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Página | 1 Monografía final Historia de la Música “Desarrollo musical en el transcurso histórico” Profesor: Cristian Guerra. Alumno: Javier Álvarez. Año: 2012.

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Monografía final Historia de la Música“Desarrollo musical en el transcurso histórico”

Profesor: Cristian Guerra.

Alumno: Javier Álvarez.

Año: 2012.

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Introducción:

En la presente monografía, buscaremos la forma de responder de la mejor manera las preguntas propuestas como eje del curso de “Historia de la música Medieval”.

La forma en que realizaremos esta travesía, navegando entre un mar de respuestas posibles, será realizando un análisis que nos servirá para, además de unir los distintos conocimientos adquiridos en clases u obtenidos de fuentes bibliográficas o fonográficas, lograr ejemplificar claramente las respuestas que serán presentadas en la sección de conclusiones de este trabajo.

Realizaremos un análisis que nos llevara a entender el desarrollo musical en la edad media centrándonos en dos ópticas, la primera, de índole netamente musical, donde veremos como se gestan las innovaciones musicales de este periodo, donde debemos entender que se generan los cimientos de practica musical posterior y donde se erigen las primeras practicas teóricas sobre este arte.

Si bien, nuestra primordial intención es comprender el “desarrollo del discurso musical” propiamente tal, no sería propio de la disciplina que estamos estudiando en este curso, el no adentrarnos también en la Historia. Surge así una segunda óptica según la cual analizaremos los acontecimientos de este episodio de la historia, y como estos generan la evolución musical, aventurándonos a preguntarnos si acaso este desarrollo ¿no habrá sido buscado en pro de otras necesidades más que las meramente artísticas?

Y es que como veremos en el desarrollo de esta monografía, el contexto social y cultural del periodo sujeto a este análisis, periodo que por lo demás fue catalogado injustamente de obscuro por los sabios renacentistas, se caracteriza por la gran variedad de practicas litúrgicas, lenguas, culturas, reinos, ciudades, etc. Es decir, una franja de tiempo en la cual el mundo de la Europa occidental era tremendamente irregular, llena de roces de poderes, donde las fuerzas se reparten en muchos centros urbanos, imbuidos en una gran red política de vasallajes, fidelidades e intereses.

Dejando los rodeos de lado, debemos preguntarnos (he aquí la manera de actuar de un historiador) ¿Cómo es que, pese a todas esas adversidades ya al siglo VI D.C, se logra una unificación del canto litúrgico bajo el repertorio Gregoriano?

Y es que debemos comprender que el canto es una parte de la práctica litúrgica, la cual a su vez es en esta época, la práctica más representativa del Cristianismo. Dado esto, volvemos a preguntarnos si acaso, ¿la unificación y desarrollo de la practica musical litúrgica no habrá sido una herramienta de cohesión utilizada por la Iglesia?, la cual en este periodo tiene un comportamiento muy parecido a un reino político, que a una mera institución espiritual.

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Pero si abordamos este tema debemos también cuestionarnos la música como motor de cambios sociales, y ver no sólo como la liturgia uso la música como transmisor de ideas, sino como el pueblo llano también la utiliza para transmitir su descontento.

Atendiendo a todo esto, es que en la sección final de este trabajo, esperamos presentar unas respuestas inspiradas en este análisis a las siguientes preguntas eje del ramo:

¿Qué significa “conocer la música medieval”? ¿Qué sentido tiene conocer la música medieval para los músicos aquí y ahora?

Pero a estas dos añadiremos una tercera que servirá como faro guía al análisis histórico-musical antes propuesto:

Si en general se ha pensado que la realidad condiciona la producción artística, nos preguntaremos si ¿habrá habido alguna instancia en que la producción artística, en este caso la musical, haya influido en el desarrollo histórico?

Así pues, dejamos ya de lado esta presentación, y nos adentraremos en la sección del desarrollo de nuestro trabajo.

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Desarrollo:

Como lo mencionamos en la introducción a este trabajo, el análisis que se presentara a continuación se realizara en torno a dos líneas guía: El desarrollo musical del periodo y su evolución; y por otro lado las incidencias político-históricas del contexto en que se llevan a cabo estas prácticas. Debido a la extensión de este último tema, daremos inicio a su estudio en primera instancia.

I) Hacia la unificación de una práctica

Si bien nuestro objetivo será descubrir la posibilidad de que la música haya sido utilizada como herramienta política, gracias a diversos factores que facilitarían la transmisión de ideas a través de la sociedad, debemos, en primer lugar, buscar las bases o ciertas pistas que nos permitan afirmar tal conjetura.

Lo primero que salta a nuestra vista, es la unificación de una práctica muy diversa en un contexto de extrema división. El musicólogo Jean Yves Hameline, a raíz de este aspecto plantea una tesis sobre la cual desarrollara un estudio del canto gregoriano en el texto de Historia de la Música dirigido por Marie Claire Beltrando Patier:

“El canto gregoriano es al mismo tiempo un repertorio musical que forma parte del patrimonio cultural de occidente y un hecho histórico de gran magnitud que, en los albores de la Edad Media,

determinó los rasgos que definirían durante más de un milenio la disciplina música en Europa: Actitudes de escucha, intereses musicales, principios formales de construcción, e inhibiciones de los

músicos.”

“(…) La difusión, la transcripción y la implantación de este repertorio sólo pueden explicarse por la intervención de una autoridad política superior decidida a unificar un tipo de practica que

hasta entonces dependía de las iniciativa y control local. (…)” 1 (Hameline)

Para comprender lo que el autor nos quiere decir, debemos saber que es lo que estaba ocurriendo en Occidente hacia el siglo VI, siglo en el que se encuentran indicios de la unificación del canto gregoriano.

A grandes rasgos, debemos tener claro que se pasa de una instancia de gran cohesión cultural bajo el alero del nombre de Roma, la cual sufrirá en los albores de la caída una serie de mutaciones producidas por la integración de ciertos componentes “barbaros”2 en sus fronteras, la cual desembocara en una gran disgregación de la sociedad y de los poderes políticos, culturales .

1 Prologo al apartado de Canto gregoriano de Jean Yves Hameline, texto “Historia de la música Occidental, de la Edad Media hasta nuestros días”, pagina 35.2 Los no romanos, los no miembros de una cultura.

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Ya desde el periodo de la república romana, los límites entran en contacto con los pueblos barbaros debido a múltiples factores, uno de ellos la presión demográfica que generaron otros pueblos, empujando de esta manera a los Germanos hacia las murallas (Por ejemplo el movimiento de expansión de los hunos que movilizo a los pueblos).

Ante estos movimientos, que durante mucho tiempo llegaran a traspasar los limites de las murallas imperiales, se sumara la sesión de tierras en plan de colonización y defensa de las fronteras3, acto que no sólo les permite un asentamiento al interior del Imperio, sino que desprende ya las dificultades de cobertura de Roma sobre su territorio, y que además conllevara, a través de los siglos, una trama de sincretismos culturales y de nuevas oleadas bárbaras. A todo esto, debemos sumar la paralela declinación del Imperio romano de occidente (debido a factores climáticos que generaran problemas de producción económica, la decadencia política y social). En fin, a la caída de esta potencia antigua, esta serie de factores nos dará como resultado el variado mosaico cultural de la alta edad media.

Y nos podemos preguntar: ¿qué relación tiene esto con la música?

La respuesta es simple, si somos capaces de comprender el proceso que hay entre la unidad cultural existente en el imperio romano, unidad que podemos comprobar en la introducción a la temática medieval en el texto de William Flemming4, y según el cual nos damos cuenta de la envidiable capacidad de Roma para haber reunido un gran numero de influencias (originarias, geográficas, religiosas, etc.); seremos capaces de comprender la tesis planteada por Hameline5.

Pero hasta el momento lo hemos visto sólo a nivel histórico, y debemos preguntarnos: ¿Qué pasa a nivel musical, existirá tal variedad?, pues averigüémoslo.

El autor Hameline, en su apartado, trata el tema llamado “El ámbito de la monodia litúrgica”6, donde trata de presentarnos la gran diversificación de la práctica litúrgica en el periodo, y que gracias a la recopilación y conservación de cantos ligados a estas prácticas, podemos observar el alcance que tuvo la unificación bajo el Canto Gregoriano.

Veamos los ejemplos que nos presenta el autor en su texto:

Repertorio milanés: También conocido como canto ambrosiano, es uno de los más antiguos del occidente Cristiano. En su transcurso fue asimilando muchos elementos del exterior, como componentes orientales y más tarde gregorianos.

3 El imperio concedía el derecho al trabajo de la tierra, pero en consecuencia ellos debían combatir en su defensa y del imperio.4 Texto “Arte, Música e Ideas”, William Flemming, inicio del acápite de Música Medieval.5 “La unificación del Canto Gregoriano significa la acción de una Figura política superior a la gran diversidad del contexto”6 Historia de la música occidental, Jean Yves Hameline, pagina 36.

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Repertorio hispánico: Los manuscritos de este repertorio fueron escritos en neuma, pero a lo largo del siglo XI, las autoridades político religiosas impusieron a los diversos reinos hispánicos el repertorio gregoriano, transmitido por pentagrama, condenando al mutismo los manuscritos del repertorio hispánico.

Repertorio galicano: Los cantos galicanos impresionan por su extensión y por una escansión7 verbo-melódica, amplia y flexible, que integra firmemente los ornamentos en el transcurso del discurso melódico. Pese a que este repertorio quedo en desuso, algunos de sus cantos se mantuvieron en practicas locales, o se insertaron en el repertorio gregoriano (Alleluia te Martyrum)

Estos y otros más, son repertorios que coexistieron en la Europa occidental del siglo VI, compilaciones con elementos propios de los factores culturales de los practicantes, de las zonas donde se desarrollaron, de las cosmovisiones, de las formas en que se llego a la cristiandad, etc.

Bajo todo este telón de fondo que hemos esclarecido anteriormente, a nivel histórico y musical, permanecen inmanentes las preguntas: ¿Por qué y cómo?

II) ¿Por qué y cómo se unifico todo?

En relación a la segunda pregunta, el ¿Cómo?, gracias a este autor que nos servirá de eje en el presente trabajo, podemos plantear ciertos bocetos de cómo se realizo.

Esta unificación “Romanizadora” de la liturgia, y por consiguiente de los repertorios musicales, es parte de una amplísima operación política y religiosa de reforma eclesiástica aclamada por San Bonifacio, según expone Hameline. Esta reforma se apoyara en el desarrollo de la Institución monástica, en una restauración de la autoridad y dignidad del episcopado, y en una nueva concepción del Clero. Y es que es lógico este actuar, ya que como hemos visto en clases, los monasterios van a ser una suerte de reservorio y distribución cultural en la época. Ya en la corte de Carlo Magno (742-814), por ejemplo, encontramos un sorprendente impulso literario, intelectual, artístico, y pedagógico. Impulso que sería imposible sin la Iglesia.

Por otro lado, la fortificación del episcopado, conlleva el fortalecimiento del Cristianismo y por ende de su presencia en un contexto fragmentado, que como veremos más adelante será fundamental para el actuar de esta Institución.

Pero siguiendo la línea del ¿Cómo?, nos daremos cuenta que los reformadores (eclesiásticos) de la época buscaran una imagen que sirva de sustento y dirección de las reformas8. Y esa figura será la de Roma, o al menos la imagen que se tenia de ella en aquel tiempo. Debemos recordar la unidad

7 Medida de los versos 8 Nuevamente la tesis de Hameline.

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que existía en los tiempos de su esplendor, unidad que se transmitía a través de su expansión geográfica, cultural, lingüística, artística, arquitectónica, etc.

Y esta es la Figura política que nos planteaba la tesis de Jean Yves Hameline. O al menos la idea de Roma es lo que dará pie a instaurar la Schola romana en toda la Europa. Y esto se debe a que por aquellos tiempos, Roma era aún considerada una fuente de Cultura, y no es sorpresa debido a la trayectoria que deja el Imperio en la historia, que en el transcurso del tiempo será recordado en numerosas instancias.

III) Los posibles intereses de la Unificación

Pero, ahora que ya hemos generado una contextualización, introduciendo previamente una tesis que direcciona nuestra mirada en esta sección del trabajo, y posteriormente hemos respaldado aquella propuesta de Hameline con ejemplos de índole Histórico y Musical, ya ha llegado el momento de abordar el cuestionamiento principal: ¿La unificación y desarrollo de la música en el periodo medieval, especialmente la litúrgica, habrá tenido otro fin, a parte del de embellecer y servir a Dios?

a) La Iglesia y su contexto, una manera para entender

Para comenzar a delinear una posible respuesta a esta interrogante, debemos comprender la situación de la Iglesia en su contexto. Si somos capaces de entender esto, podremos aceptar o derribar la “idea” que nos sugiere la interrogante antes presentada.

Para iniciar, debemos comprender que esta institución comienza su desarrollo durante la vigencia del Imperio Romano, gracias al cual logra una basta zona de influencia y en la cual ejerce su labor misionera. Pero con la caída de occidente tras las invasiones bárbaras, la iglesia pierde terrenos, en manos por un lado de los reinos germanos, de los árabes de oriente, y más adelante gracias al cisma con la Iglesia de Oriente en Bizancio.

Con la expansión árabe, bajo la religión musulmana, la Iglesia pierde sus provincias más antiguas: Siria, Palestina, Egipto y el norte de África. Y luego, un siglo después de la primera aparición de Mahoma, en el año 711, cae el reino cristiano visigodo de España.

Es así como oriente pasa de ser la fuente de luz de la Fe, a ser un territorio de infieles, los cuales presenta un peligro para la cristiandad occidental.

Por otro lado, el cisma entre las iglesias de Oriente y Occidente, resultado también de una división política del imperio, encuentra su principal razón en la búsqueda de los Obispos occidentales del poder religioso exclusivo, prescindiendo de la figura del “Emperador pontificio”, es decir el guía de la religión, viejo reducto del pasado imperial Romano.

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Sin embargo, de no existir Bizancio en el oriente, cuyas fuertes murallas sirvieron de tope a los invasores orientales, dando así resguardo al desarrollo de Occidente, los infieles hubieran avanzado sin clemencia sobre los terrenos de la Iglesia.

Es así como la Iglesia se desarrolla en un contexto de crisis, pero en el que sin embargo, es el periodo donde más influencia tuvo, siendo capaz de configurar todos los ámbitos de la vida según su espíritu.

Según esta línea, es preciso saber que en este periodo, la Iglesia posee una gran influencia, pero también estaba sujeta a los sistemas feudales, según los cuales con el tiempo fue adquiriendo grandes extensiones de tierras9, gracias a las cuales los obispos y abades a su cargo, llegaron a ser grandes señores. De esta manera, las posesiones de la Iglesia aumentaron cada vez más y finalmente la tercera parte de la propiedad agrícola en la Europa occidental y central perteneció a la Iglesia.

Con todo lo anterior, podemos comenzar a darnos cuenta de un hecho sutil que se esconde detrás de todos estos datos. Este hecho, es que la iglesia se comporta, en este periodo, de igual manera que un reino. Tal como a un rey le interesaba en aquel momento contar con una población a su servicio, que crea, le respete, y lo defienda; la Iglesia requerirá contar con un pueblo devoto que sea capaz de aceptarla, integrarla, practicarla y difundirla. De igual manera que los intereses geopolíticos e “ideológicos” movilizaran a los señores y a sus pueblos a cruentas batallas, la Iglesia y sus representantes, harán lo suyo queriendo ser superiores a todos los poderes circundantes; ejemplo de esto es la “Dictatus Papae”10, emitida por el Papa Gregorio VII, en que éste determina la absoluta supremacía del Papa, ubicándose por encima de los clérigos, obispos, fieles e iglesia, ya sean éstas locales o nacionales. Su autoridad está por encima de la de los concilios. Sólo el Papa tiene el poder de nombrar obispos, como así también emperadores y príncipes, quienes le deben sometimiento. Asimismo, expone la infalibilidad de la Iglesia, esto es, “la iglesia no erró ni errará jamás”. Por otro lado tal como los señores feudales serán los que regirán la vida y cosmovisión del Feudo, la Iglesia tendrá en este contexto, en el cual hasta los reyes se regirán por sus preceptos, la capacidad de designar a los infieles, las conductas erróneas, y será capaz de guiar a los creyentes a la guerra en defensa de la Religión Cristiana como los hizo el Papa Urbano II en su llamada las Cruzadas de Oriente.

Para terminar esta somera contextualización de la situación eclesiástica Cristiana hacia el periodo, podemos ver en el mapa adjunto la basta extensión de la iglesia de la época. Es importante notar como fue capaz de extenderse en una basta porción del territorio occidental, siendo capaz de a travesar incluso la gran fragmentación política de la época. También, para el análisis posterior, nos servirá comprender como estaba rodeada por las otras culturas y religiones, y como estas representaban una amenaza a sus intereses de influencia.

9 Estas adquisiciones se dieron gracias a obsequios, pagos, concesiones, etc.10 Dictatus Papae 1075, Gregorio VII, Origina la “Querella de la Investiduras”

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b) La Iglesia y su influencia en la sociedad presente

Luego de esta contextualización, que nos da una perspectiva a grandes rasgos de la situación, haremos un análisis en mayor profundidad de la influencia de la iglesia en la sociedad, la cultura, y el arte. Siendo aquí donde comenzaremos a añadir a todo este ensayo el “Contenido Musical”, propio del tema principal de este trabajo.

Desde su fundación, la iglesia, bajo la moral cristiana y su cosmovisión misionera concebida desde el inicio de esta era, han influido sobre la sociedad en la que se insertan. Ya vemos, en las primeras oleadas germánicas del siglo V, el actuar de esta institución, la cual enseño y difundió su doctrina entre los germanos.

Es importante resaltar el hecho meritorio del acto mismo de la conversión, ya que debido a la naturaleza caudillista de los pueblos germanos, bastaba con que los príncipes o la nobleza optaran por la conversión, para que grandes pueblos siguieran la misma decisión. Esto, sin dejar de ser un punto favorable, también presentaba una inconsistencia con la misma doctrina, ya que dentro de esas grandes masas de conversos, existía la posibilidad de que no existiera un verdadero entendimiento del acto que realizaban, y por ende una gran dificultad en la asimilación de la

11 Mapa obtenido libremente de: http://mediateca.cl/900/geografia/geografia/maphismedia.htm

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nueva religión. Es debido a esto, que era imprescindible el apoyo de misioneros doctos en las materias espirituales, hasta que hubieran logrado una real conversión interior.

Según plantea Joseph Lortz, en su Historia de la Iglesia, los pueblos germanos eran considerados unos niños, inmaduros espiritualmente, los cuales requieren un sustento para adoptar realmente la fe.

“(…) En todo tiempo ha influido la personalidad cristiana del misionero como el instrumento más importante para la propagación de la verdad cristiana. Lo mismo sucedió en la evangelización de los germanos. Los misioneros capaces de llevarla a cabo, dispuestos a arrostrar las para nosotros inimaginables penalidades de aquella misión itinerante en la Germania tan poblada de bosques, fueron, en su mayor parte, germanos. Destruyeron santuarios paganos, comieron la carne de los

animales sagrados y bautizaron en el sagrado manantial de los dioses (por ejemplo, Wilibrordo en Helgoland), para demostrar así el poder de Dios y la impotencia de los ídolos. Y en todo ello, por

regla general, mostraron una prudente y pedagógica capacidad de discernimiento, que se correspondía con las magistrales directrices misioneras de Gregorio I. Hay que hacer constar que

sólo unos pocos misioneros se desviaron de las instrucciones recomendadas y del espíritu de prudente acomodación, dejándose arrastrar por el fanatismo y por perjudiciales actos de violencia.

(…)”12 (Lortz)

Con esto, ya vemos cómo la iglesia influía en la sociedad desde sus primeros inicios, pero también veremos que en el siglo XI, llegara a ser capaz de estructurar la sociedad de acuerdo a sus propias definiciones. Por ejemplo, será capaz de otorgar el perdón de los pecados, y con ello el ingreso al paraíso; y cómo gracias a esta atribución, se fue haciendo acreedora de grandes riquezas y tierras, legadas por nobles en los momentos finales de sus vidas, cuando decidían redimirse ante Dios. Pero con esto, la iglesia se transforma en parte de la nobleza, entrando como ya habíamos visto antes, a los sistemas feudales y de vasallaje.

Pero ¿Cómo una institución de carácter piadoso puede explotar a los labradores de sus tierras? La solución viene de la misma línea de la concesión del perdón, generando la “Teoría de los tres ordenes”13, según la cual se justificara el feudalismo en general, y su situación en particular.

Y esta justificación será respetada por cada habitante de los reinos influenciados por la Iglesia, ya que quien designaba tal ordenanza, era el mismo Dios.

c) La cultura y la Iglesia en la Edad media

12 Historia de la Iglesia de Joseph Lortz, Observaciones Fundamentales Sobre la Evangelización de los Germanos. Obtenido libremente de : http://www.conoze.com/doc.php?doc=493713 Teoría según la cual la sociedad se divide en tres ordenes: los oradores, encargados de orar por el perdón de todos los habitantes; los guerreros, encargados de defender a todos los habitantes; y los labradores, cuya labor era mantener al resto de la sociedad.

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Ya hemos visto la influencia de la Iglesia a nivel de los reinos, y también como esta influyo en la definición de la sociedad en la que estaba inmersa. Pero ahora veremos como esta noble institución va a moldear ciertos aspectos culturales, y especialmente observaremos el desarrollo musical y sus temáticas. Pese a que ya podemos darnos cuenta del poder que poseía la Iglesia gracias a los dos puntos anteriores, en este apartado acercaremos más la vista hacia lo que estaba ocurriendo en aquellos tiempos.

Culturalmente debemos tener como franca premisa, la influencia de los conceptos cristianos en el desarrollo y transcurso de la vida medieval de occidente.

Para entender los alcances del efecto de la música, esta vez religiosa y también profana, en la vida medieval, nos es conveniente conocer someramente ciertos aspectos del hombre medieval. Nos serviría saber la cosmovisión, la forma de ver la religiosidad, y su forma de comprender el orden social establecido; sería interesante, incluso para comprender los aspectos artísticos, saber acerca del ritmo de la vida en torno al “Tiempo y el Espacio” en el que se desenvuelve este hombre.

Y la pregunta que inmediatamente surgirá en el inconsciente del lector de esta monografía es: ¿De qué nos sirve conocer estos aspectos de la vida común del hombre medieval, si lo que se busca es analizar el desarrollo del arte, específicamente de la música?

Y bien vale la pena resolver esta interrogante, precisamente en este apartado. La razón principal por la que abordaremos esta temática (incluso siendo bastante restringidos en la extensión) es principalmente por que hablamos, a lo largo de toda la monografía, de la influencia de un ente sobre una población; y es aquella población, a la cual se dirigirán ciertos mensajes e ideas, en fin, es ella, en última instancia, la que motivara todo el desarrollo dado.

Y aunque suene redundante, la población esta compuesta por hombres, mujeres, y su progenie; los cuales, dadas sus formas de vida serán susceptibles a las influencias del medio, y como ya veremos, en base a las susceptibilidades del hombre (termino genérico) de la época, veremos como podemos atribuir cierto desarrollo cultural y artístico de la época.

Lo primero que vamos a tratar, de manera simple, es cómo vivía el hombre medieval. Lo primero que notaremos, es que su vida se orientara de acuerdo a dos ejes: El tiempo y el espacio. De esta manera veremos que el ritmo de la vida, se regirá por las horas de luz disponibles según la época del año. Se agregara a esto, que al menos hasta el siglo XIII, según los estudios, la mensuración del tiempo se daba por las campanadas de las iglesias de los pueblos, las cuales regían el horario de la oración de los clérigos. Es decir, la jornada comenzara con la salida del sol y terminara con su puesta, lo cual también generara una manera de desarrollo social, influyendo en la vida cotidiana, por ejemplo en el campo laboral; o llevara a un desarrollo de ciertas concepciones comunes, acordes a las cosmovisiones imperantes, por ejemplo la forma de entender el entorno, atribuyendo temores a los bosques circundantes, o la comprensión de los monasterios y pueblos, como fuente de seguridad y “Luz”.

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Esto, que pese a nuestras propias experiencias situadas en el aquí y el ahora, nos pueden parecer extrañas y hasta absurdas. Pero en un contexto en el cual el pueblo llano no manejaba mayores conocimientos que los meramente empíricos, son cimientos para “Su” propia realidad, y de paso generan una predisposición a las creencias, lo cual hoy en día con el creciente desarrollo tecnológico, se hace más difícil.

En cuanto al espacio, nos encontramos un hombre que vive plenamente de la tierra, el cual comprenderá su mundo a través del trabajo de la misma, entendiéndola como fuente de supervivencia. Entendemos, dado el contexto, las dificultades de movilización, que llevarán a una limitación de la gente a su aldea. Esto último nos lleva a entender, cuan poderoso ha de haber sido el espíritu religioso, como para ser capaz de movilizar grandes números de personas en peregrinaciones hacia los lugares sacros; o más adelante movilizarse a las cruzadas de oriente.

Comencemos pues, a adentrarnos en el aspecto musical y como se caracteriza dentro de este periodo.

Como vemos en el apartado de Jean Yves Hameline, y como podemos esperar dado todo lo anterior, todo el universo de estos hombres esta lleno de metáforas14. En el ámbito litúrgico, “el canto asume y desplaza al texto, que a su vez asume al canto. Cada aspecto de la liturgia medieval tiene un aspecto trascendente, que busca vincular una práctica con una inamovible creencia logrando hacer participe a cada hombre, de la fe cristiana. Para entender esto, debemos comprender el “factor Psicológico” de la práctica litúrgica.

Es necesario saber que las liturgias de esa época son orientadas hacia el exterior (es decir, busca materializar concretamente el proceso abstracto de la ceremonia). “Su objetivo es construir los signos propios del escenario sagrado, componer un espacio lleno de personajes, voces, imágenes, figuras, aromas y luz”15.

Reflexionando en rededor de este punto y recordando lo anterior, podemos comprender como se procedía en la época, en las temáticas de creencias. La sofisticación de la liturgia, de seguro se debe haber dado en virtud de la transmisión del mensaje, para ello la búsqueda de crear todo un ambiente que genere en el creyente una especie de vinculación particular con la práctica, y más aún con la creencia. Recordemos el nivel cultural de los oyentes, y bajo eso encontraremos sentido a estos esfuerzos en la puesta en escena. Era necesario “elevar al creyente” al mismo cielo, o tal vez, acercar esa lejana y sacra idea hacia él.

Dada la “herencia sinagogal” de la liturgia cristiana romana, según la cual se reúne una asamblea para orar, escuchar lecturas bíblicas, cantar salmos y dar gracias, también encontramos una razón

14 Apartado de Canto gregoriano, página 50, Historia de la Música Occidental, dirigido por Marie Claire Beltrando Patier.15 Apartado de Canto gregoriano, página 49, Historia de la Música Occidental, dirigido por Marie Claire Beltrando Patier.

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más para hacer de la ceremonia una instancia de conexión divina, o al menos de proximidad, mediante la serie de signos concretos y entendibles.

Para el logro de este fin, se generaron diversas posturas acerca del canto y de su interpretación e interpretes. Por ejemplo, Rabano Mauro en su “De Institutione clericorun” (819) declara que “la voz del salmista no debe ser rugosa, ni ronca, ni disonante, sino muy melodiosa (canora), agradable, clara (líquida) y elevada” (…) “su misión es expresar por medio de su canto toda la simplicidad cristiana, y a pesar de todo conmover a los creyentes, en fin, vencer sus resistencias (animos compungere)” (…) 16Con esto, nos damos cuenta del nivel de planificación de la liturgia, y como se buscaba que estos cantos transmitieran un mensaje claro y amistoso al oyente, pero que a la vez fuera motivante en el trayecto. En si, esa suposición que vimos en un principio acerca de la musicalización del texto litúrgico sólo en con fines de embellecimiento, puede ser cierta, pero también debemos ser capaces de desprender el “¿Para qué?” de esta acción, la cual quiera se o no, sirve como medio facilitador de la asimilación del contenido. (Para entender fácilmente esta idea, podemos pensar en los spots publicitarios de hoy en día, y nos daríamos cuenta que si a aquellas atractivos mensajes, los despojamos de su música no resultan tan atrayentes, ni se quedan en el inconsciente de manera tan fácil).

Ya nos adentramos lentamente en la primera interrogante presentada. Ya vemos, como la música es capas de facilitar la transmisión de un mensaje. Pero hemos tratado esto sólo desde el ámbito litúrgico, y podríamos preguntarnos ¿Es qué acaso el pueblo pudo transmitir ideas también gracias a la música?

Y claro, la música profana también tuvo su labor. Y es que dentro de las múltiples temáticas, los trovadores y troveros, también eran capaces de llevar en sus melodías alguna idea o corriente de pensamiento. No sólo hablaban estos hombres del amor cortesano, ni de las bellas praderas, ni de las pastorcillas, sino que también seran capaces de hacer cantos de protesta, como lo es el “Sirventés”, y también actuaran como trasmisores políticos.

A continuación presentare un extracto de un artículo de la universidad de Valencia, que trata acerca de la valía del trovador con su “sirventés” en términos de la transmisión de una idea:

(…)Las circunstancias que dan lugar a este intercambio, a esta dura batalla poética, marcan un momento dramático y decisivo para Catalunya. En la primavera de 1285, el hijo de Jaume I, Pere el Gran, se dirige al Rosellón, tierra de su hermano, Jaume II de Mallorca, al enterarse de que éste se

ha confabulado con el rey de Francia, Felipe III el Atrevido, lo que desencadena la guerra entre Francia y la Corona de Aragón, a la que el Papa, como hemos dicho, no duda en otorgar la

categoría de “cruzada”.

16 Apartado de Canto gregoriano, página 58, Historia de la Música Occidental, dirigido por Marie Claire Beltrando Patier.

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El motivo que inicia este curioso intercambio de propaganda político-religiosa es un sirventés del trovador afrancesado Bernart d’Auriac en el que, ante la inminente invasión de Cataluña, anima a los “cruzados” franceses con abundantes metáforas heráldicas sobre las flores de lis y deseando que pronto se oigan por estas tierras oïl y nenil (adverbios de negación franceses), en vez de oc y no, todo lo cual, es cierto, resulta chocante por estar escrito precisamente en occitano y por un

languedociano:

(Traducción) Nuestro rey (para él, su rey es Felipe III de Francia), que es de honor sin par, quiere desplegar su gonfanón, por lo que veremos las flores avanzar por tierra y por mar; y me parece

bien, porque ahora sabrán los aragoneses quiénes son los franceses, y los catalanes, avaramente corteses, verán flores, flores de honrada semilla, y oirán decir por Aragón oil nenil en lugar de oc y

no. (Riquer, 1989: 1595-1596)

(Idioma original) Nostre reys, qu’es d’onor ses par,/ vol desplegar/son gonfano,/don veyrem per terra e per mar/las rancésar;/et sap mi bo,/qu’aras sabran aragones/qui son rancés,/e.ls catalas estregz cortes/veyran las flors, flors d’onrada semensa,/et auziran dire per Arago/oil nenil en luec

d’oc e de no.(…) (Mª Dolores Burdeus, 2000)

Como se sabe, mediante la música profana, se hacían sátiras a la sociedad imperante, a las irregularidades, y también podemos encontrar un cierto “desahogo” de los hombres más desposeídos del periodo, aquellos que no eran considerados en las tomas de decisiones económicas, políticas y bélicas; pero que sin embargo, debido a la forma de forma imperante, debían someterse a los mismos cánones vigentes, a una vida de virtud y moralidad, que como criticaran algunos trovadores, ni los mismos clérigos llevaban.

Por ejemplo, en “In Taberna quando sumus”, perteneciente a los manuscritos del Codex Buranus17 podemos encontrar una verdadera sátira de los valores y practicas profesados, siendo una canción de taberna, hace alusión a Reyes y Papas, poniendo en sus textos la idea contrastante del acto beber por ellos, siendo que como se puede entender en versos anteriores ellos los oprimen. También, en el texto de esta pieza, podemos ver una clara incitación a disfrutar de los placeres de la vida, al juego, a la bebida. Es decir, incitaba a los hombres a transgredir aspectos en contra de la dignísima moralidad Cristiana de la época.

17 http://www.youtube.com/watch?v=_7DMcG3UCY0

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Estrofa 2:

Algún juego, alguna bebida,

algo que disfruten unos y otros

de aquellos que se quedan a jugar.

Algunos están desnudos,

otros están vestidos,

y otros cubiertos con sacos.

Ninguno teme a la muerte,

y echan suertes en honor a Baco.

Estrofa 5:

La señora bebe, el señor bebe,

el soldado bebe, el clérigo bebe,

el hombre bebe, la mujer bebe,

el esclavo bebe, la esclava bebe,

el hombre activo bebe, el indolente bebe,

el hombre blanco bebe, el negro bebe,

el perseverante bebe, el vago bebe,

el ignorante bebe, el sabio bebe.

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IV) Una aparente conclusión

Ya nos acercamos a concluir el análisis propuesto en esta sección de la monografía. Hemos atravesado distintas interrogantes y planteado ciertas situaciones temporales, sociales, ideológicas, políticas, geográficas, y sobretodo, lo hemos hecho buscando cómo insertar en esta concatenación de aspectos el aspecto musical de la forma más coherente.

Desde el comienzo, hemos expuesto al lector el contexto situacional del que trata la monografía para intentar dar respuesta a una interrogante: ¿Habrá sido utilizada la música como una herramienta política durante el periodo? La forma que elegimos para aventurarnos en esta difícil respuesta, fue analizar la situación y las verdaderas posibilidades de la música, para decidir una respuesta que en ningún caso será definitiva, ya que es una mera conjetura basada en “lo que el contexto pedía y facultaba”.

Esclarecido el procedimiento elegido para el análisis, y esperando la comprensión del lector, daremos inicio a una tentativa respuesta.

Como vimos durante todo este análisis, la música es capaz de transmitir ideas y mensajes de manera amistosa y clara hacia los oyentes, con esto no nos referimos a la música como un formato de datos que se traspasara mediante los puertos de interconexión de los oídos, sino que vemos en la música un medio difusor de ideas que es capaz de resaltar o destacar un texto. Por ejemplo, vimos su actuar en la liturgia, actuando como parte de una serie de factores que influyen en la concreción y “solemnizacion” de un acto que a un no creyente podría parecer absurdo y sin sentido.

Como última prueba de su efectividad, podemos ver como William Flemming en su texto “Arte, Música e Ideas” nos cuenta como Arrio18 transmitía sus creencias religiosas por medio de melodías al vio (populares) logrando así numerosos adeptos. Es decir, es casi un hecho la funcionalidad de la música como elemento cohesionador y difusor de ideas. (Flemming)

Con esto aseguramos finalmente el punto de la música como difusor de ideas, y es precisamente por ello que posible que su desarrollo se halla dado con un fin político. Pero la inquietud inmediata es y ¿Por qué? Y es aquí donde echamos mano de todo lo antes expuesto.

Si recordamos la situación en que se encontraba la iglesia del momento, con una fragmentación política y a la vez un sinnúmero de formas de practicar la liturgia (es decir un sinnúmero de formas de comunicarse con la sociedad en la que se apoya), y a esto sumamos el constante asedio de los “pagano” de oriente, los roces con otras religiones (Judaísmo, islamismo) e incluso con otra forma de ver el cristianismo (La iglesia ortodoxa de occidente) nos daremos cuenta de lo poco conveniente que era para la “misión” y más claramente para los intereses de este Imperio espiritual (como vimos en su forma de desenvolverse en la sociedad), que los creyentes estuvieran

18 Arrio (256 - 336) fue un presbítero de Alejandría (Egipto), probablemente de origen libio, fundador de la doctrina cristiana conocida como arrianismo,

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disgregados. Era necesario, más aún imperioso, que su poder se trasmitiera en todas las regiones dominadas por ella (ver el mapa adjunto) de una manera unificada.

Recordemos pues aquella comparación entre la manera de actuar de un reino (en su definición terrenal) y la iglesia que presentamos con anterioridad, y seamos capaces de identificar hoy en día esta forma de actuar. Seria fácil para un país actuar hoy en día frente al mundo, si internamente se advierten distintas formas de concebir una idea o una forma de proceder frente a diversos problemas. ¡¿Como podría funcionar una nación si el elemente que la unifica (en el ejemplo la cultura, en nuestro sujeto, la liturgia y su canto) esta disuelto en múltiples practicas?! Debemos preguntarnos si la Iglesia habría alcanzado tal poder en la edad media, si no se hubiera unificado, y claramente si la música no hubiera estado allí para ayudar a generar un cambio, o para transmitir las ideas tanto netamente religiosas y de buena fe, como también aquellas que denotan claramente una ambición política dado el mapa del medioevo.

Y si aún queda duda, preguntémonos si, aún sin la existencia del canto gregoriano, sin aquella instancia mística y de elevación espiritual, el cual ayudaba a meter el germen del cristianismo en cada alma, ¿hubieran sido posible las cruzadas, o cuantas otras guerra sangrientas que se libraron en nombre de un hombre que predico la paz en la tierra y que pido que “se amaran los unos a los otros”?

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Conclusiones:

Ya presentado y concluido el análisis anterior, intentaremos dar algunas posibles respuestas a las preguntas que motivaron el desarrollo de este trabajo:

¿Qué significa “conocer la música medieval”? ¿Qué sentido tiene conocer la música medieval para los músicos aquí y ahora?

Conocer la historia de la música medieval significa ser capaz de adentrarse en el “cómo y el “por qué” de la misma. Es decir, no es sólo comprender los aspectos técnicos y teóricos de su composición e interpretación, sino que como en el estudio de la historia de cualquier tema, significa se capaz de comprenderla en su contexto, entendiéndola fruto de algo más grande, pero también como procreadora de otros aspectos. Es decir, alguien que dice ser un conocedor de la música medieval, debe ser capaz de comprenderla como causa y consecuencia, y no como la mera recopilación de repertorios y formas de reconstrucción contemporánea de música “centuricas”.

Y es en comprobación de esto que el análisis presentado en la sección de “desarrollo” cobra sentido, ya que obviamente puede ser cargado de mayor información, que incluso podrían llegar a derribar la conclusión presentada, pero que es una fiel muestra de lo que podría significar conocer la historia de la música medieval, y en general toda historia, se debe ser capaz de generar puentes históricos entre realidades distantes, o también ser capaz de comprender que ciertos aspectos muy contemporáneos tienen fuentes de desarrollo antiquísimas.

Y si nos preguntamos de qué nos sirve a los músicos comprender la música medieval, la respuesta no se aleja mucho de lo anterior. Si nos preguntamos ¿Con qué preceptos rompe la música contemporánea actual? La respuesta más básica sería una ruptura con lo previo, es decir con los sistemas tonales, los ritmos definidos, las estructuras de composición, las concepciones de belleza, etc. Y si nos preguntamos ¿con qué rompió el sistema tonal? La respuesta más sencilla sería el sistema modal y todo lo que hemos estudiado durante el curso.

Pero aún queda la pregunta sin respuesta. Y lo más cercano, es que es en este periodo tan arcaico desde nuestra perspectiva que se gesta todo el desarrollo musical. Es un periodo digno de admiración, en el cual los eruditos con muchas menos herramientas que con las que contamos hoy, dieron forma, a pesar de las adversidades a un arte que fue capaz de transformar sociedades, de transmitir ideas, y que pese al nivel de abstracción que requiere su comprensión a perdurado en su forma y su fondo intacta.

Y es necesario para un músico y compositor contemporáneo, saber que lo que hace actualmente tiene un trasfondo histórico que lo avala, y que su decisión de romper con los moldes estilísticos no es nada distinto de lo que vivieron hace siglos miles de hombres de artes, pero con una gran diferencia: el músico contemporáneo tiene la responsabilidad de saber que lo que hace hoy aun cuando sea considerado nuevo (incluso si usa los instrumentos de otra forma que la usual), es el fiel reflejo de un proceso que lleva milenios: la evolución de la música(bajo cualquier intención)

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desde el primer sonido, pasando por las fugas de Bach y las Sinfonías de Beethoven, hasta la humilde composición de un alumno.

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Trabajos citados1. Flemming, W. (s.f.). Arte, música e Ideas.

2. Hameline, J. Y. (s.f.). Canto Gregoriano. Historia de la Música Occidental. Espasa.

3. Lortz, J. (s.f.). Historia de la Iglesia.

4. Mª Dolores Burdeus, E. R. (2000). El espíritu de las cruzadas en la lírica occitana. . Las órdenes militares: realidad e imaginario. Castellón de la Plana, Universitat Jaume I.

Bibliografía Consultada 1. Consulta acerca de la cultura medieval y vida cotidiana: http://www.arteguias.com2. Mapa acerca de la extensión de la Iglesia en la Edad Media:

http://mediateca.cl/900/geografia/geografia/maphismedia.htm3. Traducción del poema “In taberna quando sumus”:

http://www.cofradiavinomontilla.com/Cofradia/IntabernaTraduccion.htm4. Información básica acerca de la situación de la Iglesia del Periodo:

http://sobrehistoria.com/la-iglesia-en-la-edad-media/http://sobrehistoria.com/el-poder-economico-de-la-iglesia-medieval/

5. Información Básica acerca de la situación geopolítica del siglo VI en occidente: http://www.extensionuned.es/archivos_publicos/qdocente_planes/8695/reinosgermanicos.pdf

6. Joseph Lortz, Historia de la Iglesia: http://www.conoze.com/doc.php?doc=4862

7. El espíritu de las cruzadas en la lírica occitana:http://www.uv.es/=moltoe/articles/cruzada.htm