libertad interior o constitutiva y libertad de elección o arbitrio
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Reflexión sobre la libertad interior o constitutiva y la libertad de elección o de arbitrio.TRANSCRIPT
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I. La libertad interior o constitutiva
La libertad interior, es la que se posee por el simple hecho de ser persona. Sobre esta libertad, el ser humano tiene pleno dominio, por lo tanto, no cabe ninguna conminación sobre ella. A raíz de esta libertad constitutiva, emergen los derechos fundamentales pertenecientes a cada uno de nosotros, por el mero hecho de ser persona. Estamos
hablando de los derechos naturales (libertad de expresión, derecho a la vida…), iguales en cada uno de nosotros.
De aquí, surgen tres características:
-‐Posesión de una libertad abierta, tenemos valores, deseos, sentimientos diferentes, que dependen de cada uno de nosotros, somos libres (tenemos posibilidad de elección).
-‐Libertad de elección, oportunidad de poder elegir y tomar decisiones. Comprensión
de la capacidad del hombre para tener autodeterminación.
-‐De la libertad abierta y de la libertad de elección (individual en cada uno de nosotros), se infiere que la libertad está situada, ya que depende de factores condicionados por nuestro temperamento, tanto externos (circunstancias, ambiente… es decir, de nuestro carácter) e internos (nosotros mismos, nuestras exigencias, derivadas de nuestra forma
de ser, de nuestra personalidad).
De aquí argüímos que la libertad, la podemos expresar mediante nuestras elecciones o acciones quedando subordinadas a cada uno de nosotros, surgiendo así la libertad de
arbitrio.
II. La libertad de elección o de arbitrio
La libertad de elección es la creencia que sostiene que los humanos tienen el poder de elegir y de poder tomar sus propias decisiones. Existen varios puntos de vista sobre este
asunto, como por ejemplo:
El determinismo, resalta la elevada cantidad de predeterminaciones (tanto internas como externas) que posee el ser humano, defiende que estamos tan influenciados que no podemos gozar de libre arbitrio, por lo tanto nuestras elecciones dice, son necesarias. Todo esto se resume en la oración: “no podía hacer otra cosa”,
negando la posibilidad de tener alternativas.
En el determinismo el futuro estaría determinado, no seríamos libres (no poder optar entre varias posibilidades), no habría responsabilidades, ni existiría el arrepentimiento
(lo que se hace es la única opción que se tiene).
Frente a esta corriente se encuentra la postura de John Stuart Mill, defendiendo el significado de libertad como elección. Lo importante aquí dice, es elegir, no importa el
qué; dejando el bien o el mal como algo externo a la libertad, no influyen en las decisiones. Para Mill, todos los valores son igual de buenos si son libremente elegidos.
J.S. Mill da importancia a la elección y a la no imposición del bien o del mal, pero limitar
la libertad a este aspecto (libertad = elección), tiene sus imperfecciones: asimilar elección como perfección; separar la moralidad de la libertad, derivando en
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determinismo (si siempre eligiéramos bien, solo se tendríamos una posibilidad de elección = la que está bien); centrarse simplemente en la acción, no en los fines;
aparición de individualismo frente a un conflicto (cada uno, por el simple hecho de haber elegido libremente, podría argumentar que tiene razón, pues si ha elegido, está
bien); egoísmo; contumacia; vagancia...
De aquí se concluye, que la posibilidad de elección, debe utilizarse acorde a lo que somos y concorde al ser humano, teniendo en cuenta aspectos morales, la limitación a causa de
libertad de los demás y de la propia naturaleza humana.