la masculinidad como escape de una feminidad limitada
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Monja de AlférezTRANSCRIPT
LA MASCULINIDAD COMO ESCAPE DE UNA FEMINIDAD LIMITADA
Sandra Herrera Candelaria
Obra:
La monja Alférez de Catalina de Erauso
Objetivo:
- Qué fue lo que la orilló a tomar un camino diferente de lo que estaba destinada a ser en
esa época.
- Qué fue lo que la llevó a cambiar su identidad biológica, sexual, social; a cambiar su
estatus; a buscar en el poder social un refugio y a alejarse del poder eclesiástico.
- Cómo pasó de ser el sujeto dominado al dominante.
- Cómo se percibe al cambiar de género.
La obra:
Catalina de Erauso nació dentro de una familia que poseía ciertos privilegios nobiliarios. Sus
padres decidieron meterla a un convento, en donde estaría bajo la tutela de una tía. Pero la vida
en el convento no le sería fácil, porque no era una persona grata para las demás mujeres. En
cuanto tuvo la oportunidad de escapar lo hizo. Pero estaba sola y sin dinero, eso la llevó a
cambiar de identidad, a vestirse de hombre y a viajar hacía América. Ya en este continente tuvo
la oportunidad de trabajar y de ir cambiando de lugar según como se le presentaban las cosas.
Entre sus aventuras ingresó al ejército, en donde peleó junto a su hermano, y con quien
deshizo su amistad por una confusión amorosa, para después matarlo sin saber, al ser el padrino
en un duelo. Su valentía en la batalla contra los indios mapuches de Chile la lleva a sobrevivir y a
adquirir el título de Alférez. Pero tras una riña con el corregidor es aprendida, entonces un obispo
la salva y se ve en la necesidad de confesar todo. El estado y la iglesia le otorgan el perdón y le
conceden seguir viviendo como hombre. Después de estos sucesos decide escribir su biografía.
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Introducción:
Una mujer, en la época de la monarquía hispana tenía muy pocas, sino es que nulas, posibilidades
de destacar en profesiones como se hace ahora. La vida era limitada; o se casaban y tenían hijos o
se dedicaban a Dios, una práctica social común durante los siglos XVI y XVII en España; pero
jamás podrían dedicar su tiempo a las andanzas.
El leer sobre el protagonismo de alguna mujer en una obra literaria de la época virreinal,
era difícil. Pero que una mujer fuera la protagonista y autora como lo fue Catalina de Erauso, no
cualquier mujer tenía esa fortuna.
La historia de vida de Catalina era opuesta a la privacidad y domesticidad que se espera
que una mujer tuviera. La fama y la publicidad era solo patrimonio del hombre. Sólo ellos podían
dar a conocer sus hazañas y mostrar la forma en que vivían.
Por lo general, el sexo designa tres cosas: el sexo biológico, el rol o el comportamiento sexual
que supuestamente le corresponde y la sexualidad (el hecho de tener o no sexo); es lo que brinda
una identidad sexual admitida por la sociedad española del siglo XVI.
Existían dos poderes opresores que no brindaban ningún privilegio a la condición
femenina: el Estado y la Iglesia. Estas instituciones durante mucho tiempo han poseído el poder y
el control de la sociedad; se ha valido del patriarcado como forma de control para mantener “un
orden” que les beneficie completamente
Para Foucault el poder es una relación en la cual unos guían y conducen las acciones de
los otros, es decir que el poder no sólo reprime, sino también induce, seduce, facilita, dificulta,
amplía, limita y hasta puede prohibir (37). La Corona española ejercía el poder físico y la Iglesia
el poder moral. Existía una forma de poder político que se ha ido desarrollando a partir del siglo
XVII. La técnica que utiliza es el poder pastoral (35), que se refiere al pastoreo de ovejas, en
donde existe un pastor que dirige a su manada.
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Desarrollo:
Catalina estaba en descontento con la vida que le había tocado, sus padres la ingresaron al
convento pero ahí la maltratan otras monjas; esta era la segunda opción de una mujer que no
quisiera o pudiera casarse. El estar encerrada las veinticuatro horas limitaba el espíritu aventurero
que poseía. La crítica feminista deduce que la inferioridad social que padecían las mujeres se
reforzaba y se complicaba debido a que la mujer no tenía acceso al lenguaje sino mediante
sistemas de representaciones “masculinos” que la desapropiaban de su relación consigo misma y
con las otras mujeres (Dorlin16), pero La monja de Alférez sabía leer latín, y al estar durante
mucho tiempo en el convento adquirió cierto conocimiento que la llevó agilizar su ingenio.
El género del personaje cambia cada vez que la situación se torna difícil; al inicio del
relato y cuando está en peligro de muerte se reconoce como mujer; pero cuando ya está vestida de
hombre, de viaje, cuando la suerte le sonríe, o cuando tiene una riña se asume como un varón.
Al adquirir el nombre de Francisco Loyola cambio su identidad social por una más
privilegiada. Catalina como mujer no podría presentarse y desafiar las reglas, tenía que adoptar la
identidad masculina para poder hacerlo.
Catalina debió ser andrógina, para que al cambiar de género, nadie dudara que era
hombre. El destino le dio la oportunidad de desafiar su origen, siendo paje se encuentra cara a
cara con su padre, y él no la reconoce; pero la verdadera transgresión se da cuando regresa a San
Sebastián, su patria, --donde ella nos cuenta “sin ser de nadie conocido, bien vestido y galán. Y
un día oí misa en mi convento, la cual misa oyó también mi madre”. No sólo convivió con la
gente que la conocía sino que se enfrentó a su antiguo opresor, la religión. El miedo que tenía a
ser descubierta la orillaba a cambiar de lugar, a robar e irse. “Foucault denomina resistencia a esa
búsqueda de los sujetos por escapar del control y de la vigilancia”. Y como varón escapaba del
foco del poder.
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A pesar de que Catalina niega su identidad biológica al adoptar otro rol, se percibe
atractiva como varón y siente atracción por algunas mujeres. El jugueteo y la seducción era parte
ya de su identidad, ella dice: “Y un día estando en el estrado peinándome acostado en sus faldas y
andándole en las piernas”. Su interés, es muestra de que no le desagradaban ciertas damas, gustos
que la metieron en muchos problemas; como con su hermano, Miguel de Erauso con quien había
hecho una gran amistad la cual terminó por una mujer. En el texto la propia autora muestra su
preferencia sexual. Describe quién es agradable o no ante sus ojos, y acepta en su discurso su
atracción por ciertas mujeres, “que tendría a bien que me casase con su hija […] la cual era muy
negra y fea como un diablo, muy contraria a mi gusto, que fue siempre de buenas caras” (46-7).
Situación distinta cuando le ofrecen a la sobrina del Secretario de Obispo, y con ello una buena
dote “Vide a la moza y parecióme bien, y envióme un vestido de terciopelo bueno” (48). Aunque
el temor de saberse descubierta, la orilló a robar y a dejar plantada a su prometida.
Catalina asume en su papel de varón y sabe que todo hombre debe ser valeroso, debe
demostrar su hombría, por ello ingresa al ejército en Chile. El personaje de Francisco Loyola
cumple con todas las características que posee un sujeto dominante, aunque Catalina en su
condición como mujer haya sido marginada; se transforma y lucha contra los otros: los salvajes,
los indios. Existe un discurso patriótico, un llamado a los españoles a dar la vida si es preciso por
su rey, “Yo, con un mal golpe en una pierna maté al cacique que la llevaba, se la quité” (Erauso
37).
Para el Estado de la cuestión revisé varios trabajos:
Enriqueta Zafra (496):
- El libro representa ambigüedades.
- Implícitamente sí buscaba la fama al publicar sus memorias.
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- Catalina cuenta su historia como hombre, con su ejemplo muestra todos los pilares del
patriarcado: virginidad, honor, valentía y patriotismo; porque al confirmar estos principios
reafirma su superioridad.
- Su estrategia discursiva consiste en confirmar con su comportamiento los valores
masculinos.
Diana Galindo (161-2):
- La obra pareciera estar construida con un objetivo plural; adaptando lo que debían saber
las autoridades militares, civiles y eclesiásticas sobre ella.
- El texto trata una temática específica, aquella relacionada con el paso al Nuevo Mundo y
el comportamiento del indiano, respecto al cual se construye a Catalina de Erauso como
personaje ejemplar.
- Moldea estratégicamente las prácticas sociales de una jerarquía de valores acorde con un
imperio en expansión.
- El personaje se despoja de su feminidad.
Chloe Rutter-Jensen (86-8):
- Crea nuevas fronteras, y límites, intensificándolos como un sitio de lucha sobre la
identidad de género.
- Cuestiona las categorías de género/sexo tanto en los estudios de la modernidad temprana
como en los estudios culturales contemporáneos.
- Utiliza mucho de los tropos de la narrativa soldadesca española del siglo XVII, un género
que delinea la masculinidad a través de las hazañas militares, esta narrativa presenta los
detalles más mundanos de la vida diaria.
- Existe una hipermasculinidad, cuando describe sobre sus peleas, duelos y anécdotas
violentas que sale siempre victoriosa.
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Conclusión:
Catalina encontró la manera de trasgredir su situación social, y halló la forma de ir en contra de
las reglas, usando las mismas que oprimían su condición como mujer. Lo que la orilló a cambiar
de género fue la desigualdad social de la época; las pocas oportunidades que tenía como mujer;
su espíritu aventurero y su preferencia sexual hacia su mismo género. Se le presentó la
oportunidad de vivir la vida que al nacer mujer, le estaba negada y la tomó. Supo pasar de ser el
sujeto dominado a ser el sujeto dominante, dando un ejemplo de buena moral como resultado de
su vida como varón. Catalina es el instrumento que utiliza la Iglesia y la Corona española para
afirmar los valores que promueven como absolutos; imponen el patriarcado como una guía
necesaria para la sociedad; ven la heterosexualidad como la conservación del poder y el pase
directo al cielo. Los actos de Catalina son ambiguos; por una parte sirven como un ejemplo
positivo de la vida que debe llevar un varón; por otro lado, transgreden las mismas reglas que
promueve.
Catalina ambiciona cambiar de condición, ser el sujeto del poder. Porque la vida limitada de una
mujer era ser inferior, era escuchar y obedecer, ser invisible ante el mundo por el temor a parecer
una mujer pública. Pero Catalina logra cumplir sus deseos, logra sobresalir y tiene la oportunidad
de dejar un registro escrito de sus actos en una sociedad donde sólo los hombres poseían ese
derecho.
Bibliografía:
Dorlin, Elsa. Sexo, género y sexualidades. Introducción a la teoría feminista. Buenos Aires: Nueva Visión, 2009.
Erauso, Catalina de. Historia de la Monja Alférez. Madrid: Hiperión, 2000.
Fonseca Hernández, Carlos y María Luisa Quintero Soto. “Teoría Queer: la de-construcción de las sexualidades periféricas.” Sociológica. 69. (2009): 43-60.
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Galindo Cruz, Diana. “Un sujeto ejemplar: Catalina de Erauso, La Monja Alférez.” Cuadernos de Literatura. 14 (2010): 156-71.
García Canal, María Inés. Foucault y el poder. México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2005.
Rutter-Jensen, Chloe. “La transformación transatlántica de la monja alférez.” Revistas de Estudios Sociales. 28 (2007): 86-95.
Selden, Raman, et all. Teoría Literaria contemporánea. Barcelona: Editorial Ariel, 2001, pp.293-314.
Zafra, Enriqueta. “El caso de las ‘mujeres sueltas’: Isabella de Luna, prostituta en el ejército imperial y cortesana española en Roma, y la Monja Alférez, Catalina de Erauso.” Hispanic Review. 81 (2014): 487-504.
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