secretos de los jedi

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  • 8/10/2019 Secretos de Los Jedi

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    SECRETOS DE LOS JEDI

    por JUDE WATSON

    CAPTULO 1Qui-Gon Jinn no poda dormir. Como todas las noches pasaba algn tiempo intentndolo, pero

    al final decidi dejar de intentar descansar.

    No lo entenda. Como Jedi, l estaba acostumbrado a dormir en cualquier lugar, en todo tipo

    de condiciones. Haba dormido en bodegas de carga y hangares de puertos espaciales y sobre

    un montn de piezas de robot. Haba dormido cuatro horas en medio del campo durante una

    lluvia torrencial. Cuando necesitaba dormir, le deca a su mente que se vaciase y a su cuerpo

    que se relajase, y ellos obedecan.

    Pero en el pasado, nunca haba tenido que lidiar con su corazn.

    Por que haba hecho lo prohibido. Se haba enamorado de otro caballero Jedi. Se haba

    comprometido con ella. Y ella haba muerto. l estaba pagando un precio que estaba contentode pagar, porque los pocos das de amar y de saber que era amado valieron la pena. Pero,

    cmo poner rehacer su corazn? Tahl le haba cambiado. Lo haba hecho todo, y ella le haba

    roto con su muerte. Qui-Gon no pudo encontrar la manera de volver a recomponerse.

    As que no pude dormir. l y su padawan, Obi-Wan Kenobi, haba estado en el Templo Jedi

    desde haca semanas. Yoda haba llamado de nuevo para lo que haba esperado fuese una

    reunin de informacin para una misin, pero no haba habido ninguna misin. "Necesitamos

    de jornadas de reflexin a su padawan," haba dicho Yoda. "Importante son los das de accin."

    Ha habido mucha accin ltimamente. Misin despus de misin. El Senado estaba fracturado,

    desgarrado por intereses especiales, por los clanes en guerra y las alianzas.

    Parece que hay un montn de cosas que Qui-Gon y Obi-Wan podran hacer, pero Qui-Gon no

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    quera enfrentarse a Yoda, por lo que qued. Pero las semanas en el Templo slo hicieron que

    la falta de sueo de Qui-Gon fuese a peor. Camin por los pasillos vacos en la noche. Las

    lmparas de luz se apagaban hasta llegar a un color azul suave, por lo que es un tiempo de

    descanso para dar un paseo. Pareca que en cada sala, en cada habitacin, se celebraba el

    recuerdo de Tahl, pero no corto los recuerdos. Trat de dejar ir su dolor por su compaero, su

    amor. Abri su mente y se fue sencillamente.

    Se encontr, al final de una larga noche, de vuelta cerca de su cuartel. Qui-Gon vacil. l no

    estaba dispuesto a regresar a su pequea habitacin y me quedo mirando las paredes.

    "Alegrarme de que despierto estar." Dijo Yoda al escabullirse hacia delante, apoyndose en su

    bastn Gimer.

    Parpade a Qui-Gon. "Y por qu, mi amigo, no se encuentra usted durmiendo?"

    Qui-Gon no quera hablarle de su corazn a Yoda. Le encantaba el Maestro Jedi, pero no quera

    confiar en l. Nunca le haba dicho a Yoda de sus sentimientos por Tahl, y no tenia Yoda

    necesidad de saber lo cerca que Qui-Gon haba estado de violar las reglas de la Orden Jedi. As

    que en lugar de la verdad, dijo, "Creo en la paz para caminar.""Mira que veo muchas cosas en ti", dijo Yoda. "Pero la paz no es una de ellas."

    Qui-Gon no respondi. No se encogimiento de hombros o de espaldas, ni deje caer los ojos.

    Saba Yoda sera capaz de leer el mensaje tcito. l no estoba dispuesto a hablar de ello.

    "Necesitas una misin ahora, verdad," dijo Yoda.

    Qui-Gon asinti con la cabeza. "Y que tengas una para m. Ya es la hora".

    Tras l, oy unos pasos suaves. El olor del rico t vino a su nariz, su favorito, una mezcla de

    hojas de una planta de Sapir, verde y fragante.

    Deba de ser cerca de la madrugada, entonces. Obi-Wan haba tenido tiempo de prepararle el

    t y llevrselo a su cuarto por la maana temprano. Qui-Gon haba suavemente trat de

    disuadirlo, l no quera que su padawan se quedase esperndole. Pero Obi-Wan, a su propiamanera obstinada, segua apareciendo. Qui-Gon era a la vez irritado y tocado por esto. Obi-

    Wan no conoca los detalles. Pero l tena ahora dieciocho aos, edad suficiente para hacer

    una buena conjetura en cuanto a lo que haba pasado en Apsolon entre su Maestro y Tahl.

    Poda sentir la profundidad de la tristeza de Qui-Gon, y l sintia que tena que hacer algo para

    ayudar, no importa cun pequeo fuera.

    Qui-Gon poda sentirlo dudar ahora, detrs de un pilar. l no quera interrumpir conversacin

    de su Maestro con Yoda.

    "Un paso adelante es posible, Obi-Wan", dijo Yoda. "Las preocupaciones solo logran que ms

    preocupado estes

    Obi-Wan sali de las sombras. Yoda lo vio todo en un solo vistazo la pequea tetera en la

    bandeja, la taza humeante, la expresin de preocupacin en los ojos de Obi-Wan.

    Su mirada se volvi a Qui-Gon. En esa mirada de Qui-Gon poda leer la verdad. Yoda saba de

    sus paseos nocturnos. Yoda saba del t que Obi-Wan llevaba todas las maanas. Y tal vez ni

    siquiera saba acerca de Tahl. Cmo poda Qui-Gon haber olvidado que haba tan poco que

    Yoda no saba?

    Yoda no los haba llamado de nuevo para dar a Obi-Wan una oportunidad para reflexionar. l

    los haba llamado de nuevo por amor a Qui-Gon.

    "No estoy listo para dejarte ir", dijo Yoda. "Sin embargo, dejarte ir, tengo ".

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    CAPTULO 2

    Todo empez con un muchacho al que le gustaba construir cosas.

    Talesan Fry tena diez aos. l hace mucho tiempo se aburra en la escuela. l prefera estar en

    casa, en su habitacin, en colaboracin con los dispositivos que l mismo haba construido. A

    la edad de ocho aos, haba establecido un sistema de comunicaciones en su casa que se

    activaba utilizando la voz para rastrear sus movimientos. A la edad de nueve aos, que haba

    descubierto la manera de conseguir dar al sistema una lectura falsa para que su madre no

    estuviese muy segura de dnde estaba o qu estaba haciendo. Ahora, a la edad de diez aos,

    se haba dedicado a espiar a sus vecinos. Tal vez se trataba de un ejercicio normal para un

    nio, pero en este caso, Taly haba hecho un esfuerzo especial para espiar a los vecinos que se

    esforzaban mucho para no ser escuchados.

    Entrar en los canales de comunicaciones principales de su mundo natal de Cirrus era

    demasiado fcil. Pero a Taly lo que le gustaba hacer era estar al acecho. l queria entrar en los

    canales seguros, ms all de las puertas de seguridad, abriendo una tras otra, con algunos

    retoques y pinchando su sistema. Nunca escuch nada muy interesante. Polticos. Agentes deseguridad. Presidentes corporativos viciosos. Nadie con un valor demasiado grande , en su

    opinin. Sin embargo, se mantuvo al acecho, porque a l le gustaba hacer lo que estaba

    prohibido.

    Y entonces un da oy algo interesante. Al principio, no fue lo suficiente para levantar la

    cabeza, incluso desde el sof-cama, donde haca volar con indiferencia el modelo de un

    speeder de Gion por control remoto. Oy un rpido intercambio, una comunicacin sobre un

    trabajo por hacer.

    "Negativo", dijo alguien. "los misiles de conmocin atraeran demasiado la atencin en un

    lugar cerrado."

    .. "no estara de ms que prestes atencin a lo que dice nuestro patrn , porque no ests

    haciendo el trabajo, si hay sangre por culpa de hacer una explosin para limpiar el camino se

    hace y listos ... "

    Poco a poco, Taly levant la cabeza.

    "Si tratas de hacer eso, tu tendrs a la mitad de la fuerza de seguridad galctica detrs de ti .

    Tienes que estar entrando y saliendo, tranquila y rpida.."

    "Crees que el lder de los encapuchados"

    "Sin nombres." La voz era cortante. Taly ahora tena la oreja contra el transmisor. Haba

    activado una barra de grabacin.

    Sus ojos se agrandaron mientras escuchaba. Poda escuchar cinco voces distintas y no le llevmucho tiempo darse cuenta de que eran cazadores de recompensas. Cinco cazadores de

    recompensas trabajando juntos? Taly no saba mucho acerca de cazadores de recompensas,

    pero saba lo suficiente como para estar seguro de era una alianza muy inusual.

    Saba que haba tropezado con algo grande. Hablaban de una cita en algn planeta, para

    cometer un asesinato. Que ya se haba elegido la fecha, y que slo tenan catorce das estndar

    para prepararse. Esto era algo que no poda guardarse para s mismo. Tena que hacer algo y

    esto era lo peor de todo, tena que decrselo a sus padres.

    Una hora ms tarde, despus de que l hubiese armado de valor, les trajo la barra de

    grabacin. Sus padres se alarmaron demasiado para castigarlo. Se pusieron en contacto de de

    inmediato con la seguridad de Cirrus, que lo notific a la seguridad galctico en Coruscant.

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    Finalmente, la historia de un muchacho que tena informacin sobre un complot de asesinato

    muy importante se abri paso hasta la Comisin Investigadora del Senado sobre la

    delincuencia organizada en el Ncleo y el Borde Medio. La comisin se haba quedado

    estancada durante dos meses por la cuestin de si el alcance de su investigacin deba incluir

    el Borde Exterior. Las noticias de Taly les golpearon como una descarga elctrica, provocando

    en ellos una accin que se haban mostrado reacio a tomar. Lo llamarn para ser su testigo

    estrella.

    En el momento en que esa peticin les llego a la familia Fry un Cirrus, la noticia de la grabacin

    de Taly haba llegado a los suficientes funcionarios de seguridad, senadores, y ayudantes

    senatoriales para hacer pudiese haber sido transmitida por la HoloRed. No pas mucho tiempo

    hasta que un funcionario corrupto encontrase a la persona adecuada deseosa de sobornarlo.

    Al cabo de dos das, Talesan Fry estaba marcado de muerte por los cazadores de recompensas

    que l haba escuchado.

    Los padres de Taly saban lo suficiente para darse cuenta de que su nio haba aterrizado en

    medio de una gran cantidad de problemas. Se decidi mantener la barra de grabacin y a ellos

    mismos en Coruscant. Se dejara Taly testificar en secreto, y eso sera el final del asunto.

    La noche antes de que fueran a salir, fueron atacados en la mitad de la noche. El ataquefracaso no slo a causa de la arrogancia del atacante. Los cazadores de recompensas nose detuvieron a considerar que un nio capaz de infiltrarse en su sistema decomunicaciones seguras tambin sera capaz de dar forma a un sistema de seguridad ensu propia casa que podra confundirlos.Taly y sus padres escaparon en un aerodeslizador que despeg desde el techo cuando lasluces y las alarmas sonaron. El cazador de recompensas, trabajaba solo, porque los

    cinco haban decidido que slo uno era necesario, para encontrar el dispositivo degrabacin. l utiliz un misil de concusin para destruir la casa. Us el doble de

    potencia de fuego que necesitaba. l estaba molesto.Ahora Taly y sus padres estaban en la clandestinidad, con miedo a moverse, con miedoa la confianza. La comisin del Senado se dio cuenta de que haba estropeado estetrabajo pidi ayuda a los Jedi. En una galaxia en la que nadie se fiaba de nadie, se tenaan confianza a los Jedi. Los padres de Taly les permitiran acompaar a la familia aCoruscant.

    El planeta Cirrus era conocido por sus mares de oro y sus ciudades encantadoras. Los Jedi

    aterrizaron en el puerto espacial de la ciudad capital de Ciran. La ciudad se extenda alrededor

    de una gran baha que serva para hacer rebotar la luz, convirtiendo el cielo en amarillo plido.

    Dos soles naranja brillaban por encima. La combinacin de la luz dorada y los soles brillantes

    tena un efecto impresionante, como si el aire fuese demasiado brillante para ver.

    Los seres humanos eran nativos de Cirrus, pero las calles estaban atestadas de muchas

    especies. La ciudad fue construida en dos niveles, con negocios por debajo y por encima de las

    residencias. Tubos de elevacin y rampas estaban estacionados a intervalos regulares. Ciran

    era una ciudad que trataba de controlar su trfico areo, haciendo el caminar agradable y fcil

    para sus ciudadanos. Grandes toldos de tela fuerte, y flexible se extendan por los pasillos,

    proporcionando sombra y eliminando algunos de los reflejos. Se agitaban como banderas de

    colores entre las sombras como arco iris.

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    "Hay que tener cuidado que no nos sigan," dijo Qui-Gon, cuando tomaron el tubo haciaabajo desde el nivel empresarial del puerto espacial. "Los cazadores de recompensas,sin duda, esperan que el Senado envi algn tipo de seguridad para recoger a Talesan.Estarn mirando, esperando que puedan alcanzar a los Frys "."Yo no noto nada ", dijo Adi Gallia. "Siri?"

    Obi-Wan no haba visto a Siri Tachi con su maestra en aos. Sinti un nuevo sentido derespeto cuando Adi se volvi a su padawan. Por primera vez desde que haban abordadola nave, junto al templo, Obi-Wan realmente mir a su amiga. Siri era ms alta, sinduda, pero tambin se comportaba de manera diferente. No era que su postura fueramenos agresiva. Ella haba crecido a gusto con sigo misma. Su propia belleza se habavuelto completamente molesta para Siri, pero Obi-Wan vio que estaba ms cmodo conella. Ella no trataba ya de ocultarla, simplemente a ella no le importaba.Siri dud antes de contestar, como si quisiera estar segura. "Nada."

    " Bueno Siri tiene una extraordinaria sensibilidad a las advertencias de la Fuerza", dijo Adi a

    Qui-Gon. "Ella nos ha sacado de bastantes aprietos."

    "Bueno, yo puedo sentir el peligro, pero Adi nos saca de l", puntualizo Siri, mirando a su

    Maestra con una sonrisa.

    "Slo para estar seguros, vamos a caminar un poco antes de dirigirnos a donde los Frys", le dijo

    a Qui-Gon.

    Taly y sus padres se haban mantenido en movimiento, ya que su casa haba sido destruida.

    Haban optado por esconderse en la densamente poblada ciudad, pasando de un hotel a otro,

    de una habitacin contratada a otra habitacin contratada, no queriendo poner a sus amigos

    en peligro. Los Jedi haba recibido las coordenadas de su escondite actual aterrizar. Los Frys les

    esperaban.

    Ellos se haban refugiado en un albergue que atiende a los residentes temporales, los seres

    que viajaban a Cirrus con frecuencia por negocios. La posada no se anunciaba y era conocidaslo entre la red de viajeros de negocios. No tena ningn signo exterior, slo una puerta en el

    anonimato. El padre de Taly haba sabido de ella a travs de sus contactos.

    Los Jedi esperaban en un callejn a pocos pasos de distancia, slo para asegurarse de que no

    fueron seguidos. Cuando estuvieron seguros, se dirigieron a la puerta y pulsaron el botn al

    lado de un monitor de seguridad.

    "Introduzca el nmero de su cdigo", pidi una voz desde el monitor.

    "Nosotros no lo tenemos," dijo a Qui-Gon. "Estamos buscando"

    "Pulse arriba." El monitor destello.

    Qui-Gon pulso el botn de nuevo. "Nos espera uno de sus residentes", dijo rpidamente,tratando de no parecer molesto.

    "Nombre?"

    "Yanto". Era el nombre debajo de que se esconda la familia Fry.

    "Un momento".

    Fue ms que un momento, pero la puerta se abri. Los Jedi se deslizaron hacia el interior. Una

    pesada cortina gris estaba inmediatamente delante de ellos. La hicieron a un lado y se

    encontraron en una pequea sala circular. Una mesa redonda estaba en el centro de la sala. El

    joven que estaba sentado detrs de ella tena una expresin de gran aburrimiento. Tena el

    pelo largo, lo bastante para llevarlo suelto sobre los hombros."No estn", dijo. "Lo he comprobado."

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    "Nos gustara esperarlos en su habitacin," dijo Qui-Gon. El joven se encogi de hombros.

    Adi dijo secamente. "Salieron diciendo que volveran a entrar, no?"

    El empleado mir su pantalla de datos. -Supongo que s. "

    "Entonces nos vamos para arriba." la voz de Adi son con autoridad. El joven empuj una

    tarjeta de claves sobre la mesa.

    "La Suite es la 2344, tengan la bola

    Los Jedi entraron en la turboascensor. Les llevo rpidamente a la planta superior. Encontraron

    la habitacin. Qui-Gon llam, y cuando no hubo respuesta, inserto la tarjeta de claves. Una

    serie de nmeros aparecieron, y la puerta se abri.

    La habitacin era modesta. Dos sofs cama estaban en un hueco, y una mesa de pie contra una

    pared. Pantallas de video y de datos estaban empotradas en la pared. Una ventana daba a la

    calle, pero estaba cubierta por una cortina gris.

    Siri miro las desprotegidas bolsas de viajes cerca de los sofs cama. "Parece que podra ser",

    dijo. "Sus tiles bsicos todava estn aqu."

    "As que nos esperamos", dijo Adi.

    Qui-Gon fue a la ventana y desliz la cortina ligeramente. Mir a la calle. Obi-Wan vio su

    rostro.

    "Llegamos con demasiada facilidad", dijo Qui-Gon.

    "Nos esperaban ", dijo Adi.

    "No pidieron nuestros nombres."

    "No pareca importarles mucho el tema de la seguridad", dijo Obi-Wan."S, pareca anunciar su indiferencia," murmur Qui-Gon, con los ojos clavados en lahabitacin.

    Siri se inclin a examinar las bolsas ms de cerca. Ella toc algunos artculos arrojadosen el extremo del sof-cama. De pronto, se enderez."Algo est mal", dijo.Qui-Gon volvi su aguda mirada. "Dinos"."Ellos no van a volver." Siri indic los elementos a sus pies. "Yo lo he sentido. Estosartculos son de camuflaje. Debera haber algo personal aqu, y no la hay.""Su casa fue destruida", dijo Adi. "No podran haber cogido ningn objeto personal deall." Ella dijo que esto no como un reto, sino como una observacin, tratando deenfocar el pensamiento de Siri.

    "Eso podra ser verdad", dijo Siri. "Pero an as. Ellos han estado aqu durante tres das, eso

    nos dijeron. Debera haber pruebas de que han estado viviendo aqu. Una miga de comida. Un

    hilo suelto. Una mancha en la ropa. Una arruga. Un perfume. Algo".

    "Y el secretario". Dijo Qui-Gon, pero no termin su pensamiento.

    "Si sentan que haban sido localizados aqu..." dijo Siri.

    Obi-Wan mir a los otros. No haba sentido nada, ningn aumento del lado oscuro. Haba

    sentido slo la inquietud normal de estar en un lugar extrao, sabiendo que lo que ellos

    estaban buscando estaba siendo perseguido. Sinti un destello de envidia haca Siri, que

    pareca sintonizar con los pensamientos de Qui-Gon.

    En ese momento, Siri levant la vista. Su mano vol a la empuadura de sable de luz.

    Qui-Gon ya estaba en movimiento, colocndose a un lado de la puerta. "El secretario judicial.

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    l viene", dijo, al tiempo que la puerta se abri de mientras el fuego de blaster les ataca a

    travs del aire.

    CAPTULO 3

    El ser que irrumpi por la puerta se pareca poco al aburrido secretario. Ahora llevaba

    armadura de tejido negro que le cubra el cuerpo. La funda de un rifle blaster y unavibroespada cruzaban su espalda, tena un lanzacohetes de mueca atado a sus antebrazos. Su

    largo pelo rubio se extenda detrs de l, mientras entraba rodando en la habitacin como un

    droideka, sorprendiendo a los Jedi por su ngulo de ataque inusual.

    Hizo rodar una granada de fragmentacin Merr-Sonn en el centro de la habitacin. Explot

    inmediatamente, enviando metralla en todas direcciones. Se dio la vuelta a y de un salto, logro

    ponerse en cuclillas detrs de una escudo ligero.

    Qui-Gon sinti el temblor del aire con la explosin y la metralla explot a su alrededor. Salt

    frente a Obi-Wan y Siri para protegerlos. Era difcil, incluso para un Maestro Jedi desviar la

    metralla de la granada. Fue algo rpido, imprevisible, al azar. Tom toda la ConcentracindeQui-Gon y de Adi para bloquearla. La metralla se abri paso a travs de sus sables de luzy se estrell contra las paredes y suelo. Unos pocos misiles golpearon en el escudo delcazador de recompensas, pero todos rebotaron.Qui-Gon vio el destello de sorpresa en el rostro del cazador de recompensas a la vista desus sables de luz. No haba duda de que haba estado esperando un grupo de agentes deseguridad del Senado, no un equipo de Jedi. l dispar dos cohetes con su mueca enrpida sucesin, a continuacin, dio marcha atrs, rodando a travs de la puerta denuevo.Al salir, lanz otra granada en el interior de la habitacin. Qui-Gon salt hacia adelante

    y lo convirti en un trozo de metal humeante antes de que explotara. Mantuvo la miradafija en el cazador de recompensas. l haba hecho una pausa por un instante en la

    puerta. Un destello de algo ilumino los ojos del cazador de recompensas, y se dio lavuelta y huy.Qui-Gon sali corriendo cuando el cazador de recompensas hizo un agujero en laventana del saln con sus cohetes de mueca y despus vol a travs de los cristalesrotos. Qui-Gon vio un cable plateado que segua una lnea haca abajo .

    Lleg a la ventana y mir hacia abajo. l slo poda ver el cable de plata deslizndosehacia abajo por el aire. El cazador de recompensas haba aterrizado en el paseo peatonal

    a continuacin. En cuestin de segundos haba sido tragado por la multitud,desapareciendo debajo de uno de los toldos de colores.Adi se par junto a l. "l estaba esperando por ellos. Supongo que nos estaraesperando durante este tiempo.""Por lo menos sabemos una cosa-dijo Obi-Wan. "l no sabe dnde estn.""Yo no estoy tan seguro de eso", murmur Qui-Gon.Se dirigi de nuevo al pasillo fuera de la maldita puerta.Se puso de pie donde el empleado haba estado. Un destello de sorpresa habaencendido sus ojos, una revelacin, a continuacin, suficiencia y propsito. Todo estoQui-Gon lo haba visto.

    El cazador de recompensas, una vez disfrazado de empleado, saba dnde se haban ido.

    Haba tan poco tiempo. El cazador de recompensas ya estaba en camino. Sin embargo, Qui-

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    Gon no dej pensar en eso. Poco a poco considero cada objeto que poda ver desde este punto

    de vista.

    El suelo del piso. La esquina de una ventana. La esquina de una pantalla de video. Una

    almohada en el sof-cama. El borde de un paquete.

    Nada.

    Qui-Gon mir en la propia puerta. A continuacin, miro el teclado que haba utilizado para

    entrar.

    "El cdigo clave," dijo. "S que en hoteles como este, el ocupante escoge un cdigo que sea

    fcil de recordar. El cdigo se introduce en seguridad y en las tarjetas individuales. El ocupante

    puede utilizar la tarjeta o introducir el nmero para entrar en la habitacin."

    Adi asinti con la cabeza.

    Qui-Gon movi una mano, y la tarjeta de la puerta vol desde donde la haban dejado en el

    umbral hasta su mano. l miro la tarjeta y tom nota de la secuencia de nmeros que brillo.

    "El cdigo que tiene escrito aqu es el 2N533," dijo Qui-Gon. "La ciudad de Ciran tieneforma de estrella de cinco puntas. Hay cinco distritos, y coordenadas y direcciones quereflejan eso. Cada direccin comienza con el nmero de distrito. 'N' podra significarnorte.""Crees que el cdigo de la llave es la direccin donde se hospedan?" pregunt Adi."Eso sera correr un riesgo", dijo Siri. "No sera que temiesen que el cazador derecompensas pudiese entenderlo?""No saba que estaba aqu Slo saban que estaba cerca, pero tuvieron que dejar susugerencia...""Adems," dijo Obi-Wan: "l no estaba seguro de que se hubiesen ido para siempreestaba esperando para ver si volvan"

    Mientras hablaban, l ya lograba acceso al mapa de Ciran en su tablero de datos."2N533," dijo. "Sin un nombre de la calle, voy a tener que cotejar... espera..." Mirhacia arriba. "Distrito 2, 533 calle Ascin Norte. Esa es la nica direccin de 533 en elsegundo distrito y tiene una denominacin norte. Tiene que ser esta.""El cazador de recompensas tiene ventaja", dijo Adi. "No podemos darnos el lujo decometer un error.""l va a pie ", dijo Qui-Gon. "As que estamos ms igualados de lo que aparenta. Por lotanto, debemos ser ms rpidos."

    CAPTULO 4

    Corrieron por las calles, sin vacilar, y sin detenerse nunca. Su entrenamiento Jedi lesayudo. Obi-Wan fue capaz de memorizar el mapa en cuestin de segundos. Siri fuecapaz de sealar los atajos. Qui-Gon y Adi usaban la Fuerza para encontrar la manerams fcil de pasar travs de la multitud.

    No vieron ninguna seal del cazador de recompensas. Cuando llegaron a la direccin,Qui-Gon y Adi se detuvieron a estudiar la fachada. Era un edificio de piedra gris, queaparece idntico a las otras residencias que lo rodeaban.Qui-Gon cruz la calle y se par delante de la puerta. Levant la mano para empujar lacampana indicador en el intercomunicador.l lo sinti antes de que llegara. Desde una ventana abierta salto dando vueltas desdearriba una gran vibroespada girando hacia abajo. Sinti el silbido del viento en su

    espalda al saltar. Un segundo ms tarde y hubiera atravesado su cabeza.Obi-Wan salt hacia delante para ayudar a su Maestro, y Adi y Siri comenzaron a

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    moverse a su alrededor, tratando de ver por las ventanas de la puerta."Parece que hay" comenz a decir Adi cuando dardos empezaron a salir volando de un

    panel oculto "trampas"."Basta ya de esto ", murmur Qui-Gon. "No hay tiempo." Desenvain su sable de luz yhizo agujero en la puerta.

    una sustancia aceitosa y resbaladiza empez a derramarse y cubrir el suelo, salpicando aQui-Gon. l se mir las botas sucias.Fuego de blaster empez a caer desde el tubo de elevacin. Qui-Gon gir su sable de luz paradesviarlo, sin moverse un centmetro. "Somos Jedi!" tron. "Basta ya! No hay tiempo!" Elfuego blster se detuvo.La puerta del tubo ascensor estaba un poco rota, con la costura abierta lo suficiente como paradar a alguien una visin limitada de mientras permaneca escondido en la habitacin. Se abriunos centmetros ms.Un nio asom la cabeza. Su cabello era rojo y pegado en mechones sobre su cabeza. Sus ojoseran de un verde vivo. Su nariz era estrecha, y les seal temblando. Junto a l estaban unhombre y una mujer. Cada uno de ellos llevaba pistolas, pero poco a poco las bajaron al ver la

    espada de luz de Qui-Gon."No s", dijo la mujer.Qui-Gon envain su sable de luz. "Nosotros lo entendemos."

    "Yo soy Nelia Fry Este es mi marido, Grove Y esto es Taly..."El muchacho seal al suelo. "Si te mueves, te resbalaras. Eso es aceite sintticomezclado con jabn. Mi propia receta.""Yo no me deslizare," dijo Qui-Gon, al tiempo que l daba un paso y se deslizaba haciaun lado. Recuper el equilibrio, pero cay de nuevo, y se desliz por la puerta del tubode elevacin. Sus manos se golpearon contra ella y su rostro era de humillacin al caer acentmetros de Talesan.

    "Cmo decas?" le pregunto Taly.Adi uso la Fuerza para saltar por encima del lquido resbaladizo y cay al lado de Qui-Gon. "Tenemos que salir de inmediato. Un cazador de recompensas se encuentra en sucamino. l tiene esta direccin."La familia se miro con preocupacin. "No importa a donde vayamos, nos volver aencontrar", dijo Grove Fry."Tenemos un plan de salida", dijo Nelia. "Tenemos bicicletas swoop en el techo."Los Jedi se apresuraron a ir con la familia a bordo del tubo de elevacin y los llevaronrpidamente a la azotea.Haba tres swoop, con el depsito lleno. "Vamos a tener que compartirlas", dijo Qui-Gon. "Talesan, vendrs conmigo."

    "Puedes llamarme Taly," dijo el muchacho. "Tengo la sensacin de que vamos a andarjuntos un tiempo.""Si ustedes dos pueden caber en un solo asiento a la vez, mi padawan puede tomar elasiento del piloto", dijo a Qui-Gon a Nelia y Grove. "Salimos de nuestra nave cerca dela plataforma de aterrizaje, en un lugar seguro."En ese momento, un transmisor en la banda de Grove parpade rpidamente. "Alguienha entrado en el edificio", dijo con preocupacin. "Taly aparejo una alarma silenciosa.""l est aqu", dijo Siri en voz baja."Le va a tomar unos minutos hacer la bsqueda," dijo Qui-Gon. "Vamos a irnos."Grove y Nelia intercambiaron una mirada. "No vamos a ir contigo.""Qu queris decir?" pidi Qui-Gon.

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    "Pap, mam?" la voz de Taly pareca de repente muy joven.Nelia se agach para mirar a los ojos de su hijo. "Pap y yo creemos que vas a estar msseguro sin nosotros. l est ahora demasiado cerca. Si esperamos y dejamos que nos veaunos segundos, nos puede seguir nosotros en lugar de a ti. Podemos llevarlo lejos de ti.Dndoles tiempo para llegar lejos de aqu "."Eso no es necesario", dijo Adi molesta. "Podemos protegerlos a los tres.""Queremos decirles esto sin faltarles al respeto", dijo Grove. "Confiamos en ustedesJedi. Pero tambin queremos dar todas las posibilidades que podamos a nuestro hijo.""Tienen que venir con nosotros", argument Qui-Gon. Permanecer aqu es un riesgodemasiado grande."Los ojos de Grove estaban llenos de una determinacin de acero."Eso lo tenemos que decidir nosotros, no tu," dijo. "Hemos hablado de esto con detalle,sabemos lo que tenemos que hacer, nada de lo que puedan decir que nos convencer yno pueden obligarnos Si podemos hacer cualquier pequea cosa para salvar a nuestro

    hijo, lo haremos. Ustedes tienen mejores posibilidades sin nosotros, especialmente sicreamos una distraccin. Es nuestra decisin. ""Vamos a encontrar nuestro camino a Coruscant", dijo Nelia a Taly. "Vamos aencontrarlo."Taly se haba quedado muy quieto.

    Nelia se enderez rpidamente. Tena los ojos hmedos de lgrimas. "Cuidad de nuestrohijo", susurr. Puso sus brazos alrededor de Taly y lo sostuvo contra su pecho. Grovefue detrs de ella y los tres se abrazaron juntos. Entonces los padres se separaron."No," dijo Taly. "Mam! Pap! No hagis esto! ellos nos pueden proteger!"

    Mirando a su pequeo hijo el rostro de los padres se deforma con el amor y el dolor."Tu puede hacer mucho", dijo Grove. "Y es algo que tiene que hacerse."Sobre la cabeza de Taly, Nelia volvi sus ojos afectados de Qui-Gon. "No hay tiempo.Iros. Por favor. Llevoslo." Su voz termin en un sollozo.Siri le puso la mano sobre el hombro a Taly. "Vamos, Taly". Ella lo llev hasta Qui-Gon y su swoop."Estn seguros de que no podemos convencerles para unirse a nosotros odos de nosotros puede quedarse con ustedes"

    "Iros", dijo Grove. "Ahora".

    Qui-Gon miro con fuerza a Nelia. "Yo lo proteger."

    Ella asinti con la cabeza pero no habl. Las lgrimas inundaron su cara. Los Jedi sintieron una

    oleada en el lado oscuro de la Fuerza. Una advertencia. l estaba cerca.

    "Agrrate a mi Taly ," dijo Qui-Gon amablemente. "Vamos a viajar muy rpido."

    Se fueron, manteniendo su aceleracin baja para no hacer ruido. A continuacin, Qui-Gon se

    hundi rpidamente en un carril inferior para que no fuesen visibles desde el edificio. Los

    padres de Taly desaparecieron de la vista.

    Senta a el muchacho detrs de l, sostenindose sobre su tnica. Senta como se le

    humedeca la tnica por las lgrimas del nio.

    CAPTULO 5

    Hicieron una escapada limpia hasta el crucero de la Repblica. La ciudad de Ciran se retir

    hasta ser una pequea mancha amarilla en un amplio paisaje. Luego se convirti en un Cirrus

    de forma redonda y amarilla rodeado de nubes. En unos minutos ms, se perdi entre las

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    estrellas.

    Adi pilotaba la nave. Qui-Gon preparaba el rumbo a Coruscant. Obi-Wan se sent, mirando a

    Siri y Taly.

    Siri no hablaba. Ella se movia por la cabina, cerca de Taly. Ella puso una pequea manta

    trmica sobre sus rodillas. Momentos ms tarde le dio de comer y beber. Taly no los toco.

    Coloco la manta alrededor de su pequeo cuerpo y se qued mirando al suelo.

    Siri finalmente lleg y se sent a su lado. Ella se inclin y le habl suavemente. Obi-Wan no

    pudo escuchar sus palabras pero vio por su postura lo cuidadosa que estaba tratando de ser. l

    vio, como poco a poco, los msculos del cuello de Taly se relajaban, cmo sus dedos ya no se

    agarraban a la manta una fuerza desesperada.

    A Siri se le cay algo de su cinturn de herramientas. Obi-Wan reconoci el cristal calentador

    que Siri siempre llevaba, de fondo azul con una estrella en el centro. Ella se lo entreg a Taly y

    cerr el puo alrededor de l, sonriendo por la forma en que calentaba su mano.

    Siri pleg sus piernas debajo de ella y se sent junto a Taly, no demasiado cerca, pero no

    demasiado lejos. Era sta la Siri que conoca? Apenas. Obi-Wan no saba que posea tal

    delicadeza. Siri nunca fue delicada. Ella deca lo que quera decir y senta una gran impaciencia

    con los que no eran directos. No le gustaban las reacciones emocionales, aunque odiaba los

    retrasos, nunca esperaba a nadie o tener que esperarse para ser atendida. A ella le gustaba

    hacerlo todo ella misma.

    Estas eran las cosas que saba sobre ella. Pero l no lo saba todo. No se haba dadocuenta de que saba exactamente qu hacer para calmar a un nio herido.De pronto, Qui-Gon se inclin sobre la consola de navegacin. "Un crucero noidentificados se acerca rpidamente."

    "Voy a aumentar la velocidad." Adi empuj los controles. "l est acelerando", dijoQui-Gon."Crees que es nuestro cazarrecompensas?""No tengo ninguna duda y por el aspecto de ese crucero, podra ser capaz de atraparnos,es un carguero ligero SoroSuub..."La boca de Adi se frunci con gravedad. "Nadie me gana en capacidad de maniobra.Qui-Gon le dirigio una sonrisa irnica. "No quise sugerir eso. Escudos deflectores

    bajando."

    El crucero de la Repblica era una nave gil, pero fue construida para transportar a

    diplomticos y servir de base para reuniones de alto nivel. Adi era una excelente piloto, pero

    ella no sera capaz de resistirse a una nave fuertemente armados de SoroSuub por mucho

    tiempo.

    Por la postura de sus hombros, ella saba exactamente cundo admitirlo ante s misma.

    "Encuntranos un puerto seguro y cercano, por si acaso."

    Qui-Gon empez a buscar en la tabla de estrellas en el equipo de navegacin. "Estamos cerca

    de Cuadrante Siete", dijo.

    "He odo ese nombre ", dijo Adi. "Pero, es un planeta?"

    "El nombre del planeta es Cuadrante Siete", explic Qui-Gon. "No est en la Repblica, no

    tiene un senador y no es particularmente amable con los forasteros, pero no se les impide el

    paso tampoco." Qui-Gon entr las coordenadas en la computadora de navegacin.Adi empuj la nave a una velocidad ms rpida. Obi-Wan y Siri se levantaron y se trasladaron a

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    podan.

    "Vamos a tener un gran impacto de misiles", dijo a los dems. "preparaos".

    Adi maniobro el barco para que el golpe cayese sobre la bodega de carga. Necesitara unclculo del tiempo perfecto y un montn de conjeturas. Ella tena que hacer que el

    cazador de recompensas pensase que haba ms hbil y logrado un golpe mortal.El barco gimi a travs del espacio, retorcindose como un sacacorchos. El grupo enteroestaba la cabina, mirando como Adi se concentraba, gotas de sudor le humedecan lafrente. Ellos vieron el flash de un can lser al ser disparado. Tenan menos de unafraccin de segundo para prepararse.La explosin sacudi la nave y se son si la nave fuera de papel a travs de la cabina.Todos rebotaron en las almohadas y colchones. Qui-Gon se sinti impotente cuando sumueca se estrell contra el borde de la consola. l uso la Fuerza para darse estabilidady equilibrio. Adi se arrastr hasta la silla del piloto.

    "Yo no esperaba hacer tan buen trabajo", murmur ella, agarrando los controles."Deja escapar un poco de humo", dijo Qui-Gon.Adi puso la nave en una espiral de muerte. Lanz la vaina de salvamento. Estaban cercade un planeta ahora, cayendo hacia abajo, hacia l.Qui-Gon tena los ojos en el radar. "l no est persiguiendo a la vaina. Todava no."Adi lo mir con preocupacin. "Est esperando a salga el fuego o que tengamos unaccidente."Qui-Gon asinti con la cabeza. "As que vamos a tener un accidente."

    Adi se apoder de los controles. Siri dejo a Taly con almohadones atados a su alrededor con un

    cinturn. Ella y Obi-Wan se cubran como podan.La nave estaba gritando ahora, echando humo. Pero Adi an tena el control. Ella simula que

    era una nave moribunda, estrechando el crculo hasta que Qui-Gon tena que cerrar los ojos

    contra el mareo que senta. Los abri una vez para ver la superficie del planeta que se

    acercaba. Los cerr de nuevo rpidamente.

    "All vamos!" grit Adi.

    No saban cmo lo hizo. La gracia y la precisin que empleo eran increbles. Ella fue capaz de

    levantarse un poco en el ltimo minuto, suficiente para la pasase a un aterrizaje de

    emergencia modificado en lugar de a estrellarse contra la superficie del planeta. Pero a partir

    de la atmsfera superior, se vera como un accidente. Ella se deshizo del combustible a

    principios de la atmosfera de modo que se viese una bola de fuego. El humo cubrira su huida.

    Qui-Gon sac su sable de luz y corto un agujero en la pared. Obi-Wan se uni a l, y a

    continuacin, Siri y Adi. Taly dio un paso atrs, con los ojos enormes en estado de shock.

    Qui-Gon tom a Taly y salt haca afuera por el agujero detrs de los otros. Ellos serefugiaron detrs de unas rocas mientras la nave explotaba."Y ahora qu?" pidi Siri."Vamos a empezar con lo bsico", dijo Qui-Gon. "Yo dira que tenemos que localizarun transporte nuevos."Taly todava tena una expresin de shock. "Es que los Jedi no os tomis un minuto

    para recuperaros?"Se fue detrs de la vaina, pero an debemos tomar precauciones", dijo Adi. "Creo que

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    Taly debe permanecer en la clandestinidad con Siri y Obi-Wan. No queremos dejar unrastro. Sabemos que hay ms de un cazador de recompensas que participa en esteasunto.""Buen punto", dijo Qui-Gon.Caminaron hacia la ciudad. El camino era polvoriento y abandonado, atajando a travs

    de un can rocoso. A mitad de camino, Adi se detuvo de repente. Ella se inclin yapret la mano contra el suelo."Hay agua cerca de aqu", dijo. "Seguidme".Se movi a travs de las rocas. Ellos la siguieron, Taly veces estaba a punto de resbalary reciba la ayuda de Siri. Adi los condujo hasta una cresta de piedra y luego hacia abajootra vez. El aire ola a fresco. Alrededor de una gran roca habia un pequeo manantial,

    burbujeante."Una fuente de agua por si la necesitamos ", dijo. Ella mir a su alrededor. "Hay cuevas quenos rodea. Puedo sentirlas."Ella se acerc a una hendidura en las rocas. Qui-Gon nunca la habra notado. l habra pensadoque era una sombra. Adi se fundido en el interior y slo vieron su mano que les haca seas.

    Era una cueva, pequea y abrigada. A pesar de que la arena estaba fra y hmeda, la cuevaestaba seca."Un escondite perfecto ", dijo Adi. "Invisible desde el aire. Con una salida fcil de defender ycerca de la ciudad." Ella se quit el paquete de supervivencia. "Vamos a estar de nuevo convosotros tan pronto como localicemos un transporte. Os sentiris cmodos aqu. "Siri mir a su alrededor a la cueva dudosa. "Si t lo dices." Qui-Gon no pudo evitar sonrerle aSiri. "Vamos a volver pronto", les prometi.Qui-Gon y Adi salieron de la cueva y siguieron el camino a las afueras de la ciudad deAsentamiento 5. La ciudad no tena barrios. Simplemente se levanta en medio de un cruce decaminos. No pareca tener espacios verdes, no centros culturales o diversiones, solo empresasy casas, todas construidas sobre una cuadrcula de calles y callejuelas.

    La ciudad se parece ms a un pueblo invadido por un centro sofisticado. Qui-Gon y Adicaminaban por las calles, con las capuchas, tratando de mezclarse. No fue difcil. Ellos eran msaltos que el promedio de Cuadrante Siete, pero no era un problema. Todos los habitantes deCuadrante Siete vestan tnicas prcticas y de color neutro, al igual que los Jedi. La mayora deellos caminaba con sus capuchas sobre sus rostros. Qui-Gon se sinti annimo entre lamultitud, y pronto se dio cuenta de por qu.

    "Estn todos tratando de mezclarse", murmur con Adi.

    "Incluso si nos reconocen como forasteros, no lo demuestran."

    Por lo general, en la ciudad principal de un mundo del Ncleo o del Borde Medio, haba un

    montn de oportunidades para comprar o alquilar speeders, y muchas veces los comerciantes

    de cruceros espaciales se agrupaban en torno a las plataformas de aterrizaje de la ciudad. Pero

    haba una extraa ausencia de negociantes en este planeta. Les tom a Adi y Qui-Gon algn

    tiempo encontrar un vendedor de speeders situado en el estrecho carril de una carretera

    secundaria.

    Un letrero laser fuera brillaba discretamente. "Nada de cruceros espaciales", dijo Qui-Gon.

    "Pero no cabe duda de que nos pueden decir dnde comprar una nave."

    Caminaron hacia interior. Los habitantes del Cuadrante Siete eran humanoides, con orejas

    pequeas y puntiagudas y cortas antenas, sus antenas tiesas tenan el aspecto del pelo

    erizado, pero estaban en sintona con lasperturbaciones del aire. El distribuidor se volvi,

    moviendo temblorosamente sus antenas.l no les pregunt qu queran, o si poda ayudarles. Se qued parado, esperando a que

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    hablesen. "Estamos buscando un crucero espacial", dijo Qui-Gon. "Yo no vendo esoaqu ", dijo el distribuidor."Pensamos que nos podra decir dnde en Asentamiento Cinco se podra comprar.""En ninguna parte se venden cruceros espaciales, a los de Cuadrante Siete no les gustaviajar fuera de su propia atmsfera...""Pero sin duda," dijo Qui-Gon con paciencia, "hay una manera de conseguir ir afueradel planeta.""Bueno, por supuesto que existe."Adi mantuvo su tono uniforme. "Tal vez podra decirnos cul es.""Esperen a el carguero que viene una vez al mes..." Qui-Gon se sinti como si legolpeasen al corazn. "Una vez al mes?"El distribuidor pareca sentir que no tena necesidad de colaborar."Puede decirnos cundo va a pasar otra vez" pregunt Adi.El distribuidor consulto un calendario en su tablero de datos. "Ah, eso sera un da de

    mercado.""Y es da de mercado...""En un plazo de cinco das estndar."Qui-Gon sac su comunicador. "Nos puede decir dnde de Cuadrante Siete que ir paraencontrar el crucero espacial? Podramos contactar con ellos y

    "Ah, eso sera en Solucin Veintitrs , ah es donde usted sera capaz de negociar por una nave

    , pero no se les puede contactar por comunicador Hay una Bloqueo de Comunicadores en

    Cuadrante Siete solo los ciudadanos con licencia pueden emplearlos los ciudadanos de a pie

    ..... No estn autorizados a llevarlos, slo el personal de emergencia lo est. El comunicador no

    va a funcionar aqu ".

    "Pero por qu estn los comunicadores fuera de la ley" pregunt Adi.

    "No creemos en el uso de los comunicadores porque hacen las distancias ms cortas y cuandolas distancias se acortan, los problemas se hacen ms grandes. Nos gusta ms lo lento enCuadrante Siete. Lo que me recuerda, se necesita un permiso para enviar un mensaje deHoloRed fuera del planeta. Si no ser objeto de seguimiento y archivado, tambin. ""Y quin tiene acceso a los archivos" pregunt Adi. "Todo el mundo. Los seres secomportan mejor si saben que no pueden enviar mensajes que no sean pblicos."Adi y Qui-Gon se miraron con frustracin. Eso significaba que si enviaban un mensaje

    al templo, todo el mundo sera capaz de verlo. Los cazadores de recompensas podraseguirles el rastro."Podemos comprar un speeder para viajar a Solucin 23?" pidi Qui-Gon."Claro, pero ustedes tienen que solicitar un permiso como hacen todos los forasteros.""Cunto tiempo se tarda en obtener el permiso?""Es difcil de decir Podra ser una semana"

    Adi se estaba acostumbrando a la manera de hablar de del distribuidor. "O...?"Podra ser un mes es difcil de decir...""Esto es ridculo", murmur Adi. "Qu manera de manejar un planeta."

    "No hemos tenido una guerra en quinientos setenta y tres aos ", dijo el distribuidor."No tenemos piscinas de substancias txicas o substancias qumicas en el aire. Todo el

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    mundo casi se lleva bien. Eso no suena demasiado ridculo, verdad?"; Adi slo suspir."Si yo fuera usted, me gustara esperar a que viniera el carguero a Cuadrante Siete queun lugar agradable para visitar Por supuesto que no tenemos muchos hoteles o cafs, yno podemos ir a... divertirnos como lo hacen en otros lugares. No hay mucho que hacer.Pero an as. "

    "Mire, no tenemos tiempo para esperar", dijo Qui-Gon. "No puede encontrar unamanera de ayudarnos?""No. El rostro del comerciante segua suavemente corts. Sera amable, pero no lesayudara. Eso estaba claro. Salieron de la tienda."Parece que tendremos que espera a que venga el carguero", dijo Adi. "Tendremos que pasardesapercibidos. Podramos enviar una comunicacin codificada al Templo....""Pero por qu arriesgarse?" Adi comprendi su condena. "Si por alguna casualidad el cazadorde recompensas busca en este planeta, ese sera el primer lugar donde investigara. Incluso unmensaje en clave se destacara.""Podemos sondear la zona, mira a ver si alguien es propietario de una nave y tratar decomprrsela ", dijo Qui-Gon.

    Adi asinti con la cabeza. "No parece que haya viajeros en Cuadrante Siete, pero podramostener suerte.""Tan slo son cinco das ", dijo Qui-Gon. "El asesinato se llevar a cabo en una semana, estopuede impedirles hacer el trabajo, si nada va mal al menos les impediremos seguir con susplanes."Sinti la oleada del lado oscuro como una advertencia al igual que Adi y se apart dejando decaminar bajo la luz del sol acuoso. El Cazador estaba caminando por la calle, sus ojos clarosparpadeando en las sombras."Otra cosa que sali mal", dijo Adi.

    CAPTULO 7

    "Vamos a seguirlo", murmur Adi. "Es mejor saber dnde est y tal vez podamos aprenderalgo."

    Qui-Gon asinti con la cabeza. Ellos se fundieron con la multitud en la calle. Era raro que un ser

    supiese cuando estaba siendo seguido por un Jedi. Ellos eran capaces de usar la Fuerza para

    mover los objetos directamente en su camino si alguien se volva para mirar hacia atrs donde

    ellos estaban. Ellos eran capaces de moverse antes que su presa pudiendo seguir sus pasos.

    Despus de un breve periodo de tiempo, los Jedi fueron capaces de absorber la forma en que

    su objetivo se mova para predecir fcilmente sus movimientos y evitar ser descubierto.

    El Cazador era bueno. Tuvo cuidado. Sin embargo, no era rival para ellos. Adi y Qui-Gon le

    sigui con facilidad cuando se diriga al borde opuesto del Asentamiento 5 y luego trep a

    travs de las colinas y rocas.

    Esta rea estaba an ms oculta que aquella en que haban dejado de Obi-Wan y Siri. Se

    arrastr a travs del fondo de una serie de pequeos caones. Las rocas ofrecan un montn

    de lugares para esconderse. Al fin se meti en una estrecha abertura y desapareci. Qui-Gon y

    Adi avanzaron con cuidado. Colocndose detrs de un afloramiento rocoso, se asomaron a la

    abertura.

    Eso les llev a un can que era slo una hendidura en el paisaje. Reconocieron el carguero

    ligero del cazarrecompensas. Junto a l estaba una nave un poco ms grande. Juntos ocupaban

    casi toda la anchura del can.

    El Cazador desapareci en el barco ms grande. La rampa estaba abajo, y Qui-Gon y Adicontinuaron lentamente su camino. Con una mirada el uno al otro, estuvieron de acuerdo para

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    tratar de observar lo que estaba pasando. Vali la pena correr el riesgo. Y Qui-Gon la sigui con

    facilidad cuando se diriga a la nave .Vala la pena correr el riesgo.

    Subieron por la rampa y se deslizaron dentro de la nave. Oyeron voces procedentes de la

    cabina.

    Bueno, pens Qui-Gon. Si el grupo estaba discutiendo, estaran demasiado distrados para

    estar alerta.

    Alta y elegante, Adi se movido por delante de l por el pasillo, sus botas no hacan ruido sobre

    el piso pulido. Ella le hizo una sea. Haba encontrado un respiradero al nivel de los ojos, en

    una pared de una habitacin de almacenamiento fuera de la cabina. Qui-Gon poda ver con

    toda claridad en la habitacin de al lado.

    Su corazn estuvo a punto de parrsele. Haba cinco cazadores de recompensas en la cabina,

    incluyendo el que los persegua. Entre ellos haba uno que reconoci, Gorm el Disolvente. Era

    una presencia imponente, empequeeciendo a los dems en su armadura plateada y llevando

    un casco. Creado por Arkanianos renegados, era mitad ser vivo, mitad droide. Sus partes

    biolgicas se componan de seis criaturas diferentes. Sus componentes droide le permiti seruna casi invencible mquina de matar. La habilidad de rastreo de Gorm era legendaria yde sus ataques sin piedad se hablaba en susurros en puertos espaciales por toda lagalaxia.Todos estos cazadores de recompensas en un solo lugar, por un solo asesinato? Qui-Gon se pregunt de nuevo quin podra ser el objetivo."Slo tenemos una semana", dijo uno de los cazadores de recompensas. Era una mujerhumanoide, pequea y compacta, vestido con una tnica de cuero y polainas. Su cabellorubio estaba torcido en trenzas, muchas le caan sobre los hombros. Ella pareca sercompletamente normal, si no se tena en cuenta la potencia de fuego atado a su cintura,sus guantes de mueca con una gran variedad de sistemas de armas, o las rodilleras dearmadura que llevaba. Por el aspecto de su armadura, Qui-Gon adivino que o era unaMandaloriana, o al menos ella haba conseguido de alguna manera algunas de lasfamosas armas del ejrcito de guerreros. "T no tendras que criticar lo de cpsula deescape, Magus", prosigui. "Ahora no sabemos con seguridad si tienen a el nio."

    El cazador de recompensas que los haba perseguido desde Cirrus se volvi lentamente y

    apoy su acerada mirada en la mujer.

    "No mires el agujero negro, Magus", dijo. "T sabes que tengo razn. Necesitamos una prueba

    de que el nio ha sido neutralizado. Si todava est vivo, podra poner en peligro la misin. No

    me importa tirar esto adelante, pero yo no quiero que nadie sepa que estaba involucrado. Los

    comits senatoriales pueden volverse delicados sobre los asesinatos de polticos. "

    "Estamos a slo una semana de distancia de nuestro xito", dijo otro cazador de recompensas.

    Era l una criatura de gran estatura con una piel de color verdosa y un cuerno salindole del

    crneo en la parte superior de su cabeza. "Por mi parte, no me seduce la idea de asesinar a un

    lder mundial si la seguridad me est esperando. Y tenemos veinte objetivos. Eso es veinte

    veces el nivel normal de seguridad."

    Qui-Gon y Adi intercambiaron una mirada. Veinte lderes planetarios?

    "Yo te lo dije, no tendrn la seguridad que tienen normalmente", dijo Magus.

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    "An no tenemos forma de saber cunto sabe este chico y que le alert," la mujer cazadora de

    recompensas continu.

    "Tu nos prometiste que no se nos esperara, que bamos a tener el elemento sorpresa", dijo un

    tercer cazador de recompensas a Magus. Llevaba una capa grasienta y sus polainas estaban

    cubiertas de mugre. Mechones de pelo tieso se destacaban en su cabeza como cuernos. En su

    cara sucia las branquias se abran y cerraban con su respiracin. Pareca un pez grande, y

    despeinado. Un nombre floto en la cabeza de Qui-Gon. Raptor. Este podra ser el cazador de

    recompensas acerca del haban estado oyendo, el que estaba dispuesto a tomar cualquier

    trabajo, no importa lo peligroso o cruel que fuera. "Esa es una razn por la que estuve de

    acuerdo. Bueno, eso y la tarifa. Pero si la seguridad fue avisara, me dirijo de nuevo a la base y

    coger otro trabajo. Qu tiene que decir nuestro empleador a eso?"

    Magus se levant lentamente. Si l se senta molest por la disensin en los dems, no lo

    evidencio. "Nuestro empleador deja los detalles para m. A medida que avancemos se har lo

    que yo diga."

    "Lo hicimos," dijo el ser con el cuerno salindole del crneo, dijo. "Y ahora no sabemos si el

    nio est muerto o no. No sabemos si puede todava hablar o no. No sabemos si l est de

    camino al Senado para declarar."

    "Te escuch la primera vez, piloto", dijo Magus, la ira se notaba claramente en su tono.

    "Porque realmente no me parece que ests escuchando?", dijo la mujer irritada.

    "Lunasa est en lo correcto", dijo Raptor. "Tienes un problema para escuchar a todas las voces,

    excepto la tuya propia."

    Magus golpeo con una vibroespada sobre la mesa. "Basta ya de lloriquear!" explot. Con la

    excepcin de Gorm, todos los cazarrecompensas parecan desconcertados. "Les dije que me

    hara cargo del nio .Es lo primero que necesitamos para completar los preparativos quediscutimos. Todava hay mucho por hacer, y estamos perdiendo el tiempo aqu."

    Sin esperar a llegar a un acuerdo, Magus, simplemente se march. Qui-Gon y Adituvieron que correr hacia atrs a lo largo del corredor para evitarlo. Bajo por la rampa yse dirigi a su propia nave."Quin lo eligi rey, me gustara saberlo" murmur Lunasa."El nos contrat", dijo el piloto. "Pero el patrn converso conmigo y tengo sus registros.Puedo ir a por l en cualquier momento." Una nota jactancia haba entrado en su voz."Whoa, y eso te hace tan especial", dijo Raptor. "Estoy perdiendo de vista lo que haceMagus", dijo el piloto de mal humor. "Eso es todo lo que tengo que decir."

    "Cllate". Dijo Gorm hablando por primera vez. "Vamos a irnos."Les tom un momento, sin duda porque no queran dar la impresin de seguir lasrdenes de nadie, pero los cazadores de recompensas comenzaron a hacer preparativos

    para la partida. Piloto se dirigi a los controles. Lunasa trabaj en el equipo denavegacin. El que Qui-Gon sospechaba que era Raptor se encogi de hombros y se fue

    por el pasillo, presumiblemente a su propio camarote. Qui-Gon y Adi se metieron en uncuarto de almacenaje." Veinte lderes? esto es mucho ms grande de lo que pensbamos", dijo Adi."Tenemos que saber quin los est dirigiendo.""Y el por qu", agreg Qui-Gon. "Si encontramos el por qu, podremos descubrir quien loscontrat." Lo pens rpidamente. "Debemos permanecer a bordo."

    "Pero y Taly?""Obi-Wan y Siri le puede proteger, estn bien ocultos, podemos volver a por ellos. No hay

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    necesario. Y vosotros podrais decirles a mis padres donde me dirijo y all podran reunirseconmigo. Puedo hacer mi camino hasta all. "

    "Que puedes hacer el camino?" Obi-Wan trat infructuosamente de mantener su vozcalmada.

    Taly mir Siri. "Es que siempre repite lo que le dice la gente?"Siri asinti con la cabeza. "S"."Taly, no hay manera de que vayamos a dejarte ir", dijo Obi-Wan. "Eso es absurdo. Qu tehace pensar que podras llegar al Borde Exterior por ti mismo? T eres slo un nio!""Nadie nota a un nio", dijo Taly. "Yo puedo hacerlo, s que puedo. Es slo una cuestin dellegar del punto A al punto B. El cazarrecompensas creer que estoy muerto.""T no sabes con certeza que hayamos engaado a uno de ellos, no sabemos si funciono. Espor eso que estamos todava en la clandestinidad....""Eso es lo que me da una ventaja", dijo Taly. "Mire, usted sabe bien como yo que si doytestimonio ante los senadores, estoy muerto. ""Eso no es cierto", dijo Obi-Wan, sorprendido. "Te van a proteger."

    "T confas en el Senado?" Taly se rio con ganas. "Y me llamas a mi nio?"Obi-Wan neg con la cabeza. l no iba a discutir con Taly. Le dispar a Siri una miradaexasperada, pero para su sorpresa, Siri estaba mirando a Taly pensativo."Tu sabe que es verdad", dijo Taly, dirigindose a Siri. "Ellos no se preocuparan por m una vezque testifique. Claro, que me darn nuevos documentos de identificacin. Sin embargo, no nosprotegern a m o a mis padres, la verdad es que no. Pero si yo no declaro, tal vez loscazadores de recompensas me dejen en paz. ""Taly, no te dejaran en paz", dijo Obi-Wan suavemente. "Me siento mal al decirlo. Pero tusiempre sers un riesgo para ellos.""No despus de que cometan el asesinato", argument Taly."Entonces no les importar O incluso si les importa, no me van a perseguir por mucho tiempo

    no les merece la pena el perseguirme una vez desaparezca...." Se volvi hacia Siri. "Est bien,voy a hacer un trato con vosotros. Vosotros podis acompaarme a Qexis. Entonces me dejisall. Fings que me escap. Vosotros podis salvar mi vida. Una vez all podre esperar a mispadres. Vosotros podis.""Taly, yo lo siento", dijo Obi-Wan."Siri?" Taly la mir suplicante.Siri habl a travs de sus labios secos. "Yo tambin lo siento."Taly se qued mirando a la entrada de la cueva, siendo otra vez un nio. Obi-Wan mir a Siri."Yo podra haber necesitado un poco de apoyo", dijo."Qu pasa si tiene razn?" Le pidi a Siri."Qu pasa si tiene razn?"Siri puso los ojos en blanco. "Ya ests otra vez.""No me ignores Siri, no puedes pensar seriamente en su propuesta. No puedes pensar quepodramos dejar marcharse a Taly"

    "No, por supuesto que no, pero s que podramos llevarlo a Qexis. Sera un buen lugar para

    esconderlo y el Senado no lo va a proteger no en la forma en que deberan. Ellos slo lo para

    que preste declaracin, y una vez lo haga no se preocuparan por l. No est tan malsu

    propuesta, Obi-Wan. "

    "A veces no te entiendo."

    "Lo s."

    "No podemos desafiar el Senado y no podemos desafiar al Consejo Jedi..."

    "Podemos simplemente no elegir. Hay ms opciones en la vida, Obi-Wan, de lo que pareces ser

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    capaz de imaginar.".

    Las palabras de Siri le molestaron. Era casi como si sintiese senta pena por l.

    "Tengo que hablarles a Qui-Gon y Adi acerca de esto?" Obi-Wan odiaba la forma en que

    sonaba .Sonaba pedante. Pomposo.

    Siri volvi una fra mirada hacia l, sus ojos tenan el color de un mar increblemente azul, con

    sus profundidades ocultas para los incautos. "Si te gustara. No te preocupes. Voy a entregar a

    Taly en mano al Senado. Voy a cumplir con mi deber. Siempre lo hago."

    Luego se alejo de l, a pesar de que ella se qued quieta y sin moverse a su lado.

    Entonces llego un mensaje al comunicador, pero estaba lleno de esttica.

    ". . . rastro de los cazadores de recompensas. . . . Quedaos dnde estis hasta que volvamos. .

    "Era la voz de Qui-Gon, pero apenas se escuchaba por la esttica de la transmisin." Un

    cazador de recompensas esta en Cuadrante Siete. Magus. Permanecer ocultos. Si no

    regresamos... "

    "Qui-Gon?

    "Un carguero llegara a la plataforma de aterrizaje en cinco das al medioda, no hay otros

    medios de transporte disponibles......." La transmisin se corto.

    "Qu entendiste de todo eso?" pidi Siri.

    "Permanecer ocultos durante cinco das .Si no regresamos, tomar el carguero y iros fuera del

    planeta y un cazador de recompensas an est buscando a Taly..."

    "Magus". Siri mir a Taly, a donde estaba durmiendo. "As que l sabe que Taly est vivoo losospecha".Ella no dijo lo que saba que quera decir. Sin su maestra, sera fcil el ir a Qexis.Podan tomar a Taly y llevarlo lejos de esto.

    Pero esas no eran sus rdenes. Y cumplira con su deber.

    CAPTULO 9

    Siri no hablaba mucho. Haba tensin entre ellos, que Obi-Wan no entenda. Haban discutido

    muchas veces sin perder su amistad. Por qu entonces l la senta tan tensa?

    No se haba dado cuenta de lo mucho que su constante amistad significaba para l. Ella podra

    burlarse de l y molestarlo, pero l siempre haba sabido que ella lo respetaba.

    Ahora ya que no estaba seguro.

    Los das pasaban lentamente. La cueva pareca hacerse ms pequea con el paso del tiempo.

    Obi-Wan sinti crecer ms el silencio con cada hora que pasaba. Se senta tenso cuando

    pasaba junto a Siri. Se senta como un tonto, como si por seguir las reglas, fuese un aprendiz

    torpe que no se atreva a tomar ningn riesgo. Nunca se sinti as cuando Siri no estaba cerca.

    La tensin entre ambos creci, y l no lo entenda. Obi-Wan no poda esperar para salir de la

    cueva.

    Hicieron lo hacan los Jedi cuando se vean obligados a permanecer en un mismo lugar.Ellos se mantenan giles con ejercicios. Meditaban. No pensaban en el futuro, slo elmomento presente.Uno podra estar de guardia mientras que el otro bajaba a la fuente de agua. No vieron a

    nadie y no oy nada. Cada hora, esperaban que Qui-Gon y Adi se pusieran en contactocon ellos. Los dos sentan la responsabilidad de mantener el ambiente iluminado. No

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    queran preocupar a Taly.Por su parte, Taly coma los pellets de protenas crujientes y dorma a ratos. Empez ano comer apenas. Obi-Wan comenz a preocuparse por l. l y Siri dorman por turnos

    para que uno de ellos siempre se mantuviese despierto. l no crea que fuese imposibleque Taly tratase de escapar. Vio cmo los ojos de Siri se oscurecan con preocupacin cuando

    ella lo mir.

    "Slo tenemos que aguantar", le dijo.

    Ella hacia lneas en el suelo de tierra de la cueva con un palo. Ella no levant la vista. "Uno de

    nosotros debe hacer algo de reconocimiento", dijo. "No sabemos cmo es el camino al

    Asentamiento Cinco, o a cuntos kilmetros est."

    "Tenemos las coordenadas y un mapa en nuestro tablero de datos."

    "Un mapa no es el territorio. Me lo has dicho tu mismo.".

    S, lo haba hecho. Era un dicho de Qui-Gon. Estudia el mapa, pero no confes en l. Un mapa

    no es el territorio. Hasta que tus botas estn sobre l, no confes ni en el suelo.

    "S, es cierto, pero Solucin 23 no est lejos, y el camino est marcado y creo que corremos unriesgo de ms yendo hacia afuera de exploracin Si nuestros Maestros hubiesen pensado que

    tenamos que hacerlo, ellos nos lo habran dicho.... Han recorrido antes el camino. "

    Siri levant la vista. "Las ordenes de los Jedi no estn destinadas a ser literales. Lospadawans deben usar su propio juicio. Esa es una regla Jedi, tambin.""Si cambia la situacin", dijo Obi-Wan. "La nuestra sigue siendo la misma." Odiabaesto. Odiaba escuchar las normas Jedi, dichas por Siri como si fuera una maestra y ellaera una Padawan. Ella saba lo mucho que lo odiaba, tambin. Pero ella lo empujabahaca donde tena que hacerlo.Esa noche en la cena, Obi-Wan vio como Taly empujaba las bolitas de protenas a

    distancia. "Quiero comida de verdad.""Slo tenemos que esperar dos das ms ", le dijo Obi-Wan. "Habr comida en elcarguero. Hasta entonces usted debes tomarte la comida. Tienes que ser fuerte, Taly.An tienes un largo camino por recorrer, y no sera lgico que te debilitases ahora."Vio cmo Taly tomaba otra pastilla de protenas y asinti con la cabeza mientras se latragaba."As est mejor."

    La luna sali, y se envolvieron en sus mantas trmicas. Obi-Wan oy la respiracin lenta y

    profunda de Taly.

    A los pocos minutos oy un ruido. Siri se arrastr a su lado. Le tendi la palma de la mano llena

    de pastillas de protenas. "He encontrado esto detrs de una roca."Obi-Wan frunci el ceo. "Deben de ser de Taly. No lo entiendo. Por qu no come?"

    Siri arroj las pastillas hacia la parte posterior de la cueva. "Debido a que tiene un gusto como

    de rocas con un glaseado de arena, es por eso. Estamos acostumbrados a ellas. El no lo est. Es

    slo un nio, Obi-Wan."

    "Es un chico muy inteligente que sabe muy bien hasta qu punto est en problemas", dijo Obi-

    Wan. "Nos vamos en dos das. Por qu l se muere de hambre?"

    "Debido a que est asustado y que echa de menos a sus padres y que todo est fuera de su

    control ", dijo Siri con impaciencia. "Porque los seres no siempre se comportan de manera

    lgica. As es la Fuerza Viva. Es impredecible".

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    "Odio la imprevisibilidad", dijo Obi-Wan.

    Siri sonri. -Ya lo s. "

    "Entonces, qu debemos hacer?"

    "Me lo ests pidiendo . Es la primera vez?" brome Siri .

    "S, te lo estoy pidiendo."

    "No s. Djame pensarlo, me quedo con el primer turno..."

    Siri se arrastr hasta la entrada de la cueva y se coloc frente a la curva de la pared. La vio

    apoyarse en la pared como si fuera el ms cmodo de los cojines. La luna era tan grande que la

    noche era lo suficientemente iluminada para poder ver su perfil, la claridad cristalina de sus

    ojos, el brillo de su pelo. Se las arregl para mirarlos a ambos alerta y perfectamente cmoda.

    Por primera vez en das, Obi-Wan se durmi profundamente. Cuando se despert, Sirise haba ido.

    CAPTULO 10El amanecer estaba por lo menos a una hora de distancia todava. Haca fro en la cueva.Obi-Wan permaneca envuelto con la manta trmica sobre los hombros y se sentaba enla entrada de la cueva. Incluso si hubiese querido ir a buscar a Siri, no poda dejar aTaly.La luz estaba cambiando a prpura cuando reapareci Siri, corriendo sin hacer ruidohacia la cueva, sin dar nunca un paso en falso, incluso en el suelo pedregoso. Cuandoella vio a Obi-Wan desaceler. Vio como suba ligeramente sus hombros, como si se

    preparase para su ataque.Ella se agach frente a l y sac un pequeo saco de su tnica. "Tengo comida paraTaly", dijo. "Un panecillo Muja, un poco de pan, algo de fruta.""Pero soy yo quien est llevando todos los crditos", dijo Obi-Wan.

    "Cambi algo por ellos", dijo Siri. "Mi cristal de calentamiento. Se lo vend a unvendedor que estaba abriendo su tienda temprano."Pareca avergonzado. Ella que haba sacrificado su posesin ms preciada por un chico que

    apenas conoca. Era un gesto lleno de sentimiento. En el pasado, Obi-Wan hubiese actuado

    diferente de ella. Ahora, l lo saba mejor.

    "Adelante", dijo. "Grtame a m."

    l no dijo nada. Siempre haba admirado Siri por su fiereza. Nunca haba conocido lo fuerte

    que era su conexin con la Fuerza Viva. Siempre pareca que se mantuviese por encima de los

    dems seres. Ahora vea que su brusquedad era una especie de distancia que mantena, pero

    an as, ella lo miraba. Llena de sentimientos.

    "Va gustarle comerse esto", dijo Obi-Wan. "Fue una buena idea. Ahora puedes irte a dormir.Yo vigilar".

    "No puedo dormir", dijo Siri bruscamente. Te importa si me siento un rato? "

    Obi-Wan se acerc para hacerle sitio. Siri se sent junto a l.

    "Hace fro", dijo. "Pero va a ser un buen da."

    Tir de la manta sobre los hombros de manera que los cubra a los dos. l sinti su pierna

    contra la suya, su aliento contra su oreja. Un Calor difuso paso a travs de l. Vio el sol

    comienza a tocar las rocas de fuera.

    "Un da ms", dijo. "Espero que Qui-Gon y Adi logren hacerlo a tiempo."

    "Si no lo hacen, vamos a estar bien", dijo Obi-Wan. "Podemos manejar cualquier cosa siestamos juntos."

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    "Lo s." Se senta el murmullo contra su piel. Se sentaron juntos y vieron aparecer la luz.

    Qui-Gon y Adi no regresaron, y no enviaron otro mensaje. Obi-Wan y Siri comenz a empacar

    sus equipos de supervivencia. Tendran que hacer esto por su cuenta.

    "Si el cazador de recompensas todava est en Cuadrante Siete, sin duda estar observando

    para ver si aparecemos", dijo Siri. "Vamos a tener que colarnos de alguna manera.""Qui-Gon siempre dice que cuando ests tratando de colarte en algn sitio, debes ir a donde

    est la comida" dijo Obi-Wan. "La cargan por separado a travs de la zona de carga, y la

    seguridad a veces es bastante floja. Probemos primero por all."

    "Suena como un plan", dijo Siri. "Taly ests listo?"

    Taly se puso al hombro su mochila. Una vez ms, Obi-Wan fue golpeado por la forma decidida

    en que poda mirar. Haba aceptado el regalo de Siri de alimentos con gratitud y haba tratado

    de compartirlo. Obi-Wan y Siri haba tomado cada uno una pequea pieza de fruta, pero

    insistieron en que se comiese la mayor parte de los alimentos frescos. l haba estado ms

    alegre despus de eso. No era tanto la comida, pens Obi-Wan, como el cuidado lo que haba

    mejorado su estado de nimo y le haba aumentado sus esperanzas. Siri haba hecho bien.

    Haba cosas que poda aprender de ella ms all de aprender una nueva postura de lucha.Haba cosas que aprender sobre el corazn. Acerca de dar."Estoy listo ", dijo Taly.Siri le puso las manos sobre sus hombros y se agach para estar ella al nivel de los ojosde l. "Esto es lo ms importante, Taly. Tienes que hacer lo que te decimos. Tuseguridad depende de ello."l asinti con la cabeza. "Lo har."Obi-Wan pudo ver que lo deca en serio. Siri haba ganado su confianza.

    Se pusieron en camino. Debido a que era da de mercado, la carretera estaba llena deseres que iban a Asentamiento 5. Eso fue una suerte. La multitud les dio un montn decobertura.El mercado se cre alrededor de la plataforma de aterrizaje, en otro golpe de suerte. Los

    puestos de venta y los vendedores llenaban la plaza desde donde las rampas y tubos deelevacin llevaban a la plataforma de aterrizaje a varios pisos por encima de la plaza.Siri, Obi-Wan, y Taly se mezclaron con los dems gracias a sus ropas claras y capuchas.Siri y Obi-Wan mantuvieron sus miradas en constante movimiento, pero no pudieronver a los cazarrecompensas. Tampoco la Fuerza les dio una advertencia.

    El carguero estaba atracado y listo para cargar. Una rampa de pasajeros ya estaba bajara.Sera fcil abordarlo y buscar asientos, pero Obi-Wan pens que era mejor esperar hastael ltimo momento posible.Vieron que recipientes metlicos estn siendo llevados a una rampa trasera, frutas yhortalizas frescas se derramaban por su parte superior. Obi-Wan miro durante variosminutos, ya que camuflados entre la multitud, pretendan estar estudiando lasmercancas que haban en los puestos extendidas sobre tablas. Los contenedores erantransportados por los trabajadores que iban pesadamente hacia atrs y hacia delante porla rampa. Cuando desaparecan en el interior del carguero, tardaban por lo general unminuto en volver. Que fcilmente se dara a Obi-Wan, Siri y Taly la oportunidad de

    elegir una bandeja y llevarla a bordo. Si lo programado derecho, que podra llevarlo a cabo.Obi-Wan dio un codazo a Siri. "Ya est. Estn cargando el alimento fresco. Si tomamos un

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    recipiente podremos subir a bordo. Nadie los est realmente mirando."Siri asinti con la cabeza. Entonces, de repente palideci. "l est aqu.""Dnde?"Lo siento". Siri miro a la multitud que los rodeaba. "No". Obi-Wan mir hacia donde la miradade Siri se detuvo. Magus estaba al otro lado de la plaza. Estaba de pie en un lugar inteligente,

    justo donde el sol entraba en la sombra, detrs de una caja de verduras que eran un lugarpopular para los compradores. Hubiera sido difcil para l descubrirlo si Siri no hubiese sentidosu presencia."Est bien", dijo Obi-Wan. "Esta buscndonos entre la multitud. Ahora es nuestraoportunidad."Siri trago saliva. Ella mantuvo la cabeza baja. "El est de pie con el comerciante al que comprela comida. l sabe que estamos aqu, Obi-Wan!"Obi-Wan lo mir de nuevo. Se dio cuenta de que los comerciantes que estaban de pie

    junto a Magus tambin estaban observando a la multitud. Magus era inteligente.Mientras el vendedor se concentraba en la rampa de pasajeros, su propia mirada vagabadura como el pedernal. Ahora, Obi-Wan veia cmo el cazador de recompensas mantena

    sus ojos en la rampa de carga, as como en la rampa de alimentacin. Haba ahoramenos de una docena de contenedores que transportar. El tiempo se agotaba."Qu vamos a hacer?" pregunt Taly.Obi-Wan saba que era intil. No haba manera de que pudiera abordar la nave sin queMagus los viese. No importa que tan hbilmente lo intentasen. Sin embargo,

    permanecer en el planeta no era una buena idea. Tarde o temprano, Magus lesencuentra. Y probablemente sera ms rpido que ellos.El pnico en los ojos de Taly hizo enojarse a Obi-Wan. Ellos tenan que protegerlo.Tenan que llevarlo a un lugar donde estuviese a salvo."Si l est aqu, eso significa que su nave est sin vigilancia", dijo Obi-Wan.Una idea ilumino los ojos azules de Siri. "Quieres robarle su nave?"

    "El carguero debe estar a unos cinco minutos de distancia .Pero primero tenemos queencontrarlo."."Va a ser difcil," adivinado Siri."Vamos a por l."Pasaron a travs de la multitud ahora con un propsito, pero tuvieron cuidado deavanzar cuando aumentaba la cantidad de gente. Obi-Wan comprob las posibilidades.

    No tendra sentido que Magus mantuviese su crucero cerca. Por lo general, haba unalista de espera para los cruceros estelares cerca de las plataformas de aterrizaje. No sehaba dado cuenta de que hubiese nada de eso aqu, pero no deba de ser demasiadoestrecha."All," dijo Siri.

    Alrededor de una esquina, en un callejn, haba un espacio claramente marcado. Estabavaco excepto por un crucero, el carguero que saban que perteneca a Magus. Seapresuraron hacia la puerta de duracero.

    No haba tiempo que perder. Obi-Wan cort un agujero en la puerta con su sable de luzy entro a travs de l.Ellos merodeo por el exterior de la nave. Siri hizo lo mismo."Debe haber un panel de control exterior para la rampa", dijo."Aqu est". La voz de Taly provena de debajo de la nave. "A veces, estos SoroSuubsson remodelado con dispositivos para frustrar los intentos de robo. Puedo cruzar unoscables y jugar con los controles...."

    "Taly, djame hacerlo", le inst Obi-Wan.La rampa se desliz hacia abajo. "No hace falta." Taly se desliz afuera y se levant,

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    sacudindose las manos, con una enorme sonrisa en su rostro. "Ya hemos terminado."Corrieron por la rampa. Obi-Wan se desliz en el asiento del piloto."Espera". Taly se agach debajo del panel de control. "Vamos a asegurarnos de que nohay un dispositivo de bloqueo. O se nos puede pasar por alto el cdigo de acceso.""Est seguro?" pidi Siri."Es tan fcil como cortar a travs del aire." Taly tom un pequeo servo-conductor desu cinturn de utilidades. "Los dispositivos de seguridad estndar... tiene un cdigo dedesactivacin... hay que cortar la capacidad de seguimiento remoto del dispositivo...Muy bien. Vmonos."Obi-Wan encendi los motores. Mantuvo la velocidad del motor hasta que estuvieron asalvo fuera de la ciudad. Luego atraves la atmsfera superior.l le sonri a Siri. Ellos lo haban hecho."Establecer el rumbo hacia Coruscant.""Estableciendo el rumbo."

    Fueron pasando los minutos. Siri observaba la pantalla del ordenador con avidez.Todava haba una posibilidad de que pudiera seguirlos."Conecto el hiperimpulsor," dijo Obi-Wan. Movi los controles. El espacio se precipithacia ellos en una lluvia de estrellas. Eran libres.Con un suspiro de satisfaccin, Taly se recost en su asiento. "Apuesto a que estoyempezando a poner de los nervios a ese tipo", dijo.

    CAPTULO 11

    El problema con el espionaje, pensaba Qui-Gon, era que se requera de seres que se gustasen

    lo suficiente entre s para intercambiar informacin. l y Adi tena la esperanza de escucharms de los planes de los cazadores de recompensas, pero tan pronto como terminaron sureunin y la nave despeg, todos se retiraron a zonas separadas de la nave y no hablabanentre ellos. Pasaban unos al lado de otros en los pasillos, se reunan en la cocina para mendigarla comida, se tropezaban de cerca unos con otros, pero todo lo que escucharon Qui-Gon y Adiera un gruido ocasional o que se quejaban de "Quita tu cadver apestoso de mi camino. "Haban estado en el barco durante tres das y no haban aprendido nada. No saban su destino,y no saban quines eran los objetivos de los cazarrecompensas. Haban pasado de escondite aescondite, despus del compartimento de almacenamiento pasaron a un camarote, y por finencontr lo que sentan que era un refugio seguro en el compartimento de la pequea cpsulade escape.

    Al caer la noche, el sonido de los ronquidos penetraba hasta la espesa puerta delcompartimiento. Piloto dorma y sus ronquidos llenaban toda la sala."Tenemos que hacer algo", dijo Adi. "Podramos estar aterrizando en breve. Por no hablar deque yo voy perder el control de mi mente.""La meditacin no funciona?"Adi arque una ceja hacia l. "Muy divertido, Qui-Gon. Olvidas que yo soy el Jedi sin sentidodel humor. Necesitamos un plan. Algo lgico."Qui-Gon sonri. "Por qu no colarnos un poco ms y ver lo que podemos descubrir?"Adi lo mir con gravedad. "Suena bien"."Tengo una idea", continu Qui-Gon. "Piloto dijo que est en contacto con su empleador. Yque es el encargado de mantener los registros de Magus. Tal vez est guardado cosas que no

    debera."Ellos escucharon los ronquidos que tronaban por el pasillo."Esto suena como si estuviera en un sueo pesado", dijo Adi. "Vamos a ir."

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    Juntos se introdujeron en la cabina de Piloto. l se agit, pero no se despert, en lugar de esosuspiro y sigui dando vueltas en su lecho de sueo. Un largo brazo estirado sala del lecho, susnudillos tocaban el suelo.Adi dio un codazo a Qui-Gon. Piloto haba dejado libre la almohada. Ahora, su cabeza estabamedio fuera, y vieron un pequeo tablero de datos por debajo de la almohada.

    Poco a poco, Adi se inclin. Ella desliz su mano hacia la almohada.Piloto gru. Adi se congel.Lentamente, poco a poco, ella movi su mano por debajo hasta agarrar el borde del tablero dedatos. Como si tuviera todo el tiempo en el mundo, ella la fue sacando de debajo.Piloto se acurruc ms profundamente en las mantas.Adi se inclin junto Qui-Gon frente al tablero de datos. Rpidamente, accedi a sus archivos.

    Todos estaban en cdigo. Accedio al ltimo archivo utilizado. Erala correspondencia entrePiloto y una persona cuyo nombre estaba tambin en cdigo. Pero Piloto haba hechouna anotacin adicional y de no la haba codificado.20 objetivos. MTG da establecido.Piloto comenz a moverse. l estaba despertando en este momento. Se lo vio levantar

    su brazo. l comenz a acariciar por debajo de la almohada, los ojos todava cerrados,para tranquilizarse que el datapad todava estuviera all.Adi se movido silenciosamente a travs del piso. Ella tuvo que agacharse junto a l, sloa centmetros de su mejilla, mientras deslizaba la parte posterior datapad en su lugar.Arrugando la nariz, empez a dirigirse hacia la puerta. Tiempo de irse.Movindose lentamente, ella se retir del sof-cama. De repente, la mano de Piloto salidisparada y agarr su tnica."Dnde crees que vas?" Sus ojos se abrieron de golpe y la confusin le dispar a la

    posicin de sentado. "Y t quin eres?"Con un rpido movimiento Adi se desprendi de sus manos y le propino patadas en el

    pecho, envindolo al otro lado del sof-cama con un oof.

    Ella y Qui-Gon se precipitaron hacia la puerta, aprovechando para sacar sus sables de luz.Mientras corran, una alarma comenz a sonar. Deba haber sido un botn de alarma cerca del

    sof-cama.

    Oyeron fuertes pisadas detrs de ellos. Lunasa deba haberse dormido medio vestida. Todava

    llevaba una tnica y botas, pero ella estaba con las piernas desnudas y su pelo estaba

    enmaraado tras su sueo y caa en mechones oscuros alrededor de su cabeza. Un pequeo

    cohete silb hacia ellos y luego el fuego de blster reboto en el aire. Qui-Gon cort en rodajas

    los cohetes, mientras Adi desviaba el fuego de blster.

    Desde el otro lado del pasillo, Gorm el Disolvente se dirigi hacia ellos, disparando con una

    pistola en cada mano. Adi y Qui-Gon se mantenan constantemente dando vueltas. Piloto

    haba salido de su camarote y se uni al combate.

    "Alguna idea?" murmur Adi a Qui-Gon mientras daban vueltas, desviando el fuego. El pasillo

    se estaba llenando de humo.

    "Parece un buen momento para escapar ", dijo Qui-Gon. "Qu tal si usamos la vaina?"

    Un chasquido siniestro lleg a sus odos. Droidekas llegaron rodando por el pasillo, y se

    desplegaron en toda su mortal longitud.

    "La vaina suena bien", respondi Adi.

    Qui-Gon y Adi se movieron rpidamente hacia adelante. Qui-Gon se movi a la izquierda,

    tratando de colocar a Gorm entre l y los droidekas. Pero los dos tenan excelentes dispositivos

    de movimiento y se trasladaron en consecuencia. Gorm mantiene un ritmo constante,

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    disparando hacia delante, disparando con un rifle de repeticin.

    Qui-Gon se dio cuenta de que tena que terminar con esto. Entre los droidekas y los cazadores

    de recompensas, vio el peligro de ser heridos o capturados.

    l se lanz hacia delante, cortando la pierna de un droideka y casi consiguiendo ser alcanzado

    por el fuego blster en el proceso. El droideka perdi su centro de equilibrio y empez a girar.El Fuego Blaster salpico en un patrn aleatorio, casi golpeando a Lunasa. Ella grit y cay al

    suelo, todava disparando a los Jedi. Raptor casi se puso en el camino, y tuvo que saltar por

    encima de Lunasa, colocndose entre Gorm y los Jedi.

    Todo esto sucedi en slo unos segundos.

    Qui-Gon y Adi salt por la puerta de la escotilla de la cpsula de escape. Cerraron la puerta y se

    desplomaron en el interior. Podan or a los cazarrecompensas golpear la puerta amenazando

    con atravesarla.

    "El compartimiento estanco!" grit Adi.

    Qui-Gon lo encendi. Rpidamente se activ la secuencia de prelanzamiento. La puerta dio un

    vuelco con el impacto de los disparos de Blaster.

    "No con una granada, idiota!" grit Lunasa. "Se podra daar el "

    No saban quin era el idiota que la haba lanzado, pero la granada explot. En el mismomomento que la cpsula de escape sala disparado hacia el espacio, mecindose con elmovimiento de la explosin de la granada. Oyeron picar a la metralla contra el casco dela vaina, pero no da ningn sistema.Qui-Gon se hizo cargo de los controles manuales. Empuj la velocidad al mximo."Eso estuvo cerca", dijo Adi.; Se haba escapado. Pero, dnde estaban ahora?

    CAPTULO 12Con la nave en el hiperespacio, Obi-Wan y Siri fueron capaces de relajarse por primera vez en

    das. Taly se durmi acurrucado en un colchn en la cabina. Estaba agotado.

    "Por lo menos el cazador de recompensas tiene una cocina bien surtida", dijo Siri en voz baja.

    "Cuando se despierte Taly puede tener una comida decente."

    "Deberamos descansar un poco, tambin", dijo Obi-Wan.

    Siri fue a sentarse junto a l en el asiento acolchado de la cabina. Ella se abraz durante un

    minuto, las manos en los codos en un gesto extraamente nervioso.

    "Obi-Wan. Slo quiero darte las gracias".

    "Gracias por qu?" le pregunt Obi-Wan.

    "Yo podra haber puesto a Magus en nuestra pista con la venta de mi cristal. l nopodra haber sabido a ciencia cierta que estbamos vivos, o que estbamos cerca deAsentamiento 5...""No lo s."

    "Yo lo siento. No debera haberlo hecho, pero gracias por decirme que no...""Te admiro por lo que hiciste", dijo Obi-Wan. "Taly necesitaba saber que cuidaramosde l. Estaba perdiendo la esperanza, y yo no lo vi. T lo hiciste. Sera lgico queMagus fuese al mercado de Asentamiento Cinco a ver quien suba a bordo del carguero.

    Incluso si no se hubiese encontrado con el comerciante, habra estado all. "La mirada de Siri era clida y divertida. "Eres un mentiroso terrible, Obi-Wan Kenobi. Es una

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    razn por la que me gustas tanto."

    "Ah, por lo que te gusto", dijo Obi-Wan a la ligera. "Pens que haba perdido tu buena

    opinin."

    Se apoy contra l por un momento, empujndolo a l, luego se lanz de inmediato. "No te

    preocupes tanto."

    La sonrisa de Siri estaba tan libre de tensin que le transforma la cara. Era casi como si hubiera

    un atisbo de otra Siri, una Siri sin el motor que la llevaba a ella, la necesidad de sobresalir, la

    terquedad, la disciplina. Haba una Siri un interior que Siri no saba muy bien como mostrar a

    todos.

    Obi-Wan sinti calor en sus mejillas. Se mir la mano, descansando junto a la de ella sobre el

    cojn. l se saba la forma de sus dedos, la textura de su piel casi tan bien como la suya. Tuvo

    que luchar contra el impulso de dejar caer su mano sobre la de ella, poner sus dedos alrededor

    de los dedos de ella.

    Obi-Wan estaba pensando rpidamente. l giro su cabeza para ocultar sus mejillas en llamas.

    Siri se tendi en el banco de amortiguacin. Cogi ella una manta y la tir sobre s misma. Ella

    cerr los ojos. Se podra decir que ella no estaba durmiendo. Y si haba herido sus

    sentimientos por levantarse tan bruscamente?

    Obi-Wan nunca se haba preocupado por ese tipo de cosas antes con Siri. Por qu era tan

    consciente de ello ahora? Por qu estaba tan consciente de ella?

    No le gustaba la sensacin. Pero a l le gustaba, tambin. Completamente confundido, Obi-

    Wan trataba de mirar con los ojos la computadora de navegacin sin lograr verla de mientras

    trataba de no mirar a su amiga otra vez.

    Un da despus, se acercaban a las coordenadas de reversin. Estaban ya casi en Coruscant.

    "Al caer la noche, vamos a estar sentados en el templo", dijo Obi-Wan con satisfaccin. l

    estara encantado de estar de vuelta. Se alegro de tener a Taly en un lugar seguro. Se alegro de

    dejar esta misin a sus espaldas.

    Siri trabajaba en el equipo de navegacin. "Las coordenadas han sido fijada para la reversin

    fuera del espacio areo de Coruscant."

    Obi-Wan comenz a girar los interruptores. Ella frunci el ceo. "Todo va bien?"

    "Estoy recibiendo una lectura extraa de uno de los controles de seguridad del sistema que

    nunca haba visto uno antes.".

    Obi-Wan pas a exploracin manual de seguridad. Corri a travs de las lecturas. De repente,

    sinti que la sangre de su rostro se congelaba.Taly se acercaba por detrs de l. Siri se dio la vuelta en su silla. "Qu es?"

    Obi-Wan sinti apretarse su garganta. "Es un dispositivo anti-robo. Magus tena una sorpresa

    para nosotros. La nave est programado para autodestruirse en el momento de la reversin."

    Se volvi hacia Siri y Taly. "No podemos salir del hiperespacio sin estallar."

    CAPTULO 13

    Obi-Wan mir a Siri. "Cunto combustible tenemos?" Siri vacil. Ech un vistazo a Taly.

    "Dilo", dijo Taly. "Necesito yo tambin necesito saberlo."

    "Dos horas. Apenas tenamos el combustible suficiente para llegar a Coruscant"

    "Cancela la reversin", dijo Obi-Wan. "Tenemos que desmantelar el equipo."

  • 8/10/2019 Secretos de Los Jedi

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    "Djame ver", dijo Taly con impaciencia. Obi-Wan le indic y seal un esquema en el visor de

    datos. "Hay dos lugares para tratar de desmantelarlo, en el interruptor, o en la fuente. El

    nico problema es..."

    "Que si haces algo mal, se destruir la nave", dijo Taly, asintiendo con la cabeza.

    Siri se inclin sobre la pantalla de datos. Cuando volvi a hablar, su rostro estaba muy cerca deObi-Wan. Ella rpidamente se alej. "Este tipo de cosas no son mi fuerte", dijo. "No s de

    motores, Obi-Wan no s cmo hacerlo."

    Obi-Wan no los conoca tampoco muy bien, pero decidi que era mejor no decirle eso. l,

    como cualquier otro Jedi, poda diagnosticar problemas, incluso si el ordenador de a bordo no

    funcionaba. l saba la manera de eludir los sistemas y jugar con un motor subluz. Pero esto

    era muy por encima de sus capacidades.

    "Puedo tratar de encontrar el punto de contacto del dispositivo", dijo. "Si tan slo pudiramos

    ponernos en contacto con el Templo alguien me podra aconsejar a travs de l!"

    Pero no haba ningn servicio de comunicacin en el hiperespacio.

    "Podemos enviar una seal de socorro al templo", dijo Siri. "Al menos deberamos hacerlo,

    para que sepan que estamos en problemas". Incluso si no nos pueden ayudar. Obi-Wan saba

    exactamente lo que no deca Siri.

    Ella se inclin y envo la seal de socorro.

    Taly estaba hojeando diagramas en la pantalla. "Quiero estudiar este esquema por un tiempo."

    Taly se acerc ms para poder concentrarse. Ellos vieron como estudiaba esquemas y lecturas.

    Luego se dio vuelta. "Eh, chicos? Os importara no estar tan encima de m? Eso no ayuda a

    que me concentre."

    Obi-Wan se acerc a otro visor de datos. l y Siri estudiaron la misma informacin que Taly.

    "No s qu hacer", le confi Obi-Wan a ella. "Yo podra estudiar esta informacin una y mil

    veces, y no creo que pudiese resolverlo."

    "Ya se te ocurrir algo ", dijo Siri. "O a m, o a Taly, concentrmonos."

    "Tenemos dos horas ", dijo Obi-Wan.

    El tiempo pareca arrastrarse, pero de repente, haba pasado una hora. Obi-Wan trat de no

    mirar el crono en el panel de instrumentos, pero los segundos pasaban en su cabeza. Taly tena

    la cabeza entre las manos.

    "Hay una cosa que podemos intentar", Taly dijo finalmente. "Interrumpir el proceso de

    reversin durante el ltimo ciclo y revertirlo. Luego, empezara de nuevo, pero esta vez,

    cambiando a la energa