la norma suiza (sergio martín blas, isabel rodriguez, 2013)

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39 La norma suiza. Sergio Martín Blas Isabel Rodríguez Martín Tabla de estándares mínimos de vivienda según la Ordenanza Federal 843-142.3 En este artículo se presentan y analizan bre- vemente dos de las normas oficiales que más influyen en el proyecto de viviendas en Suiza. Una de ellas, los estándares dimensio- nales mínimos, es de obligado cumplimiento. La otra es un sistema de evaluación y com- paración en el que se establecen criterios de calidad más allá de los mínimos. Según el tópico más habitual las casas en Suiza se caracterizan por la excelencia cons- tructiva y por la generosidad en las dimen- siones, consecuencias lógicas de la riqueza de aquel país. Sin embargo, los dos instru- mentos aquí analizados demuestran que no se trata simplemente de construir más metros cuadrados, con mejores materiales y mayores espesores de muro. La calidad de la vivienda en Suiza es promovida desde la normativa con cuestiones tan específicas como la indiferencia funcional, la adaptabi- lidad de las casas, la calidad de los espa- cios comunitarios o la relación con el espacio público y la ciudad. Cuestiones, todas ellas, que tienen más que ver con la riqueza cultu- ral suiza que con la simple disponibilidad de medios materiales. Los estándares dimensionales en Suiza La Ordenanza Federal 843-142.3, del 12 de mayo 1989, establece la superficie útil mínima de las viviendas y su reparto en “vanos” o estancias, así como la dotación básica de cocina y baños. Estos estándares se relacionan con la Ley Federal que pro- mueve la construcción de viviendas y el acceso a su propiedad 1 , estableciendo unas condiciones mínimas a cumplir en todos los casos. La Ley Federal es la que define las distintas modalidades de ayuda a la compra y alquiler de vivienda, por lo que las pres- cripciones de la ordenanza de 1989 se pueden considerar equivalentes a lo que aquí entendemos como estándares mínimos para vivienda protegida. Lo primero que destaca en la ordenan- za suiza es la nomenclatura empleada. La tabla de estándares tiene como referencia fundamental el número de personas de la comunidad doméstica (PCD), con lo que se evitan los términos “familia”, “unidad familiar” u “hogar”, cuyas connotaciones tienden a excluir otras formas de conviven- 1. En su versión en italiano: “Legge federale che promuove un’offerta di alloggi a pigioni e prezzi moderati” (Legge sulla promozione dell’alloggio, LPrA), del 21 de marzo de 2003.

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En este artículo se analizan brevemente dos de las normas oficiales que más influyen en el proyecto de viviendas en Suiza. Una de ellas, los estándares dimensionales mínimos, es de obligado cumplimiento. La otra es un sistema de evaluación y comparación en el que se establecen criterios de calidad más allá de los mínimos. El artículo pertenece a la publicación "Casas en Suiza", editada por el grupo de investigación NuTAC de la Universidad Politécnica de Madrid en 2013.

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La norma suiza. Sergio Martín Blas Isabel Rodríguez Martín

Tabla de estándares mínimos de vivienda según la Ordenanza Federal 843-142.3

En este artículo se presentan y analizan bre-vemente dos de las normas oficiales que más influyen en el proyecto de viviendas en Suiza. Una de ellas, los estándares dimensio-nales mínimos, es de obligado cumplimiento. La otra es un sistema de evaluación y com-paración en el que se establecen criterios de calidad más allá de los mínimos.

Según el tópico más habitual las casas en Suiza se caracterizan por la excelencia cons-tructiva y por la generosidad en las dimen-siones, consecuencias lógicas de la riqueza de aquel país. Sin embargo, los dos instru-mentos aquí analizados demuestran que no se trata simplemente de construir más metros cuadrados, con mejores materiales y mayores espesores de muro. La calidad de la vivienda en Suiza es promovida desde la normativa con cuestiones tan específicas como la indiferencia funcional, la adaptabi-lidad de las casas, la calidad de los espa-cios comunitarios o la relación con el espacio público y la ciudad. Cuestiones, todas ellas, que tienen más que ver con la riqueza cultu-ral suiza que con la simple disponibilidad de medios materiales.

Los estándares dimensionales en Suiza

La Ordenanza Federal 843-142.3, del 12 de mayo 1989, establece la superficie útil mínima de las viviendas y su reparto en “vanos” o estancias, así como la dotación básica de cocina y baños. Estos estándares se relacionan con la Ley Federal que pro-mueve la construcción de viviendas y el acceso a su propiedad1, estableciendo unas condiciones mínimas a cumplir en todos los casos. La Ley Federal es la que define las distintas modalidades de ayuda a la compra y alquiler de vivienda, por lo que las pres-cripciones de la ordenanza de 1989 se pueden considerar equivalentes a lo que aquí entendemos como estándares mínimos para vivienda protegida.

Lo primero que destaca en la ordenan-za suiza es la nomenclatura empleada. La tabla de estándares tiene como referencia fundamental el número de personas de la comunidad doméstica (PCD), con lo que se evitan los términos “familia”, “unidad familiar” u “hogar”, cuyas connotaciones tienden a excluir otras formas de conviven-

1. En su versión en italiano: “Legge federale che promuove un’offerta di alloggi a pigioni e prezzi moderati” (Legge sulla promozione dell’alloggio, LPrA), del 21 de marzo de 2003.

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cia. Además, salvo la cocina, los baños y las zonas de almacenamiento, los espacios habitables reciben las denominaciones ge-néricas de “espacio individual” y “espacio comunitario”, eludiendo por tanto los térmi-nos “salón”, “comedor” o “dormitorio”, que asocian implícitamente a cada estancia una función. Evidentemente, el “espacio indi-vidual” referido en la ordenanza puede ser empleado tanto para el descanso como para el trabajo o el ocio, sin que esto tenga que determinarlo la normativa.

En lo que se refiere a las superficies, los es-tándares son en general mayores a los espa-ñoles, lo que previsiblemente produce una mayor libertad en la distribución de las vi-viendas y en su uso. La vivienda mínima para dos personas tiene una superficie de 50 m2, frente a los 40 m2 para viviendas de un dor-mitorio en España. Para cinco personas el mínimo suizo se eleva a 80 m2, muy por encima de los 60 m2 para una vivienda de tres dormitorios en España. Especialmente llamativo es el estándar de superficie útil mínima para un “local individual para una persona”, de 10 m2, frente a los 6 m2 del co-nocido dormitorio simple español, o los 12 m2 para un “local individual para dos perso-nas” (14 m2 para el principal) frente a los 8 m2 del dormitorio doble en nuestras normas (10 m2 para el principal)2. Sin embargo, como se ha dicho anteriormente, lo más im-portante es la forma en la que se asignan estas superficies, y no tanto su dimensión, que podría entenderse como una simple consecuencia de la excepcional riqueza del país helvético.

En este sentido merece mención aparte la in-clusión en el cómputo de superficies mínimas de lo que la norma suiza llama “área resi-dual”. Esta superficie se obtiene sumando las áreas de circulación y los excesos de superficie sobre los mínimos en las estan-cias. Es decir, el área residual es una super-ficie “extra”, no asignada a priori a ninguna función, que se puede emplear según el criterio del proyectista no sólo para disponer espacios de circulación, sino también para ampliar determinadas estancias o zonas de uso. Dada la cantidad de metros cuadrados asignados al “área residual” en relación al total de la vivienda (entre el 12,5 y el 16%), su manejo puede dar lugar a configura-ciones que van más allá de los conocidos encajes entre máximos y mínimos que pro-vocan las normativas españolas. Una vivien-da mínima según la ordenanza suiza puede incluir, por ejemplo, un distribuidor ampliado para convertirse en sala de juegos, en biblio-teca o en espacio de trabajo, proporcionan-

2. Superficies útiles mínimas según las Ordenanzas VPO de 1981. La E.M.V.S. recomienda las mismas

superficies salvo en el caso de la vivienda de tres dormitorios que

aumenta la superficie a 65 m2.

do un grado más de flexibilidad en el uso de la casa. El “area residual” ha llegado incluso a ser asumida por los suizos en el lenguaje coloquial al hablar de casas de dos habita-ciones y media, tres y media, etc, refiriéndo-se a las expansiones que permite y sugiere la norma y que, en manos del proyectista, cobran un extraordinario valor.

Sistema de evaluación de viviendas de la Confederación Suiza

El sistema de evaluación de la Oficina Federal de la Vivienda (WBS)3 se creó hace 37 años con el fin de mantener y mejorar la calidad de las casa suizas. El propósito inicial era definir un índice de calidad de las viviendas que permitiera establecer su co-rrespondencia con las posibilidades econó-micas de inquilinos y compradores a la hora de conceder ayudas o subvenciones públi-cas. Sin embargo, desde su creación el sistema ha encontrado múltiples aplicacio-nes, imponiéndose como instrumento im-prescindible de planificación, como base para valorar alternativas de proyecto y cons-trucción, y como criterio para la convocatoria y resolución de concursos de arquitectura públicos o privados.

El WBS, cuyos detalles se recogen en el boletín de la Oficina Federal titulado “Proyecto de viviendas, valoración y comparación”4, consiste en una lista de control formada por 39 criterios, divididos en tres bloques. Con ellos se trata de determinar lo que el propio boletín denomina “valor de uso” en tres escalas de aproximación: la unidad de vivien-da, la agrupación y la ubicación. Cada criterio se valora con un procedimiento objetivo que permite establecer su grado de satisfacción con un mínimo de un punto y un máximo de tres. Los resultados ponderados y sumados, divididos por la ponderación total de cada bloque, proporcionan una evaluación de la vi-vienda desde el punto de vista de su uso. Los aspectos que tienen que ver con la calidad arquitectónica, con la calidad constructiva, así como las cuestiones energéticas o ecoló-gicas, no se tienen en cuenta en el sistema. Para algunos de estos aspectos existen en Suiza, como en otros países, procedimientos específicos o complementarios.

No es posible explicar aquí en detalle todos y cada uno de los criterios establecidos en el WBS, pero sí destacar algunos de ellos por su relevancia e interés.

En el primer bloque (W1), centrado en la unidad de vivienda, los criterios que se tienen en cuenta son el tamaño de la

3. Bundesamt für Wohnungswesen. El sistema es referido con las

siglas WBS en alemán (Wohnungs-Bewertungs-System). La Oficina

Federal de la Vivienda es la BWO (Bundesamt für Wohnungswesen).

4. Para la elaboración de este artículo se ha empleado la

información en italiano disponible el número 69 del “Boletín de la Vivienda”

del BWO, titulado “ Progettazione di abitazioni, valutazione e confronto:

Sistema di valutazione degli alloggi SVA Edizione 2000”.

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unidad, la dotación y posibilidad de amue-blamiento de los locales, las conexiones entre locales, y la posibilidad de realizar cambios en el amueblamiento. Este último aspecto destaca frente al resto, y en él inciden criterios como “flexibilidad de uti-lización” (B3), “posibilidad de amuebla-miento de las estancias” (B4), “posibilida-des de amueblamiento” (B12), “relaciones variables entre espacios” (B13) y “subdivi-sión variable entre espacios” (B14).

Especialmente interesante es el criterio B4, “Posibilidades de amueblamiento de las es-tancias”, en el que influyen tanto las superfi-cies de las habitaciones como su proporción, la posición de la puerta, de las ventanas o de las instalaciones. En él se emplea un módu-lo-cama de 2.10x1.00m con una superficie de movimiento de 90cm de ancho, y se cuentan las variantes de colocación del módulo en cada habitación (dos módulos a partir de 12m2 útiles)5. Puertas y ventanas

5. Si la zona de estancia comunitaria se encuentra en el mismo local que el comedor o la cocina, las posibilidades de amueblamiento de este local no se valoran. Cada local se valora de forma individual y a continuación se hace la media

Cálculo del valor de uso de la vivienda según el sistema suizo.

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deben poder abrirse 90º sin que sus barridos interfieran en la proyección de la cama. El criterio B12 “Posibilidades de amueblamien-to” incide en aspectos semejantes, compu-tando el número de posiciones en las que puede encajar un módulo-armario de 60x60cm, con su espacio de maniobra, en los locales de cocina, baño y circulación.

El segundo bloque de criterios (W2), refe-rido a la agrupación de viviendas, incluye la evaluación de la diversidad de unidades de vivienda en el edificio, la posibilidad de variar su tamaño, así como la calidad de es-pacios comunes, locales de uso comunitario, trasteros, aparcamientos, etc.

En este bloque destaca el criterio B18 “alqui-ler de locales de vivienda y de trabajo añadi-

dos”, en el que se computa la superficie útil de aquellos locales, privados e independien-tes de las viviendas, que pueden ser alquila-dos por sus propietarios o inquilinos para utilizarlos como espacio de trabajo, oficinas o dormitorios, respondiendo a cambios en la comunidad doméstica. Se trata de un con-cepto cercano a la llamada “habitación saté-lite”, reivindicada elocuentemente por el grupo de investigación Habitar de la UPC6. En el sistema suizo, para que una habitación cuente como “satélite” debe tener al menos 8m2 útiles, ventilación e iluminación natura-les, y calefacción.

En el mismo bloque el criterio con mayor pon-deración es el B26 “espacio exterior comuni-tario”, en el que se computan las superficies de juego, de estancia y los espacios libres comunes disponibles en la agrupación.

El tercer grupo de criterios (W3), dedica-do a la ubicación de la vivienda, valora la proximidad de dotaciones públicas como parques, campos de juego, escuelas o ser-vicios sociales. Los mayores coeficientes de ponderación corresponden aquí a los criterios que reflejan la proximidad de las paradas de transporte público (B33), proxi-midad al centro de la localidad (B34) o a un centro regional (B39).

Conclusión

Evidentemente, tanto los estándares dimen-sionales mínimos como el método de evalua-ción de viviendas en Suiza son instrumentos numéricos que no están relacionados de forma directa con la calidad arquitectónica o urbana de aquel país.

Sin embargo, es evidente que estas normas son el producto de una cultura extraordinariamente avanzada, de gran tradición, que ha sabido adaptarse de forma cabal y siempre oportuna a los cambios más recientes en el proyecto de viviendas. La sencillez y sofistica-ción de los estándares dimensionales, su inteligente elasticidad, o la renovada carga teórica del sistema de valoración de viviendas, en cuya revisión y aplica-ción han participado investigadores de algunas de las más prestigiosas univer-sidades suizas, confirman lo anterior.

En definitiva, la norma suiza demuestra que los límites pueden convertirse en estímulos para quien proyecta y busca la calidad ar-quitectónica de la vivienda, tanto en Suiza como en España.

6. Véase: “Rehabitar 2: Habitaciones satélite” en Monteys,

Mària, Fuertes et al., Rehabitar en Nueve Episodios, Editorial

Lampreave, 2012.

Ubicación (1:25000), Agrupación (1:2000), Planta de la unidad de

vivienda (1:100)