tradicion familia propiedad - un ideal, un … · web viewfamilia propiedad un ideal, un lema, una...

727
TRADICION FAMILIA PROPIEDAD UN IDEAL, UN LEMA, UNA GESTA: La Cruzada del siglo XX Comisión de Estudios de las TFPs PORTADA Entrevista de Cristóbal Colón con los Reyes Católicos en Barcelona (1493). Oleo de García Ibáñez, Museo del Ejército, Madrid. La pintura evoca la gloriosa gesta de España, cuyo quinto centenario será celebrado próximamente. Apenas terminada la reconquista de su territorio, con la expulsión de los moros de Granada, España emprendió una nueva y osada epopeya: la evangelización y civilización del Nuevo Mundo, que pasó a formar parte del Imperio "donde no se ponía el sol". Las TFPs conmemoran anticipadamente tan insigne acontecimiento con la presentación, para los países de lengua española, de esta obra que narra la gesta en pro de la Tradición, Familia y Propiedad, para cuyos estandartes sigue siendo verdadero que "nunca se pone el sol". • Se designa en este libro con el nombre genérico de TFPs al conjunto de Sociedades de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad constituidas bajo esa denominación, así como a las entidades que, aunque con

Upload: ngobao

Post on 18-Feb-2019

229 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

TRADICION FAMILIA PROPIEDAD - Un ideal, un lema, una gesta

TRADICION

FAMILIA

PROPIEDAD

UN IDEAL, UN LEMA, UNA GESTA:

La Cruzada del siglo XX

Comisin de Estudios de las TFPs

PORTADA

Entrevista de Cristbal Coln con los Reyes Catlicos en Barcelona (1493). Oleo de Garca Ibez, Museo del Ejrcito, Madrid.

La pintura evoca la gloriosa gesta de Espaa, cuyo quinto centenario ser celebrado prximamente. Apenas terminada la reconquista de su territorio, con la expulsin de los moros de Granada, Espaa emprendi una nueva y osada epopeya: la evangelizacin y civilizacin del Nuevo Mundo, que pas a formar parte del Imperio "donde no se pona el sol".

Las TFPs conmemoran anticipadamente tan insigne acontecimiento con la presentacin, para los pases de lengua espaola, de esta obra que narra la gesta en pro de la Tradicin, Familia y Propiedad, para cuyos estandartes sigue siendo verdadero que "nunca se pone el sol".

Se designa en este libro con el nombre genrico de TFPs al conjunto de Sociedades de Defensa de la Tradicin, Familia y Propiedad constituidas bajo esa denominacin, as como a las entidades que, aunque con otros nombres, se dedican a la defensa de la triloga Tradicin, Familia y Propiedad, y a los Bureaux TFP existentes en varias capitales.

Autnomas y cohermanas, las TFPs son el mayor movimiento cvico-cultural anticomunista de inspiracin catlica del mundo.

Cuando en la resea de cada pas usamos la sigla TFP, estamos aludiendo a la respectiva entidad local.

Comisin de Estudios de las TFPs orientada por

CARLOS FEDERICO IBARGUREN

MARTIN JORGE VIANO

Proyecto grfico y arte final

Luis GUILLERMO ARROYAVE

JOSE RICARDO B. LUZITANO

FELIPE BARANDIARAN PORTA

Impresin

ARTPRESS INDUSTRIA GRAFICA E EDITORA

Rua Javas 681 So Paulo Brasil

Este volumen se termin de imprimir el da 2 de febrero de 1990, da de la festividad de la Purificacin de la Santsima Virgen y Nuestra Seora del Buen Suceso, en la ciudad de So Paulo, Brasil

NUESTRA SEORA DE GUADALUPE

Nuestra Seora de Guadalupe, Reina y Patrona de las tres Amricas, quiso dejar impresa en los ojos de su imagen la fisonoma del indio Juan Diego, a quien se apareci en 1531.

Las TFPs ruegan a la Santsima Virgen, que as manifest su misericordiosa predileccin por el Nuevo Continente nacido de la Europa catlica, que proteja especialmente a las naciones americanas y que stas correspondan a tanta bondad luchando con dedicacin para instaurar, en el Tercer Milenio, el Reino de Cristo sobre la tierra. Es decir, el Reino de Mara que el gran apstol mariano San Luis Mara Grignion de Montfort anunci con luces profticas en el siglo XVII.

* * *

Las sociedades y bureaux TFPs existentes en veinte naciones, ms dos ncleos incipientes en pases asiticos del Mundo Libre, hacen hoy palpitar en almas entusiastas de los cinco continentes el ideal expresado en las palabras Tradicin, Familia y Propiedad. Entidades autnomas y cohermanas, las TFPs constituyen en su conjunto la mayor fuerza cvico-cultural anticomunista de inspiracin catlica de todo el orbe.

Su punto de partida fue la ciudad de So Paulo, Brasil, donde en 1928 el Profesor Plinio Corra de Oliveira, entonces joven estudiante de derecho, comenz a militar en el movimiento de las Congregaciones Marianas. Bajo su liderazgo, se afirm en los aos 30 un grupo de catlicos que fue irradiando gradualmente su influencia y que ms tarde di origen a la TFP brasilea.

Este libro narra pormenorizadamente la actuacin de las TFPs y constituye, por el nmero y la variedad de los datos que contiene, una obra nica sobre el tema.

Para quienes deseen conocer a fondo a las TFPs, ser una lectura indispensable; tanto para los que concuerden y quieran colaborar con ellas, como para quienes, discordando, quieran entablar un sano dilogo o polmica a nivel doctrinal.

* * *

Indice

Al lector

Parte I El Brasil, un hombre, una Cruzada

Seccin Primera Plinio Corra de Oliveira: Fe, coherencia, liderazgo, valenta

Una grande y luminosa realidad: el movimiento catlico

En la Facultad de Derecho, el comienzo de la lucha

El diputado ms votado de la Constituyente de 1934

En la direccin del grupo del "Legionario"

Los primeros sntomas del progresismo

El primer golpe victorioso contra el progresismo: "En Defensa de la Accin Catlica"

Tormenta y ostracismo

En el ostracismo y en la penumbra, la Providencia interviene

El "grupo de la Martim Francisco"

Del "Legionario" a "Catolicismo"

La gran repercusin de la Carta Pastoral sobre problemas del apostolado moderno

Victoriosa expansin de "Catolicismo"

Conferencias, congresos, viajes

Revolucin y Contra-Revolucin

Plinio Corra de Oliveira funda la TFP brasilea

Entrevistando a Plinio Corra de Oliveira

Seccin Segunda Sociedad Brasilea de Defensa de la Tradicin, Familia y Propiedad TFP

1960-1963 La polmica en torno al agrorreformismo socialista

1964-1969 La TFP crece y se afirma como uno de los polos de pensamiento del panorama brasileo

1970-1979 La gran barrera ideolgica contra el comunismo

1980-1989 Intensificacin de la lucha para preservar lo que an resta de civilizacin cristiana

Tradicin, Familia y Propiedad Por qu?

TFPs: otras actividades

Parte II La Cruzada en el mundo: las TFPs en accin en sus respectivos pases

Argentina

Chile

Uruguay

Colombia

Venezuela

Ecuador

Per

Bolivia

Estados Unidos

Canad

Espaa

Portugal

Francia

Sudfrica

El ideal TFP en los cinco continentes

Parte III Cuando las TFPs suman sus esfuerzos

Seccin Primera Tres libros de Plinio Corra de Oliveira de amplia difusin internacional

1959 Revolucin y Contra-Revolucin, fuente de inspiracin, programa de vida y, en la accin, comn denominador de las 15 TFPs

1963 Acuerdo con el rgimen comunista: para la Iglesia, esperanza o autodemolicin?

1965 Dilogo, palabra talismn de la estrategia comunista internacional

Seccin Segunda Acciones conjuntas en el mbito internacional

1968 A Pablo VI, dos millones de sudamericanos piden medidas contra la infiltracin comunista en la Iglesia

1969 Las TFPs denuncian: organizaciones semiclandestinas propagan la subversin en la Iglesia

1967/1974 De Frei a Allende. La TFP chilena y sus cohermanas ante el crepsculo artificial de Chile

1974 Ante la Ostpolitik vaticana, para las TFPs: cesar la lucha o resistir?

1973/1985 El comunismo, un peligro sobre el cual la Santssima Virgen advirti al mundo en Ftima. Imagen Peregrina recorre Iberoamrica

1974 Debe volver la Cuba roja a la comunidad americana? Las TFPs responden No!

1975 Las TFPs de luto por la cada de Camboya e Vietnam

1976 "La Iglesia del Silencio en Chile", una denuncia que conmueve al pas y transpone los Andes

1977/1980 Ante el drama de Vietnam y de Cuba, las TFPs esclarecen al pblico sobre la poltica de los derechos humanos

1978 Con motivo del Cnclave, oportunas consideraciones de Plinio Corra de Oliveira

1980/1983 Las TFPs alertan: la izquierda catlica incita a la guerrilla en Iberoamrica

1980/1981 Preguntas incmodas sobre el modelo polaco. Las TFPs hacen or su voz

1981/1984 La historia de un documento que da la vuelta al mundo: las TFPs denuncian el socialismo autogestionario francs

1982 Guerra de las Malvinas: la batalla de las TFPs contra la interferencia de Mosc

1983 Telegrama de las TFPs a Reagan: Kissinger, el hombre smbolo del espritu derrotista que condujo a la entrega de Vietnam

1983 Jumbo sudcoreano: un rayo que mata pero esclarece!

1984/1989 Desenmascarando movimiento guerrillero africano amparado por la ONU y la izquierda catlica

1985 Las TFPs levantan barreras de indignacin contra la pelcula blasfema Je Vous Salue Marie

1988/1989 Psicociruga revolucionaria del PSOE, punta de lanza del comunismo internacional

1988/1989 Contra una gravsima ofensa a Nuestro Seor Jesucristo, las TFPs protestan y ofrecen reparacin

1989 Cuba: finalmente puedo hablar

La irradiacin de las TFPs en el mundo a travs de sus corresponsales y simpatizantes

Seccin Tercera Plinio Corra de Oliveira, las TFPs y los camalenicos modelos revolucionarios

I Un modelo pseudo-anticomunista: el nazismo

II El papel de los modelos en la estrategia socialocomunista de la post-guerra

Eplogo

Obras publicadas por las TFPs

AL LECTOR

Hace ms de cien aos, Marx profetizaba que a medida que se desarrollara la economa capitalista se agudizaran las tensiones sociales y la lucha de clases, lo cual creara las condiciones para que los trabajadores conquistaran el poder en las grandes naciones industrializadas de Occidente. Se implantara en ellas, entonces, la dictadura del proletariado, inaugurndose la era de la socializacin del mundo.

Los acontecimientos ocurrieron de manera bien diferente. El primer triunfo comunista se di en una de las periferias del Occidente industrializado: la Rusia zarista. Desde entonces, el comunismo fue estableciendo un imperio, construido mucho ms con guerras y con violentos y sorpresivos golpes que con una autentica persuasin de las mayoras populares. Construccin dolosa a la cual no le faltaron decisivos y desconcertantes auxilios de altos dirigentes occidentales de las ms diversas esferas, incluso religiosas, practicantes de un pacifismo utpico y entreguista.

Durante casi tres cuartos de siglo, el imperio ideolgico gobernado desde Mosc ha contado, en el plano interno, con un poder omnmodo que le permiti establecer un dominio total sobre los pueblos sometidos, pero no lograr su adhesin.

En el mismo perodo, la propaganda comunista en Occidente servida por hbiles especialistas que dispusieron de cuantiosos recursos econmicos y de una amplia libertad de accin y que contaron con simpatizantes hasta en los sectores no comunistas de la sociedad ha incitado continuamente a campesinos y obreros a apoderarse de los bienes de la burguesa. No obstante, en ningn pas occidental los Partidos Comunistas llegaron a transformarse en una fuerza mayoritaria. Por el contrario, sus contingentes electorales habitualmente son esculidos y hasta irrisorios, o se encuentran en franco retroceso.

Las mayoras del Mundo Libre se han mostrado, pues, refractarias al marxismo. Es una resistencia que nace del fondo del natural buen sentido, fortalecido por una herencia cristiana milenaria que las olas del neopaganismo contemporneo no han conseguido barrer. Por otro lado, el espectculo de la tirana y de la miseria econmica en que yacen los pueblos de la rbita socialista acenta y agudiza este rechazo profundo.

El comunismo se encuentra hoy en una situacin paradjica. En el auge de su podero su imperio se extiende por cuatro continentes y su esfera de influencia abarca el mundo entero tuvo que dejar paulatinamente de amenazar y de agredir para pasar a sonrer y a pedir. Esta nueva estrategia comenz a manifestarse ya desde los tiempos de Nikita Kruschev, con su coexistencia pacfica de los aos 50. Recientemente, con la glasnost y la perestroika de Gorbachov el comunismo inici una gigantesca ofensiva diplomtico-propagandstica, para convencer a Occidente de que ahora Rusia pretende liberalizarse y dejar de imponer por las armas su ideologa.

Para avanzar, la revolucin comunista debe disfrazarse tanto cuanto le sea posible, debe actuar detrs de fuerzas no declaradamente comunistas, en medio de tensiones sociales de apariencia no ideolgica. Debe intentar, as, conquistar posiciones polticas y culturales y obtener reformas de estructura que hagan deslizar a Occidente hacia el socialismo, sin despertar reacciones contrarias. El objetivo es claro: velar al comunismo para adormecer al anticomunismo, dejando a este sin enemigo visible a quien denunciar.

Un ejemplo reciente de esta tctica pudo observarse en la dinmica capital venezolana, pero podra haber ocurrido en cualquier otra gran ciudad iberoamericana con anlogos problemas. En febrero de 1989, en aquel pas muy pocos parecan conjeturar que el programa de restricciones econmicas decretado por el Presidente socialista Carlos Andrs Prez, das despus de asumir el cargo, servira de detonante de un motn popular que estallara simultneamente en Caracas y por todo el interior. En efecto, exactamente a la media noche del 26 de ese mes, y con una reveladora sincrona, nutridos grupos de saqueadores bajaron desde las barriadas pobres, situadas en las colinas que rodean a esa capital, y cayeron sobre las zonas comerciales y residenciales, dando inicio a los saqueos profusamente noticiados por la prensa internacional. Fueron das de episodios dramticos que dejaron como trgica secuela centenares de muertos y millares de heridos.

Quin organiz ese bien montado esquema subversivo? Casi nadie lo pregunt. Los comunistas y sus compaeros de viaje el socialismo laico y la izquierda catlica evitaron cuidadosamente figurar como mentores de los acontecimientos. Y personalidades nacionales e internacionales, as como grandes rganos de comunicacin social, comentaron los sucesos atribuyndolos, casi exclusivamente, a los problemas econmicos que afectan a Amrica Latina por causa de su elevada deuda externa.

De este modo, la burguesa venezolana sufri el brutal impacto de la sublevacin sin que pudiese reconocer claramente, por detrs de ella, la huella digital del comuno-progresismo. Queda as predispuesta a aceptar drsticas limitaciones de carcter socialista contra la propiedad privada, como medio de evitar la repeticin de la crisis. El comuno-progresismo result, pues, el principal beneficiado por lo sucedido, con la ventaja inestimable de no haber provocado la reaccin que su presencia notoria inevitablemente habra suscitado.

Dos meses despus Gorbachov visit Cuba, donde tuvo la desfachatez de advertir que la revolucin no deba ser exportada...

Durante mayo del mismo ao, las luctuosas jornadas de Caracas se reprodujeron en las principales ciudades de Argentina, siendo caracterizadas, igualmente, por la trgica prdida de vidas humanas, por un cuantioso nmero de heridos y por saqueos y desrdenes acompaados de olas de rumores amenazadores. Los motines se produjeron como consecuencia del caos financiero y administrativo establecido por la poltica estatizante y dirigista del saliente Presidente Alfonsn. Pese a la similitud de estas conmociones, la Argentina, a primera vista, parece apartarse del ambiente de confusin que se extiende por Ibero Amrica, en virtud de que el nuevo Jefe de Estado Carlos Sal Menem nacido musulmn y que ms tarde ingres en la Iglesia Catlica, y en cuyo partido populista cohabitan contradictoriamente tendencias de izquierda y de derecha ha integrado el nuevo Gobierno con representantes del ms genuino capitalismo y de elementos partidistas favorables al neo-liberalismo econmico. As, despus del caos en que cay esta nacin en los ltimos aos, se dira que entra, atendiendo al carcter marcadamente conservador del pueblo argentino, en una nueva etapa con tonalidades de centro-derecha sobre un fondo de ambiguo consenso. Ser demasiado rebuscado preguntarse si el socialocomunismo y sus compaeros de viaje intentarn, ms tarde o ms temprano, que esa situacin se revele tan dinmicamente izquierdista cuanto otras? El futuro lo dir.

De todas formas, es innegable que estamos en presencia de un comunismo que maniobra con extrema habilidad dentro de su nueva estrategia. Mientras las mayoras son convidadas al optimismo y a la modorra, quienes pretenden continuar con lucidez y vigilancia la lucha ideolgica contra el comunismo y sus compaeros de viaje, encuentran una dificultad cada vez mayor para hacer or su voz y van siendo colocados en una posicin en la que sus adversarios tienen elementos propicios para aislarlos. Tanto ms que la estrategia de la sonrisa comunista tuvo como respuesta, por parte de las grandes potencias capitalistas, la poltica de distensin con los regmenes marxistas la cual, a partir del espectacular viaje del Presidente Nixon a Pequn en 1972, adquiri envergadura mundial. En el mbito iberoamericano, fue el Presidente argentino, General Lanusse, quien anunci, ya en 1971, la cada de las barreras ideolgicas entre los pases comunistas y no comunistas, al recibir en Salta al jefe marxista del Estado chileno Salvador Allende. Quedaron entonces creadas las circunstancias ideales para la muerte lenta por asfixia del anticomunismo.

Es en esta atmsfera artificialmente enrarecida en la que hoy desarrollan su lucha contra el socialocomunismo las Sociedades de Defensa de la Tradicin, Familia y Propiedad, nacidas a partir de la dcada del 60 inspiradas en el pensamiento y en la accin del intelectual y batallador catlico brasileo Profesor Plinio Corra de Oliveira. Entidades autnomas y cohermanas, las TFPs constituyen en su conjunto el mayor movimiento cvico-cultural anticomunista de inspiracin catlica del mundo.

Teniendo una visin clara del panorama aqu descrito, ellas levantan, en 15 naciones de Occidente, el estandarte rubro y dorado con el len rampante y el lema Tradicin, Familia y Propiedad para denunciar que el comunismo no ces de existir y que, muy por el contrario, aunque parezca evaporarse, est en vas de consumar la conquista final de Occidente.

El curso de los acontecimientos en el momento de salir a luz el presente libro es tal, que, si no existiese esa voz de alerta que resuena en el silencio casi generalizado, podra temerse que, a escala mundial, el anticomunismo militante en breve plazo entrase en estado de agona en la mayor parte de los pases.

Las TFPs tienen entera conciencia de que, en este cuadro, enfrentan una dificultad particularmente grave para ellas en la lucha ideolgica en que estn empeadas: las posiciones que defienden las fundamentan en las enseanzas tradicionales de los Romanos Pontfices, mientras la llamada izquierda catlica, con obispos y sacerdotes a la vanguardia, trabaja incesantemente en nuestros das para dar a entender que el comunismo no representa una amenaza para la Iglesia, ni es adversario del recto y justo orden temporal. Trabajo que, adems de dificultar la lucha de quien se opone al marxismo en nombre de la Fe, constituye una poderosa contribucin para el xito de la estrategia de adormecimiento llevada a cabo desde Mosc o Pequn.

Pero este obstculo no arredra a las TFPs. Ellas estn dispuestas a permanecer en la liza, respetando siempre las leyes de Dios y de los hombres y enfrentando todas las adversidades.

Por eso, no han vacilado en denunciar pblicamente en sus respectivas patrias con toda la veneracin y el respeto que el Derecho Cannico precepta a los fieles la contradiccin existente entre la doctrina catlica tradicional de la Iglesia y la actuacin de eclesisticos y laicos en favor del socialocomunismo. En este penoso deber, las entidades han llegado incluso a declarar oficialmente su estado de resistencia a la poltica de distensin con los gobiernos comunistas, inaugurada por el Vaticano bajo el Pontificado de Pablo VI. En el manifiesto titulado La poltica de distensin del Vaticano con los gobiernos comunistas Para las TFPs: cesar la lucha o resistir?, publicado en grandes cotidianos de 11 pases, las TFPs hacan ver que si bien es cierto que la referida poltica vaticana se sita no en el plano doctrinal sino en el diplomtico, en la prctica tiene el efecto de inducir a los fieles a cesar la lucha anticomunista.

En el mismo documento, las TFPs demuestran la legitimidad hasta ahora no discutida por ninguna autoridad eclesistica de la posicin de filial y respetuosa resistencia asumida ante dicha orientacin diplomtico-poltica (1). Una resistencia no para contestar sino para conservar la fidelidad. Una fidelidad que mantienen inclume en la hora en que tantos claudican y dicen que ya no es posible reaccionar porque las barreras psicolgicas e ideolgicas contra el comunismo fueron derribadas. "El vnculo de la obediencia al Sucesor de Pedro, que jams romperemos dice la citada declaracin que amamos desde lo ms profundo de nuestra alma, al cual tributamos lo mejor de nuestro amor, a ese vnculo nosotros lo besamos en el momento mismo en que, triturados por el dolor, afirmamos nuestra posicin. Y de rodillas, contemplando con veneracin la figura de S. S. el Papa Paulo VI, nosotros le manifestamos toda nuestra fidelidad. En este acto filial, decimos al Pastor de los Pastores: nuestra alma es Vuestra, nuestra vida es Vuestra. Mandadnos lo que queris. Slo no nos mandis que crucemos los brazos ante el lobo rojo que ataca. A esto nuestra conciencia se opone".

Las TFPs persisten en su convocatoria a la opinin pblica para que mantenga las barreras ideolgicas firmes all donde no cayeron y las levante donde se desplomaron. Ufano de su pasado de luchas, sumariamente registrado en estas pginas, el estandarte del len dorado contina desplegado. A su alrededor se renen intelectuales, hombres de accin y jvenes de todas las clases sociales decididos a permanecer catlicos, apostlicos, romanos y a proclamar, confiantes en la celestial proteccin de la Santsima Virgen Mara, lo que nadie osa proclamar en estos das: Somos los heraldos de las verdades olvidadas, a veces culpablemente olvidadas, a veces dolosamente olvidadas; y lo seguiremos siendo an bajo la metralla de las injurias y de las calumnias, an bajo el cerco de las campaas de silencio, an enfrentando los aislamientos y los abandonos cobardes.

Al narrar aqu la historia de las TFPs nos honramos de presentar al lector, en primer lugar, la biografa de Plinio Corra de Oliveira. Desde muy joven fiel luchador por la Cristiandad, prosigue batallando en medio de la atmsfera ideolgica enrarecida de hoy. Su vida es una obra o mejor una gesta: la Cruzada del siglo XX.

Este libro es nico por el nmero y la variedad de los datos que contiene sobre la accin de las 15 TFPs. Para buen orden de la exposicin y comodidad del lector, el contenido fue distribuido en tres partes por la Comisin de Estudios que lo elabor: la primera engloba la vida del Profesor Plinio Corra de Oliveira y la historia de la primera TFP, que es la brasilea; a continuacin vienen las reseas de actividades de las otras TFPs, presentadas en orden cronolgico de fundacin, y, por ltimo, las acciones conjuntas de las TFPs en el mbito internacional. Los autores lo ofrecen cordialmente a la creciente legin de corresponsales, simpatizantes y amigos de esas Sociedades que se va extendiendo por los cinco continentes. Lo ofrecen al incontable nmero de personal con las que han tomado contacto en sus campaas o a travs de sus publicaciones, desde Punta Arenas y Ushuaia, en el extremo austral, hasta Edmonton, prximo al Crculo rtico, desde Sydney o Auckland hasta Pars, pasando por las grandes capitales e innumerables ciudades y pueblos del Mundo Libre.

Y movidos por el espritu de noble desafo cristiano que no excluye el sano dilogo ni la polmica a nivel doctrinal, presentamos tambin esta obra a los adversarios y detractores de las TFPs. No entramos, pues, en el campo al cual dichos adversarios se han complacido en bajar: el de las meras difamaciones personales. Arena, por lo dems, en donde las TFPs solo han estado presentes para defenderse y nunca para pagar una injuria con otra.

(1) Ver Parte III: Ante la Ostpolitik vaticana, para las TFPs: cesar la lucha o resistir?

Parte I

EL BRASIL, UN HOMBRE, UNA CRUZADA

Brasil integra,

junto con toda Hispanoamrica,

la regin ms promisoria

para la Iglesia

en el tercer milenio

Brasil, hoy la sptima potencia econmica del mundo occidental, tiene un inmenso y fecundo territorio de 8.511.965 km2 que limita con todos los pases de Amrica del Sur, excepto con Chile y Ecuador. Con el 90% de su poblacin de 150.000.000 de habitantes constituida por catlicos, Brasil integra, junto con toda Hispanoamrica, la regin ms promisoria para la Iglesia en el tercer milenio.

El progreso de la nacin, como el de todo el continente abajo del Ro Grande, fue muy diferente del vertiginoso crecimiento de los Estados Unidos. Colonizada por una Inglaterra en plena ascensin, Norteamrica recibi posteriormente un extraordinario empuje de las corrientes migratorias procedentes del mundo entero. Los inmigrantes acudan fascinados por las legendarias riquezas naturales de sus tierras, atrados por la semejanza de su clima con el europeo y sobre todo por sus espectaculares avances tcnicos y cientficos. A ello se sumaba tambin la mayor facilidad de comunicaciones con Europa, separada por una distancia mucho menor que la existente en relacin a Brasil. Por otra parte, la Guerra de la Independencia cuyo trasfondo ideolgico la Revolucin Francesa llevara ms tarde al auge de la actualidad haba tornado clebre a los Estados Unidos y constitua otro poderoso factor de atraccin.

Por el contrario, el progreso de Brasil fue ms lento. A Portugal le cupo, desde el siglo XVI, una misin colonizadora ardua y difcil. Fue ya entrado el siglo XX cuando el pas comenz a emerger en el panorama mundal. A esto contribuy la considerable inmigracin de origen europeo, como tambin la del Medio Oriente e incluso de Japn, que tuvieron indiscutible importancia para su desarrollo.

La misma relativa lentitud del crecimiento de esta nacin-continente favoreci que la admiracin de sus habitantes no fuese monopolizada por los aspectos tcnicos de la civilizacin moderna. De ah que Brasil como tambin los pases hispanoamericanos se haya conservado autnticamente latino, con todas las posibilidades que el genio latino trae consigo. A esto debe sumarse otro valioso factor de fecundidad espiritual y material de primer orden, como lo es su unidad religiosa, que reposa en la Iglesia Catlica, Apostlica, Romana. As, con inagotables riquezas an por explotar, un futuro de grandeza est por ser escrito en Brasil, cuya realizacin deber estar marcada por un cupo cultural y espiritual propio, capaz de evitar los males hoy tan generalizados en las sociedades hiperindustrializadas.

En 1808, cuando las tropas bonapartistas comandadas por Junot invadieron Portugal, la familia real y la corte portuguesas se instalaron en Ro de Janeiro; gesto de sabidura poltica que el clebre canciller del Imperio Austro-Hngaro, el Prncipe de Metternich (1773-1859), elogia en sus memorias. El mismo trabajara ms tarde para llevar a cabo el enlace de la Archiduquesa Leopoldina, hija del Emperador de Austria, Francisco I, con Don Pedro I, primer Emperador de Brasil (de 1822 a 1831).

El establecimiento de la Corte en Ro de Janeiro hizo que la independencia de Brasil entonces Reino Unido a Portugal tuviera mucho menos el carcter de una dilaceracin, que el de una afectuosa diferenciacin. En ese sentido es muy expresivo el consejo que Don Juan VI, Rey de Portugal (de 1805 a 1826), habra dado a su hijo el Prncipe heredero Don Pedro: "Pedro, si el Brasil se separa, que lo sea a tu favor, que me respetars, antes que en provecho de uno de esos aventureros".

De esta forma, la Amrica lusa se mantuvo como una sola nacin ejemplarmente unida hasta los das de hoy.

Durante el perodo imperial (1822-1889), el orden socioeconmico conserv trazos aristocrticos. Ese tonos aristocrtico no lo daban, tan solo, los ttulos de nobleza, sin carcter hereditario, otorgados frecuentemente por el Emperador a familias no tradicionales, sino que provena, sobre todo, de las familias cuyas grandes fortunas de origen rural eran transmitidas de generacin en generacin. Eran verdaderas estirpes de seoro rural con un elevado nivel de vida y de cultura, cuya influencia se ejerca en las regiones donde se situaban sus extensas fazendas.

Ahora bien, con frecuencia no se toma en cuenta que el fin de este Antiguo Rgimen portugus, existente en Brasil hasta la proclamacin de la independencia, tuvo consecuencias sociales no menos importantes que las polticas. Adems de haber sido instaurada en aquella ocasin una monarqua constitucional, fueron abolidos diversos privilegios que la clase dirigente (llamada nobleza de la tierra por la legislacin lusa colonial) tena en los gobiernos municipales y se estableci la completa igualdad civil. Un paso ms en ese mismo sentido lo represent la justa y necesaria liberacin de los esclavos (1888), concedida bajo la Regencia de la Princesa Isabel, heredera del trono. La influencia y el poder de las grandes familias de las cuales eran oriundos la mayor parte de los hombres pblicos del Imperio comenz a ser gradualmente erosionada. A partir de entonces, la historia de Brasil ser marcada por una tendencia hacia la nivelacin de todas las categoras sociales.

El largo reinado de Don Pedro II (1831-1889), reconocido por los historiadores como de notable prosperidad, es interrumpido por un golpe militar que implanta el rgimen republicano. La proclamacin de la Repblica democratiz la propia cpula del poder estatal que, de nobiliario y hereditario, pas a ser electivo segn el sistema del sufragio universal. Los ttulos de nobleza fueron suprimidos, pero continuaron siendo reconocidos socialmente. En la vida poltica regional ejercieron fuerte influencia los llamados coroneles, muchas veces hijos y continuadores de la nobleza de la tierra y de los barones del Imperio. Es decir, la aristocracia rural, con apariencias oligrquicas republicanas, mantuvo la estructura seorial de la propiedad rural, con sus reflejos jerrquicos en la sociedad.

Cmo pudo instalarse y subsistir esa dicotoma entre el nuevo orden poltico y la realidad social? La mayor parte de la poblacin brasilea haba sufrido una profunda transformacin. En efecto, bajo el Imperio, la oposicin entre monrquicos y republicanos estos ltimos gozaban de plena libertad haba imprimido a la poltica un carcter ideolgico y polmico. Pero cuando se proclama la Repblica, sus pro-hombres introducen en la Constitucin la llamada clusula ptrea, que prohiba discutir el sistema republicano y hacer propaganda a favor de la monarqua *; medida arbitraria e intolerante que los republicanos jams hubieran soportado que fuese aplicada contra ellos durante el Imperio. Prohibida la polmica, la democracia entr en contradiccin consigo misma, pues al suprimir el debate Monarqua-Repblica, en torno al cual se centralizaban las grandes cuestiones pblicas del siglo XIX, la poltica brasilea qued, por as decir, vaca de contenido ideolgico. Los nicos que podan expresarse eran los republicanos y, en ltimo anlisis, todos ellos pensaban del mismo modo. Los intereses personales o los de los diferentes Estados pasaron a dominar las disputas, por las cuales la inmensa mayora de la poblacin se desinteres. El nuevo rgimen se suicidaba. Se puede decir que el Brasil real viva al margen de la poltica partidista y del Brasil poltico.

* En marzo de 1988 la Asamblea Constituyente revoc por aplastante mayora la clusula ptrea. Aprob adems la convocatoria de un referndum popular, a realizarse el 7 de septiembre de 1993, para que la opinin pblica se pronuncie sobre la forma (repblica o monarqua constitucional) y el sistema de gobierno (parlamentario o presidencialista) que debe entrar en vigor.

Contra este estado de cosas conocido como el perodo de la Repblica Vieja (1889-1930) acabaron por levantarse las izquierdas. Comenzaron por poner en duda la autenticidad de la democracia as concebida y a reivindicar un espacio para ellas en el escenario poltico. Espacio especficamente reclamado por el comunismo que, aunque no estaba prohibido por ley, era mal visto por la burguesa dominante y, en consecuencia, perseguido por la polica.

En 1930 un golpe cvico-militar derriba al Presidente Washington Luis e instala en el gobierno a Getlio Vargas, el abanderado de las fuerzas revolucionarias. Es implantada una dictadura que se prolonga hasta el fin de la Segunda Guerra Mundal. Uno de sus efectos ms importantes fue hacer que cierto sector de la alta burguesa, compuesto de industriales y banqueros, conquistara una indiscutible supremaca de influencia sobre la aristocracia rural.

Getlio Vargas inicia una poltica populista en gran escala, con el apoyo de un electorado que, sin ser definidamente de izquierda, despoj a la clase dominante de la estabilidad de su poder y la inclin a aceptar con prudencia excesiva las reformas socialistas e igualitarias del dictador. Inaugur, por ejemplo, una poltica de gradual aumento de la intervencin estatal y, a travs de ciertas leyes sociales, pretendi agradar a la clase obrera que, sin embargo, se vi despus en gran medida defraudada por el fracaso de las medidas. Muchas de las conquistas de los trabajadores se esfumaran por obra de las virtuales confiscaciones de los salarios populares en favor de instituciones sociales estatales vacas de contenido o con servicios peor que insuficientes. Adems, la intensa industrializacin llevada a cabo por Vargas concentr en las ciudades una poblacin de trabajadores a la bsqueda de mejores salarios que los pagados en el campo. La conquista de esa nueva clase obrera urbana pas a ser el sueo de agitadores reclutados por los comunistas a travs de la literatura revolucionaria que se difunda en todo el pas. Getlio Vargas favoreci de esa forma la agitacin social en Brasil recibida, sea dicho de paso, con indolencia por los obreros. * Dicha concentracin di lugar a la formacin de las favelas, cuya imagen de miseria tan til resulta en nuestros das para los designios del marxismo.

* No en vano el Arzobispo de So Paulo, Monseor Duarte Leopoldo e Silva, en clebre mensaje al Episcopado brasileo en 1934, asever que "la hierba daina del comunismo vino en la mochila de ciertos personajes de 1930" (Illuminuras, Empresa graphica de la "Revista dos Tribunaes", So Paulo, 1937, p. 126)

En este perodo los comunistas lanzaron una gran campana de agitacin popular que culmin en la llamada Intentona Comunista de 1935, una sublevacin en cuarteles de Natal, Recife y Ro de Janeiro, sofocada por tropas del gobierno.

Pero la presin izquierdista alcanz su mxima expresin en la dcada de los 60 con Joo Goulart, continuador poltico de Getlio Vargas * y bajo cuya presidencia (1961-1964) fue dado un gran impulso a la socializacin del pas. En medio de un clima de intensa agitacin, la Reforma Agraria socialista y confiscatoria fue su principal caballo de batalla y punto de partida para la introduccin de reformas del mismo signo ideolgico en las reas urbana, industrial y comercial.

* Depuesto en 1945 por un movimiento militar, tras el perodo presidencial de Eurico Gaspar Dutra, Vargas es elegido Jefe de Estado en las elecciones de 1950. Una grave crisis poltico-militar ocurrida en 1954 lleva a Vargas a suicidarse.

La inconformidad con el rumbo que tomaron los acontecimientos y la consecuente reaccin generalizada de todas las clases sociales determinaron la cada de Goulart en marzo de 1964. A partir de entonces, y durante ms de veinte aos de rgimen militar, los vencedores alimentaron la ilusin de que la represin a mano armada juzgada excesiva por muchos aliada al desarrollo econmico, era suficiente para apartar definitivamente el peligro comunista. La izquierda fue siendo asfixiada lentamente aunque nunca le fue cortada por completo la respiracin: la propaganda ideolgica del comunismo y de su aliada ms preciosa, la izquierda catlica, continu con amplio margen de libertad. La opinin publica en general acab por convencerse de que el peligro comunista haba desaparecido y, en consecuencia, se pregunt para qu exista el gobierno militar. Estaban as creadas las condiciones para que se comenzara a exigir an desde las propias filas de las Fuerzas Armadas la vuelta a la plena democracia.

En 1974, durante la Presidencia del General Ernesto Geisel, se inici la apertura poltica que culmin en marzo de 1985 con la entrega del poder a un civil, Dr. Jos Sarney. En los ltimos aos se fue acelerando, cada vez ms, la marcha por el camino que conduce al precipicio comunista. Prueba concluyente de esto es la nueva Constitucin aprobada en octubre de 1988 en nombre del consenso en la cual quedaron consagrados dispositivos que abren amplio campo a la demolicin total de pilares bsicos de la civilizacin cristiana, como la familia y la propiedad privada.

Golpeado as en sus fundamentos, y en medio de una atmsfera de confusin ideolgico-poltica agravada por endmicos e inextricables problemas econmicos, Brasil se debate hoy en la ms grave crisis de su historia.

La imprevisin y el optimismo ciego de amplios sectores de las clases dirigentes hacen temer que la nacin sea conducida por los derroteros de un socialismo inspirado en la Teologa de la Liberacin o en las vas de la moderna revolucin cultural de Felipe Gonzlez.

* * *

Paralelamente se desarroll, en el terreno religioso, otro proceso de importancia decisiva para el curso de los acontecimientos.

Unida oficialmente al Estado durante el Imperio, la Iglesia Catlica ejerci una benfica influencia sobre toda la sociedad, aunque muchas veces el nivel moral del clero dejaba que desear. Por otra parte, el Estado era regalista y se inmiscua en cuestiones estrictamente eclesisticas como, por ejemplo, la eleccin de textos para los cursos de teologa en los seminarios.

Cuando fue instaurada la Repblica, el Estado se declar laico, con lo cual el sentido religioso del pueblo sufri un duro golpe. En Brasil, al igual que en tantos otros pases de Occidente "en consecuencia del agnosticismo religioso de los Estados" se volvi "amortecido o casi perdido (...) el sentir con la Iglesia". *

* Monseor Angelo Dell'Acqua, Substituto de la Secretara de Estado, en carta dirigida en 1956 a propsito del Da Nacional de Accin de Gracias al Cardenal Carlos Carmelo de Vasconcelos Motta, entonces Arzobispo de So Paulo.

Este hecho tan nocivo en s tuvo, no obstante, consecuencias favorables para el catolicismo: separada del Estado, la Iglesia pudo disponer de s misma con plena libertad y, sobre todo, bajo el influjo del Pontificado de San Po X cuyos saludables efectos se prolongaran en Brasil hasta la dcada de los 30 hubo una profunda moralizacin del clero y la consecuente vuelta de los fieles a las prcticas religiosas. Fue precisamente en este perodo cuando Plinio Corra de Oliveira ms tarde fundador de la TFP brasilea y Presidente de su Consejo Nacional inici, an muy joven, su militancia y liderazgo en las filas del movimiento catlico, como lo narraremos en las pginas siguientes.

A contrario sensu, ciertos movimientos de intelectuales catlicos europeos haran renacer en Brasil, bajo el rtulo de progresismo, fermentos del modernismo condenado por San Po X; esta vez en estrecha alianza con el naciente izquierdismo catlico.

Una rotacin profunda se operara en el seno de la Iglesia. Aproximadamente hasta 1948, la Jerarqua Eclesistica y los fieles luchaban con vivo empeo contra las embestidas ideolgicas o armadas del comunismo. Pero a partir del momento en que ste lanz en 1935, por medio de Maurice Thorez, secretario general del Partido Comunista Francs, su politique de la main tendue, intelectuales de la izquierda catlica comenzaron a propiciar la colaboracin de la Iglesia con los PCs, pues ambos sustentaban tenan un adversario comn al que sealaban como culpable de la difcil situacin de las masas obreras en las naciones occidentales: el capitalismo.

En el Brasil de los aos 50 aparecieron en el Episcopado las primeras figuras de la nueva linea. Sobresala entre ellas Monseor Helder Cmara, el futuro Arzobispo rojo, primer Secretario General de la recin fundada Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, el cual apoy de todos los modos posibles la corriente catlica innovadora.

Simultneamente, fueron decayendo, privadas de autntico sustento, las pujantes organizaciones catlicas creadas y reclutadas bajo el signo de la ortodoxia, o sea, del anticomunismo militante y del antiprogresismo potencial.

Con todo ello, al aproximarse la conturbada era de Joo Goulart, el ambiente catlico haba tomado una coloracin ntidamente centro-izquierdista, con arrojadas manifestaciones socialistas y hasta categricas posturas procomunistas.

Derrotado el comunismo en 1964, la infiltracin marxista en los medios catlicos y las figuras episcopales que se haban destacado por su apoyo a la subversin permanecieron prcticamente inclumes. Ms an, los hechos que prueban el caminar de innumerables catlicos en direccin a la izquierda tomaron una tal envergadura que un matutino de So Paulo afirmaba: "una edicin extra del dario no bastara para contener todos los hechos ocurridos en todo el Pas y cada uno ms clamoroso que el otro".

Desde aquellos das, el avance comunista en Brasil nada teme de la Conferencia Episcopal. Ningn golpe serio recibi de su parte. Por el contrario, ha obtenido ventajas preciosas en una nacin entraablemente catlica, en la que nada conseguira sin la ayuda o la omisin de sectores eclesisticos importantes.

Es ms. En los ltimos aos, obispos, sacerdotes y Comunidades Eclesiales de Base que gravitan en torno a la Teologa de la Liberacin, se han transformado en la punta de lanza del movimiento revolucionario. Tras esta corriente eclesistica se encubren las esculidas minoras socialistas e incluso las abiertamente marxistas. Sin el impulso de esta estructura eclesistica no habra sido posible el recrudecer de la agitacin agrorreformista bajo la Presidencia de Jos Sarney, ni el ascenso del Partido de los Trabajadores (PT) al poder municipal en So Paulo el mayor centro industrial de Amrica Latina y en otras dos grandes capitales de Estado; partido que, junto a sectores sindicales ms o menos revolucionarios, abriga desde corrientes de izquierda catlica, admiradoras del sandinismo y de Fidel Castro, hasta marxistas declarados y grupos trotskistas.

* * *

Este fondo de cuadro, sumariamente descrito, facilitar al lector la comprensin del papel clave de Plinio Corra de Oliveira en la vida pblica brasilea como uno de los lderes del movimiento catlico de los aos 30 y ms tarde como Presidente del Consejo Nacional de la Sociedad Brasilea de Defensa de la Tradicin, Familia y Propiedad TFP. Seis dcadas de una sostenida e infatigable lucha con una metodologa sabiamente ajustada a las diferentes modalidades adoptadas por el socialocomunismo para evitar que el pas se aparte de los sagrados y perennes principios de la civilizacin cristiana.

En las pginas siguientes podr comprobarse como la TFP ha sabido escoger el terreno adecuado para influenciar a fondo el curso de los acontecimientos. Al comprender con nitidez el papel que el clero izquierdista iba jugando cada vez ms como fuerza decisiva para la socializacin de Brasil, la entidad concentr su actuacin pblica en alertar a los medios catlicos sobre la contradiccin existente entre la doctrina tradicional e inmutable de los Papas en materia social y la prdica igualitaria y colectivizante de ese sector eclesistico. La TFP cre de este modo, contra el izquierdismo catlico, un saludable clima de desconfianza, de retraimiento, cuando no de oposicin, sin el cual los eclesisticos empeados en la obra revolucionaria ya habran arrastrado hacia el despeadero socialista, probablemente desde hace mucho, a la nacin de mayor poblacin catlica de la tierra.

SOCIEDADE BRASILEIRA DE DEFESA DA TRADIO, FAMLIA E PROPRIEDADE - TFP

CONSEJO NACIONAL

PRESIDENTE

Plinio Corra de Oliveira

SECRETARIO

Paulo Corra de Brito Filho

CONSEJEROS

Adolpho Lindenberg

Celso da Costa Carvalho Vidigal

Eduardo de Barros Brotero

Jos Fernando de Camargo

Jos Gonzaga de Arruda

Luiz Nazareno de Assumpo Filho

Paulo Barros de Ulhoa Cintra

Plinio Vidigal Xavier da Silveira

Rua Maranho 341 - 01240 - So Paulo - SP

Seccin Primera

PLINIO CORRA DE OLIVEIRA:

FE, COHERENCIA, LIDERAZGO, VALENTIA

Cuando menos se esperaba, un magnfico movimiento de jvenes suscit en todo Brasil, en el centro como en el Norte, en el Norte como en el Sur, falanges que, resueltas a instaurar la paz de Cristo en el Reino de Cristo, proclaman bien alto su resolucin de morir por la Iglesia."

"Legionario", 1937 (1).

Una grande y luminosa realidad: el movimiento catlico

Todo parece prosperar en la Iglesia de Dios entre 1928 y 1935. Transcurre normalmente el Pontificado de Po XI. En estos aos surge en Brasil una grande y luminosa realidad: el movimiento catlico.

Movimiento catlico. La expresin, de uso corriente en esta poca, designa el conjunto de las diversas asociaciones religiosas y de apostolado, languidecientes unas, extraordinariamente pujantes otras. Se extienden del norte al sur de Brasil y aglutinan decenas de millares de personas de ambos sexos y de todas las clases sociales. Entre las de mayor vitalidad sobresalen las Congregaciones Marianas, que constituyen el llamado movimiento mariano.

El movimiento mariano, cuya expansin haba comenzado alrededor de 1925 principalmente entre la juventud de la meda y pequea burguesa, tiene una de sus primeras afirmaciones triunfales en el Congreso de la Juventud Catlica realizado en la ciudad de So Paulo, en septiembre de 1928.

A partir de entonces se extiende a todo Brasil el gran florecimiento de las Congregaciones Marianas que como veremos en 1933 demostrarn ser una gran fuerza nacional.

En una poca en que la prctica de la Religin era en general vista como cosa de mujeres y viejos, las Congregaciones Marianas prestan a la Iglesia el incomparable servicio de atraer hacia el catolicismo y las actividades apostlicas a legiones de jvenes de todas las clases sociales. Esta transformacin abre un nuevo captulo en la vida religiosa de Brasil.

Todo el movimiento catlico, que por su amplitud y variedad constituye un verdadero mundo, progresa unido filialmente a un Clero en el cual son numerosas las personalidades de valor y de prestigio, y a un Episcopado de no menor valor, compacto y profundamente venerado.

La gran figura de la Jerarqua catlica de Brasil es Monseor Sebastin Leme da Silveira Cintra, Arzobispo de Ro de Janeiro, entonces el nico Purpurado brasileo. En el Estado de So Paulo, el Arzobispo Metropolitano, Monseor Duarte Leopoldo e Silva, es la personalidad ms representativa, con merecida fama en todo el Pas.

Es en las filas del movimiento catlico de So Paulo donde se forma el primer ncleo de batalladores que, ms tarde, dar origen a la TFP brasilea (3).

Que Dios te preserve y te d el puesto de jefe de la generacin que te est destinado.

De una carta de Alceu Amoroso Lima a Plinio Corra de Oliveira *

En la Facultad de Derecho, el comienzo de la lucha

En la plaza de Santa Cecilia, en So Paulo, se sita la iglesia parroquial del mismo nombre. A partir de 1928, un joven estudante de Derecho, Plinio Corra de Oliveira, inicia su militancia catlica en las filas de la Congregacin Mariana que all se rene todos los domingos.

Nacido el 13 de diciembre de 1908, sus padres el abogado Joo Paulo Corra de Oliveira y dona Lucilia Ribeiro dos Santos Corra de Oliveira pertenecan a viejas familias de la aristocracia rural de los estados de Pernambuco y So Paulo respectivamente. Su to abuelo, Joo Alfredo Corra de Oliveira, fue Senador del Imperio, Consejero de Estado, Presidente de la Provincia de So Paulo, varias veces miembro del Consejo de Ministros y finalmente Primer Ministro. En el ejercicio de este cargo firm, con la Princesa Isabel, la ley que liber a los esclavos, conocida en Brasil como Ley urea.

El perodo inicial de la actividad de Plinio Corra de Oliveira se caracteriza por el constante apostolado, reuniones, conferencias, discursos; primero en la Congregacin Mariana de Santa Cecilia, ms tarde en toda la capital, en otras ciudades del Estado de So Paulo, de Ro de Janeiro y de otros Estados. Dicha actividad no se circunscribe, sin embargo, a los ambientes especficamente catlicos.

Cuando cursa el cuarto ao en la tradicional Facultad de Derecho de la Plaza de San Francisco en So Paulo considerada en la poca baluarte del laicismo Plinio Corra de Oliveira agrupa inicialmente a algunos congregantes marianos y con ellos funda, en 1929, la Accin Universitaria Catlica (AUC), la que muy pronto se convierte en una victoriosa realidad de la vida acadmica de entonces.

La Accin Universitaria Catlica, a la vez que crece en nmero e influencia en la Facultad de Derecho, se extiende rpidamente a las otras escuelas superiores de So Paulo. **

* Alceu Amoroso Lima (1893-1983) naci en Ro de Janeiro. Ms conocido por su seudnimo literario Tristo de Atade, fue escritor, periodista y profesor universitario de renombre. Presidente del Centro Dom Vital y ms tarde dirigente nacional de la Accin Catlica, tuvo un papel relevante en la izquierda catlica.

** La AUC sera integrada en 1938, por decisin de la autoridad eclesistica, en el sector correspondiente de la Accin Catlica, es decir, la Juventud Universitaria Catlica (JUC). Esta tomar un rumbo ideolgico de izquierda, tristemente clebre en la historia del catolicismo brasileo.

Si los catlicos

no se hubieran unido para interferir en las elecciones de 1933, hoy Brasil estara definitivamente desviado hacia la izquierda.

Oswaldo Aranha (5)

Muestra elocuente de este progreso es que en 1930, cuando Plinio Corra de Oliveira se grada de abogado, la Accin Universitaria Catlica consigue que sea celebrado el Santo Sacrificio de la Misa en el propio patio interno de la Facultad, con ocasin de la solemne entrega de diplomas. El acto cuenta con la prestigiosa presencia de casi todo el cuerpo docente, y un gran nmero de universitarios comulga. El sermn est a cargo del famoso P. Leonel Franca, S.J. *

* El P. Leonel Franca (1893-1948), jesuita brasileo, fue una de las personalidades ms destacadas de la vida cultural de su pas. Fecundo y erudito escritor, adems de brillante polemista, su obra versa sobre temas teolgicos, filosficos e historia eclesistica. Muchos de sus libros tuvieron numerosas ediciones y, traducidos al espaol, fueron impresos en Espaa y Argentina.

"Realmente algo ha cambiado en lo ms profundo de la juventud paulista, y para mejor", es el comentario entre los presentes.

Son los frutos del movirniento mariano. Tal cambio en el ambiente produce efectos sensibles en la vida pblica brasilea. En ese mismo ao de 1930 estalla la revolucin que cierra el ciclo de la Repblica Vieja e implanta la dictadura de Getlio Vargas. El comunismo trata de sacar ventajas de la situacin. En 1934, el Arzobispo de So Paulo, Monseor Duarte Leopoldo e Silva, en clebre mensaje al Episcopado brasileo asevera que "la hierba daina del comunismo vino en la mochila de ciertos personales de 1930" (4). Luis Carlos Prestes ms tarde fundador del Partido Comunista y durante muchos aos su secretario general se incorporaba entonces a la corriente comunista.

Varios factores determinan a Getlio Vargas a convocar una Asamblea Constituyente.*

* En julio de 1932 se desencadena en So Paulo una rebelin contra el Gobierno Federal del Presidente Getlio Vargas. La Revolucin Constitucionalista como qued conocida en la Historia exige el fin del rgimen de excepcin implantado por Vargas en 1930, expresando as la insatisfaccin de las clases dirigentes de So Paulo contra el populismo sindical del nuevo gobierno. Derrotada despus de dos meses de lucha, la Revolucin Constitucionalista apresura, sin embargo, la vuelta a la constitucionalidad, garantizando la convocacin de elecciones para la Constituyente que se instalar en Ro de Janeiro en noviembre de 1933.

El diputado ms votado de la Constituyente de 1934

Entre tanto se crea en 1932 la Liga Electoral Catlica (LEC), institucin de mbito nacional auspiciada por el Episcopado. Su modo de actuar consiste en interpelar a los candidatos respecto a su posicin ante las llamadas reivindicaciones mnimas. Quienes se declaren contrarios a estas no recibirn el voto catlico.

En noviembre de 1932 se instala en So Paulo la Junta Provincial de la LEC. Plinio Corra de Oliveira es nombrado secretario de la misma por Monseor Duarte Leopoldo e Silva. En realidad, es Plinio Corra de Oliveira quien, inspirado en una institucin similar existente en Francia, da al Arzobispo la idea de crear en Brasil tal organizacin.

El 3 de mayo de 1933 se realizan las elecciones para diputados a la Constituyente. En muchos Estados son elegidas figuras de relieve indicadas por la Liga Electoral Catlica.

Sorpresa y alegra general en el electorado catlico: el candidato con ms votos, en todo Brasil, es Plinio Corra de Oliveira, joven congregante mariano de 24 aos, recin egresado de la Universidad. Indicado por la Liga Electoral Catlica para la Lista nica por So Paulo Unido *, obtiene 24.017 votos, el 9.5% del total de los 260.262 votos computados en ese Estado; el segundo candidato es elegido con 12.483 votos. **

* La Lista nica est formada por las siguientes organizaciones: Partido Republicano Paulista (PRP), Partido Democrtico (PD), Federacin de los Voluntarios de la Revolucin del 32, Liga Electoral Catlica y Asociacin Comercial.

** Desde la creacin de la Justicia Electoral hasta nuestros das, aparte de Plinio Corra de Oliveira tan solo un candidato a diputado federal por So Paulo obtuvo ms del 9% de los votos (Cfr. Datos Estadsticos del Supremo Tribunal Electoral; "Dario Oficial", 28-3-1979; Resumen oficial de los cmputos en el Estado de So Paulo en 1982 y 1986).

La LEC fue la

organizacin extrapartidista que ejerci la mayor influencia poltico-electoral en la historia de Brasil.

Paulo Brossard (6)

La eleccin de Plinio Corra de Oliveira se debe casi exclusivamente al apoyo de las entidades catlicas de So Paulo.

El hecho impresiona de tal manera que, despus de este episodio, la Liga Electoral Catlica es reconocida como una de las grandes fuerzas polticas de Brasil (7).

* * *

Instalada la Asamblea Constituyente en noviembre de 1933, los parlamentarios catlicos forman un poderoso bloque que consigue la aprobacin de las reivindicaciones mnimas de la Liga Electoral Catlica: indisolubilidad del vnculo conyugal, enseanza religiosa libre en las escuelas pblicas y la asistencia religiosa facultativa a las Fuerzas Armadas. Obtiene tambin que sean incorporados a la Constitucin otros puntos del programa mximo de la LEC: el derecho al voto de los religiosos, el reconocimiento de los efectos civiles del matrimonio religioso, el derecho al descanso dominical y la facultad del clero de cumplir el servicio militar en las capellanas castrenses. Adems, se invoca el Nombre de Dios en el prembulo de la Constitucin.

Este indiscutible xito debilita, en considerable medida, el tonus laico del Estado brasileo.

Para alcanzar este resultado segn la opinin generalizada ejerci notable influencia el joven diputado mariano Plinio Corra de Oliveira, uno de los lderes ms destacados del bloque catlico en la Constituyente.

Al concluir en julio de 1934 su actuacin en el escenario legislativo, Plinio Corra de Oliveira asume, sin abandonar sus actividades de abogado y periodista, la ctedra de Historia de la Civilizacin en el Colegio Universitario anexo a la Facultad de Derecho de la Universidad de So Paulo. Ms tarde es nombrado profesor catedrtico de Historia Moderna y Contempornea en la Facultad de Filosofa, Ciencias y Letras de So Bento y en la Facultad Sedes Sapientiae, las cuales se integrarn posteriormente en la Pontificia Universidad Catlica de So Paulo.

Se trata de un grupo representativo

de toda una corriente de fuerza e influencia en Brasil,

que incluso hace llegar hasta la Santa Sede

los 'abusos litrgicos' existentes en Brasil.

Fray Jos Ariovaldo da Silva, O.F.M. (8)

En la direccin del grupo del "Legionario"

Durante su brillante actuacin en la Asamblea Constituyente y en el magisterio, Plinio Corra de Oliveira no interrumpe su militancia en las filas catlicas.

En agosto de 1933 asume la direccin del "Legionario", rgano de la Congregacin Mariana de Santa Cecilia, a cuyo cuerpo de redactores incorpora jvenes de relieve del movimiento mariano. Algunos de ellos sern ms tarde sus colaboradores en la fundacin de la Sociedad Brasilea de Defensa de la Tradicin, Familia y Propiedad TFP.

Adems de ejercer la direccin, Plinio Corra de Oliveira escribe el editorial y la columna 7 Das en Revista. Fernando Furquim de Almeida es el responsable por los artculos sobre la Historia de la Iglesia en el siglo XIX y por la revisin general de los escritos. Ms tarde, Jos Carlos Castilho de Andrade ejercer el cargo de secretario de redaccin. Jos de Azeredo Santos expone las materias de contenido sociolgico. Adolpho Lindenberg se especializa en asuntos econmicos y de poltica internacional. Jos Fernando de Camargo colabora en la seccin Noticiero de la Semana. Jos Gustavo de Souza Queiroz tiene a su cargo el Santo del mes.

Tambin colaboran en el "Legionario" dos jvenes sacerdotes, profesores del Seminario de So Paulo: Monseor Antonio de Castro Mayer Asistente Eclesistico del peridico y el P. Geraldo de Proena Sigaud, S.V.D., ambos destacadas figuras del joven clero brasileo.

En poco tiempo el "Legionario" crece y amplia su campo de influencia y accin. De quincenario de dos hojas se transforma en semanario de ocho pginas; de hoja parroquial en rgano oficioso de la Archidicesis de So Paulo.

* * *

El "Legionario" es especialmente destinado a los numerosos ambientes vinculados al movimiento catlico.

La irradacin del peridico se extiende de un extremo a otro de Brasil, como representante calificado del pensamiento de las fuerzas ms jvenes y dinmicas de ese movimiento.

Sin duda, el "Legionario" encuentra oposiciones. Las principales proceden de sectores irritados con la campana sin cuartel que sus redactores hacen en conformidad con las enseanzas y ejemplos de Po XI no slo contra el comunismo, sino tambin contra las tendencias revolucionarias incubadas frecuentemente en movimientos de centro e incluso en otros que se catalogan como de extrema derecha. Las pginas del peridico abundan en severas crticas contra el fascismo, el nazismo y sus congneres en otros pases, cuando esos movimientos parecen alcanzar su cenit. Tan slo Plinio Corra de Oliveira escribe 447 artculos con trechos contrarios al nazismo y al fascismo!

"Formado por personas que se entendan

muy bien entre s, el grupo [del "Legionario"]

representaba una especie de punta de lanza contra el movimiento litrgico.

Quien quisiese sufrir, [sic]

que esperase la edicin semanal del "Legionario",

en la cual siempre poda encontrar artculos

contra el Movimiento y sus manifestaciones, contra Maritain,

contra los `desvos' de la Accin Catlica, etc."

Monseor Clemente Jos Carlos Isnard, O.S.B., Obispo de Nova Friburgo (10)

A pesar de esas luchas, son tiempos relativamente tranquilos. Todo promete un porvenir de trabajos fecundos y de magnficos combates a la luz del sol.

Pero precisamente en este momento una inesperada trageda, que marcar las dcadas siguientes, comienza a germinar en la sombra: el progresismo (9).

Los primeros sntomas del progresismo

En 1935 estalla una insurreccin comunista en Natal, Recife y Ro de Janeiro. Al amparo de la noche, oficiales y soldados son asesinados a traicin por comunistas infiltrados en cuarteles de esas ciudades. Estos crmenes indignan profundamente a la opinin pblica brasilea.

Mientras el comunismo internacional asesta este golpe violento y dramtico, el progresismo penetra, de manera discreta y sutil, en los medios catlicos.

En efecto, a partir de 1935 aproximadamente, comienzan a llegar a Brasil los frutos del florecimiento religioso europeo de la post-guerra. Sin embargo, algunos traen incubado el virus de una mentalidad que discrepa de la buena doctrina.

Tal mentalidad est dominada por la obsesin de conciliar la Iglesia con el mundo neopagano por medio de una nueva formulacin del Dogma y de la Moral, de una reforma de las leyes eclesisticas, de la liturgia, del modo de ser de la propia Iglesia. Es el progresismo que despunta veladamente en el horizonte.

* * *

Esos errores comienzan a germinar en sectores religiosos de Brasil, entre 1935 y 1943.

La fermentacin progresista se va generalizando discretamente, sobre todo en dos campos: el movimiento litrgico y la Accin Catlica. Insistiendo en una exagerada y ambigua modernizacin, ella alimenta tendencias que ms tarde desembocarn en el progresismo y en el izquierdismo catlico.

En el movimiento litrgico esas inclinaciones erosionan el principio jerrquico y las enseanzas de la Iglesia sobre el Sacramento del Orden, identificando y nivelando al Sacerdote con el simple fiel. En nombre de una mal entendida oracin oficial y comunitaria, inducen a subestimar los actos de piedad particular; invitan a considerar con reticencia la devocin al Sagrado Corazn de Jess y la Comunin fuera de la Misa. Respecto a la devocin a la Santsima Virgen, a los Santos y a las imgenes, difunden reservas y frialdad. Califican de decrpitas devociones como el Rosario y el Va Crucis y escudas de espiritualidad tradicionales como la de San Ignacio de Loyola, San Alfonso Mara de Ligorio, etc; consideran desactualizadas ciertas normas de la asctica clsica como el combate a las pasiones desordenadas, el evitar las ocasiones de pecado, etc.

En la Accin Catlica dichas tendencias se caracterizan tambin por una labor subrepticia contra el principio de autoridad en la Iglesia y por la afirmacin de la virtual independencia de los seglares en relacin al clero. So pretexto de levar al Cristo a todos los ambientes, recomiendan frecuentar lugares reprobados por la moral catlica. Al negar las desigualdades armnicas en la sociedad y favorecer la incipiente lucha de clases, abren camino al izquierdismo catlico.

Ambos movimientos tienen rasgos comunes: el igualitarismo, es decir, la tendencia a una nivelacin antinatural en la Iglesia y en el Estado; y el liberalismo, en este caso la obsesin de adaptar la Iglesia a las transformaciones cada vez ms extremadas del mundo neopagano y tambin el horror al esfuerzo, al sacrificio y a la ascesis (11).

En las reuniones de la Redaccin del "Legionario", la aparicin y el desarrollo de esa infiltracin son seguidos desde sus orgenes. Se ve con preocupacin cmo doctrinas extraas son difundidas por sacerdotes, monjas y seglares recin llegados de Europa especialmente los provenientes de la JOC belga en sectores exaltados de la Accin Catlica.

Esta preocupacin se refleja naturalmente en las combativas pginas del "Legionario".

El peridico es sutilmente atacado por la corriente innovadora, por ser el porta-voz caracterstico de una mentalidad que las nuevas tendencias quieren desplazar, para substituira por la que hoy desgraciadamente se ha extendido a casi todos los medios catlicos. Una silenciosa campaa comienza entonces contra el "Legionario" y sus redactores, minando las posiciones de influencia que stos ocupan en el movimiento catlico.

El primer golpe victorioso contra el progresismo: "En Defensa de la Accin Catlica"

Es necesario enfrentar el peligro naciente. Estudios y largas conversaciones con los dems compaeros de lucha van formando en Plinio Corra de Oliveira la conviccin de que, ante la tormenta que amenaza a la Iglesia, alguien debe asumir el trgico papel de pararrayos. Un libro consagrado a la exposicin y refutacin de los nuevos errores podr ser la bomba apropiada para alertar a las almas desprevenidas pero bien intencionadas. De manera que la expansin del mal quede si no detenida, por lo menos circunscrita a una pequea zona donde el error, por estar ya muy arraigado, difcilmente ser extirpado.

La publicacin de ese libro podr compararse a la accin de un kamikaze. Tanto podr destruir el progresismo naciente, como exponer al grupo del "Legionario" a ataques apasionados y desavenencias, que comprometern profundamente su influencia en los medios catlicos'.

Con un prestigioso prefacio del entonces Nuncio Apostlico en Brasil, el futuro Cardenal Bento Aloisi Masella, y con el imprimatur de Monseor de Castro Mayer (por mandato del Arzobispo de So Paulo, Monseor Affonseca e Silva), aparece en junio de 1943 el libro En Defensa de la Accin Catlica (15). Plinio Corra de Oliveira lo publica en calidad de Presidente de la Junta Archidiocesana de la Accin Catlica paulista.

* * *

Fue en Brasil y ms precisamente en la JUC (Juventud Universitaria Catlica),

al comienzo de los aos 60, cuando empezaron a concretarse

muchas de las intuiciones de lo que constituir ms tarde

la Teologa de la Liberacin latinoamericana.

P. Gustavo Gutirrez (12)

Desde el comienzo el estudio provoca un gran revuelo en los medios catlicos. Su edicin de 2.500 ejemplares considerable para la poca, tratndose de un tema doctrinal se agota rpidamente. Suscita los aplausos entusiastas de unos y la irritacin exaltada de otros, seguida de amenazas: "El libro ser condenado por la Iglesia!".

Arzobispos y obispos, sacerdotes y laicos, toman partido a favor o en contra de la obra. A las manos del autor llegan numerosas cartas de apoyo, veinte de las cuales de miembros del Episcopado y una del Provincial de la Compaa de Jess en el Brasil central (16).

A la gran mayora somnolienta que prefera, por ingenuidad o modorra, que esos problemas no salieran a la luz del da el libro causa una gran perplejidad. Para esas personas, En Defensa de la Accin Catlica es demasiado categrico. Y aunque no estn en desacuerdo con su doctrina, lo consideran inoportuno. Reputan inexistente o insignificante el mal que denuncia.

No obstante, aunque perpleja y desagradada, esa mayora va despertando a la realidad, y comienza a mirar con desconfianza al progresismo naciente, escapando as de su nefasta influencia.

A partir de ese momento, la corriente progresista contina avanzando, pero aislada y desenmascarada. Numerosos ambientes de todo Brasil le cerrarn sus puertas. El progresismo slo conquistar aqu y all, en el laicado, a pequeos puados de radicales que simpatizan con su doctrina *.

* Poco despus de la publicacin de En Defensa de la Accin Catlica aparecen las Encclicas Mystici Corporis Christi (1943) y Medator Dei (1947), y la Constitucin Apostlica Bis secolari die (1948). En su conjunto, estos tres documentos de Po XII refutan y condenan los principales errores combatidos por el libro.

"La Accin Catlica comienza a desarrollar una personalidad propia al adoptar, en 1950, el modelo de organizacin francs. Es a partir de ese momento que servir de punto de partida para el compromiso social de sus militantes. Los adversarios de este compromiso, as como de las tendencias hacia el igualitarismo y el neomodernismo (tendencias que haca mucho haban detectado en la Accin Catlica), rompieron con ella en 1943. El portavoz de la ruptura es Plinio Corra de Oliveira y los argumentos del grupo son presentados en su libro `En Defensa de la Accin Catlica'."

Marcio Moreira Alves (13)

En 1950, la Sagrada Congregacin de Seminarios y Estudios Universitarios de la Santa Sede enva una carta a los obispos de Brasil, alertndolos sobre la necesidad de vigilar la formacin de los futuros sacerdotes. Un historiador eclesistico atribuye esa iniciativa de la Santa Sede a la actuacin de la corriente ligada al "Legionario": "Tanta influencia tenan sus miembros, con tanta fuerza tocaron la trompeta de alarma, que la propia Santa Sede resolvi intervenir a travs de la Congregacin de Seminarios". El autor trata de establecer "coincidencias entre varios aspectos del documento y la acusacin contra los llamados `liturgicistas' en el perodo anterior a la `Medator Dei "' (17). Existiran por lo tanto "coincidencias" entre las denuncias de la corriente ligada al "Legionario" y el posterior documento de la Santa Sede.

Pero, si ese es el efecto de En Defensa de la Accin Catlica en el laicado y en el clero tradicional, y si el progresismo se queda, por el momento, reducido a pequeos ncleos, sin embargo el libro de Plinio Corra de Oliveira es puesto en cuarentena en la mayor parte de los seminarios y noviciados. De esta forma, la penetracin progresista en el clero joven sigue su curso. De este clero as como de los sectores estudantiles y obreros de la Accin Catlica, tambin infiltrados saldrn los lderes religiosos y laicos que formarn a su vez la vanguarda de la subversin izquierdista que estallar veinte aos despus (18).

* * *

Aqu cabe un parntesis.

Ms o menos a partir de 1937, el filsofo francs Jacques Maritain comienza a ejercer en Brasil una influencia deletrea, sobre todo en ciertos sectores de la Accin Catlica. Propugna que los catlicos acepten la poltica de la mano tendida, inaugurada por los comunistas. Esta tiene una buena acogida en la corriente progresista brasilea, dando origen a los primeros ncleos de la llamada izquierda catlica, a la orientacin izquierdista de la Democracia Cristiana, etc. (19).

Contra la influencia maritainista se levanta el "Legionario", especialmente por medio del artculo Los "derechos humanos" y el Legionario, publicado los das 6 y 13 de febrero de 1944.

En Ro de Janeiro, la principal figura de la reaccin contra la influencia de Maritain es el culto e intrpido jesuita P. Arlindo Vieira, a quien el Legionario franquea sus pginas. En la misma lnea se destacan tambin entre otros los periodistas Antonio Guedes de Holanda, del semanario "A Cruz", Osorio Lopes, del semanario catlico "A Unio" y Mesquita Pimentel, de la revista "Vozes de Petrpolis". En Recife, sobresale el P. Antonio Ciraco Fernandes, S.J., a la cabeza del dinmico grupo de jvenes de la revista "Fronteiras", que el brillo intelectual de Manuel Lubambo, uno de sus integrantes, haba proyectado en los medios culturales de toda la nacin.

"Monseor Pedrosa, Abad del Monasterio de San Benito, advirti inmedatamente al cardenal Motta sobre el problema `Plinio Corra de Oliveira' y el grupo ligado a su libro `En defensa de la Accin Catlica'."

Monseor Polycarpo Amstalden, O.S.B. (20)

Tormenta y ostracismo

Las ya esperadas consecuencias de la osada de En Defensa de la Accin Catlica comienzan a caer sobre los miembros del grupo del "Legionario" como una lluvia de catstrofes.

Desde las huestes progresistas sopla contra ellos un tifn de detracciones y calumnias, todas verbales, vagas y carentes de pruebas. El nmero de parroquias en que se venda el "Legionario" comienza a disminuir visiblemente.

A ese vaco que se va formando alrededor de ellos, se suman las deserciones en las propias filas: cierto nmero de jvenes redactores, an estudantes, abandonan el peridico ante tan violenta campaa. La tormenta contina.

Plinio Corra de Oliveira, lder catlico indiscutible pasa a ser una de las figuras ms controvertidas en la intelligentzia catlica, lo que tiene efectos desfavorables sobre el conjunto de los fieles. Poco despus de la publicacin del libro pierde el cargo de Presidente de la Junta Archidiocesana de la Accin Catlica.

En febrero de 1945, Monseor de Castro Mayer que haba dado el imprimtur a la obra y era Vicario General de la Archidicesis es nombrado simple Vicario ecnomo de la Parroquia de San Jos de Beln.

En marzo de 1946, el P. de Proena Sigaud, tambin un destacado propagador del libro, es enviado por sus superiores a Espaa.

Los dems redactores que continuaron fieles a la lnea de En Defensa de la Accin Catlica van perdiendo sus cargos en el movimiento catlico.

Circunstancias diversas los llevan a dejar la tribuna que les quedaba. En diciembre de 1947 cesan su colaboracin en el "Legionario".

La densa noche de un ostracismo plmbeo, completo, interminable, cae sobre los que quedan del antiguo grupo del "Legionario": Adolpho Lindenberg, Fernando Furquim de Almeida, Jos de Azeredo Santos, Jos Carlos Castilho de Andrade, Jos Fernando de Camargo, Jos Gonzaga de Arruda, Paulo Barros de Ulhoa Cintra y, evidentemente, Plinio Corra de Oliveira. La soledad y el olvido los cercan cuando an estaban en la flor de la edad: el mayor tena 39 aos y el menor 22. *

* Jos Gustavo de Souza Queiroz haba fallecido el 8 de marzo de 1946. La traduccin de las famosas Cartas sobre la inquisicin espaola de Joseph de Maistre, que dej casi concluida, es terminada por manos amigas y publicada por las Lecturas Catlicas de don Bosco, N 712, septiembre de 1949, con una nota biogrfica sobre el traductor escrita por Plinio Corra de Oliveira.

Este es el sacrificio previsto y aceptado de antemano.

* * *

"El olvido nos envolvi cuando estbamos an en la flor de la edad: este era el sacrificio previsto y consentido. Pero el progresismo naciente sufri un golpe del cual hasta hoy no se rehizo."

Plinio Corra de Oliveira (21)

Sin embargo, el grupo no se dispersa. En febrero de 1945 se instala en una pequea sede tres salas y una cocina en la planta baja del N 665 de la calle Martim Francisco, en el barrio de Santa Cecilia. All, alrededor de la imagen de Mara Auxiliadora que los haba acompaado desde los primeros tiempos de la sede de la Congregacin Mariana de Santa Cecilia, se renen los antiguos colaboradores del "Legionario" todas las noches sin excepcin.

Una convivencia fraterna y cordal los caracteriza. Los miembros del grupo recuerdan sin amargura ni orgullo las luchas y la inmolacin de los das pasados. Analizan sobrecogidos la deterioracin discreta pero implacable de la situacin religiosa de Brasil y del mundo, y el avance inexorable del socialismo y del comunismo en el escenario nacional e internacional. Hacen diversos estudios doctrinales en comn; rezan; procuran al mismo tiempo aumentar su devocin a la Santsima Virgen, segn el mtodo enseado por San Luis Mara Grignion de Montfort. Las apariciones y el mensaje de Nuestra Seora en Ftima, en 1917, cuyo verdadero alcance comienza entonces a ser conocido por el mundo, son objeto de su ms atento estudio y de su ms calurosa adhesin.

Tres aos completos dura este perodo de ostracismo; tres aos en los cuales parecen verse los tristes sntomas de un estado definitivo e irremedable: un grupo de lderes que cumpli su misin y sobrevivi a los combates, pero que haba quedado como sobrando. Tal es la situacin en la que estos jvenes se encuentran y de la cual no saben cundo ni cmo los librar la Providencia.

En realidad, en esta catacumba hacen una larga y recogida vigilia de armas para otras luchas en pro de la misma causa. As los conduce la Providencia.

En efecto, en este perodo se multiplican las condiciones propicias para que los miembros del pequeo grupo se unan an ms. La convivencia cotidana, iluminada por los ms altos ideales, crea una cohesin tan grande en el pensar, en el sentir y en el actuar que los eleva a la condicin de una verdadera familia de almas.

De esta familia de almas, que ms tarde conocer una impresionante expansin, nacer, en 1960, la Sociedad Brasilena de Defensa de la Tradicin, Familia y Propiedad.

"Explicaste y defendiste con penetracin y claridad la Accin Catlica, de la cual posees un completo conocimiento y a la cual tienes un gran aprecio."

J.B. Montini, Subst. Secretara de Estado de Su Santidad Po XII

En el ostracismo y en la penumbra, la Providencia interviene

Un da de enero de 1947, Plinio Corra de Oliveira llega a la sede ubicada en la calle Martim Francisco dejando traslucir una gran satisfaccin. Tiene una novedad para comunicar a sus amigos: un peridico vespertino di la noticia de que Po XII haba elegido al P. Sigaud para Obispo de Jacarezinho.

Cmo? Qu? La alegra es grande, pero la duda an mayor. El P. Sigaud est an en Espaa y es difcil obtener de l una noticia segura. Volver? S, volver. Sobre los destrozos del naufragio, una luz se enciende y brilla en la noche del ostracismo.

Contra toda expectativa otra gran sorpresa los aguarda al ao siguiente.

As la recuerda Plinio Corra de Oliveira, en uno de sus artculos para la "Folha de S. Paulo": "Al llegar en una noche de marzo de 1948 a nuestra `catacumba', un amigo me esperaba en la puerta, efervescente de jbilo. El cannigo Mayer (...) acababa de comunicarnos por telfono su nombramiento como Obispo coadjutor de Campos. Es intil decir con qu regocijo fuimos a felicitarlo en el mismo instante" (22).

El significado de estos hechos es inequvoco: dos sacerdotes, relegados al olvido por el apoyo que haban dado al libro En Defensa de la Accin Catlica y al grupo del "Legionario", y tambin por la lucha que desarrollaban contra la infiltracin izquierdista y progresista en los medios catlicos, son honrados por una clara manifestacin de confianza de la Santa Sede al ser elevados, precisamente los dos, a la condicin de obispos.

Una reparacin? Muchos as lo afirman en los medios catlicos.

* * *

Estas no son las nicas sorpresas. Exactamente un ao despus, un gran amigo del grupo, el carmelita Fray Jernimo Van Hintem, entrega a Plinio Corra de Oliveira una carta de la Santa Sede, encaminada a travs de la Curia Generalicia de su Orden, que a continuacin transcribimos.

"Palacio del Vaticano, 26 de febrero de 1949

"Preclaro Seor,

"Movido por tu dedicacin y piedad filial ofreciste al Santo Padre el libro `En Defensa de la Accin Catlica', en cuyo trabajo revelaste primoroso cuidado y persistente diligencia.

"Su Santidad se regocija contigo porque explicaste y defendiste con penetracin y claridad la Accin Catlica, de la cual posees un completo conocimiento y a la cual tienes un gran aprecio, de tal modo que se hizo claro para todos cun importante es estudar y promover esta forma auxiliar del apostolado jerrquico.

"El Augusto Pontfice de todo corazn hace votos para que de este trabajo tuyo resulten ricos y sazonados frutos, y recojas no pequeas ni pocas consolaciones; y como prenda de ello te concede la Bendicin Apostlica.

"Por tanto, con la debida consideracin, me declaro muy devoto tuyo.

J.B. Montini, Subst."

El firmante, Substituto de la Secretara de Estado de la Santa Sede, es el futuro Pablo VI. La carta est dirigida al Profesor Plinio Corra de Oliveira. Po XII alaba y recomienda el libro del kamikaze! Ahora todo queda claro.

Todo..., excepto la conducta de ciertos ambientes progresistas.

Oda la voz de Roma, era de esperar que acabasen la incomprensin y el hielo; que Plinio Corra de Oliveira y sus amigos recuperasen, en los medios que los hostilizaban, la consideracin y la estima que otrora los cercaban.

Falsa esperanza. La voz del Vicario de Cristo se ha alzado en vano. E1 hielo no se derrite. Alentado por elementos progresistas, persiste el mutismo fro e implacable que rodea al grupo de ex redactores del "Legionario". Y el ostracismo contina... (23).

No obstante, en medio de las perplejidades y victorias de esta lucha, sobreviene un acontecimiento auspicioso.

La trayectoria de Plinio Corra de Oliveira como militante catlico a lo largo de este perodo (1930 a 1980) puso en evidencia las contradicciones de la Iglesia [sic] en el mundo moderno.

Lisnias de Souza Lima (25)

El "grupo de la Martim Francisco"

El P. Walter Mariaux era un jesuita que impresionaba: alto, corpulento, decidido, de inteligencia brillante y gran personalidad.

Por haberse opuesto al nazismo es obligado a abandonar Alemania. Despus de ejercer durante varios aos el cargo de Director del Secretariado Mundal de las Congregaciones Marianas, en Roma, llega a Brasil en plena guerra.

En So Paulo quiere conocer a Plinio Corra de Oliveira, pues en Roma era asiduo lector de sus artculos en el "Legionario" y haba odo hablar mucho de l. Es el comienzo de una amistad profunda.

Al radicarse en So Paulo, el P. Mariaux dirige la Congregacin Mariana del Colegio San Luis, la cual, bajo su direccin, se vuelve numerosa y pujante. Los principios en que este hijo de San Ignacio se basa son muy afines a los defendidos por el antiguo "Legionario". Su actuacin no agrada a los influyentes crculos progresistas de So Paulo, pero el jesuita prosigue su eficiente apostolado.

Sin embargo, en 1949, el P. Mariaux recibe de sus superiores la orden de regresar a Europa. Parte de los congregantes marianos, que con tanta dedicacin haba formado, golpean la puerta de la calle Martim Francisco 665. Diez de ellos se incorporan al grupo del Profesor Plinio Corra de Oliveira.

Poco tiempo despus se juntan a stos otros jvenes, que con los antiguos redactores del "Legionario" constituyen todos un mismo grupo (24).

Tras mltiples y duros combates permanecern en las filas de la TFP brasilea Caio Vidigal Xavier da Silveira, Celso da Costa Carvalho Vidigal, Eduardo de Barros Brotero, Fabio Vidigal Xavier da Silveira (fallecido prematuramente en 1971), Luis Nazareno de Assumpo Filho, Paulo Corra de Brito, Plinio Vidigal Xavier da Silveira y Sergio Brotero Lefevre. Entre estos elementos sobresale un joven que no ingresar en la TFP brasilea nicamente por haber seguido la noble senda del sacerdocio. Nos referimos al hoy Cannigo Jos Luis Marinho Villac, valeroso amigo a quien mucho debe la entidad.

En agosto de 1948, el antiguo grupo del "Legionario" se traslada a la calle Vieira de Carvalho, N 27, 6 piso, conservando no obstante la sede de la calle Martim Francisco. En sta se instalan los elementos provenientes de la Congregacin Mariana del Colegio San Luis y los que a ellos se haban incorporado. Los dos grupos comienzan a ser conocidos, en el lenguaje interno, como Grupo de la Vieira de Carvalho y Grupo de la Martim, respectivamente.

Ms tarde, en 1952, el Grupo de la Vieira de Carvalho ocupa tambin el 7 piso del mismo edificio, donde se instala un auditorio.

Del "Legionario" a "Catolicismo"

En enero de 1951, Monseor de Castro Mayer funda en Campos la revista mensual de cultura "Catolicismo", cuya direccin asume el P. Antonio Ribeiro do Rosario. *

* Monseor Antonio de Castro Mayer, hoy Obispo emrito de Campos, distingui a la TFP brasilea con su valiosa cooperacin en el perodo 1960-1982. En este ao se distanci de la entidad.

En varias cartas su Excia. aleg motivos a los cuales el Profesor Plinio Corra de Oliveira respondi con el debido respeto en misivas del 31 de octubre y 7 de noviembre de 1982. Hechos pblicos posteriores ahondaron ms, por ambas partes, este distanciamiento.

El presente esclarecimiento es dado con el nico propsito de no crear en el espritu del lector la impresin inexacta de que el Prelado an colabora con la entidad.

Por delegacin de Monseor de Castro Mayer y del P. Rosario, todo el trabajo de redaccin es confiado al grupo del Profesor Plinio Corra de Oliveira y realizado en So Paulo. El Dr. Jos Carlos Castilho de Andrade, quien haba dado sus primeros pasos de periodista en los tiempos del "Legionario", es encargado de coordinar el cuerpo de redactores; indica temas para los artculos y se ocupa personalmente de la revisin, hecha siempre con esmero y competencia. Con el auxilio de un pequeo equipo, cuida adems de la paginacin de la revista. Durante ms de dos dcadas presta colaboracin a "Catolicismo". Ms tarde asume el cargo de Vicepresidente de la Direccin Administrativa y Financiera Nacional (DAFN) de la TFP brasilea, el cual ejerce hasta su muerte ocurrida en junio de 1988.

El Profesor Plinio Corra de Oliveira, adems de colaborador insubstituible, es el inspirador y el orientador ms destacado de "Catolicismo". Sus artculos dan la clave a la revista. Es el autor de la seccin no firmada Ambientes, Costumbres, Civilizaciones, que por medio del anlisis de cuadros, fotografas, dibujos, trajes, esculturas, etc., pone de relieve los valores de la civilizacin cristiana y fustiga, por contraste, los desvaros de la civilizacin neopagana actual. nica en su gnero despertando inclusive el inters de adversarios ideolgicos esta seccin orienta, a la luz del espritu catlico, el sentido de observacin y de crtica de los lectores. De esta manera realiza una labor apostlica autnticamente contrarrevolucionaria, pues realza la importancia de la Revolucin en las tendencias y su nexo con la Revolucin en las ideas, ambas preparatorias de la Revolucin en los hechos (26). Entre los dems colaboradores cabe destacar al Profesor Fernando Furquim de Almeida, autor de la seccin Los catlicos franceses del siglo XIX serie que posteriormente se llamar Clicem Dmini biberunt donde son narrados episodios de la perpetua lucha de los catlicos fieles contra la infiltracin de la hereja a lo largo de la Historia de la Iglesia. Ms tarde es elegido Vicepresidente del Consejo Nacional de la TFP brasilea, cargo que ocupa hasta su fallecimiento en 1981 y que ha permanecido vacante en homenaje a su memoria. Adolpho Lindenberg escribe lcidos y concisos comentarios referentes a la poltica internacional. La seccin Nova et Vtera, est a cargo de Jos de Azeredo Santos, fallecido en 1973, a cuya fecunda pluma "Catolicismo" debe brillantes artculos sobre los ms variados temas, publicados muchas veces bajo el seudnimo de Cunha Alvarenga o C.A. de Arajo Viana.

El representante de la revista para los Estados del sur de Brasil es el Profesor Antonio Ablas Filho, conocido mdico y lder catlico residente en Santos, unido al grupo del "Legionario" por una profunda simpata, y cuya amistad se estrecha an ms a lo largo de su preciosa colaboracin con "Catolicismo", que solo cesa en 1960, ao de su muerte. Poco antes, en mayo de 1958, haba recibido las insignias de Comendador de la Orden Ecuestre de San Silvestre Papa, concedidas por el Santo Padre Po XII.

* * *

Numerosos son en Brasil los amigos del antiguo "Legionario" a quienes las acusaciones progresistas no han convencido. Apenas se han dispersado y desalentado. Entre ellos corre clere la noticia de la publicacin del primer nmero de "Catolicismo", con lo cual cobran animo, se rearticulan y empiezan a actuar.

Poco a poco el nmero de nuevos lectores de la revista va aumentando, irradando as su influencia por ese pas de dimensiones continentales.

El sector de opinin al cual se destina particularmente "Catolicismo" es, en general, el catlico. La revista tiene por objeto alertar y estimular a ese pblico en la lucha contra los factores de deterioracin religiosa, moral y cultural del neopaganismo contemporneo y, de manera especial, promover la reaccin contra el progresismo y la izquierda catlica (27).

Desde la fundacin de la revista, los grupos de la Vieira de Carvalho y Martim Francisco comienzan a ser llamados, por amigos y adversarios, como el grupo de "Catolicismo".

La gran repercusin de la "Carta Pastoral sobre problemas del apostolado moderno"

En 1953, Monseor de Castro Mayer asesta un fuerte golpe contra el progresismo al publicar la Carta Pastoral sobre problemas del apostolado moderno, que vuelve al tema de En Defensa de la Accin Catlica. Las dos ediciones brasileas se agotan rpidamente. En el XXXVI Congreso Eucarstico Internacional, que tiene lugar en Ro de Janeiro en julio de 1955, "Catolicismo" monta un stand con sus obras, punto de partida para la gran difusin alcanzada por la publicacin en el extranjero. La Carta Pastoral es editada en Italia, Francia, Espaa, Canad y Argentina.

Victoriosa expansin de "Catolicismo"

La fundacin de la revista crea condiciones propicias para el reclutamiento de nuevos cooperadores.

Los miembros del grupo de "Catolicismo" recorren varias ciudades del pas, donde mantienen contactos, organizan reuniones y charlas, y exponen las tesis y las metas de la revista.

De esta manera se prepara el terreno para la obra de profunda formacin que "Catolicismo" llevar a cabo.

En muchos lugares la adhesin va ms all del simple aplauso. En 1953 comienzan a formarse en Ro de Janeiro, Belo Horizonte y Campos grupos de jvenes para el estudio de las posiciones defendidas por la revista. Abrieron sedes en cada una de esas ciudades para realizar reuniones y actividades de propaganda de "Catolicismo". Posteriormente se constituirn ncleos de propagandistas en otros Estados. Tal es el caso de capitales como Porto Alegre (1953), Fortaleza (1954), Salvador (1954), Curitiba (1958), Florianpolis (1959).

Paralelamente nacen grupos en varias ciudades de los Estados de So Paulo, Ro de Janeiro y Minas Gerais. Estos ncleos son frecuentemente visitados por miembros del grupo de "Catolicismo" de So Paulo, quienes les dan charlas y los orientan en las lneas generales de sus actividades.

Hasta 1956 los miembros del grupo de "Catolicismo" pertenecan, en su mayor parte, a tradicionales familias paulistas. Desde entonces quienes comienzan a aproximarse provienen en general de la meda o pequea burguesa, muchos de ellos hijos de inmigrantes italianos, espaoles, sirios, japoneses, alemanes y otros. Se alquila una sede en la calle Aureliano Coutinho N 23, donde se renen. As queda constituido el llamado Grupo de la Aureliano.

Se forma tambin en So Paulo un grupo de jvenes, casi todos alumnos del Colegio San Luis, remanentes de la influencia dejada por la Congregacin Mariana del P. Mariaux. La sede de este grupo recibe el nombre de Alccer, en memoria de la batalla de Alccer do Sal, de la reconquista portugu