represión antimasónica

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La represión antimasónica en Granada durante la guerra civil y la postguerra RAFAEL GIL BRACERO MARIO NICOLAS LOPEZMARTÍNEZ Universidad de Granada Si hoy parece posible llegar a un conocimiento altamente fiable sobre lo que fue la Masonería española, su organización interna e irradiación en la sociedad durante el siglo XIX y primer tercio del siglo XXI, no es menos cierto que también se ha avanzado bastante en la investigación de la represión antimasónica, si bien no lo suficiente como para esclarecer, ratificar o desmentir definitivamente las versiones más o menos maniqueas, más o menos ideologizadas, incluso mitificadas, que se han vertido sobre la persecución masónica en nuestro país? En esta óptica, la presente comunicación pretende ser una contribu- ción modesta y aproximativa del fenómeno antimasónico en la provincia de Granada a partir del verano de 1936, momento en el cual se interrumpe violentamente el clima de cierta permisividad juridica y expansión que venía gozando la francmasoneria tras la proclamación de la Segunda República. En otra comunicación presentada por nosotros en este mismo Sympo- sium nos detenemos a estudiar la vida interna y composición sociopolítica de la masonería granadina cuando se produjo la sublevación militar de 1. FERRER BENIMELI, J.A. Masonería española contemporánea, 2 vols. Madrid, 1980. Fruto de su enseñanza, la producción de la Escuela de Historiadores de la Masonería: Actas del 1 y 11 Symposium de Metodología Aplicada a la Historia de la Masonería Española, Zaragoza, 1985 y Salamanca, 1987. Recientemente ha aparecido una excelente monografía sobre la interrelción de la Política y la Masonería de la profesora María Dolores G~MEZ MOLLEDA. La Masonería en la crisis española del siglo X X . Ed. Taurus. Madrid, 1986. 2. FERRER BENIMELI, J.A. El contubernio judeo-masónico-comunista, Istmo, Madrid, 1982.

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Durante el franquismo la masoneria fue perseguida, desde sus primeros momentos. La Granada de García Lorca no fue una excepción.

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  • La represin antimasnica en Granada durante la guerra civil y la postguerra

    RAFAEL GIL BRACERO MARIO NICOLAS LOPEZ MARTNEZ

    Universidad de Granada

    Si hoy parece posible llegar a un conocimiento altamente fiable sobre lo que fue la Masonera espaola, su organizacin interna e irradiacin en la sociedad durante el siglo XIX y primer tercio del siglo XXI, no es menos cierto que tambin se ha avanzado bastante en la investigacin de la represin antimasnica, si bien no lo suficiente como para esclarecer, ratificar o desmentir definitivamente las versiones ms o menos maniqueas, ms o menos ideologizadas, incluso mitificadas, que se han vertido sobre la persecucin masnica en nuestro pas?

    En esta ptica, la presente comunicacin pretende ser una contribu- cin modesta y aproximativa del fenmeno antimasnico en la provincia de Granada a partir del verano de 1936, momento en el cual se interrumpe violentamente el clima de cierta permisividad juridica y expansin que vena gozando la francmasoneria tras la proclamacin de la Segunda Repblica.

    En otra comunicacin presentada por nosotros en este mismo Sympo- sium nos detenemos a estudiar la vida interna y composicin sociopoltica de la masonera granadina cuando se produjo la sublevacin militar de

    1. FERRER BENIMELI, J.A. Masonera espaola contempornea, 2 vols. Madrid, 1980. Fruto de su enseanza, la produccin de la Escuela de Historiadores de la Masonera: Actas del 1 y 11 Symposium de Metodologa Aplicada a la Historia de la Masonera Espaola, Zaragoza, 1985 y Salamanca, 1987. Recientemente ha aparecido una excelente monografa sobre la interrelcin de la Poltica y la Masonera de la profesora Mara Dolores G ~ M E Z MOLLEDA. La Masonera en la crisis espaola del siglo XX. Ed. Taurus. Madrid, 1986.

    2. FERRER BENIMELI, J.A. El contubernio judeo-masnico-comunista, Istmo, Madrid, 1982.

  • 19363, por lo que no incidiremos aqu nada ms que para retener los siguientes rasgos definitorios de la realidad masnica de la provincia de la Alhambra:

    Escasa implantacin en los primeros aos de siglo; una revitalizacin en la dcada de los veinte, con importantes avances entre 1924 y 1927, cuando se constituyen varios talleres y se inician un buen nmero de afiliados; un creciente desarrollo durante la Segunda Repblica, si bien se observaron disputas internas entre las dos Obediencias: el Gran Oriente Espaol (Logia Alhambra, Generalife de Motril, Hirarn de Granada) y la Gran Logia de Espaa (Logia Riveras del Genil y Ganivet). A pesar de todo ello, la Masonera de Granada tiene un peso especfico importante, ya que rene entre sus filas a polticos de primera fila, tanto republicanos como socialistas, lo que le ocasionar la persecucin de las derechas so- ciolgicas.

    Sobre tal basamento, que nos permite alcanzar una visin globaliza- dora de la naturaleza e incidencia real de la masonera en la sociedad de su momento, hemos procedido a plantear las siguientes hiptesis de trabajo en relacin concreta al fenmeno represivo, las cuales proponemos para su corroboracin en un mbito territorial superior a los lmites provinciales granadinos:

    1) La represin masnica en Granada se inserta en un desarrollo histrico de mayor amplitud y trascendencia, caracterizado por una per- secucin y represin generalizadas contra las ideas y las prcticas polticas liberales, republicanas, democrtico-parlamentarias, socialistas y anarco- sindicalistas. No cabe, pues, hablar de una represin exclusiva o prefe- rentemente masnica wensu estricto)).

    2) La eliminacin fsica de los masones granadinos, que la hubo, mediante el recurso de los fusilamientos masivos, sin embargo se explicara porque las vctimas eran, ante todo, destacados lderes o miembros diri- gentes sindicales que apoyaron decididamente el programa reivindicativo del Frente Popular. En atencin a ello, ser masn supuso un agravante ms contra personalidades de reconocido prestigio republicano de iz- quierdas o socialista ... pero nunca una causa nica para ser inmediata-. mente pasado por las armas. Por el contrario, masones militantes de partidos republicanos de derechas, como el Radical, apenas si son repre- saliados y significativamente apoyarn a las autoridades sublevadas.

    3) Por tanto no hay unanimidad represora, como para deducir de ella una pertinaz vorgine antimasnica. La retractacin de muchos {{her- manos, la disponibilidad y colaboracin con los poderes militares (al

    3. L ~ P E Z MARTNEZ, Mario-GIL BRACERO, Rafael. ((Masonera y Poltica en Granada durante la Segunda Repblica. Un primer acercamiento (Influjo y composicin socioprofesional de los Ma- sones), en III Symposium de Metodologa Aplicada a la Historia, Crdoba, junio de 1987.

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  • margen del componente de autodefensa personal), evidenciaran la debi- lidad orgnica y doctrinaria de los masones granadinos. Otra cosa bien distinta ser que la Masonera fuese utilizada por los nuevos poderes para alimentar y acrecentar los incontenibles deseos represivos del rgimen autoritario franquista. De aqu la promulgacin, ejecucin y manteni- miento de una amplia jurisprudencia represora que afecta sustancialmente a los masones: la Ley de Responsabilidades Polticas de febrero de 1939 y la Ley de Represin de Masonera y Comunismo, de 1940. No obstante, ambos textos responden a necesidades ajenas a la pura y simple represin antimasnica: en la primera, priman los objetivos materiales (incautacin de bienes) mientras que la segunda se fija preferentemente en unos obje- tivos policiales, en concreto, la represin de los movimientos polticos subversivos en el interior del pas (guerrilla comunista), para mantener en un plano secundario la condenacin ideolgica de los encausados por delitos de prcticas masnicas.

    4) Si nos movemos en un plano estrictamente ideolgico, encon- traremos justificaciones verosmiles que explicitan, sin ambages, la perse- cucin masnica por el franquismo sociolgico. Desde tal ptica no ser aventurado pensar que la existencia de la Masonera, y, por tanto, su represin jug un papel de inestimable utilidad para erradicar y descalificar el sistema poltico liberal, para atacar al izquierdismo republicano y fi- nalmente para aniquilar a los defensores del marxismo. A fuerza de legi- timar el autoritarismo nacionalcatlico, la ((Nueva Espaa)), que surga tras la sublevacin de julio de 1936, encontrar en la Masonera un aliado contra natura)) por cuanto la existencia de sta supona la negacin de los valores y virtudes que la Espaa Imperial pretenda exaltar. En esencia los principios masnicos se basan en la preeminencia de los valores hu- manos individuales; en una celosa definicin y prctica del ejercicio de la libertad, lo que le hace ser una defensora de la democracia parlamentaria; en un ataque a la Iglesia oficial por su dogmatismo arbitrario y dirigismo ideolgico-cultural; y en suma, en una sensibilidad activa ante las causas profundas que generan las desigualdades sociales contemporneas, y, por tanto, una comprensin de las doctrinas polticas progresistas, socialistas o marxistas.

    Pues bien, todos estos postulados ideolgicos se mostraran incom- patibles durante la coyuntura preblica, blica y postblica con las prcticas polticas que representan a un amplio espectro sociolgico del pas (clase media alta urbana, de corte conservador; grandes y medianos propietarios agrcolas, con fuerte presencia monrquica aristocratizante; burguesas comerciales e industriales, muy influenciadas por los xitos de la expe- riencia fascista en Italia y Alemania) de tal forma que la persecucin antimasnica se justifica en razn de la salvaguarda de los principios tradicionales y reaccionarios. Frente al librepensamiento laico y humanista se antepondr el dogmatismo homogeneizador de la Jerarqua eclesistica;

  • frente al liberalismo democrtico, el autoritarismo militarista; frente al socialismo, un pseudorevolucionarismo de corte corporativista que, lejos de superar las injusticias sociales, pretende la desnaturalizacin de los conflictos de clase mediante la articulacin ideolgica de proyectos espi- rituales de convivencia comn y en armonia, (((Espaa, un Destino en lo Universal, segn FE.)

    En definitiva, represin de la Masonera y liquidacin de los proyectos polticos de las clases medias espaolas -no cabe duda de que son stas el soporte humano de las Logias- son el resultado de una debilidad estructural de la sociedad espaola de 1936 de tal importancia que se le ha considerado un factor decisivo en el desenlace trgico de la guerra civil. Ya supo advertirlo con meridiana claridad Manuel Azaa, prototipo carismtico de las contradicciones de la clase burguesa espaola:

    Por su parte, la clase media, en que el republicanismo liberal reclutaba los ms de sus adeptos, tambin se dividfa en bandos, por dos moti- vos: el religioso y el social. Muchos vejan con horror todo intento de laicismo del Estado. A otros, cualquier concesin a las reivindi- caciones del proletariado, les infundiu miedo, como un comienzo de revolucibn. En realidad, esta discordia interna de la clase media y, en general, de la burguesa, es el origen de la guerra civil.4

    Claro est entre las razones que motivaron el fracaso poltico de las clases medias, no slo habr que aludir a sus disensiones internas sino tambin a un elemento de capital trascendencia: el cambio de actitud del bloque hegemnico de poder que tras verse desplazado de la direccin poltica en 1931, y sobre todo tras las elecciones de febrero de 1936 ha optado por la reaccin utilizando cualquier medio, lcito e ilcito. En virtud de lo cual y como afirma el profesor Tun de Lara, ese antiguo bloque de poder poltico (que segua dominando econmicamente) per- suadi a muchas gentes modestas de que cualquier pequea reforma social era el socialismo, o de que estaban en peligro la religin catlica o la unidad nacional}) 5.

    La Masonera, que cuestionaba gran parte de ese orden tradicional -y en la que militaban a la sazn hombres de probada fe democrtica,. liberales, muy concienciados con la problemtica social- iba pues a ser centro de atencin de los agentes represivos que emergen tras la subleva- cin del verano de 1936.

    4. AZARA, Manuel. Causas de la guerra de Espaa, Barcelona, 1985 pg. 25. 5 . TuR~N DE LARA, Manuel. Orgenes lejanos y prximos en La Guerra Civil Espaola 50

    despus. Ed. Labor. Barcelona, pg. 25.

  • II. GRANADA, 1936: REPRESION ANTIDEMOCRATICA

    No descubriremos nada que no se sepa ya si hablamos de la instru- mentalizacin de las prcticas represivas por los sublevados y alzados en armas en julio de 1936. No obstante, s hay diferencias en atencin a la proporcin y caractersticas de los mtodos empleados. En este sentido, la represin en Granada capital y zonas prximas revestir una espeluz- nante crueldad que se sucede a lo largo de los seis, nueve primeros meses de la contienda.

    Que la sublevacin militar se impondra utilizando un importante aparato represivo apareca claro en los textos de las ((directivas)) lanzadas por Mola en los meses previos al golpe militar, por lo que no debe ex- traar que los jefes rebeldes adopten medidas excepcionales contra los lderes de los partidos y organizaciones frentepopulistas. En la misma tarde de la sublevacin de Granada, efectivos militares se hacan con el control de los centros neurlgicos de la Granada republicana: Gobierno Civil, Ayuntamiento, Diputacin, organismos oficiales, locales y sedes de los partidos y de las centrales sindicales. Simultneamente comenzaron las detenciones masivas de polticos y militantes de base. En menos de una semana, varios miles de personas se encontraban retenidas en la Prisin Provincial o en la Comisara.

    Sin embargo, pronto esas medidas profilcticas)) se radicalizarn, dando comienzo a los asesinatos en masa los cuales y, segn la mentalidad de sus ejecutores, tenan la extraa y doble virtualidad de aniquilar fsica y moralmente a sus enemigos. Sea como sea, esa represin, la cruel implantacin del terror, lisa y llanamente, significa la mxima utilizacin de un instrumento de guerra. Diversos factores incidieron en la adopcin de tales medidas: 1) la carencia logstica de los sublevados (escasa guar- nicin, y sin armas) que se han quedado aislados de la zona sublevada, casi la totalidad de Andaluca Occidental; 2) tambin la resistencia popular de la propia poblacin granadina -en el barrio obrero del Albaycin se hizo frente a los sublevados durante tres das, hasta ser desalojados por la accin de la Artillera y aviacin- y la solidaridad de clase de las provincias limtrofes: a finales de julio de 1936 los sublevados quedaban reducidos al centro de la capital mientras que procedentes de Mlaga, Jan, Cartagena, Murcia y Almera avanzaban sendas columnas milicianas que haca presagiar a los ms optimistas de los nacionales una rpida capitulacin de Granada. 3) Ese inminente peligro termin por convencer a los jefes militares partidarios de emplear, sin recato alguno, expeditivos correctivos contra los presos significativos y contra todos los que se opu- sieran a sus propsitos. En agosto los fusilamientos se sucedieron con una cadencia regular que sesgaba la vida de varias decenas de granadinos diariamente. Si se produca alguna incursin de la aviacin republicana, esos asesinatos se ((justificaban)) como una accin de represalia. Agosto,

  • septiembre, octubre, noviembre ... en Granada fue una ((bacanal de sangre)). La mxima autoridad militar, el general Antonio Gonzlez Espinosa, la autoridad civil, el comandante de intervencin Militar Jos Valdes Guz- man, y conocidos militares de la guarnicin como el excapitn de Segu- ridad Jos Nestares Cuallar y el artillero Antonio Fernndez Snchez, organizaron una amplia red represora, carente de la ms mnima legiti- midad jurdica (al margen, unas tristemente famosas ((bandas negras)) de incontrolados, en las que haban guardias civiles, de asalto, cedistas y falangistas se dedicaron a efectuar operaciones de limpieza)) por su cuen- ta)% El asesinato politico fue la norma emanada de las ms altas instancias del poder poltico y militar en la zona. En las oficinas de la Comandancia Militar era frecuente or en conversaciones mantenidas con el ((virrey de Andaluca)), Queipo de Llano conversaciones de este tenor:

    - Es que, sin la implantacin del terror, no hay forma que se gane, somos pocos y el enemigo avanza. Los presos cada da son ms.

    - S, S< ya se lo he dicho a VaZds ... : Ddles (( Caf)), dadles ((Caf)), mucho Caf.

    El resultado de aquellas decisiones fueron los centenares de asesinatos polticos. Segn cifras oficiales que hemos podido cotejar durante los tres anos de contienda, en Granada capital y sus alrededores fueron pa- sados por las armas, ms de 2.500 personas? Aproximadamente el 70% de los hechos se produjeron en los seis primeros meses. Fueron asesinatos masivos, sin diligencias jurdicas previas, sin que constase ms sentencia que el aparecer en fatdicas listas, confeccionadas a la sazn en la Co- mandancia Militar o Gobierno Civils. Adems de estos ajusticiamientos controlados se sucedieron un nmero importante de paseados y, segn testimonios de gran verosimilitud, ms de tres mil quinientos enterrados en fosas comunes en los trminos de Viznar y Alfacar? Unos y otros fusilamientos arrojaran una cifra cercana a los seis mil quinientos a siete mil vctimas producidas s610 en la jurisdiccin de la capital durante los tres aos de contienda 10.

    6 . Sobre el particular: GIBSON, Ian. La represin nacionalista de Granada en 1836 y la muerte de Federico Garcia Lorca Ed. Ruedo Ibrico, Pars 1981. El asesinato de Garca Lorca. Ed. Crtica, Barcelona, 1979. MOLINA FAJARDO, , Eduardo. Los ltimos das de Garcia Lorca. Plaza y Jans, Barcelona, 1983.

    7. Hemos consultado los Libros de Defunciones del registro CiviI de Granada, cotejndoIos con los datos disponibles de los enterrarnientos en el Cementerio. Para mayores detalles: GIL BRACERO, Rafael. La represin en ambos bandos en La Guerra Civil en Andaluca Oriental. IDEAL , Granada, enero-mayo de 1987.

    8. Queipo de Llano lleg a prohibir personalmente el que se siguieran escribiendo diligencias y actas de los Consejos Sumarsimos, en evitacin que quedaran constancia para un futuro)).

    9. Los vecinos de esos pueblos madiestan que fueron, por trmino medio, cuarenta o cincuenta los fusilados diariamente, al menos hasta noviembre. Los ejecutores: guardias de asalto, policas, guardias civiles, todos ellos a las rdenes del jefe del sector, un capitn falangista.

    10. Otras dos mil vctimas se cuentan en el resto del territorio dominado por los nacionales. En la zona republicana, no pasaron de los mil ajusticiamientos, segn una fuente de mxima fiabilidad, la Causa General)).

  • Entre las personas que encontraron entonces su fatal destino predo- mina el militante de base de las organizaciones obreras de izquierdas y, en menor medida, elementos destacados de los partidos republicanos. Junto a ellos, las autoridades militares acordaron eliminar rpidamente a los representantes mas cualificados del rgimen republicano y sistema poltico democrtico: apenas transcurridas dos semanas de la sublevacin se condenaba a cadena perpetua al ltimo gobernador civil, el militante de Izquierda Republicana Csar Torres Martnez -a quien se le perdon la vida por haberse negado a entregar las armas, siguiendo rdenes del Gobierno Casares-; en la madrugada del da 3 de agosto de 1936, se asesinaba al Presidente de la Diputacin Provincial y al Alcalde, ambos socialistas. En fechas sucesivas caan prcticamente la totalidad de con- cejales de izquierdas, y varios diputados republicanos y socialistas a Cortes. Las organizaciones sindicales UGT y CNT quedaron descabezadas y des- organizadas al igual que los partidos polticos: en los primeros meses un nmero considerable de sus directivos yacan fusilados en las fosas del Cementerio. Otro tanto ocurra con un ramillete, de lo ms selecto, del mundo de la cultura, educacin, todos ellos de encumbrado reconoci- miento en Granada y probada adscripcin democrtica y progresista.

    111. LA PERSECUCION ANTIMASONICA

    En ese clima de inseguridad ciudadana, de terror institucionalizado, todo vestigio de normalidad democrtica qued subvertido bajo el frreo e implacable estado policial que aplicaba tanto el Ejrcito como las milicias voluntarias, Espaoles Patriotas)), ((Defensa Armada de Granada)) y fa- langistas. La denuncia y la delacin de particulares, la simple venganza o presuncin de izquierdismo fueron cauces frecuentes por los que muchos granadinos quedan detenidos.

    Los hermanos masones granadinos, si bien no eran conocidos como tales por el comn de la poblacin, s que lo son por sus ideas polticas, de modo que el Alzamiento y la represin que se desencaden hubieron de incitarles temor, perfectamente razonable, por otra parte. No obstante, carecemos de apoyo documental alguno que avale el supuesto de una represin especialmente dirigida en exclusividad contra la Masonera,

    Hecho, por supuesto, que no excluye no la hubiese. As se desprende, al menos, de la consulta de varias fuentes: el 5 de agosto y tras cursarse denuncia por el dueo de los locales arrendados a las tres Logias que actuaban en Granada (las tenidas tenan lugar en el Templo alquilado por Miguel Alvarez de Salamanca en el Hotel Reuma), guardias de asalto procedieron al registro e incautacin de documentacin y objetos mas-

  • nicos 11. En el Gobierno Civil se estudi la documentacin decretndose rdenes de detencin de los masones all relacionados, muchos de ellos conocidos en la ciudad y ya fusilados por otras cuestiones. A finales de agosto el nmero de hermanos detenidos ascendan a veinticuatro 12.

    De todas formas Ia documentacin incautada parece ser fue enviada desde el mismo Gobierno Civil bien a Burgos o Salamanca, a disposicin del Cuartel General del Generalisimo 13; ambos extremos no dejan de ser un tanto extraos puesto que no nos ha quedado rastro alguno de ella en el bien organizado Archivo Masnico de la Delegacin para Recuperacin de documentos, hoy convertido en seccin del Archivo Histrico Nacional de Salamanca. De modo que es muy difcil reconstruir todo el proceso antimasnico o que sepamos el nmero concreto de hermanos masones activos y represaliados en 1936. Ninguna garanta nos merece el supuesto documento masnico)) (consistente en una carta con membrete de Fran- cisco Moral Galn como Delegado de La Gran Logia de Espaa, sin fecha y sin firma, sin destinatario y que es un listado de masones perte- necientes a las Logias de Granada) dado a conocer en 1942, con el cual quiso justificarse la pretendida militancia masnica de Federico Garca Lorca 14.

    Mayor fiabilidad nos merecen varios listados*realizados, a instancias del Gobierno Militar, por la Comandancia de la Guardia Civil y Comisara de Vigilancia, y fechados durante la contienda, as como diversos informes elaborados por el Tribunal de Responsabilidades Polticas 15. En base a ellos nos ha sido posible conocer algunos pormenores acontecidos a los masones granadinos que pasamos a relatar:

    Logia Ganivet n.Q 83 (A10nso Quijano). Atravesaba en el verano de 1936 graves disensiones internas, moti-

    vadas fundamentalmente por las diferencias entre el Delegado de la Gran Logia Espaola en Andaluca Oriental, Francisco del Moral Galn y

    I I . Extremo que ha sido corroborado por Mendoza de la Fuente y circulares del Ministerio de Gobernacin y Cuerpo de Polica de Granada dirigidas al Servicio de Documentacin del Estado en 8 de febrero de 1939 y 13 de abril de 1942 respectivamente.

    12. MOLINA FAJARDO, Ed. Op. cit. pg. 254. 13. A.H.N. Seccin Masonera. Leg. 756. 14. Dicho documento es, sin lugar a dudas, una prueba falsa presentada por la Polica de

    Granada (algunos apuntan se debi a iniciativa de Julio Romero Funes) con la finalidad de inculpar a Federico Garca Lorca y otros granadinos que haban sido fusilados. Nos consta la no pertenencia del autor de Romancero gitano a la Masonera, en cuyo Archivo se custodia su expediente negativo. Sin embargo, ha sido publicado el documento por Molina Fajardo sin haber insistido en su dificil verosimilitud, y sin citar procedencia.

    15. Archivo de la Real Chancillera de Granada (A.R.Ch.Gr.), Seccin Tribunal de Responsa- bilidades Polticas, Expediente de Antonio Henares Pramo.

  • Secretario del Taller, con un hombre de gran prestigio e integridad ma- snica, el catedrtico Miguel Alvarez de Salamanca.

    Este ltimo, Aben Humeya; el industrial Rafael Gmez Jarez, Atila, el abogado Francisco Torres Monereo, Dante, y tambin el jurista Prez Fnez, todos ellos miembros del PSOE y de gran actividad poltica du- rante la Repcblica son fusilados en agosto. Francisco del Moral Galn, Hiram, fue hecho prisionero y trasladado a Viznar, a las rdenes de los jefes militares falangistas all enclavados. Dos hermanos pudieron eludir las redes nacionales: el profesor Daniel Ferval Campo y el diputado co- munista Antonio Pretel Fernndez.

    Logia Riveras del Genil n.o 91.

    Tres de sus miembros en 1936, Jos Cuesta Cabrera, L$ Antonio Dalmases de Miquel, Alet, y Jos Valenzuela Marn, Alhambra, el pri- mero, empleado en el Ayuntamiento y los otros dos, concejales en 1936 del PSOE fueron pasados por las armas en agosto. Valenzuela haba sido conducido desde la Comisara junto con siete masones jvenes a trabajar a Viznar -se les encomend entre otras faenas, el enterramiento de los fusilados-'6. Y de aqu fue requerido para el pelotn de fusila- miento, al reclamrsele por su pasado poltico izquierdistal7. El Venerable Maestro, Antonio Mendoza de la Fuente, Salomn, qued detenido tam- bin en Viznar y a mediados de julio de 1937 se {{encuadraba en las milicias de FE-JONS, a las rdenes del comandante Nestares, Jefe de las fuerzas destacadas en este sectorl*. Ese mismo destino adoptaron varios hermanos, tras retractarse pblicamente (Angel Ferrer Lpez, Miguel Garcia, Francisco Jimnez Bocanegra, Dionisio Gonzlez Herrero y Jos Valverde Garca) lg.

    Logia Alhambra n.Q 39. El Gran Oriente Espaol es la Obediencia que ms importancia tiene

    en la Granada de 1936. No slo contaba con un mayor nmero de afilia- dos, sino que sera la Logia de mayor categora, precisamente por la propia relevancia personal de muchos de ellos. Es por otra parte, la Logia en la

    16. Otros masones fueron obligados a trabajar en la construccin de obras en la carretera de Santaf.

    17. Le acompaaron en el pelotn de fusilamiento el catedrtico Garca Labella, el abogado Francisco Rubio Callejn, y los concejales Manuel Salinas y Jess Yoldi.

    18. Mendoza de la Fuente pudo salvarse de un destino ms cruento, seguramente, por la mediacin de un hermano, suboficial del Regimiento de Infantera Lepanto n.o 5.

    19. Vid. Expedientes Masnicos en A.H.N. Salamanca.

  • que podemos ver con mayor claridad la estrecha interrelacin Poltica activa y Masoneria. Consecuentemente, parece obvio, la represin sobre la misma fue mucho ms intensa.

    De los ms de setenta miembros que se iniciaron en ella, en 1936 permanecan en sus trabajos algo ms de cincuenta, la flor y nata de la Masoneria provincial. De ellos, diecisiete fueron fusilados:

    Toms Baena Torres, Rouget Gabr-iel Bonilla Marn, Ilberis Virgilio Castilla Carmona, Gonzalo Antonio Dalmases Miquel, Alet Luis Fajardo Fernndez, Nakens R. Garca Duarte Salcedo, Esculapio Venceslao Guerrero Carmona, C. Marx Joaqun Garca Labella, Aventofail Jos Megas Manzano, Vctor Hugo Jos Polanco Romero, Picornell Saturnino Reyes Vzquez, Servet Jos Raya Hurtado, Lirio Miguel Rodrguez Molina A. Dumas Constantino Ruiz Carnero, Volney Jos Valenzuela Marn, Alhambra Francisco Rubio Callejn, Goethe Fermn Roldn Garca, Trabajo

    relojero catedrtico industrial comerciante industrial catedrtico comerciante catedrtico catedrtico catedrtico mdico empleado

    periodista comerciante

    comerciante

    PSOE I.R. PSOE PSOE I.R. PSOE PSOE I.R. I.R. I.R. PSOE PSOE I.R. I.R. PSOE

    PSOE

    En suma, un 35% de los masones perdieron la vida violentamente, todos ellos son miembros destacados de partidos de izquierdas: el 60% del PSOE, el resto, republicanos de Izquierdas. Siete eran concejales del Frente Popular, dos diputados republicanos a Cortes. Entre los republi- canos desaparecidos merece la pena resaltar algunos rasgos personales: Gabriel Bonilla Marn era abogado y catedrtico de Derecho. Apoy durante la Dictadura de Primo, las protestas estudiantiles y critic el Plan Callejo de Enseanza, por lo que fue expedientado junto a Fernando de los Ros, siendo expulsado de la ctedra. En 1930 es repuesto por el Gobierno Berenguer. Ese afio es nombrado vocal de la Junta Nacional de Alianza Republicana. Junto a los tambin catedrticos Megas Man- zano y Planco Romero constituyeron el tringulo Alhambra.

    Luis ~ a j i r d o Fernndez es abogado, activo opositor durante la Dic- tadura, secretario del Crculo Republicano de la capital y fundador del Partido Republicano Autnomo de Granada. Tras la disolucin del PRAG se une al partido de Azaa; Joaqun Garca Labella, abogado y catedrtico de Universidad, en 1933 es Director General de Administracin Pblica y tcnico encargado de realizar el borrador del anteproyecto de la nueva Ley electoral. Cuando se produce la sublevacin de julio de 1936, ocupaba

  • el cargo de asesor Jurdico del alcalde, el socialista Antonio Fernndez Montesinos. Fue hecho prisionero y tras varios das en la Comisara y Prisin Provincial fue trasladado a Viznar y de aqu fue conducido hasta los paredones del cementerio siendo fusilado a mediados de agosto"; Jos Megas Manzano, mdico afamado y catedrtico de la Universidad, quizs sea el masn de ms relieve en 1936. En 1932 haba logrado revi- talizar el Tringulo durmiente constituido en 1927. Ya funcionaba como logia en 1933 a pesar de considerarse l mismo nico masn de la ciudad, por la escasa preparacin y entusiasmo de los nuevos iniciados en su obediencia como los de la Gran Logia de Espaa? Jos Polanco Romero, historiador, abogado y catedrtico. Decano de Filosofa y letras en 1930, Presidente del Ateneo, Presidente de Accin Republicana y despus de Izquierda republicana, concejal y diputado a cortes en las Constituyentes de 1931, donde defendi un modelo de Estado Federal. Vicerrector de la Universidad y Alcalde de la capital entre septiembre de 1932 y marzo de 1933. Diputado por el Frente Popular en 1936; Constantino Ruiz Carnero, periodista, director del diario de mayor tirada de la provincia, El Defensor de Granada, republicano-independiente, vinculado al proyecto burgus del programa-plataforma del Frente Popular. Excepcional conocedor de los problemas granadinos, muy combativo contra el caciquismo y belige- rante con el rgano de prensa de la derecha, catlica y cedista, El Ideal.

    Entre los socialistas, hay que hacer resaltar a los importantsirnos cargos pblicos, adscritos a la tendencia humanista y moderada repre- sentada por Fernando de los Ros: Virgilio Castilla Carrnona, comerciante, vicepresidente de la Cmara de Comercio de 1930 a 1933, concejal desde 1931 y Presidente de la Diputacin Provincial hasta que fue depuesto por el gobierno radical-cedista en 1934, para ser, de nuevo, confirmado tras el triunfo electoral del F.P. en febrero de 1936. Le sorprendi la sublevacin, la tarde del 20 de julio de 1936, permaneciendo reunido en las dependencias del Gobierno Civil. Fue detenido y sometido a Consejo de Guerra Sumarsimo, del que result culpable y condenado a la mxima pena, que se ejecut en la madrugada del 3 de agosto, horas antes de que una Comisin Gestora Militar se hiciera con la direccin de la institucin provincial. En la citada sentencia, no se menciona para nada su pertenencia a la Masonera y s su calidad de autor de un delito de rebelin, como componente de un Comit de Enlace revolucionario, y otro de insulto de obra a fuerza armada)) 22. Wenceslao Guerrero Carrnona, comerciante, presidente de la Agrupacin socialista local durante la Repblica, viejo militante al igual que Jos Raya Hurtado, histrico del PSOE, organizador de la conjuncin republicano-socialista en marzo de 1931. Raya sera

    20. Al mismo Nestares le fue imposible el que se le conmutara la mxima pena. 21. A.H.N. Salamanca. Sec. Masonera Expediente, 861 16. 22. A.R.Ch.Gr. Expediente del T.R.P. de J.J. Santacruz.

  • detenido en los primeros das de agosto, encontrndosele en un registro efectuado por la Comisara de Vigilancia, ((libros, revistas, folletos y cartas relacionadas con la Masonera en la provincia y de otras capitales, en unin de fichas de masones, peridicos y reglamentos de sociedades de carcter marxista)93. Antonio Mendoza de la Fuente en unin de otros masones detenidos en Viznar hubieron de dar sepultura a Jos Raya y Fermn Roldn24.

    Otros dieciocho masones se vieron incursos en sendos expedientes represivos (Ley de Responsabilidades Polticas y Ley de Represin de Masonera y Comunismo), siendo la mayora de ellos condenados, pese a haber servido durante la guerra en las filas franquistas y haber abJuracio pblicamente de los principios masnicos.

    Tan slo tres miembros de Alhambra 39 pudieron escapar al rigor de las normas: Fernando de los Ros, quien morira en exilio norteameri- cano en 1949; el catedrtico de Instituto, Daniel Ferval Campo, afiliado a I.R. que huy a zona republicana y en 1939 permaneca en un campo de trabajo en Toulouse y Francisco Burgos Reina, en paradero descono- cido en 194025. Carecemos de informacin fidedigna de lo que aconteciera a los otros veinte miembros de la Logia.

    No parece que la represin antimasnica fuese importante en las poblaciones en donde residan los dos nicos ncleos masnicos de la provincia a la altura del verano de 1936: Motril y Albuol. En ambas, las prcticas masnicas entraron en una decadencia sustantiva, de modo que puede decirse que su importancia real era poco menos que testimonial. La actividad de la Masonera, por ejemplo, en Motril se debi, en gran medida, a la estancia y proselitismo del Venerable Maestro 33 Segu Marty -pues permaneci de 1924 a 1928-. En 1936 tenia prcticamente abatidas sus columnas y muchos de sus antiguos militantes no slo se haban apartado de la prctica y ritual masnicos, sino que polticamente -y por efectos del radicalismo poltico y conflictividad social de la zona costera durante la Repblica- se situaron en la derecha sociolgica. Tal fue as que cabe hablar de represin ejercida contra antiguos masones pero, ahora, por parte de autoridades revolucionarias motrileas surgidas tras el 20 de julio (caso de Mariano Consuegra Cuevas, procurador, Spen- cer, grado 3.0 en 1925, identificado con las derechas y con 10s intereses de la patronal, -en su calidad de gerente de la Sociedad concesionaria de la explotacin del Puerto, Dipor S.A.-, fue fusilado en septiembre de 1936 por rdenes del Comit de Salud Pblica republicano. Tambin el caso del exteniente de Navo Juan Garcia Garca, Man, activista y

    23. A.H.N. Salamanca. Sec. Masonera. Leg. 3301 Ept. f l. 24. MOLINA FAJARDO, Op. cit. pg. 254. 25. Expedientes nominales del A.H.N. y A.R.Ch.Gr.

  • militante cedista, y ejecutado en parecidas circunstancias) 26. Especial aten- cin merece la figura de Francisco Monferrel Moreno, Robert, industrial motrileo y grado 3.9 en 1925 que en 1936 sufri persecucin por su ideologa ultraderechista (de acuerdo con el pensamiento de su jefe poltico, Calvo Sotelo), sostena a mediados de mayo de 1936 que la democracia est llamada a desmoronarse, porque se trata de principios absurdos que ya no tienen razn de ser en nuestros tiempos)). Ms tarde y en plena guerra civil y con la comarca liberada de los republicanos, quizs in- tentando justificar su pasado masnico y con el fin de contribuir a la Causa Nacional, publicara un libro carente de valor literario, para algunos pieza de un estilo deleznable, en el que rezuma un odio visceral contra todos los polticos republicanos e izquierdistas del perodo republicano27.

    En conclusin no podemos afirmar que los masones en ejercicio fuesen objeto de un celo represivo similar en la provincia. Slo los inte- grantes de las Logias enclavadas en la ciudad (Ganivet, Alhambra y Ri- veras de Genio sufrieron prisin. Muchos de ellos, se alistaron al Ejrcito nacional y, aunque abjuraron de sus creencias, hubieron de someterse a procesos de represin tras finalizar la contienda. Exactamente veintids hermanos perdieron la vida por fusilamiento. Todos ellos haban sido detenidos previamente a los registros iniciados a principio de agosto, por ser conocidos militantes y activistas del Frente Popular.

    No podemos, pues, confirmar algunas versiones que hablan de cin- cuenta y cuatro asesinatos de masones en Granada28, ni la totalidad de aquella nota publicada en ABC de Madrid el 23 de septiembre, titulada: En Granada han fusilado a todos los masones)) y en la que, junto a comentarios ajustados a la verdad, fusilamientos en masa de socialistas, comunistas, republicanos en masa y dems atropellos, incautacin de ficheros de dos logias masnicas, hicieron prender --los facciosos- a los masones sin distincin de clases, pues haba muchos hermanos perte- necientes a la mesocracia y ajenos a toda poltica y otros que dorman desde hace tiempo)), reproduca inexactitudes: En camiones los trasla- daron al vecino pueblo de Viznar, donde fusilaron a los venerables. Des- pus de tener encarcelados durante varios das a todos los dems, los condujeron al campo y les obligaron a cavar sus propias sepulturas. Tan pronto como las terminaban, eran muertos a tiros.

    26. A.H.N. Madrid, Seccin Causa General. Provincia de Granada, 27. MONFERRER MORENO. Francisco. Monstruos y adlareres de la tragedia motrilea. Granada,

    1938. 28. FERRER BENIMELI. J.A. ((LOS masones en la Historia contempornea espaola)) en Historia

    16. Extra IV, 1977 pg. 75, y La francmasonera y la Guerra Civil Espaola)) en 1 Congreso Internacional sobre la Guerra Civil Espaola, 3.a Seccin, Granada, octubre 1986.

  • IV. LA DEPURACIION DE POSTGUERRA

    Conocemos algunas de las sentencias pronunciadas por el Tribunal Especial para la Represin de la Masonera y del Comunismo en causas seguidas contra masones granadinos, en aplicacin del delito de Masonera prevista en la Ley de 1 de marzo de 1940: Al Venerable Maestro, grado 33 Francisco Segu Marty, iniciador de los trabajos de la Logia Generalve de Motril en 1924, se le juzga en rebelda en octubre de 1940 y se le condena con concurrencia de circunstancias agravantes de la responsa- bilidad criminal a la pena de treinta aos de reclusin mayor y accesorias de interdiccin civil e inhabilitacin absoluta perpetua para el ejercicio de cualquier cargo del Estado, Corporaciones Pblicas y Oficiales, Enti- dades subvencionadas, Empresas concesionarias, Gerencias y Consejos de Administracin de empresas privadas~29.

    Parecidos trminos incluye la sentencia pronunciada contra Francisco Moral Galn, juzgado en rebelda y condenado a diecisis aos de pri- sin30.

    Efectivamente eso ocurri con los masones de mayor graduacin y que no haban sido antes fusilados. Pero tambin aconteci con los ma- sones de segunda fila, con los iniciados durante la Repblica, a quienes no se les haba demostrado una actividad poltica definida hacia la iz- quierda, por cuya causa no fueron ((molestados>,, en exceso, durante la contienda, e incluso -como se ha insistido- llegaron a colaborar con los franquistas. No obstante, hubieron de pasar por los tribunales anti- masnicos ya que el Nuevo Estado naca con vocacin represora: el triunfo de abril del 1939 inauguraba practicas y mentalidad depurativas de pasadas simpatas: 24 miembros de la Logia Alhambra se encontraron incursos en expedientes gubernativos, procesos, declaraciones ... condenas, destierros y multas. Represin y control policial que incluso se mantena -hoy podemos pensar, exagerada, anacrnicamente- hasta bien entrada la dcada de los cincuenta, que no es demasiado suponer habida cuenta que la Masonera goza de status legal apenas hace una dcada?

    29. A.H.N. Salamanca, Expedientes Masnicos. Leg. 147 A. Expet. 4. 30. Segn testimonios de Antonio Mendoza de la Fuente, pudo ser condenado a muerte,

    hecho que no hemos podido confirmar. S que estuvo con otros siete masones ms en Viznar, todos ellos bajo la proteccin del jefe militar, Nestares. Vid. MOLINA FAJARDO, Op. cit., pg. 372.

    31, Todava en 1957 se seguan diligencias contra algn masn granadino, concretamente contra Jorque Bauza Padill.

  • V. ANTIMASONERIA: EL TRIUNFO DEL TRADICIONALISMO REACCIONARIO

    Habra, finalmente que cuestionarse si hubo o no hilo conductor, una razn suficientemente slida que explicase tal avidez represora, tal persecucin y mitificacin, por negativa, de la Masoneria por el fran- quismo sociolgico. Dilucidar esto nos llevara a plantearnos los orgenes ideolgicos de la dictadura militar autoritaria espaola de postguerra, muy interesante, pero que no es aqui el momento ni el marco adecuado para su concrecin. En cambio, s que convendra matizar algunos aspectos notorios que se desprenden del estudio del proceso de represin masnica, y que nos pueden valer como punto de partida en futuras investigaciones:

    a) dada la composicin sociolgica de la Masoneria espaola en 193632, la persecucin, represin e ilegalizacin que sufre equivale a la descalificacin y fracaso del proyecto poltico y social de las burguesas medias urbanas y por tanto de las formas polticas y de representacin democrticas. En 1936 se perdi ((aquella oportunidad histrica)) -que hablase Azaa- de haber encauzado por los derroteros de modernizacin social a nuestro pas, para mantenerse en un subdesarrollo cultural y poltico notables.

    b) bien es cierto que hubo contradicciones en esa fraccin de clase que fue la burguesa urbana -la dinmica poltica durante la Segunda Repblica, repleta de rupturas de partidos, deslealtades etc., lo corrobo- ra"-, no obstante, cabe hablar de un fracaso inducido por la permanente conspiracin reaccionaria antidemocrtica y antirrepublicana de un im- portante estrato sociolgico y poltico dominado por la derecha.

    c) refirindonos al tema que nos ocupa y, en un plano local, el debate ideolgico: reformismo-burgus-liberal versus nacionalismo catlico y tradicional se plante en Granada con cierta acritud, fiel reflejo de la enorme diferencia que distaba entre el centro de poder poltico republicano-socialista (Diputados a Cortes, intelectuales de gran prestigio, alcaldes, funcionariado, etc.) que demanda cambios sustanciales en la administracin y en la cultura y convivencia polticas (reforma agraria, reforma del Ejrcito, legislacin social avanzada, separacin Iglesia-Estado, laicizacin de la Enseanza ...) y el ((poder real)) de los partidarios del inmovilismo social, ideolgico y poltico que se defienden de los ((ataques a sus privilegios tradicionales)). Es aqui donde se gesta la animadversin del franquismo sociolgico contra los Masones. La Orden con su decidida

    32. Remitimos a la obra y metodologa de GOMEZ MOLLEDA, Mara Dolores. Op. cit. pgs. 21 1-250.

    33. Vid. entre otros estudios: AVILS FARRE, Juan. La izquierda burguesa en la /I Repblica. Espasa Calpe, Madrid, 1985, Pg. 239. ESPIN, Eduardo: Azaa en el poder. E1 Partido de Accin Republicana. C.I.S. Madrid, 1980, pg. 336.

  • vocacin liberal, democrtica, republicana, con su humana y sana sensi- bilidad.para con la cuestin social le haca aparecer sospechosa y subver- siva para la derecha: los ms importantes cargos republicanos en la pro- vincia, eran masones; algunos de ellos se haban visto comprometidos en acontecimientos revolucionarios, como la huelga general de octubre, cuan- do se detienen a ms de veinte {(hermanos)). Entre ellos a Miguel Alvarez de Salamanca, por ser un fuerte defensor del desgraciado movimiento subversivo~34. Los masones de mayor relevancia haban intervenido di- rectamente en la campaa electoral de febrero y mayo de 1936, antesala -para la reaccin- de la revolucin social y poltica.

    No obstante, las diferencias ideolgicas entre derecha e izquierda, evidentes en 1936, se gestaron a lo largo del quinquenio republicano. El debate en torno a la confesionalidad del Estado, la separacin Iglesia- Estado, la desacralizacin de la enseanza, el status jurdico de las con- gregaciones religiosas, posicionaran los dos puntos de vista, irreconcilia- bles, desde un principio. De un lado, los reformistas anticlericales fuerte- mente ideologizados; de otro, los clericales aferrados a su tradiciones, cada vez ms sensibles y radicalizados frente a los ataques institucionales de la Repblica.

    En esa dialctica, los masones granadinos y, por tanto hombres com- prometidos con los postulados reformistas republicanos y socialistas, ex- presaran su apoyo a las iniciativas gubernamentales. Cuando se discute el desarrollo constitucional en materia religiosa (Enseanza, Ley de Con- gregaciones, disolucin de la Compaa de Jess) se alzaron voces en pro y en contra, pero el tono subi hasta trminos dramticos: el diputado- Carreo dice que {(la Iglesia ha obstaculizado la labor de la libertad, los grandes sacerdotes adoptan una posicin de hostilidad frente a los que propugnan un rgimen ms social y humano, y ms justo~35. Rafael Garca-Duarte Salcedo, hermano masn y tambin diputado socialista, por su parte, aade que la obstruccin a la Ley de Congregaciones es obra de la clericalla y burguesa, que son ua y carne)). Cuando el decreto de disolucin de la Compaa de J e ~ s - ' ~ , todos los sectores republicanos y de izquierdas se lanzaron a avalar la decisin y comenzaron a hacer cbalas para una ((utilizacin ciudadana) de sus inmuebles. La coeducacin y la desacralizacin de contenidos y signos externos (crucifijo) era poco menos que una imposicin que se aceptaba de mala gana en los concu- rridos centros religiosos.

    Todas estas ((agresiones)) fueron contestadas en su momento: sobre el laicismo se dir que es una secta llamada en filosofa racionalismo y

    34. A.H.N. Expedientes Masnicos. Leg. 530 B. 35. EI Defensor de Granada 23 de febrero de 1933. 36. En Granada afect a la poderossima Compaa, que retena en sus manos una importante

    labor apostlica, educativa, y no escasos bienes muebles e inmuebles.

  • positivismo; en poltica anticlericalismo; en enseanza, escuela laica; en sociologa apostasia legal y social; y en teologa atesmo del Estado e irreligiosidad prctica37. La coeducacin ((aberracin monstruosa, indigna pedaggicamente, sectarismo analfabeto y agresivo38. En suma la labor gubernamental es producto del Judasmo y de la Masonera)), palabras pronunciadas por el redactor del diario cedista Ideal, Julio Moreno D- vila39. Una arbitrariedad ms, un sectarismo que ser liquidado porque nada valdr contra Espaa (sigue diciendo Ideal- eterna, que es decir la cristiana y la espaola. Cristo es su rey, su capitn Loyola, los soldados los jesutas, y l es pueblo de Dios quien

    Oportunidad que se present con la sublevacin de julio de 1936. Al triunfo sigui una intensa labor de adoctrinamiento moral y poltico: antiliberal, antidemocrtico (Ni liberalismo, ni socialismo^^, clamaba un editorial de Ideal en octubre de 1936). La identificacin forzada de: comunismo-sovietismo)), republicanismo y Masonera fue otro punto de referencia obligado:

    La masonera es la causa de todas las penas. En los momentos en que los buenos espaoles derraman sangre para defender y honrar a su Patria prosigue alentando el fuego de la revolucin roja a las rdenes emanadas de Mosc. Odnos, la masonera y el judasmo son esclavos de MoscL y sus mejores armas en sus planes de revolu- cin.. .

    ...La Repblica naci principalmente por la accin de las Logias. Las leyes que aprob el Parlamento fueron previamente examinadas en las reuniones masnicas. Masones fueron todos los cargos, Barcia, Giral, Casares Quiroga. A Azaffa se le oblig a ingresar en una Logia, indispensable para continuar de presidente ...

    Masonera a cara descubierta. Transigir con ella, mirarla con benevolencia es incurrir en un tremendo error, para la independencia de la patria y descuidar la defensa de nuestras creencias religiosas . . .41

    Aunque la verdadera intencin sea la de presentarla como un ((chivo expiatorio)) que justifique el tradicionalismo nacionalcatlico enquistado bajo la parafernalia de ((la Santa Cruzada)). Teniendo un omnipresente y endemoniado enemigo -(Masonera)- sera ms factible la ((rectificacin)) reaccionaria de la labor republicana. Una ola de primitivismo religioso recorri el pas a partir de 1939. Simultneamente la revolucin social)) se ha alejado, pues el orden social se ha restablecido. Los propietarios agrcolas disfrutaban de sus haciendas, ahora con el apoyo del Estado, que vela por sus intereses y sin oposicin de las organizaciones sindicales, todas ellas prohibidas y sus dirigentes encarcelados, huidos o fusilados.

    37. Revisra del Magisterio Avenzariano, n.Q 140, 1933. 38. Ideal, 5 de agosto de 1934. 39. Ideal, 13 de febrero y 1 de marzo de 1933. 40. Ideal, 31 de julio de 1932. 41. Ideal. 19 de enero de 1937.