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El Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán”: una breve reseña histórica

Marlon V. EscamillaArqueólogo

| Durante el siglo XVIII se suscitó a nivel mundial el fenómeno de la nacionalidad, interpretada como un artefacto cultural que de alguna manera origina una legitimidad emocional que a su vez permite la creación de una nación conformada por una comunidad política imaginada (Anderson 1993). Ello dio paso a un constructo imaginado que cohesionó grupos culturales conformados por individuos que probablemente nunca se conocerían pero que se sentían parte de un grupo determinado definido por una lengua común, una historia compartida y una apropiación similar del espacio, el territorio y el paisaje cultural.

La región centroamericana no fue la excepción al fenómeno de la construcción de nacionalidades que pretendieran generar un sentido de pertenencia a una comunidad ideada. Durante el desarrollo de la historia colonial latinoamericana y su diversidad de contextos sociales y políticos emergieron los diferentes estados del siglo XIX contrastando con los contemporáneos Estados-Nación de Europa. Los procesos indepen-dentistas centroamericanos constituyeron la base que activó el sentido de colectividad basado en la comunidad imaginada, la cual había sido creada y configurada por la red colonial establecida en la región.

El Salvador: una nación emergente y floreciente

Las élites gobernantes y las argollas de intelectuales centroamericanos de la época jugaron un papel determinante en la conformación de identidades de las naciones emergentes de la región.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, El Salvador se encontraba en un proceso de búsqueda de cohesión de la comunidad imaginada a través de referentes que fuesen apropiados para la sociedad, como héroes nacionales y culturas prehispánicas en las que basar el mito del origen (Erquicia 2011). Dentro de dichos referentes destaca el monumento al liberal unionista Francisco Morazán, inaugurado por el presidente de la república de El Salvador, doctor Rafael Zaldívar, en marzo de 1882 (López 2007), fenómeno de la construcción de nacionalidades que pretendieran generar un sentido de pertenencia a una comunidad ideada las menciones de Brasseur de Bourbourg sobre Atonal, el rey de Cuscatlán, quien resistió la batalla de conquista de Pedro de Alvarado y de quien Bourbourg cambió en 1859 el nombre por Atlacatl (Escalante 1989), lo que dio nacimiento al mito de Atlacatl, el héroe de Cuscatlán, guerrero referente de valentía y rebeldía (Erquicia 2011:173-187).

Dentro de ese contexto regional de naciones germinales y construcciones de imaginarios colectivos, el 9 de octubre de 1883 Rafael Zaldívar, por medio de un decreto legislativo, dictó la fundación del “Museo Nacional del Salvador” en la ciudad de San Salvador, y nombró como director al destacado intelectual salva-doreño David Joaquín Guzmán, quien había sugerido e impulsado la fundación de esa institución. El artículo 1o. del decreto legislativo de creación señala:

Además del decreto legislativo de creación del Museo Nacional, éste contaba con un Reglamento que cimen-taba las bases de lo que en un futuro sería el concepto de patrimonio arqueológico desde el Estado, que incluiría las destacadas funciones de investigación, protección y difusión del mismo (Erquicia 2011:173-187).

Se establecerá en la capital de la República un Museo de productos minerales, botánicos, zoológicos y manufacturados, con una sección de antigüedades, historia y bellas artes (Diario Oficial 1883).

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En ese reglamento destaca el artículo 3o., numeral 4, que incita a la recolección de cultura material arqueológica para su debida exhibición. Dicho artículo trata de la siguiente forma:

Uno de los artículos más interesantes e importantes del reglamento es el 22, que desde sus inicios plantea que el Estado salvadoreño se apropia del patrimonio arqueológico, lo cual también se haría vigente en la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural de la siguiente manera:

A casi dos décadas del decreto legislativo de fundación del Museo Nacional, específicamente en el mes de septiembre de 1902 y durante la administración presidencial del general Tomás Regalado, se imple-mentó el Segundo Reglamento del Museo Nacional mediante un Decreto Ejecutivo (Diario Oficial 1902) con el que se enfatizó la creación de la revista Anales del Museo Nacional, en el año de 1903.

La Revista Anales constituye un aporte relevante a la cultura salvadoreña debido a que en ella se publi-carían artículos sobre la colección exhibida en el Museo, los nuevos hallazgos, los viajes y las explora-ciones realizadas. La revista marcó un hecho histórico tanto para el Museo Nacional como para la antropología y arqueología salvadoreña debido a que generó producción académica de diversas temáticas.

Dr. David Joaquín Guzmán: gestor de lacultura salvadoreña

Nacido un 15 de agosto de 1843 en la ciudad de San Miguel, el doctor David Joaquín Guzmán, hijo del ex-presidente de la República de El Salvador, general Joaquín Eufrasio Guzmán, y de doña Ana María Martorell de Guzmán, jugó un papel determinante en la fundación del Museo Nacional del Salvador.

Su formación académica inició en la República de Guate-mala, en el Colegio Jesuita de la Ciudad de Guatemala, en donde obtuvo el grado de Bachiller en Filosofía. En 1859 se graduó en Filosofía por la Universidad de San Carlos, Guatemala. Hacia 1862 viajó al continente europeo, en donde siete años después obtuvo, en París, el grado de Doctor en Medicina (Guzmán 2000). Es probable que su estancia en ese continente le permitiera absorber el esplendor cultural que se vivía en la época y leer a los grandes autores clásicos y a los pertenecientes al movimiento cultural e intelectual de la Ilustración. Además de actividades académicas y profesionales, el viejo continente le ofrecía la oportunidad de experimentar la magnificencia de los diferentes museos.

Para el año 1870, el doctor David Joaquín Guzmán retornó a la República de El Salvador para iniciar una amplia trayectoria (de 1871 y 1914) al frente de diversos cargos públicos. En 1872 se desempeñó como director de la Biblioteca Nacional. En 1875 fue nombrado comisionado para la Exposición Internacional de Santiago de Chile; en 1878 fue otra vez nombrado comisionado para la Exposición Internacional, esta vez en París, Francia. Ambas participaciones le permitieron ampliar aún más su bagaje cultural y capitalizar su conocimiento, antes de la fundación del Museo Nacional. En 1883 se desempeñó como el primer director del Museo Nacional del Salvador, fundado, como se dijo ya, a iniciativa suya y con el apoyo del presidente Rafael Zaldívar. En 1887 Guzmán fue una vez más nombrado director del Museo Nacional y al mismo tiempo se le solicitó la organización del Jardín Botánico, para el cual desarrolló trabajos sobre la flora y la fauna salvadoreñas.

Recorrer durante la estación seca los departamen-tos de la República para obtener todos aquellos ob-jetos que sean dignos de figurar en el Museo, haciendo practicar además por ayudantes, con el apoyo de las autoridades de los pueblos, las excavaciones y reco-mendaciones que crea necesarios para descubrir fósiles y otros objetos arqueológicos (Diario Oficial 1883).

Queda prohibido en lo sucesivo la extracción de antigüedades y otros objetos arqueológicos del país, que son propiedad de la nación, y que deben recogerse para la sección respectiva del Museo (Diario Oficial 1883).

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El gobierno de Nicaragua solicitó durante 1898 su apoyo para la organización y fundación del Museo Nacional en Managua, del cual fue el primer director. En 1902 el gobierno del general Tomás Regalado lo nombró nuevamente director del Museo Nacional y de la Exposición Permanente de Industrias Extranjeras, así como Director de la Revista Anales del Museo Nacional y del Jardín Botánico (Batres 2013).

Entre 1875 y 1904 el doctor David Joaquín Guzmán representó tanto a la República de El Salvador como a las repúblicas de Nicaragua y Costa Rica como comisionado general de exposiciones internacionales en diferentes países, como Chile, Francia, Estados Unidos de Norteamérica, Bélgica, El Salvador y Guatemala (Batres 2013).

En su larga trayectoria intelectual y académica, el doctor David Joaquín Guzmán incursionó en diversas áreas, destacándose en la cultural.

Dentro de las direcciones que resaltan en su desempeño figuran la dirección del Museo Nacional del Salvador y de la Revista Anales del Museo Nacional.

Asimismo, desarrolló frecuentes visitas a distintos sitios arqueológicos de El Salvador. También desarrolló trabajos de investigación en yacimientos geológicos y paleontológicos (Hernández 2013). El doctor Guzmán falleció en la ciudad de San Salvador en 1927 a la edad de 83 años. Para el año 1943, y en el marco del cen-tenario de su nacimiento, en un solemne acto oficial el Ministerio de Cultura Popular intituló al Museo Nacional con el nombre “Dr. David J. Guzmán” (Batres 2013).

El Museo y sus colecciones

El Museo Nacional del Salvador, como muchos museos de la época, inició con colecciones eclécticas que mostraban una gran diversidad de artefactos y productos. Las primeras exhibiciones presentaron una colección de antigüedades, aspectos históricos y bellas artes en general, así como colecciones botánicas, zoológicas y de minerales (Paredes y Erquicia 2013). Luego de su fundación, el Museo Nacional publicó en repetidas ocasiones anuncios en los que incitaba a la población general a donar objetos de valor histórico, científico y artístico (Diario Oficial 1884). Asimismo, el doctor David Joaquín Guzmán, en sus funciones como director del Museo, entabló relaciones epistolares con otros museos de América Latina y Europa, específicamente con el Museo Nacional de México, en las cuales planteaba que el Museo organizaba una “sección extranjera” y por lo tanto lo invitaba a formalizar algunos préstamos de antigüedades entre ambas instituciones (Hernández 2013).

En sus inicios el Museo adquirió sus colecciones de diversas formas, mediante donaciones, préstamos y muy probablemente la compra de artefactos. Hasta la década de los setenta del siglo XX se realizó la depuración y separación de las diversas colecciones que albergaba el Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán”, hecho que marcó un giro en la naturaleza del Museo, puesto que con ello se le asignó una temática más antropológica. La anterior separación de colec-ciones permitió la creación y fundación del Museo de Historia Natural, con el que la colección del Museo Nacional de Antropología concerniente a dicha temática se desligó por completo de él. Hoy el Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán” alberga en sus depósitos las colecciones nacionales de Arqueología, Historia y Etnografía. En cuanto a las colecciones de Historia y Etnografía, la fuente principal de obtención de ambas han sido las donaciones, los decomisos y la compra (Rubio 2013).

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La forma actual predominante de adquisición de colec-ciones del Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán” es la donación, y en bajo porcentaje, las investigaciones y los decomisos. Esto se ve reflejado en el hecho que la actual base de datos de las colecciones del Museo indica que aproximadamente 70 a 75% de ellas no tiene contexto, por lo que se desconoce su procedencia (Rubio 2013).

El Museo y su etapa itinerante

El Museo Nacional del Salvador ha tenido a lo largo de su historia diferentes sedes. Aunque no existen mu-chas referencias que relaten de manera detallada sus inicios, se menciona que el primer espacio que ocupó fue el antiguo edificio de la Universidad Nacional de El Salvador. En 1902 se trasladó a Casa “Villa España”.

Después, en 1904, se ubicó en la Finca Modelo. En 1911 se trasladó a la Secretaría de Fomento, donde finalmente sería cerrado al público. En 1912 fue rein-augurado en la Universidad Nacional de El Salvador, contiguo a la Facultad de Química y Farmacia. De 1913 a 1926 se mudó nuevamente a la Finca Modelo, junto al Instituto de Historia Natural y el Jardín Botánico. Poco después, entre los años 1927 y 1962, se instaló en los pabellones de la Casa Presidencial.

Durante el gobierno del teniente coronel José María Lemus (1956-1960) se gestionó el diseño y construcción del nuevo edificio que albergaría al Museo Nacional. Finalmente, el 9 de octubre de 1962, el Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán” fue trasladado a su nueva y actual dirección, Avenida La Revolución, en la colonia San Benito. Por primera vez el Museo tuvo un espacio e instalaciones cons-truidas para uso exclusivo del mismo. Sin embargo, el terremoto del 10 de octubre de 1986 causó daños estructurales al edificio y obligó a cerrar sus instala-ciones en 1991; sólo quedaron habilitadas las oficinas administrativas y las áreas técnicas, con lo que se le condenó a la demolición, cuyos trabajos iniciaron en 1994 (Batres 2013).

La etapa de planificación y organización del nuevo edificio que albergaría al Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán” en la misma ubicación física del anterior Museo se desarrolló de 1994 a 2001.

La construcción de las nuevas instalaciones inició en 1997 y finalizó en 1999. El nuevo diseño contaba con una zonificación espacial distribuida en tres grandes áreas: la zona pública, que abarcaría las salas de exhibición temporal y permanente, el jardín rupestre, la plaza vestibular, el foyer, un auditórium y una biblioteca, entre otros; la zona administrativa, cuya finalidad era velar por el adecuado funcionamiento y estado de las instalaciones; y la zona técnica, que constituye el soporte técnico de control de colecciones, investigación, conservación y preparación de las exhibiciones. Así mismo, el nuevo Museo cuenta con un moderno taller de conservación y restauración, gestionado con el apoyo del gobierno de Italia, y un área de investigación y curaduría. (Batres 2013).

El 9 de octubre de 2001, una década después de su cierre parcial por problemas estructurales derivados del terremoto de 1986, el Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán” fue reabierto con nuevas instalaciones y una museología y museografía desarro-lladas a partir de un guion temático distribuido en seis salas: Sala Conceptual, Sala de Asentamientos Humanos (la cual recientemente ha sido renovada y renombrada “Sala de Migración y Arraigo”), Sala de Agricultura, Sala de Producción Artesanal, Comercio, Industria e Intercambio (renovada en 2011), Sala de Religión (renovada en 2011) y la Sala de Arte y Formas de Comunicación.

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Consideraciones finales

Han transcurrido 130 desde que el presidente de la República de El Salvador, doctor Rafael Zaldívar, por medio de un decreto legislativo, dictó la fundación del Museo Nacional del Salvador en la ciudad de San Salvador, un 9 de septiembre de 1883. Su fundación fue sugerida e impulsada por el reconocido intelectual salvadoreño doctor David Joaquín Guzmán.

A lo largo de su historia, el Museo Nacional del Salvador ha sufrido muchas transformaciones internas y ha sido testigo de diversos acontecimientos. Actual-mente su nombre oficial es Museo Nacional de Antro-pología “Dr. David J. Guzmán” en honor de su primer director. Desde 2006 el Museo también es conocido por sus siglas, MUNA.

El patrimonio arqueológico jugó un importante papel en la construcción del estado-nación salvadoreño durante las primeras décadas del siglo XX (Erquicia 2011). Definitivamente, el Museo Nacional del Salvador, con sus exhibiciones, exploraciones, investigaciones y publicaciones, contribuyó al constructo imaginado que dotó de cierta cohesión social y cultural a la sociedad salvadoreña de ese periodo.

Desde su fundación hasta la actualidad, el Museo ha tenido alrededor de 32 directores, de los cuales solamente seis han sido mujeres.

Entre la diversa formación académica de sus directores destacan bachilleres, médicos, profesores, historiadores, ingenieros, museógrafos, escritores y arquitectos. La dirección del Museo Nacional ha sido dominada mayoritariamente por arquitectos, que suman un total de siete (desde 2010 a 2014 el Museo Nacional ha sido dirigido por arquitectos).

Recientemente ha sido nombrado como Director del Museo un arqueólogo.

Irónicamente, la dirección del Museo Nacional desempeñada por arqueólogos y antropólogos ha sido casi nula: sólo dos arqueólogos y una antropóloga han estado al frente de la dirección.

El compromiso que todo museo debe asumir hoy es enorme. Un museo debe estar comprometido y consciente del rol educativo que desempeña dentro de una sociedad. El Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán”, a lo largo de su historia, ha desarrollado grandes esfuerzos en las áreas de divulgación, educación, capacitación técnica, museo-grafía y conservación y restauración de bienes culturales. Sin embargo, aún quedan muchos retos y desafíos que cumplir.

Dentro de ellos se pueden mencionar la implementación de un programa de investigaciones multidisciplinarias, la organización de una revista académica que publique artículos científicos (actualmente se están desarrollando esfuerzos para reactivar la Revista Anales), la apertura de espacios académicos de discusión (como simposios o congresos con temáticas multidisciplinarias que se relacionen con el trabajo que se desempeña dentro del Museo), entre otros.

El sueño construido por el intelectual salvadoreño David J. Guzmán hacia finales del siglo XIX con la fundación del Museo Nacional del Salvador es hoy día una responsabilidad de las nuevas genera-ciones y de todos los actores del quehacer cultural. El objetivo es que se continúe con un compromiso social y académico en la loable labor educativa de sensi-bilización con el patrimonio cultural y de construcción del vasto abanico de identidades que conforma el ser salvadoreño.

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Bibliografía

Batres, Oscar 2013 “Marco legal de creación: historia del Museo Nacional de Antropología ‘Dr. David J. Guzmán’”, documento inédito.

“Los inicios del Museo: historia del Museo Nacional de Antropología ‘Dr. David J. Guzmán’”, documento inédito.

“Consolidación del Museo Nacional: historia del Museo Nacional de Antropología ‘Dr. David J. Guzmán’”, documento inédito.

Benedict, Anderson1993 [2007] Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo.Fondo de Cultura Económica, México.

El Salvador1883 Diario Oficial, t. 15, núm. 239.

1884 Diario Oficial, t. 16, núm. 126 (26 de mayo)

1902 “Segundo Reglamento del Museo Nacional. Decreto Ejecutivo del 9 de septiembre de 1902”. Diario Oficial, t. 53, núm. 215.

Erquicia, José 2011 El papel de la arqueología salvadoreña en la construcción del Estado-Nación y el imaginario nacionalista 1883-1930. Identidades 1;2:173-187.

Escalante, Pedro 1989 Brasseur de Bourbourg. Esbozo biográfico. Talleres UCA, San Salvador.

Guzmán, David J. 2000 Obras escogidas, compilación, edición, introducción y notas de Carlos Castro. Colección Orígenes 10. Dirección de Publicaciones e Impresos, CONCULTURA, San Salvador.

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Hernández, Elsa 2013 Correspondencia entre el Museo Nacional de México y el incipiente Museo Nacional de El Salvador en 1884. Identidades

López, Carlos 2007 Tradiciones inventadas y discursos nacionalistas: el imaginario nacional de la época liberal en El Salvador, 1876-1932. Editorial e Imprenta Universitaria, San Salvador.

Paredes, Federico y José Erquicia2013 Los conceptos de pasado histórico, Estado y patrimonio como elementos indispensables para la elaboración de una biografía crítica de la arqueología salvadoreña. Identidades

Rubio, Jorge 2013 “Formación de la colección: historia del Museo Nacional de Antropología ‘Dr. David J. Guzmán’”, documento inédito.

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