la represión en soria durante la guerra civil, vol. 2 (parte 1 de 6)

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Autores: Gregorio Herrero Balsa y Antonio Hernández García (1982). Imprime: INGRABEL, C/Picos de Urbión, 1. Almazán (Soria). Tfno.: 975 300 166. I.S.B.N. (Obra completa): 84-300-6743-4I.S.B.N. (Tomo 1): 84-300-6744-2 (Tomo 2): 84-300-6745-0D. L (Obra completa): SO. 135/82D. L. (Tomo 1): SO. 133/82 (Tomo 2): SO. 134/82.

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Page 1: La represión en Soria durante la Guerra Civil, vol. 2 (parte 1 de 6)
Page 2: La represión en Soria durante la Guerra Civil, vol. 2 (parte 1 de 6)

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Gregorio Herrero Balsa yAntonio Hernández García

La represión en Soriadurante la Guerra Civil

Soria, 1.982

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Editan:Gregorio Herrero Balsa yAntonio Hernández García

Imprime:INGRABELPicos de Urbión, 1TIno.: 30.()1-66ALMAZAN (Soria)

1.s.B.N. (Obra completa): 84·300·6743-4I.S.B.N. (Tomo 11): 84·300·6745·0D. L. (Obra completa): SO. 135/82D. L. (Tomo 111: SO. 134/82

.Portada: Javier Pérez.

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EL CUBO DE LA SOLANA

Don Modesto Jiménez, secretario de El Cubo de la Solana, de 60años de edad, cuando se hallaba despachando con el Juez municipal dedistrito, fue detenido el 24 de agosto de 1.936, y seguidamente asesina­do en el término municipal de Tardajos. Parece ser que el sacerdote deesta localidad quiso impedir el asesinato de don Modesto Jiménez, yllegó por dos veces a .interponerse entre la víctima y sus asesinos. Fi·nalmente, fue apartado violentamente y el crimen alevoso se. cometió.El mismo heróico y ejemplar sacerdote cargó con el cadáver del infor­tunado don Modesto y lo trasladó al cementerio de Tardajos, dándolesepultura.

El hijo de don Modesto Jiménez Larred, Tiburcio, se hallaba movili­zado· y, al enterarse del asesinato de su padre, se pasó al bando republi­cano. Terminada la guerra fue sometido a consejo de guerra, por el pro­cedimiento de urgencia 10.620, que dictó sentencia, cuyo tenor literales el siguiente: "SENTENCIA.- En la plaza de Bilbao a seis de agostode 1.940.- Reunido el Consejo de Guerra Permanente número UNOpara ver y fallar la causa número 10.620 que por el procedimientosumarísimo de urgencia se ha seguido contra el procesado T1BURCIOJIMENEZ ACEBES. RESULTANDO: Que el procesado de buenos an­tecedentes, encontrándose de soldado en el Ejército Nacional yhabiendo sido asesinado su padre por unos grupos incontrolados, pro­duciéndose en su ánimo un estado de terror, desertó de las filas Españo­las, pasándose al enemigo. HECHO PROBADO.- CONSIDERANDO:Que el hecho reseñado en el RESULTANDO anterior es constitutivo deun delito de deserción frente al enemigo, previsto en el apartado cuartodel artículo 298 del Código de Justicia Militar.- CONSIDERANDO:Que en la comisión del hecho concurre una circunstancia eximente demiedo insuperable, prevista en el apartado 10 del Artículo 8 del CódigoPenal Común. Vistos los artículos citados y demás de aplicacióngeneral, FALLAMOS: que debemos absolver y absolvemos librementeal procesado TIBURCIO JlMENEZ ACEBES; CON TODOS LOS PRO­NUNCIAMIENTOS FAVORABLES". Esta sentencia fue despuésconfirmada por el Ilmo. Sr. Auditor y Tiburcio Jiménez fue puesto enlibertad.

Creemos que ésta ha sido una de las pocas ocasiones, en que un Con­sejo de Guerra aplica la eximente de miedo insuperable, prevista en elCódigo Penal Común, para absolver a un desertor, basándola en un ase­sinato cometido en la zona nacional" en la persona de su padre.

Pero don Tiburcio Jiménez Acebes, una vez puesto en libertad y ya

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Modesto Jiménez Larred, secretario del Ayuntamiento de El Cubo de la Solana, ase­sinado en las inmediaciones de Tardajós de Duero, el dia 24 de agosto de 1.936.

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Ien Soria, quiere reivindicar el buen nombre de su padre y que secastigue a los autores del crimen y tiene el coraje y el valor cívico dedenunciar lo sucedido al Juzgado de Instrucción del Partido Judicial deSoria, amparándose en la obligación del artículo 264 y en la facultaddel 165 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y lo hace en los términossiguientes:

,"Que en la tarde del 24 de agosto de 1.936, se presentaron en el pue­blo de El Cubo de la Solana, de este partido judicial, unos individuos,los cuales detuvieron al padre del que suscribe, Modesto jiménezLarred, de 60 años, secretario de la corporación municipal de aquellalocalidad, que en el momento de ser detenido, se hallaba despachandocon el sr. Juez municipal del distrito, don Pedro García, ya que

también desempeñaba el cargo de Secretario habilitado de aquel Juzga·do inferior. Una vez detenido, fue sacado inmediatamente del pueblo y,acto seguido, en las inmediaciones del pueblo de Tardajos de Duero, sele dio muerte".

"Este hecho, Señor, constituye palpablemente un delito de asesina·'to, pues en la muerte de mi finado padre (q.e.p.d.) concurren varias delas características que tipifican tal delito, así como distintas de las prin·cipales circunstancias modificativas que agravan la responsabilidad delos autores, inductores y cómplices de semejante hecho".

"Que esto constituye, como se dice, un asesinato, queda evidenciado,con dolorosa evidencia, por cierto, con sólo tener en cuenta la forma enque se realizó, que fácilmente puede comprobarse'; y, por otra parte,ninguna duda puede caber sobre ello, después de haber sidó reconocidoasí expresamente y declarado hecho probado por un Tribunal de tal'elevada jerarqu ía como un Consejo de Guerra, por el Consejo de GuerraPermanente número 1 de la plaza de Bilbao, el que en la sentencia quedictó con fecha 6 de agosto de 1.940, como consec,uencia de la vista dela causa número 10.620 que por el procedimiento sumarísimo de urogencia se siguió al que formula esta denuncia, entre otros particularesdice: RESULTANDO QUE EL PROCESADO DE BUENOS ANTECE·DENTES, ENCONTRANDOSE DE SOLDADO EN EL EJERCITO'NACIONAL Y HABIENDO SIDO ASESINADO SU PADRE...M

El firmante, ante la' realidad de este crimen tan evidente como exe·crable, con el afán de descargar su conciencia de hijo de la víctima delmismo, y para cumplir el precepto legal primeramente citado, no puedemenos de denunciarlo a ese Juzgado, esperando que, percatándose de lagravedad palmaria del hecho que se denuncia, sabrá descubrir y hallar alos autores del mismo, para que la Justicia en nombre de la Ley, les apli­que la sanción adecuada a tan criminal proceder". Y firma la denunciaen Soria, a primero de abril de 1.946, Tiburcio Jiménez.

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ErJuzgado de Soria se inhibe a favor de la Jurisdicción Militar, queinstruye ,Causa Ordinaria núm. 22546 y que finalmente es sobreseídaprovisionalmente el 20 de marzo de 1.948. Transcribimos el dictamendel, auditor: "Excmo. Señor: Se inició la presente Causa Ordinaria22546 en virtud de denuncia formulada por don Tiburcio JiménezAcebes, manifestando que el día 24 de agosto de 1.936 se presentó enel pueblo de El Cubo de la Solana (Soria), un camión y un coche ligero,ocupados por militares, falangistas uniformados y paisanos, quienes pro­cedieron a la detención de su padre, don Modesto Jiménez Larred, se­cretario del Ayuntamiento que, según noticias recibidas, fue muerto enlas inmediaciones de Tardajos de Duero. Supone el denunciante que lamuerte de su padre obedeció a cargos presentados contrael mismo, mo­tivados por disensiones que se llegaron a producir en el citado pueblo, alcomprarse un monte, en el que no tenían parte los distintos vecinos. Enel curso de la investigación deponen diversos testigos no deduciéndosede las numerosas declaraciones prestadas la forma concreta de producir­se los hechos, justificándose únicamente la llegada de fuerzas armadasque procedieron a la recogida de armas de acuerdo con el bandodeclarativo del Estado de Guerra, la muerte del citado secretario, el es­tado pasional que reinaba en el vecindario significando las Autoridadeslocales, que consecuencia de este estado pasional fue una cierta animad­versión creada en contra del fallecido, en quien se reconoce un matizizquierdista en sus ideas, sin que en los mismos tuvieran una significa­ción especial. En especial señalado el Comandante, hoy separado delservicio, don Nicasio Téllez Moreno, jefe de las escasas fuerzas milita­res que pudieron reunirse para la seguridad de esta ciudad de Soria y suprovincia, que desconoce la participación que hubieran podido tener enel hecho de autos, fuerzas a sus órdenes, las que en distintas ocasionestuvieron necesidad de salir a los pueblos para la recogida de armas ymantenimiento del orden con el rigor que se impon ía en aquellas difí­ciles circunstancias. Todas cuantas órdenes concretas fueron cumplidas,emanaron del Comandante Militar de la Plaza, ajustándose a ellas lasfuerzas a sus órdenes, perfectamente disciplinadas, que actuaron debi­damente, si bien en ocasiones, por encontrar partidas o individuos ais­lados que ofrecían resistencia armada, hubo necesidad de repeler lasagresiones, dando cumplimiento a los bandos de guerra. Por lo expues­to, no resultando debidamente comprobada la perpetración del posibledelito denunciado, a tenor de lo establecido en el artículo 723 núm. 1del Código de Justicia Militar, procede decretar el sobreseimiento pro­visional de esta Causa, que podría continuarse en su día, de haber nue­vos elementos de juicio que lo justificaran".

Aquí cuando menos cabe señalar una contradicción evidente, entreel Consejo de Guerra Permanente núm. uno de Bilbao, que da por pro-

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bado el asesinato de don Modesto Jiménez y el informe precedente, quedictamina "que no ha sido debidamente comprobada, la perpetracióndel posible delito denunciado".

Con todo el respeto que nos merece la administración de Justicia,tanto militar como civil, si hemos de ser sinceros tenemos que expresar,al menos, nuestra perplejidad, incluso nuestro asombro. Porque de lossucesos ocurridos en Soria, en los aciagos tiempos.de 1.936, uno de losmás claros, es el asesinato de don Modesto Jiménez. Fue detenido, porpersonas armadas -falangistas, soldados o paisanos, para los efectos esigual- cuando estaba despachando con el Juez municipal del distrito yen su presencia. Fue sacado del pueblo, en presencia del vecindario; y

'fue asesinado en Tardajos, con la oposición del sacerdote y en presen­cia de éste. Y si esto es así -que lo es- no podemos comprender cómoel auditor decreta "que no ha sido debidamente comprobada la perpe­tración del posible delito denunciado". Cabe una explicación: que ni elJuez municipal, ni el sacerdote, ni los vecinos de El Cubo y de Tardajos,fueron requeridos para declarar; o, que requeridos, no lo hicieron; oque si lo lo hicieron, sus declaraciones no se ajustaron a la verdad o fue­ron evasivas, dado el clima, digamos político, en que se vivía, aún en elaño 1.948, en plena dictadura, cuando, realmente, decir la verdad erahacer oposiciones, con plaza segura, a pasar una temporada a la sombra.

Finalmente, después del sacrificio gratuito -todos los crímenes sonsiempre gratuitos- de don Modesto Jiménez (1), sin autor reconocidoy sin culpables castigados, hay una nota humanísima que queremos re­saltar: el valor cívico de su hijo, don Tiburcio Jiménez Acebes, que enel año 1.946 tiene la decisión que le honra, de denunciar a I,as autori­dades judiciales con un escrito sereno e irreprochable desde el punto devista juríd ico, el vil asesinato de su padre. Que la Justicia no brillara ala altura debida, ya es otro problema; uno de los innumerables y graví­simos problemas que estamos examinando en este libro

(1).- La inscripción de Modesto Jiménez Larred no estuvo tampoco favorecida que digamos.Aparece en el folio 1, del Libro 13 correspondiente al año 1.936 del Registro Civil de El Cubo·de )a Solana, y dice así: "Modesto Jiménez Larred, de 60 años, muere el19 de febrero d"c 1.937a consecuencia de. .. La inscripción se practica en virtud de lo ordenado por el Juez Instructordel expediente instruído por este Juzgado, cuyo expediente se adjunta .8 este acta. De profesiónsecretario, hijo de Francisco y de Wenceslada, casado con Felipa Acebes, de cuyo"disuelto ma­trimonio quedan cuatro hijos. Está domiciliado en El Cubo de la Solana. La inscripción se prac­tica en virtud de la instancia presentada por Felípa Acebes GarcÍa, vecina de El Cubo de la So­lana, que presenta escrito en este Juzgado exponiendo que estuvo casada en matrimonio conModesto Jiménez Larred, desde 1.901. Su esposo, de 60 años de edad, secretario de El Cubo dela Solana desapareció de su domicilio el día 24 de agosto último. Practicadas averiguacionessobre su paradero tuvo noticias de que en el término de Tardajos de Duero y con motivo de laguerra, había aparecido el cadáver de su esposo, siendo reconocido por varios vecinos de dichopueblo. Que con el fin de dar estado legal a tal situación y acogiéndose al Decreto núm. 67 de laJunta de Defensa Nacional y orden de 10 de noviembre último, promueve expediente para lainscripción de la defunción de su mencionado esposo, ofreciendo información de tres testigos

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Habría que contabilizar también, en El Cubo de la Solana, al fusila·do Gregorio Enciso Rodero, quien fue ejecutado en el "Pasillo del me·dio", de "Las Matas de Lubia", con otras personas de Almazán en unmismo grupo. Por no haber sido relacionado entre las personas de Al·mazán -ya que era natural de Hinojosa-, lo incluímos aquí (2).

y termina suplicando del Juzgado se acuerde la formación de expediente". El citado preceptolegal dice -entre otras cosas-: "'Considerando que con el fin de facilitar la inscripcIón de losausentes de sus desaparecidos o faUecidos. las víclimas de bombardeos. incendios u otras causasrelacionadas con la lucha nacional actual contra el marxismo, y con el objeto de facilitar la nor­malización de las relaciones patrimoniales sin el retardo que impondría la observancia de pre­ceptos Icgales. se dictó el decreto núm: 61 de 8 de noviembre de 1.936, publicado en el BOE del11, en el cual se dan normas para la inscripción d,e ~os fallecidos y desaparecidos por tal motivo,sean o no confidentes, en el registro civil de-su último domicilio y, en su defecto, en el Jugarde su naturaleza, en el cual no constase mediante la instrucción' de un expediente ante el Juezde primera instancia que resulte competente". Según parece, se practicó la prueba con tres tes­tigos que manifestaron ser cierto que el día 24 de agosto último apareció en el término munici­pal de Tardajos el cadáver de un hombre al que reconoció y resultó ser don Modesto JiménezLarred, vecino de El Cubo de la Solana y que dicho cadáver fue enterrado en la madrugada deldía 25 en el cementerio de Tardajos, todo lo cual les constaba por haberlo visto.(2).- En el Libro 13.. folio 73, del Registro Civil de El Cubo de la Solana, se lee: "Gregario En­ciso Rodero es _natural de Hinojosa del.Campo, hijo de Cuilo y de Modesta, domiciliado en elagregado de Lubia y de profesión jornalero. Casado en primeras nupcias con Dorotea Calvo Ro­dero.

A instancias de Dorotea Calvo Rodero por don Luis Marín Mateo, oficial habilitado en fun­ciones 'del Juzgado de Primera Instancia dt: la ciudad de Soria y su partido, se hace constar quecon escrito fecha 24 de noviembre último, exponiendo que el día 11 de septiembre de 1.936 enel monte denominado "Matas de Lubia". paraje "Pasillo de en medio" a unos tres kms. del re­ferido pueblo, falleció en circunstancias particul.res su esposo Gregario Enciso Rodero, nacidoel 28 de noviembre de 1.894 y que al ocurrir su fallecimiento se hallaba domiciliado en el re­ferido pueblo de Lubia. Que del matrimonio con el referido señor quedaron cinco hijos, llama­dos Modesta, Gregario, Miguel, Francisco y Juana Enciso Calvo que como la defunción de Gre­gario Enciso no ha sido inscrita en el registro civil, a fin de.poner fin a una situación anómala, alamparo de lo dispuesto solicita dicha inscripción".

Asimismo, en el Libro 14 (inscripciones a partir de 1.963) del Registro Civil de EJ Cubo de laSolana aparecen las inscripciones de Bienvenido Sanz Jiménez (relacionado con el núm. 10 delos fusilados de Almuán); Saturnino' Alonso Lacalle (relacionado con el núm. 18); y EleuterioRuiz. Garijo (núm. 14). Aparece también la de Antonio Ruiz Garijo, citado con el núm. IS en larelación de fusilados de Almazán. De todas estas inscripciones transcribimos lo más sobresalJen-te: .

- Auto en Soria a 18 de septiembre de 1.980. El magistrado Fernando Anaya pérez decretala inscripción fuera de plazo del fallecimiento de don Bienvenido Sanz Jiménez, hijo de donFrancisco y de Basilisa, cuyo nacimiento aparece inscrito el 23 de marzo de 1.918 en Almnány cuyo fallecimienlo luvo lugar el día 11 de septiembre de 1.936~en "las Matas de Lubia", per­teneciente al Registro Civil de El Cubo de la Solana, de esta provincia, en el que se verificará lainscripción acordada, siendo su estado el de soltero y la causa de su fallecimiento por paro car­diaco, declarándose de oficio las costas del expediente.

- Igual auto "debía decretar y decretaba" la inscripción de don Saturnino Alonso Lacalle,hijo de Galo y de ·Mat ía, cuyo nacimiento es el J 9 de enero de 1.898 en San Salvador del Valle(Vizcaya) y cuyo Fallecimiento tuvo lugar el día II de sepliembre de 1.936 en "las Matas de l"u­bia", término municipal de Soria, perteneciente al registro civil de El Cubo de la Solana.

- En el mismo sentido decreta la inscripción de Eleuterio Ruiz Garijo, hijo de Saturnino y deJuana, cuyo nacimienlo es el día 18 de abril de 1.900 en Almazán (Soria), y cuyo fallecimiento

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LUBIA

Aunque este pueblo estuvo durante toda la guerra sujeto a graves'tensiones producidas por los constantes fusilamientos realizados den·tro'de su' término municipal, sólo uno de sus vecinos fue fusilado: Gre·gorio Enciso. De profesión ganadero, estuvo detenido primero en Soriay después en Almazán. Encarcelado él solo, fue ejecutado en el "Pasi·110 del medio".

Su mujer al ir de Lubia a Almazán no vio nada en la carretera, se·gún el ente:rador Teodoro González, pero al r~gr~so vio .Ia ~i~rra.movida en aquellos montes, entonces pelados. Habla sido ya ajusticiadosu marido, Gregorio Enciso. ". "

Gregorio Enciso era cuñado de un cabrero de Lubla, llamado JuhanCalvo quien descubrió precisamente los cadáveres de los fusilados·en""La Senda blanca". Enciso era desde luego un republicano que no semetía con nadie. Lucio, a quien nos referimos al hablar de los Parajesde los fusilamientos le había advertido:"no te mato yo, pero pron~o tematarán", Supo Gr~gorio Enciso que le hab ían denunciado, pero noquiso huir, por no _abandonar a su mujer, que también había sidoamenazada. Afortunadamente, la señora fue respetada.

tuvo lugar el 15 de agosto de 1.936 en "las Matas de Lubia", término municipal de Soria, per­teneciente al Registro Civil d~ El Cubo de la Solana. siendo su estado el de casado con VicenteMínguez Pascual y la causa de su fallecimiento paro cardiaco.

_ Auto 9/1.981, "de orden del sr. Juez municipal participo al sr. Juez de Paz de El Cubo de laSolana, expediente de registro 9/1981 del que es promotor doña María del Pilar Ruiz Hernán.dez, vecina de Almazán, sobre la inscripción de defunción fuera de plazo legal. .. ", dilisenciasque se interesan: "que por ese Juzgado se lleve a cabo la inscripción de la defunci6n de AntonioRuiz Garijo, ocurrido en ese término municipal, el día 11 de septiembre de 1.936, y con arregloy conformidad a lo ordenado ... ". Insta la inscripción Pilar Ruiz Hernández, soUcHando la ins­cripción fuera de plazo de su diFunto padre, Antonio Ruiz Garijo, lIel cual fue fusilado con mo­tivo de la pasada guerra civil el día 11 de septiembre de 1.936 en las llamadas "Matas de tubia",del término municipal de El Cubo de la Solana, de esta provincia", alegando que el mismo es­tuvo casado con su madre, doña Francisca Hernández Calvo y que de su matrimonio quedaronlos siguientes hijos: Enrique, María, Teresa, Benita, Pilar y Mariana Ruiz Hernández. AntonioRuiz Garijo había nacido en A1mazán el día 30 de mayo de 1.890, siendo hijo legítimo de Sa­lustiano y de Juana. El paraje es el "Pasillo del medio", "lugar en que Fue fusilado siendo pos~

teriormente enterrado por don Ricardo Delgado y por Felipe Molina". Cltusa inmediata de lamuerte: paro cardiaco.

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QUINTANA REDONDA

El que habJa sido jefe de la estación de Quintana Redonda, Celes­tino García Sanz hasta 1.934, fue destinado a Almazán. AII í le sorpren­dió el Movimiento y, desde allí" fue conducido a Chavaler, donde fueejecutado. Por eso, Celestino García Sanz, con el número 7 de los rela­cionados, lo hemos incluído entre los fusilados de Almazán. Sin embar­go, Celestino García, al que apodaban "el Cabezarrota" había pasado lamayor parte de su vida profesional en Quintana Redonda, dondetambién había ejercido su actividad sindical.

Había nacido el 6 de abril de 1.879, en Aylloncillo y estaba casadocon Marcelina Hernández Laseca, de cuyo matrimonio habían nacidocuatro hijos: Jerónima, Régulo, Angeles Patricia y Angel. Militaba en laCNT y era, según testimonios del vecindario, de un carácter alegre y

•amIstoso.Es un hecho significativo que a Quintana Redonda acudieron con

cierta frecuencia grupos de falangistas, que proced ían de la capital de laprovincia. Es de todo punto cierto que en una ocasión, una expediciónde falangi,stas pretendía llevarse a 'más de 20 personas de estapoblación, fundamentalmente ferroviarios y resineros. Se cuenta que elsacerdote, don Galdino González Bombín salió en defensa de todosellos; argumentando que: "en Quintana no hay nadie malo y si alguientiene que subir al camión, yo seré el primero". Galdino González Bom­bín había nacido en Villascusa de Roa (Burgos), en 1.880, había llega­do a Quintana Redonda en 1.929. Según testimonios, don Galdino man­tenía muy cordiales relaciones con don Aurelio Gonzalo de Gregario,conde de la Puebla de Valverde y propietario del palacio-fortificaciónde Hinojosa de la Sierra. Se comenta entre los ancianos de Quintanaque, al estar apoyado el cura don Galdino ,por el conde, tenía bastantepeso entre las fuerzas falangistas que frecuentaban la población, y quepor ello, consiguió salvar a tantos, durante la guerra. A título anecdóti­co, puede decirse también que don Aure'lio Gonzalo de Gregario erahermano de don Leoncio Gonzalo de Gregario, de cuya familia es pro­piedad el palacio de Quintana Redonda (1),

(1).- EI4 de marzo de 1.934 cesaba como alcalde de Quintana Redonda, don Carmelo Izquier­do Plaza, "por haber cumplido la edad de 64 años". Se hizo cargo del Ayuntamiento el tenientede aJ~~Jde. don Juan Alvaro Soría, pero tan sólo Ires días más larde, ocupaba la alcaldía -porYOCacIOn de sus compañeros_ don Dorarto Almana Rodrigo. Doratto AJmarza continuaríacomo alcalde de Quintana -tanto en periodo republicano como en el Alzamiento- hasta el 8de oc.tubre de 1.938. En" este periodo de tiempo, tan sólo la corporación municipal habíaexpertmentado el cambio del concejal tenie.r:tte de alcalde, don Juan Alvaro Soria, que fue sus-

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LA REVILLA DE CALATAÑAZOR

Don Florencia del Amo Marina había nacido en La Revilla de Cala­tañazor era maestro nacional y estaba ejerciendo su profesión en Alfa­ra. Cada verano al terminar el curso, venía al pueblo a pasar lasvacaciones en ca~ de su madre, a quien apodaban "la Juanota".

Es evidente que ideológicamente, Florencio del Amo era de izquier­das, y se cuenta que en una ocasión pintó la bandera d~ la ~epública ~nel cinturón de la estatua de la Virgen del Roble de la IgleSIa parroquialde La Revilla. Conocido como "un don Juan" de la comarca, era, noobstante, muy apreciado por sus vastos conocimientos y su buen 'carác­ter.

Después del Alzamiento, y en vista del cariz que tomaban,los acon.t_e­cimientos se refugió en una taina del monte, d'onde cada dla, una mnale llevaba 'la comida. En cierta ocasión, varios' coches fueron a buscarlo,montándole un cerco y sorprendiendo a la niña, que bajaba del montede llevarle la comida. La obligaron a acompañar a los perseguidores has­ta su escondite. Entre verdad y leyenda, se comenta en La Revilla quelos perros que acompañaban a don Florencia no ladraron en aquellaocasión por lo que sus perseguidores lo cogieron "echándose la siesta,".Traslad~do hacia Logroño, fue ejecutado en suelo riojano. Estos hechosocurrían a finales de agosto de 1.936 y es del todo cierto que entre susaprehensores se encontraba un sobrino suyo.

ALMAJANO

Hay que reseñar en esta localidad, la presencia de un sacerdote ejem­plar, don lsaías Sanz Melendo, que evit~ al igual que en otros lugare~ dela provincia, el que las huestes falangistas procedentes de la capital,procedieran a la detención y captura de vecinos de'este pueblo. En estemismo orden de cosas, el alcalde de la población -de tendencia conser-

tituido por Isidoro Mateo Núñez, por orden del Gobernador Civil. La c.orpocación de QuintanaRedonda es, así, una de las pocas de la provincia en las que se mantuvieron los miembros repu·blicanos en el periodo del Movimiento. Isidoro Mateo Núñez, concej~1 el 18 de enero de 1.937,pasaría a ser el primer alcalde del Movimiento, a partir del 8 de octubre de 1.938.

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vadora- Emilio Bozal Antón, también favoreció el que vecinos de Al·majano no fueran detenidos por acusaciones y denuncias formuladas alas que Emilio Bozal quitó veracidad:

Sin embargo, fue muy notoria en esta localidad, y en las aldeas li·mítrofes : Narros, Cirujales, La Losilla, Canos, Los Villares, etc., la re·quisa en especie de que fueron objeto muchos agricultores y ganaderos.El hecho de que cada viernes, o cada jueves, o cada día de la semana-según lugares- tuvieran que acudir a la capital de la provincia, un de·terminado número de agricultores (precisados por lista), llevando unaconcreta cantidad de grano, aves de corral, cabezas de lanar o vacuno,significa de por sí la sangría económica que la contienda civil supusoentre los agricultores sorianos. Citar, como uno, de los variados ejemplosque podrían aducirse, el hecho de que desde Almajano fueran traídos aSoria seis jo tos durante el mes de agosto de 1.936;da a' entender de porsí la significación que tuvo la presión sistemática de personas y bienespara contribuir al Alzamiento.

CASTILFRIO

De la misma forma que en las restantes poblaciones de la comarca de"la Sierra", no hubo ejecuciones en Castilfrío.

Sí cabe reseñarse, sin embargo, para contraste con los represaliadosrepublicanos, que los falangistas o soldados caídos en el frente eran ob·jeto, por parte de las autoridades del Movimiento, de todo lujo deconsideraciones. Considerando que todas las personas caídas merecenidéntico respeto y recuerdo por nuestra parte; hemos de significar aquí,el hecho de que Argimiro Sanz del Río, de 33 años, era inhumado enel cementerio de Castilfrío el 19 de noviembre de 1.936, exactamentecuatro días después de haber caído en el frente "de Hiendelaencina(Guadalajara), luchando gloriosamente por Dios y por la Patria". Otrohecho parecido suced ía el 26 de mayo de 1.938 en la inhumación deAugusto Zapatero Hernández, de 29 años, "consorte de JuanaFernández Cabezón, natural de Póvedas de las Fincas (Salamanca) yvecino del pueblo. Falleció a las 11 de la mañana del mismo mes en laposición de cota núm. 1119 (bayyarri) en Gerri de la Sal (Lérida)(... ) luchando gloriosamente por Dios y por España".

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FUENTETOBA

Fuentetoba tuvo la suerte de contar con un sacerdote ejemplar, hu­mano y decidido. Ya hemos hecho referencia a casos similares, en que laintervención del cura evitó la muerte de bastantes personas.

En Fuentetoba, el ,sacerdote, don Eduardo Caravantes, tuvo informa­ción de que iban a detener a un grupo de vecinos por sus supuestas oreales ideas izquierdistas. Inmediatamente reunió a los mismos en laiglesia parroquial: nueve en total, todos jóvenes y les advirtió que nC)

'salieran bajo ningún pretexto. ,Se presentó a las pocas horas en el citado pueblo un camión con va·

rios falangistas que portando la correspondiente "lista" recorrieron lascalles del mismo buscándoles, y al no encontrarlos, obligaron a algún

,vecino a que les enseñara los domicilios de las personas que proyecta­ban detener. Al fin, supieron la verdad: que aquellas personas se encon- ,traban en la iglesia, bajo la protección del sacerdote.

Marcharon a la iglesia saliéndoles al paso don Eduardo Caravantes,que se opuso a que los falangistas entraran en ella y mucho menos qUE

detuvieran a nadie, pues él sabía que todos eran personas decentes, queningún delito habían cometido y, en definitiva, que él respondía porellos. Insistieron con vehemencia los falangistas en sus pretensiones y elsacerdote, siguió en su firme y enérgica oposición, llegando a advertira aquéllos que antes de entrar en la iglesia a detener a nadie, tendríanque matarle a él primero. ' " ' , '

El forcejeo entre los falangistas y el sacerdote duró algún tiempo y alfin, aquéllos desistieron abandonando el pueblo. Volvieron otra vez,días más tarde, con idéntico resultado. El sacerdote continuaba en laiglesia con los nueve jóvenes. , '

Paralelamente a ello, don Eduardo hizo gestiones con las autorida­des sorianas y los nueve jóvenes amenazados se incorporaron al Ejér­cito salvando así sus vidas. El cura prometió que termi'nada la guerra,la c~lebrar(a con los vecinos y, sobre todo con los jóvenes, a quienesha­bía protegido, sacrificando el toro más grande del pueblo, que por c,ier­to era de su propiedad. No pudo cumplir su promesa, porque fallecióantes de terminar la contienda, pero vivió sus últimos tiempos con laalegría de haber realizado un acto de humanidad y justicia. Cuantos leconocieron, saben que don Eduardo Caravantes, fue un hombre bueno,generoso y valiente: un gran sacerdote.

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LUBIA (Parajes de los fusilamientos)

En las páginas precedentes y en las que seguirán, se citan numerososlugares, que fueron escenario y testigos -mudos de las ejecuciones:Barcones, "alto de Herrera", Chavaler, Bayubas, Venta de Valcorba, loscementerios de Soria y Las Casas; pero quizás la palma de tan tristessucesos, se la ganaron las llamadas "Matas de Lubia" y parajes anejos.

-La carretera de Soria a Almazán y viceversa fue escenario de un tra­siego constante de detenidos, que fueron trasladados de una cárcel aotra. Traslados reales, ya que los presos llegaron a su destino. -

Otros muchos, que permanecían detenidos en Almazán y fueron saocados de la cárcel, quedaron inmolados.aproximadamente en la mitaddel camino hacia Soria. Los 34 kilómetros que separan Almazán de So­ria fueron recorridos, por mitades casi iguales, por camiones llenos. depresos atados que al final quedaron unidos, con distancias de unos·pocos kilómetros, en un mismo y terrible destino: unas fosas comunes,cavadas apresuradamente, donde fueron arrojados y cubiertos de tie·rra, sin- ningún signo exterior que pudiera delatar su existencia.Sola­mente la aguda mirada y la intuición de los lugareños, por algún detalle,o por la observación de la tierra recién removida hacían sospechar laexistencia de las fosas.

Es casi imposible reconstruir lo que realmente aconteció en aquellosparajes; muchos de los sucesos ocurridos quedarán para. sil:mpre en lapenumbra. Por una parte, los actores directos de la represión guardanun riguroso silencio, cosa harto comprensible; por otra, muchos testigospresenciales de los sucesos o que se enteraron de los mismos, horas odías después, han muerto o viven en lugares ignorados; y, otros, quierenenterrar, silenciándolo, en el fondo de su recuerdo lo que vieron o su-

•pleron. .Siendo ello así y no pudiendo acceder a los diversos archivos que

deberán existir, la investigación resulta tan difícil como penosa. Quizás,dentro de unos años, cuando los estudiosos puedari consultar con U'bertad y facilidad los archivos, podrán ir atando los cabos sueltos exis·tentes, relacionando unos datos con otros, y acabarán por llenar las la·gunas que existen en la actualidad.

Partiendo, pues, de la convicción de que hoy por hoy, es imposibleconocer toda la verdad histórica de lo sucedido entre Soria y Almazány especialmente en las llamadas "Matas de Lubia". y sus al.edañ?s,reconstruiremos ahora, aquellos sucesos de los que eXisten testlmomosdirect.os, testigos de excepción: algunos enterradores.

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Sabemos que Juan Arenas, vecino de Soria, fue detenido en Pozal­muro por falangistas, cuando estaba segando y que, tras permanecerocho días en el Gobierno Civil, en el calabozo, atado de pies y manos;junto con limoteo Valero, fueron trasladados hasta rebasar Los Rába­nos, donde fueron asesinados. El caminero, ayudado por algunos veci­nos de este pueblo, los enterró.

1.- Paraje "los Corralones" o "paso los L1anitos". Situado en el se­gundo cambio de rasante a la salida de Lubia, cerca de la casa forestaly a la izquierda de la carretera, siempre dirección Lubia a Alinazán; hayun fusilado, de procedencia desconocida, aunque se. sabe que fue lle­vado desde Soria. Fue fusilado antes del 15 de agosto de 1.936, fiestalocal de Lubia. Los autores del crimen fueron requetés. Está enterradoen una loma distante de la carretera unos cincuenta metros, en un lu­gar muy escondido ya· entre pinos y matorral yen el que se aprecia ungran charco, según las fotos tomadas. .

2.- Paraje "Pasillo del medio". Situado enfrente de los altos roblesy bancos de madera que instaló ICONA hace unos años, tras la repobla~

ción forestal. El lugar está situado a la derecha de la carretera, a unosdiez metros de la cuneta, de donde parte la llamada "Senda del medio".Hay un primer fusilamiento de nueve. personas, procedentes de Almazánque fueron ejecutadas el 11 de septiembre de 1.936 y exhumadas, conla ayuda de leodoro González, vecino de Lubia, el 13 de agosto de1.981. Hay un segundo fusilamiento de doce personas que fueroniqué cruel coincidencia!, ejecutadas el día de Nochebuena de 1.936.Estas ·personas fueron traídas desde Soria, con toda seguridad y, seguntodos los indicios, debieron ser prisioneros de Sigüenza. ¿Se les ofrece­ría los auxilios espirituales, en los momentos en que todo el mundo ce­lebraba el nacimiento del niño Dios, el Dios del perdón, del amor, de lamisericordia? Ciertamente hay cosas casi imposibles de creer. Quienesordenaron los fusilamientos y sus tristes y míseros ejecutores, ¿cómopodrían dormir y vivir tranquilos y mirar serenamente a sus hijos, es­posas y hermanos, aquella noche, y todas las noches y días de todos losaños que hayan vivido o sigan viviendo?., En el "Pasillo del medio" había. en 1.936, unas plantas a las qUe losdel lugar daban el nombre de "hierbas lecheras". El "Pasillo del medio"·era paso de ganado fundamentalmente cabrío. Era según los enterrado­res, un buen terreno para hacer los pozos, ya que era arenoso y losoriundos de Lubia buscaban "sitios suaves".

Los primeros fusilados del "P~sillo del ":!edio", 105 ~ueve de Alma­zán iban a serlo en el cementerio de Lubla, pero segun el ganaderoRic~rdo González, padre de leodoro González y uno de los testimoniosde un auto judicial instru ído en Soria, para la exhumación de uno de

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los fusilados, convenció al brigada Bonilla para que los fusilamientos nose celebraran en el cementerio, indicándole el "Pasillo del medio" co­mo lugar más adecuado. Teodoro González recuerda que en la expedi­ción iban dos coches: uno delante y otro detrás, ocupado por Bonilla,y en medio, el camión con dos guardias y los nueve detenidos.

Eugenio Recio recuerda que los fusilados el día de Nochebuena, enel "Pasillo del medio" dijeron que los habían cogido en la catedral deSigüenza. Recuerda también que hicieron dos pozos grandes que, segúnél, se irían rellenando conforme ejecutaran a los detenidos. Como era denoche· y hacía mucho frío, los enterradores hicieron lumbre para calen­tarse. Temblaban de frío y de angustia por la índole de su trabajo y elespectáculo terrible de los fusilamientos. Antes de ser ejecutados, losinfelices presenciaron la apertura de los hoyos. .

3.- Paraje "el Barranco del Loboso", situado a la izquierda de lacarretera y en el camino de Valverde (actualmente empedrado su firmey ensa'nchado para el acceso al Centro de Investigación Nuclear). Eneste camino de Valverde, a unos 250 metros de la carretera general; yala derecha e izquierda del mismo, se encuentran dos fosas de fusilados.Según Teodoro González, esas dos fosas están ocupadas por 19 y 11fusilados respectivamente. Los.19 se encuentran a la derecha del caminode Valverde; en un pequeño altozano, sobre el que ha pasado la orugade la repoblación forestal y los 11 restantes, entre los que se encuentrauna mujer, están a la izquierda del mismo camino, en una pequeña va­guada. Al día siguiente del fusilamiento de estos treinta prisioneros deSigüenza y procedentes de Soria, León Lafuente recuerda que fueronfusilados otros veinte más, también procedentes de Soria y prisionerosde Sigüenza.

El fusilamiento de los treinta, para Teodoro Gónzález, se realizaríapasada la festividad de los Santos. (La mujerfusilada en el grupo de lostreinta -y enterrada en la fosa de los once- pudo ser doña Clara Con­treras Peña, de 22 años, de Casarejos, que fue fusilada el 18 de noviem­.bre de 1.936)(1).

Teodoro González fue testigo presencial del fusilamiento. Recuerdaque después de hacer el pozo, tal y como se lo habían ordenado, alatardecer de un día otoñal, se dirigió a Lubia con la pala y las botasllenas de barro. Una camioneta que caminaba en dirección contraria sedetuvo y el brigada Bonilla le indicó que no subiera a la cabina, sino ala caja donde estaban los detenidos. Al subir Teodoro, los presos sedieron cuenta de su aspecto, manchado de barro y con la pala embarra­da también, por lo que debieron deducir de lo que se trataba, aunque

(1 ).- véase Casarejos.

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Al llegar al paraje descendieron a los detenidos de los dos camiones ylos fusilaron en grupos de cinco, atados entre ellos. Recuerda TeodoroGonzález que lá mujer gritó desesperadamente: "Señor guardia, no memate, que aún tengo que declarar; mire que no estoy afiliada a ningúnpartido". Recuerda Teodoro también que el brigada .Bonilla le indicó:"Vaya con este número y la fusilen". La mujer se agarró al guarllia ate­morizada y éste se desasió de ella dándole un empujón, y le disparó aquemarropa. Los ejecutores eran guardias civiles jóvenes qOe apenas"sabían disparar". Asegura Teodoro que muchos guardias lloraron du­rante las ejecuciones. Uno de los detenidos, antes de ser fusilado, setiró al hoyo y un guardia lo remató. desde arriba. Uno de los fusilados,con el puño izquierdo cerrado, gritó: "Viva la FA''' .

Un sacerdote que se cree era también de Sigüenza y que TeodoroGonzález recuerda que se encontraba entre los prisioneros de la expedi­ción que a finales de octubre se detuvo en Lubia, antes de seguir elcamino a Soria (2), debió confesar a los prisioneros de Sigüenza. Locierto es que· muchos de los fusilados llevaban un crucifijo en las manosy después de muertos, fue muy difícil quitárselos, debido a que en elúltimo minuto, las manos crispadas los aferraron con fuerza.

León Lafuente, por su parte, recuerda haber quitado un cinto "muyelegante" a uno de los de Sigüenza. Como ya queda relatado, al díasiguiente del fusilamiento de los TREI NTA, trajeron otros veinte almismo lugar, precisamente a la mañána siguiente. A uno de estos veintele troncharon una pierna y, cuando se arrastraba hacia el monte de Val­verde, lo remataron. Esto'sucedió un miércoles, pues el fusilamiento anoterior fue en martes, ya que, según Teodoro González, los martes "ha­cía acequia con su padre" y era día de "compra de guijas para el gana­do".

También León Lafuente asegura que estuvieron enterrando fusiladosdurante más de un año (3) , aunque ya no pueden precisarse más detalles,que los reseñados y los que se relacionan a continuación. Ambos, Leóny Teodoro coinciden, cómo después de efectuar su trabajo como ente­rradores, no podían beber vino en porrón, pues les temblaban las manos

(2).- Cuando llegó la expedición de prisioneros de Sigüenz8, en numerosos camiones, se detu­vieron a descansar en Lubia, acudiendo todo el vecindario. Cerraron la escuela para que los ni­i\os pudieran asislir también. Los nli'ios aleccionados gritaban constantemente "Viva Cristo Rey" .(3).- Lo que se puede ajumar' con toda certeza es que los parajes q~e aquí se mencionan fue­ron escenario de los fusilamientos. Hay también con toda probabilidad otros lugares que los na·tivos no conocen, pero que aseguran tienen _que existir por la forma en que se desarroJlaron losacontec;imientos aquellos meses. Sobre éstos no podemos asegurar, por a-hora, nada. Es evidentetambién que en Lubia participaron paisanos en las ejecuciones. Estas, precisamence, serían lasque se nevaron a cabo de -manera más solapada, pera de las que, indireecemente, también se lu·vo noticia.

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,-,- y les era muy difícil conciliar el sueño, interrumpido con constantes pe-sadillas.

4.- Paraje "la Fuente del caminero", en un acentuado barranco acincuenta metros de la carretera y en el último promontorio, previo alpaso de acceso construído sobre la N-111 para ~ntrada al Centro de In­vestigación Nuclear. El lugar se encuentra cerca de la caseta del cami·nero, ya derruída, en el límite municipal de lubia.

Ambos señores, Teodoro González y león laful'nte coinciden enque en dicho lugar se encuentran nueve fusilados, algunos de los cuales,podrían ser de Almazán. Parece seguro que el fusilamiento fue el día

_15 de agosto de 1.936, puesto que Teodoro y un primo suyo venían enel coche de 1ínea a pasar la fiesta en lubia. Teodoro González servíaen Balluncar y su primo venía de Coscurita.

Al llegar a "la Fuente del caminero", rememora Teodoro González,que una camioneta que segu ía al coche de línea, se detuvo en ese preci­so lugar. El coche de línea era el que procedente de Baraona, hacía elrecorrido hasta Soria. Y, desde lubia, a la salida de misa, a pesar de ladistancia, se oyeron numerosos y repetidos disparos, que correspondie'ron con toda seguridad a estos fusilamientos.

5.- Paraje "el Pedregal". Situado un poco más arriba de "la Fuentedel caminero", a la izquierda de la calzada. En la misma cuneta del an­tiguo trazado de la carretera había una fUente. Hoy en día este parajede "el Pedregal" está totalmente tapado por la grava de las excavacio­nes y nivelaciones de la obra del paso superior, que sirve de acceso alCentro de Investigación Nuclear. león lafuente no recuerda si fuerondos o tres los fusilados. Fue después del 15 de agosto de 1.936, con se­guridad. -los cadáveres tenían las manos carcomidas. Uno de los fusila­dos podría ser un jefe de estación, a juzgar por la indumentaria que ves­tía. llevaba un paquete de cuarterón y los enterradores echaron un pi­tillo de este tabaco picado.

6.- Paraje "Cerro la casa". Situado unos doscientos metros despuésde "el Pedregal", a la derecha de la carretera y antes de llegar a la "Sen­da blanca" y a la curva pronunciad" que cambia de sentido la carretera,pasando de ser norte-sur a este·oeste.

Ni Teodoro González ni león lafuente han sabido precisar si fuerondos o tres los fusilados y nunca supieron su procedencia. Precisan, esosí, que fue Felipe Molina, ganadero, quien se los encontró muertos.

7.- Paraje "la Senda blanca". Situado a la izquierda de la carretera,antes de llegar a la curva de cambio de sentido y alejada unos doscientosmetros del paso del Centro de Investigación Nuclear, dirección Alma­zán. Esta senda es un camino forestal que conduce de Velacha a Tarde/­cuende. El lugar de enterramiento está a unos sesenta metros del empal-

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me de "'a Senda blanca" con la N-111, en un pequeño montículo a laizquierda del citado camino. Yacen all í un grupo de ocho o nueve fusi·lados que lo fueron antes del día 15 de agosto de 1.936. Varios testi·gos, fundamentalmente viajeros del coche de línea, ya vieron los cadá·veres de estos fusilados, tirados a la derecha de la carretera.

Los cadáveres precisamente habían sido vistos días antes por Juliáncalvo, cabrero de profesión y cuñado del vaquero de Lubi;l, GregorioEnciso, que después fue denunciado, encarcelado y finalmente inmola­do también.(4)

Estos ocho o nueve fusilados estaban ya en estado de putrefacción y.. tenían sapos. Recuerda León Lafuente que a los enterradores les pro­

porcionaron una careta con vinagre, para que procedieran a su inhuma·ción. Nunca se supo su procedencia, ni sus nombres, aunque se cree queserían de Soria o bien, de la comarca de Almazán.·

8.- Paraje "el Noventa". Situado en el km. 90 de la carretera N.111,según la nomenclatura antigua. Hoyes el km. 200 aproximadamente, .cerca de la llamada "Cuesta grande". En este paraje hab ía un paso demerinas y ganado caprino que servía para que el ganado abrevase en elparaje denominado "el Charcazo". El lugar era muy frecuentado porlos entonces numerosos ganaderos de Lubia.

Aquí fueron fusiladas doce personas procedentes de Arcos de Ja.Ión (5). Fueron fusilados con' sol y en pleno día, siendo más tarde ente·rrados en el cementerio de lubia. Dos de los doce no murieron: uno,herido pudo llegar hasta el Cubo de la Solana, donde, curado, fue eje·cutado después en el monte; el otro no fue encontrado.

Algunas observaciones

El brigada Bonilla antes había estado destinado en Noviercas, comocabo primero, durante varios años (6), y después pasó a Soria. Ello es dedominio público en Lubia y entre el vecindario de Noviercas.

En muchos fusilamientos intervinieron guardias civiles, siguiendo ór·denes, naturalmente. En otros fueron paisanos los ejecutores, algunosde Almazán, y otros de Soria. Tras los primeros fusilamientos yespecialmente después de los cadáveres putrefactos de "la Senda Blan·ca", los vecinos de Lubia pidieron que se les avisase para hacer los po·

(4).- véast: Lubia y El Cubo de la Solana.(5).- Véase Fuenlelcarro.(6).- Véase Noviercas .

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P~raje "el Charcazo", sito entre el km. 190 y 191 de la carretera de Soria a A1ma­zan. Se encuentra a veinte metros, a la izquierda de la calzada dirección .Almazánen un pequeño desnivel con respecto a la horizontal de la c~etera después de l~obras actuales. En este lu~ar fuero~ fu~iladas 12 personas de Arcos d~ Jalón, el 6 deagosto de 1.936. Sus cadaveres sellan trasladados al cementerio de Lubia en la ma.ñana del día 7. (Foto de los autores). '

(7).- Ya hemos escrito que León Lafuente recuerda que estuvieron.enterrando fusilados duran·te más de un año. Hemos visto que los vecinos de Lubia estaban alarmados por la súbita apari·ción de cadáveres en los alrededores de la localidad y que pidieron que se les avisase para hacerlos pozos o fosas. Pero esto mismo sucedió en otros lugares y algunos ejecutados quedaron sinenterrar días y días, siendo otros cadáveres pasto de las alimañas.

En nuestras investigaciones no hemos podido constatar'que las autoridades sorianas tomaranmedidas relacionadas con los enterramientos, similares a las decididas, por ejemplo, por la Ins·pección de Sanidad de Burgos que dio órdenes el día 18· de agosto de 1.937, publicándose eldía 20 del mismo mes, en el DIARIO DE BURGOS: "Inspección Provincial de Sanidad. Circu­lar.- De orden del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia. se pone en conocimiento de lossres. Alcaldes que, para el cumplimiento de lo ordenado por la Superioridad, referente al ente­rramiento de cadáveres abandonados en el campo, requerirán la cooperación de los señores mé·dicos y farmaceúticos tit~lares, sobre todo en lo referente a designación de sitios donde debenrealizarse los referidos enterramientos, procurando que se efectúen lejos de manantiales, pozosy cursos de agua, aunque ésta no sea destinada para bebidas, para evitar su contaminación. Bur·gas, 18 de agosto de 1.937. El Inspector Provincial de Sanidad. Pedro González". (Cita textualdel libro "Doy fe", de Antonio Ruiz Vilaplana. Secretario Judicial de Burgos en 1.937. Epidau­ro Ediciones. Barcelona. 1.977. pág. 170).

(8).- Véase Lubia.

zos. antes de que se llevaran a cabo las ejecuciones.(7)En "el Barranco del Loboso", donde fueron fusilados treinta prisio­

neros de Sigüenza, uno de los presos cayó al foso ileso y, seguramenteante el temor de ser enterrado vivo dijo a los ejecutores: "Matadme, nome habéis dado", a lo que Lucio, vecino de Lubia (8), respondió: "Se­ñor guardia, que aquí pide uno fuego" y el mismo Lucio lo remató apaletazos. El tal Lucio marchó después a Soria y se ofreció para fusilar.Según testimonios del vecindario de Lubia, le· contestaron en Soria:"Si quieres matar, vete al frente..., para hombres atados, valemos noso­tros", sin que se sepa de una manera precisa a quién hizo Luci,o el ofre­cimiento y quién le respondió. Los enterradores León Lafuente, Teodo-

. ro González y Eugenio Recio recuerdan que' Lucio participó en las eje­cuciones del "Pasillo del medio", el día de Nochebuena.

Teodoro González fue movilizado' y se incorporó al· frente de Belchi­te; allí estuvo cercado cerca de ocho días, siendo finalmente herido enel vientre y hecho prisionero por los republicanos. Aunque él, en Lubia,no había hecho más que enterrar y su conciencia estaba tranquil,a, leatormentaba el recuerdo de los fusilamientos que presenció y pensabaque con él h"rían lo mismo. Afortunadamente curó y su vida fue res­petada. Liberado al triunfar el ejército de Franco, volvió a Lubia, don­de años más tarde, todavía le sacaron metralla del vientre. Goza de unapequeña pensión y creemos que tiene la medalla de sufrimientos por laPatria u otra similar.

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--'"',.X,' Habría que hacer también la observación o salvedad, si se quiere, de.~. "jf'-¡que siguiendo el recorrido de la carretera de Lubia a Almazán, ya en el;., ; término de Fuentelcarro, podría hablarse de otros tres parajes de fusi­~:;; :.Iamientos, al margen de los ya reseñados. Serían éstos:;'. T'. 1.- "Km. 191". Según el caminero de Fuentelcarro, Florencio San­'~ \:' ta Genoveva Gonzalo, en este lugar hay tres personas fusiladas Y que" ':' son desconocidas. Muy próximo estaría el lugar donde yacen los restos. del. maestro de Neguillas, junto con dos individuos más, éstos últimos

desconocidos. Del maestro de Neguillas ya se hablado en Guentelcarro.2.- "Km. 187", más abajo de "las Callejuelas" .-dirección Alma­

zán-, a la entrada del pinar hay un fusilado también desconocido, se­.gún el mismo caminero Santa Genoveva.

3.- "Km. 187", dehesa de Fueritelcarro, también hay una 'personafusilada de la que se desconoce su procedencia. No obstante, cualquierade estas dos, aisladas en el km. 187, a la izquierda de la cartetera di­rección Almazán, podría ser el veterinario de Arcos de Jalón, sr.Aliende y Molina. .

Paraje "Fuente el ~hunito"

1. Paraje ulos CorralonesH o "Paso los nanitos".2. Paraje "Pasillo del medio".3. Paraje "el Barranco del Loboso".4. Paraje Ula Fuente del caminero".5. Paraje "el Ped.egal":6. Paraje "Cerro la casan.7. Paraje Uta Senda blanca".

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(Gregorio Herrero 8alsa. Soria, 1.940)

Pequeñas matassiempre en silencio,guardando siempreaquel secretode llanto y sangrey cementerio.

Rezo por todos:éstos y aquéllos;los que mataron,los que cayeron.

Perdón para unos,gloria a los muertos,Paz para todospiden mis versos.

No quiero ver. ..Pero el recuerdo'se agita y conel alma rezo.

Matas de lubia.Cuando las veocierro los ojosy rezo. ..

Cementerios escondidos

8. Paraje Hel Noventa".l. Paraje "el Charcazon.

2. Paraje"Fuente del churrito".

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Los prolegómenos de la tragedia en Soria

Aunque escapa al tema central de este libro, que como su título in­dica, lo constituye "LA REPRESION EN SORtA DURANTE LAGUERRA CIVIL", vamos a hacer un pequeño paréntesis, analizando loque sucedió en Soria, inmediatamente de iniciarse la sublevación, has­ta que dominada por las nuevas autoridades, se inicia. la represión pro-piamente dicha. .

El diputado que representando al Frente Popular resultó elegido enlas elecciones de febrero de 1.936, había llegado a Soria la noche deldía 16 de julio, en uno de sus habituales viajes para mantener contactoscon sus amigos y correligionarios. Con toda seguridad ·puede afirmarseque don Benito, fue el primer sorprendido por los acontecimientos quese desencadenaron a partir del d í¡¡ 17 del citado mes.

De haber intuído lo que iba a suceder, su conducta hubiera sido ló­gicamente distinta: o bien, continuar en Madrid, al abrigo de todo pe­ligro o bien presentarse en Soria para coordinar la actuación de las fuer­zas coaligadas en el Frente Popular y centrales sindicales y encabezarcon .ellas, con decisión y energía, un movimiento de defensa de las ins­tituciones republicanas, procurando abortar la sublevación, en aquel díatodavía en fase de conjura.

Creemos, y todo hace suponer que estamos en lo cierto, que don Be·nito Artigas llegó a Soria acompañado de su amigo, el periodista JoséMaría Simal, en un viaje rutinario de contactar con sus amigos y pasarquizás unos días de descanso aprovechando la estación veraniega. Llegaa Soria sobre las nueve de la noche del día 16 de julio y se hospeda en elhotel Comercio, cenando en compañía de varios. amigos, y se retira adescansar.

El día 17 por la mañana, acompañado de Simal, rinde visita de cor­tesía al Gobernador Civil de Soria, don César Alvajar, que apenas llevaunos quince días ocupando el cargo. Abandona Artigas el GobiernoCivil y ya le esperan algunos correligionarios, entre ellos el incondicio­nal Pío Alfonso, quien le invita a comer en 'un figón o restaurant tí­pico. Relajados y tranquilos; totalmente ajenos a la tormenta que seestá fraguando, toman café y licores y se dirigen a Rioseco para visitara don Eduardo Simal, padre del periodista. Pasan la tarde en Rioseco,degustando una sabrosa merienda -ya veremos luego cuantas merien­das celebra Artigas en pocos d ías- y emprenden el· regreso a Soria.Llegan al hotel Comercio de la capital, y don Benito se retira a su habi­tación. Recordemos que esto sucede el día 17 por la noche.

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El día 18 de julio, sábado, inexplicablemente, todavía no tiene nin­guna noticia Artigas de que ya el día anterior se hab ía iniciado la suble­vación en Marruecos. Recibe en el hotel algunas visitas y a una comisiónde Oteruelos y tras álmorzar, acompañado de varios amigos íntimos, en­tre ellos Pablo Pérez Sevilla, Donato Hergueta y alguno más, se dirigena Almarza, donde se entrevistan con el farmaceútico don Juan Ruiz y elmédico Herminio Guajardo. Este no pertenece al partido de don Benito,aunque le apoyó en las elecciones de 1.936. A la reunión se unen variaspersonas másy celebran u'na merienda con la mayor tranquilidad.

Vistas las cosas con la perspectiva de hoy, hay que sacar la conclu­sión de que el diputado y las buenas gentes que le acompañaban, vivíanen el mejor de los mundos, por no decir en la inopia. Porque cuando es­taban celebrando la merienda en Almarza, ya en Soria se sabía que elejército.se hab ía sublevado y no sólo en Marruecos,

Si esto es cierto -y lo es- la hipótesis de que Artigas Arpón'hubie­ra llegado a Soria para organizar una posible resistencia del Frente Po­pular ante una presunta sublevación, cae por su propia base. No; a Arti­gas no solamente le sorprende la sublevación, sino que ni siquiera la sos­pecha, y lo que es más lamentable, desde el punto de vista de la defensade las instituciones, cuando se entera tarda en reaccionar y cuando lohace, carece de la energía y de los reflejos necesarios. Le faltó visiónpoi ítica, lucidez y coraje, como luego veremos.

Regresa Artigas Arpón a Soria a la hora de cenar y lo' hace en elhotel Comer,cio, la noche del día 18 de julio, sábado; y allí, mientras lesirven el condumio, se entera de que la sublevación se había producido.Termina {;lo obstante de cenar y cuando acude al Gobierno Civil, se en­cuentra con que ya el Gobernador Civil estaba acompañado por diversosrepresentantes del Frente Popular y de las centrales sindicales. Los másdecididos, entre ellos, plantearon inmediatamente la necesidad de quese les proporcionaran armas, para pasar a la defensa activa de las institu­ciones legales. Artigas, sorprendido y con los reflejos disminuídos, qui­zás por el sopor de la digestión de merienda y cena, consideraprematura la demanda. El Gobernador, hombre dubitativo y débil,asiente. Los republicanos, y especialmente los socialistas y cenetistas,siguen presionando, sin resultado positivo. Se discute, se porfía, se ba­rajan hipótesis, conjeturas, sin resultado práctico alguno.

En esta situación de desconcierto, de falta de unidad de criterios ypor consiguiente, de decisiones, se pierden unas horas preciosas. (Lasmismas horas que había perdido a nivel nacional Casares Quiroga, pre­sidente del Consejo de Ministros y ministro de la Guerra). Son pasadaslas 3 de la madrugada del domingo día 19 de julio, cuando se presentaen el Gobierno Civil, el teniente coronel jefe de la Zona de Recluta-

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miento y Gobernador Militar de Soda, don Rafael Sevillano Carvajal,que se declara republicano y pide noticias de lo que ocurre, pero sinaclarar él, por su parte, lo que sabe, si bien al rato indica la convenien­cia de declarar el estado de guerra, porque según él se lo habíanordenado desde Valladolid. Se le hace saber que Soria depende de laquinta Región Militar y se rechaza su propuesta. Pero no se toman lasmedidas adecuadas. Porque en aquel momento una cosa quedaba clara:la postura del Gobernador Militar, por muy republicano, que seautoproclamara a favor de que se decretara el estado de guerra, signifi­caba pura y lisamente adherirse a la sublevación que ya estaba en mar­cha.

Se deja marchar tranquilamente a. dicho señor; el Gobernador Civilse retira a sus habitaciones particulares. y don Benito Artigas se encami­na a descansar al hotel Comercio. Unicamente queda en el GobiernoCivil, como delegado del Frente Popular, el joven maestro de Brías, donJosé Buill.

Antes de disolverse la reunión, se había tomado la medida dedetener a don Jesús Posada Cacho, al director de "Labor", don AntonioSánchez Gómez, y al ex-diputado don Ricardo Moreno Navarrete.

En el momento en que el gobernador y el diputado descansan, lasituación evoluciona rápidamente. El teniente coronel de la GuardiaCivil, con varios números, se presenta en la cárcel y ordena sean puestasen libertad las personas detenidas, anteriormente relacionadas. Sube alGobierno Civil y detiene al Gobernador, suspendiéndole naturalmentedel cargo. Don José Buill consigue abandonar el edificio del Gobiernoy marcha rápido a avisar de lo que ocurre a Artigas Arpón. Son las ochode la mañana del domingo 19 de julio.

Artigas abandona presuroso su habitación 'con el propósito de cogerun coche. El dueño del hotel no lo tiene, per'o justo en este momentoacude a la gasolinera existente en la puerta del hotel, "Bene" Beltrán,hijo de un amigo personal de Artigas Arpón, con el propósito de cargarel depósito de gasolina. Don Benito le explica lo que sucede y le pideque lo lleve dirección Madrid. Benedicto, ajeno a la política, pero joveninquieto y de espíritu aventurero se deja convencer y salen de Soria atoda velocidad.

En este momento, detenido el Gobernador y huído Artigas, Soriaqueda prácticamente en poder del teniente coronel Muga, sin más posi­ble oposición que los militantes republicanos, socialistas y cenetistas,desarmados e inermes.

Estamos en el día 19 de julio por la mañana. Es domingo; un domin­go esplendoroso, rutilante. La Dehesa presenta el mismo aspecto desiempre y con el público de costumbre, rodeando el árbol de la música

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::' mientras se celebra el concierto. Cuando termina se escucha el himno deRiego y la gente empieza a dispersarse. Todo normal, al menosaparentemente. Es en el. Collado donde se nota más animación de laacostumbrada. la gente se reúne en grupos, cambiando impresiones, in-

;. quiriendo noticias. existe una gran confusión; nadie sabe nada a cienciacierta. (Piénsese que por aquél entonces la radio era un auténtico lujo) .Pero ya empieza a filtrarse algo de lo que ha sucedido en la ciudad lanoche anterior y a partir de este momento las personas se van reuniendoen grupos, según sus afinidades y simpatías, más que personales, ideo·lógicas. los más curiosos e inquietos van de grupo en grupo, con losoídos bien atentos, en un afán de saber, de enterarse y aún de adivinarpor alguna frase suelta lo que se dice o se comenta.

En ocasiones, al acercarse a estos grupos algunos de los curiosos, lasconversaciones cambian de sentido, o los reunidos se alejan de una for­ma más o menos disimulada. Empieza a cundir el recelo y es en este mo·mento, cuando quizás por primera vez en la historia de Soria, sus veci·nos comienzan a desconfiar unos de otros.

Mientras tanto fas centrales sindicales, por medio de sus enlaces, vancursando la consigna: "Huelga General para el día 20, lunes". Esta me·dida fue tomada poi sus dirigentes Juan Sanz y luis Rovira por la CNTy Adolfo Morales y otro por la UGT. Sin armas, sin autoridad que lesrespalde, ¿qué otra cosa podían hacer?

Mientras tanto, el Gobernador Civil, que había sido destituido de sucargo y detenido por el teniente coronel Muga, al no llegar la columnanavarra que éste esperaba, es repuesto libremente en el cargo. Continúael baile de la confusión y los rumores y los bufos se amontonan y agi­gantan. (1)

Mientras discurría así el domingo en Soria, Artigas que había llegadosin detenerse hasta Baraona, acompañado de Benedicto Beltrán, acude aMiño y desayuna en casa de Aniceto Dolado (fusilado después), deci­diendo emprender el regreso a Almazán. No entra, sin embargo, en la vi·lIa adnamantina, ni puede ponerse en contacto con sus amigos, según élexplicaría más tarde (2), por lo que decide llegar a Coscurita, don·

(1 ).- De la detención del gobernador por Muga, porque esperaba la columna y su puesta en li­bertad porque no llega, se deduce claramente la falta de rtrmeza de éste. Cuando el gobernadores (jberado y no reacciona en contra de Muga. ni toma medidas para neutralizarlo, se desprendenítidamente también la debilidad de aquél; y en definitiva. la connivencia de ambos. para actuar10$ dos según las circunstancias cambiaran, y salvarse mutuamente.(2).- Es difícil explicarse esto, porque Almazán estaba ese día y a.ún los posteriores, en poderde las autoridades republicanas y el alcalde don Teodoro del Olmo en el pleno ejercicio de susfunciones y los obreros patrullando conjuntamente con la Guardia Civil cuidando el orden y laseguridad de las gentes. Es decir I en Almazán la legalidad republicana estaba vigente.

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',e, de se reúne con un grupo de ferroviarios con los que come. Son estos fe·"i" rroviarios los que realizan gestiones y logran contactar con sus';" compañeros de Soria, quienes les explican que el teniente coronel Muga

ha repuesto en el cargo al Gobernador Civil y que la tan temida" columna navarra no ha llegado a Soria. Son las SEIS de la tarde del do·. mingo, día 19 y Artigas decide viajar a Soria.

Paralelamente a todo lo' expuesto, mientras Artigas merendaba enAlmarza con Pérez Sevilla, Donato Hergueta y otros amigos, ignorantestodos de lo que sucedía en España, el día 18 de julio, Arsenio l\:Iartínez,Fermín González, Antonio Lafuente y Juan Sanz por la CNT y LuisArribas representando al PSOE con otros co~pañeros más, subieron alGobierno Civil y se entrevistaron con el gobernador y el teniente coro­nel Muga, en el despacho de aquél. Dos guardias civiles. que escoltaban aMuga se quedaron en la antesala. Muga se declaró republicano y afirmósu lealtad al Gobierno legítimo. (Se daba la circunstancia de que elalcalde de Deza, Ramos, que había acudido a Soria con un grupo de ve·cinos, algunos armados con escopetas, para defender la República, ha· .bía sido detenido y estaba en ese momento en los calabozos del Gobier­no Civil. A petición de los representantes obreros, fue puesto en liber­tad).

Al llegar desde Coscurita a Soria Artigas Arpón encuentra un grupode obreros y republicanos, comentando con vehemencia la situación ypidiéndole que tome las medidas adecuadas. Sube Artígas al Gobierno yel gobernador le explica que Muga le hab ía detenido en sus habitacio­nes, pero al cabo de unas horas lo puso en libertad. También le dijoque Muga le había asegurado "que de su vida respondía con la suya".Todo realmente extraño y' que confirma el acuerdo o pacto entre lasdos máximas autoridades civiles y militares, para salvarse mutuamente.

En este momento, están en el despacho del Gobernador Civil, el go·bernador, el diputado Artigas y una comisión del Frente Popular, yllega el teniente coronel Muga. Se insiste a éste en la petición de armas,a lo que se niega, porque "no quiero que el orden público salga de mismanos". Pero de lo que se trata es de' que las fuerzas leales a la Repú'blica colaboren al mantenimiento del mismo, en unión de las fuerzas deseguridad, y a la defensa de las instituciones republicanas. Al fin, Mugacon finalidad claramente dilatoria, promete entregar pistolas, con un vo­lante del Gobernador Civil para cada una de ellas. Seguidamente aban­dona la reunión y, poco después, lo hace Artigas. Termina así, sin con­cretar prácticamente nada, y sin tomar una resolución firme, la jornadadel domingo día 19 de julio.

En la mañana del día 20 de julio, lunes, están reunidos en el despa­cho del' Gobierno Civil, el sr. Alvajar, los cenetistas (Juan Sanz ya no

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