LA JUSTIFICACIÓNLa seguridad de que Dios murió por todos y la seguridad de salvación.

Ejemplo de una Justificación

• Si una persona es acusada de robo, el juez le declarará culpable a no ser que demuestre su inocencia. Solo entonces será JUSTIFICADO de la acusación que se le imputa. Si demuestra que estuvo en otro lado a la hora del robo, será inocente y la acusación queda sin efecto. Puede salir en libertad PLENAMENTE JUSTIFICADO.

•Los hombres estamos acusados por Dios de pecar (El delito), y si no hay justificación de nuestra parte, si no demostramos nuestra inocencia, por lo tanto NO HAY MANERA DE JUSTIFICARNOS ANTE DIOS NOSOTROS MISMOS. Seremos declarados culpables.

¿Qué dice la Biblia al respecto?

• Romanos 3:10 Todos somos culpables

• Isaías 53:6 Todos nos descarriamos

• Salmos 14:1-3 No hay quien haga el bien

Por Tanto:

• Todos estamos separados de Dios Romanos 3:23

• Todos estamos muertos Efesios 2:1

• Todos merecemos la muerte Romanos 6:23 (Apocalipsis 20:14-15)

¡No hay manera de declararnos inocentes! Si somos acusados por Dios ¡Somos culpables!

La realidad de una justificación Divina

• No hay forma de poder pagar ante Dios. Ni aun tratando de ser los más buenos podremos siquiera imaginar llegar un ápice a la pureza que Dios requiere (Isaías 64:6)… Pero aquí es donde la grandeza de Dios entra en acción. Usemos el mismo ejemplo anterior:

• Si somos acusados de pecado (Robo, fornicación, adulterio, blasfemias, muertes, insolencias, lascivias, etc.), el Juez, en este caso Dios, nos declarará culpable a no ser que demostremos nuestra inocencia. Solo entonces seremos JUSTIFICADOS de la acusación que se nos imputa. Pero lamentablemente, como ya vimos, no podemos justificarnos nosotros mismos ante Dios. Nuestro Juez, en busca de atenuar nuestras culpas nos pide a alguien que nos justifique, alguien que ¡no haya cometido pecado!.. Y también eso es imposible. No hay nadie propicio (adecuado, favorable) en esta tierra que pueda tomar ese lugar.

• Este Juez, entiende muy bien que, al ser culpables, todos están en una condenación eterna. Y este Juez posee una cualidad muy escasa en los hombres comunes: MISERICORDIA. Sabe que la única persona que pueda satisfacer su justicia, el único inocente que él conoce es su Hijo. Este Juez, que no es de este mundo, le pide a su Hijo (motivado por su gran misericordia, por su gran amor) que pueda satisfacer dicha justicia.

• Su Hijo, de cualidad obediente, no titubea sobre la petición de su Padre y PAGA EL PRECIO POR TODA LA HUMANIDAD. Ahora el Juez dice (Parafraseando): “Todo el que crea en aquel que JUSTIFICA al impío (pecador), en mi hijo que pagó el precio, su FE le JUSTIFICARÁ… podrán ser libres de la condenación”. Y así muchos se han salvado; pero muchos se han resistido o han buscado la forma de justificarse ellos mismos, lo que les ha llevado a la condenación.

¿Qué es la Justificación?

• Es un termino Legal y se usa para declarar justo a alguien; la justificación de Dios (y ahí la maravilla) declara JUSTO al pecador que CREE EN AQUEL QUE JUSTIFICA, JESUCRISTO (Romanos 4:5).

¿Quiénes pueden ser justificados?

• Muchos dirían que los buenos, los “panes de Dios”, los que se esfuerzan, los que no hacen nada a nadie. Pero fijémonos en la Biblia:

• 1- Los impíos (Romanos 4:5)• 2- Todos los condenados muerte (Romanos 6:23)

• 3- Los pecadores (Mateo 9:13)• ¡En definitiva todos los pecadores!

Existe una condicionante en estos versículos: CREER EN JESUCRISTO MEDIANTE EL ARREPENTIMIENTO.(Si duda, vuelva a leerlo)

¿Todo el mundo tiene la opción de ser justificado, o solo algunos pocos?

•Fijémonos bien en las Escrituras y hagamos una comparación de versículos.

• Romanos 4:5 dice: • “aquel que justifica al impío” ¿Quién es el impío? ¡Todos!

• Romanos 3:10 dice:• “No hay justo ni aún uno” ¿Quién es justo? ¡Ninguno!

• Isaías 53:6 dice:• “TODOS nosotros nos descarriamos… mas Jehová cargó en Él el pecado de TODOS nosotros” ¿Por quien cargó el pecado Jesucristo? ¡Por TODA la humanidad!

Si nuestro Señor murió por todos, ENTONCES TODOS PUEDEN ACCEDER A LA SALVACIÓN DE DIOS.

Eso quiere decir que, si Cristo murió por todos ¿desde ya todos son salvos? Cuándo cualquiera muera ¿Irá definitivamente al cielo?

• ¡NO! No hay que olvidar que Dios ha puesto una condición: CREER EN JESUCRISTO. Esto se ve mucho más claro en 1 Timoteo 2:1-6 (Énfasis en el versículo 5):

• Verso 1: “…que se hagan rogativas… por todos los hombres” Significa TODA LA HUMANIDAD

• Verso 2: “Por los reyes… y eminencias” Nos demuestra que está hablando de personas naturales, no de creyentes solamente; por tanto “TODOS LOS HOMBRES” se refiere a TODA LA HUMANIDAD.

• Verso 3: “Porque esto es bueno y agradable…” ¡Orar por todos siempre será una bendición!

• Verso 4: “Que todos los hombres sean salvos” Todos es TODA LA HUMANIDAD. Dios mandó a morir a su hijo por toda la humanidad, por tanto LA SALVACIÓN PUEDE SER POR TODA LA HUMANIDAD.

• Verso 5: “…Porque hay un solo… mediador… Jesucristo…” ¿Cuál sería la razón por la que hay un MEDIADOR entre Dios y los hombres? ¡Porque solo el que cree en aquel que murió por los pecadores, Jesucristo (el mediador) puede acceder a Dios! (Juan 14:6)

• Verso 6: “se dio a si mismo en rescate por todos” ¿Por quien murió? ¡POR TODOS!

Esto demuestra claramente que Cristo ¡También murió por ti!

Si creo en Jesucristo y le hago mi Señor ¿Qué pasa si vuelvo a pecar? ¿Tendré que aceptarle nuevamente?

• Como dice Pablo: ¡En ninguna manera! Dios declara justo por medio de la fe al pecador (Efesios 2:8-9). Recordemos que no somos salvo por obras, sino por poner la fe en Jesucristo.

• Si volvemos a pecar ¡Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad! (1 Juan 1:9).

• Dios quiere que no pequemos, pero sabe que batallamos con una naturaleza pecaminosa; es por eso que nos provee un ABOGADO (1 Juan 2:1).

• Dios no nos imputa ningún pecado pasado, presente o futuro; la sangre de Cristo fue el pago, YA NO DEBEMOS PAGAR NADA.

Aquí se ve la gracia de Dios, en que, sin merecerlo, proveyó la salvación por medio de su Hijo. NADA HACE EL HOMBRE, TODO LO HACE DIOS. Solo tenemos que creer y aceptar el regalo de Dios.