pico de gallo

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Primer número de una revista que presenta música, cine, fotografía y literatura para chavos y... no tan chavos.

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DedicatoriaQueremos dedicar este primer número de Pico de Gallo a la memoria y al espíritu luchador de todos los presos políticos del país. Hemos de recordar que desde las gestas incansables en el estado de Guerrero lideradas por Lu-cio Cabañas, muchos hombres y mujeres, conscientes de su necesidad y hartos de abusos y engaños han sido encarcelados, condenados o desapare-cido por el único “crimen” de reclamar lo que por derecho les corresponde.

Hace casi 5 años, sucedieron incidentes que cayeron en lo mismo: Oaxa-ca y Atenco, ambos en el 2006. Quizá el primero lo recordamos por el gran cúmulo de información que desprendió, pero de Atenco ¿nos acordamos? Se nos ha olvidado lo sucedido con un gobierno que recién entraba al Esta-do de México, el de las firmas, el que según que cumple todo y que ahora se perfila para la presidencia del país. Es tiempo de reflexionar qué quere-mos como nación y si eso que anhelamos se conseguirá a través de partidos.

Corazón y lucha, latamos abajo y a la izquierda para seguir peleando, como lo dijo alguna vez un colega argentino, “Hasta la victoria siempre“.

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NUESTRAS FUENTES

mediosfera.wordpress.commaxirent.com.mx

nayarit.inetgiant.com.mxdtlux.com

purochihuahua.foroactivo.netorolatina.com

sinopinion.blogspot.comirmadel.wordpress.com

agridulce.com.mxrovimusic.com

guitarraonline.info

colectivobicicleta.comwargamer.com

deamorydecasualidad.comwhataboutsilence.wordpress.com

kane3.essalir.com

fernandoalomar.blogspot.comenfrentearte.com

PORTADA (http://www.paraquesirve.net/p/gallo)

TUMULTOS SIN SALIDADiariamente más de cinco millones de personas utilizan el transporte subterráneo en Ciudad de México. En las horas de máxima congestión se libra una álgida batalla por el oxígeno y un milímetro más de espacio.

MIRADAS FIJAS

Millones de ojos evaden encontrarse en los viajes del “gusano naranja”. Pero a veces, dice Monsiváis, “la ac-ción de observar se vuelve un trabajo de tiempo com-pleto”.

BESOS BAJO TIERRA

Fabrizio Mejía, el momento íntimo en un multitudinario viaje en el Metro.

CELEBRACIONES DE TODO TIPO

Decenas de niños han nacido en los vagones del Metro desde 1969. Y si es sitio de alumbramiento, ¿por qué no ser transporte al festejo de estas quinceañeras?

SANTOS EN TRÁNSITO

Ganarás tu espacio en el Metro con el sudor de tu frente. O tal vez, con la fuerza de la fe personal. La foto muestra a un devoto de San Judas Tadeo en ruta al templo donde se le venera.

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EL GUSANO NARANJADurante 20 años el fo-tógrafo Francisco Mata Rosas documentó la vida en las entrañas del gu-sano naranja . La histo-ria se cuenta en el libro “Un viaje”.

A continuación algunas de las fotografías que ilustran la vida de los viajes entre estación y estación.

POESÍA URBANA

El Metro de Ciu-dad de México, “vertedero de almas en pena o en regocijo”, de-finió el fallecido escritor Carlos Monsiváis.

CONVIVENCIA IMPLÍCITA

Dos mundos conviven en la misma capital mexicana: la superficie, donde la solidaridad a veces se cuestiona, y los vagones del Metro donde más de uno contrae el estómago para liberar espacio a otro pasajero.

FAQUIR URBANO

Metro es también un sitio para sobrevivir, ga-narse unos pesos de formas inesperadas. En la foto un joven recuesta su torso desnudo sobre trozos de vidrio.

ENCUENTROS

Cada vagón es un espejo de la vida en su-perficie, y los andenes reproducen entonces la historia reciente del país. En la imagen: som-bras de un policía y un usuario.

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UN TEPOROCHO AUTOBIOGRÁFICO

“Chin Chin, El Teporocho” la novela de Armando Ra-mírez constituye una innovación en la literatura mexicana, al emplear recursos fuera de lo común en la narración escrita.

La obra data del año de 1971, es el relato reali-zado por un joven sobre otra persona de tan sólo veinticuatro años de edad. El libro es presentado como un relato que se realiza mientras dos per-sonas apenas conocidas dialogan, uno contando su historia personal y el otro escuchándolo y ha-ciéndole comentarios, mientras caminan hacia el callejón donde el personaje principal suele dormir.

La historia cuenta con un estilo peculiar en cuanto a que la escritura está plagada de errores orto-gráficos tales como el mal uso de la “s”, “c” o “z”, e inclusive cuenta con errores de puntuación. Este es un elemento interesante, pues pone a prueba a quien lo lee, propiciando un papel más activo al hacer repensar el modo en que se manejará el discurso, es decir, tiene un manejo diferente de las pausas en la lectura. Ello proporciona mayor realismo, pues es como leer el texto escrito por alguien con escasa alfabetización.

Además, la misma trama es cruda, reflejando la realidad citadina mexicana vivida en los barrios bajos, como el de Tepito, en este caso, entrelazan-do temas como: la prostitución, el alcoholismo, el crimen, la corrupción e incluso la homosexualidad. El drama es narrado en un estilo equiparable al del neorrealismo italiano, ya que el final feliz no es un elemento que podamos encontrar en la novela de Ramírez.

La extensión de la obra es otra característica que la enriquece en cuanto a realismo y credibilidad, al ser corto, refleja claramente un relato que bien pudo ser narrado en cuatro horas, lapso real que se maneja en la estructura interna de lo narrado.

Vale la pena aclarar que la lectura de “Chin Chin, El Teporocho” es mucho más recomendable para las personas que posean un conocimiento sólido sobre ortografía, sintaxis y puntuación, ya que de lo contrario, podría causar conflictos a la hora de realizar un escrito circunstancias diferentes.

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en los estados en los que el nivel de violen-cia derivada del narcotráfico es pan de cada día en la realidad y en los medios.

En 1987, por ejemplo, se intentó censurar a través del gobierno los mentados narcoco-rridos, cuando Francisco Labastida Ochoa era gobernador del estado de Sinaloa. Aunque la petición del gobernador se hizo extensiva hacia la radio, la televisión y la prensa escrita local, las leyes del mercado se impusieron al “control moral” que cen-suraba este subgénero.

Si los narcocorridos aclaman o no la vida “ilegal” del país no es el punto más impor-tante. la cuestión de fondo es ¿verdade-ramente se está combatiendo el tráfico de drogas o se le está queriendo tapar el ojo al macho? ¿no es mejor, en nuestro caso como país, legalizarlas? Pero bueno, eso es cues-tión de un gran debate.

Artistas que aparte de cantarle al narco-tráfico ensalzaban los estados donde se da el paso de la droga. En el primer lu-gar de la lista está Sinaloa, seguido de Michoacán. Así, bandas como Los Razos y Los Originales de San Juan, a pesar de no ser michoacanos, han dedicado discos y canciones a esta “tierra caliente”, donde además innumerables conjuntos conoci-dos de boca en boca y a través de graba-ciones independientes como Los Herma-nos Jiménez, Alma de Apatzingán, Los Hermanos Gaspar y Beto y sus Canarios han dado realce a esa zona geográfica.

Tanta ha sido la trascendencia de este tipo de rolas para el pueblo de Méxi-co que ya hasta causó controversia en la mismísima cámara de diputados.

Resulta que los narcocorridos han pasado a ser un tema de discusión entre los legisla-dores. Y es que se ha querido y, de hecho, se ha censurado su transmisión radiofónica

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Existen ciertos antecedentes de corridos mexicanos con temática de contrabando e incluso de contrabando de drogas, es gene-ralmente aceptado que la recepción masiva del narcocorrido comenzó en 1976 por la pieza titulada “Contrabando y Traición” de Ángel González.

Los narcocorridos son, entre otras muchas cosas, un referente contracultural que pone en entredicho a las instituciones de gobier-no y su estatus en la sociedad mexicana, y que también se convierte en una forma efectiva de denuncia de todos aquellos sec-tores olvidados en contra de la instituciona-lidad y su discurso oficial.

Sin embargo, no por alabar las acciones de los narcotraficantes, los compositores y cantantes acaban bien. En muchas de las canciones del género hay muertes y, por lo regular, el protagonista paga con su propia vida.

Canciones como “La Muerte de Gabino Ba-rrera” y “La Muerte de Chalino Sánchez” ilustran estas palabras.

Sin embargo, eso no ha mellado en el gusto por el subgénero ni en la proliferación de los artistas que inician su carrera musical cantando las “hazañas del narcotráfico”, pues luego de morir Chalino, el padre, sur-gieron artistas que imitaban su estilo, tales como El As de la Sierra, El Gavilancillo y El Chapo de Sinaloa.

Chalino Sánchez es considerado como uno de los mejores exponentes del género. Ade-más se le describe como una persona que buscaba el bien de los demás, inspirando sus canciones en la situación de impunidad de las autoridades y el libre actuar de los narcos. De hecho, se le reconoce como el primer artista en escribir y cantar por encar-go este tipo de canciones. Para su infortu-nio, únicamente duró con vida 4 años en el género, de 1989 a 1993, año en que fue ase-sinado. Su legado, sin embargo, prevalece.

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UNA DE NARCOCORRIDOS

Una troca salió de Durango a las 2 o 3 de la mañana,

2 muchachas muy chulas llevaban, coca pura y también marihuana.

Las Dos Monjas; Grupo Exterminador

El narcocorrido es actualmente un fenó-meno musical parecido a lo que en la edad media eran los cantares de gesta: composi-ciones que se transmitían de forma vocal, contando las hazañas de ciertos héroes.

Hoy, héroes o villanos, los narcotraficantes se popularizan o se “inmortalizan” con estas canciones de notable aceptación popular.

Pero ¿qué son los narcocorridos? Son canciones que per-tenecen a un subgé-nero del corrido en las que se abordan temas de narcotrá-fico o contrabando en México y sus

conexiones con algunos otros países, princi-palmente con EU, por la cercanía que supone.

La difusión masiva de este tipo de música comienza a mediados de la década de los setenta, cuando se empiezan a registrar de manera oficial canciones de estos temas en la Sociedad de Autores y Compositores de México. También, se comienzan a grabar las interpretaciones con compañías disqueras, para después ser difun-didos principalmente por radio.

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uno de sus compañeros de pelotón, al parecer, de las fuerzas de la ONU, que luchaban en contra de los palestinos.

Sin embargo, éste último se da cuenta de que sus recuerdos sobre ésa etapa de su vida son bo-rrosos, por no decir, inexistentes. A partir de ello, Ari, decide visitar a más de sus compañeros de batalla para así tratar de acabar con las lagunas que existen en su memoria.

Pronto descubre que sus compañeros tienen también recuerdos vagos o incompletos. Esto refleja un acto de la memoria, una protección “automática” ante experiencias desagrada-bles o traumáticas.

La película está llena de alucinaciones y sue-ños de los personajes, lo que la hace altamen-te onírica, haciendo posible que el espectador pueda viajar a los diferentes escenarios que se le presentan: desde un campo de batalla hasta un extenso territorio nevado de Holan-da; y pueda visualizar, incluso, fantasías con mujeres gigantes.

También permite un juego audaz a nivel for-mal, que causa un ritmo intermitente, con altibajos, mismos que hacen que quien ve la cinta esté atento.

La combinación del 3D con la animación en Af-ter Effects enriquecen visualmente este film, además, el uso del sonido es bastante adecua-do al emplear sonidos incidentales de forma

acertada. La música es también un recurso que nutre en gran medida a la película al re-forzar cada una de las imágenes presentadas: arrepentimiento, alucinación durante los ti-ros, incertidumbre.

Sin embargo, los diálogos no son tan ágiles, pues en ocasiones se tornan lentos, dejando silencios un tanto incómodos.

Aunque se trata de una cinta de ficción, el ar-mado emplea ciertos recursos del documental, al presentar “entrevistas” realizadas por el protagonista, y presentadas con un encuadre

en ley de tercios.

Vals con Bashir re-presenta una buena opción cinematográ-fica para explorar otro tipo de estética y narrativa fuera de los parámatros de Ho-llywood, a la vez que cuenta un discurso poco conocido.

UN VALS BÉLICO

Bueno, como lo habíamos prometido en nuestra editorial, vamos a hablar de una pe-lícula diferente, en cierta forma. Se trata de Vals con Bashir, una historia dirigida por Ari Folman e ilustrada por David Polonsky.

Esta historia es contada en su totalida me-diante la técnica de animación. La calidad gráfica es impresionante al mezclar esti-los gráficos diversos . Se puede notar, por ejemplo, cierta influencia del pop art al manejar en determinadas secuencias, imá-genes contrastantes y altamente coloridas.

Además, podemos hallar una que otra in-fluencia del famoso ánime japonés en al-gunos de los acabados de los persona-jes y de las situaciones que se narran.

4También se puede ob-servar un manejo de imágenes en capas, al más puro estilo de las figuras en stencil de Banksy, el ami-go inglés que pinta las paredes, siempre con un discurso bien

meditado y con un marcado humor ne-gro.

Vals con Bashir abor-da un conflicto bélico en medio oriente, se trata de la Guerra Ci-vil de Líbano, ocurri-da en 1975 entre mu-sulmanes libaneses y la llamada Falange Libanesa.

La historia es abor-dada mediante un sueño, en el que 26 perros enfurecidos persiguen a un per-sonaje, Boaz, en sus sueños, consecuencia de la actividad mili-tar que desempeñó en aquellos años de conflicto. Esto hace que contacte a Ari,

editorial¡Qué tal amigo lector! Hoy inicia-mos este nuevo viaje rumbo a un mundo de entretenimien-to que se conjuga con una sobredosis de cultura, pero no una cultura elitista de ésas que son de museo y de gente pudiente asistiendo a conciertos de cuar-tetos de cuerdas, no.

Nuestro viaje es “más acá”, es de-cir, nos ponemos a hablar de cosas entretenidas y/o de aspectos que están en el aire, que son del pueblo, que se practican de forma cotidiana; pero les damos otro sentido, pues creemos que siempre se puede aprender algo prove-choso de cosas que

a veces ni tomamos en cuenta. Te damos ejemplos en este pri-mer número: nues-tro artículo principal habla de los narco-corridos no como un género musical “warrón“ sino como una forma de expre-sión de un problema constante ya en el acontecer mexicano diario, reflejado en la agenda noticiosa, unas veces de for-ma sensacionalis-ta, y otras no tanto.

También te vamos a hablar de cine. Te traemos un artículo sobre una cinta con una riqueza gráfica tal que nos mantiene pegados a la pantalla cual conejos lampa-reados. Esta cinta aborda problemas bélicos ocurridos en Medio Oriente,

allá donde todo mundo le trae ham-bre al petróleo que hay debajo de su suelo.

Te traemos también un ensayo fotográfi-co que aborda dife-rentes aspectos del tren más famoso de los mexicanos: el metro. En él podre-mos apreciar situa-ciones cotidianas plasmadas con un punto de vista un tanto diferente.

Finalmente, te pre-sentamos la reseña de un libro delgadito y con faltas de orto-grafía de Armando Ramírez.

Empecemos pues con este viaje. Nue-vamente, ¡que lo disfrutes!

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EDITORRoberto C. Martínez Hdz.

COLABORADORESEn este número no se contó conla participación de colaboradores.

DIRECCIÓN (PUBLICACIÓN)Cd. Universitaria, Bahías deHuatulco, Oax.

[email protected]

MADRE LENGUA!!

Mexicano-ZapotecoINICIO-BXE

PREGÚÚÚNNNTAME,CA!

¿Cuál es el origen de la pa-labra “jarocho” y cuál era su

significado?

Manda tu respuesta a nuestro mail. Los ganadores aparecerán en el

próximo número.

CONTENIDOEDITORIAL...........................................................................................................................3

UN VALS BÉLICO....................................................................................................................................4

UNA DE NARCOCORRIDOS..........................................................................................................6

UN TEPOROCHO AUTOBIOGRÁFICO......................................................................................................9

EL GUSANO NARANJA............................................................................................................................10

DEDICATORIA.................................................................................................................12

¡NO TE EQUIVOQUES!.................................................................................................................13

UNA DENARCOCORRIDOS

El metro en fotos

Un Vals Bélico

Un teporocho auto-biográfico