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INDICE Introducción 1. Marco Referencial 2. Características Generales de los Pueblos Indígenas del Chaco Boliviano 2.1 Comunidades y Familias Indígenas 2.2 División Genérica y Generacional del Trabajo 2.3 Organización Social y Familiar en los Sistemas Productivos

3. Relación de Género en los Ámbitos Organizativos a Nivel Comunal, Regional y Nacional

3.1 Características de las Organizaciones de los Pueblos Indígenas de

Bolivia 3.2 Organizaciones de los Pueblos del Chaco 3.3 Participación de las Mujeres en las Dinámicas Organizativas 4. Recomendaciones Generales para el Trabajo en Género 5. Bibliografía

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Introducción El presente documento es un ensayo sobre las tendencias de género en las sociedades de los pueblos indígenas del Chaco Boliviano. Como se plantea en el marco referencial, los sistemas de género están conformados por una multiplicidad de relaciones y factores internos y externos, que se dinamizan en torno a sistemas culturales y que definen la situación de los hombres y las mujeres en un contexto específico. La situación de las mujeres y los hombres en los pueblos indígenas varían en función a las múltiples dimensiones que hacen parte de su vida cotidiana y a su identidad étnica y están enmarcadas en los diversas y complejos procesos sociales, económicos y políticos por las que atraviesan actualmente. El ensayo intenta explorar algunos aspectos de los sistemas multifacéticos de género en los contextos históricos de los pueblos guaraní, ayoreo y weenayek. Aborda las características generales de los pueblos mencionados; intenta explicar algunos de los cambios y procesos en los que están insertos actualmente y sus efectos en el orden vigente de género; menciona algunos rasgos de género de sus sistemas de producción y reproducción; y profundiza en los procesos organizativos y políticos y dentro de ellos, la participación diferenciada de hombres y mujeres, Resulta muy dificil generalizar ciertas tendencias socio-culturales y económico-políticos, por las situaciones tan diversas por las que atraviesan los distintos pueblos que habitan el Gran Chaco, sin embargo, se ha intentado mostrar los rasgos comunes de los distintos escenarios, en cada uno de los aspectos que se toca en el ensayo. En algunos casos, se ha tratado de especificar las dinámicas de cada pueblo, en la medida en que se contaba con información y bibliografía. El informe finaliza con recomendaciones generales para el trabajo en género con los pueblos indígenas del Gran Chaco Boliviano.

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1. Marco Referencial: Género y Cultura Toda sociedad desarrolla un sistema de representación simbólico que dé cuenta de las diferencias entre hombres y mujeres más allá del hecho biológico que supone la categoría sexo, es así que aparece género como expresión de los hechos económicos y políticos que contemplan los papeles sexuales, la división sexual del trabajo, las construcciones ideológicas de masculinidad y feminidad y las auto percepciones. (León, 1989) Así, si el sexo es natural, el género es cultural, si el sexo expresa una diferencia, el género expresa una desigualdad. La asimetría entre hombres y mujeres no tiene un contenido universal, lo que induce a que la conceptualización del género, las fuentes, las relaciones de esa concepción con otras áreas culturales de la sociedad y sus consecuencias en la vida social económica y política, son problemáticas que debemos indagar en cada sociedad y contexto. Como construcción social, el género se define de acuerdo con el grupo sociocultural y aunque supone siempre una posición diferencial para hombres y mujeres, las condiciones de reproducción material, los hechos culturales como un todo, pueden dar lugar a situaciones de complementariedad o de subordinación y de dominación explícitas. Entendemos que género no es un objeto de investigación, sino una compleja categoría que ofrece un marco y perspectiva para cualquier investigación. Una categoría que reconozca un conjunto de sistemas, redes de prácticas, símbolos valores, creencias, actitudes, conductas, sentimientos, actividades en las áreas económicas, jurídicas y políticas, que tratan de determinar la característica social e ideológica de las relaciones entre hombres y mujeres en contextos socioculturales específicos a través de una construcción histórica. (Pozo, 1997) En esta línea tratamos de recuperar algunos de los elementos surgidos en la definición de la categoría de género y en ellos fijamos nuestros objetivos de análisis, considerando los procesos llevan a configurar estas relaciones sociales. Sobre la dimensión de género en los pueblos indígenas, podemos identificar algunas rasgos sobresalientes. Muchos autores han sostenido que, el proceso de sedentarización tiene mucho que ver con la ubicación subordinada que adquiere las mujeres en las sociedades, sin embargo, una hipótesis complementaria pueden ser que la diferenciación de la posición de las mujeres en las sociedades indígenas de las tierras bajas de Bolivia tiene relación con la transformación de la naturaleza por parte de grupos humanos que significan cambios sexualmente diferenciados, en los niveles de conocimiento y tecnología. (Zolezzi, 1994) Las más complejas intervenciones sobre el hábitat para el manejo de la naturaleza, parecen ir acompañadas de un proceso de diferenciación y especialización en el trabajo por género que se plasma en las estructuras económicas y políticas. Las tendencias en estos procesos es que los varones se especializan en la tecnología productiva mientras que las mujeres se dedican a la esfera de transformación de productos para el consumo, generando un acceso diferencial por género y con ello cambios en las dinámicas de relacionamiento entre ellos.

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2. Características Generales de los Pueblos Indígenas del Chaco Boliviano En el Gran Chaco boliviano habitan cuatro pueblos indígenas, claramente diferenciados entre ellos, el pueblo Guaraní, Ayoreo, Weenayek y los tapiete1. El pueblo ava guaraní surge en los siglos XIV a XV como producto de la hibridación cultural y racial entre los pueblos guaranís y chané de origen arawak, se hallaba organizado en confederaciones regionales de comunidades, las mismas que a lo largo del período virreinal y parte de la república2 fueron sometidas y desarticuladas por la presión que ejercieron sobre ellos los ejércitos coloniales y republicanos, las misiones jesuíticas y franciscanas y finalmente los colonos criollos y mestizos procedentes de Santa cruz, Chuquisaca y Tarija que fueron a poblar aquellas tierras. Actualmente el Pueblo Guaraní habita en regiones de los Departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, en 22 “zonas”3 del área rural, la población total alcanza a 43.036 personas, de las cuales el 11% viven en haciendas, todavía en condición de “siervos”. 4 El pueblo Weenayek habita el Chaco desde hace 7 mil años, luego se asentaron los guaranís, que llegaron a la zona aproximadamente hace 1.500 años. Según datos del Censo Indígena de 1994, los Weenayek contaban con una población aproximada de 4.108 habitantes distribuidos en 16 comunidades, a lo largo del Rio Pilcomayu, en los departamentos de Chuquisaca y Tarija. Los ayoreos habitan el Chaco y otras provincias de Santa Cruz, según la Central Ayorea Nativa del Oriente Boliviano (CANOB) actualmente son 2.500 personas. Provienen de la región del Paraguay, donde pueblos de su misma familia lingüística zamuco, está extensamente desarrollada. A partir de la guerra del Chaco, muchos criollos, blancos, mestizos empezaron a ocupar el territorio de estos pueblos, reduciendo significativamente su ocupación ancestral. Las características del habitat, en condiciones tan extremas y de alta fragilidad como la del ecosistema del Chaco, han requerido de los pueblos que los habitan complicadas estrategias de adaptación y manejo de los recursos naturales, con características específicas. Las respuestas culturales pueden ser muy variadas y resultan fundamentales para entender la estructuración de la organización social de los pueblos. Un factor común a las estrategias de subsistencia de los habitantes del Chaco, es el desarrollo y combinación en el manejo de los recursos naturales, desde sistemas de utilización agropecuaria estacional hasta el manejo de sistemas hidráulicos de grandes extensiones de su territorio, con un alto grado de adaptación al medio ambiente, combinado con prácticas de cacería, pesca y recolección estacional de frutos silvestres.

1 El pueblo tapiete, ubicado a orillas del Pilcomayo, descendientes de los chanés y guaraní, habitan en una sola comunidad al frente de Creavaux, antes estaban asociados a ORKAWETA (Organización de Kapitanias Weenayek y Tapiete) y ahora pertenecen a la APG (Asamblea del Pueblo Guaraní) 2 A partir de la gran guerra de Kuruyuki en 1874 , entre el ejército bolivianos y los guaranis, estos últimos pierden su base territorial con la desestructuración de las capitanias y como resultado del avance de las haciendas sobre las tierras indigenas en una dinamica general en todo el país. 3 Las 22 zonas han sido definidos por la APG, de acuerdo a criterios de continuidad territorial y de parentesco. 4 Diagnóstico del Pueblo Guaraní. Resumen y Compendio, APG – Coordinadora de Instituciones. 1999

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Un ejemplo de la diversidad de estrategias de adaptación cultural al ecosistema del chaco, es el caso del pueblo ayoreo, un grupo nómade de poca población que desarrolló un sistema de vida de alta movilidad de grupos locales pequeños. Caracterizaba su sistema económico, el desplazamiento hacia las salinas (en la zona del Izozo) y una economía sustentada en la caza y recolección, agricultura incipiente y un sistema social no estratificado. Actualmente se debaten en un acelerado proceso de sedentarización, y por tanto cambios en sus sistemas productivos y estrategias de sobrevivencia. Los guaranís, más sedentarios, viven en su mayoría de la agropecuaria, bajo distintas formas y relaciones de producción, desde capitanías tradicionales, comunidades libres con nuevas formas de liderazgo, hasta comunidades cautivas en haciendas5. Es el pueblo más grande en términos de población y el más dinámico en torno a su “modernización”, pero con una fuerte reivindicación de su identidad étnica. Para el pueblo Weenayek, la provisión de alimentos y medios de subsistencia está basada principalmente en la pesca, gran parte de su hábitat se extienden a lo largo del margen del Río Pilcomayo. Ellos también combinan con la caza, la recolección de frutos, artesanía, crianza de animales y eventualmente en la realización de trabajos como jornaleros. La articulación de los pueblos indígenas del Chaco dentro del sistema político y económico nacional pasa por la posesión de su territorio y el ejercicio político dentro de éste, por la venta de fuerza de trabajo estacional, así como por la participación en el sistema militar y en el sistema educativo del país, Y como hecho más reciente, con altos niveles de relacionamiento externo con instituciones estatales y privadas. a través de las emergentes organizaciones supracomunales. Esferas que están culturalmente asignadas a los varones de las comunidades indígenas. El territorio de los tres pueblos indígenas han sido reducidos sistemáticamente por presión de estancias ganaderas y ocupación de tierras por migración criolla y andina. Por esto, desde hace 15 años, los indígenas están escribiendo una historia de resistencia y defensa territorial, para mantener y recuperar la propiedad de sus territorios y gestionar títulos agrarios, junto a reivindicaciones de identidad étnica. Actualmente, los tres pueblos mencionados, al igual que todos los pueblos indígenas de las tierras bajas del país, están en una intensa dinámica política en torno a sus organizaciones, quienes operatibizan las demandas de su pueblo, sobre todo en el proceso de titulación de su territorio y la atención y respuesta a las distintas ofertas estatales (reforma educativa, participación popular, programas contra la pobreza, etc.) y el apoyo de la cooperación internacional que apuesta, en general, a fortalecer los colectivos indígenas. La reivindicación del territorio es común en todos los pueblos indígenas y prioridad en todos los sectores sociales, de todos los géneros, estratos sociales y generaciones de las comunidades. La educación, servicios básicos, salud y educación se conforman en sus demandas prioritarias. 5 El proceso de “independencia” de las comunidades cautivas es muy acelarado desde mediados de los años 80, debido a la vigencia de la APG y el apoyo de instituciones de desarrollo, que han facilitado recursos, tramitación y alimentos para el traslado de familias a otras comunidades, o de la compra de tierra a los mismos hacendados.

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Los guaranís, ayoreos y weenayek, comparten condiciones de marginación estructurales. Que se resumen en pésimas condiciones de vida, explotación sostenida de terceros a sus recursos naturales, abuso de los grupos hegemónicos locales y regionales, manipulación y clientelismo político y una creciente intervención de instituciones e iglesias.

2.1 Comunidades y familias indígenas Históricamente la organización básica de los pueblos del chaco, es la familia extendida, que se proyecta a lo que luego viene a constituir la comunidad. El tema de las comunidades del chaco, sobre todo en referencia al mundo guaraní, ha sido discutido por Albó (1990), quien la califica de móvil y dinámica mostrando la estrecha inter-relación entre las estructuras familiares y de parentesco y la constitución de la propia comunidad. En este caso, como en el de muchos otros pueblos indígenas, resulta arbitrario trazar una línea que separa la comunidad de las unidades familiares y establecer un corte definido entre el campo de lo familiar y lo comunitario. Actualmente las comunidades tituladas como tales por la ley agraria, no necesariamente corresponden a las relaciones sociales y agrupaciones de viviendas. Una área física de comunidad con titulación agraria puede comprender varios asentamientos de familias extensas, lo que los izoceños llaman tentamí La participación de “la comunidad” no puede equipararse a los habitantes que comparten un territorio titulado, es preciso conocer la articulación de intercambio, parentesco y reciprocidad en ellos. El sistema de residencia y asentamiento poblacional en el caso de las comunidades del Chaco tiene raíces profundas en sus estructuras político—sociales precoloniales, cuando un jefe de familia extensa vivía en una larga vivienda (la maloca, en el caso guaraní). En el caso ayoreo, todavía existen clanes, que corresponden a un conjunto de familias ampliadas. Un factor relevante en la constitución de las unidades domésticas de las comunidades indígenas, es el sistema de parentesco patrilineal y la residencia que sigue el patrón uxorilocal -casa de los padres de la novia- siendo que el esposo va a vivir a la comunidad de su esposa y a trabajar con el suegro la tierra agrícola. La autoridad familiar se concentra en el padre o el hombre mayor de la familia, la responsabilidad y también el control que caracterizaba a la figura paterna en relación a los demás miembros familiares tenía una expresión mucho más fuerte que hoy. APCOB,1994 En el escenario indígena, actualmente existe un complejo sistema de organización social, en el cual se están produciendo transformaciones sobre su sistema tradicional de asociación familiar extensa, con una tendencia a la constitución de unidades económicas de familias nucleares. La nuclearizacíón multifamiliar aún predomina en todo el sistema de asentamiento poblacional dentro las comunidades, y adquiere múltiples formas en las relaciones de producción y de consumo , que aparentemente persisten porque ello tiene directo impacto en la calidad de vida.

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“ La familia extensa era la célula social, a partir de la cual se estructuraba toda la vida y el pensamiento. El individuo adquiría identidad social en base a la pertenencia a un grupo de parentesco y a su posición (relación de parentesco ) de descendiente respecto al padre de familia. Las relaciones dentro de la familia y entre las familias como grupos de identidad y autonomía propia, eran normados por una reciprocidad, expresada sobretodo en el ámbito económico, lo que difícilmente daba lugar a un enriquecimiento material del individuo. La reciprocidad, el compartir eran valores sociales tan arraigados en la vida familiar, que cruzaba todos los aspectos: desde el económico hasta lo religioso. Los bienes materiales circulaban permanentemente; tal redistribución impedía la acumulación individual. Por medio del dar y la generosidad, el individuo y la familia podían acumular capital social, en el sentido de ganar reconocimiento y prestigio social...... funcionaba también como un seguro social para tiempos de escasez o para personas que no disponían suficientes recursos”. Penner, 1994 La familia extensa como grupo doméstico de producción y consumo compartido, esta tendiendo a ser configurada como familia nuclear, con autosuficiencia económica. Sin embargo, en otros términos, de referencia grupal y de afectividad sigue teniendo fuerza, expresada en la vecindad de muchas familias emparentadas. Las familias buscan una ubicación próxima a sus parientes cercanos. En el caso de los ayoreos, las familias extensas llegan a constituirse en clanes, que se movilizan y viven bajo formas de reciprocidad permanente y actividades productivas comunes. Actualmente se pueden identificar varios factores condicionantes para comprender la dinámica de la vida social de las comunidades indígenas.

Reducción del territorio y pérdida de recursos naturales. Escasez. La migración masculina, que con lleva cambios estructurales en la composición de las familias, sobre la organización del trabajo y los papeles de los hombres, las mujeres, jóvenes, ancianas y niños.

Proceso de diversificación económica y la consecuente redefinición de roles de género.

La escuela y el colegio, que absorve hoy la atención de los niños y jóvenes que quedan en las comunidades, con el objetivo de estudiar, dejando sin mano de obra a las unidades familiares.

En este nuevo contexto, las características culturales en torno a la familia, están cambiando, siguiendo el proceso de cambio en las relaciones sociales y productivas. Hoy, las familias indígenas están en escenarios muy activos en todas las esferas de su vida social, a este proceso ha tenido que adecuarse y ajustarse los diferentes aspectos que hacen a los sistemas de género. Por otro lado, las personas ya no se encuentra dispuestas a colaborar en trabajos comunales no retribuidos. Sus posibilidades de trabajo asociativo están siendo seriamente restringidas, debido a la dependencia de ingresos por trabajos temporales fuera de su territorio. Los escasos ingresos que se derivan de dichos trabajos no permiten que los indígenas reinviertan lo ganado en actividades productivas en sus territorios.

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Se produce así una progresiva privatización e individualización de las actividades económicas, que limita el establecimiento de relaciones tradicionales de reciprocidad, debido al empobrecimiento y al abandono de sus tierras en épocas de trabajo agrícola. La disminución de fuerza de trabajo en la comunidad, causadas por las migraciones de trabajo y el crecimiento de la importancia del dinero, conlleva una diversificación de las actividades económicas y a una diferenciación económica entre las familias. A la vez, dentro de la estructura socio-económico familiar, las transformaciones se hacen más visibles; en la división sexual del trabajo y en los roles hombres y mujeres, de jóvenes y viejos. En el proceso de diferenciación económica, la subsistencia como una forma de producción para el autoconsumo es complementada con la venta de estos productos y de la fuerza de trabajo. El proceso de reestructuración económica conlleva necesariamente a la transformación en la estructura familiar y en la re-designación del trabajo a los miembros de la familia. Las tendencias actuales de las comunidades indígenas. (en las poblaciones económicas más activas) están en torno a proyectar las perspectivas futuras y de trabajo masculino hacia los pueblos o las ciudades, debido a la creciente importancia de actividades remunerativas, lo que ha determinado una presencia mayoritaria de mujeres en las comunidades, sobre todo durante los meses de migración a la zafra en otras regiones rurales del país.(abril-noviembre)

2.2 División genérica y generacional del trabajo De manera general, el área de trabajo de los hombres es el monte y los ríos (chaco-leña-caza-pesca). El trabajo de las mujeres al contrario del hombre, no la aleja de la casa y aledaños, salvo hasta el lugar del agua y para recolectar frutos y raíces. Su área de trabajo es doméstica.(casa-agua-recolección) El trabajo doméstico, responsabilidad cultural exclusiva de las mujeres, toma bastante tiempo y es uniforme todo el año, las tareas diarias suponen desarrollar actividades tales como recoger leña, buscar agua, moler maíz, etc. Las expectativas y los roles de las mujeres están en la esfera reproductiva, dar alimentación y vestimenta, cuidar de los hijos y la salud familiar, lo que supone muchas actividades pequeñas, entrecortadas y simultáneas, en la casa y el patio. Estas actividades varían en intensidad según el ciclo de vida de las mujeres. La organización tradicional de las comunidades se sustenta en las relacionas de reciprocidad e intercambio y en al cuidado colectivo de los niños pequeños. El tiempo disponible de las mujeres varía con la edad. Por ejemplo, son las mujeres jóvenes son quienes acarrean agua y lavan la ropa, actividad que resulta ardua, lo mismo que acarrear los productos del chaco. Hay ciertos grupos de edad que disponen de mayores momentos de ocio, que ocasiona, por ejemplo, comentarios como que las mujeres siempre andan “poreando”6. Gustaffson, 1994.

6 Tomar hierba-mate con bombilla de metal (poro)

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Las características del trabajo doméstico de las mujeres, limitan la posibilidad de mayor relacionamiento externo, al conocimiento de emergentes dinámicas sociales y políticas más allá de la comunidad y a nuevas tecnologías. Lo que marca una diferencia relevante con los varones ya que las actividades que desarrollan “como hombre” están en el ámbito productivo, y que varían en intensidad a lo largo del año, lo que les permite temporadas de tiempo libre. Si la actividad principal es la siembra del chaco, la división del trabajo no varía mucho. Si los miembros masculinos se ausentan por la mayor parte del año, sea por la zafra, el servicio militar o el estudio en la ciudad, el criterio de género en la división del trabajo pierde importancia. El alejamiento de los hombres de su casa redefine el trabajo de las mujeres, llenando los vacíos del trabajo de los hombres. El trabajar en la casa no cambia, se amplía cuando es necesario, su área de trabajo abarca al chaco – monte. Así, las mujeres van entrando en el espacio de trabajo definido como típicamente masculino, desde trabajar en el chaco hasta trabajar por dinero. El ideal de una división sexual del trabajo no es más sostenible actualmente, esta se redefine en respuesta a las condiciones económicas e históricas del momento. Sin embargo, lo que es incuestionable y no ha sido redefinido en estos procesos de cambio, es el ámbito doméstico de las mujeres, las mujeres pueden entrar al ámbito productivo de los varones, pero es muy difícil que los varones, entren al ámbito doméstico de las mujeres. El rol cultural más importante y reconocido a las mujeres indígenas en todos los pueblos indígenas, corresponde a ser las principales portadoras de la identidad socio cultural de sus pueblos, las tareas de criar, enseñar, guiar a los niños bajo su responsabilidad, la legitiman en esta función. Que se relaciona también con la persistencia del idioma y los valores de reciprocidad y generosidad de sus pueblos. Desde una lectura generacional, en las comunidades indígenas, las actividades de hombres y mujeres se modifican de acuerdo a las etapas de ciclo vital y correspondientemente su autoridad y capacidad de convocatoria para el trabajo y la ayuda mutua, o inclusive para ordenar trabajos ejerciendo su poder al interior da la unidad doméstica. Las nuevas alternativas externas y los cambios en las familias extensas ha cambiado también los roles de los ancianos quienes, sobre todo las abuelas se quedan a cargo de sus nietos mientras los hijos trabajan por semanas o meses fuera de la comunidad. Las obligaciones sociales y económicas de los hijos hacia los padres y/o abuelos van perdiendo en relevancia y su función de ser la seguridad para los viejos se vuelve relativa. Crece la importancia de sus responsabilidades educativas y económicas y paralelamente disminuye su autoridad e influencia sobre las decisiones en la familia.

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2.3 Organización social y familiar en los sistemas productivos

Una gran mayoría de comunidades indígenas del Chaco desarrollan actividades en agropecuaria, con diferencias en torno a la intensidad y la utilización de tecnología. La unidad de producción agropecuaria está encabezada generalmente por un varón adulto que posee el chaco y que reúne a varios miembros emparentados de la misma o de diferentes generaciones. En algunos casos se forman también unidades agrícolas o pecuarias de comunarios vecinos probablemente emparentados. En otros, se organizan en grupos de trabajo productivo de gestión comunal, apoyado generalmente por instituciones de desarrollo. La dimensión cultural del territorio define el uso de la tierra agropecuaria dentro de cada comunidad indígena, así, el uso de la tierra es libre para los comunarios, que pueden asentarse donde deseen, siempre que no esté asignada a otro jefe de familia y sea autorizado por la autoridad comunal. Hasta hace poco sólo viudas solían tener acceso a terrenos productivos. Sin embargo, las intervenciones de agentes de desarrollo han generado que las autoridades comunales otorguen a grupos de mujeres terrenos agrícolas en usufructo, modificando los sistemas tradicionales. Ello a su vez a dado lugar a pequeñas unidades productivas intrafamiliares, como grupos de mujeres que cultivan huertas de hortalizas, para consumo grupal y familiar. Las tendencias en la división de trabajo por sexo en las tareas agrícolas es la siguiente: las labores propias de los varones, son la apertura y mantenimiento de las acequias, el desmonte, quemado, chaqueado y cercado, al igual que la preparación de las tierras, carpido y su posterior siembra. Con respecto a casi todo producto agrícola. Las mujeres, en cambio, preparan la alimentación y proveen de agua a los varones; siendo labor específica de ellas, la cosecha y la transformación. En algunas comunidades existen pequeños chacos cerca de la casa para cultivar kumanda7 u otra hortaliza, del que se hacen cargo las mujeres. La división de trabajo por sexo está claramente diferenciada por actividades productivas y según las épocas del año. Un ámbito en el que las mujeres definitivamente no intervienen es en la construcción de cercos nuevos para los chacos, la cacería de animales silvestres, de vaqueros y la construcción, limpieza de acequias y riego que son roles adscritos a los hombres. Las tareas y conocimientos para la construcción de acequias, de gran complejidad tecnológica en el caso del Izosog, es propia de los hombres. Los procesos post cosecha, como selección de semillas, embolsado y la transformación de productos agrícolas y silvestres para el consumo son tareas de las mujeres. Las mujeres presentan una gran flexibilidad para asumir trabajos adicionales a fin de reemplazar a la fuerza de trabajo masculina, especialmente por motivos de ausencia por trabajos fuera de su comunidad o territorio. Ello puede tener graves implicancias para la calidad de vida de las mujeres por la sobrecarga de trabajos y responsabilidades, no

7 Una variedad de frejol adaptado a clima seco.

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necesariamente reconocidas ni valoradas socialmente. Y, por supuesto, tampoco se traducen en mejores ingresos o mejor disponibilidad monetaria o alimentaria. Las actividades relacionadas solo a la agropecuaria ya no son suficientes para abastecer la economía doméstica y el ingreso por trabajo va ocupando un lugar más importante en las estrategias económicas de las familias indígenas del chaco. Este proceso provoca cambios en los hábitos sociales, laborales y alimentarios, por ejemplo: la exclusión del maíz como alimento principal repercute directamente en los hábitos laborales de las mujeres y el carácter social del trabajo femenino. El maíz es un elemento importante en la vida social y en la socialización de las mujeres. Ser buena chichera8 le trae reconocimiento social, la más experta asumía la autoridad grupal. Las actividades relacionadas del maíz se caracterizan por aglomerar en torno a su preparación a mucha gente; estos momentos de intensa sociabilidad puede considerarse como una organización de mujeres.................................. En el motiro, trabajo de faenas en base a la reciprocidad, las mujeres tienen la responsabilidad de preparar la chicha para retribuir el trabajo colectivo, generalmente destinado al chaqueado, apertura de un nuevo canal de riego para un chaco familiar o para la carpida. Sin embargo, el hombre es quien, a través de la autoridad comunal convoca al trabajo. La mujer convoca a sus parientes mujeres a la preparación de la chicha. Lo mismo ocurre en la preparación de la chicha del carnaval, que se celebra cuando hay cosecha de maíz. Penner, 1994 La producción agropecuaria es básicamente de autoconsumo. Lo que se vende no es propiamente excedente, lo hacen por la necesidad de ingresos monetarios, aunque posteriormente carezcan del alimento y deban comprarlo a mayor precio o simplemente prescindir de él. Comercializan sus productos ya sea dentro de la comunidad o los cambian por otros productos a los comerciantes que entran a las comunidades. La división de trabajo por sexo en la ganadería es la siguiente: las mujeres son las encargadas del manejo del ganado menor, es decir de cabras, chanchos y aves y son los hombres los que se encargan del ganado mayor, es decir del vacuno, caballos y asnos. La crianza de chivos, chanchos, y gallinas es responsabilidad de las mujeres, en algunos casos incluyen el cuidado de los burros. Por razones culturales, los animales domésticos son de la esfera de la casa, son cuestiones de criar, dominio de las mujeres. Las mujeres y los niños se preocupan de cuidar los movimientos de los animales, cuidar recién nacidos, de alimentar y de curar las heridas. Los hombres casi nunca se preocupan de las actividades diarias con respecto a estos animales, aunque sí en cuestiones de curación y carneo. Los niños y las niñas son responsables de “sus animales” siempre saben cuales son. Todos inclusive las gallinas, tienen dueño diferentes y los dueños son hasta los niños más pequeños, así los niños van aprendiendo. Estos animales se usan para el consumo personal y para comercialización Todos los pueblos del Chaco, utilizan la caza como un mecanismo de acceso a alimentos de proteína animal. Los ayoreos, los de tradición más nómada entre los pueblos, es

8 Mujer “experta” en elaborar la chicha, bebida de maiz fermentada.

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probablemente el que accede más a este sistema, sin embargo los weenayek y los guaranís que tienen en su territorio acceso al monte, realizan la caza con cierta regularidad. Sin embargo la recolección de alimentos silvestres y la caza de animales de monte, es una práctica cada vez menos realizable debido al proceso de colonización y cercado del territorio indígena, por estancias ganaderas que han ido restringiendo sus zonas de cacería y han determinado una excesiva presión de la población sobre el medio ambiente y la fauna. La caza es un asunto masculino, lejos de casa y por tiempo impreciso, justificado en torno a la peligrosidad y riesgos que esto supone para las mujeres y también, por cuestiones religiosas, en todos los pueblos. Las actividades de recolección de frutos silvestres, realizadas por las mujeres y los niños, generalmente están en los espacios cerca de la comunidad y en los montes ralos donde no llega el ganado caprino u otros animales. Sin embargo, los tabúes que existen para el ingreso de las mujeres al monte parece contradecir su práctica de recolectoras de frutos silvestres, aunque ello parece estar vinculado a una diferenciación de las zonas boscosas. Los productos que ellas recogen son los que están cercanos al lugar de la tenta, el lugar de residencia. Zolezzi, 1992 Estos sistemas de recolección y caza están cambiando aceleradamente, las comunidades ayoreas por ejemplo, están desarrollando cada vez más, actividades agrícolas y ganaderas, están involucrados en nuevos procesos productivos, como los planes de manejo forestal de bosque comunal, cambiando así, parte de sus formas de vida tradicionales y por tanto, sus sistemas de género. La mayoría de estas nuevas actividades están siendo encaradas por los varones jóvenes, quienes se benefician de los nuevos conocimientos y por tanto, de mayor poder. Este proceso de cambio, supone una redefinición de la división de trabajo por género, que tiende a volverse más jerárquico. El trabajo de las mujeres es menos valorado y por tanto ellas están perdiendo control con los nuevos procesos. Ellas sufren un proceso paulatino de discriminación y subordinación. Mayores transformaciones de la naturaleza corresponden a divisiones de trabajo más especializadas y diferenciadas. APCOB,1994 La pesca es la actividad principal varios meses al año en las comunidades ribereñas, para los guaranís del Izosog y los Weenayek. La pesca es un rol masculino -igual que la cacería- pero en el cual las mujeres pueden reemplazarlo eventualmente dependiendo de la necesidad. Por lo general, se puede sacar pescado todo el año, hay variaciones según la temporada y la intensidad de la lluvia. Dependiendo de la zona, la pesca puede ser entre los hombres de la comunidad con sus propias redes y anzuelos, puede ser para los comerciantes y siempre para la familia. Muchas familias guaranís y ayoreas combinan la pesca con la agricultura, los hombres pueden ir a pescar antes de que salga el sol y luego van a pasar el día trabajando en su

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chaco. En el caso del pueblo weenayek esta es su actividad principal a lo largo de todo el año, cada vez más amenazado por la contaminación del Río Pilcomayo. El consumo de pescado es temporal; consumen este alimento en los meses de marzo, abril, mayo y junio y si les va bien en la pesca logran almacenar y prolongar un poco más su consumo, con métodos de conservación tradicionales, que es de dominio femenino. Así como la preparación del pescado, como de todos los alimentos, es tarea de mujeres. En general la pesca es para el consumo familiar, hasta que aparecieron los comerciantes karai9. La comercialización del pescado es tarea de hombres quienes son los que se relacionan con los comerciantes que llegan durante los meses de mayo hasta agosto. Las mujeres indígenas contribuyen significativamente a la economía doméstica con una diversidad de artesanías. Las mujeres hacen vasijas y ollas de arcilla. Estas se usan como recipientes de agua para hacer chicha y para cocinar mote y torta de maíz. Es una habilidad que da prestigio, puesto que no todas las mujeres pueden hacerlo y también es un arte que tiene miles de años de historia. Las vasijas son sobre todo para uso doméstico aunque eventualmente puede vender a alguna karai, también sirve de trueque intercomunal. Muchas mujeres guaranís hacen canastas y cedazos que tiene raíces en la cultura weenhayek enseñado por algunas mujeres de villamontes. Gustaffson 1996. En algunas zonas como el Isoso y Kaami , los tejidos en telar son una fuente importante de ingreso para algunas mujeres. También se ha introducido corte y confección y tejido a palillos y ganchillo que es de interés de las mujeres, impulsado por instituciones de desarrollo. Las mujeres ayoreas trabajan artesanalmente con la fibra de garabata, hacen bolsones de acuerdo al clan al que pertenecen y eventualmente comercializan, a través de diferentes mecanismos, incluyendo a sus organizaciones. En general las mujeres no le dedican a la artesanía gran parte de su tiempo, sino que lo ven como una actividad que pasa después del trabajo del hogar y del trabajo en el chaco. Estas actividades no solo tienen valor en el aspecto económico, sino también el espacio de intercambio que les ofrece dicha actividad. Los hombres también hacen una variedad de artículos, sobre todo con madera y cuero, generalmente para uso doméstico, incluyendo muebles, catres, herramientas y otros. Paulatinamente los proyectos de desarrollo, tanto para hombres como para mujeres, están intentanto apoyar la producción de artesanía para comercializar, como una de las escasas alternativas de ingresos. 3. Relación de Género en los Ámbitos Organizativos a Nivel Comunal,

Regional y Nacional

3.1 Características de las organizaciones de los pueblos indígenas de Bolivia Las organizaciones indígenas de las tierras bajas son relativamente nuevas en el movimiento social del país, se han organizado para enfrentarse con un mundo karai , con 9 Gente blanca y mestiza

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serias desventajas acumuladas a lo largo de los cinco siglos que han sido dominados como pueblos y ante la marginal y estructural incorporación de estos pueblos en las distintas dinámicas del país. Nuevas también son sus experiencias organizativas a nivel supracomunales e interétnicas, en espacios en el que se agrupan diferentes lógicas, visiones, culturas, idiomas e intereses, pero movidos por la defensa de sus derechos humanos y ciudadanos y básicamente, el acceso y la seguridad de la tierra y el territorio. Lo que supone en su interior una serie de dinámicas propias, con lógicas distintas en el manejo del poder, siendo sumamente complejo conocer la verdadera relación y conflicto de intereses de estos “socios coyunturales” . Crespo, 2001 La coyuntura actual, en relación a las demandas de territorio, ha exigido de los pueblos, altos niveles de organización y relacionamiento en la dinámica dominante, de manera acelerada y muy exigente sobre un recurso natural cada vez más preciado, con valores no sólo monetarios, sino políticos. A la vez estas organizaciones están cercados por una serie de actores que tienen los ojos puestos en los recursos naturales que los indígenas reinvindican y habitan, como ser colonizadores, campesinos presión urbana, empresas petroleras, madereras, etc. El surgimiento de las organizaciones indígenas a nivel regional y nacional, se debe a la pujanza de sus autoridades tradicionales, quienes iniciaron en los años 80, procesos y alianzas con los distintos pueblos que habitan el Chaco y las tierras bajas. Su origen también está fuertemente asociada al apoyo institucional de ONGS y agencias financieras.10 Lo que le da, desde sus orígenes una visión desarrollista, concentrados en satisfacer necesidades urgentes y objetivas, de las distintas y crecientes regionales que la componen. CIDOB11 en los años de organización ha mostrado capacidades de movilización y presión hacia el Estado, como también a negociaciones en base a posiciones clientelistas con el Estado. Su conformación étnicamente heterogénea complejiza la estructura, las funciones y la atención a las múltiples demandas de sus afiliados. A diferencia de los andinos, los pueblos que conforman el CIDOB, no tienen un pasado común, no cuentan con referentes históricos que los una en un discurso político. Las distintas identidades étnicas, reivindican sus territorios, como dueños originales y en torno a ellos, han mostrado una capacidad organizativa importante. CIDOB no cuestiona el orden social y político del país, tampoco aspira abiertamente a consagrarse en el poder desde sus diversas identidades étnicas. El CIDOB busca ser parte del sistema actual, no de suplantarlo. Crespo, 2000 Los objetivos específicos y las comisiones que conforman los dirigentes de las regionales del CIDOB, apuntan a lograr mejores condiciones de participación y aprovechamiento de los recursos sociales, económicos y políticos, desde la perspectiva indígena, lo cual es absolutamente legítimo, visto desde la situación de marginalidad y exclusión a la que han estado sujetos durante siglos.

10 Gran parte de las organizaciones están apoyadas por agencias y ONGS,CIDOB nace y se organiza, hasta la actualidad, en base a las características temáticas de apoyo externo. 11 Confederación de Indígenas del oriente boliviano.

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En este contexto las organizaciones han tenido que ir adecuando su dinámica organizativa a los temas emergentes que requieren posiciones, dinámicas y respuestas, desde los intereses indígenas que ellos representan. En casi todos estos temas, los dirigentes han tenido apoyo técnico y económico. El tema de género fue un tema emergente a partir de dos vertientes, de las instituciones que apoyan la gestión de las organizaciones y cierta fuerza de las mujeres indígenas, quienes han demandado su participación en los altos niveles políticos del movimiento indígena. La incorporación de esta temática en este nivel organizativo, ha supuesto algunos avances, más que en superar la inequidad en la participación política, ha sido en la incorporación de temáticas y demandas de género en la agenda de la organización, aunque la respuesta y los avances reales en estas temáticas no tengan todavía impacto directo en la situación de las mujeres indígenas. La puesta en agenda de temáticas femeninas (salud reproductiva, demandas diferenciadas, etc.) ha sido posible por el impulso de las agencias y por la apuesta de las escasas líderes mujeres en el CIDOB. Existe una cartera de género, que en el clásico tratamiento de las organizaciones e instituciones, se debe ocupar de los problemas de las mujeres y de activar su participación en los espacios organizativos y de luchar contra el machismo12. Esta cartera, no tiene recursos financieros ni humanos para sacar adelante sus objetivos específicos, más allá de los recursos, es todavía un tema tabú dentro de las distintas direcciones ejecutivas del CIDOB.

3.2 Organizaciones de los pueblos del Chaco Las Organizaciones regionales indígenas del Chaco (APG, CABI13, CANOB, ORKAWETA) son tan distintas entre ellas, como diferentes son sus contextos y culturas que los componen. A la vez, presentan tendencias similares, sobre todo referido a sus objetivos como organizaciones y a ciertas características organizativas. En todo caso, todas estas organizaciones regionales, han generado procesos políticos y sociales que están transformado las relaciones sociales, productivas y políticas de sus entornos. En ninguno de los casos, los pueblos indígenas del Chaco han contado en el pasado con espacios organizativos más allá de las comunidades, las organizaciones supracomunales son nuevos colectivos sociales que han nacido en torno a reinvindicaciones y demandas comunes. Al igual que en los niveles nacionales, muchas organizaciones indígenas regionales, se han conformado con el impulso y apoyo financiero de Ongs y agencias financieras comprometidas con estos pueblos, en una asociación política, donde cada uno ha puesto diferente tipo de recursos. En esa línea el fortalecimiento de la organización, es el objetivo más común entre todas las regionales indígenas, en algunos casos en base a la reconstitución de las autoridades tradicionales y en otros, a través de nuevas formas de designación y elección. Las estructuras organizativas de las organizaciones regionales son similares entre ellas, las diferencias son más de forma que de fondo, casi todas les otorgan a la asamblea,

12 Revista OYENDU del CIDOB Articulo sobre la comisión de género. Abril 2001. 13 Capitanía del Alto y Bajo Izozo

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cabildo o congreso, la máxima representatividad y autoridad con “delegados” comunales, las diferencias principales radican en las formas de elección y en la legitimidad de sus dirigentes. Las nuevas dinámicas y atribuciones de los dirigentes y autoridades indígenas, supone una serie de procesos personales, sociales y polítícos muy complejos, donde más allá del acceso a recursos económicos, se requiere altos niveles de renunciamiento personal y familiar, capacidad de movilización, de comunicación interétnica, manejo de discursos, dominio de al menos dos idiomas, presiones políticas, riesgos físicos, etc. Esto, junto a otras valoraciones culturales de los sistemas culturales de género, donde se privilegia y aprecia la dedicación de las mujeres dentro del entorno comunal y familiar, limita de gran manera, la participación de las mujeres indígenas en estos nuevos espacios étnicos. Las nuevas condiciones externas, ajenas y extrañas, tan diferentes a sus dominios genéricos, provoca en ellas, de manera general, rechazo. Las organizaciones indígenas, a nivel interno se debaten en dilemas existenciales, tradición versus modernidad, expresada por ejemplo, en las formas de elección de sus líderes y por tanto en la legitimidad de autoridades, en estos dilemas las influencias externas de las instituciones privadas y religiosas han sido determinantes. En los pocos años de conformación, algunas organizaciones han tenido graves problemas de liderazgo y legitimidad, donde los principales involucrados han sido líderes varones, como el caso de los Weenayek en ORKAWETA, que por la presión e intromisión de diferentes iglesias y sectas religiosas han puesto en peligro la integridad del pueblo como tal. En el caso del pueblo ayoreo, los conflictos internos entre clanes, debilitó la consolidación de su organización. En el mundo guaraní, la principal institución política tradicional es la Capitanía, que constituye la forma de gobierno interno. Está conformada por un Capitán Grande que tiene autoridad sobre toda la jurisdicción territorial y Capitanes comunales y una Asamblea de Capitanes (intercomunal). El origen del sistema político de capitanía es colonial y su conformación actual es resultado de fuerzas internas y externas que hacen de ella una instancia administrativa y representativa propia de su pueblo. La adhesión a valores tradicionales y normas garantiza la legitimidad y representación de sus líderes. Los capitanes comunales son elegidos por consenso y el cargo de Capitán Grande está condicionado por relaciones de herencia y parentesco. El carácter jerárquico y patriarcal de su organización política va acompañado del requisito normativo de que el Capitán debe ser un buen orador y un mediador hábil frente a los agentes externos y la sociedad nacional. Justamente el papel de mediador del capitán que debe buscar el bienestar de su comunidad ha originado la frecuente asociación de su papel político. (Zolezzi, 1993) En nuevas zonas guaranís, compuesta de comunidades libres o ex empatronadas, se están dando nuevas formas de elección de capitanes o mburubichas14, elegidos en función a nuevas capacidades y valores y son renovados en relativamente poco tiempo, a diferencia de los capitanes tradicionales. Estas diferentes formas de autoridad, ha

14 Autoridad en guaraní, puede ser sinónimo de capitán, que es un apelativo colonial.

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generado dentro de la APG, los más serios conflictos de su historia organizativa, de la que han sabido salir hasta el momento. Es justamente en estas nuevas formas de liderazgo que las mujeres tienen más espacios de participación.

3.3 Participación de las mujeres en las dinámicas organizativas Las organizaciones regionales del Chaco tienen carteras de género o secretaría de vinculación femenina en sus directorios, o mujeres en los segundos cargos, como el caso de la APG, que por reglamento la vicepresidencia debe ser encarado por una mujer, lo que no quiere decir, ni para ellos ni a los ojos de afuera, que la equidad genérica en las dinámicas organizativas esté vigente. Existen indicadores claros que muestran distancias en cuanto a conocimiento y capacidades de liderazgo entre género, como el generalizado silencio de las mujeres, otros indicadores muestran una posición defensiva de parte de los dirigentes varones cuando se cuestiona un poco más allá de lo simbólico, que lo presentan como una participación en igualdad de condiciones en los espacios tradicionales de ejercicio de poder. Sin embargo, más allá de las representaciones rituales, las verdaderas dinámicas internas en tanto relaciones de género, son todavía complejas de percibir.

Podemos identificar dos limitaciones evidentes para la participación de las mujeres en estos espacios organizativos supracomunales. La primera está justamente definida por los dominios en los que se mueven las mujeres, en la cotidianeidad de su familia y comunidad. La multiplicidad de roles y actividades y las dimensiones que estas asumen en términos de tiempo e intensidad, determinan una situación muy compleja,para asumir responsabilidades extracomunales. De allí, que a nivel comunal, la participación de hombres y mujeres, sea relativamente equitativa, aún cuando el líder sea varón, ellas expresan y son consultadas en su opinión, sin embargo a medida que se sube de niveles organizativos, la participación de las mujeres disminuye considerablemente. Una otra limitación hace referencia a los distintos procesos de socialización que tienen varones y mujeres. Como se vio anteriormente, en muchos casos, los varones están inscritos en dinámicas educativas, laborales y del servicio militar, lo que les permite cierto nivel de relacionamiento con el mundo externo. Aprende el idioma, ciertas lógicas de interculturalidad, manejo de mecanismos y tecnología, etc, que las mujeres no tienen. Así, cuando en asamblea debe elegirse los líderes que los representarán, son los varones los más calificados, es un emergente dominio masculino. Lo mismo sucede con la intervención institucional que privilegia la relación con los varones. La poca participación que tienen las mujeres en las organizaciones es ante todo la falta de formación... Y finalmente si bien todos los programas de las instituciones que apoyan a los pueblos indígenas están destinados tanto a hombres como a mujeres, en la realidad, los que participan de su ejecución son esencialmente hombres. (Bulens, 1997) Sin embargo, el rol de las instituciones y del estado ha sido clave para la puesta en agenda del tema de la participación de las mujeres en los espacios organizativos y en las

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acciones de desarrollo. Tanto en las Institucionales, como en los distintos niveles dirigenciales y también en las bases, se percibe la necesidad de que las mujeres deben participar en la organización. La corriente apunta a que las mujeres no tienen porque pensar en organizaciones propias y autónomas, es decir no deben propiciarse organizaciones paralelas en términos políticos, lo que sí se apoya y propicia es que las mujeres se organicen en grupos de trabajo “productivos”, así están los grupos apoyados por el PAMG15, grupos apoyados por CIPCA16, por el Equipo de Apoyo al Pueblo Guaraní y CERDET y hubieron algunos grupos apoyados por Caritas. Se pensó en principio que estos grupos iban a ser también espacios de socialización y capacitación para formar líderes mujeres, considerado como parte de un proceso de formación, lo que todavía va a paso muy lento por las características paternalista de las intervenciones institucionales. Se puede afirmar que las mujeres indígenas se están abriendo espacios de participación, avanzando despacio, enfrentando resistencias activas pero también encontrando aliados. La capacitación de las instituciones y la participación en grupos productivos, está permitiendo paulatinamente el surgimiento de líderes mujeres, a la vez, los procesos de sensibilización sobre el tema de género, desde espacios estatales, institucionales, de organizaciones indígenas nacionales e internacionales, desde hace varios años, está quebrando, poco a poco las trabas se encuentran en el camino hacia la equidad. Estas “consignas” y cierta conciencia de las mismas mujeres indígenas, es que al interior de las comunidades, las mujeres están empezando a tener presencia en los espacios públicos en términos de organicidad: El número de mujeres que ocupan carteras a nivel comunal aumentan y poco a poco algunas ocupan cargo a nivel supracomunal. Sin embargo vemos que las mujeres si bien ocupan cargos en los espacios organizativos tanto comunales, como regionales y nacionales, los nombra- mientos se remiten a los clásicos roles de educación, salud o secretaria de actas. La participación de las mujeres depende también del apoyo y la visión de sus autoridades comunales, mientras algunos ven como una necesidad la incorporación de las mujeres en las dinámicas políticas de sus pueblos y las apoyan y promueven, hay quienes prefieren que las mujeres no participen como líderes. Actualmente en el mundo guaraní, hay una tendencia activa de nombrar a kuñamburubichas17 comunales y zonales, sin embargo todavía no queda claro las diferencias en funciones con respecto al Mburubicha varón. 4. Recomendaciones Generales para el Trabajo en Género En el escenario que se presenta, resulta complejo el reto de potenciar a las mujeres en el plano político, dadas las bases materiales de la estructuración patriarcal de su sistema político y social. Desde una perspectiva de análisis social da género, resulta importante

15 Programa de Apoyo a la mujer guaraní. 16 Centro de Investigación y Promoción del Campesinado 17 Autoridad mujer

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destacar que las características culturales de las mujeres indígenas actualmente son fruto de un complejo proceso histórico que merece ser estudiado, pues resulta de la dominación colonial y de un anterior orden de género. La sociedad contemporánea ha mantenido apartada, en un segundo plano, a las mujeres respecto de las relaciones con el mercado de trabajo y control y defensa del territorio, roles que gozan de gran prestigio dentro de su pueblo. Sin embargo, la dinamicidad y flexibilidad de las estructuras societales alientan la posibilidad de transformaciones que se enraícen en su cultura. La apertura paulatina de los líderes a la participación de las mujeres en su instancia administrativa y representativa máxima es un ejemplo de las posibilidades de actuar a través de pequeñas acciones económicas -en este caso con tiendas comunales de mujeres y huertos- con un enfoque político estratégico que viabilice el acceso de las mujeres a las estructuras políticas de su comunidad. En la medida en que se ha identificado desigualdades de género en torno a la representación y al acceso a los nuevos niveles organizativos de los pueblos indígenas del Chaco, sería importante tomar acciones en torno, a abrir espacios, desde distintos frentes para la participación de las mujeres indígenas, para escuchar su opinión, su visión y sus demandas. El tema requiere de un tratamiento particular por los antecedentes y la percepción del tema, donde se perciben, como siempre, diversas posiciones personales y políticas. Es un tema que debe tratarse también con los dirigentes varones, más allá de las secretarías de género, que son todavía marginales en las organizaciones. Las mujeres indígenas por las condiciones de marginalidad en que se encuentran, hacia fuera, no parecen dispuestas a cuestionar el orden de género o reivindicar derechos específicos, cuando los derechos humanos de sus pueblos son todavía pisoteados y sus condiciones de vida son muy difíciles, en ese sentido se percibe una posición compleja pues, las mismas mujeres deben subordinar sus intereses genéricos a aspectos y dinámicas prioritarias también para ellas y sus generaciones, como es, por ejemplo, la tierra y el territorio. Sin embargo, ya que se han abierto pequeños espacios para esta temática sería importante darle mayor protagonismo desde la perspectiva del apoyo externo. Es decir, privilegiar su actuación en todos los procesos de acercamiento, negociación, ejecución, seguimiento, etc., en una posición de legitimación de la opinión y actuación de las mujeres Por otro lado sería importante, considerar las desventajas de participación y conocimientos de las mujeres indígenas con relación a los varones en los espacios mixtos, el apoyo externo en alianza con los dirigentes varones, podrían influir para que al interior de las organizaciones que apoya, se promuevan espacios específicos de mujeres, para que ellas puedan capacitarse, trabajar propuestas, entender y discutir desde su perspectiva, las distintas problemáticas que las afectan directamente y sobre las cuales, por ahora, dicen muy poco. Por otro lado, si se trata de dirigir acciones hacia las mujeres es preciso identificar el ámbito de relaciones sociales entre varios grupos de familias extensas. Además se debe considerar que este sistema tradicional está siendo modificado por la Influencia de

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instituciones externas, por las dinámicas económicas y sociales que aceleradamente influyen y afectan sus sistemas de género. 5. BIBLIOGRAFÍA Albó Xavier. Los Guaraní-Chiriguano 3. La comunidad Hoy. Cuaderno CIPCA, La Paz, 1990 APG - Coodinadora de Instituciones. Diagnóstico del Pueblo Guaraní. Resumen y Compendio.Camiri, 1999 APCOB. Los ayoreos. Historia de un pueblo. Mimeo.1992 Bulens Cecilia. Experiencia de Género en el pueblo guaraní. Artículo publicado en Teorías y Prácticas de Género. Paulson, Crespo eds. Embajada de los Países Bajos. La Paz, 1997 Crespo, M, Gutierrez E, Canedo Maria Isabel. Diagnóstico organizativo del Pueblo Guaraní. Informe de Consultoría. IBIS Dinamarca. La Paz, Julio 2000 Crespo M. Las Organizaciones Indígenas en Bolivia, Situación actual y perspectivas. Informe de Consultoría IBIS Dinamarca.La Paz, Agosto 2001 Gustaffson R. Itikaguasu. APG Tarija. Mimeo, 1995 León Magdalena y Carmen Diana Deere, eds. La mujer y la política agraria en América Latina. Mexico, Siglo XX, 1986 Oyendu. Revista del CIDOB. Abril 2001 Penner Irma. La mujer guaraní y el proceso de construcción de identidad de género. Informe de Investigación. CIPCA, Camiri, 1994. Pozo María Esther. Género y Etnicidad. Artículo publicado en Teorías y Prácticas de Género. Paulson, Crespo eds. Embajada de los Países Bajos. La Paz, 1997 Sub Secretaria de Asunto de Género y CIPCA. Género y Cultura en cuatro contextos de Bolivia. Versión preliminar. La Paz, 1997 Zollezi Graciela. Elementos metodológicos y contextualización para la planificación y evaluación de proyectos productivos relativos a mujer, género y desarrollo. CEP y PNUD. La Paz, 1993