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Modernismo

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El modernismo en el mundo

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Modernismo

MODERNISMO

Manuel Gutiérrez Nájera 

Manuel Gutiérrez Nájera (Ciudad de México, 22 de diciembre de 1859 - ibídem, 3 de

febrero de 1895) fue un poeta, escritor y cirujano mexicano, trabajó como observador cronista.

Debido a que trabajó en distintos hospitales, utilizó múltiples antónimos,obstante, entre sus

contertulios y el público, el más arraigado fue: El Duque feo.

Se le considera el iniciador del modernismo literario en México. Perteneció a una familia de

clase media. Escritor y periodista toda su vida, inició su carrera a los trece años. Escribió

poesía, impresiones de teatro, crítica literaria y social, notas de viajes y relatos breves para

niños. El único libro que vio publicado el duque en vida, fue una antología de cuentos a la que

llamó: Cuentos Frágiles (1883); fue uno de los fundadores de la Revista Azul, órgano de

difusión del modernismo en México. Gran parte de su obra apareció en diversos periódicos

mexicanos bajo multitud de seudónimos: El Cura de Jalatlaco, El Duque

Job, Puck, Junius, Recamier, Mr. Can-Can, Nemo, Omega, etc. Se escudaba en esa

diversidad para publicar distintas versiones de un mismo trabajo, cambiando la firma y

jugando a adaptar el estilo del texto a cada seudónimo.

Escribió poesía romántica y amorosa. Gustó de lo afrancesado y de lo clásico, como era

habitual en los intelectuales mexicanos y la alta sociedad de su tiempo. Nunca salió de México

y en pocas ocasiones de su ciudad natal, pero sus influencias son

europeas: Musset, Gautier, Baudelaire, Flaubert, Leopardi.1 Siempre anheló unir el espíritu

francés y las formas españolas.

Su madre, ferviente católica empeñada en que su hijo fuera sacerdote, le impuso la lectura de

los místicos españoles del Siglo de Oro y la formación en el seminario, influencia que se vio

compensada por la fuerte corriente positivista de la sociedad de la época que pugnaba en

sentido contrario. Gutiérrez Nájera abandonó el seminario a los pocos años, y cambió a San

Juan de la Cruz, Santa Teresa y Fray Luis de León, que no obstante siempre influirían en su

obra, por los autores franceses del siglo y por la práctica cotidiana de la literatura en

periódicos locales como El Federalista, La Libertad, El Cronista Mexicano o El Universal. En

1894 fundó, con Carlos Díaz Dufoo, La Revista Azul, publicación que lideró el modernismo

mexicano durante dos años.

A Manuel Gutiérrez Nájera se le define como «especie de sonrisa del alma» por la gracia sutil

de su estilo, elegante, delicado y con ternura de sentimientos.2 En el fondo fue siempre poeta

romántico. Entre sus obras poéticas más importantes se encuentran: La Duquesa Job, Hamlet

a Ofelia, Odas Breves, La Serenata de Schuberty el afamado poema «Non omnis moriar» (No

moriré del todo). Cultivó la prosa en cuentos, a los que aportó una nueva forma, y en crónicas:

MODERNISMO

el libro de relatosCuentos Frágiles fue el único que publicó en vida como tal, pero ordenó con

distintos criterios sus entregas a periódicos y revistas: Cuentos del domingo, Cuentos

vistos, Cuentos color de humo, Crónicas color de oro, Crónicas color de lluvia, etc. lo que ha

orientado los criterios de sus editores.

 

A UN TRISTE

¿Por qué de amor la barca voladoracon ágil mano detener no quieres,

y esquivo menosprecias los placeresde Venus, la impasible vencedora?

A no volver los años juveniles,huyen como saetas disparadaspor mano de invisible Sagitario;

triste vejez, como ladrón nocturno,sorpréndenos sin guarda ni defensa,

y con la extremidad de su arma inmensala copa del placer vuelca Saturno.

¡Aprovecha el minuto y el instante!Hoy te ofrece rendida la hermosura

de sus hechizos el gentil tesoro,y llamándote ufana en la espesura,suelta Pomona sus cabellos de oro.

En la popa del barco empavesadoque navega veloz rumbo a Citeres,

de los amigos del clamor te nombra,mientras tendidas en la egipcia alfombra,

sus crótalos agitan las mujeres.

¡Deja, por fin, la solitaria playa,y coronado de fragantes flores

descansa en la barquilla de las diosas!¿Qué importa lo fugaz de los amores?¡También expiran jóvenes las rosas!

MODERNISMO

¡SI TÚ MURIERAS!

Anoche, mientras fijos tus ojos me mirabany tus convulsas manos mis manos estrechaban,

tu tez palideció.¿Qué hicieras -me dijiste- si en esta noche misma

tu luz se disipara, si se rompiera el prisma,si me muriera yo?

¡Ah! deja las tristezas al nido abandonado,las sombras a la noche, los dardos al soldado,

los cuervos al ciprés.No pienses en lo triste que sigiloso llega;los mirtos te coronan, y el arroyuelo juega

con tus desnudos pies.

La juventud nos canta, nos ciñe, nos rodea;es grana en tus mejillas; en tu cerebro, idea,

y entre tus rizos, flor;tenemos en nosotros dos fuerzas poderosas,

que triunfan de los hombres y triunfan de las cosas:¡la vida y el amor!

Comparte con mi alma tus penas y dolores,te doy mis sueños de oro, mis versos y mis flores

a cambio de tu cruz.¿Por qué temer los años, si tienes la hermosura;la noche, si eres blanca; la muerte, si eres pura;

la sombra, si eres luz?

Seré, si tú lo quieres, el resistente escudoque del dolor defienda tu corazón desnudo;

y si eres girasol,seré la pare oscura que en hondo desconsuelo

sin ver jamás los astros se inclina siempre al suelo;¡Tú, la que mira al sol!

La muerte está muy lejos; anciana y errabunda,evita los senderos que el rubio sol fecunda,

y por la sombra va;camina sobre nieve, por rutas silenciosas,

huyendo de los astros y huyendo de las rosas;¡la muerte no vendrá!

MODERNISMO

La vida, sonriendo nos deja sus tesoros:¡abre tus negros ojos, tus labios y tus poros

al aire del amor!Como la madre monda las frutas para el niño,

¡Dios quita de tu vida, cercada de cariño,las penas y el dolor!

Ahora todo canta, perfuma o ilumina;ahora todo copia tu faz alabastrina,

y se parece a ti;aspiro los perfumes que brotan de tu trenza,

y lo que en tu alma apenas como ilusión comienza,es voluntad en mí.

¡Ah! deja las tristezas al nido abandonado,las sombras a la noche, los dardos al soldado;

los cuervos al ciprés.No pienses en los triste que sigilos llega;los mirtos te coronan, y el arroyuelo juega

con tus desnudos pies.

LUZ Y SOMBRA. 

Yo soy el ave errante que solitaria llora, y en áridos desiertos -cruzando siempre va; sé tú la verde rama que brinde bienhechora 

al ave que ya muere dulcísimo solaz. 

Yo soy brisa que pasa, yo soy hoja que rueda, arista que arrebata furioso el huracán; 

no sé por do camino, no sé ni en donde pueda de mi incesante lucha el término encontrar. 

Yo soy el sol que se hunde, allá tras la montaña, envuelto en el sudario rojizo de su luz; 

sé tú la blanca aurora que el horizonte baña y rasga de las sombras el lóbrego capuz. 

Yo soy la negra noche, sin luces, sin estrellas: yo soy cielo de sombras, rugiente tempestad; 

sé tú la casta luna que con su luces bellas disipe de esa noche la horrible obscuridad. 

Yo soy la navecilla que el aquilón azota, y que, sin rumbo, en medio del anchuroso mar; 

MODERNISMO

juguete de los vientos entre arrecifes flota y sin timón ni brújula se mira zozobrar. 

Sé tú la blanca estrella que alumbre mi camino, el faro que me guíe al puerto de salud; 

no dejes que en los brazos de mi cruel destino me arroje en el abismo y olvide la virtud. 

Yo soy la flor humilde sin galas ni belleza, sin plácidos colores ni aroma embriagador; 

tú, pálida azucena de eólica pureza cuyo perfume casto es hálito de amor.

Mas si la flor humilde amara la azucena, si venturosa viere premiada su pasión, 

alzara, su corola, tal vez de aroma llena, irguiérase en su tallo al soplo del amor. 

II. 

Yo vivo entre sollozos, mi canto es el gemido, jamás mi labio entona la estrofa del placer; mi pecho siempre exhala tristísimo alarido, mi rostro siempre abate terrible padecer. 

Muy lentas son mis horas; muy tristes son mis días; horribles horizontes limitan mi existir, 

caverna pavorosa de obscuras lejanías, preséntase á mis ojos el negro porvenir. 

La luz que iluminaba mi lóbrego camino y que tranquilos goces en la niñez me dió, 

dejándome entre sombras, cual raudo torbellino, ante mi vista atónita por el espacio huyó. 

Tan triste es lo que siento, tan negro lo que veo, que sólo me consuelan mi llanto y mi gemir; 

ya no en la dulce dicha, ni en la ventura creo, ya sólo me presenta la muerte el porvenir. 

La duda con sus garras destroza mi creencia, marchita con su aliento las flores de mi amor; 

hay sombras en mi alma, hay luto en mi conciencia, mi vida es una estrofa del himno del dolor! 

III 

MODERNISMO

Tu vida ángel hermoso, cual cándido arroyuelo, deslizase entre flores con suave murmurar, tu corazón es puro como el azul del cielo, 

jamás tu frente empañan las nubes del pesar. 

Tú ignoras, niña bella, del mundo los engaños, no sabes cómo muere del alma la ilusión ; 

no sabes cómo agotan terribles desengaños los sueños más hermosos del triste corazón. 

No sabes cual se llora al contemplar perdida aquella fe sublime que guió nuestra niñez;

no sabes cómo amarga las horas de la vida la duda que nos cerca de eterna lobreguez. 

Es blanca tu conciencia y azul tu pensamiento, rosados horizontes te ofrece el porvenir, 

ninguna nube empaña de tu alma el firmamento, ninguna pena enluta tu plácido existir. 

Cuando del sacro templo en las soberbias naves, murmuras una tierna, purísima oración, 

suspenden al oírla, sus cánticos las aves, y un ángel la conduce al trono del Señor. 

Los cielos te sonríen, la tierra te da flores, las fuentes su murmullo, las aves su cantar; 

tu corazón es nido de cándidos amores, con tu mirada ahuyentas las nubes del pesar. 

IV 

Mi vida es un suspiro, tu vida una sonrisa; mi alma negra sombra, la tuya blanca luz; eres arroyo y ave, eres perfume y brisa; 

yo lágrimas y duelo, tristísimo sauz. 

Convierte los abrojos de mi cruel destino con las hermosas flores de tu bendito amor; y entonces, vida mía, al fin de este camino, irán nuestras dos almas al trono del Señor. 

Tal vez en mi alma existen en sombra aletargados, los gérmenes sublimes de gloria y majestad: 

sin ámbito ni norte dormitan cobijados en el sudario lúgubre de horrible obscuridad. 

MODERNISMO

Alumbra con tus ojos mi obscura inteligencia, 

José Asunción Silva 

José Asunción Silva (27 de Noviembre de 1865- 24 de Mayo de 1896 Bogotá, Colombia) fue

un poeta colombiano modernista. Se considera que su obra de mayor relevancia es ¨El libro

de versos¨.1 Fue uno de los más importantes precursores del Modernismo, y, según otro

sector de la crítica, uno de los más importantes escritores de la primera generación de

modernistas. Sin ocupación de la cual derivar un sustento, acepta en 1894 el nombramiento

de secretario de la Legación de Colombia en Caracas. Allí frecuenta los salones más

distinguidos, sueña con negocios de los cuales sacar buenos dividendos y establece amistad

con los redactores de la revistas El Cojo Ilustrado y Cosmópolis. Todo va bien hasta que sus

finanzas decaen, comienza su enfrentamiento con el ministro de la Legación (el general José

del Carmen Villa, a quien menosprecia y hace objeto constante de burla) y siente la ausencia

de su madre.

El 28 de enero de 1895, el barco a vapor Amérique, que lo trae desde Venezuela, naufraga

frente a Barranquilla. Se hunden con él los manuscritos de su obra: el Libro de Versos y

los Cuentos Negros, que pensaba publicar. No continúa su viaje a Bogotá; regresa a Caracas

para cumplir con su asignación diplomática, pero las fricciones con el ministro de la Legación y

su falta de liquidez frustran su deseo de iniciar un nuevo período en el cargo. Dos meses más

tarde está de nuevo en Colombia. Ha fracasado como diplomático y pone entonces sus

esperanzas en la instalación de una fábrica de baldosines, con una fórmula química patentada

por él, para la que consigue el concurso de varios socios capitalistas. Pero en esta empresa

también fracasa. La obra de José Asunción Silva es breve, en parte por el naufragio en el que

se perdieron gran parte de sus manuscritos. Comprende alrededor de 150 poemas, una

novela titulada De sobremesa y una serie, también breve, de prosas y notas críticas. Los

poemas están distribuidos en cuatro conjuntos. El principal de ellos, por su calidad y

coherencia, es El libro de versos, el único que Silva organizó y dejó listo para publicar. Bajo

esas características y con ese título se dio a conocer por primera vez en 1923. En 1945 se

hizo una edición facsímilar, reproducción de los originales. Este volumen comprende su

producción de 1891 a 1896. Su obra primera, escrita entre los 14 y 18 años de edad, estuvo

inédita hasta 1977, fecha en que se halló en la Biblioteca Nacional de Colombia un libro

manuscrito, conocido parcialmente, el cual se publicó bajo el título de Intimidades, con un

estudio del profesor Héctor Orjuela, experto en el trabajo silviano.

José Asunción escribió variadas notas en su ensayo Por el amor de Louis; entre las más

notables se encuentran sus Poesías varias

MODERNISMO

Eres un clavel en el invierno que aunque el frío te aceche seguirás firme en este crudo y

despiadado terreno y estarás ahí sin herirme con tan hermoso diseño.

Los últimos dos conjuntos de su poesía se han reproducido como capítulos de la obra

completa.

ARMONÍAS

A M. Valenzuela

Cual la naturaleza

de la que forma parte y es fiel copia

el alma humana tiene ocultas fuerzas

silencios, luces, músicas y sombras.

Vagas nieblas también... las ilusiones

que el paisaje embellecen cuando brillan

y que desaparecen cuando asomas,

sol de la realidad que las disipas...

Y como en sucesión jamás turbada

todo nace en la tierra y todo muere,

en el mundo ideal de los espíritus

rigen eternas, semejantes leyes:

brotan sobre las tumbas de los muertos

las flores, mensajeras de alegría;

sobre la tumba de un amor llorado

brotan ensueños de tristeza mística

INFANCIA

Esos recuerdos con olor de helecho

Son el idilio de la edad primera.

G.G.G.

Con el recuerdo vago de las cosas

que embellecen el tiempo y la distancia,

retornan a las almas cariñosas,

MODERNISMO

cual bandadas de blancas mariposas,

los plácidos recuerdos de la infancia.

¡Caperucita, Barba Azul, pequeños

liliputienses, Gulliver gigante

que flotáis en las brumas de los sueños,

aquí tended las alas,

que yo con alegría

llamaré para haceros compañía

al ratoncito Pérez y a Urdimalas!

¡Edad feliz! Seguir con vivos ojos

donde la idea brilla,

de la maestra la cansada mano,

sobre los grandes caracteres rojos

de la rota cartilla,

donde el esbozo de un bosquejo vago,

fruto de instantes de infantil despecho,

las separadas letras juntas puso

bajo la sombra de impasible techo.

En alas de la brisa

del luminoso Agosto, blanca, inquieta

a la región de las errantes nubes

hacer que se levante la cometa

en húmeda mañana;

con el vestido nuevo hecho jirones,

en las ramas gomosas del cerezo

el nido sorprender de copetones;

escuchar de la abuela

las sencillas historias peregrinas;

perseguir las errantes golondrinas,

abandonar la escuela

y organizar horrísona batalla

en donde hacen las piedras de metralla

y el ajado pañuelo de bandera;

componer el pesebre

de los silos del monte levantados;

tras el largo paseo bullicioso

traer la grama leve,

los corales, el musgo codiciado,

y en extraños paisajes peregrinos

y perspectivas nunca imaginadas,

MODERNISMO

hacer de áureas arenas los caminos

y del talco brillante las cascadas.

Los Reyes colocar en la colina

y colgada del techo

la estrella que sus pasos encamina,

y en el portal el Niño-Dios riente

sobre el mullido lecho

de musgo gris y verdecino helecho.

¡Alma blanca, mejillas sonrosadas,

cutis de níveo armiño,

cabellera de oro,

ojos vivos de plácidas miradas,

cuán bello hacéis al inocente niño!...

Infancia, valle ameno,

de calma y de frescura bendecida

donde es süave el rayo

del sol que abrasa el resto de la vida.

¡Cómo es de santa tu inocencia pura,

cómo tus breves dichas transitorias,

cómo es de dulce en horas de amargura

dirigir al pasado la mirada

y evocar tus memorias!

SUSPIRO

a A. de W.

Si en tus recuerdos ves algún día

entre la niebla de lo pasado

surgir la triste memoria mía

medio borrada ya por los años,

piensa que fuiste siempre mi anhelo

y si el recuerdo de amor tan santo

mueve tu pecho; nubla tu cielo,

llena de lágrimas tus ojos garzos;

¡ah! ¡no me busques aquí en la tierra

donde he vivido, donde he lucha

MODERNISMO

Amado Nervo

Amado Nervo, seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz (Tepic, en ese

entonces en Jalisco, hoy en Nayarit; 27 de agosto de 1870 - Montevideo, Uruguay; 24 de

mayo de 1919), fue un poeta y prosista mexicano, perteneciente al movimiento modernista.

Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, no pudo ser miembro

de número por residir en el extranjero.1

Poeta, autor también de novelas y ensayos, al que se encasilla habitualmente

como modernista por su estilo y su época, clasificación frecuentemente matizada por

incompatible con el misticismo y tristeza del poeta, sobre todo en sus últimas obras,

acudiéndose entonces a combinaciones más complejas de palabras terminadas en "-ismo",

que intenta reflejar sentimiento religioso y melancolía, progresivo abandono de artificios

técnicos, incluso de la rima, y elegancia en ritmos y cadencias como atributos del estilo de

Nervo.

El sonoro nombre de Amado Nervo, frecuentemente tomado por seudónimo, era en realidad el que le habían dado al nacer, tras la decisión de su padre de simplificar su verdadero apellido, Ruiz de Nervo. Él mismo bromeó alguna vez sobre la influencia en

su éxito de un nombre tan adecuado a un poeta. Obras[editar]

El bachiller, novela de juventud (1895).

Perlas negras , poesía (1896).

Místicas, poesía (1898).

El donador de almas, novela corta (1899).

Poemas publicada en París (1901).

El éxodo y las flores del camino, poesía (1902).

Lira heroica, poesía (1902).

Los jardines interiores , poesía (1905).

Almas que pasan, prosa (1906).

En voz baja, poesía (1909).

Ellos, prosa.

Juana de Asbaje, ensayo, biografía de Sor Juana Inés de la Cruz (1910).

Serenidad, poesía (1912).

Mis filosofías, ensayo (1912).

MODERNISMO

Elevación, poesía (1916).

El diablo desinteresado, novela (1916).

Plenitud, prosa (1918).

El amor nuevo

Todo amor nuevo que aparece 

nos ilumina la existencia, 

nos la perfuma y enflorece. 

En la más densa oscuridad 

toda mujer es refulgencia 

y todo amor es claridad. 

Para curar la pertinaz 

pena, en las almas escondida, 

un nuevo amor es eficaz; 

porque se posa en nuestro mal 

sin lastimar nunca la herida, 

como un destello en un cristal. 

Como un ensueño en una cuna, 

como se posa en la rüina 

la piedad del rayo de la luna. 

como un encanto en un hastío, 

como en la punta de una espina 

una gotita de rocío... 

¿Que también sabe hacer sufrir? 

¿Que también sabe hacer llorar? 

¿Que también sabe hacer morir? 

-Es que tú no supiste amar...

El día que me quierasEl día que me quieras tendrá más luz que junio; 

la noche que me quieras será de plenilunio, 

con notas de Beethoven vibrando en cada rayo 

sus inefables cosas, 

MODERNISMO

y habrá juntas más rosas 

que en todo el mes de mayo. 

Las fuentes cristalinas 

irán por las laderas 

saltando cristalinas 

el día que me quieras. 

El día que me quieras, los sotos escondidos 

resonarán arpegios nunca jamás oídos. 

Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras 

que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras. 

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas, 

luciendo golas cándidas, irán las margaritas 

por montes y praderas, 

delante de tus pasos, el día que me quieras... 

Y si deshojas una, te dirá su inocente 

postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente! 

Al reventar el alba del día que me quieras, 

tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras, 

y en el estanque, nido de gérmenes ignotos, 

florecerán las místicas corolas de los lotos. 

El día que me quieras será cada celaje 

ala maravillosa; cada arrebol, miraje 

de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar, 

cada árbol una lira, cada monte un altar. 

El día que me quieras, para nosotros dos 

cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.

Mi secreto

MODERNISMO

¿Mi secreto? ¡Es tan triste! Estoy perdido 

de amores por un ser desaparecido, 

por un alma liberta, 

que diez años fue mía, y que se ha ido... 

¿Mi secreto? Te lo diré al oído: 

¡Estoy enamorado de una muerta! 

¿Comprendes -tú que buscas los visibles 

transportes, las reales, las tangibles 

caricias de la hembra, que se plasma 

a todos tus deseos invencibles- 

ese imposible de los imposibles 

de adorar a un fantasma? 

¡Pues tal mi vida es y tal ha sido 

y será! 

Si por mí sólo ha latido 

su noble corazón, hoy mudo y yerto, 

¿he de mostrarme desagradecido 

y olvidarla, no más porque ha partido 

y dejarla, no más porque se ha muerto?

MODERNISMO

Rubén Darío

Nacido como Félix Rubén García Sarmiento en Nicaragua en 1867, es hoy mundialmente conocido por su seudónimo: Rubén Darío. Referente del modernismo en nuestro idioma por su obra "Azul...", en sus poemas se perciben fuertes influencias de escritores franceses. Fue también representante de su país en el exterior ostentando distintos cargos, haciéndose evidente su compromiso sociopolítico también en sus obras como en "A Colón". Son otras obras fundamentales "Sonatina", "Lo fatal" y "Canción de otoño en primavera".

A Colón

¡Desgraciado Almirante! Tu pobre América, 

tu india virgen y hermosa de sangre cálida, 

la perla de tus sueños, es una histérica 

de convulsivos nervios y frente pálida. 

Un desastroso espirítu posee tu tierra: 

donde la tribu unida blandió sus mazas, 

hoy se enciende entre hermanos perpetua guerra, 

se hieren y destrozan las mismas razas. 

Al ídolo de piedra reemplaza ahora 

el ídolo de carne que se entroniza, 

y cada día alumbra la blanca aurora 

en los campos fraternos sangre y ceniza. 

Desdeñando a los reyes nos dimos leyes 

al son de los cañones y los clarines, 

y hoy al favor siniestro de negros reyes 

fraternizan los Judas con los Caínes. 

Bebiendo la esparcida savia francesa 

con nuestra boca indígena semiespañola, 

día a día cantamos la Marsellesa 

para acabar danzando la Carmañola. 

Las ambiciones pérfidas no tienen diques, 

soñadas libertades yacen deshechas. 

¡Eso no hicieron nunca nuestros caciques, 

a quienes las montañas daban las flechas! . 

Ellos eran soberbios, leales y francos, 

ceñidas las cabezas de raras plumas; 

MODERNISMO

¡ojalá hubieran sido los hombres blancos 

como los Atahualpas y Moctezumas! 

Cuando en vientres de América cayó semilla 

de la raza de hierro que fue de España, 

mezcló su fuerza heroica la gran Castilla 

con la fuerza del indio de la montaña. 

¡Pluguiera a Dios las aguas antes intactas 

no reflejaran nunca las blancas velas; 

ni vieran las estrellas estupefactas 

arribar a la orilla tus carabelas! 

Libre como las águilas, vieran los montes 

pasar los aborígenes por los boscajes, 

persiguiendo los pumas y los bisontes 

con el dardo certero de sus carcajes. 

Que más valiera el jefe rudo y bizarro 

que el soldado que en fango sus glorias finca, 

que ha hecho gemir al zipa bajo su carro 

o temblar las heladas momias del Inca. 

La cruz que nos llevaste padece mengua; 

y tras encanalladas revoluciones, 

la canalla escritora mancha la lengua 

que escribieron Cervantes y Calderones. 

Cristo va por las calles flaco y enclenque, 

Barrabás tiene esclavos y charreteras, 

y en las tierras de Chibcha, Cuzco y Palenque 

han visto engalonadas a las panteras. 

Duelos, espantos, guerras, fiebre constante 

en nuestra senda ha puesto la suerte triste: 

¡Cristóforo Colombo, pobre Almirante, 

ruega a Dios por el mundo que descubriste!

MODERNISMO

Al Rey Óscar

Así, sire, en el aire de la Francia nos llega 

la paloma de plata de Suecia y de Noruega, 

que trae en vez de olivo una rosa de fuego. 

Un búcaro latino, un noble vaso griego 

recibirá el regalo del país de la nieve. 

Que a los reinos boreales el patrio viento lleve 

otra rosa de sangre y de luz españolas; 

pues sobre la sublime hermandad de las olas, 

al brotar tu palabra, un saludo le envía 

al sol de media noche el sol de Mediodía. 

Si Segismundo siente pesar, Hamlet se inquieta. 

El Norte ama las palmas; y se junta el poeta 

del fiord con el del carmen, porque el mismo oriflama 

es de azur. Su divina cornucopia derrama 

sobre el polo y el trópico la Paz; y el orbe gira 

en un ritmo uniforme por una propia lira: 

el Amor. Allá surge Sigurd que al Cid se aúna, 

cerca de Dulcinea brilla el rayo de luna, 

y la musa de Bécquer del ensueño es esclava 

bajo un celeste palio de luz escandinava. 

Sire de ojos azules, gracias: por los laureles 

de cien bravos vestidos de honor; por los claveles 

de la tierra andaluza y la Alhambra del moro; 

por la sangre solar de una raza de oro; 

por la arrnadura antigua y el yelmo de la gesta; 

por las lanzas que fueron una vasta floresta 

de gloria y que pasaron Pirineos y Andes; 

por Lepanto y Otumba; por el Perú, por Flandes; 

por Isabel que cree, por Cristóbal que sueña 

y Velázquez que pinta y Cortés que domeña; 

por el país sagrado en que Herakles afianza 

sus macizas columnas de fuerza y esperanza, 

mientras Pan trae el ritmo con la egregia siringa 

que no hay trueno que apague ni tempestad que extinga; 

por el león simbólico y la Cruz, gracias, sire. 

MODERNISMO

¡Mientras el mundo aliente, mientras la esfera gire, 

mientras la onda cordial aliente un ensueño, 

mientras haya una viva pasión, un noble empeño, 

un buscado imposible, una imposible hazaña, 

una América oculta que hallar, vivirá España! 

¡Y pues tras la tormenta vienes de peregrino 

real, a la morada que entristeció el destino, 

la morada que viste luto su puerta abra 

al púrpureo y ardiente vibrar de tu palabra: 

y que sonría, oh rey Óscar, por un instante; 

y tiemble en la flor áurea el más puro brillante 

para quien sobre brillos de corona y de nombre, 

con labios de monarca lanza un grito de hombre!

España

Dejad que siga y bogue la galera 

bajo la tempestad, sobre las olas: 

va con rumbo a una Atlántida española, 

en donde el porvenir calla y espera. 

No se apague el rencor ni el odio muera 

ante el pendón que el bárbaro enarbola: 

si un día la justicia estuvo sola, 

lo sentirá la humanidad entera. 

Y bogue entre las olas espumeantes, 

y bogue la galera que ya ha visto 

cómo son las tormentas de inconstantes. 

Que la raza está en pie y el brazo listo, 

que va en el barco el capitán Cervantes, 

y arriba flota el pabellón de Cristo.

MODERNISMO

Ramón Modesto López Velarde Berumen 

Ramón Modesto López Velarde Berumen (Jerez de García Salinas, Zacatecas, México, 15 de junio de 1888-Ciudad de México, 19 de junio de 1921), conocido popularmente como Ramón López Velarde, fue un poetamexicano. Su obra suele encuadrarse en el modernismo literario. En México alcanzó una gran fama, y llegó a ser considerado

el poeta nacional. Obras de Ramón López Velarde[editar]

Poesía[editar]

1916  - La sangre devota

1919  - Zozobra

1932  - El son del corazón (Póstumo)

Prosa[editar]

1923  - El minutero

1952  - El don de febrero y otras prosas

1991  - Correspondencia con Eduardo J. Correa y otros escritos juveniles

MODERNISMO

ELLA

Esta novia del alma con quien soñé en un díafundar el paraíso de una casa risueña

y echar, pescando amores, en el mar de la vidamis redes, a la usanza de la edad evangélica.

Es blanca como la hostia de la primera misaque en una azul mañana miró decir la tierra

luce negros los ojos, la túnica sombríay en un ungir las heridas las manos beneméritas.

Dormir en paz se puede sobre sus castos senosde nieve, que beatos se hinchan como frutas

en la heredad de Cristo, celeste jardinero;

tiene propiedades hondas y los labios de azúcar,y por su grave porte se asemeja al excelsoretrato de la Virgen pintado por San Lucas.

ALEJANDRINOS ECLESIÁSTICOS

Tú, Fuensanta, me libras de los lazos del mal;queman mi boca exangüe de Isaías los carbones;

por ti me dan los cielos profundas contricionesy el ensueño me otorga su gracia episcopal.

Para comer las viandas del convite nupcialen que se han desposado nuestros dos corazones,

tomo el báculo y ciño mis pies y mis riñonescual se hacía en las fiestas del Cordero Pascual.

Las llaves con que he abierto tu corazón, mis llavessagradas son las mismas de Pedro el Pescador;

y mis alejandrinos, por tristes y por graves,

son como los versículos proféticos de un canto,y hasta las doce horas de mis días de amor

serán los doce frutos del Espíritu Santo

MODERNISMO

TU VOZ PROFÉTICA

¡Ay de Dios, que tu palabrame tiene embrujada 

el alma!Mi lírica adolescencia

y tu existencia gitana

se dicen en la ventanacosas

de amor y buenaventuraen estas noches lluviosas.

Juran por Cristo, venerables dueñas,de quien llora en el vientre de la madre

conoce del futuro; tú gemisteantes de que nacieras, y por esotus artes de gitana me iluminan

en los discursos de tu voz profética.

Me haces la caridad de tu palabray por oírte hablar quedan las cosas

enmudecidas religiosamente,y yo me maravillo del concepto

que en tu boca, Fuensanta, se hace música,y me quedo pendiente de tus labioscomo quien se divierte con cristales.

Me embelesa el decoro de tu plática,y ante tu vista escrutadora extiendo

la palma de las manos, predicesmi destino en lenguaje milagroso.

Y sigues conversando, eres la clavedel dolor y del gozo; abarca todas

las horas venideras, la miradade tus ojos sintéticos, bien mío.

y con tu rostro ecuánime subyugas¡oh tú, la bienpensada que conversascual si hubieses venido del misterio!

MODERNISMO

¡Si me quitan el regalode tus proféticos labios,

me muero de desencanto!

Dios quieraque se conserve el prodigio

de tu palabra hechicerapara decirme en voz baja 

cosasde amor y buenaventura

en estas noches lluviosas.

Y nuestro dulce noviazgoserá, Fuensanta, una florcon un pétalo de enigma

y otro pétalo de amor.¡Tú me dirás del enigma,

yo te diré del amor!

¡Ay de Dios, que tu palabrame tiene embrujada 

el alma!

MODERNISMO

GABRIELA MISTRAL (Vicuña 1889 - Nueva York 1957)

Lucila Godoy, llamada Gabriela Mistral (conocida mejor como Gabriela Mistral), escritora chilena. Hija de un maestro rural, que abandonó el hogar a los tres años

del nacimiento de Gabriela, la muchacha tuvo una niñez difícil en uno de los parajes más desolados de Chile. A los 15 años publicó sus primeros versos en la

prensa local, y empezó a estudiar para maestra. En 1906 se enamoró de un modesto empleado de ferrocarriles, Romelio Ureta, que, por causas desconocidas,

se suicidó al poco tiempo; de la enorme impresión que le causó aquella pérdida surgieron sus primeros versos importantes. En 1910 obtuvo el título de maestra en Santiago, y cuatro años después se produjo su consagración poética en los juegos

florales de la capital de Chile; los versos ganadores- Los sonetos de la muerte- pertenecen a su libro Desolación (1922), que publicaría el instituto de las Españas de Nueva York. En 1925 dejó la enseñanza, y, tras actuar como representante de Chile en el Instituto de cooperación intelectual de la S.D.N., fue cónsul en Nápoles y en Lisboa. Vuelta a su patria colaboró decisivamente en la campaña electoral del

Frente popular (1938), que llevó a la presidencia de la república a su amigo de juventud P. Aguirre Cerda. En 1945 recibió el premio Nobel de literatura; viajó por

todo el mundo, y en 1951 recogió en su país el premio nacional.

En 1953 se le nombra Cónsul de Chile en Nueva York. Participa en la Asamblea de Las Naciones Unidas representando a Chile. En 1954 viene a Chile y se le

tributa un homenaje oficial. Regresa a los Estados Unidos.

El Gobierno de Chile le acuerda en 1956 una pensión especial por la Ley que se promulga en el mes de noviembre.

En1957, después de una larga enfermedad, muere el 10 de enero, en el Hospital General de Hempstead, en Nueva York. Sus restos reciben el homenaje del

pueblo chileno, declarándose tres días de duelo oficial. Los funerales constituyen una apoteosis. Se le rinden homenajes en todo el Continente y en la mayoría de

los países del mundo.

La obra poética de Gabriela Mistral surge del modernismo, más concretamente de Amado Nervo, aunque también se aprecia la influencia de Frédéric Mistral (de

quién tomó el seudónimo) y el recuerdo del estilo de la Biblia. De algunos momentos de Rubén Darío tomó, sin duda, la principal de sus características: la

ausencia de retórica y el gusto por el lenguaje coloquial. A pesar de sus imágenes violentas y su gusto por los símbolos, fue, sin embargo, absolutamente refractaria

a la "poesía pura", y, ya en 1945, rechazó un prólogo de P. Valéry a la versión francesa de sus versos. Sus temas predilectos fueron: la maternidad, el amor, la comunión con la naturaleza americana, la muerte como destino, y, por encima de todos, un extraño panteísmo religioso, que, no obstante, persiste en la utilización

de las referencias concretas al cristianismo. Al citado Desolación siguieron los libros Lecturas para mujeres destinadas a la enseñanza del lenguaje (1924);

Ternura (1924), canciones para niños; Tala (1938); Poemas de las madres (1950),

MODERNISMO

Adiós

En costa lejana 

y en mar de Pasión, 

dijimos adioses 

sin decir adiós. 

Y no fue verdad 

la alucinación. 

Ni tú la creíste 

ni la creo yo, 

«y es cierto y no es cierto» 

como en la canción. 

Que yendo hacia el Sur 

diciendo iba yo: 

«Vamos hacia el mar 

que devora al Sol». 

Y yendo hacia el Norte 

decía tu voz: 

«Vamos a ver juntos 

donde se hace el Sol». 

Ni por juego digas 

o exageración 

que nos separaron 

tierra y mar, que son 

ella, sueño y el 

alucinación. 

No te digas solo 

ni pida tu voz 

albergue para uno 

al albergador. 

Echarás la sombra 

que siempre se echó, 

morderás la duna 

con paso de dos... 

Para que ninguno, 

ni hombre ni dios, 

nos llame partidos 

como luna y sol; 

para que ni roca 

ni viento errador, 

MODERNISMO

ni río con vado 

ni árbol sombreador, 

aprendan y digan 

mentira o error 

del Sur y del Norte, 

del uno y del dos!

Agua

Hay países que yo recuerdo 

como recuerdo mis infancias. 

Son países de mar o río, 

de pastales, de vegas y aguas. 

Aldea mía sobre el Ródano, 

rendida en río y en cigarras; 

Antilla en palmas verdi-negras 

que a medio mar está y me llama; 

¡roca lígure de Portofino, 

mar italiana, mar italiana! 

Me han traído a país sin río, 

tierras-Agar, tierras sin agua; 

Saras blancas y Saras rojas, 

donde pecaron otras razas, 

de pecado rojo de atridas 

que cuentan gredas tajeadas; 

que no nacieron como un niño 

con unas carnazones grasas, 

cuando las oigo, sin un silbo, 

cuando las cruzo, sin mirada. 

Quiero volver a tierras niñas; 

llévenme a un blando país de aguas. 

En grandes pastos envejezca 

y haga al río fábula y fábula. 

Tenga una fuente por mi madre 

y en la siesta salga a buscarla, 

MODERNISMO

y en jarras baje de una peña 

un agua dulce, aguda y áspera. 

Me venza y pare los alientos 

el agua acérrima y helada. 

¡Rompa mi vaso y al beberla 

me vuelva niñas las entrañas!

Amo amor

Anda libre en el surco, bate el ala en el viento, 

late vivo en el sol y se prende al pinar. 

No te vale olvidarlo como al mal pensamiento: 

¡le tendrás que escuchar! 

Habla lengua de bronce y habla lengua de ave, 

ruegos tímidos, imperativos de mar. 

No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave: 

¡lo tendrás que hospedar! 

Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas. 

Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar. 

No te vale decirle que albergarlo rehúsas: 

¡lo tendrás que hospedar! 

Tiene argucias sutiles en la réplica fina, 

argumentos de sabio, pero en voz de mujer. 

Ciencia humana te salva, menos ciencia divina: 

¡le tendrás que creer! 

Te echa venda de lino; tú la venda toleras. 

Te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir. 

Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque vieras 

¡que eso para en morir!

MODERNISMO

Juana de Ibarbourou

Juana de Ibarbourou (Fernández Morales, de soltera), conocida popularmente como Juana de América (Melo, 8 de marzo de 1892-Montevideo, 15 de julio de 1979), fue una poeta uruguaya. El 10 de agosto de 1929 recibió, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, el título de «Juana de América» de la mano de Juan Zorrilla de San Martín frente a una multitud de poetas y personalidades. Fue enterrada con

honores de Ministro de Estadoen el panteón de su familia del Cementerio del Buceo. Obra[editar]

En verso[editar]

Parte de su obra en prosa estuvo enfocada hacia el público infantil.

Las lenguas de diamante , (1919).

Raíz salvaje, (1922).

La rosa de los vientos, (1930).

Perdida, (1950).

Azor, (1953).

Mensaje del escriba, (1953).

Romances del Destino, (1955).

Angor Dei, (1967).

Elegía, (1968).

Obra completa (Acervo del Estado). Cinco volúmenes al cuidado de Jorge Arbeleche,

(1992).

Obras escogidas. Selección, prólogo y notas a cargo de Sylvia Puentes de Oyenard,

Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, (1999).

Rapsodia de Juana de Ibarbourou. Selección y prólogos de Jorge Arbeleche y Andrés

Echevarría. Editorial Rumbo, publicación de AGADU y del Parlamento uruguayo, (2009).

Perdida, La Pasajera y otras páginas. Edición, selección y prólogos de Jorge Arbeleche y

Andrés Echevarría. Publicación de UTU y del Parlamento uruguayo,(2011).

En prosa[editar]

El cántaro fresco , (1920).

Ejemplario, libro de lectura para niños, (1928).

Loores de Nuestra Señora, comentarios a los nombres de la Virgen María, (1934),

Estampas de la Biblia, (1934).

MODERNISMO

EL DULCE MILAGRO¿Que es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen.Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.Mi amante besóme las manos, y en ellas,¡oh gracia! brotaron rosas como estrellas.

Y voy por la senda voceando el encantoy de dicha alterno sonrisa con llantoy bajo el milagro de mi encantamientose aroman de rosas las alas del viento.

Y murmura al verme la gente que pasa:"¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.¡Dice que en las manos le han nacido rosasy las va agitando como mariposas!"

¡Ah, pobre la gente que nunca comprendeun milagro de éstos y que sólo entiendeQue no nacen rosas más que en los rosalesy que no hay más trigo que el de los trigales!

Que requiere líneas y color y forma,y que sólo admite realidad por norma.Que cuando uno dice: "Voy con la dulzura",de inmediato buscan a la criatura.

Que me digan loca, que en celda me encierrenque con siete llaves la puerta me cierren,que junto a la puerta pongan un lebrel,carcelero rudo carcelero fiel.

Cantaré lo mismo: "Mis manos florecen.Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen".¡Y toda mi celda tendrá la fragancia

MODERNISMO

RAIZ SALVAJE

Me ha quedado clavada en los ojosla visión de ese carro de trigoque cruzó rechinante y pesadosembrando de espigas el recto camino.

¡No pretendas ahora que ría!¡Tu no sabes en qué hondos recuerdosestoy abstraida!

Desde el fondo del alma me subeun sabor de pitanga a los labios.Tiene aún mi epidermis morenano sé que fragancias de trigo emparvado.

¡Ay, quisiera llevarte conmigoa dormir una noche en el campoy en tus brazos pasar hasta el díabajo el techo alocado de un árbol!

Soy la misma muchacha salvajeque hace años trajiste a tu lado.

COMO LA PRIMAVERA

Como una ala negra tendí mis cabellossobre tus rodillas.Cerrando los ojos su olor aspiraste,dicendome luego:-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgos?¿Con ramas de sauces te atas las trenzas?¿ Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras

MODERNISMO

porque acaso en ella exprimiste un zumoretinto y espeso de moras silvestres?¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve!Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.¿Que perfume usas? Y riendo te dije:-¡Nintuno, ninguno!Te amo y soy joven, huelo a primavera.Este olor que sientes es de carne firme,de mejillas claras y de sangre nueva.¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengolas mismas fragancias de la primavera!

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Leopoldo Lugones 

Leopoldo Lugones (Villa de María del Río Seco, Córdoba, Argentina, 13 de junio de 1874 - Tigre, Buenos Aires,Argentina, 18 de febrero de 1938) fue

un poeta, ensayista, periodista y político argentino. Obras[editar]

Leopoldo Lugones.

Poesía[editar]

Los mundos (1893)

Las montañas del oro  (1897)

La libélula

Los crepúsculos del jardín  (1905)

Lunario sentimental  (1909)

Odas seculares (1910)

El libro fiel (1912)

El libro de los paisajes (1917)

Las horas doradas (1922)

Romancero (1924)

Poemas solariegos (1927)

La copa de jade (1935)

Romances del Río Seco  (1938)

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DELECTACIÓN MOROSA

La tarde, con ligera pinceladaque iluminó la paz de nuestro asilo,apuntó en su matiz crisoberilouna sutil decoración morada.

Surgió enorme la luna en la enramada;las hojas agravaban su sigilo,y una araña en la punta de su hilo,tejía sobre el astro, hipnotizada.

Poblóse de murciélagos el combocielo, a manera de chinesco biombo;sus rodillas exangües sobre el plinto

manifestaban la delicia inerte,y a nuestros pies un río de jacintocorría sin rumor hacia la muerte.

A LOS GAUCHOS

Raza valerosa y duraque con pujanza silvestredio a la patria en garbo ecuestresu primitiva escultura.Una terrible venturava a su sacrificio unida,como despliega la heridaque al toro desfonda el cuello,en el raudal del degüellola bandera de la vida.

Es que la fiel voluntad

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que al torvo destino alegra,funde en vino la uva negrade la dura adversidad.Y en punto de libertadno hay satisfacción más neta,que medírsela completaentre riesgo y corazón,con tres cuartas de facóny cuatro pies de cuarteta.

En la hora del gran dolorque a la historia nos paría,así como el bien del díatrova el pájaro cantor,la copla del payadoranunció el amanecer,y en el fresco rosiclerque pintaba el primer rayo,el lindo gaucho de Mayopartió para no volver.

Así salió a rodar tierracontra el viejo vilipendio,enarbolando el incendiocomo estandarte de guerra.Mar y cielo, pampa y sierra,su galope al sueño arranca,y bien sentada en el ancaque por las cuestas se empinale sonríe su Argentinalinda y fresca, azul y blanca.

Luego al amor del caudillosiguió, muriendo admirable,

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con el patriótico sableya rebajado a cuchillo;pensando, alegre y sencillo,que en cualesquiera ocasión,desde que cae al montónhasta el día en que se acaba,pinta el cub de la tabala existencia del varón.

Su poesía es la tempranagloria del verdor camperodonde un relincho ligeroregocija la mañana.Y la morocha lozanade sediciosa cadera,en cuya humilde pollera,primicias de juventudnos insinuó la inquietudde la loca primavera.

Su recuerdo, vago llorode guitarra sorda y vieja,la patria no aparejapreopación ni desdoro.De lo bien que guarda el oro,el guijarro es argumento;y desde que el pavimentocon su nivel sobrepasa,va sepultando la casalas piedras de su cimiento.

LA BLANCA SOLEDAD

Bajo la calma del sueño,

MODERNISMO

calma lunar de luminosa seda,la nochecomo si fuerael blanco cuerpo del silencio,dulcemente en la inmensidad se acuesta.Y desatasu cabellera,en prodigioso follaje de alamedas.

Nada vive sino el ojodel reloj en la torre tétrica,profundizando inútilmente el infinitocomo un agujero abierto en la arena.El infinito.Rodado por las ruedasde los relojes,como un carro que nunca llega.

La luna cava un blanco abismode quietud, en cuya cuencalas cosas son cadáveresy las sombras viven como ideas.Y uno se pasma de lo próximaque está la muerte en la blancura aquella.De lo bello que es el mundoposeído por la antigüedad de la luna llena.Y el ansia tristísima de ser amado,en el corazón doloroso tiembla.

Hay una ciudad en el aire,una ciudad casi invisible suspensa,cuyos vagos perfilessobre la clara noche transparentan,como las rayas de agua en un pliego,

MODERNISMO

su cristalización poliédrica.Una ciudad tan lejana,que angustia con su absurda presencia.

¿Es una ciudad o un buqueen el que fuésemos abandonando la tierra,callados y felices,y con tal pureza,que sólo nuestras almasen la blancura plenilunar vivieran?...

Y de pronto cruza un vagoestremecimiento por la luz serena.Las líneas se desvanecen,la inmensidad cámbiase en blanca piedray sólo permanece en la noche aciagala certidumbre de tu ausencia.

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Enrique González Martínez 

Enrique González Martínez (Guadalajara, Jalisco, México; 13 de abril de 1871 - México, D. F.; 19 de febrero de1952), poeta, editorialista y diplomático mexicano, uno de los "siete dioses mayores de la lírica mexicana", en palabras del crítico Pedro Henríquez Ureña. Fue miembro de la generación del Ateneo de la Juventud y miembro fundador de El Colegio Nacional. Fue padre del poeta Enrique González Rojo, abuelo del poeta Enrique González Rojo Arthur y de la poetisa Ana Rosa González Matute; el escritor Salvador

Elizondo es su sobrino nieto. Obras[editar]

Lírica[editar]

Preludios, 1903.

Lirismos, 1907

Silenter, 1909.

Los senderos ocultos, 1911.

La muerte del cisne, 1915.

La hora inútil, 1916.

El libro de la fuerza, de la bondad y del ensueño, 1917.

Parábolas y otros poemas, 1918.

Poemas de ayer y de hoy, 1918.

Los cien mejores poemas de Enrique González Martínez" con estudio de Manuel

Toussaint, Ed. Cvltura, , 1920.

La palabra del viento, 1921.

El romero alucinado, 1923.

Señales furtivas, 1926.

Poemas truncos, 1935.

Ausencia y canto, 1937.

El diluvio de fuego, 1938.

Tres rosas en el ánfora, 1939.

Bajo el signo mortal, 1942.

Segundo despertar y otros poemas, 1945.

Vilano al viento, 1948.

Babel, 1949.

El nuevo Narciso y otros poemas, 1952, póstumo.6

MODERNISMO

A LA QUE VA CONMIGO

Iremos por la vida como dos pajarillosque van en pos de rubias espigas, y hablaremosde sutiles encantos y de goces supremoscon ingenuas palabras y diálogos sencillos.

Cambiaremos sonrisas con la hermana violetaque atisba tras la verde y oscura celosía,y aplaudiremos ambos la célica armoníadel amigo sinsonte que es músico y poeta.

Daremos a las nubes que circundan los flancosde las altas montañas nuestro saludo atento,y veremos cuál corren al impulso del vientocomo un tropel medroso de corderillos blancos.

Oiremos cómo el bosque se puebla de rumores,de misteriosos cantos y de voces extrañas;y veremos cuál tejen las pacientes arañassus telas impalpables con los siete colores.

Iremos por la vida confundidos en ella,sin nada que conturbe la silenciosa calma,y el alma de las cosas será nuestra propia alma,y nuestro propio salmo el salmo de la estrella.

Y un día, cuando el ojo penetrante e inquietosepa mirar muy hondo, y el anhelante oídosepa escuchar las voces de los desconocido,se abrirá a nuestras almas el profundo secreto.

MODERNISMO

BUSCA EN TODAS LAS COSAS. . .

Busca en todas las cosas un alma y un sentidooculto; no te ciñas a la apariencia vana;husmea, sigue el rastro de la verdad arcana,escudriñante el ojo y aguzado el oído.

No seas como el necio, que al mirar la virgínea imperfección del mármol que la arcilla aprisiona,queda sordo a la entraña de la piedra, que entonaen recóndito ritmo la canción de la línea.

Ama todo lo grácil de la vida, la calmade la flor que se mece, el color, el paisaje.Ya sabrás poco a poco descifrar su lenguaje. . . ¡Oh divino coloquio de las cosas y el alma!

Hay en todos los seres una blanda sonrisa,un dolor inefable o un misterio sombrío.¿Sabes tú si son lágrimas las gotas de rocío?¿Sabes tú qué secreto va contando la brisa?

Atan hebras sutiles a las cosas distantes;al acento lejano corresponde otro acento.¿Sabes tú donde lleva los suspiros el viento?¿Sabes tú si son almas las estrellas errantes?

No desdeñes al pájaro de argentina gargantaque se queja en la tarde, que salmodia a la aurora.Es un alma que canta y es un alma que llora. . .¡Y sabrá por qué llora, y sabrá por qué canta!

Busca en todas las cosas el oculto sentido;lo hallarás cuando logres comprender su lenguaje;

MODERNISMO

cuando sientas el alma colosal del paisajey los ayes lanzados por el árbol herido. . .

CUANDO SEPAS HALLAR UNA SONRISA. . .

Cuando sepas hallar una sonrisaen la gota sutil que se rezumade las porosas piedras, en la bruma,en el sol, en el ave y en la brisa;

cuando nada a tus ojos quede inerte,ni informe, ni incoloro, ni lejano,y penetres la vida y el arcanodel silencio, las sombras y la muerte;

cuando tiendas la vista a los diversosrumbos del cosmos, y tu esfuerzo propiosea como potente microscopioque va hallando invisibles universos,

entonces en las flamas de la hoguerade un amor infinito y sobrehumano,como el santo de Asís, dirás hermanoal árbol, al celaje y a la fiera.

Sentirás en la inmensa muchedumbrede seres y de cosas tu ser mismo;serás todo pavor con el abismoy serás todo orgullo con la cumbre.

Sacudirá tu amor el polvo infectoque macula el blancor de la azucena,bendecirás las márgenes de arenay adorarás el vuelo del insecto;

MODERNISMO

y besarás el garfio del espinoy el sedeño ropaje de las dalias. . . y quitarás piadoso tus sandaliaspor no herir a las piedras del camino.