nuevo testamento reina-valera 1865

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El nuevo testamento de la Santa Biblia, en la revisión de 1865, este compendio incluye además los Salmos y Proverbios de David y Salomón y las exhortaciones originales de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera a las versiones de la Biblia de Oso y del Cántaro respectivamente.

TRANSCRIPT

  • EL NUEVO TESTAMENTO DE NUESTRO SEOR JESUCRISTO

    QUE ES LOS ESCRITOS EVANGELICOS Y APOSTLICOS

    ANTIGUA VERSIN DE

    CASIODORO DE REINA (1569)

    REVISADA POR CIPRIANO DE VALERA (1602)

    OTRAS REVISIONES: LORENZO LUCENA (1862)

    CON

    LOS SALMOS DE DAVID

    LOS PROVERBIOS DE SALOMN

    Reina-Valera 1865

  • Revisin de 1865

    Las revisiones a la Biblia Reina Valera, fueron constantes tras la partida de estos

    hombres. Otra revisin de la Biblia Reina Valera, fue hecha en 1865 por el Dr.

    ngel H. Mora, natural de Espaa, y posteriormente impresa por la Sociedad

    Bblica Americana. Dicha versin es la que hoy se presenta, la traducida por Mora,

    la cual dentro de su contenido, posea un apndice con los libros Deuterocannicos

    y Pseudoepigrficos, de las biblias catlicas, tambin llamados Apcrifos, los

    cuales no fueron retirados sino hasta posteriores revisiones de la Biblia Espaola

    por parte de las Sociedades Bblicas Unidas en los aos 1909, 1960 y 1995.

    La ABS continuo reimprimiendo esta edicin de la Biblia Espaola hasta la dcada

    de 1950, cuando ceso su impresin. Fue reimpresa nuevamente, en el ao 2000 por

    editores de la Iglesia local de Lansing, Michigan, as como por la Sociedad Bblica

    Valera de Miami, Florida.

  • TABLA DE LOS LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO

    DE NUESTRO SEOR JESUCRISTO ------------------------------------------------------------

    LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO

    MATEO

    MARCOS

    LUCAS

    JUAN

    ACTOS DE LOS APSTOLES

    ROMANOS

    I CORINTIOS

    II CORINTIOS

    GLATAS

    EFESIOS

    FILIPENSES

    COLOSENSES

    I TESALONICENSES

    II TESALONICENSES

    I TIMOTEO

    II TIMOTEO

    TITO

    FILEMN

    HEBREOS

    SANTIAGO

    I PEDRO

    II PEDRO

    I JUAN

    II JUAN

    III JUAN

    JUDAS

    REVELACIN DE JUAN

    --------------------------------------------------------

    SALMOS DE DAVID

    PROVERVIOS DE SALOMN

    --------------------------------------------------------

    EXHORTACIN DE CIPRIANO DE VALERA

    AMONESTACIN DE CASIODORO DE REINA

    TABLA DE MEDIDAS

    MAPAS DE PALESTINA

  • EXHORTACIN Al cristiano lector a leer las Sagradas Escrituras. En las cuales se muestra cuales

    sean los libros Cannicos, o Sagrada Escritura, y cuales sean los libros Apcrifos.

    UESTRO buen Dios y Padre, que tanto desea y procura nuestra salvacin, y que ninguno de nosotros se pierda por

    ignorancia, sino que todos vengamos al conocimiento de la verdad, y que as seamos salvos, nos manda muy

    expresamente, y no en un lugar, sino en muy muchos que leamos la Sagrada Escritura, que la meditemos, escudriemos y

    rumiemos. Y as Deuteronomio 6:7 hablando con todo su pueblo en general, y con cualquiera de ellos en particular, dice:

    Estas palabras, que yo te mando hoy, estarn sobre tu corazn, y repetirlas has a tus hijos, y hablaras de ellas estando en

    tu casa, y andando por el camino, y acostndote en la cama y levantndote. Lo mismo repite cap. 11 ver. 18, y 19 y cap.

    17, 18, del mismo libro hablando Dios del deber del Rey, dice: Cuando se asentare el rey sobre la silla de su reino

    hacerse escribir esta segunda ley en un libro, y luego, El cual tendr consigo: leer en el todos los das de su vida, para

    que aprenda a tener a Jehovah su Dios, El mismo Dios que mando esto al rey, manda Josu el que era capitn general de

    los israelitas, que el libro de la ley nunca se aparte de su boca: mas de da y de noche medite en el, Salmos 1:2 se dice que

    el pio (al que llama bienaventurado) pensara en la ley de Jehovah de da y de noche. Salmo 78:5, se dice Dios haber

    mandado a los padres que notifiquen su ley a sus hijos. Juan 5:39, manda el Seor escudriar las escrituras, luego da la

    causa porque las debamos estudiar. Porque ellas (dice) son las que dan testimonio de m. Hechos 17:11 da cuenta san

    Lucas que cuando Pablo predico en Berea, los que recibieron la palabra escudriaban cada da las Escrituras para ver si

    lo que les predicaba Pablo, convena con la Escritura. San Pablo 1 Corintios 14:35 manda que la mujer cuando tuviere

    alguna duda (tocante a la religin) demande a su marido la resolucin, Y como el marido resolver la duda a su mujer si

    l no ha ledo la Escritura, ni jams se a ejercitado en ella? San Pablo hablando con su buen discpulo Timoteo, 2 Timoteo

    3:15 le dice que desde tu niez has sabido las Sagradas Letras, las cuales te pueden hacer sabio para salud por la fe que

    es en Cristo Jess; y aade estas palabras: Toda escritura divinamente inspirada es til para ensear, para redargir;

    para corregir, para instruir en justicia; Para que el hombre de Dios sea perfecto, perfectamente instruido para toda

    buena obra. El que quiere saber los encomios, loores y alabanzas de la palabra de Dios lea aquel grande y admirable

    Salmo 119, (cada da cantan, o rezan nuestros adversarios en su Prima, Tercia, Sexta y Nona, y que tan pocos de ellos lo

    entiende o consideran) donde muy de propsito exhorta David al pio, al fiel cristiano, al que desea y procura servir y

    adorar a Dios en Espritu y en verdad, la leccin y meditacin de la palabra de Dios. Cuya leccin y meditacin

    juntamente con invocacin de Espritu del Seor que alumbre nuestros entendimientos, para que entendamos y saquemos

    fruto de leccin de la Sagrada Escritura es necesaria as a chicos, como a grandes; as a ricos, como a pobres; as a doctos,

    como a indoctos; as a Eclesisticos, como a los que llaman Seglares. En este salmo David llama a la palabra de Dios con

    estos ttulos; ley de Dios, Camino, Palabra de Dios, Juicios, testimonios, alguna de estas palabras que habemos dicho; y

    as dice, lmpara es para mis pies tu palabra, y lumbre a para mis sendas. Y al principio del salmo haba preguntado

    David: Con que limpiara el mozo su camino? quiere decir, como vivir la juventud en limpieza y temor de Dios?

    responde el mismo David: Cuando guardare tu palabra. Pregunto yo ahora: Cmo guardara, o el viejo, o el mozo la

    palabra de Dios, o como les ser lumbre en sus caminos, cuando no la conocen, ni saben que cosa sea? Cundo no la

    leen, ni la oyen a otros leer? Cundo no la rumian, ni meditan, ni invocan al Seor que les alumbre sus entendimientos

    para entenderla?

    Y si esta disputa de leer la Escritura le hubiese de liquidar por lo que dicen los doctores y concilios antiguos, fcilmente

    confirmaramos lo que decimos. Porque no hay ninguno de ellos que no exhorte a los fieles a leer y a or la Sagrada

    Escritura. Pero entre todos ellos san Juan Crisstomo admirablemente exhorta en muy muchos lugares a todo genero y

    fuerte as de hombres como de mujeres de cualquier estado y condicin que sean, chicos, o grandes; ricos, o pobres;

    doctos o indoctos, etc. a leer la Escritura, y el mismo responde a todas las objeciones que nuestros adversarios hacen el da

    de hoy contra la leccin de la Escritura. Pero entre todos estos lugares Crisstomo el sermn 3, que hizo de Lzaro es

    admirable. Dice pues al principio de este sermn de esta manera: Yo tengo por costumbre de deciros muchos das antes la

    materia que tengo de tratar, para que vosotros en el entre tanto tornis vuestro libro y advirtiendo toda la suma de lo que

    se puede tratar despus que hubiere desentendido lo que se ha dicho, os aparejis para or lo que resta, y esto siempre

    exhorto, y nunca callare de exhortarlo, que no solamente aqu (quiere decir la Iglesia) advirtis lo que se os dice: mas

    aun cuando estuvieres en casa, os ejercitis continuamente en la leccin, de la Sagrada Escritura: Luego responde a las

    objeciones, diciendo: Y no me diga nadie: Yo harto tengo que entender en los negocios de la Republica; Yo soy

    Magistrado; Yo soy oficial; que vivo del trabajo de mis manos: yo soy casado, tengo mujer, hijos y familia que proveer;

    Yo soy hombre del mundo; por eso no me conviene a mi leer la Escritura, sino a aquellos que han dejado al mundo, y se

    han ido al yerror. A los cuales Crisstomo responde: Qu dices oh! hombre? No te conviene a ti resolver las

    Escrituras, porque andas distrado con muchos cuidados? Antes te digo que es mas tu deber que no de los otros, etc. Y da

    N

  • la razn: Dice que aquellos no tienen tanta necesidad de leer la Escritura, como otros que estn a manera de decir, en

    mitad de la mar trados de ac para all con las ondas, los tales (dice) tienen siempre necesidad de un continuo conforte

    de la Escritura. Aquellos estanse sentados lejos de la batalla, y por eso no reciben muchas heridas: pero tu, porque

    continuamente estas en la batalla, porque muchas veces eres herido, por eso tienes mas necesidad de remedios; como

    aquel, a quien la mujer provoca, el hijo lo constricta y mueve a ira, el enemigo te asecha, el amigo tiene envidia. Y as va

    discurriendo, y concluye diciendo: Por los cual es menester soscellar, tomar armas de la Escritura. Y un poco mas abajo:

    Y no puede ser ahora, no puede, digo, ser que alguno se salve, si continuamente no se ejercita en la leccin espiritual. Y

    luego: No vez t que los herreros, plateros y todos cuantos se ocupan de algn arte mecnica, tienen todas las

    herramientas, y todos los instrumentos de si arte aparejados y puestos en orden? Aunque sean muy pobres, y que el

    hambre los aqueje, con todo esto mas ayuna sufrirn el hambre, que vender algunos de los instrumentos de su arte para

    comer. Y tambin, Ciertamente nosotros debemos tener el mismo animo que ellos, y como los instrumentos de su arte son

    el martillo, la yunque, las tenazas; as de la misma manera los instrumentos de nuestra arte son los libros de los

    Apstoles y de los Profetas, y toda la Escritura divinamente inspirada y provechosa. Y tambin, As que no seamos

    negligentes en procurar ver estos libros para no ser heridos de herida mortal. As que no seamos negligentes en procurar

    ver estos libros para no ser heridos de herida mortal. Y tambin, la misma vista de los libros causa que no seamos tan

    prontos a pecar. Si habemos cometido alguna cosa que nos es prohibida, en volviendo a casa, y mirando los libros,

    nuestra conciencia con mayor vehemencia nos condena. Otra objecin que ponen, es la que algunos de nuestros tiempos

    hacen: Qu ser dicen, si no entendemos los libros? Responde Crisstomo: Aunque no entendis los secretos de la

    Escritura, pero como todo esto, la misma leccin de la Escritura, causa en nosotros una cierta santidad. Aunque no

    puede ser que todo cuanto leis, ignoris. Porque la gracia del Espritu, por eso, dispens y modific todo lo que est en

    la Escritura, para que los publicanos pecadores, artfices, pastores, Apstoles, idiotas e indoctos, fuesen salvos por medio

    de estos libros; para que ningn idiota, se valga de esta escusa, diciendo que la Escritura es oscura; para que lo que en

    ella se dice, todos lo pudiesen fcilmente ver y para que el artfice, el criado, la viuda y el mas ignorante de todos los

    hombres, sacase alguna ganancia y provecho de haber odo leer la Escritura. Y tambin, Los Apstoles y los Profetas,

    manifiesto y claro pusieron a todos los que dijeron: como comunes doctores del mundo; para que cada uno por si mismo,

    pueda aprender lo que dice de la sola leccin, y esto pronuncindolo antes el Profeta dijo: Todos sern enseados de

    Dios, y ninguno dir a su prjimo, conoce a Dios, porque todos me conocern, desde el mas pequeo hasta el mayor.

    Esto dijo Isaas cap. 54:13. Leer Jeremas 31:34, y Juan 6:45. Y Tambin dice Crisstomo: Adems de esto, las seales,

    los milagros e historias no son cosas manifiestas y claras, que todos las entienden? As que pretexto, escusa y cobertura,

    es de pereza, los que dicen: Que no se entiende lo que est en la Escritura. Cmo en algn tiempo podrs entender, lo

    que, ni aun de pasada quieres mirar? Toma el libro en tus manos, lee toda la historia: y lo que es claro, retenlo en tu

    memoria, y lo que es oscuro y no muy claro, leelo muchas veces, y si con la continua leccin aun no lo pudieres entender,

    vete a algn sabio, a algn hombre docto: comunica con ellos lo que has ledo. Y Tambin, Grande arma es contra el

    pecado la leccin de la Escritura; gran precipicio y profundo peligro, el ignorar la Escritura; gran perdida es de la

    salvacin no saber nada de lo contenido en las Leyes divinas; El ignorar las Escrituras Es causa de las Herejas; esta

    ignorancia hace que los hombres vivan tan mal; esta, de arriba abajo, lo revuelve todo, porque no puede ser, no puede

    digo, ser que el que, continua y atentamente leyere la Escritura quede sin provecho. Todo esto, y mucho mas dice San

    Juan Crisstomo, en el dicho sermn, el cual, lo mas que he podido, he abreviado.

    El mismo Dios, que mand, que todos sin hacer diferencia ninguna, ni de sexo, ni de edad, ni de cualidad, leyesen la

    Sagrada Escritura, este mismo orden, que ella fuese divulgada en todas las lenguas (como vemos que lo es), para que

    ninguno pretendiese ignorancia. As, en tiempo pasado, se divulgo en las tres lenguas mas principales, y mas comunes,

    que entonces se usaban en el mundo; que eran la Hebrea, Griega y Latina. Despus, los hombres pos y doctos, movidos

    de un santo celo de hacer bien a las naciones, la trasladaron a sus lenguas vulgares. As, leemos que San Jernimo, la

    traslado en lengua materna, que era la Dalmtica; San Juan Crisstomo la traslad en lengua Armnica. Ulfilas, obispo

    godo, la traslado en lengua Gtica; Juan, obispo de Sevilla, la traslado en lengua Arbica; Metodio en Eslavnica. En

    tiempo de Eltestano, que reino en lo que ahora llamamos Inglaterra, hace unos 900 aos, la Biblia se traslado en lengua

    Britnica, que era la lengua que entonces se usaba en aquella isla. Considerando, Crisstomo, estas diversas traslaciones,

    dijo estas palabras: Los Sirios, Egipcios, Persas, Etopes y otras naciones innumerables tienen la doctrina celestial

    trasladada en sus lenguas; y por este medio han dejado su barbarie, para de veras filosofar. Teodoreto dice: Los libros

    Hebraicos son, no solamente trasladados en griego, mas aun en lengua Latina, Egipcia, Prsica, Indica, Armnica,

    Esctica, Sauromtica; y para decirlo en una palabra, en toda lengua, de las cuales, aun hasta el da de hoy, usan las

    naciones. Pero dejadas las historias de otras naciones, vengamos a nuestras historias de Espaa; porque los ejemplos

    domsticos son los que mas mueven. Cuando los Godos se apoderaron de Espaa (que hace ya como 1200 aos), la

    Sagrada Escritura fue trasladada, como ya hemos dicho, por Ulfilas en lengua Gtica, para que los Godos, gente brbara e

    infiel se hiciesen domsticos y se convirtiesen a la fe de Jess Cristo, como se convirtieron. Casi 400 aos despus, ceso

    el imperio de los Godos en Espaa, apoderndose de la mayor parte de ella, los Moros que pasaron de frica. Reinando

  • pues los Moros en Espaa, un obispo de Sevilla, traslado la Sagrada Escritura en lengua Arbica, para que los Moros

    supiesen cual era la religin Cristiana. Setecientos aos, y mucho despus de la perdida de Espaa, el Rey don Fernando,

    gan el reino de Granada; as los Moros, que no quisieron tornarse Cristianos, fueron totalmente echados de toda Espaa,

    y los que se convirtieron, se quedaron en Espaa. Para que pues estos Moros, recin convertidos, fuesen bien instruidos en

    la religin Cristiana, el primer arzobispo de Granada, fray Jernimo, fue de parecer que la Sagrada Escritura se trasladase

    en lengua Arbica (porque de la otra traslacin, que dijimos, hecha cuando los Moros entraron en Espaa, ya no haba

    memoria de ella). A este tan po intento se opuso don Francisco Jimnez, arzobispo de Toledo, que era el todo en todo, en

    toda Espaa, alegando razones, no tomadas de la palabra de Dios, ni de lo que dijeron e hicieron los santos doctores de la

    Iglesia, sino fabricadas por juicio de hombre, y por el consiguiente, repugnantes a la palabra de Dios. Y as se impidi la

    traslacin, que tanto bien hubiera hecho a aquellos pobres ignorantes Moriscos. Despus, ac el mismo Dios movido de la

    misma misericordia que antes, ha levantado algunos Espaoles en nuestros tiempos, que han trasladado los Libros

    Sagrados. Los libros impresos en Espaol que yo he visto, son los siguientes: La Biblia en lengua Valenciana con licencia

    de los Inquisidores, a cuya traslacin asisti S. Vicente Ferrer, que ha mas de ciento y tantos aos que se imprimi en

    folio de papel real. El Testamento Viejo, sin los libros Apcrifos, impreso en el ao de 1553, en Ferrara palabra por

    palabra, como esta en Hebreo, que en un gran tesoro de la lengua Espaola. La Biblia de Casiodoro de Reina, impresa en

    Basilea en el ao de 1569. Francisco de Enzinas Burgals traslado en el ao de 1542, el Testamento Nuevo, y lo presento

    al Emperador don Carlos de Bruselas. El doctor Juan Prez, de pia memoria, en el ao de 1556, imprimi el Testamento

    Nuevo, y Julin Hernndez, movido con el celo de hacer bien a su nacin, llevo varios muchos de estos Testamentos, y los

    distribuyo en Sevilla en el ao de 1557. A Juan Prez, Casiodoro y Julin yo los conoc y trat familiarmente, En el ao de

    1596, imprimimos el Testamento Nuevo; y ahora por la misericordia de Dios, sacamos otra vez a la luz la Biblia

    Espaola. Estas impresiones he, yo, visto; fuera de las que con la injuria del tiempo, y con la persecucin de los enemigos

    de la Cruz de Cristo, nuevos Antiocos, se han perdido. Adems de estas traslaciones en Espaol, que hemos nombrado,

    hay dos admirables Biblias, impresas en diversas lenguas (como luego diremos) que Espaoles han hecho, las cuales son,

    y con muy gran razn, muy estimadas de los doctos, de cualquier nacin que sea. La causa porque se hayan imprimido

    diremos aqu.

    En el Concilio Vienense se mando que las lenguas Latina, Griega, Hebrea, Caldea y Arbica, se leyesen pblicamente en

    las universidades. Conforme a este Decreto, don Francisco Jimnez, fraile francisco, Arzobispo de Toledo, Cardenal,

    Gobernador e Inquisidor General de Espaa, y fundador de la celebre Universidad de Alcal, que en latn se llama

    Complutum, el que en persona pas en frica, y a sus costas gan a Oran, este, digo, junt muchos hombres doctos en las

    lenguas, principalmente Hebrea, para el Testamento Viejo, y en la Griega para el Nuevo, y sirvindose de la ayuda y

    trabajo de estos, hizo imprimir en el ao de 1515, aquella admirable Biblia, que del lugar donde se imprimi, se llamo

    Complutense; la cual dividieron en seis tomos. En el Testamento Viejo, pusieron el Texto Hebreo y la parafrase Caldaica,

    cada una con su versin Latina; en el Nuevo pusieron el Texto Griego, con su versin Latina. Esta obra, el papa Len X la

    aprob y confirm con grandes privilegios, exhortando a cada uno que la leyese. Costole esta obra al cardenal (porque el

    la hizo toda a su costa) su seiscientos mil ducados. Esta Biblia fue el nico instrumento, y medio, que Dios tom para

    reformar y renovar el estudio de las lenguas y de las buenas letras, que en aquel tiempo estaban al rincn, comidas de

    polilla y cubiertas de moho, y as los doctores comenzaron a dejar la teologa escolstica, que consiste en vanas e

    intrincadas especulaciones, sacadas de la filosofa inventada por los hombres sin ninguna palabra de Dios, y se dieron a la

    verdadera teologa, que es la leccin de la Sagrada Escritura (A estos, los Escolsticos llaman por escarnio y vituperio,

    Biblistas) y as estos Biblistas, comenzaron a sacar su agua de las fuentes de la Salud, y no de cisternas resquebrajadas,

    cuya agua es hedionda y mortfera. Estas son las dos lenguas, Hebrea y Griega en que plug al Seor ensearnos su ley y

    voluntad. Estas dos lenguas, por cuanto el Viejo Testamento fue escrito en Hebreo y el Nuevo en Griego, son las dos tetas

    con que nuestra madre, la Iglesia Catlica, regida por el Espritu Santo, cria sus hijos, y los encima hasta traerlos a

    perfecta edad. Veis aqu como el Seor hizo resplandecer la luz del Evangelio en medio de las tinieblas de ignorancia,

    supersticin e idolatra, y ha resplandecido tanto esta luz, que ha cundido por toda la Europa, y aun ha pasado el gran mas

    Ocano, y ha venido hasta las Indias Occidentales y Orientales. En nuestra Espaa, varios muchos doctos, varios muchos

    nobles y gente de lustre e ilustres, han salido por esta causa en los Autos. No hay ciudad, y a manera de decir, no hay villa

    ni lugar, no hay casa noble en Espaa, que no haya tenido y aun tenga alguno, o algunos que Dios por su infinita

    misericordia haya alumbrado con la luz de su Evangelio. Comn refrn es en el da de hoy en Espaa, cuando hablan de

    algn hombre docto, decir: Es tan docto que est en peligro de ser Luterano. Nuestros adversarios han hecho cuanto han

    podido para apagar esta luz del Evangelio, y as han afrentado con perdida de bienes, vida y honra a varios muchos en

    Espaa. Y es de notar que cuantos mas afrentan, mas azotan, ensambenitan, echan a galeras o en crcel perpetua, y

    queman, tantos mas se multiplican, porque la sangre de los Mrtires es la simiente de la Iglesia. Es menester (como dijo

    nuestro Redentor) que el grano de trigo para que se multiplique se eche en la tierra, y muera; y si no se pudre quedase

    solo y no multiplica. Es tambin aqu de admirar la inmensa potencia, sabidura y providencia de Dios que tom por un

    instrumento para hacer esto, a un Espaol, y este fraile francisco, Arzobispo de Toledo, Cardenal de Roma, Gobernador e

  • Inquisidor General de Espaa. O profundidad de las riquezas de la sabidura y de la ciencia de Dios, cuan

    incomprensibles son su juicios, e imposibles de hallar sus caminos!

    Habindose distrado todos los ejemplares de la dicha impresin del Cardenal, de tal manera que por ningn dinero, no se

    poda hallar (porque los que los tenan, no queran carecer de tan gran tesoro) plug a nuestro Dios, movido de la misma

    misericordia que antes, inspirar en el corazn de Benito Arias, natural de Fregenal de la Sierra (y por esto se llama

    Montano), al cual yo conoc estudiando en Sevilla, de hacer otra nueva impresin, para que la Iglesia de Dios no careciese

    de tanto bien; y as vino, no hace muchos aos, a Amberes, donde a costa del Rey don Felipe II, la imprimi poniendo

    juntamente con el Texto Hebreo la versin Caldaica, Griega, Siriaca y algunas versiones Latinas viejas y nuevas.

    Fue un hombre muy docto en diez lenguas. Su juventud paso en sus estudios en Sevilla, por lo cual, y porque si tierra

    Fregenal no es lejos, y es del territorio de Sevilla, se le llam Hispalensis. Q.d. Sevillano. En Sevilla dio gran muestra en

    sus estudios, de lo que despus haba de ser. Oa de muy buena gana, la doctrina de los buenos predicadores de Sevilla,

    como del doctor Constantino, del doctor Egidio, y de otros tales que Dios levant en Sevilla en aquel tiempo. Veis aqu

    Espaoles, como nuestros Espaoles han encendido dos antorchas de luz evanglica, que alumbran a todo el mundo. Y

    ahora, otro, vuestro Espaol, enciende la tercera; la cual ya que no alumbrara a todo el mundo, por lo menos alumbrara

    nuestra Espaa. No resistis pues al Espritu Santo, no apaguis la lumbre con que Dios os quiere alumbrar. Servos para

    gloria de Dios y salud de vuestras animas, de este trabajo.

    Concluyamos de todo lo dicho, que pues el Dios todo poderoso, que creo cielo y tierra, y todo cuanto se contiene en ellos,

    mand tan expresamente en el Viejo Testamento que todos los fieles leyesen la Sagrada Escritura y que su Hijo Jesucristo,

    que muri por nuestros pecados, y resucit por nuestra justificacin, mand lo mismo en el Nuevo Testamento, y puesto

    que los santos doctores, inspirados por el Espritu Santo exhortaron a todos los fieles sin excepcin de persona ninguna, a

    leerla, y puesto que los bienaventurados Mrtires y los dems fieles y catlicos Cristianos, obedeciendo al mandato de su

    Dios, Rey y Seor, para aumento de su fe y gran provecho suyo la leyeron, concluyamos, digo, que todos aquellos que

    como nuevos Antiocos y perseguidores de la Iglesia Ortodoxa, Catlica y Apostlica, y crueles enemigos de la salud de

    los hombres, prohben lo que Dios orden para salvar a los fieles, que es leer la Sagrada Escritura, son rebeldes a Dios, y

    tiranos para con la Iglesia. Y lo que peor y mas de llorar es, que los tales rebeldes han hallado discpulos, que de muy

    buena gana los oyen, y en extremo, se huelgan con semejante prohibicin de leer la Sagrada Escritura, los que les

    exhortan a su pastores que no los apacienten con el pasto de vida, que no les prediquen palabra de Dios, sino fbulas,

    sueos y falsos milagros. Lo cual prevido y predicho, por San Pablo, cuando hablando con su discpulo Timoteo; II

    Timoteo 4:3, dijo: Vendr tiempo cuando no sufrirn la sana doctrina, antes teniendo comezn en las orejas, se

    amontonaran maestros conforme a sus concupiscencias, y as apartaran de la verdad, el odo, y volverse han, a las

    fbulas. Y antes de San Pablo, lo haba profetizado Isaas; Isaas 30:10, Que dicen (dice Isaas) a los que ven, no veas, y a

    los profetas, no nos profetices lo recto; decidnos halagos, profetizadores. Y el mismo Isaas, Isaas 8:19-20, manda a los

    pos, que cuando los impos les dirn: Preguntad a los pitones, y a los adivinos, que les respondan: No consultara el

    pueblo a su Dios? Han de preguntar por los vivos a los muertos? No, sino a la Ley y al Testimonio. Y luego dice: los

    que no hablan de esta manera, es porque no le ha amanecido, quiere decir que estn en tinieblas de ignorancia. A este

    mismo propsito dice Abraham (como lo cuenta el Seor, en Lucas 16:29) al Rico avariento: A Moiss y a los Profetas

    tienen, iganlos. Contra tales, habla el Seor, en Juan 8:47, diciendo: El que es de Dios, las palabras de Dios oye, por

    tanto vosotros no las os porque no sois de Dios. Nuestra vida no es, sino una continua batalla, contra poderosos y

    mortales enemigos, con los cuales jams tendremos paz, ni aun treguas, siquiera por un solo da. No tenemos, dice el

    Apstol en Efesios 6:12, lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra seores del

    mundo, gobernadores de la tinieblas de este siglo, contra malicias espirituales, que estn en lo alto. Y por tanto nos

    manda que tomemos toda la armadura de Dios, para que podamos resistir. Y nombra las piezas, que son la cota de

    justicia, el escudo de fe, el yelmo de salud. Al fin concluye con la principal pieza: Toma, dice, el cuchillo del Espritu, que

    es (como el mismo Apstol lo interpreta) la Palabra de Dios. El que pues, nos quita la Palabra de Dios, no enva

    desarmados al matadero, o por mejor decir al infierno. Cristo, nuestro maestro, siendo tentado de Satans, con la Escritura

    Sagrada, que es la Palabra de Dios, lo vence. En lo cual nos dio ejemplo, como nos hayamos de ver en las tentaciones, y

    como las hayamos de vencer. Si lo que habemos dicho es verdad (como lo es) miren como respondern a Dios los que han

    prohibido el leer la Sagrada Escritura a los fieles. Los tales, sin duda, han sido causa de tantas herejas, como se han

    levantado en la Iglesia. Porque el ignorar la Escritura, causa herejas (como lo testifica Crisstomo, ya alegado). Y antes

    de Crisstomo, Ireneo haba dicho lo mismo. Dice pues, Ireneo hablando de los Valentinianos, herejes, libro IV, cap. 12 y

    13. El ignorar las Escrituras, los ha hecho caer, en aquella hereja. Y para decirlo, todo en una palabra; el Seor, hablando

    con los Saduceos, en Mateo 22:29, dice; Erris, porque no sabis las Escrituras. Los Legistas, (o Abogados, que

    comnmente llamamos, Letrados) tienen por un comn axioma, o Mxima (que es una sentencia de todos admitida),

    decir: Erubescimus quando sine lege loquimur; Avergonzmonos cuando hablamos sin ley; cuando no confirmamos lo

    que decimos con alguna de las Leyes, lo mismo, y con mucha mayor razn, podemos decir los Cristianos:

    Avergonzmonos cuando hablamos cosas espirituales, de cosas que tocan al servicio de Dios, a nuestra salud y bien de

  • nuestro prjimo, no las confirmamos con la Ley de Dios, con la Palabra de Dios, que su Majestad ha revelado y dictado a

    sus santos Profetas y Apstoles, y nos manda que nos gobernemos por ella. Y Cmo confirmaran con la Palabra de Dios,

    aquello que dicen, los que nunca leen la Escritura Sagrada, ni saben, que cosa es? Hablo del vulgo ignorante, que se llama

    Cristiano, los cuales engaados de sus falsos profetas, creen y as lo dicen, la Biblia, se un libro maldito y descomulgado,

    lleno de herejas, que hace a los que la leen, herejes y abominables, creen que el mismo Satans, padre de la mentira, se

    haya inventado la Biblia, para destruir, cuerpos y animas de los que la leyeren. Otra vez, torno a decir que hablo del vulgo

    ignorante, mal instruido de sus falsos profetas. Oh inmensa paciencia y longanimidad de nuestro buen Dios, que con tanta

    paciencia sufres tales blasfemias! Pero tu da vendr a los tales, cuando su ignorancia no los escuchar, mas sentirn el

    riguroso juicio de Dios, y entendern, que la Palabra Dios, permanece para siempre, y que no la ha inventado Satans,

    sino que el mismo Dios, cuyo nombre es JEHOVAH, que creo cielo y tierra y todo cuanto en ellos se contiene, la dict e

    inspiro a sus santos Profetas y Apstoles, para salvar a todos los que la admitieran por palabra y voluntad de Dios, y as se

    gobernaren por ella.

    La causa porque los adversarios prohban la Escritura, y persigan a fuego y a sangre a los que la leen, es que entienden,

    por la gran experiencia que tienen, la Sagrada Escritura ser el nico medio que Dios, por su gran misericordia ha dejado

    en el mundo, para saber entender y conocer, cual sea la verdadera religin, y cual sea la falsa, cual sea el culto y manera

    de honrarle, que l mande, y cual sea el que vede y deteste. Para que pues no entiendan los hombres, la religin y doctrina

    de estos hipcritas y falsos profetas, ser falsa y contraria a la que Dios instituyo en su Santa Palabra, mandan muy

    gravsimas censuras, que no lean la Sagrada Escritura. Y an han pasado tan adelante en esta desvergonzada tirana, que

    algunos de ellos han dicho y dejado por escrito (para que su desviada blasfemia fuese mas notoria y manifiesta a todo el

    mundo), que mucho mayor dao causa la Leccin de la Sagrada Escritura en lengua vulgar, que leer los libros de los

    filsofos paganos, y que por esto se prohbe lo primero, y no lo segundo. Las palabras de nuestro Espaol, fray Alonso de

    Castro, al fin del capitulo 13 del libro I Adversus Hreses, son estas: Cum ergo plus nocumeti inferatur ex libris sacris in linguam vulgarem versis quam ex lectione Gentilium Philophorum, merit illud inhibetur, etiamsi de alio nulla siat

    prohibiti, que es lo que habemos dicho. Para confundir esta blasfemia de fray Alonso, y de otros tales, basta saber que el

    Espritu Santo dict la Sagrada Escritura en lenguas vulgares y comunes que todos en aquellos tiempos entendan; que

    eran la Hebrea en tiempo de los Profetas, y la Griega en tiempo de los Apstoles, y que para que todos la lean, la dicto, no

    exceptuando sexo ni edad, ni cualidad de persona ninguna. En cuanto a los libros de los Paganos, sabemos que hay en

    ellos muchas impiedades y blasfemias contra la Majestad Divina. Como cuando dice Terencio en los Adelfos, Non est

    flagitium, mihi crede, adolescentem scorsari; No es pecado, dice, creedme, que el mancebo sea putaero. Los que se

    llaman Cristianos, y no lo son, concluyeron de aqu ser licito haber publicas mancebas. Lo cual es contra el 7mo

    mandamiento de la Ley de Dios, que dice: No fornicaras; y Deuteronomio 23:17, manda Dios que no haya puta en Israel.

    Con la licencia que ellos dan, la juventud se corrompe cuanto al anima, y cuanto al cuerpo, se hinche se bubas. En cuanto

    a la inmortalidad del nima, muchos filsofos la negaron, muchos la dudaron, y pocos la confesaron. Pero el Seor dice,

    al Buen Ladrn, Hoy sers conmigo en el paraso; Y el nima de Lzaro fue llevada al seno de Abraham, que es el

    paraso, y el nima del Rico Avariento al infierno. La resurreccin de los cuerpos, todos los filsofos, en comn, la

    negaron. Leed en Actos 17, la burla que hacen de San Pablo, porque les anunciaba la resurreccin de los muertos. En

    cuanto a la resurreccin, y como se har, leed I Corintios 15, desde el verso 12, hasta casi el fin del captulo. Aristteles y

    otros muchos afirmaron el mundo, ser un eterno, que ni tuvo principio, ni tendr fin. El mismo Aristteles dijo, Virtutes

    vitia sunt in nostra potestate; de aqu dijeron los filsofos que los dioses nos dieron el ser que tenemos, pero que seamos

    buenos, lo tenemos de nosotros. Mas la Escritura dice que somos naturalmente hijos de ira, que somos siervos del pecado,

    pero que seremos libres, cuando el Hijo (a saber Cristo) nos libertare, y que no es del que quiere ni del que corre, sino de

    Dios que tiene misericordia. En conclusin, los filsofos introdujeron una infinidad de dioses, que uno como que uno no

    bastase para gobernar el mundo. Pero la Escritura dice, Oye Israel, Jehovah nuestro Dios, Jehovah uno es. Deuteronomio

    6:4. Todo esto se lee en los filsofos, y se permite, y la Palabra de Dios, que es la misma verdad y santidad, no se permite.

    Mas gracias a Dios, que ya se lee la Escritura en todas las lenguas, por mas que los enemigos de la salud de los hombres,

    la prohban. Y tambin, nuestros adversarios dicen: Que mucho mejor fuera para la Iglesia, si el Evangelio nunca fuera

    escrito. Y porque esto parecer a algunos cosa nueva, que yo me haya inventado, pondr aqu las mismas palabras del

    cardenal Hossio, aquel gran pilar de la Iglesia de nuestros adversarios: Melius, dice, actum fuisset cum Ecclesia si nullum

    extaret scriptum Evangelium. Hosius in Confessione Petrocoviensi. Quieren que los hombres sean ignorantes, y ensalzan

    la ignorancia llamndola Madre de Devocin, mejor dijeran, la Ignorancia Madre de Supersticin y Causa de las Herejas,

    como dicen Ireneo y Crisstomo que ya habemos alegado, y San Jernimo, In Prohemio I lib. comment Isai, dice a este propsito lo que sigue: Si como dice San Pablo, Cristo es virtud de Dios, y sabidura de Dios, y el que ignora las

    Escrituras, ignora la virtud de Dios y su Sabidura (siguese de aqu) que el que ignora las Escrituras, ignora a Cristo. La

    misma experiencia nos muestra que cuando uno es mas supersticioso, tanto es mas ignorante. Por tanto el deber del

    Cristiano, es no se ignorante, sino sabio en el conocimiento de Dios, que su Majestad ha revelado en la Sagrada Escritura,

    y as la lea, escudrie, rumie, hable de ella y la medite de noche y de da. Pero ha lo de hacer con espritu de humildad, no

  • findose de su propio entendimiento, considerando cuan inhbil sea de su natural para entenderla. Y as invoque al Seor,

    que le d su Espritu, que le declare la Escritura, que le abra el entendimiento (como lo abri a los Apstoles, Lucas

    24:25) para que entienda las Escrituras. El hombre sensual y sin Espritu de Dios no entiende, ni puede entender las cosas

    de Dios, antes las menosprecia y se burla de ellas, porque las tiene por locura. Solo el hombre espiritual, que es regido

    por el Espritu de Dios, las entiende y estima, porque las tiene por suma sabidura. Su Majestad, nos haga la gracia de

    entenderlas, para que entendindolas vivamos conforme a ellas, sirviendo a nuestro buen Dios, en Espritu y en verdad, y

    as no seamos hijos de tinieblas, sino de luz.

    Pluguiese a Dios, por su infinita misericordia, inspirar en el corazn del Rey, que mandase a sus costas juntar hombres

    pos y doctos en las lenguas Hebrea y Griega, que viesen y reviesen esta traslacin de la Biblia, los cuales con un animo

    pio y sincero, que desea servir a Dios, y hacer bien a su nacin, la paragonasen y confrontasen con el texto Hebreo, que

    Dios dict a sus santos Profetas antes de la venida de Cristo, y con el texto Griego, que el mismo dicto a sus santos

    Apstoles y Evangelistas despus de la venida de Cristo en carne. Y as el Rey autorizase, con su real autoridad, la cual su

    Majestad leyese, y mandase a sus sbditos que la leyesen, En lo cual hara lo que Dios le manda en los lugares ya

    alegados del Deuteronomio y de Josu, e imitara a los pos y verdaderamente Catlicos Reyes, que as lo hicieron. Y

    principalmente al buen Emperador Teodosio II, descendiente de casta Espaola, el cual con su propia mano (porque

    entonces no se impriman los libros, sino se escriban) escribi todo el Testamento Nuevo, y tenia por costumbre leer cada

    da por la maana en el, a la cual leccin la emperatriz, su mujer llamada Eudocia, mujer muy bien ejercitada en la

    Sagrada Escritura, y las hermanas del Emperador se hallan presentes. De Alfred, Rey de Inglaterra, se lee que reparta las

    24 horas, que hay en el da y en la noche, en tres partes, las ocho horas pasaba leyendo, orando y meditando; las otras

    ocho gastaba en la administracin de su reino, y las otras ocho cumpliendo con las necesidades de su cuerpo. Del

    Emperador Carlo Magno, se lee que era muy dado a la leccin de la Sagrada Escritura. El Rey de nuestra Espaa,

    Recesvinto, o Recesuintho, que muri el ao de 672, entre otras virtudes, que se cuentan de l, tuvo una sed insaciable de

    saber los secretos misterios de la Sagrada Escritura, y as, jams estaba, ni coma sin tener consigo grandes telogos a los

    cuales, ordinariamente preguntaba cosas muy profundas y necesarias para su salvacin. De lo cual hace mencin el D.

    Illescas, en su Pontifical en Juan VII. Tambin el mismo autor, hablando de Gregorio V, dice que Robert, Rey de Francia,

    entre otras virtudes, fue muy docto, a maravillas, en las Letras Sagradas, y en las humanas. El mismo autor, dice que, Don

    Alfonso I, que llamaron Catlico, recoga con diligencia, los libros de la Sagrada Escritura, que andaban en poder de los

    infieles. Recogalos, digo, don Alfonso, para que no se perdiesen y para que los fieles se aprovechasen de ellos. Ahora por

    el contrario, los recogen para que los fieles, que desean servir a Dios conforme a su Santa Palabra, no los lean, y si los

    leen, queman los libros y a los fieles que los leen juntamente con ellos, y en lugar de los libros de vida, dejan leer libros

    fabulosos y deshonestos, con que la juventud se acaba de echar a perder, gran paciencia de nuestro Dios, Nuestro buen

    Rey Recaredo, por ser tan bien ejercitado en la leccin de la Sagrada Escritura, el mismo con su sabio razonamiento

    convenci muchos presbteros Arrianos, y as mas con razn, que con autoridad de Rey, los hizo convertir a la verdadera

    religin Cristiana. Pluguiese a Dios, que nuestro Rey y los dems Reyes y Prncipes Cristianos del da de hoy, imitase a

    estos santos Emperadores y Reyes, verdaderamente Cristianos, leyendo la Sagrada Escritura, meditndola y orando. Su

    ejemplo de buena vida y doctrina, hara mucho bien a sus sbditos, porque, cual es el Rey, tales comnmente son los

    sbditos, o por lo menos, muestran ser. El Seor tenga misericordia de su Iglesia, y les enve buenos Pastores y Ministros,

    que los instruyan en la verdadera doctrina, y no en fbulas, y as vengan al conocimiento de la verdad, y sean salvos. Esta

    es la vida eterna (dice el Seor) que te conozcan solo Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo, Juan cap. 17:3.

    Y puesto que Dios (como ya en lo arriba dicho, habemos visto) en tantos lugares, as del Viejo Testamento, como del

    Nuevo, nos manda, no solamente que leamos los Libros Sagrados, sino an que los meditemos y rumiemos, y esto no lo

    manda a una suerte de gente, si a todo fiel Cristiano, a toda persona que desea ser salva, sase hombre, sase mujer, mozo

    o viejo, rico o pobre, Rey o vasallo, eclesistico o seglar (como los llaman), razn ser, y nuestro deber haremos, so pena

    de ser rebeldes, que obedezcamos a lo que nuestro Dios, Padre y Seor nos manda, siendo ciertos, que no nos mandar,

    sino lo que es santo y bueno, y conviene para su gloria, y para nuestro bien y provecho. Y puesto que lo que nos manda es

    negocio de tanta importancia, que no nos va en ello, menos que la salud de nuestras animas, razn ser que sepamos

    cuantos y cuales sean estos Sagrados Libros, que debemos leer, los cuales han sido inspirados y dictados por el Espritu

    Santo a sus santos Profetas en el Viejo Testamento, y a sus sagrados Apstoles y Evangelistas en el nuevo.

    Los Doctores antiguos, as Griegos, como Latinos, y algunos Hebreos, y muchos de los modernos Latinos, a una voz y de

    mancomn, dicen ser tantos los Libros Sagrados del Testamento Viejos, cuantas son las letras del Alfabeto Hebraico,

    conviene a saber 22, y los nombras de esta manera: el primero Gnesis, en Hebreo Bereshit, que significa En el principio;

    2. xodo, Heb. Veeleh Shemot, que significa Y estos los nombres; 3. Levtico, Heb. Vayikra, Y llam; 4. Nmeros; Heb.

    Bemidbar, En el desierto; 5. Deuteronomio, Heb. Elehadevarim, Estas las palabras; 6. Josu, Heb. Yehosha; 7. Jueces,

    Heb. Shoftim, con el que se cuenta Rut; 8. Samuel, que dividen en dos libros, Heb. Shemuel; 9. Reyes, que dividen en dos

    libros, Heb. Melajim; 10. De las Crnicas, dividen en dos libros, Heb. Divrei Hayamim; 11. Esdras y Nehemas, ambos se

    cuentan por uno, Heb. Hezra; 12. Ester, Heb. Mighillath Ester, Envoltorio (o libro) de Ester; 13. Job, Heb. Iyov; 14.

  • Salmos, Heb. Sepher Tehilim, Libro de los loores; 15. Proverbios de Salomn, Heb. Mishlei, Parbolas (o semejanzas);

    16. Eclesiasts, Heb. Cohelet, Predicador; 17. Cantares de Salomn, Heb. Shir Hashirim, Cantico de los canticos; 18.

    Isaas, Heb. Yeshayahu; 19. Jeremas, Heb. Yirmiyahu, con el se cuentan sus Lamentaciones, o Endechas; 20. Ezequiel,

    Heb. Yejezkel; 21. Daniel. 22. Y el ultimo, el libro de los Doce Profetas que llaman Menores, por ser sus libros pequeos,

    Heb. Tare Hasar, que son: 1. Oseas, Heb. Hoshea; 2. Joel; 3. Amos; 4. Abdas, Heb. Ovadia; 5. Jons, Heb. Yona; 6.

    Miqueas, Heb. Mija; 7. Nahm; 8. Habacuc; 9. Sofonas, Heb. Tzefania; 10. Hageo, Heb. Jagai; 11. Zacaras, Heb.

    Zejaria; 12. Malaquas, Heb. Malakhi. Y as, Orgenes en Apud Eusebi libro 6, capitulo 25, dice ser 22, lo mismo dice Atanasio en Synopsi Script, e Hilario Pictaviense, y Nacianceno en sus versos, Cirilo Ierosol, imitando a este propsito,

    dice: Leed las Divinas Escrituras, aquellos veinte y dos libros, as Damasceno pone 22, Josefo Contra Apion Gramatico,

    dice: Nuestros libros no son infinitos, 22, solamente son. Nicforo pone 22, Rabano Mauro en Instit Cleric. cap. 25, dice:

    Esdras dividi el Viejo Testamento en 22 libros, para que tantos fuesen los libros de la Ley, cuantas son las letras; Hugo

    de S. Victore lib. 2 cap. 8. Didase dice lo mismo, y Ricardo de Santo Victore lib. 2 cap. 9. Exeptionum. Es verdad que

    muchos de los Hebreos dicen ser 24, porque hacen a Rut, libro por si, y a las Lamentaciones hacen tambin libro por si, y

    as todo viene a una cuenta, puesto que no nombran ningn otro libro, sino solamente aquellos que habemos ya nombrado.

    A estos 22 libros, el Snodo de Laodicea y los Doctores de la Iglesia, llamaron Cannicos, porque son la nica regla (que

    los Griegos llaman Canon) de cuanto el hombre po debe creer y hacer para ser salvo. A estos libros cannicos, todo

    hombre, sea quien fuese, se debe sujetar, y por ellos regir por que son la palabra y voluntad de Dios, que su majestad nos

    ha en ellos revelado. El que a estos libros cannicos, menosprecia, y por tanto no se escapara de su horrendo juicio.

    Horrenda cosa es caer en las manos del Dios viviente. Donde, o como se podr escapar el miserable hombre, que la ira y

    el furor de Dios no lo halle?

    Probado habemos, bastantemente, cuantos y cuales sean los libros cannicos del Viejo Testamento, a saber veinte y dos,

    de donde se sigue manifiestamente que todos cuantos libros se aadieron a estos 22, no son Cannicos, no son Sagrada

    Escritura. Pero no contentndose con estos 22, admiten, no haciendo caso a los antiguos Hebreos, Griegos y Latinos, ni de

    lo que muchos modernos Latinos determinan, otros libros por cannicos, a los cuales dan la misma autoridad y crdito que

    a los otros, que verdaderamente son Cannicos. Los libros que han aadido son estos: El III y IV que llaman de Esdras, la

    Oracin de Manass, el libro de Tobas, de Judit, de la Sabidura, comnmente llamado de Salomn, el de Jess hijo de

    Sirac, comnmente llamado el Eclesistico, y el I y II de los Macabeos, y en algunas Biblias, se halla el tercero. Adems

    de estos, han aadido a Ester, siete captulos, a Jeremas el libro de Baruc, al captulo 3 de Daniel, han aadido el Cntico

    de los Tres Mancebos, y todo lo que se sigue despus de captulo 12 de Daniel; a saber, la Historia de Susana, la de Bel, y

    la del Dragn. Y aunque para confutar esta, su fantstica y perjudicial opinin, bastara lo que habemos alegado de tantos

    Doctores de la Iglesia Catlica, que a una voz y de un comn consentimiento dicen a los libros cannicos de Testamento

    Viejo, no ser sino los 22 que habemos nombrado, pero para mayor confusin de nuestros adversarios, pondr aqu algunos

    dichos notables y razones contra este, su opinin. Los antiguos Doctores, y aun muchos de los modernos, llaman a estos

    libros, que decimos ser aadidos, no cannicos, sino Apcrifos, que quiere decir, ocultos o escondidos. Rufino, en la

    Exposicin del Smbolo (el cual tratado se halla entre las obras de S. Cipriano), despus de haber nombrado los libros

    cannicos del Testamento Viejo y Nuevo, que son los mismos que nosotros tenemos por cannicos, dice estas palabras:

    Es menester con todo esto saber, que hay otros libros que no son cannicos, a saber la Sabidura de Salomn, el libro de

    Sirac, el de Tobas, el de Judit, y de los Macabeos. Estos dice quisieron que se leyesen en las iglesias, pero que no fuesen

    alegados, para por ellos confirmar la autoridad de la fe. Epifanio, en su libro Ponderibus & Mensuris, hablando del libro

    de la Sabidura y del de Sirac, dice estas palabras: Son ciertamente tiles, mas con todo esto, no se cuentan entre los libros

    cannicos, ni fueron puestos en ele Arca de la Alianza. Entre los Padres, el que mas copiosa y mas claramente trat esta

    cuestin es san Jernimo, y esto no en un lugar, sino en muchos. Lase su prlogo que llam Galeato, que, escribi a

    Paulino, donde habla de esta manera: Como hay 22 letras en el Alfabeto Hebreo, as hay 22 libros. Y luego: Para que

    sepamos que todo cuanto se hallare fuera de estos 22 libros, se ha de poner entre los Apcrifos, por tanto la Sabidura de

    Salomn, Jess y Judit y Tobas, no estn en el canon. Y en su prefacio sobre los libros de las Crnicas, dice: La iglesia

    ignora los libros Apcrifos, por tanto a los Hebreos nos debemos acoger, de los cuales el Seor habla, y sus Discpulos

    tomaron ejemplos. Todo cuanto no esta en aquellos libros Hebreos, totalmente se debe desechar. Esto dice sobre Esdras y

    Nehemas, y en su prefacio sobre los libros de Salomn, dice: Como pues la iglesia lee los libros de Judit, de Tobas y de

    los Macabeos, pero no los cuenta entre las Escrituras cannicas, as ni mas ni menos lea estos dos libros (a saber, el que

    llaman de la Sabidura de Salomn, y el de Sirac) para edificacin del pueblo, no para confirmar la autoridad de los

    dogmas eclesisticos. Y as, el mismo san Jernimo, lib. I contra Pelagian, reprende a un cierto hereje por cuanto que l,

    pretendiendo probar cierta cosa tocante al reino de los cielos, haba alegado testimonios tomados de los libros Apcrifos.

    El cardenal Gaetano (que llamaban, el anima de santo Tomas de Aquino, al cual el papa, por su erudicin envi a

    Alemania contra Lutero) en el fin de sus comentarios de la historia del Viejo Testamento, dice estas palabras: Aqu

    acabamos los comentarios de los libros histricos del Viejo Testamento; porque los dems (a saber Judit, Tobas y los

    libros de los Macabeos) san Jernimo no los cuenta entre los libros Cannicos, sino entre los Apcrifos, juntamente con

  • el libro de la Sabidura y con el Eclesistico, como se ve en el prlogo de Galeato. No te turbes, novicio, si en algn lugar

    hallares, o en los justos concilios, o en los sagrados Doctores, que estos libros se llamen cannicos. Porque as las

    palabras de los concilios, como las de los Doctores, han de ser limadas con la lima de san Jernimo y conforme a su

    determinacin escribiendo a Cromacio y a Heliodoro obispos, estos libros y los dems de su suerte que andan en el

    Canon de la Biblia, no son Cannicos. Cuando no son Regulares para conformar lo que pertenece a la fe. Pero pueden

    llamarse Cannicos, para la edificacin de los fieles, como recibidos y autorizados en el canon de la Biblia para este

    intento. Con esta distincin podris discernir los dichos de san Agustn y los escritos del concilio provincial

    Cartaginense. Hasta aqu Gaetano. Hugo de san Victore, in prlogo lib. I de Sacram. cap. 7, dice estas palabras: Leense

    estos libros; pero no se escriben en el cuerpo del texto, ni en el Canon de autoridad; como es el libro de Tobas, de Judit,

    de los Macabeos, la Sabidura de Salomn y el Eclesistico. Ricardo de san Victore, lib. II cap. 9 Exceptionum, despus

    de haber dicho los libros Cannicos del Testamento Viejo, ser 22, aade lo que sigue: Adems de estos hay libros, como

    la Sabidura de Salomn, el libro de Jess hijo de Sirac, y el libro de Judit y el libro de Tobas, y los Macabeos; los

    cuales ciertamente se leen, mas no se escriben en el canon. Y un poco mas abajo: Hay, dice, en el Testamento Viejo,

    ciertos libros, que no estn escritos en el canon y con todo esto, se leen; como son la Sabidura de Salomn, etc. Lo

    mismo dice Nicols de Lyra, en el prlogo sobre los libros Apcrifos. Dionisio Cartusiano, in principio coment. in

    Genesin, el Tostado in Mat. cap. I. Anotonino III, parte tt., 18 C. 8 Hugo Cardenal, en el prlogo sobre Josu, llama a

    Tobas, Judit, Macabeos, Sabidura de Salomn y al Eclesistico, Apcrifos; y dice: que la Iglesia los admite, no para

    confirmacin de la fe, sino para institucin de la vida. La Glosa del decreto de Graciano dist. 16, afirma la Biblia, tener

    algunos libros Apcrifos. Lo mismo en muchos lugares testifica Erasmo. Pero dejado los doctores, asaz suficientes y

    muchos, que habemos alegado, vengamos ahora y mostremos bastantes razones que prueben estos libros no ser

    Cannicos, sino Apcrifos.

    Tres cosas infaliblemente son menester para que un libro sea Cannico. (Hablo de los libros del Testamento Viejo) La 1,

    que ninguna cosa contenga contra la Analoga de la fe; quiero decir contra lo que el Espritu Santo ha revelado en los

    otros libros Cannicos. La 2, que algn Profeta, divinamente inspirado lo haya escrito. As dice san Pedro, 2 Pedro 1:19-

    21, Tenemos la mismsima palabra de los Profeta, y Romanos 1:2, hablando san Pablo de Cristo, dice: El cual haba

    antes, prometido por sus Profetas en las Santas Escrituras. Y Romanos 16:26, Por las Escrituras de los Profetas. Lucas

    1:70, Como habl por boca de sus santos Profetas, y captulo 16:29, A Moiss y a los Profetas tienen, iganlos, y captulo

    24:27, comenzando de Moiss y de todos los Profetas. Lo 3 que es menester, es que el tal libro sea escrito originalmente

    en la lengua materna y vulgar en que hablaban y escriban los Profetas, que era la Hebrea. Y as dice san Jernimo: A los

    libros Hebreos debemos recorrer, en cuya lengua el Seor habl. Presupuesto esto ser verdad, como lo es, formar estor

    argumentos: I.- Todos los libros cannicos del Testamento Viejo, fueron escritos por los Profetas; ningn libro de los que

    llamamos Apcrifos, fue escrito por algn Profeta; luego, ningn libro de los que llamamos Apcrifos es cannico. II.-

    Todos los libros cannicos del Testamento Viejo fueron, originalmente, en lengua Hebrea; luego ningn libro de los

    Apcrifos es cannico. III.- El Seor y sus Apstoles confirman su doctrina alegando los libros cannicos, pero nunca

    alegan los Apcrifos; se sigue de aqu, que los Apcrifos no son cannicos. IV.- La antigua Iglesia Hebrea, recibi y

    aprob los libros cannicos del Testamento Viejo; a estos que llamamos Apcrifos, nunca los recibi; luego no son

    cannicos. As dice san Pablo, Romanos 3:2, Los orculos de Dios, fueron confiados a los Hebreos, o Judos,

    concluyamos de lo dicho, que pues los Profetas, no escribieron estos libros y pues que no estn alegado en el Testamento

    Nuevo y pues que la Iglesia Israelita nunca los admiti, que no son cannicos. V.- Razn: Adems de esto, en cada uno de

    estos libros hay algo que es contra la Analoga de la fe, pronunciada en los libros cannicos; luego no son cannicos. El

    Espritu Santo es contante y nos dice una cosa en un libro y lo contra en otro. Hombres doctos y pos han probado en cada

    uno de los libros Apcrifos, hallarse algo que contradiga a lo que dicen los libros cannicos. Bastar pues por ahora notar

    algunas cosas de dos o tres libros, por las cuales podris conocer que tales sean los dems. En cuanto al III y IV, que

    llaman de Esdras, muchos de nuestros adversarios no los tienen por cannicos, sino por Apcrifos, y as el concilio

    Tridentino no los nombra en el catlogo de los libros cannicos; Arias Montano, no los pone en su Biblia, ni aun entre los

    Apcrifos. San Jernimo, en su prefacio sobre Esdras y Nehemas, dice estas palabras: Ninguno se deleite con los sueos

    del III y IV de Esdras. En cuanto a los libros de los Macabeos, san Jernimo, in Catal illust. virorum, y lib. 2 contra

    Pelagian, dice Josefo ser el autor de estos libros, Josefo vivi despus de la muerte del Seor y no fue Profeta; por tanto

    no pudo componer libros que perteneciesen al canon de los Hebreos. y tambin, Gregorio Magno, dice no ser cannicos,

    lib. 19, cap. 16, Moralium. Adems de esto, el segundo contradice a algunas cosas que estn en el primero. Y es de notar

    que al primero se da mas crdito que al segundo, I Macabeos 6:8-16, se dice que Antoco muri en Babilonia del dolor y

    tristeza que concibi habiendo odo las malas nuevas de la perdida de su ejercito en Judea; pero II Macabeos 1:16, se dice

    que los sacerdotes lo mataron a pedradas en el templo de Nanea, y que despus lo hicieron piezas, y tambin, II Macabeos

    9:28, se dice que muri de miserable muerte peregrino entre los montes yendo contra Judea. Cmo es posible que un

    mismo hombre muriese en tan diversos lugares y con tan diferentes gneros de muerte? Y tambin, I Macabeos 9:3-18, se

    dice Judas haber sido muerto en la batalla que se dio en el ao de 152, (a saber del Reino de los Selucidas) pero, II

  • Macabeos 1:10, se dice que en el ao 188, Judas escribi letras a Aristbulo. Cmo pudo escribirlas 36 aos despus de

    muerto?, y tambin, II Macabeos 2:24, dice el autor que l ha abreviado y hecho un eptome de los cinco libros de Jasn

    de Cirene. Cundo el Espritu Santo suele hacer recapitulacin de la historia de un autor profano? Quien haya sido este

    Jasn, no se sabe. Esto es cierto que no fue profeta. Y tambin, I Macabeos 4:36, se dice que Judas Macabeo limpi el

    templo habiendo vencido a Licias, antes de la muerte de Antoco, pero II Macabeos, al principio del cap. 10, se dice que

    esta purgacin se hizo despus de la muerte de Antoco, y los mismo adversarios conceden que en ambos lugares se habla

    de una misma purgacin. Pero vengamos a lo vivo. En el segundo libro se hallan cosas que manifiestamente, repugnan a

    la doctrina Catlica, enseada en los libros cannicos, II Macabeos 12:43, Judas Macabeo es alabado por haber ofrecido

    sacrificio por lo que murieron en la batalla. Debajo de las ropas de estos muertos (como se dice ver. 40), se hallaron

    algunas cosas de las ofrecidas a los dolos de Yamnia, las cuales la ley veda. Deuteronomio 7:25, a los Judos; de donde

    fue manifiesto que por aquella causa haban sido muertos en la batalla y nuestros adversarios afirman que por semejantes

    idlatras y sacrlegos, no se ha de ofrecer sacrificio, pues que murieron en pecado mortal. Si Judas Macabeo ofreci este

    sacrificio, no hizo bien, porque todo cuanto se hace sin fe es pecado y todo lo que no procede de fe es imposible que

    agrade a Dios. Nunca Dios, ni en el Viejo ni en el Nuevo Testamento mand que le ofrecieran sacrificios por los muertos.

    Las nimas de los que mueren en el Seor, van a vida eterna y las de los que no mueren en el Seor, como de estos de

    quien hablamos, no murieron, van a muerte perpetua; tercer lugar donde las nimas estn depositadas, hasta que sean

    purgadas, la Escritura Sagrada lo ignora. Y tambin, cap. 14:42 del mismo libro, Razis que se mat a si mismo por no caer

    en manos de sus enemigos, es alabado por ello, debiendo de ser condenado, pues quebranto el mandamiento de Dios, que

    dice No matars, y as estar con Sal, que por la misma causa, se mat a si mismo, leed I Samuel 31:4 y con Judas que

    de desesperado se ahorc, y tambin, al fin del captulo ultimo de este 2 libro de los Macabeos, el autor, o abreviador,

    dice estas palabras: Y si hubiere bien dicho y como a la historia conviene, esto es lo que yo deseo, mas si poco y

    flacamente, esto es lo que puede, o como dice la Vulgata, edicin a quien nuestros adversarios dan suma autoridad,

    concedendum est mihi; suporteseme. Otro semejante perdn se demanda en el prefacio del Eclesistico. Cundo el

    Espritu Santo, que es la misma sabidura y verdad, us de semejante manera de hablar demandando perdn a los hombres

    si no ha hablado tan bien como debiera? Acaben pues, nuestros adversarios, de entender la gran diferencia que hay entre

    los libros cannicos y los Apcrifos y contntense con que los hayamos puesto a parte y no entre los cannicos, cuya

    autoridad es sacrosanta e inviolable. En cuanto a los libros del Nuevo Testamento, ninguna diferencia hay entre nosotros y

    nuestros adversarios, los mismos que ellos admiten por cannicos, admitimos nosotros, con todo esto en una cosa no

    convenimos con ellos. Ellos dicen que la Iglesia puede hacer a cualquier libro Apcrifo, cannico, lo cual nosotros

    negamos. Porque la Iglesia no es sino aprobadora, conservadora, depositaria y cajera de los libros que el Espritu Santo ha

    inspirado a sus santos Profetas en el Testamento Viejo y a sus sagrados Apstoles en el nuevo, no es inventora, y por esto

    san Pablo, Romanos 3:2, hablando de la prerrogativa del pueblo Judaico, dice: A ellos fueron confiados los orculos de

    Dios. Los mismos Orculos de Dios, son confiados a la Iglesia Cristiana. Graciano dist. 19 y Alfonso de Guerra, o

    Guerrero, in thesauro Cristian Religionis c.3 nm. 5 y otros, cuentan las epstolas decretales de los sumos pontfices, entre las escrituras cannicas y les dan la misma autoridad. Si esto es verdad, porque no las imprimen juntamente con el

    Testamento Nuevo? La falsa opinin que tiene, que ni los sumos pontfices, ni la Iglesia, ni el concilio que la representa

    no pueden errar (y aun algunos aaden que ni los Inquisidores), los hace caer en semejantes desvaros.

    Resta ahora da cuenta que nos haya movido a hacer esta segunda edicin. Casiodoro de Reina, movido de un po celo de

    adelantar la gloria de Dios, y de hacer un sealado servicio a su nacin, en vindose en tierra de libertad para hablar y

    tratar de las cosas de Dios, comenz a dase a la traslacin de la Biblia. La cual tradujo, y as el ao de 1569, imprimi dos

    mil y seiscientos ejemplare; los cuales por la misericordia de Dios se han repartido por muchas regiones. De tal manera

    que hoy casi no se hayan ejemplares, si alguno los quiere comprar. Para que pues nuestra nacin Espaola no careciese de

    un tan grande tesoro, como es la Biblia en su lengua, habemos tomado la pena de leerla y releerla una y muchas veces, y

    la hemos enriquecido con nuevas notas y an algunas veces hemos alterado el texto. Lo cual hemos hecho con maduro

    concejo y deliberacin y no findonos de nosotros mismos (porque nuestra conciencia nos rectifica cuan pequeo sea

    nuestro caudal), lo hemos conferido con hombres doctos y pos, y con diversas traslaciones, que por la misericordia de

    Dios hay en diversas lenguas el da de hoy. En cuanto a lo dems, la versin, conforme a mi juicio, y al juicio de todos los

    que la entienden, es excelente y as la hemos seguido, cuanto hemos podido, palabra por palabra. La palabra Por ventura,

    por saber a Gentilidad, la hemos quitado, tambin hemos quitado el nombre Capullo y en su lugar puesto Prepucio, que es

    vocablo mas admitido ya mucho tiempo ha, en la Iglesia Cristiana. Tambin hemos quitado todo lo aadido de los LXX

    intrpretes o de la vulgata, que no se haya en el texto Hebreo. Los cual principalmente aconteci en los Proverbios de

    Salomn. Esto digo, para que si alguno confiriere esta versin con la que llaman Vulgata, y no hallare en esta todo lo que

    hay en ella, no se maraville. Porque nuestro intento no es trasladar lo que los hombres han aadido a la palabra de Dios,

    sino lo que Dios ha revelado en su Santas Escrituras. Hemos tambin quitado las acotaciones de los libros Apcrifos en

    los libros Cannicos, porque no es bien hecho confirmar lo ciento con lo incierto, la palabra de Dios con la de los

    hombres. En los libros Cannicos hemos aadido algunas notas para la declaracin del texto; la cuales se hallarn en otra

  • letra que las notas del primer Traductor. Cuando hallares en el texto esta seal *, significa que en el margen hay alguna

    acotacin con la misma. * Las letras del Alfabeto, que hallareis aadidas en el texto, significan que en el margen hay

    alguna nota, que le corresponde con la misma letra. Donde hallares estas dos letras; q.d. leeris, quiere decir; Ab, significa

    abajo; Ar, significa arriba; conviene a saber, en el mismo captulo o libro; S, significa es a saber. Los nombres propios

    hemos retenido como comnmente se pronuncian: y as decimos Mara que en hebreo se dice Mirjam, disilabo; Moiss,

    en heb. Moxeh; Isaas, en heb. Isahiahu; Jeremas, en heb. Irmeahu; Sofonas, en heb. Zephaniah; Malaquas, en heb.

    Malachi. Bien quisieramos que los nombres fueran los propios hebreos, pero no los hemos usado, porque queremos hablar

    de manera que doctos e indoctos nos entiendan.

    En cuanto al Sacrosanto nombre JEHOVAH, que es el propio nombre de la esencia divina e incomunicable a las criaturas,

    habemoslo retenido por las doctas y pas razones que el primer Traductor da en su Amonestacin, que hallareis despus de

    esta Exhortacin. Solamente aadir aqu dos razones que me parecen muy perentorias para confutar la supersticiosa

    obstinacin de los Judos, cuanto al pronunciar este nombre, JEHOVAH. Y antes que las aada, notar aqu que JEHOVAH

    es nombre Hebreo, derivado del verbo sustantivo Ser y as JEHOVAH q.d. el que tiene Ser de si mismo; El que Fue, Es y

    Ser eternalmente, y es el que da ser a las criaturas. Este es el nombre propio de la Esencia Divina en incomunicable a las

    criaturas. JAH, tan frecuente en los salmos y en algunos otros lugares de la Escritura, es su abreviatura; y as es nombre

    propio de la Esencia Divina, que significa y es lo mismo que JEHOVAH, y as Salmos 68:5. En JAH, su nombre. Derivase

    del mismo verbo sustantivo que JEHOVAH, David Kimhi, Judo de profesin y Espaol de nacin, dice que Dios se llama

    JAH, porque es Creador del mundo y porque es causa de su propio ser. La primera razn que aqu aado es esta: Los

    gentiles idlatras, que tuvieron algn comercio y trato con el pueblo Hebreo, pronunciaron el nombre JEHOVAH. Pregunto

    yo ahora, De quien aprendieron a pronunciarlo cuando hablaban con los Hebreos, sino de los mismos Hebreos, que

    hablando con los gentiles, lo pronunciaban? Gnesis 24:31, Labn dice al criado de Abraham: Ven bendito de Jehovah, y

    verso 50, Labn y Betuel dicen al mismo criado: De Jehovah ha salido esto, no podemos hablarte malo, ni bueno. xodo

    5:2, Faran respondi a Moiss y a Aarn, que le haban dicho: Jehovah, el Dios de Israel dice as, etc. Quien es

    Jehovah para que yo oiga su voz? y luego: No conozco a Jehovah, etc. Y as Faran, verso siguiente, movido por lo que le

    haban dicho su Egipcios, dijo a Moiss y a Aarn: Andad, servid a Jehovah vuestro Dios; y verso 10, el mismo Faran

    les dice: As sea Jehovah con vosotros, como yo os dejare ir. Y verso 11, servid a Jehovah, etc. xodo 18:10, Jetro,

    sacerdote de Madan, dijo a Moiss su yerno: Bendito Jehovah, que os escapa, etc. Nmeros 23:17, Balac, rey de Moab,

    dijo a Balaam: Que ha dicho Jehovah? y captulo 24:11, le dice: Jehovah te ha privado de honra. Y verso 13, Balaam,

    dice: No poder traspasar el dicho de Jehovah. Y luego: Lo que Jehovah hablare, etc. Josu 2:10, Rahab dice a los Espas

    de Josu: Habemos odo que Jehovah hizo, etc. Y verso 12, les ruega que juren por JEHOVAH, y cap. 9:9, los Gabaonitas

    dicen a Josu: Por la fama de Jehovah tu Dios. Rut 1:17, Rut dice a su suegra Noem: As me haga Jehovah, etc. I Samuel

    29:6, Aquis, rey de los Filisteos, dijo a David: Vive Jehovah, que tu has sido recto, etc. I Reyes 5:7, Hiram, rey de Tiro,

    dice a Salomn: Bendito Jehovah, etc. Y cap. 10:9, la Reina de Sab dice a Salomn: Jehovah, tu Dios sea bendito, y en el

    mismo verso: Jehovah ha amado siempre a Israel. II Reyes 5:11, Naamn Sirio, hablando de Eliseo, dice: Pensaba en mi:

    El saldr luego y estando en pie invocara el nombre de Jehovah su Dios, II Reyes 18:25, Rabsaces, hablando de los

    Judos, les dice: He yo venido sin Jehovah? etc. Jehovah me ha dicho: Sube a esta tierra, etc. Y verso 30, No os haga

    Ezequas confiar en Jehovah, diciendo, librando nos librar Jehovah. Y verso 32. La misma historia se cuenta Isaas 36.

    De donde Labn, Betuel, Faran, los Egipcios, Jetro, Balac, Balaam, Rahab, los Gabaonitas, Rut, Aquis, Hiram, la Reina

    de Sab, Naamn, Rapsaces, y otros infieles e idlatras que se hallarn en la Escritura, supieron el nombre del Dios de los

    Hebreos, se JEHOVAH y los pronunciaron hablando con los Hebreos, sino de haber odo pronunciar a los mismos Hebreos,

    con quien familiarmente trataban? Y lo que es mucho de notar, que ni Moiss, tan celador de la gloria de Dios, ni su

    hermano Aarn, sumo sacerdote, ni Josu, criado a los pies de Moiss, ni David, tan santo, ni Salomn, tan sabio, nunca

    los reprendieron por lo haber pronunciado. Lo cual sin duda ninguna hicieren, si no fuera lcito pronunciarlo. De donde

    los antiguos Latinos, idlatras, llamaron a su gran dios, Jovis (Jovis es el nominativo antiguo, despus dijeron Jpiter)

    como cuando dijo Virgilio, Ecloga 3:

    A Jove principium Musa, Jovis omnia plena.

    Sino del nombre hebreo de Jehovah, que haban odo ser el nombre del Dios de los Hebreos? Nuestro Sevillano, Benito

    Arias, doctsimo en lenguas, hablando de los nombres de Dios, hace particular mencin de nombre esencial JEHOVAH y

    as dice estas palabras: Y si es licito mostrar por razn de otros semejantes nombres, la cierta pronunciacin, JEHVEH, se

    habra de decir. Y as pienso que los Padres lo pronunciaron; as Israelitas, como otros hombres de otras naciones, que

    tuvieron noticia de este nombre. El mismo Benito Arias, despus de haber dicho lo precedente, promete que tratar en otro

    lugar de la verdadera pronunciacin del nombre JEHOVAH. Si lo haya hecho, no lo se.

    La segunda razn es, Deuteronomio 6:13 y 10:20, se dice: A Jehovah tu Dios temers, y a el servirs, y por su nombre

    jurars. La forma del juramento y sus condiciones estn, Jeremas 4:2, Y juraras (dice), Vive Jehovah, con verdad, con

  • juicio, y con justicia. Por tanto los que toman el nombre de JEHOVAH con las condiciones que dice Jeremas, tanto falta,

    que pequen, que antes hagan servicio y cosa grata a Dios, como se dice, Salmos 63:12, Sera alabado cualquiera que jura

    por l. Como por el contrario, es vituperado el que jura por otro que JEHOVAH. Y as, xodo 23:13, se dice: Nombre de

    otros dioses no mentareis, ni se oir en vuestra boca. Cuando Dios, xodo 20:7, dice: No tomars el nombre de Jehovah

    tu Dios, aade, En vano. As que cuando no en vano, sino con verdad, juicio y justicia se toma el nombre de JEHOVAH, no

    es pecado, sino parte del culto que Dios nos demanda. Engense pues los Judos, cuando no solamente juran por el

    sacrosanto nombre de JEHOVAH, mas no aun lo pronuncian. Pero los santos Patriarcas y Profetas, tomando gran consuelo

    con este nombre, lo escribieron y pronunciaron y juraron por el. Lanse sus escritos, cuantas veces dijeron: Vive

    JEHOVAH. El Salmo 69, tiene tres versos, y en ellos el nombre JEHOVAH se nombra once veces. El Salmo 29, tiene doce

    versos, en los cuales David nombra JEHOVAH diez veces. De una cosa me maravillo, que los Judos hagan tanto escrpulo

    de escribir y pronunciar JEHOVAH (escribiendo y pronunciando en su lugar Adonay) y sin ningn escrpulo escriban y

    pronuncien JAH que es tan propio nombre de la Esencia Divina y tan incomunicable a las criaturas como JEHOVAH,

    ninguna diferencia hay entre estos dos sacrosantos nombres sino esta, que JEHOVAH se escribe con cuatro consonantes y

    JAH como abreviatura de JEHOVAH, se escribe con dos. Habiendo probado ser licito pronunciarlo, y que los antiguos, as

    Hebreos como Paganos lo pronunciaron, resta ahora avisar al que lo pronuncia que cuando concibe este glorioso nombre

    en su mente, cuando lo escribe, o pronuncia lo haga con la reverencia que se debe a un tan sacrosanto nombre; acurdese

    de las condiciones que poco ha hemos notado, que Jeremas cap. 4 ver. 2, de su profeca pone. El nombre de JEHOVAH

    (como se dice Salmo 111:9) es santo y terrible. Si es santo, Por qu miserable pecador, lo profanas tomndolo sin

    reverencia ninguna a cada tercera palabra en tu boca? Si es terrible, Por qu tu miserable gusano, polvo y ceniza, no

    tiemblas cuando lo tomas en tu boca sucia? Acurdate que Dios no tendr por inocente al que tomare su nombre en vano,

    xodo 20. Acurdate del horrendo castigo con que Dios castigo al blasfemo, Levtico 24:14, mand Dios que fuese

    apedreado, y as lo fue. Perdoname, Cristiano Lector si he sido largo en esto: la supersticin de los Judos y los escrpulos

    de algunos Cristianos me han hecho ser prolijo.

    El trabajo, que yo he tomado, para sacar a la luz esta obra, ha si muy grande y de muy largo tiempo, y tanto ha sido

    mayor, cuanto yo he tenido menos ayuda de alguno de mi nacin que me ayudase, siquiera a leer, escribir o corregir. Todo

    lo he hecho yo solo. Ha placido a mi buen Dios de tomarme por instrumento (aunque indigno e insuficiente) para

    acometer una tan grande empresa y darme fuerzas y animo para no desmayar en mitad del camino y dar con la carga en

    tierra. Adems de esto, Satans, recelndose del dao y ruina que esta Biblia Espaola causara en su reino, ha procurado

    por las vas posibles (conforme a su maldito odio y rencor que tiene contra Dios y su gloria) y con nuevos estratagemas y

    ardides impedirla. Mas con todo esto no ha podido salir con la suya. Porque nuestro Dios (cuya causa en esta obra se trata)

    le ha tenido las riendas y lo ha de tal manera enfrenado con el freno de su potencia, que no ha hecho sino lo que su

    Majestad le ha concedido que hiciese. Y aun esto a sido para ejercitar mi paciencia y aumentar mi fe en l, que por su

    misericordia me ha dado. Yo siendo de 50 aos comenc esta obra y en este ao de 1602, en que ha placido a mi Dios

    sacarla a la luz, soy de 70 aos (edad es esta en que la fuerzas desfallecen, la memoria se entorpece y los ojos se

    oscurecen). De manera que he empleado 20 aos en ella. Todo el cual trabajo doy por muy bien empleado. Mi intento ha

    sido servir a mi Dios y hacer bien a mi nacin. Y Que mayor bien les pies hacer que presentarles el medio, que Dios ha

    ordenando para ganarle nimas, el cual es la leccin de la Sagrada Escritura? Aqu se dan buenas nuevas a los pobres;

    Aqu se da la medicina para sanar los quebrantados de corazn; Aqu se pregona a los cautivos, libertad y a los ciegos

    vista; Aqu se publica el ao agradable del Seor; Aqu los tristes son consolados, y los dems que dijo Isaas cap. 61. Y el

    Seor lo alega, Lucas 4:18. Pleg a su Majestad, quiera por su Cristo, aceptar este mi MINCHAH, este mi sacrificio

    vespertino, que yo le ofrezco en mi vejez. Le suplico, bendiga esta su obra, para que su sacrosanto nombre, el cual es

    anunciado en ella, sea santificado en Espaa, como lo es en otras naciones. Esta Biblia fue imprimida con la ayuda y

    asistencia de pa gente. He dicho esto para que su memoria sea eterna, y para que otros a su ejemplo se ocupen en

    semejantes obras de piedad. Hacer esto es juntar (como el Seor, Mateo 6:20, nos manda) tesoros en el cielo: donde ni

    polilla, ni orn los come; y donde ladrones no minan, ni hurtan. Si librar el cuerpo mortal de algn peligro inminente es

    cosa que mucho agrada a Dios y por tal nos la manda, Cuanto mas grato le ser librar al nima inmortal de ignorancia,

    supersticin e idolatra y darle verdadero conocimiento de la voluntad de Dios, la cual se hace con la leccin y meditacin

    de la sagrada Escritura, la cual en este libro os presentamos? Escuchad, pues, diligentemente oh Espaoles carsimos, con

    un nimo humilde, abatido y desconfiado de si mismo, al Dios Todopoderoso, que os creo, redimi y santific y os

    promete (si vosotros oyereis su voz e hiciereis lo que os manda y como lo manda) de glorificaros en su reino consigo, el

    cual os habla y ensea en esta su santa palabra, su voluntad. Su Majestad, por su Cristo, no mirando a nuestros demritos

    (porque Qu hombre hay que no peque? Todos somos concebidos, nacidos y encimados en pecado y envejecidos en el)

    os haga la gracia por si Cristo que as lo hagis. As sea, as sea.

    Por tanto hermanos mos muy amados, exhortamos os en el nombre del Seor, cuyos embajadores somos, que no recibis

    en vano la gracia que si Majestad os hace, de manifestaros su voluntad, hablando os hoy en vuestra lengua Espaola.

    Suplico os en su nombre no endurezcis hoy vuestros corazones no queriendo or la voz del Seor que hoy os habla. He

  • aqu, hoy es el tiempo acepto, he aqu ahora el da de salvacin; Dios os habla, escuchadlo y haced lo que os manda y

    como l lo manda. Porque Cmo escapareis vosotros, si tuviereis en poco una salvacin tan grande, como la que os

    presenta Dios el da de hoy? Advertid que si Dios es Padre misericordioso, lo es para con aquellos que se le humillan y se

    dejan gobernar por su Palabra, pero para los rebeldes y contumaces es seversimo juez. Horrenda cosa es caer en sus

    manos. Acordaos como haya tratado a su pueblo Hebreo, por no haberle odo ni obedecido. Por tanto yo jur (dice el

    Seor) en mi furor, No entraran en mi holganza; lo mismo har con vosotros, sino lo oyereis hoy cuando os habla. Oseas

    4:6, dice Dios: Mi pueblo fue talado, porque le falt sabidura, Amos 8:11, He aqu que vienen das, dijo el Seor

    Jehovah, en los cuales enviare hambre en la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, mas de or la palabra de Dios, y

    luego nombra el castico con que los castigar, Proverbios 29:18, se dice que el pueblo sin profeca (q.d. sin enseanza de

    la voluntad de Dios) ser disipado. Para pues no caer en semejantes peligros y castigos, od a Dios que por boca de sus

    santos Profetas y Apstoles os habla hoy en este libro, que llamamos la Biblia.

    Otra vez torno a suplicar a nuestro buen Dios y Padre misericordioso, os haga la gracia que lo oigis para que sepis su

    voluntad y sabindola vivis conforme a ella, y as seis salvos por la sangre de aquel Cordero sin mansilla que se

    sacrifico a si mismo en el ara de la cruz, para alcanzaros perdn de vuestros pecados delante del Padre. As sea.

    Vuestro Hermano en el Seor

    Cipriano de Valera

  • AMONESTACIN De Casiodoro de Reina, Primer intrprete de los Sacros libros, al Lector y a toda la

    iglesia del Seor, en que da razn de su traslacin as en general, como de algunas

    cosas especiales.

    ntolerable cosa es a Satans, padre de mentira, y autor de tinieblas (Cristiano lector) que la verdad de Dios y su luz se

    manifieste en el mundo; porque por este slo camino es desecho su engao; se desvanece sus tinieblas, y se descubre

    toda la vanidad sobre que su reino es fundado, de donde luego est cierta su ruina: y los mseros hombres que tiene

    ligados en muerte con prisiones de ignorancia, enseados con la divina luz, se le salen de su prisin a vida eterna, y a

    libertad de hijos de Dios. De aqu viene, que aunque por la condicin de su maldito ingenio aborrezca y persiga todo

    medio encaminado a la salud de los hombres, con singulares diligencias y fuerza ha siempre resistido, y no cesa, ni

    cesar de resistir (hasta que Dios lo enfrene del todo) a los libros de la Sagrada Escritura; porque sabe muy bien por la

    luenga experiencia de sus prdidas, cun poderoso instrumento es este para deshacer sus tinieblas en el mundo, y echarlo

    de su vieja posesin. Largo discurso sera menester hacer para recitar ahora las persecuciones que le ha levantado en

    otros tiempos, y los cargos infames que le ha hecho, por los cuales no pocas veces ha alcanzado a casi desarraigarlos del

    mundo: y hubiera alcanzando sin duda, si la luz que en ellos est encerrada, no tuviese su origen y fuente ms alta que

    este Sol, y que no consistiese en solo los libros, como todas la otras humanas disciplinas: de donde viene que pereciendo

    los libros en que estn guardadas, o por la condicin de los tiempos, o por otros mundanos casos, ellas tambin

    perezcan: y si alguna restauracin tienen despus, es en cuanto se hallan algunas reliquias, con que ayudado el humano

    ingenio las resucita. Mas porque la fuente de esta divina luz es el mismo Dios, y su intento es de propagarla en este

    abismo de tinieblas, de aqu es, que aunque muchas veces por cierto consejo suyo permita a Satans la potestad sobre los

    sagrados libros, y aunque l los queme todos, y aun tambin mate a todos los que ya participaron de aquella celestial

    sabidura, y quedndonos la fuente sana y salva, (como no puede tocar en ella) la misma luz al fin vuelve a ser

    restaurada con gran victoria, y l queda frustrado y avergonzado de sus diligencias. Por ser pues este su pertinaz

    ingenio contra la divina palabra, estamos ciertos que no la dejar de seguir en esta obra presente, y que cuanto ella es

    ms necesaria a la Iglesia del Seor, tanto mas l se desvelar en despertar contra ella toda fuerte de enemigos, extraos

    y domsticos: los de lejos y los de cerca. Los de lejos, das ha que se estn despertados para impedir toda versin vulgar

    de la Sancta Escritura, a ttulo de que los sagrados misterios no han de ser comunicados al vulgo, y que es ocasin de

    errores en l, etc. De cerca, no le faltarn otros supuestos, que con ttulos algo ms sutiles y aparentes se levanten

    contra ella, aunque por ventura a los unos y a los otros no salte buena intencin, y celo, como muchas veces acontece,

    que buenas intenciones por falta de mejor enseamiento pensando servir a Dios sirven al demonio y a sus intentos.

    Cuanto a los primeros, no nos determinamos por ahora de tratar la cuestin, si es conveniente o no, que la ley de Dios, y

    todo el cuerpo de su palabra, ande de manera que pueda ser entendida de todos, remitindonos a otros muchos que antes

    de nosotros la han tratado copiosa y acertadamente bastar por ahora amonestarles con toda caridad y humildad, que si

    son cristianos, y tienen verdadero celo de la gloria de Dios y de la salud de los hombres, como quieren que se entienda de

    ellos, miren lo primero, que de lo uno y de lo otro la Palabra de Dios contenida en los sacros libros es el verdadero y

    legtimo instrumento, y que por tal lo ha Dios comunicado al mundo para ser por l conocido y honrado de todos, y que

    por esta va hayan salud: y esto sin exceptuar de esta universalidad ni doctos ni indoctos, ni esta lengua ni la otra. De

    donde es menester que concluyan, que prohibir la divina escritura en lengua vulgar no se pude hacer sin singular injuria

    de Dios, e igual dao de la salud de los hombres, la cual es pura obra de Satans y de los que l tiene a su mandado.

    Miren lo segundo, que hacen gran vergenza a la misma Palabra de Dios en decir, que los misterios que contienen no se

    hayan de comunicar al vulgo. Porque las supersticiones e idolatras todas con que el diablo ha dementado al mundo, y

    divertdolo del conocimiento culto de su verdadero Dios, trajeron siempre este pretexto de falsa reverencia. Y tena

    razn el inventor de ellas en esto: porque si querra que sus abominaciones permaneciesen algo en el mundo, menester

    era que el vulgo no las entendiese, sino solos aquellos a quien eran provechosas para sustentar sus vientres y gloria. Los

    misterios de la verdadera Religin son al contrario: quieren ser vistos y entendidos de todos, porque son luz y verdad: y

    porque siendo ordenados para la salud de todos, el primer grado para alcanzarla necesariamente es conocerlos.

    Consideren lo tercero, que no le hacen menor afrenta en decir que sean ocasin de errores. Porque la Luz y Verdad (si

    confiesan que la palabra de Dios lo es) a nadie puede engaar ni entenebrecer. Y si algunas veces lo hace (como no

    negamos que no lo haga, y muchas) de alguna otra parte debe de venir el mal: no de su ingenio y naturaleza, que es

    quitar las tinieblas, descubrir el error, y deshacer el engao. El Profeta Isaas claramente dice Que su profeca no es

    para dar luz a todos, sino para cegar los ojos del Pueblo, agravar sus odos, y embotar su corazn, para que no vean ni

    oigan la palabra de Dios, y se conviertan y reciban sanidad: quin por evitar estos males mandar entonces al Profeta

    que callase, y le cerrar la boca, vase si hiciera cosa conforme a la voluntad de Dios, y al bien de su Iglesia;

    I

  • mayormente diciendo l mismo otras muchas veces, Que l vino al mundo para juicio, para que los que no ven, vean, y

    los que ven sean ciegos: mandaranle luego los padres de la fe de entonces que callase por evitar el dao de los que de su

    predicacin haban de salir ms ciegos. De l dice Simen, Que viene para levantamiento, y tambin para ruina de

    muchos. Lo mismo haba dicho de l el Profeta Isaas. Por lazo (dice) y por ruina a las dos casas de Israel, y de ellos

    trompearn muchos, etctera. Lo mismo dice el Apstol de la predicacin del Evangelio, Que a unos es olor vital, a otros

    olor mortal. Sera luego buena prudencia quitarlo del mundo, quitando a los buenos el nico medio por donde se han de

    salvar, Por quitar la ocasin de hacerse peores a los que se pierden, y de suyo estn ya sealados para perdicin.

    Miren lo cuarto, Que el estudio de la divina Palabra es cosa encomendada y mandada de Dios a todos por tantos y tan

    claros testimonio de Viejo y Nuevo Testamento, que sin muy largo discurso no se podran aqu recitar; de donde queda

    claro, Que no puede ser sin impiedad inexcusable, que el mandamiento de Dios, tantas veces repetido, y tan necesario a

    los hombres, sea dejado y anulado por una tan flaca razn: y que al fin ningn pretexto, por santo que parezca, puede

    excusar, que si Dios la dio para todos, no sea una tirana execrable que a los ms la quiten: y falta de juicio es (si

    pretenden buena intencin) que la habilidad para poder gozar de ella, sea saber latn solamente como si solos los que lo

    saben, por el mismo caso sean ya los ms prudentes y pos; y los que no lo saben, los ms puestos a los peligros, que

    dicen, que temen. Si es la verdadera sabidura, quin la ha ms menester que los ms ignorantes? Si es palabra de

    Dios, insigne injuria se hace a Dios, a ella, y a los buenos, que por el abuso de los malos se le quite su libertad de correr

    por las manos de los que podran usar bien de ella, y sacar los frutos para los cuales Dios la dio. Perverso juicio es que

    por evitar el inconveniente de los errores, que dicen, en algunos, priven a todos del medio con que podran salir de la

    ignorancia, errores, herejas, idolatra, pecado, y toda corrupcin e iniquidad en que nacimos, y fuimos criados, y de que

    nuestra corrupta naturaleza se abreva (como dice Job) como los peces del agua. Si es Luz, a la luz resiste todo hombre

    que l impide de salir en pblico para lumbre y alegra de todos; y tinieblas se debe llamar y mentira, porque a la luz y a

    la verdad no resiste ni pone impedimento sino la tiniebla y mentira. Si es candela, a cuya lumbre el hombre ciego y

    habitante en esta caverna tenebrosa encamine seguramente sus pasos, visto es pretender de tenerlos hombres en su

    ceguera, el que no quiere que les sea comunicada con aquella abundancia con que ella se da. Si es escudo a todos los

    que en ella ponen su esperanza, y cuchillo con que el Apstol arma al Cristiano para defenderse y ofender a sus enemigos

    en toda fuerte de tentacin, desarmando y por consiguiente vencido y muerto de mano del diablo lo quiere, que se la quita

    que no la tenga tan copiosa y tan a la mano, cuanto son muchas y continuas sus tentaciones. Si es til para ensear en la

    ignorancia, para redargir en el error, para reprender en el pecado, para ensear a la justicia, para perfeccionar al

    Cristiano, y hacerlo hbil y pronto a toda buena obra, fuera de todo buen enseamiento, y de toda buena y Cristiana

    disciplina lo quiere, el error, el pecado, y la confusin en lo sacro y en lo profano ama y desea, el que en todo o en parte

    sepulta las divinas escrituras: y sepultndolas en parte da a entender bien claro lo que hara del todo, si pudiese o

    esperase salir con ello. Estas razones son claras, y que se dejan entender de todos, no obstante todos los hermosos

    pretextos que se podrn traer en contrario, que no son muchos: y el ms dorado es el que habemos dicho, tan frio que ni

    aun con humana razn es digno de que se contienda mucho contra l: porque est claro, que ningn hombre de sano

    juicio habr, que de veras diga, Que un gran bien, y mayormente tan necesario a todos, dado de Dios para comn uso de

    todos, se debe de prohibir en todo ni en parte por el abuso que los malos ingenios pueden tener de l. Por monstruo de

    desvaro, enemigo del linaje humano, sera tenido justamente el rey o prncipe, que porque hay muchos que usan mal del

    pan, del agua, del vino, del fuego, de la luz, y de las otras cosas necesarias a la vida humana, o las prohibiese del todo, o

    hiciese tal estanco de ellas que no se diesen si no muy caras, y con grande escasez. La palabra de Dios tiene todos estos

    ttulos, porque tanto, en que opinin quieren ser tenidos hacindola pasar por tan inicua condicin. Finalmente como

    quiera que sea, es