primeros esen
tos , hechos durante la lej ana juventud desconocida ,
aparecen como una revelación y son origen de emocio
nes inefables . Se diría!
contemplar a un autor nuevo
y hasta sucede,a veces
,que los críticos atribuyen de
pronto,a esas simples tentativas , un valor semejan
te al de las obras. que atráj eron sobre el autor la ad
miración universal . P ero esto último es un error y
proviene de algo parecido a… ciertas ilusiones ópticas :
ha ocurrido,en real idad
,que las obras ya plenamente
esclarecidas,las que se imprimieron en la sensibilidad
de las gentes,proyectan algunos rayos de su luz sobre
aquellos iniciales ensayos , les envían una parte de su
virtud artística ; y entonces surge suavemente la, in
tención pura que no pudo explicarse, se descubre la
poesía de la hermosa alma, que pugnaba díñcultosamen
te por subir hasta las formas soñadas y tomar exis
tencia visible en las imágenes radiantes .
Yo he tenido la fortuna de advertir en los V,érsos
de Margaríta Abella Capri le esta singular cnatura
de diez y ocho años el esplendor naciente de una
obra p oética que un día impresionará sin dud¡
a ex
traordinariamente en todos los países del idiorña es
pañol . E s verdad que no hago una profecía difícil , por
que algunas de las composiciones de <<N ieve . alcan
zan , íntegra , la realidad de una belleza en que ya sonríe
el misterioso mo tivo.
Ya son sus versos como el rostro de un alma o
como el milagro de una flor que viene p erfumando
antes de tiempo .
Diez V ocho años , y sin embargo saber enfrenar,con mano delicada
,imágenes impetuosas y fuertes como
esta de las grandes olas que ella describe en una in
mensa visión del mar :
M il bridones bebiéndose los vientos! ue asustados , p iafantes , galoparan ,! ue acortando su marcha por momen tos ,Deten ié ndose al 5 1 1 se revolcaran.
Y todavía la fecha de la composición en que este
pasaj e figura, nos revela que la escribió dos años hace .
No la. quería publicar, y tampoco otras con sideradas
por ella primeros ensayos indignos . Por la gracia'
m
fmita que tienen a pesar de la forma todavía des
igual y vacilante , yo le he suplicado que no dej ara de
incluirlas en su libro . Más tarde la crítica no dej ará
de hacer reflexiones atónitas ; las estudiará entonces con
atención asidua y a través de ellas acaso verá cómo
germinaba, cómo empezó a vivir con su audaz 1 0zanía
el maravilloso árbol .
No,no es por cierto su edad la que podría asociar
se,por una lógica ordinaria, al poderío artístico crea
dor de imágenes,ni a la p erfección que asumen tantos
rasgos de este libro.
P orque , cosa extraña , su s compos iciones pueden
analizarse ya como las de un vigoroso y experimen
tado escritor . La frialdad del análisis que no tiene
ojos para levantarlos hacia la pura gracia poé tica,
ha de sorprenderse é l encontrar, en estos versos, cousis
teueia idiomática notable,novedad verbal , sabiduría,
todo 1 0 intuitiva qúe se quiera p ero sabiduría
evidente en el empleo de las palabras y en la forma
expresiva . E s una sabiduría al principio tímida,pero
que aumenta a medida quex
las fechas de los versos se
acercan . La sinceridad absoluta de su alma esa sin
ceridad donde residía, en suma, la Musa de los grie
gos es la que le enseña expres iones insustituibles
como las que abundan en su poema tríptico del fuego .
(Rl fuego y la nieve , inmemoriales símbolos de pureza,
reapareceu con frecuencia en las páginas de su libro ! .
Y ana] ícemos
<<Tibia caridad», llama ella al fuego del hogar.
! Alguien lo ha elogiado nun ca con un término de
tanta exactitud !
E s en la primera estrofa , cuyos cinco vers os son
cinco hermosuras
El fuego d el hogar es armonía,
Su tibia caridad torna el ambienteFam iliar y apacible ; se diría! ue en su alegre y fugaz policromiaFl ota un alma serena y atrayente .
Y se enlazan a otros versos iguales . La novedad
expresiva , el extraño vigor, se juntan al brillo de las
imágenes y a la verdad . El fuego del hogar,cuando
se enciende suavemente en la fría obscuridad,es com
parado a <<la amable sonrisa que animara el semblan
te glacial de un hombre y su llama está des
erita con la maestría de estos versos :
La llama al irisar la chimenea.
Se retuerce , se agita y se separa ,Y vuelve a unirse , agrándase , chispea
Y se e leva ; paré ceme una idea! ue camb ia formas y aparece clara .
Inútilmente se buscaría una falla en tal estrofa
bella por sus imágenes,por su rima metálica y ñrme
,
y por esa gloriosa comparación de la llama con la idea
cambiante y clara . Inútilmente,en estas que termi
nan la primera composicwn del tríptico , se buscaría
también la debilidad ausente
L eñ os que ardiendo alimentáis la llama ,Cesad vuestro dolor chisporroteante ;D ios que todo 1 0 v e , D ios que nos ama
Ve la p iedad que vuestra luz derramaR epartiendo el calor reconfortante
No pense 1 s como el hombre , en la amarguraDe volveros está escri to! ue al morir esa llama que fulgura ,
El humo, remontando con premuraHa de hundirse en la luz de1 inf1nito.
Y todo está henchido de ideas,de esas íntimas ideas
que se hacen verso trayendo , adh erido , el vestigio dei
invisible mundo interior.
Por eso sus originalidades verbales nada tienen
de la grosera artiñcia'
lidad , ni de esa hipocresía té c
nica que hoy está matando la flor de los poetas en E s
paña y en Amé rica . La fuerza de su alma,su fuego y
su nieve , la han salvado de la común falsedad . Y la ín
tima. idea se asoma ingenuamente las palabras .
De ahí la hermosura de esa <<febril constelación»
que ella mira en los cirios del altar,cuando nos habla
del Fuego luz , en la segunda composición del tríptico ,o cuando del fuego de artificio dice graciosamente que
parece un fuego—niño :
Es te fuego que brilla y que se exal ta ,Parece un fuego—niño ; su fu1 gor
Canta , juega , retoza , ríe y saltaY un pedazo de cielo al egre esmaltaCon sus má gicos camb ios de color.
Este poema sugiere una semej anza extraña con
las composiciones de algunos grandes músicos del si
glo pasado . Los elementos emotivos que asociados de
una manera más que sutil han hecho el prestigi o de
las sonatas de Beethoven,parecen traducirse aquí en
ideas y palabras de música tambiég»ínefable . Ternu
ra infinita,
exaltación mística,morñ
'
5£tos de gran es
peranza, que sube alto , cada vez más alto , y luego cae ,como un pá jaro herido
,en la tristeza o en la duda . La
idea. de un Dios radiante como ela
sol, alterna en el
Fuego luz con la. sospecha, dulcemente azorada
,de
una eterna tini ebla sin calor . Versos de júbilo ansioso
… se juntan , en la misma me1 0día , una repentina in
quietud y vanmuriendo con el ritmo dgpna serena y
humilde resignación .
Sí,todo el p oema me produce la impreswn de una
delicada sonata . Pero no sería fácil definir la fi na gra
cia que trae cada una de las ideas encerradas en las
admirables quintillas del poema . Involuntaríamente
he salido ya del análisis frío , he levantado los ojos .
Pero es necesari o : porque en las composiciones que
ahora debo referirme,hay detalles anunciadores de esa
imaginación que supera los l ímites de los sentidos y el
mecanismo del razonamiento . Así en <<Estoy sola» y
en ese t itulado cuya brevedad alada co
rre5ponde 1 0 tenue de una sensación índefmible : la
idea se desvanece , casi no existe, Ios raro s y diminu
tos versos sólo están ahí para sustentar un poco de
penumbra interior .
Pero también ahora debemos añadi r que la origi
nalidad de Margarita Abella Caprile no es la origi
nal idad buscada… adrede . Como en el empleo de las pa
labras,ella es
,en la revelación de su mundo interior,
la verdad misma,e] la. es el artista que descubre una
realidad espiritual .
Porque el arte es un descubrimiento de la propia
alma . De ahí la magnífica paradoj a de Oscar ! ilde
cuando escribió que el arte es la Sin duda ,
sí , en cuanto el arte swxgnifica desdén de la realidad
inmedi ata, de la apariencia supe rficial . Su gracioso in
gemo hizo encontrar,
! ilde, una manera de afirmar
lo contrario de 1 0 que sus palabras dicen , tomadas al
pie de la letra . Su elogio de la mentira es el elogio de
la verdad, pero de la verdad subjetiva , de la que no
se paga de la primera y vulgar ilusión de los sentidos .
Su mentira es la verdad que adoptan las cosas para
los ojos artistas del espíritu . En este sentido , el poe
ta no es un mentiroso , sino al contrari o , un intérpre
te fiel de las verdades superiores y un sacerdote aus
tero de la. divina Belleza, cuando no una ñna sacer
dotisa como Margarita Abella Caprile .
Yo pienso que en todas las antologías bríllará
un día este nombre baj o composiciones que derrama
rán dulzura V humildad . ¡ La preciosa humildad ! No
se ha estudiado todavía su valor ingente en la literatu
ra, ni los estragos que produce el énfasis y la soberbia
índocta . Todos los altos espíritus,mediante º
ella se hi
cieron cread ores ; y aquellos espléndi dos príncipes del
arte a quienes reviste una apariencia de orgullo,sólo
pudieron llegar a la Belleza por un sometimiento tem
bloroso, humilde , su poder eterno . La humildad tie
me alas . Nos lo enseña es ta serena criatura en el esp i
ritu de sus versos . Son pocos todavía y ya sin embar
go 1 0 que en ellos sor prende es la abundancia de es os
rasgos que de pronto clarean en la lectura de los eseri
tores . Imaginando una mano que se hiere con las es
p inas de una rosa, le pide que se las arranque todas ,con esta intención infinitamente delicada
Y as í , el que venga luego , má s hermosaSin una esp ina encontrará la rosa .
A una amiga de la infancia , que ahora escribe
versos,también
,le recuerda los días en que ni una ni
otra sospechaban la afición por la Musa . E s un sone
to que termina con este gentil arranque
A parta tus cenizas , yo apartaré las m íasY en la barca ce leste de suaves armonías ,Bogaránnuestras almas , en el <<mar superior».
De otro sóneto la misma,hasta citar este verso
pa ra comprender todo su encanto y su motivoº
1 5
T u <<brin de jalous ie» no tiene por qué ser.
Su composición <<Una mañana» es de un lirismo
profundamente original . A l mar que le ha robado
una crucecita le hace el reproche doliente que eneie
rra esta animosa imagen
¡ Viejo avaro cargado d e riquezasCon el blanco cabell o enmarañado !
Son inenarrables,en la misma compos í01on, la
ternura con que piensa en la crucecita perdida así ,como si se hubiese ido con ella al mar un algo de su
propio ser,y el recuerdo de las veces que despertan
do en la noche , aterrada, su contacto le volvía la cal
ma y la tranquilidad dulce de no estar sola .
De su composición <<Tristeza» sería mej or no ha
b lar ; según todo adj eti vo elogioso quedaría a trasma
no de su lirismo incomparable . Su idea,su música
,
su melanco lía,flotan en cierta bruma gris de pre
sentimiento . Uno de los más burdos errores en que ha
caído y cae continuamente la criticomanía literaria es
el desdén,con frecuencia una ironía pedantesca
,para
aquellos poetas que en plena juventud y todavía al
borde de la v ida , componen versos de temprana de
cepción o de pena sin causa vis ible . Olvidan que no
es la violencia del do lor inmediato , y ni siquiera las
circunstancias que les hieren en sus propios afectos ,
el motivo de sus tristezas y de su piedad . Su sensibi
— 1 6
lidad recibe ciertamente influencias insospechadas por
el común de las gentes y su inspiración trae consigo
melancolías innatas . A ello suele añadi rse una falta
absoluta de egoísmo . En este último sentido , la autora
de es la piedad misma . Cuando más alto
llega su lirismo, más honda y más serena es su ca
ridad,el mal de su espíritu
T risteza que transformas 1 0 terrenoCon tu fino aguijón ,
Yo a1 abo tu poder má gico y bueno ,Yo canto tu canción .
Y hoy estoy triste , triste , con aquellaPesadumbre interior,
! ue es el ansia de hallam os en la es trellaM á s cercana al Señor.
Y hoy que sufro , mej or los sufrimientosM i mano aliviará ,
Como mej or comprende a los sedientosEl que sediento está!
El ritmo es tan lento que se diría la misma paz
interior
<<Yo alabo tu poder mágico y bueno».
Son versos que cantan afuera de toda miseria sen
timental y llevan a la belleza suprema de estos otros
Y hoy tengo el alma gris , hoy estoy triste ,Pero p ienso en verdad ,
! ue cuando va nevar, también se visteD e gris la inmensidad .
Y mi tristeza tórnase má s leve ,Pensando que quizá
No es má s que el gris presagio de una nieveQue má s tarde
Y he aquí la nieve , la obsesmnblanca de su alma .
Se diría… que el cielo hizo para ella,por darle un sim
bolo grato , el milagro de nevar sobre esta ciudad . E lla
se apoderó en seguida del símbolo y en su sensibi
lidad de artista el espectáculo , durante la noche sere
na,dejó un gran ras tro indeleble . Lo dice el poema
en que precisamente canta a la nieve la contempló
como a una hermana y con el corazón avasallado por
una ternura sin nombre º
Y en un rapto indecible de locura ,Con un abrazo inmenso , irreal , potente ,He deseado estrechar tanta b lancu raE incrustarla en m i ser profundamente.
Hermana , sí , apenas te he encontradoYa recoges tu limp ido atavío ,¡ Que el suelo en que un instante has reposado ,T u ambiente no es , como tampoco el mío!
Y lleguemos al sentido más profundo de sus ver
sos . Lo hallamos fácilmente en el dístico ñnal de ( A s
censión» y en la extraordinaria exaltación lírica de
< Estoy sola».
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No necesitaríamos referirnos a la originalidad idea
lista que alcanza el asunto poético de
En la 1mageu del vuelo mecánico que lleva al hombre
hasta la serenidad de una atmósfera superior a las tem
pestades que rugen en las nubes , ella apoya la analo
gia de una ascensión puramente espiritual , el arribo
del alma a. una altura que la redime . Pero en ese pun
to,el alma… no se goza con la ausencia de la corrup
cióny del dolor terrenos . Acogida por la divinidad. se
hace divina,se llena de piedad , quiere redimir su
vez , redimir los pobres seres que quedaron abajo. Y
entonces,la idea… del dístíco fu]gura
¡ Y semidioses d el dolor humanoA I que quiera subir demos ]a mano !
Ella ni sabe que es!
mística . Y es así tanto, que
en su misticismo no hay señal alguna de Ia, religiosi
dad común.
Acaso la sencillez extrema , la falta de pompa ver
bal , la noble inocencia, por decir asi, de -ciertos recursos
literarios , requieren el recogimiento del lector para sen
tir Ia íntegra belleza de esa compos ición . Sin embargo ,
en ! Estoy sola»,el esplendor de las imágenes arrastra
enseguida a las alturas . En los primeros versos se ex
perimenta, con una gradación creciente , la sensación del
mundo y de las cosas que se di luyen en una espeóie de
aniquilamiento. Y entonces . E scuchémosla
ses , no para imperar en ellos,sino para darlos inte
gros los humildes y a los desheredados de la tierra .
Y he aquí el sentido más íntimo,la belleza mayor
de este libro , y acaso aquella razón misteriosa que las
gentes buscan en las obras de los escritores gloriosos .
Muchos pensarán acas o prematuro 1 0 categórico
de este comentario,en cuanto declara la presencia tem
prana de una extraordinaria personalidad poética . Re
mitámoslos la fina conciencia de los menos,quienes
por el contrario se preguntarán,luego de leer <<Nie
porqué fue olvidado,en la cita de los versos ,
tal o cual pasaj e cuya idea les llegó al alma . No fue
olvidado , sino simplemente rehuido para el propósito
de precisar, con más claridad, ese sentido fundamental ,a mi juicio , que se contiene en la obra iniciada de Mar
garita Abella Capri1 e .
CARLOS ALBERTO LEUMAN N .
Canto y al cantar resp ondo
A l impu lso tod o album
! ue me nace desde el fondo ;R ecordad que enlomá s hond o
E s el agua tersa y pura.
T R IP T IC O_ D E L FU E ! O
EL FUE ! O DEL HO ! AR
El fuego del hogar es armonía ;Su tibia caridad, torna el ambienteFamiliar y apacible ; se diríaQue en su alegre y fugaz po-licromíaF1 0ta un alma serena y atrayente .
En el amplio salón,donde reiñara
El helado silencio de 1 0 á'
ugusto,
Parece una ilusión que transformara ,O la amable sonrisa que an imaraEl semblante glacial de un hombre adusto.
La llama , al irisar la chimenea ,Se retuerce
,se agita y se separa ,
— 24
Y vu elve a unirse , agrándas e, chíspea,y se eleva Paré ceme un ideaQue camb 1 a formas
,y aparece clara .
En su trémula lumbre,se adormece
Una suave leyenda . milenaria,Que templa el alma, el alma que padeceEl invierno sin fin, que acerba ofreceLa realidad de la existencia diaria .
Y canto al fuego,a su bondad sencilla
Que hace el bien,ignorando su destino ;
Que brilla agreste,sin saber que brilla
Como canto a la humilde florecillaQue no sabe que alegra mi camino .
Leños que ardiendo alimentms la llamaCesad vuestro dolor chisporroteante ;Dios que todo 1 0 ve , Dios que nos ama,Ve la piedad que vuestra luz derrama
Repartiendo el calor reconfortante .
No pense 1—s,como el hombre , en la amargura
De volveros cenizas . Está escritoQue al morir esa llama que fulgura,El humo
,remontando con premura
Ha de hundirse en la luz del inñnito.
No s ea s como el hombre,que en la muerte
Piensa, olvidando el <<más allá» bendito .
E L FUE ! O LU !
Yo t e bendigo,fuego que iluminas ,
Yo bendigo la clara inspiraciónDel que con fuerza y voluntad divinas
,
Logró reunir tus luces purpurinasEn una magistral condensación .
Yo t e bendigo , perque al ser destelloTienes algo del genio de tu autor ;Llevas impreso su glorioso sello ;Yo te bendigo
,en nombre de lo bello
,
Que por ti cobra vida y esp lendor .
Yo te bendigo,porque vuelves día
La noche más tenaz,con tu fulgor ;
Porque apartas su negra alevosía,
— 26
Como el. feliz destello de alegríaQue ilumina la noche de un dolor .
Yo te bendigo , sí, porque pareceTu luz una febril constelaciónCuando en los cirios del altar 'se mece ;Reminiscencia de astros, que enalteceA los que sueñan con la azul mansión.
Yo te bendigo , porque das bellezaA I espíritu noble y soñador
,
Cuando en la noche vierte su tristezaAllá en los cielos, la lilial princesa,La princesa del trágico dolor
Fuego-luz que palpitas en la alturaY baj as a la tierra desde el Sol ;Que conservas la vida
,la hermosura
Y el esplendor supremo de NaturaBañada por tu mágico arrebol ;
Yo te bendigo , sí, porque comprendoLa excelsítud de tu poder creador ;Yo te bendigo por tu rol
Y por un rayo luminoso as ciendeHasta el solio divino del Señor .
Y pienso en el horror de una posibleSempiterna tiniebla sin calor
— 28
O cometas que cruzan al desgai reEn luminoso y rítmi co turbión.
¡ Oh , fuego convertido en lluvia de oroQue quieres escalar la inmensidad ;Que pasas cual luciente meteoro
,
Y que luego con rápido desdoroTe deshaces en triste realidad
! No sabes que tu fuerza no es bastantePara querer al cielo desafiai ! .
Te as emej as al hombre,que pedante
Pretende con su espíritu oscilanteEl misterio de Dios des entrañar !
Me entristeces,oh fuego de artificio,
Que brillando un instante acabarás ;Porque al morir tu resplandor ñctícío
,
Como influj o de un negro maleñcio
El cielo,arriba
,se os curece más .
Se oscurece lo mi smo que la menteCuando pasa
,inestable
,una ilusión
Una de esas que sirven solamentePara hacer el dolor más evi dente
,
Y añadirle amargura al corazón .
Salta una chi spa,y en el cielo forma
Um signo de expectante admiración .
LLUVIA
¡ Oh la suave penumbra de la horaEn la que sólo es luz el pensamiento ,Muy lej os de la vida bullidora ,Muy cerca del divino sentimiento ! .
Taciturna , la lluvia sollozanteLlora la pena de caer, la p enaD e cambiar
,por la Tierra claudicante ,
El claro azul de la!
región serena .
Descendiendo tamb 1 en de gran alturaEn esta hora de silencio y calma
,
Otra lluvia de paz, toda fres cura,Fertiliza los valles de mi alma .
Luego esas gotas , cuando el Sol alumbre ,Evaporadas ve larán al cielo ;También las de mi alma
,hasta la, cumbre
ideal , l evantarán su vuelo ;
¡ Cuando otro Sol , de dulces resplandores ,Las envuelva en sus vividos fulgores !
HERMANA E SP IR ITUAL
Nuestra infancia recuerdas,cuando nad a expresaba
La añciónpor la Musa , que nos une a las dos!
Cuando oculta en el alma,con paciencia esperaba
La hora v el momento que le indicara Dios .
Tú sabes que la nieve,la hermana inmaculada
,
Cuando cae a la Tierra,le conserva el calor ;
Que la ceniza veces,al parecer helada
,
La, llama tiene oculta del fuego abrasador ;
También , también sucede lo mismo con el alma ,Con la apariencia fría , con el semblante en calma
Adentro bulle el mundo de la vida interior
Aparta tus cenizas , yo apar taré las mías ;Y en la barca celeste de suaves armonías ,Bogarán nuestras almas , en el <<mar superior».
El por qué me lo dices , en realidad ignoro ;Tu < brin de jalousie» no tiene por qué ser ;Somos voces distintas de un solo , inmenso coro,E l coro de las almas hacia el Supremo Ser.
Somos cuerdas distintas en un arpa de oro ;Las ramas diferentes de un árbol al crecer
,
De una savia bebemos el líquido tesoro ,Somos dos arreboles de un mismo amanecer.
Y el árbol que nos une,se levanta hasta el cielo ;
Tú subes por un lado, yo por otro mi vuelo
Tiende al azul divino,de 1 ímpido fulgor ;
Y un día no lej ano,se juntarán las ramas
Tus hojas y mis hoj as , cual plateadas escamasFlotarán en las aguas de ese <<mar superior».
UNA MAFIANA
Una mañana ardiente y calurosaEnvuelta. en el s0por del mes de Enero
,
El mar yo contemplaba ;Que en calma y ceniciento parecíaSentir el peso del caldeado ambiente .
A largos intervalos una olaSubiendo
,se agrandaba, hasta que inmensa
Rompía con estruendo ;Que a mí se me antojabaEl enorme sollozo contenidoDe un pecho varonil
, qi1 e al fin se ensancha .
A l mar, así tranquilo , así sereno ,Le temo más que cuando está agitado ;Las corrientes internas son las peores
,
Las que se ven se esquivan
En tanto que diversas reflexionesPasaban por mi menteDistraída jugabaCon una cruz pequeña entre las manos .
Um falso movimiento , y en la arenaCayó
,cayó ; volvíme con presteza
,
Quise alzarla del suelo,pero en vanoº
La ola que moría en ese instante,
Con avaricia la arrastró a su seno .
Inmóvil de estupor quedé un momento,
Con la, vaga impresión de aquellas cosasQue se van para siempre
,que no vuelven .
Después la reacción,corrí ligero
Por ver si la encontraba todavía .
Una montaña de agua levantóse,Y al tiempo de romper en mil ped azosSus fauces, ahuecó
,como una boca
Que se riera,burlona , carcajadas .
¡ Oh mar, oh mar inmenso ,Viej o avaro cargado de riquezasCon el blanco cabello enmarañado !
! Acaso no te bastan ,Los mil tesoros que arrancaste al hombreQue con la proa del baj el osaraRasgar tu manto de color de cielo
º2
Oh,crucesita amada
, yo he sentidoTanta pena al perdert e,
No sé si en son de burlaO con indigna sumisión de esclava .
Cual ñero desafío,
Complej a unión de indignacwn y pena,Llené de arena el hueco de mi mano
,
Y con dolientes bríos .
¡ Alcé mi brazo , y la arroge la. onda ! .
LA HIEDRA
La hiedra necesita la rugosaSuperñcíe, la grieta , la salientePara asirse hábilmenteY trepar la almena misteriosa .
Imitadla, ¡ que toda la asperezaY aristas que encontráis en el sendero ,Os sirvan de asideroPara ascender a la inmortal grandeza ! .
MEDIANOCHE
Medi anoche,l luvia lenta
Lej os, un piano que llora
Y silenciosa,la hora
El sublime ensueño alienta ;Medianoche
,lluvia lenta .
Realidad duerme la puerta ;Pasa un coche , y con su ruidoA su sueño y a mi olvido
,
Bruscamente,los despierta '
Realidad, llamó a la puerta .
MOMENTO
luz suave, atenuadaPor una gasa chinesca ;Fuera, el invierno que gim e ,Dentro , un ambiente de iglesia .
En la florida llanuraDe mi libro
, dos corceles ,P ardos corceles
,mis ojos
Corren veloces y leves .
Y parece en la obsesiónMisteriosa, de la tarde,Que entre sus brazos azulesel sofá quiere estrecharme .
Y en ese riente arpegio,
La dicha entera que en el mundo cabe,
La alegre risa que los niños vierten ;Y coronando todo ,Ese acorde final que me estremece
,
Esa comp leta cesación de notasImagen de la. muerte
,
El acorde final de la existencia .
Ya no soy más que espíritu ; di vago ,Y de la nada de las cosas, suboEn escala ascendente,Y es mi vuelo tan al to
,
Que hasta la <<Causa Inconmovible» llego ;Y en esa altura
,como
Una nube purisima de incienso ,Me ha llegado en efluvios
Todo 1 0 blanco que en la Tierra existeLas almas puras , y los lirios suaves ,Las hostias sacrosantas y la… nieve ;Todo lo blanco
,todo
,
Como una nivea túnica me envuelve,Y me siento más buena,Y también algo ángel ; y en u nanheloA I mundo que sollozaEnvolverlo quisiera
,en el incienso
De mi túnica blanca,Para darles consuelo a todos , todos ;Porque ahora comprendoLas penas y miserias ;Porque lloro con todos los que lloran ,Porque con todos los que sufren
,sufro .
Ruido , pasos , la puerta que se abre
Con'
estruendo ; una luz que me encandí la ;Y una burlona voz que dice : ! Cómo ,Tú sola aquí ! ¡ Romántica ! y se ríe .
Vuelvo en mí , brus camente sorprendida ,un instante sin vez , nada re5 pondo ;
Y al volver a la TierraMe asombro de las cosas , de los seres ,¡ Y hasta me asombro de encontrar mi cuerpo ! .
CON SEJO
Dice un proverbio de sentir profundo<<No ha rosa sin espina en este mundo».
Mas, yo
' te digo : Si al cortar la rosaTu mano hiere traicionera espina
,
A rráncaselas todas ; primorosaLuzca la flor que sobre el tallo incliña '
Y así el que venga luego,má s hermosa
,
Sin una espina encontrará la rosa … .
UNOS OJOS .
E ran unos ojos azules muy be] los ,! ue tenían vivos y claros destellos
De color de mar ;Ojos que grandeza de alma traslucían ;Ojos que cantaban , que reír sabían ,
Y también llorar .
Ojos que se habían vuelto má s azulesA l rasgar los tenues , los etéreos tules
De la inmensidad ;Que tenían dej os de melancolía ;Que a veces hacía chispear la alegría
Con vivacidad .
Ojos que tenían sublimes reflej osDe santas dulzuras gustadas muy lej os .
Ideal paísDonde todo es cierto , donde no hay falsía
Donde nunca es noche,donde siempre es d ía
,
Donde se es fe1 iz .
Reflej os azules del azul plumaj eDel ave-quimera, que en puro lenguaj e
Darío cantó ;Ojos que tenían la suave hermosuraDe una misteriosa
,l ej ana dulzura
Que nadie
Si el mar es zañro de color variante ,Si azul es el cielo
,sereno
,brillante
Más leve que el tul ;! No tuvo razón el poeta famosoQue lleno de ensueño dij era armonioso
Que <<el arte es 1 0» azul ! .
Por largas pestañas muy negras sombreados,
Yo he visto esos ojos por siempre cerradosEn sueños de !Eden
Volvieron al cielo,desde cuya altura
,
Mi alma tornaron má s grande,más pura
,
¡Más azul también ! .
Y así te evaporasteAl influj o del sol frío y sin rayos
,
Tú que eras río cristalino y hondo,
Para volver de nuevo al inñnitoDe donde procedías .
REFLE ! IONES
¡ Vosotros corazonesQue gozáis de la dulce edad tempranaQue llenos de ilusionesContempláis el manana,Viendo lo eterno como cosa vana
! No sabe 1 s que la muerteHiere lo mismo al j oven que al anciano !Que es la misma la suerteDel noble o del aldeanoCuando lo quiere el immutable arcano !
Y ! por qué la extrañezaInvade vuestro ser cuando alguien muere ,Y os llenáis de sorpresa !
! No es ley que el que naciereHa de morir cuando el Señor lo qui ere !
E s porque el pensamientoDe lo triste apartáís , y ! no es seguroQue el que corre sin tientoPor un espacio oscuro ,Chocará, sorprendido, contra el muro
!!
¡ Pensad, pensad ahora ;Que así
,no ha de tomaros de sorpresa
,
Y jamás <<la traidora»Llamaréis en su altezaA la única humana real certeza !
Y cuando os llegue el díaEse día supremo y justiciero
,
¡ Veré l s la cercaníaDel fm del derrotero
,
Sin un rictus de as ombro postrimero.
HAY QUIENES PIENSAN .
Hay quienes piensan que mi pobre rimaTan sólo busca del elogio el pagoY también
,que a mi edad
,el verso que hago
Raro es que el triste desencanto imprima .
Que el justo y sabio , la cues tión dirima :Si así decís que la ilusión apago ,! Cómo
'
habré de creer en el halagoQue mi clara conciencia desestima ! .
E s que as í es el destino ; las muj eresSólo habrán de ocuparse en sus quehaceresY no en cantar el gozo o el dolor ;
Mas (no crea s mi afirmación mentira !Tengo versos
, ¡ perdón para mí h'
ra !,
Que compuse bordando en bast 1 dor.
N IEVE
Cae nieve por la vez primeraVeo sus copos cándidos
,pequeños ;
Y siento un gozo inmenso , cual si fueraLa forma material de mis ensueños .
Y con su helada y primorosa calmaVa cubriendo los huecos del relieve ;
También en los . molduras de mi almaHoy se ha juntado mucha
,mucha nieve .
¡ Oh , qué inefable beatitud serenaSiento en mi ser ! Purísimo destelloMe ha traído la nieve
,siempre buena
Al resbalar, piadosa, en mi cabello .
¡ Oh , cuántos pensamientos confundidos ,Cuánto ideal ! En espontáneo accesoMiro al cielo , los brazos extendidosCon profundo y extático embeleso ;
Y en un rapto indecible de locura,Con un abrazo inmenso
,irreal
,potente
,
¡He deseado estrechar tanta blancuraE incrustarla en mi ser, profundamente !
¡ Oh, qué blanco está todo ! Junto al fuegoTe veo
,nieve
,desde mi ventana
,
Y esta dulce nostalgia en que me anegoE s porque nunca volverás , hermana !
Hermana,sí,apenas te he encontrado
Ya recoges tu límpído atavío ,¡ Que el suelo en que un instante has reposadoTu ambiente no es
,como tampoco el mío !
Cuando derrita el Sol tu espuma leveYa libre vo larás ºa
"
otras regiones :
¡ Badme un poco de Sol para mí nieve ,Y volaré también
,con mis canciones !
A sí dejo que vaguen mis ensueñosen la tarde s erena ; siento frío ,Me acerco más al fuego ; arden los leños ,Hay mucha paz en el silencio umbrío .
PARABOLA
Cuenta la Historia,en la cristiana era ,
Cuando en R oma imperaba Constantino ,(Primer rayo de Sol , rayo divinoSurgiendo de la noche traicionera ! ,
Que encontró Santa Elena,baj o un templo
Hecho ruinas, que'
a Júpiter alzaron ,La verdadera cruz, donde enclavaronA I Redentor
,en el supremo ej emplo .
Así quien cuando niño,at ento oyera
De Jesús la palabra placentera,Su Evangelio ideal , con santa unción ;
¡ La Cruz encontrará , al pasar los añosEntre las ruinas de sus desengañosA I cavar en su propio corazón ! .
MEDITA CION
Tengo en la mente un grave pensamientoDe una humillante
,pero real certeza ;
Ante el cual la soberbia y 1a grandezaSon la… triste irrisión de un vano intento .
Y es esta la expresión de mi argumentoSi la Tierra , girando con prosteza
En el hondo infinito que atraviesa,
E s apenas un punto en movimiento ;
Si ese Universo , que j amás la menteLogró medi r , oh Dios es solamenteUm destello en tu eterna maj estad
Si nuestra pobre humanidad es nada ,Tan sólo , con la Tierra comparada
! Qué somos frente a Ti , Dios de bondad ! .
Una obses1 0n me oprimeY es por un libro
Que en grandes ocasionesVienen abrirlo .
En este libro s e hallaMi nombre escrito ,
Um y una fecha ;! rande y sencillo .
Hay abaj o un espacioQue se halla en blanco ;
! Quién ! ! Dónde ! y ! , en qué día !
Vendrá llenarlo !!
Por saber mi destinoMe desespero
¡ En tan pequeño espacioQué gran misterio ! .
Miremos la miseria del Planeta,
El mal que el hombre en su estrechez cometa,
Sin que ese mal nos l legue, cual si fueraUna nube rugiente , que vertiera
! otas abaj o , pero nunca encima ;Subamos
,que la altura nos redima ;
Y semidioses del dolor humano,A l que quiera subir, ¡ demos la mano! .
TRISTE ! A
¡ Oh tristeza que agrandas y ennobleces ,Yo canto tu canción ;
La alegría ruidosa, muchas vecesNo llena el corazón ! .
Tristeza,con tu suave desconsueloDe agridulce sabor ,
Eres el sol opaco de mi cieloSu inefable calor .
Tristeza… que transformas 10 terrenoCon tu fino agui j ón ,
¡Yo alabo tu poder mágico y bueno ,Yo canto tu canción
70
Y hoy estoy triste,triste , con aquella
Pesadumbre interior,¡ Que es el ansia de hallam os en la estrella
Más cercana al Señor ! .
Y hoy que sufro , mejor los sufrimi entosM í mano aliviará ;
Como mejor comprende a los sedientosEl que sedi ento está .
Y hoy tengo el alma gris,hoy estoy triste ,
Pero pienso, en verdad ,Que cuando va nevar
,también se viste
De gris la inmensidad .
Y mi tristeza tóm ase má s levePensando que quizá
,
¡No es más que el gris presagio de una nieveQue más tarde caerá '
DOS ANOS .
A Enriqu it0 .
E s tu vida tranquila y placenteraSin dolor
,ni tristeza
,ni recelo ;
E s tu mundo un jardín maravillosoDe moradores misteriosos lleno .
Y te entretienes cándido y dichosoCon el más inocente pasatiempo ;Y en tu j erga infantil , llena de encantoRelatas, inconclusos , muchos cuentos .
Y tu gracia infantil sin pliegue algunoE s luz
, que al derramar su dulce encantoIlumina los tristes corazonesY despej a la frente al preocupado .
— 74
Y cuando el S o l,sus postrimeros rayos
Tras los montes altísimo s exhala ;Y que la Luna
,con ligero paso
Suave estela de luz tras sí derrama,
Entonces, con la paz de la inocencia
Vas al mundo del sueño , y semej anteE s tu ros tro , al de un ángel primoroso ;Con su sonr isa indeñnible y suave .
Mas,tu niñez encantadora y tierna
Muy pronto ha de acabar, y quiera el cieloNo mancille tus blancas vestidurasEl polvo de este mundo trai cionero .
Y ruego Dios que en su bondad inmensaTe conserve feliz , por muchos años ,Y no quemen con lágrimas tu rostroPrematuros y tristes desencantos .
Y ya cuando más grande , niño amado ,Escucha este consejo que ha dictadoA mi alma lo profundo del cariño
En las borrascas de tu vida enteraConserva tu candor, tu fe sincera,Enrique
,escúchame ¡ sé siempre niño !
Septiembre 1 9 1 6 .
Yo siento es grandioso , y que en el a lmaP oco a poco se infi ltra esa grandeza '
Sentimi ento ideal , lleno de calmaNunca exento de un dej o de tristeza .
Febrero 1 91 7
IDEAL
Hama Occidente mi alma , como el aveQue cruza el aire con su largo vuelo ,Llegar quisiera hasta la blanca y suaveEstrellita de luz
,su dulce anhelo .
Yo sé que es infantil , el ansia míaDe llegar bastá el astro refu]gente
Y traerlo, y de luz y de armoníaIrradiar su fulgor sobre mi frente .
Y que soy como el niño de aquel cuentoQue con el cesto de juntar las flores
,
Del arco-íris en pos, corría atentoPara cortar su luz y sus
Mas qué quere 1 s , adoro la blancuraQue sabe incienso y rumor de alas º
Amo la cándida azucena puraPor el albor sublime de sus galas ;
Y es blanca,está muy alta , es esplendente
La dulce estrell a que mis pasos guía ,Que tímida se eleva en OccidenteCuando muriendo el Sol termina el día !
Mayo 1 91 7 .
LA MUERTE DEL CISNE
Como el cisne que cr uza la laguna,Atraviesas la escena lentamente
,
Con la luz mi steriosa de la Luna.Que ilumina tus brazos y tu frente .
Con tu suave plumaj e, l eve mantoQue dibujan los líquidos espej os
,
d a ilusión,pareces un encanto
Que llegara, divino , de muy
Mas de pronto,veloz , certera ba]a
Te hiere mal ; y trágica armoníaDe la orquesta
,resuena por la sala
Como un grito de angustia y de agonía .
— 80
Y tentando un esfuerzo sobrehumanoUnos pas os caminas vacilante
,
Mas presto te detienes,porque en vano
Intentas proseguir más adelante .
Y la música llora tu amarguraCon sus notas tristísimas y graves
,
A l ver como a tu inmensa desventuraCaes por tierra en movimientos suaves .
Y ya sin fuerzas,al dolor rendida
Sucumbes al dolor del fiero embate,
Como sufriendo en realidad la herida ,La herida cruel que tu existencia abate .
Y así quedas,la faz entre las alas
Inmóvil,con el cuerpo reclinado ,
C omo pierde también sus blancas galasEl lirio que los … vi entos han tronchado.
Y el vestido sutil de gas a leveSobre el negro color del escenario ,Se asemej a al primer copo de nieveCaído en el camino solitario .
Octubre d e 1 9 1 6 .
PRIMAVERA L
A Mami ta .
Para tu fi esta,la por01 0n florida
Del año,reaparece en los verj eles ;
Bellas flores recobran nueva vida.Y el rocío sus l ímpidos caireles .
Y en la calma que reina en el ambiente ,De las. má s ignoradas lej anias ,A I oído nos llegan vagamenteLos rumores de dulces melodías .
Mas al volver el frío y las he1adasPrimavera se irá con sus primores
,
Cual se trocam las dichas esperadas ,En un mar de do lor y sinsabores .
Pero tu amor,indisoluble lazo ,
Ese afecto a la vez sublime y tierno,
¡ E s primavera que no tiene ocasoTemplados días , sin helado invierno !
Sep tiembre 1 9 1 6
LOS ! AUCHOS
Yo no sé que es 1 0 que tienen los paisanos de mi tierra,
Esos hij os de la Pampa,la llanura y de la sierra.
Con su triste, improvisado , melancólico cantar ;Cuyas notas son tan suaves como el aura de los mares ,Que modulan en las tardes, al amparo de sus laresCon sus voces que las artes no han llegado a cultivar .
Qui zá viendo de la Pampa la llanura sin medida ,Sientan ellos en su pecho
,la emoción indefinida
,
El deseo de 1 0 ignoto, que no aciertan expresar ;Y sus almas se engrandecen al mirar tanta belleza ;Y por eso es que sus cantos tienen todos la tristezaDe lo grande y de lo hermoso de la luz crepuscular.
Son poetas,pero ignoran la retórica y sus leyes ;
Ningún yugo reconocen ; de los llanos son los reyesDonde viven solitarios , donde aprenden rimar ;
Y son bravos , y su fuerza vence todas las fronteras ,No temiendo de la muerte las heridas traicioneras
,
Y son dulces como niños cuando tienen que cantar .
Mas , los gauchos se acabaron , tiempo ha que está colgadaDe los sauces la guitarra , ya de todos olvidada,De la cual nunca sus dueños se quisieron separar ;Y cual digno monumento de una raza ya extinguidaSe alza noble y maj estuosa
,la figura entristecida
Del ombú, donde a su sombra,tantos fueron a llorar.
D iciembre 1 9 1 6 .
FANTAS IA
unas manos pequeñas y finas,
Manos primorosas,manos marñlinas
,
Manos sin igual ;Manos de princesa de ances tral leyendaQue a su caballero marcaba… la senda
De luz contra el mal .
Y estas manos blancas,con su amable encanto ,
A I poeta inspiran altísimo can toDe paz y de amor ;
Porque cuando pe san sobre el desgraciadoVuelven a la calma su ánimo exaltado
Por el cruel dolor .
Y eran blancas , puras, dulces azucenasQue no conocían del mal y las penas
La pesada cruz ;
Manos que tuviera la Virgen MaríaSi desde los cielos , descendiera un día
Cubierta de
! Qui en es la princesa cual ángel divinoQue endulza las penas del rudo camino
Llena deE s de los mortales
,cualquier alma bella
Que con sus larguezas , semej a una estrellaDe la caridad .
Y eran unas manos pequeñas y finas ,Manos primorosas
,manos marñlinas
,
Manos sin igual .Manos de princesa de ancestral leyendaQue a su caballero marcaba la senda
De luz contra el mal .
Enero de 1 91 7 .
REMINISCENCIA
Esta noche al mirar el fi rmamentoEnvuelto en nube tempestuosa y densa,Un recuerdo inundó mi pensamiento ,Recuerdo dulce
,de emoción intensa .
Y esta noche sentí lo que otra nocheQue extasiadas
,mirábamos el cielo ;
¡ Oh , cuán dulce era al alma , en el derrocheD e lo sublime
,remontar el vuelo '
Encima nuestro inmenso , incomprensible ,Desesperante en su insondable arcano
,
El cielo , serenísimo y terribleMe parecía un majestuoso anciano .
Escorp i on su espiral interrogante'
,
La Cruz del Sur, el signo que redime .
A ldebarán, su enoj o centelleanteY en el cenit, profundidad sublime .
Mas , de improviso , como negro velo ,Cual fatídica sombra
,que la mente
Forj a oscuras , en noches de desvelo ,Un nubarrón se alzó en el Occidente.
Y al pasar, las estrellas ocultandoDej ó triste, el espíritu oprimido;A l igual que la niña, a quien llorandoL e arrebatan su juego
Entonces, del silencio y de la cahuaRompió una voz el invisible sello ;Y el cuerpo inmóvil
,y en suspenso el alma
Escuché el verso de genial destello :
Qué quieren esas nubes Y el grandios oPoema de ! orrilla
,alzó vibrante
En el solemne,nocturna] reposo ,
Alivio de mi espíritu anhelante .
¡ Oh momento ideal ! En la naturaLa quietud, en los cielos la grandeza ;Y esa voz resonando allá en la alturaCual conjuro de mágica certeza !
IN D IC E
Nieve
Tríptico del Fuego
I El fuego del hogar
II El fuego luz
III El fuego de artificio
A una hermana espiritual
Una mañana
La hiedra
Medi anoche
Momento
Estoy sola
Consej o
Eran unos oj os
A Amado Nervo
Reflexiones
Hay quienes piensan
Nieve
Parábola
Meditación
Una obsesión
Ascensión
Tristeza
PRIMEROS ENSAYOS
Dos años
El mar
Ideal
La muerte del
Primaveral
Pai sa3e
Los gauchos
Fantasía
Reminiscencia