La mujer del puerto

Arturo Ripstein

Datos de producción:

Director: Arturo Ripstein.

Nacionalidad: México (coproducción con

EEUU)

Productores: Hugo Scherer, Allen Persselin,

Michael Donnelly

Año: 1990.

Duración: 110 minutos.

Guion: Paz Alicia Garciadiego.

Escenografía: Paz Alicia Garciadiego.

Decorados: Juan José Urbini.

Fotografía: Ángel Goded.

Música: Lucía Álvarez.

Sonido: David Baksht.

Montaje: Carlos Puente

Inspirada en: “El puerto” de Guy de Maupassant

Protagonistas.

o Patricia Reyes Spíndola.

o Alejandro Parodi.

o Evangelina Sosa.

o Damián Alcázar.

Arturo Ripstein nació el 13 de diciembre de 1943 en Ciudad de México, en el

seno de una familia judía. Como hijo del productor Alfredo Ripstein, se

familiarizó desde muy pequeño con las prácticas y ritmos de la cinematografía

mexicana. A los quince años presenció el rodaje de Nazarín (1958) y descubrió

a Luis Buñuel, con quien desarrolló una estrecha relación maestro-alumno que

se mantuvo hasta la muerte del genio aragonés, en 1983.

Ante la insistencia de Ripstein, Buñuel aceptó que participara, sin crédito, como

un ayudante más de producción durante la filmación de El ángel

exterminador (1962). Con esta experiencia y dos cortometrajes realizados en

su adolescencia, realizó su debut como director de cine a los 21 años.

Sinopsis argumental:

Marro, un joven marinero, se escapa del barco donde trabaja para ir a Eneas,

un cabaret. Allí conoce a Perla, una joven, obligada por su madre a prostituirse.

Marro no puede volver al barco ya que se escapó, luego de que uno de sus

compañeros muera a su lado. Por lo tanto, le pide a Carmelo, pianista del

cabaret y amigo de Perla, si puede vivir y trabajar ahí.

A pesar de que Tomasa intenta evitarlo, Marro y Perla se enamoran. Junto con

Carmelo, planean escapar del Eneas para abrir un nuevo lugar. Su plan se

destruye cuando Marro descubre que Perla es su hermana. De niño, escapó

luego de asesinar a su padre cuando éste estaba lastimando a Tomasa.

Decide volver al barco. El día que se va, Perla lo persigue e intenta suicidarse,

sin lograrlo. Se entera que está embarazada y su madre la ayuda a abortar.

Marro regresa y se van del Eneas. Tienen dos hijos y junto a Carmelo y

Tomasa abren un nuevo cabaret.

Decoupage:

Secuencia I: Marro

El film comienza en blanco y negro con un Plano Detalle de las olas que genera

un barco y distintos Planos Generales del puerto, con música extradiegética.

Para luego fundir a negro con el título “El Marro” dando comienzo a la primera

secuencia. Un travelling nos muestra el contexto físico de Marro. Durmiendo en

una hamaca paraguaya ve a su compañero muerto y decide escaparse del

barco.

Un plano general con una altura de cámara baja nos muestra la inferioridad de

Marro en comparación al gran barco que tiene detrás. El barco está iluminado,

mientras que de él se ve la figura oscura acercándose a la cámara.

Un travelling que comienza con un tilt-down nos presenta el nombre del lugar

donde Perla trabaja y a Marro entrando a éste. La cámara lo sigue mientras

entra. El cabaret está iluminado con luces rojas. Llega Tomasa y nos presenta

a Perla. La joven comienza a bailar disfrazada de sirena y cantar una canción

La madre, desde el costado del escenario, la mira atentamente. Así como

también Marro, sentado en una de las mesas del cabaret. Perla lo elije para la

apuesta que se hace en el cabaret y a través de un doble encuadre (el de las

personas sentadas en las mesas y lo que ocurre detrás de la cortina) Ripstein

nos muestra como algo tan íntimo, los personajes lo toman como un juego.

Marro se desmaya y despierta al día siguiente. Tomasa le pide a Perla que se

lo lleve y con un paneo nos muestra la suciedad y el descuido del lugar donde

vive.

Marro se queda y comienza a interesarse por Perla. En una escena, un

travelling nos muestra a Perla y a Carmelo hablando sobre empezar un negocio

juntos. En un plano medio de los dos y un plano entero de Marro, éste entra en

escena ofreciendo su ayuda. Marro y Perla se enamoran.

Hay una gran utilización de planos secuencias, así como también mucho

movimiento de personajes dentro del cuadro. Ripstein, en varias escenas,

muestra dos acciones. Por ejemplo en la escena donde el dueño del cabaret

amenaza a Marro. Tenemos la acción del dueño hablando con Carmelo y atrás

la acción de Marro y Perla. Todas las escenas terminan con un fundido a

negro.

A medida que avanza la historia y se incrementa la tensión, los movimientos de

cámara como los travellings, los zoom in y out se vuelven más rápidos.

La secuencia termina en un día nublado con lluvia, Marro embarcando. Llega

Perla con un vestido blanco que la hace lucir más chica. Un plano medio picado

la muestra devastada. Con el filo de una lata abierta se corta. Todos gritan que

una joven se tiró al mar.

Esta secuencia cuenta con una introducción, conflicto y desenlace donde los

movimientos de cámara juegan un rol importante.

Secuencia II: Perla

La secuencia comienza con un primer plano contrapicado de Perla. Su cara

está iluminada por una luz roja. Esta iluminación y lo que transmite su mirada,

da la sensación de que el personaje se siente en el infierno. Marro se desmaya

y se cuenta la historia desde el punto de vista de Perla. En una escena se la

puede ver despedir a un cliente. Va a guardar la plata debajo de una lámpara y

la cámara se coloca detrás de un biombo hecho con maderas separadas entre

sí. Esto da la sensación de que Perla está encerrada, presa.

En esta secuencia, los travelling también tienen un rol importante. Acompañan

la acción mostrando los lugares que Perla recorre.

Una escena que en la secuencia anterior se mostraba desde un plano

contrapicado, ahora se muestra desde un plano picado. Perla subiendo las

escaleras con un cliente. Marro desde abajo decide subir. Por otro lado está

Tomasa, que se ve encuadrada dentro de la escalera donde los fierros están

rotos. Este plano nos muestra que Tomasa no logra evitar el amor entre sus

dos hijos y se siente atrapada por esta situación.

Luego de enterarse que son hermanos, Marro decide irse.

En un día soleado, éste sube al barco y un paneo comienza a acompañar a

Perla acercándose. Se arrodilla y la cámara empieza a alejarse mientras la

joven agarra una lata abierta. Luego se va acercando hasta llegar a las

muñecas con sangre de Perla. Se lanza al mar. No muere y descubre que está

embarazada.

Ripstein nos muestra a través de un doble encuadre, el momento en que

Tomasa decide matar al hijo que Perla lleva dentro.

Tanto en esta secuencia como en la anterior, se utilizan fundidos a negros. Con

la diferencia de que en ésta, los fundidos también están utilizados para

empezar los diálogos o terminar una acción con algún sonido. Por ejemplo, en

el momento en que Tomasa mata al hijo de Perla, la imagen funde a negro y se

escucha un grito de Perla. Otro ejemplo de esto es cuando Marro regresa.

Carmelo y Marro comienzan a hablar y la imagen aún permanece negra.

La secuencia termina con Carmelo y Tomasa cantando.

Secuencia III: Tomasa

La secuencia comienza con un flashback: Carmelo cantando la misma canción

con la que termino la secuencia de Perla, pero años atrás en una iglesia. Entra

Tomasa, más joven, con Perla vestida de ángel. A su lado, Marro.

Un travelling nos muestra en un plano general a la familia saliendo de la iglesia

luego de bautizar a Perla y en un plano general más cercano a Carmelo,

trabajando.

Luego de que Marro mata a su padre, Tomasa lo obliga a escapar para que no

lo agarre la policía. La escena termina en un plano general. Tomasa en una

esquina rezando. Perla, centrada llorando y el padre en la otra esquina, muerto.

Como en las otras secuencias, Ripstein une dos acciones diferentes en una. En

la escena donde Tomasa llega a la estación de policía, se une con la acción de

Carmelo acusado de robar en la iglesia. El flashback termina cuando Carmelo

consigue trabajo en el cabaret en el que luego va a trabajar Perla.

Vuelve a la escena de Carmelo y Tomasa cantando, la cual termina con un

plano general de Tomasa. El contraste en la iluminación y el goteo de una

canilla nos da la sensación de la soledad en la que está la protagonista de esta

secuencia.

Lo que se puede diferencias en esta secuencia de las anteriores es que

además de los movimientos de cámara, la iluminación también tiene un rol

importante. Los contrastes de luz y sombras generan un misterio y una

oscuridad en el personaje de Tomasa.

Desde el punto de vista de Tomasa, Perla es quien le pide que mate a su bebé.

Luego de esto, Tomasa le pide a otra joven que busque a Marro.

Tomasa entierra a su nieto y reza.

La secuencia y la película terminan cuando Tomasa, sus hijos y Carmelo abren

un nuevo cabaret.

Con un travelling, el director nos muestra el nuevo lugar terminándolo con un

primer plano de Tomasa con cara de satisfacción.

Hipótesis:

En “La mujer del puerto”, Arturo Ripstein rompe con toda idealización de la

figura materna creada por el melodrama.

Validación:

“Pretendo darle una vuelta de tuerca, presentar el

reverso de la medalla, el lado oscuro del melodrama.

Nuestras familias son atroces, desagradables, no

sólo no son ejemplares sino que ni siquiera son

válidas en tanto núcleo social primario” – Arturo

Ripstein –

El melodrama fue furor en Latinoamérica entre la década del ’30 y del ’50. Fue

llamada la “época de oro”. Sobre todo en México. Éste género tiene el objetivo

de exacerbar las emociones del espectador. Para esto plantea una situación

familiar donde un miembro rompe con los valores y formas de vida. La

resolución consiste en el arrepentimiento y en la muerte de alguno de los

miembros. Ripstein decide tomar este género, para romperlo. En una

entrevista, el director dice: “Lo que teníamos que hacer era dar vuelta el

género, sacarlo como un guante, aniquilar los valores que ensalzaba. Había

que resolver viejas ideas. El melodrama es muy flexible, tiene una plasticidad

que puede ir de la comedia a la tragedia. Nosotros hemos optado por la

tragedia, por qué vivimos en un país de sobrevivientes y eso suele ser trágico.

Tomamos el melodrama, pero damos vuelta la moneda y buscamos el lado

más oscuro del corazón. El melodrama solía ser un espiral hacia arriba, hacia

la dicha y la solución de los problemas. En nuestro caso es absolutamente lo

contrario, es un espiral hacia abajo, hacia las puertas del infierno”.

Ripstein se empeña en mostrar el otro lado del melodrama presentado

personajes cargados de ambigüedad. Son personajes humillados, oprimidos y

desesperanzados. No tienen finales felices. En este lado del melodrama, las

madres son autoritarias y manipuladoras hasta la crueldad. Es por eso que

para el respectivo análisis haré hincapié en cómo Ripstein rompe con la

idealización de la figura materna. El melodrama tiene a ésta como signo de

puro amor, capaces de cualquier renunciamiento y sacrificio para el bien de sus

hijos. La madre representa lo moral. Se comporta apropiadamente. El único

objetivo de la madre es el amor incondicional a sus hijos. La figura materna

encarna la bondad, los sentimientos, la castidad religiosa y la generosidad

absoluta.

En el melodrama de los años ’30, la mujer tiene como objetivo principal a la

maternidad. La posibilidad del amor humano es gracias al amor de madre.

En cambio el director decide romper con eso. Con “La mujer del puerto” crea

una nueva imagen de lo que es la figura materna. La madre destruye todos los

valores familiares y religiosos. Es madre y prostituta al mismo tiempo. Obliga a

su hijo a asesinar a su padre y luego lo echa. Entrega a su hija como prostituta

y le produce un aborto. Arroja a sus hijos al delito y a la prostitución.

Tomasa mete a su hija en un mundo decadente personalizado en el cabaret,

donde las paredes están rotas y los pisos inundados de charcos.

Mientras que en el melodrama, la figura materna se ve como una respetuosa

dama, Tomasa en “La mujer del puerto” se ve como una madre envejecida y

arruinada. Consumida por el resentimiento. Culpa a sus hijos de haberles

arruinado el cuerpo, razón por la cual no puede trabajar como prostituta.

La violencia de la madre es tanto física como verbal. Además de maldecirlos en

cada oportunidad que se le presenta, Tomasa le pega a Perla.

La iluminación de la película, sobretodo en la secuencia de Tomasa, muestra la

ambigüedad en el personaje. Se utiliza mucho contraste de luces y sombras.

Los movimientos de cámara, casi siempre travellings, acompañan las acciones

de los personajes y nos muestra los espacios sucios, húmedos donde Tomasa

obliga a trabajar a su hija, donde elije educarla.

Conclusión:

Luego de analizar cómo es la figura materna en el género del melodrama y

compararlo con “La mujer del puerto” se puede dar cómo correcta la hipótesis.

El director elige tomar este género pero para darlo vuelta totalmente. Haciendo

hincapié sobre todo en el rol de la mujer y de la madre.

Bibliografía:

o “Violencia y construcciones de la realidad”, Cuadernos de investigación

de la Cinemateca Nacional de Venezuela. Junio 2005. Texto: Para

desbaratar a mamá: el último cine de Arturo Ripstein y Paz Alicia

Garciadiego.

Disponible en: http://www.hamalweb.com.ar/2010/pdf/mexico/para-

desbaratar-a-mama.pdf

o “El melodrama”

Disponible en: http://panoramadelarte.com.ar/critica_texto2.html

o http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article8074.html

Filmografía:

o La mujer del puerto – Arturo Ripstein (1990)