un clasico que no se agota

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    Gabriel Garca Mrquez. Un clsico que

    no se agotaVirginia Capote Daz (Universidad de Granada)

    [Camacho, Jos Manuel y Daz, Fernando (Eds.). Gabriel Garca Mrquez,la modernidad de un clsico.Madrid: Verbum, 2010]

    El ochenta cumpleaos de Gabriel Garca Mrquez fue el pretexto per-fecto para que un numeroso grupo de especialistas de muy variada con-dicin, se lanzaran a ambos lados del Atlntico a homenajear al Nobel deAracataca, con resultados muy desiguales, y con algunas interpretacionesmagncas, enredadas a veces en la maraa de textos repetitivos y absolu-tamente prescindibles con que los volmenes colectivos han llegado a las

    bibliotecas y a los lectores de medio mundo.Quizs sea sta la razn por la que la obra Gabriel Garca Mrquez,

    la modernidad de un clsicosea un caso sobresaliente y, por lo tanto, ab-solutamente reseable acerca de las nuevas interpretaciones en torno a lagura y la obra del creador de Macondo. En esta obra se dan cita algunos

    de los especialistas ms reputados de la literatura garcimarquiana, como

    son los casos de Dasso Saldvar el bigrafo por antonomasia, hasta lairrupcin del profesor Gerald Martin, Giuseppe Bellini, ngel Estebano Jos Manuel Camacho, por citar unos cuantos nombres sucientemente

    conocidos y reconocidos en las lindes colombianistas, a los que se han su-mado otros investigadores de primera la que han contribuido de manera

    notable a enriquecer las interpretaciones de un escritor tan inmenso comoinabarcable.

    La edicin de la obra ha corrido a cargo de uno de los grandes especia-listas mundiales en el estudio e interpretacin de la obra de Gabriel GarcaMrquez, el ya citado profesor de la Universidad de Sevilla Jos ManuelCamacho, y de Fernando Daz, profesor en la Universidad Libre de Bruse-las y una de las jvenes promesas del colombianismo europeo. A sabiendasde que esta obra viene a sumarse a otros muchos estudios publicados enlugares muy dispares de la geografa literaria, los editores ven en este librouna forma de homenajear al Nobel colombiano, no slo como escritor,sino tambin como hombre de letras, cuya repercusin ha sido verdadera-mente extraordinaria. Como reconocen en el Prlogo de la obra:

    [...] aprovechando los fastos y alegrones caribes de sus primeros ochentaaos, muchos especialistas (y no pocos diletantes) se han dado a la la-bor de cincelar de forma obsesiva las claves formales y temticas de su

    universo inextinguible, poniendo en evidencia una vez ms las inalcan-

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    zables cimas estticas a las que ha llegado el Nobel colombiano, cuyaspginas son siempre una cascada de la mejor literatura escrita nunca enlengua espaola. (9).

    La obra consta de dos partes bien diferenciadas, en un intento de sis-tematizar el discurso miscelneo que caracteriza a muchos de estos textosdedicados al escritor. La primera parte, titulada Garca Mrquez o lasmetamorfosis de un clsico, consta de seis trabajos en los que se hananalizado los puntos de vista ms dispares sobre su obra. As, por ejemplo,Carmen Alemany ha hecho un recorrido tan interesante como necesario

    por la narrativa colombiana e hispanoamericana, poniendo en relacin lasnovelas posteriores a Cien aos de soledadcon las corrientes literarias quesurgen de forma simultnea a la publicacin de cada una de sus obras. Deesta manera, la profesora Alemany traza un panorama muy completo sobrelas novelas que se publican en el continente mestizo y que estn ms allde la esttica del macondismo.

    Verdaderamente original e innovadora resulta la propuesta del granhistoriador de la Literatura, el profesor Giuseppe Bellini, como lo llamanlos editores, que ha iniciado una nueva vereda en el mundogarcimarquia-noal relacionar al genio de Aracataca con Francisco de Quevedo, el genio

    barroco, que retuerce la lengua espaola para modernizarla durante siglos,al tiempo que se lamenta de la amarga fortuna, como harn muchos delos personajes de sus primeras novelas. El profesor Bellini, que ya habaestudiado la impronta de Quevedo en la literatura de otro Nobel, el escritorguatemalteco Miguel ngel Asturias, permite abrir una nueva ventanacrtica para ventilar la formacin clsica del escritor.

    Es evidente que ninguna obra crece sola, sino que responde a una tra-dicin, a unas corrientes estticas, literarias, histricas e, incluso, ideol-gicas, como ha tratado de mostrar con gran pericia Fernando Daz al esta-

    blecer las conexiones y divergencias entre la narrativa de Garca Mrquezy la de Fernando Vallejo, un escritor neomaldito, tan irreverente y custicocomo su ilustre antepasado literario, el cronista neogranadinoJuan Rodr-guez Freyle. Fernando Daz analiza el mundo mtico de Sabaneta como unreverso de Macondo, un microcosmos generador de la maldad del hombre,donde los sicarios matan a su antojo y convierten en un muladar ese espa-cio en el que el escritor tuvo una infancia feliz.

    Tratndose del narrador ms importante de la segunda mitad del sigloXX, es lgico que las conexiones y las inuencias tentaculares crucen las

    fronteras fsicas y lingsticas para echar races en la cultura norteamerica-na. As lo ha estudiado Juan Ignacio Guijarro, profesor de Literatura Nor-teamericana en la Universidad de Sevilla y gran conocedor de los entre-

    sijos literarios de dos de los grandes nombres de dicho contexto literario,

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    William Faulkner y Toni Morrison.Por su parte, Catalina Quesada ha investigado de manera minuciosa

    cul es la relacin del escritor cataquero con el suicidio, un tema trascen-dente que atraviesa todo su universo narrativo. Catalina Quesada, afrontael reto de vaciar la obra periodstica del Nobel, en su afn por rastrearcualquier referencia personal, histrica o literaria que haya en torno a estetema, que tiene en su narrativa personajes ilustres, como el extrao mdicodeLa hojarasca, el suicidio amoroso de Pietro Crespi o el suicidio comoantdoto contra la gerontofobia del jamaicano Jeremiah de Saint-Amouren El amor en los tiempos del clera, sin olvidar tampoco el intento desuicidio del coronel Aureliano Buenda, siguiendo el ejemplo histrico del

    poeta Jos Asuncin Silva.La primera parte del libro se cierra con un estudio muy interesante del

    profesor y novelista Pablo Snchez, sobre la recepcin de Garca Mrquezen la Espaa franquista. Pablo Snchez desmenuza la recepcin crtica deCien aos de soledada partir del cotejo e indagacin de las notas, crti-cas y reseas que aparecieron en los diferentes diarios y semanarios de lapoca, en los que resulta fcil ver la variedad de posicionamientos ideo-lgicos del tardofranquismo. El ensayo de Pablo Snchez supone ademsun enfoque imprescindible, al rastrear las fuentes hemerogrcas con la

    nalidad de deshacer, en la medida de lo posible, tpicos literarios y en-tuertos bibliogrcos, y colocar la recepcin espaola de Garca Mrquez

    en su justa medida.La segunda parte del libro lleva por ttulo La narrativa de Garca Mr-

    quez. Entre la soledad y el realismo mgico y consta de nueve captulosen los que se hace una anlisis exhaustivo de las otras novelas de GarcaMrquez. De esta manera, Juan Alberto Blanco Puentes, encargado de in-augurar este segundo bloque, establece las conexiones pertinentes entre

    Noticia de un secuestroy la literatura ms importante del narcotrco, con

    referencias explcitas a Fernando Vallejo, Mario Mendoza, Jorge Franco,Laura Restrepo, Arturo Alape o Luis Fayad, entre otros. De estas posiblesrelaciones intertextuales, nos concierne de manera muy especial la novela

    Leopardo al solde Laura Restrepo, entre otras razones, porque la escritoracolombiana no ha ocultado nunca su profunda admiracin por el maestrode Aracataca al que cita en numerosas obras y del que ha asimilado una de-terminada manera de entender el realismo mgico, tal y como ha estudiadola profesora Mara Caballero.

    Por su parte, el profesor Camacho analiza con gran maestra y origina-lidadMemoria de mis putas tristescomo una novela llena de homenajes,entre los que destaca el ofrecido Nobel japons Yasunari Kawabata y asu novelaLa casa de las bellas durmientes; asimismo homenajea al Ro-

    mancero hispnico, a travs de una de sus heronas ms trgicas, la bella

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    Delgadina, que parece inspirar el modelo inquietante de la nia que seregala el anciano nonagenario y de la que se va a enamorar locamente.Jos Manuel Camacho, a travs de una sugerente retrica, congura este

    estudio como una prolongacin de su ensayo La religin del amor en laltima narrativa de Gabriel Garca Mrquez.

    Uno de los temas ms originales que recoge este volumen el relativoa la importancia que ha tenido la msica en la formacin y en la escrituradel Nobel. Ya sabamos de su pasin por la msica caribe y por la msicaclsica, sin embargo, el trabajo presentado por Salvador Daza, pianista dereconocido prestigio, nos adentra en otros intereses melmanos, como esel entusiasmo de Garca Mrquez hacia los Beatles o, incluso, hacia el re-

    pertorio de las obras musicales que han tenido como inspiracin la propiaobra del cataquero.

    Verdaderamente relevante resulta el enfoque que le ha dado el profe-sor de la Universidad de Granada, ngel Esteban, al mundo bblico quesubyace a los nombres que aparecen en Crnica de una muerte anunciada,con una investigacin muy perspicaz en torno a la simbologa religiosaque rodea al asesinato ritual de Santiago Nasar. En este inteligente exa-men se desvela, por tanto, el entramado bblico y religioso que congura

    la arquitectura dramtica de esta novela que versa sobre la tragedia de la

    condicin humana, sugiriendo ciertas analogas y paralelismos entre el sa-cricio de Santiago Nasar y el de Jesucristo.

    Resulta evidente que Garca Mrquez es un escritor genial en la utili-zacin de la lengua, tal y como ha demostrado una de las maestras indis-cutibles del americanismo actual, como es la profesora Milagros Ezquerro,quien ha escudriado de manera minuciosa y muy detallada los registroslingsticos utilizados por el escritor enEl otoo del patriarca. Los edito-res, Jos Manuel Camacho y Fernando Daz, rinden homenaje a la catedr-tica de la Sorbona, como ya hicieran con el profesor Bellini, a la que con-sideran maestra extraordinaria de varias generaciones de llogos dentro

    y fuera de Francia.Por su parte Robin Lefere, gran especialista borgiano, ha analizado la

    gura de Simn Bolvar en relacin con lo que Seymour Menton llam la

    nueva novela histrica, teniendo en cuenta dos modelos y dos concep-ciones historiogrcas, como las desarrolladas en Francia e Inglaterra en

    las ltimas dcadas.Lo biogrco ocupa un lugar central, como puede comprobarse a partir

    del trabajo presentado por Inmaculada Lergo, quien ha rastreado los com-ponentes novelescos que presenta la monumental Vivir para contarla, altiempo que ha pulsado y cribado las posibles biografas utilizadas por elcataquero a la hora de construir su propio texto.

    Finalmente, el volumen se cierra con una interesante semblanza acerca

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    de la vida de Garca Mrquez realizada por su gran bigrafo Dasso Sald-var.

    Como sealan los propios editores, en esta obra faltan muchos nom-bres y entre ellos el insigne colombianista Jacques Gilard quien iba arevisar sus teoras sobre el llamado Grupo de Barranquilla, pero la muer-te arrebat al americanismo francs y europeo uno de sus maestros msilustres. En cualquier caso, el enfoque de los trabajos publicados resultatan innovador como imprescindible para seguir profundizando en la obrade quien es, por derecho propio, uno de los grandes nombres del parnasoliterario en lengua espaola.

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