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TRAUMATISMO MANDIBULAR EN UN INDIVIDUO DELTERCER MILENIO B.P. PROCEDENTE DE VALENCINA
DE LA CONCEPCIÓN (SEVILLA)
Guijo J MI, Pecera J C2 y López 13
IArqueológo. Becario de Investigación, Instituto de Ciencias Forenses. Univ. de Sevilla.2Arqueólogo. Universidad de Sevilla.
3 Estudiante de segundo ciclo de Prehistoria y Arqueología. Universidad de Sevilla.
Resumen
Presentamos una mandíbula de un individuo adulto joven, procedente de la intervenciónrealizada en Valencina de la Concepción (Sevilla), en el curso de la excavación de unasepultura colectiva. Muestra pérdidas de sustancia completa de la rama izquierda y zonagoníaca y condilar de la rama derecha. Conserva in situ el M2, MI, 12 e 11 derechos y MI,P2, PI, C, 12 e 11 correspondientes al lado izquierdo. Presentan pérdidas dentales antemortem de P2, PI, C derechos y M2 izquierdo. La única pérdida póstuma es la de M3izquierdo. El estudio de las diferencias del plano oclusal entre ambas hemimandíbulas, elhundimiento de la parte anterior de la hemimandíbula derecha y el desgaste diferencial delas superficies oclusales nos permiten hablar de una fractura oblicua desfavorable del cuerpo mandibular, desde delante hacia detrás. Ulteriormente, por la contracción del músculodigástrico, se produciría la desnivelación del plano oclusal del lado derecho por hundimiento de la zona retrocanina. La diferenciación entre el desgaste producido con posterioridad al trauma, por observación de la alineación de las superficies oclusales de amboslados, y el desgaste secundario de la oclusión pretraumática, tanto oclusal como el derivadode las facetas laterales de contacto, en aquellos dientes que no guardan realción con dichoplano, nos permiten situar el momento en que aconteció la fractura entre los 8 y 12 años deedad aproximadamente.
Introducción
En el verano de 1994 tuvo lugar una intervención de urgencia en el yacimiento deLos Cabezuelos (Valencina de la Concepción, Sevilla), en actuación codirigida porRosario Cruz Auñón y Oswaldo Arteaga,sobre un contexto funerario del tercermilenio B.P. Los depósitos eran claramentebifásicos, con un primer momento de
inhumaciones colectivas calcolíticas y unsegundo momento campaniforme con un ritual de inhumación primaria individual alque pertenece (individuo 2) la pieza patológica que describimos.
El individuo 2 constituye el conjunto articulado, de los dos detectados en el nivelcampaniforme de deposición funeraria, másafectado por las remociones de tierras. Presenta completa pérdida de sustancia de la
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zona del tórax comprendida desde las últimas cervicales hasta la articulación de ambas caderas.
Sobre el terreno, los elementos óseosidentificados que constituyen la base denuestros diagnósticos de sexo, edad ypaleopatología son:- Cráneo. Presenta roturas en seco y marcados aplastamientos transversos, aunque conserva la forma general. El frontal y el aparato masticador representan las zonas mejorpreservadas.- Extremidad superior izquierda. A excepción de los huesos de las manos y tejidoepifisiario, se conserva completa.- Extremidades inferiores. En relación a losfémures faltan las zonas articularesproximales, sesgadas por las remociones, y eltejido epifisiario. La articulación de la piernamuestra igualmente ausencia del tejido esponjoso. No se conservan los huesos de los pies.- Zonas indiferenciadas. Se caracterizan poruna masa de hueso disgregado correspondiente a la zona escapular, parte costal superior y tejido vertebral de las cervicales.
El grado de maduración esquelética noshabla de un individuo adulto joven. Las características morfológicas del esqueleto cra-
neal y la morfología del esqueleto poscranealnos permiten afiliarlo al sexo masculino.
Conservación y descripción morfológica
La pieza conservada presenta completapérdida de sustancia de la rama izquierda,zona goníaca y mitad posterior de la ramaderecha, destrucciones póstumas de la zonaarticular del cóndilo y la zona de implantación alveolar de M3 izquierdo.
En la parte anterior del cuerpo se ponede manifiesto una rotura con pérdida de sustancia, que arranca, a nivel del borde alveolarde la zona interdentaria entre 12 e n derechos, con una anchura de 4 mm, siendo susbordes irregulares. Desde ese punto desciende hasta el tercio inferior del cuerpo de lamandíbula para, desde ahí, seguir el ánguloentre el borde inferior y la cara anterior,prolongándose hasta la altura del extremoradicular del PM2 derecho.
En lo que se refiere a la dentición tenemos:* Dientes presentes~ Lado derecho: M2, MI, 12, n.- Lado izquierdo: MI, P2, PI, e, 12, n.* Pérdidas dentales antemortem- Lado derecho: P2, PI, C.
Figura 1. Inclinación mesial de M2, MI e 12
Salud, Enfermedad y Muerte en el Pasado
Figura 2. Desgaste diferencial entre hemimandíbulas
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- Lado izquierdo: M2.':' Pérdidas póstumas: ¿M3 izquierdo?
Pese a las pérdidas de sustancia, la lectura morfológica de la mandíbula es de robustez.
Morfológicamente destaca la notableanchura de la rama conservada en amboslados, hallándose muy marcada la escotadurasigmoidea por la elevación notable de laapófisis coronoides y el cóndilo derecho (nose conserva la porción articular). Igual quelos puntos de inserción temporal destaca lamarcada impresión del músculo masetero,que se extiende muy por delante de la rama,por debajo del alveolo de implantación delos segundos molares. A nivel del cuerpo, elmentón es cuadrado y prominente y las apófisis geni sobresalen notablemente del plano mandibular, quedando éstas delimitadasa su izquierda por la rotura y ubicadas en lahemimandíbula derecha.
Descripción de los hechos patológicos
La pieza descrita presenta una serie dealteraciones que creemos constituyen indicios suficientes para hablar de un procesotraumático:
Diferencias en el plano de oclusión entre lahemimandíbula derecha y la izquierda
A nivel de la parte posterior de lahemimandíbula derecha, viéndose afectadosM l YM2, podemos apreciar cómo el bordealveolar y las superficies oclusales se encuentran alineados siguiendo una proyecciónoblícua, desde la parte posterior a la parteanterior y de arriba abajo, en relación al resto del soporte óseo y dentición conservados,de forma que la superficie de M 1, los dientes anteriores y el hueso alveolar quedan enun plano inferior por el acentuado y progresivo buzamiento hacia la zona anterior delcuerpo (Fig.I).
La existencia de ese componente oblícuoen la hemimandíbula derecha, parte anteriordel cuerpo, se ve acompañada por la oblicuidad que muestran los ejes de los dientesM2, Mi e 12 con una clara inclinación haciamesial (Fig.I).
Desgaste diferencial entre las dos hemimandíbulas. (Fig.2)
En el lado derecho M I presenta facetasde desgaste que han suavizado los relieves
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cuspídeos sin que se pierda su diferenciación, no existiendo exposición de dentina.El M2 muestra una faceta de desgaste en laéúspide vestíbulo-mesial, con leve proyección hacia labial. Dicha zona de desgaste seencuentra alineada con el plano oclusal delos dientes de la hemimandíbula izquierda,pero en desequilibrio con lo que debiera serun plano oclusal normalizado del lado derecho.
En el lado izquierdo y en Il e 12 derechos la mandíbula muestra un desgaste mucho más acentuado que en los dientes posteriores de este lado. El molar conservado dela hemimandíbula izquierda nos muestra undesgaste encuadrable en el estadio 5 propuesto por Perizonius, es decir, exposición de ladentina en 3/4 de la superficie, siguiendo unpatrón cupuliforme; la dentición anteriorofrece un grado comparable con el estadio 4del mismo autor.Las superficies incisales de Il e 12 derechosestán alineadas con el resto del lado izquierdo. Sin embargo, el desgaste es menor en 12en comparación con el mismo diente del ladoizquierdo, puesto que el primero se ve afectado por ese componente oblícuo que afectaa la hemimandíbula derecha, por lo cual sudesgaste no sigue un plano paralelo al bordeincisal, sino que afecta solamente al ángulodistal de la superficie incisal. A diferenciade ello, 12 izquierdo muestra un desgasteincisal completamente paralelo a la dirección de la raíz o eje principal.
Línea de rotura
Sobre el terreno la mandíbula se encontraba rota, siguiendo un plano que, a nivelposterior, arranca de la zona entre los incisivos centrales, descendiendo y desviándosea la izquierda para contornear las apófisisgeni por su lado izquierdo y, desde la parteinferior de éstas, se proyecta oblicuamente
a la derecha y abajo, hacia el bordemandibular por debajo del punto de implantación del canino.
Diagnóstico
Creemos que los hechos enumeradosanteriormente tienen su origen en una fractura del cuerpo mandibular desde delantehacia detrás, desde el lado mesial de 12 derecho hasta la zona del canino. La observación macroscópica del plano de rotura ponede manifiesto la presencia de tejido compacto en la parte inferior del cuerpomandibular, signo de reacción ósea. Nohemos detectado evidencias de tejido óseoneoformado que pudiera estar en relacióncon un callo. El diagnóstico radiológicosólo revela una leve condensación en lazona donde aparece el tejido compacto enla superficie de fractura. Todo ello nos conduce a los hechos enumerados en el puntoanterior como los principales argumentospara hablar de fractura mandibular con supervivencia subsiguiente (reacción ósea conformación de tejido compacto y condensación radiológica asociada).
Al estudiar la parte posterior de la roturao cara posterior del cuerpo, vemos cómo supresencia contribuye a separar la fosadigástrica derecha. Creemos que lacontractura del músculo digástrico, depresor de la mandíbula, conduciría a la alteración de la oclusión, con pérdida de la alineación normal y hundiendo la zona correspondiente a C, PI y P2, haciendo que superficies oclusales y hueso alveolar se sitúenen un plano oblícuo, por debajo de la oclusión fisiológica y con buzamiento hacia laparte anterior.
En cuanto al momento de producción deltrauma antes de la muerte observamos comoel MI derecho muestra un desgaste que suaviza sus cúspides por igual, M2 una faceta
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ya comentada anteriormente y alineada conel plano oclusal del resto de la dentición, conlo cual tendríamos:- El desgaste en MI, mínimo en relación aM 1 izquierdo, tiene que haberse producidoantes del trauma puesto que éste ha provocado el hundimiento del plano oclusal y laimposibilidad de fricción con el antagonistasuperior, único hecho que puede explicar elplano de desgaste paralelo a las superficiesoclusales que muestra. Ello nos proporciona una fecha antequem sobre los 7 u 8 añosde producción de dichas facetas.- La faceta de desgaste de M2 derecho, alineada con el que muestra el resto de la dentición, nos permite conocer el máximo margen de edad en el que se produciría la fractura, entre poco tiempo después de la erupción y contacto oclusal de M 1 Y antes de laalineación de M2 con las piezas adyacentes.
Como consecuencias postraumáticas,aparte de las producidas a nivel de oclusión fisiológica, destaca la extrusión del segundo incisivo lateral derecho, con exposición de la mayor parte de su raíz. Otrosdatos vienen aportados por el hecho de queen la cara mesial de M 1 Yen la distal de 12no se advierten facetas de contacto con losdientes a su lado; con lo cual cabe presuponer que no se habría producido la erupción clínica completa de PI Y C derechos,pudiendo explicarse su ausencia porextrusión postraumática. A nivelmorfológico, ambas hemimandíbulas muestran un comportamiento diferencial a través del cual los relieves y depresiones a loslados de la línea de fractura quedan anulados o suavizados en una leve convexidaden el lado derecho, tanto en la cara anteriorcomo en la posterior del cuerpo. Al mismotiempo, las apófisis geni poseen una vertiente hacia la hemimandíbula derecha suavizada y poco abrupta, frente a una vertienteizquierda rugosa, áspera y muy abrupta, lo
cual estaría en relación con una disminución de la actividad o hipofuncionalidad dellado derecho y normal funcionalidad delizquierdo.
Al comparar ambas ramas, colocando elcuerpo de la mandíbula en un plano horizontal según la superficie oclusal determinada por el trauma, podemos percibir que larama derecha muestra una inclinación lateral de unos diez grados en relación al ladoizquierdo. Este hecho y la modificación funcional general producida podría haber tenido consecuencias articulares que sólo podemos considerar en un plano hipotético, basándonos en esos testimonios indirectos, alno poder observar la articulación temporomandibular.
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