semanario: ¿no puedes parar?

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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN VANGUARDIA | LUNES 7 DE JUNIO DE 2010 | NO.225 | WWW.SEMANARIOCOAHUILA.COM Con el aumento de casinos ha crecido el número de adictos al juego. Aquí los testimonios de quienes han perdido su vida en las maquinitas ¿NO PUEDES PARAR?

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Con el aumento de casinos ha crecido el número de adictos al juego. Aquí los testimonios de quienes han perdido su vida en las maquinitas

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P e r i o d i s m o d e i n v e s t i g a c i ó n

VANGUARDIA | lunes 7 de junio de 2010 | no.225 | www.semanariocoahuila.com

con el aumento de casinos ha crecido el número de adictos al juego. aquí los testimonios de quienes han perdido su vida en las maquinitas

¿no puedesparar?

2 VANGUARDIA Lunes 7 de junio de 2010

|| Diccionario de autores

Nadie es homogéneo, análogo, todos son una mezcla de… Una pizquita genética de fulanito, otra

de menganito y una cucharadita de perenganito. Si no lo crees, ve cómo metes en una licuadora un tantito de éste, más del otro y un puñito de aquél,

y luego verás quién sale:

LA LICUADORA

LA fAUnAen Un DOs pOR tRes Por Alfredo García

Ilustración: Estefanía Barrera

Oscar Lara Lorenzo De MonteclaroCornelio Reyna Carlos Navarrete

Ignorancia: “El mejor modo de disimular los límites del propio saber es no traspasarlos”: Giacomo Leopardi.

1. La libertad de ex-presión tiene enemi-gos fácticos que por

primera vez se encuentran más del lado del dinero que del poder. Del dinero ile-gal, se entiende, que por lo demás tiene congestionados los bancos del país y ame-naza con envenenar las ar-cas de los partidos políticos. Hoy por hoy, el periodismo se ha convertido en un oficio peligroso, particularmente el que se ejerce en los me-dios impresos. Los medios audiovisuales se han con-vertido involuntariamente en los propagandistas de la capacidad económica y la capacidad de fuego de los cárteles, informando día tras día sobre ejecuciones, decapitaciones, persecu-ciones, balaceras y uno que otro encarcelamiento.

2.Los reporteros de la sección policiaca trabajan en condi-

ciones propias de los repor-teros de guerra, en la oscuri-dad de la noche y sin chaleco antibalas. En esta mal plani-ficada guerra contra el narco, el Gobierno federal no es capaz de garantizar su integridad física, como en general tampoco la de cual-quier civil que se encuentre por dramática casualidad en medio de una balacera, ya se trate de un niño, de un ado-lescente, de un estudiante universitario, de un obrero o de una ama de casa. En medio de los ataques entre los propios cárteles o de si-carios contra miembros del Ejército, ni los elementos de la Cruz Roja tienen asegu-rada su seguridad personal, como sí ocurre en cambio en las guerras formales, civi-lizadas.

3.Paradójicamente, los periodistas del Dis-trito Federal trabajan

en una zona tranquila, segura, cómoda, a pesar de sus 20 mi-llones de habitantes y de que en ella se concentre buena parte del poder económico y político del país. En cambio, los reporteros de Nuevo Lare-do, de Monterrey, de Torreón, de Ciudad Juárez laboran a salto de mata, con peligro de sus vidas. Mientras el Estado mexicano no retome el control de la totalidad del territorio na-cional, el oficio periodístico no podrá cumplir cabalmente con su responsabilidad profesional. La policía y el Ejército deben garantizar el ejercicio de esta profesión, como en general la del comerciante, la del agricul-tor, etcétera. Es lo menos que puede solicitarse en el cuarto año de esta prolongada y esté-ril campaña contra los poderes fácticos del narcotráfico.

Libertad de expresión

sI yO fUeRA pResIDente¿Se imagina sentado en la silla que ahora ocupa Felipe Calderón? Luis Carlos Castro Valle,

Perforador y especialista en tatuajes temporales

1 Tomaría acciones para frenar la corrupción y la violencia que ejerce la

autoridad. Pugnaría por una me-jor preparación de los policías, en cuanto al trato que deben de tener con la ciudadanía. Ahorita lo úni-co que pasa es que cada vez que la gente ve a un policía le tiene mie-do, porque no sabes con qué perso-nas te estás topando.

2Promovería mayor acepta-ción hacia las personas que les gusta esto del tatuaje.

Hay mucha discriminación, nos cae tanta gente que dice ‘oye, cómo me puedo quitar este tatua-je’, porque en las empresas no los quieren aceptar. Crearía alguna instancia que los protegiera.

3Apoyaría el talento de cha-vos en las diferentes disci-plinas, deportivas, artísti-

cas. Hay demasiado talento. Lo único que pasa es que cuando hay alguien bueno aquí, llegan de otro país, se lo llevan y noso-tros nos quedamos sin nada.

4 Haría programas educativos para que la gente co-

nociera sus leyes. La gente es víctima de abuso porque no cono-ce sus leyes.

5 Repartir los recursos con mayor equidad, que fuera parejo en todos los sec-

tores, porque si el Gobierno te apoya, tú estás con él y no hay necesidad de que andes comprando el voto.

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| ménage à trois Únete al trío y opina en:http://untriodetres.blogspot.com/

Ella dice: ¿Muertos?, ¿levantados?, ¿ejecutados? Todo eso se olvida gracias al Mundial de Futbol. Ahora los temas de debate son si irá Felipe Cal-derón al juego inaugural entre México y Sudáfrica, si Gio estará resentido con Javier Aguirre, si Ponchito trabajará para TV Azteca o para Televisa, si tendremos la suerte de que el Perro Bermúdez se quede afónico antes del 11 de junio.

Y como en este país nos encanta el melodrama, y nuestro futbol es como una telenovela con gran presupuesto, pues todos los ojos están enfocados en lo que hace nuestra querida “decepción nacio-nal”. Este culebrón futbolero ya comenzó con las declaraciones del papá de Jonathan Dos Santos en contra de la selección mexica-na y las lágrimas de Giovanni por la partida de su hermano.

Pero esto apenas es el inicio, ya vendrá el drama cuando Chi-charito no pueda meter goles, o cuando lleguen los penales, ese fantasma que siempre persigue a México cada mundial. ¿Las pe-nas con futbol son menos? Yo creo que no, pero somos masoquis-tas y ahí estaremos, frente a la pantalla de televisor, con matraca en mano y nuestros comentarios de director técnico, esos jamás faltan.

Él dice:¡Pero por supuesto!

¿Pues qué esperaban? ¿Que le apostáramos al desánimo, a la depresión? ¿Que dejáramos pasar la extraordinaria opor-tunidad de conducir a las hordas de palurdos iletrados al consumismo?

Si de lo que se trata es de hacer negocio, de incre-mentar el margen de ganancia, no de preocuparse de si la discusión pública está dominada por la filosofía.

Además, para eso tenemos a los políticos: para ocu-parse de los temas importantes, de la agenda global, de las

bolsas de valores, de las fluctuaciones cambiarias, de la tensión planetaria creada por las bravatas norcoreanas y los excesos ju-díos.

Así que ustedes a ocuparse del Mundial. Hagan sus quinie-las, prepárense para sufrir con los juegos de la Selección y, una vez que ésta sea eliminada, para atestiguar el surgimiento de un nuevo campeón del mundo.

Y no piensen: eso es malo para la salud, nomás acarrea pro-blemas, insatisfacciones y úlceras gástricas. Ya hay suficiente gente en este mundo ocupándose de pensar por ustedes. Lo im-portante es el futbol, ponerse la verde, apoyar a la Selección… todo lo demás es superfluo.

Gay dice: Táchenme de mariconazo aguafiestas, pero lo único que fal-taba era un mes completo de gente idiotizada frente al televi-sor. Como si no bastara con los miles de distractores que ya tenemos para que las televisoras, los políticos, los empresa-rios y el crimen organizado anden a sus anchas jodiéndose a

este país. Cuál crisis, cuál educación, cuál sistema de justi-cia, cuáles ejecutados, cuál corrupción, todos eso pasó a segundo término y ahora la discusión de todos los días es si la alineación del la selección es la adecuada, que si los comerciales de Javier Aguirre son una burla, que si el Giovani Dos Santos se va a deprimir porque no invitaron al hermano y no sé qué tanta cursilería más. Todos sabe-

mos el resultado: la Selección no pasará de octavos de final, si bien le va. Si tan sólo pusiéramos la mitad de la pasión por el futbol a discutir cómo mejorar este país, la verdad no estaríamos como estamos: en el hoyo. Yo

no me pongo la verde, mejor me la fumo, pa’ relajarme y no hacer corajes.

Dicen que tres cabezas

piensan mejor

que una... ¿será?

¿Las penas con futbol son menos?

Si algo tenía claro al momento de salir con alguien era que no debían pasar de los 24 años. Y no por-que yo sea un enfer-mo que busque carne

fresca, sino por una sencilla razón: a esa edad, ellas todavía no domi-nan el arte de la manipulación.

La verdad mi política me fun-cionó bastante bien porque mien-tras yo las buscaba chiquitas, ellas preferían la aparente madurez de mis treintas y me veían con ojos de admiración, tanto, que hasta

les daban risa mis bromas.Todas eran, cada una en su

momento, guapas, tiernas, com-prensivas, entregadas, atentas, consentidoras, detallistas, diga-mos que ideales para hacer vivir a cualquiera en un eterno paraíso.

Lo único malo era que terminaban perdidamente enamoradas y yo, no po-día con semejante respon-sabilidad.

Con esto no quiero sonar egocéntrico, no se equivoquen, estoy cons-ciente que no se enamo-raban de mí por mis atri-butos sino por inmadurez.

Incluso podría asegurar que mu-chas de ellas traían el vestido de novia en la cajuela, cosa que real-mente me causaba terror porque yo no quería nada serio y cuando se daban cuenta de que mis in-tenciones eran muy pero muy li-geras, huían despavoridas de mi frialdad.

Por todo lo anterior y por Cin-thia, me di cuenta que debía subir mi rango de edad. La conocí en una cata de vinos en Monterrey (tip: buen lugar para ligar). Yo iba con un amigo que acaparó la aten-ción de dos diputados a quienes les daba una cátedra de democra-cia. Ella era amiga de una de las atareadas anfitrionas así que, so-litarios y aburridos los dos, nos conocimos en la mesa del Chianti, supongo que ambos buscábamos algo de carácter que nos hiciera pasar la noche más amena. No pa-saron ni dos copas de vino cuando ella dijo: ¿Y no quieres probar otra cosa?

Mentiría si dijera que no me sorprendió su pregunta y que no hallé qué decir, sólo atendí con la misma inmediatez de su impulso, tomé las llaves del auto y la enca-miné hacia el elevador. No sean ordinarios, no lo hicimos en el elevador, sino en la azotea del edi-ficio. Prohibido no tocar.

Cuestión de madurez

Por Máximo Verso|| Prohibido no Tocar Escríbele a: [email protected]

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Lunes 7 de junio de 2010 VANGUARDIA 5

6 VANGUARDIA Lunes 7 de junio de 2010

es una enfermedad difícil de reconocer y muchos la padecen en silencio. Un estudio revela que en Torreón ya existen 20 mil personas adictas al juego. en Saltillo todavía no hay un estudio formal, pero las historias de ludopatía ya comienzan a inquietar la tranquilidad de muchos hogares. Aquí las voces de quienes fueron deslumbrados por estas máquinas...

P o r v i o L e T A r o D r í G U e z y f r A n c i S c o r o D r í G U e z

f o T o S : D A n i e L b e c e r r i L y L U i S S A L c e D o

CRECE LUDOPATÍA EN COAHUILA

“La ludopatía es una enfermedad silenciosa, no hueles a alcohol o te ves con los ojos hinchados. No hay síntomas visibles” explica Javier González, director del centro, quien fue un jugador compulsivo por mu-chos años sin que su familia lo detec-tara.

Una deuda de 600 mil pesos fue lo que hizo reaccionar a Javier, quien encontró un tratamiento para ludó-

patas en Estados Unidos y hoy in-tenta rehabilitar a adictos como él. Explica que los jugadores que no pueden parar necesitan ayuda, ya que incluso muchos llegan a delin-quir o prostituirse con tal de tener dinero para seguir apostando.

Ésa realidad no es lejana de Sal-tillo y Torreón, donde el hábito de ir a jugar ya ha sido adoptado como un entretenimiento más. Basta un

recorrido para darse cuenta cómo esto que parece un juego está pro-vocando divorcios, endeudamiento, remate de propiedades, suicidios y prostitución.

En Torreón, uno de los casos más graves de ludopatía, es el de una se-ñora conocida como “Juanita”, quien a sus 58 años de edad, se ha quedado en la miseria por su afición a las ma-quinitas conocidas como “tragamo-nedas”.

“Juanita”, viuda hace dos años, se vio en la “necesidad” de vender su casa para continuar jugando y actual-mente su figura desaliñada deambu-la, ya entrada la madrugada, entre las máquinas de los casinos ubicados en el fraccionamiento Campestre La Rosita de esa ciudad.

Ella no quiso hablar mucho del tema, sólo confesó a Semanario ha-ber perdido no nada más los 200 mil pesos que le pagaron por su vivienda, sino que también se gasta las pocas ganancias que obtiene con motivo de la venta de tamales que ella mis-ma cocina, de ahí que en los casinos de Torreón ya la conocen como “La Tamalera” o la mujer que pide pres-tado para pagar el taxi de regreso a su casa.

En Saltillo, uno de los casos más famosos fue el de una maestra que

De tres años a la fecha, los casinos en la entidad han ido en aumento hasta sumar 14 establecimientos, con ellos ha crecido también el número de personas que de-sarrollaron una compulsión por el juego. Coahuila no se salva de los más de dos millones de ludópatas que existen en el

país, esto de acuerdo a las cifras del Centro de Tratamien-to Compulsivo-Ludopatía Samadhi.Javier González Herrera, director de este centro casi úni-co en México y con sede en Chihuahua, realizó un estudio donde Torreón registra 22 mil personas adictas al juego, cifra menor pero igual de alarmante en comparación con los 80 mil ludópatas localizados en Monterrey y 85 mil en Guadalajara.

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llegó a rematar tres casas que había logrado comprar luego de 20 años de trabajo. La última propiedad la puso en remate por 150 mil pesos.

En la búsqueda de historias, Semanario se topó con un joven de 28 años que estaba dispuesto a narrar su experiencia en los casinos de la localidad. Cuál fue la sorpresa que con tal de seguir apostando quiso vender su tes-timonio a este medio: “¿cuánto me pagan por la entrevista?” dijo a la reportera, quien se negó a pagar.

También nos encontramos con una joven que está intentando pa-gar sus deudas para salir de la lu-dopatía, quien manifestó que ojalá desaparecieran todos los casinos, porque debido al juego, uno de sus amigos se suicidó al no poder pa-gar sus deudas.

Historias similares se ven to-dos los días en los casinos que operan en la entidad, hay quie-nes piensan que lo único que han traído estos lugares, aparte de las grandes pérdidas económicas, es una descomposición social.

Jugadores compulsivos ha-blan con Semanario sobre cómo se han adentrado en un túnel donde la luz no parece llegar.

“ViVía EN uN muNdo dE faNtasía”El rumor de la máquina sonaba como una cascada melodiosa. Las luces eran un arco iris que envolvían las pupilas. Tere sen-tía que se moría, que su cora-zón se detenía. La adrenalina le emanaba por los poros. En cues-tión de minutos, de un pestañeo, Tere estaba ganando 44 mil pe-sos en uno de los cinco casinos que hay en Torreón.

Todas las mañanas presentía que ése iba a ser su día de ga-nar y no se iba del casino hasta cumplir una de las máximas del jugador compulsivo: El jugador no sale hasta que pierde todo.

Ella no lo sabía o más bien no lo quería aceptar. Tuvieron que pasar tres años para que Tere, una mujer de 45 años, se diera cuenta. Tuvo que perder un ne-gocio de joyería, tener conflic-

Es común ver a la gente con amuletos o hablándole a las máquinas, incluso hay quienes mojan el monitor con un spray de buena fortuna.

muchas personas mienten y cuando reciben llamadas se inventan que están en otra par-te. Ésa es una alerta.

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Instaladas en el centro de la ciu-dad, la máquinas tragamonedas son la esperanza de los desem-pleados y jubilados.

Doña Rosa presiona con ra-pidez las teclas cubiertas de mugre, sigue con la mirada la luz roja que se pasea por los di-bujos de frutas. Dice en voz alta “manzana” y la luz termina en esa imagen. De pronto saltan las monedas de cinco pesos.

“Es la pura suerte”, dice mien-tras manda a su nieta a cambiar un billete de 50 pesos por mone-das de cinco pesos.

En los mercados y algunas tiendas, son la atracción princi-pal de las mujeres mayores. Se-gún explica una dependienta, la renta es barata y oscila entre los

mil pesos por mes.Ella desconoce a cuánto as-

cienden las ganancias pero asegura que los encargados se llevan diariamente hasta tres bolsas repletas de “morralla”.

En la calle Narciso Mendoza. A las afueras del Bar Plaza. Dos máquinas tragamonedas reci-ben a los parroquianos.

Como si se tratase de un ca-sino al puro estilo Las Vegas, los jugadores se aferran a ganar, con un poco de tambaleo presionan los botones, su esperanza es obtener un poco más de dinero para regresar a la cantina.

De acuerdo a la PGR, en el 2009 sólo se decomisaron cua-tro máquinas de este tipo en Saltillo.

tos con su marido, darse cuenta que abandonó a sus dos hijos y reconocer que su salud no era la misma.

“Estaba perdiendo a mi fami-lia. Soy diabética desde los 40 años y mi salud no estaba bien. Sentía una ansiedad horrible; no podía dormir, me daba miedo quedar en una noche de esas. Ya no disfrutaba jugar. Era una des-esperación”, cuenta Tere, desde un local donde cada cuatro días se reúnen jugadores anónimos en Torreón.

Pero la historia de Tere se teje desde pequeña, cuando gustaba jugar a la lotería. Después llegó el primer casino a la ciudad, el Yak, una especie de bingo. En ese entonces Tere acudía oca-sionalmente con sus amigas, sus primas, sus tías. Perdía 300 pesos en una tarde pero se iba contenta. Era diversión.

Luego llegaron los casinos a Torreón y empezó a visitarlos para “pasar el tiempo”. Tere iba los fines de semana o cada 15 días y siempre con el consenti-miento de su esposo, un agente de ventas.

Tere platica que se sentía en las nubes por el trato y que al principio perdía mil pesos en una tarde y salía temblando del casino. Después, sin darse cuen-ta, acudía con más frecuencia y ya no iba acompañada de sus amigas, sino que se paraba sola. “Buscaba mañanas, tardes y no-ches para ir”, dice.

“Te levantas y sólo piensas a qué hora voy a tener tiempo de ir a jugar, te da la ansiedad”, menciona Tere, quien como joyera, salía mucho a la calle a cobrar a los clientes y siempre traía dinero consigo. Fue la rui-na: con dinero en mano esa an-siedad la llevó a refugiarse en la atmósfera de los casinos.

Tere llegó a pasar en un ca-sino hasta 10 horas seguidas y alcanzó a perder hasta 15 mil pe-sos de una sentada. En el casino, explica, se olvidaba de todo y las enfermedades se le olvidaban. Vivía en un mundo de fantasía donde el sonido y los colores

de las máquinas la volvían loca. Pero cuando en el fondo de su bolsa ya no encontraba un peso, salía del lugar.

“Sales mentándote la madre, queriéndote matar, queriendo hacer de todo y es cuando re-vienta todo, sales a tu realidad. Me decía que era una pendeja, que si ya traía dinero, por qué me quedé. Nunca intenté qui-tarme la vida, pero sí lo pensé, porque llega un momento que estás hasta las chanclas de deu-das, que no sabes cómo vas a sa-lir, que piensas en que vales más muerta”.

La joyería de Tere se hundió después de 20 años con ella. Se metió en problemas con agiotis-tas y con los bancos por no pagar sus deudas. Lo que ganaba en su negocio, en lugar de reinvertirlo se lo tragaban las máquinas de su casino preferido. Lo hacía con una sola idea: recuperarse. Sin embargo, es un círculo vi-cioso del adicto al juego: “si ga-nas, porque ganas y si pierdes, porque te vas a recuperar”.

Sus niveles de deuda, recuer-da, alcanzaron los 700 mil pe-sos, “y porque ahí topé, quizá hubiera seguido”, dice. Incluso, en una ocasión, llegó al punto que le dijo a su esposo que no tenía dinero para el negocio, él le ayudó con un préstamo de 200 mil pesos. Pagó 100 mil y la otra mitad los jugó. “Cualquier dinero que te caiga lo juegas. El dinero te quema la mano”.

- ¿No se enfrentó con esas deudas a problemas judiciales?, pregunta el reportero.

- El juego te lleva a tres lu-gares: cárcel, suicidio o muerte (o locura). Mucha gente roba y causa problemas de cárcel. Lle-gan a la locura. Gracias a Dios, a mí no me pasó. Después de no jugar me fui recuperando.

- ¿Qué se ve en los casinos?- De todo: gente que sufre,

gente pidiendo dinero, chismes, gente enferma. Me tocó en la noche una señora que iba ga-nando y le dio una embolia de la emoción.

- ¿A qué grados llegó usted?

Te levantas y sólo piensas: ‘a qué hora voy a tener tiempo de ir a jugar’, te da la ansiedad. Cualquier dinero que te caiga lo

juegas. El dinero te quema la mano”.

Tere, ludópata de 45 años.

MAqUINITAs AL ALCANCE DE TODOs

Lunes 7 de junio de 2010 VANGUARDIA 9

Guillermo Solís Perales, médico psiquiatra y psicoterapeuta, expli-có que la ludopatía al igual que la depresión tienen alta heredabilidad y para cortar el ciclo, los pacientes necesitan ayuda profesional.

Detalló que la ludopatía es un trastorno del control de los impul-sos y según la clasificación más reciente del Manual Estadístico de los Trastornos Mentales, es un problema donde el individuo expe-rimenta imposibilidad para modu-lar sus impulsos.

“Antes de llevar a cabo la apuesta de dinero o de bienes se genera una gran ansiedad, y generalmente es mitigada cuando el paciente entra a jugar y a descifrar la suerte, que es uno de los factores que más ansie-dad le generan”

Solís Perales, quien se desempe-ña como director del Centro de Sa-lud Mental, recordó que anterior-mente se consideraba la ludopatía como un problema únicamente del sexo masculino.

“Antes a la ludopatía se le deno-minaba juego patológico, posterior-mente se le clasificó como tahure-ría, haciendo referencia los tahures, y haciendo referencia a que era una alteración mental casi exclusiva del sexo masculino”

Señaló el especialista que hoy

se tienen índices de prevalencia de uno a uno. Por cada varón que jue-ga, hay una mujer que juega y con una tendencia mucho mayor. Dijo que las mujeres en etapa producti-va entre los 25 y 35 años de edad son las más propensas.

Guillermo Solis, médico psiquia-tra y psicoterapeuta, explicó que el tratamiento debe ser integral. En primer lugar, recomendó acudir con un profesional de la salud mental.

“En su mayoría se tienen que medicar, son pacientes que suelen tener invertido el ciclo de sueño vi-gilia. Duermen en el día y juegan de noche”.

Además Solís Perales expuso que se requiere una red de apoyo psicológico, con el fin de atender al cónyuge, y a la familia.

- Enloqueces, le hablas a las máquinas, las besas, todo lo que hace uno; uno anda desesperada porque le dé dinero.

Pero Tere ya no disfrutaba. Jugaba con desesperación. En más de dos años su marido no se dio cuenta de los problemas de su esposa. Viajaba mucho y entonces Tere llegó al grado de mentirle, de esperar a que ha-blara a las 11 de la noche de otra ciudad, colgar con él y sobornar a sus dos hijos (una hija de 17 años y un hombre de 10) para que no le dijeran nada a cambio de darles dinero de las “ganan-cias”. La mujer salía de casa a las 11 de la noche, dejaba ahí solos a sus niños y regresaba a las tres, cuatro de la mañana.

Su marido notó su problema debido a los problemas econó-micos. Le reclamaba a Tere pero ella lo negaba, se excusaba que era poco dinero y que no iba diario. Su esposo contrató a al-guien para que la siguiera y lo comprobó: diario Tere pisaba el casino.

La obligó a ir a Monterrey a una reunión de jugadores anóni-mos. Su matrimonio pendía de un hilo. A Tere le importó poco y siguió jugando. Se ahogaba.

Tere aceptó su adicción al juego un nueve de julio de 2008. Su matrimonio se desmoronaba

y a sus hijos los había abando-nado. Perdió su confianza y la vergüenza y por si esto fuera poco, su salud no estaba del todo bien. La ansiedad la carco-mía por dentro. Volvió a viajar a Monterrey y se abrió como las compuertas de una presa: lloró. Aún así recayó en tres ocasio-nes. Lo más difícil, comparte, fue la aceptación.

Pidió el apoyo de su familia y lo tuvo. A sus hijos les pidió que no la dejaran sola. Durante tres meses vivió con chaperona, una prima que la acompañaba a to-dos lados. Empezó a reconstruir su negocio y su prima hacía los cobros. Tere no tocaba el dine-ro; su prima lo guardaba y se lo reportaba al esposo.

Decidió entonces fundar en Torreón la Asociación de Juga-dores Anónimos. La mayoría de sus asistentes son mujeres, quizá porque se sienten solas, opina Tere. Actualmente son sólo 15 personas las que asisten regularmente a las reuniones. Reconoce que puñados de per-sonas entran por la puerta y al rato están de vuelta en los casi-nos, incluso gente que ya perdió casas, coches y familia.

A Tere le gustaría que los ca-sinos tuvieran un horario o que por lo menos colocaran alguna advertencia del peligro de la

Son pa-cientes que suelen tener in-

vertido el ciclo de sueño- vigilia. Duermen en el día y juegan de noche”.

Guillermo Solis, director del ceSAme.

‘NECEsITAN MEDICARsE’

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adicción al juego, como en los cigarros. “La adicción al juego es muchas veces peor que cual-quier otra adicción”, sentencia.

EspEraNdo EL día dE suErtE Alejandro dice que es como una droga. Cuando sus dedos se des-lizan sobre el tablero, el tiempo se detiene. Nada parece existir a su alrededor . Un hormigueo le recorre el cuerpo, su corazón late al ritmo de la máquina de juegos y ganar es lo único en su mente.

Engancharte es fácil, según Alejandro basta una dosis de “ser ganador” para no poder dejarlo. Su ludopatía comen-zó cuando su amiga Susana lo invitó al cine y como llegaron tarde, le propuso ir al casino. Alejandro recuerda que llevaba sólo 100 pesos en efectivo, era la primera vez que visitaba un lu-gar de juego y sin saber usar las máquinas ganó mil pesos.

Al llegar a casa experimen-tó diversas sensaciones; estaba extasiado, feliz y exhausto. Esa noche armó un plan perfecto. Ganaría lo suficiente para ha-cer crecer su negocio de ropa y seguiría jugando todos los días. “Voy a ganar”, pensó.

A las nueve de la mañana del día siguiente ya estaba esperan-

do a que abrieran. Se jugó los mil pesos que había ganado, sacó dinero del cajero y apostó más. Terminó yéndose a casa de madrugada y con 3 mil pesos perdidos.

No pudo ni encender la ra-dio del carro, estaba abatido y le ardía la garganta por los ci-garrillos que había fumado. “Ya no voy a perder dinero”, dijo, pero pasaron dos días para que Alejandro pensara que la suerte había regresado.

“Es que había prendido la te-levisión y vi una pirámide, supe que era una señal de que iba a ganar en la máquina de pirámi-des, nada más amaneció y me fui al casino”.

Ni siquiera se miró al espejo antes de salir de casa, llegó di-recto al casino, “Ándale chiqui-ta”, le susurraba a la máquina. Apostaba lo máximo permitido y seguía sin detenerse. Sólo pa-raba para darle una calada al ci-garro o para beber refresco.

No lograba ganar, “Game over”, alertaba la máquina. A punto de retirarse, le surgió la idea de que si presionaba una vez más, las figuras de la má-quina podrían formar un línea y con ellas ganar.

Presionó con más fuerza, ce-rró los ojos y pujó. La máquina comenzó a celebrar y sin darse

Había prendido la televisión y vi una pirámide, supe que era una señal de que iba a ganar en la máquina de pirámides,

nada más amaneció y me fui al casino”.

Alejandro, un joven ludópata que todavía no busca ayuda.

Es muy común ver en los Casinos de saltillo a personas de edad avanzada que con el pretexto de pasar un rato de diversión, se juegan la jubilación.

Lunes 7 de junio de 2010 VANGUARDIA 11

De acuerdo al Centro de Tratamiento contra el Juego Compulsivo Samadhi, si respondes “sí” a por lo menos siete preguntas, necesitas buscar ayuda.

1. ¿Dejas de ir al trabajo o a la escuela por el juego?2.¿Has causado infelicidad en tu vida por el juego? 3.¿Tu reputación fue afectada por el juego?4.¿Has sentido alguna vez remordimiento después de jugar?5.¿Has jugado alguna vez para obtener dinero para pagar deu-das o resolver problemas financieros? 6.¿Disminuyó tu eficiencia y ambición a causa del juego? 7.¿Después de perder, sentiste que tenías que volver lo antes posible para ganar y recuperar tus pérdidas?8.¿Después de ganar, sentiste que tenías la necesidad urgente de volver para ganar más?9.¿Jugabas a menudo hasta perder tu última moneda?10.¿Pediste prestado alguna vez para financiar el juego? 11.¿Has vendido algo alguna vez para financiar el juego? 12.¿Te sentiste reacio a usar dinero del juego en gastos nor-males? 13.¿Te hizo el juego que descuidaras tu propio bienestar y el de tu familia? 14.¿Jugaste alguna vez por más tiempo del que tenias pla-neado? 15.¿Has jugado por escaparte de una preocupación o proble-ma?16.¿Alguna vez has cometido, o has pensado cometer un acto ilegal para financiar el juego?17.¿El juego te ha causado dificultades para dormir?18.¿Las discusiones, desilusiones o frustraciones te han crea-do la necesidad urgente de jugar? 19.¿Has sentido alguna vez una necesidad urgente de cele-brar cualquier fortuna, con un par de horas de juego? 20.¿Has considerado alguna vez la autodestrucción o el suici-dio como consecuencia del juego?

cuenta de pronto tenía a un grupo de “mirones” a su espalda.

Todos querían ser parte del triunfo de 5 mil pesos, pero a Ale-jandro no le gustó que las personas respiraran en su espalda, dice que sintió que aspiraban su suerte. Se paró rápido a la caja, cobró y se cambió de máquina.

Durante todo ese primer mes, era febrero del 2008, Alejandro apostó sin parar. Nadie en su fami-lia sabía de su vicio, ni siquiera su novia. Sólo su amiga Susana, quien como él, también perdió los estri-bos en el juego.

Narra que en una ocasión mien-tras jugaba junto a ella, le confesó que apostaría la colegiatura de su hijo, total si perdía le llamaría a su ex marido y le contaría que la asal-taron.

“Ya después supe que algunas veces se prostituía. Susana se iba con los compañeros del trabajo o con los papás de los compañeros de su hijo, eso le permitía seguir jugando”.

Alejandro nunca pensó que lle-garía a esos extremos y aunque no tuvo que recurrir a las prostitu-ción, tres meses después de haber comenzado a jugar, sus ahorros se acabaron, fue entonces que invitó a su novia al casino, le pidió que lo acompañara para que le diera suer-te y le prestara un poco de dinero.

“La llevé pero no le dije que yo ya estaba yendo todos los días, le dije que íbamos a probar suerte”.

La novia de Alejandro sufrió el mismo proceso, se enganchó y pronto ya era ella quien presionaba

a Alejandro para ir al casino.“Nuestra relación se deterioró,

ya ni queríamos tener sexo, prefe-ríamos apostar y ella se la pasaba en el casino, mucho más tiempo que yo. Perdía y llegaba a la casa enojada, muy irritable”.

Alejandro platica que en un año perdió el interés en su trabajo, sur-te poca mercancía y ni qué pensar en poner más sucursales porque ya se había gastado todo su ahorro. Confiesa que ya ni siquiera lo emo-cionaba la idea de casarse.

“Dejé cine, antros, fiestas fami-liares y siempre invento que tengo algo que hacer para no ir a las re-uniones, eso es bien común. Ya sólo me divierto en los casinos”. Sólo quería jugar, ya había recorrido to-dos los casinos de la ciudad y sabía cuales máquinas “eran ganadoras”.

Alejandro ha llegado a gastar hasta 30 mil pesos en los cuatro días en que va a los casinos. “Se me van 8 horas sin darme cuenta. Ten-go las deudas de la tarjeta de crédi-to, debo como 50 mil pesos”.

Confiesa que su adicción va a tal grado que sueña con casinos. En su último sueño las máquinas se en-cendían a su paso, los números apa-recían en la pantalla y ganaba tanto dinero que podía volver a jugar una y otra vez.

Las ganancias de su negocio, que suman 30 mil pesos mensuales, las apuesta. Dice que hay veces que hasta se queda sin comer. Alejan-dro sabe que tiene un problema, “soy adicto”, confiesa, pese a ello no le importa seguir. Algo le dice que la suerte está cerca.

AUTODIAgNósTICO

12 VANGUARDIA Lunes 7 de junio de 2010

Lunes 7 de junio de 2010 VANGUARDIA 13

|||| Por Alfredo García

|| Los menesteres del ocio

sUpeRménDez El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos) Por J. Latapí

La mano de Dios. En Viena, el joven Schubert conoció a Antonio Salieri (¿recueda usted al famoso envidioso de la película “Amadeus”, al que pintan como el verdugo de Mozart, cuando en realidad fue un honorable músico, talentoso y profesional, hecho que no interesó a los genios de pacotilla de Hollywood?) el cual quedó muy im-presionado con su talento. En una oca-sión Salieri, confesando su impotencia como maestro, exclamó: “Él debe ser enseñado por el mismo Dios” .

Cómic. Durante sus últimos meses de vida, martirizado por una sífilis mal curada con mercurio, sustancia que terminó por causarle envenena-miento (es conocida la definición que Flaubert asentó en su Diccionario: Mercurio: Mata la enfermedad y al en-fermo”), Schubert se hizo aficionado al escritor John Fenimore Cooper, uno de los primeros autores yanquis que alcanzó fama fuera de los Estados Uni-dos, particularmente gracias a su obra “El último de los mohicanos”. Los libros de indios y cow boys fascinaron a los niños europeos –entre ellos el mismí-simo James Joyce- durante todo el si-glo XIX, antes de conquistar el mundo entero cuando fueron trasladados al cómic y a la pantalla de cine, donde se convirtieron en la primera gran apor-tación cultural que los norteamerica-nos hicieron al mundo.

Incrédulo lector. Franz Schubert

(1797-1828) escribió trece óperas, algu-nas de tema hispánico, entre las que se cuentan: “Los amigos de Salamanca”, “Alfonso y Estrella”, “La guerra domés-tica”, “El castillo de la voluntad demo-niaca” y “Fierabrás”. ¡Aunque usted no lo crea!

Brahmsiana. El gran compositor Johannes Brahms (1833-1897), célebre por su disciplina y autocrítica, que contrastaban con el culto al genio, a la musa y a la inspiración de sus con-temporáneos, los músicos románticos, dijo en una ocasión: “Componer no es difícil, lo complicado es dejar caer bajo el escritorio las notas superfluas”. Otra noche, saliendo de una reunión de amigos, espetó: “Si hay alguien aquí a quien no he insultado, le pido per-dón”. En una cena celebrada en Berlín en honor suyo, el anfitrión, deseando ensalzar al gigantesco autor del Deuts-ches Réquiem, propuso un brindis “por el más grande de los compositores”. Brahms se levantó de inmediato de la mesa y, alzando su copa, dijo: “Por Mozart”. George Bernard Shaw, escri-tor satírico inglés, de ingenio algunas veces mecánico y gratuito, escribió sobre él: “Brahms es como (el poeta Alfred) Tennyson: un músico extraor-dinario con la mentalidad de un me-diocre policía de provincia.”

Honestidad. “No hay mujer honesta que no haya soñado alguna vez con de-jar de serlo”: La Rochefoucauld.

Respuestas: 1) a; 2) c; 3) d: 4) b; 5) b; 6) c; 7) a; 8) d.

|||| Por Miguel Agustín Perales

|| claro que ud. lo sabe

1. O. Henry es el seudónimo del escritor norteamericano …■ a) William Sydney Porter: ■ b) Aldous. L. Baxter; ■ c) Edmund Stevens Langer; ■ d) Hector Hugh Munro.

2. El Número de … expresa la relación entre la velocidad de una corriente o un cuerpo y la velocidad del sonido en el medio que los circunda.■ a) Fibonacci; ■ b) Planck; ■ c) Mach; ■ d) Hahn.

3. Di quella pira es un aria de la ópera …, de Verdi.■ a) Aída; ■ b) Rigoletto; ■ c) Luisa Miller; ■ d) El trovador.

4. “La gente, por lo general, riñe porque no sabe discutir”. Es este un aforismo de …■ a) Julio Cortázar; ■ b) Gilbert K. Chesterton; ■ c) José Lezama Lima; ■ d) Miguel de Unamuno.

5. El alquimista, médico y astrólogo suizo Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim es mejor conocido como …■ a) Hermes; ■ b) Paracelso; ■ b) Nostradamus; ■ d) Anubis.

6. … (“Nuestro Señor el Desollado”) era, entre los nahuas, el dios de la fertilidad y la renovación de la vegetación.■ a) Topiltzin; ■ b) Chicome-Ehécatl; ■ c) Xipe-Totec; ■ d) Copil.

7. El perro de la escribana es una novela de …■ a) María Luisa Mendoza; ■ b) Brianda Domecq; ■ c) María Luisa Puga; ■ d) Guadalupe Dueñas.

8. El sustantivo sirgo, del que proviene el antiguo sirguero (moderno jilguero), significa …■ a) cuerda de esparto; ■ b) ave melodiosa; ■ c) flor de pétalos cerrados; ■ d) paño de seda.

SemAnArio

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m.I.A• Kala• 2007

UffIe• Sex Dreams and Denim Jeans• 2010

the KILLs• Keep Your Mean Side• 2003

suena a…

Por esteban cárdenas

Las películas basadas en jue-gos de video son de las más difa-madas entre la

crítica, ya que suelen ser proyectos oportunistas diseñados para apro-vecharse del éxito de un juego y ge-nerar algo de dinero, sin importar la calidad del producto final; lo mismo suele suceder cuando se desarrolla un videojuego basado en una pelí-cula, que en sitios como Metacritic, con algunas excepciones, suelen ser destrozados por los críticos. Los videojuegos y el cine no se llevaban bien, hasta ahora. Puntos para el productor Jerry Bruckheimer y el realizador Mike Newell por lograr in-yectarle a El Principe de Persia sufi-ciente carisma e ingenio como para convertirla en la mejor adaptación fílmica de un juego de video que yo haya visto.

Que quede claro que decir que El Príncipe de Persia es la mejor del género, entre cintas tan malas como Resident Evil o cualquier deplorable obra “maestra” del realizador ale-

mán Uwe Boll, es como decir que la Big Mac es la mejor hamburguesa de McDonalds, así que no esperen nada particularmente nutritivo de esta película, pero sí un montón de carbohidratos fílmicos y el senti-miento de satisfacción bobo y ca-lórico que sólo te puede brindar la comida chatarra.

El Príncipe de Persia se basa en el exitoso videojuego del mismo nombre, y nos cuenta, muy al estilo de otras películas producidas por Bruckheimer (Los Piratas del Ca-ribe, La Leyenda del Tesoro Perdi-do) una historia simplona que está relativamente bien contada y muy palomera.

El príncipe Dastan (Jake Gyll-enhaal), un noble y despreocupado guerrero, es el hijo adoptivo del Rey de Persia, y después de una traición por alguien muy cercano a él, es exi-liado del reino, y se une de mala gana con la princesa Tamina (Gemma Ar-terton) para proteger una daga con poderes misteriosos que podrían al-terar para siempre su mundo.

La relación entre Dastan y Tami-na está bien desarrollada, a pesar de tratarse de una historia bastante superficial. Entre Gyllenhaal y Ar-

terton hay buena química, y el rea-lizador logra construir un romance que evoluciona de manera divertida entre sus protagonistas, lo que le da una base narrativa relativamente sólida, para construir una película de acción y fantasía genérica pero entretenida.

Entre toda la hiperactividad, la brincadera, los espadazos y las ex-plosiones, destaca el buen trabajo actoral de Gyllenhaal y Ben Kings-ley, pero quien se lleva la cinta es Alfred Molina, que es sencillamente genial como el Sheik Amar, un ca-nalla con un corazón de oro que vive evadiendo los impuestos y organi-zando unas divertidas carreras de avestruces, que termina por ayudar a Dastan en su aventura.

El personaje caricaturesco al es-

tilo de Disney de Molina y algunas otras puntadas cómicas bien lo-gradas, son algunos de los detalles que demuestran que Bruckheimer y Newell supieron cómo tomar un material riesgoso (un videojuego) y adaptarlo a una película con algo de dignidad.

Aunque no es una obra maestra, El Príncipe de Persia es suficiente como para pasar un par de horas bastante entretenidas en el cine refugiado del calor. La diversión dura lo que estás en la sala, y aun-que salgas y se te olvide a los quin-ce minutos, a diferencia de decep-ciones blockbusteras veraniegas como Robin Hood, con El Principe de Persia sí sentirás que obtuviste algo semi-decente a cambio de tu dinero.

RADARPor Esteban Cárdenas

[email protected]

La música que hacen los Sleigh Bells suena como si un camión lleno de la década de los noventas conducido por Jack White hubiera atrope-llado a Lil´ Jon mientras este tomaba cognac con The Nep-tunes: si bien no es algo nece-sariamente sofisticado, vaya que el sonido de este dueto integrado por el multi-instru-

mentista Derek E. Miller y Alexis Krauss en las vo-cales, es original.

A finales del 2009 un demo de Sleigh Bells dio vueltas por el internet tan rápido como si fuera pornografía, y tenía alborotados a miles de blogue-ros hasta que M.I.A los firmó a su sello discográfico N.E.E.T, donde lanzaron este LP tan anticipado.

Treats es un álbum abrasivo e ingenioso de electro-noise-punk-quien-sabe-qué-mas muy rui-doso, como si para grabarlo hubieran utilizado los afamados amplificadores de Spinal Tap que en lugar de llegar a 10 en su manija de volumen llegaran a 11.

Hay que darles crédito a éstos por su origina-lidad y su inventiva para convertir ingredientes sencillos en algo que suena tan fresco y novedoso. El disco rebosa de guitarras punketas, acompaña-das por ritmos hip-hoperos sintéticos y unos co-ros pegajosos que seguro estarán sonando en las pistas de baile de todo el mundo. Si Treats, con todo su ruidoso y divertido desmadre no hace que te sangren las orejas, seguro te pondrán a mover la cabeza como si tuvieras 17 y te acabaras de to-mar tu primera caguama mientras escuchabas un disco de Ministry.

VIDeÓDROmO

sleigh Bells• Treats• 2010

mike newell • 2010

EL PRíNCiPE DE PERSiAUNA HiSToRiA SiMPLoNA qUE ESTá RELATiVA-MENTE biEN CoNTADA Y MUY PALoMERA

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