protecto hidroeléctrico el diquís

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UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SEDE RODRIGO FACIO FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE GEOGRAFA GF-0204 GEOGRAFA CULTURA

CONFLICTO ENTRE EL PH EL DIQUS DEL I.C.E. Y LA COMUNIDAD INDGENA TRRABA DEL CANTN DE BUENOS AIRES, PUNTARENAS

PROFESOR ROBERTO CASTILLO

DANIEL ROJAS A75657 SARAH LAVELL A74382 ALEJANDRO NAVARRO B04475 LUIS CARLOS FERNNDEZ A52095

CICLO I-2011

TEMA DE INVESTIGACIN Conflicto entre el Proyecto Hidroelctrico El Diqus del I.C.E. y la comunidad indgena de Trraba, en el cantn de Buenos Aires, Puntarenas

PROBLEMA DE INVESTIGACIN Cul ha sido el impacto del Proyecto Hidroelctrico El Diqus en la comunidad indgena Trraba hasta el presente?

OBJETIVOSy y

Determinar la historia y cultura de los indgenas de la regin Trraba. Conocer el contexto entorno a los movimientos indgenas actuales latinoamericanos.

y y

Establecer en qu consiste el Proyecto Hidroelctrico El Diqus. Estudiar el estado actual del conflicto entre las diferentes partes involucradas desde un punto de vista tcnico, ambiental y poltico-legal.

METODOLOGA Para desarrollar la investigacin se acudi primeramente a material bibliogrfico respecto al grupo indgena Trraba. Se revisaron Tesis de Graduacin, libros de texto y digitales, as como documentos legales en torno a la historia y evolucin del territorio. Se accede para mayor informacin a los documentos informativos del I.C.E. y el Proyecto Hidroelctrico El Diqus. Se revisan fuentes de internet y videos para conocer el testimonio de los indgenas y los directivos del I.C.E. en torno al conflicto.

INTRODUCCIN Las represas hidroelctricas han parecido una buena idea dentro del contexto del cambio climtico y la bsqueda de opciones energticas diferentes a los combustibles fsiles. Pero la realidad acerca de las represas hidroelctricas es que cambian radicalmente no slo el paisaje sino varios sistemas que se sostienen a los grupos humanos que dependen de los recursos naturales, entre ellos los ros, para reproducirse como cultura. Las represas hidroelctricas atentan contra estos grupos humanos y son varios los proyectos que se han visto atacados por grupos indgenas organizados en Amrica Latina este ao. Por ejemplo la gran lucha que se est librando entre los veinticuatro grupos indgenas del Amazonas (trece mil en total) que dependen del ro Xing, contra el Consorcio Norte Energa, quien quiere construir la tercera represa hidroelctrica ms grande del mundo en el pulmn verde y tiene el apoyo del gobierno brasileo. Un ejemplo ms alentador es la interrupcin del proyecto hidroelctrico de Inambari en Puno, Per por parte del presidente en junio del presente ao, despus de intensas marchas y huelgas por parte de los indgenas aymaras del altiplano andino. Actualmente, el Instituto Costarricense de Electricidad (I.C.E.) desarrolla en el territorio indgena de Trraba en la zona sur de Costa Rica, el Megaproyecto Hidroelctrico PH Diqus que, segn clculos de la institucin, va a ser el ms grande de Centroamrica, con un costo de inversin de $2072 millones de dlares, una represa de 173 metros de alto, compuertas de 14 metros de alto (edificio de cuatro pisos), y 11 millones de metros cbicos, volumen de material aplicado a la represa sobre el ro Trraba. El grupo indgena Trraba, es el grupo indgena en Costa Rica con menor tenencia de la tierra dentro de su territorio. La historia de su territorio constituido por los franciscanos ha sufrido una serie de alteraciones en cuanto a tamao y tenencia. Diferentes leyes y permisos del Gobierno han beneficiado a los mestizos campesinos o a las grandes empresas usurpar tierras indgenas en toda Costa Rica. Es ante el constante maltrato y la ocupacin ilegal de su territorio por parte del ICE, que este pueblo levanta una lucha, como el resto de grupos indgenas latinoamericanos.

1. Historia Cultural de los Trraba Los Trrabas constituyen uno de los ocho grupos indgenas que habitan en el territorio costarricense. Ese territorio est situado en la regin Brunca, en el cantn de Buenos Aires, en la provincia de Puntarenas, y tiene una superficie de 9.350 hectreas (Chacn, 2002; p 13). Este grupo es descendiente de los Tiribes originarios de Panam, especficamente de la provincia colonial llama Tervi, ubicada en la actual provinci a panamea de Bocas del Toro. (Cruz, 1996; p. 392). La regin de Buenos Aires en la zona sur de Costa Rica, ha sido estudiada por antroplogos debido a la extensin de sabanas lo que hace fcil la investigacin arqueolgica y tambin por ello ha sido un lugar de reunin de varios pueblos indgenas. La regin es habitada por bribris y cabcares en la vertiente pacfica de la cordillera de Talamanca y por brunkas y teribes (trraba) en la Fila Brunquea. En su conjunto representan el 21% de la poblacin del cantn de Buenos Aires. (Mendoza, 2002; P21). La regin fue alguna vez dominada por los brunkas o borucas. Este sector representa el sector de asentamientos indgenas del pas con ms conflictos agudos de usurpacin de tierras y penetracin cultural. A diferencia de grupos indgenas ms grandes y alejados, la zona de Buenos Aires de Puntarenas ha recibido la mayor cantidad de presin por su posicin geogrfica que desde los inicios sinti el peso de las rutas comerciales de la colonia. Hacia 1580 empieza la exportacin colonial de productos agrcolas desde el Valle Central hacia Nicaragua y Panam. Para este fin los colonos espaoles importaron burros y yeguas desde Nicaragua para la cra en Costa Rica e iniciaron la construccin de rutas y caminos para mulas entre el Valle Central y los pases vecinos y con ambas costas de Costa Rica (Solrzano. 1997, 37). Fue la ruta terrestre ms larga de la Costa Rica colonial y fue justificada como necesidad de pacificacin de los indios insumisos y de aportar mulas para la comunicacin terrestre entre la flota de galeones metropolitanos y embarcaciones con metales preciosos procedentes de Amrica del Sur (Solrzano. 1997,37). Cabe destacar que el Siglo XVII estuvo marcado por la lucha permanente por el domino del territorio entre espaoles e indgenas, a lo largo de este perodo, el rea bajo control espaol en la provincia de Costa Rica era sumamente limitada (Solrzano. 1997; P144). Como seala Solrzano, dos extensas regiones, quedaron al margen del dominio

espaol: la Zona Norte (al Noreste de los volcanes Barva y Pos en las llanuras de los ros Fro, San Carlos y Sarapiqu) y la Zona de Talamanca (que comprende el rea del Caribe Sur, la Baha del Almirante, Isla Coln y las Tierras Altas de la Cordillera de Talamanca). Estas dos regiones se convirtieron en zonas de refugio, las cuales llegaron a albergar una parte importante de la poblacin indgena, la cual logr conservar su identidad y su modo de vida. Esta no fue la suerte de una parte de la poblacin teribe. A finales del siglo XVII se inicia una ofensiva campaa de colonizacin en la zona de Talamanca, llevada a cabo por frailes misioneros franciscanos quienes abogaron por fundar pueblos en Talamanca y en el Pacfico Sur para poder evangelizar a la poblacin indgena. Los telire, tiribes o teribes estaban asentados a lo largo del ro Teribe hasta su desembocadura en la Baha de Almirante, incluyendo Isla Coln, esto en la Provincia de Bocas del Toro, Panam. Presentaban caractersticas que los distinguan de otros grupos, entre ellas que eran indmitos y crueles con sus enemigos; debido a esta ferocidad fue que nunca fueron colonizados y en lugar de eso tuvieran que ser divididos y trasladados en el ao 1697 por el Fray Pablo de Rebullida a la zona donde estn asentados actualmente. Durante la colonia, la corona espaola se consideraba duea del territorio y otorgaba tierras tanto a colonos como a indios, quienes reciban la propiedad como la figura de la reduccin, o nuevos poblados donde se reuna a los indios dispersos. La reduccin Trraba fue establecida hacia 1700 con indios teribes de Talamanca y con restantes de Quepos y Cotos. Los teribe fueron especialmente ms agresivos en este periodo debido a la incursin de misquitos de Nicaragua que los buscaban capturar para venderlos como esclavos a los ingleses, adems del descontento que sentan hacia los misioneros. Este traslado profundiz un divisionismo que ya exista, no se sabe si el traslado ocurrido fue a la fuerza o por voluntad propia, pero se dice que el grupo trasladado estaba anuente a la cristianizacin. En Trraba tuvieron que adaptarse a una regin desconocida y reinventar su cultura tomando prstamos culturales de sus vecinos los Brunkas, como por ejemplo la forma de techar con hoja de palma real; aunque hoy utilizan madera y zinc. En el ao 1709 se da un importante levantamiento protagonizado por los indgenas de Talamanca (Borukas, Cabecares, Bribrs, Urinamas e incluso indgenas provenientes de Isla Coln), liderados por Pablo Presbere y Comesala, en el que adems de prender

fuego a 14 iglesias fundadas por los misioneros, los conventos y las casas del cabildo, fallecen dos frailes incluido Pablo de Rebullida, 10 soldados y varias personas ms. (Humberto Ruz, 1991; PP84-85). Segn Humberto, el motivo de sta rebelin era la presencia espaola que significa para los Indgenas servicios obligatorios, exacciones religiosas, tributos, explotacin, malos tratos y el abandono de sus costumbres ancestrales as como los continuos traslados de la poblacin hacia otras localidades. Fueron varios los intentos de los teribes por demostrar venganza hacia los misioneros y su nueva reduccin indgena. Fue en 1820 que los teribes atacan la reduccin de Trraba por ltima vez. Despus la regin surea goza de relativa tranquilidad hasta buena parte del siglo XX con la expansin agrcola y la construccin de infraestructura vial. El periodo de relativa tranquilidad se debe a que los grupos indgenas del sur no amenazaban la soberana de la incipiente Costa Rica, y con la independencia los indgenas adquieren estatus de igualdad, pero pierden derechos adquiridos por la corona en cuanto a territorio. Por mientras los recursos naturales se conservaron y permitieron la reproduccin social y cultural de las poblaciones indgenas. En 1945 se crea la Junta de Proteccin de las Razas Aborgenes de la Nacin con el fin de velar por el bienestar de los pueblo indgenas y para darle poder a lo que el Estado haba adoptado en 1939 con la Ley de Terrenos Baldos, donde regulaba en su artculo 8 los casos de excepcin sobre los derechos que el Estado tena para estas propiedades, es decir las tierras que no eran objeto de las mismas regulaciones que tenan otros baldos y que eran inalienables. Entre estas excepciones se situaron las tierras de los indgenas estableciendo que: Se declara inalienable y de propiedad exclusiva de los indgenas, una zona prudencial a juicio del Poder Ejecutivo, en los lugares en donde existan tribus de stos, a fin de conservar nuestra raza autctona y de librarlos de futuras injusticias. Con ello, en 1956 se crean las primeras reservas indgenas, incluida Trraba. Es por medio de concesiones de terrenos que el acceso a los colonos criollos se asegur a las tierras indias. Tambin se formularon recompensas para abrir caminos a la zona sur y facilidad para el reclamo de tierras baldas. Varios decretos de ley no tomaron en cuenta la realidad colonial de las tierras de los trrabas, quienes haban recibido estas tierras como suyas, la ley se limit a tutelar sus derechos. La separacin definitiva de este grupo indgena teribe o naso en Panam, trraba en Cosa Rica, culmina con la

delimitacin territorial entre Panam y Costa Rica con el Tratado Echandi Montero Fernndez Jan, el cual traza la frontera a lo largo del ro Sixaola a parir del ao 1941. (Daz Azofeifa, 2008). A mediados del siglo XX se decide mejorar veredas en la regin y es aqu cuando los indios empezaron a tener usurpaciones de territorio y fueron poco a poco desalojados. La construccin de la carretera interamericana en 1945 facilit la penetracin y marc el inicio de la decadencia cultural trraba (Bozzoli, 1973). Las buenas tierras que usaban los indgenas fueron quitadas por su riqueza, por ejemplo hoy PINDECO es una amenaza para los territorios de la zona y hay estudios que aseguran que hay grandes reas sembradas de pia dentro de los territorios. Cuando lleg la United Fruit Company trajo prcticas destructivas para el ambiente e instauraron mtodos ilegtimos de negociacin de tierras con los indios. A pesar que la normativa jurdica establece que los territorios indgenas son inalienables y de propiedad exclusiva de ellos, segn datos del censo 2000 en el territorio de Trraba el 43.6% de la poblacin es indgena (Solano, 2000). Esto debido a la venta ilegal de tierras, invasin y falta de recursos para la recuperacin de tierras. En efecto 88% de la tierra est en manos de no indgenas (Borge, 2007). A pesar de esto, 72.8% del total de hogares dentro del territorio tiene acceso a la tierra para el desarrollo de actividades productivas para agricultura, as como la disponibilidad de bosques para diversos usos (Solano, 2000). Sin embargo los Trrabas y Borucas han sido empujados por no indgenas a las tierras de laderas poco frtiles. Los mejores valles de ros los han perdido (Bozzoli, 1973). A partir de la dcada de los 70s la deforestacin llego al tope en Costa Rica y es en este periodo donde pierden gran parte de sus bosques. Teniendo en cuenta la historia particular de los trrabas, no se puede hablar de tierras patrimoniales suyas en el cantn que no sean las los administradores coloniales establecieron hace 200 a 300 aos. Aunque estas tierras no estn plenamente reconocidas (no ha habido un estudio histrico-jurdico al respecto), se sabe que hay comunidades como la de Guadalupe, en el cantn de Buenos Aires, y otras que tambin tuvieron poblacin Teribe, por lo que es presumible que las tierras reconocidas a este pueblo s sean mucho mayores que las que se fijaron como Reserva Indgena en 1956. Boruca y Trraba son los grupos ms aculturados en el pas, su dependencia de los recursos naturales del bosque es mnima y se han adaptado a las prcticas agrcolas mestizas campesinas. Sus lenguas estn casi extintas, en 1986 slo 2 personas en la

comunidad hablaban la lengua Trraba. Los teribes han conservado la cultura tradicional, la lengua y la organizacin social mientras que los trrabas que an conservan su identidad indgena, han perdido la mayora de los rasgos culturales tradicionales, producto del modelo de aculturacin al que han estado sujetos. (Cruz, 1996) Son muchos los lderes indgenas que, desde hace muchos aos, han venido sealando a la escuela (como institucin del Estado) como responsable, porque algunas comunidades como Boruca, Curr y Trraba hayan perdido sus idiomas vernculos, el conocimiento de las costumbres propias, el inters por el desarrollo de los territorios indgenas (Guevara Berger, 2000). A diferencia de los boruca, los trraba tienen hoy la posibilidad de la recuperacin cultural debido a que la comunidad teribe en Panam ha conservado muchos de sus rasgos culturales originales, por ejemplo; su lengua, sistema poltico administrativo centrado en la figura del Rey. Por esta razn, a partir de la dcada de los 80 del siglo XX se ha llevado a cabo un intenso acercamiento entre estas dos comunidades. Dentro de lo poco que aun conservan se destacan el modo de produccin agrcola y artesanal, se producen distintas artesanas hechas con materias primas naturales como por ejemplo el tallado en jcara y piedra que muestran animales y otros elementos propios de su entorno natural y cultural. Algunos de los esfuerzos que se han hecho por conservar el patrimonio histrico-cultural de Trraba estn el haber revivido la tradicional fiesta del Toro y la Mula, para stas fiestas, se alistan las mscaras y los tambores, se hace chicha, chicharrones y tamales de arroz y cerdo; es una poca de fiesta en la que la comunidad se rene y comparte. Tambin, se construy el museo comunitario de Trraba. Los Trrabas han perdido su cultura y gran parte de su territorio. Ahora se unen para abogar por los pocos derechos que les quedan, que gracias a organismos internacionales como la Organizacin Mundial del Trabajo (OIT), an estn en un marco legal internacional, lo que convierte sus derechos por primera vez en elementos de nuestra cultura de los cuales pueden educarse para defender sus intereses y rescatar su cultura. Se han movilizado para impedir la tala de sus bosques desde 1995 y desde entonces han peleado por la integracin de su Asociacin de Desarrollo Integral a DINADECO y buscar formas de insertarse en el sector productivo del pas. Hoy luchan por la

prohibicin de construccin del Proyecto Hidroelctrico El Diqus, porque cuando fue necesario no se les consult y todava no se les ha consultado, y es una vez ms un intento de atropello a sus derechos como grupo humano que se considera indgena, es decir su reproduccin como pueblo depende de los recursos naturales que ancestralmente los ha mantenido vivos a pesar de todo el maltrato de Occidente. Segn el Estado de la Nacin del 2001, las disparidades con el resto de la poblacin sugieren que la pertenencia a un pueblo indgena est ligada a una inadecuada insercin de los grupos en los procesos polticos, econmicos y sociales. Algunos estudios revelan que las limitaciones que enfrentan estos pueblos para hacer efectivos sus derechos son primero, las difciles condiciones de vida, la gestin de la CONAI (Comisin Nacional de Asuntos Indgenas, un ente Estatal creado para atender los intereses estatales y no para representar las demandas indgenas) y la falta de compromiso respecto a las leyes y los acuerdos ratificados en materia de derechos indgenas. Se ha podido constatar que el pueblo indgena de Trraba se suma al resto de pueblos autctonos del continente que aspiran a asumir el control de sus instituciones, forma de vida y visin de desarrollo de forma que puedan mantener y fortalecer sus identidades, lenguas y religiones en el marco de los Estados en que se encuentran. Adems de la autonoma, se destaca la exigencia de una mayor representacin y visibilidad poltica del pueblo Trraba en la institucionalidad pblica y poltica, as como el respeto del derecho indgena y el mejoramiento de condiciones y acceso a servicios pblicos. La organizacin poltica en Trraba, que es tal vez el elemento cultural a rescatar en este conflicto, est determinada por dos rasgos tradicionales indgenas, la figura de los y las mayores y la agrupacin en clanes familiares. Entre ellos hay 5 organizaciones polticas articuladas por las principales familias. En este sentido la poblacin indgena participa en una variedad de temas y mbitos que conciernen a la comunidad. Tambin se hacen notar como lderes indgenas en organizaciones a nivel comunal, regional y nacional. Es interesante la participacin poltica que tiene la comunidad Trraba, puede estar relacionada a diversos factores como la identidad guerrillera que rescatan de los telire o teribe, pero se debe ms que todo a que estn en peligro de desaparecer por la aculturacin y prdida de tierras.

Por otro lado de organizacin se encuentra la ADIIT (Asociacin de Desarrollo Integral Indgena de Trraba), que ha sido vista por los indgenas como un ente estatal, ya que es la nica figura legtima en representacin poltica del pueblo ante la institucionalidad pblica y poltica. Esto ha ocasionado divisin en la comunidad, ya que en realidad la ADIIT no lucha por los verdaderos intereses del pueblo y niega cualquier dilogo real entre el Estado y los indgenas. Las demandas autonmicas se han constituido en parte medular del discurso contestatario indiano y en tema de importantes debates para polticos e intelectuales en Amrica Latina (Bartolom, 2006). Como ocurre en el resto de los pases latinoamericanos, en el caso de Trraba la reivindicacin por la autonoma se ha posicionado en un lugar prioritario de la lucha indgena ya que esta amalgama una serie de demandas econmicas, polticas y culturales.

2. El Indigenismo Como Movimiento Social El ltimo cuarto de siglo XX ha sido testigo de la emergencia de importantes movilizaciones indgenas en varios pases latinoamericanos como Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Mxico, entre otros, articuladas en torno a una serie de demandas y reivindicaciones polticas, demandas autonmicas, reconocimiento de las autoridades tradicionales y del derecho consuetudinario, respeto a sus tradiciones y costumbres, derecho a la tierra, a la educacin bilinge y a la oficialidad de sus lenguas, las cuales se mantienen firmes hasta nuestros das frente a los Estados-nacionales centralistas y monotnicos (Daz Azofeifa, 2008). Dentro del contexto histrico de lucha regional que hoy emprenden los pueblos indgenas mesoamericanos contra proyectos de expansin imperialista como: el Plan Puebla-Panam, el Plan Mrida, el T.L.C., la militarizacin, las concesiones a empresas mineras, petroleras, madereras y los proyectos hidroelctricos que afectan sus territorios, continan avanzando da a da en favor de los intereses de la oligarqua regional, obligando a estos pueblos a dar una respuesta desde una perspectiva indgena, de movilizacin, lucha y resistencia. (Jimnez, 2011). Todas las acciones estratgicas van encaminadas a retomar la historia de la vida cotidiana, planteado en el VI Foro

Mesoamericano de los Pueblos, realizado del 12 al 14 de diciembre del 2005 en San Jos, Costa Rica. Sin embargo a pesar de la jurisprudencia y legislacin universal, continan las violaciones contra los derechos colectivos e individuales de las comunidades indgenas. Costa Rica es un ejemplo de un conflicto de intereses del Estado con sus pueblos indgenas, problemas como acceso al sector productivo, de salud y educacin y sobre todo de tenencia de la tierra dan miras a un futuro que se resume en lo legal. Es justamente lo legal y lo poltico que los grupos indgenas han ido comprendiendo de nuestra cultura para defenderse, nuestra cultura otorg derechos que hoy son defendidos por grupos organizados en toda Amrica Latina. Una nueva pgina se est escribiendo en la historia de los grupos indgenas americanos. En Costa Rica el indigenismo se lleva a cabo de manera paulatina, poco planeada en sus comienzos y menos dinmica que en otros pases donde la poblacin indgena es ms numerosa. La ideologa indigenista de la dcada de los 50 tuvo una tendencia a ser paternalista y resolver el problema indgena mediante la aculturacin. Este proceso resolvi implantar el espaol por medio de la educacin y la discontinuidad de las tradiciones indgenas (Daz Azofeifa, 2008). A partir de los setentas se plantea la incorporacin del indgena en el desarrollo nacional de forma capitalista al incorporarse el pas a un sistema de produccin agresivo que luego buscara resolver. La tendencia moderna es el indianismo, una accin colectiva y un proyecto histrico creado por los propios pueblos indgenas, que considera al indgena como actor de su propio destino. El indianismo se opone a la ideologa paternalista del Estado y es ms como un movimiento indgena democrtico e independiente. El indianismo postula que los pueblos indgenas han mantenido la relaciona armnica con la naturaleza, y cuestiona la cultura occidental, la que ha destruido el equilibrio planetario y critica particularmente los postulados del neoliberalismo (de la Pea, citado por Leyva). A pesar de los esfuerzos del Estado costarricense por estimular la proteccin e investigacin de los pueblos indgenas, el proyecto poltico no incorpor la participacin indgena directa y le dio un carcter ms asistencialista.

3. Derecho y Representacin de la Poblacin En 1992 se ratifica en Costa Rica el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indgenas y Tribales en Pases Independientes, que es uno de los instrumentos jurdicos internacionales ms actualizados de tutela de los derechos de los pueblos indgenas, donde se estipula respetar y proteger los territorios, as como su identidad, costumbres, instituciones y derechos fundamentales. El proceso poltico mediante el cual se pretende lograr una articulacin indgena-estatal es la consulta indgena, el instrumento de democracia directa que vela por el principio poltico de autodeterminacin, el cual tiene que ver con la toma de decisiones sobre cuestiones pblicas y privadas que les concierne directamente. La consulta indgena es obligatoria ms no vinculante, los indgenas no tienen derecho al veto segn la OIT. Lastimosamente la implementacin de leyes y la ratificacin de acuerdos internacionales no constituye en s misma un garante de los derechos indgenas en Costa Rica (Daz, 2008). No existe un cons enso sobre la aplicacin de la consulta y el instrumento a emplear, en gran medida por la ambigedad de los conceptos expresados en el Convenio 169, dan pie a variadas y no siempre consensuadas interpretaci nes. La o consulta indgena es un derecho, un mecanismo de dilogo intercultural y un proceso electoral. Los resultados de las consultas son solamente directrices que orientan la toma de decisiones, aunque se esperara que la voluntad indgena expresada fuera acatada o al menos tomada en cuenta para posibles cambios o reformulaciones de las polticas sometidas a consulta. Junto con esta normativa, las Naciones Unidas celebran y ratifican la firma de la Declaracin sobre los Derechos de los Pueblos Indgenas en el ao 2007, de mayor importancia a nivel mundial, por su razn vinculante ante la cantidad ms grande de Estados firmantes, donde directamente estipulan respecto a la necesidad de consulta a los pueblos indgenas en el caso de que su territorio se vea esgrimido, dice as el artculo 32 inciso 2) y 3): 2) Los Estados celebrarn consultas y cooperarn de buena fe con los pueblos indgenas interesados por conducto de sus propias instituciones representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relacin con el desarrollo, la utilizacin o la explotacin de recursos minerales, hdricos o de otro tipo.

3. Los Estados establecern mecanismos eficaces para la reparacin justa y equitativa por esas actividades, y se adoptarn medidas adecuadas para mitigar las consecuencias nocivas de orden ambiental, econmico, social, cultural o espiritual.

A pesar de que Costa Rica aprob la Declaracin y es parte de otras convenciones internacionales que garantizan los derechos de los pueblos indgenas, como lo es el Convenio 169 ya mencionado, su principal ley sobre los pueblos indgenas sigue siendo la Ley Indgena de 1977. Esta ley establece que las reservas indgenas (aquellas reas tituladas a los pueblos indgenas que por lo general no abarcan el territorio tradicionalmente posedo) son inalienables, imprescriptibles, no transferibles y exclusivas para los pueblos indgenas. A pesar de tener esta garanta, la ocupacin ilegal y masiva de las tierras indgenas es una prctica comn en Costa Rica. Como los Trraba, donde ms del 88 por ciento de la reserva est ocupada ilegalmente, la gran mayora de estas reservas son ocupadas abierta e ilegalmente por forneos. En ocasiones que los pueblos indgenas han buscado aplicar las protecciones de sus tierras tituladas dadas por la Ley Indgena, las soluciones son negadas debido a una ausencia de una reglamentacin que especifique medidas y sanciones. De esta manera, la ocupacin ilegal de las tierras indgenas se mantiene impune. En raras ocasiones que los pueblos indgenas prevalecen, los fallos no son implementados o solos de manera parcial. Esto incluye la falla de implementar las decisiones de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, defendiendo los derechos colectivos y a la propiedad de los pueblos indgenas. A esto hay que agregar que en 1982, la Ley Indgena fue modificada por el Cdigo de Minera, el cual elimin la co-propiedad de los pueblos indgenas y del Estado a los recursos del subsuelo. Esto convirti al Estado el nico propietario de todos los recursos del subsuelo en el pas, incluyendo aquellos pertenecientes a los territorios indgenas. Esta toma de decisiones se dio de manera unilateral sobre los derechos de los pueblos indgenas, se tom sin ninguna consulta, como ha sido el patrn tomado siempre. La Ley Indgena reconoce y protege las estructuras comunitarias tradicionales y sus

procedimientos (u otras entidades escogidas libremente por los pueblos indgenas). Sin embargo, menos de un ao despus de haber sido adoptada esta ley, estas entidades indgenas fueron abolidas por un Decreto, el 8489-1978 y fueron reemplazadas por las Asociaciones de Desarrollo Integral (ADI), la forma de gobierno local utilizada en todo el pas. Las ADIs son, por ley, entidades oficiales del Estado y las ADIs indgenas representan y gobiernan cada territorio indgena. Este es el caso a pesar de que estas son estructuras forneas que no toman en cuenta las tradiciones y costumbres de los pueblos indgenas, en muchos casos son percibidas por la mayora de los pueblos indgenas de no estar acreditadas, no son representativas y no rinden cuentas. Tambin, este es el caso del CONAI, la entidad Estatal encargada de coordinar las ADIs en los territorios indgenas. Lo que se ha visto es que el CONAI no ha representado los intereses de los pueblos indgenas, y en el pasado no ha cumplido sus funciones y tareas. No hay requisitos legales para que todas las personas indgenas que sean miembros de su pueblo y/o territorio puedan participar en las ADIs y en algunos casos stas operan con menos del 20 por ciento de afiliados de la comunidad. En algunos casos, personas no indgenas han asumido posiciones de autoridad en las ADIs y han actuado en detrimento de los pueblos indgenas, especialmente al transferir tierras a no indgenas. En relacin a Trraba, la ADI tiene el ttulo de su territorio y el grupo que controla la ADI, rutinariamente toma decisiones sin informar al pueblo y en algunos casos el presidente toma decisiones sin siquiera consultar al resto de la Junta Directiva de la ADI. Las solicitudes de informacin presentadas por los miembros de la comunidad indgena acerca de las decisiones tomadas por la ADI de Trraba son continuamente ignoradas. Con una importante excepcin, cuando el Estado consulta con los pueblos indgenas lo hace a travs de las ADIs, lo cual es equivalente a consultar al mismo Estado dado que las ADIs son gobiernos locales que reportan y son parte del Gobierno Central. Por ejemplo, se conoce que el Estado ha tomado ciertos acuerdos con la ADI en Trraba en relacin a la PH El Diqus, pero la naturaleza y alcance de estos se desconocen y las solicitudes de saber acerca de estos acuerdos, si existen, han sido ignoradas.

Los pueblos indgenas, incluyendo el pueblo Trraba, han cuestionado la imposicin y operacin de las ADIs en sus territorios argumentando una negacin de su derecho al autogobierno a travs de sus propias instituciones y a la gobernanza de sus tierras y comunidades. Esto incluye quejas por parte de indgenas de la comunidad a quienes les fue negada su afiliacin a la ADI y se cuestiona la validez del sistema de ADIs en relacin a los derechos de los pueblos indgenas. La Corte Suprema ha ordenado a la ADI a admitir a los indgenas como afiliados. Sin embargo, en el ltimo caso, las acciones presentadas fueron negadas por la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que mantiene que a pesar de que las ADIs no son las ideales en el contexto indgena, son las nicas viables bajo la legislacin existente. El caso presentado por los miembros del pueblo Trraba cuestiona que las ADIs son incompatibles con los derechos de los pueblos indgenas tuvo admisibilidad, sin embargo, est pendiente en la Sala Constitucional. Debido a la ausencia de remedios judiciales efectivos para atender la imposicin de las ADIs, los pueblos indgenas han buscado como atender y corregir esta situacin (as como la invasin y expropiacin de sus tierras) a travs de legislacin. Esto llev a la redaccin y negociacin, por un perodo de ms de 7 aos, el Proyecto de Ley de Desarrollo Autnomo de los Pueblos Indgenas (Proyecto de Autonoma), que se present por primera vez al debate en la Asamblea Legislativa en 1995. Este fue modificado y reconsiderado por la Asamblea Legislativa en el 2002. Un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, respecto al caso del Pueblo Saramaka v. Surinam es directamente relevante y contiene requisitos detallados que le incumben a Costa Rica como parte de la Convencin Americana de Derechos Humanos. Esto incluye la obligacin de obtener el consentimiento del pueblo Trraba para cualquier proyecto a gran escala que pueda afectar la integridad de sus tierras y recursos.El PH El Diqus inundar permanentemente al menos el 10% del territorio titulado del pueblo Trraba y afectar la integridad de sus tierras y recursos. Estas normas de legislacin vinculante son reafirmadas en el artculo 32 de la Declaracin de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indgenas antes estipulado, que enfatiza la necesidad de obtener el consentimiento de los pueblos indgenas en relacin con la explotacin de sus recursos hdricos. La Corte Interamericana tambin sostuvo en el

caso del Pueblo Saramaka que la legislacin de derechos humanos requiere mucho ms que una simple declaracin que un proyecto ser de inters nacional antes de que un estado pueda autorizar un proyecto que pueda restringir los derechos de los pueblos indgenas. El 6 de febrero del 2008, el Presidente de Costa Rica, Oscar Arias Snchez emiti un decreto declarando la represa del Diqus, sus estudios y lneas de transmisin de ser de Conveniencia Nacional e Inters Pblico, dndole la prioridad ms alta para los permisos ambientales y otros. Este estado de inters es suficiente para que el Gobierno crea que no es necesaria la consulta, sabiendo que la misma Convencin adscrita lo requiere y permitiendo as cualquier menoscabo necesario, pasndole por encima a los tan documentados derechos de los indgenas Volviendo a la Corte Interamericana, adems de demostrar que el proyecto es necesario y proporcional, esta requiere que el proyecto o inversin propuesta no puede amenazar la supervivencia de los pueblos indgenas. Dada la magnitud de los potenciales impactos sobre el pueblo Trraba, particularmente la prdida de un gran nmero de cementerios, sitios sagrados y de vital importancia cultural que son descritos por la comunidad como pilares de su identidad, es difcil ver, al menos sin un acuerdo con el pueblo Trraba, como pueden ellos mantener su relacin especial con su territorio y como su identidad distintiva, etc., pueda ser respetada, garantizada y protegida en el contexto del PH El Diqus, de la manera en la que es propuesta actualmente. El Proyecto tambin debe respetar el principio de proporcionalidad para no poner en peligro la supervivencia de la comunidad y de sus miembros. Es altamente cuestionable si este principio se puede adherir dado el potencial impacto extremo y el efecto desproporcionado que ste tendr sobre el pueblo Trraba. En primer lugar, sin ningn acuerdo con los Trraba, los impactos negativos sobre los Trraba parecen tener mucho ms peso que los potenciales beneficios que pueden adquirir a travs de empleo y ms servicios. Asimismo, los Trraba sufrirn la gran mayora de los daos mientras que otros recibirn la mayora de los beneficios. Adems, la represa estar ubicada en un lugar cuyo impacto sobre los derechos humanos de los Trraba pareciera ser extremo. As, no est claro que el Estado haya buscado elegir los medios menos intrusivos desde una perspectiva de derechos humanos o haya elegido alternativas viables que no tendrn impacto o un menor y consensuado impacto en los Trraba. Con el fin de asegurar la supervivencia como un pueblo indgena (Habtom 2020 Pg. 32) se requiere que el

Estado asegure su participacin efectiva en la toma de decisiones; asegure una distribucin de beneficios razonable; y requiere un estudio de impacto ambiental y medidas de mitigacin efectivas llevado a cabo por una entidad independiente. Si un proyecto lleva a una negacin de tradiciones, costumbres de manera que peligre la supervivencia de un pueblo y sus miembros, este proyecto, por lo tanto, no es permisible bajo sistema interamericano de derechos humanos.

4. El Proyecto Hidroelctrico del I.C.E: El Diqus El auge de la construccin de represas hidroelctricas en Centroamrica es parte del Plan Puebla Panama - rebautizado como el Proyecto Mesoamericano - y relanzado en el Encuentro Ministerial sobre Energa y Clima, efectuado en Washington en abril del 2010; reunin en la cual se plante la nueva matriz de produccin energtica para el continente. Con el pretexto de frenar el cambio climtico se ha dado prioridad a supuestas formas de produccin de "energa limpia", para frenar el abuso de los combustibles fsiles. Sin embargo, las represas hidroelctricas son parte de las falsas soluciones al cambio climtico que vienen planteando tanto organismo financieros internacionales como los gobiernos de pases industrializados. En 1970 empezaron los primeros intentos de establecer un proyecto en la regin con ayuda del ALCOA, pero este proyecto tuvo una fuerte oposicin por parte de los vecinos, diez aos despus, nace otra iniciativa por medio de una unin entre una empresa de origen canadiense y el I.C.E. para desarrollar el proyecto Gran Boruca. Empezando la dcada del 90, una empresa japonesa estudia la de nuevo la posibilidad de vender energa hacia Mxico. En el ao 2005, llega una empresa a terminar el estudio de impacto ambiental realizado en el pasado para retomar el tema de la represa en el sur. En el ao 2006 se descarta el proyecto Boruca pero se replantea con el nombre de PH Diqus. El ro Trraba es el de mayor caudal en Costa Rica, por l circulan millones de litros de agua al da. A mediados del siglo XX y en adelante, la institucin encargada de brindar el servicio elctrico en el pas, el I.C.E., junto con empresas extranjeras de Mxico y Canad, vieron la posibilidad de crear una represa para extraer as la mencionada

energa que dentro de su cauce circula. Se abrieron diferentes tipos de anlisis para ver qu tanta energa se poda extraer del ro y vieron as una gran oportunidad para efectuar dicho plan. Este Proyecto se ubicar en la parte sur del territorio nacional, es el primer proyecto hidroelctrico de la zona, como una de sus particularidades es que es el segundo embalse plurianual en Costa Rica junto con el del Arenal. Estar ubicado especficamente en el ro General, a 10.5 km de la ciudad de Buenos Aires, Puntarenas, entre las comunidades de Paraso y Trraba. Su embalse tendr una extensin de 6815Ha, a su vez de este se obtendr un aproximado de 658MW. Para la produccin de la energa, se construir un tnel del embalse que cruzar la Fila Brunquea, su longitud rondar los 11km, este tnel conducir el agua a otra tubera de alta presin la que transportar dicha agua a la casa de maquinas donde se encuentran los transformadores, despus el agua ser devuelta al ro Grande de Trraba, para alimentar uno de los humedales ms importantes del continente el Sierpe-Trraba. En el sitio de presa se permitir el paso permanente de una cantidad de agua que garantice la conservacin de las condiciones necesarias para mantener la mayor parte de la biodiversidad asociada al cauce del ro segn el I.C.E., principalmente hasta su confluencia con el ro Coto Brus y que permita el desarrollo de las principales actividades humanas de la zona como la pesca y la agricultura. Este caudal, conocido como caudal ambiental o caudal de compensacin, tambin ser aprovechado mediante una minicentral de generacin para producir aproximadamente 27 MW adicionales. Otra estructura que forma parte de la presa y que permitir, en algunas ocasiones, aportar agua al cauce del ro es el vertedero de excedencias, el cual permite mantener el nivel del embalse en su mximo de operacin (300 m.s.n.m) y dejar pasar el exceso de agua del embalse hacia el cauce del ro. (ICE, 2011) Este Proyecto tiene la particularidad de ser el ms grande de Centroamrica en materia de producir energa hidroelctrica, en Costa Rica a nivel de porcentaje seria el 20.5 de energa que produce el pas contando todas las dems fuentes de donde se extrae energa como la elica, geotrmica, trmica, entre otras. Su nivel de embalse ronda entre los 260 a 300 m.s.n.m, pero su pero su mximo ser de 310 m.s.n.m, para poder tratar cuando en este se produzca alguna crecida, ya que este ro en temporada lluviosa cuenta con gran cantidad de agua dentro de su cauce.

Una caracterstica relevante de este Proyecto es que con su produccin anual de energa se podra abastecer a un aproximado de 1.050.000 familias (I.C.E., 2010). Al comienzo, este naci con el nombre del PH Boruca, y segn ciertos estudios tena menos posibilidades de llevarse a cabo, debido a que esta primera opcin tena ms impactos negativos en la regin, en materia ecolgica y en la poblacin en general. El Proyecto Boruca tuvo dimensiones mayores a las que tiene el PH El Diqus, su potencia energtica era de 709 MW, el rea total del embalse 10700Ha, tena un costo de produccin que rondaba acerca de los $1.425 millones. El Diqus naci del Proyecto Boruca con una serie de modificaciones, se hicieron una serie de mitigaciones ambientales, sociales, entre otras, para que el impacto en la zona fuera el menor posible, con esto se tuvo que disminuir la ganancia econmica al pas pero se hicieron planes considerando el estudio de impacto ambiental. Se planea dar una reubicacin a las comunidades que estn dentro del rea afectada por la creacin del embalse, se est tomando en cuenta razones socioeconmicas, ambientales, y psicolgicas. Se construir un caudal ecolgico 20km despus de la zona de presa, esto para contrarrestar los impactos producidos por la presa de agua, adems de conservar las condiciones ecolgicas aguas abajo, tambin para no modificar las actividades de los pobladores (pesca y uso general del ro). Se tiene pensado crear un nuevo corredor biolgico para la conservacin de la flora y la fauna, adems de programas de reforestacin para que no provoque tanto impacto la erosin, as como tambin crear recursos para las comunidades para su desarrollo. En las ventajas establecidas para el PH El Diqus se pueden establecer:y

La generacin de energa para el territorio nacional, representara el 20.5 del total de la energa en Costa Rica; adems, la venta de la misma al extranjero producira ganancias para la economa del pas. Con el establecimiento de este proyecto en la zona, se crearn fuentes de empleo ligadas a las demandas surgidas en la zona producidas por la creacin del proyecto, como lo son el comercio y turismo. Directamente El Diqus podra requerir 2009) aproximadamente 168 profesionales (5%), 383 tcnicos y administrativos (11%) y 2951 (84%) operativos. (Ice, www.grupoice.com,

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Se desarrollarn las comunidades debido al crecimiento social de la poblacin en general que se presentar dentro de las comunidades aledaas a la represa, dando una mejor educacin o una formacin especializada a los habitantes para trabajar en los nuevos campos de trabajo abiertos para la poblacin en general, creando una nueva regin competente dentro de las dems comunidades del resto del pas en materia de desarrollo econmico. Los ciudadanos de la regin, tendrn ms oportunidades para poder integrarse a un mundo ms globalizado y tecnificado con mejores herramientas para su vida.

Como desventajas de se podran incluir las siguientes:y

Violaciones a los derechos establecidos a los indgenas, prdida de su territorio, de sus costumbres milenarias que se han trasladado de generacin en generacin en cuanto a cosmovisin y apreciacin de los recursos, adems de las implicaciones culturales en las 4 diferentes unidades socioculturales que en l se establecen desde hace centenares de aos y se vern afectadas. Inundacin de 200 sitios arqueolgicos. En esta zona se establece el 20% de la biodiversidad del territorio nacional, se ver afectada directamente por la manipulacin del cauce sencillamente porque ya este no fluir en su manera natural, adems de que esta regin ser de muy fcil acceso para el ser humano y con ello las consecuencias que trae consigo el factor antrpico. Al reducir el cauce del ro, se ver afectado el Humedal Trraba-Sierpe, ya que dicho humedal est directamente ligado con la cantidad de agua circula dentro del ro, esto es necesario para sostener sus condiciones.

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5. Posicin de la Comunidad Indgena Trraba La construccin del PH El Diqus, adems de que parte de su proceso se ha llevado a cabo de una forma ilegal, implica una serie de consecuencias en el quehacer de los grupos indgenas afectados. Especficamente con los trraba, se analizaron diferentes comunicados de prensa, videos, conferencias, pronunciamientos y testimonios que reflejan su posicin, sobre todo poltica, ante la posible construccin de la represa y la inundacin de aproximadamente 10% de su territorio (800Ha), territorio que no es habitado, pero est conformado por bosques primarios y tierra cultivable, as como

sitios arqueolgicos de gran importancia. Cabe sealar que los trraba solo poseen 10% de su territorio, misma cifra que se pretende inundar. La comunidad est dividida entre quienes defienden sus intereses culturales por medio de las organizaciones conformadas de manera y quienes aprueban la construccin del mega proyecto a cambio de manipulaciones materiales por parte del ICE como infraestructura y bienes. A pesar de esto, el grupo indgena organizado est respaldado por varias leyes que conocen y defienden. Ante esto, en abril del presente ao los indgenas denunciaron la situacin ante la ONU, y se envi al Dr. James Anaya a hacer una visita por la zona afectada y conversar con los representantes del ICE y los lderes indgenas. Parte de su recomendacin posterior a la visita toc el tema de la ilegalidad de las acciones del ICE, atropello a derechos humanos, necesidad de aplicar la consulta indgena y sobre todo recalc la importante de la educacin para estos pueblos, de manera que a futuro puedan ser capaces de comprender su realidad y problemas para poder tomar decisiones adecuadas a la hora de dialogar con el Estado. Varias son las quejas de las organizaciones indgenas:y

En contra de la declaracin de Oscar Arias, al promover el proyecto como de inters nacional. El gobierno ha obviado la ley y ha publicado el decreto del proyecto sin ni siquiera haber hecho consulta a los grupos indgenas. No saben qu impacto tendrn sus comunidades, no saben qu tipo de desarrollo les espera como sector social. Se preguntan cmo fortalecer su cultura con este proyecto, cmo mejorar el medio ambiente y no ve cmo no se deteriorar. Nadie les consult qu prioridades como pueblo tienen. Cmo combatir la prdida de la cultura? Que ha existido por siglos y hoy tratan de rescatar lo que queda; estn ejemplificadas en su identidad y percepcin de la naturaleza. Qu le espera a la juventud indgena? Ms pobreza? Desarrollo segn el I.C.E. implica 5000 empleos, pero qu tipo de empleos y por cunto tiempo estarn? Qu pasa con el trabajo para las mujeres indgenas? Su economa est ligada a las tierras, el trabajo campesino, con construccin se perdern cantidad de hectreas del territorio.

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Cmo va a beneficiar a su lucha por recuperar las tierras que estn en manos de no indgenas? Turismo? De qu tipo? El respeto por la vida misma, la vida silvestre acutica, por la madre tierra, la diosa agua. Es fcil destruir, pero cuesta ver montes verdes y aguas recuperadas. Aprobar el proyecto sera abrir un portillo para que otras empresas destruyan el patrimonio cultural de otros pueblos indgenas en Costa Rica. Invitan a reflexionar: Costa Rica no es violador de derechos humanos y ambientales? Al inundar el territorio bilogos predicen plagas de zancudos y roedores. Qu pasa con los manglares y los pescadores. La comunidad ha sido poco informada. Mayor diversidad cultural vs mayor planta hidroelctrica, qu tanto ser por ambicin y cuanto por verdadera necesidad.

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CONCLUSIN A pesar de que en Costa Rica existe la idea de pacifismo y democracia como ideales muy logrados la realidad de sus pueblos indgenas es la ms clara evidencia de que hay exclusin y marginalizacin hacia sectores sociales que forman parte de la nacin. Existen injusticias sociales, existe conformismo por exceso de pacifismo, existe racismo y discriminacin. No hay un orgullo por las races indgenas como en algunos otros pases latinoamericanos. Pensar en la autodeterminacin poltica de los indgenas en Costa Rica hoy, implica reflexionar sobre las relaciones intertnicas entre el Estado y los pueblos indgenas, con nfasis en los mecanismos polticos implementados para incorporar a los pueblos en procesos de toma de decisiones. Implica reflexionar acerca de la historia de estos pueblos y de su sentir como grupo humano, al fin y al cabo se les reconoce como costarricenses al igual que al resto de la poblacin, lo ms significativo que podemos hacer como sociedad es reconocerlos como pueblos con derecho a desarrollar sus actividades en su medio de subsistencia a su manera. Tambin cabe rescatar el valor intrnseco del ro, que para estos pueblos originarios, tiene implicaciones como el respeto, humildad, valor del ro, valor utilitario, valor del ecosistema que constituye; todos estos valores chocan con los antivalores que sustentan ciertos proyectos, que amenazan la biodiversidad y el valor intangible del medio ambiente, la inspiracin espiritual y religiosa, de belleza escnica y de informacin cientfica. Hoy, los pueblos originarios de esta madre tierra exigen respeto a las instituciones del Estado, a su dignidad, a sus sueos, esperanza, anhelos y sus luchas, para que sus derechos queden debidamente reconocidos, como a los dems costarricenses.

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