incubando nº1

28

Upload: melisa-macazaga

Post on 22-Mar-2016

256 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Número 1 de la publicación de Viento de Abajo (colectivo de estudiantes y trabajadorxs de la salud).

TRANSCRIPT

Page 1: INCUBANDO Nº1
Page 2: INCUBANDO Nº1
Page 3: INCUBANDO Nº1
Page 4: INCUBANDO Nº1
Page 5: INCUBANDO Nº1
Page 6: INCUBANDO Nº1
Page 7: INCUBANDO Nº1
Page 8: INCUBANDO Nº1
Page 9: INCUBANDO Nº1
Page 10: INCUBANDO Nº1
Page 11: INCUBANDO Nº1
Page 12: INCUBANDO Nº1
Page 13: INCUBANDO Nº1
Page 14: INCUBANDO Nº1
Page 15: INCUBANDO Nº1

13

enfermedad de martinLa expresión descontrolada por mutación de la proteína FACHITOSINA generaría cambios en

la plasticidad neuronal de los afectados, provocando conductas características en este grupo

de personas.

El paciente concurre a la consulta y comenta: “hace ya un par de meses que me vengo

sintiendo un sorete”. Dice creerse superior a los demás, es incapaz de escuchar opiniones

contrarias a las suyas y el poder propio y el sometimiento ajeno le proporcionan un extraño

placer. Luego al interrogatorio, se encuentran cuestiones como la intolerancia a los hijos de

zapateros, inmigrantes de países limítrofes y más tarde, a cualquier persona no profesional

términos como igualdad, tolerancia, libertad y amor. Pacientes en estadíos avanzados

agudizan el olfato y la vista en extrañas direcciones. Se han reportado casos de personas que

pueden oler un billete de cien dólares a dos cuadras de distancia.

Aún no se ha encontrado un tratamiento efectivo, pero una vacuna de anticuerpos monoclo-

nales, desarrollada a partir del propio suero de Martín y denominada ANTIMILICOR-X podría

llegar a atenuar algunos de los síntomas más molestos.

Si bien se han reportado raras excepciones; una vez diagnosticada la enfermedad los

síntomas no remiten y, sorprendentemente, la expectativa de vida se alarga entre 10 y 20

años por sobre el resto de la población.

Con el correr del tiempo sus toscas ideas se hacen cada vez mas impenetrables y cuesta

mantener un diálogo coherente por más de unos minutos sin que el enfermo comience a

gritar cosas del estilo de “¡hay que matarlos a todos!” o bien “¡callate negro de mierda!”.

PATO

GENI

ATR

ATAM

IENTO

EVOL

UCIÓ

NMA

NIFE

STAC

IONE

S CLIN

ICAS

Desde Incubando sacamos una sana conclusión

de este informe, y confirmamos científicamente

una ya vieja creencia:

FACHO NO SE NACE,SE HACE Por eso, también, tenemos esperanza...

Page 16: INCUBANDO Nº1
Page 17: INCUBANDO Nº1
Page 18: INCUBANDO Nº1
Page 19: INCUBANDO Nº1
Page 20: INCUBANDO Nº1
Page 21: INCUBANDO Nº1

los talleres de plantas medicinales que empezaban al día siguiente en sus instalaciones.

Primer día: iban llegando lxs asistentes, Don Pepe (el coordinador) y las yerbateras instructoras, doña Matilde y doña Inés. Mientras, charlaba con mis compas saragurxs, de mirada amable y sonrisa fácil, modales corteses y atuendo impecable. Don Pepe remarcó el valor de los saberes ancestrales que la cultura occidental siempre deslegitimó y de dar los primeros pasos en la recuperación de la memoria indígena para que no se pierda con lxs más viejitxs. Nos dividieron en grupos para ir a recolectar a distintas zonas, en camionetas con choferes que ponía el hospital. Ya en el monte, a cada paso había un nuevo remedio, y cuando no estábamos segurxs de algo, una “mamita” (ancianita) justo pasaba y nos sacaba la duda.

las recetas, viendo las afecciones más frecuentes, cómo se diagnosticaban y trataban. Aparecieron “enfermedades” desconocidas para mí y la ciencia hegemónica, como el vaho de aire, la caída de shunku en los niñxs, el espanto. Las mamitas instructoras sabían muchísimo, pero todxs aportaban algo, y no pocos contaban la discriminación o la falta de respuesta del sistema de salud.

Guardo especial recuerdo del tratamiento del espanto, que es cuando tenemos mala energía o vimos un espíritu y eso nos tiene mal. Se pasan dos manojos de unas veinte

cabeza a los pies, y después ambos se dejan en un cruce de caminos, y hay que alejarse sin mirar atrás. También pueden hacerse soplas de aguardiente alcanforado por todo el cuerpo.

Otra cura sorprendente fue la de un señor con calambres en el gemelo, al que le frotaron aguardiente con marihuana y luego, ante mi atónita mirada, le prendieron fuego la pierna (un fuego azul que duró pocos segundos, y sin secuelas, claro); todo con mucha naturalidad de parte de yerbatero y paciente.

La medicina quichua incluye yerbateros, sobadores, parteras y chamanes y, como la agricultura y arquitectura andinas, es un aspecto más de su cosmovivencia. Son saberes antiguos, de la Tierra, cosas que tal vez nosotrxs alguna vez supimos y no nos acordamos. Pero es un tesoro que todavía vive, y esta acá, no muy lejos, en nuestro continente.

19

Page 22: INCUBANDO Nº1
Page 23: INCUBANDO Nº1
Page 24: INCUBANDO Nº1
Page 25: INCUBANDO Nº1
Page 26: INCUBANDO Nº1
Page 27: INCUBANDO Nº1
Page 28: INCUBANDO Nº1