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La sílaba en la teoría fonológica JULIETTE BLEVINS Traducción: Bravo, Cecilia; Casquero, Daniela y Faucet Carlos. 0. Introducción El papel de la sílaba en la teoría fonológica se ha vuelto más significativo con cada década. La mayor parte de las aproximaciones relevantes, desde la Escuela de Praga a los prosodistas de Londres y los estructuralistas norteamericanos, hasta los acercamientos de la moderna generativa, incluyendo la fonología autosegmental y métrica, ha reconocido a la sílaba como una unidad fundamental en el análisis fonológico. Mi meta en este capítulo es ilustrar el importante papel jugado por la sílaba en la teoría fonológica. En primer lugar, señalo la importancia de reconocer a la sílaba como un constituyente fonológico (sección 1). Luego, discuto cómo tales constituyentes sirven para organizar los segmentos en términos de sonoridad (sección 2). En la sección 3, presento argumentos concernientes a la naturaleza de la estructura interna de la sílaba, incluyendo el rol de la sonoridad y el peso silábico para

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La sílaba en la teoría fonológica

JULIETTE BLEVINS

Traducción: Bravo, Cecilia; Casquero, Daniela y Faucet Carlos.

0. Introducción

El papel de la sílaba en la teoría fonológica se ha vuelto mássignificativo con cada década. La mayor parte de lasaproximaciones relevantes, desde la Escuela de Praga a losprosodistas de Londres y los estructuralistas norteamericanos,hasta los acercamientos de la moderna generativa, incluyendola fonología autosegmental y métrica, ha reconocido a la sílabacomo una unidad fundamental en el análisis fonológico.

Mi meta en este capítulo es ilustrar el importante papel jugadopor la sílaba en la teoría fonológica. En primer lugar, señalo laimportancia de reconocer a la sílaba como un constituyentefonológico (sección 1). Luego, discuto cómo talesconstituyentes sirven para organizar los segmentos en términosde sonoridad (sección 2). En la sección 3, presento argumentosconcernientes a la naturaleza de la estructura interna de lasílaba, incluyendo el rol de la sonoridad y el peso silábico para

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establecer el constituyente. Esta discusión es seguida, en lasección 4, por una panorámica de la variación paramétrica enlos tipos de sílabas de las lenguas del mundo. En la sección 5,considero el estatus de la silabización con respecto a laderivación fonológica –en específico, la cuestión de cómo y enqué punto de derivación la estructura de la sílaba es asignada aasociaciones, y los aspectos en los cuales ciertas reglasfonológicas pueden ser contempladas como parte del procesode silabización-. Finalmente, en la sección 6, abordo variosproblemas en la actual teoría silábica, incluyendo la naturalezade las restricciones de la coda, silabizaciones controvertibles ydesencuentros entre sílabas fonéticas y fonológicas.La evidencia de la sílaba es copiosa, aunque mucha de esta sehalla dispersa entre análisis de diferentes escuelas y épocas, yabrigada por marcos teóricos dispares. Mi meta aquí será aunaruna diversidad de argumentos y extraer de ellos la esencia quecualquier teoría fonológica correcta debe poseer.¿Qué son las sílabas? En tanto los pies de la teoría métricaaportan la organización rítmica a las asociaciones fonológicas,las sílabas pueden ser contempladas como las unidadesestructurales que proveen la organización melódica a talesasociaciones. Esta organización melódica se basa, en su mayorparte, en la sonoridad inherente de los segmentos fonológicos,donde la sonoridad de un sonido es entendida como suintensidad en relación con otros sonidos producidos con lamisma energía de entrada (i.e., con la misma duración, acento,pitch, velocidad de la corriente de aire, tensión muscular, etc.).De aquí que la organización melódica de una asociaciónfonológica en sílabas ha de dar como resultado un perfil desonoridad característico: los segmentos serán organizados ensecuencias de ascenso y descenso de sonoridad, con cada cima

de sonoridad definiendo una única sílaba. La sílaba es,entonces, la unidad fonológica que organiza las melodíassegmentales en términos de sonoridad, y los segmentossilábicos son equivalentes a las cimas de sonoridad al interiorde dichas unidades de organización.

1. La sílaba como constituyente fonológico:

Mientras los fonólogos de una amplia gama de perspectivasteóricas concuerdan en que la sílaba juega un papel importantecomo constituyente prosódico, el acuerdo no es ni remotamenteuniversal en cuanto a la exacta naturaleza de la sílaba, ni lo esen cuanto a la existencia misma de este constituyente en lafonología. En esta sección ofreceré una variedad deargumentos, tanto antiguos como nuevos, con el propósito deproveer una sólida defensa de la importancia de la sílaba en lafonología, y el basamento general para la consiguientediscusión.Los argumentos en pro de [las sílabas como] constituyentesestán tradicionalmente apoyados en la observación de que unageneralización particular, o un grupo de generalizaciones,puede ser establecida de manera más concisa en términos deconstituyentes que sin ellos. Por ejemplo, los argumentos enpro de los constituyentes sintácticos “Frase Nominal” y “FraseVerbal” se centran en el punto de vista de que las restriccionesde distribución y los fenómenos de extracción son mejorestablecidos bajo la condición de tales constituyentes. En estasección 1 presento cuatro argumentos de este tipo en pro de lasílaba como constituyente fonológico.

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1.1 La sílaba como dominio

El primer argumento en pro de la sílaba como constituyentefonológico procede del hecho de que hay procesos fonológicosy/o restricciones que toman la sílaba como su dominio deaplicación. Tales reglas y restricciones son sensibles a undominio que es más extenso que el segmento, más pequeño quela palabra y que contiene exactamente una cima de sonoridad.Un ejemplo de un proceso que implica sílabas enteras es lafaringalización en árabe y en los dialectos bereberes (Ali-Ani1970; Ghazeli 1977; Saib 1978; Broselow 1979; Elmedlaoou1985; Hoberman 1987). En estas lenguas, la presencia de unaconsonante subyacente faringalizada o enfática da cabida adominios de segmentos faringalizados que son más extensosque un segmento individual y, con frecuencia, más pequeñosque la palabra completa. En árabe cairota, el dominio máspequeño para la faringalización es CV, que es también elmínimo tipo silábico en esa lengua. Broselow (1979) razonaque la manera apropiada de caracterizar las alternancias defaringalización en el cairota es en referencia a la sílaba: lafaringalización se expande a todos los segmentos tautosilábicosy, así, su dominio es la sílaba.Otras propiedades fonológicas que toman la sílaba como sudominio son el acento y el tono. En el nivel fonético, el acentoy el tono, como la faringalización, son usualmente realizadosen asociaciones multisegmentales (Firth 1948; Pike 1962;Beckman 1986).En el nivel fonológico, hay muchas lenguas en las cuales lacolocación del acento o el tono predecibles requiere ignorarsecuencias C0VC0. Tales principios de asignación de acentorespaldan la existencia de sílabas en las que los candidatos para

la asignación del acento que son ignorados son siempre sílabascompletas. Además, las lenguas tonales y acentuales caen endos clases generales en lo que respecta a los algoritmos deasignación general: aquellas en las cuales las proyecciones deacento y tono varían según las sílabas sean pesadas o ligeras, yaquellas en las que el peso es irrelevante. En el primer caso, lamora, una unidad de peso, podría ser vista como la unidad desoporte de tono/acento; en el segundo caso, parece necesarioreconocer a la sílaba como la unidad de soporte de tono/acento.De cualquier manera, incluso en las lenguas que se muestransensibles al peso en la asignación del acento, el reconocimientode la sílaba es necesario. Hayes (1991) señala que en todas laslenguas de acento verdadero, la sílaba parece ser la unidad desoporte del acento, lo que es decir que no hay contraste entre´vv y vv´ tautosilábicas. Con el propósito de dar cuenta de esto,Hayes adopta una restricción universal que prohíbe que un solopie métrico divida sílabas. Sin el acceso al constructo “sílaba”,es difícil imaginar cómo tal restricción podría ser formulada.Otro fenómeno que argumenta en pro de la existencia de lasílaba como constituyente fonológico procede de la presenciade un contraste entre las así llamadas sílabas “balísticas” y lassílabas “controladas” del amuzgo otomangueano y de laslenguas chinantecas (Robbins 1961; Merrifield 1963;Bauernschmidt 1965; Westley 1971; Foris 1973; Rensch 1978).En estas lenguas, las sílabas balísticas tienen algunas o todaslas siguientes propiedades: aspiración (incluyendo Cs fortisiniciales, Vs nucleares sordas, sonantes sordas finales, yaspiración al final de la sílaba); crescendo rápido hasta lacumbre de intensidad, con decrescendo repentino;intensificación de la duración de la vocal (las vocales largasson más largas, y las cortas son más cortas); variaciones de

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tono (tonos de nivel más alto, deslizadas ascendentes[upglides] y descendentes [downglides]; retraimiento de la raízde la lengua. Las sílabas no balísticas no son aspiradas,muestran ascensos y descensos de intensidad uniformes, tienecontrastes normales de duración de vocales, no muestrandeslizamiento [gliding] tonal y no tienen retraimiento de la raízde la lengua. Todo el conjunto de propiedades que distinguesílabas balísticas toma dominios mayores al segmentoindividual. De una particular relevancia es el hecho de que laaspiración se contagie a través del espacio máximo C0V(V)C0,y también que los distintos patrones de intensidad seanproyectados sobre este dominio. Tratar la “balisticidad” comocualquier cosa excepto como una característica de la sílabadejaría sin explicación la cantidad de propiedades señaladas ysus dominios multisegmentales. En suma, las propiedadesfonológicas con la sílaba como su dominio incluyen lafaringalización, el acento, el tono y la balisticidad.

1.2. El margen de sílaba como locus

Otro argumento en pro de la sílaba como constituyentefonológico es la existencia de reglas fonológicas que se aplicanen los márgenes silábicos. En todas las lenguas, los márgenessilábicos se corresponden con los márgenes de lapalabra/expresión, de manera que, sin referencia a la sílaba,muchas reglas deben ser formuladas para aplicarse en losentornos esquemáticos / ___{#, C} o / {#, C}___. Tales reglasson problemáticas por la sencilla razón de que los símbolos delímite y las consonantes no forman una clase natural. Comoresultado, dichas reglas son mejor interpretadas comodefinitorias de los entornos de final e inicio de sílaba,

respectivamente. Por ejemplo, en inglés (Kahn 1996) y enkunjen (Sommer 1981) las obstruyentes de inicio de sílaba sonaspiradas, mientras que en popoluca de la sierra (Elson 1947) yen maya yucateco (Straight 1976) lo son las de final de sílaba.

1.3 Sílabas como estructuras objetivo

Además de las reglas que toman la sílaba como su dominio deaplicación y de las que afectan a los segmentos en margensilábico, las sílabas pueden funcionar como objetivos de juegosde lengua o como objetivos prosódicos de procesosmorfológicos. Numerosos juegos de lengua han sido descritosen referencia a la sílaba. Por ejemplo, White (1955) describe unjuego de lengua en luvale, donde /-ti/ es sufijado a cada sílabade la palabra. Laycock (1972), en su estudio de estos juegos delengua, o ludlings, señala por lo menos veinte casos en loscuales la sílaba es el objetivo de afijación, truncación,sustitución o movimiento.Además de aquellos juegos, las sílabas son también losobjetivos prosódicos de procesos morfológicos como lareduplicación. Según la teoría de fonología y morfologíaprosódicas, como fuera desarrollada por McCarthy y Prince, lareduplicación involucra la afijación de una escueta plantillaprosódica a una base. Cuatro tipos de sílaba son reconocidos enla morfología prosódica: (1) sílaba (máxima), (2) sílaba ligera(i.e., monomoraica), (3) sílaba pesada (i.e., bimoraica) y (4)sílaba nuclear (i.e., CV). Solo mediante la introducción deplantillas silábicas pueden las propiedades invariables de talesafijos, así como sus tipos restringidos, ser captadasinterlingüísticamente.

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1.4 Intuiciones nativas

En muchas lenguas, los hablantes nativos tienen clarasintuiciones concernientes al número de sílabas en una palabra oen un enunciado, y en algunos de estos, por lo general, tambiénen lo que concierne a dónde ocurren los cortes de sílaba[¿silabeo?]. Por ejemplo, Schütz (1985, p. 537) señala, en sugramática del fiji, que los “hablantes nativos parecen reconocerla sílaba como una unidad: de manera velada, en su usoocasional del deletreo oral silábico; manifiestamente, en susmarcadas divisiones de sílabas en materiales para profesores delenguas”. Si la fonología es, en parte, el estudio de lasrepresentaciones mentales de la estructura del sonido, entoncestales intuiciones respaldan la perspectiva de la sílaba como unconstituyente fonológico plausible.Habiendo mostrado cómo algunas lenguas requieren referirse aconstituyentes silábicos, la teoría más sólida (esto es, la másfácil de refutar) postulará que las sílabas son unos universaleslingüísticos sustantivos. Esta es la teoría que yo adoptaré en lorestante de este capítulo. Además, asumiré que la sílaba tieneuna posición fija en la jerarquía prosódica universal, como segrafica en (1).

(1) Jerarquía prosódica universal

2. Sonoridad

La relación entre sílabas y sonoridad ha sido reconocidadurante un siglo o más. Jespersen (1904) destaca que en cadaenunciado hay tantas sílabas como cimas nítidas de sonoridad,y Sievers (1881) observa que, en general, entre cualquiermiembro de una sílaba y la cima de esta solo son permitidossonidos de una sonoridad mayor. Estas y otras observacionesrelacionadas son usualmente remitidas a la Generalizaciónsecuencial de sonoridad (o Principio secuencial de sonoridad),de la que presentamos una versión en (2).

(2) Generalización secuencial de sonoridad (GSS)Entre cualquier miembro de la sílaba y la cima de esta debeocurrir un incremento de sonoridad o una meseta.

Mientras que la mayoría de los fonólogos concuerdan en queuna versión de la GSS debe ser integrada en la teoríafonológica, una cantidad de cuestionamientos se desprenden enlo concerniente a su estatus e implementación. ¿Es la GSS unacondición absoluta para las representaciones o es simplementeuna condición preferencial que expresa los valores universalesde marcación? ¿Sobre qué base es determinada la sonoridadsegmental? ¿Es universal la categoría de sonoridad o esespecífica de alguna lengua?Parece haber un considerable número de excepciones a la GSScomo fue presentada en (2). Como fue enunciada, esta proponeque la presencia de una secuencia prevocálica C1C2 (C1 ≠ C2) alinterior de la sílaba implica la ausencia de una secuenciaposvocálica C1C2 y viceversa. Sin embargo, en inglés ocurrenlos inicios de sílaba /sp st sk/, y los posvocálicos tautosilábicos

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/sp st sk/ también son encontrados, y el inglés está lejos de serel único en este reparo. Tales hechos han llevado a muchosinvestigadores a tomar la GSS como una condiciónpreferencial, como un determinante del marcado de la sílaba ocomo una restricción en la silabización inicial que luegopueden ser violados por reglas y/o restricciones particulares.C2Otra cuestión concierne a cómo se define la sonoridad y enqué medida se basa. Aunque se ha combatido ampliamente unabase fonética para la sonoridad, las mediciones basadas en laintensidad acústica suelen ser consideradas como un punto departida para estimar la saliencia perceptual o intensidad de unsonido. Basado en tales mediciones, Ladefoged (1982, p. 222)presenta la siguiente escala parcial de sonoridad para el inglés:a > æ > ε > I > u > i > l > n > m > z > v > s > š > d > t > k.Esta escala se ajusta a las escalas más universales y a las másparticulares que hayan sido propuestas. Todas ellas son dediversos tipos, habiendo de parámetros principales dediferenciación basados en rasgos vs. no basados en rasgos,binarios vs. escalares, relativos vs. absolutos, detallados vs. notan detallados. Los modelos distintivos basados en rasgos,defendidos originalmente por Basboll (1977), tienen la claraventaja de categorizar los segmentos con el mismo criterio queotras reglas y restricciones fonológicas. Usando rasgosdistintivos, en (3) compendio las relaciones de sonoridad que,hasta donde sé, no han encontrado contraejemplo en laliteratura fonológica y/o en la fonética.

(3) Una escala de sonoridad universalPara cada nudo, la rama izquierda es más sonora que laderecha, y las relaciones de sonoridad de un rasgo se definen

solo con respecto de los segmentos con la especificación derasgo del nudo madre.

La escala de sonoridad de (3) está organizada en términos derelaciones binarias, con la rama izquierda más sonora que laderecha. Las relaciones en este árbol tienen la intención de serabsolutas; así, por ejemplo, no podremos encontrar ningunalengua en la que las vocales no bajas sean más sonoras que lasbajas. La precisión de la escala está determinada por evidenciadisponible; que yo sepa, por ejemplo, no hay lenguas quepresenten escalas claras de sonoridad para los rasgos de lugarde articulación al interior de la clase de segmentos[+consonántico].

3. Estructura al interior de la sílaba

Derivamos ahora hacia la cuestión de la estructura interna de lasílaba y la relación de la estructura interna de la sílaba con elpeso silábico. Han sido hechas muchas propuestasconcernientes a la estructura interna de la sílaba. Algunasperspectivas actuales son registradas en (4).

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(4) Modelos la estructura interna de la sílaba(a) Estructura plana (i.e., ningún subconstituyente sino lospropios segmentos) (Anderson 1969; Kahn 1976; Clements andKeyser 1983).(b) Aproximaciones moraicas: σ C0μ (μ) C0 (Hyman 1985;McCarthy and Prince 1986; Hayes 1989).(c) Ramificación binaria con Cuerpo: σ Cuerpo Coda;Cuerpo Ataque Núcleo (McCarthy 1979; Vennemann1984).(d) Ramificación ternaria: σ Ataque Núcleo Coda (Hockett1955; Haugen 1956; Davis 1985).(e) Ramificación binaria con Rima: σ Ataque Rima; Rima Núcleo Coda (los académicos chinos tradicionales como sonrepresentados, por ejemplo, en las tablas de rimas de la dinastíaSong (dengyuntú), y discutidos extensamente en Chao 1941and Karlgren 1954; Pike and Pike 1947; Kurylowicz 1948;Funge 1969; Halle and Vergnaud 1978; Sekirk 1982).

La evidencia en pro de un constituyente subsilábico recae enlas categorías ya utilizadas para justificar la sílaba comoconstituyente. Un énfasis particular sea da usualmente en lasconstricciones fonotácticas basadas en la sonoridad, en el rasgoy en la posición, ya que estas proveen la evidencia más sólidaen cuanto a dominios multisegmentales al interior de la sílaba.Aquí se ha invocado el principio según el cual la presencia derestricciones de ocurrencia entre dos posiciones de segmentosal interior de una sílaba es evidencia de que las dos posicionesforman un constituyente. En esta sección presento evidencia afavor del modelo en (4e), donde la estructura máxima alinterior de la sílaba es como la que se muestra en (5).

(5) Estructura al interior de la sílaba (palabra inglesa dream)

Primero presentaré lo que, creo, es la evidencia más fuerte enpro de este modelo, y luego demostraré que otrosacercamientos (4a-d) no pueden dar cuenta adecuadamente detales hechos, por lo menos no sin una revisión sustancial.Como se destacó en la sección 2, ha habido varias propuestasen cuanto a cómo los valores de sonoridad deben ser integradosa la teoría de la sílaba. La mayoría de las propuestas intenta darcuenta de la Generalización secuencial de sonoridad (hasta lamedida en que es válida) colocando los sonidos en una escalade sonoridad como la sugerida por Ladefoged (1982) para elinglés. Usando tales escalas, dos aspectos de la secuenciaciónde sonoridad favorecen la división de la sílaba en lossubdominios de ataque, núcleo y coda. Primero, mientras quelos grupos con C al inicio y al final en ##C0V1C0## puedenmostrar una adherencia rígida a las escalas de sonoridad, elvalor de sonoridad de las Cs prevocálicas y posvocálicas noestá determinado en relación al valor de sonoridad de las Vsadyacentes. Segundo, para muchas lenguas las restricciones desecuenciación de sonoridad entre secuencias de Cs prevocálicas

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no son simplemente la imagen en el espejo de aquellas querestringen las secuencias de Cs posvocálicas.Ambos puntos pueden ser ilustrados con referencia al inglés.En inglés, todos los grupos consonánticos a inicio de palabra,excluyendo aquellos compuestos por /s/ + obstruyente, seadecúan a la Generalización secuencial de sonoridad: /pr br trdr kr gr fr vr sr pl bl kl gl fl vl sl šl tw dw kw gw sw šw/. Comosea, no hay ningún caso en que el valor de sonoridad delsegundo miembro de estos grupos sea determinado por la vocalsiguiente: /swu:n/ y /swan/ están ambos bien formados sinimportar el hecho de que los valores de sonoridad de /w, u/ sonmucho más cercanos que aquellos de /w, a/. Además, mientrasque todos los grupos iniciales vistos están bien formados en elorden inverso como secuencias posvocálicas, gruposposvocálicos adicionales ocurren, incluyendo: /rl rm rn lm lnnd mp ŋk/. Pero a pesar del hecho de que todos esos gruposobedecen la generalización secuencial de sonoridad, ningunode ellos constituye un grupo de inicio bien formado cuando suorden es invertido: *lrV…, *mrV…, *nrV…, *mlV, etc. Portanto, cualquier intento de formalizar las restricciones sobre lasonoridad relativa de los segmentos al interior de la sílabainglesa debe (1) reconocer que las escalas de sonoridad sonrelevantes al interior de los grupos prevocálicos y posvocálicos,pero no entre CV o VC, y (2) distinguir las distancias desonoridad mínima para grupos iniciales y finales, ya que lossegmentos próximos en valor de sonoridad son toleradosposvocálicamente. La evidencia en pro de las restricciones desecuencias de sonoridad dentro de una lengua puede luego serutilizada como evidencia en pro de la división de la sílaba entres dominios inequívocos: ataque, núcleo y coda. Puesto quetal evidencia es coherente con los modelos en (4e, d, e), otros

argumentos se enfocan en la necesidad de un constituyenterima, que se descompone en los subconstituyentes núcleo ycoda. La evidencia más fuerte en pro de la rima comoconstituyente se basa en los fenómenos sensibles al pesosilábico. En muchas lenguas las sílabas son divididas en ligerasy pesadas, donde las pesadas son aquellas que atraen el acentoo permiten (en oposición a uno) dos tonos. En la gran mayoríade casos, el peso silábico es definido sin referencia a la porciónprevocálica de la sílaba. Además, como se muestra en (6), enlas lenguas que muestran una triple distinción de peso, lassílabas más pesadas son aquellas que tienen las rimas mássonoras (Recuerden aquí que, idénticos en lo restante, lossegmentos largos son más sonoros que los cortos).

(6) Definiciones interlingüísticas del peso silábico

Ligera Pesada Más pesadaTipo 1 C0V C0VX…

Sierra miwok, hausa, etcTipo 2 C0VC0 C0VV…

Huasteco, hawaiano, etc.

Tipo 3 C0V C0VC1 C0VV…Klamath, yupik

C0V C0VC1 C0V[V, R]…Creek

En una lengua como sierra miwok, tanto C0VC como C0VVatraen el acento, mientras que en hausa ambos tipos silábicoscuentan como pesados con el propósito de procesosfonológicos y morfológicos. En huateco, el acento cae en la

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última sílaba con vocal alargada de la palabra, si no en laprimera sílaba, omitiendo las sílabas C0VC; en hawaiano, todaslas sílabas C0VV son acentuadas, pero esta lengua no tienesílabas trabadas. En klamath, el acento también cae en la últimavocal alargada de la palabra; si esta está ausente, el acento caeen la penúltima si es trabada, si no en la antepenúltima. Enyupik, las sílabas con vocales largas atraen el acento, como lohacen las sílabas trabadas de al inicio de palabra. Finalmente,en creek, donde se evidencia un sistema de acento [pitch], lostonos de contorno son encontrados solo en las secuencias VVand VR; de cualquier modo, los acentos [pitch] predecibles encreek son colocados de acuerdo con el pie binario sensible a lacantidad que trata por igual a las CVV y CVC como pesadas.Los tres tipos lingüísticos en (6) parecen saturar lasposibilidades de distinción de peso silábico que no involucransegmentos precedentes a la vocal nuclear. El hecho de que laslenguas tengan como máximo una triple distinción de peso yvarias definiciones de pesado y ligero se seguirá, por tanto, delas definiciones de esas categorías en términos de lossubsconstituyentes silábicos núcleo y rima, como en (7):

(7) Definiciones estructurales del peso silábico

Ligera PesadaMás pesada

Tipo 1 rima sin ramificaciónrima ramificada

Tipo 2 núcleo sin ramificaciónnúcleo ramificado

Tipo 3 rima sin ramificación rima ramificadanúcleo ramificado

La estructura interna de la sílaba expuesta en (4c, d) deberecurrir a argumentaciones conjuntas para dar cuenta de lasclases de peso interlingüístico en (7). Por ejemplo, la definiciónde ‘pesado’ para el tipo 1 al interior del cuerpo/coda sería comosigue: las sílabas pesadas son aquellas que son ramificadas y/oaquellas con núcleos ramificados. Las aproximacionesmoraicas que carecen de constituyentes al interior de la sílabatienen problemas lidiando con lenguas con triple contraste depeso. Con la intención de remediar tales problemas, Hayes(1991) ha introducido diversas elaboraciones de la teoríamoraica, incluyendo reglas de peso por posición sensitivas alcontexto, una distinción entre moras fuertes y débiles, y un gridprosódico en el cual pueden representarse las distinciones desonoridad extramoraica. Las enmiendas de Hayes pueden serinterpretadas como demostración de que una teoría moraicaque evita la estructura interna de la sílaba esta forzada adebilitarse a sí misma hasta un punto en el cual lasposibilidades de definir pesos silábicos distintivos son másgrandes que aquellas delineadas por el modelo de estructurasilábica resumido en (7).Otros argumentos en pro de los constituyentes se centran en ladistribución de rasgos y las clases de sustitución dentro de lasílaba. Pike y Pike (1947) aducen que los constituyentesinmediatos de las sílabas del mazateco son los ataques(“márgenes”) y los núcleos (Ya que en el mazateco todas lasílabas son abiertas, no hay distinción posible entre núcleo yrima). Esta división se basa en la distribución del tono y lanasalización; el tono y la nasalización contrastivos son rasgosdel núcleo y no suceden en glides prevocálicas, las que sonmiembros del ataque. Hockett (1947) ilustra cómo la

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perspectiva tradicional de la sílaba china da cuenta derestricciones sistemáticas en secuencias de sonidos.Únicamente elementos consonánticos ocurren como inicios(ataques), únicamente aparecen elides como medios (elementosde inicio de rima), únicamente ocurren vocales en el núcleo, ylas terminales (codas) están restringidas a una base específicade la lengua. Funge (1969, 1987) también utiliza evidencia dedistribución para respaldar una perspectiva de la sílaba inglesasimilar a aquella de (5). Por ejemplo, el hecho de que solo lasvocales relajadas/cortas sean encontradas ante /-mp/ y /ŋk/ se toma como señal de que el núcleo y la coda están máscercanamente relacionados que el ataque y el núcleo.En otras lenguas, la evidencia en pro de la rima también tomala forma de restricciones en cuanto al número de segmentos alinterior de ella: por ejemplo, en yokuts (Newman 1944), afar(Bliese 1981) y hausa (Newman 1972) no pueden aparecer másde dos segmentos en la rima, derivando sílabas CVVC a CVCen la superficie; y en turco (Clements y Keyser 1983) y español(Harris 1983) no pueden ocurrir más de tres elementos en larima. Sin una referencia a la rima, tales restricciones seríandifíciles de formular.Argumentos adicionales en pro de la rima como constituyentefonológico provienen de los juegos de lengua. Además de losludlings que afijan/reemplazan/mueven sílabas enteras, hay enLaycock (1972) numerosos ejemplos en que la rima es el focode la regla. En el inglés “oppen-gloppen” la oración “you aremad” se reproduce cini [y-op-u op-ar m-op-æd].Los argumentos en pro del ataque como constituyente no seconsiguen fácilmente. Aparte del hecho de que las restriccionesde secuencia de sonoridad se dan en este dominio, no haymuchas señas de que el ataque sea otra cosa que lo que queda

después de que se establece la rima. De igual manera, ademásde las restricciones de sonoridad, hay pocas demostracionesconvincentes de que secuencias de codas definan unconstituyente identificable. Dada la carencia de evidenciapositiva en pro de los constituyentes ataque y coda, el modelooriginal en (5) es modificado en (8):

(8) Estructura interna de la sílaba (basada en evidenciapositiva)

Dentro de este modelo, las restricciones de sonoridad en losgrupos prevocálicos y posvocálicos pueden aún ser definidasen términos de la estructura silábica: los elementos ataque sonaquellos dominados inmediatamente por σ, y los elementoscoda son aquellos inmediatamente dominados por R.

4. Una descripción general de la tipología silábica:

En esta sección, voy a presentar una descripción sucinta de latipología de la sílaba. El propósito de esto es demostrar elgrado de variación de los tipos de sílabas entre las lenguas, yresaltar generalizaciones entre los sistemas lingüísticos. Todateoría de la sílaba debe poder dar cuenta del amplio rango de

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templetes silábicos que registramos y los aspectos de laestructura intrasilábica que son constantes en las lenguas. Lavariación entre los tipos de sílabas que se presentan en laslenguas del mundo es considerable.

Tabla 6.1 Variación de tipos de sílabas entre las lenguas.

Para las fuentes de las lenguas, ver tabla 6.3. Nótese que V es usado en este recuadro como una notación

para cualquier secuencia que pueda ser núcleo de sílaba, por ejemplo, vocales cortas, largas, y secuencias

vocálicas.

Algunas lenguas, como el Hua, solo tienen un tipo de sílabaCV. Otras lenguas, como el inglés, tienen más de diezplantillas silábicas. A pesar del rango de variación, ciertasgeneralizaciones son aparentes. Primero, todas las lenguastienen la plantilla silábica CV.

Segundo, todas las sílabas presentan la siguiente propiedad: siuna secuencia de n consonantes es posible a inicio de sílaba,entonces, una secuencia de n – 1 consonantes es tambiénposible en el mismo contexto. Y, si una secuencia de n

* Árabe del Cairo

consonantes es posible a final de sílaba, entonces, unasecuencia de n – 1 consonantes es también posible en el mismocontexto. Además, si una lengua no permite sílabasconstituidas por una sola vocal V, entonces, la lengua tampocoadmite cualquier sílaba con vocal a inicio. La Tabla 6.2 ilustrael grado de variación de elementos que son núcleos silábicos ensecuencias tautológicas.

Tabla 6.2 Variación paramétrica en secuencias nucleares [-consonántica]:

Las fuentes de las lenguas incluyen: cayuvava (Key 1961), yokuts (Newman 1944), el paraíso mixe (Van

Haltsman y Van Haltsman 1976), español (Harris 1983) huitoto (Minor 1956), finlandés (Keyser and

Kiparsky 1984), estoniano (Prince 1980).

Nuevamente, vemos que ciertas generalizaciones son visibles.Si una lengua permite secuencias tautosilábica de n vocales,entonces, también permite secuencias de n – 1 vocales.Aparentemente ninguna lengua admite secuencias de más detres vocales al interior de una sola sílaba, y ninguna lenguatiene más de tres formas de contrastar la duración vocálica.Aunque no es aparente en este esquema, dentro del dominio delnúcleo PSS se mantiene sin falla.

V CV CVC VC CCV CCVC CVCC VCC CCVCC CVCCC

Hua no sí no no no no no no no no

Cayuvava sí sí no no no no no no no no

Cairene* no sí sí no no no no no no no

Mazateco sí sí no no sí no no no no no

Mokilese sí sí sí sí no no no no no no

Sedang no sí sí no sí sí no no no no

Klamath no sí sí no no no sí no no sí

Español sí sí sí sí sí sí no no no no

Finlandés sí sí sí sí no no sí sí no no

Totonac no sí sí no sí sí sí no sí sí

Inglés sí sí sí sí sí sí sí sí sí sí

Lengua V V: V:: V::: V1 V2 V1 V2 V3 V1 V2 V3 V4

Cayuvava sí no no no no no no

Yokuts sí sí no no no no no

El Paraíso Mixe sí sí sí no no no no

Español sí no no no sí no no

Witoto sí no no no sí sí no

Finlandés sí sí no no sí no no

Finlandés sí sí sí no sí sí no

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Para poder aprehender alguna de estas generalizaciones, laslenguas pueden ser descritas en término de pequeños grupos deparámetros con valores binarios que son definidos sobre losdominios intrasilábicos del ataque (=consonantesinmediatamente dominadas por el nudo de la sílaba), núcleo ycoda (= segmentos inmediatamente dominadas por el nudo dela rima). En la tabla 6.3 mostramos combinaciones lógicas deparámetros con valores binarios y las respectivas lenguas en lasque aparecen. El Parámetro de Núcleo Complejo especifica silos núcleo complejos están bien formados o no, (sí) o (no).

En lenguas sin núcleos complejos las secuencias vocálicas VVse dividen en dos sílabas. El Parámetro de Ataque Obligatoriodetermina si un ataque es obligatorio o si no lo es, (sí) o (no).Lenguas como el totonac, en la cual su configuración es (sí), nopresentan vocal a inicio de sílaba. El Parámetro de AtaqueComplejo determina si más de un segmento está permitido enel ataque o no, (sí) o (no). El Parámetro de Coda es unindicador de si la lengua tiene o no sílabas trabadas, mientras,el Parámetro de Codas Complejas permite más de un segmentoal interior de la coda (sí), o solo uno (no). Además de estoscinco parámetros que son el resultado de un grupo de tipossilábicos bien formados, algunas lenguas aceptan tiposexcepcionales de sílabas al margen de los dominios de lasilabificación. Por ejemplo, en klamath, las sílabas de inicio depalabra pueden comenzar con secuencias CC, pero este tipo desílabas no se encuentran al interior de palabra. Tal excepción seincluye en este cuadro bajo el nombre de Efecto de Margen,con las subconfiguraciones I(nicial) / F(inal) a fin de que seancompletadas.

Mientras que las configuraciones de los tres primerosparámetros son independientes, las configuraciones para Coday Coda Compleja son dependientes: si la configuración deCoda es (no), entonces, la configuración de Coda Compleja estambién (no). La matriz completa que resulta es de 24 por 5,donde cada una de las 24 filas define una posible configuraciónparamétrica para una lengua natural.Las configuraciones paramétricas anteriormente no solo dancuenta de las generalizaciones señaladas, sino que describen lacodificación de valores no marcados, donde (no) es un valor nomarcado y (sí) es un valor marcado.Los casos no marcados son: la ausencia de ataque obligatorio,ataque complejo y de coda; tampoco se permiten diferenciassistemáticas entre las sílabas al interior y margen de palabra.Aunque nos tomaría algo más de espacio presentar unajustificación detallada sobre la codificación de valoresmarcados en la sílaba, las siguientes observaciones han sidotomadas por ser altamente escasas de tal escala. (1) En elestado inicial del desarrollo del lenguaje (balbuceo temprano)los niños producen sílabas en las que los ataques no sonobligatorios, no hay ataques complejos o codas del mismo tipo,ni diferencias sistemáticas entre las sílabas que aparecen alinterior o margen de palabra (Vih man et. al. 1985). (2) En laadquisición de la segunda lengua los hablantes tienen unapequeña dificultad al pasar del valor (sí) al (no) en unparámetro dado, pero es mayor el grado de dificultad cuandodeben de pasar de un valor (no) a un valor (sí) (Anderson1987).

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Tabla 6.3. Variación paramétrica del tipo de sílaba

Núcleocomplejo

Ataqueobligatorio

Ataquecomplejo

CodaCodacompleja

Efecto decontorno

Totonac sí sí sí sí sí sí/FKlamath sí sí no sí sí sí/FInglés sí no sí sí sí sí/FNisqually no sí sí sí sí sí/FGilyak no no sí sí sí sí/FFinlandés sí no no sí sí noTunica no sí no sí sí noTamazight Berber no no no sí sí sí/F

Sedang sí sí sí sí no sí/FCairene sí sí no sí no sí/F

Español sí no sí sí no sí/FDakota no sí sí sí no sí/FItaliano no no sí sí no sí/FMokilese sí no no sí no sí/FThargart no sí no sí no noCuna no no no sí no no

Arabela sí sí sí no no noSiona sí sí no no no noPiraha sí no sí no no noPiro no sí sí no no sí/F

Mazateco no no sí no no noFijian sí no no no no noHua no sí no no no noCayuvava no no no no no no

(3) Todas las lenguas tienen sílabas CV. (4) Quizá lo másimportante es que hay una variedad de procesos fonológicosque permiten el cambio de tipos marcados de sílabas a tipo nomarcados (regla de epéntesis y elisión de segmentos), pero haymuy pocas reglas que exijan codas obligatorias, ataquescomplejos obligatorios o codas complejas obligatorias.

Además de los parámetros mostrados en la Tabla 6.3, para cadalengua un grupo de núcleos obligatorios, posibles e imposibles,deben ser especificados. La Tabla 6.4 muestra el rango detempletes silábicos entre las lenguas, donde los ejeshorizontales están organizados desde los segmentos mássonorantes a la izquierda hasta los segmentos menos sonorantesde la derecha.

Tabla 6.4 Variación paramétrica en segmentos silábicos*

SonoridadLengua A I R L N S T

Kabardina sí no no no no no noHawaiano sí sí --- --- no --- noSánscrito sí (sí) (sí) no no no noLendu sí (sí) (sí) (sí) no no noInglés sí (sí) --- --- (sí) no noCarrier central sí (sí) (sí) (sí) (sí) (sí) noTamazight Berber sí (sí) (sí) (sí) (sí) (sí) (sí)

Las fuentes sobre las lenguas incluyen: totonac (MacKay 1991), klamath (Barrer 1963, 1964), nisqually

(Hoard 1978), gilyak (Austerlitz 1956; Jackobson 1957), finlandés (Keyser y Kiparsky 1984; Prince 1984),

tunica (Haas 1946), tamazight berber (Salb 1978; Chung 1991), sedang (Smith 1979), cairene (Broselow 1979),

Español (Harris 1983), Dakota (Shaw 1989), italiano (Basboll 1974), mokilese (Harrison 1976), thargari

(Klokeld 1969), cuna (Sherzer 1970, 1975), arabela (Rich 1963), Siona (Wheeler y Wheeler 1962), piraha

(Everett y Everett 1984), piro (Matteson 1965), mazateco (Pike y Pike 1947), fijian (Schütz 1985), hua (Haiman

1980), cayuvava (Key 1961).

Los aspectos de la silabificación in estas lenguas son cuestionables. La silabificación requiere que (i) en

siona, los núcleos complejos incluyan V1V2 y V?, (ii) en piraha, las obstruyentes menos sonoras sean

tratadas como ataques geminados tautosilábicos (iii) en piro, todas las vocales largas sean derivadas desde

el alargamiento de una V1 en compensación por la C1 perdida en las secuencias…VC1C2V… (iv) en hua,

V? y V constituyan núcleos simples, donde V? es una vocal glotal corta.

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* La notación A significa [-alto, -cons], I es [+ alto, -cons], R,I,N son rótica, lateral, y nasal sonornates

respectivamente, S es una obstruyente [+ continua], y T es una [- continua]. “Sí” indica que ese tipo de

segmentos es un núcleo obligatorio en la lengua en cuestión, “(sí)” indica que ese tipo de segmentos es un

núcleo opcional, “no” indica que ese tipo de segmento es un núcleo imposible- indica que tal segmento

no ha sido encontrado en la lengua en cuestión.

Las fuentes de las lenguas incluyen: kabardiano (Kuipers 1960), hawaiano (Pukul y Elbert 1986),

sánscrito (Whitney 1889), lendu (Tucker 1940), Carrier central (Walker 1979), indlawn tashlhiy berber

(Dell y Elmedlaoui 1985, Elmedlaoui 1985).

De la Tabla 6.4, vemos que hay una relación definida entre elvalor de sonorancia de un segmento y su potencial capacidadde ser núcleo de sílaba. Obtenemos tres generalizacionesconcretas: (1) todas las lenguas tienen sílabas con núcleosvocálicos no altos, (2) Si una lengua permite un segmentosilábico con valor de sonorancia x, entonces, todos lossegmentos con valores de sonorancia mayores a x (p.e.segmentos más sonorantes) son potenciales núcleos silábicos,(3) al interior de las lenguas, los núcleos silábicos opcionalesnunca son más sonorantes que los núcleos silábicosobligatorios.

Parámetros como los mostrados en la Tabla 6.3, conjuntamentecon el Principio de Sonoridad Secuencial y las tresgeneralizaciones anteriores definen directamente el rango detipo de sílabas entre las lenguas.

5. Sílabas y Silabificación

Habiendo establecido la existencia fonológica de la sílaba, ylos aspectos de su estructura interna, volvemos a la cuestión dedónde provienen las sílabas. Si están presentes en el lexicón, osi, de alguna manera, son generadas en el proceso de la

derivación. Tres observaciones sugieren que en cualquier caso,la estructura de las sílabas no están presentes en lasrepresentaciones subyacentes: (1) pares mínimos distinguidossolo por la silabificación son poco comunes, e inexistentes enmuchas lenguas, (2) en muchas lenguas, segmentos exhibenalternancias de silabicidad lo cual puede ser visto comoresultado de la silabificación; (3) morfemas individuales amenudo fallan al conformar el posible tipo en una lengua dada,haciendo de la silabificación lexical poco acertada.Con referencia al primer punto. Considerando el par mínimo

próximo del inglés [ʔáy.da] “Ida” vs. [ʔa.íy.da] “Aïda”. En

cualquier caso la secuencia heteromorfémica /ai/ es silabificada

como núcleo complejo: [ai], “I”, [wai] “why”, [ʔail] o [áil]

“aisle”, etc. Para este caso podemos formular luego una reglade silabificación que resulte en secuencias tautosilábicas /ai/.

Para formas excepcionales, como [ʔa.íy.da] podemos asumir

que esa estructura mínima es especificada en el lexicón. En estecaso es suficiente señalar a /i/ como núcleo silábico en larepresentación subyacente: /a[i]Nda/ esta estructura sílaba pre-especificada puede bloquear la regla que asigna como úniconúcleo a secuencias /ai/ insilabificadas.Alternancias de silabicidad han sido examinadas en númeroslenguas, y para la mayoría parece ser predecible y nodistintivas. Los estudios que apoyan a la perspectiva de talesalternancias como simples resultados del esquema de lasilabificación regular incluyen: Steriade (1982) para latín ygriego antiguo, Noske (1982) para francés, Sagey (1984) parakinyarwanda, Steriade (1984) para rumano, Dell y Elmedlaoui

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(1985) para indlawn tashlhiyt berber, y Levin (1985) paraklamath.Quizá el más notable análisis de este tipo es el de indlawntashlhiyt berber presentado por Dell y Elmedlaoui (1985). Enesta lengua todos los segmentos tienen alófonos silábicos y nosilábicos, a excepción de la /a/, la cual sale a la superficieconstantemente como una vocal. La silabicidad es predecible yno distintiva (excepto por el grupo de morfemas que contienenvocoides altas, las cuales son consistentemente [- silábicas]).Como resultado Dell y Elmedlaoui comienzan conrepresentaciones subyacentes no silabificadas y proponen unalgoritmo simple de silabificación que predice la silabicidad delos segmentos basados. Dell y Elmedlaoui adoptan la siguienteescala de sonoridad para el indlawn tashlhiyt berber:a>i,u>líquida>nasal>fricativa sonora>fricativa sorda> oclusivasonora> oclusiva sorda. Este algoritmo de silabificaciónimplica tres pasos: (1) centro de la silabificación: escaneo deizquierda a derecha en la secuencia, asocia el centro de lasílaba (p.e. una sola sílaba CV constituyente) a cualquiersecuencia (Y)Z, donde Y puede ser cualquier segmento todavíano silabificado, y Z es un segmento de cualquier tipo T, dondeT es la variable a sustituir por el grupo de especificaciones derasgos, en orden descendente, empezando desde los elementomás sonoros en la escala de sonoridad, (2) Regla de la coda:incorpora una sola consonante en la coda, (3) Construcción deAtaque y Coda compleja: construye ataques y/o codascomplejas en donde sea necesario.

Si la estructura de la sílaba está generalmente ausente en lasrepresentaciones subyacentes, ¿cómo es que surge esta? Asícomo anotamos antes, se han propuesto algoritmos de

silabificación para una variedad de lenguas. Quizás la divisiónmás básica entre tales algoritmos es que básicamente sedistinguen los enfoques basados en reglas, como el propuestopor Steriade (1982), y los que se desarrollan en base a plantillasmarcadas, tales como el planteado por Itô (1986). Losalgoritmos de plantillas marcadas para realizar el silabeoverifican que se establezca una secuencia entre los segmentos,definiendo incluso en algunos casos la dirección particular quesigue cada lengua (de izquierda a derecha o de derecha aizquierda), asimismo, asignan posiciones en el interior de unasílaba a la cadena de segmentos sucesivos, procurando siempremapear tantas posiciones como sean posibles. Los algoritmosbasados en reglas operan con todo un grupo ordenado de reglaspara la construcción de estructura, las mismas que tienen unestatus similar al de las demás reglas fonológicas: tales reglaspueden aplicarse direccionalmente o no, y no exigen que laestructura silábica sea maximizada en alguna manera desde elprincipio. Aunque estos dos enfoques coinciden en muchospuntos, dos aspectos de la silabificación cuando empleamos losalgoritmos del silabeo basados en reglas se desarrollan conmayor simplicidad: (1) en muchas lenguas las reglas de silabeohan sido planteadas para aplicarse de modo ordenado a lospotenciales núcleos silábicos, desde el más sonoro hasta el demenor grado de sonoridad. (2) en algunas lenguas hayevidencia de que las reglas de construcción de sílabas debenestar ordenadas adecuadamente.Ambos puntos son ilustrados en la breve presentación delanálisis de Dell y Elmedlaoui sobre el Imdlawn TashlhiytBerber que acabamos de mostrar, Primero, el silabeo del centro(núcleo) se aplica de manera ordenada desde los núcleospotenciales que sean más sonoros hasta los menos sonoros;

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segundo, la proyección del núcleo precede a la formación decodas u de ataques simples o complejos. Otra lengua en la quese han propuesto estas relaciones ordenadas es en el klamath(Clements y Keyser 1983, Levin 1985), lengua en la que laplantilla silábica máxima es [CVVCCC]. En klamath, conrespecto a la alternancia entre vocales y glides, se ha propuestoque (1) las vocales no altas se silabifiquen antes que las vocalesaltas, y que (2) la primera regla de silabificación cree sílabas[CVX], donde tal regla resulta crucial para la epéntesis. Elanálisis de Imdlawn Tashlhiyt Berber y del klamath presentapues un desafío para los modelos de templetes, en los que lassílabas son primero maximizadas y, luego de tal proceso, no serequiere la aplicación de las reglas principales CV-/CVX queantes resultaban indispensables, pero que, de ser aplicadas enestos casos, traerían consigo la derivación de estructurasuperficiales mal formadas.Aunque podría no haber evidencia consistente para lasilabificación direccional en todas las lenguas, aquellasgramáticas en las que se registran alternancias entre vocales yglides proporcionan evidencia a favor de la direccionalidad enel tipo de secuencias glide-vocal que se han evidenciado,versus las que no han sido constrastadas. Por ejemplo, enlenakel (Lynch 1974) las vocales altas y las glides están endistribución complementaria. Las vocales altas [i, u] aparecen elos contextos C __ C, C__# y #__C; mientras, las glides [y, w]son encontradas en otros contextos, ejemplo, __V, V__. Nótesela alternancia de silabicidad del morfema de primera persona/-i-/ en las siguientes formas verbales: /ï – ak- ol/ yágol “yo lohago”, /t-i-ak-ol/ tyágol “yo lo haré”, /i-n-ol/ inol “yo lo hehecho”. L a sílaba máxima en lenakel es [CVC]. En secuenciasde dos o más segmentos altos, el primero se silabea siempre

como una glide: /iik/ yik (*iyk) “televisor”, /uus/ wús (*uws)“hombre, tipo”, /uikar/ wígar (*uygar) “semilla”, /kiukiu/kyúgyu (*kiwgiw) “mover el cuerpo”, /uiuou/ wíwow(*uywow) “forúnculo”. Si tomamos el enfoque basado enreglas, o el de los templetes, el algoritmo debe aplicarsedireccionalmente: en un enfoque basado en reglas, la ubicacióndel núcleo debe computarse de derecha a izquierda para lossegmentos altos; en un enfoque de templete, este debe sermapeado de izquierda a derecha para asegurar la secuenciaglide-vocal en oposición a la secuencia vocal-glide. En casoscomo este, la separación del mapeado de templete en núcleosseparados- y ataque- que se construyen mediante pasos en elenfoque basado en reglas requiere que la direccionalidad parael mapeo de sílbas CV se de en un solo paso de derecha aizquierda. Si la silabificación direccional tiene implicacionescon otros aspectos de la fonología, entonces, las distintaspredicciones de estos dos enfoques deben ser probados en basea tales fenómenos. De hecho, Itô (1989) ha afirmado que ladireccionalidad de la silabificación permite predecir la posiciónde las vocales epentéticas en lenguas que las presentan. Antesde evaluar este tratado prosódico sobre la epéntesis. Hacemosuna pequeña aclaración sobre las estrategias que se registran enlas lenguas cuando estas deben tratar con segmentos alejados.

Las representaciones subyacentes e intermedias a menudo noconstituyen secuencias de sílabas bien formadas en una lenguadeterminada. Donde tales transgresiones ocurren al margen deldominio de la silabificación, estas son admitidas en lasuperficie y resultan secuencias aberrantes. Por ejemplo, enklamath, las secuencias C1C2 ocurren a inicio de palabra,aunque las secuencias VCCCV son sistemáticamente

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silabificadas como VCC.CV, comprobando que los ataquescomplejos son estructuras mal formadas en esta lengua. En elárabe de El Cairo, secuencias C1C2 aparecen a final de palabra;sin embargo, las secuencias de tres consonantes no se presentanen posiciones intervocálicas (Cf. Broselow 1979). En estalengua VCCV se silabean sistemáticamente como VC.CV,comprobando que las codas complejas se consideranestructuras mal formadas. En tales casos, ha sido útil adoptar lanoción de extrametricalidad introducida por Liberman y Prince(1977:293) y desarrollada por Hayes (1980) para la teoríamétrica del acento: elementos extrametricales (oextraprosódicos, extrasilábicos) son (1) limitados al margen deldominio del acento y la silabificación, respectivamente; (2) sontransparentes a las reglas de construcción de constituyentes, y(3) son posteriormente adjuntados en la derivación de laestructura métrica existente. Donde la palabra es el dominio dela silabificación, entonces, el klamath permite segmentosextrametricales al inicio de palabra, y el árabe de El Cairopermite segmente extrametricales al final de palabra. Las reglasde silabificación no consideran tales segmentos, y procedencon normalidad, solo después de la silabificación talessegmentos se unen a sílabas adyacentes.

En otras lenguas, los segmentos que no pueden serincorporados dentro de sílabas bien formadas son borrados.Este proceso, cuando afecta a consonantes, es denominadoBorrado de Excedentes [Stray erasure]. Cuando afecta avocales, puede resultar en reglas de acortamiento de sílabastrabadas. En cada caso, el proceso puede permanecer como en(9):

(9) Borrado de Excedentes: segmentos no silabificados sonborrados.

El Borrado de Excedentes fue propuesto para dar cuenta de lasupresión consonántica en un número de lenguas, incluyendo elgriego de Attica (Steriade 1982), Diola fogny (Steriade 1982),Inglés(Borowsky 1986), Francés (Levin 1986), Islandés (Itô1986), Koreano (kim y Shibatani 1976), Lardil (Wilkinson1988), Turco (Clements y Keyser 1983). En inglés, lasalternancias entre C/Ø de raíces, como en damn/damnation yhymn/hymnal puede explicarse reconociendo que *mn es unasecuencia de coda mal formada, y por lo tanto, larepresentación intermedia [pre-surface] de /dæmn/ es /dæm.n’/,donde C’ representa una consonante no silabificada que esborrada por el Borrado de Excedentes, resultando en [dæm].

El Borrado de Excedentes puede también considerarse como elproceso involucrado con reglas de acortamiento de sílabastrabadas en muchas lenguas. Las reglas de acortamiento desílabas trabadas llevan típicamente [CVVC] a la superficiecomo [CVC]σ por el borrado o acortamiento de una vocalnuclear. Entre las lenguas que exhiben con regularidad elacortamiento de sílabas trabadas se incluyen el Afar (Bliese1981), Hausa (Newman 1972), Kashaya (Buckley 1991), yYokuts (Newman 1944; Noske 1984). En tales lenguas sontípicas las sílabas máximas [CVX]σ: cuando una secuencia …V1V2C1{C2,#}… se silabifica; la sílaba encabezada por V1

toma la C1 (pasando por sobre la V2) como un elementoposnuclear. Por ejemplo, en Afar, el acortamiento vocálico y lacaída de glide se sigue de la construcción de sílabas [CVX] conprioridad de C sobre V en la posición posnuclear: /koo/ [koo]

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“para ti” vs. /koo-t/ [kot] “por ti”, /rakuub/ [rakub] “camello”vs. /rakuub-a/ [rakuuba] “camellos”, /oys-oome/ [oysoome] “loeché a perder” vs. /oys-soome/ [ossoome] “yo lo eché a perderpara mi beneficio”.

Junto con el borrado de excedentes, un segmento puede sermodificado por un proceso de cambio de rasgo, de acuerdo conlas restricciones de estructura silábica de la lenguaespecificada. Este tipo de procesos es más común conconsonantes coda, puesto que los rasgos de tales consonantesestán sujetos a restricciones en muchas lenguas (véase sección6.1). Por ejemplo, en koreano el rasgo [+ continuo] no estápermitido en obtruyentes que ocupen la posición de coda.Como un resultado, /s s’ čh č č’/ son realizan como [t’] en lacoda de la sílaba (kim-Renaud 1977): /os/ [ot’] “ropas”, /os-kwa/ [ot’k’wa] “ropas y”, /os-in/ [osin] “como para las ropas”,/k’očh/ [k’ot’] “flor”, / k’očh-kwa/ [k’ot’k’wa] “flor y”, / k’očh-i/ [k’očhi] “flor, nom”.

Habiendo revisado brevemente estos métodos de tratamiento delas representaciones fonológicas subyacentes e intermedias queno constituyen secuencias silábicas bien formadas en unalengua dada, tal vez me acerco a un modo mejor establecido yestudiado de tratamiento de consonantes flotantes, epéntesis devocal. Tratamientos prosódicos de vocal epentética sonsugeridos en trabajos de Firth (1948), Vennemann (1972),Giegierich (1981), Noske (1984) y Itô (1989) entre otros. Elprincipal enfoque consiste en que la epéntesis sea unaestrategia para salvar de otra manera secuenciasinsilabificables. Considerando que las reglas basadas enalgoritmos de silabificación construyen sílabas bien formadas y

subsecuentemente recurren a reglas de disparado de vocalesepentéticas por sílabas terminales no silabificadas, los enfoquesde templete, tales como los propuestos por Noske (1984) e Itô(1989), tratan a la epéntesis como parte integral del proceso desilabificación.

Como mencionamos antes, Itô (1988) afirma que el lugar de lasvocales epentéticas es una función que se sigue de ladireccionalidad de la silabificación: en lenguas consilabificación de izquierda a derecha, las consonantesexcedentes aparecen en la superficie como ataque silábico,mientras que silabas de silabificación de derecha a izquierdaincorporarán consonantes excedentes como segmentos de coda.Itô (1988) ilustra este enfoque con este par mínimo de dialectoscercanos: Árabe de El Cairo vs. Árabe iraquí. En ambaslenguas la sílaba máxima (abstrayendo los efectosextraprosódicos) es [CVX]σ. Sin embargo, en el árabe de ElCairo, subyacentemente /…VCCCV…/ sale a la superficiecomo […VCiCV…], mientras que en el árabe iraquí larepresentación subyacente de /…VCCCV…/ sale a lasuperficie como […VCiCCV…]. En ambas lenguas,secuencias /…VCCCCV…/ salen a la superficie como[…VCCiCCV…]. Itô da cuenta de estos hechos por el mapeode [CVX]σ de izquierda a derecha en el árabe de El Cairo y dederecha a izquierda en el árabe iraquí. Mientras que esteenfoque maneja a la epéntesis como un hecho de estos dosdialectos árabes de una manera sencilla y elegante, este seencuentra con problemas en otras lenguas.

Una de estas lenguas es el lenakel, discutida anteriormente,cuando se mencionó la distribución glide/vocal. Recuérdese

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que, basada en la distribución de segmentos silábicos, losenfoques prosódicos y basados en reglas están dirigidos aespecificaciones en diferentes direcciones: de izquierda aderecha y de derecha a izquierda, respectivamente. El enfoquede unión de templete predice luego que las reglas de epéntesisen lenakel, como en el árabe de El Cairo, deben resultar comosegmentos excedentes silabificados como ataque, en oposicióna las codas. Si bien esto es cierto para grupos a inicio (10a) y ainterior, no es el caso para grupos CC (10c), donde C a final depalabra es silabificado como coda.

(10) Epéntesis en Lenakel (Lynch 1974)

(a) /t-n-ak-ol/ tinágol “tú lo harás”

/t-r-ep-ol/ tirɛbɔl “él lo hará luego”

/n-n-ol/ nínɔl “tú lo has hecho”

/r-n-ol/ rínɔl “él lo ha hecho”

(b) /kam-n-man-n/ kámnimánim “para su hermano”/əs-ət-pn-aan/ `əsidbəkh “no vayas hacía allí”/k-ar-(ə)pkom/ karbəgɔm “ellos son pesados”

(c) /əpk-əpk/ abgəbəkh “estar embarazada”/apn-apn/ abnábən “libre”/ark-ark/ argarikh “gruñir”/r-əm-əŋ/ riməŋən “él estaba asustado”/n-əm-əpk/ niməbəkh “tú lo tomaste”

Si bien estos hechos nos sugieren la necesidad de unacorrección en las teorías prosódicas de la epéntesis, lasevidencias que provienen del Chukchi (Bogoraz 1922;

Kenstowicz 1979) sostienen al proceso de epéntesis comoindependiente de la silabificación direccional. En chukchi, lassílabas son máximamente [CVC] y los ataques no sonobligatorios. Las formas monomorfémicas de (11a) soninmediatamente problemáticas para los enfoques de mapeo detemplete, como secuencias /CCC/ no silabificados deben salira la superficie como [vCCvC] bajo la silabificación de derechaa izquierda, y como secuencias [CvCCv] bajo la silabificaciónde izquierda a derecha (donde v indica vocal epentética). Lasformas en (11b) resaltan el tratamiento preferencial de lasconsonantes de inicio de palabra como ataques, asimismo, lasformas en (11c) muestran que el tratamiento de secuencias /…VCCCV…/ en Chukchi depende de la posición del morfemaque limita: /…CC-C…/ para salir a la superficie como[…CCvC…]; mientras que /… C-CC…/ sale como[…CvCC…].

(11) Epéntesis en Chukchi

(a) /pni/ pinil “noticias”/kkl/ kukil “cíclope”

(b) /tke-rkin/ tikerkin “thou smellest of”/mk-iein/ mukicin “más numeroso”

(c) /…C-CC…/ …CvCC…/mit.tmu-git/ mititmugit “te matamos”/nalvul-chin/ nalvulichin “el rebaño”/n-np-qin/ ninpiqin “el viejo”/n-plu-qin/ nupluqin “el pequeño”

/… CC-C…/ …CCvC…/timk.leut/ timkileut “hummockhead”

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/itc-pilintin/ itcipilintin “metal precioso”/itc-wil/ itcuwil “mercancía valiosa”/iwl-walat/ iwluwalat “cuchillos largos”/tumg-tum/ tumgitum “compañero”/pilh-pil/ pilhipil “hambruna”

Tales hechos, en conjunto con los del lenakel, sugieren que (1)las reglas de epéntesis toman preferentemente segmentosexcedentes a inicio de palabra como ataques (a pesar de laexistencia de sílabas sin ataque en el interior de la lengua), (2)las reglas de epéntesis toman preferentemente segmentosexcedentes a final de palabra como codas, (3) las reglas deepéntesis pueden ser sensibles a la estructura morfológica. Enresumen, el lugar de la epéntesis no puede predecirse sólo apartir de la silabificación direccional en todas las lenguas.

El problema final que citaremos en esta sección es sobre cuáles el punto de la derivación en el que la silabificación tienelugar. Una cuestión ampliamente relacionada involucra demanera determinante los dominios morfológico y fonológico(raíz, palabra, etc.) dentro del cual la propia silabificación esrequerida. En algunas lenguas hay evidencia de silabificaciónperiódica temprana. Debido a que en el ejemplo (1) la jerarquíaprosódica requiere que la silabificación asigne el acento, laevidencia de acento recurrente también proporciona pruebaspara una silabificación periódica. Por ejemplo, en el árabe dePalestina (Brame 197), lengua en la que la asignación delacento es sensible al peso silábico, por lo tanto, este se asignaperiódicamente, la silabificación debe ser periódica.

En muchas lenguas no hay evidencia de que el dominio de lasilabificación sea menor al de la palabra. Por ejemplo, en yupik(Krauss 1985), el acento prosódico y los procesos fonológicosrelacionados con este no proporcionan evidencia para afirmarque la silabificación se produce en un dominio menor al de lapalabra. Este también puede ser el caso de lenguas en las que lapalabra fonológica no es el dominio del acento. Por ejemplo, enyokuts (Newman 1944; Archangeli 1984), lengua en la que elacento cae en la penúltima sílaba en una frase fonológica, lasreglas de acortamiento y epéntesis se aplican dentro de lapalabra fonológica, proporcionando evidencia para unasilabificación a nivel de la palabra.

Incluso en otras lenguas, la silabificación a nivel de palabraestá seguida por una silabificación posterior o resilabificaciónal nivel de la frase fonológica. Por ejemplo, en árabe de ElCairo, la silabificación a nivel de palabra es necesaria para unaadecuada asignación del acento en la palabra, pero la síncopa,epéntesis, y spread phraygealization a través de las fronteras depalabra proporciona evidencia para la resilabificación posterioral nivel de la frase fonológica (Cf. Broselow).

En resumen las reglas de silabificación paralela a otras reglasfonológicas toman como el menor de sus dominios al morfemaindividual, y como el mayor de sus dominios a la frasefonológica. En algunas lenguas hay evidencia para unasilabificación periódica, mientras que en otras las evidenciasmás recientes para la silabificación es al nivel de la palabra.

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6. Problemas en la teoría de la sílaba:

Aunque hay un cierto consenso sobre temas relacionados con elnivel de la sílaba, tipología silábica, sonoridad y silabificación,hay otros aspectos de la estructura del nivel silábico que aún sesiguen debatiendo dentro de la literatura fonológica. En estasección, consideraré cuatro puntos que podrían fácilmenteconstituirse en capítulos enteros: restricciones de la coda y suadecuada formulación (6.1.), la silabificación de secuenciasVCV (6.2.), ambisilabicidad (6.3.) e incongruencias entresílabas fonológicas y fonéticas.

6.1. Restricciones de la coda:

En adición a las restricciones fonotácticas que se deducen de lasonoridad y la silabificación de la estructura interna de lasílaba, muchas lenguas exhiben restricciones adicionales conrespecto al contenido de rasgos que deben poseer lossegmentos cuando ocupan posiciones particulares en laestructura intrasilábica. Mientras los ataques parecen ser losúnicos constituyentes silábicos que no presentan restriccionesentre las lenguas, existen sistemas lingüísticos en los que lossegmentos que ocupan la posición de coda pertenecen a unaclase limitada. Por ejemplo, en ashaninca campa (Payne 1981),el único elemento que ocupa la posición de coda es /N/, unsegmento nasal inespecificado que asimila los rasgos de puntode articulación del segmento obstruyente que le sigue.

Se han hecho muchas propuestas recientes que toman en cuentael estatus de tales restricciones de la coda. Itô (1986) plantearestricciones fonológicas con respecto a los valores de los

rasgos (positivo o negativo) que definen a los segmentos queocupan la posición de coda y que, además, a menudo sonconsideradas como parcial o completamente irrelevantes.Clements (1990) asume un punto de vista más concreto ysugiere que en algunos casos la coda determina directamente lapreferencia de las lenguas por la formación de una secuencia desonorancia que “asciende al máximo en la cima y desciendehacia el final”. (p. 301)

Si bien hay muchas lenguas en las que los segmentos queaparecen en la posición de coda son muy limitados, en muchoscasos es difícil determinar si tales evidencias en la distribuciónde estos segmentos reflejan restricciones fonológicas decarácter sincrónico. Por ejemplo, en el dialecto chino hablandoen Pekín, los únicos segmentos coda son /n, ŋ, /. Lafonología propia del chino proporciona poca evidencia acercade si otras consonantes en la coda actualmente son prohibidas,o si los espacios en cuestión son accidentales. En este caso, unanálisis del préstamo fonológico es revelador: los hablantes dePekín producen ní-kè-sōŋ, ní-kè-xùn o ní-kè-sūn por “Nixon”,y jū-lī-yè o jū-lī-yè-de por “Juliette”. Tal distribución mostraríaque la ausencia de obstruyentes a final de sílaba no esaccidental. Sin embargo, en otras lenguas, el análisisfonológico de palabras prestadas revela que los segmentos quepueden ocupar la posición de coda son más numerosos en lospréstamos que los segmentos que pueden serlo en el propioléxico de tal lengua. Por ejemplo, en italiano, donde la plantillasilábica máxima es CCVC, las consonantes no geminadas queaparecen en la coda deben ser sonoras. Basado en este últimopunto, Itô (1986, p. 38) propone una condición que impide laaparición de obstruyentes en la coda, a menos que sean

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segmentos geminados. No obstante, las codas obstruyentes decualquier tipo aparecen en la mitad y hacia el final en laspalabras prestadas: kakto, kaktus “cactus”, koftiko “Coptic”,kamčatka “Kamčatka”, fiat “Fiat”, vat “pared”, kopek“copeck”, etc. Dadas estas evidencias, el vacío queobservábamos en el vocabulario nativo se hace sospechoso:¿son acaso estos hechos evidencia representativa de laexistencia de restricciones sistemáticas que impiden laaparición de consonantes obstruyentes no geminadas en lacoda, o es que la ausencia de tales tipos de coda es accidental?Como con otros aspectos de la estructura intrasilábica, estasrestricciones en la distribución solamente constituyen unaforma de evidencia en cierto sentido limitada. De cualquiermanera y siguiendo la misma forma del Borrado de Excedente,las restricciones de la coda deberían sostenerse en la evidenciaválida que proporcionan los préstamos fonológicos, laextraprosodicidad, las reglas de cambio de rasgo, o la epéntesisde segmentos no permitidos, en la coda. Solo en esos casosestaremos ante evidencia sólida de la naturaleza sistemática delos vacíos distribucionales que se presentan en la coda.

Las condiciones de la coda propuestas por Itô para el japonés,italiano, y otras lenguas han sido propuestas para evitarsegmentos geminados totales o parciales, recurriendo para elloa la Restricción de Unión planteada por Hayes (1986), estarestricción exige que todas las líneas de asociación seaninterpretadas exhaustivamente. Por ejemplo, la restricción en(12) se propone para el japonés, en donde las únicas codas bienformadas están constituidas por segmentos nasales y por laprimera consonante de una estructura geminada (kappa

“criatura legendaria” está bien formada, pero *kapka no loestá).

(12) Restricción de coda en japonés:

Como planteamos, (12) solo se aplicaría a ejemplos donde solohaya asociaciones simple para el rasgo [- nasal], exceptuando atodas las geminadas. Este aporte teórico toma como base lasobservaciones de Prince (1984) de que en muchas lenguas consílabas CVC en términos del esqueleto, tales sílabas sonmelódicamente realmente CV. Como la melodía del segmentocoda está unido, o borrado desde una secuencia de segmentosheterosilábicos (ver capítulo 8 para una discusión adicional).Chung (1991) muestra que en tamaziht berber, lengua en la quelas sílaba máxima es CVCC, ninguna coda con una solaconsonante es posible, pero los únicos grupos de coda bienformada son los segmentos geminados: annli “cerebro”(*anlli); áaddratt “espiga” (*áadrratt), etc. Mientras, elparalelismo entre la restricción que exige una única geminadapara el caso C1C2 en VC1C2V (para el japonés, italiano, etc.)está conectada con la secuencia VC1C2C3V (para elberber).Chung (1991) demuestra que la retricción en berber nopuede ser tratada recurriendo a una versión de la Restricción deUnión, en vez que la condición de una única geminada encodas complejas en la lengua deba ser derivada desde laubicación de una restricción positiva como la que mostramosen (13).

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(13) Restricción de coda compleja en Tamazight Berber

La existencia de lenguas que hacen referencia explícita aestructuras geminadas en el lugar de las restricciones de codaencabezan una de las cuestiones sobre si las restricciones deestructura silábica en japonés podrían ser mejor representadaspor dos posiciones distintas, como mostramos en (14).

(14) Restricciones de la coda en japonés

Existen buenas razones para aceptar la disyunción entre lasrestricciones de coda en (14). En referencia positivamente aestructuras geminadas, esto resalta lo que se cree es la noexplicación última para el patrón de geminadas mostradasantes: las estructuras geminadas a menudo son las únicas quese encuentran en los grupos de consonantes porque laasimilación del punto de articulación y la asimilación totalentre C1 y C2 son comúnmente cambios de sonidos en elcontexto VC1C2…, que con explicaciones simples de aspectosacústicos y auditivos (Ohala 1990). El hecho de que las lenguassolo exhiban grupos asimilados es una evidencia de lanaturaleza dominante de las reglas de asimilación, y no unaprueba sobre tipos silábicos preferidos o tipos de coda.

La existencia de lenguas como el japonés debilita también elpunto de vista de Clements (1990) de que las restricciones decoda entre las lenguas prefieren un perfil de sonoridad que“ascienda máximamente en el pico y descienda hacia el final”(p. 301). Dada la posibilidad de obstruyentes geminadas en lacada, Clements admite “que las articulaciones intersilábicasque involucran una sola especificación de lugar son mássimples que aquellas que especifican dos o más posiciones.Este principio debe tomar claramente el hecho de que losprincipios de sonorancia son anteriores”. Esta referencia a“articulaciones intersilábicas”, como la realizada por Itô sobrela restricción de unión, también fallan al intentar relacionar loshechos registrados en berber con los que se presentan enjaponés, italiano, etc. Al adoptar disyunciones como las de(14), el perfil de sonorancia sugerido por Clements y losreflejos sincrónicos del cambio de sonido que están biencomprendidos se realizan independientemente.

En resumen mientras que la naturaleza de las restricciones decoda es una cuestión empírica, los datos recopilados sobre estepunto sugieren que dentro de una única lengua talesrestricciones pueden ser representativas del perfil de sonoranciapreferido y del residuo idiosincrásico que posee el cambiohistórico de sonido.

6.2 Silabificación de secuencias /…VCV…/:

Comenzando con el segundo problema del campo de lasilabificación. Ha sido expuesto por muchos investigadores quela secuencia /…VCV…/ es universalmente silabificada como/…V.CV…/. En el enfoque basado en reglas, esta

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generalización es conocida como la regla CV o como elPrincipio de Ataque Máximo, y ha sido expuesta únicamentepara sostener una silabificación inicial, la cual se sigue delordenamiento en la formación del ataque (y bajo algunosenfoques, la maximización del ataque) antes de la formación decoda. En los enfoques basados en el templete, como el de Itô(1986), la restricción está fijada independientemente ypropuesta para sostenerse en todos los niveles de la fonología.Numerosas lenguas han sido descritas, donde la forma simplede esta generalización es transgredida. Kunjen, una lenguaaborigen australiana de la península de Cape York, descrita porSommer (1969, 1970, 1981), tiene sílabas de solo vocal inicial:la sílaba máxima propuesta para el kunjen es [VCCCC].Sommer (1981) sostiene esto en el hecho de que todas laspalabras de Oykangard tienen vocal inicial y consonante final.[og ařŋ aŋguñang eŋkoriy uwal ay iŋun] “yo di (un poco) deagua al niño en la sombra”. Sin embargo, es consciente de lanaturaleza poco probable de tales hechos: “criteriosdistribucionales son admitidos con éxito en algunas lenguas…luego que todos los criterios descritos anteriormente nodeberían ser ignorados” (p. 23). Un argumento más fuerte parala silabificación de todas las secuencias /…VCV…/ como/…VC.V/ se obtiene de la reduplicación parcial, la cual seseñala los aspectos progresivos y continuos de los verbos, y laspropiedades superlativa/trascendente de adjetivos y nombres.Algunos ejemplos representativos son dados en (15):

(15) Oykangan reduplicación parcial (Sommer 1981):

Raíz reduplicación/eder/ ededer “lluvia, chubascos”

/igu/ igigun “ve, sigue adelante”/algal/ algalgal “recto, como una vara”/elbmben/ elbmbelbmben “rojo”

En Oykangand, parece que el templete prosódico prefijado enreduplicación es una sílaba simple, y la forma de satisfacer eltemplete resulta de la maximización del mismo. Formas comoelbmbelbmben “rojo” sugieren que [elbmb] es una sílabaposible en Oykangand. Aunque tales hechos parecen sersugestivos, la satisfacción del templete no satisface lasilabificación de la base reduplicativa: /σ+elbm.ben/, tambiénes posible con el prefijo σ realizado como [elbmb]σ y lasubsecuente resilabificación a elbm.belbm.ben. la verdaderacuestión es si la sílaba máxima en kunjen es [ CVCCCC] o[VCCCC] .Alguna evidencia parece sugerir la existencia del ataque enkunjen, primero, el acento es realizado tanto en vocales comoen consonantes precedentes que están marcadas. Como launidad portadora del acento a través de las lenguas es la sílaba,las consonantes prevocálicas pueden constituir ataques desílabas. Otra evidencia es la distribución de la aspiración:plosivas aspiradas ocurren solo en posición prevocálica. Si laaspiración en Oykangand fuese visto como una regla demargen de sílaba, serviría de soporte para la existencia delataque, la posición prevocálica sería el equivalente a laposición de inicio de sílaba bajo la silabificación V.CV.Finalmente, las peculiaridades de la reducción de elementosiniciales sugieren la existencia de ataques en kunjen. La reglaen cuestión es formulada por Sommer (1981, p. 240) como en(16), con los ejemplos representativos provistos:

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(16) Reducción en Oykangand:

VC0 ø / [##_____C…]FF SecuenciaborradaSin reducción Reducción Glosa

igigun gigun “sigue adelante” [i]ididař didař “seguía comiendo” [i]amamaŋ mamaŋ “madre (voc.)” [a]eweweŋg weweŋg “tarde” [e]uŋgul gul “allí” [uŋ]elbmbelbmben belbmben “red” [elbm]

Sommer propone que la reducción es una posterior reglafonética la cual es inconsistente con el hecho de que esrestringido a cierto ítems léxicos (un estimado de doce en todala lengua). Además, el borrado de la secuencia [VC0]precediendo a C… es el equivalente a la primera sílaba de lapalaba solo si alguna versión de la regla CV está trabajando. Apesar de la superficie fonotáctica, sílabas de C inicial existe enOykangand: la silaba es la unidad portadora del acento, elloresulta en la aparición de consonantes marcadas en las posiciónde ataque al interior de sílabas acentuadas, oclusivas sordas alinicio de sílaba son aspiradas, y finalmente, una regla dereducción léxica determinada borra la primera sílaba de lapalabra, dejando la segunda sílaba con C inicial en posición ainicio de frase.Otra lengua en la cual ha sido sugerida la silabificación inicialde VCV no como V.CV sino más bien como VC.V es eldialecto barra del gaélico descrito en Borgstrøm (1937, 1940)y analizado por Clements (1986). Basados en observacionesauditivas y en discursos deliberados de hablantes nativos([fan.ak] “cuervo”) en la cual sus sílabas están separadas,

Borgstrøm (1940, p. 55) concluye: “Cuando una solaconsonante se encuentra entre dos vocales, la división silábicatoma lugar de la siguiente manera: (1) después de una vocallarga la consonante pertenece a la segunda sílaba, p. e., mo:-ran“mucho”, (2) después de una vocal corta la consonantenormalmente pertenece a la primera sílaba, p. e., bɔd-əx“anciano”, ar-an “pan”, fal-u “vacío”…” tomando en cuentaesto, la regla CV puede ser mantenida en su versión simple:todas las secuencias VCV son inicialmente silabificadas comoV.CV, con una resilabificación que toma lugar si la vocalprecedente es corta. En barra esta resilabificación debepreceder a la epéntesis, la cual toma la representaciónsubyacente /…VRC…/ como /…VRvC…/ con una sonantesilabificada como ataque de una sílaba encabezada por unavocal epentética a pesar de la presencia una vocal corta.Mientras que esta consideración en barra involucra un pasoabstracto de silabificación V.CV, con una subsecuenteresilabificación a VC.V, las reglas de resilabificación de acentocondicionado resultan en sílabas “pesadas” las cuales no soncomunes (ver a continuación). Lo que no parece estar claro deeste y de otros casos de la resilabificación discutidos despuéses el hecho de que la silabificación VC.C es posible enentornos, tales como los de los outputs de reglas sensibles alcontexto.

6.3 Heterosilabicidad

La silabificación de VCV está relacionada con la cuestión de laambisilabicidad o heterosilabicidad. Las representacionesheterosilábicas son aquellas en las que un solo segmento estaasociado a más de una sílaba. Khan (1976) plantea tales

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representaciones para el caso del inglés y el efik. Khan (1976)señala que la heterosilabicidad es muy útil en inglés paracapturar la distribución de los alófonos de las consonantes. Elautor propone que las variantes alofónicas aspiradas de /p, t, k/aparecen exclusivamente a inicio de sílaba, mientras que lasvariantes de las vibrantes se presentan solo en las consonantesque son heterosilábicas. Los segmentos ambisilábicosapuntados por Kahn se representan in (17a).Borowsky (1986), seguido por orad (1971), Stampe (1972),entre otros, argumenta que la vibración del inglés, así como elborrado de h, borrado de y, y la palatalización, son el resultadode una regla de resilabificación condicionada por el acento. Talregla de resilabeo que en inglés se aplica a nivel del piesilábico es mostrada en (17b).

(17) Heterosilabicidad vs. Resilabificación

El output de (17b) viola la restricción universal desilabificación de V.CV discutida anteriormente. Paraasegurarse de hasta qué punto es acertado dicho análisis, seproveen de evidencia adicional contra una condición universalque requiere que todas las secuencias /...CV…/ seantautosilábicas.El alcance de la teoría silábica que considera laheterosilabicidad permite dar cuenta de los sistemas en los queuna distinción fonológica mínima de tres maneras es posible:

estos segmentos pueden implicar exclusivamente a la segundasílaba (output típico de la regla CV); solo a la primera sílaba(17b), o a ambas sílabas (17a). Sin embargo, como señalanBorowsky (1986) para el inglés y Fruchter (1988) para el efik,las representaciones ambisilábicas son innecesarias cuando serecurre a las reglas de resilabificación. Una está destinada ademostrar que tales contrastes mínimos fonológicos seancomprobados, una teoría que no considera a lasrepresentaciones heterosilábicas será preferentemente tratadaen el campo de las restricciones.

6.4 Contrastes

Finalmente, vamos a describir el problema de las diferenciasexistentes entre las representaciones fonológicas y lasrepresentaciones fonéticas. Las representaciones fonológicasproporcionan el input con el que opera el componenteinterpretativo. Como indicamos, tales representacionesincluyen la estructura silábica, la misma que organiza lossegmentos sobre la base de su sonoridad. No obstante, el hechode que tal información esté especificada es típico de los outputfonéticos, las diferencias entre picos de sonoridad no son pococomunes. Un punto evidente de interacción entre sílabasfonológicas y reglas fonéticas es que tales diferencias soninterpretadas sin problema.Por ejemplo, existen muchas lenguas que contienen gruposreducidos de vocales inacentuables y que son opcionalmenteborradas en el nivel fonológico o en el habla rápida cuandoaparecen entre consonantes idénticas. Como resultado, un picode sonoridad fonológico se pierde en la representación fonética.McCarthy (1986) cuestiona tales reglas en odawa , hebreo

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moderno, inglés, y japonés; y anota que el output que producenlas supuestas reglas de borrado no está sujeto a principiosfonológicos. (e.g., el Principio de Contorno Obligatorio PCO),ni a reglas fonológicas específicas de la lengua (e.g. ladegeminación en hebreo moderno y en el inglés). Por citar unejemplo, en inglés [fmmnt] puede realizarse como[fmmnt]. Estas propiedades, sugiere McCarthy (1986),se explican naturalmente si se asume que la pérdida de talesvocales en esos contextos es parte del componente fonético quelas interpreta: la representación fonológica permaneceinalterable con la pérdida de la vocal que es más bien elresultado de un requerimiento fonético asociado a las vocales.Una situación inversa se presenta en lenguas donde, debido aproceso de lenición o de aumento de las transiciones vocal-consonante, fonéticamente existen más picos de sonoridad quelas sílabas fonológicas. Un caso como este es encontrado eninglés, donde las realizaciones fonéticas de /l/ dentro de la rimasilábica son frecuentemente: /tayl/ “baldosa” [thayǐ], /hiyl/“infierno” [hiyǐ], etc. Gudschinsky, Popovich y Popovich(1970) registran un ejemplo más extremo de tal fenómeno enmaxakali, una lengua del sudeste de Brazil. La sílabafonológica máxima en esta lengua es [CVC], pero tales sílabastienen realizaciones fonéticas que van desde [CVv] hasta[CVcvC]. El monosílabo /tat/ “llevar” que puede realizarsecomo [tat] -aunque la realización de una palabra bisilábicacomo /pap.tic/ “ebrio” se produzca como [paptiyii]- tiene almenos cuatro picos de sonoridad. Tal parece que elcomponente fonético interpretativo en maxacali hacealargamientos en las transiciones V-C, en donde dichoscambios pueden implicar la violación a la restricción vocal-final (la [] en las transcripciones anteriores), seguida por la

transición de apertura como el movimiento de los articuladoresorales hacia sus objetivos consonánticos. En conclusión,existen requerimientos necesarios en la realización deconsonantes: de acuerdo con Gudschinsky, Popovich yPopovich (1970, p.82) el alófono consonántico básico es “unavocoide completamente silábica, con un ligero cierreconsonántico cuando ocupa la posición de coda silábica antesque una consonante homorgámica”. Por ejemplo, /kep.pa/“frente a” se produce como [kæpa], donde /p/ se realiza comouna vocal media central redondeada. En conclusión,considerando las representaciones fonológicas como el inputpara las reglas fonéticas de interpretación, el contraste entre lospicos fonéticos de sonoridad y las sílabas fonológicas es deesperarse. El requerimiento articulatorio de algunas vocalespuede eliminar los picos fonológicos de sonoridad desde larepresentación fonética, mientras el requerimiento de lasconsonantes y el alargamiento de las transiciones vocal-consonante pueden resultar en picos de sonoridad que noaparecen representados en las representaciones fonológicas.

7. Conclusión:

Deseamos haber destacado en este capítulo el rol importanteque posee la sílaba en la teoría fonológica, y el amplio acuerdoque hay en este campo sobre el rol de las sílabas para organizarla sonorancia, impulsando a la epéntesis y el Borrado deExcedentes, proporcionando asimismo una clase cerrada detempletes disponibles para los procesos morfológicos yprosódicos. Al mismo tiempo, debería quedar claro que lasescalas de sonorancia, modelos de estructura intrasilíbica, yalgoritmos de silabificación son tan numerosos como las

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investigaciones trabajadas sobre estos tópicos. Con esto enmente, se ha tratado de resumir lo que consideramos son losargumentos más fuertes para y en contra de las propuestasespecíficas de estos dominios. Finalmente se ha presentado unadescripción general de muchos problemas potenciales enalgunas áreas de la teoría de la sílaba, esperamos que esteestudio sirva para estimular más investigaciones con respecto atemas tan importantes.