poemario 1103
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POEMARIO
ASTRID LILIANA AREVALO CASTRO
Presentado al PRO:LEISLI GARCIA
En la asignatura de :ESPAÑOL
Institución Educativa Técnica Nacionalizada
de Samaca
11-03
2013
AL RIO
Hermoso río! en el resplandor, límpida corriente
de cristal, errante agua.
Eres un emblema del brillo,
de belleza, de no escondido corazón,
la juguetona sombra de arte
en la hija del viejo Alberto; pero cuando ella mira en tu ola,
que reluce entonces, y tiembla,
pues, entonces, el más bonito de los arroyos
se parece a su adorador;
ya que en su corazón, como en tu arroyo
la imagen de ella profundamente yace,
el corazón de él que tiembla ante el rayo de luz
de los ojos de ella que indagan el alma.
EDGAR ALAN POE
A MAESTRE Amo tu delicioso alejandrino
como el de Hugo, espíritu de España; éste vale una copa de champaña
como aquél vale «un vaso de bon vino». Mas a uno y otro pájaro divino la primitiva cárcel es extraña;
el barrote maltrata, el grillo daña, que vuelo y libertad son su destino.
Así procuro que en la luz resalte tu antiguo verso, cuyas alas doro
y hago brillar con mi moderno esmalte; tiene la libertad con el decoro
y vuelve, como al puño el gerifalte,
RUBEN DARIO
A CELESTINA
Yace en esta tierra fría, Digna de toda crianza, La vieja cuya alabanza Tantas plumas merecía.
No quiso en el cielo entrar A gozar de las estrellas,
Por no estar entre doncellas Que no pudiese manchar
FRANCISCO DE QUEVEDO
ALBA
Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
Semilleros de nostalgias
Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma.
La gran tumba de la noche
Su negro velo levanta
Para ocultar con el día
La inmensa cumbre estrellada.
¡Qué haré yo sobre estos campos
Cogiendo nidos y ramas
Rodeado de la aurora
Y llena de noche el alma!
FEDERICO GARCIA LORCA
A CELESTINA
Yace en esta tierra fría, Digna de toda crianza, La vieja cuya alabanza Tantas plumas merecía.
No quiso en el cielo entrar A gozar de las estrellas,
Por no estar entre doncellas Que no pudiese manchar
FRANCISCO DE QUEVEDO
ALBA
Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
Semilleros de nostalgias
Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma.
La gran tumba de la noche
Su negro velo levanta
Para ocultar con el día
La inmensa cumbre estrellada.
¡Qué haré yo sobre estos campos
Cogiendo nidos y ramas
Rodeado de la aurora
Y llena de noche el alma!
FEDERICO GARCIA LORCA
SONETO I
Garcilaso de la Vega Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por dó me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino estoy olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido:
sé que me acabo, y mas he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello:
que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacerlo?
GARCILASO DE LA VEGA
SENSACION
Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano,
herido por el trigo, a pisar la pradera; soñador, sentiré su frescor en mis plantas y dejaré que el viento me bañe la cabeza.
Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos: pero el amor sin límites me crecerá en el alma.
Me iré lejos, dichoso, como con una chica, por los campos , tan lejos como el gitano vaga.
JUAN RAMON
ELEVACION Por encima de estanques, por encima de valles,
De montañas y bosques, de mares y de nubes,
Más allá de los soles, más allá de los éteres,
Más allá del confín de estrelladas esferas,
Te desplazas, mi espíritu, con toda agilidad Y como un nadador que se extasía en las olas, Alegremente surcas la inmensidad profunda
Con voluptuosidad indecible y viril. Escápate muy lejos de estos mórbidos miasmas,
Sube a purificarte al aire superior Y apura, como un noble y divino licor,
La luz clara que inunda los límpidos espacios.
ARTHUR RIMBAUD
SONETO XIX
Cuando pienso cómo mi luz se agota
Tan pronto en este oscuro y ancho mundo
Y ese talento que es la muerte esconder
Alojado en mí, inútil; aunque mi alma se ha inclinado
Para servir así a mi Creador, y presentarle
Mis culpas y ganar su aprecio
¿Qué trabajo el mandaría ya que me negó la luz?
Pregunto afectuosamente. Pero la paciencia, para prevenir
Ese murmullo, pronto responde: "Dios no necesita
Ni la obra del hombre ni sus dones: quienes mejor
Soporten su leve yugo mejor le sirven.
CHARLES BAUDELAIRE
SONETO I
Garcilaso de la Vega Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por dó me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino estoy olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido:
sé que me acabo, y mas he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello:
que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacerlo?
GARCILASO DE LA VEGA
SENSACION
Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano,
herido por el trigo, a pisar la pradera; soñador, sentiré su frescor en mis plantas y dejaré que el viento me bañe la cabeza.
Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos: pero el amor sin límites me crecerá en el alma.
Me iré lejos, dichoso, como con una chica, por los campos , tan lejos como el gitano vaga.
JUAN RAMON
ELEVACION Por encima de estanques, por encima de valles,
De montañas y bosques, de mares y de nubes,
Más allá de los soles, más allá de los éteres,
Más allá del confín de estrelladas esferas,
Te desplazas, mi espíritu, con toda agilidad Y como un nadador que se extasía en las olas, Alegremente surcas la inmensidad profunda
Con voluptuosidad indecible y viril. Escápate muy lejos de estos mórbidos miasmas,
Sube a purificarte al aire superior Y apura, como un noble y divino licor,
La luz clara que inunda los límpidos espacios.
ARTHUR RIMBAUD
SONETO XIX
Cuando pienso cómo mi luz se agota
Tan pronto en este oscuro y ancho mundo
Y ese talento que es la muerte esconder
Alojado en mí, inútil; aunque mi alma se ha inclinado
Para servir así a mi Creador, y presentarle
Mis culpas y ganar su aprecio
¿Qué trabajo el mandaría ya que me negó la luz?
Pregunto afectuosamente. Pero la paciencia, para prevenir
Ese murmullo, pronto responde: "Dios no necesita
Ni la obra del hombre ni sus dones: quienes mejor
Soporten su leve yugo mejor le sirven.
CHARLES BAUDELAIRE
EL NUEVO SONETO A ELENA
Cuando estés vieja, niña (Ronzar ya te lo dijo),
te acordarás de aquellos versos que yo decía.
Tendrás los senos tristes de amamantar tus hijos,
los últimos retoños de tu vida vacía...
Yo estaré tan lejano que tus manos de cera
ararán el recuerdo de mis ruinas desnudas.
Comprenderás que puede, nevar en primavera
y que en la primavera las nieves son más crudas.
Yo estaré tan lejano que el amor y la pena
que antes vacié en tu vida como un ánfora plena
estarán condenados a morir en mis manos…
SOFO DE LEISBOS
SONETO DE AMOR I
De los hermosos el retoño ansiamos para que su rosal no muera nunca,
pues cuando el tiempo su esplendor marchite guardará su memoria su heredero. Pero tú, que tus propios ojos amas,
para nutrir la luz, tu esencia quemas y hambre produces en donde hay hartura,
demasiado cruel y hostil contigo. Tú que eres hoy del mundo fresco adorno,
pregón de la radiante primavera, sepultas tu poder en el capullo,
dulce egoísta que malgasta ahorrando.
Del mundo ten piedad: que tú y la tumba,
ávidos, lo que es suyo no devoren.
WILLIAM SHAKESPEARE SAFE LEISLOS
EL NUEVO SONETO A ELENA
Cuando estés vieja, niña (Ronzar ya te lo dijo),
te acordarás de aquellos versos que yo decía.
Tendrás los senos tristes de amamantar tus hijos,
los últimos retoños de tu vida vacía...
Yo estaré tan lejano que tus manos de cera
ararán el recuerdo de mis ruinas desnudas.
Comprenderás que puede, nevar en primavera
y que en la primavera las nieves son más crudas.
Yo estaré tan lejano que el amor y la pena
que antes vacié en tu vida como un ánfora plena
estarán condenados a morir en mis manos…
SOFO DE LEISBOS
SONETO DE AMOR I
De los hermosos el retoño ansiamos para que su rosal no muera nunca,
pues cuando el tiempo su esplendor marchite guardará su memoria su heredero. Pero tú, que tus propios ojos amas,
para nutrir la luz, tu esencia quemas y hambre produces en donde hay hartura,
demasiado cruel y hostil contigo. Tú que eres hoy del mundo fresco adorno,
pregón de la radiante primavera, sepultas tu poder en el capullo,
dulce egoísta que malgasta ahorrando.
Del mundo ten piedad: que tú y la tumba,
ávidos, lo que es suyo no devoren.
WILLIAM SHAKESPEARE SAFE LEISLOS
ALEGRIA
"No poseo nombre:
pero nací hace dos días."
¿Cómo te llamaré?
"Soy feliz.
Me llamo alegría."
¡Que el dulce júbilo sea contigo!
Bonita alegría!
Dulce alegría, de apenas dos días,
te llamo dulce alegría:
así tú sonríes, mientras yo canto.¡
Que el dulce júbilo sea contigo .
PABLO NERUDA
CANCION DE OTOÑO
Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.
Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.
Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.
PAUL VERLAINE
TRASCIELO DEL CIELO AZUL ¡Qué miedo el azul del cielo!
¡Negro! ¡Negro de día, en agosto!
¡Qué miedo! ¡Qué espanto en la siesta azul!
¡Negro! ¡Negro en las rosas y el río!
¡Qué miedo! ¡Negro, de día, en mí tierra
-¡negro!- sobre las paredes blancas!
¡ Qué miedo!
WILLIAM BLAKE
AYER
Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente
ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente
ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche
fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche
MARIO BENEDETTI
TRASCIELO DEL CIELO AZUL ¡Qué miedo el azul del cielo!
¡Negro! ¡Negro de día, en agosto!
¡Qué miedo! ¡Qué espanto en la siesta azul!
¡Negro! ¡Negro en las rosas y el río!
¡Qué miedo! ¡Negro, de día, en mí tierra
-¡negro!- sobre las paredes blancas!
¡ Qué miedo!
WILLIAM BLAKE
AYER
Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente
ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente
ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche
fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche
MARIO BENEDETTI
TERMINADO En medio del temor y las sospechas, con espíritu agitado y ojos de pavor,
nos consumimos y planeamos cómo hacer para evitar el seguro
peligro que así terriblemente nos amenaza. Y sin embargo estamos equivocados, ése no está en nuestro camino: falsos eran los mensajes (o no los escuchamos, o no los entendimos
bien). Otra catástrofe, que no la imaginábamos, repentina, violenta cae sobre nosotros
y no preparados -de dónde tiempo ya- nos arrebata
CONSTANTINO CAVAFI
LO QUE SOY DESPUES DE TODO
¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra
vez,
Me aparto para oírlo -y jamás me canso de
escucharlo.
También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?
WAILT WHITMAN
ESTO
Dicen que finjo o miento todo lo que escribo. No. Yo simplemente siento
con la imaginación. No uso el corazón.
Todo lo que sueño o vivo, lo que me falla o termina,
es como una terraza sobre otra cosa aún.
Esa cosa es la que es bella. Por eso escribo en medio de lo que no está cerca,
libre de mi titubeo, serio de lo que no es.
¿Sentir? ¡Sienta quien lee
FERNANDO PESOA
AMOR ETERNO
mor eterno
Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte Cubrirme con su fúnebre crespón; Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
GUSTAVO ADOLFO BECQUER
ESTO
Dicen que finjo o miento todo lo que escribo. No. Yo simplemente siento
con la imaginación. No uso el corazón.
Todo lo que sueño o vivo, lo que me falla o termina,
es como una terraza sobre otra cosa aún.
Esa cosa es la que es bella. Por eso escribo en medio de lo que no está cerca,
libre de mi titubeo, serio de lo que no es.
¿Sentir? ¡Sienta quien lee
FERNANDO PESOA
AMOR ETERNO
mor eterno
Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte Cubrirme con su fúnebre crespón; Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
GUSTAVO ADOLFO BECQUER
MUERTE PORA AGUAS
Flebas, el Fenicio, que murió hace quince días, olvidó el chillido de las gaviotas y el hondo mar henchido
y las ganancias y las pérdidas. Una corriente submarina
recogió sus huesos susurrando. Cayendo y levantándose remontó hasta los días de su juventud
y entró en el remolino. Pagano o judío
oh, tú, que das vuelta al timón y miras a barlovento, piensa en Flebas, que otrora fue bello y tan alto como tú
HOMAS STEARN ELIOT
OH A,AMOR MIO, AMOR MIO..
Oh, amor mío, amor mío, cuando pienso
que existías ya entonces, hace un año,
cuando yo estaba sola aquí en la nieve
y no vi tus pisadas ni escuché
tu voz en el silencio... Mi cadena,
eslabón a eslabón, iba midiendo
como si no pudiese verme libre
por tu posible mano... ¡Hasta beber
la prodigiosa copa de la vida!
¡Qué extraño no sentirte en el temblor
del día o de la noche, voz, presencia,
ni adivinarte en esas flores blancas!
Yo era ciega lo mismo que el ateo
que no descubre a Dios al que no ve.
ELIZABETH BARRE
LAS ROSAS
Si tu frescura a veces nos sorprende tanto
dichosa rosa, es que en ti misma, por dentro,
pétalo contra pétalo, descansas.
Conjunto bien despierto cuyo centro duerme, mientras se tocan, innumerables,
las ternuras de ese corazón silencioso que suben hasta la extrema boca.
RAINE MARIA RILKE
LA PALOMA
Una paloma tuve muy dulce, pero un día se murió. Y he pensado que murió de tristeza. ¡Oh! ¿Qué le apenaría? Sus pies ataba un hilo
de seda, y con mis dedos lo entrelacé yo mismo. ¿Por qué morías, tú, de pies lindos y rojos?
¿Por qué dejarme, pájaro tan dulce? ¿Por qué? Dime. Muy solito vivías en el árbol del bosque:
¿Por qué, gracioso pájaro, no viviste conmigo? Te besaba a menudo, te di guisantes dulces: ¿Por qué no vivirías como en el árbol verde?
JOHN KEATS
LAS ROSAS
Si tu frescura a veces nos sorprende tanto
dichosa rosa, es que en ti misma, por dentro,
pétalo contra pétalo, descansas.
Conjunto bien despierto cuyo centro duerme, mientras se tocan, innumerables,
las ternuras de ese corazón silencioso que suben hasta la extrema boca.
RAINE MARIA RILKE
LA PALOMA
Una paloma tuve muy dulce, pero un día se murió. Y he pensado que murió de tristeza. ¡Oh! ¿Qué le apenaría? Sus pies ataba un hilo
de seda, y con mis dedos lo entrelacé yo mismo. ¿Por qué morías, tú, de pies lindos y rojos?
¿Por qué dejarme, pájaro tan dulce? ¿Por qué? Dime. Muy solito vivías en el árbol del bosque:
¿Por qué, gracioso pájaro, no viviste conmigo? Te besaba a menudo, te di guisantes dulces: ¿Por qué no vivirías como en el árbol verde?
JOHN KEATS