la politica exterior raul alfonsin

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politica exterior de Raul Alfonsin

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  • Jimnez, Diego Miguel

    La poltica exterior de Ral Alfonsn (1983-1989) : un balance aproximativo

    Temas de historia argentina y americana N 17, 2010

    Este documento est disponible en la Biblioteca Digital de la Universidad Catlica Argentina, repositorio institucional desarrollado por la Biblioteca Central San Benito Abad. Su objetivo es difundir y preservar la produccin intelectual de la institucin.La Biblioteca posee la autorizacin del autor para su divulgacin en lnea.

    Cmo citar el documento:

    Jimnez, D. M. (2010). La poltica exterior de Ral Alfonsn (1983-1989) : un balance aproximativo [en lnea], Temas de historia argentina y americana, 17, 99-121. Recuperado dehttp://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/la-politica-exterior-raul-alfonsin.pdf [Fecha de consulta:..........]

    (Se recomienda indicar fecha de consulta al final de la cita. Ej: [Fecha de consulta: 19 de agosto de 2010]).

  • La poltica exterior de Ral Alfonsn (19-199):

    un balance aproximativo

    dIego mIgueL jImnezDoctorando en Ciencia Poltica (UCA)

    [email protected]

    resumen

    Este artculo tiene como objetivo realizar un balance de la poltica exterior de Ral Alfonsn (1983-1989). Dicho anlisis se sustentar en una contextua-lizacin histrica de su accin externa, en los fundamentos y creencias que sostuvieron su accin internacional y en sus objetivos principales. La recons-truccin en este punto de la investigacin se basa especialmente en fuentes bibliogrficas, dado que forma parte de los aspectos tericos de un anlisis ms amplio, que incluye un anlisis de casos de dicho perodo.

    PaLaBras cLave

    Ral Alfonsn Poltica exterior Sistema de creencias Contexto local e internacional Balance.

    aBstract

    The aim of this article is to make a balance of former Argentinean Pre-sident Ral Alfonsins foreign policy (1983-1989). It deals with the historical context and beliefs that sustained it main objectives. The reconstruction at this point of the research is based on bibliographic sources and it is part of a more extensive analysis that includes case studies of that period.

    Key Words

    Ral Alfonsn Foreign Policy System of Beliefs Local and Internatio-nal Context Balance.

    Temas de HisToria argenTina y americana, XVII (Julio-diciembre de 2010) pp. 99-121.

  • 100 DIEGO MIGUEL JIMNEZ

    1. IntroduccIn

    El presente artculo constituye un aspecto reducido, pero no por ello menos importante, de una investigacin ms general centrada en el anlisis del sistema de toma de decisiones en materia de poltica exterior durante el gobierno de Ral Alfonsn (1983-1989).

    En dicho estudio se abordarn con perspectiva analtica cuestiones que se refieren, en forma especial, a dos reas del conocimiento: la Teora de las Relaciones Internacionales y la Historia Poltica, en especial, la referida a los acontecimientos y procesos histricos producidos en el ltimo cuarto del siglo XX en nuestro pas.

    Para tal proyecto, la primera disciplina nos ayudar a la conceptualiza-cin necesaria para precisar y demarcar, con la debida correccin, conceptos, principios e ideas relevantes de temticas tales como: el sistema de creencias, el sistema de toma de decisiones, los paradigmas o modelos de insercin inter-nacional de la Argentina, la formulacin e implementacin de una determinada poltica, junto con las ideas centrales y debates actuales relacionados con las teoras clsicas y las latinoamericanas de las Relaciones Internacionales dentro del mundo acadmico argentino.

    La segunda rea del conocimiento aporta la contextualizacin histrica local, regional y global, sus vnculos y mutuas influencias, dentro del recorte temporal elegido para nuestro estudio. Adems de brindar el sustento funda-mental, la Historia constituye la materia prima para cualquier estudio ana-ltico dentro de las Ciencias Sociales. Como lo ha escrito Carlos Prez Llana1 en referencia a los estudios sobre las Relaciones Internacionales, al afirmar que estn inspirados y condicionados por una realidad geogrfica e histrica determinada.

    Por su naturaleza, es entonces un estudio interdisciplinario. Como tal incorpora todo el instrumental analtico brindado por ambas disciplinas para estudiar el tema elegido.

    En forma particular, este trabajo se centra en la elaboracin de un balance general preliminar de la poltica exterior durante la administracin Alfonsn.

    Esto requiere una aclaracin: realizar un balance de una gestin poltica, en este caso en materia de poltica exterior, puede conllevar el pecado de la excesiva subjetividad. Este tipo de investigacin no formara parte de las Ciencias Sociales si no tuviera parte de ese riesgo.

    1 C. Perez LLana, El regreso de la historia. La poltica internacional durante la posgue-rra fra 1989-1997, Buenos Aires, Sudamericana, 1998, p. 13.

  • 101LA POLTICA EXTERIOR DE RAL ALFONSN

    A pesar de las dificultades que esto entraa, este artculo tiene como obje-tivo dilucidar, en el perodo abordado, lo que constituy una herencia positiva, ms all del debate poltico-ideolgico, para la poltica exterior en Argentina de la gestin radical entre 1983-1989.

    En relacin con este trabajo en particular y en el sentido que queremos darle a esta frase, nos parece que podemos incluir dentro del calificativo de herencia positiva las siguientes cuestiones:

    la orientacin poltica en determinado tema clave (es decir, marcar un rumbo);

    la solucin de controversias problemticas para el desempeo internacio-nal de nuestro pas;

    el mejoramiento o la construccin de determinadas relaciones que mejo-ren real o potencialmente la performance internacional del pas;

    la reconstruccin o mejoramiento de la imagen internacional de nuestro pas;

    los efectos positivos de determinada poltica internacional en el desarro-llo econmico y poltico del pas (por ejemplo, si redunda en beneficios materiales o si contribuye a consolidar el sistema poltico).

    El trmino aproximativo da cuenta de que esta investigacin est en progreso, por ese motivo sus conclusiones no son definitivas. No son conclu-yentes, son preliminares.

    Para organizar la exposicin, sta se dispondr del siguiente modo: en primer lugar se presentar una breve introduccin terica para presentar la perspectiva del autor en lo referente a la naturaleza y alcances de los estudios acerca de las Relaciones Internacionales, junto con una descripcin de los modelos de insercin internacional que ha adoptado la Argentina desde el siglo XIX hasta 1989.

    La segunda parte del artculo comenzar con una descripcin del contexto internacional y local del gobierno de Alfonsn, marcado por los ltimos aos de la Guerra Fra y el regreso de la democracia a nuestro pas, junto con la denominada herencia del Proceso.

    Luego se explicar el sistema de creencias en materia de poltica exterior de la UCR y del propio Ral Alfonsn, su estilo y los objetivos que traz su gobierno en el rea internacional.

    Por ltimo se expondr un balance del perodo 1983-1989 en materia de poltica exterior.

  • 102 DIEGO MIGUEL JIMNEZ

    2. asPectos terIcos

    En esta parte nos interesa puntualizar lo que consideramos estudios de Relaciones Internacionales. Vale aclarar que no pretendemos participar en ningn debate terico ni hacer de este trabajo parte de una discusin que est en manos de especialistas.

    Por esa razn tomamos la siguiente definicin2, la cual nos parece ms adecuada a nuestros objetivos, amn de ser la que mejor interpreta lo que consideramos que es eje de nuestra disciplina: las Relaciones Internacionales pueden ser consideradas como las relaciones concretas que tienen lugar a travs de las fronteras nacionales (esto incluye a todos los agentes estatales y no estatales, internacionales y transnacionales en la medida que stos con-tribuyen a la comprensin de los fenmenos polticos) o como el cuerpo de conocimientos que tenemos sobre tales relaciones en cualquier momento dado (es decir la elaboracin de teoras y modelos de anlisis que permitan conocer y comprender las vinculaciones internacionales). De esta conceptualizacin de las relaciones internacionales como disciplina parte nuestro trabajo, sobre todo la segunda parte.

    Por otro lado se desprende de esta definicin, amplia por cierto, una cuestin de importancia para nuestro trabajo: la dimensin internacional de la poltica domstica. Dicho de otro modo: cmo lo local influye en la poltica exterior (en su formulacin, implementacin y resultados), y cmo el contexto exterior condiciona esa misma poltica.

    En este sentido el concepto de juego de doble nivel elaborado por R. D. Putnam3 aporta una clarificacin importante para nuestra investigacin.

    Nos parece conveniente, entonces, sealar que en el mundo contempor-neo las esferas domstica e internacional de los pases poseen lmites prcti-camente inexistentes. Esto es producto de la creciente interdependencia entre los Estados desde el punto de vista econmico, poltico, cultural y social, de la cual es protagonista la humanidad como nunca antes en su historia (proceso que se acelera a partir de los aos setenta). Una interrelacin que se da a todo nivel: individual, organizacional, gubernamental y estatal, que ha destronado definitivamente al Estado nacional como nico actor internacional y como nico objeto y sujeto del Derecho Internacional.

    En consecuencia, dada la creciente influencia e importancia de los actores no estatales en las vinculaciones internacionales, cualquier anlisis explicativo

    2 j. e. dougHerty; r. L. PfaLtzgraff, Teoras en pugna en las Relaciones Internaciona-les, Buenos Aires, GEL, 1993, p. 24.

    3 r. d. Putnam, Diplomacia y poltica nacional: la lgica de los juegos de doble nivel, en Revista Zona Abierta, N 74, 1996, p. 79.

  • 103LA POLTICA EXTERIOR DE RAL ALFONSN

    de una determinada poltica exterior (en este caso la de Ral Alfonsn) no debe descuidar la dimensin nacional de la accin externa, espacio en el que actan muchos de ellos como plataforma de su accin externa.

    En palabras de Richard Neustadt4, un presidente moderno (un gobierno moderno) est obligado a enfrentar demandas de ayuda y servicios de ms o menos cinco procedencias distinguibles: de los funcionarios ejecutivos, del congreso, de sus partidarios, de los ciudadanos en general (distintos grupos de presin y actores de la sociedad civil) y del exterior (empresas, gobiernos, organizaciones)5.

    Esto supone concebir el Estado no como una caja negra que produce e implementa acciones (en forma solitaria, monoltica y sin presiones doms-ticas de ningn tipo) en sus asuntos internacionales sin tener en cuenta a los diferentes grupos, organizaciones e individuos de la sociedad local interesados e implicados de diverso modo y grado en las cuestiones que ataen al rea in-ternacional. Una concepcin de este tipo nos parece insuficiente para analizar la poltica exterior de un determinado gobierno.

    Este carcter interpenetrado6 de lo internacional y lo domstico nos permite afirmar que la accin externa de un Estado es protagonista y testigo de un juego de doble nivel, donde grupos y organizaciones locales buscan presionar al gobierno para que implemente polticas que los favorezcan. ste ltimo busca su apoyo para construir poder a la vez que busca maximizar su capacidad en el rea externa para satisfacer a sus sostenedores polticos, socio-econmicos y cumplir con sus propios objetivos.

    El Poder Ejecutivo (el presidente, la Cancillera y junto con ellos el con-junto de funcionarios que intervienen en la formulacin e implementacin de su poltica internacional) debe pivotar constantemente entre estas dos esferas, para llevar adelante sus objetivos y agenda particular en esta rea. Factores, todos, que se deben tener en cuenta para realizar un anlisis completo.

    Dicho esto, consideramos imprescindible contextualizar internacional y localmente la poltica exterior del gobierno de Ral Alfonsn.

    A continuacin, describiremos los distintos paradigmas de insercin in-ternacional que ha aplicado nuestro pas hasta llegar a la asuncin de la UCR en 1983.

    4 r. neustadt, El poder presidencial y los presidentes modernos. Polticas de liderazgo de Roosevelt a Reagan, Buenos Aires, GEL, 1993, p. 36.

    5 La bastardilla es del autor del trabajo.6 j. g. toKatLIan y otros, El estado de las relaciones internacionales: una mirada desde

    la Argentina, en c. Bruno (comp.) Argentina; un lugar en el mundo, Buenos Aires, FCE, 2003, p. 73.

  • 104 DIEGO MIGUEL JIMNEZ

    sntesIs HIstrIca de Los modeLos de InsercIn InternacIonaL de La argentIna

    2.1. El paradigma atlantista

    A partir de 1862, nuestro pas va a ensayar un modo de insercin interna-cional que, con sus matices, va a continuar hasta 1930.

    Dentro del esquema de la divisin internacional del trabajo, que organiza la economa internacional de la segunda mitad del siglo XIX siguiendo los fundamentos de la economa neoclsica, nuestro pas va a formar parte de la periferia productora de materias primas de origen agro-exportador para un mercado fundamentalmente europeo.

    Este primer modo de acumulacin, como lo denominan algunos auto-res9, comienza a funcionar con sus caractersticas propias a partir de la asun-cin de Julio A. Roca a la presidencia de la Repblica y culmina, si es posible utilizar este trmino, con los efectos negativos que provoc la crisis de 1929 a la muy expuesta economa nacional hacia el mercado mundial.

    La poltica exterior de este perodo se va a asentar en un fuerte vncu-lo con Gran Bretaa; proveedora de capitales, principal compradora de los productos argentinos y todava en esa poca, eje principal de la economa capitalista mundial (su declinacin comenzar luego de la finalizacin de la Primera Guerra Mundial, para convertirse en una potencia de segundo orden, influyente pero no hegemnica en el sistema internacional).

    Podramos puntualizar las siguientes caractersticas de este modelo de insercin internacional10: Aislamiento con respecto a Amrica Latina, consecuencia de los dbiles

    vnculos comerciales del pas con la regin y de la complementariedad econmica con Gran Bretaa (bilateralismo).

    Visin esttica de la realidad del sistema internacional. Es decir, una creencia en la inmovilidad de las caractersticas del sistema internacio-nal, con su consecuente beneficio para nuestro pas. (Argentina ocupando

    7 Como toda sntesis, es una generalizacin que, como tal, describe algunos aspectos relevantes. Se presenta a los efectos de tener una lnea de continuidad histrica hasta la llegada de Alfonsn al poder.

    8 Guillermo Figari habla de perodo monista o dependiente y luego de 1930 de perodo dualista en los modos de insercin internacional de nuestro pas (ver De Alfonsn a Menem. Poltica exterior y globalizacin, Buenos Aires, Memphis, 1997, pp. 36-51).

    9 m. raPoPort; c. sPIgueL, Poltica exterior Argentina. Poder y conflictos. (1880/2001), Buenos Aires, Capital Intelectual, 2005, p. 11.

    10 r. russeLL; t j. g. oKatLIan, El lugar de Brasil en la poltica exterior argentina. Buenos Aires, FCE, 2003, p. 18.

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    su rol perifrico, con precios altos para sus productos y con un mercado asegurado para stos.)

    Confrontacin y disenso con los Estados Unidos (caso de las Conferen-cias Panamericanas).

    Dentro del que tambin podemos denominar modelo eurocntrico, se encuentra el perodo de los gobiernos radicales (1916-1930), que conquistan el poder luego de la apertura poltica iniciada a partir de la sancin de la deno-minada Ley Senz Pea, en 1912.

    Dichos gobiernos no cambian el tradicional vnculo con Gran Bretaa ni tampoco la hostilidad con respecto a los Estados Unidos.

    S podemos agregar el marcado neutralismo en poltica exterior del pre-sidente Yrigoyen (baste recordar la posicin de nuestro pas ante la guerra del 14), sustentado en claros intereses comerciales y en la cosmovisin idealista propia del presidente.

    Esta concepcin pacifista iba de perillas con la calma necesaria, a los ojos de los gobernantes, que necesitaban las relaciones comerciales para de-sarrollarse plenamente.

    La idea de la paz como presupuesto de la prosperidad fue asumida con xito por la llamada generacin del 80 y continuada en las administraciones radicales.

    Durante el perodo del presidente Alvear, las relaciones con Estados Uni-dos se hicieron ms intensas, producto de la creciente rivalidad del pas del Norte con Gran Bretaa (sumada a su prdida de poder global), motivada por el deseo del primero de incrementar su influencia en la economa argentina.

    Las inversiones americanas van a crecer, dando lugar al establecimiento del famoso tringulo econmico entre los pases mencionados.

    Sin dudas 1930 es un ao de quiebre en la historia de la Repblica Argen-tina, fundamentalmente en dos sentidos: Desde el punto de vista poltico se produce la primera alteracin del or-

    den constitucional con el golpe de Estado perpetrado el 6 de septiembre de ese ao. Con ste se va a iniciar un ciclo de inestabilidad institucional que durar hasta 1983.

    Desde el punto de vista econmico, se van a sentir fuertemente los efec-tos de la crisis de Wall Street ocurrida en 1929 y su secuela de depresin en la dcada del treinta. Los precios de las materias primas se van a derrumbar (y lo seguirn haciendo las dcadas siguientes) afectando las exportaciones argentinas (se reduce su mercado), la capacidad de impor-tacin del pas (disminuye el ingreso de divisas) y la acentuacin de la brecha tecnolgica y desarrollo entre el centro y la periferia. La relacin especial con Gran Bretaa queda afectada luego de la Conferencia de

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    Ottawa (1933), a partir de la cual nuestro principal comprador va a pri-vilegiar sus antiguas colonias (Australia, Nueva Zelanda, Canad) como sus proveedores preferenciales de los productos primarios que antes le compraba a nuestro pas.

    Desde el punto de vista de la poltica exterior se va a producir una crisis de insercin internacional11 que pone de manifiesto el problema de la identidad internacional de nuestro pas.

    2.2. El paradigma globalista

    Se va a iniciar entonces lo que R. Russell y J. G. Toklatian denominan Paradigma globalista que se extender desde los comienzos de los aos cuarenta hasta el final de la Guerra Fra12.

    Este paradigma, especficamente el concepto globalista, hace referencia al objetivo que emprendieron los distintos gobiernos argentinos de diversificar los vnculos internacionales de nuestro pas, junto con su participacin activa (por ejemplo, en foros internacionales) en negociaciones sobre temas polticos y econmicos de naturaleza global (conflicto Norte-Sur, conflicto Este-Oeste, por nombrar los ms importantes).

    Los mismos autores puntualizan sus principales caractersticas: 1) No-alineamiento con EE.UU. 2) Alto perfil en los foros internacionales (caso especfico, la participacin

    de nuestro pas en el Movimiento de Pases No Alineados). 3) Rechazo a organizaciones y regmenes internacionales que procuren

    congelar la distribucin del poder mundial vinculado con el punto ante-rior).

    4) Oposicin al establecimiento de organismos supranacionales que coarten la autonoma y el desarrollo argentinos.

    5) Impulso a la integracin latinoamericana. 6) Estrategia de sustitucin de importaciones en el mbito nacional y

    regional (las dcadas del treinta y el cuarenta van a dar origen a la in-dustrializacin sustitutiva, que tendr su profundizacin en el perodo peronista y buscar robustecerse durante los aos sesenta y setenta con el desarrollo de la industria pesada y obras de infraestructura, por cierto en un contexto de inestabilidad poltica).

    11 g. m. fIgarI, De Alfonsn a Menem... cit., p. 46.12 r. russeLL; j. g. toKatLIan, op. cit., p. 26.

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    7) Bsqueda de introduccin de reformas al sistema econmico y financiero internacional.

    8) Diversificacin de los socios comerciales externos sin barreras ideol-gicas (en el marco de la Guerra Fra, perteneciendo y definindose oc-cidental, nuestro pas aplic un pragmatismo en materia de relaciones econmicas internacionales; lase a modo de ejemplo la venta de cereales a la Unin Sovitica incluso durante el denominado Proceso de Reorga-nizacin Nacional13).

    Si bien las principales coordenadas de la accin argentina en lo referente a su poltica exterior son las anteriormente mencionadas, es preciso recalcar algunas particularidades del perodo, que ponen de manifiesto la bsqueda de una insercin adecuada para nuestro pas en el sistema internacional.

    Por esta razn researemos muy brevemente los aspectos centrales, en el mbito exterior, de la experiencia peronista (1946-1955), el desarrollismo (1958-1962) y el Proceso de Reorganizacin Nacional (1976-1983). Su eleccin no es azarosa, ya que en dichos perodos se intent, con variado resultado, implementar una estrategia internacional que se puede descubrir con cierta claridad.

    2.2.1. El peronismo

    Quiz lo ms caracterstico del peronismo en materia internacional sea el concepto de tercera posicin como estrategia exterior de la Argentina en el mundo de la Guerra Fra. Posicin que M. Rapoport14 explica claramente: balancear el peso de EE.UU., procurando protagonismo en Amrica Latina apoyndose en la tradicional conexin con Europa y estableciendo relaciones con el bloque sovitico, aunque sin abandonar la pertenencia a Occidente.

    El peronismo ensay lo que en los trminos de J. C. Puig se denomin autonomismo heterodoxo15. Es decir, un reconocimiento de la dependencia econmica, tecnolgica y militar en relacin con los EE.UU., pero como contrapartida, proponerse como metas la consecucin de objetivos polticos autonmicos para balancear y contrarrestar la falta de independencia en las otras tres reas indicadas.

    13 El agregado entre parntesis corresponde al autor del artculo.14 m. raPoPort; c. sPIgueL, op. cit., pp. 36-37. g. fIgarI, op. cit., p. 69.15 j. c. PuIg, Amrica Latina: polticas exteriores comparadas, Tomo I, Buenos Aires,

    GEL, 1984, pp. 74-78.

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    Estos conceptos se enmarcaban en otras concepciones polticas y econmi-cas ms generales del peronismo de los aos cuarenta y cincuenta: el desarrollo del mercado interno, la industrializacin con una apuesta al capital nacional pblico y privado y el dirigismo estatal en materia econmica y social.

    Si bien a partir de 1951 algunas polticas se modificaron (caso de las inversiones extranjeras y una apuesta a mejorar la productividad junto con la puesta de limitaciones al activismo sindical), las ideas esbozadas constituyeron el ncleo central de las concepciones del peronismo en esa poca.

    2.2.2. El desarrollismo (1958-1962)El desarrollismo, en palabras de sus formuladores: Frigerio y Frondizi,

    se propona cambiar la estructura econmica de nuestro pas, excesivamente dependiente de las exportaciones agropecuarias y sin desarrollo energtico y de la industria pesada. Consideraba que era necesaria para ello la inversin extranjera, en especial la norteamericana, ms capacitada en esos rubros. Adems se sostena que el Estado no contaba con el capital suficiente para emprender esas actividades.

    De qu sirve el desarrollo de la industria liviana si se depende de la im-portacin de maquinarias e insumos que siguen siendo un agujero en nuestro comercio exterior?, era la pregunta bsica de cualquier desarrollista. Exista una brecha tecnolgica y haba que buscar el modo de superarla. Haba que integrar el pas y desarrollarlo.

    Por estas razones la poltica exterior del gobierno de Frondizi tuvo un ses-go economicista que busc la relacin con EE.UU. para favorecer la inversin directa de capitales de ese pas. Esto implicaba reconocer el liderazgo mundial estadounidense pero sin alinearse con dicha potencia.

    Tambin tuvo un acercamiento con Amrica Latina, especialmente con Brasil, tratando de esbozar alguna actitud autnoma, en cuestiones poltico-di-plomticas, como por ejemplo la relacin con Cuba pos revolucin de 1959.

    Aliento a la inversin extranjera de origen estadounidense, acercamiento poltico a Estados Unidos, fortalecimiento de las relaciones con Brasil para cambiar la matriz econmica agroexportadora de nuestro pas, modernizando la estructura productiva y econmica sin perder autonoma en algunas cues-tiones polticas y econmicas, sern las claves de este perodo que mostrar sus resultados en los aos siguientes.

    2.2.3. El Proceso de Reorganizacin Nacional (1976-1983)En los aos setenta se inicia el denominado proceso de globalizacin,

    que en trminos de poltica exterior significa una mayor interdependencia

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    entre los Estados y la aparicin de nuevos actores en el sistema internacional: multinacionales, capital financiero transnacional, organismos internacionales, ONGs.

    Adems de ello, aumentan y se profundizan los canales que conectan a las sociedades: interestatales, transgubernamentales y transnacionales.

    En este contexto, sin olvidarnos la fuerte presencia de la Guerra Fra, los militares del Proceso observaron el mundo como el escenario de la lucha de dos modos de vida y valores: Occidente (la Argentina formaba parte de l) y el mundo comunista.

    Un alineamiento con EE.UU., un liberalismo econmico y un conserva-durismo poltico teidos de supuestos bsicos del realismo fueron las lneas generales de toda la etapa militar16.

    Si bien hubo modificaciones debido a cambios en la poltica americana (la asuncin de Carter con su crtica a la violacin de los derechos humanos en nuestro pas) o a cambios de presidentes en el seno de la Junta de gobierno, la administracin militar sigui en la tnica occidentalista.

    La guerra de Malvinas pondr al desnudo las limitaciones de compren-sin de los militares acerca del funcionamiento del sistema internacional y su sistema de alianzas, obligando al gobierno a ensayar polticas reidas con sus presupuestos ideolgicos (por ejemplo acercamiento a los No-Alineados para buscar apoyo para el conflicto del Atlntico Sur).

    En conclusin, el proceso militar rompi con esa idea autonomista origi-nada en la etapa peronista que persisti en algunos sectores del radicalismo y del frondizismo. Se modific tambin la apuesta econmica argentina sustenta-da en la industrializacin sustitutiva y un esquema de relativo autonomismo ensayado por Pern, Illia y en cierta medida por Frondizi, pasando ahora a la aplicacin de polticas neoliberales.

    Dichas polticas favorecieron la insercin argentina en el mercado mundial apoyada en el sector agroexportador, el fuerte endeudamiento, la desindustria-lizacin y la creciente dependencia del capital extranjero.

    3. contexto externo y LocaL de La nueva democracIa

    Si afirmamos, como lo hicimos al comienzo de este artculo, que el contexto internacional influye en la manera en que se formula una poltica exterior en el mbito domstico, nos parece conveniente mencionar los rasgos ms caractersticos del sistema internacional con los que tuvo que actuar el

    16 r. russeLL, Sistema de creencias y poltica exterior argentina (1976-1989), Buenos Aires, FLACSO, julio de 1996, p. 9.

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    gobierno radical. Ms adelante indicaremos cmo fue percibido, y el sustento terico y de creencias con los cuales se manej el gobierno para desarrollar su poltica internacional.

    Podramos resumir, junto con Javier Perotti17, los factores externos con que se encontr el gobierno de Ral Alfonsn al asumir: ltima etapa de agudi-zacin del conflicto Este-Oeste, la crisis de la deuda latinoamericana, la guerra en Amrica Central y la existencia de dictaduras militares en diversos pases vecinos: Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.

    Desde el punto estrictamente ideolgico su gobierno coincide con dos momentos claves del siglo XX. Por un lado el inicio de la apertura poltico-econmica en la Unin Sovitica a partir de 1985; por otro, con el predominio de la visin neo conservadora o neoliberal en dos pases claves de Occidente: los Estados Unidos de Reagan y el Reino Unido bajo el liderazgo de Margaret Tatcher. Ambos frreamente anticomunistas.

    Esto ltimo tuvo influencia en temas sensibles al gobierno, lase la deuda externa y la necesidad de financiamiento externo. Estados Unidos, con su in-fluencia clave en el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; y el Reino Unido con la suya en Europa, eran vnculos imprescindibles, sobre todo el primero, para encontrar el cauce en las cuestiones econmico-comerciales de nuestro pas.

    Desequilibrio fiscal estructural, vulnerabilidad externa y la existencia de una deuda impagable, junto con una estructura econmica resquebrajada, condicionaban el acceso al crdito internacional y erosionaban la confiabilidad internacional de la poltica econmica argentina en los centros econmicos mundiales18.

    En el mbito regional, las dificultades estaban centradas especialmente en la desconfianza en relacin con la existencia de gobiernos militares en los pases vecinos, percibidos como algo negativo para la novel democracia ar-gentina, por un lado; por otro, en la persistencia de hiptesis de conflicto con Chile, especialmente a partir del rechazo del laudo arbitral por el diferendo del Beagle en 1978.

    Aislamiento internacional (guerra de Malvinas y violacin de los Dere-chos Humanos), endeudamiento externo, cambio de rgimen internacional (transicin hacia un mundo diferente al bipolar, todava no muy claro en cuan-

    17 j. PerottI, El peso de los sistemas de creencias en el contenido y conformacin de la poltica exterior, y su relacin con la accin internacional y las experiencias regionales de las provincias y municipios argentinos entre 1983 y 1999, Buenos Aires, CAEI, Documento de Trabajo N 6, 1/10/2006, p. 4.

    18 P. gercHunoff; L. LLacH, El ciclo de la ilusin y el desencanto. Un siglo de polticas econmicas argentinas, Buenos Aires, EMEC, 2007, p. 483.

  • 111LA POLTICA EXTERIOR DE RAL ALFONSN

    to sus caractersticas en aquellos aos) y una nueva ideologa dominante en el discurso y en la prctica poltica-econmica internacional (el neoliberalismo), ser el mbito, no benvolo por cierto, donde tendr que operar la diplomacia del gobierno de Ral Alfonsn.

    En el frente local, desde un punto de vista general, los aos ochenta, en trminos de J. C. Portantiero19, fueron un parte aguas en la historia de los argentinos. Fue una dcada que desnud la crisis de un sistema poltico basado en la ilegalidad y en la ilegitimidad, y precipit un sistema econmico entre las llamas de la hiperinflacin.

    A una estructura estatal erosionada se le sumaba un agotamiento del modelo tradicional de funcionamiento de la economa: semi-cerrada y con un elevado nivel de intervencin del Estado20.

    Un desempeo econmico signado por la inflacin y un dficit del PBI21 crnico (el menor ndice se dio en 1986 con 3,52%) contrastaba con las ilusio-nes que generaba el sorpresivo triunfo del candidato de la UCR.

    Sin contar con una deuda externa que llegaba al 67% del PBI, cuyo servi-cio le consuma 7 puntos y casi el 40% de las cuentas pblicas22.

    Por el lado de la poltica el discurso electoral alfonsinista estuvo centrado en los Derechos Humanos; en la identificacin del PJ con las corporaciones que tanto dao le haban hecho a la democracia argentina (slo recordar la denuncia del pacto sindical-militar como ejemplo); con la identificacin de su partido con la socialdemocracia europea, poniendo como fundamento la democracia para la salida de la crisis a todo nivel que sufra el pas. Como ve-remos ms adelante, esta visin tuvo su correlato en la estrategia de la poltica exterior del gobierno.

    Esta descripcin del contexto, nos parece importante, amn de ser breve, para dimensionar los alcances de una poltica exterior ms all de las inten-cionalidades y deseos de los mismos actores. Y para tratar de evaluarla con basamentos firmes.

    Ral Alfonsn asume con enormes restricciones internas (los nmeros de la economa, el frente militar y luego de 1986-1987 el crecimiento electoral del PJ, que domin la mayora de las provincias a partir de esa fecha), y externas

    19 j. c. PortantIero, El tiempo de la poltica. Construccin de mayoras en la evolucin de la democracia argentina 1983-2000, Buenos Aires, Temas, 2000, p. 13.

    20 m. cavarozzI, Autoritarismo y democracia (1955-2006), Buenos Aires, Ariel, 2006, p. 97.

    21 Entre 1983 y 1989 la inflacin anual fue la siguiente: 343,8%; 626,7%; 672,2%; 90,1%; 131,3%; 343% y 3079,5 en el ltimo ao de gestin alfonsinista. Fuente: P. gercHunoff; L. LLacH, op. cit., p. 497.

    22 m. novaro, Historia contempornea de la Argentina. De Pern a Kirchner, Buenos Aires, EDHASA, 2006, p. 168.

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    (deuda externa, gobiernos militares vecinos, desconfianza de EE.UU., al menos hasta el denominado giro realista producido en 1985, y luego nuevamente la falta de apoyo en 1989).

    Pero de ninguna manera esconde el enorme nivel de adhesin y expecta-tivas que gener su gobierno y su importancia en cuanto a ser el iniciador y fundador del perodo ms largo de vida democrtica en nuestro pas, tomando como fecha inicial el ao 1912.

    4. fuentes y creencIas en La PoLtIca exterIor (1983-1989)

    Las creencias constituyen una variable ms que nos permiten acercarnos al origen, fundamentos y motivaciones de los actores polticos, en este caso, de los decisores en poltica exterior.

    De ningn modo constituyen la explicacin reveladora de determinada poltica pero s aportan una visin importante que nos permite acercarnos a la mente del decisor.

    Las preguntas comunes y que generalmente constituyen una reaccin de la sabidura convencional ante determinada accin poltica, qu tiene en la cabeza? o de dnde saca esas ideas?, constituyen una aproximacin del sentido comn a una interesante variable de anlisis poltico: el sistema de creencias.

    En nuestro pas, Roberto Russell23 ha estudiado el perodo 1983-1989 y en buena medida tomamos algunos de sus conceptos centrales.

    Para este analista el sistema de creencias individual se inscribe en uno so-cial, configura o determina un comportamiento o comportamientos, constituye una variable importante para comprender determinadas conductas e influye sobre las percepciones y diagnstico del contexto poltico en el que acta el decisor o decisores24.

    El mismo autor clasifica las creencias en tres tipos: filosficas, instru-mentales y contextuales. Las primeras hacen referencia a los supuestos acerca de la naturaleza del hombre (su rol en la historia), la poltica y las relaciones internacionales. Las segundas se refieren a la relacin entre medios y fines,

    23 r. russeLL, Poltica exterior... cit. r. russeLL, Sistema de creencias y poltica exterior Argentina: 1976-1989, en Serie

    de Documentos e informes de Investigacin N 204, de fLacso/Argentina, Buenos Aires, Julio 1996.

    24 Ibdem, p. 3.

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    y las terceras a lo que se cree o se tiene como probable/cierto en una circuns-tancia particular25.

    En relacin con Ral Alfonsn, como decisor principal y ltimo del pero-do 1983-1989, nos interesa particularmente indicar, siguiendo la clasificacin sealada, cules eran sus creencias bsicas.

    Desde el punto de vista filosfico se lo puede incluir como partidario de las ideas del Idealismo o Liberalismo Internacional, en materia de poltica exterior y de poltica en general.

    Los liberales internacionales (que tienen una visin optimista de la na-turaleza humana y que consideran al hombre centro de la accin poltica) mencionan generalmente la cooperacin y la bsqueda de la armona entre las naciones como una meta a conseguir, objetivo siempre posible si se parte de un ordenamiento internacional basado en Estados democrticos respetuosos de un Derecho Internacional que supone su igualdad jurdica. Estados as comprometidos con una comunidad internacional, que supone la existencia de valores globales comunes aceptados y respetados, que garantizaran la posi-bilidad de construir una gobernanza global basada en la aceptacin y difusin de Instituciones globales26.

    En este mundo interrelacionado y con un gobierno planetario (una ins-titucionalizacin internacional que regule las relaciones entre los Estados) la autonoma (es decir la capacidad de decidir por s mismo) de las naciones se vera reducida (porque habra una sesin de la soberana estadual en pos de un gobierno global), pero a la vez se vera reforzada para los pequeos y medianos pases que no se hallaran tan condicionados, en su accin externa, al formar parte de un mundo basado en la cooperacin, en el respeto a una ley y unos valores comunes.

    Esa igualdad redundara en la disminucin de los constreimientos ex-ternos en un mundo donde la consulta mutua y la cooperacin primaran sobre el inters exclusivo y egosta de los Estados, sobre todo los ms poderosos.

    Igualdad, autodeterminacin, no intervencin en los asuntos de otros Estados, comunidad de valores sera la sntesis de esta concepcin.

    Concepcin a la cual se le suman el reformismo latinoamericano, el inci-piente autonomismo del radicalismo en el perodo 1916-1930 (neutralidad ante la guerra y las crticas a ciertas disposiciones de la Sociedad de Naciones, por

    25 Ibdem, p. 3.26 d. HeLd; a. mc greW, Globalizacin/antiglobalizacin. Sobre la reconstruccin del

    orden mundial, Barcelona, Paids, 2003, p. 118

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    ejemplo) y las concepciones ticas de la tradicin radical, que tienen su origen en Hiplito Yrigoyen y sus ideas krausistas27.

    En lo que se refiere a las creencias instrumentales y en estrecha relacin con las filosficas, el gobierno de Alfonsn va a privilegiar la negociacin di-plomtica y la solucin pacfica de controversias por sobre los hechos de fuerza o la poltica de poder, adems de sostener una firme defensa de los Derechos Humanos local e internacionalmente y fundamentar que la democracia cons-tituye el pre-requisito del desarrollo.

    Qu visin se tena del contexto? Cul era su percepcin? Se perciba negativamente la agudizacin del conflicto Unin Sovitica-Estados Unidos y la existencia de unas relaciones internacionales basadas en el equilibrio de poder.

    Por otro lado la Argentina tena serias limitaciones para su desarrollo (deuda externa, hiperinflacin, conflicto E-O) para los conductores de la po-ltica exterior, a lo que se sumaba un contexto regional de gobiernos militares que eran vistos como una amenaza para la dbil democracia de la Argentina.

    Diagnosticaban que la posicin internacional de la Argentina estaba deteriorada, en trminos econmicos y financieros, y sufra un aislamiento internacional motivado por la violacin sistemtica de los derechos humanos del ltimo gobierno militar y por la guerra del Atlntico Sur en 1982.

    Lo anteriormente descrito nos parece importante para comprender en su dimensin por qu se eligieron determinados objetivos y no otros.

    5. oBjetIvos

    Antes de puntualizar y explicar los objetivos que se traz el gobierno de Ral Alfonsn es necesario indicar el supuesto desde donde stos parten. En otras palabras, qu era o cmo definan a la Argentina los decisores de la poltica exterior alfonsinista en 1983.

    Definen al pas como occidental, no-alineado y en vas de desarrollo28. Esto significa que la Repblica Argentina por historia, cultura, sistema de valores y lazos de todo orden pertenece al mundo occidental, pero en el marco de la guerra fra no se alinea con ninguno de los dos bloques para mantener cierto espacio de autonoma. Por otro lado, desde el punto de vista econmico, se consideraba que el nuestro era un pas mediano y en vas de desarrollo.

    27 Para el krausismo el hombre es un fin en s mismo. El derecho y la poltica son slo medios a su servicio. Junto con una cosmovisin humanitaria y universalista, este pensamiento basa en contenidos ticos el ordenamiento jurdico cuyo fin es el perfeccionamiento moral del hombre, y el humanitarismo universalista.

    28 H. e. gosende, Modelos de poltica exterior argentina: alternativas para salir del modelo conservador-menemista, Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 2007, p. 167.

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    El canciller Caputo sintetiza claramente los objetivos del nuevo gobier-no: 1) que la poltica exterior tenga como meta fundamental incrementar la independencia poltica y econmica del pas (obtener grados crecientes de au-tonoma); 2) la bsqueda permanente de la paz y el resguardo de los derechos humanos fundamentales; 3) el impulso a la integracin latinoamericana para fortalecer la capacidad regional, poltica y econmica del pas29.

    Para ello era necesario recuperar el prestigio y la confianza internacional de nuestra nacin malogrado por la sistemtica violacin de los derechos hu-manos durante el perodo 1976-1983; la imprevisibilidad poltica dada por las cinco dcadas de inestabilidad institucional, la guerra del Atlntico Sur y el desconocimiento de la resolucin del diferendo del Beagle en 1978, sumado a ello el descrdito econmico internacional y local.

    En este sentido se va buscar la diversificacin de los vnculos exteriores (Europa, Estados Unidos y Latinoamrica), con un criterio universalista para consolidar la joven democracia, protegindola de lo que se perciba como ame-nazas (pases vecinos con gobiernos militares y luego de 1985 las presiones internas del sector militar a nivel local).

    Para Guillermo Figari, Ral Alfonsn tratar de cumplir con el programa de gobierno que se haba trazado. Esto es buscar la autonoma, pagar la deuda (distinguiendo lo legtimo de lo ilegtimo), desarrollar relaciones maduras con los Estados Unidos, adherirse a Contadora mediante la creacin del grupo de apoyo, propiciar la creacin del Consenso de Cartagena para negociar la deuda externa y buscar la integracin con Brasil30.

    Roberto Miranda seala, por ejemplo, que uno de los tpicos princi-pales del gobierno de Ral Alfonsn fue ponderar la dimensin poltica del escenario latinoamericano. Un hecho que revela esta intencionalidad fue el inters del presidente por el Grupo de los Ocho, posteriormente identificado como Grupo de Ro. En este sentido, la administracin radical no slo quiso terminar con las rivalidades diplomticas y militares que la Argentina tena con pases vecinos; tambin inici un proceso de integracin regional (De-claracin de Iguaz en 1985, con Brasil). En la base de esta idea estaba la intencin de buscar distintos puntos de apoyo para su poltica internacional, para no depender exclusivamente de la relacin con los Estados Unidos (se buscaba establecer con Washington relaciones maduras; la explicacin era que

    29 e. refIcco, Poltica exterior y cultura poltica: el caso de la democracia argentina (1983-2005) en Revista Cidob D Afers Internacionals N 32, Fundacin Cidob, 1996, p. 66.

    30 g. fIgarI, Democracia y Poltica Exterior en Argentina (1983-2005), en Revista de Relaciones Internacionales, N 30, 2006 (1 29), pp. 3-4.

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    con ese pas tenamos convergencias esenciales y disensos metodolgicos) ni del vnculo con Europa31.

    En el ncleo de la formulacin e implementacin de esta estrategia inter-nacional se ubicaba el propio presidente como principal decisor y su canciller Caputo. Por debajo de este ltimo se encontraban otros funcionarios que ha-ban trabajado en la campaa presidencial y eran los que posean los vnculos con el denominado establishment diplomtico, con algunas embajadas cla-ves, con el exterior, con grupos econmicos y con el mismo partido radical32 (Elsa Kelly, Hugo Gobbi, Lucio Garca del Solar, por ejemplo)33.

    El estilo particular del presidente en esta rea de su administracin era darle centralidad al Ministerio de Relaciones Exteriores en las decisiones de poltica exterior, privilegiando las temticas polticas sobre las econmicas, con un estilo democrtico que si bien no deja de tener una direccin centralis-ta, busca la apertura estableciendo consensos con la UCR y con la principal oposicin en algunas temticas34.

    Estos objetivos se cumplieron? A continuacin intentaremos dar respues-ta a este interrogante.

    6. BaLance PreLImInar

    Nuestro objetivo para este artculo era trazar un balance de la poltica exterior llevada adelante por Ral Alfonsn entre 1983 y 1989. Particularmente en la dimensin poltico-diplomtica de la internacional.

    Al comienzo sostuvimos que lo expresado aqu forma parte de una in-vestigacin mayor y que por ese motivo el ttulo posee el adjetivo de balance aproximativo. Por ser parte de una investigacin en progreso, las conclusio-nes expresadas a continuacin tienen un carcter preliminar, dado que dicha investigacin contempla la entrevista a actores relevantes vinculados con la formulacin e implementacin de la poltica exterior del gobierno radical, as

    31 r. a. mIranda, Argentina y la poltica latinoamericana: la cuestin de las diferencias, en Revista Relaciones Internacionales, N 27, 2004 (pp. 133-159), pp. 135-136.

    32 H. e. gosende, op. cit., p. 164.33 Hay que recordar que luego de las elecciones de 1987 Dante Caputo fue elegido dipu-

    tado y fue reemplazado en el Ministerio por Susana Cerruti. 34 Algunas polticas fueron apoyadas por los denominados peronistas renovadores

    (Bordn, Cafiero, Manzano): Beagle, deuda externa y Centroamrica). Pero luego el apoyo se diluye a partir de 1987, en forma concomitante con el triunfo justicialista en las elecciones legislativas de ese ao.

  • 117LA POLTICA EXTERIOR DE RAL ALFONSN

    como tambin una profundizacin de las fuentes ideolgicas que sustentaron dicha poltica35.

    Adems puntualizamos el parmetro a partir del cual bamos a realizar dicho balance y le pusimos un nombre (lo conceptualizamos). Denominacin que, nos parece, es la adecuada para realizarlo.

    Hablamos de herencia positiva. Por cierto que es una conceptualizacin que se puede prestar a la discusin, pero a pesar de ello nos parece operativa. Es decir, nos permite acercarnos a nuestro objetivo. Es un instrumento para la comprensin.

    De lo que incluimos dentro de esta herramienta conceptual nos parece relevante destacar lo siguiente, en relacin con la poltica alfonsinista:

    Con respecto a: la solucin de controversias problemticas para el des-empeo internacional de nuestro pas, La finalizacin del conflicto del Beagle (plebiscito del 25 de noviembre de 1984) supuso el comienzo de una nueva relacin con Chile, pas con el cual nuestras relaciones estuvieron basadas histricamente en el recelo y la desconfianza.

    Aqu se observ, y es relevante mencionarlo, un elemento de la poltica exterior democratizada, la discusin pblica (debate televisado incluido) del oficialismo y la oposicin, de sus puntos de vista ante este conflicto. Se incluy la utilizacin de un procedimiento de democracia directa como es un plebiscito (no vinculante en este caso), que ratifica el acuerdo por un margen contunden-te: 81,5% de los votantes avalan la posicin del gobierno. Un procedimiento indito en la historia diplomtica argentina.

    Se suma a ello la creacin de un mecanismo para solucionar los conflictos pendientes entre ambos pases (Comisin de Conciliacin, Tribunal Arbitral, Comisin Arbitral Permanente), vnculo afianzado posteriormente con el Tra-tado de Amistad firmado por ambos gobiernos en 1986.

    Con Brasil, a partir de 1985 se firmaron acuerdos de cooperacin nu-clear, tcnica e industrial. En 1986 tuvo lugar la iniciativa ms importante: el lanzamiento del Programa de Integracin y Cooperacin Argentina Brasil que posteriormente dio lugar a la conformacin del MERCOSUR a partir de 1991. Se consolid de este modo un vnculo con otra nacin que a lo largo de la historia haba rivalizado con la nuestra. Es decir, se eliminan dos hiptesis de conflicto claves para nuestro pas.

    35 La cercana del gobierno con los intelectuales vinculados al Club de Cultura Socialista, los acercamientos y la incorporacin de la UCR a la Internacional Socialista, as como tambin la propia formacin poltico filosfica del presidente Alfonsn.

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    Como afirma Rapoport36, la iniciativa de integracin con Brasil no slo resolvi las cuestiones vinculadas a la coyuntura (la disminucin de las ventas a la Unin Sovitica, por ejemplo), sino que reorient significativa y positi-vamente las exportaciones de nuestro pas, potenciando geomtricamente el comercio interregional.

    Vnculos que responden directamente a la idea del gobierno de impul-sar la integracin latinoamericana, fortalecer la paz, desalentar la carrera armamentista en el rea sudamericana y propiciar la solucin regional de los conflictos37.

    Como afirma Jorge Battaglino38, cuya opinin compartimos, en relacin con la exitosa distensin que result de la estrategia seguida con los pases limtrofes, sta permiti legitimar la reduccin del presupuesto militar y al mismo tiempo desactivar las hiptesis de conflicto, reduciendo una fuente de poder interno de los militares. Claramente una poltica exterior destinada a consolidar la democracia interna de nuestro pas. Aspecto ste que se relaciona estrechamente con otro elemento de lo que llamamos herencia positiva:

    el mejoramiento o la construccin de determinadas relaciones que mejo-ren real o potencialmente la performance internacional del pas.

    En este sentido, la integracin con Brasil y los pases vecinos llevaba im-plcita una visin estratgica de sumar peso regional para enfrentar una nueva configuracin del mundo ms variada y competitiva, que le dara impulso a nuestro pas y ms respaldo a sus polticas.

    Tambin aqu incluimos los acuerdos firmados con pases europeos que incorporan la clusula democrtica para su cumplimiento (Espaa e Italia, por ejemplo), lo que avalaba la estrategia del gobierno de crear una malla protectora para la democracia, brindndole apoyatura externa a su poltica de derechos humanos a nivel domstico.

    Sustentada en la idea de diversificar la poltica externa de nuestro pas, la denominada conexin europea refleja por un lado la afinidad ideolgica de Ral Alfonsn con la socialdemocracia europea; por otro, la intencionalidad de desconectarse de la visin Este Oeste de la poltica internacional. Es ne-cesario indicar que el apoyo a la democracia argentina y la visita de polticos prominentes del Viejo Continente no influyeron sustancialmente en la visin

    36 m. raPoPort; c. sPIgueL, Poltica exterior argentina. Poder y conflictos internos (1880-2001), Buenos Aires, Capital Intelectual, 2005, p. 75.

    37 m. raPoPort, Historia econmica, poltica y social de la Argentina (1880-2003), Bue-nos Aires, EMECE, 2007, p. 733.

    38 j. BattagLIno, La poltica militar de Alfonsn: la implementacin del control civil en un contexto desfavorable, en r. gargareLLa y otros, Discutir Alfonsn, Buenos Aires, Siglo XXI, 2010, p. 172.

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    europea sobre temas tales como la deuda externa. Visin que no difiri de la norteamericana. Como afirma Noem Brenta39, el gobierno pensaba, con cierta ingenuidad, que la necesidad de consolidad la democracia y el hecho de que la deuda hubiera sido contrada por un gobierno dictatorial le dispensara cierta lenidad de la comunidad internacional. La realidad mostr que una cosa era la poltica y otra la economa, y que los gobiernos europeos, al igual que el de los Estados Unidos, tenan bien clara esa distincin.

    Se incluye tambin en este punto la intencin del gobierno de establecer una relacin madura con los Estados Unidos, puntualizando lo que nos una (convergencias esenciales: democracia, derechos humanos; y lo que nos sepa-raba, disensos metodolgicos: deuda externa y poltica hacia Amrica Central). Relacin oscilante40 durante toda la gestin de Ral Alfonsn, pero que plante la necesidad (por necesidades propias: apoyo en el FMI y en el plan Austral; y por el reconocimiento del liderazgo mundial de los Estados Unidos) de nor-malizar y establecer una pauta en el vnculo con ese pas.

    Todo ello contribua a: la reconstruccin o mejoramiento de la imagen internacional de nuestro pas.

    La eliminacin de hiptesis de conflicto regionales, la poltica de integra-cin regional, el llamamiento al desarme y a una poltica basada en la paz y en el derecho internacional (la conformacin del Grupo de los Seis, junto con la India, Grecia, Mxico, Suecia y Tanzania; el co-patrocinio de la iniciativa brasilea de crear una Zona de Paz y Cooperacin en el Atlntico Sur son una prueba de ello), la bsqueda de un vnculo basado en la normalidad con Estados Unidos, junto con el restablecimiento de la imagen de nuestro pas en Europa contribuyeron a ir delineando una nueva percepcin acerca de nuestro pas.

    Aquel pas que estuvo a punto de una guerra con Chile en la Navidad de 1978, que luego enfrent a Gran Bretaa y que adems practic el terrorismo de Estado dentro y fuera de sus fronteras (lase: Plan Cndor) en nombre de los valores occidentales, iniciaba un perodo democrtico como un paria inter-nacional. Esta situacin, a pesar de la salida abrupta del gobierno a mediados de 1989, haba sido revertida.

    39 n. Brenta, Argentina atrapada: Historia de las Relaciones con el FMI 1956-2001, Buenos Aires, Ediciones Cooperativas, 2008, p. 441.

    40 Oposicin norteamericana a las iniciativas argentina en relacin con la deuda externa latinoamericana y la poltica relacionada con Centroamrica; apoyo al Plan Austral y luego, no sin reticencias, al denominado Plan Primavera. Finalmente, en enero de 1989, su falta de apoyo al gobierno motiv la no liberacin de un crdito de 350 millones de dlares del Banco Mundial a nuestro pas para sostener el programa econmico.

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    Quizs este sea el legado ms poderoso de esa gestin, el cual se suma a otro aspecto de lo denominado por nosotros como positivo:

    los efectos positivos de determinada poltica internacional en el desa-rrollo econmico y poltico del pas (si redunda, por ejemplo, en beneficios materiales o si contribuye a consolidar el sistema poltico).

    Esto se puede observar especialmente en lo vinculado a la consolidacin del sistema poltico democrtico argentino. Pese a las crisis econmicas re-currentes, con sus consecuencias polticas y sociales, los argentinos siguen eligiendo el sistema republicano y liberal como sistema poltico41 desde hace ms de veinticinco aos. Incluso en su hora ms dramtica, diciembre de 2001, la sucesin presidencial se resolvi por intermedio de los mecanismos previstos por nuestra constitucin. Quizs aqu se advierta algo de la prdica de los comienzos del gobierno radical: aquella apelacin un tanto utpica a la democracia como gran proveedora de bienestar material y espiritual.

    Las creencias, el discurso y las polticas llevadas adelante por el gobierno radical estn nutridas de ideas vinculadas a la democracia, a la igualdad jur-dica o a la no intervencin en los asuntos de otro Estado.

    Ideas y polticas que sostenan que la vigencia del Estado de Derecho era el prerrequisito del desarrollo econmico, de la solucin pacfica de las controversias entre los Estados y de la denominada Paz Democrtica, la idea kantiana que sostiene que las democracias no van a la guerra42 con otras de-mocracias.

    La poltica de la era alfonsinista concibi la consolidacin del rgimen democrtico el norte, medio y fundamento de su accin local, regional y global.

    El reconocimiento de la pertenencia a Occidente por un lado, y el pasado inestable y violento de nuestra nacin que, en su visin, impedan el desarrollo del pas, por otro, constituan las dos caras de una nacin que en 1983 no tena prestigio ni lugar en un mundo en transformacin y en una regin percibida como amenazante.

    No fue nuestro objetivo analizar la dimensin econmico-comercial de la poltica exterior alfonsinista en forma particular. Una de las razones la hemos mencionado: el propsito de la poltica del gobierno en general y de la poltica exterior en particular, era la de afianzar la democracia como sistema de reglas de juego y como modo de vida. Meta ambiciosa si uno se detiene a observar el pasado de inestabilidad poltica y econmica de nuestro pas. Dentro de ella

    41 L. a. romero, La crisis argentina. Una mirada al siglo XXI, Buenos Aires, Siglo XXI, 2003, p. 85.

    42 I. Kant, Hacia la paz perpetua, Buenos Aires, Ladosur, 2004.

  • 121LA POLTICA EXTERIOR DE RAL ALFONSN

    la economa era una parte ms y no precisamente la ms relevante. Quizs este descuido esencial explique gran parte del fracaso del gobierno en lo que a poltica econmica se refiere.

    Pese a ello, podramos afirmar que, por los elementos sealados, la ges-tin 1983-1989 supuso un cambio cualitativo en la concepcin de la poltica exterior argentina: el sistema democrtico como su fundamento y objetivo ms importante, instalando los derechos y el liberalismo poltico como lingua franca en el vocabulario de la agenda tanto de la poltica domstica como exterior de nuestro pas43.

    43 r. gargareLLa y otros, Introduccin: orgenes y propsito de este libro, en r. gar-gareLLa y otros, Discutir Alfonsn, cit., p. 19.