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INICIACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO DE HELIÓPOLIS

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Jess en el templo de Helipolis

INICIACIN DE JESS EN EL TEMPLO DE

HELIPOLIS

P. D. OUSPENSKY

JESS RECIBE DEL HIEROFANTE SU NOMBRE Y NMERO MSTICOS, SUFRE LA PRIMERA PRUEBA DE LA FRATERNIDAD Y RECIBE EL PRIMER GRADO: LA SINCERIDAD

CAPITULO I

Jess quedse en Zoan por algn tiempo; y despus fue a la ciudad del sol, que los hombres llaman Helipolis y pidi ser admitido en el Templo de la sagrada Familia.

El Consejo de la Fraternidad reunise y Jess Psose de pie ante el hierofante; l contest todas las preguntas que le fueron hechas con la claridad y con firmeza; el hierofante exclam: Rabboni del rabinato, por qu encuentras t aqu? Tu sabidura es la sabidura de los Dioses, Por qu buscas sabidura en los templos del saber humano?

Y Jess dijo: en todos los caminos de la vida terrenal yo debo andad; en todos los templos del conocimiento debe sentarme; a las alturas que cualquier hombre ha escalado, a esas debo llegar.

Con lo que cualquier hombre ha sufrido, yo debo confrontarme, para que pueda yo conocer los dolores, las desilusiones y las violentas tentaciones que sufre el hombre mi hermano, a fin de que pueda saber precisamente cmo debo auxiliar a aquellos que han de menester ayuda.

Yo os ruego, hermanos, me permitis penetrar en vuestras oscuras criptas; y yo sufrir an las ms duras de vuestras pruebas.

El maestro dijo: Presta pues, el juramento de la fraternidad secreta. Y Jess prest el juramento de la secreta Fraternidad.

De nuevo el maestro habl y dijo: Las mayores alturas son conquistadas por aquellos que descienden a las mayores profundidades; y t descenders a las ms grandes profundidades.

El gua entonces condjole y en la fuente del templo Jess se ba, y cuando le fue puesto el vestido apropiado, qued de nuevo de pie ante el hierofante.

El maestro tom de la pared un pergamino en el que estaban escritos el nmero y el nombre de cada atributo y caracterstica distintiva.

Y dijo:

El crculo es en smbolo del hombre perfecto y siete el nmero del perfecto hombre.

El Logos es el verbo perfecto; el que crea: el que destruye y el que salva.

Este maestro hebreo es el logos del Santo Uno, el Crculo de la humana raza, el Siete del tiempo.

Y en el libro del registro el escriba puso: El Logos-Crculo-Siete; y as fue Jess conocido.

El maestro dijo: Ponga atencin el Logos a lo que voy a decir: Ningn hombre puede entrar en la luz, sino hasta que se ha encontrado a s mismo. Ve y busca hasta que hayas encontrado tu alma y entonces vuelve.

El gua condujo a Jess a una sala en la que la luz era dbil y suave, como la luz del da a la hora del alba.

Las paredes de la sala tenan pintados msticos signos, hieroglficos y textos sagrados; y en esta Cmara Jess se encontr slo y en ellas permaneci algunos das.

l ley los textos sagrados; medit los significados de los hieroglficos y trat de penetrar la importancia de la recomendacin del maestro: Encontrarse a s mismo.

Una revelacin vino: l se puso en contacto con su alma; l se encontr a s mismo; desde ese momento l no estuvo slo.

Una noche, en que l dorma, a media noche, una puerta invisible se abri y un hombre vestido con un traje oscuro, entr y dijo:

Hermano mo, perdname por venir en esta hora inoportuna; pero he venido a salvar tu vida.

T eres vctima de una cruel intriga. Los sacerdotes de Helipolis estn celosos de tu celebridad y han dicho que t no saldrs vivo de estas criptas sombras.

Los grandes sacerdotes van al mundo a ensear y t ests sentenciado a servir en el templo.

Ahora bien, si t quieres quedar en libertad, debes engaar a estos sacerdotes, debes decirles, que t ests deseoso de permanecer aqu toda tu vida; y entonces, cuando t hayas obtenido todo lo que deseas tener, yo regresar y por un pasillo secreto te har pasar para que puedas ir en paz.

Y Jess dijo: Hermano mo, hombre, Es posible que t vengas aqu a ensearme la falsedad? Estoy yo dentro de este sagrado recinto para aprender la astucia de la vil hipocresa?

No, hombre, mi Padre desprecia la falsedad y yo estoy aqu para hacer su voluntad.

Engaar a estos sacerdotes? Jams! Mientras el sol luzca. Lo que he dicho, dicho est: YO SERE FIEL A ELLOS, A DIOS Y A MI MISMO.

Y entonces el tentador sali y Jess qued de nuevo slo; ms a poco tiempo, apareci un sacerdote vestido de blanco y dijo:

As est bien! El Logos ha prevalecido. Esta es la cmara de prueba de la hipocresa. Y entonces l ech a andar y Jess qued de pie ante el banquillo del juicio.

Y todos los hermanos pusironse de pie; el hierofante adelantse y, colocando su mano sobre la cabeza de Jess, puso en sus manos un pergamino en el que haba escrita una sola palabra: SINCERIDAD; y no se pronunci ni una sola palabra ms.

El gua de nuevo apareci y mostrle el camino y en una sala espaciosa, llena de todo lo que un estudiante puede apetecer, Jess invitado a descansar y a esperar.

JESS SUFRE LA SEGUNDA PRUEBA DE LA FRATERNIDAD, Y RECIBE EL SEGUNDO GRADO: JUSTICIA

CAPITULO II

El Logos no se cuid de descansar; l dijo: Qu necesidad tengo de esperar en esta suntuosa sala? Yo no necesito descansar; el trabajo de mi Padre apremia.

Ms bien quera seguir adelante y aprender todas las lecciones. Si debe haber pruebas, que vengan, porque cada victoria que se tiene sobre el yo, se traduce en mayor fortaleza.

Entonces el gua le llev consigo y en una cmara oscura como la noche, Jess fue dejado slo; y muchos das pas l en esta profunda soledad.

Y Jess durmi y, en la profunda calma de la noche, abrise una puerta secreta, y dos hombres entraron, vestidos de negro, y cada uno llevaba en la mano una pequea y vacilante lmpara.

Uno de ellos aproximndose a Jess, dijo: Joven, con todo nuestro corazn nos condolemos por lo que t sufres en estos antros terribles y hemos venido a ti, como amigos, para traerte luz y mostrarte el camino que ha de conducirte a la libertad.

Nosotros, como t ests ahora, en una ocasin estuvimos encerrados en estos antros y cremos que por estos fantsticos y misteriosos medios podramos llegar a la felicidad y al poder.

Pero, afortunadamente, vino el momento en que nos desengaamos y, haciendo uso de toda nuestra fuerza, rompimos nuestras cadenas, y entonces supimos que todo este servicio es corrupcin disfrazada. Estos hombres no son otra cosa que criminales que en estos antros se ocultan.

Ellos hacen alarde de sus ritos y holocaustos; ellos ofrecen a sus dioses, pobres aves y bestias; si, an nios, mujeres y hombres, quemndolos vivos.

Y ahora te tienen aqu y, en cierto momento te ofrecern en holocausto.

Rogmoste, hermano, rompas tus cadenas; ven y mrchate con nosotros; acepta la libertas que te ofrecemos, ahora que an es tiempo.

Y Jess les dijo: Vuestras pequeas candelas muestran la luz que traes. Os ruego me digis Quines sois vosotros? Las palabras de un hombre no valen mas de lo que vale el hombre mismo que las pronuncia.

Las murallas de este templo son slidas y altas; decidme: cmo entrasteis a este lugar?

Los hombres contestaron: Bajo estas murallas hay muchos caminos ocultos, y nosotros, que hemos sido estudiantes, y hemos permanecido por meses y aos dentro de estos antros, les conocemos todos.

Entonces, vosotros sois traidores, dijo Jess. Un traidor es un espritu malo; aquel que traiciona a otro hombre jams puede ser digno de confianza.

Aquel que no ha pasado del plano se la traicin, ama la falsedad y traicionar a un amigo para servir a su yo egosta.

Atended, vosotros, hombres o lo que seis, vuestras palabras no hacen impresin alguna en m.

Podra yo prejuzgar a este centenar de sacerdotes, hacerme traidor a m mismo y a ellos, a causa de lo que decs, confesando vuestra traicin?

Ningn hombre puede juzgar por m y si yo juzgara sin poseer todas las pruebas, yo no podra juzgar con justicia.

No, hombre, por el camino que habis seguido para venir, volveos. Mi alma prefiere la oscuridad de la tumba a las lucecillas vacilantes, como las que trais.

Mi conciencia impera, lo que stos, mis hermanos, tienen que decirme, yo lo escuchar, y cuando tenga todas las pruebas, yo decidir. Vosotros no podis juzgar por m, ni yo por vosotros.

Idos, hombres, idos, y dejadme en esta luz encantadora; porque an cuando el sol aqu no luce, dentro de mi alma hay una luz que sobrepasa a la del sol o a la de la luna.

Entonces con un fiero ademn, cual si hubiera querido hacerles dao, los astutos tentadores salieron, y Jess qued de nuevo solo.

Nuevamente apareci el Sacerdote vestido de blanco, venido para indicar el camino, y Jess qued otra vez de pie, ante el hierofante.

Y no se pronunci ni una sola palabra, mas en sus manos el maestro puso un pergamino en el que la significativa palabra, JUSTICIA, estaba escrita.

Y Jess domin a las formas fantsticas del prejuicio y de la traicin.

JESS SUFRE LA TERCERA PRUEBA DE LA FRATERNIDAD Y RECIBE EL TERCER GRADO: FE

CAPITULO III

El Logos esper siete das, y entonces fue llevado a la sala de la celebridad, que era una cmara ricamente amueblada y alumbrada por lmparas de oro y plata.

Los colores de sus cielos, decorado, muebles y paredes eran azul y oro.

Sus anaqueles encerraban libros escritos por mentes maestras; las pinturas y las estatuas eran obras del ms perfecto arte.

Y Jess qued sorprendido con toda esta elegancia y mltiples manifestaciones del pensamiento. l ley los libros sagrados y busc el significado de los hieroglficos y smbolos.

Y cuando estaba absorto, sumergido en profundos pensamientos, un hombre aproximose y dujo:

Contempla la magnificencia de este lugar! Hermano mo, tu eres inmensamente feliz. Pocos son los hombres que, tan jvenes, han alcanzado tal celebridad.

Ahora bien, si t no desperdicias tu vida en buscar las cosas ocultas que los hombres jams ser el fundador de una escuela del pensamiento que te asegurar una celebridad eterna.

Porque tu filosofa es mucho mas profunda que la de Platn, y tus enseanzas agradan ms al pueblo que las de Scrates.

Por qu buscas la luz mstica dentro de estos antros anticuados? Sal de aqu y ve con los hombres, piensa con los hombres y ellos te venerarn.

Y despus de todo, estas fantsticas iniciaciones pueden no ser ms que mitos, y tus esperanzas de llegar a ser el Mesas no sern no sern mas que despreciables ilusiones del momento.

Yo te aconsejara que renunciaras a las cosas inciertas y eligieras el camino que conduce a una celebridad cierta.

Y de ese modo, el hombre, demonio disfrazado, enton cual sirena cnticos de incredulidad; y Jess medit, largo tiempo y bien, en lo que l haba dicho.

El conflicto era grande, porque la Ambicin es un fuerte enemigo difcil de combatir.

Durante cuarenta das, el Yo superior luch con el Yo inferior y la batalla fue ganada por aquel.

La fe se levant triunfante, la incredulidad dej de existir; la ambicin cubri su cara, y huy, y Jess dijo:

La riqueza, el honor y la celebridad terrenales, no son sino futesas del momento.

Cuando una corta jornada de vida terrenal ha sido recorrida hasta el fin, las frustradas ilusiones del hombre sern enterradas con sus huesos.

S, lo que un hombre hace por su yo egosta, no le ser tomado en cuenta.

El bien que los hombres hagan a otros hombres, se tomar en una fuerte escala, por la que el alma podr alcanzar la riqueza, el poder y la celebridad que Dios provee y que son permanentes.

Dadme la pobreza de los hombres, la conciencia del deber cumplido con amor, la aprobacin de mi Dios y quedar contento.

Y enseguida alz sus ojos al cielo y dijo:

Padre, Dios mo, doyte gracias por esta hora! Yo no pido tu gloria, gustoso querra ser el guardin de las puertas de tu templo y servir al hombre, mi hermano!

De nuevo Jess fue llamado y hecho comparecer ante el hierofante; una vez ms ni una sola palabra fue pronunciada, ms en sus manos puso el maestro un pergamino en el que estaba escrito: FE.

Y Jess inclin su cabeza en humilde accin de gracias; y despus sali de all.

JESUS SUFRE LA CUARTA PRUEBA DE LA FRATERNIDAD Y RECIBE EL CUARTO GRADO: FILANTROPIA

CAPITULO IV

Cuando algunos das ms hubieron pasado, el gua condujo a Jess a la sala de la Alegra, que estaba muy ricamente amueblada y en donde haba, en abundancia, todo lo que un corazn carnal poda apetecer.

Las viandas ms delicadas y los ms deliciosos vinos estaban sobre las mesas, y doncellas, con trajes llamativos, servan a todos, con gracia y jovialidad.

Y hombres y mujeres, ricamente vestidos, estaban ah y daban rienda suelta a su alegra; todos libaban en las copas del placer.

Y Jess observ en silencio, durante cierto tiempo, a los alegres comensales; y entonces un hombre ataviado con el ropaje de los filsofos acercse a l y le dijo: muy feliz es el hombre que, como la abeja, puede libar la dulzura de flor en flor.

Hombre sabio es aquel que busca el placer y puede hallarlo donde quiera.

Despus de todo la vida del hombre, sobre la tierra, es corta y pronto muere y va a lo ignoto.

As, pues, comamos, bebamos, dancemos y cantemos y gocemos de las alegras de la vida, porque la muerte viene presto.

Es una tontera consumir la vida en beneficio de los hombres. Mira, todos mueren y yacen juntos en la tumba en la cual ninguno de ellos sabe nada y ninguno puede mostrar gratitud.

Ms Jess no contest; absorto en sus pensamientos, pase su mirada por aquella multitud ebria de alegra.

Y entonces, entre los invitados, vio a un hombre cubierto con toscos vestidos; y este hombre llevaba impresas en la cara y en las manos las seales del trabajo y de la miseria.

La aturdida multitud se complaca en maltratarle; le arrojaron a empellones contra el muro y rieron de su confusin.

Y entonces vino una pobre y dbil mujer que, en su rostro y en su cuerpo llevaba la marca del pecado y de la vergenza y, sin misericordia, fue escupida por ellos y escarnecida y arrojada de la sala.

Y despus entr una pequeuela, llena de timidez y con las huellas del hambre en su semblante y pidindoles le dieran un solo bocado de sus viandas.

Mas ella fue echada fuera con despreocupacin y con dureza, y la alegre danza prosigui.

Y cuando aquellos buscadores del placer, insistieron en que Jess se uniese a ellos en su alegra, l dijo:

Cmo podra yo buscar placer para m mismo, mientras otros estn en la miseria? Cmo podis pensar que mientras nios piden pan, mientras aquellos estn en las garras del pecado claman, demandando simpata y amor, pueda yo tomar, hasta saciarme, de las buenas cosas de la vida?

Yo os digo que no; todos nosotros somos de la misma familia; cada uno es una parte del gran corazn humano.

Yo no puedo verme a m mismo separado de ese hombre al que habis despreciado y arrojado contra el muro.

Ni de aquella que, con traje femenino, emergi de las guaridas del vicio, en demanda de simpata y amor y quien, de manera tan despiadada, fue precipitada a su antro de pecado.

Ni a esa pequeuela que habis expulsado de entre vosotros, condenndola a sufrir, en el desamparo, los helados vientos de la noche.

Yo os digo, hombres, que lo que habis hecho a estos mis semejantes, a m lo habis hecho.

Vosotros me habis insultado en vuestra propia casa; yo no puedo permanecer aqu, yo saldr e ir en busca de esa nia, de esa mujer y de ese hombre, y les socorrer, an cuando toda la sangre que da vida a mi cuerpo haya de verterse hasta la ltima gota.

YO LLAMO PLACER A LO QUE EXPERIMETO CUANDO AYUDO AL DESAMPARADO, ALIMETNO AL HAMBRIENTO, VISTO AL DESNUDO, SANO AL ENFERMO Y HABLO BUENAS PALABRAS DE ALIENTO A AQUELLOS QUE SE SIENTEN DESAPARADOS, DESALENTADOS Y DEPRIMIDOS.

Y esto que vosotros llamis alegra, no es sino un fantasma de la noche; no es sino los destellos del fuego de la pasin, que refleja imgenes ilusorias sobre las paredes del tiempo.

Y mientras el Logos hablaba, entr el sacerdote vestido de blanco y djole: El consejo te espera.

Entonces Jess qued nuevamente de pie ante el tribunal; una vez ms, ni una sola palabra fue pronunciada; el hierofante puso en sus manos un pergamino en el que estaba escrito: FILANTROPA.

Y Jess triunf sobre el yo egosta.

JESS PERMANECE FURANTE CUARENTA DIAS EN LOS JARDINES DEL TEMPLO. SUGRE LA QUINTA PRUEBA DE LA FRATERNIDAD, Y RECIBE EL QUINTO GRADO: HEROISMO

CAPITULO V

Los jardines del templo abundaban en ricas estatuas, monumentos y santuarios; Jess se deleitaba en pasear por ellos y meditar.

Y despus que hubo conquistado su yo inferior, l habl con la naturaleza, durante cuarenta das en esos jardines.

Y entonces apareci el gua, el cual, tomando unas cadenas, le at de pies y manos; hecho esto, lo llev a un antro en el que haba bestias hambrientas, aves inmundas y reptiles.

El antro estaba oscuro como la noche; las bestias salvajes rugan, las aves graznaban furiosas y los reptiles silbaban.

Y Jess dijo: quin fue el que de esa manera me at? Por qu permit dcilmente que me atara con cadenas?

Yo os digo, nadie tiene el poder de ligar a un alma humana. De qu estn hechas las cadenas?

Y con la conciencia de su fuerza se levant, y lo que el crea eran cadenas no eran mas que simples cuerdas que se rompieron cuando por el fueron tocadas.

Y entonces sonri y dijo: Las cadenas que ligan a los hombres a los cuerpos en la tierra, se forjan en las fraguas de la imaginacin; estn hechas de aire, y son soldadas con el fuego de la ilusin.

Basta al hombre levantarse y hacer uso del poder de la voluntad para que sus cadenas caigan hechas pedazos, cual indignos harapos; porque la voluntad y la fe son mas fuertes que las mas slidas cadenas que los hombres han forjado.

Y Jess psose de pi entre las bestias hambrientas y las inmundas aves, y dijo: Qu es esta oscuridad que me rodea? No es sino el hlito de Dios, vibrando con el ritmo de raudo pensamiento.

Y entonces l dijo: Hgase la luz! Y con voluntad potente conmovi los teres e hizo que sus vibraciones llegaran al plano de la luz, e hzose la luz.

La oscuridad de aquel antro en el que reinaba la noche, tornse en claridad de un nuevo da.

Y entonces mir en derredor, buscando las bestias, los pjaros y los reptiles; mas he aqu, ninguno de ellos estaba all.

Y Jess dijo: de qu estn temerosas las almas? El temor es la carroza en la que el hombre va hacia la muerte.

Y cuando l se halla a s mismo dentro de la cmara de los muertos, l se da cuenta de que ha sido engaado; su carroza era un mito y la muerte una criatura de la imaginacin.

MAS ALGUN DIA TODAS LAS LECCIONES QUE EL HOMBRE DEBE APRENDER, POR EL SERAN APRENDIDAS Y EL SE LEVANTARA DEL ANTRO OSCURO EN QUE MORAN LAS BESTIAS Y AVES INMUNDAS Y LOS REPTILES, PARA ANDAR POR LOS SENDEROS DE LA LUZ.

Y Jess vio una escalera hecha de oro, por la que subi, y en lo alto de ella, el sacerdote vestido de blanco le esperaba.

Nuevamente encontrase de pie ante el consejo; de nuevo el hierofante alz su mano en actitud de bendecir.

El puso en manos de Jess otro pergamino, y sobre ste estaba escrito: HEROISMO.

El Logos habase enfrentado con el temor y sus huestes de fantasmas, y en esa lucha haba alcanzado la victoria.

JESUS SUFRE LA SEXTA PRUEBA DE LA FRATERNIDAD Y RECIBE EL SEXTO GRADO: AMOR DIVINO

CAPITULO VI

En toda la regin no haba lugar ms suntuosamente amueblado que las salas de la belleza del templo del sol.

Pocos estudiantes han entrado en esas magnficas salas; los sacerdotes hablaban de ellas con temor y les llamaban las salas de los misterios.

Cuando Jess hubo logrado la victoria sobre el temor, obtuvo el derecho de entrar en ellas.

El gua condjole y despus de pasar por muchas salas ricamente amuebladas, llegaron a la sala de la armona; y en ella Jess fue dejado solo.

Entre los instrumentos de msica que all haba, encontrbase un arpa, y Jess sentse exactitud pensativa, contemplando el instrumento; mientras tanto, silenciosamente entr en la sala una doncella de turbadora belleza.

Sentse ella ante el arpa; puls las cuerdas con suavidad exquisita y, arrancando al instrumento dulces sonidos, enton cnticos de Israel.

Y Jess qued fascinado; tal hermosura jams haba sido contemplada por l; como aquella msica nada haba l escuchado jams.

La doncella enton sus cnticos; ella no pareci notar que alguien estuviera all cerca; despus se levant y sali de all.

Y Jess, hablando consigo mismo, dijo en voz alta: qu significa este incidente? Yo no saba que entre los hijos de los hombres pudiera encontrarse tan fascinadora hermosura, ni tan soberano encanto.

Yo no saba que la voz de los ngeles fuera un don de la forma humana o que la msica serfica pudiera alguna vez brotar de los humanos labios.

Por muchos das sintiese Jess fascinado; la corriente de su pensamiento segua un nuevo curso; l no pensaba ms que en la cantadora y en sus cnticos.

El ansiaba verla una vez ms y despus de algunos das ella apareci; ella le habl y puso su mano sobre la cabeza de l.

Al contacto de ella toda su alma vibr, y en ese momento olvid la obra que haba sido enviado a hacer.

Pocas fueron las palabras que la doncella pronunci y presto de ah sali; mas el corazn de Jess haba sido ya tocado.

Una llama de amor habase encendido en su alma y fue puesto cara a cara con la mas terrible prueba de su vida.

El no pudo dormir, ni comer. El pensamiento de la doncella vena a l y no poda alejarlo. Su naturaleza carnal gritaba imperiosa en l, demandando la presencia de ella.

Y entonces l dijo: He aqu, yo he vencido a cada uno de mis enemigos con los que me han confrontado; ser yo vencido ahora por este amor carnal?

Mi Padre envime aqu para postrar el poder del amor divino, ese amor que alcanza a toda cosa viviente.

Habr de ser absorbido este puro y universal amor, por el amor carnal? Habr de olvidar a todas las dems criaturas y disipar mi vida con esta hermosa doncella, por ms que ella sea el ms elevado tipo de belleza, pureza y amor?

Sinitise conmovido hasta lo ms profundo de su alma y por largo tiempo luch con este anglico dolo de su corazn.

Ms al finalizar el da, dbase casi por vencido, su yo superior levantse potente; l encontrse a s mismo nuevamente y entonces dijo:

Aunque mi corazn se haya de hacer mil pedazos yo no fracasar en sta mi ms ardua labor; yo obtendr la victoria sobre el amor carnal.

Y cuando de nuevo la doncella apareci y le ofreci su mano y corazn, l dijo:

Hermosa, tu sola presencia me llena de deleite; tu voz conmueve a mi alma y la llena de arrobamiento; mi yo humano volara hacia ti y sera feliz con tu amor.

Mas el mundo entero anhela un amor que yo he venido a manifestar.

Por ello debo mandarte a que te retires de m; mas nos encontraremos despus; nuestros senderos por la tierra no estarn alejados unos del otro.

Te veo entre las ansiosas multitudes de la tierra como ministradora de amor; escucho tu voz que entona cnticos que elevan los corazones de los hombres a cosas mejores.

Y entonces, llena de tristeza y baada en lgrimas, la doncella marchse, y Jess qued de nuevo enteramente slo.

E instantneamente los grandes gongos del templo sonaron; los cantores entonaron un himno nuevo y la sala resplandeci de luz.

El hierofante mismo apareci y dijo: Salud, triunfante Logos, salud! EL VENCEDOR DEL AMOR CARNAL HA ALCANZADO LA CIMA.

Y entonces puso en manos de Jess un pergamino en el que estaba escrito: AMOR DIVINO.

Juntos salieron de la sala de la belleza y en la sala de los banquetes celebrase una fiesta y Jess fue el husped de honor.

JESUS HACESE DISCIPULO PRIVADO DEL HIEROFANTE Y ESTE LE ENSEA LOS MISTERIOS DE EGIPTO. AL SUFRIR LA SEPTIMA PRUEBA, TRABAJA EN LA CAMARA DE LOS MUERTOS.

CAPITULO VII

El curso superior de estudios comenzaba, y Jess entr e hzose discpulo del hierofante.

El aprendi los secretos de la ciencia mstica de la tierra de Egipto; los misterios de la vida y de la muerte y de los mundos que estn ms all del disco del sol.

Cuando l hubo terminado todos los estudios del curso superior, fue llevado a la cmara de los muertos, para que pudiera aprender los antiguos mtodos seguidos para preservar de la destruccin a los cuerpos de los muertos; y en esa cmara el trabaj.

Y los portadores trajeron el cuerpo del hijo nico de una viuda, para ser embalsamado; la madre, llorosa, segua de cerca el cuerpo; su dolor era grande.

Y Jess dijo: Buena mujer, seca tus lgrimas; lo que t vas siguiendo no es sino una casa vaca; tu hijo no est en ella.

T lloras, porque tu hijo est muerto. Muerte es una palabra dura; tu hijo no puede morir jams.

El tuvo una labor que le fue dada a hacer en la vestidura carnal; l vino a hizo su trabajo; y entonces hizo a un lado la carne; l ya no la necesit ms.

Ms all de donde alcanza ti mirada humana, l tiene otro trabajo que hacer, y l lo har bien; y entonces pasar a otras labores, y, despus, alcanzar la corona de la vida perfecta.

Y lo que tu hijo ha hecho, y lo que an debe hacer, todos nosotros debemos hacerlo.

Ahora bien, si t albergas el dolor y expresas tus tristezas, ellas sern mayores cada da.

Ellas absorbern tu vida misma, hasta que, por fin, t no sers ms que dolor anegado en amargas lgrimas.

En lugar de ayudarle, t hieres a tu hijo con tu dolor profundo. El busca consolarte y alegrarte como siempre lo ha hecho; l est contento cuando t ests contenta; el est entristecido, cuando t t entregas al dolor.

Ve y entierra tus pesares y sonre al dolor, y olvdate de ti misma, ayudando a otros a enjugar sus lgrimas.

La mujer llorosa volviese y parti para hallar la felicidad en el servicio a los dems; ella fue a enterrar profundamente sus tristezas en un ministerio de alegra.

Entonces, otros portadores llegaron, trayendo el cuerpo de una madre a la cmara de los muertos; y un solo doliente la segua: era una nia de tierna edad.

Y cuando el cortejo se acercaba a la puerta, la nia observ a un pjaro herido que se debata convulso; la flecha de un cruel cazador haba traspasado su pecho.

Y ella dej de seguir a la muerta, y acudi en ayuda del pjaro que an viva.

Y Jess djole: Por qu abandonas a tu muerta para salvar a un pjaro herido?

La nia exclam: este cuerpo sin vida, no necesita de mi ayuda alguna; ms yo puedo ayudar a aquel en que hay an vida; mi madre me ense esto.

Mi madre me ense que el dolor y el amor egosta, as como las esperanzas y los temores, no son sino reflejos del yo inferir.

Que las sensaciones que sentimos no son sino pequeas ondulaciones sobre la gran ola de la vida.

Todas esas cosas son perecederas; todas ellas son irreales.

Las lgrimas brotan de los corazones de la carne; el espritu nunca llora; y yo anhelo el da en que he de andar en la luz, en que las lgrimas sern enjugadas.

Mi madre me ense que todas las emociones no son otra cosa que el roco que sube de los amores, esperanzas y temores humanos; ella me ense que la perfecta felicidad y bienaventuranza no pueden ser nuestras, sino hasta que hemos vencido todas esas emociones humanas.

Y en presencia de aquella nia Jess inclin su cabeza reverentemente. El dijo:

Durante das, meses y aos, he tratado de aprender esta elevada verdad que el hombre puede aprender en la tierra, y aqu, una nia, venida ha poco a este mundo, la ha expresado toda en unas cuantas palabras.

No es maravilla que David dijese: OH, Seor, nuestro Seor, cuan excelente es tu nombre en toda la tierra!

De la boca de los pequeos, y de los nios de pecho, has decretado la fuerza.

Y entonces l puso su mano sobre la cabeza de la nia y dijo: Seguro estoy de que las bendiciones de mi Padre Dios, vendrn sobre ti, OH nia! Y quedarn contigo para siempre.

JESUS SUFRE LA SEPTIMA PRUEBA DE LA FRATERNIDAD, Y EN LA SALA PURPURA DEL TEMPLO, RECIBE EL SEPTIMO Y MAS ALTO GRADO: EL CRISTO, SALE DEL TEMPLO TRIUNFANTE.

CAPITULO VIII

El trabajo de Jess en la cmara de los muertos haba sido hecho y en la sala prpura del templo, quedo de pi ante el hierofante.

Y el fue vestido con un ropaje prpura; y todos los hermanos hallbanse de pie. El hierofante se levant y dijo:

Este es un da memorable para el pueblo de Israel. En honor a su hijo predilecto, celebramos nuestra gran fiesta pascual.

Y entonces l dijo a Jess: Hermano, hombre, muy excelente entre los hombres, en todas las pruebas del templo t has triunfado.

Seis veces ante el tribunal de la justicia t has sido juzgado; seis veces t has recibido los ms altos honores que el hombre puede dar; y ahora t ests preparado para recibir el ltimo grado.

Sobre tu frente, dolada esta diadema, Y EN LA GRANLOGIA DE LOS CIELOS Y LA TIERRA, TU ERES EL CRISTO.

Este es tu gran rito pascual. T ya no eres un nefito, sino una mente maestra.

Nada ms puede el hombre hacer ahora; mas Dios mismo hablar y confirmar tu ttulo y grado.

Sigue tu camino, porque t debes predicar el evangelio de buena voluntad a los hombres de paz sobre la tierra; t debes abrir las puertas de las prisiones y poner a los cautivos en libertad.

Mientras hablaba el hierofante, los gongos del templo resonaron; una pura y blanca paloma descendi de lo alto y se pos sobre la cabeza de Jess.

Y entonces una voz que hizo retemblar al templo mismo, dijo: ESTE ES EL CRISTO; y toda criatura viviente dijo: ASI SEA.

Las grandes puertas del templo abrironse de par en par y el Logos sencillamente, emprendi su camino.

JESUS PRESENTA UN CODIGO PRACTICO DE ETICA ESPIRITUAL

CAPITULO IX

Hay una regla que el hombre carnal ha hecho y que rgidamente observa:

Has a otros lo que ellos te hagan. Como los otros juzgan, juzga; como los otros dan, da.

Ahora bien, mientras andis con los hombres, no juzguis y no seris juzgados.

Porque como vosotros juzguis, as seris juzgados, y lo que vosotros dis, eso de os dar. Si pues vosotros condenis, condenados seris vosotros.

Cuando os mostris misericordiosos, los hombres lo sern para con vosotros, y si vosotros amis, de tal suerte que el hombre carnal pueda comprender vuestro amor, vosotros seris bien amados.

Y as es que el hombre sabio de este mundo, hace a los otros, lo que el querra que aquellos le hicieran.

El hombre carnal hace el bien a los otros, buscando egostamente un beneficio, porque espera que sus favores se multipliquen y as le sean devueltos; l no se detiene a ver la finalidad.

El hombre es en s mismo el campo; sus acciones son semillas y lo que el hace a otros, crece presto; el tiempo de la cosecha es segura.

Contemplad la cosecha! Si l ha sembrado las nocivas semillas del escndalo, del hurto y del odio, de la sensualidad y del crimen, la cosecha est asegurada y l debe recoger lo que ha sembrado; s, y an ms, pues las semillas producen ciento por uno.

El fruto de la equidad, de la paz, del amor y de la alegra, jams puede brotar de semillas nocivas, pues el fruto es como la semilla.

Y cuando vosotros sembris, sembrad semillas de bien por amor al bien y no para traficar con l, esperando rica recompensa.

El hombre carnal aborrece la ley del espritu, porque ella le quita la libertad de vivir en el pecado; bajo su luz, l no puede satisfacer sus pasiones y deseos.

El hombre carnal est enemistado con aquel que anda en el Santo Espritu. Este hombre carnal ha matado a los hombres santos de la antigedad, a los profetas y a los videntes.

Y el os abofetear; os dar falsos cargos, os azotar y encarcelar, y creer que hace la voluntad de Dios, al mataros por las calles.

Mas vosotros no habis de prejuzgar, ni censurar a aqul que os hace mal.

Cada uno tiene problemas que deben resolverse y cada quin habr de resolverlos por s mismo.

El hombre que os azota, quiz tenga a cuestas un fardo de pecado; mas, y el vuestro?

Un pequeo pecado en uno que anda en el Santo Espritu, es mucho mayor, a los ojos de Dios, que monstruosos pecados en aquel que nunca ha conocido el camino.

Cmo podis ver la astilla en el ojo de vuestro hermano, cuando vosotros tenis un tronco en el vuestro?

Primero sacad el tronco de vuestro ojo y entonces podis ver la astilla en el ojo de vuestro hermano y ayudarle a echarla fuera, y mientras vuestros ojos estn llenos de cosas extraas, vosotros no podris ver el camino, porque estis ciegos, y cuando los ciegos guan a los diegos, ambos pierden el camino y caen el abismo.

Si vosotros queris mostrar el camino hacia Dios, debes hacer clara vuestra vista, as como tambin ser puros de corazn.

El fruto del rbol de la vida es demasiado delicado para alimentar la mente carnal.

Si vosotros arrojis un diamante a un perro hambriento, he aqu, l se apartara u os atacara furioso.

El incienso que es agradable a Dios, es del todo insoportable para Belceb; el pan del cielo no es sino paja para los hombres que no pueden comprender la vida espiritual.

El maestro debe ser sabio y alimentar el alma con lo que a sta puede aprovechar.

Si vosotros no tenis el alimento para cada hombre, pedid y tendris; buscad seriamente y encontraris.

Tan solo hablad la palabra y llamad; la puerta de abrir de par en par.

No hay quin haya pedido con fe, que no haya recibido; nadie ha buscado jams en vano; no hay quin haya alguna vez llamado como es debido, que haya dejado de encontrar una puerta abierta.

Cuando los hombres demandan de vosotros el pan del cielo, no os volvis, ni les deis el fruto de los rboles carnales.

Si uno, un hijo vuestro, os pidiera un pedazo de pan, le daras una piedra? Si os pidiera un pez, le darais una serpiente de la tierra?

Lo que queris que vuestro Dios os d; eso dad a los hombres. Vuestra capacidad para ser dignos de algo, se mide por el servicio que prestis a los hombres.

Hay un camino que lleva a la vida perfecta; pocos lo hayan en un momento dado; es un camino angosto; est abierto entre las rocas y los abismos de la vida carnal; mas en el camino no hay abismos ni rocas.

Hay un camino que lleva a la desdicha y a la miseria. Es un camino espacioso y muchos andan en l. Est abierto entre los bosque de placeres de la vida carnal.

Tened cuidado, pues muchos pretenden andar por el camino de la vida y andan por el camino de la muerte.

Ms ellos son falsos en sus palabras y obras; falsos profetas son ellos. Vstense a s mismos con pieles de oveja, cuando en realidad son lobos feroces.

Mas ellos no pueden ocultarse por largo tiempo; los hombres les conocen por sus frutos; vosotros no podris coger uvas de loas espinas o de los abrojos; ni de los cardos higos.

El fruto es hijo del rbol y, como es el padre, es el hijo; y todo rbol que no lleva buen fruto, es arrancado de raz y echado lejos.

El hombre que lleva una vida santa, que hace la voluntad de Dios, mora dentro del reino del alma.

El hombre bueno, de los tesoros de su corazn, enva bendiciones y paz a todo el mundo; el hombre malo enva pensamientos que marchitan y secan la esperanza y la alegra, y llenan al mundo de infelicidad y dolor.

Los hombres piensan obran y hablan se la abundancia del corazn.

Y cuando la hora del juicio venga, una multitud de hombres rogarn por s mismos y creern poder comprar el favor del juez, con palabras.

Y ellos dirn: He aqu, nosotros hemos hecho muchas obras en el Nombre del Omnfico.

No hemos profetizado? No hemos nosotros curado toda suerte de enfermedades? No hemos arrojado los malos espritus de los obsesos?

Y entonces el juez dir: Yo no os conozco. Vosotros servs a Dios con palabras, mientras en vuestros corazones adorabais a Belceb.

El malo puede usar los poderes de la vida y hacer multitud de obras notables. Apartaos de m, obradores de iniquidad.

El hombre que escucha las palabras de vida y no las vive, es semejante al hombre que construye su casa sobre la arena; cuando las corrientes vienen, aquella es destruida y todo se pierde; mas aquel que escucha las palabras de vida y en su corazn honrado y sincero las recibe y atesora y vive en vida santa, es semejante al hombre que construye su casa sobre la roca; las corrientes pueden venir, los vientos soplar y las tormentas azotar sobre su casa, que ella es inconmovible.

ID y edificad vuestra vida sobre la slida roca de verdad y todos los poderes del mal no podrn conmoverla.

INDICE

I.-Primer grado: SINCERIDAD.. 2

II.- Segundo Grado: JUSTICIA 5

III.-Tercer Grado: FE.. 7

IV.- Cuarto Grado: FILANTROPIA. 9

V.- Quinto Grado: HEROISMO 11

VI.-Sexto Grado: AMOR DIVINO .13

VII.-JESUS TRABAJA EN LA CAMARA DE LOS MUERTOS .15

VIII.-Sptimo Grado: EL CRISTO .. 17

IX.-JESUS PRESENTA UN CODIGO DE ETICA ESPIRITUAL...18