vanish sophie jordan

1 VVAANNIISSHH –– SSOOPPHHIIEE JJOORRDDAANN BBLLOOGG ‘‘DDAARRKK PPAATTIIEENNCCEE’’


VVaanniisshh * * * * * * * *

S O P H I E J O R D A N

SAGA DRAKI # 2


SSiinnooppssiiss ara salvar la vida del chico al que ama, Jacinda hizo lo impensable:

traicionó el secreto mejor guardado de su especie. Ahora deberá

regresar a la protección de su clan sabiendo que quizás nunca vuelva a

ver a Will - y lo que es peor, que debido a que su mente fue retocada, han

desaparecido los recuerdos de Will de esa fatídica noche y de los motivos por los

que ella se tuvo que marchar.

Ya en casa, Jacinda es recibida con gran hostilidad y deberá demostrar su

lealtad tanto por su bien como por el de su familia. Uno de los pocos que todavía

habla con ella es Cassian, el futuro heredero que parecer ser que desde siempre la

quiso, y su hermana, Tamra, que ha cambiado para siempre debido a un giro del

destino.

Jacinda sabe que debe seguir adelante y olvidar a Will - ¿que si él recuerda

algo y mantiene su promesa de ir en su búsqueda?, ambos se verían expuestos a un

grave peligro. Aun así, mantiene la esperanza de que algún día vuelvan a estar

juntos. Cuando le llegue la oportunidad de seguir a su corazón, ¿Será capaz de

arriesgarlo todo por amor?

P


CCaappííttuulloo 11 Traducido por Sandra y Noa

Corregido por Willmy

veces sueño con caer.

Por supuesto, en estos sueños empiezo volando. Porque eso es lo que

hago. Lo que soy. Lo que amo.

Algunas semanas atrás, hubiera dicho que es lo que más amo en el mundo,

pero mucho ha cambiado desde entonces. Todo, en realidad.

En estos sueños, estoy corriendo por el cielo, libre, tal como debería de ser. Y

luego algo pasa porque de repente estoy cayendo en picada. Agarro aire, mis gritos

comidos por un viento furioso. Caigo. Un humano sin alas, sólo una chica, para

nada una draki. Impotente. Perdida.

Me siento de esa manera ahora: Estoy cayendo, y no puedo hacer nada. No

puedo detener nada de eso. Estoy atrapada en una vieja pesadilla.

Siempre despierto antes de chocar contra el suelo. Esa ha sido mi salvación.

Sólo que esta noche no estoy durmiendo. Esta noche choco contra el suelo. Y es casi

tan doloroso como lo esperaba.

Descanso mi mejilla en el frío cristal de la ventana y veo la noche pasar de

prisa más allá de mí. Mientras Cassian maneja, mis ojos se esfuerzan a través de la

oscuridad inmóvil, deslizándose sobre los campos de rocas y casas de estuco,

buscando una respuesta, una razón para todo lo que ha pasado.

A


El mundo parece aguantar su respiración mientras paramos por una señal de

‘stop’. Mi mirada se desplaza al cielo oscuro encima de nosotros. Como un

invitante mar sin estrellas, un profundo y prometedor santuario.

La voz de mi mamá se dirige hacia delante desde el asiento trasero, en voz

baja y cantando mientras le habla a Tamra, tratando de obtener una respuesta.

Despego mi mejilla del vidrio y echo una mirada sobre mi hombro. Tamra tiembla

en los brazos de mi mamá. Sus ojos miran distraídamente hacia delante; su piel tan

pálida como un cadáver.

"¿Ella está bien?" Pregunto de nuevo, porque tengo que decir algo. Tengo que

saber. ¿Le hice esto a ella? ¿Es esto, también, mi culpa? "¿Qué le pasa?"

Mamá frunce el ceño y niega con su cabeza hacia mí como si no debiera de

hablar. Las he decepcionado a ambas. He roto la regla inquebrantable. He revelado

mi forma verdadera a los humanos -peor, a los cazadores- y todos pagaremos por

mi error. El saber esto me presiona, un peso aplastante que me hunde

profundamente en mi asiento. Me muevo hacia adelante de nuevo, temblando

incontrolablemente. Cruzo mis brazos, sujetando mis manos a los lados como si

eso pudiera calmarlas.

Cassian me advirtió que habría un ajuste de cuentas por el asunto de esta

noche, y me pregunto si ya comenzó. He perdido a Will. Tamra está enferma o en

shock o tal vez algo peor. Mi mamá apenas puede mirarme. Cada aliento que

tengo es miserable, los eventos de la noche queman en el interior de mis párpados.

Yo, cambiando de mi piel humana y manifestándome en frente de la familia

de Will. Mi vuelo desesperado a través del crujiente y seco aire para alcanzarlo.

Pero si no me hubiera manifestado -no hubiera volado al lado de Will- él estaría

muerto, y no habría podido soportar ese pensamiento. Nunca veré a Will de nuevo,

sin importar su promesa de encontrarme, pero por lo menos está vivo.

Cassian no dice nada a mi lado. Él hizo todas las conversaciones que

necesitaba hacer para que mamá estuviera en el auto con nosotros, para que

entienda que volver con él a la casa de la que huimos es la única opción viable. Sus

dedos se aferraban al volante, sus nudillos estaban blancos. Dudo que relaje su

agarre hasta que salgamos de Chaparral. Probablemente no hasta que estemos

seguros de regreso en el clan. Seguros. Me atoro en una risa -o podría ser un


sollozo. ¿Alguna vez podré sentirme segura de nuevo? La ciudad pasa volando, las

casas aparecen cada vez menos, a medida que nos acercamos al borde de la ciudad.

Pronto nos alejaremos.

Libres de este desierto y de los cazadores.

Libres de Will.

Este último pensamiento araña la ya sangrante herida de mi corazón, pero no

hay nada que se pueda hacer. ¿Hubiera podido haber un futuro para nosotros?

¿Un draki y un cazador de drakis? Un cazador de drakis con la sangre de mi especie

corriendo por sus venas.

Esa parte todavía tropieza en mi cabeza, negándose a entrar. No puedo cerrar

mis ojos sin ver el destello de su brillante sangre morada en la noche. Como la mía

propia. Mi cabeza duele, esforzándose por aceptar esta terrible verdad. Sin

importar cuán válida sea la explicación de Will, sin importar que todavía le ame,

no cambia el hecho de que la sangre robada de mi especie bombea por sus venas.

Cassian exhala lentamente mientras dejamos los límites de la ciudad.

"Bueno, eso es todo" murmura mi mamá mientras la distancia entre nosotros

y Chaparral crece.

Me volteo para encontrarla mirando atrás a través de la ventana trasera. Está

dejando todas sus esperanzas por un mejor futuro en Chaparral. Es donde

estábamos haciendo un nuevo comienzo, lejos del clan.

Y ahora nos dirigimos de regreso a su centro.

"Lo siento, mamá," digo, no sólo porque debería, si no porque de verdad lo

sentía.

Mi mamá sacude su cabeza, abriendo su boca para hablar, pero nada sale de

ella.


"Tenemos problemas," anuncia Cassian. Adelante, un montón de autos

bloquean el camino, obligándonos a disminuir la marcha.

"Son ellos," me las arreglo para pronunciar con los labios adormecidos

mientras Cassian maneja más cerca.

"¿Ellos?" mamá responde. "¿Cazadores?"

Inclino mi cabeza fuertemente. Cazadores. La familia de Will.

Claros faros penetran la oscura e iluminan la cara de Cassian. Su mirada se

dirige al espejo retrovisor y me doy cuenta que piensa voltear de regreso,

corriendo en la otra dirección. Pero es muy tarde para eso -un auto se mueve para

bloquear nuestro escape y varias figuras caminan al frente de nuestro auto. Cassian

frena en seco, sus manos flexionándose en el volante, y sé que está luchando con el

impulso de aplastarles. Fuerzo la vista para vislumbrar a Will, sintiéndolo,

sabiendo que él está ahí, en algún lugar entre ellos.

Fuertes y cortantes voces nos gritan que salgamos del auto. Me quedo quieta,

mis dedos queman en mis piernas desnudas, presionando profundamente -como si

tratara de alcanzar a mi draki enterrado en mi interior.

Un puño golpea el capó de nuestro auto, y luego lo veo -el contorno de una

pistola en la penumbra.

La mirada de Cassian se encuentra con la mía, comunicando lo que yo ya sé.

Tenemos que sobrevivir.

Incluso si esto significa hacer sólo lo que nuestra especie puede hacer. Eso

mismo que yo ya he hecho, y que nos puso esta noche en este aprieto para

empezar. ¿Y por qué no? No es como si no pudiéramos revelar nuestro secreto más

veces.

Dando cabezadas, me muevo, trepando fuera del carro para enfrentar a

nuestros enemigos.

El primo de Will, Xander, pasa por delante de los otros mostrándome su

presumido rostro. "¿Realmente pensaste que podías escapar?"


Un dolor abrumador llena mi pecho, ira de lo que estos monstruos me han

costado esta noche. En el fondo de mi garganta se forma la ceniza, y dejo que la

agria quemadura crezca, preparándome para lo que pueda pasar.

Un cazador golpea el puño en la ventana de atrás, gritándoles a mi madre y a

Tamra. "¡Salgan del auto!"

Mamá sale con toda la dignidad que puede reunir, jalando a Tamra con ella.

Mi hermana se ha puesto incluso más pálida desde Big Rock; su respiración

ruidosa raspa el aire. Sus ojos marrones ámbar, iguales a los míos, lucen nublados,

casi transparentes mientras se queda mirando al espacio. Sus labios se separan,

pero no salen palabras. Me acerco y echo una mano, ayudando a mamá a

sostenerla. Tam está helada al tacto, su piel no es para nada piel. Es mármol frío.

Cassian enfrenta a Xander, tan real como el príncipe que en verdad es. Las

hebras de su cabello son reflejos purpuras y negros.

Humedezco mis labios, preguntándome cómo puedo convencer a Xander de

que él no me vio manifestándome. "¿Qué es lo que quieres?"

El primo de Will apunta un dedo hacia mí. "Comenzaremos contigo -lo que

demonios seas"

"Aléjate de ella," Cassian ordena.

La atención de Xander cambia hacia Cassian. "Y luego nos moveremos a ti,

chico grande.... ¿y cómo es que te caíste de ese precipicio con Will y no tienes un

sólo rasguño?."

"¿En dónde está Will?" digo impulsivamente. Tengo que saber.

Xander sacude un pulgar a uno de los autos cercanos. "Desmayado en la

parte trasera." Echo un vistazo a través de la oscuridad y noto una figura

desplomada en la parte trasera del auto.

Will.


Tan cerca, pero también podría estar a un océano de distancia. La última vez

que lo vi, el estaba prometiendo encontrarme de nuevo. Estaba herido, pero

consciente. Me estremecí al pensar lo que su propia familia podría haber hecho

para cambiar eso.

"Necesita un doctor," digo.

"Luego. Después de que me encargue de ustedes dos."

‚Mira‛, empieza Cassian, dando un paso delante de mí. ‚No sé qué piensas-‚

‚Pienso que debes callarte. ¡Yo hablo ahora!‛ Xander agarra su hombro. Gran

error.

Cassian gruñe, su piel muestra un vislumbre de carbón. Hay una ráfaga de

movimiento y entonces Xander está de espaldas en el suelo, tiene una expresión

tan aturdida como la media docena de personas arremolinada a nuestro alrededor.

‚¡Cogedle!‛ Xander grita.

Los otros se reúnen alrededor de Cassian. Yo grito, atisbando el rostro de

Cassian entre los cazadores. Me arrastro entre los impactantes ruidos de puñetazos

y me muevo hacia ellos, determinada a ayudarle, pero unas manos me detienen.

Un gruñido de animal retumba en el aire. Es Cassian. Varios cazadores lo

mantienen en el suelo. Angus sonríe de forma burlona mientras coloca su bota en

su espalda. Con su mejilla aplastada contra el asfalto, la mirada de Cassian se

dirige a mí. Sus oscuros ojos se estremecen, sus pupilas se estrechan en una raja

vertical.

Una húmeda ráfaga de aire pasa por mis labios, pero la suprimo y agito mi

cabeza, trasmitiéndole que se contenga, que espere, aun creyendo, aun deseando

que podremos encontrar una salida hablando. Que no necesita revelar su

condición de draki también. Quizás aun pueda protegerle. Quizás el pueda

conseguir salir de aquí con mamá y Tamra.

El frío cañón de una pistola se hunde en mis costillas y me congelo. Mamá

grita y levanto una mano evitando que haga algo tonto para ayudarme. ‚Quédate

con Tamra, Mamá. ¡Ella te necesita!!


La oscura Mirada de Xander vaga sobre mí desdeñosamente. ‚Sé lo que he

visto. Una friki con alas‛.

Mantengo una batalla para no dejar que el miedo me trague en un ardiente

remolino, shockeada por lo que no cambio a mi piel draki en este mismo

momento.

‚Jacinda‛, Cassian grita mi nombre, renovando su lucha.

Xander sigue hablando. ‚No te preocupes, no te voy a matar. Solo es una

pistola de tranquilizantes. Te mantendremos viva y barajaremos qué demonios

eres‛.

Le pegan a Cassian mientras él lucha por liberarse.

‚¡Quietos!‛ Aparto de un empujón a Xander, pero Angus me bloquea.

Observo con angustia como le siguen golpeando. ‚¡Deténganse! ¡Por favor parad!‛

Mi corazón se retuerce. Es ellos o nosotros.

El fuego hace erupción en mis contraídos pulmones y escala por mi tráquea.

No puedo dejar que nos cojan.

Antes de que pueda expulsar mi abrasador aliento, una repentina ráfaga de

frío se arremolina a mí alrededor. Un antinatural fresco. Tiemblo ante el repentino

cambio de temperatura.

Cuando me giro, mi garganta se contrae al ver a Tamra. Ella está sola, mamá

la mira varios pasos detrás muy sorprendida.

La cara de mi hermana es mortalmente blanca, sus ojos nos son los suyos ya.

No como los míos. El gris de hielo congela mi corazón. Un vapor la rodea como

bruma. Excepto que es frío. La bruma glacial crece, hinchándose en una siempre

creciente nube a nuestro alrededor.

Ella arquea su cuerpo en una onda sinuosa, desgarrando su blusa, rasgándola

en un fiero movimiento con sus manos. Manos que repentinamente titilan y brillan

con un trémulo brillo de perla.

Solo he visto ese color en un alma. Otro Draki. Nidia: la shader de nuestra

manada. Veo como las raíces del pelo de Tamra cambian a un blanco plateado y se

extiende por el resto de su pelo.


El vapor se intensifica, una escalofriante bruma que me recuerda a nuestra

casa, a la niebla que cubre nuestra ciudad con una sabana fresca. Escondiéndonos

de los intrusos, de cualquiera que quiera cazarnos o destruirnos; oscureciendo las

mentes de aquellos que irrumpen en nuestro santuario.

‚¡Tamra!‛ La alcanzo, pero Cassian está ya allí, libre de sus atacantes, su

fuerte brazo echándome hacia atrás.

‚Déjala‛, me dice.

Miro su cara y reconozco la profunda y primaria satisfacción reluciendo en

sus ojos. Él est{< encantado. Feliz con lo que est{ pasando. Qué no puede pasar.

Tamra nunca se había manifestado. ¿Cómo puede pasar esto ahora?

En el momento en que aparto la mirada, está hecho. Cuando vuelvo a mirar a

Tamra, ella se ha alzado varios pies del suelo. Sus alas de telaraña aletean detrás

suyo, las irregulares puntas sobresaliendo sobre sus plateados hombros.

‚Tamra‛. Respiro, absorbiendo su imagen, lidiando con esta nueva realidad.

Mi hermana es una draki. Después de tanto tiempo. Después de pensar que nunca

tendríamos esto en común. Y encima es una Shader.

Su inquietante calmada mirada pasa por encima nuestro. Como si ella supiera

exactamente qué hacer. Y supongo que lo sabe. Es instinto.

No puedo moverme mientras la miro, tan bella como terrorífica con su

resplandeciente piel, su pelo desprovisto de todo pigmento. Ella levanta sus

delgados brazos. La bruma se arremolina a nuestro alrededor como humo. Tan

espeso que apenas puedo ver mi propia mano delante de mi cara. Los cazadores

están completamente cubiertos, pero los oigo mientras chillan y gritan,

golpeándose unos a otros, tosiendo, cayendo sobre la carretera como fichas de

domino. Primero uno, luego otro y otro. Luego nada.

Me esfuerzo por escuchar algo en el repentino silencio sepulcral mientras la

niebla de Tamra hace lo que se supone que debe hacer y sombras, sombras,

sombras< todo en su camino, cada humano cerca. Will.

Me separo de Cassian y lucho desesperadamente a través del vapor

refrescante que nubla ambos aire y mente. Los cazadores se tiran a mis pies, caídos

por la obra de Tamra. No veo nada a través de la niebla que todo lo cubre, mis

brazos oscilan salvajemente a través del frío beso de la niebla, tentando, buscando

el coche en el que esta Will.


Entonces lo veo desplomado en el asiento de atrás del coche. La puerta del

conductor se abre, permitiendo la entrada de la niebla. La humeante neblina gira

alrededor de su dormida forma casi tiernamente. Por un momento no me puedo

mover. Solo mirar, estrangulando mi propia respiración.

Incluso amoratado y apaleado es guapo.

Entonces la acción enciende mis músculos. Abro la puerta de atrás y lo

alcanzo. Mis temblorosos dedos acarician su cara y apartan los mechones de pelo

color miel de su frente. Como seda en mi mano.

Me agito cuando Cassian ruge mi nombre ‚¡Jacinda! ¡Nos tenemos que ir!

¡ya!‛

Y entonces me encuentra, me arrastra hacia nuestro coche. Su otra mano

alcanza a Tamra. La empuja hacia mamá. Su nuevo cuerpo brillante enciende la

desierta noche, cortando un camino para nosotros a través de la inflada niebla.

Pronto desaparecerá, se evaporará. Cuando Tamra se haya ido. Cuando

hayamos escapado. La niebla desaparecerá. Y con ella, los recuerdos de los

cazadores. Una vez le sugerí a Tamra que su talento aun no se había manifestado.

Que era simplemente una flor tardía. Aunque no lo creía, lo dije. Para darle

esperanza. Aun así, profundamente, como el resto de la manada, pensé que no era

una draki. En vez de eso ella es uno de los más extraños y preciados de nosotros.

Al igual que yo.

Detrás de las ruedas, Cassian acciona el motor y minutos después estamos en

la autopista. Miro detrás de nosotros por la ventana posterior hacia la gran nube

blanca. Will está ahí. Mis dedos cavan en el cojín del asiento hasta sentir como la

tela gastada se rasga por la presión. No, no puedo pensar en él ahora - duele demasiado.

Mi mirada vaga, hacía la pálida versión de mi hermana, y tengo que apartar

la mirada. Alarmada por la visión de mi gemela, ahora tan extraña como este

desierto.

Inhalo profundo y me estremezco. Vamos a casa, hacia las montañas y la

niebla familiar. El lugar en el que estoy a salvo siendo yo. Voy de vuelta al clan.


CCaappííttuulloo 22 Traducido por Glad

l edificio del ayuntamiento de nuestro clan se eleva casi mágicamente

en el aire nebuloso de la noche. El estrecho camino de tierra se abre

paso entre los árboles de altura imponente, y allí, en medio le vemos.

Cassian suspira junto a mí y la opresión en mi pecho se alivia un poco. Casa.

Al principio sólo luce como un imponente enredo de vides y ramas, pero si le

inspeccionas más de cerca podrás ver que en realidad es una pared. Detrás de ella,

mi mundo está a salvo. Es el único lugar en el que pensé que podría vivir. Al

menos antes de Will.

Un guardia está parado haciendo guardia en la entrada arqueada. La niebla

de Nidia fluye en un vapor grueso que le rodea. Reconozco a Ludo de inmediato.

Uno de los lacayos de Severin, un draki ónix que le gusta alardear sus músculos.

Sus ojos giran cuando nos ve. Sin decir nada, él entra hacia el ayuntamiento.

Un guardia es una peculiar señal. La casa de Nidia está colocada en la

entrada sólo con un propósito_sólo ella puede marcar la entrada o la salida de

alguien.

La tenemos a ella y a los atalayas. Un guardia es una precaución añadida, y

me pregunto cuál es la razón. ¿Nosotras hicimos esto? ¿Nuestra partida provocó la

autorización de una hiper-vigilancia en la seguridad?

Cassian estaciona delante de la casa de Nidia. Ella está ya fuera de su puerta,

esperando como si presintiera nuestra llegada. Y supongo que lo hizo. Ese es su

trabajo, después de todo.

Ella está parada serenamente; con sus manos entrelazadas en su cintura. Una

gruesa trenza de pelo plateado cae por encima de su hombro. Un pelo casi idéntico al

E


de Tamra. Mi mirada involuntariamente se gira hacia mi hermana en el asiento

trasero, quién ahora es una Shader, también. Mamá toca un mechón de su pelo

como si estuviera comprobando que es real. La he observado hacer esto varias

veces.

"Haz vuelto a casa con nosotros," Nidia murmura mientras me alejo del

coche. La sonrisa en sus labios no se refleja en sus ojos, y entonces recuerdo la

noche que escapamos del clan_su sombra en la ventana y mi certeza de que ella

nos había dejado ir, escapar. "Sabía que lo harías. Sabía que vendrías a quedarte,

que tenías que alejarte para saber que es aquí donde perteneces‛.

Me giro a mí alrededor, mi piel saborea el húmedo aire_y creo que ella está

en lo correcto. Mi cuerpo tiembla y se revigoriza al sentir la tierra debajo de mí.

Este es mi hogar. Busco entre las calles involuntariamente en busca de Az, ansiosa

por ver a mi mejor amiga, pero no hay nadie fuera.

Mamá envuelve un brazo protector alrededor de Tamra a medida que sale

del coche. Nidia se mueve hacia adelante para ayudarla. Mi hermana apenas

puede caminar. Sus pies rozan el suelo en medio de ellas.

"Así que finalmente decidiste entrar en razón, ¿eh?‛ Nidia acaricia un

mechón de pelo plateado de la mejilla pálida de Tamra. "Creímos que era sólo

cuestión de tiempo. Las gemelas son una rareza entre nuestra clase_yo siempre creí

que Jacinda era quien iba a poseer un poder y no tú‛.

Cassian le da a mi hermana una mirada medidora, una chica a quién_el clan

entero_descartó como a alguien sin valor. Casi puedo adivinar sus pensamientos.

Ahora, ella es una de los talentos más poderosos, y codiciados entre nuestra

especie, ella representa la seguridad futura del clan.

Como si él sintiera mi mirada, Cassian me mira. Yo desvió la mirada y sigo a

los demás adentro.

Dentro de la casa, los perfumes familiares me inundan. El aroma persistente

de pez rehogado se funde con el olor reconfortante de hierbas desecándose desde

la ventana de cocina. Una sencilla calidez gira a través mío, y trato de sacudirme

esa sensación, recordándome a mí misma que estoy de regreso en casa. Pero, aún


tengo que afrontar a Severin y a los ancianos. Cuando escape, estaban a punto de

ordenar que me cortaran las alas. Y es algo que no puedo olvidar.

"Pónganla allí ahora. ¿No está fría? Recuerdo los primeros días después de

haberme manifestado por primera vez. Creí que nunca más volvería a estar

caliente‛. Nidia coloca una mano delicadamente contra la frente de Tamra.

"Consigámosle un poco de té de raíz. Los líquidos ayudarán a restaurarle. Y el

descanso‛. Ella se mueve hacia la cocina y vierte un líquido humeante desde una

tetera hacia una enorme taza.

‚¿Volveré a la forma que solía ser?‛ Tamra susurra desde el sofá, su voz es

rasposa. Esas son las mismas palabras que dijo desde que dejamos Chaparral.

Suelto una respiración entrecortada, aliviada por escucharla hablar de nuevo. Era

tonto, pero mi corazón rebulle, contento por oír que esa parte de ella está

inalterada, al menos.

Nidia acerca la humeante y gigantesca taza hacia los labios de Tamra. "¿Es lo

que quieres?‛

Tamra mira fijamente hacia mí, Cassian, y después a Mamá, con sus cauteloso

ojos de hielo. "No lo sé," ella susurra antes de tomar un sorbo de la taza y

respingar.

"¿Demasiado caliente?‛ Nidia agita su mano sobre la enorme taza, enviando

una niebla refrigerante hacia el té caliente.

Mamá se sienta junto al lado de Tamra, como si deseara abrigarla. Su mirada

se mantiene fijamente en Cassian. ‚¿Y ahora qué?‛ Su voz es desafiante, como si él

fuera la razón y no yo de que estuviéramos de regreso. "Estarán aquí de un

momento al otro. ¿Y qué va a ocurrir? ¿Veras como nos castigan?‛

Como hijo del alfa del clan, Cassian tiene una influencia significativa. Él es el

siguiente en la línea, y está preparado para asumir el control del clan.

Sentándome en una silla, observo su cara. Algo arde inconstantemente en sus

ojos líquidos, oscuros. "Le prometí a Jacinda que la protegería. Me gustaría hacer lo

mismo por Tamra. Y por usted‛.


Mamá se ríe. El sonido es un eco hueco y seco. "Gracias por ponerme dentro,

pero no creo, ni por un segundo que en realidad te preocupes por mí‛

"Mamá _", trato de decir pero ella me corta.

"Y eso está bien. Con tal de que mantengas tu palabra de cuidar a Jacinda y a

Tamra. Es todo lo que me importa‛.

"Le doy mi palabra. Haré todo lo posible para proteger a sus hijas‛.

Ella asiente. "Espero que tu palabra sea suficiente‛. Ella baja su mirada,

nuevamente hacia Tamra, luce llena de pena, y sé que lleva luto por la pérdida de

su única hija humana.

Desvío la mirada, y deslizo una mano debajo de mi muslo, y la atrapo entre

yo y el asiento, repentinamente incómoda con la convicción que ella lleva luto por

mí, también. Desde hace muchos años.

Es difícil, escuchar a mi madre negociar e implorar por nuestra seguridad_

por mí. Porque yo eche a perder todo. El recuerdo de mi última noche con Will

vuelve a aparecer en mi cabeza. Mi clan tiene todo el derecho de estar disgustado

conmigo. Estuve a punto de matar a todos, a todos nosotros, a todo el clan_ sólo

por un chico, al que había conocido hace sólo algunas semanas. Si no fuera por la

niebla de Tamra, nuestro secreto estaría en manos de nuestros enemigos_ nuestro

mayor secreto/defensa se habría ido.

Un frio recorre mi espalda y pasa por mi cuero cabelludo como una repentina

presión. Will no iba a recordarme. Incluso, aunque estaba inconsciente en el coche, él

estaba muy cerca a la niebla. Él había sido cubierto. La desesperada esperanza de

que algo de nuestra última noche juntos, no iba a quedarse con él, lo suficiente

como para que él no supiera que yo había desaparecido de su vida. Él tenía que

recordar porqué es que me fui. Él debía.

Aún temblando, lucho contra la idea de que Will no sabrá lo que me sucedió,

hasta que los ancianos llegan, entrando en la pequeña casa de Nidia sin llamar.

Llenan la sala de estar, atestando el estrecho lugar con sus formas de altura

imponente.


"Haz regresado," asegura Severin, y me encojo ante el profundo sonido de su

voz aunque me lo esperaba.

Desde que huimos de Chaparral, lo he estado oyendo en mi cabeza,

imaginándome el timbre de su voz en mis oídos mientras él me sentencia y ordena

que me corten las alas por mis crímenes. Con una aburrida aceptación le afronto.

Varios ancianos surgen amenazadoramente detrás de Severin, sus posturas

son igual de rígidas. Y no llevan nada especial puesto para señalar su estatus. Su

poder es inherente, las características cultas e impasibles, los identifica. No puedo

recordar algún momento en el que no sabía cómo reconocer a un anciano del resto

de nosotros.

Severin nos examina en un amplio barrido y su mirada fija se detiene

finalmente en Tamra. Sus ojos parpadean, el más ligero movimiento, la única señal

exterior que él está sorprendido. Él la examina, sin perderse nada. No mira a sus

ojos grises plateados. Ni al perlado pelo. Él la mira de la misma forma en la que él

me ha visto a mí por tanto tiempo. Me encojo por el alocado impulso de ponerme

entre ellos, para bloquearla de su fija mirada perforadora.

"Tamra‛. Él menciona su nombre como si la saboreara por primera vez. Y se

acerca un paso, para posar una de sus manos en su hombro. Clavo los ojos en la

mano que esta sobre mi hermana y algo se agita en mi estómago. "Te has

manifestado. ¡Qué maravilloso!‛.

"Ahora, ella es importante para usted‛. Y es demasiado tarde para mí, para

meter mis palabras desafiantes dentro. Mis labios se mueven con la velocidad de

disparo.

Severin me mira. Sus fríos ojos, son dos piscinas oscuras de noche. "Todo_

todos_ en este clan, son importantes para mí, Jacinda‛. Su mano posesiva aún

permanece por mucho tiempo en Tamra mientras él dice eso, y quiero que él se

aleje de ella.

Sí. Sólo algunos de nosotros somos más importantes que otros.

"Es muy injusto que haya diferencias entre nosotros," él suma.


Resisto el deseo de empujar a Cassian hacia él, y odio la manera en la que él

luce estar intimidado mientras su papá me hace bajar los ojos. Me mantengo firme

y trato de sostener mi mirada en Severin. Mi corazón duele, una masa

retorciéndose en mi pecho. Había traicionado a mi clase. Perdido a Will. Podían

hacerme lo peor.

Una esquina de la boca de Severin se curva hacia arriba con una amenaza

lenta. "Es bueno tenerte de regreso, Jacinda‛.


CCaappííttuulloo 33 Traducido por Lilith

e llevan a mi antigua casa como una prisionera. Los ancianos me

ensañan el camino y me siguen. No parece importarles el hecho de

que regrese voluntariamente.

Cassian hizo una observación para recordarles esto. Lo dijo más de una vez.

Pero lo único que importa es que me fui, que tuve el descaro de escapar, un bien

muy preciado que se atrevió a huir cuando el clan tenía planes específicos para mí.

Doy un paso al interior de la casa de mi infancia, se siente extraño. El espacio

parece más pequeño, más confinado, y me enojo conmigo misma. Esta casa había

sido grande antes. Aspiro el aire viciado. Probablemente nadie ha estado aquí, ya

que nos adentramos en la oscuridad de la noche. Miro fijamente el sofá, al cojín del

centro con su constante hendidura. Era el lugar de Tamra, su santuario. Rechazada

por el clan como una draki sin valor, se perdía durante horas frente al televisor. Se

siente mal estar sin ella aquí, pero entiendo que tiene que ser así por ahora. Severin

había ordenado que Tamra permaneciera con Nidia. Mamá no discutió, y sé que es

porque pensó que otro Shader sabría mejor cómo cuidar de Tamra mientras se

adaptaba a su talento.

"¿Se van a quedar con nosotros, también?" Mamá grita a los ancianos que

permanecen dentro de nuestra casa. Las caras que habían sido tan familiares e

inofensivas para mí mientras crecía ahora me miran con reprobación. Lentamente,

dan la vuelta y salen.

"¿Viste a Cassian irse con Severin?" Mamá pregunta, apresurándose a la

ventana.

Asiento mientras mamá abre la cortina.

M


"Esperemos, que pueda persuadirlo de que no. . . Nos castigue con demasiada

severidad para salir. "

"Sí‛. Recuerdo la complacencia de Severin, sobre Tamra, creo que es una

posibilidad que sea indulgente con nosotras. Con un gruñido, mamá deja caer la

cortina en su lugar.

"Dos de ellos todavía están ahí." Miro por la ventana y espió a los dos

ancianos de pie en el porche delantero.

"Parece que no se van a ir muy pronto. Supongo que quieren asegurarse que

no escapemos de nuevo. "

"Tamra está con Nidia." Mamá dice.

Como si eso no fuera razón suficiente para quedarnos. Incluso si quisiera

dejar la manada, nunca me iría sin mi hermana. Especialmente ahora. Mi pecho se

siente apretado de repente ante la idea de lo que le debe estar sintiendo. Debe estar

tan confundida, tan. . . perdida.

"Nunca me iría de aquí sin Tamra," dice mamá, haciendo eco de mis

pensamientos. Me mira acaloradamente como dándome a entender nuestro deber.

Miro hacia otro lado, a mis manos, por la ventana y a cualquier lugar, pero no a

ella. No quiero que sepa que oigo las cosas que no dice. Que entiendo lo que su

mirada enfadada me dice. <Sin embargo, me iría sin ti>. Tal vez no estoy siendo

justa. Tal vez todo es cosa mía y no piensa de esa manera en absoluto. Mamá

suspira, y miro atrás hacia ella, veo como se pasa las manos por su cabello. Tiene

algunas canas en su cabello rizado. Que se ven a simple vista.

"No puedo creer que estemos aquí", murmura. "En el punto de partida. Peor

que antes." Me estremezco, siento que esto es un ataque contra mí. Debido a que

es culpa mía que estemos en casa otra vez. Todo esto es culpa mía. Lo sé. Y ella

también lo sabe.

"Estoy cansada", digo. No es mentira. Creo que no he dormido desde que salí

de Chaparral, mis pensamientos están demasiado confundidos sobre todo lo que

pasó. Pienso en mis colosales errores. Me pregunto dónde está Will, qué está


haciendo, pensando, recordando. O mejor aún, su falta de memoria. Voy a mi

habitación, sintiéndome más vieja de lo que alguna vez me he sentido.

"Jacinda." Me detengo al sonido de mi nombre y miro por encima del

hombro. La cara de mamá es indescifrable, sombría.

"¿Tu. . .? " La oigo respirar antes de continuar. "Ese muchacho. Will< ",

"¿Qué pasa con él?" Incluso si Will es de la última cosa de la que quiero

hablar ahora mismo, le debo respuestas. Incluso si eso significa pinchar una herida

fresca.

"¿Vas a ser capaz de olvidarlo?" el sonido de esperanza en su voz es

inconfundible. Mis pensamientos van a la deriva de nuevo a Big Rock. Viendo a

Will deslizarse por la pendiente rocosa, directamente a la roca y a la oscuridad que

le esperaban. No había otra opción. Tenía que manifestarme. Tenía que salvarlo.

Incluso si los cazadores eran testigo de eso. No tuve más remedio entonces. Y no

tengo otra opción ahora.

"Tengo que olvidarlo", contesto.

La mirada ámbar de mamá se ilumina al saber esto. "¿Pero podrás hacerlo?"

Esta vez no respondo. Porque las palabras no significan nada. Voy a tener que

enseñarle, demostrarle que puede confiar en mí otra vez. Demostrárselo a todos.

Giro y me dirijo hacia mi habitación, pasando por fotos enmarcadas de la

familia que una vez fuimos. Una familia completa con un apuesto padre, una

madre sonriente y dos hermanas felices que no sabían lo diferentes que serían.

¿Cómo podríamos nosotros haber sabido la realidad que nos esperaba?

Empiezo por quitarme mis zapatos, me pongo una camiseta vieja y

pantalones cortos de mi cajón de la cómoda. Mis ojos apenas vislumbran las

estrellas brillantes que salpican el techo, antes que mis parpados se cierren. Al

parecer, sólo unos minutos después alguien me sacude, arrancándome del abrazo

consolador del sueño.

"¡Jacinda! ¡Despierta!" Quito la almohada de mi cabeza y miro con ojos

somnolientos a Az. Debería estar emocionada de verla, pero preferiría tirar de la


almohada nuevamente sobre mi cabeza y hundirme en el sueño, donde la culpa y

el dolor no me pueden tocar.

"Az". Quita una lágrima de la esquina de mi ojo.

"¿Cómo has entrado aquí?"

"Mi tío Kel está de turno en tu pórtico delantero. Me dejó entrar‛.

Así es. El tío de Az era uno de los ancianos que me miraban como si fuera

una especie de criminal. Y supongo que lo soy. En efecto. Estoy bajo arresto

domiciliario, después de todo.

"Me alegra verte", murmuro con voz cansada.

"¿Me alegra verte?" me golpea con una almohada. "¿Es todo lo que puedes

decir después de haberte ido, dejándome aquí sola mientras te escapabas a quién

sabe dónde?"

"Mamá fue muy insistente." Ahora no es el momento para explicar por qué

dejamos el clan, lo que tenían planeado para mí. Tal vez todavía iban a hacerlo.

Luego recuerdo que Az estaba conmigo esa mañana que casi fui capturada por

Will y su familia. Las dos rompimos las sagradas reglas, al salir furtivamente de los

terrenos para volar a plena la luz del día. Me siento, mirándola con preocupación,

examinándola.

"No te metiste en problemas, ¿verdad? ¿Por salir de los terrenos conmigo?"

Az hace rodar sus ojos. "Apenas si pensaron en mí, después que se dieron

cuenta que habías desaparecido. Con excepción del intenso interrogatorio, sobre

eso." Exhalo y me dejo caer de nuevo en la cama, aliviada. Por lo menos no tengo

eso en mi conciencia, también. Az empuja un mechón largo negro con rayas azules

sobre su hombro y se inclina sobre mí, sus ojos brillan por la emoción.

"No tienes idea de lo que ha sido desde que te fuiste. ¿Porque te fuiste?" me

volteo y abrazo una almohada.

"Lo siento, Az." Aparentemente, mi conciencia no va a estar totalmente a

salvo. Es cierto que pensé poco en Az mientras estuve fuera. Había tenido que


preocuparme lo suficiente tratando de terminar cada día en Chaparral. Un suspiro

cansado brota dentro de mí. Disculparme parece ser todo lo que hago

últimamente.

Az suspira. "Bueno, al menos ahora que estas en casa. Tal vez las cosas

puedan volver a la normalidad."

Pienso en Will y en cómo traicione a mi propia especie por él, en mi hermana

y lo pérdida que se debe sentir, en los mayores que montan guardia en el pórtico.

Dudo si alguna vez todo vuelva a ser normal otra vez. Y, sin embargo, me siento

aliviada de estar donde mi draki puede prosperar.

"Ha estado realmente horrible por aquí. Severin impuso un toque de queda.

¡Y disminuyo nuestro tiempo de esparcimiento! ¿Puedes creerlo? Nos permite

jugar airball una vez por semana. ¡Una vez! Es sólo de la escuela y al trabajo, del

trabajo a la escuela. ¡Es un dictador!" ¿Todo esto por mí? ¿Por qué mamá nos tomó

y salió corriendo? ¿Les preocupa que otros hagan lo mismo?

"Por lo menos todavía nos dejan volar", murmura. "No sé qué haría sin ello.

Vuelo regular de grupo. Eso no ha cambiado. Pero es limitado nuestro tiempo

aire."

"¿Has visto Cassian?" pregunto. Az arque una ceja elegantemente.

"¿Desde cuándo estás pendiente de él?"

"Desde que él fue el que nos encontró y nos trajo de vuelta."

"¿Cassian te localizó? ¿Ahí es donde ha estado todo este tiempo? Termino

cerca tomándose su tiempo." se ríe a la ligera. ‚hombre, oh, hombre, todavía es

malo para ti."

"No", me apresuré a decir. "Él no es malo para mí. Si, alguna vez, incluso

quería que yo<"

‚¿Si?"


La fulmino con la mirada y continuo, "Si aún me quiere es sólo porque soy la

respira-fuego del clan‛. Una mercancía, una gran arma para el clan. Pero tal vez,

ya no. Eso ha cambiado. Ahora lo es Tamra. Tamra, que siempre había anhelado a

Cassian. Quizá finalmente él le devolvería esos sentimientos. La esperanza crece

en mi pecho con la posibilidad. Y alguna otra emoción. Algo que no puedo

identificar. Algo que nunca he sentido antes.

"Cualquiera sea la razón, todas las chicas de este clan matarían porque

Cassian, las mire de la forma en que te mira." Hace una mueca y gira sobre su

espalda en la cama. "Tal vez incluso yo".

"¿Tú?" Parpadeo.

"Sí. No te preocupes. Esto no es para que te sientas culpable. Nunca pensé

tener una oportunidad. Nadie lo hacía." me guiña el ojo. "No contigo alrededor."

Gimo. Suena igual que Tam. La antigua Tamra. La que anhelaba la atención

de Cassian y la aceptación del clan. La que miraba desde la orilla mientras yo

conseguía ambas. Hasta que nos mudamos a Chaparral y se encontró con una

nueva vida. Que le quite la noche que salte por un precipicio detrás de un cazador

de drakis.

Az mira alrededor como si hubiera escuchado mis pensamientos. ‚¿Dónde

está Tamra?"

"¿Quieres decir que no te has enterado?"

"¿Enterado de qué?"

"Ella está con Nidia." Mis labios se trasforman en una sonrisa incluso cuando

mi estómago se sacude enfermo por la preocupación de lo vendrá ahora que mi

hermana esta camino a convertirse en la siguiente shader del clan.

"Recuperándose".

"¿Recuperándose de qué?"

"Tamra se manifestó. Es un Shader."


Los ojos de Az se abren. "¡De ninguna manera!" silba entre dientes y extiende

sus labios. "Supongo que no eres el único premio por aquí entonces."

"Supongo que no," murmuro.

De repente no estoy segura de si esto es algo bueno o malo. Quería ser un

draki típico. Nada extraordinario. No el gran respira-fuego del clan, sometida al

constante escrutinio y presión. Ahora soy consciente de que mi singularidad

podría ser lo único que me mantiene a salvo. Pero también sé que el talento recién

descubierto de Tamra hará que el clan nos aferre más fuertemente.

Az continúa: "Me pregunto si Cassian le dará una segunda mirada ahora". El

piso cruje, alertándome de la presencia de alguien más. Miro hacia arriba, mi rostro

se calienta, mamá puede haber escuchado nuestra conversación. Sólo que no es

mamá. Es peor. El calor desciende a mi cuello.

"¿Cómo llegaste aquí?" Exijo, a sabiendas que mi mamá no le habrían dejado

entrar en mi habitación. Al menos no sin avisarme.

Cassian me mira atentamente, sus ojos más negros que púrpura. El púrpura

sólo se muestra cuando siente emociones algo raro al parecer.

"¿Cómo llegaste aquí?" Repito. Y entonces me doy cuenta de que es una

pregunta tonta. Es uno de ellos. Uno de mis captores. El futuro líder de este clan, el

príncipe puede ir y venir cuando le plazca.

"¿Dónde está mi madre?" le pregunto, me esfuerzo por mirar más allá de él.

"Hablando con mi padre." Mi piel se estremece por esto. Severin y mi mamá

nunca fueron una buena combinación. Reprimí el impulso de correr fuera del

cuarto, para encontrar a mamá y protegerla.

Es ridículo realmente. Mamá es una gran protectora, es la que me encuentra.

Incluso cuando no quiero que lo haga. Así que me quedo, ansiosa de escuchar lo

que Cassian ha venido a decir. Por lo menos espero que me diga lo que está

pasando. ¿Lo qué va a pasar conmigo? Prefiero escucharlo de él, que Severin.


Desde Big Rock, estamos juntos en esto. Tengo que creer en eso. Él mira a Az

deliberadamente, como esperando que se vaya. ¿Para que pueda estar a solas con

él? No, gracias. Me deslizo más cerca de ella en la cama. Su mirada se estrecha.

Mensaje recibido.

"¿Y bien? Has hablado con tu padre. ¿Cuál es el veredicto?" Respiro hondo,

dispuesta a poner fin a la agonía y saber si tengo o no que soportar el corte de las

alas. ¿Severin sabrá que me di a conocer a los cazadores? ¿Cassian se lo dijo? Mi

piel se va poniendo caliente, espinosa tan solo con la idea. No hay manera de que

mamá de voluntariamente dicha información.

"Vas a estar bien, Jacinda."

Inclino mi cabeza. "¿No seremos castigadas?"

"Les convencí de que querías volver. Les dije que estabas dispuesta a volver a

vivir en el clan. Que te comportaras y que serás más dócil." Su labio superior se

levanta ligeramente, y recuerdo lo que me dijo, en Chaparral cuando me encontró,

que le gustaba porque era diferente a todos los demás aquí. Ahora quiere que sea

igual que ellos. Inhalo con fuerza por la nariz. Dócil. Sumisa. Mansa. Obediente.

¿Eso siquiera lo tengo en mí?

"¿Obediente? ¿Jacinda?" Az se ríe, sin darse cuenta de la tensión. "¿Se

creyeron eso?"

Cassian le dirige una dura mirada, y luego me mira de nuevo. Espera. ¿Qué?

¿Espera oír que estoy de acuerdo?

"Oh." Az prudentemente, busca entre nuestras expresiones serias. "Bueno, por

supuesto. Estoy segura que Jacinda será más. . . Quiero decir, estoy segura que se

dio cuenta de que pertenece aquí. Tu padre vera eso. ¿Por qué iba a querer estar

ahí, en un mundo en el que nunca podrá encajar?" Por mi silencio, Az me da una

mirada inquisitiva. Me gustaría poder explicarle que encontré una razón para vivir

allí, entre los seres humanos. Tomará un tiempo convencer a Az para que

comprenda cómo pude haberme enamorado de Will, y por alguna razón, no quiero

hablar de ello delante de Cassian. La forma en que la nariz de Cassian llamea, no

está muy lejos de sus pensamientos de todos modos. Debajo de la piel morena de

su rostro, el carbón destella, como si una criatura nadara por debajo de la


superficie del agua. Una bestia que tiene que ser aplacada. Recuerdo su fuerza

animal, su gran cuerpo chocando contra Will sobre la cima del acantilado. La

violencia sin control, mientras los dos se envolvían en un apretón, Enredados en el

borde de ese precipicio, me estremezco y presiono una mano en mi estómago, los

recuerdos poco a poco se han convertido en una enfermedad. Querían matarse el

uno al otro. Casi lo hicieron.

"Te quedaras aquí con tu madre," Cassian anuncia cuando queda claro que

no voy a estar de acuerdo en pretender ser una humilde y obediente pequeña

draki. No es que no quiera decir las palabras. Simplemente tengo miedo de

prometer algo que no pueda cumplir. "Puedes empezar a asistir a la escuela otra

vez. Y al trabajo. De la escuela, al trabajo y del trabajo al hogar. Tu hermana se

quedará con Nidia."

Esto me asusta. No pensé que la separación sería permanente. No puedo

recordar un momento en que Tam y yo hallamos dormido más de una noche

separadas una de la otra. Por mucho que esto me molesta, creo que tiene sentido.

Nidia se hará cargo de Tamra. Le dará el apoyo y la orientación que necesita en

estos momentos. Todo lo que mamá y yo no podemos darle. Me digo a mi misma

que todo está pasando por una razón. El clan no está tratando de separarnos.

"Tamra, es un shader." Az niega con su cabeza, maravillada.

"Espera a que le diga a todo el mundo. Eso es impresionante." Mi amiga me

aprieta el brazo felizmente entusiasmada. "Oye, tengo que irme." Salta de la cama,

evidentemente ansiosa por comenzar a difundir la noticia de que el futuro de

nuestro clan está asegurado. Que tenemos un nuevo shader que puede tomar el

lugar Nidia algún día. Mientras a Tamra no le importe estar ligada al clan por el

resto de su vida. ¿Y por qué habría de hacerlo? Un vez que con el tiempo lidie con

el cambio, va a darse cuenta que ya no es invisible, para el clan y que tiene una

oportunidad con Cassian.

Az sale brincando la puerta y habla por encima de su hombro, ‚volveré más

tarde."

Entonces, me quedo sola con Cassian, después de todo. Gracias, Az.



o hemos estado solos desde Chaparral. En el viaje de regreso aquí,

los cuatro estuvimos atrapados en un estrecho coche, casi no

hablábamos, nos deteníamos sólo por gasolina, para ir baño, o para

conseguir algo de comida.

Pero ahora estamos solo nosotros dos. Lo miro fijamente, temiendo el torrente

de reproches. Que estoy convencida hará caer sobre mí. Por razones obvias: me

expuse ante nuestro mayor enemigo. Me enamore de uno de nuestros enemigos. Y

peor aún, después de ver su sangre sigo enamorada de él. ¿Cómo le explico a

Cassian que Will no es malo? No es más que una víctima desde su nacimiento. Lo

obligaron a recibir las transfusiones de sangre cuando estaba enfermo. Pero

entonces, ¿será realmente importante que le explique alguna cosa? No voy a volver

a verlo. En el silencio puedo escuchar las voces apagadas de nuestros padres. El

tono se calienta.

"¿Qué le dijiste a tu padre?" Me deslizo de mi cama, de repente consciente de

que estoy en mi cama. . . que él está tan cerca, directamente sobre mí. Él no se

mueve, y tengo que rozarlo para llegar al suave sillón cerca de la ventana.

"¿Quieres decir, si le dije que te manifestaste ante los seres humanos?" Su

mirada fija se alza sobre mí. "¿A los cazadores?"

Lucho por no temblar. Suena aún más terrible cuando él lo dice. Me gustaría

poder negarlo. "Sí. Eso." Me acomodo en el sillón cerca de mi ventana, trato de

actuar casual, tratando de mostrarle que no me molesta que me recuerde eso, que

no me molesta nada. Especialmente él. Aquí en mi habitación, mirándome de esa

manera agotada y punzante que hace que mis pulmones se contraigan.

N


"¿Le dijiste a tu padre al respecto?" Lo que hice es la única cosa que podría

devastarnos a todos nosotros. No sólo al clan, sino a toda nuestra especie. Su

mirada me examina, sin omitir nada. Mira la maraña de pelo atrás sobre mis

hombros. Mis pies descalzos, que se asoman por debajo de mis piernas dobladas.

Si le dijo lo que pasó, si le dijo todo, ¿cómo es que no me han castigado?

Incluso una parte de mí cree que me lo merezco. Traicioné a mi especie. No es

que cambiaría algo de lo que hice, aun si pudiera. Sé que esto por mucho. Es un

pensamiento extraño. Sentirme culpable no quiere decir que me arrepienta de

nada. Más fuerte que cualquier sentimiento de culpa es el dolor que siento en mi

corazón por haber perdido a Will. No puedo ni imaginarme lo que sería el dolor, si

no lo hubiera salvado. Si de verdad hubiese muerto en el desierto. Finalmente,

Cassian me responde.

"No podía ocultárselo a ellos, Jacinda. No eso. Nos afecta a todos." Me hundo

un poco en los cojines. Casi como si estuviera decepcionada. No sé por qué. A

pesar de nuestra amistad pasada, no espero su lealtad. El Clan esta en primer lugar

para Cassian. Sin embargo, Tamra una Shader nos protegió de los cazadores. No se

acordarán de nada. ¿No podría haberlo mantenido en secreto? ¿Habría sido tan

malo hacerlo?

La desolación se apodera de mí, se desliza a través de mí como agua helada.

Casi había creído que se preocupaba por mí, que me iba a proteger. Como había

prometido. En su lugar, me tiró a los lobos.

"Tuve que decirles que te revelaste frente a los cazadores, pero no les dije

todo. No les hable acerca de él ", me quedo fría. Digo la palabra que él no se atreve

a pronunciar.

"¿Quieres decir sobre Will?" Algo pasa en su rostro. Por un segundo, sus

pupilas se alteran, contrayéndose, volviéndose rendijas. Después, nada. Él es de

nuevo el Cassian imperturbable de siempre.

"Sí. No les hable sobre la sangre." Eso me inyecta una dosis de vergüenza. La

sangre de Will. Sangre que es del mismo color que la mía.

Asiento.


"Le cazarían si lo supieran. Supongo que estoy en deuda contigo, por eso—."

‚No est{s enamorada de él", dice de repente y con tal fuerza que me asusto.

"Ni siquiera lo conoces. Él no te conoce. No como yo." Su pecho sube y baja con

respiraciones acortadas. No digo nada en el incómodo silencio que le sigue. La

tensión se arremolina alrededor de nosotros, tan densa como la niebla de Nidia

que presiona en mi ventana. Miro hacia abajo a mis manos, dándome cuenta de las

pequeñas marcas de medias lunas de mis uñas, se clavaron sin darme cuenta.

Suspira profundamente.

‚Mírame, Jacinda. Di algo." Fuerzo mi mirada sobre él. ¿Espera que esté de

acuerdo en que no estoy enamorada?

Decidida a no hablar de mis sentimientos por Will, digo: "Tamra nos

protegió. ¿Por qué tenías que decirles? Me miran como si fuera una criminal".

Agito un brazo. "¡Estoy prácticamente bajo arresto domiciliario! Nunca van a

perdonarme."

"Tenía que decirles. ¿Qué pasa si alguno de los cazadores alguna vez

recuerda? Tamra no sabe cómo usar sus poderes todavía. ¿Qué pasa si no dura?

¿Qué pasa si no fue suficiente neblina?"

Asiento, el movimiento de alguna manera es doloroso, tan doloroso como la

opresión en mi pecho. "Entiendo. Está bien."

"Es evidente que no está bien. Estás molesta."

Presiono una mano contra mi pecho. "¿Y tú Cassian, no lo estarías? Voy a ser

tratada como una traidora por el resto de mi vida."

Mueve su cabeza lentamente, un músculo se desvanece sobre la piel de su

mandíbula apretada. ‚Van a olvidar y a perdonar. Con el tiempo. "

"No puedes estar seguro de eso." Había dicho que trataría de hacer todo lo

posible para mantenerme a salvo, pero hasta yo sé que no tiene control total de la

situación.


"El hecho de que Tamra esté aquí, que sea una Shader, los ha tranquilizado

mucho. Que las dos estén de vuelta lo ha hecho también.

"¿Incluso después que les dijiste lo que hice?‛ Lo miro vacilante, con miedo

de dejar caer mi guardia. "¿Así que no estoy en problemas?"

"No he dicho eso." Algo se afloja en su rostro mientras dice esto. Un indicio

de una sonrisa juega en su boca. "Te has revelado a ti misma Jacinda frente a los

humanos. Y su familia de cazadores." Y por eso, tengo que pagar. Asiento,

admitiéndolo. "Tienes mucho por demostrar‛, añade, completamente serio.

"¿Y si no puedo?" No estoy segura de lo que tengo en mi interior, para

ponerme a prueba frente a alguien más. En este momento, la idea de nunca volver

a ver a Will hace que las lágrimas amenacen con salir, me hace sentir herida y

cansada. A pesar de que una parte de mí se siente aliviada de estar de vuelta en el

clan, no estoy exactamente en las mejores condiciones de lamerle el culo a nadie.

"Entonces las cosas van a ser difíciles para ti. Más difíciles de lo que tendrían

que ser. Y tu madre. . ." Su voz se desvanece, pero cuelga la amenaza. Mis ojos se

estrechan, mi piel se endurece y pica.

"¿Qué pasa con mi madre?"

Mira por encima de su hombro como si pudiera verla allí en cualquier lugar

en la casa donde este parada. "No hay ningún interés en ella. Se le culpa de

llevárselas a ti y a Tamra. Se habla de expulsarla"

Inhalo con fuerza. "Eso no es justo. Soy una<"

"Ella te llevó. No te fuiste por tu cuenta. Vamos, Jacinda. ¿Nada de esto debió

de haber ocurrido, si no fue porque tu madre te llevo a algún desierto?‛

Trago difícilmente y miro de nuevo por la ventana. Odio no poder discutir

este punto con él. Odio que pueda entender su lógica, tan cruel como es.

"Ninguno de nosotros es una isla. Piensa en eso. Las acciones de uno afectan a

todos." Supongo que no soy como los demás. ¿Por qué soy la que ha puesto en

peligro a todos. Rozo ligeramente mi boca, hablo a través de mis dedos.


"¿No te enferma eso? ¿No te gustaría hacer lo que realmente quieres? ¿No

crees que te lo mereces de vez en cuando? ¿Por qué debes poner primero el clan

por encima de todo? ¿Por encima de la vida de uno mismo? ¿Alguna vez has

trazado una línea? Puedes racionalizar el sacrificio de uno, ¿pero cuando se trata

de dos? ¿O Tres? ¿Cuándo dirás basta?" Niego con la cabeza. Cassian me mira

fijamente.

"Es la forma en somos. Es de la forma en que hemos sobrevivido tanto

tiempo. El hecho de que incluso tu lo preguntes, cuando nadie m{s lo hace<"

Ladea su cabeza hacia un lado. "Tal vez es eso lo que te hace tan especial. ¿Del por

qué aún estoy aquí hablando contigo? ¿Del por qué me importa todo?‛ Trago a

pesar de la opresión en mi garganta y sostengo su fija mirada.

"Así que tu<" lucho con las palabra, palabras que no hagan que el calor de

mi rostro sea insoportable, y acabo diciendo: "¿Te gusto porque soy del tipo de

persona que nos pone a todos en peligro?" Esa extraña sonrisa juega en sus labios

otra vez.

"No eres aburrida, eso es seguro."

"Cassian". Mis nervios detonan mientras el mismo Severin camina dentro de

la habitación al lado de Cassian. Los dos. . . en mi habitación. Es algo que nunca

imagine. Cassian es una cosa. Severin, otra.

Mamá está detrás de Severin, con el rostro rígido con desafío. Supongo que lo

que discutieron no le cayó nada bien a ella.

"Hemos terminado aquí, Cassian". La Mirada de Severin descansa sobre mí.

Me siento interiormente juzgada. Pero no lo demuestro. Me obligo a sostener su

mirada, fingiendo que no me hace sentir interiormente débil y temblorosa, que no

merezco la censura. Severin le señala a Cassian la puerta.

"Espérame afuera." Cassian me envía una larga mirada y luego se aleja.

Mamá se mueve entrando totalmente en la habitación, sus delgados brazos están

cruzados sobre su pecho. Ha perdido peso. Me pregunto cómo no me di cuente de

esto. Siempre tuvo curvas antes. Severin la mira con frialdad.

"Me gustaría hablar con Jacinda."


"Entonces tendrá que hacerlo delante de mío.‛

Los labios de Severin se enroscan sobre sus blancos dientes. "Ya has

demostrado que eres una madre de dudosa sabiduría, Zara. No hay necesidad que

te comportes como si de verdad cuidaras de tu hija ahora." Una mirada afligida

pasa sobre el rostro de mi madre, antes de lograr enmascararla, pero la palidez aún

está allí, por lo que sus ojos se destacan como brillantes piscinas gigantes. Puesto

que papá murió, Tamra y yo somos todo lo que tiene. Cada decisión que toma es lo

mejor para nosotras. . . lo que piensa que es lo mejor para nosotras. Podría haber

cometido algunos errores, pero nunca he dudado de su amor por mí. Un suave

fuego destella rápidamente a la vida en mi interior.

"No le hables a mi madre de esa manera", le advierto. Severin me mira, como

si fuera algo que ha ensuciado sus pies.

"Ten cuidado, Jacinda. Que hayas sido perdonada por tus delitos. Es un

hecho que puedes agradecerle a Cassian. Justamente quería verte siendo

castigada<" Mira a mam{ otra vez. "Y desterrada."

"No me haga ningún favor", estallo, incapaz de encontrar el acorde adecuado

de arrepentimiento con Severin.

"Jacinda," dice mamá en voz baja, cogiéndome del brazo con sus dedos fríos.

La mirada de Severin se endurece.

"Ponme mucha atención. Estás en la cuerda floja, Jacinda. Espero un

comportamiento perfecto de ti, de ahora en adelante. . . ." en su voz hay rastros, de

una amenaza deliberada, sobrentendida. Prácticamente lo oigo decir, o si no,

cortaremos tus alas. Me niego a demostrarle que me afecta, que su amenaza

funciono, enviando una chispa de miedo a través de mí, haciendo que mi piel se

estreche y se estremezca con el calor en mi interior, como una serpiente

retorciéndose en busca de liberación.

"Ella no será ningún problema," dice mamá con un tono de voz que nunca la

había escuchado utilizar. Suena casi vencida. La boca de Severin se curva en una

sonrisa de satisfacción.


"Tal vez esta vez harás un mejor trabajo en mantenerla a raya." Con una

fuerte inclinación de cabeza se va, sus pisadas se retiran sigilosamente de nuestra

casa.

Una casa que ya no se siente como un hogar. Sólo es una casa que no es más

nuestra. No, si Severin puede entrar, dar órdenes y amenazar como si tuviera el

derecho de hacerlo. Por primera vez me pregunto ¿si en esto es lo que se ha

convertido el clan, o si siempre ha sido así?


CCaappííttuulloo 55 Traducido por Daniela

or un momento, nos quedamos paradas en silencio, y después Mamá

se sienta en mi cama con una debilidad que apuñala mi corazón. Ha

pasado mucho tiempo desde la última vez que ella se manifestó<años.

Está empezando a sentir su edad.

Ella levanta el andrajoso oso que me regaló Papá en mi séptimo cumpleaños

de entre el enredo de sábanas y almohadas. Lo había olvidado cuando nos fuimos

con tanto apuro, y ahora me alegra haberlo dejado. Me alegra que algo tan amado

y familiar me esté esperando aquí.

Mamá jala una enredada oreja con un silencioso suspiro. Hay tanta derrota en

el sonido. En sus hombros repentinamente caídos. ¿Entonces esto es todo? ¿Ya se

ha rendido?

Finalmente ella habla, y su voz es hueca y plana, como sus ojos. ‚Quiero que

estés a salvo, Jacinda. No quiero que salgas herida.‛

Asiento. ‚Lo sé.‛

‚Y ahora estoy empezando a pensar que yo podría ser la que te est{ causando

el mayor sufrimiento.‛

Sacudo mi cabeza fieramente, no gustándome esta nueva, derrotada versión

de mi madre. Es alguien a quien no conozco. Que no quiero conocer. Con todo lo

dem{s que est{ cambiando, necesito que ella permanezca constante. ‚No. Eso no es

cierto.‛

P


‚Te he empujado y empujado en todas las direcciones aún si te gustaba o no,

todo con el propósito de protegerte.‛ Sacude la cabeza. ‚Tal vez he hecho que todo

empeorara. Ellos ya nunca te tratarán como si fueras el gran don concedido a ellos.

Te tratarán como si fueras alguna clase de decepción.‛

‚¿Mam{?‛ mi voz tiembla un poco y tengo que pasar saliva. ‚¿Qué est{s

diciendo?‛

Ella levanta la mirada del oso. ‚No los dejes tratarte como un perro apaleado

por el resto de tu vida. Sigue sus reglas. Regresa a la cima. Haz lo que tengas que

hacer.‛

‚¿Tu realmente te quieres quedar aquí? ¿Quieres que Tamra se quede aquí?‛

‚Llev{ndolas a Chaparral<. yo estaba persiguiendo un sueño. Algo que

nunca existió. No para ti, ni siquiera para Tamra. Ella estaba destinada a ser una

draki y yo ni siquiera lo sabía.‛ Se ahoga en una risa y presiona sus dedos contra

sus labios para componerse. ‚Y tu< bueno, tú has estado tratando de decirme

todo el tiempo que tú no puedes ser otra cosa que una draki. Que necesitas estar

aquí. Yo simplemente no quería oírlo. Lo siento, Jacinda.‛

Me siento a su lado en la cama. Puede que me haya enojado mucho con ella

en el pasado, pero no soporto verla así. La quiero de regreso. Extraño su vitalidad.

La extraño. ‚No lo sientas. Nunca te disculpes por ser una madre que ama tanto a

sus hijas que sacrificaría todo por ellas.‛

Tomo su mano, y aprieto los dedos helados, y de repente recuerdo que ella

siempre tiene frío aquí. Siempre temblando en la niebla y vientos perpetuos. La

misma niebla y el mismo viento que son mi hogar, a los que levanto mi cabeza

para sentirles y saborearles mejor. Ella no los ama. Nunca lo ha hecho y nunca lo

har{. ‚Descubriremos una forma de vivir aquí. Felices. No voy a vivir con mi

cabeza gacha y tampoco lo har{n ustedes.‛ Ella me dedica una sonrisa temblorosa

y me recuerda suavemente, ‚La cabeza de tu hermana ya no est{ inclinada aquí.‛

Eso es cierto. Tamra está en la cima ahora. E irónicamente, yo no. Por lo

menos no por el momento. Mam{ roza mi mejilla con el dorso de su mano. ‚Viví

aquí por tu padre. Puedo hacerlo por mis niñas. Es un pequeño precio a pagar.‛

Toma aliento. ‚Amé a tu padre muchísimo. Pero ese amor no fue nada comparado


a cómo me sentí después de que estuvimos vinculados en ese círculo. Es como si

nos conect{ramos<.‛ Su expresión melancólica crece. ‚Algunos días, no podía

distinguir mis emociones de las de él.‛ Su mirada {mbar se oscurece. ‚Aún ese

último día< me sentí< sabía que algo estaba mal antes de que alguien me lo

dijera. Y me quedé aquí por tanto tiempo, diciéndome que esa nada que sentía no

era que él estaba muerto. Que él podía estar vivo ahí afuera, pero que simplemente

estaba fuera de mi rango y por eso ya no podía sentirlo.‛

La miro absorta. ‚¿Por qué nunca me dijiste esto?‛ Por lo menos la parte de

sentir que algo estaba mal con Papá ese último día. Por supuesto sabía que muchos

draki vinculados formaban una conexión. Históricamente, los dragones se

emparejaban de por vida, y la idea detrás de vincularse se deriva de este rasgo

antiguo. Para algunas parejas draki es algo más profundo. Aparentemente mis

padres habían sido una de esas parejas.

Ella se encoje de hombros. ‚Tú eras solo una niña. No quería que supieras

que había sentido su<. miedo. Su dolor. Casi me desmayo por eso, Jacinda. Tenía

miedo de que si te decía, tu pensarías que yo había sentido su<.‛

‚Muerte,‛ sugerí. Me duele la cabeza, las sienes me palpitan mientras trato de

procesarlo. En mi alma, tenía la esperanza de que Papá estuviera vivo. Que podría

estar cautivo en algún sitio. Ya no sé qué pensar.

Ella se sobresalta pero asiente.

‚Entonces, ¿por qué me lo est{s diciendo ahora?‛ demando. Mam{

pr{cticamente había estado en la cabeza de Pap{ al final<. ¿y no había dicho

nada?

‚Necesitas saber.‛ Pone un mechón de pelo detr{s de mí oreja. ‚En caso de

que algún día tú te vincules con alguien aquí.‛ Mis ojos se abren, adivinando la

dirección de sus palabras. Y no creyéndolo. Ella no puede estar sugiriendo que yo

me vincule con Cassian.

‚Te sentir{s<‛

‚¿Qué?‛


Ella fija su mirada en mí. ‚Todo va a estar bien, Jacinda.‛

¿Bien? ‚¿Por qué una vez que estemos vinculados ya no va a importar que yo

no lo ame? ¿Por qué voy a sentir algo falso y podré mentirme a mí misma y

convencerme de que es amor?‛

Ella sacude la cabeza firmemente. ‚Te sentir{s conectada. Una vez que pase,

¿realmente importa por qué o cómo paso?

¡Sí!

‚Antes a ti te importaba,‛ dije aturdida.

‚Las cosas son diferentes ahora. Estamos atrapadas aquí. Tienes que sacar lo

mejor de eso.‛

‚Lo hago. Lo haré. Eso no significa que tengo que vincularme a alguien.‛

Cierro los ojos y masajeo mis párpados, tratando de suavizar el dolor ahí.

¿Realmente estoy teniendo una conversación con mi madre sobre los beneficios de

vincularme para escapar de la desaprobación de la colonia?

‚Puedes ser feliz aquí, ¿no? Cassian<‛ se detiene. Veo su garganta moverse,

incrédula de lo que est{ diciendo. ‚Cassian no es tan malo. Él no es< tan parecido

a su padre.‛

Tan parecido. Me alejo, segura de que mi madre ha sido capturada por

alienígenas. ‚¿Est{s hablando en serio?‛

‚La colonia lo olvidaría todo si tan solo Cassian y tu<.‛

‚¡No, mama, no!‛ resisto la tentación de cubrirme los oídos con las manos.

No estoy oyendo esto. No de ella.

‚No estoy diciendo que sea ahora. Con el tiempo<‛

‚¡No puedo creer que estés diciendo esto!‛


Ella agarra mi mano, y me habla con voz dura. ‚Ya no puedo protegerte m{s,

Jacinda. No tengo poder aquí.‛

‚¿Y porque Cassian si lo tiene es razón suficiente para venderme a mí

misma?‛

‚No estoy sugiriendo nada que tú no hayas considerado ya. Te he visto con

él. Hay algo ahí.‛

Asiento lentamente. "Tal vez. Alguna vez." Cuando no había nadie más,

ninguna alternativa que me tentara. Antes de conocer a Will. "Ya no."

"Es por Will." Los ojos de Mamá brillan por un momento con su antigua

vitalidad. "No puedes estar con él. Es imposible, Jacinda. No hay ninguna

oportunidad. Él no es uno de nosotros."

Él no es uno de nosotros. He evitado pensar realmente en eso, aceptarlo, pero

las palabras me golpean ahora, se entierran profundamente y me hieren donde mi

corazón ya duele.

Tomo un poco de aire. "Imposible o no, no puedo considerar a nadie más.

Prefiero estar sola."

"¡Oh, no seas ingenua! ¡Él es humano! ¡Un cazador! ¡Olvídalo! Habrá alguien

más."

Por un momento, la conversación hace eco a cuando Mamá trató de

persuadirme de renunciar a mi draki, dejarlo marchitarse. Ahora ella quiere que

acepte a mi draki y olvide a Will. Sacudo la cabeza. Solo que ella tiene razón. Más

de lo que ella misma se da cuenta. Es una tontería aferrarse a Will. Está mal. Lo sé.

Él es más que un humano intocable, más que un cazador. Él es algo mucho peor.

Sangre draki corre por sus venas. Un draki -tal vez varios- murieron para sustentar

su vida. Aún si su padre es el responsable por ese terrible acto, ¿cómo podría

volver a ver a Will a los ojos otra vez? ¿Tocarlo? ¿Besarlo?

Supongo que es bueno que no vuelva a verlo nunca más. Tengo que dejar la

esperanza, en las más oscuras sombras de mi corazón, de que el cumplirá su

promesa de encontrarme.


"Ya lo he olvidado," murmuro, con voz suave.

Mamá me estudia poco convencida. Pero igual, no tengo que convencerla

más de lo que tengo que convencerme a mí misma.

Esa noche en mi cama, miro fijamente a las brillantes estrellas con las que

Papá me ayudó a decorar el techo hace años, y gradualmente me empiezo a sentir

a salvo otra vez. De la misma forma que me sentía cuando era una niña pequeña,

con mis padres dormidos tan solo al otro lado del corredor. Tan segura. Tan

protegida.

Libero mis pensamientos y busco a Will. Él está esperando en mi

desprotegido corazón.

Dormitando, medio dormida, recuerdo. Lo recuerdo a él, a nosotros, esos

momentos antes de que el mundo se destruyera a mí alrededor. Una sonrisa acude

a mis labios mientras recuerdo todo. Lo recuerdo hasta que la añoranza es

demasiada. Hasta que el dolor por quererlo se vuelve demasiado profundo, tan

salado como las cálidas lágrimas corriendo por mis mejillas.

Esto no ha terminado. Nosotros no hemos terminado....Iré por ti. Te encontraré. Lo

haré. Estaremos juntos otra vez.

"No," susurro en el silencio de mi habitación aun mientras mi corazón sangra.

Una traicionera parte de mí siempre quiere creer eso. "No lo haremos."

Pero entonces, me despierto ante la horrible verdad otra vez, siseando ante el

repentino dolor acuchillante en mi corazón. Él no tendrá esos recuerdos. No

recordará haberme hecho esa promesa.


Paso mis dedos sobre mis labios temblorosos. No recordarás que me fui. No

recordarás por qué tuve que irme. Solo pensarás que me fui de Chaparral, que te dejé.

Girando mi cara muerdo mi almohada, ahogando un sollozo que quiere

desprenderse de mi pecho.

¿Acaso siquiera piensa en mí? Desesperadamente me pregunto cuánto, hasta

qué punto puede recordar. ¿Cuánto de mí se ha ido? Tamra es nueva en esto.

¿Podría haberme borrado por completo de su memoria? Sacudo mi cabeza ante el

pensamiento. Me muerdo el labio hasta que siento el sabor de mi propia sangre.

Suelto la piel amoratada, y me digo que estoy siendo paranoica. Nunca he oído de

un shader que pudiera borrar semanas de la mente de una persona. No es posible,

no puede serlo.

En ese momento lo sé. Tengo que ir a preguntarle a Tamra. Tengo que

averiguar si ella sabe cuánto borro de la memoria de Will. Cuanto de mi borró de

su corazón.

Rodando hacia mi costado, siento una pequeña medida de comodidad.

Mañana. Le preguntaré mañana. De alguna forma, esta decisión me hace sentir

mejor. Me da algo que esperar aunque nada de lo que diga cambiara algo.

Will está a kilómetros de aquí en Chaparral. Y yo seguiré aquí.

Cuando salgo a nuestro porche por la mañana, suelto un profundo suspiro de

alivio, contenta de ver que nuestros guardianes han sido llamados. Creo que

Severin decidió que nuestra conversación de ayer fue suficiente para mantenerme

en línea.


Todavía es temprano. Una gruesa niebla se aferra baja a la tierra, abrazando

mis pantorrillas, y se levanta una niebla más fina mientras me dirijo a la casa de

Nidia, determinada a preguntarle a mi hermana si ella piensa que logró nublar a

Will y a los demás. Después de todo, era su primera vez. ¿Cómo podía estar segura

de lo que estaba haciendo?

El perro de Jabel ladra. Acelero el paso, imaginando que veo las persianas

cerradas. No quiero quedarme atrapada hablando con la tía de Cassian. Miro por

encima de mi hombro, preguntándome si ella es la razón de que Severin hubiera

mandado nuestros guardaespaldas a sus casas. Después de todo, es conveniente

tener los ojos vigilantes de su hermana al otro lado de nuestra calle.

Debería haber estado mirando por donde iba. Un chillido se me escapa

mientras choco con fuerza contra otro cuerpo. Unas manos se estiran y me

estabilizan. Quito el desordenado pelo de mi cara y miro hacia Corbin, el hijo de

Jabel.

"Jacinda," me saluda. "Es bueno tenerte de regreso." Su boca se levanta en una

sonrisa que no parece real, pero en realidad, nunca lo ha sido.

Corbin y yo somos de la misma edad; hemos estado en las mismas clases

desde primaria. Pero nunca fuimos cercanos. Él siempre fue mal intencionado,

haciendo trampa en el colegio y en los juegos. Jugándoles bromas pesadas a los

más pequeños. Cuando se hizo evidente que yo era una respira-fuego, él cambió su

actitud repentinamente y trató de acercarse a mí, pero para entonces, yo ya conocía

al verdadero Corbin.

Se parece a su tío Severin, mucho más que Cassian. Son los ojos. Corbin y

Severin tienen los mismos ojos muertos. Si es posible, él ha crecido en mi ausencia.

Está casi tan alto como Cassian.

Me suelto del agarre de sus manos y trato de no parecer intimidada.

"¿Hacia dónde vas?" pregunta.

Me enfado pensando en cómo probablemente su mamá está espiándonos

mientras estamos aquí. En que él probablemente estaba esperando afuera hasta

que yo saliera de mi casa "¿Por qué? ¿Te asignaron ser mi guardia?"


Él me dedica lo que creo que es una sonrisa coqueta. "¿Necesitas un

guardaespaldas?"

Sacudo la cabeza, arrepintiéndome de mi actitud defensiva. Si actúo como

prisionera, así es como me van a tratar. "Voy a ver a mi hermana." Para satisfacer

mi mórbido temor de que Will no recuerde nuestra última noche juntos. Que por lo

que a él le concierne, yo simplemente me desvanecí.

"Oh." mete sus manos en los bolsillos. "Caminaré contigo."

No viendo cómo podía renunciar a eso, me encojo levemente de hombros y

continúo caminando, con la niebla arremolinándose alrededor de mis tobillos.

Pasamos frente a casas con sus ventanas cerradas frente a la mañana. No recuerdo

que la colonia fuera así de silenciosa antes, así de quieta. Aun así de temprano,

usualmente había algo de actividad. Me da una sensación extraña. De repente, el

muro cubierto de enredaderas que rodea el pueblo no parece como algo que nos

estuviera protegiéndonos, sino como algo que nos mantuviera encerrados.

"Está tan silencioso," murmuro.

"Sí. Todavía estamos en toque de queda. No puedes salir de tu casa hasta la

siete."

"Entonces tu qué haces vagando..."

"Soy parte de la patrulla matutina." Señala la banda azul alrededor de su

brazo. No lo había notado antes.

"Patrulla," repito aturdida mirando la tela azul. "No lo sabía. Deberíamos

regresar hasta..."

"Naah. No te reportaré."

¿Reportarme?

Él sonríe como si fuera un regalo. No puedo responderle la sonrisa. No era

ningún regalo de su parte. Mañana iba a asegurarme de salir después de las siete.


Me giro y continúo caminando.

‚Genial lo de tu hermana,‛ dice, manteniendo mi paso.

‚Sí.‛

Me mira con sus ojos negros. ‚No suenas muy feliz por eso.‛

‚Sinceramente, no he tenido tiempo de procesarlo.‛

Asiente como si lo entendiera. ‚Ser{ un gran ajuste.‛

‚Sí. Nidia ayudar{ a Tamra en todo el proceso<‛

‚Me refería a que ser{ un gran ajuste para ti.‛ Interrumpe suavemente, su voz

tan pulida como el petróleo.

El pulso de mi cuello salta err{ticamente. ‚¿Yo?‛

Sus pies patean la gravilla suelta en el camino. El sonido altera mis nervios.

‚Sí. Ya no eres lo m{ximo por aquí.‛

Acelero el paso por el centro del pueblo, pasando por la escuela y el lugar de

reuniones, ansiosa por llegar a la casa de Nidia. ‚Nunca fue así.‛

‚Si, si lo fue. Pero ahora hay dos de ustedes. Ahora tienes algo de

competencia.‛

Me detengo y lo encaro aun si parte de mí solo quiere caminar más rápido y

dejarlo muy atrás. Eso o golpearlo.

Él arquea una ceja dorada. ‚Solo digo.‛ Sacude una mano. ‚Cassian no las

puede tener a las dos.‛

Lo miro enojada. Él no se inmuta. Ni siquiera desvía la mirada. Cruzo mis

brazos sobre mi pecho y decido ir al punto. ‚¿Quieres decir que ahora tú tienes una

oportunidad con una de nosotras?‛


Él sonríe con esa sonrisa falsa otra vez, y de repente lo odio, a este egoísta y

codicioso chico que nos ve a mí o a mi hermana como una forma de subir de status.

Odio que piense que él puede tener a cualquiera que Cassian no quiera. Porque es

tan simple como la decisión de Cassian. Y Corbin tomando, aprovechando las

sobras como cualquier perro cazador. Mis músculos se tensan de la ira. Ni mierda.

Doy un resoplido y me giro, empezando a caminar otra vez, más rápido,

golpeando el suelo con fuerza. ‚Eso nunca va a pasar,‛ digo por encima de mi

hombro.

‚Ya no puedes huir de eso, Jacinda. Ya no.‛

‚¿De qué?‛ doy la vuelta, deseando ser perfectamente clara en lo que sea que

está diciendo.

‚Si no te juntas con Cassian, mi tío me mirar{ a mí después. Podríamos ser

muy buenos juntos, Jacinda.‛

‚Tienes que estar bromeando.‛

Su pecho se infla con orgullo. ‚Mi línea de sangre ha guiado esta colonia por

los últimos cuatro siglos. Ni siquiera tu padre pudo usurpar el poder de mi

familia.‛

‚¿Qué sabes tú de mi padre?‛ contraataco.

‚Solo lo que me han dicho. Antes de que él desapareciera, él estaba retando a

mi tío constantemente. Fue en vano. Mi familia es la mejor capacitada para

gobernar esta colonia. Siempre hemos sido los m{s fuertes< y solo seremos m{s

fuertes con una respira-fuego y una shader unidas a nuestra línea.‛

Siento mi rostro sudorosamente frío a la idea de Corbin y yo juntos, y tengo

que admitir que la idea de Cassian nunca me hizo sentirme así de enferma. ‚Est{s

loco.‛ Continúo caminando, y me lleno de alivio cuando él no me sigue.

‚¡Ya no tienes la libertad de escoger, Jacinda!‛ me llama. ‚Perdiste la

oportunidad. Seré yo o Cassian.‛


Sé que no es una vana amenaza. Después de todo, él es el sobrino favorito de

Severin. Él sabría de estas cosas. Cosas que yo no podría saber. Y a diferencia de

Cassian, él no está tratando de ayudarme tras bastidores.

Me digo a mi misma que debería alegrarme de que él me hubiera dicho sus

planes. Ahora puedo trabajar para asegurarme de que no se cumplan. Tamra y yo

no vamos a ser obligadas a vincularnos con nadie. A menos de que queramos, por

supuesto. Me estremezco pensando que Tamra definitivamente querría vincularse

con Cassian.

La voz de Corbin me sigue a través de la niebla. ‚Dile a Tamra que pasaré

m{s tarde.‛ Y eso me da escalofríos.

Supongo que debería querer que él se juntara con Tamra, para liberarme de

ese horrible prospecto. Pero no se lo desearía ni a mi peor enemigo, mucho menos

a mi propia hermana.

Camino hacia la casa de Nidia, con pasos decididos, tratando de

convencerme de que la colonia no es un régimen fascista donde sus habitantes

sufren de subyugación total. No lo es. Es el único lugar donde mi draki puede vivir

libremente. Camino más lentamente mientras me aproximo a la casa, notando que

hay una figura solitaria haciendo guardia justo dentro de la arqueada entrada del

pueblo. Mientras me aproximo, reconozco a Gil, un amigo de Cassian. Lo saludo

con la mano.

‚¿Vas a ver a tu hermana?‛ me pregunta.

Asiento, y frunzo el ceño al ver la tonta sonrisa que se pinta en su cara. ‚Dile

que le mando saludos.‛

‚Saludos,‛ repito.

Gil nunca le había puesto atención a mi hermana antes. Hasta donde yo sé, él

ni siquiera le había hablado antes. Él es uno de los muchos que miraban a través de

ella en vez de mirarla a ella. ¿Y ahora quiere que le mande un saludo?

El disgusto me recorre. Justo como era conmigo, a nadie le importa realmente

Tamra. No les importa la chica, solo el talento.


A mi llamado, Nidia abre la puerta. Con un gesto, me invita a entrar a su

casa, que siempre huele a hierbas y a pan recién hecho. Mi refugio por tantas veces.

Especialmente después de que Papá murió. Ahora es el refugio de Tamra.

Camino hacia la cálida bienvenida. Y me detengo fría. No soy la única de

visita esta mañana.

Mi hermana está acurrucada en el sofá, envuelta en una manta, y sostiene una

humeante taza entre sus manos. Ella ya no se ve como mi gemela. Pelo helado, ya

no es rojo, fluye más allá de sus hombros. Todavía se las arregla para peinarlo

perfectamente, mejor de lo que nunca podría arreglar mi pelo, y me pregunto si

Nidia tiene una plancha para peinar. Es asombroso cómo su nuevo color de pelo

cambia todo acerca de ella. Hasta su cara se ve diferente, y mantiene poco parecido

con la mía.

Especialmente con esos helados ojos grises.

Mi mirada salta a su visitante, sentado muy cerca, relajado en un banco al

lado del sofá. Cassian le sonríe a mi hermana fácilmente, sin barreras. Es una

sonrisa que esbozaba frecuentemente cuando éramos unos niños despreocupados.

Un pequeño escalofrío sube por mi espalda, deslizándose por mi pelo y

ondeando por mi cabeza. Me abrazo a mí misma como si estuviera buscando calor,

pero es otra cosa, algo más que necesito.

Miro fijamente a mi hermana sonriéndole a Cassian y una pesadez recae en la

boca de mi estómago. En ese segundo, me siento más sola de lo que nunca me he

sentido. No podría haber extrañado más Will.

Will entendía sobre la soledad. Sobre estar aislado, separado del mundo en el

que vives. Un extraño entre los de tu propia especie. Will entendía eso, él me

entendía.



a voz de Nidia anuncia mi llegada. ‚Que amable de tu parte hacernos

una visita, Jacinda. ¿Te gustaría un poco de chocolate caliente?‛

Asiento y pronto me encuentro acomodada en una silla con una taza en mis

manos. Tamra todavía sostiene una sonrisa, pero se vuelve frágil mientras se gira

hacia mí esperando a que hable. En esos extraños ojos se refleja la misma cautela

que yo siento. Ninguna sabe que decirle a la otra o cómo comportarse. Es como si

ya no nos conociéramos. Solamente he estado adivinando cómo se siente sobre

haberse manifestado súbitamente. Pero no lo sé realmente.

‚Es bueno verte levantada,‛ digo finalmente, y después miento, ‚te ves bien.‛

‚Me siento mejor,‛ dice Tamra en una voz que suena amigable, pero distante.

Quiero cerrar esa distancia. Sentarme a su lado y recordarle lo que somos la una de

la otra. ‚Nidia est{ cuidando de mí muy bien.‛

‚Sabíamos que lo haría,‛ ofrece Cassian, y tengo ganas de golpearle.

¿Sabíamos?‛

Contengo la réplica mordaz de que nosotras podríamos haber cuidado muy

bien de ella también. Mamá y yo. Nosotras siempre hemos cuidado las unas de las

otras< salvo que la colonia ya no nos lo permitía. No estoy segura de a quién

consideran peor influencia: a mí o a mamá. Miro fijamente la pálida versión de mi

hermana y me pregunto si ella habría preferido estar con nosotras. ¿Nos extraña?

¿O quiere permanecer aquí?

‚Tú también te ves bien, Jacinda.‛ Añade Tamra, y sé que est{ mintiendo.

Ella nunca ha sido fan de mi guardarropa de camisetas y jeans. Y el resto de mi<

L


me hice una inspección superficial mientras me lavaba los dientes, esta mañana.

Las sombras bajo mis ojos se veían como golpes, y hasta mis labios se veían

pálidos, descoloridos. Es gracioso que me vea peor aquí, entre las frías montañas

que siempre me habían revitalizado tanto, entre la niebla y las montañas que pensé

que necesitaba para mantener vivo mi draki.

‚Gracias,‛ digo.

‚Empezaré a entrenar mañana,‛ Tamra se levanta un poco de los cojines del

sillón. ‚Con Nidia y Keane.‛

Asiento. Keane es el maestro de vuelo de la colonia. Ningún draki alza el

vuelo al cielo sin haber pasado por las cuerdas con él primero.

‚Apuesto a que estas muy emocionada por eso.‛ Y sonrío, verdaderamente

feliz porque ella sabrá cómo es volar. Sentirá el viento y el cielo y las nubes. Sé lo

maravilloso que es y ahora ella también lo sabrá. Por lo menos tendremos eso en

común. Ella entenderá de lo que he estado hablando todo este tiempo, entenderá

mi necesidad de mantener mi draki con vida. Es un concepto extraño. Difícilmente

puedo imaginarlo por completo mientras veo la extraña en la que mi hermana se

ha convertido. Tamra. Volando. Tamra finalmente comprendiendo porque no me

puedo rendir. Porque no puedo dejar que mi draki se marchite.

Entonces Nidia habla y sus palabras son como una oleada de viento frío.

‚Sabía que las dos estaban destinadas para grandes cosas. Ustedes fueron unas

niñas tan especiales< y los gemelos son tan raros entre nuestra especie.‛

Mi mirada se vuelve hacia ella mientras se sienta en la silla de la ventana,

levantando su olvidado tejido. Las agujas tejen haciendo ruidos, mientras ella

sonríe y sacude la cabeza, claramente complacida consigo misma. ‚Una respira-

fuego y una shader.‛ Pequeñas motas de polvo brillan entre los haces de luz que

entran por la ventana a su espalda. Su pelo plateado lanza pequeños destellos

como si tuviera diamantes enterrados entre su densa masa.

‚Yo todavía no puedo creerlo,‛ dice Tamra maravillada, viéndose aturdida y

un poco mareada.

‚Créelo,‛ dice Cassian, apretando su hombro.


Miro fijamente su gran mano, sus dedos afilados sobre el delicado hombro de

ella, y no puedo evitar preguntarme si él siquiera alguna vez la había tocado antes.

Sé que no lo ha hecho en los últimos cinco años. Supongo que sí lo hizo antes de

eso. Cuando éramos niños y tú simplemente querías a quien te gustaba y

jugábamos juntos.

Las cosas eran más simples entonces. Antes de que yo me manifestara y

Tamra no lo hiciera. Antes de que ella se convirtiera en una draki difunta ante los

ojos de la colonia.

Tomo aliento profundamente y me digo a mi misma que está bien que él la

toque. No significa nada, y aún si lo hiciera, aun si Tamra terminara con Cassian,

¿sería tan malo? Ella tendría lo que – a quien - ella siempre había querido. No

puedo envidiar su felicidad. No cuando ella ha tenido tan poca antes de ahora.

Y eso no significaría que yo terminaré con Corbin. Sin importar lo que haya

dicho. Yo aún puedo ser la respira-fuego de la colonia sin vincularme con nadie.

Corbin se equivocaba sobre eso.

Humedeciendo mis labios, digo, ‚Te debo un gran agradecimiento, Tamra.‛

Ella pestañea con sus helados ojos. ‚¿Por qué?‛

‚Por salvarnos en Chaparral.‛ Por salvarme a mí aquí, pienso pero no lo digo.

Sin ella, la colonia probablemente habría desatado toda su furia contra mí.

‚¿Me est{s agradeciendo? Eso es inesperado. No pensé que apreciaras el que

yo hubiera borrado la memoria de Will.‛

Tomo aliento superficialmente. ‚Tú hiciste lo que era necesario hacer. Lo sé.‛

‚Sí. Yo lo hice.‛

Hago una mueca de dolor segura de que ella está insinuando que yo no lo

hice. No hice lo que debería haber hecho. Me manifesté frente a cazadores para

rescatar a Will. Ella nunca iba a perdonarme haber hecho eso.


Miro incómoda hacia a Nidia sentada en la ventana. Ella se concentra en su

tejido, pero no soy tan tonta como para pensar que no está absorbiendo cada

palabra, hablada o no.

Como si quisiera asegurarse de que yo entendiera lo que ella quería decir,

Tamra pregunta, ‚Pero tú no lo hiciste, ¿cierto? No hiciste lo que deberías haber

hecho.‛

‚Tamra,‛ dice Cassian a modo de advertencia. Como si estuviera tratando de

protegerme. De mi propia hermana. No me es ajena la ironía de que yo he pasado

años protegiendo a Tamra de él. Aunque él no lo supiera, la hería constantemente

con su fría indiferencia.

‚Mantente fuera de esto,‛ gruño.

‚Cassian, ven.‛ Con un movimiento de cabeza, Nidia se levanta y se dirige

hacia la puerta.

Cassian asiente. Salen juntos, dejándonos solas para hablar.

Me muevo más cerca del sillón. ‚No quiero pelear contigo.‛

Sus facciones se suavizan, ‚Yo tampoco.‛

‚Entonces,‛ digo débilmente, sent{ndome frente a ella. ‚¿Cómo va eso?

¿Cómo estas manejando todo< esto?‛

‚Bastante bien.‛ Ella mira por la ventana hacia el aire que se vuelve más

oscuro a cada momento. Después de un minuto me vuelve a mirar con su helada

mirada.

‚Ven con nosotros esta noche. Nunca hemos volado juntas. Quiero que estés

ahí.‛

‚Claro.‛ Acuerdo. Volar siempre revive mi espíritu, me da fuerzas. Eso me

serviría ahora.

‚¿Cu{ndo empieza a entrenarte Nidia?‛


‚En realidad, ya hemos empezado,‛ dice riendo. ‚B{sicamente es ella

hablando mucho y dando una demostración ocasional. Dice que tendré la

oportunidad de intentarlo pronto.‛

No puedo esperar por un mejor comienzo.

‚Sobre eso, ¿cu{nto daño crees que hiciste esa noche?‛

Ella parpadea con esos ojos cristalinos, viéndose como de otro mundo en ese

momento. Como si esos ojos estuvieran viéndome a través de una clase de velo

mientras la verdadera Tamra se esconde bajo el, enterrada.

‚¿Daño?‛

Me estremezco. Demasiado tarde me doy cuenta que debería haber escogido

una palabra mejor. Una más amable. Su talento es un don. El talento de cada draki

es un don. Por lo menos eso es lo que nos enseñan desde la escuela primaria.

Incluso los talentos más inclinados a crear daño. Como los respira-fuego.

Ella es una shader. Una draki que no tiene que herir a nadie para proteger y

salvar vidas. Yo debería ser tan afortunada.

Trato de recuperarme r{pidamente. ‚Digo, ¿sabes el alcance de‛ –hago un

gesto con la mano- ‚de lo que hiciste esa noche?‛

Ella me mira fijamente, con sus ojos fantasmales, haciendo que me remueva.

‚Borraste sus memorias, pero ¿sabes hasta qué punto lo hiciste?‛ jalo el borde

de un cojín. ‚¿Tienes alguna idea<?‛

‚Esto es sobre Will, ¿no?‛ ella pasa una mano por su pelo plateado. ‚Quieres

saber cuánto de ti borré de su memoria, ¿es eso?‛

El sonido de su voz es pequeño en mis oídos y me pone nerviosa<como un

cable que está a punto de reventar y que podría golpearme en la cara. Sacudo mi

cabeza, sabiendo instintivamente que no quiero oír lo que sea que ella está por

decir. ‚N-no...‛


‚No has podido olvidar nada de lo que paso, ¿cierto?‛ ella pregunta

calmadamente, pero siento como si me estuviera gritando. ‚Todavía est{s

enamorada de él.‛

‚No,‛ lo niego, pero mi voz suena pequeña y débil. Ni siquiera yo puedo

convencerme. ‚Eso no es cierto. Sé que tengo que dejarlo ir, pero no es como si

simplemente existiera un interruptor que puedo apagar. Desearía que lo hubiera.‛

Ella suspira. ‚Creo que puedo entender eso. Yo suspiré demasiado tiempo

por alguien que no tenía ninguna posibilidad de ganar.‛ Por supuesto se refiere a

Cassian. ‚Pero nunca puedes olvidar que él es humano. No puedes seguir amando

a un chico que caza a nuestra especie.‛

Un fuerte jadeo rasga el aire detrás de mí. Saltando a mis pies, me giro,

viendo a Az y a Miram, la hermana de Cassian, en la puerta abierta.

Nidia está parada detrás de ellas con una expresión sorprendida y

arrepentida. ‚Tamra, tienes m{s<visitantes,‛ dice débilmente.

Cassian también está ahí, elevándose sobre todas ellas. La mirada en sus ojos

me hace sentir tonta y patética. Cierro los ojos lenta y sufridamente, súbitamente

deseando haberle dicho a Az sobre Will en lugar de que ella se hubiera enterado de

la verdad de esta forma. Abriendo mis ojos otra vez y viendo su cara, siento mi

estómago hundirse.

Me muevo un poco hacia ella.

‚¿Es cierto?‛ ella demanda, mir{ndome solo a mí. ‚¿Te enamoraste de un

cazador? ¿Uno de esos< perros que nos persiguieron por el bosque? ¿Qué trataron

de matarnos?‛

Puedo ver en sus ojos que el recuerdo todavía la atormenta, y sé con un

enfermizo giro de mi corazón que ella nunca creerá que Will no es más que un

animal.

‚Por favor, Az. Déjame explicarte. Will no es<‛


‚Esto no tiene precio,‛ interrumpe Miram con entusiasmo.

‚Miram,‛ Cassian reprende a su hermana. Ella solo se encoge de hombros.

Az deja caer la canasta que llevaba. Frutas y pastelillos se precipitan hacia el

piso mientras ella gira y sale corriendo.

‚Az,‛ susurro, la mirada de traición en su cara permanentemente grabada en

mi mente. Otro recuerdo culpable.

Miram se queda. Con una sonrisa extendiéndose por su cara, se ve más

animada de lo que nunca la he visto. Visiocrypters1 no demuestran mucha

emoción. No demuestran mucho de nada. Es parte de su naturaleza. Suave pelo

color arena, con ojos que hacen juego. Son indescriptibles, equipados para

mezclarse con el entorno.

‚Oh, esto es bueno,‛ ella dice. ‚No puedo esperar para decírselo a todos.‛

‚Miram,‛ dice Cassian fríamente, pero ella ya se ha ido.

Se mueve tan rápido que no estoy segura de que ella simplemente no se

desvaneció en invisibilidad. Cassian se mueve a mi lado y me mira. ‚Hablaré con

ella.‛

Por un momento, me dejo absorber por su cercanía y tomo consuelo en sus

palabras tranquilizadoras. Entonces, sacudo un poco la cabeza. Aunque Cassian

tiene la intención de hacerlo, no puedo esperar que controle a su hermana menor.

Aun así, mientras lo veo salir por la puerta a grandes pasos, no puedo evitar

esperar que pueda detenerla para que no difunda lo que Cassian mismo había

ocultado de la colonia. Por mi bien. Pero dudo que pueda hacerlo.

Nunca le he caído bien a Miram. Combina su amor por el chisme y estas

noticias probablemente ya están a medio camino por el pueblo. Y ella es una

visiocrypter. Puede hacerse invisible y esconder su presencia cuando se le dé la

gana. Por mucho que odie hacer estereotipos, esos draki son engañosos por

naturaleza.

1 Visiocrypters: Raza de Dragones que se mezclan con el entorno. Casi como los camaleones. Puede hacerse

invisible.


De lo que Cassian busca librarme es inevitable. Todos sabrán que la respira-

fuego de la colonia le entregó su corazón a un cazador. Tal vez haya sido

perdonada y librada de que me corten las alas, pero nunca iba a ser perdonada por

esto, nunca me verán como parte de la colonia otra vez.

El pánico crece en mi pecho mientras oigo los pasos de Cassian desvanecerse

afuera. Me apresuro hacia la puerta y lo miro hasta que desaparece en la nublada

mañana.

Girando, me encuentro con la mirada de lástima de Nidia. ¿Cuándo me

convertí en la lamentable? Eso es algo nuevo. Evidentemente, ya no soy la

envidiada.

Tamra baja la mirada a su taza, incapaz de encontrarse con mi mirada. La

nerviosa inquietud de sus manos me dice que lamenta haber dicho lo que dijo, que

Az y Miram lo hubieran escuchado.

‚Hey,‛ me esfuerzo para que mi voz suene normal, hasta alegre. ‚No te veas

tan triste.‛

Ella levanta la mirada. Sus ojos brillan como el hielo. ‚Lo siento tanto,

Jacinda. Por lo que dije< que ellas oyeran<‛

Me muevo, dejándome caer a su lado en el sillón y la abrazo. ‚No es culpa

tuya.‛ Consiento su espalda en círculos tranquilizadores. ‚Nada de esto es tu

culpa.‛

La única persona a la que puedo culpar es a mí.


El colegio en la colonia no es nada como en el mundo humano. Asistimos

todo el año, pero nunca el día completo, y tal vez solo unos días a la semana

dependiendo del curso de estudio.

Todos tienen obligaciones y tareas que cumplir para que la colonia funcione.

Cultivamos diversos cultivos, dejamos líneas en los ríos de montaña para los peces,

y ocasionalmente cazamos buscando carne. También reparamos y mantenemos

nuestras estructuras actuales, las cercas, y por supuesto, la pared exterior siempre

es cultivada para parecer nativa del terreno salvaje.

Aunque compramos suministros de nuestras esporádicas salidas al mundo

humano, la colonia debe ser autosuficiente. Por esto, antes de mi clase de la tarde,

me dirijo hacia la biblioteca para hacer mi parte y retomar mi deber.

El trabajo en la librería es uno de los más codiciados. Es mejor que arar un

campo o hacerle el mantenimiento a las alcantarillas de la colonia. La librería está

al lado del colegio. Dos edificios unidos por un corredor cubierto. La puerta da una

sola silenciosa campanada mientras entro, ansiosa por ver a la bibliotecaria.

Taya, es una de las más viejas draki de tierra en la colonia. No habla mucho,

prefiriendo las páginas de un libro a una verdadera compañía, pero nosotras

compartimos mucha camaradería de todos los años que he sido asignada como su

asistente.

Siempre la he considerado como una fuente de información. Ella no es

simplemente la bibliotecaria de la colonia. También sirve como historiadora,

responsable de grabar todos los eventos significativos en el Gran Libro de la

colonia.

Ella levanta la vista de este libro mientras entro, con una pluma en una mano

suspendida sobre el gigantesco tomo trabajado en cuero. Una página se voltea sin

ser tocada, cayendo tan suavemente como el rose de las alas de una polilla.

Realmente ella nunca ha tenido que tocar las páginas para voltearlas. Como draki

de tierra, tiene poder para influenciar cualquier material que se haya originado de

la tierra. Ya que las páginas de un libro son derivadas de árboles, prácticamente no

tiene que manipular nada en la librería directamente.


Entrecierra los ojos mientras me acerco, la única draki que conozco que

necesita de gafas. Como los draki siempre tienen una visión excelente, estoy segura

de que eso es consecuencia de los siglos que ella ha pasado estudiando los textos

con poca luz.

‚Jacinda,‛ dice secamente, en un tono que nunca le había escuchado antes.

Sus facciones no se mueven, no da ni el menor parpadeo. Ni siquiera se levanta

para moverse alrededor de su escritorio. Se queda completamente inmóvil al

verme. Y sé que ella sabe< que probablemente oyó los rumores revoloteando por

las nubladas calles de la colonia desde ayer.

Había pasado la mayor parte del día escondiéndome, esperando en contra de

toda esperanza que Cassian hubiera sido capaz de controlar a su hermana. Mamá

si salió, y cuando volvió me bastó una mirada a su triste cara para saber que el

trabajo de Miram había sido hecho.

‚Hola, Taya.‛ Me detengo para inhalar profundamente el mohoso olor de los

libros que me daban la bienvenida. ‚He extrañado este lugar.‛ Un incómodo

silencio queda en el aire. ‚Entonces.‛ Trato con una sonrisa. ‚¿Qué tarea tienes

para mi hoy?‛

Taya pestañea. ‚¿Nadie te lo dijo?‛

‚¿Decirme qué?‛

Sus labios hacen una mueca de descontento, no por las noticias que tiene que

impartir sino por ser ella la que tiene que decirlas. ‚Tu puesto ha sido ocupado.‛

‚¿Ocupado?‛ repito.

‚Así es.‛ Ella asiente r{pidamente.

Entonces lo oigo. Mi corazón se hunde mientras un suave zumbido atraviesa

la silenciosa biblioteca. Es una melodía suave, sin nada especial, y sé al instante a

quien pertenece y quien está a punto de doblar la esquina.


Miram aparece cargando una pila de libros. Se detiene al verme, su cara sin

revelar nada. Naturalmente. ‚¿Qué est{s haciendo aquí?‛ Sus labios, de un color

demasiado cercano a su extrañamente neutral tono de piel, apenas se mueven.

‚Trabajo aquí. Por lo menos pensé que lo hacía.‛

‚Pensaste mal. Muchas cosas han cambiado desde que te fuiste.‛

Estoy empezando a darme cuenta qué tanto.

Taya nos mira a Miram y a mí. Probablemente esto es más conversación de la

que ella tiene en una semana. Con una pequeña sonrisa y encogiendo los hombros

a modo de disculpa que carece de cualquier verdadero arrepentimiento, regresa a

su trabajo.

Miram sacude sus dedos hacia mí. ‚Adiós.‛

Sin una palabra, giro y me encamino hacia la puerta, camino más allá del

colegio, ignorando las miradas, los susurros indiscretos y los dedos señalándome.

Estoy casi en la sala de reuniones cuando algo me golpea en la cabeza. Me

tambaleo, tocándome la cara, más sorprendida que herida. Es un balón.

Hay un estallido de risas, y el grito de una burla seguida por el sonido del

correteo de los pies de los niños en la distancia. Llamaradas de calor se extienden a

través de mí, desde adentro hacia afuera. No fue un accidente.

Las lágrimas me queman y pican los ojos, lo que me pone furiosa. Detesto

esta debilidad, que fuera a derrumbarme por la broma de unos niños. Me apoyo

sobre una pequeña pared de piedra al borde de la sala de reuniones, tomándome

un momento para recuperar la compostura. No voy a llorar.

Es difícil. Mientras el latido de mi mejilla realmente penetra, realmente

empieza a doler, el vapor se acumula en mí.

Cerrando los ojos, tomo aire, enfriando mis pulmones. Es un sentimiento

peligroso, esta ira, este crecimiento del fuego en mi interior que quiere liberarse. Y

no solo porque unos niños me pegaron con un balón. Es todo. Az ignorándome.


Ser reemplazada por Taya< siempre pensé que yo le caía bien. Suspiro y froto mi

nariz adolorida.

No debería esperar menos. No es menos de lo que merezco. Esos niños

jugando en las calles< yo los puse en peligro. Nunca debo de olvidar eso.

Aun así, el rostro de Will surge en mi mente. Sus ojos cambiantes tan claros,

tan tiernos mientras me miran. En ese momento lo veo tan claro que mi pecho se

encoje, el terrible y fiero dolor. La añoranza me abruma. Por la profundidad de su

voz atravesándome. Por la forma en cómo me hacía sentir. No como lo que soy

ahora. Una criatura inútil, merecedora de desprecio y de ser ridiculizada.


CCaappííttuulloo 77 Traducido por Noa

Bien, veamos que tenemos disponible" Jabel cliquea el teclado y mira el

monitor con ojos miopes, y dudo que no sea mi imaginación, el hecho

de que me trata más fríamente que antes. Era de esperar, supongo, pero

es irónico considerando que hace menos de un mes ella me invitaba a cada reunión

familiar que organizaba, sirviendo constantemente comida y bebida y sentándome

entre Corbin y Cassian. Su hijo y su sobrino. De todas formas, ella tendría a la

respira-fuego en su familia. Siempre supe que esa era su meta.

Me mantengo en pie frente a su mesa e intento no inquietarme. Ella no me

mira, y yo me alegro. Siempre evito su mirada. Incluso aunque los hypnos-draki

no pueden usar su talento con un compañero draki, siento que ella puede entrar en

mi cabeza de todas formas, susurrando sus palabras, tratando de influenciar mis

acciones.

Un profundo murmullo de voces fluye de la oficina detrás de ella. Severin,

estoy segura. Ahí con los ancianos. Por lo menos no tengo que verlo. O mejor, no

tengo que soportar reproches por perder mi tarea siendo lo mínimo que merezco.

"Ah, aquí tenemos algo"

Asiento deseando marcharme.

Cogiendo un trozo de papel, empieza a garabatear, diciendo, "siempre hay

sitio en el grupo de destripe. Te pongo para los lunes, miércoles y viernes. Esos son

los días de mucha caza y pesca. Pueden usar unas manos extras."

Mi estomago se tambalea. ¿Destripar? Debí de hecho algún ruido porque

Jabel me mira fijamente. "¿Eres demasiado buena para pelar y destripar la comida

que nos alimenta?"

‚


Muevo mi cabeza, pero estoy segura que a cámara lenta, poco convincente.

"No, pero< ¿no hay nada más disponible?"

Vuelve la vista bruscamente al papel y lo firma con una floritura.

Arrancándolo del cuaderno, me lo da. "Lleva esto contigo cuando te reportes".

Cojo la hoja y salgo de la oficina, preguntándome si debería haber dicho nada

de necesitar una nueva tarea. ¿Se habría dado cuenta alguien si hubiese estado un

tiempo sin una?

Aparte de los niños que me tiran pelotas a la cabeza, el resto han hecho un

buen trabajo ignorándome, tratando como si fuera invisible. Incluso mi mejor

amiga me evita.

Como si un mero pensamiento la conjurara, veo a Az cuando bajo por las

escaleras. La llamo y me doy prisa en alcanzarla. Me lanza una rápida mirada

sobre su hombro antes de darse la vuelta de nuevo.

Estoy resoplando cuando la alcanzo. "Az, por favor, espera."

"¿Por qué?" Ella mantiene un buen ritmo, mirando de frente.

"Venga, Az, Puedo soportar cualquier cosa menos que estés enfadada

conmigo".

"¿De verdad?" Sus ojos azulinegros me miran. "Nunca pensé que importaría"

"Claro que me importas"

"¿De verdad?" Ella hace un feo ruido. "¿Lo hago? ¡Creí que nadie en el clan

sobresalía sobre tus humanos!" Se para ahora, furia brillando en sus almendrados

ojos. "¿Cuando te manifestaste ante el pensaste algo en mi? ¿En alguno de

nosotros?"

Busco en su cara, alegando. "Az, no fue así, Will es<"

"Will" Ella escupe su nombre, sus manos en puños a sus lados. "Nunca pensé

que nos venderías por un tío. Todo el tiempo que no estuviste me preocupé por ti.

Incluso cuando Severin impuso sus estúpidas reglas y el toque de queda y todos

quejándose de que era tu culpa, yo les decía que se equivocaban. Que nunca te

habrías ido deliberadamente. Estaba segura que tu madre lo hizo, Te secuestro o

algo. ¿Qué estúpida fui?" Ella agita su cabeza, su pelo ondeando a su alrededor


como agua. "Y todo el tiempo probablemente stuviste saliendo con un humano<

¡un cazador!

"Az por favor<"

"¿Me lo ibas a contar?"

"En algún momento, sí"

Ella levanta las dos manos en el aire como si me quisiera empujar. "Lo siento

Jacinda. No puedo hablar contigo en este momento." Me mira de arriba abajo. "Ya

no te conozco"

Se gira, su pelo mechado de azul una explosión de color en el grisáceo cielo.

Veo impotente, como Miram aparece en la carretera. Y llama a Az. Contengo mi

respiración, pensando seriamente que Az no ha empezado a quedar con ella. Pero

Az se une a ella y se van juntas.

Me quedo parada por un momento ahí, mi garganta imposiblemente espesa.

Entonces consciente de lo sola que estoy parada en medio de la carretera, lo

patética que debía parecer mirando a mí ex amiga, empiezo a moverme. Un pie

delante del otro. Izquierda, derecha, izquierda, derecha.

Debería reportarme a mi nueva tarea. Esa sería la cosa más responsable. Pero

no me importa. Ya les he fallado a todos. No puedo decepcionarles más de lo que

ya lo he hecho.

Juego con la comida, moviéndola por mi plato para que parezca que había

comido. Mamá había hecho pan de verdaberry, pero incluso eso no es suficiente

para recuperar mi apetito.


Miro por la ventana de la cocina al crepúsculo, imaginando a Tamra y a los

demás reunidos en el en el campo para el grupo de vuelo esta noche. Ella paso por

aquí para ver si quería ir. Egoísta o no, no podía hacerlo. No estaba preparada para

volar con mi hermana y los demás. En mis sueños, cuando he imaginado las cosas

como deberían ser, siempre ha sido las dos juntas.

"¿Qué tal tu día?", mamá me pregunta.

Algo que me gustaría olvidar, O por lo menos hasta mañana así puedo decir que esta

oficialmente atrás.

Mi mirada se balancea al sitio de Tamra y rápidamente aparto la mirada<

solo para encontrarme mirando el espacio en el que papá se solía sentar. No hay

ningún sitio seguro para mirar. Estoy rodeada de vacío. La silla de papá a mi

derecha, la de Tamra enfrente. Solo mamá a mi izquierda. Y yo.

"Bien." Parto un trozo de pan entre mis dedos. Aplastando una verdaberry.

Jugo verde mancha mis dedos.

"Usa tu tenedor, " dice mamá.

Cojo el utensilio y pincho el oscuro pan. No iba a darle la contra cuando

estaba tan frágil, en estos momentos. Si no ha sido fácil para mí aquí, para ella

tampoco lo eran. Especialmente desde que el clan le echa la culpa por llevarnos. "Y

tú?" Pregunto. "¿Qué haces?"

Ella se alza de hombros como si no mereciera la pena mencionarlo. Pienso en

cómo fui golpeada con una pelota en la cabeza y me pregunto si eso también le

pasó a mi mamá. El pensamiento me hace apretar el tenedor tan fuerte que mis

nudillos duelen. "Ha sido bueno ver a Tamra," ella ofrece.

"Si," Yo secundo.

"Ella parece< bien"

"Si." Pálida como un témpano.

"Pasa mucho tiempo con Cassian," mamá añade, mirándome de cerca para

ver cómo me afecta. "Parece feliz."

Simplemente asiento, incapaz de negarlo. Tamra parecía feliz. Ahora ella

tenía a Cassian. ¿Por qué no lo estaría?


Después de un rato, mamá añade, " He tenido un día lento en la clínica."

"Eso es siempre algo bueno," murmuro, contenta de que mamá no haya

perdido su tarea en la clínica. Como Verda draki2 - o un previo verda draki - sus

habilidades son más apropiadas para trabajar con los enfermos o heridos, haciendo

cataplasmas y medicinas que han mantenido en buena forma a los nuestros por

generaciones. No les veo reasignándola así de repente. Hacerlo sería un perjuicio

para el clan.

"He reorganizado las medicinas," ella ofrece, su voz es monótona y

adormecedora. "No creo que nadie lo haya hecho desde que me fui"

Asiento despacio, reuniendo mis nervios para confesar: "Yo he sido

reasignada." Espero que mi voz no suene afectada como la suya. Tengo que

decírselo, Se habría enterado tarde o temprano. Sino por mí por otro.

Espero que levante una ceja, el tono afilado de que pregunte por qué han

hecho eso. Básicamente, Espero la protectora, vigilante madre que siempre ha sido.

En vez de eso, su voz suena hueca. "¿Ya no estás en la biblioteca?"

"No." Doy un mordisco y mastico rápido, anticipando las siguientes palabras.

"Estoy con el grupo de destripe."

Me mira. "¿El grupo de destripe?"

"Si." Parto el verdaberry hasta que son solo migas. "Necesitan manos extra"

"¿Y quién te ha resignado al grupo de destripe?" pregunta despacio.

Me encojo de hombros, ciertamente en este momento iba a perder su

tranquilidad. "Jabel me dio la tarea."

Nada.

Mama está callada por un largo tiempo, mirando su plato antes de levantarse

de la mesa y coger los platos hacia la cocina. Me sobresalto cuando los pone en la

pila con estrépito. Aun espero. Preparada a que ella diga algo, haga algo. Atraviese

la calle e irrumpa en donde Jabel, su vieja amiga. Casi puedo imaginar los gritos,

2 Verda-draki: Drakis que saben de plantas.


oír a mamá preguntando porque a su hija se le ha asignado esa tarea degradante

reservada solo para los que entrenan para ser parte del grupo de caza del clan.

Eso sería familiar, sería típico.

Nada. Pero entonces, me tensiono cuando un sonido, como si descorcharan

una botella resuena desde la cocina, y luego le sigue el chapoteo del vino en un

vaso. Después de un momento, ella reemerge, y se sienta en la mesa con un vaso

en la mano, el profundo verde del liquido peligrosamente cerca del borde. Me mira

sobre el borde y toma un profundo sorbo de vino verde.

‚Todo estar{ bien," digo porque no sé qué decirle. No actúa como mamá. "Yo

lo fastidie, y ahora están castigándome. Ya pasará."

Toma un pequeño sorbo, sus ojos aburridos. "Si. Supongo que tienes razón."

Desaparece en la cocina otra vez. Cuando vuelve, es con una botella llena de vino

versa agarrada entre el brazo y el cuerpo. Mi mirada se arrastra sobre ella mientras

camina por el hall hacia su habitación. Un momento pasa y oigo el suave sonido de

la televisión de su habitación.

Me siento a la mesa por un momento y miro alrededor. A tres sillas vacías.

Rápidamente me levanto, incapaz de estar sentada mucho más.

Reuniendo los platos, los llevo a la pila. El silencio de la cocina es profundo,

la televisión de mamá es un distante murmullo. Mientras limpio, mi mirada se

dirige a la ventana de la cocina y contengo un grito. Se me resbala un bol de la

mano, roza el borde de la pila, y se rompe contra el suelo. Aun, no me muevo, ni

siquiera miro para investigar el punzante dolor en el lado de mi pie.

Mi mirada se fija sin pestañear están en la parte lejana del jardín marchitado

de mamá, una forma se encuentra en la penumbra. Los ojos mirando parecen

brillar, cortando a través de la niebla de la noche hacía mi casa. Hacia mí.

La niebla ondea, se desplaza como humo de un fuego de turba a su alrededor.

Se aparta para revelar una cara - la sonrisa torcida de Corbin. Parece orgulloso,

satisfecho de si mismo mientras está de pie ahí desvergonzadamente.

Mi piel se ajusta, los pulmones se contraen e hinchan, vibrando con calidez

mientras mi mirada se estrecha, leyendo perfectamente en esa sonrisa.


El piensa que soy suya. Tamra y Cassian se tienen el uno al otro, y yo no

tengo el favor del clan - ¿qué más puedo hacer sino abrazar al draki que me mira?

¿Qué me quiere? ¿no? Incorrecto.

Algo arde en mi interior. Él probablemente espera que me arrodillaré ante él,

agradecida por cualquier miga que me eche, salvación en esta nueva situación sin

amigos, esta existencia sin luz entre los de mi especie.

Mirando la envuelta figura, tiro de la cuerda de la persiana y cae en su sitio

con un pequeño ruido. Pero aun lo imagino ahí, lo veo mirando, mirando,

mirando.

Es raro. Estoy de vuelta en la casa que eche de menos, en frías nieblas y aire

que besa húmedamente mi sedienta carne. Pero el desierto muerto me parece más

cálido. Otra vez. Y esta vez no hay un Will que me reviva. No hay nada.

Esa noche me aseguro que mi ventana está cerrada. Una precaución que

nunca tuve, ni cuando estaba en Chaparral, pero por alguna razón tengo la

necesidad de hacerlo esta noche, con los brillantes ojos de Corbin grabados en mi

mente.


CCaappííttuulloo 88 Traducido por Oihana

os días pasan silenciosamente como páginas girando en un libro, una

tras otra mientras mi vida se hunde en la rutina, la soledad cala hondo

atormentándome. El crepúsculo se fija al tiempo que voy del trabajo

camino a casa, la niebla avanza densa y la desvanecida luz del sol lucha por

penetrar el aire opaco abriéndose paso en parches aquí y allí, evitando la noche. Le

oigo antes de encontrarle. Cassian se materializa en la niebla antes que yo, sus

pisadas blandas en el camino. Ambos paramos y nos miramos el uno al otro. Vive

en el otro lado del distrito, puedo adivinar la razón por la que está tan lejos hacia el

sur, sé de donde viene, dónde ha estado, el mismo sitio donde ha pasado la

mayoría de su tiempo.

‚Cassian‛ le saludo, doblando mis dedos hasta que duelen, frotando la piel

mientras pienso que la sangre de todo el pescado que he limpiado hoy, sigue ahí.

‚Jacinda, ¿cómo estás?‛, pregunta como si fuésemos educados conocidos e

imagino que de alguna forma lo somos. Nos hemos convertido en eso desde que

decidí concentrarme en mi hermana.

De repente detesto la visión de él, me siento utilizada, engañada. Nunca me

ha querido, realmente nunca le he gustado por mí misma. La niebla golpea mi

cara al tiempo que miro a Cassian, algo dentro de mí desmarañándose como cintas

de un paquete, deshaciéndose. Cassian me mira fijamente, sus brazos detrás en la

espalada como Severin o cualquier anciano mirándome con el ceño fruncido e

imagino que está en camino de convertirse en uno de ellos.

La piel me pica de resentimiento, odio cuando me recuerda a ellos, a su

padre. Es un trago amargo después de que casi me convenciera de que él era

diferente. Quise creerle, las palabras que me dijo en Chaparral cuando estaba

intentando convencerme para que viniese a casa con él hicieron eco en mi cabeza.

‚Hay algo en ti…eres lo único real para mí ahí, lo único remotamente interesante‛.

L


Mentiras para hacer que confiara en él. O había cambiado de opinión. En ambos

casos no le intereso más, no como lo hace Tamra.

Finalmente, cuando no respondo, él dice:

‚Tienes que parar esto‛.

‚¿Parar qué?‛

Inclina la cabeza y me mira con ensombrecidos ojos. ‚Deja de ponértelo tan

malditamente difícil a ti misma. Añorar a alguien<‛

‚No quiero oír esto‛, sacudo la cabeza; ‚no es que realmente te importe pero

le he olvidado‛. Es m{s f{cil decir ‘le’ aunque ambos sabemos que quiero decir

Will.

‚Entonces, ¿por qué sigo viéndole en tus ojos?‛

Se me escapa un quejido de dolor. Arremeto contra él con un puño anudado

contra su apretado y musculado pecho, sacando toda la frustración, todo el dolor

en él. No se mueve, le vuelvo a pegar y sigue sin moverse, lo aguanta. Me mira

fijamente desde el impenetrable negro de sus ojos. Con un sollozo estrangulado

vuelvo a pegarle una y otra vez, soltando golpes en cualquier parte que alcanzo.

Mi visión se vuelve borrosa y me doy cuenta que estoy llorando lo cual sólo me

enfurece más. Derrumbándome delante de Cassian, perdiendo el control,

sucumbiendo a la debilidad mientras él est{ de testigo<

‚Jacinda‛, dice y vuelve a repetirlo más alto porque no paro, no puedo parar

la ráfaga de mis puños en esa sólida pared suya. ‚¡Detente!‛

Me para. Imagino que siempre ha podido hacerlo, pero en realidad lo ha

hecho ahora. Me arrastra cerca, no tanto como un abrazo sino como algo protector,

ambas manos envueltas a mí alrededor. Es desconcertante, nuestros cuerpos tan

cerca apretados fuertemente, nuestra respiración uniéndose en un acelerado y

acompañado ritmo. Hecho la cabeza hacia atrás y le miro a la cara, le veo como

nunca antes lo he visto. Él ya no está mirándome, siento como si estuviera mirando

dentro de mí, su mirada penetrante aceptándome por lo que soy, una cercanía que

no he notado con nadie desde que llegué aquí se extiende sobre mí y es una

promesa de finalización para mi aburrida soledad. Si dejo que suceda, si dejo que

esto suceda. Vuelve a cundir el pánico en mí porque es Cassian. Un sollozo se

ahoga en mi garganta y se derrama desigualmente desde mis labios. Cierro los

ojos en un largo y abatido parpadeo y me vuelvo a calmar. Arrancándome de su


cálido abrazo me muevo rápidamente alejándome. Agarra mi brazo cuando le

adelanto y me balancea alrededor como si estuviéramos haciendo un paso de baile.

Miro fijamente esa mano en mi brazo

‚Deja que me vaya‛.

Se queda callado un momento, su pecho subiendo y bajando con cada

respiración. ‚¿De qué va realmente esto? ¿Por qué huyes de mí?‛

Al principio no digo nada, el único sonido es el intenso sonido de mi

respiración irregular. Entonces reviento. ‚¡Me mentiste!‛

Corta el turbio aire con una de sus grandes y aplastantes manos. ‚¿Cuándo te

he mentido yo a ti?‛

Continúo como si no le hubiera escuchado, y no lo he hecho, no realmente.

Finalmente me llega lo rápido que me abandonó una vez apareció Tamra. ‚No era

especial para ti, tú solo viste a la ‘respira-fuego’ como el resto de la gente, nunca fui

yo.‛

Y ahora es Tamra, sólo que tampoco es ella. Ella es sólo una cosa para él y el

resto de la gente el preciado shader del clan. Ahora lo sé, ahora le veo por lo que

es.

‚Siempre he sido honesto contigo‛, sus orificios nasales ampliándose, arrugas

apareciendo en el puente de su nariz moviéndose dentro y fuera con el repentino

aumento de su genio. Debería echarme para atrás ver esto pero claro, nunca he

sido de las personas que hacen lo que deben.

‚Correcto‛, digo de una vez.

Ahora él está temblando, sus ojos están más púrpuras que negros.

‚¿Quieres oír alguna verdad Jacinda? ¿Qué tal esto? No puedo soportar verte,

no cuando estás andando alicaída por aquí como alguien que necesita ser vigilado

para que no se suicide<todo por un tío que probablemente ya se haya olvidado de

ti y se ha movido a por la siguiente presa‛.

Mis dedos se curvan hasta convertirse en puños cortando mis palmas.

Quiero decir mucho en este preciso momento, principalmente que Will no me ha

olvidado, pero no debería discutir ese tema, debería esperar que fuese cierto.

Prometí dejar ir a Will pero un hambre desesperado por él sigue enroscándose a

través de mí, una víbora retorciéndose a través de mi cuerpo, haciendo que su


veneno trabaje. No tengo a Will, no tengo nada, nada más que una desesperada

necesidad de agarrarme a algo, a cualquier cosa que me mantenga a flote en el

desierto de mi existencia. En vez de eso, digo:

‚Y mi muerte simplemente te haría pedazos, ¿verdad?‛

Se queda mirándome crudamente, incrédulo. ‚¿Piensas que te quiero

muerta?‛, sus ojos son grandes y escrutadores, hacen que empiece a dudar de mí

misma, que quizá él se preocupa por mí. Comienzo a temblar mientras

pensamientos y sentimientos confusos se arremolinan a través de mí. ‚¿Qué

quieres de mí Jacinda?‛

Miro a su mano que sigue en mi brazo, mi piel tiembla con el calor,

especialmente donde él me toca.

‚Deja que me vaya‛, él está de pie muy cerca, imponente sobre mí

haciéndome sentir pequeña cuando no lo soy. ‚Tengo que irme‛, digo más alto.

Y tengo que hacerlo, tengo que irme, ahora. En respuesta su piel se

desdibuja, su carne de draki oscuro brillando dentro y fuera por debajo de su piel

humana me recuerda lo que es, qué soy yo y no puedo evitar recordar cómo todo

el mundo siempre pensó que encajábamos perfectamente. Ahora lo piensan sobre

él y Tamra. Sus labios se encrespan hacia atrás desde sus dientes, el extraordinario

blanco contra su piel color oliva.

‚¿Por qué? ¿Para que puedas estar sola? ¿Es eso lo que prefieres? ¿Limpiar

pescado todo el día y después llorar en tu almohada por la noche? ¿Eso es lo que

quieres? ¿Se te ha ocurrido que nunca me he apartado de ti por mucho que tú me

hayas empujado? No eres más que una egoísta, una niña pequeña asustada que

prefiere lamer sus heridas a vivir.‛

Sus palabras golpean en lo más hondo llegando directamente al corazón.

Demasiado cercanas a la verdad. No eres más que una egoísta, una niña pequeña

asustada…mi visión se mueve, se hace más nítida y sé que estoy mirándole

fijamente a través de pupilas verticales. El vapor consume mi garganta, quema a

través de mi boca y mis orificios nasales. Doy un paso hacia atrás tambaleándome,

él no se mueve esta vez, me deja ir. Dándome la vuelta, corro a través del húmedo

aire hasta que mis pulmones queman y me siento preparada para reventar desde

mi pecho demasiado tirante. Me deleito en él, un placer que se acerca al dolor, una

distracción bienvenida. Incluso si relajo mi paso, prometo seguir caminando,

seguir caminando hasta haber recuperado mi compostura, hasta no volver a sentir


los brazos de Cassian a mi alrededor, hasta no volver a oír sus palabras egoísta y

asustada niña pequeña, egoísta y asustada niña pequeña.

Maldito sea por meterse en mi cabeza, por quizás tener razón. El cobrizo

rayo de luz del apagado atardecer se filtra en la niebla, la ardiente luz toca mi piel

en destellos dorándome aquí y allá, recordándome qué aspecto tengo cuando me

manifiesto de forma completa, recordándome lo qué soy, lo que siempre seré.

El desierto no lo ha matado, nada puede hacerlo, estoy convencida de eso

ahora. Mi draki nunca se desvanecerá, quizás es todo lo que ya sé. Sobreviví al

intento de mi madre de exterminar mi draki, sobreviví al desierto con cazadores

alrededor de mí con sus hambrientas miradas fijas, el miedo tan espeso que podía

saborearlo en mi boca. Después de todo aquello sé que mi draki está aquí para

quedarse, ya no tengo que preocuparme nunca más por perder esa parte de mí,

debería estar contenta, aliviada pero no lo estoy.

Mis ojos me pican y parpadeo rápidamente. Aspiro profundamente, me

muevo, mi pecho se eleva, se llena con el aroma de la dulce y cultivada tierra.

Continúo aquí aunque mi alma ansía más, ansía a Will. La ira surge a través de mí,

estoy loca por ansiar a un chico perdido para mí para siempre, ¿por qué no puedo

avanzar y encontrar la mayor felicidad que pueda con el clan? Entonces la veo.

Esbozada contra el brumoso crespúsculo, la desvencijada torre se dibuja a través

de la niebla como un anciano, árboles rizados cubiertos en espesas y enjutas vides.

No es tan alta como las otras tres torres de vigilancia posicionadas

estratégicamente a lo largo del distrito pero es la más vieja, la primera, construida

tiempo atrás cuando la idea de existir sin un shader parecía imposible, una

realidad para la que no teníamos necesidad de prepararnos.

El tiempo cambió esa postura. Mientras Nidia envejecía y ningún otro shader

se manifestaba el miedo cundió de forma que la siguiente generación de draki

estaría sin un shader. Las otras torres fueron construidas entonces, más fuertes y

más altas que antes en anticipación a los días por venir cuando tuviéramos que

confiar en nosotros mismos para salvaguardar el distrito.

Me paro en la base y miro hacia arriba. Las torres de vigilancia siempre están

camufladas con vides y zarzas lo mejor para mezclarlas con el entorno natural pero

ésta parece más natural que el resto y adoro eso, adoro su estado salvaje al tiempo

que vuelve a la naturaleza. No ha sido utilizada en años desde antes que yo

naciese pero recuerdo bien esta torre olvidada, la guarida de mi infancia.


Pongo mi mano en un erosionado travesaño y empiezo a escalar. Un animal

espantado por mi intrusión se escabulle hacia arriba por las retorcidas vigas

mientras asciendo. Me abro paso entre la aglomeración de hojas. Mientras subo

más y más alto, las ásperas ramas me golpean y agarran mi pelo como afilados

dedos, la madera podrida cruje debajo de mí. Llego arriba y me dejo caer de

espaldas con un suspiro encima de la madera con manchas de musgo. Pongo una

mano sobre mi estómago, siento mi respiración entrar y salir, mis pulmones en

expansión y todo vuelve a mí, mi amor por este sitio, un sito donde puedo existir

de forma segura, donde puedo ser yo misma lejos de miradas entrometidas.

Me cubre un toldo verde. Encuentro el cielo yendo a la deriva en lo alto a

través de los huecos en la madera y en el follaje. Incorporándome cruzo las piernas

y me quedo mirando el vasto exterior, mirando latir el mundo verde desplegado

debajo. El clan está ahí, los tejados de tejas verdes se ven a través de la niebla de

Nidia. La niebla se entrelaza entre las casas y los edificios cubriendo los campos,

arrastrándose encima de las paredes del distrito y extendiéndose a través de la

tierra como un objeto viviente fijándose densamente en los valles y por encima de

las colinas más pequeñas y montañas de un espumoso blanco, solamente las

puntas de los árboles más altos se asoman a través del manto de niebla.

‚Pensé que te encontraría aquí.‛

Me encojo en mí misma empujando mis rodillas cerca de mi pecho al tiempo

que la cabeza oscura de Cassian emerge seguida del resto de su cuerpo. Se agacha

a mi lado, la madera gruñendo en protesta.

‚Ya sabes que probablemente esto sea una trampa mortal. Debería haber

sido echada abajo hace mucho tiempo‛.

‚Sería un sacrilegio, hay demasiados recuerdos ligados a este sitio‛, digo;

‚nadie puede hacerlo.‛

Se agacha y da un golpe seco a una tabla con musgo. ‚Sí, eso es cierto<me

pregunto cuántos cuantos primeros besos fueron robados aquí arriba‛

Algo se tensa un poco dentro de mí al escuchar esto. Mi primer beso no fue

aquí, fue con Will ahí fuera. Mi mirada se pierde en el vasto mundo que se

dispersa debajo de mí, tan diferente del desierto donde mi corazón encontró a Will.

Probablemente debería haber sido aquí. Probablemente tendría que haber sido

aquí si no me hubiera ido. Aspiro el frío y húmedo aire a través de mis fosas

nasales.


‚¿Por qué me has seguido?‛

La voz de Cassian retumba en el aire tan denso como el manto de la noche

cayendo a nuestro alrededor encerrándonos dentro.

‚¿Pensabas que no lo haría?‛

No digo nada. Se queda mirándome fijamente con su impenetrable mirada,

entonces la lluvia empieza a caer de forma concienzuda, el golpeteo amplificando

el espacio de silencio entre nosotros. La lluvia encuentra su sitio a través de los

agujeros y grietas en el toldo que hay sobre nosotros y cae fríamente sobre mi

cabeza. No me importa, nunca me ha importado el frío. Cassian inclina su cabeza,

el agua sentada en los mechones de su pulcro y oscuro pelo como gotas de cristal.

‚¿Realmente piensas que no me importaría si estuvieras muerta?‛- me echo hacia

atrás recordando que le he acusado de no importarle lo que me pasara, ‚te he

estado evitando porque estoy malditamente enfadado<‛ sacude la cabeza

salpicando agua, los mechones de su pelo rozan sus hombros rítmicamente. ‚No

quiero que vuelvas a arriesgarte. El mundo humano<Will. Es demasiado

peligroso‛ Cassian coge mi mano y siento su latido a través del simple tacto, el

ruido sordo de su vida encontr{ndose con la mía. ‚Tú muerta<eso me

destrozaría‛ su voz azota afiladamente sobre el golpeteo de la lluvia, ‚todo lo que

alguna vez te dije era la verdad. Mis sentimientos por ti no han cambiado Jacinda,

aunque me vuelvas loco aquí, en el clan<sigues siendo esa única luz brillante para

mí.‛

No sé quién se movió primero, quizás fuimos los dos o quizás no quiero

aceptar que haya podido ser yo, que haya podido ser mi cabeza avanzando

lentamente hacia delante, mi mojada cara alzándose a la de él, mi corazón latiendo

tan fuerte que tronaba como un tambor en mi pecho.

Sus labios son suaves al primer roce. Uno de nosotros tiembla, él o yo

¿ambos? No lo sé, no me importa. Es un beso ligero, los labios rozándose

tocándose, probándose, casi como si tuviésemos miedo de alarmar al otro y lo

tenemos. Incluso tan estimulada como me siento en este momento, no soy

totalmente inconsciente de lo que está pasando, de lo extraño de estar yo besando a

Cassian. Es aterrador hacer esto que ha sido impensable durante tanto tiempo pero

imagino que enterrado debajo de todo eso, la tensión siempre ha sido un alambre

vibrante tensado fuertemente entre nosotros.


Esta noche me dejo llevar y el alambre anda libre. Antes de Will me había

preguntado sobre Cassian y yo, preguntándome sobre nosotros juntos. Había

pensado: quizá. Incluso si nunca me lo había admitido a mí misma nunca podría,

por Tamra. Porque me habían dicho que algún día estaríamos juntos y no había

sido preguntada al respecto. Aún todavía sabiendo todo esto no paro, no le empujo

y corro.

El dulce juego de sus labios húmedos por la lluvia en mí es dulce, excitante.

Me inclino hacia él, sabor de menta en su boca. Mi corazón se templa, suavizado

por tener esta intimidad, otra vez esta conexión con otra alma. Hasta que el beso

cambia. La presión incrementa una vez muy levemente, la intensidad profundiza

en algo que siento en mis huesos, en una repentina sacudida de mi carne y una

cálida acometida en mi sangre. Sus labios crecen más exigentes, fuertes y suaves al

mismo tiempo devorando mi boca. Gimo y rápidamente se echa hacia atrás

acariciando mi cara con sus dedos.

‚Esto est{ bien<‛

Moviendo la cabeza le empujo de vuelta a mí necesitando esto demasiado

ahora mismo. No puedo sentir nada más que una relajación del dolor que ha

estado persistiendo dentro de mí desde que salí de Chaparral. Él abraza su

necesidad. Extraños sonidos de animal salen de él, o ¿soy yo? La vibración hace

un ruido sordo desde mi pecho y sube por mi contraída tráquea. Meto los brazos

entre nosotros y giro las palmas en su pecho ansiando contacto, la sensación de

otro. Despliego mis dedos de forma que mi palma se pose lisa en su pecho.

Su corazón suena firme y fuerte. Sus manos sacan a relucir mi espalda

enterrada en mi mojado pelo contagiado por el grueso gruñido pero no me

importa, me deleito en ello, en el conocimiento del deseo de otro por mí, por el

deseo de Cassian.

Sus palmas agarran la parte trasera de mi cráneo. Sus labios se deslizan de mi

boca hasta mi resbaladiza mandíbula. Sus dientes muerden ahí y no puedo

pararme. Suspiro, noto el tirón en mi carne, la sacudida de mi piel y sé que ya no

soy enteramente humana. Ha devuelto al draki a la vida dentro de mí, justo como

lo hizo Will. El pensamiento hace que me sacuda, que aspire en un aguado respiro.

Me separo jadeando por aire helado en mis ardientes pulmones. Me quedo

mirándole fijamente a los ojos, el púrpura más profundo, las pupilas estrechas, las

hendiduras verticales oscuras. Horrorizada paso una mano sobre mi abrasadora

boca antes de arrastrar los dedos contra mi piel sintiendo su tirante y suave textura


y confirmando que me he manifestado a medias por él. Su propia piel destella una

y otra vez, carbón oscuro parpadeando.

‚Jacinda‛

Bajo la mirada a su boca, a los labios que he saboreado con los míos propios.

Son de un tono rosa oscuro, hinchados y con aspecto magullado de besarnos. Una

nausea crece dentro de mí. No, no, no, no…

Sacudo la cabeza ferozmente y mascullo para mis adentros. Mal. ¿Qué estoy

haciendo? ¿Cómo he podido hacerle esto a Tamra? La respuesta viene a mí. Le he

besado, me he aprovechado de él porque he podido, porque estoy sola, porque él

está aquí queriéndome, aceptándome. Él está aquí y Will no. Eso es todo lo que

hay, él no es lo que realmente quiero, no es quien realmente quiero.

‚Jacinda‛ – susurra.

‚Tengo que irme‛, digo rápidamente apartando el mojado pelo de mi cara.

‚Mamá se preguntará dónde estoy‛, esto no es cierto pero lo digo de todas formas.

‚Jacinda‛ – intenta de nuevo.

‚No‛, digo con voz cortante. ‚Esto no va a pasar Cassian, esto no es justo

para_‚ me detengo a mí misma.

‚Para Tamra‛ – añade él.

‚Ni para ti‛, respondo. ‚Te mereces a alguien que pueda dártelo todo, Tamra

puede hacer eso.‛

‚Tú también puedes‛, responde con tal convicción que un pequeño temblor

me recorre. ‚Vamos, te estás enfriando‛, contesta malinterpretando mi temblor por

un escalofrío. Cogiendo mi mano me guía a la escalera y deja que descienda

primero. En el suelo entrecierra los ojos a través de la lluvia hacia el cielo.

‚Nada de volar esta noche.‛

‚Sí‛

‚Tamra está deseando volar contigo, está desilusionada por qué no hayas

salido con ella todavía.‛

‚Lo sé‛


‚¿La próxima vez? ¿Vendrás?‛

‚Sí‛, digo, queriendo decirlo así.

Nada ha cambiado. Tengo que volver a adaptarme a la vida en el clan, tengo

que olvidar a Will, tengo que olvidarme de besar a Cassian. Olvidaré, me adaptaré y

todo irá bien.

Caminamos a través de la lluvia a mi casa, Cassian me sigue hasta la puerta.

‚Te veo mañana‛, su voz es ronca mientras se queda mirándome, sus ojos

diferentes casi más suaves. Se hace un nudo en mi estómago al tiempo que se

aleja.

‚Cassian‛, bajo los peldaños y vuelvo a la lluvia decidida a que él entienda

que sólo somos amigos. Nunca puede ser más que eso. Le miro manteniendo una

mano encima de mis ojos. ‚Gracias. Estoy contenta de que seamos<amigos‛,

digo la palabra amigos deliberadamente dejando que mi énfasis se haga entender.

Su boca se curva con una lenta sonrisa.

‚Nunca he querido ser tu amigo Jacinda‛

Mi corazón tartamudea en mi pecho. Estando de pie en la lluvia torrencial le

veo marchar.


CCaappííttuulloo 99 Traducido por Abril

a lluvia finalmente se detiene después de tres días. Sola en mi porche

delantero, miro sobre mi almuerzo como un velo ondulante de gris

muere una repentina muerte. Casi al instante, la niebla de Nidia lo

rodea, como algo vivo, pulsando con aliento. Rápidamente cubre el municipio. La

sombrilla que usé cuando caminaba de la escuela a mi casa rueda de un lado al

otro del porche por el repentino movimiento del aire.

Yo justamente acababa de regresar de Maniobras Evasivas, el vuelo rutinario

baila en mi cabeza como constelaciones, como si mordisqueara una rebanada de

pan de cerezas verdes. Yo tengo que regresar para mi breve clase de la tarde, pero

por ahora disfrutare el silencio. Quitándome los zapatos, dejo que la niebla se

deslice sobre mi pie desnudo.

Mamá está en el trabajo. Ellos programan cuidadosamente sus largas horas,

dándole constantemente responsabilidades. Claro que deliberadamente. La he

visto muy poco y Tamra quien está viviendo con Nidia la ve todavía menos. Es así

como ellos lo quieren.

Sin el tamborileo de la lluvia, el abrupto silencio se siente inquietante, como si

el mundo estuviera conteniendo la respiración a mí alrededor. Pongo mi plato

abajo y jalo el chal del respaldo de la banca. El seco calor de Chaparral es un

recuerdo distante como si hurgara dentro de la lana.

Cruzando la calle, la brumosa figura de Corbin camina desde su casa. Mi

mirada fija en su brazalete azul, algo aprieta mi estomago.

Sus ojos me encontraron inmediatamente. Con un saludo, el cruza

despreocupado la calle y se detiene en la entrada de mi porche. Sosteniendo una

L


mano arriba como si agarrara el aire, y sonríe. ‚Supongo que estaremos volando

esta noche.‛

Forzó una sonrisa. El es mi vecino y no va a ir a ninguna parte. Y yo tampoco.

A pesar de lo desagradable que lo encontrara, lo tenía que tolerar. ‚Sí, por fin dejo

de llover.‛

‚Entonces, ¿te nos unir{s?‛

Asiento. Ya que prometí que lo haría< y también quería. Especialmente con

la hermana, con la que yo nunca pensé tener la posibilidad de volar. Por fin

podremos compartir el cielo. ‚Sí.‛

‚Bien.‛ Tonos de oscuro púrpura destellaron en su limpio cabello cuando

asintió. ‚Es bueno verte por aquí Jacinda.‛

Esto no lo podía dejar pasar. ‚No estoy aquí por ti.‛

Sus labios se tensan. ‚Pero est{s aquí.‛ Entonces el mira calle abajo, fijamente

por un largo momento como si el viera algo viniendo hacia nosotros a través del

frío vapor. ‚Vi a tu hermana esta mañana.‛

Trate de no revelar nada cuando le mire, aunque la cautela corriera a través

de mí. El me dio a conocer sus intenciones, quería a una de nosotras –estaba

determinado a tener a una de nosotras. ‚Ella y Cassian estaban yendo a los huertos

con algunos otros. Ella se veía< feliz.‛

‚Ella lo est{.‛ Dije. Y, ¿por qué no lo estaría? Ella tenía lo que siempre quiso.

Amistad, aceptación de su propia especie< Cassian.

Si yo no estropeo eso por ella.

La asquerosa culpa que me ha estado comiendo por los últimos tres días,

desde el beso con Cassian, toma otro pedazo de mi conciencia.

‚Yo iré después de que mi turno termine y podemos caminar juntos al campo

de vuelo.‛


Se me eriza el pelo, este es el Corbin que recuerdo. El chico arrogante que no

pregunta antes de tomar algo. ‚Ya tengo planes para encontrarme con Tamra.‛ Su

boca se tensa.

‚No puedes esconderte para siempre detr{s de tu hermana.‛ El gira y

empieza a descender el sendero. ‚Te veo esta noche,‛ me dice por sobre su

hombro. Observo su figura desaparecer dentro de la agitada neblina y me

pregunto cuánto tomará para que se olvide de mi.

‚Me est{s evitando.‛ Miro hacia arriba mientras él baja los escalenos

delanteros de la escuela. Cassian me empuja detrás de una columna y se pone

junto a mí. Claro que él está en lo correcto, lo he estado evitando. Pero no lo

admito, en vez de eso digo. ‚Ha estado lloviendo constantemente.‛

‚Me gusta la lluvia,‛ me responde tenso, y sé que él est{ pensando acerca de

nuestro beso en la lluvia. Algo por lo que tuve un tiempo difícil sacándolo de mi

cabeza.

Deslice una mirada sobre él, estudiando la lacia y brillante caída de su

cabello. Mi respiración se acelera. Apretando mi libro en mi pecho, giro la cabeza.

Cassian me sigue. ‚¿Por qué me est{s evitando?‛.

‚No te estoy evitando,‛ miento.

‚Es sólo que yo no te he estado buscando por ahí, ¿esperabas que<‛ después

de ese beso… La culpa sonroja mi cara. Lo fulmine con la mirada. ‚¿No eres ya un

poquito grande para estar rondando por la escuela? Tu terminaste el semestre

pasado‛

‚¿De qué otra manera te voy a encontrar?‛

‚Um, no sé. En mi casa tal vez.‛

Estuve a punto de arriesgarme y preguntarle si le gustaría que Tamra

escuchara que él me visitaba en casa. Los dos habíamos sido visto juntos< afuera

por el municipio –no era un gran problema. Eso podría ser visto como una

coincidencia. Si ese era el caso, él no era tan inmune a Tamra después de todo.

Fruncí un poco el ceño, preguntándome porque esta posibilidad no me satisfacía y

aliviaba inmediatamente. ¿Eso no es lo que quería? ¿Qué le gustara mi hermana

tanto como a ella le gusta él? Camino más rápido.


‚Necesitamos hablar.‛ Me agarra del brazo y me fuerza a enfrentarlo.

‚¿Acerca de qué, Cassian?‛

‚El otro día–‛

El p{nico atenaza mi garganta. ‚Fue un error.‛ Digo determinada a que él

también lo vea de esa manera.

Algo pasa por su cara. Una emoción que nunca había visto en él. Pensándolo

bien, las emociones en el son inusuales. ‚¡Cassian! ¡Espera!‛

Ambos giramos. Miram está detrás de nosotros apurándose a alcanzarnos.

Farfulle algo desagradable. Otros tal vez se podrían haber compadecido de mi,

pero no Miram. Ella me seguía viendo, como si pensara que le había hecho algo.

Empecé a irme, pero Cassian agarro mi brazo. Me fije en sus dedos y luego

gire hacia su cara. ‚Ella no dijo mi nombre. Hazme un favor y déjame ir.‛

Cassian frunció el ceño y sus oscuros ojos me taladraron. ‚Esto no ha

acabado,‛ murmura.

‚Sí.‛ Asiento, la firme resolución pasando a través de mí. ‚Es todo.‛ Zafando

mi brazo, me marcho antes de que Miram nos alcanzara.

Nos juntamos en el campo de vuelo del norte del municipio. Cerca de treinta

de nosotros llegó en nuestra usual vestidura, ropa fácil de quitar y poner otra vez.

Altos pinos cubrían el claro. Adelante del campo, había montañas en una

irregular cadena con sombras más oscuras que la negra noche.


Incluso Severin se nos unió, aunque no con el atuendo adecuado, supongo

que él era el único que iba a vigilarnos y que no iba a volar esta noche. Me mira de

reojo, y no pude alejar el gesto de aprobación que cruzo por su cara. A pesar de no

querer ser cuidadosa, algo se descargo en mi pecho. Esto es lo que decidí hacer

después de todo. Poniendo todo detrás de mí. Puse a un lado mis deseos egoístas

que solo les traía sufrimiento a otros. Y tengo que continuar con mi vida aquí y

olvidar los sentimientos por un chico que no está destinado para mí.

Así que eso significaba llevarse bien con todos, incluso Severin. Tomando su

tablilla, nuestro maestro de vuelo nos mira tomando cuenta. Tradicionalmente,

estamos asignados a una pareja de vuelo. Alguien de quien no nos podemos

separar en ningún momento. Inmediatamente, doy un paso hacia Tamra tomando

mi decisión.

Esta noche, íbamos a volar juntas.

Encontré a Az y sentí una punzada en mi corazón cuando me di cuenta que

Tamra formaba pareja con Miram. Az también me vio y sostuvo mi mirada. Por un

momento, pensé que ella vendría, pero luego desvió la mirada. ‚Ella vendr{,‛ me

dice Tamra. ‚Ella est{ asustada.‛

‚¿Asustada? ¿De qué?‛

‚De qué te está perdiendo.‛

‚Pero ella es la que me est{ evitando.‛

‚Sí, pero ella siente que puede controlar eso, que tiene el control. Sin

embargo, no tiene control sobre ti ni sobre cualquier otra cosa que te pase. No tiene

control de nada de lo que pasa en tu vida< y bueno, eso asusta a la gente.‛

Agito mi cabeza con una sonrisa. ‚¿Cu{ndo te volviste tan inteligente?‛

Ella me guiña un ojo. ‚Odio decepcionarte pero yo siempre he sido la gemela

inteligente.‛

Resoplo y le doy un empujoncito en el hombro incluso más fácil como si un

calor recorriera mi cuerpo. Todavía tengo a Tamra, incluso más que antes. Tal vez

íbamos a ser como cuando éramos pequeñas, antes de que me manifestará. Otra


vez teniamos algo en común. Parada al lado de Tamra, pienso en papá. En lo feliz

estaría si nos pudiera ver paradas aquí, ahora.

Sintiendo una gran emoción, aparto la mirada. Y ahí es cuando veo a Cassian.

Instantáneamente mi memoria hormiguea. La esta observándome con su intensa y

púrpura mirada oscura. Siento la culpa surgir. Aquí estoy yo, parándome a lado de

mi hermana, deleitándose en nuestra nueva cercanía con el secreto de mi beso con

Cassian cerniéndose entre nosotras.

‚¡Hey, ahí est{ Cassian!‛ Tamra dice haciéndole señas alegremente.

Mientras Cassian viene hacia nosotras, Corbin camina a su lado. Una mirada

pasa entre los dos primos mientras se nos aproximaban. Eso no es agradable, pero

desde luego, ninguno pretende agredir el uno al otro. Corbin nunca cambiaría el

hecho de que él quiere ser el próximo orgulloso alfa, que él cree que es un mejor

candidato. En ese sentido, el me recuerda mucho a Xander, el primo de Will.

‚Así que ambas lo hicieron.‛ Cassian sonríe y yo sé que él entiende que tan

especial es este momento para Tamra y para mí.

Le conteste con hola, manteniendo baja, como si eso hiciera que me notara

menos< haciendo nuestro beso algo olvidable, algo que nunca paso.

‚Pensé que nunca pararía de llover,‛ Corbin dice, frotando sus manos en

anticipación. ‚Necesitó sentir algo de viento.‛

Tamra asiente, viéndose como una niña ansiosa. ‚Sí, yo también,‛ ella dice

como si hubiera estado haciendo esto por años.

Lucho contra mi sonrisa.

‚¿Ya tienes una pareja Cassian?‛ pregunta Corbin.

Cassian vacila. ‚No.‛

‚Bien, entonces tu y yo.‛ Frunzo el ceño, preguntándome cuando fue la

última vez que ellos dos fueron pareja durante un vuelo en grupo. Ellos eran tan

competitivos<


No reflexione eso por mucho porque nuestro maestro de vuelo nos llamo al

centro del oscuro campo. Había luces fuera de la línea del perímetro, de donde

aterrizábamos y jugábamos un partido nocturno de airball. Eso no era necesario.

Casi todos nosotros teníamos una excelente visión nocturna. Le lance a Tamra una

mirada. Casi todos. Esto todavía era nuevo para ella.

Estábamos parados en pares. Cuando la señal fue dada, cada uno de nosotros

se quitaba la ropa, nos manifestábamos, y salíamos de dos en dos. Tamra y yo

esperamos detrás de Cassian y Corbin, pero ni siquiera les mire.

Hombro a hombro con mi hermana, absorbo el significado de este momento.

Nuestro primer vuelo juntas. Papá siempre espero que tuviéramos esto. Rompió su

corazón cuando nunca lo hicimos.

Nosotras solíamos escuchar en nuestras camas repetidamente de cómo nos

hablaba de volar, mamá sonriendo indulgentemente, nunca consiguiendo entender

su amor por el cielo y el viento. Tanto como la amaba a ella, él quería que nosotras

fuéramos como él. En su último momento él amo el volar. Y esta noche nosotras lo

haríamos.

Antes de quitarnos la ropa, la mano de Tamra alcanzo la mía y la apretó. Ella

se veia tan feliz, tan en paz consigo misma, que sé que esto es lo correcto. Yo, aquí

en el clan –es donde debería estar. En este momento, puedo creer que todo estará

bien.

Dejando nuestras ropas atrás, nos liberamos de nuestra forma humana

también. El familiar jalón empieza en mi pecho mientras mi exterior humano se

desvanece, perdiéndose, reemplazado por mi gruesa piel draki. Levanto mi cara

hacia la noche, siento mis mejillas tensarse, huesos estirándose y afilándose. Mi

respiración cambia, profundizándose, mientras mi nariz cambia, cartílago

crujiendo como cadenas apareciendo a lo largo de un puente. Mis miembros

perdiéndose, alargándose. Estos últimos huesos se sienten bien, como una buena

estirada después de estar en un carro por demasiadas horas.

Mis alas empujan libres detrás de mí, y suspire, deleitándome en su libertad.

Desplegándose con un susurro, ligeramente más largas que mi espalda. Las agito,

dejando que una fuerte ráfaga de aire las pruebe.


A lo lejos en el cielo, noto una capa de nubes, como humo en la oscura noche.

No podía esperar a pasar a través de ellas, sentir el vapor en mi piel. Mire hacia

abajo a mi cuerpo; mi piel resplandece como atravesada por luces de color ámbar.

Mi mirada se desvia hacia mi hermana y mi respiración se detiene con su vista.

Ella es hermosa con su iridiscente, piel blanca plateada –la luna de mi sol.

‚¿Lista?‛ Pregunto en nuestra resonante forma de hablar draki, el único

lenguaje que puedo hablar en mi forma manifestada por los cambios en mis

cuerdas vocales. Pero esta es la primera vez que Tamra puede contestar en el

antiguo lenguaje de nuestros antepasados, verdaderos dragones.

Sus ojos –amplios iris y oscuras pupilas verticales –mir{ndome. ‚Si,‛ dice con

estruendo, y yo sé que ella ha estado anhelando esto toda su vida.

Ella se lanza suavemente de la tierra. Empujando con las almohadillas de mis

pies en el húmedo aire, dejando a Tamra arrastrarse más alto para así poder verla,

con sobrecogimiento ante su vista: la plateada perla de su piel draki; las delicadas

alas que centellean como capas de destellante hielo.

Ella resplandecía como una estrella blanca contra la oscura noche. Mirando

atrás, ella me llama, ‚Vamos, yo pensé que eras r{pida. Enséñame.‛

Sonrío, y el viento, una ráfaga me traspasa y la veo volando mientras gira.

Luce como si siempre hubiera tenido esto. Entonces, vuelo, incluso sin el sabor del

sol en mi cuerpo, es una maravillosa sensación volar otra vez.

Tamra se mueve cautelosamente, disfrutando su propia habilidad, el curso

del aire crepitando a nuestro paso. Nosotras quedamos en la parte de atrás del

grupo.

Otros nos pasan como látigos, sus gritos perdidos en el rugiente viento

mientras maniobran en flashes de color: Az con su azul iridiscente con parpadeos

de rosa; la tenue luz bronce de mi querida tierra draki. Miro a Miram, su cuerpo un

bronceado apagado. El onyx entre nosotras es el más difícil de detectar, el negro y

púrpura iridiscente en sus cuerpos los hacían camuflarse bien en la noche. Otra

razón de porque, históricamente, ellos son nuestros mejor luchadores. Nadie los ve

venir.


Me ralentizo, identificando a Corbin y Cassian, volando a increíble velocidad

a través de la noche. El viento silbando a un agudo extremo a su alrededor,

mientras ellos corren en salvajes zigzags a alguna línea indefinida. Ellos ondulan y

se lanzan alrededor el uno del otro, casi al punto de colisión.

Yo sacudo mi cabeza. Seguían siendo los mismos chicos idiotas

fanfarroneando por su orgullo< o, en este caso, Tamra. O tú, una voz susurra en

mi cabeza, pero rápidamente la empujo de vuelta con un fiero ataque.

Tamra grita otra vez, ‚¡Jacinda! ¡Ven!‛.

Jalo de vuelta mis alas y las levante hacia delante, suavizando mi velocidad

cuando escuche las alas de mi hermana aleteando ferozmente para mantener el

ritmo. Lado a lado, planeamos juntas. Esto es suficiente, pienso. Más de lo que había

soñado. Y mientras todos los demás nos dejaban atrás, no nos importaba.

Nos reíamos y giramos en el viento, rompiendo la vaporosa noche, moviendo

y manipulando el aire como un par de niños explorando el agua de una piscina de

natación.

Una divertida niñez que nunca tuvimos. Hasta ahora



¿Por qué no regresas a la casa? Podemos tostar algunas semillas y ver

películas,‛ sugerí mientras Tamra y yo caminábamos de regreso del

campo. Mi cuerpo seguía hormigueando, despierto y vivo de nuestro

reciente vuelo de una manera que no había sentido< fruncí el ceño, la memoria

imponiéndose para inmiscuirse y arruinar mi nueva sensación de paz.

‚Claro,‛ dijo.

Sonrío, pensando en todas las noches que hasta tarde cuando mamá, Tamra y

yo podríamos apretarnos en el sofá y ver películas –y entonces recuerdo lo poco

que he visto a mamá últimamente. Ella probablemente está profundamente

dormida, hecha polvo por su larga jornada. Cuando la deje después de la cena, que

tal vez se fuera a la cama después de ducharse.

‚Tal vez mam{ se nos pueda unir.‛

‚Sí,‛ evadí, ‚si todavía est{ despierta.‛

Tamra me lanza una mirada. Yo sé lo que está pensando: Mamá siempre solía

esperarnos si estábamos fuera haciendo cualquier cosa. Pero eso era antes. Antes

cuando ella sentía que tenía algún control sobre nuestro mundo. Abro la boca para

explicar la situación de mam{ pero me detengo< cierro mi boca y escucho,

mirando la blanca niebla rodeándonos, más espesa de lo usual.

‚¿Jacinda?‛

‚Algo est{ mal,‛ digo en voz baja, sosteniendo una mano. A pesar de no

haber alarma en el sonido del aire, falta algo. El municipio está en un silencio

inquietante. Todavía faltaba media hora para el toque de queda, pero no había

nadie caminando excepto esos que regresaban del campo de vuelo. El edificio está

oscuro. El usual tintineo de las gemas usual en el juego que debían de estar

‚


jugando allí dentro no se oye. Tampoco los usuales gritos de derrota o de victoria

cuando la gema de alguien sacaba la gema de otro del tablero.

Entonces a través de la bruma, uno de los ancianos aparece. Es casi cómico

ver su digna figura corriendo. ‚Tamra. Te necesitamos. Ve de una vez a casa de

Nidia. R{pido.‛

Por mi mente no paso quedarme atrás. Corrimos a través del pueblo, dejando

al anciano atrás. Nuestros pasos resonando en el pavimento. Una pequeña

muchedumbre está parada congregada frente a la casa de Nidia. Severin y otro

anciano, dos guardias con sus brazaletes azules, Nidia y Jabel.

Es la combinación de Nidia y Jabel la que me alerta de la situación,

haciéndome detenerme. Alguien había traspasado el perímetro.

Tamra continúa unos pocos pasos y luego se detiene cuando se da cuenta de

que no estoy con ella. Ella me mira y luego al grupo, claramente insegura. No

puedo hablar ni decir nada. Mi cuerpo no se mueve.

Nidia y Jabel solo suelen estar juntos por una razón –cuando alguien traspasa

el perímetro. Nidia es más valorada por su habilidad para proteger la mente, pero

Jabel también es importante. Como un hypnos draki, ella borra la memoria,

plantando mentiras en la mente de los humanos para que nuestro espacio siga

desocupado y Nidia los deja ir.

Los latidos de mi corazón adquieren un ritmo desesperado. Estallidos de

calor, salvaje, fiera quemazón surge en mi garganta. Yo fuerzo la vista para poder

ver al intruso. Casi todo su cuerpo está bloqueado por los otros y por una gruesa

bruma de niebla. Yo identifico su espalda, la línea de sus anchos hombros. Trago

contra el calor en mi garganta, y me acerco un paso, mis manos se ponen en puños,

tan apretados que siento como se entierran las uñas en la palma de mi mano.

Oigo rápidos pasos detrás de mí y miro sobre mi hombro. Varios de los otros

nos han seguido. Cassian, Corbin, Miram, y Az<

‚¡Tamra!‛ Severin la ve entonces. Él le grita como si ella fuera un animal al

cual comandar, moviendo su mano bruscamente. ‚¡Ven!‛

Tamra se mueve hacia el grupo y bloquea la poca vista que tengo. Frunciendo

el ceño, me acerco más, mis pasos lentos, parándome enseguida cuando Tamra se

gira. Su mirada se encuentra con la mía. La sangre se agita en mis venas. Su cara lo

dice todo.


No. No, no, no… No puede ser él.

Empiezo a sacudir mi cabeza, queriendo negarlo, pero queriendo que Tamra

se gire y actuara natura hacia Severin y así los otros no fueran a sospechar.

Y entonces la multitud se mueve y veo a Will. Mi mirada lo devora, sus ojos

mirando fijamente con dolor. El rebelde cabello color café miel seguía sobre su

frente. Su rígida mandíbula se ve más implacable que nunca. Él está aquí. Will

cumplió lo que me prometió. Y entonces yo pienso, no. Will no puede recordar esa

promesa. Es imposible. Tamra lo manipulo. Tal vez el este aquí accidentalmente.

Tal vez el se perdió de su grupo y termino aquí entre nosotros<

Mis labios se mueven, pero no dicen nada. No me atrevo. Sacudiendo la

cabeza, me pregunto si lo he imaginado, viéndolo cuando en realidad no es él. Por

un momento, la alegría se hincha en mi interior, antes de que el terror de verlo

aquí, en el municipio, a simples pasos de Severin, me golpea. Él se voltea a

contestar algo que Nidia le pregunta –probablemente detalles de cómo

exactamente se perdió, solo, tan lejos en la montaña, lejos de cualquier carretera.

Lo miro con intensidad, distingo las marcadas líneas de sus rasgos en las

profundas sombras de la noche, en la perpetua espiral de niebla. Entonces él me

ve, y sé que no es un simple reconocimiento. Sus ojos color avellana brillan con esa

profunda satisfacción de que yo sé que el recuerda.

De algún modo. De alguna manera. El recuerda todo. Recuerda su promesa, y

la está cumpliendo. Él está aquí por mí. Gracias a Dios, mi hermana reacciona antes

de que cualquiera note y se comience a preguntar sobre su comportamiento.

Yo le doy a mi cabeza una veloz sacudida, advirtiendo a Will de ser

precavido, de no mostrar reconocimiento. El mueve su cabeza, el más

imperceptible asentimiento, y yo sé que él entiende.

Cada fibra de mi ser quema y pulsa para cruzar la distancia que nos separa.

Mis manos se abren y cierran a mis lados, anhelando tocarlo, sentirlo. Sentir que

realmente es él. Aquí. Ahora. Por su voz ondeando a través de mi como solía

hacerlo. Un golpe de terciopelo que me revivió en Chaparral, manteniendo

durante mi tiempo allí, llenando mis interminables días de entonces, también hasta

llenar mis sueños. Todo lo demás se evapora, mientras lo veo. Donde estamos. El

peligro que sigue amenazando< Muy en lo profundo, yo sé que Tamra no

revelara la identidad de Will, y no solo por su lealtad hacia mí. Mi hermana no es

una asesina, y ella sabe que una palabra de ella terminaría con su vida. Bien o mal,


ella no podría hacer eso. No está en ella. Pero eso difícilmente significa que el está

a salvo.

El aire se revuelve mientras alguien se me acerca y me giro para ver a Cassian

observando desde la distancia a Will. Por un momento, había olvidado de que

había alguien más que podría reconocer a Will. Sigo su mirada, el aire difícil de

respirar, tan espeso para llevar dentro de mis restringidos pulmones mientras me

doy cuenta de que Cassian está mirando a Will –aquí en su territorio.

El chico que casi mato cuando lo tiro en un precipicio. La miseria cae en

espiral dentro de mi estomago. Nada está deteniendo a Cassian de terminar esa

pelea. El no es como Tamra. Esta en él, en su esencia, matar. El draki Onyx ha

estado matando por miles de años. Es lo que hacen mejor. Ahora mismo, en este

momento, estoy viviendo una pesadilla.

Miro de vuelta a Will. Dos centinelas armados con los que fui a la escuela

primaria lo flanquean como a un prisionero. Si él tiene suerte, ellos no lo verán por

lo que es< lo que el significa para mí. Nidia simplemente lo manipulará –como

usualmente es – y lo enviará por su camino. Mientras yo esté en calma. Mientras

Will no haga nada. Mientras Cassian no diga o haga algo. Le lanzo a Cassian una

aterradora mirada, en silencio esperando que no diga nada –que guarde silencio y

que permita a Will vivir.

Su expresión estrecha, casi afligida mientras me mira atentamente. ‚Por

favor,‛ articulo, todo a lo que me atrevo mientras Miram se acerca, con los brazos

cruzados sobre su pecho en una pose de combate.

‚¿Excursionista?‛ pregunta.

Todavía mir{ndome, Cassian contesta, ‚Luce como eso.‛

‚¿Ellos har{n que Tamra lo intente en él?‛ Corbin pregunta alto.

‚Probablemente,‛ dice Miram, acerc{ndose de puntillas en un intento de

igualar al grupo que ve al excursionista.

‚Él es joven,‛ Miram musita.

‚Lindo, también.‛ Az resopla. ‚Para un humano, supongo.‛

‚Para un humano‛ Miram acuerda, lanz{ndome una astuta mirada. ‚¿Qué

piensas tu Jacinda? Tú eres la experta en humanos lindos. ¿Cómo lo comparas?‛


El calor hormiguea en mi cara, peleo por lucir displicente, con calma en mi

cara de sus burlas. ‚Esto es suficiente, Miram,‛ Cassian chasquea.

‚Mira,‛ Corbin dice r{pido, ‚lo est{n llevando dentro de la casa.‛ Ríe por lo

bajo. ‚Ese chico no sabr{ que le pego.‛

Will no mira en mi dirección, mientras lo guían dentro de la casa, pero yo sé

que él está consciente de mí como yo de él. Mi cuerpo entero zumba en respuesta a

él. ¿Qué estaba pensando? El tenía que saber que era peligroso venir a cualquier

lugar cerca del municipio. La verdad es dolorosa. Por más que había intentado

olvidarle, el nunca me olvido. ¿Eso lo hacía más fuerte que yo? ¿O más débil?

Todos fueron dentro excepto los dos guardias. Ellos se quedaron justo fuera

de la puerta. Si todo iba sin complicaciones, Nidia haría lo que hace mejor,

ayudada por Jabel. Tamra, también, supongo. Entonces pensamientos con pánico

me golpearon por si el talento de Jabel funcionaba en él. ¿Qué si surtía efecto y el

salía de ahí confuso y desconcertado, con la cabeza llena de mentiras, incapaz de

discernir la realidad de la ficción?

Retuerzo mis dedos hasta que duelen. No hay nada que yo pueda hacer

excepto esperar. Y tener esperanza de que el recuerde otra vez. ¿Y luego qué? El

sabía dónde estaba el municipio< donde estoy yo. Me había visto e iba a volver.

Pero, si el volvía a ser atrapado, sabrían que es diferente –que el hipnotismo no

funciona en él.

‚Ven.‛ Cassian toma mi brazo. ‚Te llevaré a casa.‛

Me resisto por un momento. Claro que debo ir. La última cosa que debo hacer

es quedarme aquí y darle a cualquiera sospechas de que el intruso significa algo

para mí.

Volteándome, dejo que Cassian me guie. Los pensamientos golpean en mi

cabeza con cada latido de mi estruendoso corazón: Él cumplió su promesa. Vino por

mí.

Incapaz de ayudarme a mí misma, empecé a ver sobre mi hombro, pero la

voz de Cassian me detiene. ‚No mires atr{s, Jacinda.‛

Forzó mi mirada hacia delante. El está en lo correcto. El hecho de que Will

recuerde y viniera por mí no cambia nada. No puedo ir con él. No puedo dejar que

mi corazón gane sobre la lógica. Nada ha cambiado. Somos una peligrosa

combinación. Como fuego y aceite.


Cassian no dice nada m{s hasta que llegamos a mi casa. ‚¿Dónde est{ tu

mam{?‛ pregunta.

Le hago una señal para que espere mientras voy a checar a mamá. Está

profundamente dormida con la televisión encendida en su cuarto. Cerrando su

puerta, regreso a la sala en donde había dejado a Cassian.

Su oscura mirada liquida me fulmina. ‚¿Cómo hizo para encontrar<‛

‚Estoy segura de que solamente fue suerte. El estaba muy cerca del municipio

y una patrulla lo encontró.‛ Dije r{pidamente, no queriendo que se diera cuenta

que tal vez Will era resistente a la niebla.

El me lanza una mirada exasperada. ‚Jacinda, él no es un inocente

excursionista.‛

‚Sí, yo sé.‛ Doblo mis brazos sobre mi pecho.

‚Él es un cazador.‛

Un pesado silencio cae mientras le miro. ‚¿Entonces por qué no dijiste nada?‛

‚¿Cómo sabes que no lo haré?‛

‚¿Lo har{s?‛ Él tensa su mandíbula en un terco gesto, como si quisiera decir

sí, pero luego suelta una profunda respiración y brevemente mira a otro lado, y no

puedo decidir si está más enojado conmigo o consigo mismo.

‚¿Para qué me odies? ¿Para ver como lo matan? Yo no obtendría satisfacción

con ello.‛

Sólo puedo mirarle, tan sorprendida de que Cassian tal vez si está

verdaderamente preocupado por mí. Por mí y no simplemente por quién soy. Él no

es mi enemigo y creo que quiere ayudarme. ¿Por qué otra cosa se molestaría en

proteger a un chico por el que ni siquiera se debería de preocupar?

‚Tú tienes que dejarlo ir, Jacinda.‛

Asiento, pero aun así es doloroso, mi sien late constantemente con fuerza.

‚Yo sé.‛

‚Pero el necesita saber eso,‛ dijo, su voz pesada con la razón.


Me encontré con su mirada, entendiendo con esperanza lentamente. ‚¿Tú

quieres que yo hable con él?‛

‚Una vez que el esté a una distancia razonable del municipio, necesitas

confrontarle y explicarle que esto está por encima de los dos. Yo sé que tal vez el

esté confundido después de haber sido cubierto por la niebla, pero tú necesitas

llegar a él.‛

No puedo mirarle hasta entonces, no con lo que sospecho –que Will no puede

ser aturdido por la niebla. ¿Podría Cassian dejarlo ir si supiera eso?

Cassian se acerca y yo giro mi quijada para mirarle. ‚Dile que convenza a su

familia de que esta área está seca. Que ya no hay ningún draki aquí. Nosotros

tenemos que continuar. Ellos lo escuchar{n.‛

Las implicaciones que pendían no fueron dichas. Ellos lo escucharán debido a

su sangre. Porque él está conectado a nosotros.

Cassian baja su cara tan cerca que yo puedo sentir su respiración en mi

mejilla, y el recuerdo de nuestro beso se interpone. Si eso no era suficiente para

hacerme retroceder, sus siguientes palabras si lo eran. ‚Si yo lo veo otra vez aquí,

ya no esconderé la verdad –incluso si tú me odias por eso. No lo protegeré otra

vez. ¿Entiendes?‛

Asiento, un nudo obstruyendo mi garganta.

‚Ven.‛ El abre la puerta de enfrente a la neblinosa noche.

‚¿Dónde vamos?‛ Le pregunto.

‚Ellos probablemente lo arrojaron donde siempre. Te quiero esperando por él

cuando salga.‛



Respiro silenciosamente, escondida en un árbol, la corteza rasguña mis

piernas desnudas, como agujas hundiéndose por todas partes, mientras miro hacia

abajo al lugar donde los intrusos han sido frenados por la niebla. No está lejos del

camino público que divide la montaña, este es el único camino para subir. Mi

corazón aún retumba en mis oídos, de mi loca carrera para llegar primero. La

patrulla se mueve silenciosamente por el bosque, pero aun así, los oigo mientras se

acercan. Ludo cruza a través de los árboles con Will sobre su hombro, Remy justo

detrás de él. Me estremezco, veo como Ludo deja caer bruscamente a Will sobre la

tierra dura. Eso tuvo que doler. Si Will finge estar inconsciente y en realidad está

despierto, como sospecho, está haciendo un buen trabajo en enmascarar cualquier

reacción a un trato tan rudo.

Los dos draki miran hacia él por un momento. Remy le empuja fuertemente

con su bota.

"Vamos", dice Ludo. "Tengo hambre." Espero unos minutos, después de que

ellos se marchan, exploro los árboles, no hago ningún movimiento, está bien, ellos

ya se han ido. Will se encuentra en el suelo inmóvil, todavía inconsciente, y no

puedo esperar más. Bajo y corro hacia él. Tal vez me equivoque. Tal vez no está

fingiendo. Tal vez, sea la niebla. Me cierno sobre él, sosteniendo mis manos delante

de mí, sin saber dónde tocar.

"Will". Su nombre se escapa en el silencio. Como si tuviera miedo de decirlo

en voz alta. Como si al pronunciar su nombre, hiciera que su presencia aquí no

fuera real, haciéndolo desaparecer en una nube de humo, en la bruma que nos

rodea. Como gran parte de mí ha desaparecido desde que regrese aquí. En la

oscuridad, sus ojos se abren. Me alejo, asustada. Me sonríe. Con aquellos labios

bien formados. Labios, cuya forma y textura está plasmada para siempre en mi

memoria. Suspiro, aliviada, y digo su nombre otra vez, esta vez más segura.


"Will." Se levanta fácilmente, sin ninguno de los efectos de la niebla, lo que

confirma que tengo razón. Su sangre draki lo ha dejado inmune. Se mueve hacia

mí, y me encuentro con él a mitad de camino, pero entonces recuerdo lo que tengo

que hacer. Rápidamente me alejo, antes de que podamos reunirnos. Levanto una

mano para frenarlo, exijo en un susurro: "¿Qué estás haciendo aquí?"

"Buscándote." El sonido de su voz me hace temblar. Su voz aterciopelada

envía escalofríos a lo largo de mi piel y me dice todo lo que ya se. Él no me ha

olvidado. Todavía me quiere. Trago difícilmente. Es igual. La forma en que

siempre ha sido al estar cerca de él. La idea de olvidarlo y ponerlo fuera de mi vida

es más fácil cuando no estoy frente a él.

"No deberías haber venido. Corres, demasiado peligro"

"Jacinda." Me mira como si hubiera perdido la cabeza. "Soy yo." Coge mi

mano, me tira hacia él. Y no, no puedo detener esto. Mal o bien, egoísta o no. Me

llevaré esto. Un momento robado con él. Si sólo eso. Voy a hacer que dure. Que sea

suficiente. Me envuelve en sus brazos y me abraza con tanta fuerza que me

pregunto si, podría romperme una costilla. Miro a la sombra de su rostro y anhelo

ver más, más de lo que la luz de la luna me revela. Pero no puedo. Esto tendrá que

ser suficiente.

Pongo la palma de mi mano en su mejilla, su barba me raspa. Mi corazón se

hincha con la sensación de él, el simple toque de su piel contra mi mano. Algo que

nunca pensé volver a sentir. "Me recuerdas," susurro, buscando sus ojos que brillan

en la oscuridad. "Recuerdas aquella noche<"

"Cuando todo el mundo se despertó confundido, me di cuenta de lo que

había pasado. Me acordé de lo que me habías hablado de Nidia y pensé, que en eso

es, en lo que se convirtió Tamra. Así que fingí que estar tan confundido como

todos los demás." Rio una vez, sonó áspero en el aire. "Mis primos todavía no

saben qué diablos les pasó. Todo lo que pueden adivinar es que alguien les puso

una droga."

"¿Sólo tú puedes recordar?" Dejo caer mis hombros con alivio, mientras Will

asiente.


"Sí. Esa noche, es un completo espacio en blanco para ellos." Para ellos. Me

quedo mirando la forma de él en la oscuridad, el brillo de sus ojos, como podría

haberlo dejarlo caer, ¿por qué Will es tan especial? Su sangre.

"Es porque eres como nosotros", murmuro.

"¿Qué?" se tensa y algo en su voz, me dice que entiende lo que quiero decir.

Más de lo que quisiera. Tomo aliento, y lo obligo a bajar por mi garganta que está

fuertemente cerrada.

"Bueno, al parecer eres bastante parecido a nosotros. El don de una Shader no

funciona en otro draki. Tú, debes haber recibido suficiente sangre draki para

formar resistencia al don de una Shader. Eso explicaría cómo estás tan conectado

con nosotros. . . como eres tan bueno para rastréanos. Tú eres como nosotros."

No decimos nada durante un buen rato, y me pregunto si está pensando en lo

mismo que yo. ¿De qué manera, es diferente? ¿Cómo, no se parece a los humanos?

¿De qué manera, es que me gusta? ¿Cómo draki? ¿Cómo humano? Sacudo mi

cabeza. Son demasiadas cosas que reflexionar. Y no hay forma de saberlas. No en

este momento. No sé si es algo que nunca sabremos. Pero entonces no importa,

¿verdad? Pues lo único que tenemos, es el ahora. Para nosotros, no habrá mañana.

No hay futuro.

"¿Te repugna esto?", Pregunta.

"¿Yo?" Sé lo que está preguntando, pero la respuesta no es simple. "Sé que no

tuviste que ver con nada de lo sucedido, y que estás vivo, como resultado de eso. . .

pero la sangre que fluye a través de ti. Fue robada de Draki que fueron

masacrados. . . para ti. "

"Lo sé." En la oscuridad, sus brillantes ojos ni siquiera parpadean. "No puedo

negar nada de lo que estás diciendo. Yo no sabía lo que mi padre me estaba

haciendo hasta que todo había terminado. Lo sabes, ¿verdad? Tienes que creer

eso‛.

"Yo<". Su aliento cae pesadamente.

"A veces, por la noche, los siento. En mis sueños."


Cierro mis ojos por un breve momento y tengo que dar voz al miedo que me

carcome por dentro. "Es mi padre uno de<"

"¡No! No es posible. Piénsalo por un momento. Sólo comenzó a cazar en esta

zona hace poco más de un año." El alivio ondea a través de mí.

"Tú nunca me podrías repugnar, Will. Me importas demasiado." Su mano se

mueve a lo largo de mi espina dorsal y un escalofrío me recorre, al recordarme,

que es lo que he venido a hacer aquí. "¿Cómo me encontraste?" Le pregunto, se

detiene, me digo a mí misma que me aleje, que me desenrede de la maravillosa

sensación de sus brazos a mi alrededor. Que me retire antes de que sea demasiado

difícil. ¿Difícil? Casi me río. Ya es demasiado duro.

"Esta es la tercera vez que he estado aquí, en tu búsqueda", admite.

"¿Tu solo?" Me pongo tensa y miro a las espesas sombras, casi como si

esperara que un cazador fuera a aparecer allí.

"Estoy solo ahora", asegura. "Vine la última vez con mi familia. Me escabullí

mientras. . "

"Cazaban", ofrezco, con la voz dura. Me estremezco al pensar que los

cazadores han estado en estos bosques. Tan cerca de la villa. Ahora tienen caras. Ya

no son los fantasmas de mis confusas pesadillas. Puedo verlos. Su padre. Sus tíos.

Sus primos, Xander y Angus. Ellos han estado aquí. Recientemente. Muevo la

cabeza, un creciente enfado en mi interior, desafía con volver. Se arriesgó mucho. Y

no sólo a sí mismo. Puso la vida de todos los de mi clan en peligro.

"Es demasiado peligroso para ti estar aquí. No deberías haber venido. Si

hubieran sabido quien eres, esta noche. . ." Niego. Perderlo, porque no puedo

verlo de nuevo es una cosa, pero perderlo porque ha muerto, porque ha sido

asesinado por mis hermanos. . . Eso, no lo podría manejar. Me destruiría.

"Me veo como un tipo que va de excursión a la montaña."

"Tamra y Cassian te conocen."

"Y no dijeron nada." Asiento.


"Por mí. Se mantuvieron en silencio. Les prometí que conseguiría, que

convencieras a tu familia, para detener la caza en esta zona." Tomo una profunda

respiración. "Y les prometí que me aseguraría, que nunca regresarías

nuevamente<"

"¿Prometiste eso?" Su voz golpea sobre mí.

"¿A quién? ¿A Cassian? No me sorprende que quiera asegurarse, que no me

acercare a ti de nuevo." Quiero negarlo, quiero decir que Cassian quiere que Will

se marche porque es lo correcto. Lo más seguro. No se trata de celos o posesión.

Cierro mis ojos en un parpadeo de agonía, no digo nada. Hace un rato, Cassian me

sostenía como Will me sostiene ahora. Dejé que me sostuviera. Que me besara. Con

un sonido ahogado, me alejo de Will, sintiéndome como una traidora. Incluso, si

fue la soledad, o mi propia vulnerabilidad lo que me llevó a los brazos de Cassian.

. . A mí me gustó. Will me empuja de vuelta.

"¿Qué quieres? ¿Quieres que me vaya y no vuelva?" me hundo sin resistencia

en sus brazos. Soy demasiado débil. Lo he extrañado demasiado. Pensé que podría

dejarlo atrás, encontrar un futuro en el clan y al mismo tiempo aquella perspectiva

mataba una parte de mí, esto, en este momento, podría ser peor.

Abrazándolo, oliendo su familiar aroma, teniéndolo por un corto tiempo y

luego decirle nuevamente, adiós. Es de nuevo una inmersión en el infierno. Miro a

través de la oscuridad, en lo que puedo ver de su cara. La dolorosa belleza suya.

Sus ojos hundidos bajo las oscuras cejas. Su cabello siempre rebelde, cayendo sobre

su frente, rogando porque mi mano lo cepille hacia atrás. Su boca, sus labios. Lo

grabo todo en mi memoria, decidida a imprimir todo su ser, en mi alma, para los

momentos de silencio a solas, en la oscuridad, cuando pueda recordar. Sus

flexibles dedos sobre mis brazos.

"¿Así que te estás dando por vencida, con nosotros, Jacinda?" Busco su rostro

en las sombras.

"Es peligroso. No sólo para nosotros. Para otros, también. Innumerables

vidas." Sus manos se deslizan hacia arriba de mis brazos a mi cara y es demasiado.

Sus grandes manos. Sus fuertes dedos, tan suaves como esperaba. Mis ojos arden.

Los abro y cierro con fuerza en un intento de que se sequen.


"¿Dónde está tu fe?" Sus pulgares presionan suavemente sobre mis mejillas.

"Podemos encontrar una manera." Niego con la cabeza.

"No sabes lo que ha sucedido."

"¿Te han hecho daño?" Su voz se agudiza, y sus manos me aprietan

ligeramente. "Cuando regresaste, te hicieron<."

"No", digo rápidamente. "Estoy bien. No es que no mereciera ser castigada.

Will, me di a conocer a los cazadores. "

"Vamos a hacer solo tú y yo entonces. Sin clan. Sin cazadores. Sin arriesgar a

nadie. "

"¿Qué estás diciendo?"

"Huye conmigo".



or un momento, me dejo absorber por lo que estaba diciendo, dejo que

la esperanza teja un camino en mi corazón. Will y yo nada más.

"¿Cómo? ¿A dónde iríamos?"

"A cualquier lugar." La esperanza se desinfla en mi interior. Pensé que podría

tener un plan real. Pensé que podría haber una oportunidad.

"Es sólo un sueño, Will." Acaricio su mejilla. "Un hermoso sueño."

Se retira de mi toque, como si no quisiera tener mi consuelo, si se trata de un

rechazo. "No tiene que ser así. Puede ser real, Jacinda. Ven conmigo. Hagámoslo

realidad."

La frustración aumenta en mí, al ser alimentada con una esperanza imposible.

"¿Cómo?" Exijo. "¿A dónde vamos a ir? ¿Cómo vamos a vivir? "

"Mi abuela. Ella nos ayudara, nos hospedaría por un tiempo."

Parpadeo. "¿Tu abuela?" Esta es la primera vez que he oído hablar de una

abuela, pero Will y yo todavía no sabemos muchas cosas el uno del otro. Sabemos

las cosas importantes. Los secretos. Las pequeñas cosas se perdieron dentro de

todo eso, y me duele el corazón por todas las pequeñas cosas que esperan por ser

descubiertas, si pudiéramos estar juntos. Si tan sólo tuviera el tiempo, la

oportunidad. . . si tan sólo pudiéramos llevar una vida normal y sin

complicaciones.

P


"No nos quedaríamos con ella para siempre. Mi padre tarde o temprano

adivinaría a donde fui y vendría por mí, pero ella nos daría algo de dinero para

empezar a trabajar en nuestra propia<"

Niego con la cabeza, todavía está tratando de envolver mis pensamientos en

torno a lo que está diciendo. "¿Por qué tu abuela nos ayudaría y no le diría a tu

papá?"

‚Ella es la madre de mi madre y no es precisamente un fan de mi padre.

Después de que mamá murió, papá nunca me dejó verla. Decía que era demasiado

entrometida. Y cuando estaba enfermo. . ." Su rostro se contrajo. "Bueno, él no la

dejó venir."

Oigo lo que no dice. El papá de Will no quería que su suegra estuviera a su

alrededor mientras estaba infundiendo a Will con sangre draki. Una punzada me

atraviesa, pensando en cómo debe de haberla necesitado mientras crecía, una

conexión con la madre que perdió. Y entonces cuando se enfermó, todo lo que

tenía era a su padre, que no es exactamente un hombre cálido e inseguro. Me

imagino la cara del Will joven, y algo se agrieta en mi interior. La soledad dentro

de él, me habla, encontrando el lugar dentro de mí, que refleja sus heridas.

"Ella no está muy lejos, vive en el Sur."

"No puedo", digo, pero las palabras se atascan, dejándome un mal sabor de

boca.

"¿Me estás diciendo que no?", acusa. "¿Es por Cassian? Tienen ustedes dos...‛

"No ", grito. "No es así, Will. Ha sido un buen amigo para mí, cuando son tan

pocos en estos momentos. "

"Un amigo. Correcto. Estoy seguro de que es todo lo que quiere de ti."

"Bueno, eso es todo lo que quiero." Mi cara se enciende mientras recuerdo el

beso. Un beso que fue un lapsus de debilidad de mi parte, una traición a todo el

mundo, a Will. A Tamra. Aún hacia Cassian. Incluso hacia mí. Baja su cara hasta

que nuestras frentes se tocan.


"Así que tú no quieres a Cassian. . . ¿y todavía quieres que desaparezca de tu

vida?", susurra. Esta vez, sólo puedo asentir contra él. Me duele mucho pronunciar

una mentira. Estar con él-ahora es lo más viva, que me he sentido desde que

regrese aquí. Desde que me engañe a mí misma, con el pensamiento de que alguna

vez podría olvidarlo. Como si sintiera que me debilito, desliza sus manos a lo largo

de mis mejillas, sus dedos cavan en mi pelo, tocando suavemente las ondas.

"¿Estás dispuesta a renunciar a nosotros? ¿De verdad quieres que camine por

la montaña y no vuelva nunca más? ¿Qué me olvide de ti?" El roce sombrío de su

voz, hace que sus palabras dibujen un escenario, me estremezco. No, no, no quiero

eso. Pero tiene que ser de así. . . "Dime, Jacinda. Dime que me vaya. ¿Es eso lo que

quieres? ¿No verme otra vez?" Un sollozo se ahoga en mi garganta, traicionando

mi decisión.

"No. No."

Entonces él me besa. Profundo y hambriento. Entierra sus manos en mi pelo.

Sus labios se sienten frescos, un choque contra el calor constante de los míos. Mi

interior hierve a fuego lento, y la emoción me envuelve completamente. Las

sensaciones me abruman. Él despierta en mí todo lo que he estado tratando, tan

difícilmente de reprimir, y le respondo, besándolo de nuevo con el mismo fervor,

como un animal hambriento. Por él. Repentinamente me atraviesa la convicción,

casi aterradora, en su total certeza. Que no puedo renunciar a él. Es otra parte de

mí. Él consigue hacerme sentir que estoy separada de todo y de todos, para

rechazar el camino que han diseñado para ti. Somos iguales. Dos caras de la misma

moneda. Él toma aire el tiempo suficiente para susurrar en mi oído.

"Vamos a encontrar una manera. . ." Un escalofrío me inquieta. Me besa, y

me aferro a él, entonces, el fuego estallar dentro de mi pecho, quedándose en mi

garganta. Envuelve un brazo alrededor mío para sostenerme e impide que me

caiga. Diversos colores, bailan delante de mí en la oscuridad, me arrastran por la

marea mágica de su boca y sus manos sobre mí.

‚Tamra‛, suspiro, pensando en mi hermana, en nuestra cercanía renovada.

‚No sé si puedo dejarla‛. Entonces algo en mi interior se trasforma, se levanta

como el lanzamiento de una cerradura. Tamra no me necesita. Ella tiene un lugar

entre el clan. A Cassian. Y tal vez si me voy, Cassian finalmente, pueda verla. Tal

vez tenga que irme, así podrá tener su oportunidad. Mamá, sin embargo, es una


situación diferente. Es cierto que ella estaría feliz por mí, porque escape del clan.

Incluso puede ser que desee irse conmigo. Pero, ¿podría hacerlo? Hacerla elegir

entre yo y Tamra? ¿O solo tengo miedo de saber que no me va a elegir?

"Jacinda." Will suspira cálidamente en mi mejilla como si pudiera leer mis

pensamientos. "Sólo piensa en ello. Eso es todo lo que pido. . .‛ Por ahora.

Él no lo dijo, pero lo oigo. No va a renunciar a mí. Quiere que estemos juntos.

No importa cuánto trate de alejarlo de mí. La euforia quema a través de mí. Me

deleito en ella y asiento lentamente.

"Necesito un poco de tiempo."

"Vamos a reunirnos de nuevo. En dos semanas."

Mi aliento se detiene. Dos semanas. Tanto tiempo. Y entonces recuerdo que

tiene que planear las cosas seriamente para venir hasta aquí. No debe ser fácil para

él, desaparecer de su familia sin alertarlos sobre lo que está haciendo. Sin embargo,

el hecho de que Will me está dejando una vez más, me entristece en gran medida.

Dos semanas se siente como toda la vida. Trago con dificulta, me aferro con más

fuerza a su camisa, tirando de su pecho caliente. Lanza una mirada a nuestro

alrededor en el pequeño claro, dónde estamos parados.

"Mismo lugar, ¿de acuerdo?" Es una solución. Por ahora. No hay que tomar

ninguna decisión aún, sin embargo, esta la promesa de ver de nuevo a Will aquí.

Voy a tener de nuevo sus manos en mi cara, el sabor de sus labios en los míos. Es

suficiente. Suficiente para seguir adelante durante dos semanas más.

"Está bien," estoy de acuerdo con voz temblorosa, no queriendo revelar lo

mucho que no quiero que se vaya. Se dará cuenta de que soy débil y tratara de

persuadirme de que lo acompañe en este mismo instante. Y no puedo hacer eso,

aun tanto como esto me tienta.

"Estamos de acuerdo entonces." Oigo la confianza en su voz. Piensa que la

próxima vez, que nos encontremos, será para huir con él. Y tal vez lo hare.


"Al mediodía", le digo. Será arriesgado escabullirse durante el día, pero por lo

menos entonces voy a ver el destello de sus ojos oro cambiar a verde a marrón.

Voy a ver su reluciente pelo marrón. He anhelado esto por mucho tiempo.

"Voy a estar aquí."

"Yo también."

De alguna manera. Nada puede mantenerme lejos. Y tal vez esa es mi

respuesta a la decisión que finalmente tendré que tomar. Si no puedo soportar

vivir sin él, ¿qué otra opción hay?



e agacho justo afuera del municipio, escondiéndome en el alto

pasto del verano y aumentando mis nervios mientras miro la

solitaria forma del centinela parado en la entrada. Antes, Cassian

tuvo que distraerle, para que así pueda yo pasar.

Mordisqueo la punta de mi pulgar, pensando acerca de lo que Cassian dijo

sobre regresarme dentro del municipio. Eso no será un problema. El guardia no querrá

que el clan se entere de que el te dejo burlarlo antes.

Esperando que el este en lo correcto. Me paro y camino con pasos seguros

hacia la encorvada entrada. No es cien por ciento seguro que estuviera haciendo

un buen trabajo imitando eso.

‚Hey, Levin.‛ Digo, mi voz f{cil y casual. ‚¿Qué pasa?‛

Levin se para recto ante el sonido de mi voz, sus vibrantes ojos azul agua

ampli{ndose. ‚¡Jacinda!, ¿Qué est{s–‛. Su brillante mirada oscilando detr{s con

culpa, como si el mismo Severin estuviera ahí atestiguando su fracaso. En una voz

muy baja, el tartamudea. ‚¿Qué est{s haciendo fuera de las paredes?‛

Empujo mis manos m{s hondo en los bolsillos de mi pantalón. ‚Solo dando

un paseo.‛ Pateo las piedras a mis pies. ‚Como tú lo estabas haciendo antes, ¿no?

¿Cu{ndo se suponía que tenías que estar haciendo guardia?‛

Incluso en la oscuridad, con la húmeda niebla a nuestro alrededor en

caprichosos zarcillos. Yo me doy cuenta del rojizo rubor de sus rasgos. ‚Um. Sí.‛

‚Mira, no es gran problema.‛ Encojo mis hombros. ‚Quiero decir, no voy a

decir nada<‛ Dejo mi voz apagarse, con la implicación clara.

‚Sí.‛ Dice r{pidamente. ‚Yo tampoco. Ve.‛ Dando un paso atr{s. ‚Adelante.‛

M


Sonriendo, lo paso. ‚Gracias.‛

Cerca de la casa de Nidia, dudo, la sonrisa deslizándose de mi boca. Las

ventanas están apagadas. Nidia y Tamra, probablemente están exhaustas, vencidas

después de sus esfuerzos en borrar la memoria de Will, hoy.

Miro al cielo e imagino a mi hermana como la vi, cortando a través de la

noche, eufórica ya que sigue siendo algo nuevo y asombroso para ella.

Un sonido emerge en el inquietante silencio de la noche, la gravilla crujiendo

bajo las pisadas de alguien. Mi pulso brinca contra mi cuello. Me detengo, primero

pensando que Levin cambió de opinión y que esta siguiéndome, determinado a

enfrentarme. Poniendo una sonrisa en mis labios, me giro alrededor lista para

persuadirlo otra vez, de que él trate de olvidar que me ha visto caminando de

regreso al municipio.

Pero él no está ahí.

Frunciendo el ceño, encuentro la brumosa figura de Levin todavía por la

entrada en la distancia. Me giro en círculos, tratando de ver profundamente dentro

de los oscuros zarcillos de la niebla girando a mí alrededor, como una marea sin

fin. Vapor pegado a mi piel en una delgada y brillante humedad.

Pero no había nadie.

El viento sopla, y la niebla se va en otro camino. Los mechones enmarcando

mí agitada cara, cosquilleando contra mis mejillas.

Snap.3

Esperando ver por fin a alguien, giro en esa dirección rápidamente para

darme cuenta, largas hebras de pelo se me pegan en mi cara.

‚¿Hola?‛ Mi voz suena sobre la noche. ‚¿Quién est{ ahí?‛

Un manifiesto vacío en el aire, escalofriante como el humo, espero que un

miembro de la patrulla de un paso al frente, pero nadie lo hace. El calor crece bajo

mi tensa piel, mi instinto de pelear o volar punzándome. Una patrulla no

escondería su presencia.

La sensación de que no estoy sola persiste.

3 Snap: Sonido de pasos.


Abrazándome, rozo mis manos sobre mis brazos. Girándome otra vez, miro

abajo al camino, yendo rápidamente a través de la niebla de la noche, ansiosa por

llegar a mi casa. Estoy casi en el centro del municipio, cuando una voz rompe a

través del sonido de mis pasos.

‚Hey.‛

Me detengo de una sacudida, giro, y observo como Cassian se materializa de

la niebla.

‚¿Has estado siguiéndome a través del municipio?‛, digo. ‚¿Por qué no

dijiste nada?‛

‚¿Qué?‛ Él frunce el ceño. ‚No, he estado esperándote aquí.‛

Lo miro sospechosamente, lanzando otra mirada sobre mi hombro como si

pudiera encontrar a alguien ahí, acechando, observándome. Miro de regreso

cuando Cassian pregunta. ‚¿Lo hiciste?, ¿le dijiste que nunca regrese?‛

‚Sí. Se lo dije.‛ Lo hice. Al menos al principio. Bajando mi mirada, reanudo el

paso, cruzándome de brazos.

El camina a mi lado. ‚¿Est{s bien?‛

‚Estaré bien.‛ Sacudo mi cabeza. ‚Ha sido< mucho por hoy.‛

‚Sé que lo ha sido.‛ El se detiene, y me enfrenta poniendo sus manos sobre

mis hombros. ‚Hiciste lo correcto.‛

Lo correcto. Ya no sé que lo es. Se me hace un nudo en la garganta. No puedo

hablar ni decir otra mentira. Solo asiento bruscamente. Soltándome de su agarre,

giro, ansiosa por estar lejos de él. Su presencia me hace retorcerme<dej{ndome

con culpa. Por el beso. Por las mentiras que le he dicho esta noche. Por la

posibilidad de abandonar el clan para siempre rompiendo con su confianza en mí.

El camina conmigo y lo miro de reojo, desesperada por estar sola en este

momento. Él parece entender. ‚Caminaré contigo a tu casa así no estarás en

problemas si somos detenidos. Puedo decirle que te estaba escoltando para ver

cómo estaba Tamra o algo.‛

Es con estás palabra que yo sé cómo sería mi vida si me quedo aquí. No sería

tan malo. Cassian siempre podría ser mi amigo, siempre cuidando mi espalda y


ayudándome a ser re-aceptada en el clan. Y eventualmente podría–si pudiera hacer

mi parte.

Si pudiera olvidar a Will.

Si pudiera pretender no ser miserable aquí. Todo dependía de mí.

Paso mis dedos sobre mis brazos donde todavía le puedo sentir. De alguna

manera no creo que alguna vez pueda olvidar. Estas últimas semanas, me convencí

a mi misma de que podría dejarle atrás... Esta noche me di cuenta de mi

equivocación. Él siempre ha estado aquí y él siempre estará aquí.

Días después, me detengo en la puerta de mi madre llamándola suavemente.

‚Mam{.‛

El bajo sonido de su televisión pasa a través de su puerta. Su jornada termino

hace varias horas, así que yo sé que ha estado en casa por un rato. Ella

probablemente está hambrienta. Pero no vi ningún plato en el lavadero.

Con otro golpe, empujo la puerta y entro en el oscuro cuarto. Ella está

acostada en su cama en su bata viendo fijamente la televisión. Observo la cama

desecha. Mama siempre hace la cama. Nunca la había visto desecha a esta hora del

día, antes.

La mitad de un vaso de vino de cereza verde está sobre la mesita de noche.

Detrás del vaso está una botella. Últimamente el vino es todo lo que la sostiene. El

sustento rápidamente se va. Me pregunto porque ellos no la detienen de tomar

tanto de eso para la casa de la clínica. Generalmente es usado con propósitos de

curación, no para consumo abierto.


‚Hey, mam{.‛

Ella aparta su atención de la comedia. ‚Hola, Jace. ¿Tuviste un buen día?‛ Sus

ojos están apagados y sin vida. La pregunta es solamente rutina. Algo que decir.

Y como debería de responderle a una mamá que está tan lejos. ¿Hay algo que

pueda decir o hacer para traerla de regreso a mi?.

‚Muy bien.‛ Carraspeo, determinada a hacer cualquier cosa que la pueda

revivir. ¿Cómo la puedo dejar de esta manera? Si me voy lejos con Will, ¿quién iba

a cuidarla? ‚Ellos van a jugar jako en el centro recreativo esta noche. El torneo fue

interrumpido la última noche. Pienso que tal vez podrías ir y ver –podrías jugar.‛

‚No.‛ Ella dice r{pidamente. ‚No me siento como para estar en una

multitud.‛

Claro, pienso. Todo lo que haces es levantarte para trabajar, ocasionalmente

visitar a Tamra, y emborracharte para dormirte cada noche. Socializando entre el

clan que te ha quitado a tus hijas podría no ser tu idea de un buen tiempo.

‚Bueno, entonces podemos tener una noche de chicas.‛ Sugiero. ‚¿Qué tal si

cocino?‛

Su mirada se posa en mí y me pregunto si se da cuenta que no ha cocinado en

una semana.

‚Claro.‛ Murmura, pero la palabra es arrastrada, renuente y yo sé que ella no

quiere compañía. Ni siquiera la mía.

Poniendo una sonrisa en mi cara, pretendo que no me doy cuenta de su

renuencia. ‚Grandioso. Te diré cuando la cene este lista.‛ Cierro la puerta

suavemente y me dirijo a la cocina.

Mientras lleno una olla de agua, escucho algo. Un crujido del suelo.

Me giro rápidamente. ‚¿Mam{?‛

Nada.

Luego lo escucho otra vez, otro crujido. Doy unos cuantos pasos dentro de la

sala.

‚¿Hola?‛ Espero unos momentos, mirando hacia el cuarto vacío. Sacudiendo

la cabeza, regreso a la cocina. Frotando la carne de gallina detrás de mi cuello. No


es la primera vez que he pensado escuchar a alguien dentro de la casa. Suspiro,

pensando que no es sorpresa que este tan nerviosa, debido a lo que ha pasado en

los últimos dos meses.

Mis pensamientos regresan a mi mamá, y la furia burbujea dentro de mí por

su total falta de interés< en cualquier cosa. Pasa por mi cabeza el rebelde

pensamiento de que no me debería molestar en decirle cuando la cena este lista.

Pero luego la furia disminuye y solo me siento triste. Porque ni siquiera le

importaría.

Mi madre ha desaparecido. Ella ni siquiera está en ese cuarto. Es su fantasma,

y sé que al menos tengo que intentar traerla de vuelta. Que no puedo considerar

irme hasta que lo haga.

Veo a Az a través de la ventana de mi sala. Solamente la he visto en la

escuela, y ella usualmente está con alguien más. La necesidad de hablar con ella a

solas, antes de que vea a Will otra vez y posiblemente deje el clan surge dentro de

mí.

Quitándome los zapatos, me siento en el sofá y hurgo con las puntas,

determinada a terminar la distancia entre nosotras. La extraño y quiero las cosas

bien.

El golpe en la puerta hace mi corazón saltar. Az. Aparentemente no voy a

tener que perseguirla calle abajo. Ella vino a mí.

Preparándome para la humillación, abro la puerta rápidamente, esperando

que Az tenga un cambio en su corazón y que por eso este aquí. Después de todo,

habíamos tenido nuestras peleas antes, pero nada como esto. Ella no podía estar

enojada conmigo por siempre.

Solo que no es Az en mi porche delantero.

‚Jacinda.‛ La comisura de la boca de Cassian se levanta cuando dice mi

nombre. Es una de sus raras sonrisas y me afecta como no debería. Inquieta,

cambio de pie. No quiero esto. No lo quiero a él. Tal vez si mi hermana no

estuviera totalmente enamorada de él. Tal vez antes de que Will regresara yo

estaba lo suficientemente débil para abrazar a Cassian y todas sus medias sonrisas.

No ahora. Ahora yo quiero más.

Quiero a Will.


Sacudo mi cabeza mientras Cassian camina al interior de la casa. Demasiado

para alcanzar a Az sola. Miro fuera de la puerta, y veo su figura, pequeña en la

distancia. Cerrando la puerta me cruzo de brazos y lo encaro.

Su sombra cae sobre mí, invadiendo, acercándose. Estoy clavada en el suelo.

A pesar de todo, no me puedo mover. ‚¿Qué es lo que quieres?‛

El no habla. Solo está demasiado cerca, sus ojos registrando, ahondando

demasiado profundo en mí. Engañándome otra vez en hacerme creer que él me

comprende. Mi verdadero yo debajo de todo. Debajo de la chica. Debajo del draki.

Debajo de los huesos, la carne y la llama. Y si el ya me ha comprendido, entonces el

podría saber que no le pude decir adiós a Will. El podría saber que le mentí. El

podría saber que me estoy retorciendo por encararlo, mi engañosa y fea cosa entre

nosotros.

Mi mirada se detiene en su boca, los labios que me besaron. Mi mirada se

queda ahí hasta que mi pecho se hincha, por la respiración retenida. El levanta su

mano y me estremezco.

Sintiéndome estúpida. Me sostengo mientras su pulgar roza mi mejilla.

‚¿Qué estás haciendo?‛ Susurro.

‚Toc{ndote.‛

Las yemas de sus dedos se deslizan a través de mi mandíbula, sobre mi labio

superior, tan suave, con persuasión, y yo sé lo que él quiere. Lo siento en su toque.

Lo veo en el modo en que sus negros ojos me devoran. El suspira mi nombre.

Por un segundo, me apoyo, y entonces repentinamente estoy saltando lejos

de Cassian. No es un repentino surgimiento de conciencia el que nos separa.

Es un grito ahogado. Y sé que no estamos solos.



e giro y me quedo mirando a mi hermana. Su cara está sonrojada,

sus mejillas con un color rojizo que casi parece obsceno en su piel

color alabastro. Mi piel se enfría y luego se calienta

‚Tamra‛, apenas me oigo a mí misma decir su nombre, simplemente lo siento

subir por mi garganta en un quejido de dolor. Sus pálidos ojos glaciales van y

vienen entre Cassian y yo.

‚¿Qué?‛, desafía ella, sus voz dura y cruel muy en desacuerdo con la forma

en la que nos mira, temblando y frágil incluso con un pálido más sobrenatural que

de costumbre. ‚¿Qué es? ¿Qué tiene ella tan malditamente especial?‛, sólo mira a

Cassian mientras exige esto. ‚¡Dímelo!‛

‚Nada‛, comienzo a decir. ‚Nada, Tam<‛

Se gira hacia mí

‚¡Estoy hablando con Cassian, Jacinda!‛, su atención vuelve a él. ‚Quiero

decir, realmente quiero saberlo. ¡tenemos la misma cara!‛, arranca las palabras con

un gruñido. ‚Bueno, en la mayor parte‛, lanza hacia atrás un mechón de su

plateado pelo. ‚Y ahora no solo soy una verdadera draki pero tengo un talento que

rivaliza con el de Jacinda así que ¿qué es?‛

Su mirada brilla de emoción buscando la cara de él, desesperada y

hambrienta por una respuesta. Cassian se queda de pie por un momento. Sufro en

silencio esperando a que él le diga que no hay nada especial acerca de mí, que sólo

es un hábito lo que hace que él siga viniendo a mí. Tamra sacude la cabeza

lentamente.

‚Simplemente dímelo‛, su próxima pregunta sale como un pequeño y débil

susurro que hace que mi corazón se retuerza de dolor. ‚¿Por qué no yo?‛

M


Cassian finalmente responde, su voz baja y angustiada. ‚No lo sé. He

intentado< desde que hemos venido he intentado<pero simplemente no eres

ella.‛

Sus palabras hacen algo dentro de mí que desearía que no hubiesen hecho.

Por un momento dejo que la calidez se enrosque alrededor de mi corazón, me

permito creerme que soy especial para él, que soy más que la respira-fuego a quien

le enseñaron a preferir. Tamra mira como si hubiese sufrido un golpe. Manchas

rojas apenas visibles tiñen la pálida curva de su garganta.

‚¿Sí? Lástima que ella no sienta lo mismo. Nunca serás tú, lo sabes. No para

ella. Piensa en eso, cuando está contigo será a él a quien estará echando de

menos.‛ Ella se va rápido por la puerta. Me quedo de pie en el lugar donde ella

estaba hace un momento.

‚¿Por qué has hecho eso?‛

‚¿Te refieres a decir la verdad?‛

‚¿La verdad? Pensé que vosotros dos<‛

‚No‛, dice con simpleza, rotundamente, moviendo su oscura cabellera. ‚Lo

he intentado pero no puedo‛.

Cierro los ojos en un parpadeo largo y doloroso. Abriéndolos me enfrento a

él. ‚Ella tiene razón, siempre será Will‛.

‚No‛, rebate una vez m{s con exasperante confianza. ‚El era tu escape.

Cuando dejes de correr verás que es a mí a quien correspondes. He podido

dudarlo anteriormente pero entonces me besaste en la torre<‛

‚Eso‛, digo con dureza. ‚Fue un error, un serio error de cálculo‛

‚Quizás es Will el error‛, me retiro al oír eso. ‚Pretendamos por un momento

que consiguieras a tu preciado Will, que dejaras tu clan, tu familia, tu vida por

estar con él. ¿No crees que te despertarías un día, le mirarías y te darías cuenta de

que sólo es un cazador con sangre en sus manos? ¿Un cazador con sangre robada

en sus venas?‛

Sacudo la cabeza

‚¡No! No quiero oír esto<‛


‚Porque es cierto. ¿Crees que puedes vivir con eso? Cuando la fantasía se

calme, cuando la primera carga emocional de estar con él pierda

intensidad<recordar{s simplemente por qué él no es bueno para ti.‛

‚Ni siquiera sé por qué estamos hablando de esto, nunca voy a volver a

verlo‛, digo, mi voz templando ante la mentira.

Él se me queda mirando tan intensamente que temo haya detectado mi

engaño. ‚Simplemente no quiero más malentendidos entre nosotros nunca más‛,

dice firmemente.

‚Yo entiendo la situación perfectamente. Tú y yo, eso no va a pasar‛, me

pongo en marcha hacia la puerta. ‚Realmente deberías ir detrás de Tamra, está

disgustada‛.

‚Y lo lamento‛, toma aliento, su ancho pecho levantándose mucho. ‚Pero no

lo lamento por nosotros.‛

‚No hay un nosotros‛, bufo apretando mis manos en puños.

Se mueve hacia la puerta con paso sencillo y relajado. ‚Puedo ser paciente,

tenemos tiempo‛.

Entonces se va dejando la puerta abierta tras él. Tiempo es la última cosa que

tengo aquí, pronto me encontraré con Will y me iré con él. Llego a esta decisión

con claridad cegadora, cualquier duda persistente que tuviese sobre eso se ha ido

por completo.

Al día siguiente, después de mi cambio me encamino a casa de Az en el lado

opuesto del distrito. Tengo que verla, tengo que hacer las cosas bien antes de irme,

tan bien como pueda de todos modos.


Me abre la puerta. Con una ceja arqueada se queda mirándome fijamente por

un largo momento antes de hacer que me ponga en marcha hacia dentro con un

elegante movimiento rápido de su mano. Silenciosamente marcha hacia arriba por

las escaleras a su habitación con su pelo con mechones azules haciendo frufrú en la

espalda. Al pie de la escalera me convierto en cuestión de interés cuando su madre

se encuentra conmigo cuando sale de la cocina.

‚¡Jacinda!‛, Sobha me da un abrazo. No se lo devuelvo ya que estoy demasiado

sorprendida. He olvidado lo bien que sienta tener a un miembro del clan

demostrándome tanta calidez. ‚Hace mucho tiempo que no pasabas por aquí,

recuerdo cuando estabas aquí prácticamente cada noche‛.

También recuerdo esos días, después de que me manifestara y Tamra no

pudiese hacerlo, mi amistad con Az creció incluso más, éramos inseparables.

‚Mamá‛, dice Az

‚Oh, no te retendré‛, me da un golpecito con cariño en el hombro. ‚Sigue

subiendo‛.

La habitación de Az es todo lo que recuerdo, brillantes rosas y azules, posters

del océano. Me aproximo a una foto de la playa Carmel. De niñas hablábamos de

hacer un viaje juntas e ir allí, cuando pensábamos que el clan me nos permitiría ir.

Ahora me doy cuenta de que siempre fue improbable, me valoraban enormemente

como para ni siquiera arriesgarse a perderme y todo el mundo sabía que a veces

los draki nunca vuelven de sus viajes.

Aun así soñábamos, creyendo que cuando tuviéramos diez y ocho sería

nuestro momento, nuestro turno, como muchos draki antes que nosotras, nos

aventuraríamos fuera y viviríamos durante un año entre humanos aprendiendo las

formas del mundo exterior antes de volver al clan.

Sonriendo paso la palma de la mano por el brillante y frío papel. La playa

está contra la verde ladera, parece algo sacado de un folleto de viajes a Italia.

Quizás Az pueda todavía ir a nadar bajo esas aguas azul claras en pura expresión,

sólo que sin mí. Me tiro en su cama arrancando una peluda almohada con forma

de corazón de un montículo de la parte superior y la abrazo contra mi pecho

‚He echado de menos esta habitación‛.

Está de pie en la ventana con pose rígido, sus delgados brazos cruzados en el

pecho. ‚Sí‛; dice enfadada. ‚No lo hubiera adivinado‛.


‚Te echo de menos a ti‛, añado determinada a llegar al asunto, no tengo

tiempo para mucho más.

‚Tienes una bonita forma de demostrarlo. Te fuiste y<‛

‚No decidí dejar esto‛, añado pero me ignora y sigue hablando

‚Y te enamoraste de algún humano. Te manifestaste delante de él‛, presiona

una mano en su corazón. ‚No puedo creer que nos pondrías en un peligro como

ese, la Jacinda que yo conozco nunca<‛

‚La Jacinda que tú conoces no se quedaría quieta mirando como él muere‛,

mis dedos duelen donde aprietan la almohada. ‚No cuando podía hacer algo al

respecto. Se cayó de un acantilado Az, no había tiempo para pensar, simplemente

actué‛; me quedo mirándola fuertemente, suplicante, esperando a que lo

entendiera.

Me estudia por un largo momento antes de preguntarme. ‚¿Te hubieras

quedado allí si Cassian no hubiese ido a por ti?‛, su voz ya no era de enfado, sólo

herida y quiero mentir. Quiero evitarle cualquier dolor pero ya he mentido

suficiente últimamente.

‚Sí, creo que lo hubiese hecho‛.

Después de un largo momento sacude la cabeza. Con un alto suspiro se

sienta a mi lado y me da un empujón juguetón. ‚Espero que por lo menos

estuviera bueno‛.

Una sonrisa se cruza en mi boca, esta es la divertida y estrafalaria Az que

amo y recuerdo. Mi sonrisa resbala y la miro con atención esperando que nunca

olvide este momento, estas palabras.

‚Él es realmente especial Az. Aquel día que nos escabullimos y los cazadores

nos persiguieron me vio; él me dejó ir. Él es la razón por la que escapé. Se

preocupa de mí, por ser yo, no por lo que soy‛, río con la voz quebrada. ‚Nunca he

sido capaz de decir eso sobre otro tío‛, aunque la forma en la que Cassian me mira

últimamente…no, empujo ese pensamiento fuera. Me voy con Will.

Se queda mirando hacia abajo a sus manos y afirma con la cabeza despacio

‚Creo que puedo entender eso‛.


‚Necesito que lo hagas‛, le susurro con fervor. ‚Realmente necesito que lo

hagas‛.

Levanta su mirada a la mía y leo la pregunta silenciosa que hay en sus ojos,

una pregunta que no responderé. Cuando vengan donde ella quiero que les mire a

la cara y les diga con toda honestidad que no sabía nada acerca de mis planes.

‚Lo hago‛, dice finalmente.

No puedo pararme a mí misma en ese momento, la atraigo cerca para un

abrazo, la aprieto y le digo. ‚Gracias‛, mi voz se agarrota y ella pasa la mano por

mi pelo.

‚Hey, está bien. Ya no estoy enfadada ¿cuándo he sido capaz de estar

enfadada contigo? Creo que definitivamente que esta ha sido el record‛.

Comienzo a reírme y el sonido se convierte en hipo. ‚Sólo recuerda que la

próxima vez te echaré la bronca‛

‚¿Ya estás planeando la próxima vez?‛, se burla

Algo se tensa en mi pecho. ‚Sólo por si acaso‛, contesto con evasivas.

‚Oh, Jacinda‛, sacude la cabeza delante de mí. ‚Toda negra y pesimista. No

te preocupes por lo que todavía no ha pasado, simplemente vive el momento‛.

Aspiro y me paso la mano por la nariz. ‚Lo estoy‛.

Mi mirada da un barrido por la habitación buscando, la opresión de mi pecho

va desapareciendo cuando encuentro lo que estaba buscando en su escritorio.

‚Ahora, ¿qué tal una partida de cartas?‛

Me quedo en casa de Az hasta que su madre entra y me avisa de que faltan

veinte minutos para el toque de queda. Me marcho con un rápido adiós y la

promesa de verla mañana, con mi corazón más ligero por haber hecho las paces

con Az. Con suerte ella recordará esta noche y lo entenderá cuando oiga que me he

ido.

Cuando llego a casa camino por el pasillo ansiosa por una ducha. Chocarme

con mi hermana saliendo de su habitación es la última cosa que esperaba. ‚Tamra,

no sabía que ibas a pasarte por aquí‛.


Su cara no se quiebra con ninguna expresión y es muy reminiscente a cuando

éramos niñas, cuando se hubiese vuelto realmente loca conmigo y hubiera

intentado parecer tan severa que yo hubiese tenido que reprimir una sonrisa.

‚Sigue siendo mi casa Jacinda, crecí aquí‛.

‚Por supuesto‛.

El incómodo momento se alarga entre nosotras mientras estamos de pie en el

estrecho espacio del pasillo. Finalmente rompe el silencio moviéndose detrás de

ella hasta su puerta. ‚Necesitaba coger unas cuantas cosas‛.

Asiento sin nada m{s que decir<con todo por decir y ahora las palabras me

fallan. Empieza a moverse pasando por mi lado y la miro con el corazón en la boca,

pensando en la horrible escena con Cassian y ahora sólo confirma que el que yo

deje a Tamra puede ser lo mejor para ella, puede darle exactamente lo que necesita,

una vida en la que sea capaz de brilla con luz propia sin mí para compartirla. Se

vuelve como si le golpeara un pensamiento.

‚He visto a mamá, ¿qué está pasando? No se le ve bien‛.

‚No lo está‛; respondo con total naturalidad antes de que pueda pensar en

endulzar la verdad. Cuando me vaya es mejor que Tamra sepa qué está pasando

con su madre, mamá va a necesitarla, se necesitarán la una a la otra, ‚le están

haciendo trabajar horas extra, presionándola me imagino‛.

La voz de Tamra sale débilmente. ‚No lo sabía‛

‚Puede que ahora tengas algo de poder por aquí, quizás puedas conseguir

que la dejen en paz un poco‛.

Asiente con la cabeza. ‚Lo intentaré‛

‚Y está bebiendo demasiado, escondiendo vino verda de la clínica<‛

‚Eso no suena como algo que hiciese ella‛.

No me gusta el tono de acusación que oigo en su voz, como si estuviese

mintiendo o como si fuese yo la razón por la que nuestra madre se consuela con

una botella. ‚He estado intentado que por lo menos comiese pero lo ha pasado mal

las últimas semanas, está deprimida‛.

‚¿Por qué no me has contado nada de esto?‛


‚No has preguntado‛.

Parpadea y sé que la he herido profundamente, quizás injustamente, después

de todo Tamra no pidió lo que le ha pasado, no pidió mudarse con Nidia y dejar a

mamá. Simplemente está intentando arreglárselas, como lo estoy haciendo yo

‚Mira‛, digo. ‚Sólo no te olvides de ella, te necesita‛, porque yo no estaré aquí.

Tamra se me queda mirando curiosamente andes de asentir despacio. Se

mueve hacia la puerta, su mano está en el pomo cuando me escucho a mí misma

soltar. ‚Lo lamento Tamra‛.

Mira por encima de su hombro, un vistazo a sus ojos y sé que entiende de qué

estoy hablando. Ha estado ahí, entre nosotras desde que entré en casa. Cassian.

‚¿Por qué? ¿Por ser lo que él quiere?‛

‚No lo soy‛; insisto. ‚Él simplemente no lo sabe‛.

‚Y nunca lo sabr{‛.

No suena enfadada cuando lo dice, sólo cansada, derrotada. En ese momento

me recuerda un poco a mamá, o por lo menos en lo que mamá se ha convertido

últimamente. Una vez más no puedo dejar de preguntarme si mi marcha será lo

mejor para ambas, tenerme cerca no les ha hecho la vida más fácil a ninguna de

ellas.

‚Buenas noches Tam‛, digo pero lo que realmente quiero oírme decir es adiós,

pronto me habré ido.

‚Buenas noches Jace‛, con una inclinación de cabeza mi hermana sale de casa.


CCaappííttuulloo 1155 Traducido por Crystal

Corregido por Glad

espués de que Tamra se fuera, me duche y me cambié en el pantalón

de una pijama y una camiseta sin mangas. La televisión parpadeaba

una luz azul desde el pasillo del cuarto de mamá. Mientras caminaba

por el oscuro pasillo, el piso de madera crujía bajo mis pies. Tuve un flash de mí,

hace años, de puntillas por el mismo pasillo hacia el cuarto de mis padres. Nunca

con Tamra. Solo yo. Podía meterme cuidadosamente entre las frías sabanas de su

cama y emparedarme a mí mismo entre ellos, sintiéndome tan a salvo y amada con

sus brazos alrededor de mí.

En la mañana, siempre podía despertarme con una lectura acerca de la

necesidad de ser una chica grande durmiendo en su propia cama. Pero unos días

después, podía encontrar el mismo camino hacia mis padres de nuevo. Ellos nunca

me dieron la espalda.

Lanzo una mirada alrededor de ese dormitorio ahora, mamá está toda sola en

la magnífica gran cama. Siempre me sentí en paz aquí, con ellos en esa cama. Nada

podía tocarme entonces.

Me muevo para apagarla televisión.

‚Es todo mi culpa‛

Me congelo ante el sonido de la voz de mamá. Su tono era tan suave, y me

moví m{s cerca de la cama. ‚¿Qué, Mam{?‛

D


‚Nada de esto habría pasado de no ser por mi‛. Su mirada se fija a ciegas en

la televisión sin mirarme. "Debí de haberte llevado a cualquier lugar, pero te llevé

allí."

Al principio no entiendo nada. "¿Dónde?"

"Fui egoísta y quería recordar<"

"¿Recordar qué?"

"A tu padre". Ella voltea la cara a la almohada luego, amortiguando el sonido

de lo que sospecho que son lágrimas. Esto me sacude. No me acuerdo de alguna

vez ver llorar a mi madre. Ni siquiera cuando mi padre desapareció.

"Chaparral. Era el único lugar donde tu padre y yo, sólo éramos los dos. Aunque

sólo fue por unos días, antes de que él me convenciera para volver aquí. Solo

éramos nosotros dos. Sin el clan. Sólo nosotros en el cielo del desierto."

Me resisto a decirle que eso no pasó desapercibido. No necesitaba saberlo. No

necesitaba saber que la habían visto volando. Y que fue gracias a ella que la familia

de Will se trasladó allí.

Aunque la mayoría de las personas que tuvieron un avistamiento draki sólo

pudieron describir aquello como la vista de un extraño pájaro, o un dispositivo

artificial –un supuesto ovni—otros si, sabían lo q fue. Cazadores prestaron

atención a dichos informes.

Pero no puedo culparla .Entiendo como es tomar riesgos por alguien que

amas<romper reglas por estar con alguien que amas. Enfoqué mi cabeza,

estudiando a mamá. Siempre creí que yo era como papá, pero tal vez soy más hija

de mi mamá de lo que jamás de di cuenta.

‚No es tu culpa‛ le digo, apagando la televisión y metiendo las sábanas a su

alrededor. Vuelve a dormirse sin sonido alguno. Después de un momento de

clavar la vista en su fría y sombría figura, me deslizo en la cama junto a ella, debajo

de las frías, y familiares sábanas. Me coloco cerca para sentir su calor. Deslizando

una mano entre mi mejilla y la almohada, cierro mis ojos y busco la paz que laguna

vez encontré ahí.


A pesar de hacerme a la idea días atrás, mi mano tiembla mientras firmo con

mi nombre la carta. Esto es todo. No hay vuelta atrás a partir de este momento.

Después de doblar el papel con cuidado de cuatro maneras, lo coloco en la

almohada junto a la primera nota que escribí. Mamá y Tamra, cada una merecía su

propia carta.

Por un segundo, oigo el crujido de una tabla en el suelo y me congelo,

mirando por sobre mi hombro, temo que mamá haya vuelto del trabajo, mucho

antes. Me quedo mirando la puerta abierta de mi habitación y espero unos

momentos, pero nada. No hay ningún sonido. Con un suspiro, vuelvo mi atención

a las letras, con la esperanza de que el malestar constante, el sentirme observada,

fuera a abandonarme una vez me haya ido de aquí.

Ambas cartas son breves, al punto. Les digo a mamá y Tamra cuanto las amo.

Cuanto voy a extrañarlas. Les pido que no se preocupen por mí, que estoy

aprovechando mi propia felicidad, y que espero que hagan lo mismo.

Mis ojos me queman, paso una mano por las cartas, el papel arrugándose bajo

mis dedos. No especifico a donde voy—o con quien. Pero ellas lo sabrán. Leerán

entre las líneas. Y espero que entiendan. Enderezándome, agarro mi mochila del

piso. Con una rápida mirada al cuarto de mi niñez, lo dejo todo atrás.

‚¿A dónde te diriges con tanta prisa?‛ por un momento considero pretender

que no oigo a Corbin detrás de mí. Me las había estado arreglando para evitarle

últimamente. ‚¡Jacinda! Espera.‛

Suspirando, me detengo. Debería al menos lucir como si estuviera tratando

de asimilar de nuevo una vida en el clan y hablar con él. En lugar de apresurarme

a escapar.

Encaro a Corbin. ‚A donde Nidia‛

‚Tamra no está ahí. Está afuera trabajando en el campo de vuelo. Podemos

unírnosle si quieres.‛


‚No estoy de humor‛ contesto y giro, continuando hacia Nidia. Es casi

mediodía. Solo que Corbin no se va.

Me doy cuenta de que de hecho podría tener que ir dentro de la casa de Nidia

para respaldar mi información si no se va. No es que tenga un plan para pasar al

guardia de turno, de todos modos. Estoy confiando en que se presentara una

solución.

‚¿Quieres salir después?‛ Corbin pregunta, como si esto fuera una

posibilidad. Como si me hubiera suavizado con él.

‚No, gracias‛

‚Jacinda, ¿Cu{ndo vas a dejar de jugar tan duro?‛

Sigo caminando, mi molestia es evidente con cada discordante paso que doy

‚No estoy jugando a nada‛

‚Bueno, vas a terminar emparej{ndote con alguien eventualmente‛

Mi piel se tensa, me arde. Porque es probable que tenga razón. El clan no

puede permitirme estar sin un compañero—al menos, no por muchos años más.

Así yo elija a alguien—y este sea aprobado, por supuesto-, también podían

designarme a alguien. Una razón más por la que debo de poner mayor distancia

entre mi persona y el clan.

‚Cassian no va a—‚

‚No me preocupo por Cassian‛ suelto, odiando el calor de mi cara a la

evidente mentira. El ha estado en mi cabeza desde que regresé aquí, ahí junto a

Will.

Había juzgado mal a Cassian. El no me quería porque yo era la codiciada

respira-fuego del clan. No era como siempre pensé. Todo lo contrario, pero, yo

querría que él amará a Tamra, mi gemela, ahora una draki de igual, si no es que de

mayor estatus.

Tan imposible como todo eso parece, Cassian me quería a mí. Por mí.


El entendimiento de eso, solo me enfurece. Mi corazón le pertenece a Will. No

necesita a Cassian complicando las cosas<haciendo difícil lo que debería de ser

fácil. ¿Por qué no solo querría a Tamra?

Pensamientos de Will y Cassian se enredan entre sí como cuerdas con nudos

sin remedio. Solo que hoy eso termina. Hoy tomo mi decisión, elijo.

Corbin se detiene. Me detengo, también, mirándolo a la cara con toda la

frialdad que siento en mi corazón cuando le fulmino con la mirada.

‚Es bueno escuchar que no te preocupas por Cassian‛ anuncia ‚Significa que

no hay nada en nuestro camino‛

Sacudo mi cabeza ‚Mira, Corbin, entre tú y yo no va a pasar nada. Nunca‛

‚Ya veremos‛ murmura con una maliciosa sonrisa, como si supiera algo que

yo no. Parpadea y lanza una mirada por sobre mi hombro, como si creyera que ve

algo ahí. Sigo su mirada pero no veo nada. ‚Dile a Nidia hola por mi‛

Se va entonces y continúo hacia la casa de Nidia, más convencida que nuca de

que necesito irme.

El guardia en deber no es Levin, esta vez. Desafortunadamente para mí, este

luce como si estuviera tomando en serio su trabajo—incluso me mira duro

mientras golpeo la puerta de Nidia, mi mente trabaja febrilmente en un plan para

pasarlo y ver a Will.

Golpeo otra vez. Sin respuesta. Sintiendo su mirada en mí, casualmente me

giro a su vez por la calle como si me dirigiera de nuevo al centro de la ciudad. Una

vez que estoy lo suficientemente lejos para que no me pueda ver, me giro a la

izquierda en unos arbustos. Mi corazón martillando, empujo a través del espeso

follaje que me cubre por completo, entonces paso por detrás de muchas casas para

luego girar, llegando a la parte trasera de la cabaña de Nidia.

Mirando a mí alrededor salvajemente, me aseguro de que nadie está cerca

antes de rápidamente despojarse de la ropa. Con una respiración profunda, me

dejo ir.


La atracción familiar comienza en el pecho, un calor apretado y retorcido. El

aire húmedo me rodea, alimentando a mi draki.

Mi exterior humano se desvanece, se entierra, mi rostro se tensa, las mejillas

afilándose y estirándose. . . transformándose. Mi respiración cambia, se vuelve más

profunda, más caliente, como crestas empujando desde el puente de la nariz. Mis

músculos se aflojan, se alargan. Giro mi cara para ver el cielo, disfrutando de la

sensación del viento húmedo.

Mis alas crecen. Suspiro a medida que se liberan ellas mismas, se despliegan

con un suave susurro en el aire, disfrutando de la libertad. Mi piel draki destella, el

oro ardiente que refleja lo que tamiza la luz del sol poco a través de la niebla por la

tarde.

Cojo mi ropa, la meto en la mochila y miro acusadoramente a la pared de

hiedra enmarañada, enferma de verla. Cansada de vivir en una jaula.

Poniendo la correa de mi mochila alrededor de mi brazo, me preparo a mí misma.

En una decisión fácil, lanzándome a mí misma por encima del muro perimetral.

Ya manifestada, ni siquiera me molesto en aterrizar en mis pies. Me sumerjo

en el bosque, cortando el aire, el tejido a través de los árboles. No voy demasiado

lejos. Lo suficiente para dejar al clan detrás de mí.

Con un exultante respiro, me lanzó hacia el suelo, disfrutando al extender mis

alas, como dos grandes velas detrás de mí. Sentándome en las almohadillas de mis

pies, me meto detrás de un gran árbol, y me des-manifiesto. Mis alas se pliegan

juntas. Las empujo hacia abajo, sacándolas desde lo más profundo de mis

hombros.

Un pesado respiro sale desde mis labios. No de agotamiento. Esta es toda

adrenalina. El miedo y la emoción que me atraviesan, y hierve a fuego lento por

venas.

Me visto rápido, metiendo las piernas torpemente en mis pantalones cortos,

todo el tiempo escuchando a una alerta de distancia. . . ninguna indicación de que

me han visto salir del municipio. Nada.

Después de algunos momentos mi respiración se calma.


Lo he hecho.

He escapado sin ser detectada. Enganchándome la mochila por un hombro,

me alejo del árbol y saco la cabeza por el claro. En busca de Will.


CCaappííttuulloo 1166 Traducido por Sandra C.

abía pasado demasiado tiempo. Miro fijamente hacia los árboles, a

través de las ramas, y absorbo la luz del sol filtrándose entre las

grietas y los huecos. La mísera luz se fija en mi piel humana y se

posa ahí, plana, no como cuando es atrapada por mi piel draki y brilla como una

llama.

Los pájaros gorjean, hablan entre ellos en llamadas que coinciden

parcialmente. El viento silba bajo y lento a través de los altísimos árboles.

¿Will, en dónde estás?

Me abrazo a mí misma, froto mis manos arriba y abajo contra mis brazos.

Casi ha pasado una hora, y todavía espero, mi corazón se hunde, el desaliento de

arrastra en mi corazón. No va a venir.

Iban a darse cuenta de que no estaba, pronto. Si él no venía<tendría que

irme, porque no podría quedarme por aquí más tiempo. No a menos que quiera ser

atrapada.

Aun así, me quedo, alternando entre sentarme, pararme y caminar de un lado

a otro por el neblinoso claro en donde lo vi por última vez. Sosteniéndonos el uno

al otro y susurrando sueños y promesas. Sueños imposibles, pero aun así me dejo

esperanzar.

Miro alrededor, estudio el agolpamiento del bosque como si fuera a emerger

de las sombras en cualquier momento. No sé muy bien cuando lo noto, pero me

quedo quieta, completamente inmóvil. Y escucho.

Silencio total. Antinatural.

H


No estoy sola. Mi piel se tensa con el conocimiento de este hecho. Alguien

más ha llegado. La emoción burbujea en mi pecho, y siento como si hubiera

tomado rápidamente una de las naranjadas gaseosas que mi papá siempre me

compraba en los viajes a la ciudad.

Will. Mi mirada escudriña el contorno de los árboles y cepilla mi entorno,

hambrienta por la vista de él. Y sin embargo algo me detiene de decir su nombre.

De llamarlo.

El silencio cuelga, balanceándose en esta inquietante y viva cosa, respirando

amenazadoramente alrededor de mí.

Y luego me doy cuenta de que quien fuera que está ahí—no es Will. Will se

hubiera revelado a sí mismo a esta hora. No me haría esto.

Un sonido quiebra la quietud. Algo malo para el escenario. No hay ningún

llamado de pájaros, ningún susurro del viento a través de los árboles envueltos de

neblina.

Una ramita se rompe. Sólo una vez. Como si un cuerpo se hubiese movido,

probado su peso, y detenido. Mi mirada se enfoca en ese lugar, forzándola en el

denso follaje.

‚¿Quién est{ ahí?‛ pregunto finalmente.

Nada.

Infinitas posibilidades pasan por mi mente. ¿Alguien me siguió? ¿Corbin? ¿El

guardia? ¿O es un cazador? ¿Uno de la familia de Will?

Se me ocurre que esperar a descubrirlo es una mala idea. Me adentro en los

árboles, golpeo ramas mientras me dirijo lejos del claro y lejos del pueblo. Sólo en

el caso de que sea un cazador< no puedo llevarlos de regreso ahí.

Y ahí está otra vez. Pasos manteniendo un ritmo firme detrás de los míos.

Satisfecha de que no estoy paranoica, dirijo mis pensamientos en perder a quien

quiera que me esté rastreando. Definitivamente no es un amigo. Un amigo se

anunciaría a sí mismo.

El calor nada a través de mi piel. Camino dinámicamente, metiéndome más

profundo en el bosque. Mi corazón late con cada paso que doy.


Camino pesadamente en la hierba alta, preguntándome cómo un día tan

prometedor podía torcerse tan terriblemente en algo más. Debería estar en los

brazos de Will, pero en su lugar estoy jugando algún tipo de juego del gato y el

ratón. Las montañas cubiertas de nieve me miran detenidamente a través de la

celosía de las ramas.

Cansada de sentirme como una presa, me giro alrededor abruptamente. ‚¡Sal!

Sé que est{s ahí.‛

Silencio.

Registro los árboles, buscando.

Entonces la veo. Una figura sale por detrás de un árbol.

‚Miram.‛ Respiro su nombre. Supongo que debería estar contenta de que se

haya mostrado a mí. No tenía que hacerlo.

‚Pensé que nunca pararías. ¿Qué est{s haciendo ac{ afuera?‛ ella exige,

apoyando un puño en su cadera y mirando alrededor con expectación.

‚¿Encontr{ndote con alguien?‛

‚No,‛ digo r{pidamente.

‚Entonces, ¿porqué te escaparías—‛

‚Sólo quería un momento a solas.‛ La miré de arriba abajo. ‚Supongo que eso

no va a pasar.‛

Ladea su cabeza, y dice ligeramente y sin gracia, ‚No te creo.‛

Intento parecer inocente. Espero que funcione. ‚¿Por qué no?‛

Sonríe ampliamente y saca algo de su bolsillo. Me toma un momento captar

qué es lo que sostiene. Papel. Dos papeles doblados.

‚Mis cartas,‛ digo aturdida. ‚¿Entraste a mi casa? ¿A mi cuarto?‛

Ella agita las cartas en el aire. ‚Muchas veces. Son asombrosas las cosas que

sé que nadie más sabe. Las cosas que la gente no guarda. ¿Quién quiere ser un

respirador de fuego cuando puedes ser invisible?‛

Entonces todo encaja. ‚¡Haz estado espi{ndome!‛ Los sonidos< la sensación

de siempre estar siendo vigilada. No era mi imaginación. Era ella.


Ella asiente alegremente, sin la menor vergüenza.

‚¿Por qué?‛ Sacudo mi cabeza. ‚¿Porqué me odias tanto?‛

Su rostro se aprieta. ‚Por años he observado al clan inclinarse ante ti, incluso

mi propia familia te trató como algún gran salvador—pasándome por alto como si

fuera algo menor, sin importancia. Y cuando sólo hay cinco—‛ Levanta una mano,

cada uno de sus dedos se separan ampliamente. ‚Cinco visiocrypters en el clan.

Somos especiales, también, sabes.‛

Suspiro. ‚¿En serio? ¿Esa es la razón por la que eres tan desagradable

conmigo? ¿Por qué no recibes la atención suficiente?‛

‚Oh, c{llate, Jacinda. No sé por qué est{s actuando de manera tan petulante.

Eres una traidora. Nunca podrán confiar en ti de nuevo. ¿Por qué crees que mi

padre me pidió que te vigilara?‛

‚¿Severin te puso a hacer esto?‛

Ella asiente. ‚No podía estar de acuerdo m{s r{pido.‛

Inhalo, obligándome a apartar el flujo amargo de sus palabras. La única cosa

en la que me puedo concentrar es en el repentino bajo zumbido retumbando en el

aire. Distante pero terriblemente familiar.

El momento se convierte en otro de no hace mucho tiempo—incluso se siente

como si una vida hubiera pasado desde entonces. Una vida desde que una flecha

rasgó mi ala. Desde que fui la presa, perseguida en esta precisa montaña. Una vida

desde que vi por primera vez a Will. Desde que él me perdonó, me salvó, y reclamó

un pedazo de mi corazón.

Excepto que esta vez, los cazadores est{n demasiado cerca< demasiado cerca

al clan. Sé que el pueblo debe estar enterado y en alerta a gran escala.

Miram voltea su cabeza. ‚¿Qué es—‛

‚Sshh.‛ Corto con una mano el aire y escucho con m{s fuerza. La niebla se

incrementa, rueda en un denso vapor en mis pies y sé que Nidia está viniendo.

El clan debe estar en bloqueo, completamente cubierto, enterrado en la

sombra de la mente adormecedora de Nidia. Probablemente Tamra también tiene

algo que ver con esto.


La preocupación me quiebra. Los helicópteros no pueden ver nada del clan

desde su ventaja. Lo cual significa que podrían mandar a sus unidades terrestres

para investigar el área de forma más rigurosa.

El zumbido se hace más fuerte, más cerca.

Los ojos de Miram se sobresalen. ‚¿Esos son helicópteros?‛

Asiento. ‚Sí. Vamos. Tenemos que irnos.‛ Agarro su mano y la jalo detr{s de

mí.

‚¿Adónde estamos yendo?‛

‚Lejos del pueblo.‛ Corro, arrastr{ndola detr{s de mí.

‚No pueden vernos a través de los {rboles. Y la niebla,‛ se queja. ‚Estamos

fuera de vista.‛

Sigo corriendo, esforzándome con más fuerza, sin molestarme en decirle que

en donde hay helicópteros, las unidades terrestres no están lejos. Lo sé, lo he

vivido de primera mano.

‚¡Jacinda, h{blame!‛ el p{nico llega a su voz.

La necesito calmada. Calmada y tranquila y lista para hacer lo que sea que le

diga. ‚Est{ bien, Miram,‛ digo. ‚Sólo sigue moviéndote.‛

‚Nunca he estado así de lejos del pueblo< ¿no deberíamos ir hacia casa? ¿En

vez de alejarnos?‛

‚¿Y llevar a los cazadores directo al clan?‛ Sacudo mi cabeza. ‚No.‛

Esto es todo lo que puedo explicar porque justo entonces oigo otro sonido. La

revolución de unos motores. El sonido lejano gruñe en su camino hacia nosotros.

Mi pecho arde, el fuego comiendo mi tráquea.

‚¡Jacinda!‛ Mi nombre explota de sus labios. Libera su brazo y se detiene,

mir{ndome enfurecida, frotando su muñeca. ‚¡Qué est{ pasando!‛

Es demasiado chillona. Le agarro ambos brazos y le doy un pequeño

sacudón, desesperada por aclarar mi punto. ‚Mira, este no es un avión al azar.‛

Hago una pausa para tomar aliento. ‚Son cazadores. Est{n en la montaña

busc{ndonos.‛


Sus ojos se vuelven enormes en su cara pequeña, y me doy cuenta de lo joven

que es. Sólo un año más joven que yo, pero parece más joven. Me siento mayor.

Mientras miro fijamente a la hermana de Cassian, me golpea duro. No puedo

dejar que le pase nada. Tengo que protegerla. No reflexiono en esto. Es sólo algo que

tengo que hacer. Tengo que salvarla, como la pequeña que es. Tengo que

mantenerla a salvo. Por él.

‚Escúchame,‛ ordeno.

Y lo hace. Aunque parezca imposible, sus ojos se vuelven incluso más

grandes—más expresivos de lo que jamás haya visto. Lamentablemente, es terror

lo que leo allí.

No es sorpresa lo que pasa a continuación. Sus pupilas se diluyen en ranuras

verticales, estremeciéndose con miedo.

‚Detente, Miram,‛ silbo, sacudiéndola. ‚Ahora no.‛

‚No puedo,‛ escupe, su habla se tergiversa, alter{ndose detr{s de sus dientes.

Sus ojos draki ruedan salvajemente con su miedo, mirando a todos lados,

alrededor de ella, a cualquier lado excepto a mí. Su piel destella, un color neutral

reluciente, como leche con café. No tan diferente del color de su carne humana

excepto por la luz iridiscente. Y sé que es demasiado tarde. Ha perdido contra sus

instintos.

‚Bien, de acuerdo,‛ digo bruscamente, clavando mis dedos en sus brazos, y

sacudiéndola fuertemente, cambiando su mirada de regreso a mí. ‚Mírame,

Miram. ¿Puedes hacerte invisible?‛

En lugar de responderme, suelta un gemido agudo.

‚¡Silencio!‛ La frustración hierve en mí en un oscuro y peligroso fuego lento.

El calor familiar quema a través de mí.

‚No soy buena bajo presión,‛ ella se queja.

Por un momento quería ocasionar daños físicos en ella.

Miro alrededor, evaluando, escuchando, juzgando cuán cerca están los

cazadores. El zumbido de motores suena más cerca. Miro a los árboles y anuncio

con gravedad, ‚Desnúdate.‛


‚¿Q-qué?‛ pregunta, su voz se pierde en el ruido gutural del habla draki.

‚Desnúdate. Nos esconderemos en los {rboles,‛ explico, mi inglés empieza a

apagarse, convirtiéndose en un grueso, confuso sonido mientras mis cuerdas

vocales cambian.

La libero y me arranco la ropa. Mi corazón se siente como plomo en mi pecho,

un doloroso peso. Aquí estoy. Otra vez. Huyendo de los cazadores.

Después de un momento aturdido, Miram se desnuda torpemente; sus alas,

claras como el cristal con cuerdas entramadas del color del hueso, aparecen libres.

Su miedo la tiene controlada, y se está manifestando sin pensarlo, sin deliberación,

su cara transformándose, ángulos afilándose, alargándose.

Levanto mi barbilla e inhalo, atraigo aire hacia mis pulmones con espasmos.

Mi piel se desvanece, piel draki emergiendo en un ardiente apuro.

Hago una pelota con mi ropa y la de Miram y la junto con mi mochila en un

nudo, tirando apresuradamente hojas y tierra encima de ellas con las manos

temblando. El sabor tóxico del miedo envenena mi boca. No hay razón para seguir

luchando contra eso.

Tirando mi cabeza hacia atrás, libero un pequeño gemido mientras mis alas

salen de entre mis omóplatos, las idénticas sábanas delicadas partiendo en el aire.

Mis dedos se despegan del suelo.

¿Cómo sucedió esto? Se supone que vería a Will—estaría en sus brazos ahora

mismo. ¿Cómo todo ha ido tan terriblemente mal? ¿En dónde está Will? ¿Sabe lo

que está pasando? ¿Cómo pudo dejar a su familia acercarse a la montaña hoy?

¿Hoy de todos los días?

Agarrando la mano de Miram, despego, soy absorbida en el viento y el aire.

Siento mis largos cabellos levantándose de mis hombros en una fuerte tormenta.

Miram no se contiene. Ella ya está ahí, actuando por los instintos que ordenan

el vuelo, escaparse. La detengo, tiro de su mano para evitar que ascienda y se eleve

más allá de las copas de árboles al campo de visión de los helicópteros.

Nuestras alas golpean el aire, moviendo hojas y haciendo más ruido de lo que

a mí me gusta. La empujo a un árbol y la sigo, apretándome entre las ramas que

pinchan.


Nuestras miradas se conectan a través de la zarza de pino y ramitas. Ella me

mira fijamente sin su usual animosidad. Sus ojos son salvajes con miedo, las

delgadas astillas de sus pupilas estremeciéndose con su terror. Imagino que mis

propios ojos lucen igual.

Agachándome en lo alto del árbol, ladeo mi cabeza mientras mi oído se

agudiza. Conozco el momento antes de que atraviesen los árboles que están aquí,

sobre nosotras—que tendré que estar tan silenciosa y quieta como jamás lo he

estado si espero evitar que pululen sobre nosotras.


CCaappííttuulloo 1177 Traducido por Giiovanna

Avanzaron lentamente, arrastrándose en realidad, sobre el suelo del bosque

como una infección de propagación lenta. Una vez que la flota de bicicletas de

montaña y varios brillantes camiones y vehículos se dispersan a la vista, me doy

cuenta porque no se están moviendo rápido.

Me hundo en el miedo cuando veo que le están prestando atención

particularmente a los árboles. Los mismos árboles dónde nos escondemos.

El agarre de Miram en mi brazo se intensifica, sus garras se clavan en mi

carne, y sé que ella lo entiende también.

Me mojo los labios y le pido a Miram lo más silenciosamente posible si ella

puede hacerse invisible. Incluso tan silenciosa como estoy, me estremezco ante el

retumbo gutural de mi pregunta.

Sé que ella puede. Ella es una Visiocrypter. Eso es lo que ella hace. ¿Pero

puede hacerlo ahora? ¿Cuando más lo necesita? ¿Puede hacerlo y mantenerlo bajo

presión? Me mira por un momento. Demasiado tiempo antes de darme una

inclinación de cabeza no tan convincente. Toma una profunda respiración y su

cuerpo comienza a brillar ante mis ojos, el tono neutro de su carne draki se vuelve

tenue hasta que parece que ella se ha ido, desaparecido.

Aún la siento junto a mí, agarrando mi brazo. Miro hacia abajo a los

cazadores a lo lejos. Varios usan un artefacto en sus caras que se asemejan a una

gafas pesadas de protección. Estrecho mi mirada, preguntándome sobre este

dispositivo, cuando me doy cuenta. Las he visto en las películas de espías.

"No" Le susurro.


Gafas infrarrojas. En vista de que ellas detectan el calor del cuerpo, debo de

ser brillante como una hoguera en nuestro escondite. Miram no estaría a salvo

tampoco, incluso siendo invisible.

Miram se tensa junto a mí. "¿Qué?"

No tengo tiempo de explicar. Un cazador grita, señalando. "¡Allí! ¡En ese

árbol!"

Un lanzador dispara y una red silba, ya que vuela por el aire. Me han dado.

Nos han dado, ya que Miram no ha dejado mi lado. Hay demasiadas ramas. La red

no se puede cerrar alrededor de nosotras correctamente. En su lugar, nos enreda

juntas, impidiéndonos de simplemente volar lejos.

Miram enloquece, aleteando sus alas ferozmente, haciendo difícil luchar libre

de la malla de cuerda.

Se agita como un pájaro atrapado, gimiendo como un animal salvaje. Débiles

destellos de color, destellos de luz pálida, están por un momento y se van al

siguiente.

"Mantén el control" Gruño. "Te est{s< materializando< ellos pueden verte."

Debajo de nosotras, ellos gritan instrucciones uno al otro, formulando

estrategias, haciendo lo que mejor saben hacer. Lo que ellos han entrenado su vida

entera a hacer. Cazar drakis.

No hay tiempo. Ellos nos tendrán atrapadas en este árbol en cuestión de

segundos. El instinto entra en acción. Carbón y ceniza llenan mi boca. Humo sale

de las ventanas de mi nariz, vapor de mis labios. El fuego arde en mi pecho, con

hambre de defender y proteger.

Separo mis labios y soplo y una pequeña cinta de llama, lo suficiente para

quemar a través de la complicada malla cerca de mi cara. Solo lo suficiente para mí

para captar el calor, quemo los bordes y abro un agujero lo suficientemente grande

como para pasar a través.

Con la mitad de mi cuerpo libre, me volteo para arrastrar a una casi invisible

Miram fuera después de mí. Ella sigue brillando dentro y fuera, una luz que

prende y se apaga.

Es entonces cuando soy golpeada. Un arpón me roza el muslo. El dolor se

dispara en mi cuerpo. Pego mi mano sobre la rota, húmeda carne.


Sobre sus gritos de fuego rápido, caigo. Al igual que en mis pesadillas. Me

hundo en la tierra. La enredada red y Miram también.

Aterrizamos en una interminable, rota pila. Mis pulmones palpitaban,

contrayéndose con el calor, el aire a mi alrededor escaso y frágil, hielo comparado

con el intenso calor exhumando dentro de mí.

Instantáneamente nos rodean. Figuras vestidas de negro con sus lentes

infrarrojos. Armas apuntándonos. Gritan con sus voces duras. Y veo una cara. Una

que no podría olvidar nunca sin importar cuánto quiera bloquearla de mi

memoria.

Mirando a la implacable cara de Xander, se quienes eran estos cazadores.

Como si no hubiera duda alguna. Sabía que Will no podría estar muy lejos.

Excepto que esto no me llenaba de alivio. Era cercano a la desesperación.

¿Qué podría hacer Will? El no podría hacer nada sin arriesgarse a sí mismo,

sin exponer que soy más de lo que aparento.

Aún así, busqué—anhelando un vislumbre de él—aunque no debería.

Más vehículos llegan, un chirriante frenazo, rociando lodo en la densa niebla.

Miram habla febrilmente en mi oído, su pánico es palpable, un aliento

caliente que podía probar, amargo y agrio en el aire.

"¡Jacinda, Jacinda! ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos?"

"Cállate, Miram," siseo, el lenguaje draki grueso en mi boca.

Los helicópteros dan vueltas como buitres negros, azotando los árboles en un

frenesí alrededor de nosotros. Mi cabello golpea salvajemente en medio de las

hojas que vuelan.

Uno de los cazadores se quita sus gafas para una mejor mirada de mí. Se

acerca unas pulgadas y me empuja con la punta afilada de su arma. Un gruñido

sale de mi demasiado apretado pecho, oscuro y amenazador. Un sonido que ni

siquiera sabía que yo era capaz de hacer. El apunta hacia la borrosa forma de

Miram a mi lado.

"Qué demonios<" Su voz se desvanece cuando otro cazador le grita.


"Carl, retrocede. Aún no sabemos lo que tenemos aquí." El cazador obedece,

retrocede nervioso de nosotras.

"Miram," imploro, "permanece invisible. Enfócate."

Sus ojos sostienen los míos, las pupilas verticales temblando, desapareciendo

y reapareciendo el resto de ella. Ella es como agua ondulante, aparentemente

amorfo, constantemente alterando, apareciendo y volviendo a desaparecer.

Cuerpos se encaraman a los vehículos. Rompo mi atención de nuevo a estos

hombres con sus despiadados rostros, buscando entre ellos, en busca de una

oportunidad, una esperanza.

Will no está entre ellos. A pesar de que el alivio me atraviesa, no puedo dejar

de preguntarme por qué. ¿Por qué no está aquí? ¿Dónde está? Reconozco al

hombre caminando al frente del grupo. El padre de Will. Aún guapo y bien

preparado incluso en su vestimenta de caza. Un hilo caliente de terror estremece

mi corazón. Porque se de lo que este hombre es capaz.

El luce diferente. No el hombre cordial que me dio la bienvenida a su casa

cuando él pensaba que yo era una chica normal. Sus brutales fríos ojos me evalúan,

me ven como a una criatura. Una presa. Y lo veo. De verdad lo veo. El no tendrá

ningún problema apagando mi vida.

"¿Que tenemos aquí, chicos?"

"Tenemos dos< bueno, pensamos."

El Sr. Rutledge nos mira duro por un momento. Miram fuera de control junto

a mí, y sé que es inútil decirle que nos mantengamos juntas más.

Ella tiene demasiado miedo. También pánico.

Exploro el espeso apiñamiento de árboles, cada latido de mi corazón es

estrepitoso, retumbando en mi pecho. Mi mirada afilada salta sobre cada uno de

los cazadores, hambrienta de la vista de un rostro. En contra de toda cordura, aún

espero. Will, ¿dónde estás? Xander se acerca a su tío y menciona a Miram.

"Ese es uno de los invisibles." Me señala a mí. "¿Sabes qué tipo es ese?"


El Sr. Rutledge me estudia sin responder, su cara inclinada como si pensara

que puede analizarme con sus ojos. Y supongo que puede. Tengo problemas

entendiendo su mirada—este hombre que es el padre de Will, quien caza a mi

especie e infundio su sangre a su hijo. Por eso es un monstruo. Pero por eso su hijo

vive, un chico al que amo.

Es una realidad retorcida, y no puedo dejar de oír a Cassian en mi cabeza,

insistiendo en que algún día esa misma cosa abriría una brecha entre Will y yo. El

Sr. Rutledge extiende una mano y chasquea sus dedos, aparentemente tomando

una decisión. Instantáneamente, aparece un arma, puesta en su mano. Un arma de

algún tipo. No sé nada sobre ellas excepto que hacen daño. Ellas destruyen.

El apunta.

Miram se agita violentamente, mirando con horror como yo.

Solo que no puedo simplemente mirar. No cuando el núcleo de mí es un

arma.

El objetivo rueda sobre mí. "Alto." Gruño, pero todos ellos no pueden

entenderme, empujo a Miram lejos de mí para que yo pueda hacer lo que hay que

hacer.

Lo que nací para hacer. Pero estamos enredadas en la red, y ella no deja de

aferrarse a mí, suplicando en ruido bajo en idioma draki.

Sacudiendo el pelo de mi cara, separo mis labios y soplo.

Fuego lucha su camino hasta mi garganta. Mi tráquea se estremece con el

calor furioso. El vapor se libera de mi nariz un instante antes de que las llamas

estallen en mi labios. Con un rugido la explosión de arcos de calor atraviesan el

aire. Los cazadores gritan, bailan fuera del alcance de las llamas.

La red se cae de nosotras, incinerada a mechones de cenizas. El sabor a

carbón y ceniza cubre mi boca. Agarro el brazo de Miram y la arrastro fuera del

suelo.

Ella no coopera, peso muerto de miedo.

Mi rostro se ladea al cielo, ansiosa por escapar, libertad, hambrienta de aire,

pero no sin ella.

"¡Levántate!" grito, "¡Vamos! ¡Vuela!"


Ella comienza a levantarse, sus movimientos son lentos. Con toda mi fuerza,

la levanto, lista para ascender incluso si eso significa que tenga que llevarla.

Mi pie deja el suelo justo cuando soy golpeada. El dolor estalla en mi ala,

sufrimiento que se lanza a través de la membrana. Son engañosas, las alas draki

lucen como gasa suave, pero son en realidad bastante fuertes, mezcladas con un

sinnúmero de nervios que las hace más sensibles. Estoy en agonía.

Torciendo mi cuerpo en el aire, arranco el pequeño arpón de mi ala,

arrojándolo hasta que se clava en el suelo.

Me derrumbo hacia abajo, cabeza inclinada en dolor.

Miram grita a mi lado, tropieza, perdida de mí en nuestra caída.

El padre de Will se acerca, su arma dirigida a mí. Sus ojos son fríos. El no

siente nada.

Hay un silbido cuando soy golpeada de nuevo. En el muslo. Esta vez el dolor

es menos, no es otro hampón. Mi mirada es sacudida hacia abajo, descansa en el

dardo que sobresale de mi carne roja y dorada. Tiro de él y lo miro ferozmente, veo

que contiene un frasco. Ahora un frasco vacío.

Un segundo silba en el aire. Mi mirada se desvía, observo como el dardo

golpea el cuerpo de Miram. Ella grita. El sonido es desconcertado, aturdido solo

como alguien que nunca ha soportado el dolor físico antes de que pueda sentirlo.

Y a pesar de todo es más que el dolor. Es el miedo, este horror de ser tratado

como un animal sin valor. Algo para ser cazado, atrapado, y finalmente destruido.

Me arrastro a su lado. Se desploma contra mí, sus lágrimas humedecen mi

hombro. Un silbido escalofriante en mi carne hirviendo.

Les grito a los cazadores aunque sé que probablemente parezco como un

animal para ellos con mis extraños, sonidos de gruñidos. Más de la bestia que se

necesita exterminar. Me estremezco, marchitándose dentro la sensación de sus

fríos, apáticos ojos en mí.

En un instante mi visión se vuelve borrosa. Mi cabeza se siente caliente,

aislada. Y de alguna manera no me importa. Me siento bien en todo, con

hormigueo.


Los cazadores descienden, manchas negras bailando. Un rugido llena mis

oídos, pero no lo suficientemente alto para cubrir los sollozos jadeantes de Miram.

Los oigo. Aquellos que siempre oigo.

Aprieto su mano, o al menos lo intento. Mis músculos están tan cansados,

débiles y lentos. No estoy segura de que más hacer que cubrir sus dedos con los

míos. Entonces, ya no está conmigo. Se la han llevado, arrastrado lejos de mi lado.

Me estiro hacia ella, pero soy demasiado lenta. Sus garras arañan la tierra, dejando

profundas hendiduras en el suelo. Sus gritos no suenan tan cerca ya, pero todavía

están ahí, desapareciendo en la distancia como un aliento agonizante.

"¿A dónde la llevan?" Grito en mi gutural lengua. "¡Miram! ¡Miram!"

Después vienen por mí tanteando con sus manos.

"Cuidado que uno no se queme." uno de los cazadores advierte.

Figuras borrosas me rodean. Combato contra la sensación de la droga que me

hace querer enroscarme en una pequeña pelota con una sonrosa en mi cara y

dormir.

Me levanto en mis rodillas, en un último intento de escapar< para huir,

aletear mis alas y surcar los cielos. Grito y vuelvo a caer, de bruces en la tierra

arcillosa. Inútil. Crudo dolor atraviesa la membrana de mi ala, profundamente en

mis músculos.

Sangre caliente fluye, deslizándose por mi espalda, agrupándose en la base

de mi espina dorsal. Siento que gotea. Olfateo la abundancia.

Agacho mi cabeza. Mi cabello cae en una cortina de fuego a mí alrededor. Y

lo veo. Veo el brillo delator de mi sangre, un color púrpura brillante chorreando

como tinta derramada en el suelo.

Aún así, lucho con el letargo anestésico amenazando con tragarme. Mis

brazos tiemblan tratando de levantarme de nuevo. Mi cuerpo es tan pesado. De

plomo.

¿Qué había en ese frasco?

Desesperada furia martillea a través de mí, abrasadora a lo largo de mis

venas. Quiero dar rienda suelta, quemarlos a todos, castigarlos por lo que me están

haciendo—y todo lo que ellos planean hacer. Cosas tan terribles que nunca hemos

contado directamente. Nadie nos sienta en la escuela primaria y explica lo que


realmente pasa una vez que un cazador nos captura y nos pasa a los enkros, pero

yo lo sé. Vi el estudio del padre de Will—los muebles cubiertos de piel draki.

Abro mi boca y suelto otra ráfaga de fuego—mi última esperanza. Un

delgado hilo de fuego se derrama más allá de mis labios. Esta vez el ardiente

aliento se marchita casi al momento de ser liberado, muere en un rastro de vapor.

"Will" Grazno, mis párpados pesados, imposible de mantenerlos más.

Manos fuertes me agarran en todos lados, levantándome. Volteo mi cara y

trato de soplar una llama a sus brazos, pero solo ahogo un arroyo de vapor.

¿Qué me han hecho?

Ellos atan mis manos, mis muñecas atadas con tanta fuerza que la sangre deja

de fluir. Aún mareada, siento este nuevo dolor. Enciendo mi estómago a

horcajadas.

De nuevo, solo soy un animal, una bestia. Un grito se eleva en mi garganta

cuando mis alas son apretadas una con otra, impidiéndoles moverse,

previniéndome de volar.

Soy tirada por el aire, chocando con la dura y lisa tierra. La superficie es fría y

helada contra mi carne caliente. No es tierra entonces.

Puertas se cierran de golpe. Estoy en la parte trasera de un vehículo. Una van.

Comienza a moverse, golpeando la tierra, tejiendo a través de los árboles y

arañando el follaje. Llevándome lejos de la manada. Lejos de casa.

No puedo luchar más. Mis párpados se caen sobre mis cansados ojos. A pesar

de la incomodidad de mi cuerpo, con el dolor aguijoneando mi ala, vibrando

profundamente en mis omóplatos, no puedo resistirme al efecto soporífero de la

droga. Mi mejilla se presiona en el suelo de metal frío y me pongo a dormir.



l dolor me da la bienvenida cuando me despierto. Pestañeo

lentamente unas cuantas veces antes de ser capaz de abrir totalmente

los ojos. El tormento de mi cabeza rivaliza con el intenso pinchazo que

tengo en el resto de mi agotado y destrozado cuerpo y debo cerrar los ojos unas

cuantas veces más antes de volver a abrirlos.

Mis alas vibran, intento mover las finas sábanas y el dolor me sacude

profundamente a través de mi cuerpo entero. Había olvidado que estaban atadas

juntas. Me enrosco en una pequeña bola y gimo de dolor. Después de un rato y

unos cuantos profundos respiros levanto la cabeza, desencajo las mejillas del frío

metal del suelo de la furgoneta y sacudo la cabeza, preguntándome si tan siquiera

estoy despierta, preguntándome si todo esto es una pesadilla. Recojo el sonido de

alguien gimoteando cerca de mí, me giro y reconozco a Miram, apretada a lo largo

de la parte más alejada de la pared de la furgoneta. Me levanto haciendo un gran

esfuerzo, tan agradecida de verla que por un momento el dolor no importa. Por lo

menos estamos juntas en esta caja de metal.

‚Miram‛, susurro arrastrándome junto a ella, aliviada porque ella está aquí.

Es invisible, por su puesto. Sus ojos miran directamente a los míos. Me mojo

mis secos labios.

‚¿Qué...‛

‚¿Qué ha pasado?‛ – Miram termina la pregunta por mí. ‚Tú‛, dice. ‚Tú eres

lo que siempre pasa. Supongo que no es ninguna sorpresa que esto sea tu destino

pero no puedo creer que también yo esté aquí, que me hayas arrastrado a esto<‛

E


‚Vamos a salir de esto‛, le prometo, es todo lo que puedo decir, todo en lo

que puedo creer.

‚Sí‛, gruñe. Las ventanas de su nariz se flexionan por la emoción. ‚Y ¿cómo

te las vas a arreglar para hacer eso?‛

‚He escapado antes de ellos‛

‚Vale‛, asiente con la cabeza ferozmente, su pelo rubio rojizo revoloteando

entre su tono bronceado neutral de su carne de draki. ‚¿Cómo? ¿Cómo vamos a

hacer eso? ¿Cómo lo hiciste la última vez?‛

Will. Will es cómo escapé, excepto que él no está aquí. Tengo que averiguar

una forma de salir de esto por mí misma, por ambas. Miram llena el silencio, su

voz inquietantemente plana.

‚Nos llevan a enkros. Estamos muertas‛.

‚Eso no lo sabes‛, susurro mientras compruebo con mis dientes los lazos de

plástico que hay en mis muñecas. No sirve para nada.

‚Oh, enfréntalo Jacinda, ¿a qué otro sitio pueden estar llevándonos? ¿Vivas?

No nos han matado, claramente hay una razón para eso, nos están reservando para

algo, para<ellos‛.

Ellos, los monstruos de las pesadillas de nuestra infancia. El calor refulge en

mi carne. Tiene razón, por supuesto que lo sé, es la forma en la que los cazadores

viven, prosperan vendiendo a los de mi especie, eso es algo que no puedo negar.

‚¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?‛, pregunto volviendo mi atención a

nuestro alrededor y concentrándome en algo que pueda controlar, evaluando la

situación en la que estamos para que se me ocurra algún plan.

Pero no hay mucho que ver, sólo una pequeña ventana en lo alto de la puerta

trasera de la furgoneta, imposiblemente pequeña, sólo deja entrar la luz, no deja

que nada salga.

‚No lo sé, me he despertado hace varias horas‛.

‚Finalmente tienen que parar‛, digo más para mí misma que para ella.


‚Bien, se detienen, ¿entonces qué? Esas puertas no van a abrirse hasta que

lleguemos donde sea que nos están llevando y en ese preciso instante<‛- su voz se

apaga.

Hago una mueca, libero un lento suspiro contra la absoluta agonía que me

producen mis aprisionadas alas.

‚No voy a rendirme, tengo fuego y tú puedes hacerte invisible‛, si pudiera

concentrarse en su talento y no ahondar m{s en su temor. ‚No hay razón por la

que cualquiera sea capaz de derrotarnos‛.

‚Y ya lo han hecho‛, Miram levanta una fina ceja tan bronceada y anodina

como el resto de ella. Las puertas de la nariz tiemblan con cada respiración

malhumorada y me mira fijamente. ‚Así que genio, ¿cómo vamos a salir de aquí?‛

Will. El pensamiento sobre él vuelve a aparecer pero no digo nada, no me

atrevo. ¿Por qué quiero seguir manteniendo esa esperanza? Incluso dentro de mí,

no tengo ni idea de dónde está, por qué no nos hemos encontrado. Por ahora,

necesito contar conmigo misma, así que sacudo la cabeza pero aun así no puedo

dejar de sentir cómo el anhelo entra dentro de mí. Él tiene que saberlo, a estas

alturas ha tenido que oír que su padre ha capturado a un respira-fuego. Esto es lo

que me mantiene tranquila mientras me arrojo precipitadamente en el brumoso

reino de mis pesadillas, el viento golpea la furgoneta haciendo que mi cuerpo se

estremezca.

No paran por nosotras, no nos alimentan ni nos dan la oportunidad de

calmarnos pero entonces pienso en por qué deberían ofrecernos tal cortesía ya que

para ellos sólo somos animales. En la furgoneta hace un calor sofocante, una caja

de metal sin aire haciendo un ruido sordo. Miram y yo nos tumbamos en nuestros

lados, asándonos en el caliente metal como si fuéramos dos peces tostados del mar

desesperados por volver al agua. Hace mucho que dejamos de hablar, demasiado

miserables con nuestras manos atadas y nuestras estropeadas alas. No puedo

moverme sin sentir pinchazos de dolor a través de mi cuerpo. Continuamente

lamo mis agrietados labios y trago contra la miseria de mi boca seca. Realmente

me agota el respirar fuego, mis adentros están resecos, desesperados por algo de

agua, pero no me he rendido, reservo mi fuerza esperando que las puertas de la

furgoneta se abran para que pueda explotar libremente en una llamarada de fuego.

Eso es lo que me digo a mí misma, creer que puedo convocar suficiente fuego

es algo más difícil de hacer. Ya no siento mis alas, intento no pensar en ello, en lo

que eso puede significar pero no puede ser bueno. Tumbada en mi lado, mis


brazos presionados contra mi pecho queman y hormiguean con los pinchazos de

dolor.

La furgoneta reduce la velocidad y me deslizo un poco mientras el vehículo

gira. Paramos, ni siquiera puedo asumir tanta excitación. Ya hemos parado

anteriormente y nadie ha abierto la puerta para echarnos un vistazo, simplemente

se han detenido, han hecho lo que sea que tenían que hacer y nos han dejado

asándonos en la parte trasera. No significaba que esta vez fueran a abrir las

puertas, aunque< deslizo la cabeza y susurro el nombre de Miram sólo para saber

que está despierta. Su nombre sale como un graznido de mi garganta y no

responde, no se mueve. Me deslizo más cerca y golpeo una de sus elegantes

piernas con el pie.

‚¡Miram!‛

Gruñe y abre los ojos

‚¿Qué?‛

‚Hemos parado‛

‚¿Y?‛, dice con un ruido áspero.

Ladeo la cabeza escuchando cómo las puertas del conductor y del pasajero se

abren y cierran de un portazo. Voces, las palabras son indescifrables. Lucha por

cambiarse a una posición de sentada usando sus brazos atados para alzarse.

‚¿Crees que ya llegamos?‛, pregunta esto con tanta indiferencia que no estoy

segura de que tan siquiera le importe si la respuesta es afirmativa.

Muevo la cabeza, todos los agonizantes músculos de mi cuerpo tiran

fuertemente zumbando en preparación. Mis oídos se tensan siguiendo el sonido

de sus pisadas, el crujido en la gravilla debajo de sus pies mientras rodean la

furgoneta. Uno ríe, el sonido se desvanece mientras caminan alejándose de la

furgoneta. Nos dejan. Después de un momento libero mi respiración, inconsciente

de que la había estado reteniendo.

‚Se han ido‛, susurro, entonces me doy cuenta de que no hay necesidad de

hacerlo y lo repito más alto. ‚Se han ido‛.

‚Probablemente habrán ido a alimentar sus caras gordas‛, refunfuña.

‚Mataría por algo para comer‛.


Con un suspiro se fija en la parte trasera de la furgoneta. La miro, realmente

la miro. Siempre pequeña, parece demacrada, su cara es lúgubre y su respiración

áspera. Su pecho sube alto trabajando en cada respiración, quizás el tiempo que

pasé en el desierto me preparó para esto, para el calor árido, el malestar, la miseria

ya que Miran no lo está llevando bien y ni siquiera ha cogido un arpón para el

vuelo. Tengo que sacarla de aquí, pronto o estos cazadores llegarán a su destino

con una draki muerta.

De repente se oye un sonido sigiloso en la puerta. Salto para agacharme y la

adrenalina hace que evite el dolor. Algo rasca la puerta de metal, el crujido del

metal hace que los pelos de mi nuca se encrespen. Mi mirada está fija en la puerta.

Inhalo preparándome a mí misma, dejando que el calor se forme y se junte en mi

núcleo. El esfuerzo de hacer esto me asquea, debilita y reseca como estoy, me deja

temblando y agotada. No tengo mucha fuerza pero tiene que ser suficiente ya que

sólo tendré una oportunidad. Tengo que estar preparada para quien sea que abra

la puerta.

‚Miram‛, digo esperando que pueda juntarse, hacerse invisible y mantenerse

un tiempo así. ‚Prepárate‛.

Me da un pequeño movimiento de cabeza. Ráfagas rizadas de vapor salen

por mi nariz. Aparto los labios mirando tan fijamente la puerta que los ojos

comienzan a dolerme. Se oye un ruido sordo seguido de una aspiración cuando

las puertas se abren. Mi corazón se aprieta en el pecho que arde lentamente. La

luz del mediodía entra en la furgoneta con sus rayos calientes cegándome por un

momento. No me importa pero no puedo dudar y perder la oportunidad.

Encuentro el calor que arde lentamente en lo más profundo de mi ser, temía que no

quedara nada. El fuego golpea mi tráquea y sale en llamas. Es suficiente. El

contorno de la figura que se vislumbra en la luz de la tarde se zambulle en el suelo

con un sollozo. Salto de la furgoneta y me las arreglo para mantener el equilibrio

en mis inseguras piernas, algo especialmente complicado de hacer con las manos y

las alas atadas. Me inclino para buscar un arma en los bolsillos del cazador, algo

para cortar el lazo de mis muñecas y me congelo.

No es uno de los muchos cazadores de ojos duros y vestidos de negro que me

ataron como un ganso festivo y me lanzaron en la parte trasera de la furgoneta. Es

Will. Un sonido afilado y estrangulado sale de la parte trasera de mi garganta.

Sofoco su nombre, un sonido que probablemente él no pueda comprender pero no

necesita entenderlo, lo sabe, está aquí por mí, eso es todo lo que importa, eso y el

hecho de que no le haya incinerado.


Está de pie deslizando sus temblorosas manos hacia arriba verificando que

soy real, que estoy delante de él

‚¡Jacinda!‛

El alivio me recorre, la adrenalina se zambulle dentro de mí, el dolor y el

cansancio se retraen cerrándome en un apretado e implacable puño. Me doy por

vencida y me derrumbo en sus brazos, dejo que me rescate, que me salve de esta

clase de agonía sale de cada una de las partículas de mí ser. Con mucho cuidado

me rodea con su brazo mirando por encima de mi hombro mis alas atadas. Siento

su estremecimiento mientras toma las medidas oportunas. La ansiedad irradia de

él, subyace en sus movimientos cuando me maneja intentando guiarme fuera de la

furgoneta. Sus cambiantes ojos oscuros se mueven rápidamente escaneando el

aparcamiento. Me contengo y miro dentro de la caravana

‚Miram‛, digo con la urgencia marcada en mi voz. ‚Vamos‛

Se sostiene en las sombras lejanas donde la luz del sol no puede alcanzarla y

mueve la cabeza fuertemente de lado a lado.

‚¡Miram!‛, repito su nombre, sonando como un padre dirigiéndose a un niño

que no quiere obedecer.

Mueve la cabeza más fuertemente y sus ojos se quedan fijos en Will. ‚No iré

con él‛.

‚No seas estúpida, está aquí para ayudarnos‛.

‚¿Qué pasa si es una trampa? ¿Qué pasa si sólo está engañándote para que

seas dócil como un corderito al que llevan a la matanza?‛

‚¿Sabes si quiera lo ridículo que suena eso? ¿Por qué harían eso? ya somos sus

prisioneras‛, me muevo entre las puertas abiertas de la furgoneta suplicándole con

los ojos. Aun así sigue moviendo la cabeza, encogiéndose contra la pared más

alejada como si fuera yo la amenaza. ‚¿Te arriesgas a quedarte en esta furgoneta en

vez de venir con nosotros?‛

Will tira de mi mano

‚¡Jacinda! Volverán en cualquier momento ¡esta es nuestra única

oportunidad!‛

‚Miram, por favor‛, le ruego. ‚Confía en mí‛.


Levanta el mentón una vez más hacia Will. ‚No confío en él‛; después sus

ojos miran fijamente los mío. ‚Y en ti tampoco‛.

La ira hace que la sangre me hierva. Ella es la que no confía en mí. ¡Ella es la

que ha estado espiándome! La voz de Will se oye fuertemente en mi oído, sus

dedos aprietan mi brazo y ya no lo hacen de forma gentil.

‚Jacinda, ¡ya vienen!‛

Me voy desgarrándome en el camino y la dejo ahí pero no sin sus anchos y

angustiados ojos impresos en mi alma.


CCaappííttuulloo 1199 Traducido por Glad

ill me arrastra a través del estacionamiento. Es una sensación

extraña. Corriendo a plena luz del día manifestada completamente

en el mundo humano. Una cosa tan extraña, prohibida. Alguien

podría verme.

No es que tenga opciones.

Todo es mejor que esperar en la furgoneta, como un prisionero estando a la

espera de una ejecución, u ocultarme en el bosque. Para mí, era una elección obvia.

¿Por qué no podía ver Miram eso, también?

Will y yo nos sumergimos en la espesura de los árboles bordeando el

estacionamiento. Por un momento, mientras pisaba el agrietado asfaltado, algo se

quiebra en mi interior, lo siguiente que vino, fue la resignación, junto al susurro del

suelo del bosque. Un sentido de desolación se levanto dentro de mí, sofocante.

Mire por encima de mi hombro como si pueda ver la furgoneta a través del denso

follaje.

Había abandonado a Miram. Le había fallado. Le había fallado a Cassian.

Pestañeo, por la picazón en mis ojos y me digo que es la repentina luz del sol.

El dolor golpea contra mí, martillando mi cuerpo. Y la tristeza me invade por la

chica que he dejado atrás y no sé lo que va a sucederle.

El Land Rover de Will no está lejos. Él me ayuda a entrar. Me apoyo en el

asiento del pasajero, con el cuerpo hacia adelante. Es imposible sentarme

correctamente debido a mis sobresalientes alas.

W


Hay un destello de luz en la mano de Will y me doy cuenta de que esta

sujetando un cuchillo. Él presiona sus dedos contra mi muñeca y yo suspiro. Pero

el alivio es breve, y es eclipsado por el abrasador dolor de agonía. Gimo. Dejo caer

mi cabeza.

Will me da una botella de agua y se mueve para revisar mi espalda, sus

dedos suaves pasan nuevamente sobre mis hombros desnudos. Bebo

profundamente, ruidosamente, el agua corre por mi barbilla y mi garganta.

Por encima del ruido de mis tragos, oigo su inspiración cuando el corta de un

tajo las ataduras. "Estas muy herida‛. Un maleficio le sigue a eso, zumbando con

una cólera que nunca he oído de él. Y algo más. ¿Culpa? ¿Tristeza?

"Me dispararon en mi ala". Las palabras retumban en mi garganta. Con el

sonido gutural, y recuerdo que él no me puede comprender.

Él guarda silencio por un momento, y entonces dice rápidamente, como si

recordara el peligro traspasando los límites a nuestro alrededor, "No se ve tan

mal". Su voz es fina y baja y sé que está mintiendo. Debía lucir muy mal.

Con un tirón final de su mano, mis alas rebalsan libres. Otra vez más, agonía.

Roja, como la sangre que empieza a salir nuevamente de las heridas. La sensación

hace que los bordes de mi visión sean grises, y me marean. Abro mi boca en un

grito silencioso.

El dolor es peor que la última vez que fui golpeada, con aquellos cazadores

que me persiguieron por primera vez. El dolor fue vehemente, en aquel entonces,

pero logré sanar. Mamá trató mi herida. . . Mamá. ¿Ya había dejado su habitación?

¿Ya se habría dado cuenta de que había huido? No habían notas, esperando por

ella.

Los ojos ansiosos de Will se mueven rápidamente sobre mí, para después

moverse hacia la espesura de los arboles. "Tenemos que irnos. . . Jacinda, ¿puedes

caminar?‛

Él pregunta si puedo desmanifestarme.

Asiento con la cabeza una vez. El miedo se ha ido-y no puedo obligarme a

quedarme como draki por más tiempo. Por el momento sólo hay dolor. . . Y más


dolor por venir mientras fuerzo a mis alas a anexarme a mí. Especialmente del ala

herida. Pero no hay elección. Él no puede seguir en el coche conmigo sentada en el

asiento delantero manifestada completamente.

Tomando un respiro profundo me sujeto con fuerza del borde del asiento con

mis dedos que le agrietan, obligando a mi draki a enterrarse, empujándolo hacia

mí, escondiéndole.

Mis características se relajan y mis huesos se aflojan, descomprimiéndose. Mis

alas se estremecen, temblando de dolor. Una ala se entierra entre mis omoplatos

con facilidad. La otra posee vida propia, temblorosa, resistiéndose a la

desmanifestación. . . dolor. Las lágrimas fluyen por mis mejillas en vaporosas

rutas. Arqueo mi cuello, y combato el grito que burbujea allí.

Con mi draki finalmente sepultado, respiro nuevamente, relajo mi agarre

sobre el tablero, y dejo que mi espalda se apoye en el asiento.

Will lanza una manta por encima de mí. A pesar de estar atrapada en una

sofocante furgoneta, sin mucho aire, me acurruco contra la tela abrasiva, contenta

por la comodidad.

"Jacinda, ¿estás bien?‛

Intento aquietar los temblores, pero mientras más duro resisto, los

estremecimientos me atormentan más ferozmente. "Simplemente sácame de aquí".

Las palabras suenan oxidadas, antinaturales.

Con una sola inclinación, él rodea el camión y entra en el coche en un

instante. Pronto, él está manejando el vehículo a través de los gruesos árboles hasta

llegar a un pequeño camino que conduce a algún lado. Cualquier parte. Lejos. Y

nada tiene más importancia que eso.

Me deslizo débilmente en el asiento, alcanzando el cristal, y paso mis dedos

sobre el caliente cristal. Mis yemas chillan mientras se deslizan en contra de la

superficie resbalosa. Miram.

‚¿Dónde estabas?‛ Logro decir.


"No pude venir. De la nada, Papá programó una cacería. Desde que te

descubrimos, él ha estado obsesionado con esa área. Él me puso en un grupo al que

envió al otro lado de la montaña. Rogué para que no aparecieras y que fueras

capaz de permanecer en tu casa. No pensé que ellos fueran capaces de moverse

cerca de tu clan. Dios mío, Jacinda, lo siento mucho".

Asiento con la cabeza. "No lo sabías".

Él suelta un aliento pesado y sé que mis palabras no hacen nada para aliviar

su culpabilidad. Si yo pudiera decirle algo para que pudiera sentirse mejor, lo

haría. Sólo que dolía demasiado.

Levanto mis piernas sobre el asiento y abrazo mis rodillas, pensando en la

chica que deje atrás. Pensando en la cara de Cassian cuando se entere.

"No podrías haberla salvado", dice Will, leyendo mis pensamientos. "Ella no

iba a salir".

"Debí de haberla forzado‛.

"¿Y causar una escena? Apenas podías caminar. Prácticamente tuve que

cargarte".

Eso no me reconforta. Elevo mi cabeza, disfrutando del fresco viento contra

mi cara.

"Descansa, Jacinda. Ahora estás a salvo".

Salvo. La palabra viaja a través de mi mente hasta que me siento tan mareada

que tengo que cerrar los ojos. Mis parpados se cierran, tan increíblemente fuertes.

Brillos intermitentes contra un negro sólido, pero sigue siendo mejor que abrir los

ojos nuevamente y afrontar el mundo.

En algún momento, entre los pensamientos sobre Miram, mi seguridad y el

dolor azotando mi cuerpo, me rindo al sueño.


Me despierto en un cuarto en su mayor parte oscurecido. Una luz naranja

apunta hacia una pared. Me siento, respingando ante el tirón en mi espalda. Con el

dolor viene realidad.

"¿Will?‛

"Estoy justo aquí‛.

Sigo el sonido de su voz y le localizo. Su oscura silueta está desplegada en

una silla en la esquina.

‚¿Dónde estamos?‛

"En un motel. Estamos a salvo".

Cuidadosamente logró ponerme a mí misma en una posición recta y sentada,

mordiéndome los labios contra el dolor de mi espalda. Sin embargo, no es nada

comparado a antes. Al menos podía moverme sin sentir la abrumadora necesidad

de gritar. "¿Cómo hemos llegado hasta aquí?‛

"Estabas exhausta. Necesitabas descansar. En una cama real. Comida, agua_"

Ante la mención de comida, mi estómago gruñe.

"Te obligué a comer un poco, antes de que te desmayaras," él agrega. "¿Lo

recuerdas? Te comiste un burrito y una soda en menos de un minuto antes de caer

en la cama. No te has movido de ese lugar. Ni siquiera cuando limpié y vendé tu

espalda. Me preocupe demasiado".

Niego con la cabeza. "No puedo recordar nada de eso".

"Haz pasado por muchas cosas".

Asiento. El sueño debió de haber sido la forma que mi cuerpo tomo para

sanar. "¿Cuánto tiempo he estado dormida?‛

"Ocho, diez horas".


Mi cuerpo entero se tensa. "¡Diez horas! ¿Qué hora es?‛

"Cerca de la uno de la mañana".

Una masa espesa asciende por mi garganta. Miram debía de estar muy lejos.

Y ella no tenía el lujo de una cama o de una comida. Mezo mis piernas sobre la

cama, mi cabeza llena de pensamientos para poder alcanzarla. Salvarla. ¿Cómo pude

haberla dejado?

‚Hey". Will se sienta junto a mí en la cama, posando su caliente mano sobre

mi hombro. Es un toque que recuerdo. Algo en lo que quiero recostarme,

absorberle y olvidarme de todo lo demás. "¿A dónde vas?‛

"Por Miram.‛ ¿Dónde si no? Un escalofrió pasa por mis piernas desnudas ya

que la manta resbala aun lado. Miro hacia abajo y veo que sólo llevo puesto una

blanca camiseta que debía de pertenecerle a Will.

"Te ayude a ponértela", él explica, pero hay un débil tinte de color rojo en su

cara.

"Gracias," le digo, recordando que no llevaba nada puesto cuándo me quedé

dormida en el asiento del pasajero. Sólo esa manta. Presiono los dedos alrededor

del dobladillo de la camisa, sintiéndome repentinamente cohibida. Heme aquí. A

solas en un cuarto de motel con Will, pero estar solos no es algo de lo que pueda

disfrutar. No con todo lo que ha ocurrido.

"¿Miram es tu amiga?‛ Él pregunta quedamente, pacientemente.

Respingo. "Casi".

Él clava los ojos en mí, un momento que se extiende entre nosotros. "Lo

siento. Jacinda, ella está muy lejos. No hay manera de ayudarla".

"¡No!" Niego con la cabeza violentamente, una maraña de mi pelo se

engancha en mi boca. Le libero. "Es culpa mía que ella estuviera allí"

‚¿Cómo es culpa tuya cuando ella no quiso venir con nosotros? No había

nada que pudieras hacer".


Ignoro su lógica, pensando sólo en el momento en el que Cassian se de cuenta

de que su hermana está perdida. "¡Tu puedes hacer algo! Eres uno de ellos"

Él se sobresalta, pero no me importa. Por una vez, mi estomago no se retuerce

en un nudo. La culpabilidad no me atraviesa porque estoy enamorada de uno de

los monstruos que me dan caza, de aquellos que me han puesto detrás de una

furgoneta, que han atado mis manos y alas, y que podrían venderme por partes. En

esta situación, yo sólo necesito su ayuda.

"No, Jacinda. Ya está hecho. Ella ya ha sido entregada. . ."

Entregada. Como si fuera una mercancía, un objeto inanimado. Un paquete.

Siento que algo dentro de mí se marchita y quiebra, alejándome de él.

"Eso significa que, no vas a ayudarme", anuncio, mis palabras son un golpe

duro.

La caja de aire acondicionado cerca de la ancha ventana, mueven las cortinas

como si estas tuvieran vida. Una ráfaga de aire fresco flota en el aire por encima de

mí, pero este no es suficiente para aliviar mi piel o calmar mis nervios.

En la penumbra, su rostro luce acongojado y lleno de dolor, que me muestran

que él _no va ha darme_las palabras que desesperadamente necesito oír. "No

puedo," él repite. "Ella ya está en la fortaleza. Nada puede escapar de ahí".

Nada puede escapar de ahí. ¿Eso significaba que había drakis vivos allí? ¿Como

prisioneros? ¿No los mataban de inmediato?

Un destello de mi padre se entromete. Él se desliza en mi mente. La imagen

de sus ojos risueños, su bello rostro que ya no puedo recordar muy claramente,

llena mi cabeza. A veces en las noches, recostada en mi cama, observo su

fotografía, y trato de sentir que hay algo, algo que me pueda tener cerca a él, algo

real, algo que existe. La prueba de que él existió, y que nunca olvidaré todas las

cosas maravillosas que me enseñó. Que nunca olvidare. Nunca olvidaría su amor.

No tengo ningún problema en vislumbrar su cara ahora mismo, pero aparto

su recuerdo, no atreviéndome a dejar que nazca en mi algo de esperanza por algo

tan improbable _ como imposible _ mi padre vivo luego de todos estos años.


"Pero, ¿Miram sigue viva? No la han matado ya, eso es lo que estas tratando

de decirme". Miro profundamente hacia sus ojos, su color es absorbido por la

oscuridad del cuarto.

Él respinga, como si estuviera arrepintiéndose de haberme dado a entender

eso. "Sí," él admite con un suspiro pesado. "Ella vivirá. Si puedes llamarle así. No

creo que hayan visto demasiados draki que puedan hacerse invisibles. Sólo

algunos. Harán pruebas en ella. . .tomaran muestras. Ella vivirá. Durante algún

tiempo, de cualquier manera".

Una sensación enfermiza se hincha en mi estómago, pero esta se entremezcla

con algo de alivio. Deliberadamente me abstengo de preguntarle lo que habrían

hecho conmigo.

Sé que Will ni siquiera sabía que los respira-fuego existían. Ahora lo saben.

Saben de mí.

Lo que me cuenta sobre los enkros es mucho más de lo que yo sabía de ellos,

y me da esperanzas para Miram.

"Así que hay una oportunidad" El comienza a negar con la cabeza, pero yo le

interrumpo. ‚Hay una oportunidad". Le miro fijamente. "Con tu ayuda, hay una

posibilidad".

Mi mano se extiende a través de la distancia que nos separa y le toco.

"No la hay. No hay oportunidad". Su voz es profunda, el estruendo de

terciopelo que evoco en mis sueños, por el cual podría dejar ir a Miram. Pero no

puedo. Veo la cara de Cassian, mi madre, mi hermana. . . Los tres, preguntándose

que nos podría haber sucedido. Mi corazón se agarrota con dolor y es algo mucho

más fuerte que todo lo que he soportado hasta ahora. Miram está perdida. Por mi

causa. Y sé que no puedo huir con Will, pretendiendo que nada sucedió.

Algo dentro de mí muere, se desenreda como un último hilo que no pudo

aguantar más. Mi mano se aleja de la de él, mis dedos se deslizan libres. Me aparto.

Él toma mi mano presionándola, entrelazando sus fuertes dedos con los míos,

juntando nuestras palmas. "Jacinda," él susurra.


Cierro los ojos, y veo la necesidad allí, y leo la pregunta silenciosa que está

tratando de hacerme. Si yo sigo en el mismo barco, si seguimos con el mismo plan,

nuestro plan.

Una parte de mí desea darle la seguridad que él quiere. Sería tan fácil. Ya

estábamos juntos, aquí. Juntos. Libre del clan. Libre. . .

Pero, ¿lo estoy? ¿Realmente lo estoy?

Sé la respuesta en mis huesos, profundamente en mis entrañas. Aunque este

no coincide con lo que siente mi corazón. Pero por la manera en la que él clava los

ojos en mí. . . no puedo decir las palabras.

"Yo<voy a tomar una ducha," le digo precipitadamente. "Después volveré a

la cama. Aún sigo cansada". No era una mentira. Tengo la impresión de que podría

dormir otra diez horas.

Por un segundo tengo la impresión de que él va a insistir, a demandar que

tengamos esta conversación justo ahora. Y no puedo. Ahora no. No puedo decirle

que no hay forma de que pueda huir con él.

¿Cómo podía estar con él? ¿Cómo podía alguna vez sentirme libre si el tema

de mi Madre y Tamra eran un tormento? Al igual que el de mi padre. Preguntas,

sin respuestas. La espera, soportando el paso de los días hasta que finalmente tenía

que admitir que él ya no estaba. No podía hacerlo. Y allí estaba Miram. Tenía una

responsabilidad para con su familia, también.

Luego de un momento, él dice, " tengo un poco de ropa la cual puedas usar.

Otra camisa. Algunos sudadores, también".

Asiento, aliviada, por que el acepte el cambio de tema. Por ahora.

Se pone de pie, y le observo buscar entre su bolso algo de ropa. Tomo el

manojo, agradecida y dolida cuando nuestras manos no se tocan, esta vez.

Saliendo de la oscuridad, entro en la luz del cuarto de baño, cerrando la

puerta con un clic suave.


CCaappííttuulloo 2200 Traducido por Sandra C.

espués de una ducha, me enrosco en la cama, levantando mi cabello

de donde está atrapado debajo de mí y dejándolo caer sobre mis

hombros. Por un largo tiempo, me mantengo quieta, en silencio

debajo de las sábanas mientras hago lo mejor que puedo para ignorar a Will a mi

lado. Espero por el sueño, por el momento cuando mis mareados, desesperados

pensamientos se deslicen al descanso.

A pesar de ya haber dormido tanto, todavía estoy cansada. Mi cuerpo

golpeado debería ser capaz de quedarse dormido de nuevo. Debería.

‚¿Por cu{nto tiempo vas a fingir que est{s dormida?‛

Y ahí está por qué no puede.

Su silenciosa voz cepilla mi nuca y mi carne se arruga en piel de gallina.

Él es el porqué no puedo dormir. He estado haciendo lo mejor posible para

bloquearlo. Imposible, por supuesto. ¿Cómo se supone que deba ignorar que Will

está a centímetros de distancia? Will, a quien he deseado desde el momento en que

perdonó mi vida meses atr{s en esa cueva< antes de que incluso entendiera que

era deseo lo que sentía.

Abro mi boca, pero entonces me doy cuenta que el sólo hablar le confirmaría

que estoy despierta. Sello mis labios cerrados. Porque no puedo hablar. No cuando

no puedo decir lo que él quiere oír.

Lo que incluso yo quisiera decir.

Su mano se cierra en mi hombro, y un suspiro se me escapa. Tanto para fingir

el sueño.

D


No opongo resistencia mientras me da la vuelta. Nos hundimos hacia el

centro de la cama, prácticamente pecho a pecho. Sus ojos brillan en la oscuridad.

Su mano se mueve, se levanta.

Mi respiración se encierra en mis pulmones mientras él desliza su mano a

través de las marañas de mi cabello húmedo, sosteniéndome, su cara tan cerca que

nuestras narices rozan. El perfume del champú de elogiosa frambuesa del motel

gira a nuestro alrededor.

Mirándonos fijamente el uno al otro, no hablamos. Pruebo su aliento

entonces, sus labios tan cerca de los míos. Cuando sus ojos bajan hacia mi boca, mi

estómago se retuerce.

Un calor familiar me inunda. Muerdo mi labio para evitar que algún sonido

se escape.

Y entonces sólo puedo pensar que este es Will.

Will a quien deseé y pensé que había perdido. Will con quien soñé. Will quien

me ha salvado repetidas veces, a quien yo salvé estando en gran peligro. Quien me

ama cuando hay todas las razones por las que no debería. A quien amo a pesar de

todas las razones por las que no debería.

Will a quien tengo que dejar. De nuevo.

Levanto mis manos a su pecho. Aplanando mis palmas, intento no

acariciarlo, intento encontrar la fuerza para alejarlo. Ya iba a ser lo suficiente difícil

decirle adiós mañana.

Pero entonces me besa, y sé que no puedo soltarme.

Su mano en mi nuca se desliza a mi cara, su cálida mano parece una escofina

en mi mejilla mientras se traga mi gemido.

El beso todavía se siente nuevo. Como la primera vez. El roce de su boca

envía ondas de sensación a lo largo de cada nervio. Agarro sus hombros,

aferrándome, dedos enroscándose en los delgados músculos de su cuerpo. Me

aferro como si se me fuera la vida en ello, la simple textura y sabor de su boca me

está devastando completamente.

Mi cuerpo arde, la piel jalando y tensándose, abrumada, lista para

desvanecerse.


Tal vez es donde estamos, las circunstancias que nos han traído hasta ac{< o

el hecho de que quizá nunca podré verlo de nuevo, pero no parezco tener

suficiente de él. Mi boca se mueve sobre la de él, mordisqueando, absorbiendo.

Sus manos recorren mi espalda, tirando de mí más cerca.

Me sitúo, enrollo mis brazos alrededor de su cuello. Enredando los dedos a

través de su pelo, profundizo el beso, sin que siquiera me importe cuando su peso

entero se da vuelta sobre mí, hundiéndome más en el colchón.

Mi cuerpo se acuna en el de él, acogiéndolo instintivamente. Dejo escapar un

ávido sonido, sin pensar siquiera que tal vez podríamos estar avanzando muy

lejos, muy rápido. Sólo hay necesidad. Hambre. Estoy cansada de ser rechazada.

Él agarra mi cabeza en ambas manos, besándome a fondo, mordiendo mis

labios con pequeños mordiscos. Sus dedos presionan en la carne sensible de mis

mejillas, manteniendo mi cabeza quieta para él.

Gruñendo, lucho para mover mi cabeza, para probarlo como él me prueba a

mí, pero él me sostiene, me atrapa< un delicioso tormento que me hace retorcer

debajo de él.

No es suficiente. Ni siquiera está cerca.

El fuego hace espuma en mi corazón, y yo lucho para frenarlo, para enfriar

mis pulmones. Gimoteo cuando desliza una mano debajo de mi camisa,

acariciando mi espalda con amplias caricias. Él levanta sus labios de los míos para

decir, ‚Tu piel< tan< caliente.‛

Jadeo nítidamente contra nuestras bocas fundidas mientras su mano va sin

rumbo, roza mis costillas, la temblorosa piel de mi estómago.

Libero mis labios por la fuerza y aparto mi cara de él para soltar un aliento

húmedo que no puedo reprimir por más tiempo.

Él arrastra un beso helado por mi garganta arqueada, su lengua rastreando el

tendón ahí< sólo intensificando el ardor dentro de mí. Su boca se levanta de mi

cuello. El aire fresco acaricia la carne húmeda. Trago el aire frío, desesperada para

apagar el incendio que aumenta en mí.

Siento su mirada. Alzo la vista y me sumerjo directamente en ella.


Incluso en la oscuridad del cuarto, sus ojos brillan. Él me mira fijamente con

tal cruda intensidad que levanto una mano temblorosa para rastrear la sombra del

contorno de su rostro, para acariciar las duras-grabadas líneas y ángulos

masculinos con mis yemas. Cepillo las cejas oscuras sobre esos ojos que ven a

través de mí.

Mis dedos van sin rumbo, descansan en su boca, ligeramente hinchada por

estar besando. Sus labios se mueven debajo de mi toque. ‚Ven conmigo, Jacinda.‛

Las palabras retumban a través de mis dedos, hacia arriba por mi brazo,

arraigando en mi corazón. Y me quedo fría.

Porque él sabe. Sabe qué está pasando por mi cabeza. Cuando escapé hacia el

baño esta noche, él oyó lo que no estaba diciendo, las palabras que no quería decir

en voz alta.

No puedo ir con él. No puedo huir y estar con él en esta perfecta fantasía que

hemos creado en nuestras mentes.

‚No puedo,‛ susurro. Luego m{s fuerte, ‚No puedo.‛

Empujo su hombro hasta que él rueda fuera de mí. Incluso en el cuarto

oscuro, puedo ver el cambio en su expresión. Parece enojado, su expresión dura

como el granito.

‚¿Cómo puedes volver ahí?‛

‚No puedo no volver. Tienen que saber sobre Miram< y no puedo dejar a

mamá y a Tamra preguntándose qué fue lo que pasó conmigo.‛

‚Podemos mandar una carta,‛ gruñe.

‚Esto no es una broma,‛ digo bruscamente.

‚¿Me ves riendo?‛ Agarr{ndome ambas manos, inclina su cara cerca a la mía.

‚¿Por qué est{s en contra de esto? ¿De nosotros?‛

Sacudo mi cabeza. ‚No puedo sólo irme con cosas como estas.‛

‚Tal vez nunca salgas de nuevo. ¿Has pensado sobre eso?‛ Sus manos se

apretaron en las mías. ‚¿Qué te van a hacer cuando entres tan campante ahí y les

digas que te dejaste atrapar por los cazadores? ¿Que Miram est{ perdida?‛


Me estremezco. Él tiene razón. Podría ponerse feo. Pero no totalmente

inmerecido por mi parte. Mis deseos egoístas nos llevaron a esto, después de todo.

Si hubiera escuchado a Cassian y hubiera terminado con Will nada de esto hubiera

pasado nunca.

Por supuesto, Miram jugó su papel, también. No estoy por encima de

responsabilizarla por su participación. No debió de estar espiándome. Sin

embargo, ella no se merece el destino que le espera sólo porque es una entrometida

y mala chica.

‚Voy a ir de vuelta.‛

‚¿Incluso si significa que nunca estaremos juntos otra vez?‛

Él sabe justo lo que debe de decir. Las palabras que me dolerán más. La

posibilidad de nunca verlo de nuevo, oír su voz, sostenerlo<

Humedezco mis labios, trago saliva, y digo las palabras que nunca pensé eran

posibles. Palabras que hacen eco de lo que hay en mi cabeza pero no en mi

corazón. ‚Pero no nos pertenecemos el uno al otro en realidad, Will.‛

Él se retira, suelta mi mano como si yo fuese algo que no soporta tocar más.

‚No lo dices en serio.‛

Asiento una sola vez, el movimiento es doloroso, todo lo que puedo hacer.

‚Es una locura. Lo que somos< ‛ Lo que no somos. ‚No puedes negar—‛

Se lanza de la cama en un movimiento enojado. ‚¿Sabes la diferencia que hay

entre tú y yo, Jacinda?‛ dice cortando las palabras, su voz no me suena familiar y

me da un poco de miedo.

Me levanto para sentarme, pestañeando ante este enfadado, desconocido

Will.

‚La diferencia es que yo sé quién soy.‛

Me erizo. ‚¡Yo sé quién soy!‛

‚No. Tú sabes lo que eres. Pero no has descubierto quién eres.‛

‚Soy alguien con suficiente sentido para darme cuenta que no puedo vivir

feliz por siempre con un cazador— ¡alguien con la sangre de drakis muertos


corriendo a través de sus venas!‛ Doy una palmada sobre mi boca en el momento

en que esto vuela de mis labios.

Él se detiene, me mira fijamente con una quietud espantosa.

Fatal no describe cómo me siento en ese momento. Le dije que su sangre no

me importaba, y lo dije en serio. No puede evitar ser lo que es, así que es

enormemente injusto tirar eso en su cara. Sin sangre draki, él estaría

probablemente muerto, y a mí ciertamente no me gustaría que eso hubiera pasado.

Y había sido sólo un niño en ese entonces. Un enfermo, moribundo niño. No era

como si hubiera tenido alguna opción en su método de tratamiento. ¿Cómo pude

tirar eso en su cara?

‚Eso es, ¿no? Lo que realmente te fastidia.‛

Sacudo mi cabeza, pestañeo contra el escozor en mis ojos.

Él continúa, ‚¿Piensas que enrollarte con algún príncipe draki, con Cassian,

tiene sentido?‛

Apenas respiro por mi nariz. ‚Tal vez,‛ susurro, sin estar segura de lo que

digo. Incluso si Cassian tuviera sentido, él no es para mí. Nunca traicionaría a

Tamra de esa manera.

Él asiente, habla con una voz tan calmada que me siento fría por dentro.

‚Sería f{cil tan sólo aceptarlo. Puedo entender eso.‛ Se mueve en medio de

nosotros. ‚M{s f{cil que esto< nosotros.‛ Se acerca. Sus piernas rozan el colchón.

Su mano baja para tocar mi cara, sus dedos tan suaves como una pluma en mi

mejilla. Me resisto a apoyarme en esa mano, a rendirme al tirón que él tiene sobre

mí. ‚Sólo que nunca lo amar{s. No como me amas. Bien o mal, esa es la verdad. La

manera en que siempre ser{.‛

Pero no puede ser. No puedo dejarla ser.

Con un aliento estremecedor, volteo mi cara de su mano y miro al reloj digital

en la mesita de noche. ‚No voy a volver a dormir ahora. ¿Por qué no comenzamos

el día temprano?‛

Se ríe. El triste sonido es bajo y profundo, temblando sobre mi piel. ‚Bien.

Vete a casa. Huye, Jacinda. Pero no cambiar{ nada. No me olvidar{s.‛

Él tiene razón. Pero tengo que hacer lo mejor que pueda para intentarlo.


CCaappííttuulloo 2211 Traducido por Oskr Corregido por Glad

Detente aquí‛, digo, observando al bosque que nos rodea, satisfecha de

que estamos seguros a suficiente distancia de las tierras del clan.

Suficientemente lejos para no correr el riesgo de que Nidia nos detecte.

Al menos eso espero.

Froto mis sudadas manos contra el tejido blando de los pantalones deportivos

que llevo puestos y miro a través del sucio parabrisas. Hemos hablado muy poco

desde que dejamos el motel.

No hay nada más que decir. Sin embargo, el silencio me está matando, como

una espada blandiéndose en mi corazón. Odio esto, odio que tenga que terminar

de esta manera. Odio que esto tenga que terminar.

Will apaga el motor y yo cierro los ojos e inhalo su almizcle, limpio aroma,

escuchando sus suaves suspiros a mi lado< Haciendo esas cosas para tenerlas

como su último recuerdo.

‚Volveré en una semana‛

Yo giro bruscamente a mirarlo abriendo la boca para protestar

‚No me digas que no‛ el dice duramente. Este era un tono de voz que nuca

había escuchado en el. No al menos conmigo. Se inclina hacia adelante agarrando

el volante como si fuera a girar el auto con sus propias manos. ‚Veré que puedo

hacer con respecto a tu amiga. Lo que pueda averiguar‛

Por un momento no sé a quién se refiere. ¿Mi amiga? Después se me ocurrió.

Se refería a Miram.

‚Pensé que habías dicho que no había esperanza‛

‚


Su mirada se aferra a la mía. A la luz de media mañana, veo el color de sus

ojos, dorados cafés y verdes. ‚Por ti haría lo que fuera .Especialmente si eso

significa que te volveré a ver.‛

‚No te arriesgues‛

‚Qué piensas que estoy haciendo aquí Jacinda‛ Su mirada busca a la mía y

me siento estúpida. Por supuesto él se está arriesgando, no soy la única que tiene

algo que perder. Todo que perder ‚Sin embargo creo que lo vales‛

Sus palabras me envuelven, y me hacen sentir muy cobarde por rendirme con

lo nuestro. Pero después pienso en todo lo que estoy arriesgando, en todos los que

estoy arriesgando. Las vidas que afectaría si yo eligiera a Will justo ahora. No lo

puedo hacer. Y no solo por mí.

‚Una semana‛ el repite, y yo reflexiono acerca de ello.

Esta podría ser quizá la única manera de que el volviera a verme de nuevo,

tratando de conseguir más tiempo conmigo< para hacerme cambiar de opinión,

sin embargo esta podría ser también la única oportunidad para Miram.

Agarro la manija de la puerta y tiro hacia abajo.

‚¿Jacinda?‛ cuando escucho mi nombre, volteo hacia él, y siento una oleada

de nostalgia.

‚A mediodía una semana después de hoy‛ asiento.

‚Estaré aquí.‛El asiente con la cabeza, sin sonreír y sostiene mi mirada como

a un rehén. Su mano se detiene sobre la mía en el asiento.

Mi piel hormiguea y se calienta con el toque de su palma. Cierro los ojos

rápida y dolorosamente, y una parte de mi, egoísta, aún se quiere ir con él. Deslizo

mi mano libremente y doy un paso fuera del Land Rover.

Por un momento mirando cuidadosamente al bosque, silencioso y profundo,

la multitud de amplios pinos proyectan una amplia sombra. El viento sopla y

escucho el susurro de las hojas. Siento su mirada sobre mí, pero no volteo hacia

atrás, sería muy difícil seguir adelante si lo hago. Respiro hondo y comienzo a

correr. Carreras de velocidad a través de los arboles que ejercen presión sobre mí

como si fueran amigos conocidos. Solo que esta sensación ya no es nada amigable,

más bien parecen los muros de una prisión.


El guardia me hace esperar en la puerta, hablando con alguien a través de un

radio con voz muy baja. Severin, estoy seguro. ¿Quién más podría ser? Parezco un

niño que se encuentra debajo del arco cubierto de hiedra, a la espera< como un

extraño al que podría o no permitírsele la entrada.

Veo a Nidia flotando en la puerta de su casa, observándome con una mirada

indescifrable. Incluso ella no viene a mi encuentro, y me pregunto si la he perdido

también.

Mi hermana no está a la vista, y no puedo dejar de preguntarme si ella está

dentro de esa casa de campo. Si detecta que estoy aquí, que he vuelto y

simplemente no le importa. Si piensa que la abandone. La idea me hace sentir un

poco enferma, y la sensación de un hueco en mi interior. Especialmente porque ella

era una de las principales razones por las cuales volví. Tamra y mamá.

Severin llega, y me observa con su obscura mirada, silencioso como la noche,

por un espacio interminable.

Varios ancianos lo acompañaban, sin aliento, tratando de alcanzarlo

igualando sus zancadas. Cassian no tenía problemas con eso. El estaba ahí

también, al lado de su padre, con la mirada hambrienta de mí, deslizándose sobre

mí como si buscara una confirmación de que realmente había regresado, sana y

salva. Por lo menos alguien se ve contento de verme.

Cassian da unos pasos hacia adelante y me toma del brazo.‛Jacinda‛. El

sonido susurrante de su voz me llena de alivio y esperanza, así como de estar a la

expectativa de mirar por encima de mi hombro, deseando estar aún con Will.

Deseando no traer malas noticias.

Sus manos se deslizan desde mis hombros hasta mis manos, sus dedos se

entrelazan con los míos. ‚¿Dónde est{ Miram?‛, Severin hace la pregunta. La

pregunta por la cual yo había regresado a casa, y así poder contestarla. Le hecho

un vistazo a Severin, luego volteo la mirada hacia Cassian. Cassian buscaba mi

mirada con intensidad. Sigue con esperanza. Sus pulgares se mueven en forma de

pequeños círculos detrás de mis manos. En mi vacilación otros comienzan a exigir

lo mismo.

¿Dónde está Miram? ¿Dónde está Miriam?

"Yo-", me lamo los labios secos.


"¿Dónde está mi hija?" La voz de Severin causa grietas en el aire.

Entonces lo digo. Escupo las palabras como un veneno terrible que debe ser

purgado. "Los cazadores se la llevaron."

Pero el veneno no me deja. Todavía sigue ahí, siendo bombeado a través de

mi sangre. El sentimiento de culpa. Era horrible saber que yo había causado esto.

Los pulgares de Cassian que estaban en movimiento, se detienen, pero yo no

levanto la mirada. No podía verle a los ojos. Asiento con la cabeza, es verdad. Las

manos de Cassian comenzaron a liberar a las mías, apretándolas muy débilmente.

‚¿Pero tú te las arreglaste para escapar?‛ Severin se burla. ‚Milagrosamente‛ Mis

ojos arden con pinchazos de calor. Las manos de Cassian sueltan las mías por

completo.

Mis manos caen, mis dedos se contraen, un vacío me rodea. Y no sé de dónde

viene exactamente este dolor repentino. De la perdida de Miram<. ¿Quiz{ por

siempre? ¿Soy yo la responsable? O de la sensación de que Cassian se aleja de mí.

De alguna forma él se ha vuelto alguien muy importante para mí. Tal vez siempre

lo ha sido. Aunque no sepa porque o lo que seamos el uno del otro. Sé que me

preocupo por él.

No puedo soportar perder a Cassian y a Will. Ya no sigue tocándome,

entonces lo miro a la cara, en busca de una señal de que no va a culparme de lo

sucedido< que no va a odiarme.

Severin se mueve entre nosotros y le arrebata el asimiento de mi brazo. Sus

dedos son largos y gruesos que cubren casi todo mi brazo y me recuerda que él es

el alfa de nuestro clan por una razón. El draki más grande y fuerte entre nosotros.

Algún día Cassian iba a serlo, pero hasta entonces Severin lo seguirá siendo.

Estoy a su merced. El me arrastra y me ahoga una mueca a su alcance

desapacible. He experimentado un dolor peor en los últimos dos días. Tal vez

incluso lo merezco. A cabo de decirle que los cazadores tomaron a su hija, después

de todo. Probablemente les este anunciando su muerte. Mis pies viajan tratando de

mantenerse al día con los suyos. Los otros se quedan atrás. Yo lucho con el impulso

por observar si Cassian nos sigue también. ‚A donde vamos‛ me atrevo a

preguntar, pero después me arrepiento cuando Severin me desliza una mirada de

odio puro.


Nunca lo había visto mostrar sus emociones de tal manera. Nunca antes fue

personal. Yo era simplemente el medio para un fin. Una herramienta para usar y

manipular.

El pueblo estaba en silencio como si cortáramos una línea a través de la niebla

hacia la cabecera central de la ciudad. Difícilmente había alguien fuera de su casa.

Esta falta de actividad era extraño para ser mediodía. Lo cual me recuerda la

quietud sepulcral después de la desaparición de mi padre. El clan estuvo a puertas

cerradas por más de un mes, entonces nadie salía de su casa. Solo las necesidades

más básicas se cumplían, los trabajos más críticos para el funcionamiento del día a

día del clan. Recuerdo que algunos niños se quejaban de que era le época más

aburrida. Mientras que yo pensaba que solo era la más miserable.

Todas las inundaciones que habían ocurrido tiempo atrás, se precipitaban

ahora sobre mí como una ola amarga de recuerdos. Estoy aquí de nuevo.

Solamente que entonces creía en la promesa de un futuro mejor. Qué papá podía

regresar. Porqué eso era lo que mamá nos susurraba al oído, lo que nos repetía una

y otra vez mientras nos preparaba a Tamra y a mí para dormir en las noches.

Ahora conocía la verdad. Ella nos mentía a nosotras y a ella misma porque no

sabía si eso podía suceder.

De pronto ella es la única a la que quiero ver. Al igual que entonces quiero

que mamá me conforte. Que me abrace y que me diga que todo va a estar bien.

Incluso aunque yo sepa mejor que nadie. Incluso si ya no puedo creerlo.

Los ojos de mi madre parecen haber visto a un muerto cuando entro a la casa

con Severin a mi lado. Los otros permanecen en el porche, excepto Cassian quien

se ha ido. Mamá me observa como si no me conociera, no me viera. ‛Mama‛.

Yo observo a un lado de la cama. Su mirada vidriosa revoloteando sobre mi

cara. Ella levanta la mano y cepilla la maraña en mi cabello. ‚Mam{ soy yo‛, le

digo. ‚Estoy de vuelta. Estoy bien‛.

Por fin sus labios se mueven. Ella murmura mi nombre. El olor me golpea.

Echa un vistazo a la mesa de noche, lugar de la botella de vino de verda. Severin

resopla ‚Dudo que ella se haya dado cuenta si quiera que estabas desaparecida‛.

Hecho una mirada a su ruda expresión, después volteo hacia mamá. ¿Yo hice esto?

¿Hice tantas cosas tan horribles que mi madre se ahogo en la bebida? Los pies

golpeando con las puntas desde afuera. Voces se acercan. Tamra explota en el

cuarto. Y Az pisándole los talones. Me levanto, respiro y me estremezco, sin saber

que esperar de ella, de cualquiera de ellos.


‚Estas viva‛ Ahoga Tamra. Su cabello no est{ perfectamente arreglado como

de costumbre. La melena de color blanco rizado y salvaje como mi cabello. De

hecho ella se ve como un completo desastre de pies a cabeza. Esta como yo con un

par de pantalones vaqueros y una blusa.

Asiento con la cabeza. ‚Estoy viva‛. Pasa un momento y ella sigue inmóvil.

Nadie habla solo nos miramos la una a la otra. Y entonces nos damos un abrazo.

Sollozando. Al principio pensaba que las lágrimas y esos horribles sonidos

provenían de ella. Pero entonces sentí la humedad de mis mejillas, las vibraciones

a lo largo de mi garganta y pecho. Yo estoy llorando con ella.

Az está allí, también, sus manos delgadas acariciando mi espalda adolorida.

"Lo siento mucho, Tam", le digo.

"¡No, yo lo siento! ¡Yo siempre te culpo por todo y tu sola cargas con la

responsabilidad! Estoy tan feliz de que no hayas muerto. . . muy contenta de que

estés de vuelta. "

Cierro los ojos sintiéndome aliviada. Es esta, si es esta la razón por la que

tenía que volver. Debido a que una parte de mí siempre estará ligada a Tamra. Yo

no la podía haber dejado así nada mas< pregunt{ndose el porqué, sufriendo con

el misterio de mi desaparición.

"Sí, ella está viva, pero Miram está perdida. Mi hija". La voz de Severin se

entromete y las tres nos apartamos. Lo miro, y desconfió de él como si fuera una

bestia o cualquier depredador. Su atención se posa en mí. "Esto no quedará

impune. No esta vez. Haz utilizado tu última oportunidad, Jacinda".

El crujir del piso de madera llama mi atención, proviene de la puerta de la

recamara. Casiann está allí, sin pisar el interior. Pero él está aquí. Ha regresado.

Algo se agita dentro de mi pecho.

"El clan se reunirá dentro de una hora." Vuelvo la mirada al escuchar el

sonido de la voz de Severin.

"Vas a rendir cuentas por tus acciones, para que todos puedan oír".

¿Estoy a punto de hacer frente a un juicio público?

Tales eventos son muy poco usuales en el clan. Recuerdo tan solo uno o dos

juicios públicos a lo largo de toda mi vida, es decir, casi nadie cometía delitos en el


clan. La mirada aterradora de Severin me golpea. "No llegues tarde. No querrás

que envié una escolta por ti.‛ El da la vuelta para irse. En la puerta se detiene y

observa detenidamente a su hijo. ‚En realidad, Cassian. Pens{ndolo bien, ¿Por qué

no te aseguras de que llegue a tiempo?‛ Lo que quiere decir en realidad es que se

asegure de que no me escape.

El alivio que sieento al ver a Cassian se desvanece. El iba a ser mi celador.

‚Eso estar{ bien.‛ Tamra aprieta mi brazo jal{ndome para llamar mi atención de

nuevo con un rostro serio. ‚Yo estaré a tu lado‛.

‚Yo también,‛ dijo Az.

Les sonrió a ambas. ‚Soy tan afortunada de tenerlas‛. Echo un vistazo a

mamá. Sorprendentemente ella está intentando levantarse de la cama. Yo la tomo

del brazo para ayudarla a sentarse.

‚Hare un poco de té,‛ ofrece Az rápidamente, huyendo de la habitación.

Cassian nos observa en silencio desde la puerta a Tamra y a mí mientras

atendemos a nuestra madre.

"Un poco de privacidad por favor", Tamra dice fuertemente sin mirarle. Al

instante, me recuerda la última vez que las tres estábamos solas en una habitación.

Esas horribles palabras. . . que al parecer, mi hermana tampoco ha olvidado. De

reojo, observo su salida. Escucho sus pasos. No irá muy lejos. Justo a la sala de

estar. Él tiene sus órdenes. Él es mi escolta a la asamblea, después de todo. No iba a

irse.

Como si ella pudiera leer mi mente, Tamra dice, "Vamos a estar contigo, Jace.

Mamá y yo. Vamos a estar juntas como una familia. "

Miro a mi hermana mientras ella se agacha cerca de mamá. Mamá me está

observando también, con una mirada más lúcida, más familiar, a diferencia de

cómo hace unas pocas semanas, como a una extraña. Luce como la madre que

recuerdo.

"Has vuelto. Regresaste por tu propia cuenta. Eso tiene que significar algo",

dice ella, lo que hace que me sienta menos preocupada. Y aliviada. Ella sabía que

me había ido. Lo sabía y le importaba. "No estás desvariando. Severin no piensa

racionalmente. Van a ver eso. Nadie anteriormente ha sido castigado

injustamente."

Estoy tentado a preguntar: ¿Qué justicia?


No soy inocente. He hecho cosas que no debería.

Sin embargo, luego mamá me toma la mano y su tacto es cálido y firme. Me

hace sentir igual que cuando era pequeña y ella era mi mundo. Cuando ella y papá

podían hacerme sentir que todo estaría bien con el simple tacto de sus manos.

De repente, no me siento tan sola. Pase lo que pase, sé que tengo a mi familia.

Esto me fortalece y me hace pensar que puedo manejar cualquier cosa.



amra toma mi mano mientras caminamos al centro del municipio.

Otros están fuera, caminando en un firme torrente en la misma

dirección. Mirándome sin disimulo a través de las hebras de niebla –

incluso señalándome. No lucen preocupados de que puedo verlos haciendo eso. ¿Y

por qué deberían estarlo? A sus ojos yo soy la que cometió una equivocación y será

llamada ante el clan para enfrentar un juicio público.

Tamra me da un apretón tranquilizador.

Mantenemos el paso lento para esperar a mamá. Ella camina de mi otro lado,

entrecerrando los ojos a los listones de poca luz pasando a través de la neblina.

Como un topo emergiendo a la luz del día. Cuando alcanzamos la sala de

reuniones, ya estaba atestado. El murmullo de conversaciones que había murió en

cuanto me vieron.

Parte de los cuerpos, se quitan, permitiéndome caminar a los escalones de

enfrente.

Severin está parado ahí detrás de la verja de piedra. Media docena de los

ancianos están ahí, también detrás de él. No soy estúpida. El público no decidirá

nada. Cualquier cosa que pase será lo que él diga.

Cassian no se mueve para pararse entre ellos. Supongo que no puede.

Todavía. No tiene la verdadera capacidad oficial. En lugar de eso, toma posición al

frente de los espectadores reunidos.

Aflojo mis dedos para liberar la mano de Tamra y subir los escalones, pero

ella aprieta su agarre. No me deja ir.

T


‚Iré contigo‛, dice.

Az asiente alentadoramente detrás de ella. Como en acuerdo de que sería lo

mejor.

‚No, tengo que ir sola.‛ Dudo de que ellos dejen a alguien estar parado ahí

conmigo de todos modos. Miro de Tamra a mam{ y Az. ‚Esperen aquí.‛ Les doy

una sonrisa temblorosa. Por ellos. ‚Regresaré. Todo estar{ bien.‛ También digo eso

por ellos. No estoy segura de lo que se supone que va a pasar. Mi estomago se

retuerce, dando enfermas sacudidas. Todavía, no lamento regresar. Tenía que. Por

mi familia. Por Miram y Cassian.

Mientras me paro a lado de Severin, mis infracciones son leídas. Él empieza

con lo pequeño.

Negligencia en cumplimiento de deber.

Dejar los terrenos del clan sin autorización.

Me encojo, pensando en la reacción de la multitud si ellos supieran porque

tuve que dejarlos. Por quien. Esa podría ser casi otra infracción. La voz de Severin

continúa.

Vuelo durante las horas del día.

Contacto con cazadores.

Su voz muerde el aire, dura, sin emoción. No puedo detener el amargo

pensamiento dentro de mi cabeza: Claro que no haría mención que él fue el único

que envió a Miram a espiarme.

‚Nosotros tenemos estas reglas para la seguridad y preservación de nuestro

clan. Para la protección de nuestra raza. Cuando uno de nosotros se pone por

separado y encima de las leyes del clan, el draki nos pone en peligro a todos.‛

Me paro con mis hombros hacia atrás y miro hacia la multitud de mis

hermanos. Sus expresiones son tan embelesadas, tan< expectantes. Algo grande

est{ por pasar y ellos lo saben< salivan por ello. Todos ellos. Escaneo las


familiares caras, mis viejos amigos, vecinos, maestros. De repente ellos me parecen

desconocidos. Echo de menos que alguien alivie mi corazón. Alguien que no tiene

lugar aquí. Will.

Severin continua, ‚Eso es precisamente lo que acaba de pasar. Miram, mi

propia hija, se ha perdido para nosotros por siempre. Incluso aunque estoy parado

aquí, ella está a misericordia de los enkros, sufriendo atrocidades innombrables.

Jacinda debe pagar por su culpa en eso.‛

Hay un leve sonido en la multitud reunida como un< murmullo genera que

yo tomo como aprobación. Yo trago dolorosamente, miro al frente, evitando ver a

mi familia, a Tamra y mam{, a Az< Cassian.

Me sujeto fuertemente a mi misma como un alambre estirado y espero el

veredicto final, sabiendo lo que está por venir. No habrá moderación conmigo. No

esta vez. No otra vez. Severin ha decidido mi destino.

Hago un sonido, una media risa torturada. ¿A quién estoy engañando? Su

decisión fue tomada en el momento que regrese sin Miram.

Aún así, me agito con el anuncio.

‚No hay opción más que cortar las alas de cualquier draki que siga en

insubordinación y nos ponga en riesgo.‛ Me señala con un movimiento de su

mano. ‚En concordancia con la antigua tradición, cualquier draki que ponga en

peligro al clan, pierde el regalo de volar por cuánto tiempo sea necesario.‛ La

calma cae, el silencio es tan ensordecedor, que yo en realidad puedo escuchar el

bombeo de la sangre en mi cabeza.

Cuanto tiempo sea necesario. Queriendo decir cuánto tiempo tarden mis alas en

curarse. Si alguna vez lo hacen. Algunas veces el daño o lesiones en unas alas no se

pueden sanar apropiadamente, dejando al draki permanentemente lisiado.

El aire cobra vida con un repentino grito de Tamra. La chillona voz de Tamra

resuena por sobre el zumbido del silencio. ‚¡No! ¡No! ¡No puedes hacer esto!‛ Su

cara arde con más color del que alguna vez le haya visto desde que se manifestó.

‚¡Es b{rbaro! ¡Déjenla en paz! ¡Eso no tiene nada que ver con esto!‛


La cara de mi madre pierde todo color mientras envuelve un brazo alrededor

de Tamra, jalándola atrás cuando se ve lista para subir los escalones. Tamra lucha

por un momento antes de enterrar su cara contrala de mamá.

Los ojos de mamá ya no están muertos, ni vacíos. Pero casi deseo que lo

estén. Mejor que esto. Tan llenos de angustia y dolor.

Severin ignora el arrebato, solo el persistente tic en su quijada mostrando que

ha escuchado a Tamra –o desaprobado. Es Tamra. Todavía la necesita, tolerará su

interrupción.

Su siguiente mandato se desliza a través de mí, cortando profundo.

‚Y Zara también deber{ cargar con su responsabilidad.‛ Severin le da un

vistazo a los ancianos, como si pudieran objetarle meter a mi madre en esto, antes

de añadir, ‚Zara se encontró directamente en su papel como madre y sus

responsabilidades con sus dos hijas y el clan.‛

Esto es algo que no esperaba.

‚¿Qué?‛ Grito, mirando con ojos desorbitados hacia donde mi madre está

parada, sus ojos despiertos, alertas y ajustándose.

Severin continúa con voz monótona. ‚Ella est{ desterrada y debe dejar el clan

inmediatamente. Desde este día en adelante, ella ya no será considerada un draki y

deber{ hacer su vida en el mundo humano.‛ Los labios de Severin se retraen sobre

sus dientes en gesto despectivo. ‚Como ella siempre deseo.‛ El añade esto con

decidido deleite, y yo sé que él está disfrutando con esto.

‚Espera,‛ grito. ‚¡Yo iré con ella! Destiérrame también.‛

Severin tuerce el gesto lentamente. ‚Tú no tienes opción en tu castigo.

Adem{s‛ –me mira fríamente, y siento escurrir una lagrima bajo su meticulosa

mirada –‚tú todavía sirves a un propósito.‛

Una maldición sale de los labios de Tamra. Az se aferra a su brazo, ayudando

a contenerla.


Yo no sé que es peor. El uso implícito que él me dará, la inminente

trasquilación de mis alas, o perder a mamá. Cada opción es horrible de modos

diferentes.

Todo matará una parte de mí.

Esto –combinado con dejar ir a Will y el sueño de nosotros yéndonos y

aguantando la culpa del destino de Miram –todo esto es demasiado. ¿Qué otra cosa

puede pasar? ¿Cuánto más puedo soportar?

Inmóvil, esperando anormalmente mientras todo lo que ha pasado me golpea

en una neblina. La vida está fuera de control y estoy en el centro de todo.

Miro a mí alrededor, a través de la serpenteante neblina de Nidia,

envolviendo nuestro clan. Fantaseo con volar dentro de esta, escapando con mamá

y Tamra.

Solo es eso. Una fantasía.

Severin hace una señal y un par de guardias con sus repugnantes brazaletes

llegan a escoltar a mam{ lejos. ‚Vean que no tome más que ropas con ella. Nada de

gemas que pueda esconder en su persona.‛

‚¡Mam{!‛ Grita Tamra, luego mira desesperadamente a Severin. ‚¡Espera!

Por favor déjame hablar con ella. Solo un momento a solas–‛

‚¿Para qué entonces ella te pueda decir cómo contactarla?‛ Severin sacude su

cabeza. ‚Lo siento, pero no. Como dije, ella es un humano ahora, y un draki no

trata con humanos.‛ Sus ojos caen sobre mí mientras dice esto y no me equivoco

sobre la acusación ahí. Con un truene de sus dedos, mamá es arrastrada lejos.

Me lanzo hacia delante pero una dura mano me para. Trato de encontrarme

con la mirada de mamá. Comunicarle algo, ofrecerle algo a ella. ¿A dónde irá?

¿Qué hará? ¿Cómo alguna vez la podré encontrar otra vez?

¿Alguna vez la volveré a ver?

‚Traigan adelante a los cortadores.‛


Esa orden agita algo alrededor de mí. Más movimientos borrosos, más voces

murmurando. Estiro el cuello, pero ya no puedo ver a mamá –ya no la pudo ver en

la ráfaga de actividad.

Mis dos brazos son agarrados y soy arrastrada a un bloque que noto por

primera vez, posicionado unos metros lejos del estrado. Nadie presta atención a mi

hermana cuando ella ruega que se detengan.

Soy forzada sobre mis rodillas encima de la superficie de madera.

Aparentemente ellos quieren que nadie se pierda el espectáculo. Y esa es la

manera de ser del clan, me doy cuenta. Mientras y hasta que Severin sea el líder.

Gobierna con el miedo, a través de la intimidación, a través de tratos, con

habladuría e indirectas. Esta es la manera de ser de Severin y seguirá siendo así

mientras este en el cargo.

Soy ordenada a manifestarme.

Levando mi quijada, y miro hacia el frente. Ellos no pueden hacérmelo.

La orden viene baja. Todavía no pueden obligarme. ¿Por qué hacerlo fácil?

Lúgubre satisfacción crece en mi interior mientras que la cara de Severin se va

poniendo de un marcado rojo con la furia. El cae pesadamente a mi lado,

recordándome de su fuerza y poder.

Él dice palabras duras en mi oído, su mano grande bajando en la parte de

atr{s de mi cabeza. ‚Estoy seguro, que puedo hacer que tu hermana se manifieste.

Ella es tan inexperta. Podría ser una cosa tan fácil inspirar miedo en ella. ¿Así que

qué va a pasar? ¿Tú? ¿O Tamra? De cualquier manera alguien tendrá sus alas

cortadas hoy.‛ Me giro y veo su cara, odio por como est{ ejerciendo olas de presión

sobre mí.

Susurro con voz quebrada. ‚Tú no podrías–‛

Sus dedos presionan profundo contra mi cr{neo. ‚Ella no podr{s seguir

sirviendo a su propósito sin volar.‛


Viendo en sus negros ojos, no logró decidir si es en serio o no. Pero no voy a

averiguar si es cierto o no. Me sacudo de su agarre.

No digo nada. No le voy a dar el placer de escuchar mi aceptación. Hago una

respiración profunda y me manifiesto.

Mi forma humana se pierde tan rápido que no tengo tiempo de sacar mi

playera antes de que mis alas salgan libres, jalando la tela con un horrible sonido

que imita mis huesos estirándose y crujiendo.

Mi ala lesionada tiembla, colgando bajo. Se ve rota. Ya cortada. Una amarga

sonrisa tuerce mis labios. A nadie le importa. Está a punto de ser aplastada de

cualquier manera.

Incluso así, es probablemente mi manifiesto más rápido. Pasa con velocidad

furia y miedo. Furia por el poder de Severin. Miedo por lo que voy a soportar. El

acre sabor de esto baña cada respiración.

Si no estuviera agarrada de mis dos brazos. Probablemente hubiera perdido

el equilibrio y caído en el bloque.

Arcadas de terror pasan a través de mí en olas de centelleante calor. Yo solo

puedo sentir esto. Vivir esto ahora. Soportar<

Alguien llega demorando los cortadores, y luego eso es todo lo que puedo

ver. El destello de las cuchillas moviéndose lentamente hacia mí. Ellos se ven como

largas sierras. Parece doloroso.

La multitud es un ensordecedor camino ahora. Una mezcla de aplausos

aprobatorios y afiladas protestas. Al final creo oír unos pocos gritos de protestas.

Quiero pensar que no todos están de acuerdo que es un castigo que merezco. No

todos están sedientos de mi sangre.

Mi hermana grita y maldiciones queman mis oídos, y yo sé que ella está ahí,

atormentándose por lo que está pasando.

Por lo que está a punto de pasar.


No puedo ayudarla. Rezo por que ella tan siquiera sepa que no puede

ayudarme.

Nadie puede.

Ella grita mi nombre una y otra vez. Un riachuelo de lágrimas bajan por mi

mejilla, siseando en mi sobrecalentada carne.

Luego, en el rabioso frenesí, veo la cara de Cassian, sus profundos ojos,

desnudos y vivos sobre mí. El ahora está en el estrado, donde no debería estar,

empujando en su camino a través de los ancianos para alcanzarme.

Entonces lo recuerdo. Escucho su profunda voz semanas atrás prometiendo

protegerme. O por lo menos tratar. ¿El piensa que ahora puede? Es demasiado

tarde.

Solo el no se tira por mí. Él es apegado a su padre, agarrando su brazo a

través de su voluminosa toga y hablando furiosamente, sus labios moviéndose

rápido, el color subiendo en sus mejillas color oliva y sus movimiento

desenfrenadamente hacia mí.

No puedo oír sus palabras sobre el barullo, pero yo veo Severin está

escuchando< y luego el me mira otra vez, su mirada atenta, considerando.

Lloro mientras soy forzada a girarme alrededor para dar mi espalda al clan.

Mi mirada se mueve desenfrenadamente, viendo nada más que el frente de las

puertas dobles de la sala de reuniones ante mí.

Esto es todo.

Manos agarran mis alas, estiran la áspera membrana delgada incómodamente

tensa. Yo grito por cuanto esto lastima mi ala herida.

Comprimo mis labios y vapor escapa de mis orificios nasales. Dedos se meten

y pinchan, buscando el mejor lugar para cortar. Bilis surge en mi garganta. Me

siento violada, saqueada, por el áspero manoseo.


Instintivamente, fuego surge detrás de mi garganta, listo para defender, para

protegerme. Muerdo mi labio hasta probar el sabor de la sangre fluyendo sobre

mis dientes.

Dulce metálico, se mezcla con el sabor de carbón y ceniza.

Pesadas manos empujan mi cabeza abajo hasta que mi quijada toca mi pecho.

La postura fuerza mi espalda en una curva alta. Mis alas se estiran alto sobre mí, se

exponen, la abrasadora sabana de telaraña suspendida para el corte perfecto.

Silbo, tiemblo violentamente mientras la primera punta fría de metal toca uno

de mis tensos tendones entramando mi ala derecha.

Las manos en mis brazos agarran fuertemente, hasta que ya no puedo sentir

la sangre en mis bíceps<

‚No se muevan.‛ Advierte una voz. ‚Odiaría tomar tu ala entera.‛

Me ahogo en un sollozo y todavía agarrada. Luego estoy libre.

Nadie me toca otra vez. No hay frío metal tocando mi ala, listo para romper y

cortar<

Tropiezo fuera del bloque, caigo al concreto. Lagrimas pican en mis ojos,

enturbiando mi visión de Cassian parado sobre mí, mirando abajo hacia mí con un

brillo anormal en los ojos, su pecho inflándose en calientes respiraciones.

La voz de Severin retumba a través del aire, silenciando los ruidos del clan.

‚Una alternativa a cortar la ala ha sido propuesta y considerada aceptada.‛

Mi cabeza se gira en dirección a Severin. La esperanza salta en mi corazón y

yo sólo puedo pensar que lo haré. Cualquier cosa. Cualquier alternativa sería

mejor.

¿Qué podría ser peor que ser lisiada, potencialmente amputada de por vida?

‚Jacinda deber{ vincularse con Cassian hoy, y ella ser{ perdonada<‛


Todo el calor se drena de mi cuerpo. Estoy fría por dentro.

Me levanto inestablemente, parada distantemente y todavía como una estatua

observando sobre el mar de caras aturdidas. De cualquier manera, nadie está más

aturdido que yo.

Mi mirada se encuentra con Cassian. Sus ojos están tan fríos como me siento

por dentro, negros sin alguna pista de luz. Ni viento. Ni cielo. Nada.

Sus labios se presionan en una tensa línea como si eso lo detuviera de explicar

porque ha hecho esto. Escruto su cara, observando, buscando algo, intentando

entender, intentando encontrar la respuesta ahí.

¿Esto? ¿Esto es lo que él ofreció a su padre como una solución? ¿Por qué lo ha

hecho? ¿Él realmente se quiere unir conmigo? ¿O él solamente está haciendo el

gran sacrificio? Él no se ve feliz acerca de esto< acerca de perderse a sí mismo por

salvarme.

‚Ella est{ de acuerdo.‛ Anuncia Cassian, viéndome a los ojos, retándome a

estar en desacuerdo. Porque él sabe que no puedo. No con mi otra alternativa.

Nadie espera a que confirme la proclamación de Cassian. Soy sacudida lejos.

Los ancianos me dejan en los brazos de sus parejas, hembras siempre felices de

serviles a ellos y al clan. Lo que ellos esperan en que me convierta. Displicente.

Obediente. Yo casi me río de esta imagen. Esa nunca podría ser yo.

Estiro mi cabeza, viendo a mi derecha mientras bajo los escalones, tratando

de cachar una mirada de la cara de Tamra, necesitando verla.

El hielo se estrella en mi corazón cuando finalmente lo hago. Todo en ella es

un lavado de palidez. Su cabello. Su cara. Incluso sus ojos están descoloridos,

claramente helados. Sus labios entreabiertos, tiemblan ligeramente abierto con

palabras que no surgen.

Y mamá. En la pesadilla de los últimos momentos, me había olvidado de ella.

La busco, pero claro que ella ya se ha ido. Su castigo no ha sido revocado solo

porque yo he sido perdonada. Perdonada. ¿Lo he sido?


Trabo mis ojos con Tamra mientras paso de largo, tratando de expresarle que

lo siento, que yo no quiero que esto pase, que no va a pasar. No pasará.

Pero mientras estoy siendo llevada lejos me doy cuenta que eso es una

mentira. No puedo detener nada de esto.

Tal vez me he estado engañando a mi misma creyendo que puedo controlar

algo –que podría evadir el destino que el clan me escogió hace mucho tiempo.


CCaappííttuulloo 2233 Traducido por Carmen

a noche está en calma, aun con tantos rodeándome a cada lado. Esta

niebla parece más oscura, más gris que su blanco calcáreo usual, y me

pregunto si esto tiene que ver con el estado de ánimo de Tamra.

Soy guiada hacia el campo de vuelo. Las altas hierbas ondean en contra de

mis piernas mientras nos dirigimos al área central. Las montañas se sientan como

testigos silenciosos, grandes formas dentadas, salpicadas contra el horizonte.

Vestida con un manto ámbar exuberante, tengo la impresión de ser el cordero

proverbial conducido a su matanza. Cuando arribamos al sitio donde generaciones

de draki han sido vinculadas, localizo el círculo ribeteado en titanio sobre el

terreno. No es difícil de hacer. Los zafiros que lo rodean resplandecen por la noche,

de un bello azul, hipnótico. Sólo los zafiros, una de las piedras más fuertes en la

tierra, rodean el círculo de titanio. El anillo simboliza la unión irrompible entre dos

draki.

Aparto la vista del círculo en el momento que soy guiada hacia él. Me colocan

solo fuera de eso. Cassian ya espera al otro lado del anillo, lleva puesto un manto

de un brillante color negro. Miro por un momento fijamente su rostro, que muestra

claramente lo que soy.

El Clan está silencioso, mirando absortos.

No miro a mí alrededor. No busco a Tamra, pero sé que ella está aquí. Viendo

junto con los demás como me vinculo a con Cassian. Siento sus ojos en mí.

Manos quitan nuestros mantos, y somos dirigidos a beber el cáliz ceremonial.

Mis labios tocan el borde de la copa, de la que generaciones de draki

L


bebieron para sellar sus enlaces. Mis padres. Parpadeo mis ardientes ojos. Esto es

más duro de lo que imaginaba. Hacer esto y entonces decirme que esto no significa

nada es más difícil de creer de lo que pensé.

Esto no es una unión verdadera. Yo no entro en la unión libremente, entonces esto no

cuenta.

Pero me acuerdo de las palabras de mi madre, Algo ocurre, algo cambia, cuándo

eres vinculada en ese círculo, Jacinda.

¿Estaba ella en lo correcto? ¿Cambiarían esto las cosas? La cara de Will

aparece en mi mente. No puedo dejar que esta ceremonia quité algún trozo de él en

mí y reemplazarla por Cassian. No puedo. No lo haré.

Lamo la última gota de vino de mis labios y observo a Cassian beber del cáliz

enjoyado, sus labios tocan el mismo borde del cual bebí.

Severin habla, pero deliberadamente bloqueo el sonido de sus palabras, su

voz. He asistido a ceremonias de vinculación antes. Sé lo que él dice. No quiero

oírle decir las palabras.

Entonces aparece. El Alijo de Joyas de mi familia.

Lucho con el nudo en mi garganta y mi dura mirada se clava en la caja fuerte,

pensando en la piedra ámbar perdida – vendida lejos cuando estábamos en

Chaparral. Siento una oleada de posesión cuando la mano de un anciano excava en

su interior, hojeando su contenido. No es su derecho. Usualmente un padre de la

pareja consolidada hace esto, pero en este caso estoy sin un padre.

Las gemas de Cassian son las siguientes. Su padre cava dentro de la caja de su

familia.

Las gemas son retiradas al mismo tiempo. Parpadeo en la hermosa perla

negra removida de la caja de Cassian. Perfectamente redonda, llena la palma de su

padre. Un pedazo ámbar es seleccionado del alijo de mi familia. Claramente

recuerdo cada gema en esa caja y la reconozco por ser la última piedra ámbar que

queda. Sé por qué escogieron esta. Esta es la piedra que más me representa.


El ámbar y la perla son sostenidas en alto, exhibidas antes el clan. Una gema

de cada uno de los escondrijos de nuestra familia. Dos gemas para empezar

nuestro legado, juntos. Nuestra familia.

El nudo en mi garganta crece y por más que lo intento, no puedo tragármelo.

Juntas, unidas, las dos piedras proyectan un resplandor diferente, una

energía diferente completamente. Oigo su canción susurrante y veo como las

colocan en una caja nueva. Lacada en color negro con tallas de rojo fuego

esculpidas sobre la tapa. Esto es nuestro. Mío y de Cassian. Y me pregunto cuánto

hace que fue hecho en preparación de este momento.

Entonces es hora. Debemos empezar nuestro ascenso. Nuestro último vuelo

como individuos independientes.

Con nuestros ojos cerrados, nos levantamos del suelo y nos remontamos.

Ignoro la punzada de dolor en mi ala herida y me elevo, me elevo, me elevo.

Mi cara enfocada hacia el viento frío, húmedo, disfruto del gusto de estar en

el cielo otra vez – a pesar de mí misma. A pesar de no querer que me guste nada de

eso, en este momento. Volar siempre ha sido mi bálsamo. No puedo resistir la

dulzura de eso... no después de saber que casi perdí esto cuando estuve tan cerca

de perder mi ala.

Mis alas trabajan, palmotean el aire, me llevan más alto y más alto. Es como si

yo corriera alejándome de todo, esforzándome por alejarme del clan como me es

posible. Cierro mis ojos, saboreo el viento que se apresura y corre contra mi cara.

Por un momento, el pensamiento pasa como un relámpago por mi mente de

sólo continuar, desvanecerme, desaparecer en el cielo. Nunca descender. Al menos

no sobre los terrenos del clan.

Entonces veo a Cassian, serpenteando a través de la niebla y las nubes

conmigo. Sus grandes alas brillan más oscuras que la noche, velas poderosas de

ónice con matices de púrpura.

Su mirada fija sujeta la mía mientras nos torcemos y giramos en espiral hacia

arriba. Y sé. Él sabe mis pensamientos. Él sabe pero su cara no revela nada.


Y de pronto lo entiendo. Lo siento profundo en mi pecho donde el fuego y el

carbón moran.

Él me dejaría ir. Escapar en la noche, desaparecer tamizada entre las nubes y

la niebla.

La elección está en mis manos.

Me imagino esto. Me lo imagino volviendo al clan sin mí. Frente a todos,

avergonzado y abandonado. Ellos por supuesto, me perseguirían. Probablemente

no iría muy lejos. No tengo una probabilidad, realmente.

Repentinamente, él se detiene. Flota a la deriva. Me detengo, también,

impulsada por el aire.

Lo afronto. Varias pulgadas nos separan. Las nubes nocturnas van a la deriva

debajo de nosotros, encima de nosotros. Mechones fríos vaporosos flotan a nuestro

alrededor como humo enfriado.

Percibo el vislumbre de su cara a través de los bancos de aire nublado. Un

destello de brillante carbón vegetal, los ojos semejantes a la obsidiana.

‚No será real," le digo. Mi voz es barrida en el viento, y no estoy segura que

me oyó hasta que me responde.

‚Ser{ lo suficientemente verdadero.‛

¿Lo suficientemente verdadero? ¿Para él? ¿Qué es lo que dice? ¿Él piensa en

una unión donde sólo uno de nosotros está completamente comprometido? ¿Para

cualquiera de nosotros? ¿O se mantiene en formar esa conexión que nos atará

juntos?

Ya he perdido tanto este día. Will. Mamá. Echo un vistazo abajo. Tamra

espera allí, muy abajo, tan traicionada como lo estoy por el clan.

Alzo mi mirada fija de regreso a Cassian. No será real. Esto no será real.

Nado por el aire hacia él. Esto es la única respuesta que él necesita.


Por ahora, esto es lo que yo debo hacer. Lo que el momento exige.

Sus ojos se suavizan mientras nos abrazamos, hacemos lo que los draki han

hecho durante milenios. Sus manos se detienen amablemente donde me tocan.

Uno en mi espalda entre las alas, y la otra en mi cadera. A pesar de eso, su mirada

no es menos intensa, perfora en mí como si se aprendiera de memoria todo sobre

mi cara, todo en este momento.

Cierro mis ojos e intento olvidar. Pienso sólo en Will. Que le veré otra vez.

El cuerpo de Cassian es roca sólida contra la mía, y recuerdo que fue criado

para ser un guerrero. Rudo e inquebrantable, pero me siento segura entre sus

brazos, no amenazada por su poder, su fuerza.

Cubiertos el uno contra el otro, empezamos nuestro descenso. Mi estómago

cae, lanzado a mis pies. Es como el sueño, la pesadilla. Caigo, incapaz de elevarme.

de refrenarme.

Caigo y no hay remedio.

Donde ascendimos como dos, descendemos como uno. Esto es la vinculación.

Esto es lo que nosotros debemos hacer. De lo que se trata todo.

Siempre había pensado en el rito como algo romántico, algo especial que

compartiría con alguien un día. Aun así, parecía muy lejano. Una posibilidad

remota. Pero ahora es real. Me ocurre ahora mismo.

Los brazos de Cassian me sujetan mientras caemos en picada. El aire ruge

delante nuestro mientras bailamos girando en un circulo que acelera, cayendo,

rápidamente a tierra. Mi pelo vuela por encima de mi cabeza. Incluso el pelo de

Cassian se rasga de su cara y se agita como cintas oscuras en su cabeza.

Nos contemplamos el uno al otro, nariz con nariz, el aullido del fuerte viento

es como un tren de carga en nuestros oídos como giramos en espiral hacia el Clan

que nos espera debajo.

No es solamente él sosteniéndome. Le agarro estrechamente. Nuestras piernas


se enredan y resbalan unas contra las otras.

Es como si en verdad nos adherimos el uno al otro en este momento... como si

buceáramos hacia nuestras muertes. Y supongo que ese es el punto. El acto

simboliza la muerte de nuestras identidades independientes y el principio de

nuestra unión como uno.

No respiro. No puedo incluso si lo deseara. Nos movemos a una velocidad

inimaginable, el aire es demasiado rápido para entrar en mis estrechos pulmones.

Repentinamente, las nubes se esparcen y es claro. La densa niebla se afloja.

Pulgadas antes de chocar violentamente contra la piel dura de la tierra,

desplegamos nuestras alas, nos detenemos y suavemente aterrizamos dentro del

anillo de piedras.

Juntos. En los brazos del otro. Draki vinculado.

No diviso a mi hermana en ninguna parte de las festividades que siguen.

Estoy todo el tiempo rodeada brindando, asediada por comida y buenos deseos.

Como si no estuviese de pie en el bloque hace poco con cortadores en mi

espalda. Ahora me he puesto a prueba a mí misma. La unión con Cassian convence

a mi Clan, al fin, que soy uno de ellos. Incluso si ellos no confían aun en mi

completamente, confían en el proceso de vinculación... y confían en Cassian.

Por las festividades, busco a Tamra, pero no la veo.

Necesito verla. Necesito asegurarme que ella está bien. Que lo estamos. Mi

cara se siente apretada, mis ojos adoloridos.

"Ven," murmura Cassian, levantándose de la larga mesa donde estamos

sentados. Su gran mano encierra la mía, la palma áspera de su mano roza mi piel.

"es tarde‛.

Sobre las protestas alegres dejamos la celebración juntos. Pero no antes de

que divise a Severin, bebiendo y sonriendo. Aparentemente sus pensamientos para

su hija pasan al olvido. Su mirada se encuentra con la mía y él alza su copa en un

silencioso brindis, feliz de tenerme en su familia, en sus garras al fin.


Él piensa que ha ganado. Que me ha derrotado.

‚¿Se van ya?‛ Corbin da un paso en nuestro camino.

‚Jacinda est{ cansada. Ella ha tenido un largo día‛, contesta Cassian en una

voz que no revela nada.

Corbin fulmina con la mirada a su primo, sus pupilas convertidas en rendijas.

"y estoy seguro que estas deseoso de arroparla.‛

Mi aliento escapa en un siseo. La alarma me llena cucando comprendo lo que

insinúa. Cassian y yo estamos unidos ahora.

"Cuida tu boca," le advierte Cassian, su voz tensa, su mano aprieta la mía

débilmente. Su cólera me llega con fuerza plena, pesada como una gran ráfaga de

niebla. Y es más que la cólera. Es posesión, necesidad.

Me sobresalto en las sensaciones que me bombardean y jalo mi mano de la

suya, desesperada por cortar el contacto, cualquier cosa para reducir el vínculo

entre nosotros. ¿Es esto entonces? ¿De lo qué Mamá habló? ¿La conexión?

¿Seremos siempre el barómetro emocional uno del otro? Estupendo.

Corbin sonríe ampliamente y se mueve a un lado. "Por supuesto".

Rescatando mi mano, Cassian camina en línea por delante de su primo,

llevándonos lejos. Le sigo, sellándome en un capullo de entumecimiento,

esperando no dejarle entrar. Mis piernas se mueven automáticamente. Sólo cuando

pisamos mi porche, me doy cuenta dónde estamos.

"Ésta es mi casa," digo.

"Mi papá me dijo que debemos vivir aquí".

Parpadeo y echo un vistazo alrededor. ¿Viviré con Cassian aquí? ¿En la casa

donde crecí?

Y entonces lo entiendo. Nadie más vive aquí ya. Mis padres ya no están.

Tamra está con Nidia. Severin se había encargado de que mamá esté fuera de la


foto. Estoy solo yo aquí. Y ahora mi consorte vinculado.

Contemplo la puerta principal como si no la conociera. Y supongo que no lo

hago. La casa ya no es mía. Es de Cassian ahora. Y por extensión de Severin,

también.

Un Nuevo extraño Mundo me espera en el otro lado. Un futuro con Cassian.

Mi estómago se rebela, irritado con ácido. No. Mi futuro no es éste. No es

algo endosado en mí. Mi futuro es mío. Algo de mi elección. Algo, me percato, que

eso incluye a Will. Sé que ahora más que nunca.

Niego con la cabeza. ¿Cómo le pude haber dicho que no nos pertenecimos

juntos? Él lo es – el indicado. El único. No importa lo que él es, lo que yo soy...

Encontraré la manera de estar con él otra vez.

Cassian abre la puerta y juntos entramos en la casa.



pesar de lo tarde, tomo un baño dejando que el agua caliente relaje y

tranquilice mis cansados y abusados músculos. Me quedo ahí

sumergida entre el agua hasta mucho después de que mi piel se

arruga como una uva pasa, y tengo que admitir que es más que solo el deseo de

relajación lo que me mantiene en el baño.

No oigo nada al otro lado de la puerta. Saliendo del agua, me seco y me visto,

dejando el santuario del baño, lista para enfrentar a Cassian. Mil palabras

diferentes se queman en mi lengua, listas para salir.

Doy un vistazo a mi habitación, y me alegra no encontrarlo ahí. Respirando

temblorosamente, camino por el pasillo hacia la sala. Él se levanta del sofá cuando

entro a la habitación. Me recorre con la mirada, deteniéndose en la caída de mi

pelo mojado. Antes de que pueda decir nada, él pregunta, "¿En qué habitación

quieres que duerma?" Parpadeo aunque eso es muy típico de Cassian. Directo al

punto. Él continúa, "Me imagino que tú todavía quieres dormir en tu habitación.

Yo puedo dormir en la habitación de Tamra o en la de tu mamá."

El alivio me inunda. No puedo negar que estaba preocupada por este

momento, preguntándome qué esperaba él. Preguntándome sobre mí reacción

hacia él con esta nueva... cosa entre nosotros.

"E-el cuarto de Tamra." le ofrezco. Hacer que él pase las noches en el cuarto

de mi hermana me parece que puede funcionar.

Nos quedamos ahí parados como estamos, mirándonos fijamente y sin

movernos. Y aun así, las palabras fluyen entre nosotros, sin ser pronunciadas.

A


Jugueteo con mis manos, y termino torciendo mis dedos hasta que quedan

insensibles, sin sangre.

Hay mucho que no entiendo, por qué está haciendo esto, por qué no está

presionando el asunto de la intimidad ahora que estamos vinculados. No soy

idiota. Aunque yo no acepté nada, sé que hay ciertas expectativas que vienen con

el acto de vincularse. Nos enseñan la importancia de procrear desde el primer día

en primaria. La colonia debe sobrevivir.

En la cocina el congelador resuena y yo casi salto con el repentino sonido. Sus

ojos miran alrededor como un pajarillo nervioso buscando un lugar donde posarse.

Me doy cuenta de que él también está nervioso, o tal vez

puedo sentirlo. Definitivamente por primera vez. Nunca había visto a Cassian

nervioso.

Creo que debería agradecerle, expresarle mi gratitud por haberme salvado de

que me cortaran las alas. Las palabras se atoran en mi garganta.

Finalmente él se aclara la garganta. El sonido es fuerte y chillón. "Sé que

tomará tiempo para que esto te parezca real."

Solamente puedo mirarlo fijamente. ¿Tiempo? ¿Él piensa que el tiempo me

ayudará a aceptar? ¿Puede alguna vez un prisionero acostumbrarse a su celda? ¿O

tal vez piensa que con el tiempo empezaré a confundir nuestra conexión con otra

cosa? ¿Algo más?

"Sé que estas preocupada por esta noche."

Claro. Estamos conectados. Él siente el miedo que me recorre por dentro,

haciéndome querer saltar fuera de mi piel.

"Te daré tiempo, Jacinda. Puedo ser paciente. Tenemos mucho tiempo para...

para lo que sea correcto."

Entonces voy a tener una tregua. Pero, ¿por cuánto tiempo? ¿Por cuánto

tiempo podré mantenerlo a un brazo de distancia? Oh, Cassian nunca forzará este

asunto, pero ¿por cuánto tiempo voy a poder fingir que somos una pareja

verdaderamente vinculada ante los observadores ojos de la colonia? Ante Severin.


¿Cuánto tiempo antes de que me dé por vencida y tome el camino fácil,

olvidando lo que realmente quiero.... quien soy realmente? Olvidando a Will.

La cara de Will se materializa en mi mente, y la respuesta me llega

claramente. Nunca.

Realmente no tendré que pretender que estamos verdaderamente vinculados

por mucho tiempo. Inhalo una fortificante bocanada de aire. Una semana. Solo una

semana y seré libre.

Deslizándome entre la cama, suspiro, apreciando la confortable familiaridad

de mi suave almohada. El edredón relleno de plumas que huele vagamente a

lavanda me rodea y me recuerda a mamá. Las estrellas del techo brillan, aun

después de todos estos años. Todavía están ahí. Aun cuando papá no. ¿Cómo pasó

todo esto? ¿Cómo he perdido tanto? Papá. Mamá. Giro mi cabeza hacia la

almohada y libero un llanto entrecortado en sus profundidades. Pero Will no. No

lo perderé a él también. Y no perderé a mi hermana. Mañana. Buscaré a Tamra y le

contaré todo. Todo. No más secretos.

Le contaré sobre el plan de Will de esperarme fuera de la colonia dentro de

una semana. Le preguntaré si quiere ir conmigo cuando me encuentre con él. Le

pediré que huya con nosotros, que venga con nosotros a donde sea que vayamos.

Podemos encontrar a mamá. Tiemblo un poco ante la perspectiva, un poco

asustada por confesarle tantos secretos... asustada de que podría perderla a ella

también. No podría soportar eso. Aprieto la almohada con más fuerza, tratando de

convencerme a mí misma de que eso no va a pasar. Tamra tiene que estar lo

suficientemente desilusionada con la colonia como para aceptar irse. Desterraron a

mamá. Casi cortaron mis alas. Y ahora, el único draki que ella habría querido para

sí misma está vinculado a mí. ¿Por qué querría quedarse? Froto mi cara contra la

almohada y deslizo mi mano debajo de esta, rozando el crujiente borde de un

papel. Con el corazón palpitando muy fuerte en mi pecho, cierro la mano

alrededor de la hoja de papel. Sentándome, enciendo la lámpara, apartando

ansiosamente el pelo mojado de mis ojos para poder ver.

En realidad solo es un pequeño recorte. Algo rasgado de un viejo sobre.

Cuatro palabras me miran fijamente, escritas apresuradamente con los garabatos

de mamá.


Recuerda la Palmera.

Es una pista. Una guía. Abrazo el papel contra mi pecho, forzando los ojos en

la penumbra de mi habitación. Mamá dejó esto para mí. Está tratando de decirme a

donde se dirige. ¡En donde puedo encontrarla!

Y no le encuentro ningún sentido.

Aun así, me da esperanzas. Una esquina de mis labios empieza a curvarse.

Mamá está ahí afuera, esperándome. Ella no hubiera escrito esto a menos de que

pensara que yo podría descubrir lo que significa.

Aprieto mis dedos alrededor del pedazo de papel. Lo recordaré. O Tamra lo

hará. Y juntas encontraremos a nuestra madre. No estoy derrotada. Severin no ha

ganado.

No veo a Tamra al día siguiente. Ni el día después de ese. La semana pasa

lentamente, y con ella mi ansiedad crece, algo oscuro y sombrío llenando mi

corazón.

Había olvidado que era costumbre para los recién vinculados quedarse en su

casa, sin ver a nadie, haciendo nada más que familiarizarse con su nueva vida

juntos. Es una especie de luna de miel. Severin lo esperaba, y ya que había jurado

actuar sumisa y obediente, no tengo más remedio que hacer mi parte.


Miembros de la colonia vienen y van, nunca anunciándose. Oigo sus pasos,

sus susurros frente a la casa mientras dejan comida y regalos en la entrada.

Cualquier cosa y todo para hacer especial nuestro tiempo juntos.

En nuestro último día de soledad forzada salgo al porche para recoger una

canasta de pan y muffins recién horneados que había visto a Nidia dejar más

temprano, y también una jarra de limonada que alguien más había dejado.

Con un brazo alrededor de la canasta y abrazando la jarra contra mí, veo un

movimiento al otro lado de la calle. Me quedo quieta y veo la causa.

Corbin está apoyado en contra de una columna de su porche, con los brazos

cruzados sobre su pecho. Me mira fijamente como siempre lo ha hecho. Presumido

y determinado. Sacudo la cabeza y comienzo a volverle la espalda. No tiene

sentido que todavía me siga mirando de esa forma. No después de que me he

vinculado con Cassian. No somos nada. Él ya tiene que saber eso. Ahora tiene que

dejar su estúpida obsesión.

Entonces Jabel sale al porche y lo llama. Cuando ve a Corbin mirándome,

sigue su mirada y frunce el ceño. Su voz flota a través de la calle, resonando con

censura. Se supone que se debe dejar solas a las parejas vinculadas durante este

tiempo, y creo que la intensa mirada de Corbin no constituye eso.

"Corbin," ella lo llama con una voz más dura. Cuando su mirada se encuentra

con la mía, me dirige una media sonrisa. Me he vinculado con Cassian. A sus ojos

he reafirmado mi compromiso con la colonia. Ahora soy parte de su familia. Tal

vez eso disminuye el dolor por haber perdido a Miram.

Le ordena entrar a Corbin. Aun así, él no se mueve. Solo me mira con esa

consumidora mirada suya que me pone los nervios de punta. Pero ahora estoy

vinculada a su primo, estoy fuera de su alcance.

¿Entonces por qué? Él no sabe que todo es una farsa. No puede saber eso. Y

aun así, me mira fijamente.

Me giro y entro a la casa, con mi piel cosquilleando todavía sintiendo su

mirada vigilante.


Cassian y yo comemos en silencio, nuestra última comida a solas. Entonces

me doy cuenta de que todas las noches que quedan de esta semana serán así. Él.

Yo. Solos.

En el día iremos por caminos separados, cumpliendo con nuestros deberes,

socializando, viviendo. Pero nuestras noches están reservadas para nosotros. Mi

piel tiembla, el calor serpenteando profundamente bajo la piel. Por supuesto, hasta

que haga mi escape.

"¿Tienes planes para mañana?"

"Voy a ver a mi hermana," respondo la verdad, antes de pensar que tal vez no

debería haber mencionado a Tamra.

Él asiente, raspando su plato con el tenedor. "Tal vez debería ir contigo<‛

‚No creo que eso sea buena idea,‛ digo r{pidamente.

Él asiente nuevamente, proces{ndolo. ‚Est{ bien.‛

Apuñalo un pedazo de pescado en mi plato. No necesito que esté presente

cuando le diga a mi hermana que planeo escaparme con Will y que quiero que

venga con nosotros.

‚Por ahora,‛ añade.

Levanto la mirada, frunciendo el ceño. ‚¿A qué te refieres?‛

Él continúa. ‚No puedo esconderme de tu hermana para siempre. Tenemos

que hacer las cosas bien.‛

‚¿Piensas que eso puede pasar?‛ le pregunto, mir{ndolo fijamente. ‚¿Qué

puedes hacer las cosas bien con Tamra?

Él hace una mueca y se remueve en la silla frente a mí. ‚Eso espero. Ella es tu

hermana y yo soy tu<‛


Lo miro fijamente, mi mirada aguda, cortante. No lo digas. No somos eso. Tú

no eres mi pareja escogida.

‚Somos familia ahora. Todos nosotros.‛

No digo nada. Cogiendo mi plato, me levanto y entro a la cocina y empiezo a

lavar los platos con una ferviente intensidad.

Cassian me acompaña. Lado a lado, yo lavo y el seca. Trabajamos en silencio,

cayendo en un ritmo. Me estremezco cuando pienso en mis padres haciendo lo

mismo por años, parados en este mismo punto. Vinculados. Conectados. Solo que

no somos mis padres. Ni de cerca. Nosotros no nos reímos y hablamos, no

compartimos historias sobre nuestro día. No permito eso. Siento una cierta tristeza

saliendo de él y asentándose profundamente en mí, mezclándose con mi propio

corazón roto por Will y mamá. Y esto solo me hace sentir más enojada. No debería

tener que sentir sus emociones, tengo suficiente de las mías con las que ocuparme.

Mientras realizamos nuestra mundana tarea, pienso en mañana cuando veré

a Tamra otra vez. Cuando hablemos sobre cómo vamos a dejar este mundo atrás

para siempre. Un mundo que te roba y no te da nada a cambio.



e levanto pronto y no me preocupo del desayuno. No sale ningún

sonido de la habitación de Cassian cuando me deslizo de la casa.

Me apresuro a través del municipio, por calles que están casi sin

vegetación, el aire del amanecer grueso como el polvo de tiza, quieto y en silencio a

excepción de mi estruendoso paso y atronador aliento jadeante.

Mientras me apresuro por la principal, mi espíritu se laza cuando veo la

casita de Nidia. Entonces mi euforia es aplastada.

Mi corazón se tambalea al ver a Corbin en mi camino, apareciendo de la

nada. Desde detrás de un seto, supongo. Como si me estuviera esperando. Me coge

el brazo bajo uno de los árboles perennes bordeando la mitad baja de la principal.

Me estruja contra la corteza áspera, atrapándome contra el gran árbol y su cuerpo.

‚Quita tus manos de mi‛ Silbo. Mi cuerpo reacciona instant{neamente, el

instinto saliendo. El fuego eructa en mi núcleo, fuego sin llama comiéndome la

garganta. El sabor de ceniza u carbón abriga mí boca.

‚Pongamos algo en claro‛

No escucho, no me importa cualquier cosa que me quiera decir.

Temblando de furia, miro sus manos en mis brazos. La emoción me barre en

una quemazón ardiente. ‚¿Te atreves a tocarme? Cassian te matara-‚

‚Vaya muy conmovedor. Estoy impresionado. Casi me creo que son una

verdadera pareja en vez de la charada que represent{is.‛

El frío me atraviesa, rociando mi corazón. ‚¿Qué quieres decir?‛

Corvin se apoya, acerca su nariz a mi cara e inhala fuertemente. Me

sobresalto con el contacto y pestañeo una vez, fuerte. ‚Se la verdad,‛ susurra, su

M


voz un {spero sonido en mi oído. ‚No eres suya. Nunca lo has sido. Siempre te has

apartado de él. Unirte a él no lo ha cambiado.‛

Abro la boca para negarlo, pero no puedo. No puedo decirlo, insistir que

Cassian y yo estamos enamorados. Decir esas palabras, con Will en mi corazón<

no puedo. Si esto es bueno o no. en vez de eso gruño ‚Ap{rtate de mí.‛

‚Lo vería en tus ojos. El sería parte de ti. Pero eres la misma. No has

cambiado.‛

Es extraño, pero casi quiero que tenga razón.

Sus ojos brillan, iluminados hacía mi. ‚Aun sin tocar." Se ríe, con un gesto

torcido. ‚Lo que significa que aun tenemos una oportunidad.‛

Escupo. ‚Estás loco.‛

‚Sigue diciéndote eso a ti misma. Solo yo se la verdad, y pronto todos los

demás también. Si tengo que ir uno por uno para que lo vea. Lo probaré. Y

entonces estaré ahí para hacer lo que mi primo por cobarde no es capaz.‛

No puedo respirar cuando alzo la vista para mirar su cara. Si no sabía que

necesitaba huir - muy lejos - esto lo confirmaba. Corbin está lo suficientemente loco

para hacer lo que dice.

Él acerca su cabeza< como si fuera a besarme. ‚Voy a reclamarte‛

No pienso. Actúo. Abro mis labios y expulso el calor que fluye por mi núcleo,

haciendo que mi piel se contraiga y aletea fieramente.

El vapor se derrama de mis labios en un delgado hilo. La satisfacción se

hincha dentro de mí mientras el caliente vapor le escalda .El brama, agarrando la

parte derecha de su cara.

Encuentro mi oportunidad y me escurro de entre él y el árbol. Corro el resto

del camino a casa de Nidia, sus gritos siguiéndome.

‚Somos tu y yo Jacinta. ¡Voy a poseerte! ¡No puedes correr para siempre!‛

Tiro hasta parar en la puerta de Nidia y me resisto a golpear la puerta con

mis puños. Aun es pronto. No tiene sentido aporrear la puerta como si los lobos

salvajes me persiguieran.


Apoyo una mano contra la puerta, la otra en mi corazón, recuperando el

aliento. Cuando se abre la puerta y casi me caigo hacia delante. Tamra está ahí de

pie, sus ojos duros e inescrutables, pero sé que a ella le duele tanto como a mí.

‚Huyamos,‛ expeto. Así sin m{s. Sin suavizarlo, no preocup{ndome.

Aguantando la respiración, espero y deseo no estar desencaminada y que ella

incluso considere embarcarse en esta peligrosa aventura. Que ella querrá

abandonar su nueva posición en el clan. Da la sensación de años mientras espero

por su respuesta, que hable, que diga algo.

‚¿Qué tan pronto podemos irnos?‛

Suelto el aire contenido, casi llorando del alivio- y entonces me doy cuenta de

que la parte truculenta aun falta. Tengo que explicárselo a Will.

Miro sobre mi hombro para asegurarme que Corbin no está, entonces doy la

vuelta y hago lo mismo dentro de la casa. Tamra me invita a entrar y me lleva a su

habitación – la que fue la habitación extra de Nidia. Aun sin su marca. Se ha

trasladado hace muy poquito desde su habitación hasta ella. Aun la mesa de coser

de Nidia ocupa una parte.

Me siento en la cama sin hacer, las mantas un burrullo debajo de mí.

Ella cierra la puerta sin hacer ruido. ‚Entonces, ¿cómo vamos a hacerlo?‛

Me abrazo y encuentro su mirada y digo la única palabra que puede

explicarlo todo ‚Will‛

Me mira por unos minutos fijamente y pregunta en un sorprendente tono

neutro. ‚¿Has estado viéndole?‛

Asiento.

‚El día en que Miram y tú<‛ Su voz se extingue. Respirando fuerte, ella

pregunta lo que me he estado temiendo, ‚¿Ibas a encontrarte con él?‛

Asiento otra vez. Suspira, y suena cansada.

‚Les dejé a ti y a mamá notas, pero Miram las cogió, y me siguió. Entonces los

cazadores vinieron<‛

Ella sacude su cabeza.


‚¿Estas muy enfadada?‛ Pregunto muy bajo.

‚No lo sé. Quizás. Estoy tan cansada. Cansada de estar enfadada. Solo quiero

irme de aquí. Encontrar a mamá, y nunca regresar.‛ El dolor en su voz me hace

sentir incluso peor. Porque yo lo he provocado. Por lo menos en parte. Y porque no

puedo prometerle paz. Por lo menos aun no.

‚Hay algo que tengo que hacer antes de buscar a mamá. Esperaba que me

ayudases.‛ Con su particular talento, la ayuda de Tamra podría ser la diferencia

entre vivir o morir.

La cautela inunda su mirada gris. ‚¿Qué?‛

‚Voy a rescatar a Miram‛ Y entonces estaré en paz con el clan. Con Cassian.

Conmigo misma.

Sus ojos se agrandan. ‚¿Miram? ¿Pero no está ella con los enkros?‛

Asiento. ‚Pero no la habr{n matado aun. No lo creo. No por un tiempo. Ellos

querrán hacer algunos‛ – Me silencio por la asquerosidad de la palabra

experimentar y sustituyo- ‚observaciones‛

‚¿Así que piensas que puedes irrumpir en donde sea que la tienen y

preguntar educadamente por su liberación?‛

Tuerzo mi cabeza y digo despacio, ‚No, pero creo que puedo sacarla. Con la

ayuda de Will. Y la tuya. Se lo debo‛ Y a Cassian, no puedo evitar pensarlo.

‚¿Se lo debes? ¿A Miram? Nunca ha sido m{s que una pelmaza.‛

‚Nunca la habrían cogido si yo no estuviese esperando a Will allí fuera‛

Tamra digiere esto mirándome de forma valorativa.

‚Mira,‛ digo, vayamos hasta su fortaleza, comprobémosla< y veremos.‛ Me

muerdo el labio, deseando que no pueda leer mis pensamientos. Que tan pronto

vea la fortaleza, voy a entrar. No me voy a echar atrás. Voy a liberar a Miram< y

tal vez hacer un poco de daño en el proceso. Mi sangre se caldea con la expectativa.

Y me siento más fuerte, fortificada. La idea de de proceder con la operación da un

empujón decisivo.


‚De acuerdo,‛ ella asiente, pero las reservas est{n ahí, claras en su voz,

recordándome cada vez que la he arrastrado a algún plan que ella no quería

realmente llevar a cabo.

‚Mamá dejó una nota,‛ Digo, feliz de darle una buena noticia.

Sus ojos se iluminan‛ ¿Dónde? ¿Qué dice?‛

‚La destruí. No quería que nadie se enterara, pero decía ‘Recuerda la

palmera.’‛

‚¿‘Recuerda la palmera’? ¿Qué significa?‛

La desilusión me aguijonea. Tamra tampoco recuerda. ‚No lo sé, pero ella

obviamente pensó que significaría algo para nosotras. Estoy segura que podremos

averiguarlo.‛

‚Claro.‛ Asiente, y su voz suena m{s fuerte, menos miserable, y estoy tan

aliviada de que mamá dejara una pista, una balsa salvavidas en un mar

turbulento. Algo a lo que agarrarse. La mirada fija de Tamra descansa en mí.

‚¿Cu{ndo nos vamos?‛

‚Se supone que Will se encontrara conmigo en 3 días‛

‚Tres días;‛ ella murmura, pareciendo desanimada. ‚¿Y entonces tenemos

que encontrar a Miram y traerla de vuelta antes de buscar a mamá? ¿Vamos a dejar

colgada a mamá así? ¿Por una chica que ni siquiera nos gusta?‛

‛Bueno, aun no sabemos que significa la nota de mamá. No sabemos a dónde

ir. Y mama imaginará que no podemos escaparnos tan pronto. No se rendirá con

nosotras.‛

La mirada de Tamra se estrecha en mí. ‚¿Así que se supone que vas a vivir

con Cassian 3 días m{s?‛ Su voz acusadora me atraviesa. Como si fuese algo que

he hecho de forma deliberada. Algo que quiero. Es la primera vez que menciona a

Cassian. Es más que extraño hablar del chico por el que ella está obsesionada toda

su vida – que curiosamente esta unido a mí.

Mi mente es transportada al recuerdo de esas tijeras en mis alas. El recuerdo

hace eco en mí y puedo sentir el miedo como si estuviera en ese momento otra vez.

Arriba en el bloque. ¿Lo ha olvidado?

Un lado de su cara se curva mientras añade, ‚eso sería bueno.‛


‚Eso no<‛ Mojo mis labios. ‚Eso no es así‛

Si mirada me penetra y veo algo en su mirada que me hace pensar que tengo

que elegir mis palabras cuidadosamente. Puedo ver la pregunta en sus ojos. ¿Cómo

es entonces?

‚El no... Nosotros no hemos hecho nada< irreversible.‛

Sus labios se tuercen. ‚¿No? Pensé que él estaría m{s dispuesto a-‚

‚Bueno, sí, yo no‛ No estoy dispuesta para nadie excepto Will.

‚Correcto.‛ Y sé lo que está pensando. Porque su voz tiene ese tinte de mofa.

Esta recordando ese momento que interrumpió. Lo cerca que estábamos. La mano

de Cassian en mi rostro. Y ni siquiera sabe que nos hemos besado. Un calor por la

culpa me golpea.

Cruzo los brazos sobre mi pecho. ‚Él duerme en una habitación y yo en otra,

y así seguirá hasta que tú y yo nos vayamos.‛

Aparta la mirada, mira por la ventana de su habitación a la pared cubierta de

hiedra. No es una gran vista. ‚¿Cómo pasaremos al guardia al cargo?‛

No había pensado en eso. He estado muy preocupada preocupándome si

Tamra estaría de acuerdo en escapar conmigo o no.

Y entonces se que hacer. ‚Una distracción,‛ Murmuro.

‚Vale, ¿Qué?‛

‚No que. ¿Quién?‛



a risa de Az flota en el aire como suaves campanillas sonando. Tamra y

yo esperamos ansiosamente, escondidas, fuera de vista, agachándonos

detrás de la casa de Nidia.

La repentina perdida del sonido nos urge a movernos. Mientras estamos a la

par en las afueras alrededor de la casa. Suficientemente seguro, ella está trabando

los labios con Remy de quince años. El chico está pegado como pegamento a Az.

Sus manos la agarran por detrás como si tuviera miedo de que la chica mayor

pudiera desvanecerse de sus brazos. Mochilas cuelgan de nuestros hombros.

Vamos a hurtadillas al pasarlos y fuera de la entrada. Observo sobre mi hombro.

Az nos ve, el brillo de sus ojos muy abiertos, urgiéndonos incluso aunque este

triste por nuestra partida.

Con un gesto de despedida, voy hacia delante. Mi respiración deja mis labios

en calientes ráfagas. En cualquier momento espero oír la alarma. Espero por un

draki, para echar a correr del municipio y que nos atrape.

En tan grande la situación, y espero el peor castigo. Dudo que pudiera ser

detenido un mando de corte de alas. La colera de Severin será más fuerte por

también llevar conmigo a Tamra< por dejarlos sin su siguiente shader.

El clan –Severin– sabría que no hice honor a mi vínculo con Cassian. Corbin

sería rápido en hacer notar eso. Tiemblo y le lanzo una mirada a mi hermana.

Ella encuentra mi mirada y me da una pequeña sonrisa mientras saltamos por

encima de la niebla caída, en perfecta concordancia mientras escapamos. Esto se

L


siente bien. Estar juntas en esto. Es tan malo que es un gran desorden el traernos

juntas.

Nuestros pies pisan suavemente sobre la tierra húmeda. Nosotros cortamos a

través de la espesa neblina. Zigzagueando entre árboles que conocemos bien.

Me pongo delante de Tamra, ansiosa por dejar el clan atrás, hambrienta por la

visión de Will.

Yo lo siento primero.

Me paro, jadeando pesadamente, mi mirada devorándolo. El me mira de

regreso, con la sorpresa al descubierto –en su cara.

Él no pensaba que yo iba a venir, y ahora estoy aquí, parada con una abultada

mochila, mi corazón latiendo ansiosamente, mi cara y ojos diciéndole todo lo que

necesita saber.

No está claro quién se mueve primero. Estamos en los brazos del otro, labios

trabados, unidos, fundidos acaloradamente. Nuestras manos recorriendo sobre el

otro, familiarizándonos, recordándonos, casi como estándonos verificando si el

otro es carne y sangre real. Sus dedos enredándose entre mis cabellos, y yo lo beso

más profundamente, agarrando sus labios con mis dientes.

Él hace un pequeño sonido en mi boca y este ondea a través de mí,

deshaciéndome. Haciéndome olvidar todo menos esto. Sus labios sobre mí.

Tamra aclara su garganta. Will se aparta de mí y me pone detrás de él. Sonrío,

mi corazón luminoso por el gesto protector, incluso si es innecesario. Envuelvo mis

dedos alrededor de su brazo. ‚Todo est{ bien. Tamra viene con nosotros.‛

‚¿Tamra?‛

Asiento. ‚Sí. Te explico todo luego. Mejor nos vamos. Antes de que noten que

nos fuimos.‛

Asintiendo, Will desliza su mano alrededor de la mía y empieza a ir hacia el

Land Rover.


‚No me digas que este es tu humano. ¿El mismo que Nidia bloqueo?‛

Me paro fríamente ante la voz.

Girándome lentamente, suelto la mano de Will y me preparo a mí misma.

Erupciones de fuego dentro de mí mientras Corbin sale de los árboles. No

hay sonrisa en su cara, solo satisfacción brillando en sus ojos. ‚Sabía que te

equivocarías. Y yo estaría ahí cuando pasar{.‛ Su mirada hojea a Will. ‚Así que

este es el porque no nos diste a nosotros los pobres chicos draki una oportunidad.‛

Tamra dice mi nombre titubeando, sus ojos son confusos. ‚¿Jacinda?‛

Le hago una señal para silenciarla, mi mirada repara en Corbin, tragando un

amargo lavado de lo que su estancia aquí significa. Que es lo que tendré que hacer

para garantizar nuestro escape. Mis manos se flexionan a mis lados. ‚Tú no debiste

seguirnos.‛

‚Oh, claro que tenía que hacerlo. Mi tío me recompensar{ bien por detener a

la respira-fuego y a la shader del clan de escapar.‛ Sus fosas nasales brillan

profundamente y su mirada negra violeta me registra. ‚Ni siquiera Cassian te

puede salvar ahora. Tú ya no eres de él. Tú eres mía –justo como dije que lo

serías.‛

Entonces la voz de Will agrieta sobre el aire, y no hay nada dudoso acerca de

eso. ‚Tócala y te mataré.‛ Las palabras resuenan en el aire, amenazador y oscuro

como el depredador que primero conocí meses atrás, en estos mismos bosques.

Parece ridículo, o principalmente, que un humano pudiera derrotar a un

fuerte onix como Corbin. Pero luego recuerdo. Will no es un humano normal. Él es

algo m{s< algo que no debe ser sobreestimado.

Los ojos de Corbin bruscamente se posan en Will. Su cara despiadada y

odiosa como su mirada hacia su enemigo de siglos de antigüedad. Su carne

humana se desdibuja, se pierde en un instante. Sus manos rasgan su playera y tira

de ella fuera de su cuerpo en un violento jalón, rebelando su carne carbón oscuro.

Tendones se tensan mientras el salta en el aire.


Will se pone en guardia listo para el golpe, pero me pongo frente a él y suelto

el calor hirviendo dentro de mí. Todavía sin manifestarme solo una ráfaga de

vapor sale de mí, no fuego de verdad. Incluso eso es un desperdicio. Corbin

esquiva el vapor. El vuela detrás de mí antes de que pueda girarme hacia él. Grito

cuando me pega fuerte en la espalda.

Golpeo el suelo. El impacto es brutal, sacudiéndome los dientes, mi barbilla

raspa la tierra, tosiendo escupo tierra y sangre. Tamra se lanza, agachándose cerca

para ayudarme a levantarme.

Un rugido corta el aire, tirando de algo profundo dentro de mí.

Observo mientras Will se lanza a si mismo lo suficientemente alto en el aire

para agarrarse a la pierna de Corbin y tirar de él hacia el suelo.

Corbin maldice, agitando sus alas mientras trata de impulsarse hacia arriba

otra vez, pero Will es tenaz, empujándolo hacia abajo a la tierra con toda su fuerza.

Ellos chocan en el suelo en una maraña de miembros y alas agitándose.

Una vez en el suelo, Will se sienta a horcajadas sobre Corbin y empieza a

golpearlo, dando puñetazo tras puñetazo. El crujido de hueso sobre hueso corta el

aire, un sonido escalofriante. Yo observo, olvidando el dolor en mi barbilla,

sintiendo solo es cruel estrujamiento de mi corazón. El calor se construye dentro de

mi pecho y se eleva a mi boca.

Corbin se retuerce, y de pronto ellos están rodando, en un veloz borrón, hasta

que se ven como una salvaje forma.

Corbin finalmente se libera, levantándose en el aire. Sangre corre desde su

cresta nasal y sus ojos relumbran con malvada furia. Dibuja círculos sobre Will

como un halcón, listo para atacar a su presa.

Will se pone en cuclillas, protegiéndose a sí mismo. Incluso ahora su

expresión es hermosa y es intensa y mi corazón duele.

Corbin levanta sus dedos en garras como zarpas listas para golpear. Las

garras brillan como navajas. Es una postura para matar.


‚¡Will!‛ Grito en advertencia.

Corbin se lanza en picado, un relámpago negro. El golpea y hace contacto.

Will grita y aprieta una mano en su brazo. Desde donde estamos Tamra y yo,

veo cortes severamente profundos, su sangre reveladora< una mezcla de púrpura

saliendo de entre sus dedos.

Corbin también lo ve, gruñendo en nuestra lengua. ‚¿Cu{ntos draki has

matado cazador, por eso nuestra sangre corre por tus venas?‛

‚¡Corbin, no!‛ Grito.

‚¡C{llate Jacinda. Observa mientras dreno cada gota de sangre draki de su

cuerpo!‛

Mi garganta se aprieta, espesándose con fuego. Mi piel cruje y yo me dejo ir.

Me siento dejar ir a mi draki.

Me manifiesto al lado de Tamra, saliendo de las restricciones de mi blusa. Mis

alas se despliegan mientras me lanzo a Corbin, estirándome por alcanzarlo

mientras él arremete contra Will, sus garras dirigiéndose a su garganta. Y yo sé con

un enfermo retorcimiento en mi corazón –No voy a lograrlo.

Un grito se levanta en mi garganta, mezclándose con el fuego y humo. Mis

dedos como garrar, buscan, rasgan solo el aire.

Justo cuando Corbin está a punto de hacer contacto, la mano de Will se lanza

hacia arriba y una exitosa pared de tierra se interpone entre ellos.

La gran ola de tierra negra, ramitas y trozos de pasto –casi tan altos como los

árboles que nos rodean– lanzan a Corbin atrás, arrojándolo varios metros a través

del aire y golpeándolo contra el suelo con una fuerza aplastante.

Lanzo un grito ahogado, tirándome al suelo y cubriendo mi cabeza con mis

manos para protegerme de la tierra lloviendo. Tamra hace lo mismo no tan lejos de

mí. Nosotras no estamos en la trayectoria directa, pero todavía somos golpeadas

con algunos escombros.


Entrecerrando los ojos contra la clara nube de polvo, localizo a Will,

encontrándome con su mirada, veo el asombro ahí como el espejo de mis propios

pensamientos.

‚Mira all{.‛ Grita Tamra.

Corbin se levanta. Sangre corriendo de un corte en su cabeza. Se toca

ligeramente y examina sus dedos. Su expresión se vuelve brutal mientras ve la

evidencia de su herida. Con un grito, se levanta en el aire.

Antes de que Will tenga oportunidad de hacer< cualquier cosa que haya hecho

antes, un segundo relámpago negro cruza mi visión. Es tan rápido que primero

pienso que son más escombros que Will lanzó volando en el aire.

Sigo el objeto, miro alrededor con ojos desorbitados, localizándolo. Él.

Cassian.

Él choca contra Corbin y lo clava contra el suelo.

Ellos forcejean, criaturas antiguas, hermosos y salvajes en su forma draki,

todo negro con alas de cuero agitándose.

Corbin curva sus manos en garras, gruñendo. Escupiendo maldiciones

mientras trata de poner sus garras alrededor de la garganta de su primo. Dejo de

respirar, solo puedo mirar.

Todo pasa tan r{pido. En un segundo< pero no me puedo mover.

Cassian busca con una mano en el suelo y agarra una roca grande. Doy un

grito ahogado mientras él la arroja –aporreando a Corbin en la cabeza con un

salvaje golpe.

Corbin resiste con su cabeza colgando a un lado.

Doy un paso vacilante adelante. ‚¿Él est{< ¿Lo<‛

Jadeando, las crestas de su nariz vibrando, Cassian me da un vistazo sobre su

hombro. ‚No. El recobrar{ la conciencia pronto.‛


Con un profunda respiración, se levanta con un movimiento fluido, sus

grandes alas se extienden detrás de él, y me doy cuenta que él se siente mejor de

esta manera, más cómodo como draki que como humano. Por un tiempo, me sentí

de la misma manera. Ahora yo no sé que prefiero. ¿Qué soy más? –draki o

humano.

‚Jacinda,‛ Will dice mi nombre, viniendo a mi lado. Lo busco y deslizo mi

brazo a su alrededor. Levantando mi mirada a Cassian, dejo que eso diga todo.

Dejar que el gesto hable por sí mismo.

Cassian nos mira a ambos, y sostengo su mirada, tratando de que nada de lo

que él este sintiendo me llegue e influencie en mí. Aun así, todavía tengo un

vistazo de sus sentimientos. Furia. Lamento. Dolor.

Las palabras lo siento llegan a mis labios, pero no las dejo salir. No puedo

disculpar por lo que siento por Will.

‚Te vas,‛ dice en su {spera y gutural lengua.

En un parpadeo, me desmanifiesto, regresando a mi forma humana. ‚Sí.‛

Tamra está ahí, ayudándome a deslizarme en mi maltratada blusa.

Todavía mirándome, Cassian recoge su traje, se desmanifiesta y está parado

frente a mí usando solo un par de rasgado jeans. Mira a Tamra. ‚¿Ella también se

va?‛

‚Estoy justo aquí,‛ ella refuta. ‚No tienes que hablar de mí como si no

estuviera.‛

Sigo su mirada hacia mi hermana. Sus ojos brillan como témpanos de hielo

mientras mira a Cassian< y pienso que su encaprichamiento con él tal vez ya se

terminado de verdad.

‚¿Dejar{s el clan?‛ No estoy segura de a quien le est{ preguntando.

‚¿Después de todo lo que ha pasado?‛ Hago señas con la mano. ‚¿Por qué

me quedaría?‛


‚Porque hay cosas más grandes y más importantes que lo que tú quieras,‛ se

vuelve, su mirada posándose significativamente en Will.

‚Tú no eres quien va a poner de lado las cosas que quieres.‛ La voz de Tamra

como veneno. ‚Tú querías a Jacinda y te aseguraste de tenerla. Eso no fue por el

clan. Eso fue por ti y por nadie más.‛

‚¿Acerca de qué est{ hablando?‛ Will gruñe a mi lado, su mano apret{ndose

en la mía.

‚¿Ustedes realmente quieren hacer esto ahora?‛ Miro a cada uno de ellos y

señalo a Corbin. ‚Él se puede despertar en cualquier momento y estamos muy

cerca de los terrenos del clan.‛

Un músculo se tensa en la mandíbula de Will. Todavía mirando, el me lleva

hacia el camión. ‚Tú est{s en lo correcto. V{yanse de aquí.‛

La voz de Cassian me sigue. ‚Corre Jacinda. Eres buena en eso.‛

Will se tensa a mi lado, pero es Tamra la que se vuelve. Ella observa

alrededor, mirando furiosamente. ‚¡No te hagas el santo! ¿Tú quieres saber a

dónde es que vamos? Y ninguno de nosotros quiere ir ahí, déjame asegurarte.

Vamos a rescatar a tu mimada hermana que solo obtuvo lo que se merece porque

estaba espiando a Jacinda.‛

‚¿Miram?‛ Me mira penetrantemente. ‚¿Eso es verdad? ¿Vas a rescatar a

Miram?‛ Su mirada se vuelve hacia Will. ‚¿Ella no est{ muerta?‛

Will guarda silencio por un largo momento, y contengo la respiración.

Finalmente responde. ‚Ella vive.‛

Algo se enciende en la mirada de Cassian. Una luz que no había estado ahí

unos segundos antes. Siento su alivio. ‚Entonces voy con ustedes.‛

‚¿Qué?‛ Demanda Tamra, persiguiéndolo mientras él se dirige al vehículo.

‚¡Yo no creo eso!‛


Tamra nos mira suplicantemente a Will y a mí, sus ojos transmitiendo

perfectamente su petición. No lo dejen venir.

‚Va a ser peligroso.‛ Le advierto.

‚Jacinda,‛ Tamra suelta con un bufido.

Cassian me mira, y me doy cuenta que la amenaza de peligro difícilmente le

hará cambiar de parecer.

Me giro para estudiar a Will, esperando que decida. El está liderando la

misión. Muevo mi pulgar en el interior de su muñeca con pequeños círculos. Él le

da a mi mano un pequeño apretón y luego camina adelante, guiándome al lado del

pasajero. ‚Mejor nos vamos de aquí.‛

Con un ligero asentimiento, Cassian se sube en la parte de atrás del Land

Rover.

Tamra refunfuña, pero también se sube, poniéndose lo más lejos posible de él.

Will enciende el carro, deslizando una mano sobre la mía mientras nos dirige

fuera del claro. Entrelazo mis dedos con los suyos, veo rastros de sangre púrpura

en sus nudillos. Suya o de Corbin, no lo sé, pero mi pecho se tensa con la vista.

Dejo que mi mirada se deslice de esa sangre y en su lugar levanto la mirada

para ver la cara de Will, dentro de esos ojos de titilante luz y profundidades

incomprensibles. Y me digo a mi misma que es lo correcto. Yo. Nosotros –en este

viaje juntos.

Momentos después, nos estamos moviendo, los cuatro la más improbable

compañía yendo montaña abajo, cortando a través de la niebla disminuyendo< el

escudo de Nidia evaporándose conforme descendemos.

Lejos del clan.



a última vez que abandone el clan, sentí desesperación. Desolación

porque creía que nunca iba a estar completa de nuevo. Que sin el clan,

yo no sería nada. No me quería ir, pero mamá me obligo. Esta vez es

diferente. Ahora soy yo, la que está huyendo. De buena gana. Tan rápido como

pueda.

Fuera del clan, soy libre. Totalmente, como no lo he sido en las últimas

semanas. La esperanza se desborda en mi corazón. Will toma mi mano. Cassian y

Tamra guardan silencio en el asiento trasero. La tensión se arremolina alrededor de

nosotros cuatro, tan espesa como la niebla que dejamos atrás.

Siento a Cassian, detrás de mí. La determinación, el enfado y la fuerza

emanan de él. Mezclándose ligeramente con mis propias emociones. Me concentro

en mis sentimientos y lucho por empujar los de Cassian lejos. Miro la mano de Will

que envuelve la mía. Tan fuerte. Recuerdo el desconcierto de Corbin, por su fuerza,

y dejo que la satisfacción se hunda profundamente en mí. Había visto pruebas de

ello antes. Cuando peleó con Cassian en Big Rock, él se mantuvo firme. Lo atribuí a

su formación, pero ahora no estoy tan segura. No a partir de hoy. No después de lo

que le vi hacer con el suelo.

¿De alguna manera obtuvo múltiples talentos draki por la transfusión? ¿La

fuerza de un draki ónix y el poder de manipular la tierra, como un draki tierra?

Demasiado increíble, tal vez. . . pero yo sé lo que vi. Removió la tierra. Al

igual que un draki tierra puede hacer. No me lo imagine. Tamra fue testigo de ello,

también. Todo se remonta a la sangre. Tiene que ser. ¿Qué otra explicación puede

haber? Él es inmune a la niebla, es extraordinariamente fuerte, puede manipular la

tierra. . . . Eso es más de lo que cualquier draki puede hacer. Y empiezo a

preguntarme. . . ¿qué más se esconde en él? ¿En su sangre? Quiero hablar con él

acerca de esto, pero sólo cuando estemos solos. Sé cómo se siente Cassian, no

L


quiero que sepa de mis sospechas, que Will no solo gano con su transfusión una

segunda oportunidad para vivir, sino algo más. Reflexiono sobre esto en el

prolongado silencio. La conversación se desata, una vez, que Cassian le pregunta:

"¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar?"

"Depende de si conducimos directamente o no", Will responde.

"Iremos directamente" Cassian dice categóricamente. Echo un vistazo a Will,

me doy cuenta que un musculo de su mandíbula se tensa. Le doy a sus dedos un

ligero apretón, suplicando que sea paciente. Esta aventura va a ser bastante difícil.

Todos debemos tratar de llevarnos bien. Tamra resopla y murmura:

"Siempre mandando." Echo un vistazo atrás. Ella está sentada con los brazos

cruzados, apretada contra la puerta para estar lo más lejos posible de Cassian en el

vehículo. Me voltee de nuevo y suspiro lentamente. Iba a ser un viaje largo.

Conducimos por varias horas, parando sólo una vez para comprar gasolina y

alimentos. Duermo a ratos en el asiento delantero, imágenes difusas, empapadas

de terror se muestran intermitentes a través de mi medio consciente mente. Estoy

en la camioneta de nuevo. Con Miram. Hace calor y no hay aire, mis poros gritan

por ayuda, en el estrecho espacio. Gimo porque Miram, me está ahogando y me

defiendo de ella con mis manos y rodillas. Sólo cuando le toco el hombro y ruedo

sobre ella, no es Miram en absoluto. Es papá. Sus ojos están vidriosos, su mirada

fija en nada. No importa cuánto lo llame y lo sacuda, no se despierta. Él sólo está

ahí como una losa de piedra fría. Me despierto, jadeando. Will tiene su mano bien

cerrada sobre la mía.

"¿Estás bien?" Parpadeo saliendo completamente de los vestigios del sueño y

muevo mi cabeza, incapaz de ocultar lo mucho que el sueño me molestó. Miro a mi

alrededor, me doy cuenta de que nos hemos detenido. Él está de pie fuera del

coche e inclinado sobre mí.

"Do<¿dónde estamos? ¿Qué estamos haciendo? "

"Paramos, para pasar la noche ", comenta Will. Miro a través de la oscuridad

y diviso la figura de Cassian, contra la noche.

"Vamos." Salgo del coche. Will me toma de la mano. La puerta se cierra de un

golpe mientras Tamra sale del coche, tira más cerca de su chaqueta.

"Hace frío".


"Tengo mantas, y puedo hacer una fogata." Me estremezco en la noche fría.

Hace más frío aquí.

Puedo detectar un descenso en la temperatura desde la última vez que nos

detuvimos varios cientos de kilómetros al sur. En la distancia, grandes montañas

escarpadas, purpura, contra la negra noche, rompen el cielo. Tamra se frota las

manos.

"¿No podríamos estar en un lugar con techo y cuatro paredes?"

"Hasta que estemos más lejos del clan, debemos permanecer ocultos.

Mantenernos alejados de lugares públicos." Giro hacia la profunda voz de Cassian.

Su mirada es oscuro líquido en la noche. Ilegible como de costumbre, excepto que

se lo que siente. Puedo sentir su ira. Su sensación de impotencia.

"Tiene razón." Will asiente y me parece extraño que estén de acuerdo sobre

cualquier cosa. "Vamos a montar un campamento."

"Voy a recoger leña." Cassian desaparece entre los árboles, y sé que él quiere

estar solo. Necesita tiempo para sí mismo. Lejos de mí y de Will. Tamra y yo

ayudamos a extender mantas en el suelo y crear un anillo de rocas para el fuego.

Will se aleja y vuelve con una bolsa de snacks que compramos en la estación de

servicio de antes. Tamra toma una bolsa de patatas fritas y cae sobre una manta.

Cassian regresa y me siento en una manta, los miro mientras intentan hacer la

fogata. Una vez más, esto es extraño, verlos trabajar codo a codo, sin tratar de

matarse uno al otro. Y sin embargo, me da esperanza. La esperanza de que vamos

a estar juntos y que todo estará bien.

No lo están pasando bien intentando prender fuego, no lo conseguirán

rápidamente. Me inclino un poco más cerca sobre el nido de ramas y libero el

vapor suficiente para que el fuego salte a la vida. Will y Cassian saltan atrás.

Tamra se ríe y se acerca más, extendiendo sus manos.

"Bien, pensé que les iba a tomar la mitad de la noche hacer fuego. "

"Cállate", murmura Will, cubriéndome con su brazo. Nos recostamos sobre la

manta y el frío se desvanece en sus brazos. Cassian hace crujir una bolsa de snacks.

Lo veo por el rabillo del ojo, siento su malestar. Toma una botella de jugo y se

desvanece en los árboles. Una parte de mí se siente culpable, debería ir tras él y

tratar de aliviar su malestar. Estamos unidos ahora. Ya sea cierto o no, no puede

ser fácil para él verme a mí con Will. Pero he estado tanto tiempo lejos de Will, que


no quiero moverme, no quiero salir del círculo consolador de sus brazos. Todavía

no. Ni nunca.

"Vamos a comer." Extiende el brazo y tira de una bolsa hacia nosotros.

"¿Qué va a ser? ¿Twinkies? ¿O Cheetos?" No puedo recordar la última vez

que comí, comida basura. No desde Chaparral. Le arrebato el paquete de

pastelillos de su mano.

"Sabía que te quedarías con esos."

"¿Por qué?" Sus labios se mueven sobre los míos.

"Dulces para el dulce." Will cuida que este bien arropada y me estrecha contra

su costado. Compartimos la comida y vemos las nubes grises ir a la deriva de la

noche oscura. Bebo refresco de fresa hasta que me hace cosquillas en la nariz.

"Creo que esta es la cita que nunca tuvimos oportunidad de tener", murmura,

su aliento es cálido contra mi mejilla. Sonrío, recordando que nuestra primera cita

oficial fue interrumpida por Xander y sus primos.

"Bueno, no es el pequeño restaurante griego que me prometiste, pero en

cuanto a las citas que hemos tenido, lo estoy pasando muy bien".

"Refresco de fresa, Twinkies, y Cheetos. Te mereces algo mejor."

Tamra gime y se sienta, toma mantas y comida. "Voy a dormir en el coche.

No puedo sobrevivir a una noche con ustedes dos hablando tan melosamente"

Me envía un guiño mientras se mueve hacia el coche y sé que ella no está

realmente molesta, simplemente nos está dando la oportunidad de estar solos.

Estamos en silencio por unos momentos, envueltos en los brazos uno del otro,

mirando a la noche.

"Tendremos esto, Jacinda. Algún día."

Volteo mi rostro hacia él, casi golpeando mi nariz con la suya. "¿Qué?"

"Citas normales." Sonrío.

"No estoy conteniendo la respiración por normalidad, Will. Sólo quiero que

estemos juntos. Seguros y felices."

Will pasa su mano por mi pelo. "Lo vamos a estar.‛


Lo vamos a estar. Después de que lleguemos a la fortaleza enkros y rescatemos

a Miram. Después de que encontremos a mamá. Relajo mis pensamientos, los dejo

ir a la deriva, como las nubes que se mueven rápidamente sobre nosotros. Will

pasa sus dedos suavemente por mi cabello. Su contacto me arrulla.

"Vamos a estar bien. Entraremos y saldremos de allí. Sé cómo funcionan los

enkros." Sé que debería pedirle que me contara más acerca de ellos, para saber más

sobre el enemigo que enfrentamos. Sé que debería hablarle sobre Cassian y la

vinculación, pero mis ojos se hacen pesados, trato de mantenerlos abiertos. Mi

última imagen es de Will, con los ojos muy abiertos, mirando a la noche. Me

despierto con un temblor, mío o de Will, no puedo decirlo con seguridad. Estamos

enredados en los brazos del otro, donde uno de nosotros termina y el otro empieza

es difícil de determinar. Me muevo liberándome de la comodidad de su cuerpo y

reavivo el fuego de nuevo con un soplo de aliento. Agachada, miro, nuestro

pequeño campamento y observo que todavía estamos solos Will y yo. Me levanto,

me muevo hacia el coche y mi hermana está dormida en los asientos traseros, con

la cobija hasta la barbilla. No veo a Cassian.

La noche es de color gris-azulado. El amanecer no está demasiado lejos. ¿Se

quedó fuera toda la noche? Con el ceño fruncido, me dirijo a la dirección que tomó.

El denso bosque de inmediato me traga. No tengo miedo, sin embargo. No de la

naturaleza o de mi soledad dentro de ella. Mis pies se hunden en el suelo del

bosque, la tierra húmeda acolchada con agujas de pino. Las ramitas crujen bajo mis

zapatos y el crujido toma un ritmo. Me muevo sin pensar, pero mi camino tiene un

rumbo, me dirijo hacia algún lugar, en lo profundo de mi subconsciente voy

tejiendo una trayectoria a través del espesor de los árboles. Mis sentidos me llevan,

a Cassian. Está en algún lugar cercano. Lo siento. Lo siento a él. A lo lejos, un

crujido suena muy tenuemente. El sonido es sutil. Hay tantos sonidos a mi

alrededor que no estaba prestando mucha atención. Los ruidos son parte del

bosque. Y luego viene otra vez. Sin parar, escucho y me enfoco.

Varias ramitas y hojas crujen bajo la presión de algo pesado. No es un animal

pequeño. No es una ardilla corriendo entre la maleza. No es Cassian. La piel de mi

nuca se estremece. Me detengo, contengo la respiración y exploro entre las

fantasmales formas de los árboles a cada lado mío. Suelto el aliento que tengo

retenido en mis pulmones, me agacho, acurrucándome, para hacerme a mí misma

lo más pequeña posible. Mis dedos rozan el suelo, me preparo para ponerme de

pie y correr si es necesario. Mis huesos comienzan el familiar impulso, mi piel se

esfuerza, por no desaparecer y dar paso a mi piel más dura de draki.


El sonido se hace más fuerte, se escuchan fuertes pisadas a través del follaje.

Me mantengo todavía, agachada, me convierto en parte del paisaje mientras

espero. Por fin, veo la fuente del ruido. Un magnífico oso negro entre dos árboles,

con la nariz brillante resoplando hacia bajo a la tierra mientras camina. La criatura

levanta la cabeza oscura y brillante, las orejas se levantan, sus fosas nasales están

olfateando mientras trata de olerme, olfatea el aire. Me detecta.

Con enfado el gran oso se dirige en mi dirección. Me levanto, mantengo su

mirada, le permito sentir el animal en mí. . . Soy una criatura que, como él, está

dispuesta a luchar. Ladea su cabeza, listo para encararme. Nuestras miradas se

cruzan por un momento, sin aliento. La adrenalina bombea a través de mí rápido y

duro. De repente, hay otro sonido. Cassian se estrella a través de los árboles,

gritando mi nombre cuando llega a mi lado. Me agarra la mano. Un gruñido sordo

entra en erupción desde el pecho de Cassian.

Una rápida mirada a su rostro revela que está a mitad de manifestarse. El iris

de sus ojos ya son ranuras verticales de dragón. Su poder en bruto me alimenta,

me hace sentir más fuerte. Juntos, nos enfrentamos al oso, un frente unido. Pasa un

momento mientras el gran oso nos sigue evaluando. Con un gruñido, sus ojos

oscuros, inteligentes se deslizan lejos. Se da vuelta y sigue su camino, buscando

algo más para alimentarse. Suspiro aliviada al verlo partir, admirando la

ondulación de sus músculos debajo de su gruesa capa de piel, calmada de que

ninguno de nosotros tuvo que destruir el hermoso animal. Una sonrisa curva mi

boca, mientras me dispongo a hacer frente a Cassian. Y ahí es cuando veo a Will. Se

encuentra justo más allá de nosotros, mirándonos con una mirada que nunca he

visto en él.

Duda. Dolor. Todo está ahí, pasando por encima de las líneas de su cara

tallada. Empujo mi mano liberándola de Cassian y la deslizo contra mi muslo,

como si pudiera borrar la sensación de su tacto.

"Will" me detengo justo antes de preguntarle cuánto tiempo ha estado ahí,

mirándonos. Sonaría culpable, y no he hecho nada malo. Nada, excepto ocultar la

verdad. Will apunta hacia Cassian.

"¿Cómo supiste que estaba en problemas? Estuviste apenas cinco segundos

en el campamento antes de que salieras, gritando que Jacinda estaba en problemas.

. . como lo sabías. ¿Cómo?"


Miro hacia atrás y adelante entre Cassian y Will. Cassian me mira,

observando que esto es mi deber explicarlo

"Jacinda", Will dice mi nombre, con gran énfasis, a la espera de una respuesta.

La verdad, que tanto quiero que no sea cierta. Cerrando mis ojos, lleno mis

pulmones con de aire. Sabía que tendría que decirle lo que pasó en algún

momento.

"Algo pasó cuando fui a casa." La cautela destella en los ojos de Will, y creo

que es probable que tenga una buena idea de lo que voy a decir. O al menos que lo

que voy a decir no le va a gustar.

"¿Qué?"

"Decidieron cortar mis alas."

Un musculo de su mandíbula se tensa. "¿Te duele?"

Niego con la cabeza. "No, pero mamá protestó y la desterraron."

"¿Y? ¿Qué más? ", Will pregunta, sabiendo que hay más, que he dejado fuera

la parte más difícil. "¿Por qué no te llevaron y te quitaron tus alas?"

Me apresuro decirle el resto, pensando que si lo digo más rápido, será mejor,

menos doloroso. "Ellos cambiaron de opinión cuando Cassian ofreció una

alternativa."

"¿Una alternativa?" Ya no me mira. Él sólo cierra su mirada en Cassian. Su

perfil se endurece, como si el mismo no lo creyera. Trago el nudo en mi garganta.

"Sí. Como una alternativa. . . sugirió que nos vinculáramos. "

"¿Vincularse?" Su mirada cae de nuevo en mí. "¿Al igual que en el

matrimonio?"

"Para los draki, sí, es más o menos lo mismo."

Sólo que la conexión puede ser m{s<puede ser m{s profundo que eso, puede

unir a una pareja emocionalmente. . . .De ningún modo diré más. Todavía no.

Dejare que digiera una cosa a la vez. Gira y camina directo hacia un árbol. Me

quedo sin poder hacer nada, mirando la línea rígida de su espalda, salto mientras

de repente se mueve, golpeando con su puño contra la áspera corteza. Me muevo

hacia adelante, agarrando su brazo desesperadamente.


"O era una unión falsa, o el recorte de las alas." Tomo su mano, examino los

nudillos rotos y la sangre. "Por favor entiende, Will."

Deja salir una respiración profunda y asiente con la cabeza lentamente, dando

la vuelta. "Entiendo. Lo hago." Sólo que no me mira. Él mira más allá de mi

hombro a Cassian.

"Y no te culpo, Jacinda. Una unión falsa," se hace eco con un gesto fuerte de

su cabeza.

"No es real." Mi pecho se alivia, se siente menos estricto. Will entiende.

Vamos a estar bien. Vamos a estar bien. Creo esto. Hasta que la profunda voz de

Cassian se entromete y la sonrisa se desliza de mis labios.

"Ya que has comenzando, ¿por qué no lo le dices todo, Jacinda?" Fulmino a

Cassian con la mirada.

"¿Qué estás dejando de lado?" Me pregunta, aflojando sus dedos de mi mano,

y odio esto, odio que él se esté alejando de mí. Vuelvo a tomar su mano y la apretó

fuertemente.

"Nada. Tú lo sabes todo." Todo lo que no es una tontería supersticiosa. No

todas las parejas draki forman una conexión. Eso no es absoluto. ¿Por qué debería

mencionarlo? ¿Sólo porque imagino que tengo una mejor lectura de las emociones

de Cassian últimamente? ¿O el hecho de que sintió que podría estar en peligro?

"Él quería saber cómo sabía que estabas en problemas. Dile por qué, Jacinda."

Will irradia tensión. Se pone rígido como alambre tirante, a punto de saltar fuera.

"Algunos dicen:" Me aclaro la garganta. "Algunos creen que una vez hay un

vínculo entre una pareja draki una. . . conexión se forma. "

"¿Una conexión?" Ladea su cabeza y hay algo intrínsecamente peligroso en su

gesto, como si estuviera listo para saltar al ataque.

"Una conexión emocional", explico. Al principio Will no habla, solo mira

fijamente a Cassian antes de decir,

"¿Crees algo de esto? ¿Qué crees tú? ¿Qué es cierto, Jacinda? "

"Bueno, es diferente para cada uno. No<"

"¿Y cómo es para ustedes dos?" Me estremece lo dura que se escucha su vos.


"Es<" Quiero mentir. No quiero hacerle daño, pero sobre todo no quiero que

piense que él y yo estamos menos unidos que antes de que me hubiera vinculado

con Cassian. Porque no puede ser verdad. Y sin embargo, no puedo mentir. No a

Will. Pasando con fuerza. Lo admito,

"Desde la unión. . . hay algo allí. He estado más en sintonía con Cassian."

Will asiente lentamente y camina lejos de mí.

‚¿Qué estás haciendo?" Exijo con un toque de pánico cuando empieza a

caminar lejos de mí. Oh, Demonios, no. No he pasado por todo esto para que justo

ahora se acabe lo nuestro. Me dirijo a Cassian.

"¿Estas feliz?"

Cassian sacude la cabeza, y lo que me enfurece aún más es la compasión que

veo en sus ojos. "Él tenía que saberlo. Lo siento, Jac<"

"No," Grito. "No sientas lástima por mí. No necesito tu compasión. Will y yo

vamos a estar bien." Con esa declaración, voy tras Will. Él está caminando rápido,

cruzando a través de los árboles rápidamente.

"¡Hey! Sabes que hay un oso por aquí en alguna parte ", grito advirtiéndole.

Él no responde.

"Will! ¿A dónde vas?" Corro para alcanzarlo. Lo agarró del brazo, estoy

dispuesta a utilizar la fuerza, cuando gira para mirarme a la cara.

"¿Qué se supone que debo hacer, Jacinda?" Explota. "Llevar una sonrisa en mi

cara sabiendo que te has vinculado con Cassian y, oh, por cierto, ¿qué más o menos

significa que tu automáticamente estas enamorada de él?"

"¡Eso no es lo que dije!" Agito mis brazos. "¡Eso no es cierto!"

"¿Por qué no me lo explicas, entonces?" Cruza los brazos sobre su ancho

pecho. "¿Qué hay además de estar conectados emocionalmente?"

"¡Bueno, te lo hubiera explicado, si no estuvieras siendo tan idiota!" le pincho

el pecho con mi dedo. Se queda mirando hacia abajo a mí durante un largo rato.

Una sonrisa juega en su boca.

"Está bien. Explícate. "


"Desde que nos vinculamos puedo leerlo mejor. . . A veces puedo sentir,

sentir lo que siente. Eso es todo. Eso es todo. "

"¿Vas a sentir lo que siente todo el tiempo? "

"Bueno, sólo las emociones muy intensas. No cualquier cosa." Todavía se ve

inseguro, por lo que me acerco más y suavizo mi voz, paso mis dedos a lo largo de

su antebrazo, se tensa.

"Esto no cambia lo que siento por ti." Da un paso atrás y deja caer los brazos,

cortando nuestro contacto. No dejaré que él se aleje de mí. Hemos llegado

demasiado lejos. Voy a luchar por nosotros, incluso si es con él, con quien tengo

que luchar. "No afecta lo que siento por ti. ¿Vas a dejar que esto afecte lo que

sientes por mí?"

Él me mira, su mirada tiene el brillo oscuro de la noche. No lo puedo leer. Me

acerco, roso con mi mano la suya, sólo el más mínimo roce de nuestros dedos. . .

comprobando. Su dedo meñique se enlaza con el mío y el aliento que había estado

conteniendo se escapa en el silencio, el dolor en mi corazón, se ha aliviado un poco.

"Estoy aquí", le recuerdo. "Contigo. Deje a Cassian, al clan. Él no era parte de

mi plan de escape, ¿recuerdas?" Will suspira y arrastra una mano por mi cabello.

"Sí. Lo sé. Dios, Jacinda, estoy listo para que estemos juntos. . . sin nada en el

camino." Me hundo en sus brazos.

"Lo estamos haciendo. A partir de ahora. No vamos a estar separados nunca

más. Rescataremos a Miram y entonces vamos a estar solo nosotros dos. "

"Solo nosotros dos. Eso estaría bien."

Exhalo aliviada, un loco deseo de llorar viene sobre mí. Hasta ahora no me

había dado cuenta lo preocupada que estaba, que cuando le dije la verdad se

hubiera alejado de mí para siempre. Se confirma todo lo que he pensado sobre él,

comprueba que esto es lo correcto. Que él es el correcto. Que es correcto que

estemos juntos. Nos quedamos abrazados durante varios minutos. Dos bocinazos

finalmente nos llevan a la realidad.

"Tamra", supongo.

"Está bien. Vámonos." Will toma mi mano y me lleva al auto.


"¿Qué estaban haciendo ustedes dos?" Tamra pregunta cuando estamos de

vuelta en el interior. Tal vez había escuchado los gritos o Cassian le conto

rápidamente.

"Estamos bien", le digo, enviándole a Tamra una mirada de advertencia para

que cambié de tema.

"Estamos bien", agrego, mirando significativamente a Cassian. Cassian me

devuelve la mirada de forma imperturbable.

"Bien". Tamra asiente. "Sigamos adelante. Cuanto antes rescatemos a la

pequeña bruja, más pronto seremos libres."

No me molesto en preguntarle, libre de que. O de quién. Para Tamra se ha

convertido en lo mismo. Del Clan. De Cassian.

Pronto nos estamos moviendo de vuelta a la carretera, sumergiéndonos

directamente hacia el amanecer.


CCaappííttuulloo 2288 Traducido por Carol Lilith

arias horas más tarde, después de haber dejado el coche de Will y

tomado una furgoneta que había visto días mejores, lanzo una

mirada por encima de mi hombro hacia Cassian y Tamra que

duermen en la parte trasera, sobre unas mantas que extendieron en el oxidado y

abollada suelo.

"¿Falta mucho?" Susurro.

"Tal vez mañana por la noche. Si vamos directo sin detenernos. "

"Bien." El motor retumba bajo las suelas de mis zapatos y me acurruco

subiendo las rodillas a mi pecho. Me muevo sobre el asiento de vinilo desgarrado,

y trato de no pensar en lo cómodo que era el asiento del Land Rover de Will. Esto

es sólo temporal. Dejamos el coche de Will en una parada de camiones, listo para

recogerlo después de rescatar a Miram. Suspirando, inclino mi cabeza hacia atrás

en el reposacabezas. Mientras más pronto lo hagamos, más pronto Miram y

Cassian se podían ir a casa. Así más pronto Will, Tamra, y yo podríamos encontrar

a mamá y volver a empezar en otro lugar. Miro por la ventana, casi aliviada al ver

que la noche está despejada a nuestro alrededor. No hay ninguna nube gris. Will

toma mi mano. Su pulgar traza líneas en el interior de mi muñeca. Chispas

recorren mi brazo por su simple toque. Compartimos una mirada caliente, y sé que

las está sintiendo, también. Deslizo mi mirada por encima de mi hombro a la

pareja durmiendo en la parte de atrás, reconozco que podría pasar algún tiempo,

antes de poder tener algo de intimidad, y esto me molesta. Nos dirigimos hacia el

peligro. No sabemos lo que nos espera.

Como si, sintiera mis dudas, dice, ‚he hecho esto antes con mi padre. Es

bastante fácil entrar"

"No es eso lo que me preocupa."

V


"Vamos a salir. Nunca sospecharán que un cazador, querrá liberar a una

draki. Llegamos, la liberamos y nos vamos." Asiente una vez, y no estoy segura de

si él cree lo que dice o no. "Vamos a escapar. Y luego vamos a estar juntos. Sin

Cassian." Los faros de un coche que se aproxima ilumina el rostro de Will. Si sus

palabras no fueron suficientes, su intensa expresión me muestra que no me culpa

por la vinculación, pero no está en paz con ella tampoco. Él nunca estará en paz

hasta que deje atrás a Cassian y al clan.

"Te dije que no fue real."

"Lo sé. Sé que te viste obligada a ello. Que no significa nada." Acerca mi mano

a sus labios, besándola tiernamente.

"¿Por qué no duermes un poco?"

"¿Seguro que no estás demasiado cansado para conducir?",

"Cassian se ofreció a conducir por un rato. Lo despertare en una hora" Cierro

los ojos y estoy convencida de que no voy a poder dormir. Ese fue mi último

pensamiento. Una mano firme sobre mi hombro me sacude despertándome. Me

levanto, mirando a mí alrededor, con todos los músculos tensos, dispuesta a

defenderme, a correr, a volar.

"Ya llegamos", comenta Will.

¿Desde cuándo me había convertido en alguien cautelosa, tan preparada para

atacar? no trato de averiguarlo. Sólo me digo que es algo bueno, por los eventos

que están por venir. Miro a la izquierda y derecha. Estamos estacionados en una

estrecha carretera de tierra, con árboles por todas partes. Tamra se inclina hacia

adelante entre nosotros y se hace eco de mis pensamientos.

"No hay nada aquí." Will gira su cabeza.

"No pensaras que conduciría directamente hacia las puertas delanteras y

tocaría, ¿verdad?"

Tamra resopla. "Bien, muéstranos entonces, intrépido líder." Miro casi con

asombro a mi hermana. Ella actúa como si esto no fuera nada. Como si sólo

fuéramos a pasar todo el día, caminando por el bosque o algo así. Will sale de la

camioneta. Cassian ya está afuera, sosteniendo su cara frente a la brisa como si

estuviera olfateando el aire. Supongo que probablemente lo está haciendo. Will

abre la puerta trasera de la camioneta y aparta la manta que cubre una amplia


gama de armamento. Yo ya había visto el arsenal cuando cambiamos de vehículos,

pero la vista todavía me hace inhalar con fuerza.

Cassian inmediatamente comienza a probar las armas, para decidir cuál

tomar, y miro asombrada, como él y Will discuten sobre la variedad de pistolas,

cuchillos y arcos, sopesando los pros y los contras, como viejos camaradas. Tamra

y yo hacemos rodar los ojos una en la otra. Después de unos momentos, aclaro mi

garganta.

"¿Vamos a ir allí llevando armas o algo así?"

"Sí", Tamra está de acuerdo.

"Pensé que primero solo íbamos a hacer un reconocimiento. Así podríamos

tener una idea del lugar. "

"Así es. Esto es sólo por precaución." Will ata la correa de una funda de

pistola en su tobillo debajo de la manga de su jean, deslizando dentro una pistola.

Me estremezco un poco por sus fluidos movimientos, recuerdo que él ha hecho

esto antes.

Cassian sigue su ejemplo, y me retengo de preguntarle si incluso sabe cómo

disparar un arma de fuego. No son parte de nuestra vida en el clan. Pero algo me

detiene. Por una vez, los chicos están de acuerdo. No quiero arruinarlo. Will toma

cuatro binoculares y no los entrega a cada uno de nosotros. Me da un guiño.

"Por el momento el plan, es mirar, y luego haremos una estrategia." Cierra de

un golpe las puertas, nos conduce por el camino. La hierba esta alta, se pega a mis

pantalones vaqueros a medida que avanzamos a través de las sombras de los

árboles, casi como si fueran manos agarrando tratando de detenernos. El aire es

más frío aquí de lo que estoy acostumbrada, y me aprieto más en mi chaqueta de

lana. Por primera vez en mi vida podría necesitar un anorak4. Los árboles

comienzan a hacerse menos. Will levanta una mano. Nos detenemos.

"A partir de aquí nos arrastraremos", dice, asintiendo con la cabeza hacia

delante donde no hay nada más que un campo inclinado.

"Ellos tienen vigilantes. Siempre están mirando. Aun cuando no podamos

verlos. No debemos ser descubiertos." Mi piel se hace dura y espinosa a medida

que nos arrastramos en nuestras manos y rodillas, moviéndonos hacia abajo.

4 Anorak: es un tipo de chaqueta pesada con capucha, recubierto a menudo de piel natural o de imitación, para una

completa protección de bajas temperaturas.


Finalmente, paramos, colocándonos en una subida. Debajo, hay un pequeño

pueblo que se encuentra enclavado en un valle.

"¿Qué es este lugar?" Tamra pregunta, mirando detenidamente con sus

binoculares.

"Crescent Valley", Will responde. "Población: Novecientos setenta y ocho<"

"Se ve muerto", observa Cassian.

"Bastante" Will está de acuerdo, señalando al pintoresco valle de abajo.

"Tienda de comestibles. Escuela Crescent Valley, todos los grados en un solo

edificio. El centro comunitario. El Bar de Joel. Antonio’s est{ por ahí sirven una

pizza decente. He esperado allí cuando mi padre y mi tío me dejaban. No más de

dos pueden salir. Y allí, ¿ven ese gran edificio? Esa es la gran proveedora de

empleos, en la ciudad- EMVC. Fábrica de suministros Hospitalarios Crescent

Valley."

Estudio la inofensiva fabrica que se extiende por la roca de color blanco sucio.

Aún menos inofensiva es la alta valla con alambre de púas en la parte superior. Un

guardia uniformado se encuentra en la puerta de entrada. Es la única forma de

entrar o salir que puedo divisar. El enorme estacionamiento está medio lleno,

salpicado de coches.

"Venden sobre todo suministros médicos. Material que es utilizado en los

consultorios médicos normales. Jeringas. Algo de equipo quirúrgico. "

"¿Esta es la fortaleza enkros?" Cassian pregunta. "¿Esta es su fachada?"

"Sí", Will responde, sus labios se presionan en una línea sombría. Señala con

un gesto a todo el valle con la mano.

"Todo esto lo es. La ciudad entera. Todo el mundo está conectado o

relacionado con alguien que trabaja allí." Mi piel pica, zumba calentándose, mi

corazón golpea muy fuerte en mi pecho, al mirar hacia abajo en el valle, al lugar

que yo había temido por tantos años, sabiendo tan poco de él, sin tener ninguna

idea de lo que podría ser. Esto es diez veces peor que la fortaleza carcelaria que me

imaginaba. Es el mal envuelto en un empaque inocente.

Yace allí, de forma metódica, dentro de una comunidad aparentemente

normal. Debajo de todo, es un lugar de tormento y muerte. La imagen de mi padre

nada ante mis ojos. ¿Es aquí a donde lo llevaron? ¿Y a Miram? ¿Estuvieron los dos


detrás de esos muros? La resolución se mueve a través de mí en una onda amarga.

Mía. O de Cassian. No importa realmente. En este sentido, nos sentimos igual. De

repente, es algo más que rescatar a Miram. Tengo la sensación de que Will está

mirándome y giro hacia él. Él lo sabe. Él está conmigo. Estamos juntos en esto. En

todo.

"Acabemos", murmuro. "Con todo" Will Sonríe y se propaga el calor a través

de mí, por lo afortunada que soy, ¿Cuán lejos he llegado?.

Tengo a Will. Tengo a mi hermana. Incluso tengo a Cassian. No voy a entrar

en esto sola, como una víctima, como Miram. Una cautiva como papá. Vamos a

infiltrarnos en la fortaleza. Vamos a rescatar a Miram.

Estaremos juntos.

Ahora mismo, estoy convencida de que todo es posible.

Fin


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