lore aresti - silenciamiento de lo femenino y desastre ecológico

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Silenciamiento de lo femenino y desastre ecolgico

LORE ARESTI DE LA TORRE

l agotamiento de los recursos naturales, la contaminacin ambiental, la acumulacin y el excesivo control de los recursos naturales vinculados al constante aumento de la pobreza, la violencia social internacional y nacional e intrafamiliar, nos subrayan que los modelos de relaciones sociales, econmicos, polticos y de gnero, estn en contra de la supervivencia y no permiten una vida digna para todos. Nos encontramos en una crisis del desarrollo de la humanidad, lo que exige la necesidad de crear nuevos conceptos que aborden la problemtica global y generalizada de la realidad social actual, pues es evidente que el modelo capitalista neoliberal es devastador y violento. Por ello, en este trabajo partimos de la premisa de que los valores de la cultura occidental que estructuraron el modelo de desarrollo capitalista y/o neoliberal que es el mismo que estructur el modelo de relaciones entre hombres y mujeres, se est imponiendo a la naturaleza y a la propia vida humana. Es en este marco donde surge la idea de que las relaciones y roles de gnero son un eje medular en la problemtica ambiental. Nuestro objetivo consiste en reflexionar acerca de las causas y consecuencias de este modelo patriarcal, abordando algunas de las posibilidades que existen para salir de este atolladero ecolgico. Principalmente se hablar del ecofeminismo y las relaciones de equidad y gnero, donde el respeto por el otro es fundamental para salvaguardar los recursos naturales y las relaciones sociales.

La raz de la crisis ecolgica se encuentra en la muerte del principio femenino. VANDANA SHIVAANUARIO DE INVESTIGACIN 2005 UAM-X MXICO 2006 PP. 483-505

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LA CRTICA SITUACIN QUE VENIMOS enfrentando a lo largo del siglo XX y principios del XXI ha llevado a muchos investigadores tanto del campo de las ciencias sociales como de las ciencias biolgicas y a los estudiosos del desastre ecolgico mundial a plantear una nueva interpretacin del desarrollo histrico de la cultura occidental. Esta interpretacin cuestiona, desmenuza y confronta el proceso histrico en el cual nos hallamos y denominamos patriarcado; dicha interpretacin divide la historia de Occidente en tres etapas: 1) pre-patriarcado; 2) patriarcado, y 3) post-patriarcado. Estos trminos se encuentran de manera frecuente en los anlisis de las cuestiones culturales e histricas contemporneas. La primera etapa prepatriarcado hace referencia a un periodo prepatricntrico en la vieja Europa, que aparentemente floreci en el ao 6,500 a.C, hasta las invasiones Arias alrededor de 3,500 a.C. El patriarcado y la cultura occidental son conceptualizados casi como sinnimos durante los ltimos 8 mil o 5 mil aos de la historia occidental. La etapa postpatriarcal se plantea a futuro como un periodo ecolgico en el cual el proceso de gobernar se da de manera absolutamente participativa. Diversos autores, entre ellos Thomas Berry y Theodore Rosak y colaboradores, platean que este proceso est emergiendo actualmente y que llegar a su plenitud en el desarrollo de nuestro futuro histrico, no solamente dentro de la civilizacin occidental sino como un proceso civilizatorio global. Algunos de los estudiosos del tema plantean que estos periodos histricos pueden tambin ser denominados matricntricos, patricntricos y omnicntricos: en la utilizacin del sufijo cntrico est en juego un deslizamiento desde la idea de dominio o regla para subrayar que cada uno de estos periodos implica toda una integridad cultural. El periodo postpatriarcal es denominado omnicntrico para indicar que los ecosistemas son percibidos como procesos participativos y comprensibles, este periodo tambin suele ser designado como eco-feminista, ya que las cualidades nutrientes, espontneas y continentes que supuestamente lo caracterizarn han sido asignadas a lo largo de la historia a lo femenino. En contraste con el cuestionamiento que se le hace al periodo patricntrico, que en general suele ser visto como opresivo, jerrquico y con necesidades del uso del control, la fuerza y la jerarqua.

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Si bien estos periodos nos ayudan a comprender cmo se ha ido transformando la humanidad, tambin estamos conscientes que en estos patrones de interpretacin histrica se aade una cierta dimensin mtica recordemos que todo contexto de interpretacin en cualquier rea del pensamiento humano encuentra su mejor expresin en contenidos profundamente mticos. Mirando de manera crtica hacia atrs sabemos que la historia real de la vida real, de seres reales no se divide en secuencias ordenadamente arregladas ni en patrones simtricos. La historia real, la que no se cuenta, ni se analiza, ni se interpreta, sino que se vive, es ms bien un flujo continuo en su secuencia de informacin. Sin embargo, hemos visto cmo a lo largo de la historia contada por los hombres, existe una linealidad y una secuencia que dan cuenta de etapas o procesos especficos con una duracin y caractersticas particulares. Por ejemplo, en el siglo XII vemos la secuencia de las tres edades que presenta Joaqun de Flores: las edades del Padre, el Hijo, y la edad venidera del Espritu Santo. Podemos recordar tambin las tres edades o pocas de Jean Battista Vico: Lo Divino, Lo Heroico y las Edades Humanas. Ms adelante, en el siglo XIX, Karl Marx tambin nos presenta una visin de la historia que se mueve de una sociedad original sin clases seguidas por sociedades clasistas feudales y burguesas que eventualmente terminaran en una sociedad sin clases denominada comunismo. Oswald Spengler, desde su perspectiva histrica, seala que la civilizacin occidental ha pasado a travs de un creativo periodo inicial, seguido por uno de estabilizacin y crecimiento, el cual entrar de manera inevitable (siglos XX y XXI) en otro de deterioro y declinacin. Estos esquemas de interpretacin histrica nos llevan a identificar la secuencia histrica de Occidente matricntrico, patricntrico y omnicntrico, donde encontramos que cada uno de estos periodos es fcilmente delineado y delimitado. En el primero, el desarrollo prepatriarcal o matricntrico, encontramos relevantes aportaciones de arquelogas, como Marija Gimbutas, quien ha investigado profundamente una documentada historia de la vieja Europa, plantea que sta fue una poca de cultura matricntrica que tuvo lugar aproximadamente 6,500 aos a.C., hasta que fue derrotada en 3,500 a.C. A su vez, la investigadora Charlene Spretnak (1984) presenta abundantes datos sobre el periodo matricntrico, tal como se manifest en los valoresNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO485

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humanos bsicos de las religiones centradas en la Diosa de la Grecia preclsica, la investigadora analiza la supresin de esta poca por la cultura patriarcal representada por los invasores Arios. Esta reevaluacin implica de facto un cuestionamiento sobre toda la empresa civilizatoria occidental tal como se ha venido desarrollando en los ltimos 8 mil aos. Estos anlisis e investigaciones nos permiten comprender y entender el bienestar del periodo matricntrico y la devastacin y destruccin de la Tierra del periodo posterior. El curso de la civilizacin occidental posterior al periodo matricntrico es visto como estructurado alrededor del orden patriarcal, el cual implica la agresiva, violenta y destructiva dominacin masculina sobre la sociedad. Las fuerzas que motivan esta reevaluacin crtica de la civilizacin occidental, parten de la creciente conciencia de las mujeres sobre el devenir histrico y de la permanente constatacin de la devastacin de todas las formas vivientes del planeta, consecuencia de los regmenes dominados por el patriarcado, mismo que es analizado como un periodo que designa un nivel de determinacin profundo y destructivo sobre la percepcin occidental de los valores humanos, del respeto a todas las formas vivientes y de la aceptacin de lo divino. El trmino en s guarda una notoria claridad en relacin con el rol que se le asigna. De hecho pocas palabras han aparecido tan repentinamente para cumplir un rol a la vez crtico y creativo. A travs de este concepto se estn haciendo numerosos esfuerzos para identificar la fuente del mismo y proponer un fin y/o transformacin trascendente al destructivo curso de esta etapa histrica, etapa/proceso que amenaza hoy en da la sobrevivencia de todos los sistemas bsicos de vida del planeta. La evidencia del peligro irreversible que est sufriendo la tierra, fue presentada en 1987 por Peter Raven en una alocucin a la American Asotiation for the Advancement of Science. El discurso de Raven, We are killing the World, consisti en una sucinta presentacin de los datos especficos relacionados con las consecuencias de nuestro actual saqueo industrial de los recursos del planeta. En dicho texto plante que no ha habido ningn otro momento de la historia de la Tierra donde se haya dado tal nivel de devastacin y tal magnitud. El autor plantea que ni siquiera las extinciones a finales del periodo Perniano hace aproximadamente 220

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millones de aos, cuando perecieron aproximadamente 90 por ciento de todas las especies, fue tan destructivo. Al analizar el trmino patriarcado vemos cmo originalmente ste remita a la regla o mando del hombre mayor sobre la tribu o sobre su familia natural. Su connotacin original relacionada con la benevolencia y proteccin a la familia ntima pronto desapareci en medio de las duras realidades que se tuvieron que sobrellevar dentro de la sociedad familiar y las sociedades humanas en general. Las ilustracin ms prominente del mando masculino sobre la extendida familia tribal la encontramos en el periodo patriarcal de las primeras narraciones bblicas, con los roles de sumo sacerdote y profeta. An ms importante en relacin con este tema es el trmino patria protestad del derecho romano. En este periodo el padre tena los derechos absolutos sobre la familia entera, incluyendo el derecho a imponer la pena capital; la familia extendida era de su total posesin, el padre era dueo de todo y decida sobre todo. El sentido occidental de autoridad sobre los asuntos humanos, no slo surge del precedente romano sino tambin de las tribus invasoras al Norte y al Este de Europa. Cuando juntamos el control que daba el derecho romano con relacin al liderazgo del Pather familia se establece de forma constante y profunda el control de la familia y de las tribus por parte de la personalidad guerrera del hombre. Dentro del marco terico que hemos venido trabajando, el trmino patriarcado es indicativo de la responsabilidad de la situacin de crisis actual, no solamente en relacin con la violencia y control ejercido hacia las mujeres, sino en relacin con la estructura catica de nuestra sociedad y con la destruccin del planeta mismo. En este sentido, el patriarcado es un concepto que remite al patrn tpico de control opresivo llevado a cabo por los hombres, con poco o ningn lvaro Santiago Mapas carnales (2003) miramiento al bienestar o satisfaccinNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO487

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personal de las mujeres, a los valores humanos ms significativos, y al destino del planeta mismo. La eleccin del trmino patriarcado para definir la patologa bsica de la civilizacin occidental, est siendo confirmada por la evidencia histrica y el anlisis terico de un periodo anterior ms benigno matrstico y focal. Judy Chicago concluye en sus investigaciones sobre esta poca que toda la evidencia arqueolgica indica que estas culturas matricntricas eran igualitarias, democrticas y pacficas. Estas sociedades agrcolas orientadas hacia valores femeninos fueron dando lugar, de manera gradual a un estado poltico dominado por la mirada y presencia masculina, donde se desarrollaron especializaciones ocupacionales tales como el comercio y el militarismo, todo ello dentro de sociedades cada vez ms estratificadas. El cambio de este periodo hacia el de civilizacin patriarcal tuvo lugar en la vieja Europa, con la invasin de los Arios Indo-europeos, alrededor de 4,500 aos a.C., de este periodo vienen las ms profundas determinaciones del modo de conciencia occidental. En las palabras de Marija Gimbutas (1974), la civilizacin Europea temprana fue salvajemente destruida por el elemento patriarcal, y nunca se ha recobrado; pero su legado ha permanecido en el sustrato que nutri el desarrollo de la cultura Europea. Los estudiosos que proponen esta revisin de los valores de la cultura patriarcal, no discuten desde perspectivas filosficas, sino desde realidades histricas prcticas y desde el peligro planetario en el que nos encontramos, as como desde los reinados ms profundos del psiquismo humano en el que nos encontramos; tambin retoman perspectivas mtico- poticas desde los reinados ms profundos del psiquismo humano. El temprano periodo matricntrico es percibido como profundo en el desarrollo de la vida comunal primordial. Esta visin analiza cmo en el modo de conciencia femenina que caracteriza esta poca se da un profundo nfasis en los rituales de renovacin de las estaciones. La visin histrica matricntrica femenina est ms comprometida con la secuencia temporal de las estaciones, con la evocacin ritual de los poderes del universo y con la visin de lo sagrado que con valores econmicos o polticos per se. Visto desde una perspectiva, toda la empresa de la civilizacin occidental impuso presiones y prisiones insostenibles en las funciones biolgicas de la Tierra. La visin histrica de nuestro presente hacia un futuro ms benigno yNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO488

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vital en el desarrollo de la Tierra, implica un periodo en que se pueda establecer de manera mutua relaciones enriquecedoras entre lo humano y su entorno de base, que no es otro que la Tierra; esta premisa es fundamental si es que el ser humano quiere permanecer como una especie viable en un planeta viable. El proceso histrico occidental es identificado por Thomas Berry y colaboradores,1 en el libro The Dream of the Erd, como constituido por cuatro Instituciones Patriarcales, mismas que han controlado la historia occidental durante siglos. Estos autores, sealan que no importa cuan benigna sea nuestra perspectiva en relacin con estas instituciones o cuan brillantes hayan sido algunas de sus aportaciones, lo que observamos en todo caso es que stas se han tornado progresivamente ms violentas en sus poderes destructivos. Tan destructivos que en el presente se ponen en juego la permanencia de todos los sistemas bsicos de vida del planeta. Los Imperios Clsicos, las instituciones eclesisticas, los Estados-nacin, y las corporaciones modernas son cuatro instituciones exclusivamente masculinas y primariamente diseadas para la satisfaccin de la condicin humana desde una mirada nicamente masculina, donde las mujeres tienen una participacin mnima en la direccin y ordenamiento de dichas instituciones.

Los imperios clsicos Los imperios clsicos encuentran su precedente en los gobernantes sagrados que aparecieron en Sumeria y Egipto hace aproximadamente 5 mil aos. En Egipto, el Faran participaba del estatus divino; mientras que en Sumeria, los gobernantes eran representantes de lo divino. En ambos casos estos gobernantes reinaban sobre condiciones humanas opresivas asociadas con las primeras civilizaciones organizadas y comprometidas en proyectos extensivos y construccin. En su estudio sobre el despotismo oriental, Kart Wittfogel las identific como la forma ms dura de poder total. Cuando vemos la grandeza de estas civilizaciones y de las que le sucedieron,

Thomas Berry, doctorado en Historia y Teologa; ha sido director de los estudios de posgrado en Forham, respetado historiador de las culturas con especial nfasis en el proceso de fundacin cultural y su relacin con el mundo cultural.

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Siria y Babilonia, nos sorprendernos de que tanta opresin y violencia sobre la poblacin coexistiera con logros tan imponentes como los que la caracterizan. Por ejemplo, analizamos el mundo Griego y la herencia humanista que este mundo nos leg, y no podemos dejar de preguntarnos cmo es que estos procesos se llevaron a cabo en una sociedad esclavista. Esta secuencia de imperios fue seguida en Occidente por el Imperio Bizantino, por el Romano en Europa y con los imperios posteriores de los espaoles, los portugueses, los franceses, y los britnicos mientras los rusos expandan su imperio a travs del continente Asitico. Estos imperios tomaron para s los smbolos csmicos de sus tradiciones, estableciendo relaciones de poder, bien sea a travs del gobernante como rey divino o como encarnaciones del poder csmico a travs de ceremonias religiosas de coronacin. Esta es precisamente la dificultad del patriarcado, la cual, ms que un arreglo social o poltico, constituye una estructura lgica dentro de los compromisos rituales y morales de la religin. En cualquier caso los controles imperiales sobre la poblacin se llevaron a cabo en nombre de lo divino y en asociacin con el orden cosmolgico de las cosas. En las escrituras sagradas de la Biblia encontramos tambin deidades e ideales guerreras. Si en los evangelios surgieron enseanzas ms pacficas, stas no sobrevivieron el reto de los siglos posteriores, en los cuales los conflictos y las guerras se convirtieron en una forma cotidiana de supervivencia y de fe en un dios de guerra y, como cualquier adiccin, la adiccin a la violencia y a la guerra se hizo cada vez ms profunda. Esta patologa era demasiado universal para ser erradicada y continu hasta la utilizacin de las bombas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki; a partir de esta increble Guerrea Mundial, las naciones industrializadas comenzaron a construir suficientes ojivas nucleares como para extinguir todas las grandes formas de vida en el planeta tierra.

La institucin eclesitica La institucin eclesistica ha ejercido an mayor poder intelectual, moral y espiritual, causando profundas consecuencias que las ocasionadas por los imperios polticos clsicos. Si bien ambas instituciones han luchado entre s durante siglos, ambas han formado parte de la MISMA CONSTRUCCINNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO490

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la historia de Occidente. La Iglesia ha sido la nica autoridad durante muchos siglos. A travs del bautismo una persona adquira el derecho a ser miembro de la sociedad civil y religiosa en la que haba nacido; esta situacin dur hasta el tiempo de la Revolucin Francesa y el surgimiento de las Naciones-Estados. La Iglesia control durante siglos no slo las creencia religiosas y la disciplina moral de la sociedad Europea, tambin tuvo bajo su control la formacin intelectual y espiritual de su poca. Si la economa, la ley y la poltica tuvieron un mnimo de estatus independiente, ste tambin estuvo sujeto a la interpretacin dada por la Iglesia. Las cruzadas, una de las empresas centrales de los siglos medievales, fueron apoyadas por la iglesia, quien comision a varios gobernantes a que las llevaran a cabo a travs de sus fuerzas militares. Las determinantes fundamentales de la realidad y de los valores de la cultura occidental fueron expresadas en las estructuras de creencias expresadas por la Iglesia. El sentido de lo sagrado en cualquier civilizacin es precisamente aquello que no puede ser cuestionado, ya que ste es la respuesta incuestionable a todas las preguntas, confusiones e interrogantes que presenta la condicin humana. Por tanto, estas creencias estaban determinadas por la revelacin divina contenida en la Biblia y por la tradicin viviente de los que se vivan como profetas; ambos fenmenos estuvieron siempre sujetos a la interpretacin eclesistica. De aqu surge el apoyo ms profundo a la tradicin patriarcal de la civilizacin occidental. La tradicin bblica comienza con la narracin de la Creacin, donde la Madre Tierra de las culturas del Este es abandonada en funcin de la trascendencia del Padre Dios, quien mora en el Cielo. Posteriormente, esta relacin entre lo divino y lo humano se construye en trminos de gente elegida y un Dios Padre creativo y trascendente. Es este un contexto donde los asuntos humanos-divinos son alejados del mundo natural; ste ya no es ms el encuentro entre lo divino y lo humano. Una sutil aversin se va desarrollando contra el mundo natural, donde el verdadero acontecer de la vida humana no pertenece ms a la comunidad de la vida en la Tierra sino a una comunidad celestial. Es como si la vida en la Tierra fuera un exilio de nuestro verdadero hogar en el Cielo. El mundo natural casi no es mencionado en las oraciones de la Iglesia; el mundo cristiano es un mundo de la ciudad.NUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO491

CULTURAL:

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Su preocupacin fundamental es lo sobrenatural. El mundo rural es un mundo pagano. Del mundo natural hay que guardar distancia puesto que es peligroso, pagano y sensual. En la narrativa de la Biblia, la mujer se convierte en un instrumento para la entrada del mal en el mundo, causando una ruptura entre la relacin humana y divina, donde slo en un sentido derivativo a travs de su sometimiento a los hombres pueden las mujeres funcionar en la vida pblica de la comunidad sagrada. Posteriormente, en funcin de la menor calidad del ser femenino, las mujeres son vistas como la consecuencia biolgica de alguna falta de vigor en el componente masculino, en el proceso de concepcin, ya que un hombre con su energa completa slo debera producir hijos varones. En este contexto, toda la existencia femenina se ve profundamente disminuida y subordinada a los deseos masculinos, donde las mujeres quedan asociadas con la seduccin y el mal moral. Debido a que las mujeres fueron consideradas tan seductoras, aun en la cualidad sensual de sus voces, durante siglos no slo fueron excluidas de las actividades ms esenciales de la Iglesia, sino que tambin quedaron excluidas de los coros oficiales de la liturgia eclesistica, salvo en conventos de mujeres. En la poca Medieval se puede observar una profunda ambivalencia frente a la virgen de la Madona, sin lugar a dudas la ms grande creacin cultural de la poca: el poder de esta imagen arquetpica fue disminuido cuando en el siglo XVI, la figura femenina fue rechazada como una intrusin pagana dentro del mundo cristiano. Es este un punto decisivo ya que la Virgen Divina puede ser considerada como un esfuerzo de traer a la cultura patriarcal de Occidente aunque sea un remanente de la Madre Tierra. As, la Iglesia central de la cristiandad, la Catedral Chartres, fue construida sobre el altar de una Diosa Madre de la poca precristina. La Madona adorada en la Catedral de Chartres fue considerada como una figura precristiana; este hecho que la Virgen fuese considerada como todo poderosa, como proteccin contra el Dios mismo indica el poder divino de la Virgen, de lo femenino y de lo materno.

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La Nacin Estado Thomas Berry seala al Estado-nacin como LA TERCERA institucin patriarcal que ha determinado al mundo occidental; despus del siglo XV el creciente poder de las clases comerciales demandaba mayor participacin en los gobiernos; las clases mercantiles y las nuevas tecnologas cambiaron la atencin al mundo secular dentro de la filosofa poltica de Jhon Locke en el sentido de la libertad personal y de la libre asociacin. Esto lleva a una nueva forma poltica con gobiernos constitucionales que, en teora, constituan la manifestacin de la voluntad de las mayoras y para la proteccin de sus libertades. La nueva revolucin sent su poder en el concepto de Patria (Pather); con la construccin de asambleas, banderas, historia, economa y monedas nacionales. Todos estos procesos tomaron su lugar dentro del rango de la infraestructura de las sociedades industriales modernas, tales como el sistema de transporte, de agua, drenaje y servicios de toda clase. Esta nueva devocin a la comunidad poltica de la nacin tuvo en s un tinte de fervor religioso. El nacimiento de la nacin y la fecha de la revolucin nacional se convirtieron en los das ms sagrados del ao. Los lderes revolucionarios se convirtieron en personalidades reverenciadas, la construccin de los Estados Nacionales se constituy en un proceso mgico y todopoderoso para que la comunidad humana se Gilberto Aceves Navarro alejase de la oscuridad para entrar de Dos modelos (2005) lleno a un mundo de luz y libertad. El antiguo simbolismo del xodo hacia la Tierra Prometida se volvi a reactivar, auque en un encuadre extraamente diferente. La empresa civilizadora de los Estados desarroll una visin simplista y jerrquica sobre el resto del mundo. Las naciones europeas, especialmente Inglaterra, se vieron a s mismas como salvadoras de los pobladores de la tierra en trminos de su misinNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO493

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civilizadora. Esto llev a procesos coloniales, al control de poblaciones, tierras y bienes del planeta entero por las Naciones Estado del mundo europeo. Patriarcalmente se pens que la colonizacin de otros pueblos era una misin histrica sagrada; aun la institucin de la esclavitud fue vista como un proceso que permita relacionar a los esclavos con los propsitos ms altos de las Naciones Estado. La Nacin Estado puede ser considerada como la institucin ms poderosa inventada por el hombre para organizar las sociedades humanas. Sobre todo el concepto de soberana nacional tom un lugar central como una expresin suprema de lo que estamos aqu designando como patriarcado: el agresivo uso del poder y la constitucin de los valores masculinos de conquista y dominacin. En virtud del concepto de soberana nacional cada nacin se declar con una identidad independiente no sujeta a ningn poder sobre la tierra, donde cualquier esfuerzo proveniente de fuera fue visto como un ataque a la soberana. No se acept ninguna asociacin con otras naciones, en tanto esta asociacin implicase una disminucin de la soberana nacional. Esta sensibilidad interna estuvo extraamente asociada con la conclusin a que llegaron las naciones europeas de extender su poder y control sobre el mundo no europeo en una especie de misin divina. La determinacin de los lmites geogrficos de cada Nacin Estado y las alianzas con otras personas y otras naciones suele ser confusa, ya que los resentimientos histricos quedaron largo tiempo en la mente de los pueblos occidentales, convirtindose as en caldo de cultivo para la guerra para defender el honor nacional y en un vano esfuerzo de construir la fuerza de la seguridad nacional. Esto llev a la construccin de grupos armados; los ejrcitos de los tiempos modernos son una invencin de la Nacin Estado. En los siglos anteriores las guerras de Europa fueron peleadas por sus gobernantes con ejrcitos contratados por ellos. La vida de los pueblos era poco afectada cuando el mando de su territorio pasaba de un rgimen a otro. Todo esto cambio con el llamado a la nacin entera. As nace el concepto de guerra total. Todos los recursos de la Nacin educativos, cientficos, econmicos y sobre todo el uso de medios masivos han sido implicados ms all del concepto de guerra total al concepto de guerra mundial. Las guerras se han tornado endmicas, losNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO494

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instrumentos que se usan se han tornado destructivos y el costo financiero de las actividades militares se han tornado tan exorbitantes que no podemos menos que preguntarnos cunto tiempo podrn durar los conflictos como la amenaza de los mismos. Estos procesos obviamente son motivados por la ms profunda de las patologas de nuestra civilizacin; originando, como tantas otras patologas, un pervertido y distorsionado sentido de lo sagrado. As como los imperios clsicos y las instituciones eclesisticas, la NacinEstado es utilizada por los hombres y para los ideales de los hombres. Las mujeres a lo largo de la historia occidental han sido objetos sin poder en el nivel de lo pblico, su lugar es cuidando a los hijos y sirviendo a los hombres. Esta exclusin de la vida pblica se ha hecho cada vez menos aceptable a medida que las mujeres han ganado acceso a la educacin y a trabajos bien remunerados. Es interesante mencionar que las mujeres no participaron en el proceso electoral en Estados Unidos sino hasta 1920, en Gran Bretaa hasta 1928. Aun en 1987 slo haba dos mujeres en el Senado Americano, compuesto por cien miembros. La primera mujer de la Corte Suprema fue nombrada en 1981. Este tipo de desbalance ya no es aceptable para las mujeres, que constituyen ms de la mitad de la poblacin mundial.

Las corporaciones Dentro del anlisis del autor mencionado, las CORPORACIONES MODERNAS ya sean de carcter industrial, financiero, comercial son vistas como la cuarta manifestacin destructiva del patriarcado; aunque estas instituciones intenten proyectar su imagen como la fuente primaria de todas las bendiciones y bienestar de la poblacin. Los eslganes corporativos sealan que el progreso es el producto ms importante, mejores niveles de vida a travs de la qumica, la industria es el corazn de Amrica. No slo las corporaciones proveen las experiencias ms satisfactorias de la vida, sino que han transformado a toda la sociedad con base en las modalidades de su funcionamiento, dan empleo; al tener trabajo se gana dinero y con el dinero podemos comprar todo. Ya no sembramos nuestra propia comida; compramos nuestra comida. Ya no pertenecemos al siempre renovable crculoNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO495

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de la naturaleza; ahora vivimos dentro del crculo de la produccin y consumo industrial. Como comunidad trabajamos en nuestros empleos y producimos las cosas que compramos con el dinero que obtenemos del trabajo que tenemos. Lo importante es tener un empleo. Estar desempleado y sin dinero es hallarse en una indefensin total. Sin embargo, la sociedad industrial es por naturaleza errtica en su funcionamiento, por lo que no puede proveer de empleo de manera consistente a toda la poblacin. El desempleo y las indignidades que trae consigo son de las ms insufribles aflicciones que nuestra presente economa industrial ha impuesto sobre el ser humano. Las regiones que no tienen establecimientos industriales y comerciales, son vistas como lugares retrasados, sin vida presente ni posibilidades futuras. Es por eso que la competencia de las ciudades para atraer la presencia de las corporaciones incluye la reduccin de impuestos, la eliminacin de las restricciones en el uso del suelo; la promesa de ofrecer infraestructuras adicionales a las corporaciones, las construcciones de carreteras, terminales areas y una serie de promesas similares. Este intento de seduccin a las corporaciones se ha convertido en una pervertida forma de relacin empresa-pas en todas las ciudades del mundo. Sean de tipo industrial, financiero o comercial, las corporaciones son consideradas como el instrumento primario de progreso; aunque nunca queda muy claro qu se entiende por progreso. La suposicin implcita parece ser que cuanto mayor sea la devastacin del mundo natural a travs de la construccin de autopistas, aeropuertos, proyectos habitacionales, supermercados, grandes industrias y malls, ms cerca estaremos de cumplir el sueo americano. Es justamente a partir de esta visin de ensueo de un mundo de maravilla creado por las corporaciones, que la industria publicitaria promueve un permanente aumento en el nivel de consumo, del que dependen las corporaciones para seguir aumentando su control en la sociedad. Mediante la publicidad las corporaciones han ganado control sobre los medios masivos pblicos. A travs de los medios masivos las corporaciones controlan las fuerzas ms profundas del planeta tanto a nivel fsico como psquico. Debemos aadir que para las corporaciones industriales-comerciales, centrales en la existencia contempornea, los programas educativos se hanNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO496

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convertido en sirvientes de este control. Nuestros estudiantes tienen que prepararse para conseguir empleo en este encuadre industrial-comercial. Este contexto puede ser simbolizado como una burbuja que todo lo envuelve, fuera de sta no puede existir alegra ni contento, ni ninguna manera decente de cumplir las satisfacciones humanas. Dentro de la burbuja podemos vivir, trabajar, ganar dinero y gozando de los programas cada vez ms fascinantes que vemos en la televisin. En apoyo a este proceso, los institutos de investigacin cientfica de las universidades y de las escuelas tecnolgicas estn constantemente trabajando para inventar una multitud de productos que van desde vastos instrumento de guerra nuclear a productos frvolos que no tienen otro propsito que el de tener ganancia para sus creadores. En 1880 se inaugur la poca de las ingenieras con personas de genio inventivo junto con el conocimiento cientfico y habilidades tecnolgicas, especialmente en las industrias electrnica y petroqumica. En las dos ltimas dcadas del siglo XIX, los ingenieros tomaron el rol de moldear las corporaciones que se formaron [como Westinghouse, General Electric, American Telephone and Telegraph (ATT) y, posteriormente, las corporaciones automotrices], tambin desarrollaron compaas qumicas (como la Dupont, Dow Chemical, etctera). Con este conocimiento y estas habilidades, los ingenieros han podido construir inmensas presas hidroelctricas que destruyen los ros; han ahogado la tierra con fertilizantes qumicos, pesticidas y herbicidas; han enviado satlites al espacio hasta que el cascajo de stos comenzaron a abarrotar nuestros cielos; han creado un milln de variedades de objetos de plsticos que se tiran sobre mar y tierra. Todo esto se puede hacer pero no parece haber la ms mnima idea de cmo establecer una forma mutuamente enriquecedora de la presencia humana sobre la tierra... todo esto est convirtiendo a la raza humana en una presencia violenta e intolerable sobre las especie vivientes y el planeta. El principal problema de este maravilloso mundo de las corporaciones industriales es que sus productos duran un breve periodo, permaneciendo para siempre como basura y sustancias txicas en un mundo en el que nuestras futuras generaciones estn condenadas a vivir por un tiempo indefinido. Como las ilusiones del aprendiz de brujo, se nos presentan breves momentos

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de satisfaccin en el uso de estos inventos, sin que nada nos indique el aspecto sombro de los mismos. Otro ejemplo son las tazas de styrofoam usadas momentneamente en los establecimientos de comida rpida, y en casi toda reunin social, mismas que permanecern para siempre en una creciente montaa de basura; si son eliminadas soltarn sus componentes txicos en el aire que respiramos. As pasa con el equipo de los hospitales y los paales de plstico. El etiquetar estos productos como desechables es falsificar la realidad. En el mundo natural no existe el problema de cmo disponer de los productos de desecho, ya que una forma de vida o una sustancia de desecho en el ciclo de la vida natural es el mantenimiento de otra forma de vida. Estamos creando un mundo de basura universal y de mxima entropa. Elizabeth Dodson Gray seala que esta capacidad de disponer de los productos de desechos constituye un fracaso tpico de lo masculino en nuestra sociedad. Las tareas de limpieza siempre se le han dejado a la mujer; como los hombres casi nunca han participado en las labores de limpieza asociadas con sus hijos biolgicos, llevan esta falta de preocupacin a los materiales de desecho de la sociedad industrial. En este caso las consecuencias constituyen un desastre biolgico para la condicin humana y planetaria. Sin embargo, todo contina igual en el mundo industrializado; el poder de las corporaciones es el poder de los hombres, es el poder de trastocar profundamente todo funcionamiento orgnico natural de la Tierra en tanto deje ganancia. Las mujeres han tenido en este proceso una presencia mnima, excepto cuando son necesitadas en su funcin de servir. En este sentido, generaciones de mujeres han sido utilizadas consistentemente por los diversos procesos del desarrollo industrial. En los tempranos das de la industria textil, las mujeres eran empleadas como trabajo barato; trabajo que se llevaba a cabo en los sweatshops de las grandes ciudades. En las diversas aventuras comerciales las mujeres siempre han ocupado el trabajo secretarial, empleadas, mecangrafas, meseras, personal de limpieza. Si buscaban empleos ms profesionales los encontraran en la enfermera, trabajo social, sectores educativos, etctera. Otras mujeres, desarrollaron brillantes carreras en la ejecucin de las artes. A pesar de que a partir de mediados del siglo XX las mujeres aumentaron su participacin en el mundo patriarcal masculino, en general no han ocupado las posiciones de poderNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO498

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necesarias para cambiar la direccin desastrosa que ha tomado nuestra sociedad. Las posiciones de poder son controladas por los hombres y desde ah se disean los objetivos que servirn a sus necesidades patriarcales de poder, control, explotacin y destruccin. A lo largo del siglo XX contamos con suficientes investigaciones, conclusiones y sealamientos y hasta acusaciones en relacin con el sistemtico y persistente proceso de destruccin de vidas, entornos y esperanza, pero esto slo ha servido para hacer pequeos cambios, de manera que el proceso industrial sea ms aceptado; se cambian cosas y procesos a nivel profesional para que nada cambie (que todo cambie, para que no cambie nada). Lo que se necesita es una profunda transformacin de la estructura de base en la ideologa y actuacin de todo patriarcado; lo que se ha hecho hasta ahora han sido modificaciones lineales del mismo proceso. Un principio bsico de cualquier cambio revolucionario significativo implica el rechazo de las soluciones parciales. Desgraciadamente creemos que hasta que la tensin de esta situacin destructiva se haga evidente e intolerable, cuando el proceso de deterioro cause dao y ansiedad masiva, slo entonces se desarrollarn los cambios estructurales que hoy en da son urgentemente necesarios. El dolor provocado por el cambio debe ser experimentado como un dolor menor al de continuar en el proceso de consumo masivo frvolo y de explotacin sistemtica que estamos haciendo. Las cuatro instituciones patriarcales sealadas han creado un mundo que lleva dentro de s un cierto pathos. Ciertamente hay grandeza, y en mucho sorprenden sus procesos creativos y la extensin de los lmites naturales. Enormes cantidades de energa se ha gastado en lo que se ha pensado como benfico para la condicin humana. A finales del siglo XX y principios del XXI se ha tomado conciencia, casi repentinamente, de cmo estos procesos creativos mal dirigidos han producido niveles de destructividad nunca vistos hasta este momento en la historia de la humanidad. Sin embargo, hasta hace poco era difcil articular los temas bsicos en un nivel compresivo y abarcativo. La devastacin y los problemas que enfrentamos van ms all del proceso educacional y de la falta de participacin femenina... Slo ahora estn apareciendo las terribles dimensiones de las patologas culturales e institucionales.

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Ninguno de los movimientos revolucionarios de Occidente nos ha preparado para lo que ahora debemos enfrentar. La demanda de cambio, como sucede en todos los momentos de confrontacin radical, trae consigo un aumento en el nivel de intensidad psquica. Nos enfrentamos al ms completo cuestionamiento de los valores que se haya llevado a cabo desde el periodo neoltico. El humanismo clsico sobre el que est fundada nuestra civilizacin est siendo profundamente cuestionado y severamente criticado, como la manifestacin de una mentalidad desviada y como el contexto, si es que no la causa, de la devastacin universal en que nos encontramos. La crtica tica hacia el patriarcado lo conceptualiza como antihumano, antifeminista y en contra de la Tierra. El sistema legal es visto como una parte bsica de apoyo al trastoque patriarcal, un sistema legal con una absoluta incapacidad para cuestionar y frenar la destruccin y el trastoque de los seres humanos en su relacin entre s y con la Tierra. La profesin mdica ha cometido errores garrafales en su incapacidad de tratar los aspectos ms simples del bienestar de las mujeres y de los nios. La institucin mdica tambin se est revelando como incapaz de enfrentar y frenar la continua intoxicacin de toda la biosfera, aun cuando queda claro algo tan bsico como la contaminacin de la leche materna. El mayor apoyo a los movimientos ecologistas viene de las mujeres. En relacin con la integridad ecolgica de la tierra, las cuatro instituciones que hemos mencionado son condenadas como la causa bsica de un modelo que aunque aparece viable, por ahora, para los seres humanos, es en s un modelo inviable en relacin con los sistemas de vida planetaria. Tal como seala Norman Meyers, estamos provocando un espasmo de extincin Teresa Olmedo que posiblemente producir el La trae desfallecida a orillas de la muerte (2005)NUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO500

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mayor retraso y destruccin de la abundancia y variedad de la vida, desde el primer instante que sta apareci en la tierra hace cuatro billones de aos. Actualmente estn desapareciendo las selvas tropicales, a un promedio de cincuenta hectreas por minuto; este proceso de destruccin constituye verdaderamente una tragedia irreversible, sobre todo si tomamos en cuenta que estas selvas contienen la mitad de las especies vivas del planeta y que tom aproximadamente sesenta y cinco millones de aos llegar a desarrollarse tal como las conocimos antes de que empezara su destruccin. La situacin se agrava an ms cuando nos percatamos que las instituciones que hemos identificado como patriarcales bsicas, no han hecho ningn esfuerzo para frenar y eliminar este proceso de asalto planetario.

La dinmica de lo femenino en relacin con la ecopsicologa Una de las mayores aportaciones que la psicologa feminista puede ofrecer al movimiento ambientalista es una visin de lo que podra ser la experiencia humana si sta logra liberarse de la necesidad de dominacin y control patriarcal. A medida que las paredes defensivas que nos separan a unos de otros comienzan a desintegrarse, a medida que nuestra necesidad de control y dominio comienza a desaparecer, nos vamos abriendo a un mundo lleno de riquezas, complejidad y belleza. Somos entonces capaces de apreciar la diversidad de la vida sin reducirla a nociones de lo que es ms importante o menos importante. La ecopsicologa feminista comprende que al vincularnos con el mundo natural, abrimos las puertas a un mundo de intensos estados de celebracin y de interconexin vivencias reprimidas en nosotros y oprimidas en los dems en tanto pertenecientes a la cultura patriarcal de las sociedades modernas contemporneas. A medida que comenzamos a disolver las armaduras de nuestros encapsulados egos, nos vamos abriendo al espacio que el terico junguiano Gareth Hill denomina lo femenino dinmico. En este contexto, el trmino femenino no hace referencia a la mujer en cuanto sexo, sino al conjunto de cualidades que han sido sistemticamente devaluadas por el sistema patriarcal. La aportacin de Hill se da en la expansin que logra

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de la nocin de lo femenino, ms all de las imgenes nutrientes y maternas que denominan lo femenino esttico.[En contraste, el aspecto de lo femenino dinmico representa] movimiento no dirigido hacia lo nuevo, hacia lo no-racional, hacia lo ldico. Es el fluir de la experiencia vital, espontnea, abierta hacia lo inesperado y desconocido, un abrirse a toda la gama de vivencias que la vida ese fluir de lo inesperado nos trae [...] sus efectos se traducen en las intensas inspiraciones que se logran cuando se transforma nuestra percepcin y nuestra conciencia [...] La mejor manera de simbolizar lo dinmico femenino es a travs de la espiral, representa la desorientadora y transformadora experiencia de una nueva conciencia [Hill, 1992:17-22].

Lo dinmico femenino ha sido representado mitolgicamente en figuras tales como la de Dionisio, Pan, y otras figuras arquetpicas, y suele estar asociado a tierras no domeadas y a bosques desconocidos. Charlene Spretnak nos transmite el sentido de lo dinmico femenino tal como es encarnado por la diosa Artemisa cuando baila con sus compaeros animales y humanos en los bosques de Arcadia:Los animales eran atrados al rbol. Rodaban sobre sus races y rodeaban su tronco. En amplios crculos los danzantes alzaban sus brazos, dndose vuelta lentamente y sintiendo las corrientes de energa que suban a travs de sus cuerpos, dando vueltas, cada vez a mayor velocidad sentan esta intensa energa en sus brazos, en sus dedos, en sus cabezas, mientras giraban, corran y sentan que podan volar. Lenguas de energa salan de la punta de sus dedos, bordando el aire de luces azules. Juntaban sus manos, juntaban sus brazos, juntaban sus cuerpos en un crculo de corriente que los cargaba sin esfuerzo [...] Artemisa apareca frente a ellos recargada contra el rbol, su cuerpo era el tronco del rbol, sus brazos eran sus ramas. Su cuerpo era una sola pulsacin con la vida, sus ritmos hacan eco con el rbol plateado, los animales [...] los danzantes, la hierba, las plantas, la cueva. Cada partcula del bosque temblaba con su energa [...] Ella comenz a fundirse con el rbol sagrado, mientras el crculo de danzantes daba vueltas a su alrededor. Ellos echaban sus cabezas hacia atrs y dieron las brillantes ramas a su alrededor. Cuando ArtemisaNUEVAS PERSPECTIVAS EN LOS ESTUDIOS DE GNERO502

SILENCIAMIENTO DE LO FEMENINO Y DESASTRE ECOLGICO se hizo una con el rbol, con la luna, el crculo se diluy. Los danzantes cayeron dando vueltas, completamente exhaustos, sobre el mullido suelo del bosque [Spretnak, 1991:142].

Este aspecto de lo femenino se relaciona con la crisis ambiental de manera muy compleja. Sera ingenuo esperar que danzar desnudos bajo la luz de la luna vaya a poner fin a nuestro obsesivo consumismo, o que con ello vaya a disminuir el crecimiento poblacional. Pero los autores mencionados, y muchos ms, tanto en Estados Unidos, Europa y Amrica Latina, estn convencidos de que en el despertar de lo dinmico femenino se juega una importante parte en la posibilidad urgente de aprender a vivir de manera sustentable. En estos procesos somos confrontados con lo misterioso, con lo salvaje y con el peligro que toda vida encierra... Enfrentar la naturaleza en sus propios trminos implica familiarizarnos con sus aspectos caticos, extraos y peligrosos, adems de aceptar aspectos familiares y nutrientes. En muchas de las culturas basadas en la querencia y aceptacin de la Tierra, sta es reverenciada por su misterio como por su bondad. Este fenmeno lo podemos observar en la prctica de muchas sociedades denominadas primitivas, cuando designan ciertas reas poderosas como lugares sagrados espacios que son considerados como fuera de la vida ordinaria. No nos acercamos a un sitio sagrado de

Gilberto Aceves Navarro Jos Luis Cuevas Sergio Hernndez Francisco Toledo Luis Zrate Sin ttulo (1997)

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manera banal, nos preparamos emocionalmente para formar parte de sus cualidades vitales, salvajes, e impredecibles. Estos lugares estn rodeados de tonalidades misteriosas y oscuras al igual que milagrosas, y acercarse a ellos evoca en nosotros sentimientos de sorpresa, miedo y maravilla. Para establecer la base no slo de un nuevo periodo histrico, sino tambin de una nueva interpretacin de la historia, en este momento se requiere un dinamismo psquico que construya un nuevo modelo de interpretacin. Esto es exactamente lo que se quiere indicar con el uso de conceptos tales como pre-patriarcado (matricntrico), patriarcado y pos-patriarcado (omnicntrico). Una de las caractersticas del emergente periodo ecolgico alterno es el cambio de normas de la realidad centradas en lo humano a normas centradas en la naturaleza. No podemos esperar que la vida, la Tierra, y el universo encajen dentro de nuestros destinos nacionales y mucho menos estamos en posibilidad de determinar cmo debe funcionar la vida en la Tierra y en el universo. Es necesario pasar de la democracia a la Biocracia. Hemos llegado a ser lo que somos dentro de la comunidad de la vida planetaria a travs de los millones de aos que tom el proceso que molde a nuestro planeta para que la vida, incluida toda la humana, pudiese darse. Ha sido un proceso maternal absoluto: se cont con la violencia del fuego primordial, las explosiones de las Super Novas y las erupciones volcnicas. A pesar de lo terrorfico de estos momentos de transicin, stos fueron de manera consistente movimientos hacia la vida. Momentos de nacimiento. Quizs an ahora podemos tener la esperanza de que tambin estemos viviendo otra experiencia de nacimiento. Sin embargo el periodo patriarcal es demasiado intenso en sus memorias pasadas y sus realidades presentes como para que podamos comprender la magnitud de lo que est pasando o para que podamos sostener una esperanza de transformacin. SI NO HACEMOS LO IMPOSIBLE TENDREMOS QUE ENFRENTAR LO INIMAGINABLE.

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