laurin frenette nicole_pareto mosca michels

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Traducci6n de TALLER DE SOCIOLOGfA .r /\ '--- LAS TEORIAS FUNCIONALIST AS DE LAS CLASES SOCIALES SOciologia e ideologfa burguesas r' ,.. -' ".-.. ... { ! .' . par LAURIN·FRENETTE FlACSO . Biblioteca .. )J((J sigIo veintilrlo edtores MExICO ESPANA

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Page 1: Laurin Frenette Nicole_Pareto Mosca Michels

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'--- LAS TEORIASFUNCIONALISTAS

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Primcra edicion en castellano, mayo de 1976Segunda cdicion cn castellano, julio de 1985Tercera cdicion en castellano, octubre de 1989Cuart a cdicion en castellano, octubre de 1993

© SIGLO XXI DE ESPANA EDITORES, S. A.

Calle Plaza,S. 28043 Madrid

Titulo original: Les theories [onctionnalistes des classes socia!es:sociologic et ideologic bourgeoise

© Editions .Anthropos, Paris

Diseno de ia cubierta: Santiago Monforte

DERECHOS RESE.RVADOS CONFORME A LA LEY

Impreso y hecho en EspanaPrinted and made ill Spain

ISBN: X4-323-0071-3Deposito legal: M. 29.147-1993

lmprcso en Closas-Orcoyen, S. L. Poligono IgarsaParacucllos de J ararna (Madrid)

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1. PARETO, MOSCA, MICHELS

1. PARETO

Para iniciar nuestro analisis de las teorias funcionalist as delas clases sociales hemos elegido la obra ell' Pareto, au to rde una sociologia funcionalista cuyos fundamentos ideologicosse situan entre los mas explicitos y evidentes, como si el au torno hubiera sentido jamas la necesidad de velar ni los postula­dos y presupuestos de su problemMica ni sus implicacionespoliticas e ideol6gicas. Ouiza esta rudeza explique tanto lamala fama de Pareto entre los sociologos funcionalis tas comola fal ta de referencias explici tas a su obra por parte ell' nume­rosos autores cuyos trabajos han seguido directamente su tra­yectoria. Todas las modernas teorias de las elites y los estudiosque utilizan la noci6n de elite son en buena mediela dcudorcsdel pensamiento de Pareto, aunque s610 10 reconozcan en con­tadas ocasiones. Por otra parte, su sistema te6rico cs en gene­ral mal comprendido y mal interpretado. Sin cluda, parte deeste desconocimiento pudicra ser atribuido a la esoterica yextravagante terminologia de Pareto (". gr., los terrninos deresiduo, derivaciones, persistencia de agregados, etc.), que en­mascara el manifiesto parentesco entre las nociones paretia­nas y las corrientemente utilizadas por los sociologos funcio­nalistas. Este parentesco saldra a la luz cuando comparemosa Pareto con otros autores funcionalistas cuyo diferente len­guaje no por ello deja de encerrar la misma concepci6n fun­damental. Veremos, por ejemplo, la sorprendente semejanzaque existe entre los tipos de residuos paretianos y las dimen­siones de la acci6n denotadas en las pattern variables de Par­sons, uno de los pocos autores funcionalistas que reconoceexplicitamente su deuda hacia Pareto. Los comentarios quemas a menu do se vier ten sobre la obra de Pareto s610 contri­buyen a exagerar sus aspectos extravagantes, mas bien impu­tables a los terrninos, a las imageries y a las analogfas fanta­siosas utilizadas por el, como, por ejemplo, el tema de la luchaentre leones y zorros. En nuestra opini6n, la teoria general dePareto representa una de las formulaciones mas coherentes del

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sistema de nociones funcionalista, sabre la base de postu!adosidcologicos propios de aquclla escuela sociol6gica. Nuestra ex­posicion del pcnsamiento de Pareto parte cxclusivarnentc desu Tratado de Sociologia general, pucs su teoria sociol6gica,ya apuntada en obras anteriores, qucda formulada en el Tratadoen su forma mas elaborada.

Los det errninantes de la accion: in stintos y residuos

EI analisis sociol6gico de Pareto se centra en el estudio deia «accion hurnana», definida como la accion del individuo,miembro de una sociedad, y considerada desde una doble pers­pectiva: 1.", desde el punta de vista de sus fundamentos y rai­ces en cl individuo, y 2.", rlcsde el punta de vista de sus con­secuencias socialcs a sus implicaciones para cl estado de lasociedad. EI conocimiento del hecho social reside escncialmcn­te en el estudio de la naturaleza de los hechos individuales0, dicho de otro modo, de las acciones humanas. Ya en las pri­meras paginas del Tratado el objeto del metoda adoptacIo que­da formulado asi:

« ... vamos a estudiar las acciones hurnanas, el estado de animo al que(aquellas) corresponden y las formas en las que este sc manifiesta; y cllopara llegar final mente a nuestro objetivo, a saber, el conocimiento delas form as sociales» '.

Asi pues, examinaremos inicialmente los fundamentos y loscaracteres intrinsecos de la accion humana, y veremos, en unascgunda ctapa, como la na turalcza de las acciones individualcspuede traducir el estaclo de la sociedad. La accion humana seexplica, segun Pareto, par los residuos de los que procede. Es taultima nocion de resicIuo no posee ningun contenicIo propia­mente sociologico, y rern ite a un conjunto de hechos psiquicoscuya definicion resulta bastante indeterrninada. EI concepto deresidua no denota mas que el modo en que los instintos de loshombres, sus sentimientos y sus necesidades profundas, deter­minan su acci6n. No hay que confundir los resicIuos can losinstintos y los apetitos -su manifestacion observable, si senos acepta la expresion-; aquellos son estacIos diversos deconciencia que derivan de los instintos profundos y que moti­van y orientan la accion hacia la satisfaccion de cstos:

I Vilfredo Pareto, Traite de sociologic generale, Dbras completas, to­rna XII, Droz, Ginebra, 1968, p. 65.

«Los rcsiduos constituyen un conjunto de nurncrosos hechos [ ... J. Losresidues corrcspondcn a cicrtos instintos de los hombres; POl' cst c rno­tivo suelcn carccer de una precision y una dclirn it acion rigurosus» '.«Hay que an dar con cuj dado para no contund ir Jus residues con los scn­t im icn t os ni con los instintos a los que corrcsponden. Los rcsiduos sonla man ifcs t acion de cst os scn t i m icn tos c instintos, de la misma numcraque la clcvacion del mcrcurio en cl ·tubo de un tcrrnomct ro cs la mani­Icstacion de un aurncn to de la tcrnpcruiura. Solamente POl' via chpt ica.para abrcviar ci discurso, dccimos, par cjcrnplo, que los residues. adc­mas de los apc t itos, los int crcscs , ctc., dcscrnpcfran un papcl principalen la determinacion del cqu i librio social. Del misrno modo, clccimos queel agua hicrvc a 100". Las proposicioncs cornplctas sedan: los scn tirnicntoso instintos que corrcspondcn a los rcsiduos, adcmas de los que corres­pondcn a los apct itos, intcrescs, ctc., dcscrnpcnan un paper principal enla determinacion del equilibria social» ',

Resul ta, pues, legf t irno pensar que 10 fundamental aqui csprecisamente la nocion de instinto, no sicrido la refcrcncia alos rcsiduos mas que una forma cornoda de hablar de las rna­nifestacioncs del instinto en la accion de los individuos. EIequilibria social que, segun Pareto, csta detcrrninado por losinstintos, apetitos, etc., no significa o tra cosa que «el estadodel sistema social», en un sentido arnp lio, tal «como cs ta de­terminado pal" sus condiciones» 4, siendo entre est as las prin­cipa lcs , como hemos vista, las Iuerzas instintivas de las quederivan las acciones hurrianas. Pareto mantiene que cstc siste­ma social se caractcriza par su tcndcncia al equilib rio clinami­co a rnovil, de tal modo que si se provoca «una modificacionen su forma (rnovimicntos virtua lcs) se producira inmcd iata­mente una rcaccion: csta tcndcra a restablcccr la forma cam­biante a su estado prim itivo, modificado par el cambia real» 5.

En consecuencia, 10 que los instintos dctcrminan es cl estaelodel sistema social en su calidad de sistema cquilibrado a fun­cional can rclacion a las condiciones a las ncccsidadcs de or­den psiquico a las que aquel sistema responde.

Los instintos son definidos y dclimitados a partir ell' losresidues que son su rnau if'cs tacion , scgun 10 que Pareto llamarnctodo induct iva. La obscrvacion de las acetones realizaelaspar los individuos permit ira, en cIecto, postular la cxistcnciacIe divcrsos instintos que cxpl ican los difcrcntcs t ipos y modesde accion. Part icndo del heche de que los ineli\'idllOS viven ge­ncralmente en grupo, podra eledllcirse, pOl' cjemplo, IJ cxisteJ1­cia de un instinto gregario a instinto de sociabiliclad; asimis­rna, el hecho observable cIe una homogeneidad en las conductas

, Ibid., p. 459.J Ibid., p. 461.• Ibid., p. 308., Ibid., p. 308.

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de los miembros de un grupo perrnitira referirse a una nece­sidad de uniforrnidad, etc. Este procedimiento desafia natural.mente cualquier explicacion real de la accion, pues a falta deuna definicion prccisa del concepto de instinto, este no sig­nifica sino aquello que determina que 1'1 accion tcnga tal sen.t ido 0 tales particularidades. Pareto tiene mucha razon al se­fialar que el metodo llarnado inductivo, utilizado de esta maonera, facilita la verificacion de la tcoria: incluso podrfarnosafiadir que perrnite Ilegar a cualquier afirrnacion:

" .. siguiendo el metoda iriductivo, homos extraido residuos y derivacioncsde un gran numero de hechos. Asi. Sll verificaci6n ha sido Ilevada a cabodcsde esc mismo momcnto. S610 nos ha faltado, pucs, aplicarla a otroshechos que entonces no habian sido tornados en considcraci6n. Hcrnoshecho, y continuamos haciendo, esta verilicacion. Estos son, pues, enconclusi6n, los hechos que hernos presentados y que ponernos en re­lacion» '.

De esta manera, los hechos se explican por su caracter for­zoso, inscrito en los instintos, necesidades ... , etc., y ese caracterse deduce de la existencia de aquellos mismos hechos. Esterazonamiento lleva a enunciados tan absurdos como la afirma­cion de que las operaciones intelectuales se sustentan en nece­sidades naturales:

<c ••• el hombre tiene necesidad de abstracciones; neccsita tarnbien desarro­llarlas [ ... J. Existen (en el) una necesidad estatica y una necesidad dina­mica de abstracciones» ',

Pareto acepta, del mismo modo, la existencia de una «nece­sidad de desarrollo logico» B y de una «necesidad de razona­miento» 9. Este razonamiento tautol6gico es inevitable en lamedida en que la sociologia funcionalista pretende explicar lascaracteristicas de la accion social a traves de una necesidadbio-psico16gica cualquiera, y en que los instintos, necesidadesy otras nociones descriptivas de la naturaleza universal delindividuo son categorias arbitrarias, sin contenido preciso, quesolo sirven para disimular el apriorismo moral sobre el que sefundamenta la explicacion funcionalista del hecho social: laconcepcion liberal del individuo aut6nomo para el que la ac­cion es un medio racional de satisfacer sus necesidades y derealizar sus aptitudes. La clasificacion de los instintos y de loscorrespondientes residuos denota el mismo procedcr arbitra-

, Ibid., p. 1590.t Ibid., p. 577.I Ibid., p. 527., Ibid., p. 527.

rio. Distingue Pareto seis clases de residuos: 1) cornb inacio­nes, 2) persistencia de los agregados, 3) necesidacl de manilcs­tar los sentimientos pOI' actos extcrnos, 4) residues en rclacioncon la sociabilidad, 5) intcgridad del individuo y de sus de pen­dencias, 6) residuo sexual. Esta clasificacion, asi como la dclini­cion de las categorias que la componen, no tienen mas origcuni justificacion que la «observacion de los hechos», Y cl con­tenido de las divcrsas clases de residuos no tiene en si mismosentido alguno: su significacion esta deterrninada par una ex­plicacion t autologica, a la que a su vez condiciona aqucl con tc­nido. Asi, define el instinto de combinaciones, que dcscmpcfiaun papel de maxima importancia en el analisis de los fcnornc­nos sociales:

«Esta clase esta constituicla POl' los residuos que corresponden a uninstinto poderoso en la especie humana, que probablerncnte ha sido, Ycontinua siendo, una causa importante de la civilizaci6n. Un gran numcrode Ienornenos dan como residuo una tendencia a combinar dctcrrninadascosas [ ... J. Poseemos un instinto que nos impulsa hacia las combinacio­nes en general» 10.

Las clases 0 categorias de residuos enumeradas correspon­den a los aspectos del sistema social que deben ser, segun Pa­reto, cientificamente interpretados: el equilibrio y el cambiasocial, la dorninacion y el sometimiento politicos, el efccto delas ideas y de las doctrinas, la actividad de produccion ceo­nornica, etc. La explicacion de estos diversos hechos socialeso «forrnas sociales» consistira en mostrar la correspondenciaentre las actividades individuales de las que aqucllos provieneny los residuos e instintos de los que derivan, y en clemostrarasi su caracter necesario y natural. Veamos asi como, sobre labase de las premisas psicol6gicas que han sido examinadas,construye su sociologia.

La distribucion diferencial de los residuos

La sociedad es concebida pOI' Pareto como un sistema cons­tituido pOI' las relaciones 0 interrelaciones de los individuosque la componen, los cuales son considerados como unidades(rnoleculas) de este sistema. Pareto presenta el estado de lasociedad como la resultante 0 suma de los diversos estados 0

caracteres de aquellas moleculas, en sus reciprocas ligazones.Las rnoleculas se definen pOI' las acciones que Bevan a cabo,

10 Ibid., p. 468.

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las cuales, a su vez, estan en Iuncion, como hemos vis to, de lasrcndencias instin tivas ele su na turaleza: pOI' consiguicntc, susrclaciones consti tuyen in teracciones, dcterrninadas y orien ta­elas pOI' las propieclades naturales de cada una de ellas:

«Corisidcro Ia socicdad humana como un sistema de molcculas que po­seen cicrt as propiedades en cl t iernpo y en cl espacio, que est an sornct idusa dctcrrninadas ligazones y que mucst ran cicrtas rclacionc-.» ".«Dcbemos considcrar (el sistema social) como un eompuesto de cicrt asmolcculas que contiencn ciertos residuos, ciertas dcrivacioncs. cicrtos in­tereses, ciertas t endcncias. Esas moleculas, sujetas a numerosas ligazones,ejecutan accioncs ... " ".

Del hccho que las rnoleculas hurnanas esten «rnovidas» pOI'lactores instintivos correspondientes a los residuos se deducelogicarnente que las propiedades de la sociedad como sistemade interaccion de las moleculas (su estructura, su equilibrio,sus cambios, etc.) estaran en funcion de los residuos, y, masexactarnente, de la especial distribuci6n de los diversos tiposde residuos entre los miembros de aquel la sociedad. La distri­bucion desigual de los diversos residuos entre los miembros deuna colectividad explica la existencia de categorias de indivi­duos, que muestran la preponderancia de un tipo de residuossobre otros, a las que Pareto calificara de capas sociales 0 declases socialcs, segun el contexto. EI modo de distribucionde los residuos entre estas categorias, el tipo de residues pre­dorninantcs en unas u otras, asf como el valor de esta prepon­derancia, determinan el tipo de sociedad en cuestion, su estadode equilibrio, las particularidades de su estructura y el sen­tielo de los carnbios susceptiblcs de afectarla. De entre los rcsi­duos, aquellos cuya distribucion en el interior del sistema so­cial presenta mayor interes para el analisis sociologico son, pOI'un lado, los residuos de combinaciones (tendencia a la innova­cion, a la iniciativa, a la aClividad), y, pOI' otro, los residuos depersistencia de agregados (tenelencia al conservadurismo, a lainercia, a la pasividad). En decto, como mas adelante veremos,estos residuos determinan la orientacion particular de las acti­vidades economicas y politicas:

"Si buscamos los heehos principales entre los innumerablcs elementosque se hallan en rc1aci6n con las formas sociales y sus evolueiones, en­contramos 1a proporei6n de los rcsiduos en las divcrsas c1ases socialcsy, sobre tOdD, la proporci6n de los residuos de la primera y de la segun­da, en la parte gobernante y en la parte gobernada. La historia eonfinna

11 Ibid., p. 1765." Ibid., pp. 1315-1316.

que es posible obtcner una prirncra y tosca imagen de los Icnornenos.dirigiendo la a tencion principal mente a estas proporcioncs. y de formasubordiuacla a otras circuustaucias import antes» 11,

Asi pues, cl cstuelio de la dist ribucion proporcional de losresieluos entre los micmbros de una socicelael constituye elobjcto de la sociologta. sicndo el de la historia la d ist r ibucionde los residues en el ticrnpo, y cl de la ctnologia, SLi distribu­cion difcrcncial ele las divcrsas poblacioucs:

.. uno de los prineipales factores para dcterrninar cl equilibrio socialera la propcrcion cxistcn tc, ell los inclividuos, ent rc los residues de laprirncra clasc y los de la scguncla [ .. ]. Esta proporei6n pucdc scr consi­dcracla dcsdc tres pun tos de vista, cst ablccicndo la comparacion: 1) entrepoblacioncs en general de paiscs d ifcicn tcs 0 entre pohlacioncs en gene­ral del mismo pais, pero en rnumcntos dif'crcn tcs: 2) entre crases socialcs.y prineipalmente entre Ia clasc gobcrnante y la clase gobcrnada ... » ".

EI concepto de clase ocupa un lugar central en cl anal isisde los hcchos socinlcs, y ello desdc un doblc punto de vista.POI' un lado, la distribucion diferencial de los residuos entrelos individuos de un sistema social determina la posicion ell'estos ind ividuos entre sf, en funcion de las clases 0 «castas»que resultan de aquelJa distribucion, y que son ca tcgorfas deindividuos que presentan una proporcion similar de resicluosespecificos. POI' otro, es la propia naturaleza particular de losresiduos prcdorninantes en cada clase la que explica las forrnassociales y su cvolucion, en la mcd ida en que estos hechos socia­les son el producto de las acciones ejccutadas pOI' los inclivi­duos que pertenecen a los grupos considerados:

('La socicdad hurnnna es heterogcnea [ ... ]. Para cstudiar esta hctcrogc­ncida d se pucde dividir la socicdad en difcrcut cs clascs 0 castas, no sola­mente en su cstaclo cst.u ico, sino tambicn en Sll cstado dinamico [. ].Finalrncntc, cs precise tcncr en cucn ta los caractcrcs difcrcntcs de cstasclases para estudiar la forma y la evoluei6n del conjunto social» ".

La explicacion cle las clases y la interpretacion ell' sus pro­piedades se elesprenden direetamente de la elefinicion previade los resicluos y de los instintos. Se constata la existencia ell'una pluralidael de individuos cuyas conductas se asemejan yque se encucntran en condiciones iclcnticas. Cualquier condi­cion que arecte a los inelivicluos no puecie SCI' imputacia 111,ISque a sus aceiones que, como hemos visto, son cl proelucto delos residuos ligados a sus instintos. Asi, la scmejanza de lascondiciones y las coneluctas solo pueclc ser rderida a la seme-

1J Ibid., p. 1767.14 Ibid., p. 1601." Ibid., p. 1765.

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janza subyacente de los residuos de los que son portadoresaquellos individuos. Las clases estan basadas de este modo enla preponderancia de caracteres instintivos similares en un con­junto de indivic\uos, 0 en un comparable grado de potenciao intensidad del mismo instinto. La fuerza y la diversidacl delos instin tos naturales explican a la vez la heterogeneidad y ladesigualc\ad de los micmbros de la sociedad:

«Los residuos no estan igualmcntc extendidos ni son igualrnent c potentesen las diversas capas de una misma sociedad. EI fen6mcno cs cornun yconocido desdc siernpre. A menudo se ha sciialado la supcrstici6n y laneofobia de las clases infcriorcs de la sociedad, y cs bicn conocido quefueron las ultirnas en conservar la fe en la religion que lcs debe prcci­samente su nornbre de paganisrno. En elias los residuos de la segunday la tercera clases estan mas extcndidos y son mas potentcs; mientrasque. por el contrario, a menudo sucede 10 contra rio con los residuos dela quinta clase (integridad del individuo)» ".

Al analizar las formas sociales y el equilibrio social condi­cionados por la distribucion de los residuos, Pareto se aferraados critcrios que permiten distinguir dos tipos de clases: pri­meramente, en la csfera politica, los gobernantes y los gober­nados, y luego, en la esfcra economica, los rentistas y los es­peculadores. Dado el criterio utilizado por Pareto para definirlas clases (la proporcion de los residues). su delimitacion pre­cisa en el seno de una sociedad es naturalmente arbitraria. Enefecto, sobre la base de la similitud en la proporcion de residuos diversos se podrian definir en una sociedad tantas clasescomo individuos hubiera con ciertos caracteres comunes, 10que, llevado hasta sus ultirnas consecuencias, suponclria clasesde dos, diez, cien personas, que coincidirian entre si segun eltipo de caracter cuya c1istribuci6n se estudiara. Unicamen te porrazones de comodidad, por necesidades del analisis, se distin­guiran, por ejemplo, dos clases (gobernantes y gobernados) se­gun la distribuci6n de determinados residuos (los de la prime­ra y segunda clases). EI mismo Pareto reconoce esta particularconsecuencia de su definici6n de las clases a partir de los re­siduos:

"EI hecho de dividir a la sociedad en dos capas. de las que una es lla­mada inferior y la otra superior. nos acerca algo mas a 1a realidad queel hecho de considerarla hornogenea: sin embargo. estarnos todavia lejosdel hecho concreto y de la realidad. Si queremos acercarnos mas. esprecise dividir la sociedad en un mayor nurnero de clases y constituirtantas cIases como, en general, caracteres diferentes de hombres existanen la misma» ".

16 lbid., p. 1070.11 lbid., p. 1070 (e1 subrayado es nuestro).

La dificultad sefialada por Pareto es una consccuencia gene­ral de la definicion funcionalista de las clascs. Propiamcntchablanc\o, no puede existir un grupo para la sociologta funeio­nalista. En efecto, la nocion de grupo se funda en una nociongeneral de proceso social que implica practices colcctivas enlas cuales -y por las cuales- los agentes de esos p roccsos sona su vez producidos. Cuanc\o, en una relaci6n inversa. las con­diciones sociales de los agentes son atribuidas a sus acetonesy a sus disposiciones individuales, no es posible conceb ir masque una jerarquia social (economic a 0 political en la que cadaindividuo ocupa una posicion personal unica, en iu ncion decaracteres individuales singulares. Las nociones de grupo, cla­se 0 casta corresponden a un agregado de individuos, portado­res de caracteres mas 0 menos sirnilares. a los que sc clasificaarbitrariamente en la misma categoria, pero que muy bien po­drian ser agrupados de otro modo, segun otros aspectos de sueonfiguraci6n psico16gica.

Las elites y su circulacion

Estas categorias pueden constituir los elementos de una je­rarquia, pues ciertas configuraciones psicol6gicas, ciertos ca­racteres son superiores a los dernas: este es el caso, en la esfc­ra politica, de los gobernantes Y de los gobernac\os. POl' otrolado, los individuos pueden f'ormar una jerarquia en el interiormismo de cada una de las clases 0 categorias. En cada catego­ria se encuentran individuos superiores 0 inferiores, individuoscuya acci6n conduce al ex it o, mientras que en otros conducea la mediocridad. La desigualdad entre los inclividuos esta enfunci6n del grado de desarrollo de las cllalidades y aptitudesnecesarias para el exito en la rama de actividad considerada.Esta concepcion del exito como manif'estacion de la superiori­dad se traduce en la nocion de elite. Marie Kolabinska, discipu­la de Pareto, da de ella la siguiente definicion, que este ultimo

hace suya:

«La nocion principal del terrnino elite es la de superioridad. Es la unicaque yo retengo ... En un sentido amplio , cnticndo por elite de una soc ie­dad las gentes que poseen en un grado notable cualidades de inteligencia.de caracter. de destreza, de capacidad de todo genero» ".

Y las celebres f6rmulas del mismo Pareto:

" Ibid., p. 1295.

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«Supongarnos que en todas las ramas de la actividad humana se atribu­ye a cada individuo un indice que indique sus capac ida des, poco maso menos como las puntuaciones que se dan en los examcncs. Forrncmosuna clase con aquellos individuos cuyos indices son mas elcvados en lararna en la que despliegan su actividad, y demos a esta clasc cl nornbrcde clite.. Tenernos, pues, dos capas en la poblacion: 1.0 la capa inferior,la clase ext rafia a la elite [ ... ]; 2.° la capa superior, la elite, que a su vczse divide en dos: a) la elite gubernamental; b) la elite no guberna­mental>. ".

Las nociones de clase, casta y categoria coinciden, pues, canlas nociones de elite y de jerarquia; todas ellas remiten a laexplicacion psicologica de las diferencias y de las dcsigualda­des sociales. Partiendo de la naturaleza individual y del actoindividual como actualizacion de las disposiciones naturales,se concibe un continuo de exi to-fracaso, basado en un conti­nuo de merito a de superioridad, ligado a su vez a los talentasy a las aptitudes personales. Al prcsentar cada individuo unaconfiguracion instintiva singular, ocupa, propiamente hablan­do, una posicion unica en la colcctividad. Par consiguiente, re­presenta por si mismo un escalon en cada una de las jerar­quias: social, econornica, polit ica, etc. Cada rama de la activi­dad social en la que se manifiesten diferencias individuales deriqueza, poder, prestigio, exito de toda clase, constituye la basede tal jerarquia de meritos personales y, en consecuencia, cadaindividuo puede encontrarse en varias jerarquias y en cadauna de ellas a un nivel diferente. La cualidad de elite puede seratribuida a los individuos que ocupan los escalones superioresde una jerarquia concreta, por ejemplo, la del poder, es decir,del exi to politico, de la que se ocupa Pareto mas especialmen­te. Pueden igualmente ser agrupados los que ocupan las posi­ciones mas eminentes en las diversas jerarquias: el financieromas rico, el politico mas astuto, la madre de familia mas sa­crificada, el cantante mas aplaudido se reunen asf en el pan­teen de la elite, en cl sentido amplio del terrnino. EI hecho deacumular posiciones superiores en varias activicladcs se expli­ca por la poses ion de diversos talentos y aptitudes, que funda­mentan un doble a un multiple derecho al merito y a los privi­lcgios asociados a el,

La elite, compuesta por todos los individuos const itucional­mente superiores, domina a la colectividad en todos los aspec­los. Sin embargo, segun Pareto, hay que distinguir en su senouna elite especificamente politica 0 gubernamental. En efecto,en toda sociedad existen una minoria que gobierna, en el sen­tido propio de la palabra, y una mayoria que esta sometida a

I' Ibid., pp. 1296-7-8.

aquella. Igualmente, se puede constatar que la minoria gober­nante sufre diversos carnbios: sus miembros son recmplaza­dos regularmente par otros individuos , globalmentc a en parte.Scgun los postulados teoricos ya expuestos, solo se puede bus­car la razon de ser a la cxplicacion de la existencia de gober­nan tes en una configuracion psicologica propia de ciertos indi­viduos. En dec to, los que ocupan una posicion dominante se10 debcn a cualidades y capacidades personalcs supe riores alas de los dcmas y, en particular, a inst in tos personales dedorninacion a de poder. En cuanto a las masas dorninadas, suposicion se explica par el hecho de que los individuos que lacomponen estan dcsprovist os de aquellas aptitudes del podery, par el contrario, dot ados de tendcncias naturales al some­timiento y a la sumision. En 10 que concierne a la elite poli­tica, las cualidades superiores pertinentes consisten en una jus­ta proporcion de residuos de la primera y de la scgunda clases,es dccir, los residues de combinacioncs y los de pcrsisrcnciade los agrcgados, Los dos t ipos de rcsicluos son ncccsarios paragobernar: es precise estar dorado, a la vez, de instintos quellevan a hacer usa de la Iucrza, de la autoridad, de la rcpre­sian, y de instintos que perrnitcn actuar can astucia, persua­sion y Ilcxibi lidad. Aunque sea ncccsaria la poscsion de ambostipos de instintos y de residues, una prepouderancia exccsivade los rcsiduos del segundo tipo es susceptible de obstaculizar,a largo plaza, la eficacia del gobicrno y de Ilcvar consigo lacaida de la clase dominante. Cuando la elite sc deja llevar parconsideracioncs humani tarias respecto a los gobcrriados, cuan­do se nicga a emplear la violcncia e intenta obtcncr por ladulzura el consentimicnto de la mayoria gobcrnada, es porqucsus residues de cornbinacioncs han pasado a ser prioritarios,y la elite ya no merece su posicion. Dcbcra, en tal caso, cederel puesto a una nueva elite mejor provista de residuos de per­sistencia de agregados y dispucsta a scrvirse de todos los me­dios necesarios para el ejercicio del poclcr y, en particular, dela violcncia. El siguiente texto del Tratado resume a grandesrasgos la problernatica general en la que se fundamenta cl ana­lisis politico parctiano. En cualquicr caso, la existencia de lasclases dorninantes y dominadas, las rclacioncs entre est as cla­ses y los carnbios que las afcctan no son mas que cl dectoineluctable l!'.: la l1lanifestacion de los inSlintos en las inter­acciones individuales:

«Para impedir la violeneia 0 para oponerse a ella, la c1ase dOlllinanterCCllrre a la astllcia, al [raude, a la eOITlljlcitin; en pocas palabras, elgobierno, de !con se convierte en zorro. La c1asc gubl'l'nant<, sc indinilante la amenaza de la violeneia, pero no cede Illas que en aparicl1cia,

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y se esfuerza POl' esquivar el obstaculo que no puede superar abiertamcn,teo A largo plazo, esta manera de actual' produce un efecto poderoso sobrela eleccion de la c1ase goberriante, en la que solo los zorros son IIamados:l participar, mientras que los leones son rechazados [ ... ]. De este modo,los residuos del ins tin to de combinaciones (primera clase) se refuerzanen la c1ase gobernante; los de persistencia de los agregados (segundac1ase) se debilitan, pues los primeros son utiles justamente en el artede los recursos para descubrir ingeniosas combinaciones que sustituirana la resistencia abierta; mientras que los residues de la segunda c1aseinclinarian hacia esta resistencia abierta, pucs un Iucr tc sent irnicnto depersistencia de los agregados impide toda flexibilidad. Respecto a los go­bernados, nos encontrarnos con las relaciones siguientes, que en partecorresponden a las precedentes: sf existe en la c1ase gobernada un ciertonurnero de individuos dispuestos a emplear la fuerza, y si estos tienenjefes capaces de conducirlos. a menudo la c1ase gobernante es desposeiday otra ocupa su lugar. EI hecho se produce facilmcnte si la clasc gober­nante se mueve fundamentalmente POl' sentimientos humanitarios [ ... ].Resulta, por el contrario, mas dif'icil desposeer a una clase gobcrrianteque sabe servirse de la astucia, del fraude, de la corrupcion, de una rna­nera prudente. Y es muy dificil si esta c1ase consigue asimilar al mayornurnero posible de los que en la c1ase gobernada tienen las misrnas do­tes, saben emplear los mismos ar tificios, y, en consecuencia, pudieranser los jefes de los que estan dispuestos a hacer uso de la violencia [ ... ].POl' otra parte, a la larga, la diferencia de naturaleza entre la c1ase go­bernante y la c1ase gobernada se acrecienta: en la primera. los instintosde combinaciones tienen tendencia a predominar; en la segunda Son losinstintos de persistencia de los agregados los que manifiestan esta ten­dencia. Cuando la diferencia se hace suficientemente grande, se producenrevoluciones. Estas dan a menudo el poder a una nueva c1ase gobernan­te, que presenta un refuerzo de los instintos de persistencia de los agre­gados» ".

EI texto precedente permite comprender la teoria paretianade la «circulacion de las elites», cuya influencia podremos en­contrar en todas las teorias modernas de la elite y de la movi­lidad social. Salvo circunstancias accidentales. la elite esta enperpetuo carnbio, bajo el efecto de un proceso natural queasegura la seleccion y la movilidad ascendente de los indivi­duos dotados de cualidades superiores. Los cambios socialesy politicos van unidos al fenorneno de la circulacion en la me­dida en que estos cambios son el resultado de modificacionessurgidas en la configuracion psicologica de los miembros de laelite. La explicacion de la desigualdad politica por la superio­ridad natural de los miembros de la clase dominante exige quese afirme la existencia de diversos mecanismos de movilidadque permitan acceder a la elite a todo individuo superior y ga­ranticen en todo momento la adecuacion del poder al meritoindividual. Ante la ausencia de movilidad habria, en efecto, queconcluir que los unicos individuos dotados que produce la na-

" Ibid., pp. 1386-7-8.

turaleza son los que componen la elite, 10 que seria elificil desostener a largo plazo; 0 bien habria que recurrir a una inter­pretaci6n de los hechos politicos basaela en criterios distintosde las cualidaeles y la voluntad de los individuos, 10 que con­traeliria los fundamentos te6ricos del analisis. Se afirrna, pucs.que to do inelividuo que posea las cualidades requeridas podra.a corto 0 largo plazo, acceder a la elite. Este acceso poclra rea­lizarse con el acuerdo de la elite existente 0, en caso de revolu­cion, debera llevar consigo el recurso a la fuerza para derribarlas barreras que la elite habra intentado erigir contra la mo­vilidad (herencia, tabues, etc.). Estas barreras pueden modcrarla movilidad a corto plazo, pero a la larga, la ley natural acabapor prevalecer y la elite solo puede gobernar en virtud de sumerito, En cuanto a la clase dominada, su existencia, l1111y co­moda en todo caso, solo puede ser explicada por la presencia,en toda colectividad, de individuos constitucionalmente inca­paces de gobernarse, a los que sus instintos !levan, par el con­trario, a buscar la sujecion, la sumisi6n y la servidumbre. Eneste sentido, Pareto define as! los residuos de los inferiorcs,categoria IV-e-2 de la clase de los «residues en relaci6n con lasociabilidad», tarnb ien llamados «sentirnientos de autoridad»:

«Sentimientos de los inferiores. Son sentimientos de sujecion, de afecto.de respeto, de temor. El hecho de experimental' estos sentimientos es unacondicion indispensable para Ia constitucion de las sociedacles anirna lcs.para la dornesticacion de los anirnales, para la constitucion de las soc ic­dades humanas» ".

Las clases econ6micas: rentistas y especuladores

Una vez definidas las clases, cuyos caracteres psicol6gicospermiten interpretar los fenornenos politicos, Pareto se vuelvehacia la economia, en donde igualmente se observa la presenciade categorias de individuos dotados de instintos de naturalezaespecffica, que se manifiestan a traves de conductas econorni­cas particulares. La variedad de los instintos y su desarrollodesigual explica la variedad de las «formas economicas» y suevoluci6n, del mismo modo que en la esfera polftica. EI fun­damento de estas clases econornicas es el mismo que el de lasclases ya delimitadas al nivel politico: la preponderancia y eldesarrollo desigual de los residuos de cornbinaciones. por unaparte, y de los residuos de persistencia de los agregados, porotra. Debe ser mencionada, con todo, una diferencia importan-

" Ibid., p. 614.

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te entre las c1ases economicas y las politicas: en el terreno po­litico, las clases se diferenciaban por sus cualidades. no solodiferentes, sino tambien desiguales. La jerarquia politica rcpo­saba sobre la contradiccion fundamental entre dominan tes ydorninados, basada en la superioridad natural de los primerosy la inferioridad natural de los segundos. En el casu de las con­ductas econornicas no existe una contradiccion similar queoponga, por ejcmplo, a los ricos y los pob res, a los capitalistasy los obreros, etc. La interaccion cconornica produce difcren­cias entre los individuos antes que contradicciones, diferenciasque corresponden a la variedad de los modos de adquisicionde los valores economicos. Para Pareto, la diferencia funda­mental entre las dos clases economicas principalcs, la de losrentistas y la de los especuladores, reside en el tipo de activi­dad econornica de la que unos y otros obtienen sus ingresos:ahorro, por un lado, y especulaci6n y empresa, por otro. Laprimera clase esta construida colocando "a las personas cuyosingresos son esencialmente variables y dependen de su habili­dad para encontrar fuentes de ganancia en una categoria quellamaremos (S)>> 22. Esta categoria comprende a empresarios,poseedores de acciones de sociedades industriales y comercia­les, propietarios de edificios y de tierras (cuando los edificiosy las tierras estan sometidos a especulacion), especuladores enbolsa y banqueros que se ocupan de los prestamos al Estado,a la industria y al comercio. Pareto incluye adernas en esta ca­tegoria a todas las personas que de elias dcpendcn, es dccir,a notaries, abogados, ingenicros. politicos, obreros y emplea­dos que obtienen, en general, cualquier ventaja de las operacio­nes enumeradas anteriormente. En cuanto a la segunda c1ase,la de los rentistas, se compone «de las personas cuyos ingresosson fijos 0 casi fijos y, por consiguiente, no dependen muchode las combinaciones ingeniosas que se pudieran imaginar» 23.

Se trata de simples poseedores de ahorros (titulos bancarios.rentas, pensiones), poseedores de obligaciones. de titulos dedeuda publica, de inmuebles y terrenos ajenos a la especu­lacion, y, finalmente, de agricultores, obreros y ernpleados quedependan de estos diversos ahorradores.

Estos diversos modes de actividad econornica 0 ell' adquisi­cion de ingresos no estan asociados a las estructuras de lacconomia, al modo de produccion dominante 0 al estaelio dedesarrollo tecnologico; por el contrario, es mas bien la prepon­derancia de diversos tipos de instintos en los sujetos economi-

22 Ibid., p. 1430.2l Ibid., p. 1431.

cos la que de terrnina, en un momento concreto de la historiade una socicdad, cl modo de producci6n y el desarrollo tee no­16gico, asi como las «Iorrnas» particulares de la vida econ6mi­ca. Asi, las clases de espcculadores y ele rentistas se basan enlos caractcres psicologicos siguientes:

"Se situan entre los cmpresarios Jas personas cuyo instinto de cornbina­clones, indispensable para tcncr exito en est a profcsion, esta rnuy dcsarro­Ilado. Las personas en las que prcdorninan los residues de pcrs ist cnciade los agregados se s it uan entre los simples posecdorcs de ahorros. Parello, los ernpresarios son gcueralmcnte gentes arricsgadas. en busca denovcdades tanto en cl terrene cconomico eOI11O en cl social. Los movi­micn tos no les disgustan: cspcran podcr obtcncr provccho de cllos. Lossimples posccdorcs de ahorros son, por ('I cont rario. personas t rnnquilas.timoratas, que aguzan sicrnpre la orcja. como la Iiebrc, Espcr'an pocode los movirnicntos y temen mucho de cllos, pues sabcn, por una duraexpcriencia, que est an casi siernpre llarnados a cargar con sus costas» ".

Los ins tin tos pertinen tes son, una vez mas, los ell' la prime­ra y scgunda categorias, cuyo modo de detenninar las accio­nes politicas hemos descrito anteriormente. En la explicacionde las conductas ecoriomicas son contempladas otras rnanifes­taciones de estos mismos residues: en 10 que conciernc al ins­tin to de combinaciones, se tendra ahora en cuenta el gusto porel riesgo y la aventura que deriva de el mas que la tendcnciaa la astucia y a la malicia con la que es te instinto se manificstaen politica; cl inst in to de pcrsistcncia de los agregados deter­mina la accion econornica en cl sentielo de la pruelencia y dela tendencia a la acumulacion, aunque oriente la accion poli­tica en el sentido de la fuerza y de la firrneza. La relativa in­cohercncia de estas distintas manifestaciones de los misrnosinstintos, supuestamente Iundamen talcs, cs la prucba de su ca­racter profundamente arbitrario y muest ra muy bien que tan­to en la teoria econornica como en la explicacion politica des­empefian el papel de un apriorismo indispensable, comparablecon el pecado original y la gracia santificante en la teologiacatolica.

La desigualdad, por otro lado eviderite, entre los «grandes»y los «pequerios» rcntistas, entre los «grandcs» y los «pcquc­nos» cspcculadorcs, cs considcrada como una jerarquia de cxi­tos en la pcrsecucion de los misrnos fines cconorn icos. EI elife­rente exito cs atribuido a la variable intensidad en los sujetoseconomicos ele los instintos pertinentes. EI peon y el gran in­dustrial se sitttan en un mismo eontorno ell' actividades: lasque corresponden a la actualizacion de los instintos de combi-

24 Ibid., p. 1428.

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1l Ibid., pp. 1427-8.

« "los empresarios y sus obreros tienen un in teres com un, que se en­cuentra en oposici6n con el de los simples poseedores de ahorros... Seha confundido, y se continua confundiendo, bajo el nombre de "capita.listas", a los que obtienen ingresos de sus tierras y ahorros con los em­presarios L .. ]. En realidad , estas dos categorias de "capi talistas" tienenintereses a menudo diferentes y a veces opuestos. E incluso opuestos enmayor medida que los de las clases llamadas "capitalistas" y "prole­tarlosv» 15.

naciones; sin embargo, estos residuos estan menos desarrolla­dos en uno que en otro, tal como 10 indican sus posicionesrespectivas. Sus intereses no son ni contradictorios ni diferen­tes; su comun interes. sustentado por un instinto cornun, loslanza a buscar las mismas ocasiones del lucro asociado a laespeculaci6n, y los opone mas bien a los rentistas en general,ya se trate del pequefio campesino 0 del gran tcrrateniente:

La oposici6n de Pareto al analisis econ6mico marxista esmuy explicita. El modo de producci6n capitalista queda aquireducido a una especie particular de conducta econ6mica queno se distingue de las dernas sino por la especificidad de lasmotivaeiones y las orientaciones de la acci6n individual, deter­minadas unicamente por los instintos naturales del actor. Seafirma que la acci6n del empresario y la del obrero poseen lamisma naturaleza, puesto que derivan de una motivaei6n e in­tenei6n similares: obtener unos ingresos de la aetividad eco­n6mica de especulaci6n, esto es, del capitalismo industrial 0

comereial. La diferencia entre la posici6n y los ingresos delpatron y los del obrero refleja su respectiva destreza para sacarprovecho de la especulacion, tal como la define Pareto. Estadestreza esta evidentemente en funcion de sus aptitudes natu­rales, puesto que el actor econ6mico, por definicion, esta enlibertad de ejercer y sacar provecho de sus talentos y cualida­des personales. La interaccion social en general permite mani­festarse a los individuos superiores y ningun obstaculo, ningu­na traba a la libre competencia econ6mica 0 a la movilidadpolitica consiguen impedir a largo plaza el triunfo de los me­jor dotados.

Encontraremos tanto en los sociologos funcionalistas comoen los economistas liberales esta perspectiva, segun la cual losprocesos de producei6n, distribuci6n y control econ6mico noson nunca aprehendidos desde el angulo de las practicas co­lectivas de los grupos implicados en estos procesos y de lasrelaciones entre estos grupos, sino que, por el contrario, sonsiempre concebidos como el resultado de actos, conductas 0

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« ... la opinion que atribuye a la "razon" en la actividad humana un papelcada vez mayor no es err6nea; por el contrario, concuerda con los he­chos [ ... ]. Esta proposici6n puede unicamente ser referida al conjuntosocial; tiene un valor muy diferente para las partes de este conjunto [ ... J.En nurnerosas ramas de la actividad humana, tales como las artes, lasciencias y la produccion economica, los residuos de la prirnera clase ylas deducciones 16gico-experimentales han apartado a los residuos de 1asegunda clase. En la actividad politica y social, el hecho aparece con

menos claridad» ".

Pareto, Mosca, Michels

comportamientos que se refieren a sujetos individuales quebuscan la satisfacci6n de sus necesidades individuales Y que cs­tan movidos por orientaciones, disposicioncs e inslinlos per­sonales relativos a la adquisici6n de bicnes. En general, la act i­vidad capitalista es interpretada por los soci6logos Iunciona­listas como una acci6n molivada y orientada po r Ta raz6n. Laproducci6n capitalista con vistas al beneficia y a la consumi­ci6n productiva de la plusvalia son vistas como una manifes­taci6n de la raz6n en la actividad economics. Asi, cl capi talrs­mo representa un progreso, una evoluci6n positiva con rcla­ci6n a formas inferiores, cs dccir, irracionalcs, de produeei6n.La preponderancia del modo de p roducciort capitalista en unasociedad corresponde, para el analisis funcionalista, al desarro­llo de una racionalidad superior en materia econ6mica entreun numero creciente de personas en el seno de esta colectivi­dad. En efecta, la acci6n social, en general, siempre implicaalgun grado de raeionalidad, en la medida en que se definecomo la persecuci6n de un fin dictado por el instinto, la nece­sidad 0 la disposicion natural del actor, y en que la rcalizaci6nde este fin no es automatica, sino que requiere una elecci6n delos medios id6neos para alcanzar los objetivos perseguidos.Y desde esta perspectiva, la producci6n capitalista, corno apli­caci6n coherente de medios sisternaticamente centrados sobrela maximalizacion del beneficia, aparece como el prototipode la accion racional. Pareto, quien por otra parte relacionalos comportamientos politicos, religiosos u otros de los hom­bres can sus instintos inconscientes e irraeionales, insiste enel hecho de que en las sociedades modernas, con relaci6n a lasdel pasado, la razon desernpefia un papel cada vez mayor en laactividad hurnana y, en particular, en la actividad econ6micay cientifica. Este progreso se explica por la preponderanciacreciente de los residuos del primer tipo que derivan, a esterespecto, de los instintos de razon, de logica y de racionalidad,as! como por la preponderancia de este tipo de residuos enindividuos que pertenecen a la clase de los especuladores:

26 lbid., p. 1587.

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De esta concepcion de la produccion econornica capitalistaen terrninos de racionalidad de la accion economica se des­prende que el exito desigual de los actores debe ser interpre­tado, en ultima instancia, como la manifestacion de un desarro­llo desigual de la racionalidad, es decir, de la inteligencia, enlos individuos implicados en el proceso de produccion, Losgrandes especuladores (industriales, financieros, etc.) son, porconsiguicnte, mas inteligentes, mas brillantes que los pcqucfios(obreros, proletarios, etc.), del mismo modo que los gobcrnan­tes son mas fuertes 0 mas astutos que los gobernados. Si bienlos instintos y otras cualidades individuales que explican ladesigualdad politica 0 la desigualdad social son definidos engeneral de forma imprecisa, la desigualdad economica, por suparte, es facilmente reducible a la desigual dist ribucion dela inteligencia 0 de la racionalidad. Volveremos a encontraresta idea en todos los grandes pensadores funcionalistas: enSchumpeter, en Parsons y, sobre todo, en Weber, quien formu­la de manera particularmente explicita y claborada el prcsentetema de la adecuacion del capitalismo a la Razon.

Las derivaciones

Segun Pareto, el fundamento instintivo de las conductas po­Itticas, economicas y sociales de los hombres, asf como la na­turaleza de las consecuencias que de ellas se derivan, talescomo la estratificacion social, econcrnica 0 politica, permane­cen ocultas. Los hombres justifican e interpretan sus actos so­ciales mediante «derivaciones», es decir, con ideas, doctrinas,mitos a crecncias seudo-logicas, cuya funcion consiste en di­simular el origen instintivo de estas accioncs y cl caracter ne­cesario de las consecuencias que producen. Por otra parte, lasderivaciones representan, con relacion a la «ciencia», otros tan­tos indices y manifestaciones de la naturaleza y del fundamen­to reales de las acciones humanas. Asi, para Pareto, las dcriva­ciones son

.. las maneras en que los hombres intcntan disimular, carnbiar 0 expli­car los caracteres quc posecn cuando en realidad son conscientcs de susmaneras de actuar» ".

A menudo se ha comparado la nocion paretiana de deriva­cion con el concepto marxista de ideologia y con el freudianode racionalizacion. EI uso que de aquella hace Pareto muestra

" Ibid., p. 785.

que la nocion de derivacion, como la de residuo, no es mas queun comodin teorico cuyo efecto es el de disirnular la explica­cion ideologica de los discursos y representaciones eolectivas.En efccto, las derivaclones tienen su origen en «la necesidadde desarrollo logico 0 seudo-logico que expcrimcnta el hombre,necesidad que se maniliesta en los residuos del tipo I-a (com­binacioncs)» 28. Las reprcsen tacioues, doctrinas. creencias, ideo­logfas, son, pues, discursos individuales sobrc actos individua­les, que dcrivan de la neccsidad natural fundamental de pensary creer. Su caracter social naee de que varios individuos pre­sentan las mismas derivacioncs porque sus conduct.as indivi­duales y los instintos de los que aqucllas proccdcu son scrnc­jantes. Pareto subraya cl cl'ccto mixtificador de las derivacio­nes en el caso, por ejemplo, de las doctrinas y principios quesirven de justificacion a la dorninacion de la elite. Estc cfeetode mixtificacion, de desconocimicnto de las dcrivacioncs, solose explica por la aptitud para la mixtificacion por parte de losmixtificadores y no tiene otra Iuncion polftica que la de enrnas­carar el hecho inadmisible para los sores inf'eriorcs de que elpoder rcsida en la supcrioridad y en la Iuerza natural de losrniembros de la elite. Una vez mas, somos conclucidos al postu­lado inicial de este proceso tcorico: lodo heche social, incluiclasu propia representacion, se reduce a las disposiciones pcrso­na les de las unidades en in teraccion del sistema social y to docambio social se reduce a una modificacion de cstas disposicio­ncs. Toda la sociologia de Pareto se reduce al absurelo de quelas socicdades existen porque la mayor parte ell' los indivicluosson natural mente sociables; por consiguicntc, la interaccionsocial existe porque es querida y acep tada, Y en los propiostermin os de Pareto:

«En general las sociedadcs existcn porquc en la mayor parte dc susmiembros, los sentimientos que corrcspondcn a los rcsiduos de la so­ciabilidad son vivos y poderosos» ".

2. MOSCA Y MIC II ELS

Las conclusiones de nuestro examcn critico de 1a tcorfa dela desigualdad pol itica de Pareto sc ap lica, en 10 cscncial, a lostrabajos de Gaetano Mosca, con tcmporanco de Pareto, cuyosanalis is politicos se identifican con los tcmas y conclusionesformulados por este ultimo. En general, se admite que la teoria

Z8 Ibid., p. 786.29 I bid., p. 1381.

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polftica de Mosca ha inspirado directamente los trabajos socio­logicos de Pareto, que son posteriores a la primera version dela «teorfa de la clase dir igente» de Mosca .10. Sin embargo, he­mos insistido en la teoria de la desigualdad de Pareto porqueesta se situa en un marco teorico mas explfcito y mas generalque el de Mosca, cuya influencia en el pensamiento funciona­lista moderno no resulta por ello menos considerable.

La teoria de la clase dirigente

Mosca parte de la observacion, universalmente valida, deque toda sociedad conocida se divide en dos clases principales:una minoria dirigente, la «clase politica», y la masa de los queestan sometidos a aquella. Para Mosca, la presencia inevitablede una minoria de individuos que disponen de un monopoliodel poder y que controlan a la mayoria por medios mas 0 me­nos legales y mas 0 menos coercitivos se explica por dos razo­nes. En primer lugar, en toda sociedad solamente una minoriade individuos poseen las cualidades necesarias para el gobier­no. En segundo lugar, el numero restringido de individuos su­periormente dotados les permite organizarse y coordinar susacciones a fin de imponer eficazmente su voluntad a las masaspasivas y desorganizadas:

«En todas las sociedades [ ... ] aparecen dos clases: una clase que dirigey otra clase que es dirigida. La prirnera, que es siempre la menos nurne­rosa, ejerce todas las funciones politicas, monopoliza el poder y goza delas ventajas que este procura, mientras que la segunda, la clase masnumerosa, es dirigida y controlada poria primera, ya sea de manera maso menos legal, ya sea de manera mas 0 menos arbitraria y violcnta ..Un temple moral superior la colocara a la la rga POI' cncima de la granmayoria y de la fuerza bruta; y, segundo hecho, mas importante peromenos observado que el prirnero, una minoria organizada, que actue deforma concertada, triunfara siempre sobre una mayoria desorganizadade gentes desprovistas de voluntad y de Irnpetu comunes» ",

El merito personal, fundado en cualidades superiores a lasde las masas, representa, pues, el criterio de admisibilidad a laclase dirigente. Estas cualidades son definidas de forma relati­vamente imprecisa. Se reducen, grosso modo, a tres dimensio­nes: la fuerza, la energfa y la inteligencia. Por otro lado, pa­rece que la manera en que estas cualidades se manifiestan

'" Vease Gaetano Mosca, Elementi di scienzia politica, 5.' ed. Gius La­terza, Bari, 1953; en Ingles, The ruling class, New York y Londres, 1939.Vease tarnbien James H. Meisel, The myth of the ruling class: GaetanoMosca and the elite, The University of Michigan Press, 1962.

31 Citado POI' Meisel, pp. 33-35 (la traducci6n es nuestra).

varia segun las epocas y segun las «condiciones morales, inte­lectuales. economicas y militares» de los pueblos. En conjunto,pues, se puede definir «Ia capacidad de gobernar» como «Iasuma de las caracteristicas personales mas apropiadas para ladireccion de un pueblo dado, en una epoca dada» 32. Scgun Mos­ca, la clase polftica debe, ademas, «representar. a las «Iucrzassociales» importantes, preocuparse de los «intereses» Iunda­mentales de los diversos grupos de la sociedad, responder a las«necesidades de la epoca», etc. La minorfa dirigente cs suscep­tible de ser reemplazada total 0 parcialmente si pierde el mo­nopolio de la aptitud para el liderazgo 0 si no cum pIe las fun­ciones que incumben al gobierno en la sociedad a la que dirigc.Otros individuos que posean cualidades pertinentes para el go­bierno pueden, en efecto, emerger de la masa dominada; la cla­se polftica debe integrarlos en sus filas 0 cederles el pucsto.Por otro lado, al permanecer identicas las dernas circunstan­cias, la aptitud para el gobierno garantiza a largo plaza la acce­sion al poder y, en virtud de esta ley natural, la clase dirigentcse basa siernpre, a largo plaza, en la superioridad de susmiembros:

«Cuando la aptitud para el mando y el ejercicio del control politico yano es el atributo exclusivo de los gobernantes de derecho, sino que scencuentra suficientemente extendida en otras gentes, cuanclo una nuevaclase (dirigente) se ha formado fuera de la primera y se ve apart adadel poder aunque sea capaz de compartir las respcnsabilidades del go­bierno, sucede que este derecho ha llegado a ser un obstaculo en cl ca­mino de una fuerza elemental y debe, de una manera u ot ra, des­aparecer» ".

Mosca observa, en fin, que toda clase polftica justifica y lc­gitima su dominacion con una doctrina, un mito, una «formulapolitica» adaptada a las condiciones del pueblo y de la epoca.Esta formula polftica se define como «una abstraccion con lacual la clase polftica intenta siempre justificar su poder». Esterecurso, segun Mosca, es necesario porque « ... ninguna clasepolttica, fuere la que fuere, confesara que gobierna porque [ ... ]sus miembros son los mas aptos para el gobierno. 34. Tanto ladoctrina de la autoridad de derecho divino como el mito de­mocratico del gobierno por el pueblo y para el pueblo sonformulas polfticas. Pueden aparecer como mixtificaciones tos­cas, pero no dejan de responder a una verdadera «necesidadde la naturaleza humana. que consiste en «el deseo del hom-

II Ibid., p. 388.JJ Ibid., p. 46.,. lbid., p. 55.

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bre de creer que es mas facil someterse a un principio abstrac­to que someterse a otro hombre que solo gobierna porquesabe gobernar» 35.

En las versiones ulteriores de su teoria de la clase politica,Mosca introduce la nocion de estrato subal terno (vsustrato»).que constituye un elemento esencial de la clase politica, aun­que no disponga mas que de un acceso indirecto al poder.Dicho estrato, que agrupa a los individuos responsables de lapreparaci6n y la aplicacion de las politicas del gobierno, cum­pie igua1mente una Iuncion esencial de intermediario entre losgobernantes y los gobernados. Ademas, en opinion de Mosca,1a «estabilidad de todo organismo politico dcpcnde del nivelde moralidad, inteligencia y actividad que haya alcanzado estesegundo estrato» 36.

Toda esperanza de progreso reside, para Mosca, en la po­sibi lidad de que este estrato consiga agrupar a individuos se­leccionados en Iuncion de su cornpetencia, su ciencia, su sabi­duria y su inteligencia. Se identifica asi con el mito liberal delgobierno poria Raz6n, formulado de diversos modos por nu­merosos contemporaneos suyos: Saint-Simon, Proudhon, We­ber, Mannheim y Burnham, entre otros. Volveremos igualmen­te a encontrar este mito, bajo nuevas formas, en los pensado­res neofuncionalistas como Touraine, Galbraith y otros. Encualquier caso, es preciso notal' que la Razon, bien sea la delos filosofos, la de los funcionarios 0 la de los tecnocratas, seencarna siempre en la inteligencia y la voluntad de individuossuperiores.

A menudo se ha afirmado que la teoria de la desigualdadpolitica de Mosca, aunque se apoye explicitamente en la ecua­ci6n poder-mcrito-aptitud. tiene en cuenta determinantes espe­cificamente sociales de los fcnorncnos politicos. Sin embargo,se puede Iacilmente constatar que la problernatica de Mosca,bajo apariencias mas refinadas, reposa sobre los mismos axio­mas que la de Pareto y recurre a nociones cuyo senti do esidcntico a aquellas cuya critica hemos formulado: elite, apti­tudes para la dorninacion, circulacion de las elites, mixtifica­cion politica, etc. Mosca introduce en el analisis politico cier­tas consideraciones que se refieren a realidades distintas, enaparicncia, de los factores psicologicos. Como hemos visto an­tcriormente, el poder de la minoria dirigente reside ciertamen­te en la superioridad natural de sus miembros, peru tambienen su numero restringido, que le permite organizar y coordi-

" Ibid., p. 55.J6 Ibid., p. 51.

nar el ejercicio del poder. La clase politica solo se mantieneen el poder porque su dominaci6n esta organizada. Los facto­res rclativos a la organizacion se reducen, sin embargo, a lasorientaciones conscientes que subyaccn en la conducta de losactores politicos. La organizaci6n resulta de la union, acepta­da para el mayor bien de todos, de las voluntades individualcs,En este sen tido, se presenta a la vez como una «conspiracion»,una «autodisciplina» y una «consolidacion» de la elite para elejercicio efectivo del poder 37.

Es evidente que estas conductas solo son posibles en vir­tud de la aptitud para el gobierno y de las cualidades intelec­tuales y morales que posecn los que tienen en sus manos elpoder.

La ley de bronce de la oligarquia

En los trabajos de analisis politico de Robert Michels po­demos encontrar el mismo genera de consideraciones relati­vas a los factores institucionales 0 estructurales de la domina­ci6n 38. La obra principal de Michels, Los partidos politicos,tiene pOl' objeto «el estudio sociologico de la emergcncia delliderazgo, la psicologia del poder y las tendencias oligarquicasde la oiganizacion» 39. Basandose en el estudio de los partidosy de los sindicatos obreros, Michels formula un conjunto deprincipios que explican la cstructura y cl Iuncionamicnto delas organizaciones politicas. Estos principios se resumen en la<dey de bronce de la oligarquta», segun la cual toda organiza­cion politica, incluso cuando sus fines son esencialmente de­mocraticos, evoluciona ineludiblernente hacia la oligarquia, cs­to es, hacia la dorninacion de una minoria organizada sobrcuna mayoria impotente y amorfa. La ley de la oligarquia re­sulta de factores psicologicos y de Iactorcs tccnicos. Depcndeprimeramente de la psicologfa de las masas, las cuales son«constitucionalmcnte incapaces de gobernarse» y adolecen «deuna inmadurez objctiva» y de una «incornpctcncia incurable» 40.

17 Ibid" p. 4.rs Robert Michels, Ziir Soziologic des Part eiwescns ill del' Moderncn

Dcmokratic, 2.' cdicion, Stuttgart, 1925; en frances, Les portis polit iqucs;essai SILl' las ten dances oligarcltiqucs des dcntocraties, Flammnrion, Pa­ris, 1971; en inglcs. Political parties, 2.. cd., Dover l nc., Nueva York, 1959[version castcllana, Los partidos politicos; 1111 cst udio sociologico de lastendcncias oligarquicas de la democracia inodcrna, Amorrortu, BuenosAires, 1969].

J9 Estc cs el subtitulo de la obra; nuestro traduccion se basa en laedici6n inglcsa.

" Les par tis politiqucs, p. 299.

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Hemos visto que Mosca insiste tambien, al contrario quePareto, en las «fuerzas sociales», las «necesidades» y los «inte­reses. sociales que la elite politica puede representar y queson susceptibles de provocar agitaciones en sus filas. Igual­mente, subraya que las capacidades necesarias para el gobier­no varian segun las necesidades y las condiciones morales, eco-

" Ibid., p. 299." Estas observaciones pueden aplicarse a toda la moderna sociologfa

funcionalista de las organizaciones. POl' otra parte, la influencia de Mi­chels sobre los te6ricos americanos de la organizaci6n es importante yha sido explfcitarnente reconocida POl' estos ultirnos, Dado que la interac­cion social es concebida siempre como un sistema de acciones individua­les orientadas POl' los estados de conciencia de los actores, la teoria dela organizaci6n no puede ser mas que una psicclogia de las conductasde tipo especifico en donde se concibe a la organizaci6n como un modo(0 un medio) de coordinaci6n... Vease, en particular, la obra de S. M. Lip­set, Trow y Coleman, Union democracy, Doubleday, Nueva York, 1959, queconstituye una tentativa de verificaci6n de las hip6tesis de Michels en lossindicatos americanos. Vease tarnbien la obra de Upset, The political man,Doubleday, Nueva York, 1959 [versi6n castellana, El hombre politico,Eudeba, Buenos Aires, 1965]. Tal como su titulo indica, este estudio secentra en el analisis de las condiciones psicol6gicas de la democracia. Enotro capitulo 10 analizaremos con mas detalle.

A titulo de ejernplo representativo de la problematica funcionalistaaplicada a1 estudio de las organizaciones modernas, vease: Amitai Etzioni,A comparative analysis of complex organizations, The Free Press, NuevaYork, 1961.

Pues, segun Michels, «el hombre individual esta abocado parnaturaleza a ser guiado y a serlo tanto mas cuanto las funcio­nes de la vida se dividen y subdividen mas y mas» 41. Los go­bernados, ademas, alimentan las tendencias autocraticas natu­rales de los lideres por el «culto de la veneracion» y la «gratitudpolftica» que manifiestan frente a ellos. POl' otro lado, la oli­garquia se explica, en 10 que respecta a los lideres, por Ia «sedde poder». EJ interes personal en conservar una posici6n depoder y privilegio lleva a los jefes a identificar los fines de laorganizaci6n que dirigen con sus fines personales, 10 que pro­duce una tendencia ineludible al conservadurismo en los obje­tivos y en la ideologia de la organizaci6n. Se constata que todoslos principios de esta «psicologia del poder» se basan, comoen Mosca y Pareto, en un conjunto de apriorismo referente ala naturaleza universal del individuo. En cuanto a los factorestecnicos que explican la tendencia a la oligarquia -los efectosde la divisi6n de las tareas y de la especializacion, la cohesi6nde los ltderes, etc.-, se reducen, como en Mosca, a efectosinstitucionales (a nivel de la organizaci6n) de los mismos ca­racteres psicologicos intrinsecos a los individuos 42.

55Pareto, Mosca, Michels

nornicas e intelectuales de la epoca. Estas afirmaciones nosignifican en modo alguno que Mosca considere la aptitud parael gobierno 0 la superioridad en general como un producto delas condiciones sociales y de los procesos sociales de produc­cion de agentes aptos para las pract icas que corresponden aaquellas condiciones. Estas observaciones no significan tarnpo­co que se pueda buscar una coherencia entre los hechos poli­ticos y los hechos econ6micos, ideo16gicos, etc., en el interiordel proceso general de la producci6n social. Las neccsidadcs.intereses y fuerzas sociales cuyo efecto politico es analizadopOl' Mosca se refieren a orientaciones diversas y cambiantcs delas conductas de los individuos que componen la sociedad. Loque Mosca llama «el estado moral, intelectual 0 economicode un pueblo» se refiere a los estados de conciencia de los in­dividuos que explican la aparici6n de determinados periodoshist6ricos y civilizaciones. Su modificaci6n coincide ncccsar ia­mente con una redefinici6n de las funciones del gobierno, deresultas de modificaciones en los estados de conciencia de laselites. Parece como si estos cstados de conciencia, responsa­bles de las conductas sociales, se modificasen sin cesar porobra del Espiritu Santo. En efecto, s610 un principio trascen­dental puede explicar la constituci6n y evoluci6n de la con­ciencia politica de los sujetos, tal como la conciben las teoriasque acabamos de analizar. Mas alla de la natural «necesidadhumana de razon, de 16gica y de razonamiento» evocada pOl'Pareto, es la Razon la que representa este principio, cuyo pro­greso (0 regresi6n algunas veces) aproxima (0 aleja) a la natu­raleza humana a su completa realizacion politica.

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