ulcera de cornea

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Autores: Pirola, María de los Ángeles *; Bernades, José Mariano ** * Alumna residente. ** Tutor externo. Cotutor: Dra. María José del Sole y Dr. Rodolfo Franci. INTRODUCCIÓN ANATOMÍA CORNEAL UNIVERSIDAD DEL CENTRO PROV. BUENOS AIRES (TANDIL) - ARGENTINA FACULTAD CIENCIAS VETERINARIAS Área de Clínica Médica y Quirúrgica de Pequeños Animales ÚLCERA DE CÓRNEA PERSISTENTE OBJETIVO Remarcar la importancia de la utilización de los métodos complementarios necesarios para arribar a un diagnóstico acertado, que permita aplicar el tratamiento adecuado y lograr una correcta recuperación. FACTOR CLAVE Realizar de rutina la prueba de fluoresceína en pacientes con signología ocular. FACTORES IMPORTANTES Historia de epífora y fotofobia Mejoría temporaria Fluoresceína positiva Labios de úlcera fácilmente desbridables

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Autores: Pirola, María de los Ángeles *; Bernades, José Mariano **

* Alumna residente.

** Tutor externo.

Cotutor: Dra. María José del Sole y Dr. Rodolfo Franci.

INTRODUCCIÓN

ANATOMÍA CORNEAL

UNIVERSIDAD DEL CENTRO PROV. BUENOS AIRES (TANDIL) -

ARGENTINA FACULTAD CIENCIAS VETERINARIAS

Área de Clínica Médica y Quirúrgica de Pequeños Animales

ÚLCERA DE CÓRNEA PERSISTENTE

OBJETIVO

Remarcar la importancia de la utilización de los métodos

complementarios necesarios para arribar a un diagnóstico acertado,

que permita aplicar el tratamiento adecuado y lograr una correcta

recuperación.

FACTOR CLAVE

Realizar de rutina la prueba de fluoresceína en pacientes con signología ocular.

FACTORES IMPORTANTES

Historia de epífora y fotofobia

Mejoría temporaria

Fluoresceína positiva

Labios de úlcera fácilmente desbridables

La córnea normal es transparente y su superficie es ópticamente lisa1, 2. Su espesor

aproximado es de 0,6-0,9 mm y estructuralmente está compuesta por distintos estratos

celulares:

• El epitelio corneal, que constituye el estrato externo, es un epitelio plano estratificado no

queratinizado, posee un espesor de 7 a 12 capas celulares en el centro y se afina hacia la

periferia donde se funde con el epitelio conjuntival. Su capa de células basales,

denominada membrana basal, la componen células epiteliales cuboides que están en

continua mitosis. Estas células, a medida que maduran, pierden sus organelas, se aplanan

y van progresando hacia la superficie reemplazando las capas superficiales. Las células

más externas son poligonales, planas y se caracterizan por poseer microvellos en su cara

apical. Es a éstas células, a las que se une la capa de moco de la película lagrimal1, 2, 3, 4.

• El estroma corresponde al 90% de la arquitectura de la córnea y es el estrato medio. Está

compuesto por haces de fibrillas de colágeno, fibroblastos, queratinocitos y sustancia

cementante. La disposición de las fibrillas de colágeno dentro de los haces es paralela,

mientras que los haces entre sí están entrecruzados. Los queratinocitos son capaces de

sintetizar colágeno, glicosaminoglicanos y mucoproteínas1, 2, 3, 4.

• La membrana de Descemet se encuentra separando el estroma del endotelio corneal. Está

constituida por colágeno y es la membrana basal del endotelio 1, 2, 3, 4.

• El endotelio corneal, la capa interna, es una monocapa celular con propiedades

endoteliales. Tiene limitada capacidad de regeneración y sus lesiones se reparan por

migración de células adyacentes. Posee un sistema de bombas Na-K ATPasa que

mantiene el estado de deshidratación relativa de la córnea1, 2, 3, 4.

La inervación de la córnea está dada por un plexo nervioso originado a partir de la rama

oftálmica del Nervio Trigémino2, 3. El plexo penetra el estroma desde la esclerótica y ramas

amielínicas diminutas discurren entre las células epiteliales hacia la superficie corneal2.

Por ser la estructura por la cual la luz ingresa al globo ocular, la córnea debe ser transparente.

La transparencia de la misma se mantiene por la integridad del epitelio, por la disposición de

las fibras de colágeno, por el epitelio no queratinizado, por la ausencia de vasos sanguíneos y

pigmentos y por el estado de deshidratación relativa de la córnea1, 2.

QUERATITIS ULCERATIVA

La córnea está expuesta constantemente a materiales nocivos del medio ambiente, así como

también a componentes irritativos propios del animal2. Una de las primeras respuestas de la

córnea ante una injuria es la queratitis, que es la inflamación de la misma. Existe una larga

clasificación de las queratitis según el agente etiológico, pero la que nos ataña puntualmente es

la Queratitis Ulcerativa2, 3, 4. Ésta también puede deberse a desórdenes corneales primarios. La

queratitis ulcerativa o úlcera de córnea es la falta de continuidad en el epitelio corneal debido a

procesos erosivos que pueden ser superficiales o profundos y es una de las enfermedades

oculares más comunes en los caninos1, 2, 4. Las úlceras corneales persistentes son un tipo

particular de queratitis ulcerativa2, 5.

ÚLCERAS DE CÓRNEA PERSISTENTES

DEFINICIÓN

Las úlceras corneales persistentes, úlceras indolentes, úlceras córneas refractarias, úlceras del

Bóxer, síndrome de erosión corneal recurrente o erosiones epiteliales intratables son algunas

de las denominaciones que recibe esta afección4, 5. Son úlceras superficiales que curan pobre y

lentamente y tienden a recurrir, caracterizadas por poseer labios o rebordes de epitelio que no

están sujetos al estroma corneal y que son desbridables fácilmente5.

EPIDEMIOLOGÍA

Las úlceras corneales persistentes fueron descriptas inicialmente en el Bóxer, por lo que se las

llamó “Úlceras del Bóxer”, pero poco tiempo después fue observada en animales de otras 40

razas, lo que desterró que se tratase de una patología específica de la misma. Se ha

demostrado cierta predisposición racial, debido a una mayor incidencia en razas como Cocker

Spaniel, Bóxer, Dachshund, Bulldog Inglés, Retriever Dorado, Lhasa Apso, Pekinés, Rottwelier,

Weimaraner, entre otras5.

Afecta generalmente animales de edad media y gerontes, aunque puede presentarse a

cualquier edad4, 5.

Algunos autores hacen referencia a la existencia de predisposición sexual, mencionando que

es mayor la incidencia en hembras5.

ETIOPATOGENIA Pese a que la patogénesis de las úlceras de córnea persistentes es poco comprendida, la

predisposición racial, la presentación espontánea y súbita y la complicación eventual de ambos

ojos, sustenta la teoría de Distrofia Epitelial Primaria o del Estroma Superficial de la Córnea5.

En una córnea normal, la fijación entre el epitelio y el estroma corneal está dado por los

hemidesmosomas que unen la membrana basal al estroma5. En úlceras corneales persistentes

se pudo comprobar la presencia de desorganización de la membrana basal o estructura

anormal1, 2, 5, disminución del número de hemidesmosomas y celularidad disminuida en el

estroma corneal superficial5.

Estudios histopatológicos revelan áreas focales de separación entre las células del estroma y la

membrana basal. Dichos estudios también demuestran que los labios de las úlceras corneales

persistentes están compuestos por 4 a 10 capas de células hiperplásicas, degeneración de las

células adyacentes de la membrana basal, además de edema intra e intercelular de las células

basales y acumulación de un material de similares características a dicha membrana4, 5.

Por todo esto se piensa que las úlceras corneales persistentes se deben a defectos primarios

del epitelio corneal o de su membrana basal, aunque algunas se las consideran secundarias a

otras patologías oculares, como triquiasis, distiquiasis o cilias ectópicas. De allí la clasificación

de las úlceras recurrentes en primarias y secundarias4, 5.

Por otro lado, patologías tales como el edema corneal, que puede deberse a glaucoma, uveítis

crónica y desórdenes epiteliales primarios, producen alteraciones en la adhesión epitelial, por

lo que se las considera condiciones predisponentes1, 4, 5.

En algunos casos particulares, determinadas alteraciones en el film precorneal, como la

queratoconjuntivitis seca, suelen asociarse a úlceras persistentes, sin determinar todavía su

relación exacta5.

SIGNOS CLÍNICOS Los signos clínicos incluyen blefarospasmo, fotofobia y epífora, manifestaciones evidentes de

dolor ocular, con comienzo agudo y espontáneo, sin historia de trauma1, 4, 5. Si bien, el grado de

dolor es variable y suele disminuir con la cronicidad de la úlcera5.

Además los animales que padecen de úlceras persistentes suelen presentar edema corneal e

hiperemia conjuntival1, 4.

Sin tratamiento, la signología puede persistir durante semanas o incluso meses, aunque suelen

ocurrir períodos de aparente “curación”, con alivio de los signos. Esto se debe a que, por medio

de la proliferación celular, el epitelio logra cubrir la úlcera, pero la adhesión al estroma sigue

siendo débil y es desgarrado por fuerzas mínimas, como las del parpadeo; lo que lleva a la

recurrencia signológica4, 5.

Por otra parte cabe mencionar que sin tratamiento estas úlceras no se profundizan ni

vascularizan5.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de las úlceras de córnea persistentes se basa en la anamnesis, en los signos

clínicos y en los hallazgos oftalmológicos típicos4, 5.

En la anamnesis se comprueba aparición de los signos clínicos en forma súbita, cierta

cronicidad de los mismos y algunos períodos de mejoría temporaria4. Además, en nuestra

experiencia hemos observado que generalmente se trata de un paciente que ya fue tratado por

más de un veterinario y que el propietario llega a consulta con una bolsa llena de colirios y

cremas.

La signología se centra en las manifestaciones de dolor e irritación mecánica, como

blefarospasmo, epífora y fotofobia, entre otros1, 2, 4, 5.

Los hallazgos oftalmológicos son característicos. Tanto la confirmación de su existencia como

la determinación de la extensión y profundidad de la úlcera, son posibles mediante la utilización

de la prueba de fluoresceína1, 2, 4, 5. Recordar que el empleo de fluoresceína es fundamental en

el diagnóstico de las queratitis ulcerativas y que está indicado en todos los pacientes con

manifestación clínica de dolor ocular1, 2, 3.

Luego de la colocación de una gota de fluoresceína sobre la córnea, se debe lavar la superficie

ocular con abundante solución salina estéril o con algún lavado ocular para retirar el excedente.

En este momento se procede a realizar el examen con luz focal y un elemento de

magnificación como una lupa. El colorante hidrosoluble pasa a través de los defectos epiteliales

y es retenido por las células del estroma hidrofílico, pero no por las del epitelio ni de la

membrana de Descemet que son hidrofóbicas1. En las úlceras corneales persistentes, el

colorante se disemina tiñendo el estroma más allá del borde aparente, por debajo del epitelio

no adherente1, 2, 5.

Se puede usar un filtro de luz de color azul o lámpara de Wood para facilitar la detección de

lesiones sutiles. Se observar el labio de epitelio no adherido, socavado con apariencia

arrugada, que es desbridado fácilmente con un hisopo de algodón5.

Para el examen, el oftalmoscopio es de gran utilidad, pero no imprescindible. Al igual que la

evaluación con lámpara de hendidura, ambos permiten examinar la úlcera y sus características

con mayor detalle1, 5.

TRATAMIENTO 1. Tratamiento médico: Incluye el uso de distintos compuestos y drogas en forma tópica1, 2, 5.

Las soluciones hipertónicas tópicas, como la de cloruro de sodio al 5%, logran reducir el edema

corneal por efecto osmótico, logrando mejor adherencia del epitelio al estroma. Por sí sola esta

terapia carece de buenos resultados, pero combinada con desbridamiento y queratotomía se

obtienen altas tasas de curación2, 5.

La aprotinina es un potente inhibidor enzimático (kalicreína, plasminógeno, etc.). Como se pudo

determinar que en las úlceras corneales persistentes existen niveles excesivamente elevados

de plasminógeno, en algunos casos, su aplicación tópica induce la curación4, 5.

Tanto el factor de crecimiento epidérmico como el glicosaminoglican polisulfatado fueron de

utilidad en ensayos clínicos, según cita la bibliografía5.

En todos los casos de úlcera persistente está indicado el uso de antibióticos tópicos de amplio

espectro, tal como el cloranfenicol, dos a cuatro veces por día. Debido a la falta de continuidad

del epitelio corneal, el estroma queda expuesto a la acción bacteriana oportunista, es decir a

las infecciones secundarias que pueden evitarse de esta manera1, 2, 5.

En aquellos pacientes en los que son evidentes las manifestaciones de dolor ocular, está

indicada la aplicación de solución oftálmica tópica de atropina al 1% durante los primeros 3 a 5

días del tratamiento2, 5. Por su efecto ciclopéjico, la atropina logra abolir los espasmos ciliares y

así disminuir el dolor originado por tal causa1, 2.

Está contraindicado el uso de corticoides tópicos en las úlceras corneales persistentes, como

en cualquier tipo de úlcera, debido a que impiden la reepitelialización corneal por disminuir la

velocidad de las mitosis e interferir con la adhesión celular. Los corticoides también retrasan la

vascularización, la quimiotaxis de células inflamatorias, la activación fibroblástica y los

mecanismos de defensa contra las infecciones. Además de incrementar la actividad de las

colagenasas liberadas por queratinocitos lesionados. Sólo debería utilizarse en casos en los

que el tejido de granulación o vascularización es excesivo, aunque siempre con precaución2, 5.

Por otro lado, los anestésicos locales sólo deben utilizarse con fines diagnóstico, puesto que

además de retardar la reepitelialización, disminuyen el reflejo de parpadeo protector y pueden

causar neuritis dolorosa5.

2. Tratamiento quirúrgico: Se ha demostrado que con los tratamientos quirúrgicos se obtienen

mejores resultados que con los tratamientos médicos en el manejo de las úlceras corneales

persistentes, debido a que logran menores tiempos de curación y mayor porcentaje de

pacientes curados5. Estos incluyen:

• Desbridamiento epitelial: El desbridamiento manual de los bordes de epitelio no

adherido es decisivo para lograr la curación del epitelio corneal y debe realizarse

siempre que se diagnostique una úlcera de córnea persistente. Debido a que

permite la multiplicación del epitelio adyacente y estimula la formación de

membrana basal y hemidesmosomas normales5.

Para realizar el desbridamiento pueden utilizarse hisopos de algodón, espátula u

hoja de escalpelo, con los que posteriormente a la colocación de anestésico tópico,

se procede a realizar movimientos de cepillado del centro hacia la periferia de la

úlcera. De esta manera se elimina todo el epitelio desprendido con delicadeza y

precisión, cuidando de no ejercer excesiva presión que podría desprender epitelio

sano2, 4, 5. Una vez finalizado este procedimiento se puede observar la extensión

real de la úlcera, que en muchos casos abarca gran parte de la córnea5.

El desbridamiento químico del epitelio se realiza con compuestos químicos que

producen alteraciones en la estructura del estroma subyacente al epitelio

desbridado, estimulando la fijación del nuevo epitelio en crecimiento. Puede

realizarse con yodo-povidona diluido al 0,2-0,5 %, ácido tricloracético o fenol; se

embebe un hisopo o torunda de algodón con la sustancia cáustica y se procede a

mojar la superficie ulcerada. Se deja actuar unos minutos y se lava la córnea con

generosa cantidad de lavado ocular para eliminar todo el excedente de la sustancia

irritante que puede dañar tejidos normales2, 4, 5.

Existen tratamientos médicos complementarios al desbridamiento epitelial que están indicados

por la bibliografía. Entre ellos cabe mencionar el uso de lentes de contacto blandas. Estas

mantienen el epitelio en curación en contacto íntimo con el estroma y ofrece protección

mecánica a dicho epitelio. Los mejores resultados se obtuvieron en aquellos pacientes en los

que se mantuvieron las lentes de contacto por 7 a 10 días. La principal desventaja de las lentes

es que en algunos perros no se ajustan correctamente a la córnea y por tal motivo poseen

cortos períodos de retención5.

Otro tratamiento complementario son los escudos de colágeno. Son implantes tópicos solubles,

diseñados para mantenerse adheridos a la córnea por 72 h. Pueden ser embebidas en

soluciones antimicrobianas y una vez colocadas mantienen una liberación prolongada de las

mismas. Al igual que las lentes de contacto, mantienen la aposición del epitelio al estroma y

proporcionan protección mecánica, pero a diferencia de ellas se ajustan perfectamente a la

córnea canina. Se describió una tasa del 44% de curación en aquellos pacientes que se les

colocó los implantes luego del desbridamiento5, 6.

• Queratectomía superficial: La queratectomía superficial permite remover el epitelio y

membrana basal anormales en su totalidad. Se debe practicar una pequeña incisión

en el limbo esclerocorneal o en la periferia de la lesión y divulcionar el epitelio que

circunda la úlcera con algún instrumento tipo espátula sin filo. Este procedimiento debe

realizarse con suma precaución, puesto que podría perforarse la córnea si se elimina

tejido en excesiva cantidad. Además tiene como desventajas que se requiere

instrumental especial y anestesia general4, 5.

• Queratotomías: Las queratotomías que pueden realizase son la queratotomía punteada

múltiple y la queratotomía en rejilla1, 2, 4, 5, 6. Por medio de ambas técnicas se crean

heridas superficiales en el estroma y, al exponerlo, éste se adhiere al nuevo epitelio por

la formación de nuevos hemidesmosomas5, 6.

La queratotomía en rejilla se realiza con una aguja unida a una jeringa, arrastrando el

extremo cortante de la aguja sobre la superficie de la úlcera, penetrando 1 mm en el

espesor de la córnea. Deben efectuarse incisiones paralelas separadas por 1 mm

aproximadamente cubriendo todo el defecto y sus márgenes sanos. Luego se realizan

de la misma forma incisiones perpendiculares, quedando así formada una rejilla o

trama cuadriculada1, 2, 5, 6.

La queratotomía punteada múltiple se lleva a cabo utilizando una aguja, con la cual se

realizan numerosas punciones separadas por 0,5-1 mm en la superficie corneal del

área afectada, extendiéndose 1 ó 2 mm en el epitelio adyacente. La profundidad de las

punciones no debería superar 1 mm y es preferible realizarlas en forma oblicua, por el

riesgo de atravesar la córnea en todo su espesor1, 2, 5, 6. Se demostró que es más fácil

de perforar la córnea con agujas de pequeño calibre (27 a 30) que con las de mayor

calibre (20 a 22). La aguja debe tomarse con una pinza hemostática o curvarse en su

extremo, para eliminar totalmente la posibilidad de perforación6.

Ambos procedimientos antes descriptos, sólo requieren anestesia tópica en la mayoría

de los casos, aunque en aquellos en los que el paciente sea problemático debe

utilizarse sedación, o incluso anestesia general5.

Se ha demostrado que estas técnicas aumentan las tasas de curación de las úlceras

corneales persistentes en una forma importante. De hecho, la tasa de curación para la

queratotomía en rejilla va desde un 83% alcanzado un 100%, mientras que para la

queratotomía punteada es de un 72% hasta un 83%6.

Es importante mencionar la importancia de lavar correctamente la superficie corneal, si se

aplicó con anterioridad fluoresceína, de otra manera podrían introducirse restos de la misma al

estroma corneal con las incisiones o punciones.

• Colgajos: Tanto los colgajos conjuntivoesclerales como los de tercer párpado suelen

indicarse en el tratamiento de las úlceras corneales persistentes. Ambos ofrecen buena

protección mecánica y disminuyen el trauma del parpadeo, a la vez que brindan un

aporte sanguíneo directo. Pero las desventajas que presentan los hace poco prácticos

y casi no se usan en la actualidad por tales motivos. La más importante de ellas es la

imposibilidad de realizar controles postoperatorios, debido a que deben dejarse por 3 ó

4 semanas. Además, requieren anestesia general4, 5.

Aunque se ha observado que generalmente no es necesario, luego de efectuar cualquiera de

los tratamientos algunos autores aconsejan la utilización de collares isabelinos, por la

posibilidad de que el paciente se “auto-traumatizarse” y así retrasar el proceso de curación5, 6.

PRONÓSTICO

El pronóstico inmediato en la mayoría de los casos es favorable, ya que no suelen

vascularizarse ni profundizarse y la curación se logra en 1 a 6 semanas posteriores al

tratamiento. Pero es desfavorable a largo plazo por las altas posibilidades de recurrencia, ya

sea en el mismo ojo o en el opuesto2, 5. Es importante comunicarle esto al propietario y

educarlo para que pueda identificar los signos tempranamente.

ALGORITMO DE APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA

2a) PRUEBA DE FLUORESCEÍNA

POSITIVA

Tinción del estroma inferior al epitelio no

adherido

1) SEMIOLOGÍA CLÍNICA

2) MÉTODOS COMPLEMENTARIOS

2b) OFTALMOSCOPÍA

2c) BIOMICROSCOPÍA

1a) ANAMNESIS: Epífora y blefarospasmo intermitentes desde hace 5 meses. 1b) INSPECCIÓN PART: Conjuntivas palpabrales y esclerales eritematosas.

Ausencia de vascularización

Tinción del estroma inferior al epitelio no adherido Fácilmente desbridable

DESCRIPCIÓN DEL CASO CLÍNICO

RESEÑA DEL ANIMAL ESPECIE: CANINA

RAZA: MESTIZO

SEXO: MACHO

EDAD: 4 AÑOS

TALLA : MEDIANA

COLOR DEL MANTO: NEGRO

SEMIOLOGÍA CLÍNICA

ANAMNESIS

Se presenta a consulta un canino mestizo, macho de 4 años de edad. Su dueña comenta que

desde hace 5 meses la colega que lo derivó lo trata signológicamente por presentar

blefarospasmo y epífora en el ojo derecho. Además, informa que en ninguna oportunidad el

profesional actuante efectuó la prueba de fluoresceína. Desde el comienzo fue medicado con

un cicatrizante ocular tópico sin tener un diagnóstico preciso. También menciona que la

aparición de los signos clínicos fue brusca y sin traumatismos conocidos y que en estos meses

hubo períodos en los cuales el paciente presentaba mejorías temporarias.

INSPECCIÓN GENERAL

En el examen general se observa que el paciente presenta buen estado general.

INSPECCIÓN PARTICULAR OFTALMOLÓGICA

En la inspección del ojo derecho y sus anexos, realizada con una buena fuente de luz, se

observa las conjuntivas húmedas y en el canto nasal abundante epífora de características

acuosa.

ÚLCERA DE CÓRNEA PERSISTENTE

Los reflejos pupilares son normales, respondiendo al estímulo lumínico en menos de 2

segundos, tanto el reflejo pupilar directo como el cruzado de ambos ojos.

Con la misma luz y con un elemento de magnificación, una lupa, se examinan los bordes

palpebrales del ojo derecho, en busca de alguna alteración en el origen o dirección de las

pestañas y en la disposición de los párpados como entropión, verificándose que todas las

estructuras se encuentran normales. También se examinan las conjuntivas palpebrales y

esclerales del ojo afectado, encontrándolas eritematosas.

MÉTODOS COMPLEMENTARIOS

PRUEBA DE FLUORESCEÍNA Se procede a colocar una gota de fluoresceína (Fluoresceína, LOVE®) y a lavar la superficie

corneal con lavado ocular (Paraqueños®). Mediante una lámpara de Wood se identifica una

zona teñida con el colorante, visible también a simple vista ( Foto I ). Se observa que los

bordes de la úlcera presentan un labio de epitelio no adherido por debajo del cual se filtra el

colorante, que se desbrida fácilmente con un hisopo de algodón dejando una gran superficie

ulcerada.

Foto I

INTERPRETACIÓN CLÍNICA PATOLÓGICA: Úlcera de córnea persistente o indolente.

OFTALMOSCOPÍA Y BIOMICROSCOPÍA Se observa la lesión en detalle confirmando el diagnóstico y se aprecia ausencia de

vascularización.

Además se examinan otras estructuras como la cámara anterior y posterior, el cristalino y la

retina que se encuentran normales.

INTERPRETACIÓN CLÍNICA PATOLÓGICA: Úlcera de córnea persistente o indolente.

INTERPRETACIÓN INTEGRADORA: El paciente padece una úlcera corneal

persistente en su ojo derecho.

PRONÓSTICO El pronóstico inmediato es favorable, considerando principalmente que estas úlceras no

tienden a vascularizarse ni profundizarse y que se trata de un animal joven y saludable. Pero el

pronóstico a largo plazo es desfavorable, por ser una enfermedad “estructural” y a las altas

posibilidades de recurrencia que caracteriza a la misma.

TRATAMIENTO

Tratamiento quirúrgico: Previa colocación de una gota de anestésico tópico proparacaína 0,5%

(Anestalcón®), se procede a realizar el desbridamiento del epitelio no adherido y la

queratotomía punteada múltiple.

Tratamiento postquirúrgico: Se indica la colocación de una solución tópica de cloruro de sodio

al 5%, cada 4 h, durante 20 días.

Se efectúa el control postquirúrgico a los 20 días donde se observa vascularización del defecto.

Se realiza la prueba de fluoresceína que arroja un resultado negativo, por lo que se indica la

suspensión del tratamiento y se da el alta médico.

CONCLUSIONES

Para arribar a un diagnóstico certero, en todos los casos, es necesario y hasta una obligación

ética de un Médico Veterinario, realizar todas las maniobras semiológicas básicas y utilizar

todos los métodos complementarios disponibles. No es correcto indicar un tratamiento cuando

todavía no se llegó a un diagnóstico preciso y, mucho menos, cuando no se realizaron todas

las pruebas que corresponden para obtenerlo.

En los pacientes con úlcera de córnea persistente la historia de cronicidad de los signos de

molestia ocular, los períodos de mejoría temporaria, la presencia de estructuras anexas

normales, la prueba de fluoresceína positiva y la observación del colorante que difunde debajo

del epitelio no adherido son concluyentes para arribar el diagnóstico.

Tanto el oftalmoscopio como la lámpara de hendidura son instrumentos de magnificación que

permiten observar la lesión con mayor detalle, pero no son imprescindibles. El único método

complementario indispensable para realizar el diagnóstico de una úlcera persistente es la

Prueba de Fluoresceína.

En la clínica diaria se presentan pacientes con signología ocular de manera frecuente. Es

importante recordar que el empleo de fluoresceína está indicado en todos los pacientes con

manifestación clínica de dolor ocular y que es fundamental en el diagnóstico de las queratitis

ulcerativas. Es una prueba disponible en el mercado veterinario y no hay que tener

conocimientos especiales ni ser un veterinario especializado en oftalmología para realizarlo e

interpretarlo.

Sólo cuando se diagnostica, se puede indicar el tratamiento adecuado para cada patología.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍAS

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