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TESTIMONIOS: VOCES DE MUJERES HISPANOAMERICANAS CARLOS A. BADESSICH College of St. Thomas En la década de los setenta resurge en las letras hispanoamericanas una nue- va corriente narrativa de historia verídicas cuya tradición cultural se remonta a los escritos del descubrimiento y la conquista y las crónicas de Indias. Se trata del testimonio, un género literario de no-ficción cuyas características la crítica ya ha comenzado a delinear. 1 Renato Prada Oropeza ha definido el discurso-tes- timonio como: Un mensaje verbal (preferentemente escrito para su divulgación masiva aun- que su origen sea oral) cuya intención explícita es la de blindar una prueba, justi- ficación o comprobación de la certeza o verdad de un hecho social previo, inter- pretación garantizada por el emisor del discuiso al declararse actor o testigo (mediato o inmediato) de los acontecimientos que narra, (p. 119). Se trata por lo tanto de escritos con fuerte carga pragmática, de alto valor comunicativo y efectivo valor social. Ante los acontecimientos político-sociales que se desarrollan en la América Latina a partir de mediados de la década de los sesenta no es de extrañar que se produjera un resurgimiento del género en cues- tión. Resulta revelador, sin embargo, el número de testimonios de mujeres que han aparecido en los últimos años. La mujer hispanoamericana, por su misma condición de pilar de la familia, por su intervención directa en las actividades económicas y sociales del ámbito doméstico se convierte en actora y testigo de 1. V. Renato OROPEZA, «Oe lo testimonial al testimonio. Notas para un deslinde del discurso- testimonio», en Testimonio y Literatura (ed. R. Jara y H. Vidal), MinneápoUs, Institute for the Study of Ideologies and Literatura. Monographic Series of the Society for the Study of Contemporary His- panic and Lusophone Revolutionary Iiteratures, número 3, pp. 7-21. En la misma colección v. tam- bién Jorge NARVAEZ, «El testimonio 1972-1982», pp. 235-279. 409

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TESTIMONIOS: VOCES DE MUJERES HISPANOAMERICANAS

CARLOS A. BADESSICH

College of St. Thomas

En la década de los setenta resurge en las letras hispanoamericanas una nue-va corriente narrativa de historia verídicas cuya tradición cultural se remonta alos escritos del descubrimiento y la conquista y las crónicas de Indias. Se tratadel testimonio, un género literario de no-ficción cuyas características la críticaya ha comenzado a delinear.1 Renato Prada Oropeza ha definido el discurso-tes-timonio como:

Un mensaje verbal (preferentemente escrito para su divulgación masiva aun-que su origen sea oral) cuya intención explícita es la de blindar una prueba, justi-ficación o comprobación de la certeza o verdad de un hecho social previo, inter-pretación garantizada por el emisor del discuiso al declararse actor o testigo(mediato o inmediato) de los acontecimientos que narra, (p. 119).

Se trata por lo tanto de escritos con fuerte carga pragmática, de alto valorcomunicativo y efectivo valor social. Ante los acontecimientos político-socialesque se desarrollan en la América Latina a partir de mediados de la década de lossesenta no es de extrañar que se produjera un resurgimiento del género en cues-tión. Resulta revelador, sin embargo, el número de testimonios de mujeres quehan aparecido en los últimos años. La mujer hispanoamericana, por su mismacondición de pilar de la familia, por su intervención directa en las actividadeseconómicas y sociales del ámbito doméstico se convierte en actora y testigo de

1. V. Renato OROPEZA, «Oe lo testimonial al testimonio. Notas para un deslinde del discurso-testimonio», en Testimonio y Literatura (ed. R. Jara y H. Vidal), MinneápoUs, Institute for the Studyof Ideologies and Literatura. Monographic Series of the Society for the Study of Contemporary His-panic and Lusophone Revolutionary Iiteratures, número 3, pp. 7-21. En la misma colección v. tam-bién Jorge NARVAEZ, «El testimonio 1972-1982», pp. 235-279.

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experiencias que necesita compartir. Así aparecen testimonios de mujeres de to-dos los rincones de Hispanoamérica siendo los testimonios que han alcanzadomayor divulgación los de Domitila Barrios de Chungara «Si me permiten ha-blar...». Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia1 y Aquítambién! Domitila3, el de una mujer del Quiche guatemalteco Me llamo Rigo-berta Menchá* y los testimonios de las mujeres nicaragüenses y cubanas reco-pilados por Margaret Randall.5 Hay muchos más. Necesario es mencionar lostestimonios de las madres y abuelas de Plaza de Mayo, y la labor de recopila-ción de testimonios de mujeres campesinas e indígenas chilenas realizada porSonia Montecinos, Ximena Valdés, Kiray de León y Macarena Mack.6 La listade testimonios es extensa y nuevos títulos se agregan cada día. Veamos de ma-nera detenida tres testimonios que representan etapas diferentes en la concien-ciación de la mujer hispanoamericana. Tres mujeres que «actúan» en medioscon características políticas, sociales y económicas propias. Son La niña, elchocolate, el huevo duro, de Ramona Caraballo,7 los testimonios de DomitilaBarrios de Chungara, y los de las mujeres nicaragüenses sandinistas recogidospor Margaret Randall.

Renato Prada Oropeza ha señalado los rasgos característicos del discursotestimonio (p. 13).

1. Relato en que el sujeto del enunciado es el sujeto de la enunciación.2. Los hechos narrados adquieren valor de verdad. Este discurso pretende

que el valor referencial de sus enunciados tiene una correspondencia en la reali-dad que testimonia.

3. La intención funcional de este discurso es que el receptor asuma la ver-dad del mensaje.

4. Ausencia de pretensión estética y de mecanismos literarios que general-mente asociamos a otros géneros. El testimonio tiene una función documental.

2. Testimonio recopilado por Moema Viezzer. México, Madrid, Buenos Aires, Bogotá, SigloXXI Editores (décima edición), 1986.

3 . ' Testimonio recopilado por David Acebey, Siglo XXI Editores, México, Madrid, Buenos Ai-res, Bogotá, 1985. Citamos en el texto con iniciales A.T.

4. Transcrito por Elizabeth Burgos Debray, La Habana, Casa de las Américas, 1983.5. Todas estamos despiertas. Testimonios de la mujer nicaragüense de hoy, México, Madrid,

Buenos Aires, Bogotá, 1980.6. Las chilenas realizan su labor en el Programa de Estudios y Capacitación de la Mujer Cam-

pesina e Indígena. En la serie cuentos han publicado Hablemos de nosotras y en la serie «Cuadernosde la mujer de campo» han publicado Las mujeres hablan: sector mapuche: urbano y rural y Lasmujeres hablan: sector forestal. Citado por Narváez, p. 267. Otros testimonios recopilados por Mar-garet Randall, Somos millones... (La vida de Doris Mará, combatiente nicaragüense), México, Ex-temporáneos, 1979. Sobre las mujeres cubanas: No se puede hacer la revolución sin nosotras. La Ha-bana, Casa de las Américas, 1978.

7. (Historia verídica y real) Para personas formadas, Montevideo, Monte Sexto, 1987.

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5. Aunque se narren hechos pasados éstos están en función de la situacióninmediata.

La niña, el chocolate, el huevo duro es la autobiografía de una mujer uru-guaya que da testimonio de su vida como empleada doméstica, actividad en laque es iniciada a la edad de cuatro años cuando su madre la regala a una familiade Montevideo y la envía sola en tren con una carta, un chocolate y un huevoduro. El texto es la transcripción de unas grabaciones que Ramona adulta hacesegún ella en forma espontánea al recordar un día su vida. Expone sus experien-cias en forma cronológica, saltando a veces en el tiempo, sintetizando algunosacontecimientos, deteniéndose en aquellos que produjeron emociones más in-tensas. Ramona alega que su testimonio es verdadero:

Señores lectores: voy a contar esta historia tal cual es, sin omitir frases fuertesque pueden herir sus sentimientos. Ruego me perdonen, pero así sufrí yo y no qui-siera que a ningún ser humano le pase lo que a mí me pasó. Perdonen pero debocontar la historia tal cual es y cómo me sucedió a mí (p. 13).

Sé que para muchos lo que está acá va a ser una sorpresa. Pero nada de esto esfruto de mi imaginación. Es la pura verdad (p. 122).

Greimas ha indicado que la veracidad de un enunciado no expresa unaverdad externa sino que se trata de una construcción interna elaborada por elenunciador y que resulta de un proceso semiótico de análisis de relaciones in-ternas del enunciado. Según Greimas, el carácter de verdadero en un enuncia-do es el resultado de una elaboración enunciativa que denomina «hacer pare-cer verdadero». Es decir que el enunciador del discurso necesita para lograr elefecto de verdad establecer un contrato de veredicción con el destinatario me-diante el cual ambos manipulan niveles de veredicción. Para que su enuncia-do resulte eficaz y sea aceptado como verdad el enunciador debe persuadir aldestinatario de la veracidad de su enunciado. De esta aceptación del enuncia-do como verdadero por parte del destinatario depende que el discurso sea efi-caz o no.8

La isotopía del testimonio de Ramona es el resentimiento de Ramona ante elabandono y el rechazo materno.9 La razón de ser de su testimonio es dar fe delsufrimiento y trauma a que se somete a los hijos abandonados y comercializa-dos por los padres.

La teoría de la enunciación nos dice que el texto enunciado aparece siem-

8. «Le contrat de vérediction», Le vrai semblable et la fiction (ed. Gómez Moraima), K. R.Gurtler, 1980.

9. Greimas llama isotopía al sema conceptual común a los temas discursivos del relato, Semán-tica estructural, Madrid, Gredos, pp. 105-110.

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pre afectado por las actitudes del sujeto enunciador. El texto queda «marca-do» a través de a) indicadores de persona, espacio y tiempo, y b) modalidadesde la enunciación.10 En el discurso de Ramona lo que más nos interesa son lasmodalidades que revelan ciertas características de la enunciación. Veamos al-gunas:

Verbos modales: Se establecen en los diálogos internos del discurso rela-ciones de sumisión entre Ramona y aquéllos con quienes entra en contacto: lamadre, las patrañas, las monjas y cuidadoras del hogar femenino, médicos. Enél hogar femenino donde llega embarazada y enferma las relaciones entre laspupilas y las monjas son de obediencia. Aquí el poder institucionalizadode las monjas les permite controlar el comportamiento de las pupilas quesuscita aprecio o castigo según el grado de sumisión. La comunicación se daen forma unilateral con la transmisión de una serie de reglas: «debes entregar-me tus cosas personales... debes dejar todo... debes firmar este recibo»(p.67).

Frente a estas modalidades factitivas están las de concesión:

María pidió permiso a la monja maestra para que nos dejara sentar juntas y nosdejó. Desde ese día, tanto en clases de primaria como de costura, nos dejaban jun-tas. María y yo les caíamos bien a las monjas porque éramos obedientes, no dába-mos trabajo y hacíamos lo que nos mandaban sin protestar (p. 72).

Entre las monjas y las pupilas existe un contrato tácito que rige la dinámicade las relaciones:

Si sos obediente te aprecian las monjas, y si sos rebelde te castigan y te ponenen el solitario y sin comer, según la pena. Ése es el trato (p. 70).

El «yo» como objeto del accionar ajeno: Construcciones en que el «yo» seexpresa en el pronombre directo «me» del accionar de un actante en posición depoder (la madre, la patrona, etc.) que da, entrega a Ramona niña en calidad desirvienta:

Mi madre me dio, sin papeles, a esa familia (p. 8).Mamita su primera patrona resuelve darme a un matrimonio joven (p. 12).La señora se murió y el esposo me dio a otra familia (p. 12).El esposo de la señora me entregó a la nueva familia (p. 13).Mamá me dio a unos estancieros (p. 27).

10. Consúltese par» una presentación sobre modalidades Gilberto Giménez, Poder, estado y dis-curso. Perspectivas sociológicas y semiológicas del discurso político-jurídico, México, UNAM,1983, pp. 145-146.

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El efecto despersonalizador y deshumanizante es evidente para el sujetoenunciador: «A lo último yo parecía uno de esos bultos de encomienda: iba yvenía» (p. 36).

Abundan las construcciones con pronombres como complementos indirec-tos. Las cosas le son dadas o quitadas a Ramona según la voluntad de los acto-res en función de poder. La descripción de su entrada al hogar femenino ejem-plifica este tipo de construcción:

Después que firmé me llevaron a una sala continua y allí me sacaron la ropamía y me pusieron una túnica azul... También me quitaron la ropa interior. Cuan-do estuve pronta, me dieron ropa de cama y una almohada y me condujeron porun pasillo grande hasta los dormitorios. Allí me destinaron una cama de fierro yuna mesita de noche (p. 67).

Categorías de la aserción: Construcciones afirmativas que expresan sorpre-sa, duda, incredulidad, ante el abandono materno, el tratamiento duro de actoresinvestidos de poder, el sufrimiento propio y ajeno.Veamos las relacionadas alabandono materno:

Cosa curiosa, cuando mi madre hizo la carta se olvidó de poner cómo me lla-maba (p. 9).

Cosa extraña, mi mamá nunca me besaba para dormir (p. 9).Mi madre, no sé cómo, pero se las ingeniaba siempre para sacarme del lado de

ella (p. 36).De mi familia sé poco y nada, han dejado de escribir. Quizá se han olvidado de

mí, quién sabe... (p. 11).

Construcciones interrogativas: Cuestionan su actuar y expresan la posibili-dad de ser merecedora de su sufrimiento: ¡¿Qué hacer, Dios mío?!» (p. 62).«¿Qué habré hecho, Dios mío, para merecer tanto castigo?» (p. 80).

Modalidades de limitación: Expresan la falta de alternativas («Qué más re-medio que...» (p. 24). «No me quedaba otro remedio» (63). «No tuve más re-medio que...» (p. 88).

Modalidades apreciativas: Expresiones de dolor y sufrimiento ante los acon-tecimientos: «Lo que más lamento...» (p. 122). «Me dolió tanto que...» (p. 31).«Qué desesperación la mía» (p. 61), o de autocompasión «pobrecita de mí» (p.37). Las expresiones de satisfacción o alegría son escasas y están relacionadas acomportamientos y a relaciones de obediencia. Su satisfacción radica en obtenerla aprobación de sus superiores: patrones, monjas, etc. Algunos ejemplos: «Lolindo era que la señora estaba conforme con lo que hacía» (p. 53) o «es tan lin-do ser humilde y que todos la quieran a una (p. 41). El primer ejemplo nos llevaa otro punto importante en la teoría del enunciado, el de los presupuestos, queson representaciones sociales insertas en el enunciado. Funcionan como «axio-

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mas» que no requieren justificación y según Gilberto Giménez «permiten hacerpasar sin discusión alguna determinados contenidos ideológicos, como si fueranobjeto de un consenso universal» (p. 150). Estos presupuestos funcionan cuandoel sujeto enunciador y el destinatario (los lectores) comparten un código cultu-ral que permite interpretar los presupuestos. Así en este ejemplo «lo lindo eraque la señora estaba conforme con lo que hacía», comunica la existencia deotras experiencias en que el trabajo esmerado de la doméstica produce desa-pruebo y rechazo. Estos presupuestos se refieren generalmente a situaciones deinjusticia. En casos de referencias a situaciones de injusticia generalizada el su-puesto es explícito, como en los siguientes ejemplos: «Tenía nueve años, y porsupuesto, no fui más a la escuela» (p. 13). Por supuesto que no tenía sueldo pe-ro me vestían y me calzaban» (p. 25).

Esas modalidades que hemos señalado marcan un discurso de sumisión yde dolor. Ramona sabe que su sufrimiento está relacionado a su condición demujer, «qué duro es ser mujer» (p. 64) se lamenta y no desea que otras corransu suerte (p. 13). Su sufrimiento se lo plantea todavía dentro de una precepti-va católica tradicional. Su vida es un «calvario» (p. 12), un «castigo» cuya ra-zón sólo Dios conoce (p. 80) y la vida misma «es injusta» y «nos hace sufrir»(p. 89). No estamos entonces ante un enunciador que tenga conciencia de quesu experiencia es el resultado de factores socioeconómicos que afectan sucondición de mujer pobre de pueblo sin otra alternativa de sustento que elservicio doméstico.

Pasemos ahora al testimonio de Domitila Barrios de Chungara que es, sinduda, el que ha tenido mayor divulgación internacional. El primer libro, «Sime permiten hablar...». Testimonio de Domitila, una mujer de las minas deBolivia, es la transcripción de testimonios orales de Domitila expresados enentrevistas, charlas, exposiciones y declaraciones. El material fue ordenadopor Moema Viezzer. El segundo libro, ¡Aquí también! Domitila, tuvo la cola-boración recopiladora de David Acebey. El tema discursivo de «5/ me permi-ten hablar...» es principalmente la experiencia de Domitila en la región mine-ra boliviana. Nos da una exposición detallada de la vida del minero, sutrabajo peligroso, sacrificado y mal remunerado. La escasez que sufre en suvivienda, servicios sanitarios, atención médica, víveres y todo tipo de necesi-dades básicas para una vida digna. Nos cuenta sobre la vida diaria de la mujerdel minero, el cuidado de los niños, las tareas del hogar, el trabajo informalpara suplementar el salario del marido, todo esto contado a través de la expe-riencia personal. Sus primeras incursiones en organizaciones femeninas, supersecución, encarcelamiento y tortura en manos de agentes del ejército. Suexilio y participación en organizaciones femeninas nacionales. Su segundo li-bro continúa la labor del primero con énfasis en sus observaciones recogidasen México, Nicaragua, Brasil, Alemania y Suecia, entre otros países. El testi-monio de Domitila fundamentalmente cumple dos funciones: 1) informar y

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dar fe de las injusticias que padece su pueblo, y 2) presentar una argumenta-ción de un plan de acción.

Domitila se expresa como miembro representativo de su pueblo. Su «yo»que grita la experiencia de su pueblo. Sólo en esta relación social quiere ser es-cuchada Domitila. Comienza su testimonio así:

La historia que voy a relatar, no quiero en ningún momento que la interpretensolamente como un problema personal. Porque pienso que mi vida está relaciona-da con mi pueblo. Lo que me pasó a mí, le puede haber pasado a cientos de perso-nas en mi país...

Por eso digo que no quiero hacer no más una historia personal. Quiero hablarde mi pueblo. Quiero dejar testimonio de toda la experiencia que hemos adquiridoa través de tantos años de lucha en Bolivia, y aportar un granito de arena con laesperanza de que nuestra experiencia sirva de alguna manera para la generaciónnueva, para la gente nueva (p. 13).

Es intención explícita de Domitila que este testimonio sirva a la clase traba-jadora de ejemplo y orientación. Esta orientación de que habla Domitila es enrealidad un plan de acción que Domitila presenta a manera de discurso argu-mentado. Los argumentos de Domitila, esquemáticamente presentados, son lossiguientes: Bolivia es un país rico en minerales y otros productos importantes.La explotación de esta riqueza ha beneficiado a una minoría. Domitila se pre-gunta por qué en un país que cuenta con tantos recursos naturales la mayoría dela población está sumida en la pobreza y su nivel de vida es uno de los más ba-jos de la región. Para ella la respuesta debe buscarse en la fuga de divisas y losgrandes negociados entre políticos corruptos y empresas transnacionales. Enambos sectores recae su acusación de explotadores del pueblo. Ante esta situa-ción Domitila piensa en el hombre y la mujer de la clase obrera debe organizar-se para promover cambios políticos que resulten en un gobierno socialista conamplia representación de los estratos obrero y campesino de la población. Sóloentonces logrará la mujer su total liberación:

Nosotras consideramos que nuestra liberación consiste principalmente en lle-gar a que nuestro país sea liberado para siempre del yugo del imperialismo y queun obrero como nosotros esté en el poder y que las leyes, la educación, todo seacontrolado por él. Entonces sí, vamos a tener una liberación completa, también ennuestra condición de mujer (p. 42).

Este plan de liberación Domitila lo presenta en forma de enunciados modali-zados que constituyen un discurso típico de la argumentación. La realidad so-cioeconómica de su país está expresada a través de proposiciones incompati-bles. Veamos algunas:

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1. Refutativas:

a) Del tipo no A sino B. La proposición A rechaza su opuesto, la proposi-ción B, introducida por la conjunción adversativa sino que expresa larealidad que acusa el discurso de Domitila. Por ejemplo:

El gobierno actual, por ejemplo, no está haciendo obras como nosotros, sinoque los beneficiados son, en primer lugar los extranjeros que continúan llevándosenuestras riquezas y después los empresarios privados, las empresas estatales, losmilitares y no así la clase obrera ni el campesino que seguimos cada día más po-bres (p. 255).

b) Del tipo A pero B. La proposición introducida por la conjunción perorefuta el enunciado de A:

Claro, hay leyes respecto a las empresas y que las empresas deben dar vivien-das a los trabajadores. Pero de nada sirven esas leyes. Y los trabajadores mineros,que en gran parte sustentan la economía del país, al fin y al cabo ni su casita pue-den tener (p. 25).

c) Del tipo A pesar de que A, B o Pese a que A, B. En estas combinacio-nes la proposición del discurso aludido es refutada por otra proposiciónque se ofrece como verdadera.

Pese a que se dice que la educación en las minas es gratuita, siempre tenemosque comprar uniformes, libros, plastoformos, diferentes clases de pinturas, laboresy demás materiales que se necesitan (p. 236).

2. De exclusión. Ambas proposiciones pertenecen al discurso de Domitila.

a) En vez de A, B:

Creo que en vez de gastar dinero en armamentos se tendría que aumentar elpresupuesto para la educación... (A. T., p. 199).

b) No A mientras B:

Nosotras no vemos ninguna solución a nuestros problemas mientras no cambieel sistema capitalista en que vivimos (p. 223).

c) Cláusulas de negación implícita:

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Si la empresa quisiera podría establecer corredores limpios y sanos allí dentro(P- 26).

Si la empresa quisiera que almuercen los trabajadores a su hora, podría darleslo mismo a ellos (p. 26).

Otras modalidades importantes en la argumentación de Domitila son las dejerarquización de los argumentos: «lo importante», «lo primordial», «lo másprimordial», «lo pero», «lo peor del caso», «qué bueno», etc. Por ejemplo:

Lo importante es que estemos bien encauzados en la lucha de la clase trabaja-dora y que cada uno haga lo que se le asigne según sus posibilidades (p. 45).

Y las de la veridicción: «Es que», «la verdad es que», «en realidad», etc. Porejemplo:

En realidad así es, porque Bolivia se halla sometida a las empresas trasnacio-nales que controlan la economía de mi país (p. 18).

Vemos entonces que el discurso de Domitila contiene las modalidades ca-racterísticas de la argumentación. Además de las obvias de la aserción y lasdeónticas (deber ser, tener que ser), aparecen modalidades típicas de la argu-mentación con combinación de proposiciones que pertenecen al discurso de Do-mitila que se oponen a proposiciones de un discurso «oficial» que se trata de re-chazar o refutar. De esta manera Domitila presenta su discurso como la versiónverídica y el discurso oficial como la visión falsa de la realidad.

De los argumentos de Domitila pueden extraerse ciertas leyes ideológicasbásicas que conciernen a sus tópicos discursivos primordiales:

Sobre Bolivia:

a) Es un país rico en materias primas pero su población está sumida en lapobreza.

b) Está constituida por una minoría dirigente corrupta que explota al pue-blo trabajador.

c) Presenta un cuadro de injusticia social que debe ser cambiado.d) El cambio de estructuras sociales sólo será posible mediante un cambio

político que instaure a la clase trabajadora en el poder.

Sobre el proletariado:

a) Sufre la explotación del sistema capitalista.b) Produce la riqueza pero no participa de los beneficios.

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c) Necesita luchar contra el sistema por medio del sindicato.d) Debe mantenerse unido porque sólo bajo un frente común puede lograr

el triunfo.

Sobre la mujer de la clase trabajadora:

a) Sufre la explotación del sistema capitalista.b) Ofrece sostén económico que suplementa el salario del hombre o lo

sustituye en caso de ausencia masculina.c) Necesita organizarse y participar activamente en la lucha.d) Debe formar hijos concienciados.

Todas estamos despiertas es el testimonio de mujeres nicaragüenses que tu-vieron una participación activa en el movimiento revolucionario que depuso ladictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua. Aunque se trata de testimonios devarias mujeres vertidos en entrevistas efectuadas por Margaret Randall en Nica-ragua podemos analizarlos como el discurso colectivo de la mujer que fue ins-trumento decisivo de la lucha y que ha alcanzado un alto nivel de conciencia-ción.

Estos testimonios tienen como isotopía la labor revolucionaria de las muje-res en el campo y en las ciudades, su participación activa en la lucha, su laboren el proceso de reconstrucción del país bajo un modelo socialista.

Los tópicos narrativos que predominan son:

1. El relato de la acción bélica: las descripciones más completas incluyenplanes, preparativos, análisis de posibilidades, exposición de propósi-tos, relación del ataque o del operativo en sí, desenlace. Este discursoestá marcado por modalidades de aserción, proposiciones performati-vas narradas en tiempos pasados. Las construcciones son de conse-cuencia (causa-efecto).

2. Se historizan los acontecimientos otorgándoles un valor de verdad. Laveracidad se adquiere nombrando a los agentes de los actos y dandodetalles sobre aquellos que intervinieron en la acción y pormenores desu actuación.

3. Contrastan los objetivos del proceso revolucionario y los logros alcan-zados.

4. El grado de confluencia entre voluntad y capacidad de acción alcanza-da por las mujeres integradas a la lucha.

5. La relación del proceso de incorporación de mujeres en la revolución.Las razones que motivaron a la mujer a participar. Experiencias de laintegración de la madre impulsada por la participación de los hijos.

6. La relación hombre-mujer durante la dictadura somocista, durante la

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revolución y bajo el gobierno sandinista. La formación del «hombrenuevo».

7. La labor de la mujer en la sociedad nicaragüense actual.

Las mujeres que hablan en Todas estamos despiertas lo hacen a través deun yo emisor que ha alcanzado un alto grado de concienciación. Es un «yo»inmerso en la voz colectiva de su pueblo y en la acción común. Este «yo»tiende a desaparecer para dar lugar a voces despersonalizadas como «uno», ocolectivizadas «nosotras», o «las mujeres». En el discurso de la comandanteMónica Baltodano su experiencia personal en la zona norte se despersonalizapara convertirse en una narración de la experiencia común de muchas muje-res:

Y fíjate bien una cosa: a veces entre los colaboradores se daba que no te ubica-ban como responsable, sino como mujer. Entonces no le ayudaba uno lo mismoque al hombre. Incluso, vos sabes que vivir uno en una casa de seguridad y creerque como está una mujer ahí de huésped, la mujer tiene que ayudar a barrer, ayu-dar a cocinar, a lavar los tTastes, y uno con un motete de cartas que tenía que con-testar... Entonces que la colaboradora entendiera que uno era responsable, esocostaba (p. 115).

Esta despersonalización del yo enunciador es una constante en el discursode todas las mujeres entrevistadas. Habla una combatiente campesina:

Yo realmente no puedo decir que sentí dura la montaña, tal vez en el aspectodel frío, de los zancudos y todo, pero como una miraba a los compañeros y todosvivíamos la misma experiencia, sufríamos la misma cosa y luchábamos por lomismo, no se sentía. Más bien uno se sentía alegre (p. 187).

Esta despersonalización del discurso de las mujeres sandinistas tiene una ra-zón ideológica. Es el pueblo el que lucha y la participación individual sólo tieneefecto cuando se canaliza a través de la acción colectiva. La referencia a la ex-periencia compartida es una constante. Habla otra campesina:

¿Y qué me decís de los hijos de las mujeres del Cua? Les dicen las mujeres delCua a varias compañeras que fueron capturadas y torturadas y violadas, muchasde ellas, en el lugar que se conoce por Cua. La historia mía no es única. Aquí haymuchas mujeres que pueden contar bestialidades, y muchas otras que no puedencontar nada porque no sobrevivieron lo que les hicieron (p. 133).

La isotopía de estos discursos es la revolución sandinista como epopeya li-bertadora de la sociedad nicaragüense en la cual la mujer ha tenido una partici-pación decisiva como forjadora de su propia liberación.

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Los tópicos narrativos de estos testimonios dan lugar a una serie de argu-mentos básicos que constituyen principios ideológicos fundamentales del dis-curso de la mujer sandinista:

La revolución sandinista:

a) Es una epopeya liberadora del pueblo nicaragüense.b) Es un instrumento nivelador de dicotomías de oposición: rico-pobre,

hombre-mujer, viejo-joven, urbano-rural.

El gobierno sandinista:

a) Dirige la reconstrucción del país dentro de un modelo socialista.b) Fomenta el progreso económico y el bienestar social.

Las organizaciones femeninas:

d) Tienen como finalidad la reivindicación de la mujer.b) Fomentan la liberación de la mujer a través de su participación políti-

ca.

La mujer de los sectores populares:

a) Es el pilar del hogar a nivel económico, ideológico y emotivo.b) Busca en la revolución la liberación de la explotación de su clase y la

liberación de su condición de mujer explotada.

Hemos visto testimonios de mujeres hispanoamericanas en tres etapas delproceso político. El discurso de Ramona Caraballo, en una etapa de preconcien-cíación dentro de un sistema capitalista de dependencia. El análisis de los enun-ciados ha revelado características propias del discurso de la sumisión. El testi-monio de Domitila muestra el proceso de concienciación de la mujer con unplan de acción que se enuncia por medio de un discurso de persuasión. El testi-monio de las mujeres sandinistas muestra el discurso de la mujer concienciada,es el discurso de la acción, la lucha por la liberación y la reconstrucción actual.En realidad, todos estos discursos forman un discurso único por medio del cualla mujer hispaoamericana expresa su historia, sus anhelos y preocupaciones, surealidad presente y sus aspiraciones futuras.

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