reacciones alérgicas causadas por heparinas de bajo peso molecular

1
5. Ayala C, Cózar MV, Rodríguez JR, Silva H, Perei- ra JL, García-Luna PP. Enfermedad tiroidea sub- clínica en la población anciana sana institucio- nalizada. Med Clin (Barc) 2001;117:534-5. 6. Livingston EH, Hersman JM, Sawin CT, Yoshika- wa TT. Prevalence of thyroid disease and abnor- mal thyroid test in older hospitalized and ambu- latory persons. J Am Geriatr Soc 1987;35: 109-14. 7. Helfand M, Crapo LM. Screening for thyroyd di- sease. Ann Intern Med 1990;112:840-9. 8. Gupta A, Haboubi N, Thomas P. Screening for thyroid disfunction in the elderly. Arch Intern Med 2001;161:130. 9. Attia J, Margetts P, Guyatt G. Diagnosis of thy- roid disease in hospitalized patients: a syste- matic review. Arch Intern Med 1999;159: 658-65. 10. Ladenson PW, Cohen HD, Singer PA, Ain KB, Bagchi N, Bigos ST, et al. Screening for thyroid disfunction in the elderly. Arch Intern Med 2001; 161:130. Reacciones alérgicas causadas por heparinas de bajo peso molecular Sr. Editor: La heparina es un glucosaminoglu- cano que se encuentra en los gránulos secreto- res de las células cebadas. Se usa ampliamen- te en el tratamiento y prevención de algunas entidades patológicas como la trombosis veno- sa profunda y la embolia pulmonar. En los últi- mos años se está generalizando la utilización de heparinas de bajo peso molecular (de 1 a 10 kD). Éstas se aíslan a partir de la heparina estándar por diferentes métodos bioquímicos 1 y presentan un mecanismo de acción diferen- te, puesto que no tienen longitud suficiente para catalizar la inhibición de la trombina, pro- ducen su efecto anticoagulante por medio de la inhibición del factor Xa por la antitrombina. Este hecho deriva en un menor índice de efec- tos secundarios 2 . Clásicamente, el efecto adverso asociado a la utilización de heparina es la hemorragia, aunque entre el 1 y el 5% de los pacientes desarrollan trombocitopenia 3 . Sin embargo, se han comuni- cado algunos casos de reacciones de hipersen- sibilidad consistentes en la aparición de eritema cutáneo 4-6 , eccema 7 e incluso alguna reacción sistémica 8,9 . Presentamos 3 casos de reacción cutánea retardada inducidas por diferentes he- parinas de bajo peso molecular. Caso 1. Mujer de 77 años de edad, con antecedentes de hipertensión arterial y gonartrosis que le causaba una grave impotencia funcional, que presentó la for- mación de una placa indurada y eritematosa en el área abdominal donde se administraba inyecciones subcutáneas de bemiparina. Caso 2. Mujer de 41 años, sin antecedentes personales de interés, que por un cuadro de tromboflebitis comen- zó tratamiento con nadroparina. Una semana después de terminar el tratamiento, presentó lesiones vesiculo- sas y pruriginosas, así como micropápulas eritematosas que, al ser valoradas por el servicio de dermatología, se clasificaron como eccema. Tres meses después, por recidiva de su problema circulatorio, se reintrodujo la nadroparina, y la paciente presentó el mismo cuadro. Caso 3. Mujer de 73 años, con antecedentes de hi- pertensión arterial, obesidad mórbida e insuficiencia crónica de retorno venoso, que había padecido varios episodios de trombosis venosa profunda. Mantenía tratamiento continuado con acenocumarol, puesto que un año antes había presentado un cuadro de ec- cema cutáneo difuso tras la administración subcutá- nea de enoxaparina. Tras la obtención del consentimiento informado, se rea- lizaron pruebas epicutáneas a las 3 pacientes con los 3 fármacos y se valoró la respuesta a las 24, 48, 96 h y a la semana de la colocación del parche. Posteriormente se realizó una prueba de provocación parenteral contro- lada con las heparinas para las que las pruebas epicutá- neas fueran negativas, alcanzando la dosis terapéutica para cada una de ellas. Se realizó igualmente provoca- ción parenteral con heparina sódica, que se toleró bien. En el caso 2 la provocación con nadroparina fue positiva a las 48 h, pues se reprodujo la lesión eccematosa, y precisó tratamiento con glucocorticoides orales en pauta corta descendente. En esta paciente, se intentó sin éxito la desensibilización a enoxaparina, ya que a una dosis superior a 5 mg/24 h, presentaba intenso prurito cutá- neo y eritema localizado en el área de punción. Posiblemente, las reacciones de hipersensibili- dad a heparinas de bajo peso son más fre- cuentes de lo que podríamos esperar según los casos comunicados en la bibliografía. Es pro- bable que pasen inadvertidas para los pacien- tes si no son intensas, y ceden sin precisar me- dicación. Cuando se constata la existencia de un efecto adverso, algunos clínicos se limitan a sustituir la heparina por otro anticoagulante, generalmente del grupo del acenocumarol. Sin embargo, con estos 3 casos que presentamos, venimos a destacar que existe un amplio aba- nico de posibilidades terapéuticas, puesto que no siempre se producen reacciones cruzadas entre todas las heparinas de bajo peso molecu- lar 10 . Además, dada la buena tolerancia a la heparina sódica que manifestaron estos pa- cientes, cabe reservar su uso hospitalario para las enfermedades en que el tratamiento así lo aconseje. Por ello, la utilización de otros antico- agulantes con mayor riesgo de complicaciones hemorrágicas e interacciones medicamentosas quedaría minimizada si se realizara un adecua- do estudio alergológico ante la sospecha de re- acción alérgica por heparinas. Javier Domínguez-Ortega a , José Camilo Martínez-Alonso a , Carlos Domínguez-Ortega b y María Jesús Fuentes a a Unidad de Alergia. Hospital Virgen de la Concha. Zamora. España b Servicio de Inmunohemoterapia. Hospital San José. Lisboa. Portugal. 1. Kleinschmidt K, Charles R. Pharmacology of low molecular weight heparins. Emerg Med Clin North Am 2001;19:1025-49. 2. Bernardi E, Prandoni P. Safety of low molecular weight heparins in the treatment of venous throm- boembolism. Expert Opin Drug Saf 2003;2: 87-94. 3. Shuster TA, Silliman WR, Coats RD, Mureebe L, Sil- ver D. Heparin-induced thrombocytopenia: twenty- nine years later. J Vasc Surg 2003;38: 1316-22. 4. Wutschert R, Piletta P, Bounameaux H. Adverse skin reactions to low-molecular-weigh heparins: frecuency, management and prevention. Drug Saf 1999;20:515-25. 5. Córdoba López A, Bueno Álvarez-Arenas MI, Monterrubio Villar J, Corcho Sánchez G. Reacción de hipersensibilidad cutánea por enoxaparina. Med Clin (Barc) 2001;117:478-9. 6. Méndez J, Sanchís ME, De la Fuente R, Stolle R, Vega JM, Martínez JC, et al. Delayed-type hyper- sensitivity to subcutaneous heparins. Allergy 1998; 53:999-1003. 7. Estrada Rodríguez JL, Gozalo Reques F, Ortiz de Urbina J, Matilla J, Rodríguez Prieto MA, Gonzá- lez Morán NA. Generalized eczema induced by nadroparin. J Investig Allergol Clin Immunol 2003; 13:69-70. 8. Vega JM, Caro-Patón T, Sánchez P, Sanchís M, Martínez C, De la Fuente R, et al. Reacción de hi- persensibilidad retardada por enoxaparina con sensibilización a otras heparinas de bajo peso mo- lecular y no fraccionadas: tolerancia de hirudina re- combinante. Alergol Inmunol Clin 2001; 16:294-6. 9. Mac Laughlin EJ, Fitzpatrick KT, Sbar E, Jewell C. Anaphylactoid reaction to enoxaparin in a pa- tient with deep venous thrombosis. Pharmacot- herapy 2002;47:244-5. 10. Poza-Guedes P, González-Pérez R, Cantó G. Diffe- rent patterns of cross-reactivity in non-immediate hypersensitivity to heparins: from localized to syste- mic reactions. Contact Dermatitis 2002;47:244-5. CARTA AL EDITOR Síndrome confusional agudo secundario a migraña con aura Sr. Editor: La presencia de un síndrome con- fusional agudo en el contexto de una crisis de migraña es un hecho infrecuente, que se ha descrito en niños y adolescentes 1,2 , y sólo ex- cepcionalmente en adultos 3 . Mujer de 53 años con una historia personal y familiar de migraña con aura visual, sensitiva y afásica, sin otros antecedentes personales de interés. Se la remi- tió a nuestro hospital por una crisis de cefalea con vómitos de características similares a la habitual, pero que se siguió de borrosidad visual acompañada de parestasias y debilidad en ambas extremidades inferiores, lo que le provocó una caída al suelo sin pérdida de conciencia ni traumatismo craneal. Tras ello, comenzó con un cuadro clínico de desorienta- ción temporoespacial, confusión e incapacidad para reconocer a sus propios familiares. Tenía un lenguaje ecolálico e incoherente, que alternaba con períodos de mutismo y que se asoció a una progresiva agita- ción psicomotriz que hizo necesario el tratamiento con neurolépticos por vía intravenosa. La paciente se encontraba afebril, los signos meníngeos eran negati- vos y la exploración física y neurológica fueron norma- les, a excepción del mencionado trastorno del estado mental, conducta y comportamiento. Se efectuaron un estudio analítico completo, determinación de tóxi- cos en orina, electrocardiograma, radiografía de tó- rax, tomografía computarizada craneal y análisis de líquido cefalorraquídeo, que fueron normales. Aproxi- madamente 14 h después del inicio de los síntomas, y habiendo mejorado parcialmente la situación de la paciente, aunque seguía confusa e inquieta, se realizó un electroencefalograma que mostró un foco de sufri- miento cerebral occipitoparietal derecho sobre un en- lentecimiento difuso. La paciente se recuperó de for- ma completa en aproximadamente 20 h y quedó únicamente una amnesia lacunar de todo lo ocurrido. Una resonancia magnética craneal con secuencias de difusión realizada a las 36 h, cuando la paciente se encontraba asintomática, fue normal. En un elec- troencefalograma efectuado una semana más tarde se observó la desaparición de las alteraciones elec- troencefalográficas previas. La clínica del aura en la migraña es muy este- reotipada, con predominio de los síntomas vi- suales, seguidos de los sensitivos, afasia y dé- ficit motor. A pesar de ello, y basándose en el mecanismo fisiopatológico que subyace al aura, la depresión cortical propagada, prácti- camente cualquier síntoma cortical podría for- mar parte de ella. De hecho, aunque de forma anecdótica y excepcional, se han descrito múlti- ples síntomas como ansiedad, amnesia, hemiag- nosia, paramnesia de duplicación y psicosis 4-6 . El síndrome confusional agudo puede ser una complicación de la migraña en la edad pediá- trica y adolescencia. Esta asociación fue ini- cialmente descrita por Gascon y Barlow 1 y posteriormente definida como migraña confu- CARTAS AL EDITOR 78 Med Clin (Barc) 2004;123(2):77-9 48 94.536 74.439

Upload: maria

Post on 04-Jan-2017

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

5. Ayala C, Cózar MV, Rodríguez JR, Silva H, Perei-ra JL, García-Luna PP. Enfermedad tiroidea sub-clínica en la población anciana sana institucio-nalizada. Med Clin (Barc) 2001;117:534-5.

6. Livingston EH, Hersman JM, Sawin CT, Yoshika-wa TT. Prevalence of thyroid disease and abnor-mal thyroid test in older hospitalized and ambu-latory persons. J Am Geriatr Soc 1987;35:109-14.

7. Helfand M, Crapo LM. Screening for thyroyd di-sease. Ann Intern Med 1990;112:840-9.

8. Gupta A, Haboubi N, Thomas P. Screening forthyroid disfunction in the elderly. Arch InternMed 2001;161:130.

9. Attia J, Margetts P, Guyatt G. Diagnosis of thy-roid disease in hospitalized patients: a syste-matic review. Arch Intern Med 1999;159:658-65.

10. Ladenson PW, Cohen HD, Singer PA, Ain KB,Bagchi N, Bigos ST, et al. Screening for thyroiddisfunction in the elderly. Arch Intern Med 2001;161:130.

Reacciones alérgicas causadas porheparinas de bajo peso molecularSr. Editor: La heparina es un glucosaminoglu-cano que se encuentra en los gránulos secreto-res de las células cebadas. Se usa ampliamen-te en el tratamiento y prevención de algunasentidades patológicas como la trombosis veno-sa profunda y la embolia pulmonar. En los últi-mos años se está generalizando la utilizaciónde heparinas de bajo peso molecular (de 1 a10 kD). Éstas se aíslan a partir de la heparinaestándar por diferentes métodos bioquímicos1

y presentan un mecanismo de acción diferen-te, puesto que no tienen longitud suficientepara catalizar la inhibición de la trombina, pro-ducen su efecto anticoagulante por medio dela inhibición del factor Xa por la antitrombina.Este hecho deriva en un menor índice de efec-tos secundarios2.Clásicamente, el efecto adverso asociado a lautilización de heparina es la hemorragia, aunqueentre el 1 y el 5% de los pacientes desarrollantrombocitopenia3. Sin embargo, se han comuni-cado algunos casos de reacciones de hipersen-sibilidad consistentes en la aparición de eritemacutáneo4-6, eccema7 e incluso alguna reacciónsistémica8,9. Presentamos 3 casos de reaccióncutánea retardada inducidas por diferentes he-parinas de bajo peso molecular.

Caso 1. Mujer de 77 años de edad, con antecedentesde hipertensión arterial y gonartrosis que le causabauna grave impotencia funcional, que presentó la for-mación de una placa indurada y eritematosa en elárea abdominal donde se administraba inyeccionessubcutáneas de bemiparina.Caso 2. Mujer de 41 años, sin antecedentes personalesde interés, que por un cuadro de tromboflebitis comen-zó tratamiento con nadroparina. Una semana despuésde terminar el tratamiento, presentó lesiones vesiculo-sas y pruriginosas, así como micropápulas eritematosasque, al ser valoradas por el servicio de dermatología, seclasificaron como eccema. Tres meses después, porrecidiva de su problema circulatorio, se reintrodujo lanadroparina, y la paciente presentó el mismo cuadro.Caso 3. Mujer de 73 años, con antecedentes de hi-pertensión arterial, obesidad mórbida e insuficienciacrónica de retorno venoso, que había padecido variosepisodios de trombosis venosa profunda. Manteníatratamiento continuado con acenocumarol, puestoque un año antes había presentado un cuadro de ec-cema cutáneo difuso tras la administración subcutá-nea de enoxaparina.

Tras la obtención del consentimiento informado, se rea-lizaron pruebas epicutáneas a las 3 pacientes con los 3fármacos y se valoró la respuesta a las 24, 48, 96 h y ala semana de la colocación del parche. Posteriormentese realizó una prueba de provocación parenteral contro-lada con las heparinas para las que las pruebas epicutá-neas fueran negativas, alcanzando la dosis terapéuticapara cada una de ellas. Se realizó igualmente provoca-ción parenteral con heparina sódica, que se toleró bien.En el caso 2 la provocación con nadroparina fue positivaa las 48 h, pues se reprodujo la lesión eccematosa, yprecisó tratamiento con glucocorticoides orales en pautacorta descendente. En esta paciente, se intentó sin éxitola desensibilización a enoxaparina, ya que a una dosissuperior a 5 mg/24 h, presentaba intenso prurito cutá-neo y eritema localizado en el área de punción.

Posiblemente, las reacciones de hipersensibili-dad a heparinas de bajo peso son más fre-cuentes de lo que podríamos esperar según loscasos comunicados en la bibliografía. Es pro-bable que pasen inadvertidas para los pacien-tes si no son intensas, y ceden sin precisar me-dicación. Cuando se constata la existencia deun efecto adverso, algunos clínicos se limitan asustituir la heparina por otro anticoagulante,generalmente del grupo del acenocumarol. Sinembargo, con estos 3 casos que presentamos,venimos a destacar que existe un amplio aba-nico de posibilidades terapéuticas, puesto queno siempre se producen reacciones cruzadasentre todas las heparinas de bajo peso molecu-lar10. Además, dada la buena tolerancia a laheparina sódica que manifestaron estos pa-cientes, cabe reservar su uso hospitalario paralas enfermedades en que el tratamiento así loaconseje. Por ello, la utilización de otros antico-agulantes con mayor riesgo de complicacioneshemorrágicas e interacciones medicamentosasquedaría minimizada si se realizara un adecua-do estudio alergológico ante la sospecha de re-acción alérgica por heparinas.

Javier Domínguez-Ortegaa, José Camilo Martínez-Alonsoa,

Carlos Domínguez-Ortegab

y María Jesús Fuentesa

aUnidad de Alergia. Hospital Virgen de la Concha. Zamora. España

bServicio de Inmunohemoterapia. Hospital San José. Lisboa. Portugal.

1. Kleinschmidt K, Charles R. Pharmacology of lowmolecular weight heparins. Emerg Med ClinNorth Am 2001;19:1025-49.

2. Bernardi E, Prandoni P. Safety of low molecularweight heparins in the treatment of venous throm-boembolism. Expert Opin Drug Saf 2003;2: 87-94.

3. Shuster TA, Silliman WR, Coats RD, Mureebe L, Sil-ver D. Heparin-induced thrombocytopenia: twenty-nine years later. J Vasc Surg 2003;38: 1316-22.

4. Wutschert R, Piletta P, Bounameaux H. Adverseskin reactions to low-molecular-weigh heparins:frecuency, management and prevention. DrugSaf 1999;20:515-25.

5. Córdoba López A, Bueno Álvarez-Arenas MI,Monterrubio Villar J, Corcho Sánchez G. Reacciónde hipersensibilidad cutánea por enoxaparina.Med Clin (Barc) 2001;117:478-9.

6. Méndez J, Sanchís ME, De la Fuente R, Stolle R,Vega JM, Martínez JC, et al. Delayed-type hyper-sensitivity to subcutaneous heparins. Allergy 1998;53:999-1003.

7. Estrada Rodríguez JL, Gozalo Reques F, Ortiz deUrbina J, Matilla J, Rodríguez Prieto MA, Gonzá-lez Morán NA. Generalized eczema induced bynadroparin. J Investig Allergol Clin Immunol 2003;13:69-70.

8. Vega JM, Caro-Patón T, Sánchez P, Sanchís M,Martínez C, De la Fuente R, et al. Reacción de hi-persensibilidad retardada por enoxaparina consensibilización a otras heparinas de bajo peso mo-lecular y no fraccionadas: tolerancia de hirudina re-combinante. Alergol Inmunol Clin 2001; 16:294-6.

9. Mac Laughlin EJ, Fitzpatrick KT, Sbar E, JewellC. Anaphylactoid reaction to enoxaparin in a pa-tient with deep venous thrombosis. Pharmacot-herapy 2002;47:244-5.

10. Poza-Guedes P, González-Pérez R, Cantó G. Diffe-rent patterns of cross-reactivity in non-immediatehypersensitivity to heparins: from localized to syste-mic reactions. Contact Dermatitis 2002;47:244-5.

CARTA AL EDITOR

Síndrome confusional agudo secundarioa migraña con auraSr. Editor: La presencia de un síndrome con-fusional agudo en el contexto de una crisis demigraña es un hecho infrecuente, que se hadescrito en niños y adolescentes1,2, y sólo ex-cepcionalmente en adultos3.

Mujer de 53 años con una historia personal y familiarde migraña con aura visual, sensitiva y afásica, sinotros antecedentes personales de interés. Se la remi-tió a nuestro hospital por una crisis de cefalea convómitos de características similares a la habitual,pero que se siguió de borrosidad visual acompañadade parestasias y debilidad en ambas extremidadesinferiores, lo que le provocó una caída al suelo sinpérdida de conciencia ni traumatismo craneal. Trasello, comenzó con un cuadro clínico de desorienta-ción temporoespacial, confusión e incapacidad parareconocer a sus propios familiares. Tenía un lenguajeecolálico e incoherente, que alternaba con períodosde mutismo y que se asoció a una progresiva agita-ción psicomotriz que hizo necesario el tratamientocon neurolépticos por vía intravenosa. La paciente seencontraba afebril, los signos meníngeos eran negati-vos y la exploración física y neurológica fueron norma-les, a excepción del mencionado trastorno del estadomental, conducta y comportamiento. Se efectuaronun estudio analítico completo, determinación de tóxi-cos en orina, electrocardiograma, radiografía de tó-rax, tomografía computarizada craneal y análisis delíquido cefalorraquídeo, que fueron normales. Aproxi-madamente 14 h después del inicio de los síntomas,y habiendo mejorado parcialmente la situación de lapaciente, aunque seguía confusa e inquieta, se realizóun electroencefalograma que mostró un foco de sufri-miento cerebral occipitoparietal derecho sobre un en-lentecimiento difuso. La paciente se recuperó de for-ma completa en aproximadamente 20 h y quedóúnicamente una amnesia lacunar de todo lo ocurrido.Una resonancia magnética craneal con secuenciasde difusión realizada a las 36 h, cuando la pacientese encontraba asintomática, fue normal. En un elec-troencefalograma efectuado una semana más tardese observó la desaparición de las alteraciones elec-troencefalográficas previas.

La clínica del aura en la migraña es muy este-reotipada, con predominio de los síntomas vi-suales, seguidos de los sensitivos, afasia y dé-ficit motor. A pesar de ello, y basándose en elmecanismo fisiopatológico que subyace alaura, la depresión cortical propagada, prácti-camente cualquier síntoma cortical podría for-mar parte de ella. De hecho, aunque de formaanecdótica y excepcional, se han descrito múlti-ples síntomas como ansiedad, amnesia, hemiag-nosia, paramnesia de duplicación y psicosis4-6.El síndrome confusional agudo puede ser unacomplicación de la migraña en la edad pediá-trica y adolescencia. Esta asociación fue ini-cialmente descrita por Gascon y Barlow1 yposteriormente definida como migraña confu-

CARTAS AL EDITOR

78 Med Clin (Barc) 2004;123(2):77-9 48

94.536

74.439

12 077-079 CAR 29626 8/6/04 18:10 Página 78