nº 675 - especial transporte - junio 2015

24
Irresistible: la fiesta del Gran Poder ¿Qué hace que esta celebra- ción sea tan representati- va, si en La Paz tenemos re- gistradas 363 festividades al año? [ Pg. 9 ] “Cuba jamás ha promovido el terrorismo” El embajador de Cuba, Benigno Pérez, habla sobre las medidas políticas y económicas adopta- das recientemente por la Revo- lución. [ Pg. 12-13 ] 675 del domingo 7 al sábado 13 de junio de 2015 • Año XIV 24 páginas en 2 cuerpos Precio: 5 Bs. en todo el país El desarrollo del transporte pesado ha facilitado la emergencia de un novedoso grupo familiar/empresarial devenido en actor clave de la economía nacional.

Upload: la-epoca-bolivia

Post on 16-Sep-2015

43 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Semanario boliviano dedicado a asuntos políticos económicos y sociales del país.En este número, especial transporte y entrevista al Embajador de Cuba en Bolivia.

TRANSCRIPT

  • Irresistible: la fiesta del Gran PoderQu hace que esta celebra-cin sea tan representati-va, si en La Paz tenemos re-gistradas 363 festividades al ao? [ Pg. 9 ]

    Cuba jams ha promovido el terrorismoEl embajador de Cuba, Benigno Prez, habla sobre las medidas polticas y econmicas adopta-das recientemente por la Revo-lucin. [ Pg. 12-13 ]

    675del domingo 7 al sbado13 de junio de 2015 Ao XIV24 pginas en 2 cuerposPrecio: 5 Bs. en todo el pas

    El desarrollo del transporte pesado ha facilitado la emergencia de un novedoso grupo familiar/empresarial devenido en actor

    clave de la economa nacional.

  • 2 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 7 al 13 de junio de 2015

    El Alto da para ms

    Javier Larran Parada / Director

    nataLia CoroneL, raCheL Len, CarLos MoLdiz, rider MoLLinedo.

    / Consejo editorial

    anibaL Garzn / Amrica en marcha e Injerencias

    Farit roJas / Pensamiento Crtico

    abrahaM Prez / Observatorio Econmico

    La Paz: tania deLGadiLLo, PatriCia FLores, rosario aquiM,

    Lus oPorto, eduardo Paz rada,Jos Lus exeni, ManueL CneLas,

    JaiMe saLvatierra, Fernando rodrGuez, arMando Mndez, aLberto bonadona,

    GabrieL Loza.

    CoChabamba: Gustavo rodrGuez, boris ros

    Santa Cruz: MarieLLa Pereira, heLena arGirakis, CarMen dunia

    sandvaL, aLeJandro dausa.

    PotoS: GuaLberto hoChkoFLer

    tarija: MiGueL Castro, rodriGo ayaLa, FranCo saMPietro

    beni: tania MeLGar

    / Colaboradores nacionales

    Argentina: atiLio born, isabeL rauber Brasil: theutonio do santos Chile: MauriCio osorio Cuba: aLeJandro azCuy isabeL MonaL, roberto reGaLado, Lus suarez. El Salvador: CarLos MoLina Mexico: ana esther CeCeas Venezuela: eva GoLinGer / Colaboradores internacionales

    Juan CarLos GonzaLes/ Diseo y Diagramacin

    dorka reyes Gainza / Gerente [email protected] - 68070929

    LuCy aLConC / Departamento [email protected] - 79134002 - 71530483

    Marina snChez q. / [email protected] - 73544913

    Jos enrique benavides / Distribucin La Paz71538625

    aLberto aGuiLar herrera / Distribucin Sucre70320052

    hCtor hinoJosa / Distribucin Potos72070815

    asCenCio Cruz / Distribucin Oruro5282357 / 71885283

    Pastor boLvar / Distribucin Tarija75139009

    ruben PauCara / Distribucin Santa Cruz71378546

    Casto roJas / Distribucin Llallagua73879206

    Jhonny MoLLinero CaMaCho / Distribucin Llallagua

    73800821

    PatriCia aGuiLar Chavarria / Distribucin Cochabamba

    4529182

    iMPresiones GrFiCas virGo / Impresin

    Calle Jacinto Benavente 2163, esquinaPasaje Bella Vista, Sopocachi

    Telfono central. (591-2) / 2000570 / 2000727Telf/fax.(591-2) / 2417173 casilla 7914

    www.la-epoca.com.bo

    Depsito legal:La poca: 4-3-125-12

    La Paz - Bolivia

    Depsito legal:Observatorio Econmico: 4-3-126-12

    La Paz - Bolivia

    o que est sucediendo en El Alto difcilmente puede ser visto como una lucha entre

    izquierdas y derechas. Aunque tampoco se puede asumir tan fcilmente la posicin

    que tienen muchos analistas, en el sentido de que se trata de una jugada del MAS pa-

    ra desestabilizar la gestin de la novel alcaldesa Chapetn.

    La ciudad de El Alto resume muy bien las contradicciones de la nueva Bolivia que

    se viene construyendo desde hace casi una dcada. Una ciudad que puede lo ms

    pero no puede lo menos, fue la tesis de un brillante y joven politlogo de esa misma ciudad. Y as es, se tra-

    ta de una ciudad que puede tumbar presidentes, poderosa polticamente como ninguna, posiblemente debi-

    do a que su gnesis viene de una larga e imparable ola de desamparados que se mudaron a esas laderas pa-

    ra buscar un mejor porvenir.

    Pero tambin es una ciudad con serios problemas de gestin, que s, puede tumbar presidentes y cambiar

    el panorama poltico boliviano, pero no puede resolver problemas fundamentales como el saneamiento b-

    sico o la seguridad ciudadana. Y esto ltimo, su gran debilidad, tambin es su gran fortaleza.

    Una tradicin organizativa que puede actuar tambin en su contra. Se ha escrito mucho sobre la cultura

    prevendalista en Bolivia, y tambin sobre el clientelismo poltico en El Alto, y lo cierto es que sin una direc-

    cin ideolgica, nuestras organizaciones sociales se pierden en pequeas francachelas. La solucin no re-

    side en que las organizaciones sociales pierdan su protagonismo, sino en que se direccione su poder. Per-

    didas en demandas sectoriales y sin un gran objetivo en frente, estos guerreros (y no solo los de El Alto) no

    sabrn qu hacer con sus armas.

    Y esto vale tambin para todo el pas. Desde lo descubierto en el Fondo Indgena est claro que no se de-

    be caer en esencialismos ingenuos respecto a la naturaleza revolucionaria de los movimientos sociales. Es-

    tos son poderosos pero este gran poder debe ir acompaado de una gran conciencia y ella debe ser trabaja-

    da desde la formacin poltica e ideolgica.

    El Alto est hecho para luchar contra grandes enemigos y por grandes metas. La Agenda 2025 debe ser, al

    menos en un principio, la primera gua.

    L[ e d i t o r i a l ]

    Los que luchan y los que

    lloran

    En la tarde del 8 de enero de 1959 Fidel Castro, en su primer discurso en La Habana, tras el triunfo de la Re-

    volucin, no vacil en decir: No nos engaemos creyendo que en lo adelante todo ser fcil; quizs en lo

    adelante todo sea ms difcil.

    Casi tres dcadas despus de aquellas palabras, un joven teniente coronel llamado Hugo Rafael

    Chvez Fras, tras ser detenido y responsabilizado del levantamiento cvico militar que pretenda derro-

    car al presidente Carlos Andrs Prez, en febrero de 1992, ante decenas de miles de televidentes que le

    escuchaban en toda Venezuela expres: Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos hemos

    propuesto no fueron logrados.

    Apenas 11 aos tena el nio Robert Serra cuando Chvez fue electo presidente de Venezuela, doce

    aos ms tarde se convertira en el diputado ms joven de la historia de aquel pas y en el referente obli-

    gado para todas y todos los nios, adolescentes y jvenes bolivarianos. Por su vida misma y expresar que

    nuestra prioridad no es un cargo, sino hacer irreversible la revolucin, fue asesinado en octubre pasado

    por sicarios estrechamente vinculados con el perverso ex presidente derechista colombiano lvaro Uribe.

    Con apenas 28 aos el joven estudiante de pedagoga Rodrigo Avils, el 21 de mayo, sali a manifestarse

    por las calles de Chile reclamando una educacin pblica, gratuita y de calidad, siendo brutalmente reprimi-

    do por una polica que le produjo daos cerebrales que hasta hoy le mantienen en un coma inducido y co-

    nectado a ventilador mecnico.

    Das despus de la agresin a Rodrigo, los estudiantes secundarios que le conocan, a rostro descubierto

    y desafiando a la misma autoridad golpeadora, desplegaron un lienzo en las afueras del palacio presidencial

    que deca: El maestro luchando tambin est enseando.

    Se fija Ud.? No hay duda de que la historia est del lado de los que luchan y no de los que lloran.

  • del 7 al 13 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 3

    [ r u m b o d e l c a m b i o ]

    Las nuevas lites emergentes del transporte pesado

    riChard Canaviri *

    Contina en la siguiente pgina

    Con un sector financiero dinamizado los diferentes nichos transportistas viven una gran ascendencia econmica y

    prctica socio cultural

    Bajo el nuevo paradigma que se viene construyendo en la reconfiguracin del Estado Plurinacional boliviano, es fundamental ir contrastando los cono-cimientos de la vida cotidiana en los distintos sectores populares: comer-ciantes, cooperativistas, transportistas, entre otros.

    El sector transporte es trascen-dental en su modalidad Pesado pa-ra entender acerca de su desenvolvi-miento, su dinmica y sus formas de reinventarse econmica y socialmen-te. Este sector asume, en la actuali-dad boliviana, un rol importante por-que es generador de empleo directo e indirecto a choferes y mecnicos. No obstante, estas empresas transporta-doras de carga a nivel nacional e in-ternacional llegan a tener una trayec-toria social y laboral plasmada en una movilidad social, donde anteriormen-te los que se dedicaban a este rubro pertenecan a la poblacin aymara en calidad de choferes que transitan has-ta conformarse en pequeas elites fa-miliares de origen indgena provenien-te del rea rural, pero tras la atraccin econmica que genera este rubro, muchos profesionales empezaron a formar parte de este sector.

    una organizacin sociopoltica de un ordenamiento regional. Los mismos, tambin se dedicaban a la economa pastoril, ubicados en el altiplano alre-dedor de los lagos Titicaca y Poop. Existan varias etnias de collas, lupa-cas, carangas, soras, quillacas y los de pacajes, esta ltima tenan como ca-cique a Fernndez Guarachi, que fue uno de los ms ricos comerciantes debido a la acumulacin de grandes cantidades de llamas. Existan parale-lamente personas que de a poco fue-ron monopolizando el rubro debido a la influencia de sus cargos, como el de ser cacique: los caciques gober-nadores indgenas conformarn gru-pos de poder econmico.

    Sus ganancias eran destinabas a la compra de cadenas de oro y bienes de ostentacin econmica. Esto permi-ti ensanchar la brecha de la desigual-dad social. De esta forma se distin-guan del resto de la sociedad, tanto de su mismo colectivo indgena y de los espaoles, se los consideraban miembros de las lites locales. Los pastores muleros con el tiempo fue-ron cambiando su ganado por trile-res con los que viajan con el mismo propsito en la actualidad.

    Las litesDespus del periodo de la indepen-dencia, la sociedad boliviana tuvo como principal producto de expor-tacin la minera: cobre, estao, pla-ta. Este sector era dinamizado por compaas, negociantes, encargados de conseguir mercaderas para satis-facer ciertas necesidades de una so-ciedad. Existan casas comerciales y comerciantes, entre nacionales y ex-tranjeros que operaban en este pe-riodo. La importacin a territorio boliviano se reflej en maquinarias y materiales para la produccin mi-nera, hecho que representa la mo-dernizacin en nuestro pas. Uno de los ms distintivos capitalistas es el empresario, Aniceto Arce, quien im-puls la modernizacin en la pro-duccin minera, e incluso foment la construccin de ferrocarriles que conectaban Antofagasta a Oruro y la estacin de Uyuni, la que permi-ta el flujo de mercaderas extranje-ras y nacionales. El segundo, imitaba al primero en sus aspectos sociales y culturales. En este periodo se puede ver la participacin de la lite crio-lla-mestiza nacional, considerada pa-ra ese entonces, la oligarqua empre-sarial que operaba en la minera, en el ferrocarril y en el transporte.

    Contexto histricoEn el imperio incaico, el transporte era considerado como medio de des-plazamiento de mercaderas y perso-nas por lo cual se lo valoraba como un elemento central para las econo-mas de las sociedades independiente-mente de su tamao poblacional geo-grfico. Para nuestro caso, a modo de contextualizar el tema planteado, rea-lizaremos una retrospectiva histrica del transporte.

    Antiguamente la poblacin conta-ba solamente con un medio de mo-vilidad que eran los llameros, es de-cir, personas que se dedicaban a la crianza de llamas para luego prestar sus servicios de carga. En s eran los primeros transportistas que permi-tan los intercambios de productos sin pasar necesariamente por el siste-ma monetario, el intercambio era ms

    de tipo truque: alquilaban su fuerza de trabajo y la de sus animales. Des-de el periodo colonial las llamas han sido sustituidas paralelamente por las mulas, por su capacidad de carga ya que se requera de estos animales en las minas para el traslado de los mine-rales. Entonces, los pastores llameros generaron un medio de transporte, encargados de intercambiar bienes y productos en ferias regionales o tam-bos (periodo hispnico). La presen-cia de este servicio es importante pa-ra la dinmica de la sociedad en tanto permite mercadear productos prove-nientes de diferentes pisos ecolgi-cos. La propiedad de cantidades im-portantes de ganado estaba asociada con la idea de riqueza y poder segn los espaoles en el siglo XVI. En el Estado Inca existan los seoros ayma-ras, que se caracterizaban por tener

  • 4 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 7 al 13 de junio de 2015

    [ r u m b o d e l c a m b i o ]

    El ferrocarril, surge bajo la necesidad de unir el Litoral Boliviano (Mejillones) y La Paz, en el ao 1888; la Compaa Huanchaca obtiene la concesin para construir una lnea frrea que parte de Acos-tan y termina en Oruro, dicho proyecto concluye en 1892 y posteriormente da origen a una cons-truccin de redes ferroviarias en el pas. Tiene co-mo principales conexiones a: Uyuni, Oruro, Potos, Cochabamba, Arica, Unca, Corocoro, Guaqui, etc., permitiendo la importacin de artculos manufactu-rados y la exportacin de los minerales y la goma, hacia puertos del Pacfico. Es el periodo liberal, en el que generalmente las lites tradicionales estuvie-ron atrincheradas en el Estado y a cargo del poder poltico, cuando se beneficia con distintas medidas a sectores reducido de la poblacin. Por otro lado, es la emergencia de los sectores populares entre kaj-chas e indios y caciques, cuando se pasa de una eco-noma de dependencia a la libertad productiva.

    Actualmente, se ve la participacin de actores populares de origen aymara en el transporte pesa-do, rubro que anteriormente concentraba exclu-sivamente a la una oligarqua criolla-mestiza tradi-cional. Adems, gracias a la migracin se puede ver la incorporacin de campesinos que se desenvuel-ven con lgicas andinas propias. De esta manera, se animan a desafiar al monopolio de la lite tradi-cional que se benefici con polticas estatales de los gobiernos neoliberales, como el caso del ex dicta-dor Hugo Banzer, quien benefici a los militares y a otros sectores con prstamos bancarios.

    Por otra parte, la emigracin hizo que los ayma-ras se incorporen en el transporte como choferes, quienes en principio dependan de esta lite mestiza, pero despus de aprender el funcionamiento de las empresas transportadoras rompieron con ese mo-nopolio y crearon sus propios consorcios, convir-tindose en la actualidad en una lite de qamiris, en la lengua aymara significa rico. Es un sujeto social que ostenta bienes, es decir, que puede tener grandes ex-tensiones de tierra en su comunidad o, en algunos casos, importantes cabezas de ganado vacuno y ovi-no. En las ciudades son los que cuentan con empre-

    sas de transporte pesado, que invierten sus ganan-cias en la compra de varias cantidades de camiones, pero tambin son comerciantes importadores y ex-portadores de productos que tienen una conexin con el capital Chino. Estos actores son los que estn construyendo y/o edificando la Ciudad de El Alto, con lgicas culturales propias de ser indgena. A es-to sujetos sociales emergentes se las puede definir como: economas populares.

    Dn. Javier Mendoza, nacido en La Paz, en el mu-nicipio de Achocalla, se inici como chofer-ayudan-te el ao 1979, en la empresa de Transporte El Por-venir. Su funcin era acompaar al conductor para ayudar a superar los desperfectos de la movilidad y despus fue relevo 1. Luego de cuatro meses, trabaj como chofer de transporte internacional. Posterior-mente, para conformar su empresa, fue ahorrando dinero para adquirir su propio camin pues se cans de trabajar para otras personas. Ms tarde, renov su camin por una cisterna y con algunos choferes asa-lariados decidieron conformar la empresa ATB. An-helaban ser cuentapropistas. Y es as que nace con siete cisternas esta empresa, la trayectoria de traba-jo en el transporte pesado de estos aventureros les permiti conseguir contratos pero muchas veces les result complicado porque exista una asociacin de transporte que monopolizaban el acarreo de hidro-carburos, lo cual les permiti disear polticas para contrarrestar estas adversidades. Ante esto, realizaron gestiones con instancias gubernamentales.

    Los efectos de la nacionalizacinCon la irrupcin del proceso de cambio en el pas se producen cambios estructurales al interior del aparato gubernamental: se nacionalizan los recur-sos naturales como los hidrocarburos a travs de los Yacimientos Petrolferos Fiscales Bolivianos-Cor-poracin (YPFB), en el 2006.

    Con el arribo de campesinos, indgenas y sus alia-dos, al Estado, se logra dar paso a una nueva com-posicin pluralista institucional. Por primera vez los indgenas aportan con crticas y propuestas al Es-tado Boliviano y ven a Evo Morales como un in-

    termediario que puede dar soluciones a sus proble-mas. Los legisladores defendern lo comunitario, ya que los gobiernos neoliberales negaban este tipo de perspectiva ideolgica. As, como efecto de esos cambios, el que consideraba que tener un triler era un riesgo porque se trabajaba con crditos banca-rios, hoy en da asume una posicin optimista.

    En las cmaras de transportar se visibilizan los es-cenarios de poder, pareceran que no estn fuerte-mente cohesionados, mucho ms con la divisin de la Cmara Departamental de La Paz y la Asociacin de Transporte de El Alto. Puede ser evidente que las pugnas de poder tanto administrativo y dirigenciales sean las que ocasionaron esta fragmentacin, pero en el fondo, las consecuencias son para todo el transpor-te pesado, pues es evidente, cuando un sector o gre-mio se encuentra dividido, que no llega a influir en las decisiones polticas del gobierno. Es decir, se dificul-ta el realizar gestiones para que el transporte pesado tenga mejores condiciones para transitar por aduanas o carreteras; de esta manera se imposibilita el pedido popular de las masas a fines a un gremio. Por otro la-do, las empresas de la clase media se caracterizan por tener cierto monopolio del servicio de transporte de carga y concentran un alto nmero de camiones.

    Estos sujetos sociales, nuevas elites transportis-tas aymaras, se apoyan en redes familiares que ma-nejan la empresa, profesionales del rea adminis-trativa e ingeniera mecnica, lo cual les permite una administracin adecuadamente. Grupos con-sanguneos, adems se jactan de no ser oriundos de ninguna comunidad, identificndose con lo ci-tadino, arrogndose el rol de una lite clase medie-ra criollo-mestiza, pero que indefectiblemente se desenvuelve en un marco de orden y prcticas so-cio cultural determinadas.

    * Socilogo y coautor del libro: Economa popular en Bolivia, tres miradas (2015).

    1 Esto,esunadefinicinpopularqueesasumidaenestesector

    del transporte, donde existe un chofer titular y un relevo, el se-gundoseencargadeconducirelvehculocuandoelprimeroya

    ha conducido por varias horas.

  • del 7 al 13 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 5

    Es preciso recapitular que tanto oficialismo como oposicin han

    sido afectados, durante los recientes procesos electorales,

    por decisiones del TSE

    Para tristeza de pocos, desquite de otros, ale-gra de muchos y prdida de todos, la coyun-tura actual parece apuntar a que, finalmente, la crisis en la que estaba sumida el Tribunal Su-premo Electoral (TSE) se ha desatado. Y sa es la me-jor referencia literal que se le puede hacer a lo que pasa en estos das, producto de una crisis latente de aproxi-madamente cinco aos y que se vena ahondando des-de hace 10 meses, en la mxima instancia electoral. Se espera que al da de hoy, el Tribunal Supremo Electoral se encuentre liberado de la incompetencia y est ms bien inaugurando un proceso de reestructuracin ins-titucional, demandado con urgencia.

    Una clave fundamental sobre la que debe arrancar este proceso, que debe encabezar la Asamblea Legislativa Plu-rinacional, pero que est obligado a involucrar la mayor cantidad de voces desde la sociedad, es la de otorgar certi-dumbre acerca de la realizacin de los referendos auton-micos el prximo 28 de julio. De stos, cinco son de nivel departamental y cinco de nivel municipal (dos de ellos de autonomas indgenas); lo que hace que, segn la normati-va electoral y sobre autonomas, puedan ser perfectamen-te administrados por los tribunales departamentales elec-torales que continan con un normal funcionamiento. Arribar a la convocatoria de estos referendos ha sido un camino que la norma ha hecho por dems largo y com-plejo, sobre todo para los municipios que esperan consti-tuirse en autonomas indgenas; es por ello pero tambin porque es necesario dar seales de que el rgano Electo-ral Plurinacional no queda paralizado, por lo que hay que garantizar la realizacin de estos procesos ya convocados.

    Otra clave es la de no sembrar dudas en torno a un recambio institucional urgente, con base en las necesi-dades polticas coyunturales ni por parte de los unos ni de los otros. Esto es, concretamente, evitar generar cual-quier incertidumbre sobre el actual padrn electoral o la constitucin de gobiernos en todos los niveles, produc-to de la deslegitimacin de procesos electorales pasados.

    Para ello, existen instancias correspondientes y to-das ellas -a esta altura- se encuentran por fuera del r-gano Electoral. En ese sentido, es preciso recapitular que tanto oficialismo como oposicin han sido afecta-dos, durante los recientes procesos electorales, por de-cisiones -acertadas o no- del TSE.

    Reconstruccin institucional*verniCa roCha

    Una clave ms consiste en la necesidad de asumir este proceso de reconstruccin institucional con ci-mientos en lo andado, que es bastante y es valioso. Quizs uno de los errores que fue cometido al calor del horizonte de la construccin de un nuevo Esta-do Plurinacional fue el de aplicar la lgica del bo-rrn y cuenta nueva en algunas instancias. Han si-do varias las alertas que, desde la opinin publicada y desde la pblica, se lanzaron para sealar que la misma era innecesaria siendo que bastante se ha an-dado ya en las dcadas anteriores.

    Esto refiere concretamente a que no slo el pas exigir que el proceso de seleccin de vocales para el nuevo TSE sea lo ms meritocrtico, plural y trans-

    parente posible, sino que tambin debiera contem-plar la idea de recuperar lo ms valioso posible de una extinta Corte Nacional Electoral; en tanto suje-tos, ideas y funcionamiento; siempre en apego, cla-ro, a la nueva normativa electoral (y con la misin de completar con urgencia este paquete normativo).

    Finalmente, todas estas claves debieran coincidir para erigirse sobre el cimiento histrico ms podero-so de nuestra democracia, que es la cultura electoral de nuestra poblacin; y armonizarse en busca del ob-jetivo mayor que ms que nunca se constituye en an-helo: el horizonte de la democracia intercultural.

    * TomadodelsitiowebdelaEscuelaNacionaldeFormacinPoltica.

    [ r u m b o d e l c a m b i o ]

  • 6 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 7 al 13 de junio de 2015

    El norte que puede orientar el proceso de renovacin, es

    observar el objetivo inmediato que comienza a delinearse,

    las condiciones histricas del presente y la estrategia que

    demandan

    El recorrido histrico de las organizaciones sociales de Bolivia es un captulo de la lu-cha, larga, difcil, muchas veces sangriento, de los sectores oprimidos de la boliviani-dad. Y es en esa lucha, en su sentido, que debe bus-carse la esencia de las organizaciones sociales. Surge entonces una pregunta: Qu motiv, cul es la causa de esa lucha? La respuesta no es otra que: dignidad, la misma que se desprende de la condicin de libertad que permite alcanzar la felicidad y la realizacin. Si la accin humana, ms especficamente la accin polti-ca, se enaltece o envilece por la causa que la sostiene, entonces la lucha por la dignidad de los sectores opri-midos de nuestra nacin, es la accin poltica ms no-ble que se haya librado hasta ahora.

    Como toda accin poltica que se propone tan amplio y substancial propsito, la lucha por la dig-nidad asumi distintas estrategias y tcticas, segn el objetivo inmediato que se propona y las condi-ciones histricas en que se desenvolva. En los du-ros aos de la colonia, el objetivo fue la resistencia y la estrategia fue la cohesin al interior de la co-munidad. En los aos de la Repblica, la conserva-cin de la tierra como base de la existencia material, fue el objetivo. La estrategia altern entre la suble-vacin y los procesos jurdicos. Pero comenz tam-bin la toma de conciencia de su condicin de seres humanos y del momento histrico. La importancia de esta toma de conciencia se refleja en la estrategia

    y objetivo de larga data que impuso a la lucha por la dignidad. Al asumirse como seres humanos a quie-nes se negaba esa condicin, el objetivo de la lucha fue lograr el reconocimiento legal y real de esa con-dicin de humanidad que implica una serie de de-rechos que fueron uno a uno arrancados al Estado. Por otro lado, la lectura del momento histrico va permitir trazar una estrategia de largo plazo centra-da en el Estado. Este objetivo y esta estrategia han consentido en los ltimos sesenta aos que todos seamos legalmente reconocidos como ciudadanos, es decir, sujetos a quienes se reconocen derechos y se le exigen deberes.

    En los aos setenta, ya reconocidos los derechos polticos a todos los bolivianos, los sectores popu-lares comprenden la necesidad de nuevas organiza-ciones capaces de representar sus aspiraciones y ne-cesidades, de dirigir sus esfuerzos, ante el fracaso de los sindicados campesinos que se funcionalizaron al rgimen movimientista y militar, que se sucedieron desde los cincuenta hasta principios de los ochenta, y ante la incapacidad de los partidos polticos tradi-cionales por representar estas aspiraciones. Surgen de esta manera las organizaciones sociales campesi-nas que comienzan sus accionar mediando. Pero an-te la cada vez mayor incapacidad de representacin de los partidos polticos terminarn por copar en el campo poltico algunas de las funciones que se asig-na en un rgimen democrtico a los partidos polti-cos. Y en los aos en que se opera este cambio, se da un proceso de aprendizaje que terminar por hacer de estas organizaciones sociales la vanguardia de un proceso poltico que apuntaba en los aos noventa a la reforma total del Estado. En otras palabras, las organizaciones sociales se construyen como sujetos histricos, con programa poltico. Un sujeto histri-co que en la construccin del Estado Plurinacional ha materializado su programa poltico.

    Sin embargo, las organizaciones sociales no for-maban parte del sistema poltico en sus primeros niveles antes de la aprobacin de la nueva Consti-tucin Poltica del Estado. An ms, algunos auto-res han catalogado en ese periodo a las organizacio-

    nes sociales como anti sistmicas. Hoy en da, sin embargo, es casi una obviedad sealar que las or-ganizaciones sociales forman parte del ncleo del sistema poltico. Y como todo sistema que tiende a lograr el equilibrio y en ltima instancia su supervi-vencia, hoy las organizaciones sociales tambin bus-can mantener el orden de cosas. Si bien no han deja-do de lado su funcin de representacin social, esta ha quedado en segundo plano, dando paso a la de-fensa del statu quo.

    Lo que sucede entonces en los sectores sociales populares es que se opera una reconfiguracin que comienza a colocar una nueva agenda en la que la salud, la seguridad ciudadana, desarrollo productivo, comienzan a ser temas centrales. Es decir, se empie-za a trazar un nuevo objetivo inmediato, que en las actuales condiciones histricas reclama de una es-trategia nueva, en la que el peso de las organizacio-nes sociales no est an determinado.

    Por tanto, el desafo de las organizaciones socia-les es alto. Y tras los resultados y costos de las elec-ciones sub nacionales, la primera seal del inicio del proceso que busca afrontar este desafo se ha dado en las convocatorias a congresos en los que se re-novar la dirigencia de las organizaciones sociales, elecciones que en ltima instancia buscan endere-zar el timn de estas organizaciones sociales. En es-te proceso el norte que puede orientar el proceso de renovacin, es observar el objetivo inmediato que comienza a delinearse, las condiciones histricas del presente y la estrategia que demandan.

    La conclusin no es otra que la necesidad de que las nuevas dirigencias comprendan que la esencia de las organizaciones sociales es la de representar a los sectores populares y trabajar por materializar su agen-da, esa es su razn de ser, lo contrario sera corrom-per su esencia al punto de reducirla a ser un aparato del sistema poltico. Y siendo que los procesos socia-les no se detienen en la bsqueda de su cause, de no comprenderse este desafo se terminara por configu-rar indirectamente otro sujeto histrico.

    * Es politlogo y profesor

    Organizaciones sociales: pasado, presente y futuro

    roMer aLCon aLanoCa *

    [ r u m b o d e l c a m b i o ]

  • del 7 al 13 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 7

  • 8 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 7 al 13 de junio de 2015

    [ r u m b o d e l c a m b i o ]

    Para algunos que nos toc vi-vir el enero negro de Co-chabamba en 2007, es an hiriente y chocante ver c-mo los que fueron catalogados como los agentes del odio que bien calzan como sicarios del mal, de esa can-cin de Serrat Algo personal ahora son autoridades, tal es el caso de Artu-ro Murillo (bautizado como el bolas por su jefe Doria Medina) y Jos Mara Leyes, y que, adems en el caso de s-te hayan ganado las elecciones al mu-nicipio de marzo pasado en la ciudad de la guerra del agua.

    Leyes dice que viene de las luchas cvicas, de las luchas autonmicas y que busca algo as como recuperar la ciudad, pero su victoria, con el partido DEMOCRATAS, con el 56,49% fren-te al 36,35% del MAS, no representa necesariamente la consolidacin de un proyecto poltico, por lo que es nece-sario tratar de discernir la burda suma de votos del carcter poltico de esta victoria y de quien ahora comienza un nuevo escenario de disputa por la legi-timidad que el Proceso de Cambio ha construido hasta el momento. Vamos abarcando algunos aspectos:

    ILos luctuosos hechos de Cochabamba del 11 de enero en 2007 representaron la fascistizacin de ciertos sectores de la ciudadana que bajo la defensa de la democracia, la paz y la ciudad de los pauelos blancos pasaron a las armas contundentes y a las de fuego, con un viejo libreto del fascismo, que adems reclamaba a Dios como su gua.

    Por debajo de la movilizacin cvica, como ya se ha demostrado, estaba co-nexo el separatismo que promueven las logias cruceas y la negacin del otro, es decir, el racismo y la consagracin de privilegios heredados del colonialismo.

    El 11 de enero fue, para Leyes, el escenario donde tom sus primeras armas pblicamente, pero lo hizo lite-ralmente; fueron los palos, o como se lo ve en la foto, una barra metlica pa-ra recuperar la ciudad de la supuesta invasin de los indios.

    Esa lucha cvica o autonmica es la cuna de quienes se opusieron al cambio, vieron con horror que los in-dios sean sujetos de la poltica y guar-dan una divisin muy clara, pero men-tal, de campo (el atraso, lo sucio, lo indio) con la ciudad (lo limpio, el pro-greso, lo blanco).

    IIPese a estos antecedentes, la candidatu-ra de Leyes vino a ser como una espe-cie de intencin de expansin de DE-MOCRATAS, el ala derechista de Santa Cruz y su lder, Rubn Costas. Naca as una candidatura bajo el signo de la frac-

    Jos Mara Leyes: un demcrata a palosboris ros brito *

    Las propuestas y los marcos de las alianzas y acuerdos se cocieron bajo promesas de cargos y acciones bastante complicada

    tura de la derecha del pas que nunca pudo encontrar un proyecto comn y mucho menos un lder de consenso.

    Empero, en el desarrollo de la po-ltica criolla intereses, insultos y vai-venes, terminaron favoreciendo a Le-yes, consolidando una alianza que, en una mezcla de espaol y quechua, se llama juntucha, es decir, que son aliados circunstanciales, pero no bajo un pro-yecto poltico comn, ni siquiera ba-jo un liderazgo de consenso, sino con el Evo como sealaba acertadamente un compaero como enemigo.

    Ya en este marco de unidad con un pegamento muy frgil, Leyes busc firmar acuerdos con varios sectores, privilegiando aquellos que empeza-ron a disgregarse del MAS por dife-rencias con la eleccin de candidatos y otros aspectos producto de una suer-te de equivocaciones de este partido. Entre los sectores ms sobresalientes se encuentran sectores de los llamados transportistas, los comerciantes y re-presentantes vecinales, sobre todo de la zona sur, otrora bastin del MAS.

    Claramente, entre sectores tan dis-miles, las propuestas y los marcos de las alianzas y acuerdos se cocieron ba-jo promesas de cargos y acciones bas-tante complicadas, por decir lo menos. En el caso del transporte urbano, pa-ra poner un ejemplo, el tema se centr en la promesa de oposicin a las pro-puestas del MAS de un tren metropo-litano y sistemas de transporte masivo pblicos, pues los transportistas que

    manejan el transporte masivo de ma-nera privada, quieren seguir contro-lando esta prerrogativa, lo que se opo-ne al sentido comn y al inters de la mayora de la poblacin del municipio.

    De esta manera, Leyes consigui una gran alianza que seguramente le cobra-r tambin una gran factura y que no podr contentar fcilmente ya que exis-ten intereses encontrados. Resta saber cmo Leyes podr bailar en esta pol-tica criolla que l mismo se ha procu-rado, y que se conjug con el azar, pa-ra poder llegar a hacerse de la silla edil.

    IIILas lites dominantes en Cochabam-ba, histricamente, hablaron (y hablan) quechua y tomaban (y toman) chicha, por eso, el racismo fue formalmente menos violento en comparacin con otros lugares, como es el caso del Alti-plano. Sin este antecedente, de herencia colonial con tinte racista, no podra en-tenderse la victoria de Leyes, sobre todo en sectores populares que, por ejemplo, en enero negro de 2007 se movilizaron. Mucho de la nocin de recuperacin de la ciudad para entenderse debe re-ferirse a este aspecto antes mencionado, ya que la propuesta de Leyes no era ni es precisamente viable y no es la razn de su victoria electoral.

    La propuesta de Leyes para el go-bierno municipal tiene muchos aspec-tos que pueden entrar dentro la dema-gogia y que, por ejemplo, en problemas grandes como el agua y la basura, son

    derivados a responsabilidad de la Go-bernacin o del Gobierno central. De la misma manera, resulta ms o me-nos evidente que el programa de Le-yes necesitara el apoyo financiero del Gobierno central si es que se intenta-ra adecuarlo a la realidad y ponerlo en prctica. Este panorama, que segura-mente se ir vislumbrando mejor en el transcurso de los primeros intentos de gestin de Leyes, nos muestra el carc-ter conflictivo entre una alcalda que exija todo a los gobiernos central y de-partamental mientras va improvisan-do y los gobiernos central y departa-mental que tienen su propio programa y sus propios proyectos.

    IVLa consigna de Leyes parece ya ms clara: todos contra Evo, como di-jera alguien, su nuevo gabinete res-ponde a que DEMOCRATAS no es una propuesta en s misma (o con la suficiente militancia), como tambin muestra el grupo de sus concejales, sin embargo, todos son contrarios a Evo y al Proceso de Cambio y en su debi-do tiempo pudieron tratar de contra-rrestar lo conseguido por lo popular.

    Llama la atencin que en los car-gos de Secretario General y Secreta-rio Ejecutivo del Gobierno Municipal se hayan posesionado a Ricardo Pol y Alex Contreras, respectivamente. Pol, que viene de Unidad Demcrata con Doria Medina, como Contreras, que viene de las cercanas del MAS, decla-raron que no son militantes de DE-MOCRATAS, pero que tienen un compromiso cvico con Cochabamba. El otrora vocero de Gobierno y aho-ra renegado Contreras dijo en un me-dio televiso que l tiene un compromi-so profesional con Leyes.

    Esta amalgama que Leyes ha forma-do, adems de otras variables como la clase u otro aspecto, solo tiene su asi-dero en su lucha contra Evo y lo que ste representa, por lo que es ende-ble y no resistira un resquebrajamien-to. Vale la pena preguntarse si Leyes tendr gobernabilidad, tanto interna-mente, con esta especie de megaco-lacin que ha conseguido y, externa-mente, con el monstruo frankenstein que ha formado socialmente slo bajo la consigna de estar contra Evo.

    Ya en su gestin como tal, a Leyes lo acecharn las viejas prcticas que la derecha sabe del manejo pblico y que sus aliados provenientes de las filas de Chaly Terceros, Manfred Reyes Villa y otros, tienen bastante experiencia.

    El municipio de Cochabamba vol-ver a disputarse entre la democracia a palos y la democracia comunitaria, de los barrios, de las movilizaciones.

    * Boris es socilogo.

  • del 7 al 13 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 9

    Como consecuencia de la crisis del Tribunal Supremo Electoral (TSE) la oposicin se ha esmerado en dar su opinin y presionar para que tenga consenso (hasta aqu todo bien) pero, lamentablemente, en su afn de presen-tarse como innovadora, Tuto Quiroga propone bus-car a ciudadanos inmaculados, notables, sugirien-do inclusive nombres como el de Salvador Romero y un tal Hassenteufel.

    El propio Doria Medina propone nada ms ni nada menos a la periodista vocera de la oposicin, Amalia Pando, y un anterior Vocal de la Corte que ocupando el cargo de Constituyente renunci a tan alta representacin ciudadana.

    De los nombres sealados quisiera recordar un po-co sus caractersticas: Amalia Pando, furibunda enemi-ga del presidente Evo Morales y el proceso de cambio, es la expresin ms clara de neoliberales practicantes; en tanto, Lazarte, quien se neg en llevar adelante la Asamblea Constituyente, prefiri renunciar a su cargo antes de desmontar el Estado neoliberal.

    Ser posible encontrar ciudadanos inmaculados? Desde nuestro punto de vista es imposible, porque

    la misma sociedad obliga, desde los aos ms tem-pranos, a tomar partido acerca del acontecer coti-diano, es decir, siempre tenemos una cierta inclina-cin poltica e ideolgica.

    Buscar personas apolticas solo cabe en la mente de quin no se ha enterado del fenmeno neoliberal que ha despolitizado la sociedad, llevando el fenme-no social a una estrecha relacin con el mercado, po-ltica donde la poblacin tena un rol secundario (so-lamente emitir su voto) y la prctica poltica se dejaba en manos del sistema poltico y los especialistas.

    Con este rumiado discurso voceros de la oposi-cin estn sugiriendo el retorno de la exclusin del ciudadano de a pie en la gestin del Estado. Estn hablando de los notables, aquellos que bajo el manto de la meritocracia apoyaron la consolidacin del sistema de libre mercado.

    No se precisan ttulos para ser un ciudadano pro-bo, miles de amautas as lo demuestran. No se nece-sitan ttulos de doctorado para administrar un rga-no de poder en un Estado Plurinacional, de ser as estaramos restituyendo el cargo calificado propio del darwinismo social-neoliberal.

    No es necesario conocer los sistemas electorales del mundo para aplicar nuestras propias normas que deben combinar la democracia comunitaria con la democracia occidental; en el entendido que estamos en un proceso de transicin hacia el socialismo co-munitario.

    Ligado a este proceso de bsqueda de ngeles sin sexo se ha conocido la denuncia de una opo-sitora que califica al Fiscal General de terroris-ta. A esta despistada dama habr que recordarle que la resistencia colonial ha sido siempre violen-ta, desde la misma llegada de los espaoles que instalaron la violencia como mecanismo de sub-ordinacin y que an nos encontramos en plena batalla simblica.

    Seora Diputada, con esa misma vehemencia que acusa a una importante autoridad, podr usted denunciar a quienes quemaron la casa del prefecto de Sucre el ao 2007? Podr acusar a los verdade-ros agitadores de la humillacin ms horrorosa del 24 de mayo de 2008? Esperamos su coherencia.

    * Historiador potosino.

    De ngeles sin sexo a defensoras de asesinosCaMiLo katari *

    Durante su dictadura, el ge-neral Banzer, cuya fami-lia presuma ser descen-diente de alemanes, acogi con entusiasmo una propuesta de re-cibir en Bolivia ciudadanos blancos que queran huir de Sudfrica, pues los negros estaban protagonizando acciones y movimientos contra la do-minacin blancoide que sufran. Una publicacin del Suday Times de Johan-nesburg (Sudfrica) reproducida por el N 5 de CADAL, y a su vez por el pe-ridico indgena IXIM de Guatemala, atribuye, entre otros, el violento ataque al Dr. Romano Caputi, cnsul gene-ral honorario de Bolivia en Sudfrica, por parte de la Iglesia Catlica Romana en Bolivia, a que la partida del primer grupo de cincuenta familias sudafrica-nas fue pospuesto indefinidamente (Bolivia, all vamos!, en IXIM Notas Indgenas, Ao 2, N 14 y 15, noviembre y diciembre 1978, p. 7).

    De Sudfrica lleg a Bolivia una delegacin, el Comit Divisional del Vryheldas, entre cuyos miembros esta-ba un diputado sudafricano de nombre Jan Foley, quien en una nota periodsti-ca referida a la preparacin de la posi-ble migracin blanca a Bolivia deca no estar satisfecho con la relacin racial que encontraron en Bolivia, pero que no prevean problema real al respec-to, pues en Bolivia como en Sudfrica se practicaba una discriminacin me-diante la que la minora blanca man-tendra a mestizos e indios en el lugar que verdaderamente les corresponde, la nica diferencia est en que ellos

    Racistas sudafricanos como en su casa en BoliviaCarLos MaCusaya

    [los bolivianos] lo hacen calladamente sin publicarlo al resto, as que desde ese punto de vista, los sudafricanos blan-cos se sentirn como en casa.

    Sobre los indios Jan Foley deca: [Los indios de Bolivia] tienen una inteligencia comparable a la de nuestros negros y se les puede ensear labores manuales sin ningn problema. No son exactamente la gente ms productiva que yo haya en-contrado. Poseen un poco ms de auto-respeto por ellos mismos que nuestros negros, y se mantienen razonablemen-te limpios y arreglados (op. cit.). Foley vea en Bolivia una situacin similar a la que se viva en su pas, Sudfrica, por ello crea que los blancos sudafrica-nos se sentirn como en casa. Parad-jicamente en Bolivia los nicos locos que vean y denunciaban el racismo eran los resentidos indianistas.

    Llegaron familias blancas de Sudfrica o fue una migracin frustra-da? El peridico Collasuyo, en su pri-mer nmero, reproduca una noticia publicada en el peridico Presencia de La Paz, de fecha 21 de junio de 1978, la que a su vez se haca eco de una in-formacin producida en Holanda en sentido de que: En el mes de febre-ro llegaron a Bolivia 50 familias suda-fricanas, utilizando pasaportes austra-lianos y alemanes (Alemania Federal). Afirma la publicacin que el gobierno de Bolivia mantienen en secreto esa in-migracin as como el lugar donde se les facilit el asentamiento. (50 fami-lias racistas invadirn Bolivia, en: Co-llasuyo, Ao I, N 2, La Paz- Bolivia, ju-nio de 1978, MINKA, p.7).

    [ s i n p e l o s e n l a l e n g u a ]

  • 10 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 7 al 13 de junio de 2015

    Cuba jams ha promocionado el terrorismo ni ha participado de acciones terroristas

    Javier Larran

    Tras cruzar el umbral de la puerta de la Embajada de Cuba, como de costum-bre, la secretaria nos ofrece un delicioso caf mientras esperamos a Benigno Prez, el embajador. A los pocos segundos ste se nos aproxima y con tono afable nos pregunta por el semanario, nos comenta sobre un li-bro fotogrfico de Fidel que hay sobre una mesa y que acaba de traer de la Is-la, dando paso a una amena conver-sacin que se enmarca en los ltimos acontecimientos referidos a la histri-ca Revolucin. El cuestionario ha sido elaborado con antelacin y se le da a conocer de una vez.

    Javier Larran (JL).- El pasado jue-ves el diario oficial del Gobierno norteamericano, Registro Federal, oficializ la eliminacin de Cuba como un supuesto pas patrocina-dor del terrorismo, qu nos puede decir al respecto?Benigno Prez (BP).- Creo que se hizo justicia, Cuba nunca debi estar en esa lista porque jams ha promo-cionado el terrorismo ni ha participa-do de acciones terrorista, sin embar-go, s hemos sido objetivos y vctimas de acciones terroristas cometidas des-de territorios de los Estados Unidos y muchas veces tambin financiadas y organizadas por instituciones y orga-nizaciones de ese pas.

    El presidente Reagan nos puso en esa lista como parte de sus acciones polticas para combatir, destruir y de-nigrar a la Revolucin Cubana. Ha ha-bido muchas acciones como stas.

    JL. Era un asunto pendiente pa-ra avanzar en el dilogo entre am-bos pases?BP.- Era uno de los obstculos que haba que saldar en este proceso de conversaciones que tenemos con el gobierno de los Estados Unidos para llegar al restablecimiento de relaciones diplomticas.

    Otro tema pendiente era que exis-tiera un banco que estuviera dispues-to a que nuestra embajada, o seccin de intereses, haga transacciones finan-cieras normales, como las hace cual-quier legacin. Cuba siempre tuvo ac-ceso a un banco en Washington, desde que las oficinas de intereses de ambos pases se abrieron en el ao 79, con el gobierno de Carter. Pero, desde hace un ao los inspectores de la OFAC, la Oficina de Control de Activos, persi-guen a los bancos que permiten nues-tras transacciones como consecuencia de estar en la lista de pases patrocina-dores del terrorismo, as, por miedo, muchos bancos dejaron de hacer tran-

    Hemos vivido con bloqueo 57 aos y estamos preparados para otros 57, pero es mejor

    sin bloqueo. Vamos a salir adelante, tengan confianza nuestros amigos

    sacciones legales con Cuba porque te-man que por cometer un error fueran condenados a pagar una megamulta, como pas con el Paribas (BNP) de Francia el ao pasado o el Deutsche Bank alemn.

    JL-. Desde su nacimiento la Revo-lucin Cubana fue vctima de casos emblemticos de terrorismo como el atentado a La Coubre (1960) y, mucho ms hacia ac en el tiem-po, el bombazo al Hotel Copaca-bana (1997) que cost la vida al jo-ven italiano Fabio Di Celmo, cul es el estimado de vctimas a cau-sa de la criminalidad de los grupos anti cubanos del exilio?BP.- Las cifras existen, Ral las dijo en

    la Cumbre de las Amricas, son 3.478 muertos y 2.099 mutilados e incapaci-tados fsicamente.

    JL.- Sin lugar a dudas uno de los atentado ms escabroso de que ha sido vctima Cuba fue el del 6 de oc-tubre de 1976, cuando con dos bom-bas se hizo estallar en pleno vuelo a un avin de Cubana de Aviacin que acab con la vida de 73 perso-nas. El da mircoles EE.UU. des-clasific un documento en que vin-cula directamente a Luis Posada Carriles con el crimen, cmo reci-be Cuba la noticia?BP.- Lo que puedo decir es que eso no es noticia, no est en el titular de ningn peridico, porque eso lo sabe

    todo el mundo, slo no lo saben los que no lo quieren saber. Lo lamen-table de todo esto es que saquen su documento y no pase nada. El seor Posada sigue caminando por las ca-lles de Miami como si no pasara na-da. Hay pruebas suficientes y las tiene el gobierno de los EE.UU, de la par-ticipacin de Posada Carriles, no so-lamente en el caso del avin que cay en Barbados, sino en otros crmenes, y lo que debera es actuar.

    Si de verdad EE.UU. est compro-metido en la lucha contra el terroris-mo debera llevar a juicio a ese seor o devolverlo a Venezuela donde est siendo reclamado por las vas legales, ya que estuvo vinculado en crmenes en ese pas, incluso lleg a estar pre-so pero la CIA lo sac de la crcel. En fin, todo eso se sabe, nada de esto es nuevo, lo que debera el gobierno de los EE.UU. es hacer algo para que no quede impune y este seor no se mue-ra de viejito y sin condena.

    JL.- Recientemente la mayora re-publicana se ha impuesto en la Cmara de Representantes de EE.UU. para que continen las restricciones para que ciudadanos de ese pas puedan visitar Cuba, cunto afecta esta decisin en es-tos instantes de acercamiento en-tre La Habana y Washington?BP.- Tampoco es sorprendente, es parte de este proceso, esperado ade-ms. Los republicanos tienen mayora en las dos cmaras y son dos proce-sos que van a ir en paralelo hasta un momento, es decir, las conversaciones para el restablecimiento de relaciones diplomticas y el levantamiento del bloqueo y este tipo de conductas.

    Eso es parte del bloqueo, que es una ley, o dos leyes, porque primero fue la Ley Torricelli y despus la Ley Helms-Burton, en los aos 90, en la poca del seor Clinton.

    Sabemos que no solamente estos legisladores de origen cubano van a hacer todo lo posible para torpedear la poltica del presidente Obama, tambin habr republicanos y algu-nos demcratas. Y es que hay intere-ses econmicos detrs de todo eso. No olvides que en aquel pas es le-gal que las empresas aporten fondos econmicos para las campaas elec-torales, y los senadores o represen-tantes representan no slo al Esta-do, sino tambin a las personas que contribuyen a sus campaas. Enton-ces, por darte un ejemplo, si un re-presentante o un senador ha sido fi-nanciado por un productor agrcola seguramente tomar una posicin a favor del levantamiento del bloqueo

    [ a l o t r o l a d o d e l s u r ]

  • del 7 al 13 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 11

    [ a l o t r o l a d o d e l s u r ]porque las empresas agrcolas quie-ren exportar alimento a Cuba.

    JL.- Pero, quines estn a favor y quienes estn en contra de estre-char vnculos?BP.- Aquellos que el comercio con Cuba los perjudique estarn en contra y aquellos que el comercio con Cuba lo beneficia estarn a favor. As fun-ciona la poltica en los EE.UU. y es-to de votar a favor de las restriccio-nes no nos sorprende, de seguro habr ms medidas como esas. Hay que te-ner en cuenta que lo que vivimos hoy es un proceso que tratarn de torpe-dear y por eso, en una entrevista que te di hace unos meses, te dije que lo que se hizo hasta diciembre entre el presidente Obama y Ral tena que ser oculto porque de saberse no hubiera sido posible.

    JL.- Adems de estos parlamenta-rios republicanos ha habido lobis-tas de las grandes transnaciona-les que tuvieron empresas en Cuba hasta el ao 59 y que levantan la voz a favor del levantamiento del bloqueo pero con la condicionan-te de que Cuba los indemnice por las expropiaciones de sus empre-sas. Cul es la posicin de la Re-volucin en esa materia?BP.- Pienso que tendremos que sacar cuentas. Cul es el valor de esas pro-piedades? Djenme decir una cosa im-portante, Cuba nacionaliz propieda-des norteamericanas o propiedades de cubanos que despus se convirtieron en norteamericanos, pero tambin na-cionaliz propiedades espaolas, sui-zas y con todos los pases del mun-do resolvi los problemas, con todos. Llegamos a un acuerdo y se pag lo que haba que pagar. Slo con EE.UU. no se pudo pagar porque fue imposi-ble, incluso se convers a inicios de la Revolucin para, con parte de las ven-tas de azcar, proceder a la indemniza-cin y los EE.UU nos quitaron la cuo-ta de compra e impusieron el bloqueo. Nosotros estamos dispuestos a con-versar de todo aunque tambin que-remos hablar del bloqueo, la base de Guantnamo y otras cosas ms. Y sa-caremos cuentas, cunto valdran esas propiedades, al precio de hoy, y cunto han sido los daos que le ha ocasiona-do a Cuba el bloqueo, a lo mejor nos tienen que dar mucho dinero.

    JL.- Hace una semana visit La Habana la cantante pop Rihanna para grabar un video clip en Centro Habana, tambin estuvo Beyon-c y actores de Hollywood como Angelina Jolie. Cmo ven uste-des eso? Qu le dicen a los com-paeros de izquierda que desde le-jos apoyan Cuba y piensan que esa apertura puede minar en trminos ideolgicos, polticos, a la pobla-cin cubana?BP.- El da que tengamos que vivir en una casa de cristal, hasta ah lleg la Revolucin Cubana. Nosotros tene-

    mos que vivir en este mundo, con sus virtudes y sus defectos, y por supues-to estamos como muchos amigos, y t conoces, actualizando el modelo eco-nmico cubano. Cmo es el socia-lismo? Creo que nadie sabe como es el socialismo, en China hay un socia-lismo, en Vietnam hay un socialismo, Carlos Marx y Federico Engels desa-rrollaron un socialismo terico, es-t el que hizo Lenin en la Unin So-vitica, y nosotros estamos haciendo el nuestro, porque no hay duda que te-namos que hacerlo para salvar la Re-volucin y el socialismo.

    Hasta el ao 58 Cuba era el prin-cipal destino del turismo norteameri-cano. Haba vuelos con pasajeros, por supuesto en aquella poca no haba aviones tan grandes, que iban en la no-che a fiestar a La Habana, a Tropicana, a cualquier cabaret y regresaban a las tres o cuatro de la maana. Cuando se nos impuso el bloqueo los norteame-ricanos fueron impedidos, por su go-bierno, de ir a Cuba, a riesgo de una multa. Nosotros queremos que visiten Cuba. Hemos apostado al turismo.

    Cuba recibi el ao pasado tres mi-llones de turistas y este ao, felizmen-te, la cifra de crecimiento anda por un

    15%, en el primer trimestre. Hay un 30 y tanto por ciento de incremento de tu-ristas norteamericanos que todava no pueden visitarnos y solo pueden hacer-lo obteniendo visas bajo licencias edu-cativas, religiosas, etc., cuestin deseada por los trogloditas de la extrema dere-cha de origen cubano y sus amigos, que quieren continuar con prohibiciones sin comprender que estn desfasados en el tiempo y que, como decimos en Cuba, se han quedado enganchados de la brocha, es decir, se les ha quita-do la escalera y se han quedado engan-chado de la brocha.

    Que nos visite Rihanna o Beyonc no es problema, ojal vayan muchos ms y conozcan a Cuba, porque se di-cen tantas mentiras sobre nosotros.

    Ojal se levante el bloqueo y que hayan uno, dos, tres millones de turis-tas norteamericanos en Cuba.

    JL.- Puede Cuba recibir esa canti-dad de turistas?BP.- Tenemos que hacer instalaciones para eso. Nuestro turismo que ya lle-ga a tres millones no est preparado porque nadie poda ponerse a prepa-rar para algo que no saba cuando po-da ser.

    Cuba requiere crecer a un prome-dio de 5% durante varios aos, pa-ra que la economa se recupere. Pa-ra lograr ese 5% requiere unos 2.500 millones de inversiones extranje-ras anuales, en eso estamos trabajan-do. Hemos aprobado una ley de in-versin extranjera el ao pasado que los que conocen de esos temas dicen que es buena y avanzada. Han llegado muchas empresas, tenemos este ao una Feria de La Habana, como todos los aos, que como va a ser la prime-ra despus de este anuncio del futuro deshielo de seguro contar con par-ticipacin de empresas norteamerica-nas. Ya han llegado empresarios nor-teamericanos, junto al gobernador de New York y otras personalidades, en fin, estamos preparados para eso. He-mos vivido con bloqueo 57aos y es-tamos preparados para otros 57, pero es mejor sin bloqueo. Vamos a salir adelante, tengan confianza nuestros amigos.

    JL.- Por ltimo, el 14 de junio es un nuevo aniversario del nacimien-to del Che Guevara, qu le puedes decir a los lectores de La poca so-bre la vigencia de su pensamiento y obra?BP.- Voy a hablar a ttulo personal o como cubano, no como embajador. El Che para m es una de las gran-des figuras de la humanidad, de to-da la historia de la humanidad. Un hombre que no solo muri por sus ideas sino que fue consecuente hasta los ltimos minutos de su vida. Y lu-ch por lo que estamos viviendo hoy en Amrica Latina, lo que en su po-ca, en los 60, era impensable, porque estos hombres, como dicen de Fidel, ven el futuro, regresan y nos lo cuen-tan. El Che vio esto porque los gran-des hombres son soadores, con los pies en la tierra -no utpicos-, y creo que por lo que el Che luch y todo lo que escribi tiene hoy ms vigencia que nunca.

    JL.- Cmo lo imaginas en el ac-tual contexto de Latinoamrica?BP.- Ministro de Cuba, Vicepresiden-te, Ministro de Evo Morales, compar-tiendo con Correa en Ecuador, con Maduro en Venezuela. Hace poco me preguntaron no del Che sino de Mar-t y Sandino, y qu pensaran si estu-vieran caminando por las calles de La Paz, entonces respond que seran los hombres ms felices del mundo. Pienso que si el Che estuviera hoy vi-vo sera uno de los hombres ms fe-lices del mundo porque -y para los que creen- si est all arriba miran-do, debe decir por lo que luche hoy se ha materializado, hecho por otras personas. El Che hoy est en Evo, en Maduro, estuvo en Chvez, en Co-rrea, Daniel, Cristina, creo que es-t en muchos, hay muchos Che. Co-mo dijo Fidel cuando muri Camilo Cienfuegos: hay muchos Camilos en el pueblo; creo que hay muchos Ches en nuestros pueblos.

  • 12 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 7 al 13 de junio de 2015

    [ a l o t r o l a d o d e l s u r ]

    La dbil unidad de la oposicin venezolanarudy aL LPez GonzLez *

    El pasado sbado 30 de ma-yo, sectores de la oposicin venezolana se reunieron en el este de Caracas, donde se concentran los ndices socioeconmi-cos ms altos, as como tambin en al-gunas otras ciudades del pas. Sin po-der definir exactamente el nmero de personas que sali a defender la apues-ta de la derecha y realizando una valo-racin muy subjetiva, se puede dedu-cir empricamente que, en la historia de ese sector poltico, ya no logra con-vocar a las multitudinarias marchas de 2002, y que ha obligado a reconocer a sus cuadros polticos que las promesas de campaa de la Mesa de la Unidad Democrtica (MUD) no logran llegar al votante medio venezolano. Del mis-mo modo, la MUD no es capaz de ser captador de las demandas sociales que en Venezuela urgen, debido a un fuer-te descontento con sus liderazgos y posturas.

    Entre las demandas que erigi la MUD estaba la peticin de libertad de los presos Leopoldo Lpez, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, deteni-dos judicialmente por su responsabili-dad en la violencia desatada en las gua-rimbas (barricadas) de 2014, as como tambin la definicin de una fecha pa-ra la realizacin de las elecciones par-lamentarias. Dicha manifestacin fue convocada por Lpez de manera per-sonal haca la ciudadana identificada como oposicin. Esto gener serias contradicciones en las fila de la opo-sicin debido a la obligacin de una agenda no consensuada con su direc-tiva. Una vez ms se hacen evidentes los roces entre la faccin moderada y la radical en el interior de la oposicin venezolana. La primera encabezada por Henrique Capriles y la segunda por Lpez, aunque ambas tendencias tienen como objetivo el desbancar al gobierno bolivariano, as como redu-cir el nivel de influencia del gobernan-te PSUV.

    La MUD realiz a mediados de ma-yo del presente ao elecciones prima-rias. Estas fueron consideradas como un fracaso por parte de analistas y mi-litantes de todo el espectro poltico ve-nezolano. En esos comicios, Voluntad Popular qued segunda con 8 candi-datos, por debajo de Primero Justi-cia, partido de Capriles, que obtuvo 13 candidatos. La convocatoria a marchar no logr reunir un contingente impor-tante de miembros como para gene-rar cierto impacto en la sociedad civil, ms bien corrobor que la derecha ve-nezolana perdi la influencia para la movilizacin de masas luego de la se-guidilla de acciones violentas que des-encaden desde el 2013.

    En ese sentido han tratado de re-plantearse a travs de un discurso que

    La MUD no es capaz de ser captador de las demandas sociales debido a un fuerte descontento con sus liderazgos y posturas

    interpele a las bases populares y repo-sicione los liderazgos de figuras em-blemticas que perdieron peso es-pecfico, as como la aparicin de un nuevo liderazgo femenino, protagoni-zado por la figura de las esposas de los llamados presos polticos. Todo lo cual debera traer como consecuencia la recuperacin del sentido de unidad, as como la permanencia de la protes-ta en la calle que finalmente recupere a su favor a los electores desanimados, con miras a las elecciones parlamenta-rias a realizarse a fin de ao.

    No ser fcil recuperar la moral pa-ra una mesa de unidad que de esto l-timo ha demostrado carecer y cuyos lderes transitan por veredas opues-tas aunque todos pretendan lo mismo. Tcitamente Venezuela asiste a una nueva reconfiguracin de la derecha venezolana que deber enfrentar este ao las elecciones parlamentarias en lo que ese sector ha llamado un proceso de transicin desde el bolivarianismo con escasos puntos a su favor en el ba-lance coyuntural y estructural interno.

    El gobiernoMientras esto ocurre en la oposicin, el Consejo Mundial del Oro, WGC (por sus siglas en ingls) dio a conocer esta semana que las reservas de oro de Venezuela ascienden a 367 toneladas,

    correspondiente al 69, 3 %, sostenien-do que el pas Bolivariano tiene las re-servas ms grandes del precioso mine-ral ms en Amrica Latina y el puesto nro. 16 a nivel mundial. A Venezuela le sigue Mxico con 122, 7, Brasil con 67,2; Argentina con 61,7 y Bolivia con 42,5 toneladas 10,6%.

    A pesar de las grandes fortalezas que tiene la economa venezolana, co-mo por ejemplo, una tasa de desem-pleo inferior a 6, una alta recaudacin tributaria, misiones sociales garantiza-das para el desarrollo de polticas p-blicas que no son del todo compren-didas por el resto de pases pero que tienen su propia lgica para el concier-to nacional, no logra resolver los pro-blemas que ha acarreado en la socie-dad la llamada guerra econmica, tocar resolver el tema de precio y produccin, de distribucin y escasez, enfrentando con autocrtica lo que co-rresponda en funcin de disminuir la incidencia de filas frente a los estable-cimientos comerciales, mejorar la dis-tribucin de los productos de primera necesidad y equilibrar la permanente fluctuacin del sistema monetario. Es-te es uno de los dos puntos dbiles del gobierno revolucionario, el otro es la creciente inseguridad que asociada a la guerra econmica plantea un impor-tante reto al gobierno de Maduro.

    Muy a su pesar, la derecha no ha sabido obtener rditos de sus pro-pias estrategias de guerra econmi-ca, comunicacional y hasta psicol-gica, y termina fracasando ante la resistencia de los chavistas que en-frentan el temporal convencidos que la situacin mejorar a la par que se restablezca el precio del petrleo y se consolide el gobierno de Maduro. Seala el poltico venezolano Julio Escalona en una columna escrita en la web El Joropo que: La guerra con-tempornea ha redefinido el campo de batalla. Por ejemplo, la guerra es mundial y permanente con variantes en cada pas; el centro no est so-lo en el lugar donde los soldados se matan, sino en la complejidad de la guerra electrnica, ciberntica, ro-btica, la accin terrorista de mer-cenarios, la accin desestabilizado-ra que crea caos, miedo, inseguridad, desabastecimiento

    DesafosLos retos que se vienen para el pas

    de Bolvar y Chvez son trascendenta-les y la regin latinoamericana, los Es-tados Unidos y, en general, el mundo, estn atentos a lo que suceder en es-te ao electoral en el que se define una nueva Asamblea Nacional que legisla-r por los prximos cinco aos. Mien-tras, el oficialismo ya comenz su proceso interno de eleccin democr-tica de los candidatos que competirn contra la oposicin. En estos comi-cios se ver por primera vez un proce-so con caractersticas peculiares como el de la participacin de los jvenes y las mujeres en porciones iguales a la de los adultos y hombres. Cincuenta por ciento de estas candidaturas son hom-bre y cincuenta por ciento mujeres. La mitad de cada uno deber tener menos de 30 aos de edad, lo que permite en-tregar a una nueva camada de la socie-dad civil organizada en distintos espa-cios la responsabilidad de acompaar la revolucin por un quinquenio ms de los revolucionarios en el Capitolio, como se conoce al edificio emblem-tico donde sesionan los asamblestas venezolanos.

    En conclusin, a la par que com-bate el boicot de los grupos de poder derechistas, identificados como pre-cursores de la guerra econmica, el gobierno de Maduro deber enfren-tar a una oposicin dispuesta a reto-mar la violencia en las calles a pesar de la develacin de sus planes con la intencin de sabotear las elecciones de Parlamento para lo cual an no han definido estrategia clara que signifi-que la adhesin de grandes mayoras de electores.

    * Analista poltico chileno-venezolano

  • del 7 al 13 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 13

    [ a l o t r o l a d o d e l s u r ]

    Luego de tanto tiempo entre insistencia y ama-gue, una convocatoria surgida de un grupo de periodistas y activistas de gnero desat un canal pasmoso de buena voluntad protagoni-zado por hombres y mujeres que se concentraron en la Plaza de los dos Congresos de Buenos Aires y se unie-ron en un solo grito: Ni una menos!

    Por qu dejamos pasar tanto? No lo s. Pero po-demos asegurar que ya nada ser igual, pues de aho-ra en adelante el 3 de junio de 2015 ser una fecha histrica en la lu-cha por los dere-chos de las mu-jeres, contra la violencia de g-nero y los femi-cidios. Una lasti-madura lacerante para la cultura pa-triarcal, de la que todos y todas for-mamos parte.

    Una sociedad que se atreve a decir basta!Casi 200 mil per-sonas salieron es-pontneamente a expresar su recha-zo a travs de car-teles, afiches y ban-deras a las distintas formas de ensa-amiento, no solo aquella que ocurre en las relaciones de pareja, sino tambin a la que produce la criminalizacin del aborto al someter a las mujeres a la clandestinidad para interrumpir un embarazo que no quieren conti-nuar. La violencia sexual, laboral y obsttrica, por men-cionar algunas otras, tambin forman parte de ese cr-culo de agresin constante contra la mujer.

    Este ataque no se da solo a puertas cerradas si-no que es fruto de una agresin social y cultural que los sealamientos pblicos y los medios de comu-nicacin han legitimado, cada vez que alguien le di-ce puta a una mujer, porque ejerce su sexualidad li-bremente; cada vez que alguien la mira con recelo porque no quiere tener hijos; cada vez que alguien la juzga por las medidas de su cuerpo o cmo viste; cada vez que alguien se siente con derecho a gritar-le cuando la ve caminar por la calle; cada vez que al-guien pretende reducirla simplemente al lugar de la buena esposa o la buena madre, destinada a servir a un varn. Son situaciones histricas por las cuales, las mujeres, venimos batallando.

    El femicidio es la forma ms extrema de esa virulen-cia que atraviesa todas las clases sociales, credos e ideo-logas. En 2008 mataron una mujer cada 40 horas; en 2014, cada 30. En esos 7 aos, los medios de comuni-cacin publicaron noticias sobre 1.808 femicidios en Argentina, pero cuntos otros fueron ignorados?

    Hay hombres que creen que una mujer es de su propiedad, que tienen derecho sobre ella, que pue-den hacer lo que quieran. El femicidio es eso: mar-car sus cuerpos y sus vidas de forma iracunda, in-cluso matarlas.

    Grupos de autoorganizadas de las periferias, mu-chas mujeres humildes, pibas de colegios religiosos,

    Empujar fronteras para combatir prejuiciosnataLia CoroneL

    Ni una menos es un grito que ya se puso en marcha

    en la Argentina para terminar con la violencia

    contra la mujer

    un par de micros de punteros polticos y organiza-ciones, La Cmpora, Nuevo Encuentro, pequeos grupos sindicales o de gremios estatales, muchos j-venes, muchos hombres. Quizs la palabra exacta para coronar esta movilizacin es heterogeneidad, la que promovi una sociedad que a pesar de sus pola-ridades tiene pilares democrticos.

    Ni una menos seala todo lo que falta por ha-cer en un pas donde la violencia de gnero no es una problemtica domstica. El femicidio se desa-rrolla en nuestro continente, donde el machismo si-gue siendo confundido como un trato normal.

    Morir por ser mujerEl Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas pa-ra la Mujer (UNIFEM), seala que la violencia de gnero es la principal causa de muerte entre muje-res de entre 15 y 44 aos en todo el mundo. A me-nudo las agresiones se justifican como parte normal de las relaciones entre hombre-mujer. Segn datos que arroja la Organizacin Mundial de la Salud, un 38% de los femicidios que se producen son come-tidos por su pareja. La impunidad es otra forma de violencia.

    En 2009 y por amplia mayora (con 174 votos afirmativos y 3 abstenciones), el Parlamento de Ar-gentino aprob la Ley de Proteccin Integral de las Mujeres, un paso importante en la lucha contra la violencia machista. Sin embargo, todava est pen-diente la reglamentacin de algunos artculos, inclui-do el Plan Nacional de Accin para la Prevencin, Asistencia y Erradicacin de la Violencia contra las Mujeres. Sin la reglamentacin completa de la Ley, el

    diseo de polticas integrales y la asignacin del presupuesto necesario para su instrumentacin, es-ta herramienta lograda en 2009, resulta insuficiente para revertir el aumento desmesurado de la violen-cia en el ltimo tiempo.

    Sin embargo, esta marcha no solo interpel al arco poltico entero para que fuercen el compromiso nece-sario para implementar las polticas pblicas que an se adeudan, sino que, adems, consigui poner en ja-que a la desigualdad cotidiana en la que vivimos los ar-

    gentinos y que pa-sa desapercibida ante los ojos de la mayora. Visibili-z datos, estads-ticas, nombres de vctimas y victima-rios, historias, ac-ciones, inacciones, complicidades, in-diferencia. Insta-l de modo tajan-te la idea de que no se mata por amor, porque un femici-dio es un asesinato.

    Pero el petitorio de esta convoca-toria es preciso, la marcha tiene que ser el punto de in-flexin para exigir que el tema se me-ta en el debate de la campaa electo-ral a disputarse el prximo octubre.

    La palabra femicidio es una categora poltica, es la pa-labra que denuncia el modo en que la sociedad vuelve natural algo que no lo es: la violencia machista. Y la violencia machis-ta es un tema de Derechos Humanos, dice el documento final que leyeron las organizadoras de esta expresin tan multitudinaria y abarcadora que fue la moviliza-cin del pasado mircoles.

    Pero la marcha tambin fue un lugar de encuen-tro y una contencin donde muchas sobrevivientes de violencia machista encontraron un espacio pa-ra expresarse, para ser escuchadas con respeto, para sentir que no se dudaba de sus palabras. La concen-tracin las empoder, a las convocantes, a los parti-cipantes, pero sobre todo a las mujeres que lograron desnaturalizar al machismo en su propia institucio-nalidad histrica y encumbrada.

    Quienes vienen guerreando hace aos para gene-rar conciencia sobre la gravedad de la violencia de g-nero, nunca imaginaron que una multitud saldra a las calles para respaldarlas y decir, basta! Ahora, todos esperamos lo mismo: que cambie la justicia, que cam-bien los varones, que no se discrimine, pero sobre to-do que esta movilizacin sea un vuelco para lograr los cambios culturales necesarios para desterrar la violen-cia contra las mujeres y que se exija las responsabili-dades polticas para hacer lo que todava falta.

    Porque el interrogante que nos deja este 3 de ju-nio es, adems del por qu? intil del inicio, el cmo derrotamos de forma pacfica este tipo de violencia? Quizs la movilizacin nos ayude a deli-near algunas respuestas: Con ms democracia, ms dilogo, ms igualdad de derechos, ms Estado y ms justicia.

  • 14 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 7 al 13 de junio de 2015

    Correo del Alba (mayo-junio)

    Especial precio del petrleoQuin es Wladimir Putin?Bolivia-Chile: Lo que se dijo en La Haya

    E-mail: [email protected]

    En todos los puestos de revistas y libreras

    Para suscripciones: (591-2) 278-2238

    20 Bs.

  • del 7 al 13 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 15

    Irresistible:la fiesta del Gran Poder

    JazMn baLdivieso sotoMayor * / FotoGraFa JorGe MaMani - abi

    Cinco pesos me has prestado para una cerveza y en la calle me has cobrado

    una vergenza, se escucha un coro de voces, mientras un Moreno (bailarn de la danza de la morenada) se seca el rostro y muestra su cansancio ante el

    pesado traje que lleva y la gran cantidad de pasos que ya dej en la ciudad; en su descanso una persona del pblico le pide tomarse una foto, luego, los

    platillos vuelven a incitar a sus pies al movimiento y contina

    Una fiesta convierte a la ciu-dad de La Paz en su esce-nario. Las puntadas de cada traje, permiten personificar caracteres enigmticos, representativos y legendarios de las danzas tradiciona-les que al son de cada tambor, zampo-a, y/o cascabel completan la ciudad a un solo ritmo: El Gran Poder.

    Y qu hace que esta fiesta sea tan representativa, si en La Paz tenemos re-gistradas 363 festividades, 86 fiestas re-ligiosas y 280 folclricas cada ao? S, ms de una por da para poder bailar; sin embargo, hay algo que es un hecho: el Gran Poder es el Big Power, como ya se ha hecho conocer en varias revis-tas y artculos internacionales.

    En un estudio realizado del 2011 al 2012, se determin que el movimiento econmico que genera sta festividad es de 53 millones de dlares. Adems de toda la organizacin por parte de la Asociacin de Conjuntos Folclricos del Gran Poder, la Alcalda Municipal de La Paz y los acuerdos o desacuer-dos que se generan con las vendedoras ambulantes, las empresas que publici-tan el evento y los espacios de acumu-lacin de personas en el centro de una ciudad en la que finalmente se debe pagar por un puesto, para ver el even-to, con precios escalonados de acuer-do a la preferencia del lugar.

    Entonces, cualquier persona que decida cruzar la ciudad, tiene mni-mamente que escuchar unos 5 ritmos musicales, el tiempo aproximado en el que se hace fila para poder pasar, y en caso de que uno llame la atencin, cla-ro que queda la posibilidad de que se decida formar parte de esta fiesta co-mo observador, siempre y cuando se pague el derecho de asiento que oscila entre 20 a 100 bs.

    Este ao vas a bailar?Aproximadamente 65 agrupaciones participaron con un estimado de 300 personas por cada una. Los ritmos van dibujando el mapa de las diferentes re-giones del pas, entre Tobas, Tinkus, Saya, Caporales, Tundiqui, Llamerada, Cullawada, Pujllay, Suri Sicuri, etc. Pero definitivamente la preferencia se queda en la Morenada. Para la que haciendo un clculo leve de la vestimenta de la Chola (personaje femenino de la dan-za) se gasta un aproximado de 23.910 Bs., considerando una pollera de 1000 Bs., una manta de 800 Bs., sombrero borsalino (nombre de herencia italiana) de 1200 Bs., zapatos de cuero/cuerina de 400 Bs., enaguas de 420 Bs., blusa de 90 Bs. y claro, las joyas baadas en oro (elemento fundamental, para la de-mostracin de poder econmico) cuyo

    juego completo tiene un costo aproxi-mado de 20.000 Bs., entre aretes, topos (prendedores de la manta) y la joya que adorna el sombrero.

    Entonces para responder a la pri-mera pregunta, primero hay que ver lo que se ha podido ahorrar en el chan-chito lo suficiente, pues aparte de los gastos de la vestimenta est el pago de otros placeres, como la alimentacin, la bebida y la msica.

    Escenario de ms de un arteEn el Gran Poder, la compra y ven-ta se convierten en el arte del movi-

    miento econmico. No podra ser de otra manera, puesto que para cada necesidad existe una oferta. Respecto a la bebida, la cerveza es la que pre-domina y por si alguien lo duda, mu-chas empresas dedicadas al rubro de su venta se encargan de ponerle stic-kers, pasacalles, volantes, etc., a cada rincn de la ciudad por el que pasa-rn los bailarines; Y si en algn mo-mento el bailarn u observador duda respecto a la marca que va a comprar, la ciudad entera se lo recuerda con su empapelado y el slogan de auspicia-dor oficial.

    En el caso de la alimentacin, el olor envolvente del choripan, no de-ja un solo hambriento suelto, y para diferentes gustos, estn los sndwi-ches de chola (carne de cerdo), snd-wiches de pollo, e incluso platos ms elaborados como ranga o sajta de po-llo. La competencia es fuerte y las ca-seritas habilidosas para ganar cliente-la, normalmente se elige a la que te yapa (que te dan extra), pero por la aglomeracin de gente, en este caso, se compra a la que uno encuentra o a la que encuentra a uno.

    Sin msica no sirve, dicen algu-nos bailarines rezagados, cuyos ritmos musicales se perdieron por ir al final de sus comparsas, y el pblico tam-bin demuestra esa necesidad, pues de-ja de aplaudir, es complicado bailar con la acstica de un escenario abierto, ms an cuando las bandas preparan nme-ros musicales con acompaamiento de baile. Piruetas con sus instrumentos, vueltas y patadas al ritmo de la msica son algunos de los movimientos. El ac-to se adorna con la uniformizacin de su vestimenta.

    Entre los msicos se reconocen rostros jvenes, normalmente colegia-les que pertenecen a las bandas de sus escuelas, pues sus ofertas econmicas suelen ser accesibles.

    Al ao volveremos a bailarBelleza, color, movimientos, diversi-dad, son algunas de las caracterstica de esta fiesta pacea en la que todos bailamos de una u otra forma. Qu si es cultural? Claro que lo es, son po-cos los escenarios en los que se pue-den hallar tantos elementos juntos, con abordajes sociolgicos, econ-micos, antropolgicos, comunicacio-nales, etc.

    El Gran Pode, genera un espa-cio de sincretismo, que por su movi-miento econmico y desplazamiento estratgico por la ciudad, llama a ser parte de esta fiesta pacea (con invi-tacin o sin ella) a todos los integran-tes de esta urbe.

    A las 3:30 am. la fiesta est termi-nando, pues los recogedores de latas as lo han anunciado, el pblico est reza-gado y ya no hay que pagar entrada pa-ra estar en ese lugar preferencial de la calle. Los bailarines dan sus ltimos pa-sos mientras buscan las monedas que les quedan para poder embarcarse. En-tonces se recuerda que esos Cinco pe-sos que prestaron para una cerveza y en la calle cobraron una vergenza. S, valan la pena. De todas maneras la fiesta al ao vuelve a empezar.

    * Es periodista

    [ d e s c o l o n i z a c i n ]

  • 16 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 7 al 13 de junio de 2015

    El Programa Juana Azurduy del Ministerio de Salud, cumpli seis aos de implementacin, en los nueve departamentos de Bolivia y sus 339 Municipios, con el objetivo de coadyuvar a la disminucin de la desnutricin

    crnica en nios y nias menores de dos aos y la mortalidad materno- infantil. Se festej con Ferias de Salud conmemorando el aniversario del Bono Juana Azurduy y homenaje al da de la Madre.

    FECHA DEPARTAMENTO MUNICIPIO LUGAR

    26 de mayo Tarija Bermejo Plaza principalBeni Trinidad Plaza Pompeya

    27 de mayo Cochabamba Cochabamba Plazuela Sucre

    28 de mayoPando Cobija Parque piataSanta Cruz Montero Coliseo Municipal PatujChuquisaca Sucre Coliseo del Instituto Psicopedaggico

    29 de mayo

    Tarija Bermejo Plaza principalLa Paz El Alto Parada Telefrico Rojo-El AltoOruro Cercado Avenida Cvica OruroPotos Potos Plaza 10 de Noviembre

    Cronograma de las ferias de Salud

    La compaera Ministra de Salud Dra. Campero, inform A la fecha son un total de 1351.050 beneficiarios de los cuales, 799.722 son nios y nias menores de dos aos y un total de 551.328 mujeres gestantes de 2009 a 2015 en todo el territorio nacional. El Bono Juana Azurduy Festeja este ao, con resultados favorables en beneficio de la poblacin Boliviana, con indicadores que han disminuido la mortalidad materna - infantil y la desnutricin crnica en nios y nias menores de dos aos bolivianos.La Dra. Rosa Jasmn Surez, Coordinadora Nacional del Programa Bono Juana Azurduy, explic que se desarrollaron Ferias de Salud del Bono Juana Azurduy en los nueve

    departamentos del pas, del 26 hasta el 29 de mayo del presente ao, con estas ferias han permitido fortalecer el contacto con las mams y conocer sus necesidades de cada lugar y registrar a nuevas beneficiarias del Bono.En este mes de Junio estamos realizando cambios significativos, podemos destacar la suscripcin de un convenio con el Banco Unin para la entrega de 500 tarjetas de dbito para facilitar el cobro del bono en la ciudad de El Alto de manera gratuita, en una primera etapa como prueba piloto. Las tarjetas despus sern implementadas en todos los departamentos, anunci la Dra. SuarezEn cada feria de salud de los nueve departamentos, se cont con stands

    de atencin sobre salud integral, con la presencia de otros programas y unidades pertenecientes al Ministerio de Salud que coadyuvaron con la labor, entre informacin, carnetizacin, certificacin, anlisis de sangre, y otros.Se cont con la presencia de Madres beneficiarias en muchos departamentos la asistencia fue ms de Mil familias, acompaadas de sus nios para el respectivo agasajo y participacin de la Feria de Salud. Pertenecientes a Centros de Salud de reas urbanas, periurbanas y distintos municipios de cada departamento del pas, Se brind atencin para los pagos del incentivo del Programa Bono Juana Azurduy con la presencia de la entidad Financiera en los nueve departamentos.

    Departamento de ChuquisacaDepartamento de Tarija Departamento de Cochabamba Departamento Oruro

    Departamento de PotosiDepartamento de La PazDepartamento de BeniDepartamento Santa Cruz

    C O N M E M O R A N D O

    D E I M P L E M E N T A C I N SEIS AOSB O N O J UA N A A Z U R D U Y D E L M I N I S T E R I O D E S A LU D

  • del 7 al 13 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 17

    [ s e r c u l t o s p a r a s e r l i b r e s ]

    Aun restaaban las heridas que dejaron los levantamientos indgenas de 1780-1782, cuando surgi en La Paz, una llama in-cendiaria que cambi el curso de la his-toria, proceso en el que emerge la figura de los Es-cribanos (antiguos archivistas), miembros de una elite ilustrada que lider la rebelin del 16 de julio de 1809. Un ejemplo notable es Gregorio Garca Lanza, conocedor experto de legislacin espaola, derecho romano y obras de la poca de su magnfi-ca biblioteca, tal vez la primera en esta ciudad co-mo posesin de un particular con 827 volmenes. Su esposa fue la patriota Mara Manuela Campos Se-minario. No es casual que entre los conjurados exis-tiera un grupo de Escribanos que abrazaron la cau-sa patriota, ms all de la efervescencia popular y el arrebato, sino por su condicin de ilustrados, cono-can la naturaleza del rgimen colonial y anhelaban la libertad y la independencia econmica. Arriesga-ron conscientemente su patrimonio y la vida misma. Estas son historias fragmentadas de esos hroes que la historia oficial sepult.

    El Escribano de Nmero Mariano Prado, que form parte de las filas patriotas de Pedro D. Mu-rillo, fue designado Escribano de Gobernacin y Guerra por Murillo. Particip en la toma del cuar-tel para dotar de armas al movimiento rebelde. Co-mo Escribano de la Junta, autoriz el acuerdo del Cabildo de declaratoria de guerra a Puno, el 12 de septiembre; y el acuerdo capitular de los tratados con Goyeneche, el 17 de octubre, disponiendo su difusin en carteles colocados en va pblica. El 30 de octubre dio fe de la renuncia de Murillo como miembro de la Junta Tuitiva, estuvo presente en el proceso contra Rodrguez y Castro; certific la eje-cucin de Rodrguez, afirmando que se realiz en el cuartel a puerta cerrada y antes de haberse firmado la sentencia. Su adhesin a la causa patriota provo-c la prdida de su oficio y su destierro perpetuo de la provincia, habiendo salido rumbo a la Argentina. En 1816 se le restituy su cargo.

    La quema de los papeles de la Real HaciendaInmediatamente instalada la Junta Tuitiva, empez a recibir peticiones de los paceos. El limeo Juan Manuel Cosso, El Mazamorra, fue portavoz del pue-blo. Busc al Escribano Juan Crisstomo Vargas, para tratar el asunto de los documentos del crdi-to pblico. El 20 de julio de 1809, Gregorio Gar-ca Lanza y Jos de la Riva, a nombre de los conjura-dos, pidieron la condonacin de las deudas a la Real Hacienda y la cancelacin de las escrituras. Junto a J. Catacora y Buenaventura Bueno, exigi la incinera-cin de los papeles crediticios del Archivo del fisco. El Cabildo, en encendido anlisis, comision a Lo-renzo Umeres y Antonio Vizcarra para la seleccin de los documentos, para salvar algo de la memo-ria del Cabildo. Finalmente autoriz la medida, efec-tundose la quema el 21 de julio de 1809. Sin embar-go, para atender los gastos de la revolucin, Bueno solicit que los beneficiarios concurrieran con sus bolos para el progreso de la causa de la indepen-dencia. El Mazamorra (apresado y desterrado hacia Argentina, logr fugar y unirse al ejrcito de Juan Jo-s Castelli con el que retorn a La Paz) en su decla-racin preventiva describe el entusiasmo popular

    Los escribanos en la revolucin del 16 de julio de 1809

    Luis oPorto ordez

    Los Escribanos controlaron con destreza el flujo de

    correspondencia gracias a indios guas y chasquis de

    Achocalla

    que hubo con motivo de la quema de los papeles del crdito pblico que en prenda de las deudas al fis-co guardaba la Real Caja, alhajas que representaban santos recuerdos de familia.

    La inteligencia patriotaLos Escribanos controlaron con destreza el flujo de correspondencia gracias a indios guas y chasquis de Achocalla, quienes le informaron en secreto que el Obispo Remigio La Santa y Ortega y el Gobernador Dvila conspiraban a favor de Carlota del Brasil y haban entablado correspondencia entre s por (correos) extraordinarios, que entraban a esta ciu-dad desde horas de la noche sin tocar corneta, en-cargados de que no parasen ni una hora a fin de que no hablasen con nadie. Ante esa situacin el 24 de julio la Junta orden a Lanza y al regidor Sagrnaga, interceptar la correspondencia del Obispo La San-ta, quien sala expulsado de La Paz, para evitar dela-ciones. Descubrieron que mediante venia del obis-po se encantaron de sus papeles y haban abierto las cartas en presencia de los comisionados y se ha-ban enterado de su contenido.

    La Milicia de EscribanosEl Escribano paceo Juan Manuel Cceres, educado por jesuitas, pas su juventud en Caquiaviri, Pacajes. En 1781 combati la sublevacin de Tupaj Katari y en mrito a ese hecho fue designado Teniente Capi-tn de la Compaa de Dragones de su provincia; fue

    encargado de cobrar los rezagos de tributos del ter-cio de navidad correspondientes a 1780. Se le otorg el cargo de Escribano real entre 1789 a 1801. En 1799 pag la fianza para liberar al cacique Nicols Condori, de Santiago de Machaca, que haba sido apresado por el Dr. Joaqun de la Riva, Subdelegado de Pacajes. En 1809 abraz la causa patriota, apoyado por Ramn Rodrguez, tom la torre de la Catedral para convocar al pueblo. Fue designado Escribano de la Junta Tuiti-va con la obligacin de llevar su archivo, junto al fe-datario J. G. Chvez de Pealoza.

    El 29 de julio, con la aprobacin de Murillo, orga-niz la Compaa de Milicia de Escribanos del que fue Capitn, apoyado por el teniente Juan Crissto-mo Vargas, el subteniente Cayetano Vega y el cura Agustino Jos Indalecio Salazar, capelln, secretario y director poltico de la guerrilla de Cceres (1812). La Junta revolucionaria le orden organizar y le-vantar a los indios de San Pedro, Santa Brbara y San Sebastin; con apoyo de Eusebio Condorena logr reunir y adoctrinar a ms de 3000 indgenas de las provincias Pacajes y Omasuyos, puestos a r-denes del cacique de Laja y Achacachi, Luis Eusta-quio Balboa. Sali con Castro y sufriendo la derrota en Chicaloma, logr huir y se intern a las mon-taas. Apresado por el ejrcito realista, fue libera-do por Juan Jos Castelli, a quien escolt de La Pla-ta a La Paz, el 25 de mayo de 1811, y fue testigo de las impactantes acciones del revolucionario porte-o. En 1814, Cceres entr en contacto con la gue-rrilla de Manuel Ascensio Padilla, luego de lo cual se pierde su rastro.

    Juan Crisstomo Vargas, Escribano de nmero de la ciudad de La Paz (1803-1816), particip en el Cabildo de 4 de octubre de 1809. Goyeneche lo san-cion con la prdida del oficio por seis meses, pero continu trabajando con los patriotas. Mariano Ri-cafort le persigui tenazmente hasta hacerlo fusilar en la Plaza. Por su parte, Cayetano Vega, Escriba-no de Diezmos (1800-1808) y Escribano de Nme-ro (1798-1824), fue uno de los secretarios de la Junta Tuitiva. Apoy a la causa rebelde con dinero y vitua-llas. El 12 de marzo de 1811 don una inmensa car-pa de campaa muy difcil de conseguir, que entreg al capitn de la Sala de Armas Jos Benigno Salinas siendo su balor por lo ms nfimo de ms de tres-cientos pesos.

    *Magister en Historias Andinas y Amaznicas, docente titular de la Carrera de Historia (UMSA) y Director de la Biblioteca y Archivo Histrico de la Asamblea Legislativa Plurinacional.

    Fuentes ARANZES, N. 1915: Diccionario Histrico del

    Departamento de La Paz. La Paz, La Prensa. ARZE, J.R. 1985: Diccionario Biogrfico Boliviano.

    La Paz, Amigos del Libro. ARZE, R. 1979: Participacin popular en la Indepen-

    dencia de Bolivia. La Paz, OEA. BARNADAS, J. 2002: Diccionario Histrico de Bo-

    livia. Sucre, GEH. MONEY, M. 1977: ndice de Registro de Escrituras

    del Archivo Histrico Municipal. La Paz, HMLP. MONEY,