will kymlicka y christine straehle - cosmopolitismo, estado-nación y nacionalismo de las minorías

105
WILL KYMILCKA CHRISTINE STRAEHLE UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Cosmopolitismo, Estado-nación y nacionalismo de las minorías Un análisis crítico de la literatura reciente

Upload: hugo-felix-butron-velarde

Post on 06-Aug-2015

242 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

WILL KYMILCKA

CHRISTINE STRAEHLE

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Cosmopolitismo,Estado-nación y nacionalismo

de las minorías

Un análisis crítico de la literaturareciente

Page 2: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

COSMOPOLITISMO, ESTADO-NACIÓNY NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS

UN ANÁLISIS CRÍTICO DE LA LITERATURA RECIENTE

Page 3: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICASSerie ENSAYOS JURÍDICOS, Núm. 3

Cuidado de la edición: Raúl Márquez RomeroFormación en computadora: Dante Javier Mendoza Villegas

Page 4: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

WILL KYMLICKACHRISTINE STRAEHLE

Cosmopolitismo,Estado-nación y nacionalismo

de las minoríasUn análisis crítico de la literatura reciente

TraducciónKARLA PÉREZ PORTILLA

NEUS TORBISCO

Estudio introductorioMIGUEL CARBONELL

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICOMÉXICO, 2003

Page 5: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Primera edición: 2001Primera reimpresión 2003

DR 2003. Universidad Nacional Autónoma de México

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS

Circuito Maestro Mario de la Cueva s/nCiudad de la Investigación en HumanidadesCiudad Universitaria, 04510, México, D. F.

Impreso y hecho en México

ISBN 968-36-9528-0

Page 6: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

CONTENIDO

ESTUDIO INTRODUCTORIO

COSMOPOLITISMO Y MULTICULTURALISMO

Miguel CARBONELL

I. Preámbulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

II. Del Estado-nación al Estado plurinacional . 10

III. Minorías nacionales e inmigración . . . . 18

IV. Las rutas del cosmopolitismo . . . . . . . 24

V. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

COSMOPOLITISMO, ESTADO-NACIÓNY NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS

UN ANÁLISIS CRÍTICO DE LA LITERATURA RECIENTE

Will K YMLICKA

Christine STRAEHLE

I. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . 37

II. El papel central de la nación . . . . . . . . 47

7

Page 7: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

III. La nacionalización de los Estados y las na-ciones de minorías . . . . . . . . . . . . . 61

IV. La necesidad de una concepción más cos-mopolita de la teoría política . . . . . . . . 79

V. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . 99

8 CONTENIDO

Page 8: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Cosmopolitismo, Estado-nación y na-cionalismo de las minorías. Un análisiscrítico de la literatura reciente, editadopor el Instituto de Investigaciones Jurí-dicas de la UNAM, se terminó de impri-mir el 17 de febrero de 2003 en los talle-res de J. L. Servicios Gráficos, S. A. deC. V. En la edición se utilizó papel cul-tural de 70 x 95 de 50 Kg. para los inte-riores y cartulina couché de 107 Kg.para los forros. Tiraje: 1,000 ejemplares.

Page 9: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

ESTUDIO INTRODUCTORIO

COSMOPOLITISMO Y MULTICULTURALISMO

Miguel CARBONELL

I. Preámbulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

II. Del Estado-nación al Estado plurinacional . 10

III. Minorías nacionales e inmigración . . . . 18

IV. Las rutas del cosmopolitismo . . . . . . . 24

V. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

8 CONTENIDO

Page 10: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

ESTUDIO INTRODUCTORIO

COSMOPOLITISMO Y MULTICULTURALISMO

Miguel CARBONELL*

I. PREÁMBULO

¿Se pueden defender simultáneamente el multicul-turalismo y el cosmopolitismo?, ¿son contradicto-rios los movimientos que defienden las diferencias,que consideran positivo el establecimiento de un es-tatus jurídico diferenciado por razones étnicas oculturales, y aquellos otros que persiguen la supera-ción de las fronteras y que proponen dejar atrás no-ciones como las de ciudadanía y soberanía?, ¿cómose pueden acomodar los nacionalismos minoritariosdentro de los contemporáneos Estados-nación quese han construido sobre la idea de que a cada Esta-do corresponde una sola nación?, ¿tenemos, en fin,una teoría política y jurídica que pueda resolver es-tas interrogantes? Preguntas semejantes son, entreotras muchas que se podrían agregar, las que surgen

9

* Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Page 11: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

luego de leer el importante ensayo de Will Kym-licka y Christine Straehle, al que sirven de preám-bulo estas líneas.

Aunque en su obra los autores comienzan hacien-do referencia a las insuficiencias de la teoría políticaactual, en el desarrollo de la misma se abordan cues-tiones que, por ser rigurosamente prácticas, desbor-dan el ámbito de interés solamente teórico; entre ta-les cuestiones se encuentran el acomodo de lasdistintas nacionalidades dentro de un solo Estado, laconstrucción de espacios transnacionales democrati-zados, las opciones del pluralismo cultural, etcétera.

II. DEL ESTADO-NACIÓN AL ESTADO

PLURINACIONAL

Un primer tema interesante que abordan Kymlickay Straehle es la asunción del modelo de Estado-na-ción como una premisa no discutible (o no siemprediscutida) por la teoría política y jurídica del presente.Nos hemos acostumbrado a desarrollar nuestros análi-sis entendiendo que el Estado-nación es la “sociedadrelevante” (y en muchos casos única) para llevarlos acabo. Pero los autores, coincidiendo en el camino in-dicado por teóricos muy importantes como JürgenHabermas, nos demuestran que la forma de los Esta-dos-nación es simplemente un desarrollo histórico

10 MIGUEL CARBONELL

Page 12: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

contingente, que no siempre ha existido y que quizáno tenga que existir en el futuro, o no en la maneraque hemos conocido hasta hoy en día.

No se trata solamente de que haya problemas querebasan el campo de acción de los Estados tradicio-nales (como los del medio ambiente, o los de la cri-minalidad organizada internacional), sino de quepoco a poco están empezando a surgir “ identidadesposnacionales” ,1 basadas en compromisos cívicosque unen a personas pertenecientes a diversas na-ciones en torno a causas del todo heterogéneas (des-de la lucha contra el “ neoliberalismo” hasta losclubes de discusión por Internet).

Lo importante en este punto es empezar a refle-xionar acerca del papel que el Estado puede y debecumplir dentro de un mundo que parece ofrecer unaserie formidable de retos para la acción política tra-dicional.2 Un mundo unido por redes telemáticas ygobernado por fuerzas no siempre sometidas a losmandatos democráticos, en el que la información yel conocimiento están relevando a la fuerza física y laviolencia como factores de poder,3 pero en el que

ESTUDIO INTRODUCTORIO 11

1 Habermas, Jürgen, La constelación posnacional. Ensayos políti-cos, Barcelona, Paidós, 2000.

2 Sousa, Boaventura de, Reinventar la democracia. Reinventar elEstado, Madrid, Sequitur, 1999.

3 Véase la magnífica síntesis realizada por Castells, Manuel, Laera de la información. Economía, sociedad y cultura, México, SigloXXI, 1999, 3 vols.

Page 13: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

también se corre el riesgo de que la influencia deldinero acabe suplantando a la democracia.4

La indagación teórica sobre el papel y el tamañodel Estado, así como la que se dedica a analizar susposibilidades de supervivencia, se enfrentan a la di-ficultad añadida de que su objeto se encuentra enuna fase histórica en la que está sufriendo profun-dos cambios. Cualquier observador de la realidadpuede darse cuenta de que algo le está pasando alEstado; es ya un lugar común decir que el Estado noes más el monstruo poderoso que describió Hobbesen el Leviathán. Quizá tampoco sea el “ogro filan-trópico” del que hablaba Octavio Paz a finales delos años setenta. Sabemos ya lo que no es ni puedevolver a ser el Estado, pero tal vez no estemos tanseguros de poder decir lo que sí es y lo que podráser en el futuro inmediato.

Lo que parece cierto es que asistimos desde haceun tiempo a una increíble ofensiva en contra del Esta-do. A partir de la llamada “crisis fiscal del Estado”(teorizada en los primeros años de la década de los se-tenta por autores como James O’Connor), las teoríasneoconservadoras han ido tomando auge hasta llegara lo que tenemos en la actualidad: un Estado enfrenta-do a procesos a los que ya no puede dominar y que de

12 MIGUEL CARBONELL

4 Giddens, Anthony y Hutton, Will (eds.), En el límite. La vida enel capitalismo global, Barcelona, Tusquets, 2001.

Page 14: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

forma sostenida va perdiendo poder tanto haciaarriba (tratados de libre comercio, uniones moneta-rias y políticas, transferencia de competencias a ins-tancias supranacionales, subordinación de facto aempresas transnacionales, embates de los especulado-res financieros mundiales, etcétera), como hacia abajo(riesgo de secesión, nacionalismos periféricos, neo-corporativización de la sociedad, falta de normativi-dad de sus regulaciones, etcétera).5 Para decirlo conlas palabras de Manuel Castells,

...el Estado-nación cada vez está más sometido a lacompetencia más sutil y preocupante de fuentes depoder que no están definidas y que, a veces, son inde-finibles. Son redes de capital, producción, comunica-ción, crimen, instituciones internacionales, aparatosmilitares supranacionales, organizaciones no guberna-mentales, religiones transnacionales y movimientosde opinión pública. Y por debajo del Estado están lascomunidades, las tribus, las localidades, los cultos ylas bandas.6

En todo caso, como señalan nuestros autores, losEstados nacionales deben aprender a convivir convarias nacionalidades en su interior. De acuerdo

ESTUDIO INTRODUCTORIO 13

5 Carbonell, Miguel y Vázquez, Rodolfo, “Prólogo” , en id.(comps.), Estado constitucional y globalización, México, Porrúa-UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2001, pp. IX-XX.

6 La era de la información. Economía, sociedad y cultura, vol. II:El poder de la identidad, México, Siglo XXI, 1999, p. 334.

Page 15: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

con datos de la ONU citados por Kymlicka en otrode sus trabajos, en los poco más de 190 Estados queexisten en el mundo, habitan alrededor de 5,000grupos étnicos, los cuales se comunican en cerca de600 lenguas vivas.7 Esto implica que debemos em-pezar a pensar en formas de convivencia abiertaspara las distintas nacionalidades. El federalismopuede ser un ejemplo relevante del modelo de Estadoque permite el desarrollo de las minorías naciona-les, otorgándoles —por ejemplo— importantes ni-veles de autogobierno sobre los territorios en losque habitan.8

Lo que parece seguro es que la imagen de homo-geneidad social en la que se basó en el pasado laconstrucción de los Estados nacionales (la ecuación“ Un Estado=una nación” ) está condenada a que-darse como un registro meramente histórico. Inclu-so es posible que, en el pasado, dicha imagen no

14 MIGUEL CARBONELL

7 Ciudadanía multicultural. Una teoría liberal de los derechos delas minorías, Barcelona, Paidós, 1996, p. 13. Algunos autores mencio-nan la cifra de 8,000 grupos culturales en todo el planeta; así, por ejem-plo, Addis, Adeno, “On Human Diversity and the Limits of Tolera-tion” , en Shapiro, Ian y Kymlicka, Will (eds.), Ethnicity and GroupRights, Nueva York-Londres, New York University Press, 1997.

8 En este sentido, Alfred Stepan, “Democrazia e federalismo.Un’analisi comparato” , Rivista Italiana di Scienza Politica, añoXXVIII, abril de 1998, pp. 5-53. Sobre el mismo punto, Linz, Juan J.,“Democracia, multinacionalismo y federalismo” , Revista Española deCiencia Política, Madrid, vol. 1, núm. 1, 1999, pp. 7-40.

Page 16: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

fuera más que una excesiva idealización que no pa-recía tener demasiado respaldo sociológico.

Si bien es cierto que a nivel retórico el otorga-miento de la ciudadanía se basa en la existencia deuna serie de vínculos políticos como una cultura co-mún, relaciones “de sangre” , un pasado compartido,etcétera, a nivel político no es fácil encontrar talesrasgos en los procesos históricos que desembocan enla creación de los actuales Estados nacionales.9 Dehecho, es posible que esa serie de vínculos políticosno exista siquiera hoy en día. Basta mirar, para com-probarlo, la realidad tan diversa que existe dentro deEstados como España, Canadá, Italia, entre otros. Lomismo puede decirse de México, donde bajo la mis-ma “ identidad nacional” conviven (algunos, pocos)megamillonarios del norte con (muchos) indígenasdesnutridos del sur; con seguridad se parecen más

ESTUDIO INTRODUCTORIO 15

9 Ferrajoli escribe: “No creo que en la Inglaterra del siglo XVIII oen la Italia del siglo XIX (o incluso de hoy) existieran vínculos prepolí-ticos e identidades colectivas —de lengua, de cultura, de común lealtadpolítica— idóneos para conjuntar campos y ciudades, campesinos yburgueses... en suma, que existiera, a nivel social, una homogeneidadsocial mayor de la que hoy en día existe entre los diversos países euro-peos o incluso entre los diversos continentes del mundo” ; Ferrajoli,Luigi, “Quali sono i diritti fondamentali?” , en Vitale, E. (ed.), Dirittiumani e diritti delle minoranze, Turín, Rosenberg & Sellier, 2000, p.114. Del mismo autor, “ I diritti nella teoria del diritto” , Teoria politi-ca, Turín, XV, núm. 1, 1999, p. 75; hay traducción al castellano en Fe-rrajoli, L. et al., Los fundamentos de los derechos fundamentales, Ma-drid, Trotta, 2001.

Page 17: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

los primeros a sus homólogos estadounidenses o in-gleses —en sus valores, en sus actitudes frente a lavida, en sus lealtades y en sus sentidos de pertenen-cia— que a sus conacionales pobres. Como tantosotros aspectos, la “ identidad nacional” , para efec-tos de la creación y reconocimiento de la ciudada-nía, parece ser poco más que una ficción.

A la luz del reconocimiento de esta ficción, algu-nos autores han señalado la necesidad de superarlas visiones tradicionales de la soberanía y de laciudadanía.10 En la actualidad ambos conceptos es-tán sirviendo para limitar los derechos de millonesde inmigrantes que tocan a las puertas de las demo-cracias opulentas en busca de mejorar sus condicio-nes de vida. Para atemperar la distancia, por lo me-nos desde el punto de vista jurídico, que existeentre los ciudadanos y los extranjeros, quizá podríarecuperarse el sentido del artículo 4o. de la Consti-tución francesa de 1793, recordado por Habermas,que disponía que el estado de ciudadanía (no sola-mente la nacionalidad, sino también los derechos de

16 MIGUEL CARBONELL

10 Ferrajoli, Luigi, “Más allá de la soberanía y la ciudadanía: unconstitucionalismo global” , trad. de Gerardo Pisarello, en Carbonell,Miguel (comp.), Teoría de la Constitución. Ensayos escogidos, Méxi-co, Porrúa-UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2000; id.,“La soberanía en el mundo contemporáneo” , trad. de Andrea Greppien su libro Derechos y garantías. La ley del más débil, 2a. ed., Madrid,Trotta, 2001.

Page 18: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

ciudadanía activa) se otorgaba a todo extranjeroadulto que residiese durante un año en Francia.11

Esto encuentra plena justificación si se entiende,como lo hace el mismo Habermas, que “El statusde ciudadano fija en especial los derechos democrá-ticos de los que el individuo puede hacer reflexiva-mente uso para cambiar su situación, posición ocondición jurídica material” .12 Esto quiere decir,simplemente, que todos los habitantes adultos deun Estado, sean o no ciudadanos, deben tener lacapacidad jurídica —esto es, atribuida por el or-denamiento— de concurrir a la vida política deese Estado; concretamente, participando en lasformas democráticas que permiten la toma de de-cisiones: pudiendo votar y ser votados.13

Además, si es cierto que la homogeneidad socialha dejado de ser —suponiendo que alguna vez lohaya sido— la nota edificante de la distinción entreciudadanos y extranjeros, y si en consecuencia seacepta que la convivencia futura de un número im-portante de grupos sociales va a estar marcada porel pluralismo étnico y cultural, se hace más necesa-rio derrumbar el mito de la ciudadanía y acoger ese

ESTUDIO INTRODUCTORIO 17

11 Habermas, Jürgen, Facticidad y validez, Madrid, Trotta, 1998,p. 637.

12 Idem, p. 626.13 Bovero, Michelangelo, Contro il governo dei peggiori. Una

grammatica della democrazia, Laterza, Roma-Bari, 2000, pp. 120 y ss.

Page 19: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

pluralismo bajo la protección de un ordenamientoconstitucional que reconozca, en condiciones deigualdad, derechos fundamentales para todos; comoindica Ferrajoli, “ las Constituciones son pactos deconvivencia tanto más necesarios y justificadoscuanto más heterogéneas y conflictuales son lassubjetividades políticas, culturales y sociales queestán destinadas a garantizar” .14

III. MINORÍAS NACIONALES E INMIGRACIÓN

No es casual que las preocupaciones acerca delreconocimiento de la ciudadanía hayan surgido contanta fuerza en los últimos años. En un trabajo es-crito con Wayne Norman, Kymlicka apuntaba lascausas que han desencadenado el interés en torno altema; entre ellas señalaba el creciente componentemulticultural que se presenta en los países de laUnión Europea, el fenómeno de las migracionesmasivas, el resurgimiento de los movimientos na-cionalistas, la crisis del Estado benefactor y su par-cial desmantelamiento a partir de los años ochenta,los conflictos étnicos, etcétera.15

18 MIGUEL CARBONELL

14 Ferrajoli, Luigi, “ I diritti nella teoria del diritto” , cit., nota 9, p. 75.15 Kymlicka, Will y Norman, Wayne, “El retorno del ciudadano.

Una revisión de la producción reciente en teoría de la ciudadanía” , Lapolítica. Revista de Estudios sobre el Estado y la Sociedad, Barcelona,núm. 3, 1997; id., “Citizenship in Culturally Diverse Societies: Issues,

Page 20: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Los movimientos migratorios parecen ser una se-ñal de nuestros tiempos, un fenómeno que con todaprobabilidad va a ir en aumento en los próximosaños y que constituye un reto de primera magnitudpara la acción y la teoría políticas.

Por un lado, la inmigración supone acentuar elcomponente multicultural que ya existe en muchosEstados-nación. Por otro, desencadena una serie deexigencias de reconocimiento normativo muy im-portantes y, en buena medida, directamente ligadasal concepto de democracia que defienden los princi-pales países receptores de inmigrantes. La primerade esas exigencias es el reconocimiento de la igualdignidad que deben tener todos los habitantes de un

ESTUDIO INTRODUCTORIO 19

Contexts, Concepts” , en Kymlicka, Will y Norman, Wayne (eds.), Citi-zenship in Diverse Societies, Nueva York, Oxford University Press,2000. Danilo Zolo ha recordado que la temática de la ciudadanía sirvepara analizar la tensión hoy existente entre: a) la tutela de los derechossubjetivos garantizada por el Estado a sus propios ciudadanos, con ex-clusión de los extranjeros; b) el carácter inclusivo y tendencialmenteuniversal de esos derechos; c) la tutela de las minorías étnico-culturalesal interior de los Estados nacionales, por una parte, y por otra, d) losprocesos de globalización que hacen depender cada vez con mayorfuerza el disfrute efectivo de los derechos subjetivos de las posibilida-des de su tutela internacional; Zolo, Danilo, “La ciudadanía en una eraposcomunista” , La Política. Revista de Estudios sobre el Estado y lasociedad, cit., en esta nota; id., “La strategia della cittadinanza” , enZolo, Danilo (ed.), La cittadinanza. Appartenenza, identitá, diritti, 2a.ed., Roma-Bari, Laterza, 1999; id., “Cittadinanza. Storia di un concettoteorico-politico” , Filosofia politica, XIV, núm. 1, abril de 2000.

Page 21: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Estado, sean o no ciudadanos y tengan o no en regla“ los papeles” .16 La segunda exigencia es el recono-cimiento de la ciudadanía, es decir, la posibilidadde participar en la vida política del Estado en el queviven y en el que, en consecuencia, pagan impuestos.La tercera es el respeto por sus tradiciones cultura-les y la creación de una serie de dispositivos jurídi-cos y de políticas públicas destinados a tutelarlas.17

El problema de las identidades —estrechamentevinculado a las migraciones— se ha convertido enla primera fuente de contenciosidad política denuestro tiempo, desplazando a la tradicional temáti-ca sobre la “ redistribución” de bienes económicosy sociales generales como el medio fundamental dela movilización política.18

Aunque hay algunos autores que entienden quefenómenos como la migración y la acentuación delmulticulturalismo se oponen a alguno o algunos de

20 MIGUEL CARBONELL

16 Lucas, Javier de, “Por qué son relevantes las reivindicacionesjurídico-políticas de las minorías” , en Lucas, J. de (dir.), Derechos delas minorías en una sociedad multicultural, Madrid, CGPJ, 1999; re-producido en Carbonell, Miguel et al. (comps.), Derechos sociales yderechos de las minorías, 2a. ed., México, UNAM, Instituto de Investi-gaciones Jurídicas, 2001.

17 Kymlicka, Will, “Le sfide del multiculturalismo” , Il Mulino,Milán, núm. 2, 1997.

18 Vallespín, Fernando, “Cosmopolitismo político y sociedad mul-ticultural” , en Valencia S., Ángel, Participación y representación enlas sociedades multiculturales, Málaga, Universidad de Málaga, 1998.

Page 22: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

los componentes básicos de la democracia,19 habríadatos que permiten sugerir lo contrario: las demo-cracias se enriquecen al recibir a los inmigrantes yfortalecen su legitimidad democrática en la medidaen que convierten en realidad la universalidad delos derechos humanos (que no se reconocen yacomo derechos solamente de los ciudadanos, sinode todas las personas).20

Los fenómenos migratorios hacen surgir con ni-tidez el tema de las minorías nacionales y la even-tual compatibilidad entre nacionalismo mayoritarioy nacionalismo de las minorías, como explicanKymlicka y Straehle. Tal compatibilidad supone undesafío, no resuelto, sobre todo para los teóricosque defienden el llamado “nacionalismo liberal” ;Kymlicka y Straehle apuntan que “La mayor partede la literatura nacionalista liberal ha tendido a elu-dir esta cuestión crítica y a ignorar la potencial coli-sión entre estas formas de nacionalismo conten-dientes” . La cuestión parece estar centrada en lasdos preguntas siguientes que hacen los autores:“¿qué debemos hacer en aquellos Estados que en-globan a dos o más naciones, y en los que el nacio-

ESTUDIO INTRODUCTORIO 21

19 Véase, por ejemplo, Sartori, Giovanni, La sociedad multiétnica.Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros, Madrid, Taurus, 2001.

20 El concepto de universalidad de los derechos fundamentales hasido explicado por Bobbio, Norberto, L’etá dei diritti, 3a. ed., Turín,Einaudi, 1997.

Page 23: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

nalismo de Estado entra en conflicto directo con, ypretende socavar a, los nacionalismos de las mino-rías?, ¿debemos apoyar la construcción nacional es-tatal incluso si ello implica la destrucción de las mi-norías?” . Un inicio de respuesta que se sugiere enel texto indica que “El Estado tiene que renunciarpara siempre a la aspiración de convertirse en un«Estado-nación» y, en su lugar, aceptar que es, ycontinuará siendo, un «Estado multinacional»” .21

Las dificultades se presentan en el momento de in-tentar instrumentar jurídicamente dicha “multina-cionalidad” .22

Para México las reflexiones anteriores son muyrelevantes en la medida en que ha existido en su te-rritorio un nacionalismo mayoritario que ha menos-cabado o nulificado las identidades de las minoríasculturales y étnicas. La construcción de la identidadnacional mexicana se ha producido a costa, o inclu-so en contra, de las identidades indígenas por unaparte, y de las extranjeras por otra.23 Actualmente

22 MIGUEL CARBONELL

21 En el mismo sentido, para el caso de México, Villoro, Luis, Es-tado plural, pluralidad de culturas, México, UNAM-Paidós, 1998.

22 Algunos aspectos de esas dificultades se explican en Carbonell,Miguel, La Constitución en serio. Multiculturalismo, igualdad y dere-chos sociales, México, Porrúa-UNAM, Instituto de Investigaciones Ju-rídicas, 2001.

23 En la Constitución mexicana de 1917 existen normas discrimina-torias hacia los extranjeros, que son incompatibles con varias declara-ciones internacionales de derechos humanos, por ejemplo en los artícu-

Page 24: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

en el proyecto de nueva redacción del artículo 2o.constitucional, en su primer párrafo, todavía se se-ñala que “La nación mexicana es única e indivisi-ble” , si bien luego reconoce la composición pluri-cultural del país así como la autonomía de lospueblos indígenas en varios aspectos.24

Las reflexiones sobre la migración y las minoríasnacionales interesan en México también en razón dela alta tasa de migrantes que cruzan la frontera conEstados Unidos. A dichos migrantes no siempre lesson respetados sus derechos humanos (por su cali-dad de no nacionales y por otras muchas razones).Además, los que han podido legalizar su situaciónsufren de cierta indefinición cultural, sometidos a latensión de mantener sus costumbres originales porun lado, y de asimilarse a la poderosa cultura nortea-mericana para poder trabajar e ir a la escuela, porotro.

ESTUDIO INTRODUCTORIO 23

los 32 y 33. Esto ha tenido como consecuencia, entre otras cuestiones,que México haya tenido que introducir una reserva al momento de re-conocer la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de De-rechos Humanos; sobre dicho reconocimiento, Fix-Zamudio, Héctor(coord.), México y las declaraciones de derechos humanos, México,UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2000.

24 Carbonell, Miguel, op. cit., nota 22, cap. II. Véase, también,Aguilar Rivera, José Antonio, El fin de la raza cósmica. Consideracio-nes sobre el esplendor y decadencia del liberalismo en México, Méxi-co, Océano, 2001.

Page 25: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

IV. LAS RUTAS DEL COSMOPOLITISMO

Nuestros autores señalan que las tres grandes lec-ciones que se pueden extraer de la literatura recienteen materia de filosofía y teoría políticas son: a) la ex-plicación de por qué los Estados-nación han sido tanimportantes para la teoría política moderna; b) el aná-lisis de por qué el nacionalismo de las minorías hasido una característica tan persistente en la vida de-mocrática liberal, y c) la razón de por qué necesita-mos, al menos en parte, desplazar o complementareste interés en las naciones y en los Estados naciona-les con una democracia más cosmopolita.

Esta última lección ha despertado, como las dosanteriores, uno de los debates más importantes delos últimos años.25 Dicho debate también ha sidodesarrollado, en alguna medida, por necesidades es-trictamente prácticas: por el surgimiento y la im-portancia de los problemas supranacionales, queexigen una teoría y una práctica que puedan ir másallá de las fronteras.

Pero el análisis no ha podido superar lo que Ha-bermas llama la “ trampa territorial” ,26 es decir, la

24 MIGUEL CARBONELL

25 Para los planteamientos generales, véase Kymlicka, Will, “FromEnlightenment Cosmopolitanism to Liberal Nationalism” , en su libroPolitics in the Vernacular, Oxford, Oxford University Press, 2001, pp.203 y ss.

26 La constelación posnacional..., cit., nota 1, p. 95.

Page 26: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

postura teórica que sigue entendiendo que su princi-pal (o único) marco de referencia es el Estado-na-ción. Por eso Kymlicka y Straehle escriben que

aunque contamos con un número cada vez mayor deinstituciones transnacionales que ejercen una influen-cia importante en nuestras vidas, no tenemos una teo-ría política de las instituciones transnacionales... nopodemos seguir tomando al Estado-nación, o a las na-ciones de las minorías, como el contexto único o do-minante de la teoría política. Necesitamos una con-cepción más cosmopolita de la democracia y de lagobernabilidad...

De momento, sin embargo, todavía no existe unpensamiento social que pueda dar respuesta a losdesafíos de la era de la globalización, ni en materiajurídica, ni política, ni económica.

Mientras que a nivel político se habla de cosmo-politismo, a nivel jurídico se empieza a desarrollaruna literatura interesante sobre el “constitucionalis-mo mundial” o “constitucionalismo de derecho in-ternacional” , sobre todo a partir de los novedososplanteamientos de Luigi Ferrajoli.27

De acuerdo con Ferrajoli, ya existiría una basesuficiente, si bien en forma embrionaria, para poderhablar de un tipo de constitucionalismo como el

ESTUDIO INTRODUCTORIO 25

27 Por ejemplo en Derechos y garantías. La ley del más débil, cit.,nota 10, pp. 152 y ss.

Page 27: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

mencionado. Dicha base inicial se encontraría en laCarta de la ONU y en las cartas y declaraciones dederechos firmadas y ratificadas por un número im-portante de países. Lo que faltaría, sin embargo, esun sistema de garantías que hiciera efectivo ese de-recho; esta falta debe ser considerada, de acuerdocon el propio Ferrajoli, como una laguna que tienenla obligación de subsanar la ONU y los países que laintegran.

Como medidas para superar esa laguna y paraasegurar la paz exterior y los derechos humanos enel interior, Ferrajoli propone tres cuestiones con-cretas:

a) Una reforma de la jurisdicción de La Haya ba-sada sobre cuatro puntos; 1) la extensión de sucompetencia, que actualmente se encuentra limitadaa las controversias entre Estados, hasta las respon-sabilidades por guerras, amenazas a la paz y viola-ciones de derechos fundamentales; 2) la afirmacióndel carácter obligatorio de su jurisdicción, que ac-tualmente está sujeta al reconocimiento previo delos Estados; 3) la legitimación ante la Corte de losparticulares o cuando menos de las miles de organi-zaciones no gubernamentales dedicadas a la defen-sa de los derechos humanos, y 4) la creación de laresponsabilidad personal de los gobernantes por crí-menes previstos por el derecho internacional, los

26 MIGUEL CARBONELL

Page 28: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

cuales deberían estar tipificados en un código penalinternacional.28

b) La prohibición de todas las guerras; esto paraser efectivo requiere, según Ferrajoli, la creación deuna policía internacional y la atribución de compe-tencia a la Corte Internacional de Justicia para resol-ver y desactivar los conflictos. Además, es necesariocrear convenciones y resoluciones destinadas a lo-grar un progresivo desarme de los Estados: “La pazse alcanzará —afirma este autor— no sólo y no tan-to armando a la ONU, cuanto sobre todo desarman-do a los Estados” . En cuanto a esta última propuestade Ferrajoli, del todo congruente y merecedora delmáximo respaldo, debe señalarse la manifiesta hipo-

ESTUDIO INTRODUCTORIO 27

28 Este último punto, me parece, ya está logrado con la creación delTribunal Penal Internacional y el establecimiento en su mismo Estatutode las conductas sobre las que va a tener competencia. Desde luego,falta mucho para su implementación práctica y para su funcionamientoefectivo. El carácter personal de la responsabilidad de los gobernantesque se pueda desprender por violaciones a lo dispuesto en el Estatutode Roma que crea el Tribunal Penal Internacional es muy importante,ya que permitiría cambiar la forma en que la comunidad internacionalaplica las sanciones a los países que violan la normatividad internacio-nal; concretamente, el cambio residiría en que la imposición de las san-ciones tendría que respetar al pueblo de esos Estados y castigar sola-mente a los gobernantes, de tal manera que la gente que allí habita seaconsiderada como una especie de “pueblo secuestrado” , cuya integri-dad se tiene que resguardar en tanto no tiene responsabilidad alguna.Sobre el argumento, Archibugi, D., “Principi di democrazia cosmopoli-tica” , en Archibugi, D. y Beetham, David, Diritti umani e democraziacosmopolitica, Milán, Feltrinelli, 1998.

Page 29: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

cresía de varias de las grandes potencias mundiales,que si bien son las primeras en lamentar y condenarlas acciones de guerra que suceden casi siemprefuera de sus fronteras, siguen permitiendo el fun-cionamiento en sus respectivos países de la fuerte einfluyente industria armamentista, así como la ven-ta de armamento y equipo bélico a Estados de losque se tienen pruebas que pueden usarlas contra supropia población. Una muestra más de que la lógicaeconómica impera por encima de la lógica de lapaz, de los derechos y de la dignidad de todos losseres humanos.

c) La tercera propuesta de Ferrajoli consiste enotorgar a los pueblos que están en vías de desarrollolos derechos que en su tiempo Francisco de Vitoriaatribuyó a los conquistadores: el ius societatis etcommunicationis, el ius peregrinandi y el ius mi-grandi a los países avanzados,29 así como la atribu-ción a todos, sin mayores dificultades, de la ciuda-danía, por el simple hecho de ser personas.

Kymlicka y Straehle se detienen en su ensayo enel análisis de los puntos de vista de David Held, quetal vez sea uno de los pensadores que más ha con-

28 MIGUEL CARBONELL

29 Un interesante punto de vista acerca de la función nada legítimade las fronteras (que impiden el ejercicio real del ius migrandi) se en-cuentra en Carens, Joseph, “Aliens and Citizens: The Case for OpenBorders” , en Kymlicka, Will (ed.), The Rights of Minority Cultures,Oxford, Oxford University Press, 1995.

Page 30: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

tribuido al desarrollo de una teoría de la democraciacosmopolita30 y al entendimiento de la globaliza-ción.31

Held enumera una serie de causas que, a su jui-cio, representan un desafío inaplazable para la teo-ría y la práctica democráticas y que ponen en cues-tión las claves tradicionales del pensamiento en lamateria. Dichas causas son: a) la dinámica de unaeconomía mundial que provoca inestabilidades ydificultades dentro de los Estados y entre ellos, queescapa al control de cualquier comunidad política;b) el rápido crecimiento de vínculos trasnacionalesque estimulan nuevos procesos y formas de tomardecisiones que involucran a Estados, organizacio-nes intergubernamentales y grupos de presión inter-nacionales; c) la expansión e intensificación de lossistemas de comunicación transnacional; d) la proli-feración de armas y tecnologías militares como unrasgo “estable” del mundo político contemporáneo,y e) la aparición de apremiantes problemas transna-cionales —incluidos, por ejemplo, desafíos ambien-tales, como la lluvia ácida, el deterioro de la capa

ESTUDIO INTRODUCTORIO 29

30 Held, D., La democracia y el orden global. Del Estado modernoal gobierno cosmopolita, Barcelona, Paidós, 1997.

31 Véase, por ejemplo, Held, D., “¿Hay que regular la globaliza-ción?” , en Carbonell, Miguel y Vázquez, Rodolfo (comps.), Estadoconstitucional y globalización, cit., nota 5, pp. 33-51.

Page 31: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

de ozono y el “efecto invernadero”— que no reco-nocen límites y fronteras nacionales.32

Ante esto el propio Held y otros autores han ha-blado de la necesidad de empezar a desarrollar for-mas de democracia cosmopolita.33

Kymlicka y Straehle critican, con razón, a Heldporque no ha explicado las condiciones que haríanposible una acción democrática de tipo cosmopolitao supranacional. Concretamente, subrayan la ausen-cia de consideraciones sobre los temas de la identi-dad colectiva y la justicia social más allá del Esta-do-nación. Con estas observaciones se ubican en lalínea de un debate importante que, entre otros te-mas, ha venido discutiendo la posibilidad de que laUnión Europea pueda contar con una “Constitucióneuropea” .34 Para algunos, dicha Constitución seráposible solamente cuando se haya creado una “es-fera pública de discusión” compartida, lo que in-cluiría, al menos, una red de medios de comunica-ción de tipo supranacional y una serie de partidospolíticos que actuaran por encima de las fronteras.En otro de sus ensayos, Kymlicka ha subrayado

30 MIGUEL CARBONELL

32 La democracia y el orden global..., cit., nota 30, p. 17.33 Véase, entre otros, Archibugi, D., op. cit., nota 28.34 Grimm, Dieter, “¿Necesita Europa una Constitución?” , Debats,

Valencia, núm. 55, marzo de 1996; Habermas, Jurgen, “Observacionesa «¿Necesita Europa una Constitución?»” , en la misma revista (el tra-bajo de Habermas fue reproducido en su libro La inclusión del otro.Estudios de teoría política, Barcelona, Paidós, 1999).

Page 32: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

también la importancia de establecer vínculos co-municativos compartidos para poder desarrollar la-zos de solidaridad entre las personas; las personasse sienten más dispuestas a participar políticamentecuando existen pautas comunicativas comunes.35

Casi todos los autores que participan en el debatesobre el cosmopolitismo coinciden en que una con-dición para el desarrollo de pautas de acción supra-nacionales es la democratización de la esfera públicainternacional. Esto en dos sentidos diversos: de unaparte, en lo que se refiere al funcionamiento de lasactuales estructuras internacionales, que cuentancon graves déficit de legitimidad democrática;36 porotra, es necesario extender el paradigma democráti-

ESTUDIO INTRODUCTORIO 31

35 Op. cit., nota 25.36 Nuestros autores apuntan que “ ...confiar en que los Estados-na-

ción representan a sus miembros en la esfera internacional no asegurala democratización en este ámbito” . Para democratizar los espacios in-ternacionales se ha propuesto eliminar la representación que de los ciu-dadanos tienen en forma prácticamente monopólica los Estados a nivelinternacional. Esto comportaría, entre otras cuestiones, el reconoci-miento de una mayor subjetividad institucionalizada en el plano inter-nacional para las “organizaciones no gubernamentales” , lo cual podríatener como consecuencias tanto el hacer más transparentes las esferaspúblicas nacionales que se ven sometidas a decisiones de carácter su-pranacional, como poder poner sobre la escena pública una serie de te-mas que de otra forma permanecerían ocultos o eliminados de la agen-da política. Sobre esto, Estévez Araujo, José Antonio, “Ciudadaníacosmopolita versus globalización neoliberal” , en Silveira Gorski, Héc-tor C. (ed.), Identidades comunitarias y democracia, Madrid, Trotta,2000 y Greblo, Edoardo, “Globalizzazione e diritti umani” , FilosofiaPolitica, XIV, núm. 3, diciembre de 2000, entre otros.

Page 33: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

co a todos los países del mundo, pues como diceNorberto Bobbio: no será posible una democraciainternacional si antes no se han democratizado losEstados.37

En la parte de conclusiones, Kymlicka y Straehleseñalan la conexión que existe entre cosmopolitis-mo y legitimidad política. Tal conexión la explicanen el sentido de que la creación de instituciones su-pranacionales eficientes no debe verse como unamuestra de debilidad de los Estados-nación, sinocomo una posibilidad de fortalecer su legitimidad“ al permitirles centrarse en aquellas metas a quepueden aspirar con éxito” . Si los problemas que losrebasan son competencia de las entidades suprana-cionales, entonces los Estados podrán trabajar conmayor eficiencia sobre los temas que están real-mente a su alcance y que seguirán permaneciendobajo su jurisdicción.

V. CONCLUSIÓN

Para terminar, puede decirse que estamos ante unensayo muy relevante para entender varios de losprocesos sociales que está viviendo el mundo en laactualidad: las mutaciones en la forma tradicional

32 MIGUEL CARBONELL

37 “Democracia y sistema internacional” , Revista Internacional deFilosofía Política, Madrid, núm. 4, noviembre de 1994, pp. 5-21.

Page 34: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

de los Estados-nación, el surgimiento de un inci-piente —pero al parecer imparable— cosmopolitis-mo, marcado por la superación de las tradicionalescategorías de soberanía y ciudadanía, el lugar de lasminorías culturales y étnicas en el actual sistema deEstados, etcétera.

Por supuesto, como todo ensayo revisionista, nosofrece un panorama en el que quizá surgen más pre-guntas que respuestas; pero visto lo vertiginoso delos tiempos que estamos viviendo y la falta de clari-dad conceptual que impera en buena parte de lasciencias sociales, plantear de forma correcta las pre-guntas ya es un avance considerable. Para dar conlas respuestas tendremos que seguir investigando yescribiendo. Las pistas y caminos que nos ofrecenKymlicka y Straehle son una inmejorable compañíapara conocer un terreno que se vislumbra incierto,pero que también parece ineludible. El siglo XXI es-tará marcado (lo está ya) por la temática de las mi-norías, por la revisión de las formas tradicionales delEstado-nación en estos tiempos de la “era de la in-formación” , como diría Castells, y por la acentua-ción del pluralismo étnico y cultural. De ahí la im-portancia del presente texto.

La bibliografía que se incluye al final es muy com-pleta y sirve de orientación para que los lectores seadentren en un debate que, a pesar de ser reciente,cuenta ya con contribuciones teóricas relevantes.

ESTUDIO INTRODUCTORIO 33

Page 35: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

En el Instituto de Investigaciones Jurídicas se havenido impulsando una línea editorial de traduccio-nes que ha incorporado a varios de los autores másrelevantes de la actualidad. El ensayo de Kymlickay Straehle viene a enriquecer esa lista y demuestrala vocación del Instituto por dar cuenta de las cues-tiones sociales más actuales.

La traducción del ensayo ha corrido a cargo deKarla Pérez Portilla, ayudante de investigación en elInstituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,y de Neus Torbisco, profesora del área de filosofíadel derecho de la Universidad Pompeu Fabra deBarcelona. Will Kymlicka ha apoyado la realizaciónde la traducción y ha visto con simpatía la idea deque fuera publicada en México por la UNAM. A to-dos ellos el Instituto de Investigaciones Jurídicas lesagradece el esfuerzo y buena disposición que hanmostrado para el éxito de este proyecto.

Ciudad Universitaria, julio de 2001.

34 MIGUEL CARBONELL

Page 36: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

COSMOPOLITISMO, ESTADO-NACIÓNY NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS

UN ANÁLISIS CRÍTICO DE LA LITERATURA RECIENTE

Will K YMLICKA

Christine STRAEHLE

I. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . 37

II. El papel central de la nación . . . . . . . . 47

III. La nacionalización de los Estados y las na-ciones de minorías . . . . . . . . . . . . . 61

IV. La necesidad de una concepción más cos-mopolita de la teoría política . . . . . . . . 79

V. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

CONTENIDO 9

Page 37: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

COSMOPOLITISMO,ESTADO-NACIÓN Y NACIONALISMO

DE LAS MINORÍASUN ANÁLISIS CRÍTICO DE LA LITERATURA RECIENTE

WILL KYMLICKA

CHRISTINE STRAEHLE

Page 38: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

I. INTRODUCCIÓN

Según John Rawls, una teoría de la justicia liberaldebe aplicarse a la “estructura básica de la socie-dad” ; pero ¿cuál es la sociedad relevante? ParaRawls, la “ sociedad” se define en los términos delEstado-nación. Cada Estado-nación forma una (ysólo una) sociedad, y la teoría de este autor se apli-ca dentro de los límites de cada Estado-nación.

Rawls está lejos de ser el único en centrarse en elEstado-nación. La mayoría de los politólogos hadado por sentado que las teorías que desarrollan de-ben operar dentro de los límites del Estado-nación.Cuando desarrollan principios de justicia para eva-luar sistemas económicos se centran en las econo-mías nacionales; cuando desarrollan principios jurí-dicos para evaluar Constituciones se centran enConstituciones nacionales, cuando desarrollan unconjunto de virtudes apropiadas e identidades re-queridas para una ciudadanía democrática se pre-guntan lo que significa ser un buen ciudadano en unEstado-nación; cuando discuten lo que puede odebe significar “ comunidad política” están inda-

37

Page 39: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

gando en qué sentido los Estados-nación puedenverse como comunidades políticas.

Esta orientación hacia el Estado-nación no siem-pre es explícita. Muchos teóricos hablan de “ la so-ciedad” o “del gobierno” o “de la Constitución”sin especificar a qué clase de sociedad, gobierno oConstitución se refieren. Pero examinando sus tra-bajos, casi siempre tienen en mente a los Estados-nación. Esto prueba cuán diseminado está el para-digma. La presunción de que las normas políticas seaplican en el marco de los Estados-nación, concebi-dos como simples “ sociedades” integradas, es tanaceptada que muchos teóricos ni siquiera ven la ne-cesidad de explicitarla.

Desde luego, los teóricos están vagamente cons-cientes de que existen formas de gobernabilidadtanto por encima del nivel del Estado-nación, eninstituciones transnacionales como la Unión Euro-pea o las Naciones Unidas, como también por debajo,en instituciones políticas regionales o locales. Peroéstas se han considerado de importancia secundaria,complementando pero jamás desafiando o despla-zando la posición central que ocupan las institucio-nes políticas nacionales.

Es sorprendente, por tanto, que hasta muy re-cientemente no se haya escrito casi nada acerca delpapel de la nacionalidad en la teoría política. Comoseñala Bernard Yack, “ no hay textos de teóricos

38 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 40: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

importantes que tracen las líneas generales y de-fiendan el nacionalismo. No hay un Marx, ni unMill, ni un Maquiavelo. Únicamente textos meno-res de pensadores de primer nivel como Fichte, otextos importantes de pensadores de segundo nivelcomo Mazzini” .1

Esta situación ha cambiado significativamente enlos últimos años, empezando por la publicación deLiberal Nationalism de Yael Tamir (1993), de OnNationality (1995) de David Miller, y de Nation-hood and Political Theory (1996) de Margaret Ca-novan. En efecto, últimamente se ha producido unaverdadera oleada de artículos, simposios y librossobre la teoría política del nacionalismo.2 En estetrabajo analizaremos algunas de las principales lec-ciones que pueden extraerse de esta literatura acer-ca de los niveles o unidades apropiadas de teoríapolítica. Hemos resumido estas lecciones en tresapartados principales.

Primero, estos trabajos han contribuido a explicarpor qué la pertenencia nacional y los Estados-na-ción han jugado un papel central, si bien implícito,en la teoría política occidental. Hemos aprendidobastante sobre la razón por la que la teoría y la

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 39

1 Citado en Beiner, R. (1999), Introduction.2 Miller, 1995; Tamir, 1993; Canovan, 1996; Beiner, 1999; Miller

et. al., 1996; McMahan y McKim, 1997; Moore, 1998; Couture et. al.,1998; Lehning, 1988; Gilbert, 1998,

Page 41: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

práctica de la democracia, justicia, legitimidad yciudadanía se han vinculado a las instituciones na-cionales. Según varios autores contemporáneos, amenudo calificados como “nacionalistas liberales” ,únicamente en el seno del Estado-nación hay algu-na esperanza realista de implementar los principiosdemocrático-liberales. Discutiremos algunos de es-tos argumentos en la segunda sección.

Buena parte de esta literatura puede verse comodefensa no sólo de los Estados-nación tal como exis-ten en Occidente, sino también del nacionalismo.Por éste entendemos aquellos movimientos políti-cos y políticas públicas encaminadas a asegurar quelos Estados sean efectivamente “Estados-nación”en los que el Estado y la nación coinciden. Segúnlos nacionalistas liberales, que los Estados-naciónlograran existir no es producto de un feliz acciden-te: de algún modo, es legítimo utilizar determinadasmedidas para tratar de producir mayor coincidenciaentre nación y Estado.

Sin embargo, los movimientos nacionalistas hanintentado hacer coincidir a las naciones con los Es-tados de dos maneras muy distintas y conflictivas.Por un lado, los Estados han adoptado varias políticasde “construcción nacional” con miras a transmitir alos ciudadanos un lenguaje nacional, identidad ycultura comunes; por el otro, las minorías etnocul-turales dentro de un Estado territorialmente mayor

40 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 42: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

se han movilizado para demandar un Estado propio.Podemos denominar al primero “nacionalismo deEstado” y al segundo “nacionalismo de las mino-rías” .

Ambas estrategias nacionalistas han tendido agenerar serios conflictos en aquellos países quecontienen minorías nacionales. Con la expresión“minorías nacionales” nos referimos a grupos etno-culturales que se piensan a sí mismos como nacionesdentro de un Estado. Enfrentados al nacionalismoestatal, estos grupos han resistido tradicionalmentela presión de asimilarse a la nación mayoritaria y,en su lugar, se han movilizado para formar su pro-pia comunidad autogobernada, ya sea como Estadoindependiente o como región autónoma dentro delEstado al que pertenecen.

Esta clase de conflictos entre el nacionalismo deEstado y el de las minorías ha sido una característi-ca constante en la historia del siglo XX. Más aún,contrariamente a muchas predicciones, no hemospresenciado disminución alguna de tales conflictos.El conflicto entre el nacionalismo de Estado y el delas minorías continúa siendo la dinámica más pode-rosa en (y el obstáculo para) los países de recientedemocratización de la Europa poscomunista. Inclu-so en las democracias occidentales consolidadas, elnacionalismo de las minorías está en auge, y no en

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 41

Page 43: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

declive, en Cataluña, Escocia, Flandes, Quebec yPuerto Rico.

Lo anterior plantea una pregunta obvia: si los na-cionalistas liberales están en lo cierto al sostenerque la democracia liberal funciona mejor en el con-texto de unidades políticas nacionales, ¿proporcio-na ello una defensa del nacionalismo de Estado, odel de las minorías, o de ambos? Además, ¿qué de-bemos hacer cuando las dos formas de nacionalis-mo entran en conflicto?

La mayor parte de la literatura nacionalista libe-ral ha tendido a eludir esta cuestión crítica y a ignorarla potencial colisión entre estas formas de naciona-lismo contendientes. Sin embargo, algunos autoreshan argumentado que el nacionalismo liberal, porsu propia lógica, debe apoyar el nacionalismo de lasminorías. Según esta teoría, existen razones legíti-mas por las cuales los grupos etnonacionales conti-nuarán conduciéndose como “naciones” , reclaman-do derechos “nacionales” de autogobierno y quizáshasta la secesión. Al respecto, también se han reali-zado recientemente importantes trabajos sobre laexplicación de la fuerza y perdurabilidad del nacio-nalismo de las minorías. Discutimos estos razona-mientos en la tercera sección. Esta es la segundalección más importante que esbozamos de la litera-tura reciente.

42 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 44: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Esta literatura ha realizado genuinas aportacio-nes en torno a la posición central de los Estados-na-ción, la nacionalidad y el nacionalismo. Sin embargo,se produce una situación peculiar algo paradójica.Parece que estamos empezando a entender el papelcentral de la nacionalidad justo cuando este elemen-to se ve desafiado y desplazado por otras fuerzas.En particular, muchas personas sostienen que esteénfasis en el Estado-nación y en el nacionalismo delas minorías debe reemplazarse por una concepciónmás cosmopolita de la democracia, centrada en lasinstituciones internacionales o supranacionales. Es-tas instituciones están evolucionando, y son cadavez más influyentes, pero la teoría política tradicio-nal nos dice muy poco acerca de la clase de demo-cratización, derechos, virtudes e identidades apro-piadas para ellas. Últimamente se ha realizado unimportante esfuerzo explorando por lo menos losprimeros pasos de una teoría de la “ democraciacosmopolita” . Analizamos estos desarrollos en lacuarta sección. La necesidad de tal teoría es la ter-cera lección principal de la literatura.

En suma, la literatura reciente nos ofrece tres lec-ciones: a) por qué los Estados-nación han sido tanimportantes para la teoría política moderna; b) porqué el nacionalismo de las minorías ha sido una ca-racterística tan persistente en la vida democrática li-

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 43

Page 45: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

beral, y c) por qué necesitamos, al menos en parte,desplazar o complementar este interés en las nacio-nes y en los Estados nacionales con una democraciamás cosmopolita.

Huelga decir que estas tres lecciones apuntan endirecciones distintas. No son compatibles entre sí, yes difícil conciliarlas en una sola teoría. Muchosteóricos, por tanto, han insistido en que una de éstases la “verdadera” lección que debe aprenderse, yque las demás están fuera de lugar. Por ejemplo, al-gunos defensores de la democracia cosmopolita hansostenido no solamente que las instituciones trans-nacionales están adquiriendo tanta importanciacomo los Estados-nación, sino que estos últimosson cada vez más obsoletos, e incluso que estamossiendo testigos del “ fin del Estado-nación” (Gue-heno, 1995). De forma similar, los defensores delEstado-nación a menudo han puesto en duda la re-levancia de los nacionalismos de las minorías;mientras que los defensores del nacionalismo de lasminorías suelen descartar las ideas de la democra-cia cosmopolita por utópicas.

Desde nuestro punto de vista, hay algo de verdaden cada una de estas tres lecciones. Esto sugiereque necesitamos una concepción de la teoría políti-ca mucho más compleja y multidimensional de laque tenemos hasta la fecha, una concepción que

44 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 46: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

haga justicia a las naciones minoritarias, a los Esta-dos-nación y a las instituciones transnacionales.Nuestra meta en este trabajo no es desarrollar talteoría, sino, más bien, identificar algunos de sus ci-mientos potenciales.

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 45

Page 47: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías
Page 48: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

II. EL PAPEL CENTRAL DE LA NACIÓN

En retrospectiva, podemos observar dos tendenciaspoderosas en los dos últimos siglos en Occidente: 1) elcasi universal reordenamiento del espacio político,que ha pasado de un embrollo confuso de imperios,reinos, ciudades-Estado, protectorados y colonias, aun sistema de Estados-nación, todos los cuales hanemprendido políticas de “construcción nacional” diri-gidas a la difusión de una identidad nacional, culturay lenguaje comunes, y 2) el reemplazamiento casiuniversal de todas las formas preliberales o no de-mocráticas de gobierno (e.g., monarquías, oligar-quías, teocracias, dictaduras militares, regímenescomunistas, etcétera) por sistemas de democracia li-beral. Es posible que estas dos tendencias no esténrelacionadas, pero el sentido común sugiere quedebe haber alguna afinidad importante entre los Es-tados-nación y la democracia liberal.

Pero, ¿cuál es la naturaleza de esta afinidad?Como señalamos con anterioridad, los teóricos dela política han escrito sorprendentemente pocoacerca de este vínculo, tendiendo a asumir implíci-

47

Page 49: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

tamente que escriben para un mundo de Estados-na-ción —como si la existencia de los Estados-naciónfuera simplemente un hecho natural— en lugar deexplorar si éstos constituyen un buen hogar para lademocracia liberal, y por qué ello es así. No obstan-te, en los últimos años hemos presenciado el surgi-miento de una nueva escuela de pensamiento —amenudo llamada “nacionalismo liberal”— que pre-tende explicar el vínculo entre la democracia liberaly la nacionalidad. Podemos pensar que la democra-cia liberal comprende tres principios conectados entresí pero de distinto tipo: a) justicia social; b) demo-cracia deliberativa, y c) libertad individual. Segúnlos nacionalistas liberales todos estos principiospueden alcanzarse mejor —o quizá conseguirseúnicamente— dentro de unidades políticas naciona-les. Nos referiremos brevemente a cada uno de es-tos vínculos:

a) Justicia social. Los teóricos democrático-libe-rales difieren entre sí con respecto a los requerimien-tos precisos de la justicia social. Algunos liberalesde izquierda están a favor de una fuerte redistribu-ción de los recursos para lograr alguna idea de “ igual-dad de recursos” o “ igualdad de oportunidades” .Pero aun los liberales de centro-derecha estaríangeneralmente de acuerdo en que la justicia distribu-tiva requiere: A) igualdad de oportunidades paraadquirir las aptitudes y acreditaciones necesarias

48 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 50: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

para participar en la economía moderna, y para com-petir por trabajos apreciados; B) un sistema de dere-chos sociales para cubrir las necesidades básicas delas personas, protegiéndolas de ciertas desventajas yvulnerabilidades (e.g., asistencia sanitaria, pensiones,seguros de desempleo, subsidios familiares).

¿Por qué pensar que la justicia social en estostérminos tiene alguna conexión intrínseca con losEstados-nación? Los nacionalistas liberales sugie-ren dos clases de razones. En primer lugar, un Esta-do de bienestar requiere que hagamos sacrificiospor personas a quienes no conocemos, que proba-blemente nunca conoceremos, y cuya descenden-cia étnica, religión y estilo de vida difieren de losnuestros. En una democracia tales programas socia-les sobrevivirán únicamente si la mayoría de losciudadanos continúa votando por ellos. La historiasugiere que la gente está dispuesta a sacrificarse porparientes y correligionarios, pero es propensa a acep-tar obligaciones más amplias únicamente bajo ciertascondiciones, tales como: A) que haya algún sentidode identidad común y de pertenencia que una al do-nante y al destinatario, de tal manera que los sacri-ficios realizados por desconocidos continúan sien-do, de alguna manera, sacrificios por “uno de losnuestros” , y B) que haya un alto nivel de confianzaen que los sacrificios serán recíprocos: e.g., si unapersona se sacrifica hoy por los necesitados, sus

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 49

Page 51: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

propias necesidades serán atendidas más tarde. Losnacionalistas liberales sostienen que la identidadnacional en el mundo moderno ha proporcionadoesta identidad y confianza comunes, y que ningunaotra identidad social ha sido capaz de motivar sacri-ficios continuados (como opuestos a la episódicaasistencia humanitaria en tiempos de emergencia)más allá del nivel de los grupos de parientes y miem-bros de la misma religión (Miller, 1995; Canovan,1996).

En segundo lugar, el compromiso con la igualdadde oportunidades, por definición, requiere el igual ac-ceso a la capacitación y al trabajo. A medida que laeconomía se industrializa, los empleos exigen un altonivel de capacidad, educación y habilidad para comu-nicarse (en comparación con el trabajo en la econo-mía agraria). Según Ernest Gellner, la difusión de laeducación masiva en un lenguaje común fue un requi-sito funcional de la modernización de la economía.En la visión de Gellner, la “nacionalización” de laeducación no se llevó a cabo inicialmente para pro-mover la igualdad de oportunidades para todos losciudadanos, sino que fue simplemente una manera deasegurar una fuerza de trabajo adecuada (Gellner,1983). Sin embargo, la nacionalización de la educa-ción fue adoptada rápidamente por los liberales de iz-quierda y los socialdemócratas como una herramientacrucial para lograr una mayor igualdad social. Los

50 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 52: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

sistemas nacionales de educación que brindan edu-cación pública estandarizada en un lenguaje comúnestandarizado, triunfaron en la integración de regio-nes atrasadas y de la clase trabajadora en una socie-dad nacional común e hicieron posible (en princi-pio) que todos los niños de todas las regiones yclases obtuvieran las habilidades necesarias paracompetir en una economía moderna. De hecho, enmuchos países la igualdad de oportunidades suelemedirse precisamente evaluando el éxito de dife-rentes grupos dentro de estas instituciones educati-vas nacionales comunes.

Por ambas razones, diversas políticas de “cons-trucción nacional” de los Estados pueden versecomo promotoras de la justicia social, al fomentarla solidaridad necesaria para motivar la redistribu-ción, y al suscitar el igual acceso a las mismas insti-tuciones educativas y económicas.

b) Democracia deliberativa. La democracia libe-ral está, por definición, comprometida con la demo-cratización. Pero para los liberales, la democraciano es sólo una fórmula para agregar votos: es tam-bién un sistema de deliberación y legitimación co-lectiva que permite a todos los ciudadanos utilizarsu razón en la deliberación política. El momentoconcreto de votar (en elecciones, o dentro de las le-gislaturas) es únicamente un componente de un pro-ceso más amplio de autogobierno democrático. Este

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 51

Page 53: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

proceso se inicia con la deliberación pública sobreasuntos que necesitan ser atendidos y sobre las op-ciones para resolverlos. Las decisiones que resultande esta deliberación son legitimadas con posteriori-dad, sobre la base de que reflejan la voluntad y elbien común del pueblo como un todo, no únicamen-te el interés propio o los caprichos arbitrarios de lamayoría.

¿Por qué pensar que la democracia deliberativaen este sentido tiene alguna conexión intrínseca conlos Estados-nación? De nuevo, los nacionalistas li-berales sugieren dos tipos de razones. Primero,como sucede con la justicia social, la democraciadeliberativa requiere un alto nivel de confiabilidad.La gente tiene que confiar en que los demás estánverdaderamente dispuestos a considerar los propiosintereses y opiniones. Más aún, es probable queaquellos que pierden en una elección o debate aca-ten los resultados sólo si sienten que pueden ganarla próxima vez, y que, en ese caso, los otros acata-rán los resultados. Como hemos visto, los naciona-listas liberales sostienen que sólo una identidad na-cional común ha asegurado exitosamente esta clasede confianza.

Segundo, la deliberación política colectiva esfactible únicamente si los participantes se compren-den mutuamente, y eso parece requerir un idiomacomún. En principio, podrían imaginarse una gran

52 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 54: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

variedad de facilidades de traducción para personascon diferentes idiomas, pero ello resultaría exorbi-tantemente caro e incómodo. La promoción de unalengua nacional común por parte de los Estados-na-ción puede interpretarse, por tanto, como el favore-cimiento de una forma más robusta de democraciadeliberativa. Para los nacionalistas liberales, los fo-ros de política nacional con una sola lengua comúnforman el centro primario de participación en elmundo moderno y son más genuinamente participa-tivos que los foros políticos a niveles más elevadosque pasan por alto completamente las fronteras dellenguaje.

¿Por qué? Dicho de forma simple, la política de-mocrática es política en la lengua vernácula. El ciu-dadano medio sólo se siente cómodo debatiendocuestiones políticas en su propia lengua. Por reglageneral, son exclusivamente las elites quienes ha-blan con fluidez más de un idioma, quienes tienenla oportunidad de mantener continuamente y desa-rrollar estas habilidades lingüísticas, y quienes sesienten cómodos debatiendo cuestiones políticas enotra lengua en escenarios políglotas. Por otro lado,la comunicación política tiene un importante com-ponente ritual, y estas formas rituales de comunica-ción son característicamente específicas de cadalenguaje. Aun si se entiende una lengua extranjeraen el sentido técnico, sin conocimiento de estos ele-

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 53

Page 55: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

mentos rituales uno puede ser incapaz de entenderlos debates políticos. Por esta y otras razones, losnacionalistas liberales mantienen —como regla ge-neral— que cuanto más se conduzca el debate polí-tico en la lengua vernácula, más participativo será.

Esto se ve reforzado por el vínculo que se forjóentre el lenguaje y la identidad nacional en el sigloXIX, cuando los Estados se embarcaron en el pro-ceso de educar a las masas y permitirles participarpolíticamente en sus lenguas vernáculas. La combi-nación de alfabetización y democratización masivascontribuyó a la creación de identidades nacionalesfuertes, simbolizadas con el uso de la lengua verná-cula, lo cual infundió en los ciudadanos una nuevadignidad —identidades que permanecen hasta nues-tros días— (Anderson, 1983; Brubaker, 1996; Ca-novan, 1996). Es importante recordar que en periodosanteriores de la historia europea, las elites trataronde distanciarse al máximo de “ la plebe” o “clasesbajas” , y justificaron sus poderes y privilegios pre-cisamente en términos de su pretendida distancia delas masas. El surgimiento del nacionalismo, sin em-bargo, significó la valoración de “el pueblo” . Las na-ciones se definen en términos de “el pueblo” —e.g.,la masa de población en un territorio, independien-temente de su clase u ocupación—, “el poseedor dela soberanía, el objeto central de la lealtad, y la basede la solidaridad colectiva” (Greenfeld, 1992: 14).

54 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 56: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

La identidad nacional se ha mantenido fuerte enla era moderna en parte porque su énfasis en la im-portancia del “pueblo” proporciona una fuente dedignidad para todos los individuos, sin importar suclase. La educación de masas y la democracia con-ducidas en la lengua vernácula son manifestacionesconcretas de este cambio hacia la identidad nacio-nal que concede dignidad. El uso de la lengua delpueblo confirma que la comunidad política verda-deramente pertenece al pueblo y no a la elite.

c) Libertad individual. El vínculo entre la liber-tad individual y el nacionalismo es más complicadoque el que existe entre la justicia social y la demo-cracia deliberativa. Las dos últimas son empresascolectivas, y es claro el porqué podrían requerir al-gún sentido de comunidad. Que la nacionalidadproporcione efectivamente la clase de base comunalapropiada para la justicia y la democracia es unacuestión aparte, a la cual regresaremos, pero ambasimplican claramente algunos lazos comunales. Encontraste, que el nacionalismo pueda concebirsecomo promotor de principios de libertad individualpuede ser menos claro. Después de todo, el nacio-nalismo tiende a asumir que la identidad de las per-sonas está indisociablemente ligada a su nación, yque la gente puede llevar vidas con sentido única-mente dentro de su propia cultura nacional, ¿no esésta precisamente la clase de valoración de las iden-

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 55

Page 57: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

tidades de grupo adscriptivas que el ideal liberal deautonomía individual intentó desafiar?

Según los nacionalistas liberales, sin embargo, larelación entre autonomía individual y cultura nacio-nal es más compleja. La participación en una cultu-ra nacional, argumentan, lejos de inhibir la elecciónindividual, es lo que convierte a la libertad indivi-dual en significativa. La idea básica es la siguiente:la modernidad se define (en parte, por lo menos)por la libertad de elección individual. Pero ¿qué su-pone la elección individual? Las personas realizanelecciones entre las prácticas sociales de su entor-no, basándose en sus creencias sobre el valor de lasmismas. Y la propia cultura nacional no sólo aportatales prácticas, también las dota de significado.Como indican Avishai Margalit y Joseph Raz, lapertenencia a una cultura nacional proporciona op-ciones significativas, en el sentido de que “ la fami-liaridad con una cultura determina los límites de loimaginable” . Por tanto, si una cultura sufre un pro-ceso de decadencia o está discriminada, “ las opcionesy oportunidades abiertas a sus miembros disminui-rán, perderán su atractivo y su persecución tendrámenos probabilidades de éxito” (Margalit y Raz,1990: 449).

Por esta razón, el compromiso liberal fundacio-nal con la libertad individual puede extenderse paragenerar un compromiso con la viabilidad continua-

56 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 58: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

da y la prosperidad de las culturas nacionales. Estono explica por qué la gente necesita el acceso a supropia cultura nacional, en lugar de la integraciónen alguna cultura nacional, quizá más próspera. Sinembargo, los nacionalistas liberales ofrecen variasrazones acerca de por qué es difícil para los miem-bros de una cultura en decadencia integrarse a otra.Según Margalit y Raz, por ejemplo, la opción de in-tegrarse es difícil no sólo porque es “un proceso re-almente muy lento” , sino también por el papel quedesempeña la pertenencia cultural en la identidadde las personas. Dicha pertenencia tiene un “altoperfil social” , pues afecta la manera en que los de-más nos perciben y nos responden, lo que a su vezmoldea nuestra identidad. Por otro lado, la identi-dad nacional es especialmente adecuada para servircomo “ foco de identificación primario” , porque sebasa en la pertenencia, no en la realización. Porconsiguiente, la identidad cultural proporciona un“anclaje para la autoidentificación [de las personas]y la seguridad de una pertenencia estable sin tenerque realizar esfuerzo alguno” . Pero esto, a su vez,significa que el autorrespeto de la gente está estre-chamente ligado a la estima en que se tenga a sugrupo nacional. Si una cultura no goza del respetogeneralizado, entonces la dignidad y el autorrespetode sus miembros también se verán amenazados(Margalit y Raz, 1990: 447-449). Charles Taylor

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 57

Page 59: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

(1992) y Yael Tamir (1993: 41, 71-73) sostienen ar-gumentos similares acerca del papel que desempeñael respeto a la pertenencia nacional como elementode refuerzo de la dignidad e identidad individuales.

Tamir también enfatiza la medida en que la per-tenencia cultural agrega un “ significado adicional”a nuestras acciones, convirtiéndolas no sólo en ac-tos de realización individual, sino también en “par-te de un continuo esfuerzo creativo mediante el cualla cultura se crea y se recrea” . Sostiene que cuandolas instituciones “están modeladas por una culturacomprensible y con significado [para las perso-nas]” , ello “permite un cierto grado de transparen-cia que facilita su participación en los asuntos pú-blicos” . Esto, a la larga, fomenta un sentimiento depertenencia y relaciones de reconocimiento y res-ponsabilidad mutuos (Tamir, 1993: 72, 85 y 86). Ja-mes Nickel resalta el daño potencial a los valiososvínculos intergeneracionales cuando los padres sonincapaces de transmitir su cultura a sus hijos y nie-tos (Nickel, 1995). Benedict Anderson y ChaimGans destacan la manera en que la identidad nacio-nal nos permite trascender nuestra mortalidad, alligarnos a algo cuya existencia parece remontarsea tiempos inmemoriales, y prolongarse hacia un futuroindefinido (Anderson, 1983; Gans, 1998). Por todasestas razones, los nacionalistas liberales sostienenque el sentido de la libertad individual y de la auto-

58 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 60: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

nomía de las personas está típicamente vinculado ala participación en su propia cultura nacional.

En suma, los nacionalistas liberales ofrecen di-versas razones sobre el porqué los Estados-naciónconstituyen unidades adecuadas para la teoría polí-tica liberal. Los valores democrático-liberales dejusticia social, democracia deliberativa y autonomíaindividual, sostienen, se logran mejor en un Estado-nación —e.g., en un Estado que ha difundido unaidentidad nacional, cultura y lengua comunes entresus ciudadanos—. En palabras de Margaret Cano-van, la nacionalidad es “el motor” que hace funcio-nar a los Estados democrático-liberales (Canovan,1996: 80).3 En la medida en que estos argumentosnacionalistas liberales resulten convincentes, se ex-plica por qué, como señala Tamir, “ la mayoría delos liberales son nacionalistas liberales” (1993:139), y por qué la liberalización y la nacionalizaciónde la vida política en Occidente han ido de la mano.

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 59

3 Debemos hacer énfasis en que, en realidad, Canovan, a diferen-cia de otros autores que hemos mencionado en esta sección, no apoyala posición nacionalista liberal. Incluso, en algunos aspectos consideraque es bastante lamentable que la democracia liberal esté tan aferrada ala pertenencia nacional; pero sostiene que esta conexión ha sido, de he-cho, muy fuerte, y que no está claro cuáles serían las bases alternativasde la democracia liberal.

Page 61: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías
Page 62: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

III. LA NACIONALIZACIÓNDE LOS ESTADOS Y LAS NACIONES

DE MINORÍAS

Hay varios puntos en este argumento nacionalistaliberal que pueden cuestionarse, particularmente enuna era de globalización. Examinaremos algunas deestas cuestiones en breve, pero antes es preciso ex-plorar una ambigüedad en el argumento nacionalis-ta liberal.

Los nacionalistas liberales sostienen que cuandolas personas que pertenecen a una comunidad polí-tica comparten un sentido de lo nacional surgen di-versos beneficios. Pero sabemos que este sentido depertenencia a una nación común no es “natural” , yno siempre existió. En muchos Estados-nación laidea de que todos los habitantes de un territoriocompartían o debían compartir una misma identi-dad nacional es comparativamente reciente; cuandomucho, data de pocos siglos, y tardó mucho tiempoen arraigarse al pensamiento popular.

Dicho de otro modo, los Estados-nación no exis-tieron desde el principio de los tiempos, ni tampoco

61

Page 63: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

surgieron de la noche a la mañana: son producto dedeliberadas políticas de construcción nacional,adoptadas por los Estados para difundir y fortalecerun sentido de la pertenencia nacional. Estas políti-cas incluyen planes de estudios de educación nacio-nal, apoyo a los medios de comunicación nacional,la adopción de símbolos nacionales y leyes sobreidioma oficial, sobre ciudadanía y naturalización, yasí sucesivamente. Por esta razón, quizá sea mejordescribirlos como “Estados en construcción nacio-nal” o “Estados nacionalizadores” más que como“Estados-nación” .4 La difusión exitosa de una iden-tidad común es, en muchos países, un logro contin-gente y vulnerable —un proceso en marcha, no unhecho consumado—.

Por supuesto, en algunos países estas políticas deconstrucción nacional han sido sorprendentementeexitosas. Considérese Francia o Italia. ¿Quién po-dría haber pronosticado en 1750 que virtualmentetodas aquellas personas dentro de las fronteras ac-tuales de Francia o Italia compartirían un lenguaje y

62 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

4 Para un desarrollo sustentado de este argumento, véase Bruba-ker, 1996. De igual modo, Wayne Norman ha expuesto con detalle quela labor real de los teóricos políticos al teorizar el nacionalismo no esevaluar los méritos de los Estados-nación como instituciones, sino eva-luar los méritos de la construcción nacional como una práctica política.Sostiene, consideramos que acertadamente, que los teóricos políticoshan ignorado casi por completo este aspecto del nacionalismo. VéaseNorman, 1996, 1999.

Page 64: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

un sentido de la nacionalidad comunes? En muchospaíses, sin embargo, algunas minorías territorial-mente concentradas han opuesto resistencia a estaspolíticas de construcción nacional, en particularcuando se trata de minorías que ejercieron histórica-mente algún grado de autogobierno que fue erradi-cado en el momento en que su tierra natal se incor-poró involuntariamente a un Estado mayor, comoproducto de la colonización, de la conquista o de lacesión de territorios de un poder imperial a otro.Como señalamos con anterioridad estas minorías amenudo se perciben a sí mismas como “nacionesatrapadas” y se conducen de acuerdo con líneas na-cionalistas para obtener o recuperar derechos de au-togobierno.

Con frecuencia, tales nacionalismos de las mino-rías entran en conflicto directamente con el nacio-nalismo de Estado, dado que este último pretendepromover una identidad nacional común en todo elEstado. De hecho, los nacionalismos de las mino-rías son a menudo el blanco principal del naciona-lismo de Estado y de las políticas de construcciónnacional. Después de todo, los miembros de la ma-yoría ya tienen, por lo general, algún sentido depertenencia nacional compartida, lo cual se ve re-flejado en la cultura popular, y no necesitan impul-so o presión algunos para identificarse con ella. Al-gunas veces las políticas de construcción nacional

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 63

Page 65: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

pretenden contribuir a incorporar a los miembros endesventaja o marginados de la nación, pero general-mente también se dirigen a las personas que no seconsideran en absoluto miembros de la nación ma-yoritaria —e.g., a las minorías nacionales— y a tra-tar de eliminar su idea de que forman una nacióndistinta dentro del Estado mayor.

Esto lleva a la pregunta muy bien captada en el tí-tulo del famoso artículo de Walker Connor (1972):“ Are Nation-States ‘Nation-Building or Nation-Destroying’?” (“¿Son los Estados-nación ‘de cons-trucción o de destrucción nacional’?” ). En realidad,son las dos cosas. Los Estados-nación han tratadotípicamente de construir un sentido común de lapertenencia nacional destruyendo cualquier percep-ción preexistente distinta por parte de las minoríasnacionales. Esto puede observarse en la coerciónmasiva aplicada por el gobierno francés en el sigloXIX contra los bretones y los vascos, y en la actua-lidad en las políticas adoptadas por los gobiernoseslovacos o rumanos contra la etnia húngara, o porel gobierno latvio contra la etnia rusa.

Esto plantea preguntas importantes que han sidonotoriamente obviadas por la literatura sobre teoríapolítica, aun por quienes enfatizan el papel central eimportancia de la identidad nacional para la demo-cracia liberal; a saber, ¿qué debemos hacer en aque-llos Estados que engloban a dos o más naciones, y

64 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 66: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

en los que el nacionalismo de Estado entra en con-flicto directo con, y pretende socavar a, los naciona-lismos de las minorías? ¿Debemos apoyar la cons-trucción nacional estatal incluso si ello implica ladestrucción de las minorías?

Plantear las preguntas de esta manera presuponeque los nacionalistas liberales no sólo están defen-diendo los Estados-nación tal como existen, sinotambién la legitimidad de los programas de cons-trucción nacional. Esto no siempre queda claro enlos textos: algunos autores toman la existencia de losEstados-nación como un hecho, sin mencionar nadaacerca de qué puede hacerse para crearlos. Sin em-bargo, como señalamos en la introducción, la esen-cia del nacionalismo trata precisamente de movi-mientos políticos y políticas públicas que intentanactivamente asegurar que los Estados sean en reali-dad “Estados-nación” en los que el Estado y la na-ción coincidan. Cualquier teoría sobre el nacionalis-mo, liberal o de otro tipo, por tanto, debe abordar lacuestión relativa a las medidas que son legítimaspara tratar de producir mayor coincidencia entre na-ción y Estado. Y al pensar en dicha cuestión, nece-sitamos reconocer que la construcción nacional porparte del Estado casi siempre está relacionada conla destrucción de la nación de las minorías.

Cabría pensar que este conflicto no es tan gravecomo lo hemos presentado. Al fin y al cabo, los

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 65

Page 67: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

ejemplos de nacionalismo de Estado que acabamosde mencionar difícilmente son ejemplos de la clase deconstrucción nacional respaldada por los nacionalis-tas liberales contemporáneos. Tanto en el caso de laFrancia del siglo XIX como el contemporáneo deEslovaquia y Latvia, las políticas de construcciónnacional se han realizado de forma muy coercitiva,violando los derechos civiles y políticos básicos dela gente (e.g., la libertad de asociación, la libertadde prensa, el derecho a ser electo, etcétera). No es desorprender que estas formas de nacionalismo de Es-tado impliquen la destrucción nacional. Pero los na-cionalistas liberales contemporáneos únicamenteapoyarían políticas estatales de construcción nacionalque respeten los derechos humanos básicos, y po-dría esperarse que estas formas más moderadas y li-berales de nacionalismo de Estado no fueran de“destrucción nacional” .

Desafortunadamente, el conflicto entre el nacio-nalismo de Estado y el nacionalismo de las minoríasno desaparece ni aun cuando el primero se muevedentro de los límites de los derechos humanos. Con-sidérense las siguientes formas frecuentes de cons-trucción nacional del Estado, todas las cuales respe-tan plenamente los derechos civiles y políticos:

A) Políticas de colonización/migración internas.A menudo, los gobiernos nacionales han incitado ala población de una parte del país (o a los nuevos

66 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 68: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

inmigrantes) a trasladarse al territorio histórico dela minoría nacional. Tales políticas de colonizacióna gran escala suelen usarse como arma contra la mi-noría nacional, tanto para forzar el acceso a los re-cursos naturales de su territorio, como para debili-tarlas políticamente, al convertirlas en una minoríadentro de su propio territorio tradicional (McGarry,1998). Este proceso está ocurriendo en todo el mun-do, en Bangladesh, Israel, Tíbet, Indonesia, Brasil,etcétera (Penz, 1992; 1993). Lo mismo sucedió enel sudoeste americano, en donde la inmigración seutilizó para desapoderar a los pueblos indígenas ypoblaciones chicanas que habitaban ese territoriocuando se incorporó a los Estados Unidos en 1848.Ésta es, sin lugar a dudas, una fuente de seria injus-ticia, pero que puede ocurrir sin privar a los miem-bros individuales de una minoría nacional de susderechos civiles y políticos.5

B) Las fronteras y poderes de las subunidadespolíticas internas. En Estados con minorías nacio-nales concentradas territorialmente, los límites delas subunidades políticas internas son de crucial im-portancia. Dado que las minorías nacionales estánhabitualmente concentradas territorialmente, estoslímites pueden trazarse de tal manera que las forta-

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 67

5 Esperamos que haya quedado claro lo injusto de tales políticas,pero para un análisis a fondo, véase Kymlicka, 1998b.

Page 69: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

lezca —e.g., para crear subunidades políticas dentrode las cuales la minoría nacional forme una mayoríalocal, y pueda utilizarse, por tanto, como un vehícu-lo para una autonomía y autogobierno significati-vos—. Sin embargo, en muchos países las fronterasse han trazado para debilitar a las minorías naciona-les. Por ejemplo, el territorio de una minoría puededividirse en varias unidades, de modo que se hagaimposible una acción política cohesionada (e.g., ladivisión de Francia en ochenta y tres “departamen-tos” después de la Revolución, lo que subdividióintencionalmente las regiones históricas de los vas-cos, bretones y otras minorías lingüísticas); a la in-versa, el territorio de una minoría puede ser absor-bido por una subunidad política mayor, de maneraque se asegure que los miembros de esta última sonmás numerosos dentro de la subunidad entendidacomo un todo (e.g., hispanos en el siglo XIX enFlorida).

Incluso, cuando las fronteras coinciden aproxi-madamente con el territorio de la minoría nacional,el grado de autonomía puede socavarse si el gobier-no central usurpa la mayoría o todos los poderes delas subunidades y elimina los mecanismos tradicio-nales de autogobierno del grupo. En efecto, pode-mos encontrar muchas instancias de este tipo en lasque nominalmente es una minoría la que controlauna subunidad política, pero no tiene poder sustan-

68 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 70: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

tivo puesto que el gobierno central: a) ha eliminadolas instituciones tradicionales y procedimientos deautogobierno del grupo, y b) se ha arrogado todoslos poderes importantes, inclusive aquellos queafectan la supervivencia cultural del grupo —e.g.,jurisdicción sobre el desarrollo económico, educa-ción, lengua— (considérese el pleno poder del Con-greso americano sobre las tribus indias en los Esta-dos Unidos).

Esta usurpación del poder es una clara injusticia.Aún así, de nuevo, puede ocurrir sin violación delos derechos civiles y políticos individuales. Mien-tras los miembros individuales mantengan el dere-cho a votar y postularse, los principios de derechoshumanos no imponen obstáculo alguno a los esfuer-zos de la mayoría para amañar las fronteras o poderesde las subunidades políticas internas a fin de debili-tar a las minorías nacionales.6

C) Política de idioma oficial. En la mayoría delos Estados democráticos, los gobiernos general-mente han adoptado la lengua de la mayoría como“ idioma oficial” —e.g., como lengua del gobierno,burocracia, tribunales, escuelas, etcétera—. Todoslos ciudadanos están obligados, por tanto, a apren-der este idioma en la escuela, y se requiere ciertafluidez en el mismo para trabajar en, o tratar con, el

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 69

6 Para un análisis profundo, véase Kymlicka, 1998a.

Page 71: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

gobierno. Aunque esta política se defiende a menu-do en nombre de la “eficiencia” , también se adoptapara asegurar la eventual asimilación de la minoríanacional al grupo mayoritario. Del mismo modo enque las instituciones políticas tradicionales de lasminorías han sido suprimidas por la mayoría, así lohan sido también las instituciones educativas pre-existentes. Por ejemplo, las escuelas españolas en elsudoeste americano fueron cerradas después de1848, y reemplazadas por escuelas de idioma inglés.Igualmente, las escuelas de idioma francés en el oes-te de Canadá se clausuraron una vez que los anglo-parlantes lograron el dominio político. Esto puedeser una fuente obvia de injusticia, pero, una vez más,no implica la violación de ninguno de los derechosindividuales civiles y políticos más comunes.

Las tres cuestiones que hemos analizado —mi-gración, subunidades políticas internas y políticaslingüísticas— son elementos muy comunes en losprogramas de “construcción nacional” en los que sehan involucrado los Estados occidentales.7 Las polí-ticas diseñadas para colonizar los territorios de las

70 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

7 De un modo distinto, en el bloque comunista. Véase el informede Walker Connor sobre la manera en que los líderes comunistas trata-ron estas cuestiones de política de colonización, divisiones ventajosas ypolíticas sobre el idioma, las cuales fueron herramientas de política cla-ves en el enfoque comunista con respecto a las minorías nacionales,(Connor, 1984).

Page 72: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

minorías, menoscabar sus instituciones políticas yeducativas, y la imposición de un idioma comúnhan sido herramientas importantes de la construc-ción nacional del Estado. Y aunque son menoscoactivas que las políticas del siglo XIX en Francia,y no implican la violación de derechos individualesbásicos, no son menos “destructivas de la nación”en sus intenciones o en sus resultados.

El hecho de que la construcción nacional del Es-tado pueda destruir a la nación de la minoría auncuando se conduzca dentro de los imperativos deuna Constitución democrático-liberal, contribuye aexplicar por qué el nacionalismo de las minorías hacontinuado siendo una fuerza tan poderosa dentrode las democracias occidentales, y por qué la sece-sión sigue siendo una cuestión viva en varias re-giones (e.g., Flandes, Quebec, Cataluña, Escocia).Las minorías nacionales no se sentirán seguras, noimporta cuán fuertemente se protejan sus derechosciviles y políticos, a menos que el Estado renuncieexplícitamente a cualquier intento de involucrarseen esta clase de políticas de construcción nacional.Esto significa, en efecto, que el Estado tiene querenunciar para siempre a la aspiración de conver-tirse en un “Estado-nación” y, en su lugar, aceptarque es, y continuará siendo, un “Estado multina-cional” .

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 71

Page 73: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Así, los nacionalistas liberales no pueden escaparal conflicto entre el nacionalismo de Estado y el na-cionalismo de las minorías. Por eso persiste la cues-tión: ¿es permisible la construcción nacional delEstado cuando implica la destrucción nacional de laminoría? Como mencionamos con anterioridad, seha escrito notablemente poco con respecto a estacuestión.

En cierto modo, es comprensible que esta cues-tión haya sido ignorada. El conflicto entre el nacio-nalismo de Estado y el nacionalismo de las mino-rías coloca a los defensores del nacionalismo liberalen una gran encrucijada. Si es realmente deseablepara los Estados ser Estados-nación, entonces pare-ce haber dos opciones poco atractivas en los paísesen donde hay dos o más grupos nacionales: a) des-componer los Estados multinacionales de maneraque se permita a todos los grupos nacionales con-formar su propio Estado-nación, a través de la sece-sión y la redelimitación de fronteras, o b) permitiral grupo nacional mayor o más poderoso de cada Es-tado multinacional utilizar el nacionalismo de Esta-do para destruir a las demás identidades nacionalesen competencia.

La primera opción es evidentemente irrealista enun mundo en donde hay muchas más naciones queEstados posibles y en donde muchos grupos nacio-nales están entremezclados en el mismo territorio, y

72 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 74: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

sería catastrófico tratar de implementarla.8 Pero lasegunda parece arbitraria e injusta, difícilmenteconsistente con el principio fundamental de que lasidentidades nacionales merecen respeto y reconoci-miento.

Enfrentados a este dilema, los nacionalistas libe-rales han respondido de distintas maneras. Algunossencillamente ignoran el problema. Otros muerdenel anzuelo y sostienen que, efectivamente, los Estadosmultinacionales deberían, cuando ello sea posible,dividirse en Estados-nación (e.g., Walzer, 1992).Otros mantienen que, si se concedieran algunos pa-rámetros de respeto por parte de la sociedad mayo-ritaria, podría persuadirse a las minorías nacionalesde que renunciaran a su sentido de “pertenencia na-cional” y se integraran a la nación dominante (e.g.,Miller, 1995). La evidencia hasta la fecha sugiereque esto último es una esperanza efímera. En todaslas democracias occidentales (así como en todo elmundo) las minorías nacionales han aumentado suinsistencia, no la han disminuido, en su estatus comonaciones y en sus derechos nacionales. Dicha espe-ranza es irrealista precisamente por las razones quelos propios nacionalistas liberales sugieren, a saber:

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 73

8 Aquí estamos tratando de manera muy rápida una cuestión pordemás complicada —a saber, el derecho de secesión— el cual ha sidoobjeto de buena parte del debate actual. Véase, por ejemplo, Buchanan,1991; Lehning, 1998; Moore, 1998.

Page 75: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

que la gente tiene un profundo apego a su propiaidentidad nacional y cultura, y un intenso deseo departicipar políticamente en su lengua vernácula. Enrealidad, si reexamináramos los argumentos de losnacionalistas liberales analizados en la segunda sec-ción, todos parecen aplicarse de igual manera tantoa las naciones de minorías como a las naciones do-minantes.9

74 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

9 Considérese la cuestión de la democracia deliberativa. Hay va-rias democracias políglotas en Occidente —Bélgica, Canadá, España,Suiza—. Estos países en algunas ocasiones dan por refutada la sugeren-cia nacionalista liberal, referente a que la democracia deliberativa re-quiere de un idioma nacional común. Finalmente, cada uno de estospaíses es una democracia próspera; además, cada uno contiene por lomenos una minoría nacional considerable cuyo lenguaje distintivo tienealgún estatus oficial. Sin embargo, si miramos más de cerca la maneraen que operan los debates políticos dentro de estos países, encontramosque la lengua es cada vez más importante en la definición de los límitesde las comunidades políticas, y en las identidades de los actores políti-cos. Una dinámica similar tiene lugar en todos estos países, donde a) losgrupos lingüísticos distintos se están territorializando —esto es, cadalengua está siendo cada vez más dominante dentro de una región enparticular, mientras que está desapareciendo fuera de la región (este fe-nómeno, conocido como ‘imperativo territorial’, está muy expandi-do)—, y b) estos grupos lingüísticos territorializados están solicitandomayor reconocimiento político y facultades de autogobierno a travésde la federalización del sistema político (por supuesto, estos procesos deterritorialización y federalización están íntimamente ligados —el últi-mo es tanto la causa como el efecto del anterior—). Los límites políti-cos han sido diseñados, y los poderes políticos redistribuidos, de mane-ra que los grupos lingüísticos territorializados sean capaces de ejercerun autogobierno más completo dentro del sistema federal en su conjun-to. En breve, la lengua se ha convertido en una fuerza cada vez másimportante en la determinación de los límites de la comunidad política

Page 76: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Además, la condición mínima para conceder“ respeto” a las minorías nacionales es protegerlasde la clase de políticas injustas de destrucción na-cional tratadas anteriormente. Pero las medidas ne-cesarias para la protección contra estas políticas sonprecisamente aquellas que implican la reafirmaciónde un sentido peculiar de la pertenencia nacionalentre la minoría. Para prevenir políticas de coloni-zación injustas, por ejemplo, las minorías puedenrealizar ciertas demandas territoriales —insistiendoen la reserva de determinadas tierras para su benefi-cio y uso exclusivos—. O pueden pedir que se im-pongan determinados desincentivos a la inmigra-ción. Por ejemplo, podría exigirse a los inmigrantesun periodo largo de residencia antes de poder votaren elecciones locales o regionales. O podrían no es-tar facultados para ejercer sus derechos lingüísticos,esto es, podría exigírseles asistir a escuelas en lalengua local, en vez de tener educación pública en supropia lengua. Asimismo, los tribunales y serviciospúblicos podrían conducirse en la lengua local. Todasestas medidas están encaminadas a reducir el número

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 75

dentro en estos países políglotas. En efecto, estos países se están con-virtiendo en federaciones de grupos lingüísticos autogobernados. Larazón, o por lo menos parte de ella, es precisamente el argumento na-cionalista liberal dado con anterioridad, la política democrática es lapolítica en lengua vernácula.

Page 77: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

de inmigrantes en el territorio de la minoría nacio-nal, y a asegurar que todos aquellos que emigrenestén dispuestos a integrarse a la cultura local. Deigual manera, para evitar ser debilitadas política-mente, las minorías nacionales necesitan derechosgarantizados en cuestiones tales como el autogo-bierno, la representación política grupal, derecho deveto sobre asuntos que afecten directamente a la su-pervivencia de su cultura, y así sucesivamente. Ypara evitar la injusticia lingüística, las minorías na-cionales podrían exigir que se conceda a su lenguael estatus de idioma oficial, por lo menos dentro desu región.

Todas estas demandas, que conforman el cora-zón del nacionalismo minoritario en todo el mundo,proporcionan evidencias concretas de si el Estadoha renunciado al objetivo de tener una nación co-mún y ha aceptado, en su lugar, su realidad multi-nacional. Todas implican, en efecto, el derecho deuna minoría nacional, no sólo a sustraerse del al-cance de las políticas de construcción nacional delEstado, sino también a emprender su propia formacompetitiva de construcción nacional, de maneraque pueda mantenerse como una sociedad distinta yautogobernada al lado del grupo nacional dominan-te. Hay muestras claras de que las minorías nacio-nales no se sentirán seguras dentro de los Estados amenos que se cubran estas demandas.

76 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 78: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Así pues, la idea de que pueda persuadirse a lasminorías nacionales para que se integren a la nacióndominante parece bastante ingenua. El nacionalis-mo minoritario permanecerá tan firme como el na-cionalismo de Estado, y por la misma razón.

¿Dónde queda entonces el nacionalismo liberal?Típicamente, los nacionalistas liberales han argu-mentado que, puesto que la identidad nacional esimportante para la libertad y la autoestima de lagente, y puesto que una identidad nacional comúnsirve a muchos valores liberal-democráticos legíti-mos, es moralmente deseable que naciones y Esta-dos coincidan. Sin embargo, esta posición pareceahora autoderrotable. Promover una identidad na-cional común a costa de destruir la nacionalidad delas minorías parece hipócrita (y a menudo irrealis-ta). No obstante, no podemos pretender garantizar atodas las minorías nacionales su propio Estado.

Desde nuestro punto de vista, lo anterior no re-quiere abandonar las intuiciones del nacionalismo li-beral, pero sí reformular la meta. Las identidades na-cionales son importantes, y crear unidades políticasen cuyo seno los grupos nacionales puedan ejercerel autogobierno, conlleva beneficios. Sin embargo,las “unidades políticas” relevantes no pueden ser Es-tados. Necesitamos pensar en un mundo no de Esta-dos-nación, sino de Estados multinacionales. Si elnacionalismo liberal ha de ser un acercamiento via-

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 77

Page 79: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

ble y defendible en el mundo actual, debemos re-nunciar al propósito tradicional del nacionalismo li-beral —esto es, la aspiración a un sentido de la per-tenencia nacional común en cada Estado— y, en sulugar, pensar en los Estados como federaciones depueblos autogobernados, en los que los límites hansido delineados y los poderes distribuidos de talmanera que se permita a todos los grupos naciona-les ejercer algún grado de autogobierno.

Podríamos denominar a esta nueva meta “ fede-ralismo multinacional” , y podemos apreciar unaclara tendencia hacia este modelo en varias demo-cracias occidentales (e.g., España, Bélgica, GranBretaña, Canadá). Sin embargo, la literatura sobreel federalismo multinacional es por ahora escasa.No hay teoría política alguna acerca de la formaapropiada de trazar los límites o dividir los poderesdentro de los Estados multinacionales, o acerca delas formas y límites de autogobierno que las mino-rías nacionales deberían ejercer.10

78 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

10 Para los primeros pasos tentativos hacia esta teoría, véase Tully,1995; Kymlicka, 1998.

Page 80: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

IV. LA NECESIDAD DE UNA CONCEPCIÓNMÁS COSMOPOLITA DE LA TEORÍA

POLÍTICA

Hasta aquí, hemos analizado las razones por lascuales los Estados-nación han formado las unida-des tradicionales de la teoría política liberal, y porqué el nacionalismo de las minorías continuarásiendo una fuerza poderosa en el futuro. Pero in-cluso el aceptar estos argumentos, no implica queneguemos el hecho obvio de que necesitamos insti-tuciones políticas internacionales que trasciendanlas barreras lingüísticas y nacionales. Necesitamostales instituciones para afrontar no sólo la globali-zación económica, sino también los problemas medioambientales comunes y las cuestiones de seguridadinternacional. Esta idea goza de gran aceptación, in-cluso entre quienes continúan enfatizando la centra-lidad de la nacionalidad y de las identidades nacio-nales en el mundo moderno.

En la actualidad, las organizaciones transnacio-nales presentan un gran “ déficit democrático” , ygozan de poca legitimidad pública a los ojos de la

79

Page 81: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

ciudadanía. Básicamente, están organizadas pormedio de relaciones intergubernamentales, con es-casa, si alguna, participación de los ciudadanos in-dividuales. Por otro lado, estas instituciones hanevolucionado de manera ad hoc, cada una en res-puesta a una necesidad particular, sin teoría o mo-delo subyacente alguno acerca de los tipos de insti-tuciones transnacionales que queremos, o de lamanera en que deberían gobernarse, o cómo se rela-cionarían unas con otras, o qué principios deben re-gular sus estructuras o acciones.

En suma, aunque contamos con un número cadavez mayor de instituciones transnacionales queejercen una influencia importante en nuestras vidas,no tenemos una teoría política de las institucionestransnacionales. Tenemos teorías desarrolladas so-bre los principios de justicia que deben ser imple-mentados por las instituciones de los Estados-na-ción; teorías completas sobre el tipo de derechospolíticos que deben tener los ciudadanos vis-à-visestas instituciones nacionales y teorías completassobre la clase de lealtades y compromisos que losciudadanos deben tener hacia estas instituciones.En contraste, no contamos con ideas claras acercade qué principios de justicia o estándares de demo-cratización o normas de lealtad deben aplicarse alas instituciones transnacionales.

80 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 82: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

Resulta cada vez más claro, por tanto, que no po-demos seguir tomando al Estado-nación, o a las na-ciones de las minorías, como el contexto único odominante de la teoría política. Necesitamos unaconcepción más cosmopolita de la democracia y dela gobernabilidad que atienda explícitamente estascuestiones.

Quizá el trabajo más importante a este respectoes el modelo de “gobernabilidad cosmopolita” deDavid Held (1995). Como el nacionalismo liberal,el argumento cosmopolita de Held puede estructu-rarse en torno a tres preocupaciones: 1) el principiode autonomía individual; 2) la legitimidad política,y 3) el derecho público democrático. Held sostieneque la estructura de un Estado-nación ya no puedeasegurar estos principios. Antes de discutir las difi-cultades que debe encarar esta teoría política cos-mopolita, esbozaremos el argumento elaboradopara cada punto.

1) Autonomía individual. El argumento de Heldcomienza con la premisa de que la finalidad de lateoría política normativa es asegurar la autonomía delindividuo en su contexto político. La autonomíadebe ser entendida como “ la capacidad de los sereshumanos de razonar de forma autoconsciente, deser reflexivos y de autodeterminarse” (Held, 1995:151). Este autor coincide con los nacionalistas libe-rales en que el predominio histórico del Estado-na-

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 81

Page 83: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

ción liberal democrático en la teoría política puedeexplicarse en parte por esta capacidad para asegurarla participación política individual y la libertad através de procedimientos de representatividad y go-bierno limitado, lo cual, a su vez, permite la auto-nomía individual. Sin embargo, Held sostiene queel Estado-nación ha perdido su capacidad para pro-teger la autonomía individual. En su lugar, los Esta-dos-nación se han convertido en regímenes jurídi-cos, militares y económicos transnacionales. En unplano menos institucionalizado, Held también su-braya la creciente interdependencia internacional através de la globalización de la cultura y de los me-dios de comunicación. Esta interdependencia inter-nacional se ha incrementado a tal grado que la ca-pacidad de los Estados-nación para determinarcuestiones cruciales sobre las oportunidades vitalesde sus miembros ya no puede tenerse por garantiza-da. Por tanto, la confianza en el Estado-nación y enla participación en sus estructuras y procedimientosdemocráticos internos, ya no es suficiente para ase-gurar la autonomía individual.

2) Legitimidad política. Los nacionalistas libera-les sostienen que una virtud de los Estados-naciónes que el proceso de elecciones nacionales y la deli-beración política nacional proporcionan una basefuerte para la legitimación del ejercicio del poderpolítico por parte del propio Estado-nación. Sin em-

82 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 84: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

bargo, como observa Held, dado que la integraciónde los Estados-nación en regímenes transnacionalesha conducido a que los parlamentos nacionales notengan la última palabra en muchas decisiones polí-ticas, el principal proceso de legitimación de estasdecisiones se ha puesto en peligro. No hay un pro-ceso de deliberación colectiva o de formación de lavoluntad general que preceda y contribuya a legiti-mar tales decisiones. Para restablecer los requisitosdemocráticos de responsabilidad y por tanto de legi-timidad, debe reconsiderarse cuál es la comunidadpolítica relevante. En la medida en que los regíme-nes transnacionales ganen relevancia, la legitimidadpolítica puede restaurarse únicamente desarrollandoformas de representación ciudadana y de participa-ción en los mismos.

A diferencia de quienes él denomina “hiperglo-balizadores” , Held acepta que el Estado-nación nodesaparecerá. Su modelo de cosmopolitismo inclu-ye un lugar para los Estados-nación, y les otorga unpapel importante en la representación de sus miem-bros. Sin embargo, este autor insiste en que éstostienen que compartir el espacio político con otroscentros de toma de decisiones basados en organiza-ciones internacionales no gubernamentales, organi-zaciones internacionales, etcétera, cada uno de loscuales proporciona un emplazamiento para la ac-ción política democrática.

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 83

Page 85: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

3) Derechos y derecho público democrático.Como señalamos con anterioridad, la necesidad deinstituciones transnacionales es ampliamente acep-tada, como es la necesidad de convertirlas en másaccesibles y responsables ante los ciudadanos. Noobstante, no resulta en modo alguno claro cómo po-demos encarar la “democratización” de estas insti-tuciones, e incluso una consideración superficial delos obstáculos para dicha democratización puedeconducir rápidamente al pesimismo.

Held responde a esta interrogante indirectamente,centrándose en los derechos necesarios para asegu-rar la autonomía individual. Estos derechos confor-man la base de lo que denomina “derecho públicodemocrático” , que debería regular todas las institu-ciones políticas, nacionales o transnacionales. Se-gún Held, más que preguntarse cómo democratizarlas instituciones nacionales y transnacionales exis-tentes, primero se debería averiguar el contenido deestos derechos y del derecho público democrático,y posteriormente preguntarse sobre qué formas ins-titucionales y de participación son consistentes conel valor fundamental de la autonomía individual.

En la mayoría de las teorías políticas, y cierta-mente en la teoría nacionalista liberal, los derechosson típicamente entendidos como derechos de laciudadanía; por tanto, están vinculados al Estado ensu papel de proveedor y garante de derechos. Held,

84 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 86: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

sin embargo, sugiere que los derechos deben enten-derse como “derechos democráticos” o “ facultadesgarantizadas” (Held, 1995: 223). Esto puede rela-cionarse con un Estado-nación, pero también conlas instituciones transnacionales. Se entiende queestos derechos contribuyen a la autonomía indivi-dual en siete “esferas de poder” relacionadas y al-gunas veces sobrepuestas (Held, 1995: 176 y ss.):

• El cuerpo, refiriéndose al bienestar físico yemocional del individuo;

• El bienestar, refiriéndose a los bienes yservicios accesibles al individuo en la co-munidad;

• La cultura y la vida cultural como la ex-presión del interés general, identidad, cos-tumbres locales y diálogo público;

• Las asociaciones civiles, refiriéndose a lasinstituciones y organizaciones de la socie-dad civil;

• La economía, refiriéndose a la organiza-ción de la producción, distribución, inter-cambio y consumo de bienes y servicios;

• La organización de la fuerza pública y delas relaciones coercitivas que en la estruc-tura del Estado-nación correspondía al Es-tado para garantizar la paz y el orden en lacomunidad;

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 85

Page 87: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

• La esfera de las instituciones regulativas yjurídicas cuando establecen la coordina-ción de diferentes subunidades en una es-tructura social.

La finalidad de los derechos es asegurar una dis-tribución equitativa o “ simétrica” del poder encada una de estas “esferas” . El poder en este con-texto se define como “ la capacidad de los agentessociales, agencias e instituciones de mantener ytransformar su entorno” . Si las relaciones de poderson asimétricas, la autonomía individual se erosio-na. En palabras de Held, “ la producción y distribu-ción asimétricas de las oportunidades vitales limitay erosiona las posibilidades de participación políti-ca” (Held, 1995: 170 y 171).

Para asegurar que la autonomía se mantenga encualquier esfera de poder, Held impone algunascondiciones: el acceso a cada esfera de poder debeser abierto, las oportunidades deben estar garantiza-das y los resultados de cada esfera no deben incli-narse a favor de ciertos grupos o intereses.

¿De qué modo lo anterior contribuye a concep-tuar una democracia más cosmopolita? Considéren-se las esferas de lo personal y de la economía. Esbien conocido que la industrialización de la economíaocasionó uno de los principales desafíos a la auto-nomía individual, a saber: la clase social y la estra-

86 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 88: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

tificación social basada en el capital, lo que deter-minó las capacidades del individuo para la partici-pación política. Sin embargo, según Held, los retosque plantea la economía a la igualdad política en laactualidad, en una era de globalización, van másallá del impacto inmediato de las desigualdadeseconómicas. Por ejemplo, la institucionalización delos mercados libres, ya sea a través de los tratadosde libre comercio o de organismos de supervisióncomo el FMI o la OIC, pueden erosionar seriamentea la democracia. Más allá de las restricciones obviasque el FMI impone a los gobiernos de los paísesdeudores, Held argumenta que los gobiernos nacio-nales están bajo presión de no interferir demasiadocon la acumulación de capital. En la era de la glo-balización, muchos empresarios pueden eludir a lamayoría de las políticas nacionales que restringenla acumulación de capital, simplemente mudándosea mercados extranjeros con costos de producción y demano de obra más baratos. En contraste, la manode obra es típicamente menos móvil. Ello no sóloamenaza la legitimidad política, por las razonesanalizadas anteriormente, sino que también crea re-laciones asimétricas de poder entre los agentes eco-nómicos.

Por otro lado, una mirada más de cerca a la esfe-ra de poder sobre el propio cuerpo ilustra otros pun-tos en los que es necesaria la gobernabilidad cos-

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 87

Page 89: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

mopolita. Este ámbito se refiere al abastecimiento ypersecución de las necesidades y placeres persona-les y al terreno de la reproducción biológica, en elcual el derecho a escoger o rechazar la paternidades una parte crucial. Una clara estructura asimétricasería que a las mujeres se les denegara el derecho adecidir entre tener o no tener hijos. Por tanto, el ac-ceso a la anticoncepción es crucial, como es, enotros contextos, la posibilidad de tener más de unhijo. Es esto último lo que se ha dificultado a lasmujeres en países altamente sobrepoblados comoChina o algunos países africanos. Los espacios deatención diaria pueden restringirse a un hijo por fa-milia, obligando por consiguiente a los padres, yasea a depender de la familia extensa, o a que algunode ellos, tradicionalmente la madre, permanezca encasa al cuidado del segundo hijo. A pesar de que hansido elogiadas por las organizaciones internaciona-les, dada la sobrepoblación de esas regiones, talespolíticas implican la supresión del derecho indivi-dual de la mujer a tomar decisiones cruciales autó-nomamente.

Esto sugiere que si el derecho público democráti-co pretende ser efectivo debe tener en cuenta al in-dividuo. También, que confiar en que los Estados-nación representan a sus miembros en la esferainternacional no asegura la democratización en esteámbito. Conceder mayor representación o derechos

88 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 90: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

de veto a los Estados-nación en las organizacionesinternacionales puede servir de muy poco para me-jorar las circunstancias democráticas en las que vi-ven sus ciudadanos.

Adviértase que estas distintas esferas de poderestán interrelacionadas. Consideremos el embargoeconómico impuesto a Cuba por los Estados Unidosdurante las tres últimas décadas. Uno de los mayoreslogros del régimen cubano fue la asistencia sanita-ria y la educación gratuitas para todos los miembrosde la sociedad. Sin embargo, enfrentado a la quie-bra nacional, el sistema de salud se deteriora cons-tantemente. En este caso, las relaciones asimétricasde poder en un ámbito (economía internacional)pueden conducir a la asimetría en otros ámbitos (elcorporal).

Con el fin de asegurar la autonomía, los derechosdeben asignarse tomando en consideración cada es-fera de poder. El derecho público democrático res-ponde a las nuevas condiciones de poder y a la inter-dependencia de cada esfera, y pretende crear unsistema de derechos que evite el surgimiento delpoder asimétrico.

Éste es sólo un breve extracto del enfoque deHeld, que omite muchos de los aspectos institucio-nales específicos, pero que es suficiente para vis-lumbrar en dónde residen sus puntos fuertes y débiles,al menos en comparación con el enfoque naciona-

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 89

Page 91: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

lista liberal. La principal virtud del modelo de Helddesde nuestro punto de vista, es que reconoce la rea-lidad de que la agencia política democrática tieneque trascender el nivel de las naciones si se supo-ne que los ciudadanos tienen algo significativo quedecir sobre la circunstancia de sus vidas.

El problema principal, sin embargo, es que Heldno ofrece ninguna teoría acerca de las condicionesque hacen posible dicha agencia política democráti-ca. Como hemos visto, uno de los principales argu-mentos elaborados por los nacionalistas liberales esque la pertenencia nacional aun funciona como labase para la solidaridad entre sus miembros porque“constituye un sujeto político colectivo —un ‘noso-tros’— con la capacidad de actuar colectivamentepor largos periodos de tiempo” (Canovan, 1996: 72).La nacionalidad funciona como un “motor” paralos Estados-nación, como un generador de energía(Canovan, 1996: 80). Proporciona la solidaridad yconfianza necesarias para mantener relaciones de re-distribución y el predominio de la democracia. Ade-más, de acuerdo con la teoría nacionalista liberal,cualquier entidad cuyo objetivo sea proporcionar elmarco de un Estado de bienestar liberal-democráti-co necesita esta clase de espíritu común para serefectivo.

En general, el modelo de gobernabilidad cosmo-polita propuesto por Held no dice nada acerca de

90 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 92: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

estas cuestiones de identidad colectiva y justicia so-cial. Desde luego, existen identidades transnacionalesgenuinas, independientes de las unidades naciona-les (e.g., francés) o regionales (e.g., europeo), fun-dadas esencialmente en el sentido individual de per-tenencia a la comunidad global. Considérese a losmiembros de Greenpeace que protestan contra laexplotación de recursos en el Antártico por el dañoque puede ocasionar al medio ambiente. Cuando ac-túan de esta manera, estos individuos no se concibencomo nacionales particulares, sino como miembrosde Greenpeace, una organización global de presióncontra los daños causados al medio ambiente global.Podemos pensar en otras identidades transnaciona-les en relación con otros asuntos específicos, evi-dentes en la adhesión a valores como la proteccióndel medio ambiente o la defensa de los derechoshumanos. Por ejemplo, Richard Falk describe a gru-pos como Amnistía Internacional y a su trabajocomo la expresión de una sociedad civil transnacio-nal con una identidad genuina (Falk, 1995).

Por tanto, una opción sería tratar de construir loscimientos para la clase de solidaridad y confianzaque la justicia y la democracia requieren sobre estasidentidades transnacionales vinculadas a cuestionesespecíficas. No obstante, el problema es que la de-mocracia requiere que confiemos y hagamos sacri-ficios por quienes no comparten nuestros intereses

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 91

Page 93: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

y metas. El surgimiento de identidades transnacio-nales en asuntos específicos puede explicar por quélos miembros de Greenpeace tienen la voluntad desacrificarse por el medio ambiente en todo el mun-do, pero no explica por qué se sacrificarían volunta-riamente, pongamos por caso, por las minorías et-noculturales del mundo, en particular, por aquellosgrupos que realizan prácticas dañinas para el medioambiente. La democracia requiere de la adjudica-ción de intereses en conflicto, y por ende funcionamejor cuando hay alguna identidad común que lostrasciende. Dentro de los Estados-nación, una iden-tidad nacional común idealmente trasciende las di-ferencias entre grupos en favor del desarrollo y gru-pos en favor del medio ambiente, y permite algúnnivel de confianza y solidaridad entre ellos. Por elcontrario, es difícil precisar qué elemento desempe-ña esta función a nivel transnacional.

Una segunda opción para democratizar a las ins-tituciones transnacionales es confiar en las identida-des nacionales existentes y encontrar formas de hacera las instituciones internacionales más responsables através de los Estados-nación. Éste es el patrón quehan seguido las Naciones Unidas y otras organiza-ciones internacionales semejantes, y podrían imagi-narse formas para reforzar la responsabilidad de lasinstituciones transnacionales mediante los Estados-nación (e.g., otorgándoles un derecho de veto sobre

92 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 94: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

las decisiones de las instituciones transnacionales,o exigiendo que estas decisiones se debatan pública-mente en cada contexto nacional). De esta manera, losciudadanos podrían sentir que tienen algún control so-bre las instituciones transnacionales a través del pro-ceso normal de participación política nacional.

Sin embargo, debemos recordar que muchos Es-tados-nación no son muy democráticos. A pesar deque el Estado-nación puede proveer condicionesfértiles para nutrir la democracia liberal, el merohecho de ser un Estado-nación no asegura procedi-mientos democráticos liberales. De aquí que la in-fluencia de los ciudadanos sobre las institucionestransnacionales únicamente a través de sus Estados-nación podría no estar democratizando realmente elsistema, pues el mundo se compone principalmentede Estados autocráticos (Bobbio, 1995).

Una tercera opción para la democratización del sis-tema transnacional es aumentar el número y tipo deagentes que tienen “un lugar en la mesa” . En vez delenfoque de representación en las organizaciones inter-nacionales centrado en los Estados, Held propone quese establezca una segunda cámara en Naciones Uni-das, donde, por ejemplo, las organizaciones no guber-namentales internacionales y las minorías etnocultu-rales pudieran estar representadas.11 Ampliando el

NACIONALISMO DE LAS MINORÍAS 93

11 Véanse las propuestas relacionadas en Franck, 1997 y Archibu-gi, 1995.

Page 95: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

grupo que toma las decisiones, los individuos po-drían estar mejor representados. Como resultado, lapreocupación última por la autonomía individual severía reforzada, al conceder a los individuos un me-dio para participar políticamente más allá del Esta-do-nación. Además, esto ayudaría a contrarrestar lafalta de representación de muchos de los propiosciudadanos del Estado-nación. Esta es una preocu-pación que afecta en especial a los Estados no de-mocráticos, pero es bien sabido que incluso las demo-cracias ignoran sistemáticamente los intereses dealgunas de sus minorías en los foros internacionales(incluyendo a las minorías nacionales).

El atractivo de este modelo radica en su combi-nación de componentes subnacionales, nacionales ytransnacionales. Sin embargo, el problema siguesiendo cómo desarrollar la clase de identidad y soli-daridad comunes necesarias para establecer y man-tener este tipo de democracia cosmopolita.

94 WILL KYMLICKA / CHRISTINE STRAEHLE

Page 96: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

V. CONCLUSIÓN

En este ensayo hemos analizado las demandas quese realizan en relación con la importancia de tres ni-veles distintos de comunidad y agencia políticas:naciones de las minorías subestatales, Estados-na-ción e instituciones transnacionales. Desde nuestropunto de vista, necesitamos una teoría que haga jus-ticia a todos estos niveles (y a los demás también).12

Hasta el momento, pocos teóricos han combinadoestos niveles con éxito; en parte, porque a menudose considera que éstos compiten inherentemente porel poder, los recursos y la lealtad. Por ejemplo, lagente que desea defender la importancia del nacio-nalismo de las minorías, a menudo asume que estorequiere desestimar la importancia de los Estados-nación o de las instituciones transnacionales.

En realidad, sin embargo, estos niveles, más quecompetir entre sí, a menudo se refuerzan mutua-

95

12 No hemos dicho nada en este trabajo, por ejemplo, acerca de laimportancia de los gobiernos municipales, los cuales también han sidoignorados sorprendentemente por los teóricos políticos. Para una críticaa los teóricos políticos por esta negligencia, véase Magnusson, 1996;cfr. Young, 1990, ap. 8.

Page 97: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

mente. Por ejemplo, Mary Kaldor sostiene quecualquier intento de resolver el conflicto en los Bal-canes con ideas decimonónicas sobre el Estado-na-ción, está desde el principio condenado al fracaso. Sitodas las partes en el conflicto operan con nocionesobsoletas alrededor del Estado-nación soberano, de-cidir qué grupo tendrá el control del Estado se con-vierte casi en cuestión de vida o muerte, y el resultadoes que ni las estructuras del Estado ni las minoríasnacionales están seguras. Esta autora se inclina bá-sicamente por una solución en un marco más am-plio, como el de la Unión Europea (Kaldor, 1995).En este marco, las instituciones transnacionalescontribuyen a reducir la amenaza que representa elEstado para las minorías y viceversa.

Dicho de otra forma: cada nivel de comunidadpolítica puede ayudar a asegurar la legitimidad delotro. Como hemos observado, los Estados-naciónya no pueden seguir protegiendo los intereses desus ciudadanos por sí mismos, lo cual está llevandoa que la gente cuestione la legitimidad del Estado.El establecimiento de instituciones transnacionaleseficientes, capaces de resolver los problemas quetrascienden a los Estados-nación, no necesariamen-te tiene que verse como una muestra del debilita-miento de los Estados-nación, sino como la restau-ración de su legitimidad, al permitirles centrarse enaquellas metas a que pueden aspirar con éxito. De

96 CONCLUSIÓN

Page 98: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

igual modo, el autogobierno de las minorías nacio-nales debería verse no como una amenaza para losEstados, sino como una condición previa para suestabilidad a largo plazo.

La identificación de estas formas potenciales desimbiosis puede ayudarnos a vencer la mentalidadcerrada que continúa gobernando inconscientemen-te la mayor parte del debate acerca de las minorías,los Estados y las instituciones transnacionales, y aalentar el desarrollo de una teoría política que hagajusticia a la naturaleza multifacética de la políticaactual.

CONCLUSIÓN 97

Page 99: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ANDERSON, B. (1983), Imagined Communities: Re-flections on the Origin and Spread of Nationa-lism, Londres, New Left Books.

ARCHIBUGI, D. (1995), “From the United Nationsto Cosmopolitan Democracy” , en ARCHIBUGI,D. y HELD, D. (1995), pp. 121-162.

—— y HELD, D. (1995), Cosmopolitan Demo-cracy — An Agenda for a New World Order,Londres, Polity Press.

BAUBOCK, R. (ed.) (1994), Transnational Citizen-ship: Membership and Rights in TransnationalMigration, Aldershot, Edward Elgar.

BEINER, R. (1999), Theorizing Nationalism, Alba-nia, Suny Press.

BOBBIO, N. (1995), “Democracy and the Interna-tional System” , en ARCHIBUGI, D. y HELD, D.(1995), pp. 17-41. Hay traducción al español,“Democracia y sistema internacional” , RevistaInternacional de Filosofía Política, Madrid,núm. 4, noviembre de 1994.

99

Page 100: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

BRUBAKER, R. (1996), Nationalism Reframed: Na-tionhood and the National Question in the NewEurope, Cambridge, Cambridge UniversityPress.

BUCHANAN, A. (1991), Secession: The Legitimacyof Political Divorce, Boulder, Westview Press.

CANOVAN, M. (1996), Nationhood and PoliticalTheory, Cheltenham, Edward Elgar.

CONNOR, W. (1972), “Nation-Building or Nation-Destroying?” , World Politics, vol. 24, pp. 319-355.

—— (1984), The National Question in Marxist-Le-ninist Theory and Strategy, Princeton, Prince-ton University Press.

COUTURE, J. et al. (eds.) (1988), Rethinking Natio-nalism, University of Calgary Press.

FALK , R. (1995), “The World Order between Inter-State Law and the Law of Humanity: The Roleof Civil Society Institutions” , en ARCHIBUGI,D. y HELD, D. (1995), pp. 163-179.

FRANCK, T. (1997), “Tribe, Nation, World: Self-Identification in the Envolving International Sys-tem” , Ethics and International Affairs, vol. 11,pp. 151-169.

GANS, C. (1998), “Nationalism and Immigration” ,Ethical Theory and Moral Practice, A SpecialIssue on “Nationalism, Multiculturalism andLiberal Democracy”, vol. 1/2, pp. 159-180.

100 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Page 101: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

GELLNER, E. (1983), Nations and Nationalism, Ox-ford, Blackwell Publishers. Hay traducción alespañol de Javier Sete, Nociones y nacionalis-mo, Madrid, Alianza, 1988.

GILBERT, P. (1998), Philosophy of Nationalism,Boulder, Westview.

GREENFELD, L. (1992), Nationalism, Five Roads toModernity, Cambridge, Mass., Harvard Univer-sity Press.

GUEHENO, J.-M. (1995), The End of the Nation-State, University of Minnesota Press.

HELD, D. (1995), Democracy and the Global Or-der — From the Modern State to CosmopolitanGovernance, Londres, Polity Press. Hay traduc-ción al español de Sebastián Mazzuca, La de-mocracia y el orden global: del Estado moder-no al gobierno cosmopolita, Barcelona, Paidós,1997.

KALDOR, M. (1995), “European Institutions, Na-tion-States and Nationalism” , en ARCHIBUGI,D. y HELD, D. (1995), pp, 96-120.

KYMLICKA , Will (1995), Multicultural Citizenship,A Liberal Theory of Minority Rights, Oxford,Oxford University Press. Hay traducción al es-pañol de Carmen Castells Auleda, Ciudadaníamulticultural: una teoría liberal de los dere-chos de las minorías, Barcelona, Paidós, 1996.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 101

Page 102: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

—— (1998a), “ Is Federalism an Alternative to Se-cession?” , en LEHNING (1998), pp. 111-150.

—— (1998b), “Human Rights and EthnoculturalJustice” , Review of Constitutional Studies, vol.4/2, pp. 213-238. Reproducido en KYMLICKA ,Will, Politics in the Vernacular, Oxford Uni-versity Press, 2001.

LEHNING, P. (ed.) (1998), Theories of Secession,Londres, Routledge.

MAGNUSSON, W. (1996), The Search for PoliticalSpace, Globalization, Social Movements andthe Urban Political Experience, Toronto, Uni-versity of Toronto Press.

MARGALIT, A. y RAZ, J. (1990), “National Self-Determination” , Journal of Philosophy, 87/9,pp. 439-461. Reimp. en KYMLICKA , Will (ed.),The Rights of Minority Cultures, Oxford Uni-versity Press, 1996.

MCGARRY, J. (1998), “Demographic Engineering,The State-Directed Movements of Ethnic Groupsas a Technique of Conflict Resolution” , Ethnicand Racial Studies, vol. 21/4, pp. 613-638.

MCMAHAN, J. y MCKIM, R. (eds.) (1997), The Mo-rality of Nationalism, Nueva York, OxfordUniversity Press.

MILLER, D. (1995), On Nationality, Oxford, OxfordUniversity Press. Hay traducción al español deÁngel Rivero, Sobre la nacionalidad: autode-

102 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Page 103: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

terminación y pluralismo cultural, Barcelona,Paidós, 1997.

—— et al. (1996), “Symposium on David Miller’son Nationality” , Nations and Nationalism, vol.2/3, pp. 407-451.

MOORE, M. (ed.) (1998), National Self-Determina-tion and Secession, Oxford, Oxford UniversityPress.

NICKEL, J. (1995), “The Value of Cultural Belon-ging, Expanding Kymlicka’s Theory” , Dialo-gue, vol. 33/4, pp. 635-642.

NORMAN, W. (1996), “Prelude to a Liberal Mora-lity of Nationalism” , en BRENNAN, S. et al.(eds.), A Question of Values, Rudopi Press, pp.189-208.

—— (1999), “Theorizing Nationalism (Normati-vely)” , en BEINER (1999), pp. 51-65.

PENZ, P. (1992), “Development Refugees and Dis-tributive Justice, Indigenous Peoples, Land andthe Developmentalist State” , Public AffairsQuarterly, 6/1, pp. 105-131.

—— (1993), “Colonization of Tribal Lands in Ban-gladesh and Indonesia, State Rationales, Rightsto Land, and Environmental Justice” , en HO-

WARD, Michael (ed.), Asia’s EnvironmentalCrisis, Boulder, Westview Press, pp. 37-72.

RAZ, J. (1994), “Multiculturalism, A Liberal Pers-pective” , Dissent, invierno de 1994, pp. 67-79.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 103

Page 104: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

SPINNER, J. (1994), The Boundaries of Citizenship,Race, Ethnicity and Nationality in the LiberalState, Baltimore, Johns Hopkins UniversityPress.

TAMIR, Y. (1993), Liberal Nationalism, Princeton,Princeton University Press.

TAYLOR, C. (1992), “The Politics of Recognition” ,en GUTMANN, Amy (ed.), Multiculturalism andthe ‘Politics of Recognition’, Princeton, Prince-ton University Press, pp. 25-73. Hay traducciónal español en GUTMAN, Amy (ed.), La políticadel reconocimiento, México, Fondo de CulturaEconómica, 1993.

—— (1997), “ Nationalism and Modernity” , enMCMAHAN, J. y MCKIM, R. (1997).

TULLY , J. (1995), Strange Multiplicity, Constitutio-nalism in an Age of Diversity, Cambridge, Cam-bridge University Press.

VAN GUNSTEREN, H. (1998), A Theory of Citizen-ship, Organizing Plurality in ContemporaryDemocracies, Boulder, Westview Press.

WALZER, M. (1992), “The New Tribalism”, Dis-sent, primavera de 1992, pp. 164-171, reimp. enBEINER, R. (1998), pp. 205-217.

—— (1997), On Toleration, New Haven, Yale Uni-versity Press. Hay traducción al español, Trata-do sobre la tolerancia, Barcelona, Paidós, 1999.

104 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Page 105: Will Kymlicka y Christine Straehle - Cosmopolitismo, Estado-Nación Y Nacionalismo De Las Minorías

YOUNG, I. M. (1990), Justice and the Politics ofDifference, Princeton, Princeton University Press.Hay traducción al español de Silvina Álvarez,La justicia y la política de la diferencia, Valen-cia, Universidad de Valencia, Instituto de laMujer, 2000.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 105