la mandragora nº 3 - aÑo 5 #59

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I. E. S. León Felipe – Benavente Pág. 1 L a M a N d r ag o R a Año V ~ Nº 3 (Diciembre, 2004) [#59] http://centros5.pntic.mec.es/ies.leon.felipe2/mandrago/index.html lamandragora @i espana.es / lamandragora @g mail.com ~~~~~~~~~~~~ Revista escolar de información, debate y creatividad ~~~~~~~~~~~~~ El sueño de la razón produce monstruos del «LEÓN FELIPE»

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Revista del IES León Felipe de Benavente (Zamora)

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Page 1: LA MANDRAGORA Nº 3 - AÑO 5 #59

La MaNd ragoRa Año V ~ Nº 3 ~ D i c i emb re / 2004 [#59 ]

I. E. S. León Felipe – Benavente I. E. S. León Felipe – Benavente

Pág. 1 Pág. 16

La MaNdragoRa

Año V ~ Nº 3 (Diciembre, 2004) [#59] http://centros5.pntic.mec.es/ies.leon.felipe2/mandrago/index.html

[email protected] / [email protected]

~~~~~~~~~~~~ Revista escolar de información, debate y creatividad ~~~~~~~~~~~~~

El sueño de la razón produce monstruos

del «LEÓN FELIPE»

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La MaNd ragoRa Año V ~ Nº 3 ~ D ic i embre / 2004 [#59 ] La MaNd ragoRa Añ o V ~ Nº 3 ~ D i c i emb re / 2004 [#59 ]

I. E. S. León Felipe – Benavente http://centros5.pntic.mec.es/ies.leon.felipe2 I. E. S. León Felipe – Benavente http://centros5.pntic.mec.es/ies.leon.felipe2 Pág. 2 Pág. 15

SUMARIO Página 1~ PORTADA Palabras que me gustan, de Esperanza

Valle

Página 2 ~ OPINIÓN La inmigración, de Siri

Página 3 ~ REFLEXIONES El rincón de los sueños, por Yo / Que la

estrella derrame su luz en el camino, de I. García-Porma

Página 4 ~ CREACIÓN LITERARIA Y… Versos, de Francisco Javier Bermejo /

Las mujeres y el Sida, por Sandra Kiru

Página 5 ~ CREACIÓN LITERARIA Un sueño, un despertar, de Sergio

Castrillo

Página 6 ~ LITERATURA Poesía / Diario de un novato, por J.

Calabazas

Página 7 ~ HUMOR Y SOCIEDAD Doña Tecla / Quino / De “El libro de los

abrazos”, por Eduardo Galeano

Página 8 ~ ENTREVISTA A… Gente del teatro: Compañía “Carpe Diem”

de Tomelloso, por Sheila Robles

Página 9 ~ LIBROS Ramonerías / + Libros = + Libres

Página 10 ~ OCULTISMO Y RELATO Las caras de Bélmez, de B.J.W. / El

valor de la vida, por Lluvia Pérez

Página 11 ~ HISTORIAS Historias de «bichito», de J. A. González

Página 12 ~ AVENTURA Y SABER La Ruta Quetzal, de Esther Rodríguez

Página 13 ~ CENTINELAS DE LA PALABRA Por I. García-Porma

Página 14 ~ DESDE EL DEL

CINE: Melinda y Melinda, de W. Allen LITERATURA: Valerio M. Manfredi LITERATURA INFANTIL: Gustavo Martín

Garzo

Página 15 ~ CINE Y AGENDA Hablemos de cine… Clásico, de Tatista /

Agenda de actividades Extraescolares

Página 16 ~ CONTRAPORTADA Un sueño, de Lorena López / El-del-fín

Las opiniones publicadas en La Mandrágora son exclusivamente de sus respectivos autores.

AGENDA

13 de diciembre: Exposición del 7º CONCURSO DE POSTALES

NAVIDEÑAS. Esta actividad está organizada por el Departa-mento de Educación Plástica y Visual y va diri-gida a todos los alumnos del Instituto.

20 de diciembre: Participación en el 24º concurso na-

cional “¿QUÉ ES UN REY PARA TI? El concurso va dirigido a los alumnos de 1º y 2º de la ESO y de Educación Especial.

Entrega de premios a los alumnos de 1º de ESO que han participado con sus cómics en la elaboración del mural conmemorativo del Día de la Constitución.

------ => Solicitud para participar en la actividad de

«Iniciación al Deporte del Esquí» que orga-niza la Diputación de Zamora. De ser selec-cionados, esta actividad se realizaría a me-diados de diciembre.

El día 1 de Diciembre fue el Día Mundial Contra el SIDA, y en el

«León Felipe» lo celebramos:

El I.E.S. «León Felipe» desarrolla durante este curso 2004-05 un Proyecto de Innova-ción Educativa, aprobado por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, bajo el lema Cervantes y El Quijote en su IV Cente-nario. El objetivo del proyecto es estimular en los alumnos, mediante actividades en el aula y fuera de ella, el conocimiento e interés por la genial obra de Cervantes desde varias perspecti-vas: la literaria, la de cultura clásica contenida en la obra, la filosófica, la musical, la religiosa y la de tratamiento plástico de los personajes.

REVISTA LA MANDRÁGORA DEL «LEÓN FELIPE»

DIRECCIÓN: Salustiano Fernández. REDACCIÓN: Estela Astorga, Lara

Calvo, Aarón Centeno, Fernando Cid, Laura Criado, Isidro García, Javier García, Sandra Izquierdo, Lo-rena López, Emperatriz Losada, Sandra Manteca, Tomás N. Martí-nez, Soraya Pedrero, Sheila Robles, Esther Rodríguez, Ana Sánchez.

IMPRIME: Gráficas CUBICHI EDITA: I.E.S. León Felipe Avda. Federico Silva, 46 49600 BENAVENTE (Zamora)

LA INMIGRACIÓN

Crecemos y, a la par, nos formamos como personas dentro de un determinado “ambiente cultural” que nos inculca unas ideas, unos valo-res y unas creencias que rigen nuestra forma de ser y de actuar: un estilo de vida y una conducta que se consideran adecuados en la colectividad de la que formamos parte. Tan arraigadas están en nosotros estas ideas que hemos absorbido que constituyen de por sí nuestra segunda naturaleza, Las hemos convertido en propias y difícil-mente alterables. Esto es un hecho. De ahí que cuando a nuestras vidas llegan, por diferentes medios, conductas “extra-ñas” de personas que pertenecen a culturas con otras ideas y sus particu-lares visiones del mundo sentimos, ante todo y en primer lugar, asombro, perplejidad. Y aunque a continuación reflexionemos con mayor profundidad sobre ellas y encontremos una expli-cación razonable, con bastante seguri-dad seguiremos tachándolas de raras, extravagantes, ajenas. Tal circunstancia no plantearía conflicto alguno si cada cual desarro-llase su actividad dentro de una co-munidad cuyos individuos al completo compartieran la misma cultura. Pero la experiencia nos lleva a afirmar que el contacto entre culturas resulta in-evitable. Y es en esa confrontación donde se pone de manifiesto la capa-cidad del ser humano de respetar y tolerar al que no piensa como él, cons-tituyendo así las bases de la conviven-cia. De modo que superar esa primera impresión, ese rechazo instantáneo, y aceptar al que es diferente es ya un gran avance. Pero si conseguimos además profundizar en las relaciones, enriquecernos mutuamente con las diferencias y compartir experiencias en conjunto, entonces habremos al-canzado el éxito de dicha convivencia. La interculturalidad, por tanto, lejos de ser negativa, proporciona grandes beneficios a todas las partes. Que los ciudadanos seamos conscien-tes de tales beneficios y que estemos siempre dispuestos a dialogar y a en-tender al otro es un paso importante para cambiar actitudes racistas e into-lerantes en busca de la paz mundial.

SIRI

¡QUÉ BELLO ES VIVIR! Título original: It's a wonderful life / Duración: 129' / Año: 1946 Director: Frank Capra Guión Frances Goodrich, Frank Capra, Música: Dimitri Tiomkim Intérpretes: James Stewart, Donn Reed, Thomas Michel,

HenryTravers, Lionel Barrimore.

¡Qué bello es vivir! es la película navideña por excelencia. Toda TV que se precie la programa una vez (si no dos) todos los años en dichas fechas sabiendo de antemano que no se equivoca.

Dirigida en 1946, su director y su intérprete principal siempre confesaron que era la película favorita de todas las que habían realizado en sus res-pectivas carreras. Aunque recibió 8 óscars, no obtuvo un gran éxito de público cuando fue estrenada tras el final de la II Guerra Mundial. La gente, tras la contienda, estaba desencantada y había perdido la inocencia. Por el contrario a partir de los años 60 y al ser pasada repetidas veces por televi-sión, la película fue “redescubierta” convirtiéndose en un clásico, logrando además no parecer anticuada. Todavía vigorosa, consigue conmover a lo largo de sus129' (pocos espectadores logran no derramar alguna "lagrimi-lla" a lo largo del largometraje). Es una fábula fantástica (con ángel y cam-panillas incluidos), que derrocha optimismo sobre la bondad humana.

El argumento es aparentemente increíble, pero no tanto teniendo en cuenta que es una fábula acerca de la bondad de la gente común. George Baily (James Stewart) decide suicidarse el día de Nochebuena, agobiado por la pérdida de una gran cantidad de dinero de su empresa, puramente familiar, que se dedica a hacer préstamos a la gente humilde para financiar sus viviendas. Para evitar su propósito suicida es enviado a la tierra un despistado "ángel" (un genial Henry Travers) que casi nunca tiene éxito en los encargos que le encomiendan. Para lograrlo, le mostrará los beneficios que su existencia y sus acciones suponen para todos los que han vivido con él o sencillamente lo han conocido y lo desastroso que hubiese sido y sería su no existencia.

Frank Capra siempre sostuvo que había rodado la película como home-naje a la gente sencilla que hace su trabajo esforzadamente, abordando los problemas cotidianos con confianza y esperanza; y de paso insinuaba que, al final de todo, la mayoría de los desastres sobrevienen por la avaricia (Lionel Barrymore es un perfecto tacaño, casi estereotipo del avaro).

Película recomendable en cualquier época del año. Es un buen momento para "remirarla", dadas las fechas, o verla por primera vez aquellos que nunca lo hayan hecho (¿a qué esperan?).

TATISTA

OPINIÓN CINE Y AGENDA

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CINE:

MELINDA Y MELINDA Director: Woody Allen Intérpretes: Will Ferrell,

Radha Mitchell, Chloë Se-vigny, Chiwetel Ejiofor, Jonny Lee Miller, Wallace Shawn, Josh Brolin, Larry Pine, Amanda Peet, Broo-ke Smith, Zak Orth, Vi-nessa Shaw, Steve Carell

Fotografía: Vilmos Zsig-mond

Guión: Woody Allen País: EE.UU. Año: 2004

¿Es la vida drama o comedia? Esta pregunta sub-yace, sin duda, como motor de Woody Allen, en su faceta artística, pero también en su propia vida. Fruto de este interrogante surge la nueva película de Woody Allen, Melinda y Melinda, un auténtico ensayo sobre el cine y la visión del director ante una historia.

Arranca la historia en uno de esos fabulosos restau-rantes neoyorquinos repletos de humo y gente interesante charlando. En una mesa encontramos a un grupo de personas liderado por dos creadores: uno con una visión dramática en sus obras, otro que se ha forjado una carre-ra exitosa con sus comedias. Un tercer invitado lanza el reto: cuenta una anécdota escuchada recientemente. Los creadores muerden el anzuelo y, como si de las dos par-tes que forman al esquizofrénico Allen se tratara, co-mienzan a contarnos cada uno la misma historia desde sus dos puntos de vista de la vida: el dramático y el cómico.

Sin duda pocos creadores son tan insultantemente fieles a sí mismos como el gran Allen, por quien el abajo firmante siente una debilidad, no exenta de cierto esno-bismo adolescente. Melinda y Melinda no es una excep-ción ni una “rara avis” en la carrera del director neoyor-quino. Está repleta de sus filias y fobias, un auténtico compendio de temas woodilianos (me he inventado esta palabra porque allenianos suena a un tratado sobre temas ufológicos)

Como en la vida misma, la parte cómica de la pelícu-la es mucho más cruel que la dramática. Seguramente porque no hay nada que nos divierta más que la desgracia humana. Ya dijo el maestro neoyorquino en una ocasión que la fórmula de la comedia es drama + tiempo. Y sin duda no le falta razón. Todos nos reímos de nuestras desgracias en cuanto conseguimos alejarnos de ellas. En Melinda y Melinda Allen no se “moja”. Nos presenta sus dos caras: la comedia dramática y el drama cómico, las dos tan suyas, las dos en el fondo tan semejantes. No puede tomar partido porque ambas son Woody Allen.

Extraordinario, como siempre, el trabajo de los acto-res, mérito de una gran desconocida: Juliet Tailor, directora de casting de las pelis de Allen y auténtica cómplice de la estupenda elección de actores en todos los trabajos del director del clarinete. Es un lugar común decir de tal o cual director que en sus películas los actores están en estado de gracia. En el caso de Allen la clave es mucho más simple, se trata de espléndidos actores de-fendiendo soberbias películas de personajes.

El psicoanálisis, la paranoia, la burla de la intelectua-lidad neoyorquina, el sexo, la infidelidad, la obsesión, las relaciones maestro-alumna... todos estos temas están en Melinda y Melinda, pero también en el 90 % del cine y de la vida de Woody Allen. Por eso si te gusta el universo de Allen pasarás un buen rato aunque no sea una de sus mejores creaciones (ninguna alcanzará la genialidad de Manhattan); y si no te gusta saldrás del cine aburrido y con un sentimiento de soporífero antiesnobismo (qué expresión más esnob) En todo caso, si no conoces el cine de Woddy Allen corre al videoclub y alquílate 2 ó 3 de sus pelis. Si te llegasen a gustar, pasarás a formar parte de la legión de espectadores que esperamos todos los otoños la llegada de su creación genial.

DOMINGO RODRÍGUEZ AYERBE

LITERATURA:

Valerio Massimo Manfredi

Quimaira

Nuevas Ediciones de Bolsillo Barcelona, 2003

Fabrizio Castellani es un joven arqueólogo que se ve atrapado por una miste-riosa maldición cuando co-mienza a investigar en la ciudad toscana de Volterra (Italia) los secretos que esconde una estatua etrusca que simboliza a un niño, víctima al parecer de un asesinato. Pero la tranquila atmósfera de Volterra em-pieza a ser perturbada: varios hombres son ataca-dos por una desconocida bestia de grandes dimensio-nes, un animal mitológico que parece haber retornado del pasado más remoto, para llevar a cabo su ven-ganza. Fabrizio recibe inquietantes llamadas tele-fónicas, amenazas que pre-tenden obligarle a abando-nar la investigación. Aun así prosigue con su trabajo, llegando incluso a poner su vida en peligro...

Una novela basada en descubrimientos arqueológi-cos, en la cual el autor se abre paso a través del mis-terio y la intriga, gracias a que cada página nos revela una nueva incógnita.

LORENA LÓPEZ

Valerio Mássimo Manfredi

LITERATURA INFANTIL:

GUSTAVO MARTÍN GARZO

Tres cuentos de hadas

Ilustraciones de Jesús Gabán Ediciones Siruela, Madrid, 2003

El escritor Gustavo Martín Garzo, que ya obtuvo el Premio Nacional de Narrativa el año 1993, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil del año 2004, por su obra Tres cuentos de hadas.

RESUMEN: Hubo un mundo en el que convi-

vían los hombres y los animales. Había bosques frondosos y árboles llenos de pájaros, y duendes y elfos y gnomos y hadas bondado-sas y hadas malvadas. Es en ese mundo donde tuvieron lugar las historias que cuenta Gustavo Mar-tín Garzo. Sus habitantes tenían poco dinero, trabajaban duramente y, a veces, tenían enfermedades. Pero también sucedían hechos extraordinarios: un circo que llega-ba al pueblo, la música, las fies-tas... y la magia. Sucesos todos ellos dignos de ser contados. Y de eso tratan estos cuentos: de una niña que se hace amiga de un ruiseñor que acaba salvándole la vida; de un hada que envidiaba la vida de los hombres y que habitó en el cuerpo de una niña muerta, haciendo de su madre una mujer feliz; de un labrador que encuentra en una cestita a la hija que había deseado, una niña que, sin necesi-dad de hablar, consigue hacerse amiga de un dragón y casarse con un príncipe que encuentra en el monte... Y todo esto sucede por-que, como dice Gustavo Martín Garzo, haciendo suya una antigua enseñanza de las hadas: «no hay nada, si se desea con suficiente fuerza, que no llegue a cumplirse».

ES DÍA DE LA DESPEDIDA

Estuve meses y meses esperando a que llegara el día en que mi vida cambiaría de lugar.

Siempre estuve esperando a que llegara mi mayoría de edad, un buen trabajo y mi cabeza asentada, para poder marcharme de casa, y de Benavente, y poder vivir mi propia vida, sin que nadie me dijera lo que tenía que hacer, o a qué hora tenía que volver a casa, etc., en fin, vivir con quien yo quiera y como yo quiera.

Ahora que ya llegó el día, se me hace raro, convivo con un montón de gente y comparto habitación. El día que aprobé las pruebas físicas, pensé: ”Por fin me voy a Madrid, a conocer gente y mundo nuevo”. Esto ocurrió más o menos un mes antes de que yo me fuera; ahora ya estoy dentro y a veces me pregunto ¿qué estarán haciendo ahora mismo mis amig@s en Benavente?, ¿y mi familia?, ¿y mi novio?... Un montón de preguntas que casi nunca tienen contesta-ción. Me llaman o llamo yo por teléfono, pero no todos los días, si no la factura sube mu-cho, además casi no tengo tiempo.

Con eso no quiero decir que aquí esté mal, tengo muchos amigos/as, y tengo un trabajo estable y duradero, pero no es lo mismo.

El día que me despedí de mis amig@s fue un día horroroso, todo eran lloros y pala-bras de no nos olvides, vuelve cuando quie-ras, te esperaré, te quiero... Es muy duro el pensar que en dos meses no vas a volver y no los vas a poder ver.

Cuando me despedí de mi novio fue lo peor, porque teníamos miedo de que lo nuestro se acabara, ya que, como se sabe, la distancia hace el olvido, pero lo llevamos bastante bien y de momento esto va viento en popa a toda vela.

En fin, con esto quiero decir que luchéis por conseguir lo que queréis en la vida, aunque ello conlleve pasarlo mal algún tiem-po. Ahora mi vida sigue y con ella mi sueño haciéndose realidad.

YO

QUE LA ESTRELLA DERRAME SU LUZ EN EL CAMINO

Voces de sabiduría aconsejan a

un paladar exquisito que no engulla nun-ca con prisas los manjares suculentos que humean sobre el mantel; tampoco sería recomendable calmar la sed con un in-terminable trago de mosto sin percatarse previamente de los tonos cromáticos y de los aromas que se desprenden de la copa. Lo excelso requiere un ceremo-nial previo, velado a las inteligencias que sólo peregrinan a la búsqueda de la veta de oro; exige gestos tan absurdos como repletos de secretas cadencias. Quien logra despojar su paso del cansancio y desprender de las sandalias el polvo que se adhiere a ellas en el ca-mino, verá que el mismo arde y expande un cálido abrazo a la imaginación. Los alaridos más humanos, y por tanto más profundos, brotan y alargan sus ramas en las sinfonías del silencio: todo un mar infinito que, en reposo, muestra sus senos de coral solamente al marinero que duerme de cara a las estre-llas. Los espíritus son convocados al hogar paterno cada vez que los hermanos huérfanos entrelazan su canto y sus con-gojas y amasan su memoria ebrios de infancia y del cariño desprendido del alar del caserón de la memoria. También ellos emigrarán un día, pero lo harán en un vuelo sonoro hacia los jardines del sueño. ¿Por qué secreta razón arranca la lluvia su música mejor en las esquirlas del desfiladero? ¿Por qué para interpretar una salmodia sólo sirven las lágrimas? El que logra amar el esplendor de las ideas y busca en el arcón de los antepasados las llaves de su contextura, será capaz de explicar a los demás su canción luminosa; será capaz de mostrar esa estrella que gravita sobre los campa-narios seduciendo a la veleta. Mas, si albergas aún dudas, pasa la página del viento, doma tus potros de fantasía, bebe el hálito de las ruinas y descubrirás que en el juncal se ha des-prendido un trozo de luna. Ahí comienza tu errancia y el sendero definitivo. Porque, precisamente cuando habías creído encontrar la evidencia, multitud de estelas rasgan el azul inmen-so y comprendes que la vida es errancia por caminos sin trazos. Entonces sola-mente puede guiarte la estrella, pero primero habrás de descubrir la tuya en el firmamento entre la osamenta de las constelaciones. Yo puedo asegurarte que existe; me lo contó, antes de perderse con su avión en el océano, Antoine Saint-Exupéry; él me reveló el secreto en un vuelo por los Andes, donde se confunden las nubes, los cóndores y las estrellas.

I. GARCÍA-PORMA

DESDE EL OJO DEL TRIÁNGULO REFLEXIONES

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versos

de Francisco Javier Bermejo Recibió uno de los dos segundos premios en el XXVIII concurso

literario del IES «Léon Felipe». Curso 2003-04.

I Arañando las agujas

del reloj que mató las horas, se desvanece cuando empujas

mi corazón hacia la soga. --------

El mar sobre el que volamos es desierto hoy,

y la arena en la que flotamos susurra que nunca seré lo que soy.

--------

Existe un muro que nunca podré saltar y una valla de alambre y espinas, y un telón que se resiste a bajar

y un nido de viento sin golondrinas. --------

Intentaré volar sobre él o azotar sus ladrillos con mi vida,

y romper la dureza de su piel aunque el rencor de su cuerpo me lo impida.

II Nunca vi tristeza más grande en mis ojos.

Él entrelaza sus manos para sentir palpitar su vida, mientras el mundo le maltrata sin medida.

--------

Nunca sentí tanta hipocresía en mi pellejo ni tanta suerte entre mi alma. Solamente vi brillar a lo lejos

el metal de la pobreza en sus palmas. --------

Recuerdo que no dormí aquella noche, ni pude hablar con la almohada,

solo pude arrancarme a tiras la decepción de su mirada.

--------

Y nos apartará siempre la distancia, y el olvido romperá los anclajes, y seguirá habiendo intolerancia,

mientras la vida siga con su viaje.

III No hay que buscar

el amor en la basura, aunque a veces nos dé por pensar

y perdamos la cordura. --------

No hay que esquilar los sentimientos en invierno,

aunque a veces preferimos llorar a que enferme nuestro corazón enfermo.

--------

No hay que apagar el brasero del calor eterno,

aunque a veces sea mejor soñar que abrasarse en el infierno.

--------

Hay que volar, perderse en otras ciudades,

aunque a veces escapar duela más que las verdades.

Puesto que recientemente ha sido el día mundial contra la vio-lencia de género y el día mundial contra el SIDA, he decidido englobar los dos temas en uno: el género femenino y el SIDA.

¿No os habéis parado nunca a pensar que la mujer siempre tie-ne más riesgo y vulnerabilidad frente a esta enfermedad que el varón? Sobre todo es así en los países en vías de desarrollo, donde la esposa tiene que ser siempre fiel y tiene la obligación de satisfacer al marido, que ha podido contagiarse fuera del matri-monio y pegarle a su esposa no sólo esta terrible enfermedad sino cualquier otra. A veces ocurre el contagio por violación de tipa-rracos degenerados y, para colmo, después la mujer será repudia-da por toda la sociedad.

En los países desarrollados, la confianza en la pareja estable es también una vía para los contagios, ya que aunque confíes ciega-mente en la persona que amas, ésta puede no quererte tanto y ponerte los cuernos. La mejor forma de estar al corriente de tu salud es con un simple análisis.

Cuanto más pienso en éstos temas, más feminista soy, y es que

cada vez me doy más cuenta de las injusticias que hemos pasado y que aún seguimos soportando.- SANDRA KIRU

Quino

Las jóvenes enamoradas se suicidan, alguna vez, por el novio esquivo o segado en flor; nunca o casi nunca, por el esposo fallecido. ¡Triste de-mostración de la superioridad de la esperanza so-bre la realidad, de lo soñado sobre lo vivido.- SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL [El científico español de mayor prestigio. Sus hallazgos son la piedra angular de las ciencias neurológicas.]

Parece que en el amor todo lo que no sea esen-cialidad se cumple en la orgía de los sentidos y, como todo lo que halla cumplimiento, produ-ce más o menos tarde tedio y sabor a cenizas.-

RAMÓN J. SÉNDER [Nació en Chalamera (Huesca) en 1901. Es uno de los grandes novelistas de la litera-

tura española del siglo XX. Muere en el exilio, en San Diego, California, en 1982.]

…precisamente lo que hay de más sobrecogedor en el acto del amor, es que la eternidad nos roza y pa-sa.- ROSA CHACEL [Escritora vallisoletana. Fue Premio de la Crítica en 1976 por Barrio de Maravillas . En 1987 se le otorga el Premio Nacional de las Letras. Su obra Memorias de Leticia Valle fue llevada a la panta-lla. En 1990 recibió el Premio Castilla y León de las Letras. Murió en Madrid en 1994.]

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…es el arte… la más profunda tentativa de restaurar la perdida unidad entre la criatu-

ra humana y el cosmos.- ERNESTO SÁBATO

[Escritor argentino. Nació en Buenos Aires en 1911. Ha escrito varios libros de ensayos sobre el hombre en la crisis de nuestro tiempo y sobre el sentido de la actividad literaria. ]

CENTINELAS DE LA PALABRA

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La Ruta Quetzal, por Esther Rodríguez

El pasado verano, la alumna del “León Felipe” Esther Rodríguez formó parte de la expedición cultural llamada Ruta Quetzal, cuyas bases de participación e historia podéis consultar en www.rutaquetzal.com.

Ella misma nos irá contando su extraordinaria experiencia en estas páginas.

Esther, en el centro. con dos compañeras de expedición.

Expedición 2004:

De los Volcanes mexicanos a la “Translatio”. V Centenario de la muerte de Isabel la Católica.

Capítulo 1:

De la Pirámide del Sol al Volcán Paricutín. «Tirolí Tirolá, qué bonito es despertar y decir

con alegría: ¡buenos días, Tía María!». Así da co-mienzo la Ruta. Jesús Luna, jefe de campamento, nos despertaba así la mañana del 21 de junio. Poco a poco los ruteros fuimos saliendo de nuestras tiendas, nos pusimos las Panama Jack, las camisetas talla XL y fuimos a desayunar. Huevos con bacon, frijoles y chili.

Unas horas más tarde salíamos de camino a Teotihuacan, una ciudad maya situada al norte de la ciudad de México. Después de pasear entre sus ruinas llegamos a la Pirámide del Sol: una gran construc-ción de piedra. Empecé a contar los escalones pero perdí la cuenta en la mitad, sólo sé que tardamos una hora en subir. Aunque tuvo su recompensa, porque desde arriba se veía todo el valle.

Estuvo lloviendo toda la tarde y en días sucesivos; de hecho, creo que llovió durante los 22 días que estuvimos en América.

UN SUEÑO, UN DESPERTAR de Sergio Castrillo

Relato ganador de uno de los dos segundos premios en el XXVIII concurso literario del IES Léon Felipe. Curso 2003-04.

1.- En un tiempo existió una relación mágica; un ser, llamado hombre, tomaba aquello que necesitaba; no tenía preocupaciones banales de su existencia y per-manecía integrado en el todo. Pero sucedió que un día, uno de esos seres, se aprovisionó de una cuerda, se acercó al lindero del bosque más cercano y, atando ese cordel vegetal a varios troncos, cercó una peque-ña superficie. Las gentes de su clan lo veían como un personaje extravagante y fuera de lugar. Todos ellos, intriga-dos, decidieron que alguien debía acercarse a ese trozo de arboleda y preguntarle qué esperaba de esa acción tan extraña. Finalmente, una de las mujeres ancianas, una de aquellas que conservaban la sabiduría ancestral, fue hasta el lugar y llamó al joven mucha-cho. Entonces descubrió que éste había construido una pequeña choza en el margen de un riachuelo que dis-curría por el territorio rodeado por el trenzado de fibras. Cerca de ella había un pequeño sembrado y un poco más allá un cervato estaba atado a un tocón caído. La anciana alzó la vista y vio cómo el joven se acercaba a donde ella estaba situada con un arpón cargado con tres enormes truchas, cuyo peso le obli-gaba a doblarse. −Pequeño, ¿por qué te has alejado del poblado y has encerrado un trozo de bosque con este viejo cordel de hierbas? −preguntó Granaha, pues ése era su nombre, aunque todos la llamaban “la que habla con el aire”. −Granaha, replicó el joven, es una idea sencilla. Nuestro poblado es pequeño; cada cierto tiempo hay un periodo de escasez. Todos nos peleamos por un puñado de grano de lo que hemos cultivado y un peda-zo de hueso de los restos de la caza; el esfuerzo de todos no produce ningún éxito, pues, al fin y al cabo, todos pasamos hambre. Si cada uno de nosotros to-mase un trozo de tierra como suyo se solucionaría el problema; así, cada uno ganaría en libertad y no esta-ría atado a las leyes del clan; simplemente cazaría cuando le apeteciera y sembraría cuando creyera oportuno y no cuando le fuera mandado. Hay tierra suficiente para todos y, así, nunca más nos mataría-mos entre nosotros por comida. Cada persona sabrá que le corresponde aquello que ha conseguido de su tierra. Hay abundancia, no debemos desperdiciarla devastándola por vivir en una comunidad tan unida, además podemos seguir relacionándonos de la misma manera y el resto de costumbres se conservarán.

−Entonces dices que todo esto es tuyo −interrumpió la anciana, que había captado la idea del muchacho. −Así es. Todo esto: la choza, el sembrado, el cervato y aquel pequeño trozo de arroyo también, pues necesito agua para el sembrado y el consumo. −Aún hay algo que no comprendo. ¿Por qué tienes a aquel pobre animal atado? −preguntó Granaha intrigada. −Ese pequeño animal se convertirá con el tiempo en uno de los grandes ciervos de este bosque, como aquellos cuya captu-ra requiere de tres buenos cazadores. Si lo mantengo atado un tiempo, teniendo cerca agua y pasto como tiene, crecerá, y cuando sea lo suficientemente grande lo sacrificaré para ali-mentarme de su carne. −Comprendo. Entonces −musitó para sí la mujer−, ya ha comenzado, ¿por qué? −¿El qué?, no te he entendido −dijo el chico, confundido. −Olvida lo que he dicho. ¿No crees que ese fabuloso animal cuando sea lo suficientemente grande no podrás comer toda su carne antes de que se estropee? ¿Por qué has pescado tres truchas si con una para ti es suficiente, incluso demasiado? −Se me presentó la ocasión; vi tres truchas juntas en el recodo del riachuelo y las arponeé; no pensé en ese momento; quizá tengas razón, pero… sabes, te regalo una, la que elijas; me ha agradado que me visites, elígela. −Sabes que aun si la acepto no podrás comer las dos tru-chas que te quedan −indicó Granaha mientras cogía la trucha más pequeña para reafirmar su opinión. −Se me ocu-rre una idea: cocinaré las tres truchas. ¡Devuél-vemela!, no te parezca mal. ¡Invitaré a todo el poblado! Tam-bién cocinaré dos conejos que cacé ayer. ¿Puedes decir de mi parte a todo el clan que venga aquí este anochecer a comer lo que les ofrezco? Así podré contarles también a ellos mis proyectos. −Está bien, pero no des por hecho que acepten venir todos. Así fue. Granaha transmitió el mensaje a todas las gentes. Los más ancianos no aceptaron la invitación, parte por descon-tento hacia el comportamiento del muchacho, parte por el cansancio que producía ir hasta el lugar y la falta de ganas de oír el discurso del jovenzuelo. Los más jóvenes y los ya no tan jóvenes aceptaron. Clumh sirvió la cena entre las personas y expuso con claridad sus ideas. El comportamiento que consideraban “raro” quedó expli-cado; todos se mostraron satisfechos por volver con el estó-mago lleno y con algo que comentar al día siguiente, por lo que tomaron en mayor estima a Clumh.

(continurará)

La siguiente gran hazaña a la que nos enfrentamos fue la ascensión al volcán Paricutín; fueron 8 horas de marcha en las que te da tiempo a pensar de todo: lo que comerías si en el crá-ter hubiese un McDonalds, la ropa que te pondrías...

Ascensión al Paricutín

Después de caminar cuatro horas, el agua de las cantimplo-ras se agotaba, y nosotros con ella, el camino era difícil, tramos de ceniza intercalados con roca volcánica en la que un traspiés podría suponer una aparatosa caída. Cuando ya no puedes más, cuando eres consciente de tus límites, en ese momento, hay alguien que te anima a seguir. Sabes que lo vas a conseguir, andando, a gatas o con los dientes pero vas a llegar.

Se rumorea que quedan siete minutos; ¡qué ilusos! Aún quedaban dos horas. Dos horas que se asemejan a dos días, pero como todo en esta vida, eso también se acabó. Uno a uno íba-mos llegando al cráter...

Cráter el volcán Paricutín

Sin lugar a dudas, una vez arriba, cada uno celebró su triun-fo personal. Cuando estás allí crees que eres capaz de casi cual-quier cosa, todo el esfuerzo mereció la pena y en nuestro recuer-do quedan imágenes cómo esta:

Panorámica desde la cima del volcán Paricutín

(CONTINUARÁ)

CREACIÓN LITERARIA RUTA QUETZAL

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Zumban las últimas moscas del verano. En la alameda vecina, los árboles se descarnan y el suelo se dora de hojas.

Por entre las tupidas ramas de los vie-jos olmos, los últimos rayos del sol ca-lientan a unos pájaros que, sobre el teja-do, los miran extasiados.

Cuántas veces he deseado poder expresar con palabras la belleza de estas horas en que el sol se hunde, dejándonos en la vista el espectáculo grandioso de un cielo teñido de fantasía y, en el alma, esa melancolía, esos retazos de sueños, esa felicidad te-nue. Cuántos días, durante minutos que eran horas, he admirado la puesta del sol, y cuántos, en la oscuridad, me he quedado so-ñando. Sueños sin imágenes, sensaciones de cosas que no existen, deseos inconcretos que afloran en suspiros.

DAVINIA

Diario de un novato. By J.Calabazas

2.- A estas hojas vuelvo a contar mis dolores, desde la múltiple ciudad del Tormes con el humor de un Lázaro moderno.

Lo primero que debo contar es

que no me acostumbro a dormir la siesta nada más que los domingos en verano (por lo que suele pasar lo sába-dos); lo segundo, que mis andanzas como héroe helmán-tico se ven degradadas (por decirlo de alguna manera) a héroe de andar por casa cuando veo a los especímenes que hay por aquí; y lo tercero, cuando Einstein desarrolló la teoría de la relatividad, ¿le pidió acaso a la comisión del premio Nóbel que resolviera en el plazo de un año el enigma Ontológico?, pregunto por simple curiosidad...

Pero, bueno, como me han pasao muchas cosas

en este mes, voy entrar en la jornada de acoso y derribo (que vienen siendo los exámenes parciales) y os voy a contar algo pa’ ir abriendo bocas.

Como os decía en el número 1 de La Mandrágora,

la vida del estudiante universitario se resume en tres palabras: botellón, jueves y exámenes; estos últimos son los que dan nombre a los estudiantes, por aquello de que se dejan para el ultimo día (estudia-antes).

Bien, en este mes se me ha pasado en hacer

amistades en la facultad y conocer a gente de lo más pintoresca (un día os hablaré de Paul, pues se merece un capítulo aunque no lo conozca personalmente).

La verdad es que el tiempo que llevo aquí se me

ha pasao en un suspiro (o dicho de otro modo: entre el botellón de Medicina y el de Ciencias, que viene siendo muy parecido), porque entre las prácticas de Química (instauradas por los mismísimos habitantes del Averno para hacernos las tardes felices) que duraron una semana entera, las cuales consistían en estar 5 horas de pie mezclando cosas que no sabías siquiera que existían para ver cosas que con un poco de suerte las ves en un vaso de cubata un sábado por la noche, y las clases de por la mañana, te pasabas los días en la calle con más frío que los perros nuevos (el día 14 de noviembre llegamos a los -2º a las 3:30 de la tarde).

Menos mal que llegó el esperado botellón de Medi-

cina; en el cual llovió como yo nunca había visto en mi vida (cosa que nos dio igual, porque allí, debajo de un puente, había como 1000 personas dispuestas a mojarse, por fuera y por dentro) y tuvimos un respiro de tanto apunte y profesor egocéntrico (sí, hijitos míos, por lo visto ser profesor de facultad es ser poco menos que Dios, pero más cabrón).

Al día siguiente, todos con resaca, y por primera

vez en 4 semanas de clase vi el aula medio vacía (no preguntéis por qué; yo duré 3 horas, pero por lo menos cumplí). Pero en ese primer día de fiesta universitaria, los novatos como yo vimos la luz y fuimos investidos con el bautismo de fuego, que será recordado por todos noso-tros el resto de nuestra vida o hasta que las bebidas espirituosas o los exámenes finales (lo que llegue antes) nos lo borren de la memoria.

El próximo número os cuento la apoteosis de San

Alberto (preguntadle a los Chemas y que os informen, que seguro que saben lo que es).

Por lo demás, bien; hace mucho frío, empezamos

los parciales y en mi casa he conseguido reducir la pobla-ción de cucarachas en un 10% (más o menos).

Hasta el próximo número y suerte en Diciembre.

cuando le anunciaron la muerte, Beny Moré quiso alargar la vida su anhelo era improbable y él, de cuyas hazañas como tarambana sabían en todas las madrigueras de ron y encajes de América, era el primero en reconocerlo como no podía beber, se consolaba frotándose las ma-nos con ron y aspirando aquel aroma de borrachera también era incapaz de fumar marihuana: le ahogaba una quemazón de agua hirviendo en los pulmones tenía 44 años y estaba a punto de morir tocaba la guitarra y susurraba a sus hijos las canciones que había cantado en San Sebastián de Las Lajas cuando era un niño y le contrataban para dar serenatas “tuve demasiado para saber cómo administrarlo”, decía

con los pocos dineros so-brantes de su reinado, había comprado la pequeña casa en el suburbio de La Habana: una construc-ción de planta baja con herrajes pin-tados de rosa en las venta-nas, una huer-ta con plata-neros en la trasera y un salón esquina-do en el que destacaba, como un altar ceremonial, el mueble bar forrado de plástico oscuro encontramos

el lugar preguntando mucho, tras perdernos en las espirales de La Víbora y El Cerro, esos barrios con nombre de bolero donde las calles parecen invitarte a la inmovilidad después de mucho camino, en una capilla pentecosta-lista una anciana negra, fumando un purito liado a mano, dijo saber la ubicación de “la casa de Bartolo” y se ofreció a acompañarnos

nos recibieron dos de sus hijos pero ya no recuerdo sus nombres: aquellos meses cubanos se han transformado en un sueño de opio el hombre tenía el mismo porte desenvuelto del padre la mujer miraba callada y con ojos de color Caribe se extrañaron de la visita, no entendían el motivo “papá cantaba, como hacían tantos otros”, dijeron todavía Europa no había descubierto, gracias a un califor-niano, los tesoros musicales de Cuba y Beny Moré sólo era un apunte en algunos libros, una canción en banales colecciones de merengues los hijos de «El Bárbaro del Ritmo» tampoco sabían de los capítulos dedicados a Beny en Tres tristes tigres, la nove-la de Cabrera Infante prohibida por el castrismo de la cual yo había llevado un ejemplar, con la única intención de que me sirviese de guía para rebuscar entre las ruinas en La Habana soplaba un viento casi huracanado, la tarde era sombría nos mostraron fotos: Beny con mujeres, Beny con som-brero alón, Beny con Pérez Prado, Beny en Nueva York con Dizzy Gillespie, Beny tocando la guitarra, Beny con el Trío Matamoros, Beny con más mujeres, Beny ente-rrado en La Habana, en febrero de 1963, en medio de un gentío... Beny, un gallo de muchos corrales en la parcelita del patio bebimos cerveza mientras comen-zaba un chaparrón “mi papá tenía una cochinita a la que llamaba Celia Cruz; un día, con los amigos, decidieron hacer un asado y se comieron a la pobre Celia Cruz” salí a la calle mientras los demás grababan las fotos los niños jugaban, como en el resto del mundo

José Ángel González

HISTORIAS

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LAS CARAS DE BÉLMEZ

Cuando escuchamos Bélmez de la Moraleda, asociamos a este nombre unas caras, pero… ¿qué ca-ras?

Unas formaciones tele-plastias (se llaman así a la aparición de figuras que pronto desaparecen o se

perpetúan en el tiempo, mutando su expresión o, lo que es más curioso, cambiando a veces ligeramente su emplazamiento en el suelo) que asemejan rostros como de seres humanos. El día 23 de agosto de 1971, Doña María Gómez cocinaba tranquilamente en la cocina de su casa cuando se percató de que en el suelo, junto al fogón, había una extraña mancha. Después de examinarla resultó que parecía una es-pecie de rostro. Su hijo conseguía imaginarse un rostro. No se le dio mucha importancia, pero a medi-da que pasaba el tiempo, se convertí en una imagen clara de una cara humana. En el pueblo se despertó la curiosidad por la imagen de la casa. Los vecinos decían que se parecía a la Santa Faz de la Iglesia de Jaén.

El hijo picó el rostro que había aparecido, pero unos meses más tarde aparecía otro. La familia ex-trajo el rostro y lo colocó en la cocina a modo de cuadro. Llegaron a excavar en la cocina tratando de encontrar algo que pudiera ser el causante de la aparición de las imágenes, y encontraron huesos que formaban parte de un antiguo cementerio del siglo XIII, aunque el pueblo date del siglo XV.

Al poco tiempo, nuevos rostros aparecieron en gran número en torno a uno central imperfecto y difuminado. No hubo tiempo de esclarecerlos porque el hijo los picó y los puso junto al fogón.

Se podían distinguir rostros masculinos y femeni-

nos. En 1975, en presencia del parapsicólogo Ger-mán de Argumosa, se levantó del suelo la imagen que hoy en día se conoce como “el pelao”. Unas imá-genes desaparecían y otras salían (siempre en el suelo de la cocina y junto al fogón).

Mucha gente ha atribuido estos fenómenos a la manipulación personal, pero hay otros muchos análi-sis que demuestran lo contrario.

Todavía queda bastante que contar sobre estas caras tan peculiares. Si lo queréis averiguar, no os perdáis la siguiente Mandrágora.

B.J.W.

Algunas de las caras aparecidas en Bélmez

EL VALOR DE LA VIDA Otra nochevieja igual en compañía de la familia y

haciendo propósitos que no logro cumplir casi nunca. Sentada repaso los momentos que me han merecido la pena este año, pero no son muchos; tengo la esperanza de que este nuevo año no esté cargado de lágrimas. Ingenua de mí sigo aún con la esperanza de que esto sea cierto. Pasan los meses y nada mejora, sigo sacando malas notas y mi vida social y amorosa no es la que me gustaría. En una de mis esporádicas salidas en compañía de mis amigas conocí al amor de mi vida, la única persona a la que nunca podré olvi-dar. No sé cómo fue, pero fue un flechazo y cada vez que le veía mi corazón daba un vuelco, las piernas me temblaban y me sentía como si estuviese saltando al vacío sin paracaídas. No sé cómo se puede sentir algo así, pero es a la vez fantásti-co y desgarrador. Pasó el tiempo y por fin decidí dar el paso más importante que he dado en mi vida, aunque no dejo de pensar que a lo mejor hubiese sido mejor esperar. Aquella fue una tarde de sábado del mes de abril y yo me había arreglado dispuesta a decírselo, a pedirle salir. Estuvimos toda la tarde de risas tomando algo con nuestros amigos y según pasaba el tiempo, más me costaba hacerle la difícil pregunta. Por fin me decidí y se lo solté como mejor pude. Su respuesta, por des-gracia, no fue lo que yo esperaba, y me saltó con que tenía que pensárselo. Cada día que pasaba yo me desesperaba más y la espera era cada vez más dura, lo que me hizo deducir que la respuesta era negativa y que estaba condenada a permanecer sola toda mi vida. Aunque este pensamiento me afloraba muy a menudo, también había una esperanza que me ayudaba: nos imaginaba juntos por mucho tiempo. Tardó un mes exacto en contestarme y la respuesta, como yo bien sabía, era la que me iba a hacer caer en la locura. Su “no” fue tan rotundo que mi corazón se partió en ese instante en mil pedazos llenando mis ojos de lágrimas y de pensamientos que sólo él podría sanar. Llegué a casa e intenté suicidarme varias veces. Finalmente desistí porque al no saber lo que hay al otro lado, la idea de la soledad me aterra realmente. Estuve sumida en una depresión durante varios días y sentía que no me merecía a la gente que me rodeaba. Poco a poco conseguí olvidar aquel episodio de mi vida, aunque aún hoy me resulta muy difícil de recordar. Casi no le vi en los dos meses siguien-tes y las veces que le veía me venía la misma sensación que cuando le conocí. Conseguimos arreglar las cosas y continuar como amigos aunque lo que yo sentía por él nunca cambiaría. Una tarde de otoño me encontraba con mis amigas y uno de mis mejores amigos se me acercó y me hizo una pregunta. Que si yo quería salir con él. Mi respuesta fue negativa; aun-que me dolía mucho hacer aquello, mi corazón se encontraba ocupado y no me gusta hacer que una persona se ilusione con algo que no tiene. Pasé muy malos ratos por hacer hecho lo que hice y me encantaría poder arreglarlo, pero ya no puedo hacer nada y él tiene que entender que sólo es mi amigo.

Otra vez me encontraba en nochevieja, esta vez no hice ningún propósito, simplemente cuando el reloj dio las 12 pedí con todas mis fuerzas lo que más deseaba que se cumpliera. Pedí estar junto a mi amor. Esa noche salí a la disco. Había empezado a escuchar los acordes de mi canción favorita, y allí, detrás de mí, pidiéndome un baile, estaba él. Bailamos y yo me sentí como si fuera la protagonista de una peli román-tica, en las nubes. La canción terminó y entonces él me abra-zó fuerte y acariciándome el pelo me dijo que había sido un tonto por dejarme escapar y que me amaba con toda su alma. De repente sus labios rozaron los míos y conseguí sentirme por primera vez en la felicidad más absoluta y la soledad se disipó para siempre. Aun ahora, después de un tiempo, pien-so que todo en la vida sucede por algo y no dejo de dar a gracias por no haberme suicidado aquel día.

LLUVIA PÉREZ

Tres Consejos Municipales se han creado en los dos años que llevamos de legislatura. El orden es indicador de las prioridades. En primer lugar, el Consejo de Fiestas −que no falten éstas aunque sobre aquél. En segunda posición, y medalla de plata, el Consejo Escolar −del que aún no sabemos su paradero. Y en tercer lugar, el Consejo de Ba-rrios −bueno, este último todavía parece hallarse en el horno de las buenas intenciones, con las que, según es proverbial, está construido enteramente

el suelo del infierno. Siempre se ha dicho: si tienes un problema (y quieres dejarlo como está, se añade), has de crear una comisión.

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El que más grita suele ser el que menos razón tiene. Lo digo pensando en el pleno municipal que aprobó ofrecer un solar para la futura construcción de un hospital en Benavente. Si esa vieja frase contiene algo de verdad, entonces los gritones del otro día en el salón de plenos carecían de razones. Su vociferante presencia rubricó la capciosa cesión de un terreno más que inadecuado −por escaso e incapaz de asumir futuras ampliaciones, y por malísimamente ubicado, encerrado entre grandes bloques de casas, al lado del Centro de Transportes y en una avenida que soporta la mayor densidad de tráfico de Benavente. Pero la novedad es que aquí no se fue a gritar contra el poder −única razón que puede dar legítima consistencia al grito− sino a favor de él. Querían que sobre la cesión de ese solar nadie pudiera formarse opiniones propias, y así convertir la del Ayuntamiento en algo tan intocable como las reglas de la aritmética. Tuve la sensación de estar en un municipio batasuno. Los gritones, el otro día, se jaleaban y miraban constan-temente unos a otros, como comprobando su número: eran mayoría, y eso bastaba para que el mucho ruido les creara la ilusión de efectivas nueces.

Da miedo el «impulso de destrucción» que anida siempre, según Canetti, en la masa.

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Como miedo produce la autodestrucción del techo de la parte más nue-va de nuestro Instituto. Que si grietas, que si cascotes de yeso y bovedilla, que si juntas de dilatación… El crucigrama de la obra pública no ha hecho más que escribir la uno o la seis o la dieciocho horizontal: Estafa, engaño, cuatro letras (la solución, en la última línea).

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La necesidad de dotar a esta ciudad en crecimiento de un nuevo centro docente que cuente con patios amplios, pabellón cubierto, aulas adaptadas a las actuales necesidades, nuevas familias profesionales, todos los bachillera-tos…, nos la recuerda esta, tan providencial para la memoria como desgra-ciada para el ciclo de comercio, caída de techumbre. Habrá que decírselo al Consejo Escolar Municipal, si aparece.

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A la alegría navideña no llevan las escaleras mecánicas del corteinglés ni su agencia de viajes: pufo de felicidad a crédito, yes.

"Fernando Silva dirige el hospital de niños en Managua. En vísperas de navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para feste-jar. Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo quedaba en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos le seguían. Unos pasos de algodón: se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso. Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano: ”Decile a... -susurró el niño-. Decile a alguien, que yo estoy aquí." EDUARDO GALEANO, El libro de los abrazos

OPINIÓN Y REALIDAD OCULTISMO Y RELATO

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~ GENTE DEL TEATRO ~

Dentro del VIII Certamen Na-cional de Teatro para Aficionados que todos los años organiza el grupo Intercacia, la compañía "CARPE DIEM" de Tomelloso (Ciudad Real) representó el pasado 23 de octubre en el teatro "Reina Sofía" de Bena-vente, la obra "La Hoja Roja" de Mi-guel Delibes.

La Mandrágora entrevistó a su director Miguel Ángel Berlanga y a las actrices Montse García (la criada “Desi” en la obra,) y Cristina Marín (“Marce”, vecina de “Desi”).

Montse, Miguel Ángel y Cristina

PREGUNTA: ¿Es la primera vez que parti-cipáis en este certamen de teatro? MONTSE: No, ya estuvimos hace cuatro años con la obra ¿Qué fue de Baby Jane?

P: ¿Cuánto tiempo hace que existe la compañía Carpe Diem? MIGUEL ÁNGEL: Pues justo este año hace diez. Empezamos como un grupo de amigos, una pandilla, y nuestra primera obra fue La Casa de Bernarda Alba, luego seguimos con Bodas de sangre y más tarde para cerrar una trilogía sobre Lorca hicimos una obra contan-do toda su vida prácticamente. Después cogimos un autor americano y después una obra de Sartre, A puerta cerrada. Y a conti-nuación ¿Qué fue de Baby Jane?, que es la que más éxito ha tenido, con la que más nos han llamado a certámenes, festivales, por toda la geografía española.

P: Hablemos de la obra que habéis representado hoy en el Teatro «Reina Sofía» de Benavente: La hoja roja, de Miguel Delibes, es una novela, ¿cómo la habéis adaptado para el teatro? MIGUEL ÁNGEL: No, La hoja roja es una novela, pero el mismo Delibes hizo una adaptación para el teatro. Lo que pasa es que la duración de la obra de teatro son tres horas y media; eso me parecía una exageración, y al pedir los derechos para representarla vimos que podíamos reducirla, prescindiendo de mucho texto que nos parecía, por decirlo así, “paja” o innecesario. Preguntamos que si podíamos adaptarla y nos dijeron que sí, que sin ningún problema, que había personajes y escenas que se podían reducir e incluso el mismo Delibes lo había indicado. Entonces nos dieron esa opción de reducir la obra, nos la aceptaron y yo hice la adaptación.

P: Podrías hablarnos de alguna de esas escenas de las que prescindiste: MIGUEL ÁNGEL: Por ejemplo hay dos actos en los que Eloy está con su amigo Isaías −personaje del que se habla en nuestra obra, pero que no sale− y cada uno de esos actos dura entre quince o veinte minutos. También hay otra escena en la que Eloy sale con su hijo y su nuera, que tampoco es muy importante; se corresponde en el desarrollo de la obra con el momen-to en que Eloy va a pasar unos días a casa de su hijo; nosotros lo resumimos viendo aparecer en escena a Eloy con la maleta y gesto apenado. Eso ya lo dice todo: que en casa de su hijo no pinta nada. Parte del texto de esas escenas prescindibles lo hemos ido introduciendo en otras para que pudieran entenderse muchas cosas y no se quedara nada en el aire. P. : (Dirigiéndose a Montse García, “Desi” en la obra) ¿Y esa boda tan esperada, con ese traje… y esa noche de bodas…? MONTSE: Frustración total. Le salió la veta al Pica-za… y no hubo nada que hacer. ¡Qué pena! (Risas) P: ¿Cuánto habéis tardado en preparar la obra? M. Á.: Pues llevamos unos tres meses a hora y media o dos horas diarias, de lunes a viernes. P: ¿Los ensayos los hacéis en Tomelloso? M. A.: Sí, tenemos un local que nos deja una parro-quia. P: Esta obra es un teatro de la desesperanza, al estilo de Esperando a Godot. Los personajes espe-ran… no se sabe muy bien qué, que al final no es otra cosa que la muerte. Es como el teatro de Bec-ket pasado por España, ¿no? MONTSE: Sí, pero lo bueno o lo singular es que la desesperación la aliñamos con un toque de humor, en especial en los personajes de la Marce, la Desi y el Picaza. Pero sí, el trasfondo de la obra es la tristeza de la soledad y de que al final siempre espera la muer-te.

Arriba: Ángel Berzosa (Picaza), Ana Baidez (Voz

Tasia), Montse García (Desi) y Cristina Marín (Marce).

Abajo: Pedro Javier Marta (Eloy) y Miguel Ángel Berlanga (director de la obra)

Entrevista realizada por

SHEILA ROBLES

P: ¿Se puede saber dónde viven los personajes, en qué provin-cia? MIGUEL ÁNGEL: Se puede intuir, por el lenguaje y por el autor, que en la provincia de Valladolid. Esta-mos en Valladolid. Ella (por Desi, la criada de Eloy) viene de un pueblo de la provincia a servir como criada y el novio, Picaza, al que conoce del pueblo, también está en la capital haciendo la mili.

CRISTINA: Otro matiz es que en la obra original Marce (vecina de Desi) no era gallega. Hacerla gallega ha sido idea del director, que le da al personaje y a la obra una gracia especial.

MIGUEL ÁNGEL: Es que el tema y el texto empleado hacen que sea una obra muy cruda de por sí, por ello, aparte de quitar personajes y reducir texto, sentí la necesidad de hacer un poco más amena la obra poniéndoles un toque simpático a Marce y al Picaza (el novio de Desi). Originalmente, ni Marce es gallega, ni Picaza es “tartaja”, así que gracias a ese pequeño cambio ambos personajes le dan algo de alegría a una obra tan cruda. P: Realmente creo que lo habéis conseguido. Para ir finalizando, ¿qué os parece este certamen que organiza todos los años el grupo Intercacia? MIGUEL ÁNGEL: Genial. Hemos tenido dos experiencias, y las dos han sido fenomenales. La labor que hace Intercacia es muy buena. Además, este certamen está muy bien organizado, y lo decimos no porque sean ellos, sino con cono-cimiento de causa, pues asistimos a otros certámenes. Hacen una labor muy buena organizando este cer-tamen para aficionados que es una salida para nosotros, pues no te-nemos otra. P: Se lo trabajan mucho. MIGUEL ÁNGEL: Así es. P: ¿Y el público de Benavente qué os ha parecido? M. A.: Muy agradecido, de verdad. P: Aunque lleváis muchos años trabajando, ¿todavía sentís ner-vios antes de salir a escena? MONTSE: Sí, porque todo público es una novedad, es distinto, y no sabes cómo van a responder, si se van a sentir identificados o no con los personajes, si van a conectar con la obra, y siempre tienes los miedos típicos a olvidar frases o cosas que hay que hacer.

Bueno, muchas gracias.

¿Y si las hormigas fuesen ya los marcianos establecidos en la tierra?

El dolor más grande del mundo es el dolor de colmillo de elefante.

Al mar le gusta la impunidad y por eso borra toda huella en la playa.

Los remos son las pestañas de los barcos.

Las brujas son tan cariñosas que están tejiendo sin cesar trajecitos para los niños que se van a comer.

La cebra es el animal que luce por fuera su radiografía interior.

(Con la colaboración de la Librería «Alfonso» de Benavente, esta sección reseña libros)

LA NOVEDAD

Autor: JUAN VILLORO Título: El testigo

Premio Herralde de Novela 2004 Anagrama, Barcelona, 2004, 12,90 €

Julio Valdivieso, intelectual mexicano emigrado a Europa, profesor en la Universidad de Nanterre, vuelve a su país después de una larga ausencia. El PRI ha perdido por fin las elecciones y se inicia un peculiar periodo de transición. Pero esta vuelta a un presente tan distinto del que dejó al marchar se convertirá en una oportunidad de descifrar el pasado, el de su familia, el de su país. Porque Julio, como todos los exilia-dos, vuelve a ese tiempo extraño de los regresos, un pasado siempre presente donde uno se reencuentra con el fantasma de lo que pudo ser…

EL CLÁSICO

Autor: MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA Título: Don Quijote de la Mancha

Edición del IV Centenario, Real Academia Española de la Lengua Alfaguara, Madrid, 2004

La Real Academia Española de la Lengua, en colaboración con las Academias Americanas de la Lengua, impulsan esta edición del Quijote conmemorativa del Cuarto Centenario. De la revisión del texto y de las notas al mismo se ha encargado el prestigioso profesor Francisco Rico.

Asimismo, el volumen incluye trabajos de varios autores: Mario Vargas Llosa, «Una novela para el siglo XXI», Francisco Ayala, «La invención del Quijote», Martín de Riquer, «Cervantes y el Quijote», etc.

EL DE AQUÍ

Autor: CLAUDIO RODRÍGUEZ Título: La otra palabra. Escritos en prosa

Edición de Fernando Yubero Tusquets, Barcelona, 2004, 16 €

Claudio Rodríguez, poeta zamorano de obra no demasiado extensa pero decisiva en la generación del Cincuenta, dejó escritas muchas páginas sobre literatura y poesía que nunca reunió en forma de libro. Este volumen recoge la parte más sustancial de sus textos en prosa, de los ensayos y trabajos inéditos −como su tesina sobre las canciones de corro infantiles castellanas−, los artículos publicados en revistas y en prensa diaria, así como los prólogos o colaboraciones en libros ajenos y colectivos.

El conjunto arroja una luz apasionante, hasta ahora muy poco conocida, sobre el modo particular en que Clau-dio Rodríguez entendía la lírica, sobre los maestros a los que se volvía, o sobre las obras en las que se recono-cía uno de los poetas más originales de la literatura española del siglo XX.

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~ GENTE DEL TEATRO ~

Dentro del VIII Certamen Na-cional de Teatro para Aficionados que todos los años organiza el grupo Intercacia, la compañía "CARPE DIEM" de Tomelloso (Ciudad Real) representó el pasado 23 de octubre en el teatro "Reina Sofía" de Bena-vente, la obra "La Hoja Roja" de Mi-guel Delibes.

La Mandrágora entrevistó a su director Miguel Ángel Berlanga y a las actrices Montse García (la criada “Desi” en la obra,) y Cristina Marín (“Marce”, vecina de “Desi”).

Montse, Miguel Ángel y Cristina

PREGUNTA: ¿Es la primera vez que parti-cipáis en este certamen de teatro? MONTSE: No, ya estuvimos hace cuatro años con la obra ¿Qué fue de Baby Jane?

P: ¿Cuánto tiempo hace que existe la compañía Carpe Diem? MIGUEL ÁNGEL: Pues justo este año hace diez. Empezamos como un grupo de amigos, una pandilla, y nuestra primera obra fue La Casa de Bernarda Alba, luego seguimos con Bodas de sangre y más tarde para cerrar una trilogía sobre Lorca hicimos una obra contan-do toda su vida prácticamente. Después cogimos un autor americano y después una obra de Sartre, A puerta cerrada. Y a conti-nuación ¿Qué fue de Baby Jane?, que es la que más éxito ha tenido, con la que más nos han llamado a certámenes, festivales, por toda la geografía española.

P: Hablemos de la obra que habéis representado hoy en el Teatro «Reina Sofía» de Benavente: La hoja roja, de Miguel Delibes, es una novela, ¿cómo la habéis adaptado para el teatro? MIGUEL ÁNGEL: No, La hoja roja es una novela, pero el mismo Delibes hizo una adaptación para el teatro. Lo que pasa es que la duración de la obra de teatro son tres horas y media; eso me parecía una exageración, y al pedir los derechos para representarla vimos que podíamos reducirla, prescindiendo de mucho texto que nos parecía, por decirlo así, “paja” o innecesario. Preguntamos que si podíamos adaptarla y nos dijeron que sí, que sin ningún problema, que había personajes y escenas que se podían reducir e incluso el mismo Delibes lo había indicado. Entonces nos dieron esa opción de reducir la obra, nos la aceptaron y yo hice la adaptación.

P: Podrías hablarnos de alguna de esas escenas de las que prescindiste: MIGUEL ÁNGEL: Por ejemplo hay dos actos en los que Eloy está con su amigo Isaías −personaje del que se habla en nuestra obra, pero que no sale− y cada uno de esos actos dura entre quince o veinte minutos. También hay otra escena en la que Eloy sale con su hijo y su nuera, que tampoco es muy importante; se corresponde en el desarrollo de la obra con el momen-to en que Eloy va a pasar unos días a casa de su hijo; nosotros lo resumimos viendo aparecer en escena a Eloy con la maleta y gesto apenado. Eso ya lo dice todo: que en casa de su hijo no pinta nada. Parte del texto de esas escenas prescindibles lo hemos ido introduciendo en otras para que pudieran entenderse muchas cosas y no se quedara nada en el aire. P. : (Dirigiéndose a Montse García, “Desi” en la obra) ¿Y esa boda tan esperada, con ese traje… y esa noche de bodas…? MONTSE: Frustración total. Le salió la veta al Pica-za… y no hubo nada que hacer. ¡Qué pena! (Risas) P: ¿Cuánto habéis tardado en preparar la obra? M. Á.: Pues llevamos unos tres meses a hora y media o dos horas diarias, de lunes a viernes. P: ¿Los ensayos los hacéis en Tomelloso? M. A.: Sí, tenemos un local que nos deja una parro-quia. P: Esta obra es un teatro de la desesperanza, al estilo de Esperando a Godot. Los personajes espe-ran… no se sabe muy bien qué, que al final no es otra cosa que la muerte. Es como el teatro de Bec-ket pasado por España, ¿no? MONTSE: Sí, pero lo bueno o lo singular es que la desesperación la aliñamos con un toque de humor, en especial en los personajes de la Marce, la Desi y el Picaza. Pero sí, el trasfondo de la obra es la tristeza de la soledad y de que al final siempre espera la muer-te.

Arriba: Ángel Berzosa (Picaza), Ana Baidez (Voz

Tasia), Montse García (Desi) y Cristina Marín (Marce).

Abajo: Pedro Javier Marta (Eloy) y Miguel Ángel Berlanga (director de la obra)

Entrevista realizada por

SHEILA ROBLES

P: ¿Se puede saber dónde viven los personajes, en qué provin-cia? MIGUEL ÁNGEL: Se puede intuir, por el lenguaje y por el autor, que en la provincia de Valladolid. Esta-mos en Valladolid. Ella (por Desi, la criada de Eloy) viene de un pueblo de la provincia a servir como criada y el novio, Picaza, al que conoce del pueblo, también está en la capital haciendo la mili.

CRISTINA: Otro matiz es que en la obra original Marce (vecina de Desi) no era gallega. Hacerla gallega ha sido idea del director, que le da al personaje y a la obra una gracia especial.

MIGUEL ÁNGEL: Es que el tema y el texto empleado hacen que sea una obra muy cruda de por sí, por ello, aparte de quitar personajes y reducir texto, sentí la necesidad de hacer un poco más amena la obra poniéndoles un toque simpático a Marce y al Picaza (el novio de Desi). Originalmente, ni Marce es gallega, ni Picaza es “tartaja”, así que gracias a ese pequeño cambio ambos personajes le dan algo de alegría a una obra tan cruda. P: Realmente creo que lo habéis conseguido. Para ir finalizando, ¿qué os parece este certamen que organiza todos los años el grupo Intercacia? MIGUEL ÁNGEL: Genial. Hemos tenido dos experiencias, y las dos han sido fenomenales. La labor que hace Intercacia es muy buena. Además, este certamen está muy bien organizado, y lo decimos no porque sean ellos, sino con cono-cimiento de causa, pues asistimos a otros certámenes. Hacen una labor muy buena organizando este cer-tamen para aficionados que es una salida para nosotros, pues no te-nemos otra. P: Se lo trabajan mucho. MIGUEL ÁNGEL: Así es. P: ¿Y el público de Benavente qué os ha parecido? M. A.: Muy agradecido, de verdad. P: Aunque lleváis muchos años trabajando, ¿todavía sentís ner-vios antes de salir a escena? MONTSE: Sí, porque todo público es una novedad, es distinto, y no sabes cómo van a responder, si se van a sentir identificados o no con los personajes, si van a conectar con la obra, y siempre tienes los miedos típicos a olvidar frases o cosas que hay que hacer.

Bueno, muchas gracias.

¿Y si las hormigas fuesen ya los marcianos establecidos en la tierra?

El dolor más grande del mundo es el dolor de colmillo de elefante.

Al mar le gusta la impunidad y por eso borra toda huella en la playa.

Los remos son las pestañas de los barcos.

Las brujas son tan cariñosas que están tejiendo sin cesar trajecitos para los niños que se van a comer.

La cebra es el animal que luce por fuera su radiografía interior.

(Con la colaboración de la Librería «Alfonso» de Benavente, esta sección reseña libros)

LA NOVEDAD

Autor: JUAN VILLORO Título: El testigo

Premio Herralde de Novela 2004 Anagrama, Barcelona, 2004, 12,90 €

Julio Valdivieso, intelectual mexicano emigrado a Europa, profesor en la Universidad de Nanterre, vuelve a su país después de una larga ausencia. El PRI ha perdido por fin las elecciones y se inicia un peculiar periodo de transición. Pero esta vuelta a un presente tan distinto del que dejó al marchar se convertirá en una oportunidad de descifrar el pasado, el de su familia, el de su país. Porque Julio, como todos los exilia-dos, vuelve a ese tiempo extraño de los regresos, un pasado siempre presente donde uno se reencuentra con el fantasma de lo que pudo ser…

EL CLÁSICO

Autor: MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA Título: Don Quijote de la Mancha

Edición del IV Centenario, Real Academia Española de la Lengua Alfaguara, Madrid, 2004

La Real Academia Española de la Lengua, en colaboración con las Academias Americanas de la Lengua, impulsan esta edición del Quijote conmemorativa del Cuarto Centenario. De la revisión del texto y de las notas al mismo se ha encargado el prestigioso profesor Francisco Rico.

Asimismo, el volumen incluye trabajos de varios autores: Mario Vargas Llosa, «Una novela para el siglo XXI», Francisco Ayala, «La invención del Quijote», Martín de Riquer, «Cervantes y el Quijote», etc.

EL DE AQUÍ

Autor: CLAUDIO RODRÍGUEZ Título: La otra palabra. Escritos en prosa

Edición de Fernando Yubero Tusquets, Barcelona, 2004, 16 €

Claudio Rodríguez, poeta zamorano de obra no demasiado extensa pero decisiva en la generación del Cincuenta, dejó escritas muchas páginas sobre literatura y poesía que nunca reunió en forma de libro. Este volumen recoge la parte más sustancial de sus textos en prosa, de los ensayos y trabajos inéditos −como su tesina sobre las canciones de corro infantiles castellanas−, los artículos publicados en revistas y en prensa diaria, así como los prólogos o colaboraciones en libros ajenos y colectivos.

El conjunto arroja una luz apasionante, hasta ahora muy poco conocida, sobre el modo particular en que Clau-dio Rodríguez entendía la lírica, sobre los maestros a los que se volvía, o sobre las obras en las que se recono-cía uno de los poetas más originales de la literatura española del siglo XX.

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LAS CARAS DE BÉLMEZ

Cuando escuchamos Bélmez de la Moraleda, asociamos a este nombre unas caras, pero… ¿qué ca-ras?

Unas formaciones tele-plastias (se llaman así a la aparición de figuras que pronto desaparecen o se

perpetúan en el tiempo, mutando su expresión o, lo que es más curioso, cambiando a veces ligeramente su emplazamiento en el suelo) que asemejan rostros como de seres humanos. El día 23 de agosto de 1971, Doña María Gómez cocinaba tranquilamente en la cocina de su casa cuando se percató de que en el suelo, junto al fogón, había una extraña mancha. Después de examinarla resultó que parecía una es-pecie de rostro. Su hijo conseguía imaginarse un rostro. No se le dio mucha importancia, pero a medi-da que pasaba el tiempo, se convertí en una imagen clara de una cara humana. En el pueblo se despertó la curiosidad por la imagen de la casa. Los vecinos decían que se parecía a la Santa Faz de la Iglesia de Jaén.

El hijo picó el rostro que había aparecido, pero unos meses más tarde aparecía otro. La familia ex-trajo el rostro y lo colocó en la cocina a modo de cuadro. Llegaron a excavar en la cocina tratando de encontrar algo que pudiera ser el causante de la aparición de las imágenes, y encontraron huesos que formaban parte de un antiguo cementerio del siglo XIII, aunque el pueblo date del siglo XV.

Al poco tiempo, nuevos rostros aparecieron en gran número en torno a uno central imperfecto y difuminado. No hubo tiempo de esclarecerlos porque el hijo los picó y los puso junto al fogón.

Se podían distinguir rostros masculinos y femeni-

nos. En 1975, en presencia del parapsicólogo Ger-mán de Argumosa, se levantó del suelo la imagen que hoy en día se conoce como “el pelao”. Unas imá-genes desaparecían y otras salían (siempre en el suelo de la cocina y junto al fogón).

Mucha gente ha atribuido estos fenómenos a la manipulación personal, pero hay otros muchos análi-sis que demuestran lo contrario.

Todavía queda bastante que contar sobre estas caras tan peculiares. Si lo queréis averiguar, no os perdáis la siguiente Mandrágora.

B.J.W.

Algunas de las caras aparecidas en Bélmez

EL VALOR DE LA VIDA Otra nochevieja igual en compañía de la familia y

haciendo propósitos que no logro cumplir casi nunca. Sentada repaso los momentos que me han merecido la pena este año, pero no son muchos; tengo la esperanza de que este nuevo año no esté cargado de lágrimas. Ingenua de mí sigo aún con la esperanza de que esto sea cierto. Pasan los meses y nada mejora, sigo sacando malas notas y mi vida social y amorosa no es la que me gustaría. En una de mis esporádicas salidas en compañía de mis amigas conocí al amor de mi vida, la única persona a la que nunca podré olvi-dar. No sé cómo fue, pero fue un flechazo y cada vez que le veía mi corazón daba un vuelco, las piernas me temblaban y me sentía como si estuviese saltando al vacío sin paracaídas. No sé cómo se puede sentir algo así, pero es a la vez fantásti-co y desgarrador. Pasó el tiempo y por fin decidí dar el paso más importante que he dado en mi vida, aunque no dejo de pensar que a lo mejor hubiese sido mejor esperar. Aquella fue una tarde de sábado del mes de abril y yo me había arreglado dispuesta a decírselo, a pedirle salir. Estuvimos toda la tarde de risas tomando algo con nuestros amigos y según pasaba el tiempo, más me costaba hacerle la difícil pregunta. Por fin me decidí y se lo solté como mejor pude. Su respuesta, por des-gracia, no fue lo que yo esperaba, y me saltó con que tenía que pensárselo. Cada día que pasaba yo me desesperaba más y la espera era cada vez más dura, lo que me hizo deducir que la respuesta era negativa y que estaba condenada a permanecer sola toda mi vida. Aunque este pensamiento me afloraba muy a menudo, también había una esperanza que me ayudaba: nos imaginaba juntos por mucho tiempo. Tardó un mes exacto en contestarme y la respuesta, como yo bien sabía, era la que me iba a hacer caer en la locura. Su “no” fue tan rotundo que mi corazón se partió en ese instante en mil pedazos llenando mis ojos de lágrimas y de pensamientos que sólo él podría sanar. Llegué a casa e intenté suicidarme varias veces. Finalmente desistí porque al no saber lo que hay al otro lado, la idea de la soledad me aterra realmente. Estuve sumida en una depresión durante varios días y sentía que no me merecía a la gente que me rodeaba. Poco a poco conseguí olvidar aquel episodio de mi vida, aunque aún hoy me resulta muy difícil de recordar. Casi no le vi en los dos meses siguien-tes y las veces que le veía me venía la misma sensación que cuando le conocí. Conseguimos arreglar las cosas y continuar como amigos aunque lo que yo sentía por él nunca cambiaría. Una tarde de otoño me encontraba con mis amigas y uno de mis mejores amigos se me acercó y me hizo una pregunta. Que si yo quería salir con él. Mi respuesta fue negativa; aun-que me dolía mucho hacer aquello, mi corazón se encontraba ocupado y no me gusta hacer que una persona se ilusione con algo que no tiene. Pasé muy malos ratos por hacer hecho lo que hice y me encantaría poder arreglarlo, pero ya no puedo hacer nada y él tiene que entender que sólo es mi amigo.

Otra vez me encontraba en nochevieja, esta vez no hice ningún propósito, simplemente cuando el reloj dio las 12 pedí con todas mis fuerzas lo que más deseaba que se cumpliera. Pedí estar junto a mi amor. Esa noche salí a la disco. Había empezado a escuchar los acordes de mi canción favorita, y allí, detrás de mí, pidiéndome un baile, estaba él. Bailamos y yo me sentí como si fuera la protagonista de una peli román-tica, en las nubes. La canción terminó y entonces él me abra-zó fuerte y acariciándome el pelo me dijo que había sido un tonto por dejarme escapar y que me amaba con toda su alma. De repente sus labios rozaron los míos y conseguí sentirme por primera vez en la felicidad más absoluta y la soledad se disipó para siempre. Aun ahora, después de un tiempo, pien-so que todo en la vida sucede por algo y no dejo de dar a gracias por no haberme suicidado aquel día.

LLUVIA PÉREZ

Tres Consejos Municipales se han creado en los dos años que llevamos de legislatura. El orden es indicador de las prioridades. En primer lugar, el Consejo de Fiestas −que no falten éstas aunque sobre aquél. En segunda posición, y medalla de plata, el Consejo Escolar −del que aún no sabemos su paradero. Y en tercer lugar, el Consejo de Ba-rrios −bueno, este último todavía parece hallarse en el horno de las buenas intenciones, con las que, según es proverbial, está construido enteramente

el suelo del infierno. Siempre se ha dicho: si tienes un problema (y quieres dejarlo como está, se añade), has de crear una comisión.

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El que más grita suele ser el que menos razón tiene. Lo digo pensando en el pleno municipal que aprobó ofrecer un solar para la futura construcción de un hospital en Benavente. Si esa vieja frase contiene algo de verdad, entonces los gritones del otro día en el salón de plenos carecían de razones. Su vociferante presencia rubricó la capciosa cesión de un terreno más que inadecuado −por escaso e incapaz de asumir futuras ampliaciones, y por malísimamente ubicado, encerrado entre grandes bloques de casas, al lado del Centro de Transportes y en una avenida que soporta la mayor densidad de tráfico de Benavente. Pero la novedad es que aquí no se fue a gritar contra el poder −única razón que puede dar legítima consistencia al grito− sino a favor de él. Querían que sobre la cesión de ese solar nadie pudiera formarse opiniones propias, y así convertir la del Ayuntamiento en algo tan intocable como las reglas de la aritmética. Tuve la sensación de estar en un municipio batasuno. Los gritones, el otro día, se jaleaban y miraban constan-temente unos a otros, como comprobando su número: eran mayoría, y eso bastaba para que el mucho ruido les creara la ilusión de efectivas nueces.

Da miedo el «impulso de destrucción» que anida siempre, según Canetti, en la masa.

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Como miedo produce la autodestrucción del techo de la parte más nue-va de nuestro Instituto. Que si grietas, que si cascotes de yeso y bovedilla, que si juntas de dilatación… El crucigrama de la obra pública no ha hecho más que escribir la uno o la seis o la dieciocho horizontal: Estafa, engaño, cuatro letras (la solución, en la última línea).

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La necesidad de dotar a esta ciudad en crecimiento de un nuevo centro docente que cuente con patios amplios, pabellón cubierto, aulas adaptadas a las actuales necesidades, nuevas familias profesionales, todos los bachillera-tos…, nos la recuerda esta, tan providencial para la memoria como desgra-ciada para el ciclo de comercio, caída de techumbre. Habrá que decírselo al Consejo Escolar Municipal, si aparece.

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A la alegría navideña no llevan las escaleras mecánicas del corteinglés ni su agencia de viajes: pufo de felicidad a crédito, yes.

"Fernando Silva dirige el hospital de niños en Managua. En vísperas de navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para feste-jar. Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo quedaba en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos le seguían. Unos pasos de algodón: se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso. Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano: ”Decile a... -susurró el niño-. Decile a alguien, que yo estoy aquí." EDUARDO GALEANO, El libro de los abrazos

OPINIÓN Y REALIDAD OCULTISMO Y RELATO

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Zumban las últimas moscas del verano. En la alameda vecina, los árboles se descarnan y el suelo se dora de hojas.

Por entre las tupidas ramas de los vie-jos olmos, los últimos rayos del sol ca-lientan a unos pájaros que, sobre el teja-do, los miran extasiados.

Cuántas veces he deseado poder expresar con palabras la belleza de estas horas en que el sol se hunde, dejándonos en la vista el espectáculo grandioso de un cielo teñido de fantasía y, en el alma, esa melancolía, esos retazos de sueños, esa felicidad te-nue. Cuántos días, durante minutos que eran horas, he admirado la puesta del sol, y cuántos, en la oscuridad, me he quedado so-ñando. Sueños sin imágenes, sensaciones de cosas que no existen, deseos inconcretos que afloran en suspiros.

DAVINIA

Diario de un novato. By J.Calabazas

2.- A estas hojas vuelvo a contar mis dolores, desde la múltiple ciudad del Tormes con el humor de un Lázaro moderno.

Lo primero que debo contar es

que no me acostumbro a dormir la siesta nada más que los domingos en verano (por lo que suele pasar lo sába-dos); lo segundo, que mis andanzas como héroe helmán-tico se ven degradadas (por decirlo de alguna manera) a héroe de andar por casa cuando veo a los especímenes que hay por aquí; y lo tercero, cuando Einstein desarrolló la teoría de la relatividad, ¿le pidió acaso a la comisión del premio Nóbel que resolviera en el plazo de un año el enigma Ontológico?, pregunto por simple curiosidad...

Pero, bueno, como me han pasao muchas cosas

en este mes, voy entrar en la jornada de acoso y derribo (que vienen siendo los exámenes parciales) y os voy a contar algo pa’ ir abriendo bocas.

Como os decía en el número 1 de La Mandrágora,

la vida del estudiante universitario se resume en tres palabras: botellón, jueves y exámenes; estos últimos son los que dan nombre a los estudiantes, por aquello de que se dejan para el ultimo día (estudia-antes).

Bien, en este mes se me ha pasado en hacer

amistades en la facultad y conocer a gente de lo más pintoresca (un día os hablaré de Paul, pues se merece un capítulo aunque no lo conozca personalmente).

La verdad es que el tiempo que llevo aquí se me

ha pasao en un suspiro (o dicho de otro modo: entre el botellón de Medicina y el de Ciencias, que viene siendo muy parecido), porque entre las prácticas de Química (instauradas por los mismísimos habitantes del Averno para hacernos las tardes felices) que duraron una semana entera, las cuales consistían en estar 5 horas de pie mezclando cosas que no sabías siquiera que existían para ver cosas que con un poco de suerte las ves en un vaso de cubata un sábado por la noche, y las clases de por la mañana, te pasabas los días en la calle con más frío que los perros nuevos (el día 14 de noviembre llegamos a los -2º a las 3:30 de la tarde).

Menos mal que llegó el esperado botellón de Medi-

cina; en el cual llovió como yo nunca había visto en mi vida (cosa que nos dio igual, porque allí, debajo de un puente, había como 1000 personas dispuestas a mojarse, por fuera y por dentro) y tuvimos un respiro de tanto apunte y profesor egocéntrico (sí, hijitos míos, por lo visto ser profesor de facultad es ser poco menos que Dios, pero más cabrón).

Al día siguiente, todos con resaca, y por primera

vez en 4 semanas de clase vi el aula medio vacía (no preguntéis por qué; yo duré 3 horas, pero por lo menos cumplí). Pero en ese primer día de fiesta universitaria, los novatos como yo vimos la luz y fuimos investidos con el bautismo de fuego, que será recordado por todos noso-tros el resto de nuestra vida o hasta que las bebidas espirituosas o los exámenes finales (lo que llegue antes) nos lo borren de la memoria.

El próximo número os cuento la apoteosis de San

Alberto (preguntadle a los Chemas y que os informen, que seguro que saben lo que es).

Por lo demás, bien; hace mucho frío, empezamos

los parciales y en mi casa he conseguido reducir la pobla-ción de cucarachas en un 10% (más o menos).

Hasta el próximo número y suerte en Diciembre.

cuando le anunciaron la muerte, Beny Moré quiso alargar la vida su anhelo era improbable y él, de cuyas hazañas como tarambana sabían en todas las madrigueras de ron y encajes de América, era el primero en reconocerlo como no podía beber, se consolaba frotándose las ma-nos con ron y aspirando aquel aroma de borrachera también era incapaz de fumar marihuana: le ahogaba una quemazón de agua hirviendo en los pulmones tenía 44 años y estaba a punto de morir tocaba la guitarra y susurraba a sus hijos las canciones que había cantado en San Sebastián de Las Lajas cuando era un niño y le contrataban para dar serenatas “tuve demasiado para saber cómo administrarlo”, decía

con los pocos dineros so-brantes de su reinado, había comprado la pequeña casa en el suburbio de La Habana: una construc-ción de planta baja con herrajes pin-tados de rosa en las venta-nas, una huer-ta con plata-neros en la trasera y un salón esquina-do en el que destacaba, como un altar ceremonial, el mueble bar forrado de plástico oscuro encontramos

el lugar preguntando mucho, tras perdernos en las espirales de La Víbora y El Cerro, esos barrios con nombre de bolero donde las calles parecen invitarte a la inmovilidad después de mucho camino, en una capilla pentecosta-lista una anciana negra, fumando un purito liado a mano, dijo saber la ubicación de “la casa de Bartolo” y se ofreció a acompañarnos

nos recibieron dos de sus hijos pero ya no recuerdo sus nombres: aquellos meses cubanos se han transformado en un sueño de opio el hombre tenía el mismo porte desenvuelto del padre la mujer miraba callada y con ojos de color Caribe se extrañaron de la visita, no entendían el motivo “papá cantaba, como hacían tantos otros”, dijeron todavía Europa no había descubierto, gracias a un califor-niano, los tesoros musicales de Cuba y Beny Moré sólo era un apunte en algunos libros, una canción en banales colecciones de merengues los hijos de «El Bárbaro del Ritmo» tampoco sabían de los capítulos dedicados a Beny en Tres tristes tigres, la nove-la de Cabrera Infante prohibida por el castrismo de la cual yo había llevado un ejemplar, con la única intención de que me sirviese de guía para rebuscar entre las ruinas en La Habana soplaba un viento casi huracanado, la tarde era sombría nos mostraron fotos: Beny con mujeres, Beny con som-brero alón, Beny con Pérez Prado, Beny en Nueva York con Dizzy Gillespie, Beny tocando la guitarra, Beny con el Trío Matamoros, Beny con más mujeres, Beny ente-rrado en La Habana, en febrero de 1963, en medio de un gentío... Beny, un gallo de muchos corrales en la parcelita del patio bebimos cerveza mientras comen-zaba un chaparrón “mi papá tenía una cochinita a la que llamaba Celia Cruz; un día, con los amigos, decidieron hacer un asado y se comieron a la pobre Celia Cruz” salí a la calle mientras los demás grababan las fotos los niños jugaban, como en el resto del mundo

José Ángel González

HISTORIAS

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La Ruta Quetzal, por Esther Rodríguez

El pasado verano, la alumna del “León Felipe” Esther Rodríguez formó parte de la expedición cultural llamada Ruta Quetzal, cuyas bases de participación e historia podéis consultar en www.rutaquetzal.com.

Ella misma nos irá contando su extraordinaria experiencia en estas páginas.

Esther, en el centro. con dos compañeras de expedición.

Expedición 2004:

De los Volcanes mexicanos a la “Translatio”. V Centenario de la muerte de Isabel la Católica.

Capítulo 1:

De la Pirámide del Sol al Volcán Paricutín. «Tirolí Tirolá, qué bonito es despertar y decir

con alegría: ¡buenos días, Tía María!». Así da co-mienzo la Ruta. Jesús Luna, jefe de campamento, nos despertaba así la mañana del 21 de junio. Poco a poco los ruteros fuimos saliendo de nuestras tiendas, nos pusimos las Panama Jack, las camisetas talla XL y fuimos a desayunar. Huevos con bacon, frijoles y chili.

Unas horas más tarde salíamos de camino a Teotihuacan, una ciudad maya situada al norte de la ciudad de México. Después de pasear entre sus ruinas llegamos a la Pirámide del Sol: una gran construc-ción de piedra. Empecé a contar los escalones pero perdí la cuenta en la mitad, sólo sé que tardamos una hora en subir. Aunque tuvo su recompensa, porque desde arriba se veía todo el valle.

Estuvo lloviendo toda la tarde y en días sucesivos; de hecho, creo que llovió durante los 22 días que estuvimos en América.

UN SUEÑO, UN DESPERTAR de Sergio Castrillo

Relato ganador de uno de los dos segundos premios en el XXVIII concurso literario del IES Léon Felipe. Curso 2003-04.

1.- En un tiempo existió una relación mágica; un ser, llamado hombre, tomaba aquello que necesitaba; no tenía preocupaciones banales de su existencia y per-manecía integrado en el todo. Pero sucedió que un día, uno de esos seres, se aprovisionó de una cuerda, se acercó al lindero del bosque más cercano y, atando ese cordel vegetal a varios troncos, cercó una peque-ña superficie. Las gentes de su clan lo veían como un personaje extravagante y fuera de lugar. Todos ellos, intriga-dos, decidieron que alguien debía acercarse a ese trozo de arboleda y preguntarle qué esperaba de esa acción tan extraña. Finalmente, una de las mujeres ancianas, una de aquellas que conservaban la sabiduría ancestral, fue hasta el lugar y llamó al joven mucha-cho. Entonces descubrió que éste había construido una pequeña choza en el margen de un riachuelo que dis-curría por el territorio rodeado por el trenzado de fibras. Cerca de ella había un pequeño sembrado y un poco más allá un cervato estaba atado a un tocón caído. La anciana alzó la vista y vio cómo el joven se acercaba a donde ella estaba situada con un arpón cargado con tres enormes truchas, cuyo peso le obli-gaba a doblarse. −Pequeño, ¿por qué te has alejado del poblado y has encerrado un trozo de bosque con este viejo cordel de hierbas? −preguntó Granaha, pues ése era su nombre, aunque todos la llamaban “la que habla con el aire”. −Granaha, replicó el joven, es una idea sencilla. Nuestro poblado es pequeño; cada cierto tiempo hay un periodo de escasez. Todos nos peleamos por un puñado de grano de lo que hemos cultivado y un peda-zo de hueso de los restos de la caza; el esfuerzo de todos no produce ningún éxito, pues, al fin y al cabo, todos pasamos hambre. Si cada uno de nosotros to-mase un trozo de tierra como suyo se solucionaría el problema; así, cada uno ganaría en libertad y no esta-ría atado a las leyes del clan; simplemente cazaría cuando le apeteciera y sembraría cuando creyera oportuno y no cuando le fuera mandado. Hay tierra suficiente para todos y, así, nunca más nos mataría-mos entre nosotros por comida. Cada persona sabrá que le corresponde aquello que ha conseguido de su tierra. Hay abundancia, no debemos desperdiciarla devastándola por vivir en una comunidad tan unida, además podemos seguir relacionándonos de la misma manera y el resto de costumbres se conservarán.

−Entonces dices que todo esto es tuyo −interrumpió la anciana, que había captado la idea del muchacho. −Así es. Todo esto: la choza, el sembrado, el cervato y aquel pequeño trozo de arroyo también, pues necesito agua para el sembrado y el consumo. −Aún hay algo que no comprendo. ¿Por qué tienes a aquel pobre animal atado? −preguntó Granaha intrigada. −Ese pequeño animal se convertirá con el tiempo en uno de los grandes ciervos de este bosque, como aquellos cuya captu-ra requiere de tres buenos cazadores. Si lo mantengo atado un tiempo, teniendo cerca agua y pasto como tiene, crecerá, y cuando sea lo suficientemente grande lo sacrificaré para ali-mentarme de su carne. −Comprendo. Entonces −musitó para sí la mujer−, ya ha comenzado, ¿por qué? −¿El qué?, no te he entendido −dijo el chico, confundido. −Olvida lo que he dicho. ¿No crees que ese fabuloso animal cuando sea lo suficientemente grande no podrás comer toda su carne antes de que se estropee? ¿Por qué has pescado tres truchas si con una para ti es suficiente, incluso demasiado? −Se me presentó la ocasión; vi tres truchas juntas en el recodo del riachuelo y las arponeé; no pensé en ese momento; quizá tengas razón, pero… sabes, te regalo una, la que elijas; me ha agradado que me visites, elígela. −Sabes que aun si la acepto no podrás comer las dos tru-chas que te quedan −indicó Granaha mientras cogía la trucha más pequeña para reafirmar su opinión. −Se me ocu-rre una idea: cocinaré las tres truchas. ¡Devuél-vemela!, no te parezca mal. ¡Invitaré a todo el poblado! Tam-bién cocinaré dos conejos que cacé ayer. ¿Puedes decir de mi parte a todo el clan que venga aquí este anochecer a comer lo que les ofrezco? Así podré contarles también a ellos mis proyectos. −Está bien, pero no des por hecho que acepten venir todos. Así fue. Granaha transmitió el mensaje a todas las gentes. Los más ancianos no aceptaron la invitación, parte por descon-tento hacia el comportamiento del muchacho, parte por el cansancio que producía ir hasta el lugar y la falta de ganas de oír el discurso del jovenzuelo. Los más jóvenes y los ya no tan jóvenes aceptaron. Clumh sirvió la cena entre las personas y expuso con claridad sus ideas. El comportamiento que consideraban “raro” quedó expli-cado; todos se mostraron satisfechos por volver con el estó-mago lleno y con algo que comentar al día siguiente, por lo que tomaron en mayor estima a Clumh.

(continurará)

La siguiente gran hazaña a la que nos enfrentamos fue la ascensión al volcán Paricutín; fueron 8 horas de marcha en las que te da tiempo a pensar de todo: lo que comerías si en el crá-ter hubiese un McDonalds, la ropa que te pondrías...

Ascensión al Paricutín

Después de caminar cuatro horas, el agua de las cantimplo-ras se agotaba, y nosotros con ella, el camino era difícil, tramos de ceniza intercalados con roca volcánica en la que un traspiés podría suponer una aparatosa caída. Cuando ya no puedes más, cuando eres consciente de tus límites, en ese momento, hay alguien que te anima a seguir. Sabes que lo vas a conseguir, andando, a gatas o con los dientes pero vas a llegar.

Se rumorea que quedan siete minutos; ¡qué ilusos! Aún quedaban dos horas. Dos horas que se asemejan a dos días, pero como todo en esta vida, eso también se acabó. Uno a uno íba-mos llegando al cráter...

Cráter el volcán Paricutín

Sin lugar a dudas, una vez arriba, cada uno celebró su triun-fo personal. Cuando estás allí crees que eres capaz de casi cual-quier cosa, todo el esfuerzo mereció la pena y en nuestro recuer-do quedan imágenes cómo esta:

Panorámica desde la cima del volcán Paricutín

(CONTINUARÁ)

CREACIÓN LITERARIA RUTA QUETZAL

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versos

de Francisco Javier Bermejo Recibió uno de los dos segundos premios en el XXVIII concurso

literario del IES «Léon Felipe». Curso 2003-04.

I Arañando las agujas

del reloj que mató las horas, se desvanece cuando empujas

mi corazón hacia la soga. --------

El mar sobre el que volamos es desierto hoy,

y la arena en la que flotamos susurra que nunca seré lo que soy.

--------

Existe un muro que nunca podré saltar y una valla de alambre y espinas, y un telón que se resiste a bajar

y un nido de viento sin golondrinas. --------

Intentaré volar sobre él o azotar sus ladrillos con mi vida,

y romper la dureza de su piel aunque el rencor de su cuerpo me lo impida.

II Nunca vi tristeza más grande en mis ojos.

Él entrelaza sus manos para sentir palpitar su vida, mientras el mundo le maltrata sin medida.

--------

Nunca sentí tanta hipocresía en mi pellejo ni tanta suerte entre mi alma. Solamente vi brillar a lo lejos

el metal de la pobreza en sus palmas. --------

Recuerdo que no dormí aquella noche, ni pude hablar con la almohada,

solo pude arrancarme a tiras la decepción de su mirada.

--------

Y nos apartará siempre la distancia, y el olvido romperá los anclajes, y seguirá habiendo intolerancia,

mientras la vida siga con su viaje.

III No hay que buscar

el amor en la basura, aunque a veces nos dé por pensar

y perdamos la cordura. --------

No hay que esquilar los sentimientos en invierno,

aunque a veces preferimos llorar a que enferme nuestro corazón enfermo.

--------

No hay que apagar el brasero del calor eterno,

aunque a veces sea mejor soñar que abrasarse en el infierno.

--------

Hay que volar, perderse en otras ciudades,

aunque a veces escapar duela más que las verdades.

Puesto que recientemente ha sido el día mundial contra la vio-lencia de género y el día mundial contra el SIDA, he decidido englobar los dos temas en uno: el género femenino y el SIDA.

¿No os habéis parado nunca a pensar que la mujer siempre tie-ne más riesgo y vulnerabilidad frente a esta enfermedad que el varón? Sobre todo es así en los países en vías de desarrollo, donde la esposa tiene que ser siempre fiel y tiene la obligación de satisfacer al marido, que ha podido contagiarse fuera del matri-monio y pegarle a su esposa no sólo esta terrible enfermedad sino cualquier otra. A veces ocurre el contagio por violación de tipa-rracos degenerados y, para colmo, después la mujer será repudia-da por toda la sociedad.

En los países desarrollados, la confianza en la pareja estable es también una vía para los contagios, ya que aunque confíes ciega-mente en la persona que amas, ésta puede no quererte tanto y ponerte los cuernos. La mejor forma de estar al corriente de tu salud es con un simple análisis.

Cuanto más pienso en éstos temas, más feminista soy, y es que

cada vez me doy más cuenta de las injusticias que hemos pasado y que aún seguimos soportando.- SANDRA KIRU

Quino

Las jóvenes enamoradas se suicidan, alguna vez, por el novio esquivo o segado en flor; nunca o casi nunca, por el esposo fallecido. ¡Triste de-mostración de la superioridad de la esperanza so-bre la realidad, de lo soñado sobre lo vivido.- SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL [El científico español de mayor prestigio. Sus hallazgos son la piedra angular de las ciencias neurológicas.]

Parece que en el amor todo lo que no sea esen-cialidad se cumple en la orgía de los sentidos y, como todo lo que halla cumplimiento, produ-ce más o menos tarde tedio y sabor a cenizas.-

RAMÓN J. SÉNDER [Nació en Chalamera (Huesca) en 1901. Es uno de los grandes novelistas de la litera-

tura española del siglo XX. Muere en el exilio, en San Diego, California, en 1982.]

…precisamente lo que hay de más sobrecogedor en el acto del amor, es que la eternidad nos roza y pa-sa.- ROSA CHACEL [Escritora vallisoletana. Fue Premio de la Crítica en 1976 por Barrio de Maravillas . En 1987 se le otorga el Premio Nacional de las Letras. Su obra Memorias de Leticia Valle fue llevada a la panta-lla. En 1990 recibió el Premio Castilla y León de las Letras. Murió en Madrid en 1994.]

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…es el arte… la más profunda tentativa de restaurar la perdida unidad entre la criatu-

ra humana y el cosmos.- ERNESTO SÁBATO

[Escritor argentino. Nació en Buenos Aires en 1911. Ha escrito varios libros de ensayos sobre el hombre en la crisis de nuestro tiempo y sobre el sentido de la actividad literaria. ]

CENTINELAS DE LA PALABRA

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CINE:

MELINDA Y MELINDA Director: Woody Allen Intérpretes: Will Ferrell,

Radha Mitchell, Chloë Se-vigny, Chiwetel Ejiofor, Jonny Lee Miller, Wallace Shawn, Josh Brolin, Larry Pine, Amanda Peet, Broo-ke Smith, Zak Orth, Vi-nessa Shaw, Steve Carell

Fotografía: Vilmos Zsig-mond

Guión: Woody Allen País: EE.UU. Año: 2004

¿Es la vida drama o comedia? Esta pregunta sub-yace, sin duda, como motor de Woody Allen, en su faceta artística, pero también en su propia vida. Fruto de este interrogante surge la nueva película de Woody Allen, Melinda y Melinda, un auténtico ensayo sobre el cine y la visión del director ante una historia.

Arranca la historia en uno de esos fabulosos restau-rantes neoyorquinos repletos de humo y gente interesante charlando. En una mesa encontramos a un grupo de personas liderado por dos creadores: uno con una visión dramática en sus obras, otro que se ha forjado una carre-ra exitosa con sus comedias. Un tercer invitado lanza el reto: cuenta una anécdota escuchada recientemente. Los creadores muerden el anzuelo y, como si de las dos par-tes que forman al esquizofrénico Allen se tratara, co-mienzan a contarnos cada uno la misma historia desde sus dos puntos de vista de la vida: el dramático y el cómico.

Sin duda pocos creadores son tan insultantemente fieles a sí mismos como el gran Allen, por quien el abajo firmante siente una debilidad, no exenta de cierto esno-bismo adolescente. Melinda y Melinda no es una excep-ción ni una “rara avis” en la carrera del director neoyor-quino. Está repleta de sus filias y fobias, un auténtico compendio de temas woodilianos (me he inventado esta palabra porque allenianos suena a un tratado sobre temas ufológicos)

Como en la vida misma, la parte cómica de la pelícu-la es mucho más cruel que la dramática. Seguramente porque no hay nada que nos divierta más que la desgracia humana. Ya dijo el maestro neoyorquino en una ocasión que la fórmula de la comedia es drama + tiempo. Y sin duda no le falta razón. Todos nos reímos de nuestras desgracias en cuanto conseguimos alejarnos de ellas. En Melinda y Melinda Allen no se “moja”. Nos presenta sus dos caras: la comedia dramática y el drama cómico, las dos tan suyas, las dos en el fondo tan semejantes. No puede tomar partido porque ambas son Woody Allen.

Extraordinario, como siempre, el trabajo de los acto-res, mérito de una gran desconocida: Juliet Tailor, directora de casting de las pelis de Allen y auténtica cómplice de la estupenda elección de actores en todos los trabajos del director del clarinete. Es un lugar común decir de tal o cual director que en sus películas los actores están en estado de gracia. En el caso de Allen la clave es mucho más simple, se trata de espléndidos actores de-fendiendo soberbias películas de personajes.

El psicoanálisis, la paranoia, la burla de la intelectua-lidad neoyorquina, el sexo, la infidelidad, la obsesión, las relaciones maestro-alumna... todos estos temas están en Melinda y Melinda, pero también en el 90 % del cine y de la vida de Woody Allen. Por eso si te gusta el universo de Allen pasarás un buen rato aunque no sea una de sus mejores creaciones (ninguna alcanzará la genialidad de Manhattan); y si no te gusta saldrás del cine aburrido y con un sentimiento de soporífero antiesnobismo (qué expresión más esnob) En todo caso, si no conoces el cine de Woddy Allen corre al videoclub y alquílate 2 ó 3 de sus pelis. Si te llegasen a gustar, pasarás a formar parte de la legión de espectadores que esperamos todos los otoños la llegada de su creación genial.

DOMINGO RODRÍGUEZ AYERBE

LITERATURA:

Valerio Massimo Manfredi

Quimaira

Nuevas Ediciones de Bolsillo Barcelona, 2003

Fabrizio Castellani es un joven arqueólogo que se ve atrapado por una miste-riosa maldición cuando co-mienza a investigar en la ciudad toscana de Volterra (Italia) los secretos que esconde una estatua etrusca que simboliza a un niño, víctima al parecer de un asesinato. Pero la tranquila atmósfera de Volterra em-pieza a ser perturbada: varios hombres son ataca-dos por una desconocida bestia de grandes dimensio-nes, un animal mitológico que parece haber retornado del pasado más remoto, para llevar a cabo su ven-ganza. Fabrizio recibe inquietantes llamadas tele-fónicas, amenazas que pre-tenden obligarle a abando-nar la investigación. Aun así prosigue con su trabajo, llegando incluso a poner su vida en peligro...

Una novela basada en descubrimientos arqueológi-cos, en la cual el autor se abre paso a través del mis-terio y la intriga, gracias a que cada página nos revela una nueva incógnita.

LORENA LÓPEZ

Valerio Mássimo Manfredi

LITERATURA INFANTIL:

GUSTAVO MARTÍN GARZO

Tres cuentos de hadas

Ilustraciones de Jesús Gabán Ediciones Siruela, Madrid, 2003

El escritor Gustavo Martín Garzo, que ya obtuvo el Premio Nacional de Narrativa el año 1993, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil del año 2004, por su obra Tres cuentos de hadas.

RESUMEN: Hubo un mundo en el que convi-

vían los hombres y los animales. Había bosques frondosos y árboles llenos de pájaros, y duendes y elfos y gnomos y hadas bondado-sas y hadas malvadas. Es en ese mundo donde tuvieron lugar las historias que cuenta Gustavo Mar-tín Garzo. Sus habitantes tenían poco dinero, trabajaban duramente y, a veces, tenían enfermedades. Pero también sucedían hechos extraordinarios: un circo que llega-ba al pueblo, la música, las fies-tas... y la magia. Sucesos todos ellos dignos de ser contados. Y de eso tratan estos cuentos: de una niña que se hace amiga de un ruiseñor que acaba salvándole la vida; de un hada que envidiaba la vida de los hombres y que habitó en el cuerpo de una niña muerta, haciendo de su madre una mujer feliz; de un labrador que encuentra en una cestita a la hija que había deseado, una niña que, sin necesi-dad de hablar, consigue hacerse amiga de un dragón y casarse con un príncipe que encuentra en el monte... Y todo esto sucede por-que, como dice Gustavo Martín Garzo, haciendo suya una antigua enseñanza de las hadas: «no hay nada, si se desea con suficiente fuerza, que no llegue a cumplirse».

ES DÍA DE LA DESPEDIDA

Estuve meses y meses esperando a que llegara el día en que mi vida cambiaría de lugar.

Siempre estuve esperando a que llegara mi mayoría de edad, un buen trabajo y mi cabeza asentada, para poder marcharme de casa, y de Benavente, y poder vivir mi propia vida, sin que nadie me dijera lo que tenía que hacer, o a qué hora tenía que volver a casa, etc., en fin, vivir con quien yo quiera y como yo quiera.

Ahora que ya llegó el día, se me hace raro, convivo con un montón de gente y comparto habitación. El día que aprobé las pruebas físicas, pensé: ”Por fin me voy a Madrid, a conocer gente y mundo nuevo”. Esto ocurrió más o menos un mes antes de que yo me fuera; ahora ya estoy dentro y a veces me pregunto ¿qué estarán haciendo ahora mismo mis amig@s en Benavente?, ¿y mi familia?, ¿y mi novio?... Un montón de preguntas que casi nunca tienen contesta-ción. Me llaman o llamo yo por teléfono, pero no todos los días, si no la factura sube mu-cho, además casi no tengo tiempo.

Con eso no quiero decir que aquí esté mal, tengo muchos amigos/as, y tengo un trabajo estable y duradero, pero no es lo mismo.

El día que me despedí de mis amig@s fue un día horroroso, todo eran lloros y pala-bras de no nos olvides, vuelve cuando quie-ras, te esperaré, te quiero... Es muy duro el pensar que en dos meses no vas a volver y no los vas a poder ver.

Cuando me despedí de mi novio fue lo peor, porque teníamos miedo de que lo nuestro se acabara, ya que, como se sabe, la distancia hace el olvido, pero lo llevamos bastante bien y de momento esto va viento en popa a toda vela.

En fin, con esto quiero decir que luchéis por conseguir lo que queréis en la vida, aunque ello conlleve pasarlo mal algún tiem-po. Ahora mi vida sigue y con ella mi sueño haciéndose realidad.

YO

QUE LA ESTRELLA DERRAME SU LUZ EN EL CAMINO

Voces de sabiduría aconsejan a

un paladar exquisito que no engulla nun-ca con prisas los manjares suculentos que humean sobre el mantel; tampoco sería recomendable calmar la sed con un in-terminable trago de mosto sin percatarse previamente de los tonos cromáticos y de los aromas que se desprenden de la copa. Lo excelso requiere un ceremo-nial previo, velado a las inteligencias que sólo peregrinan a la búsqueda de la veta de oro; exige gestos tan absurdos como repletos de secretas cadencias. Quien logra despojar su paso del cansancio y desprender de las sandalias el polvo que se adhiere a ellas en el ca-mino, verá que el mismo arde y expande un cálido abrazo a la imaginación. Los alaridos más humanos, y por tanto más profundos, brotan y alargan sus ramas en las sinfonías del silencio: todo un mar infinito que, en reposo, muestra sus senos de coral solamente al marinero que duerme de cara a las estre-llas. Los espíritus son convocados al hogar paterno cada vez que los hermanos huérfanos entrelazan su canto y sus con-gojas y amasan su memoria ebrios de infancia y del cariño desprendido del alar del caserón de la memoria. También ellos emigrarán un día, pero lo harán en un vuelo sonoro hacia los jardines del sueño. ¿Por qué secreta razón arranca la lluvia su música mejor en las esquirlas del desfiladero? ¿Por qué para interpretar una salmodia sólo sirven las lágrimas? El que logra amar el esplendor de las ideas y busca en el arcón de los antepasados las llaves de su contextura, será capaz de explicar a los demás su canción luminosa; será capaz de mostrar esa estrella que gravita sobre los campa-narios seduciendo a la veleta. Mas, si albergas aún dudas, pasa la página del viento, doma tus potros de fantasía, bebe el hálito de las ruinas y descubrirás que en el juncal se ha des-prendido un trozo de luna. Ahí comienza tu errancia y el sendero definitivo. Porque, precisamente cuando habías creído encontrar la evidencia, multitud de estelas rasgan el azul inmen-so y comprendes que la vida es errancia por caminos sin trazos. Entonces sola-mente puede guiarte la estrella, pero primero habrás de descubrir la tuya en el firmamento entre la osamenta de las constelaciones. Yo puedo asegurarte que existe; me lo contó, antes de perderse con su avión en el océano, Antoine Saint-Exupéry; él me reveló el secreto en un vuelo por los Andes, donde se confunden las nubes, los cóndores y las estrellas.

I. GARCÍA-PORMA

DESDE EL OJO DEL TRIÁNGULO REFLEXIONES

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SUMARIO Página 1~ PORTADA Palabras que me gustan, de Esperanza

Valle

Página 2 ~ OPINIÓN La inmigración, de Siri

Página 3 ~ REFLEXIONES El rincón de los sueños, por Yo / Que la

estrella derrame su luz en el camino, de I. García-Porma

Página 4 ~ CREACIÓN LITERARIA Y… Versos, de Francisco Javier Bermejo /

Las mujeres y el Sida, por Sandra Kiru

Página 5 ~ CREACIÓN LITERARIA Un sueño, un despertar, de Sergio

Castrillo

Página 6 ~ LITERATURA Poesía / Diario de un novato, por J.

Calabazas

Página 7 ~ HUMOR Y SOCIEDAD Doña Tecla / Quino / De “El libro de los

abrazos”, por Eduardo Galeano

Página 8 ~ ENTREVISTA A… Gente del teatro: Compañía “Carpe Diem”

de Tomelloso, por Sheila Robles

Página 9 ~ LIBROS Ramonerías / + Libros = + Libres

Página 10 ~ OCULTISMO Y RELATO Las caras de Bélmez, de B.J.W. / El

valor de la vida, por Lluvia Pérez

Página 11 ~ HISTORIAS Historias de «bichito», de J. A. González

Página 12 ~ AVENTURA Y SABER La Ruta Quetzal, de Esther Rodríguez

Página 13 ~ CENTINELAS DE LA PALABRA Por I. García-Porma

Página 14 ~ DESDE EL DEL

CINE: Melinda y Melinda, de W. Allen LITERATURA: Valerio M. Manfredi LITERATURA INFANTIL: Gustavo Martín

Garzo

Página 15 ~ CINE Y AGENDA Hablemos de cine… Clásico, de Tatista /

Agenda de actividades Extraescolares

Página 16 ~ CONTRAPORTADA Un sueño, de Lorena López / El-del-fín

Las opiniones publicadas en La Mandrágora son exclusivamente de sus respectivos autores.

AGENDA

13 de diciembre: Exposición del 7º CONCURSO DE POSTALES

NAVIDEÑAS. Esta actividad está organizada por el Departa-mento de Educación Plástica y Visual y va diri-gida a todos los alumnos del Instituto.

20 de diciembre: Participación en el 24º concurso na-

cional “¿QUÉ ES UN REY PARA TI? El concurso va dirigido a los alumnos de 1º y 2º de la ESO y de Educación Especial.

Entrega de premios a los alumnos de 1º de ESO que han participado con sus cómics en la elaboración del mural conmemorativo del Día de la Constitución.

------ => Solicitud para participar en la actividad de

«Iniciación al Deporte del Esquí» que orga-niza la Diputación de Zamora. De ser selec-cionados, esta actividad se realizaría a me-diados de diciembre.

El día 1 de Diciembre fue el Día Mundial Contra el SIDA, y en el

«León Felipe» lo celebramos:

El I.E.S. «León Felipe» desarrolla durante este curso 2004-05 un Proyecto de Innova-ción Educativa, aprobado por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, bajo el lema Cervantes y El Quijote en su IV Cente-nario. El objetivo del proyecto es estimular en los alumnos, mediante actividades en el aula y fuera de ella, el conocimiento e interés por la genial obra de Cervantes desde varias perspecti-vas: la literaria, la de cultura clásica contenida en la obra, la filosófica, la musical, la religiosa y la de tratamiento plástico de los personajes.

REVISTA LA MANDRÁGORA DEL «LEÓN FELIPE»

DIRECCIÓN: Salustiano Fernández. REDACCIÓN: Estela Astorga, Lara

Calvo, Aarón Centeno, Fernando Cid, Laura Criado, Isidro García, Javier García, Sandra Izquierdo, Lo-rena López, Emperatriz Losada, Sandra Manteca, Tomás N. Martí-nez, Soraya Pedrero, Sheila Robles, Esther Rodríguez, Ana Sánchez.

IMPRIME: Gráficas CUBICHI EDITA: I.E.S. León Felipe Avda. Federico Silva, 46 49600 BENAVENTE (Zamora)

LA INMIGRACIÓN

Crecemos y, a la par, nos formamos como personas dentro de un determinado “ambiente cultural” que nos inculca unas ideas, unos valo-res y unas creencias que rigen nuestra forma de ser y de actuar: un estilo de vida y una conducta que se consideran adecuados en la colectividad de la que formamos parte. Tan arraigadas están en nosotros estas ideas que hemos absorbido que constituyen de por sí nuestra segunda naturaleza, Las hemos convertido en propias y difícil-mente alterables. Esto es un hecho. De ahí que cuando a nuestras vidas llegan, por diferentes medios, conductas “extra-ñas” de personas que pertenecen a culturas con otras ideas y sus particu-lares visiones del mundo sentimos, ante todo y en primer lugar, asombro, perplejidad. Y aunque a continuación reflexionemos con mayor profundidad sobre ellas y encontremos una expli-cación razonable, con bastante seguri-dad seguiremos tachándolas de raras, extravagantes, ajenas. Tal circunstancia no plantearía conflicto alguno si cada cual desarro-llase su actividad dentro de una co-munidad cuyos individuos al completo compartieran la misma cultura. Pero la experiencia nos lleva a afirmar que el contacto entre culturas resulta in-evitable. Y es en esa confrontación donde se pone de manifiesto la capa-cidad del ser humano de respetar y tolerar al que no piensa como él, cons-tituyendo así las bases de la conviven-cia. De modo que superar esa primera impresión, ese rechazo instantáneo, y aceptar al que es diferente es ya un gran avance. Pero si conseguimos además profundizar en las relaciones, enriquecernos mutuamente con las diferencias y compartir experiencias en conjunto, entonces habremos al-canzado el éxito de dicha convivencia. La interculturalidad, por tanto, lejos de ser negativa, proporciona grandes beneficios a todas las partes. Que los ciudadanos seamos conscien-tes de tales beneficios y que estemos siempre dispuestos a dialogar y a en-tender al otro es un paso importante para cambiar actitudes racistas e into-lerantes en busca de la paz mundial.

SIRI

¡QUÉ BELLO ES VIVIR! Título original: It's a wonderful life / Duración: 129' / Año: 1946 Director: Frank Capra Guión Frances Goodrich, Frank Capra, Música: Dimitri Tiomkim Intérpretes: James Stewart, Donn Reed, Thomas Michel,

HenryTravers, Lionel Barrimore.

¡Qué bello es vivir! es la película navideña por excelencia. Toda TV que se precie la programa una vez (si no dos) todos los años en dichas fechas sabiendo de antemano que no se equivoca.

Dirigida en 1946, su director y su intérprete principal siempre confesaron que era la película favorita de todas las que habían realizado en sus res-pectivas carreras. Aunque recibió 8 óscars, no obtuvo un gran éxito de público cuando fue estrenada tras el final de la II Guerra Mundial. La gente, tras la contienda, estaba desencantada y había perdido la inocencia. Por el contrario a partir de los años 60 y al ser pasada repetidas veces por televi-sión, la película fue “redescubierta” convirtiéndose en un clásico, logrando además no parecer anticuada. Todavía vigorosa, consigue conmover a lo largo de sus129' (pocos espectadores logran no derramar alguna "lagrimi-lla" a lo largo del largometraje). Es una fábula fantástica (con ángel y cam-panillas incluidos), que derrocha optimismo sobre la bondad humana.

El argumento es aparentemente increíble, pero no tanto teniendo en cuenta que es una fábula acerca de la bondad de la gente común. George Baily (James Stewart) decide suicidarse el día de Nochebuena, agobiado por la pérdida de una gran cantidad de dinero de su empresa, puramente familiar, que se dedica a hacer préstamos a la gente humilde para financiar sus viviendas. Para evitar su propósito suicida es enviado a la tierra un despistado "ángel" (un genial Henry Travers) que casi nunca tiene éxito en los encargos que le encomiendan. Para lograrlo, le mostrará los beneficios que su existencia y sus acciones suponen para todos los que han vivido con él o sencillamente lo han conocido y lo desastroso que hubiese sido y sería su no existencia.

Frank Capra siempre sostuvo que había rodado la película como home-naje a la gente sencilla que hace su trabajo esforzadamente, abordando los problemas cotidianos con confianza y esperanza; y de paso insinuaba que, al final de todo, la mayoría de los desastres sobrevienen por la avaricia (Lionel Barrymore es un perfecto tacaño, casi estereotipo del avaro).

Película recomendable en cualquier época del año. Es un buen momento para "remirarla", dadas las fechas, o verla por primera vez aquellos que nunca lo hayan hecho (¿a qué esperan?).

TATISTA

OPINIÓN CINE Y AGENDA

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La MaNd ragoRa Año V ~ Nº 3 ~ D i c i emb re / 2004 [#59 ]

I. E. S. León Felipe – Benavente I. E. S. León Felipe – Benavente

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La MaNdragoRa

Año V ~ Nº 3 (Diciembre, 2004) [#59] http://centros5.pntic.mec.es/ies.leon.felipe2/mandrago/index.html

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~~~~~~~~~~~~ Revista escolar de información, debate y creatividad ~~~~~~~~~~~~~

El sueño de la razón produce monstruos

del «LEÓN FELIPE»

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