la artroplastia de sustitución en la cadera de la poliartritis reumática

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R,ev. Esp. de Cir. Ost., 15, 161-190 (1980) La artroplastia de sustitución en la cadera de la poliartritis reumática F. GOMAR y F. GOMAR=SANCftO RESUMEN El tratamiento quirúrgico de la artritis reumatoidea (P. !{.) en la cadera es la al troplastia de sustitución, pero presenta ciertas particulari::lades propias de la índole de la enfermedad reumática de la afectación poliarticu 1 ar en el miembro inferior que hace que plantee problelnas no habituales en la artroplastia de cadera por otras indicaciones (artrosis, necrosis cefálica, etc.). La lesión de la articulación, la osteoporosis, la edad de los enfermos, el grado de invalidez, hace que varíen sus indicaciones. Asimismo la técnica por la osteoporosis ósea y la tendencia a la protusión acetabular plantea problemas para la fijación de los oomponentes ac.etabular y femoral. El riesgo de infección, flebotrombosis, osificaciones postraumáticas, es distinto. Los autores analizan según su experiencia estos problemas, como la técnica seguida en la cirug{a de la cadera de la artritis reumatoidea. Descriptores: Artritis reumatoidea. Cadera reumática. Artroplastia de susti- tución en la cadera reumática. SUMMARY The surgical treatment in the reurnathoid arthritis 01 the hip is the total hip replacement; howe\ver, its problems é.iffer from those of the total hip replacement in other diseases (ostenarthritis idiopatic necrosis 01 the head G,f the femur, acetabulum Age and afectation 01 someother joints 01 the lower limb, osteoporosis an1 fhe late risk 01 protusion 01 the hip prothesis have their special problems. The authors report th experience on the indicatiüns and technique, operative details as well as the new tl'ends in tbis surgery. Key words,: artlll'itis the hipo Total hip replacement. Protusio ace,tabuli in reumathoid hipo Introducción La poli artritis reumática (P. R.) es, a diferencia de la artrosis, una afección po- liarticular que afecta en el 80 por 100 a mujeres y en la que la cadera está afectada al menos en ellO por 100 de todos los casos; se puede considerar que el 5 por 100 de los pacientes con P. R. requerirán una solución qUlrurgica al problema de su cadera, a veces tras muchos anos de evolución de su P. R., otras ya antes de 103 dos ,años. Todo planteamiento quirúrgico de una cadera ha de tener en consideración la constante afectación en la otra cadera y en otras articulaciones: rodillas, pies, codos y muñecas y el propio raquis cervical.

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Page 1: La artroplastia de sustitución en la cadera de la poliartritis reumática

R,ev. Esp. de Cir. Ost., 15, 161-190 (1980)

La artroplastia de sustitución en la cadera

de la poliartritis reumática

F. GOMAR y F. GOMAR=SANCftO

RESUMEN

El tratamiento quirúrgico de la artritis reumatoidea (P. !{.) en la caderaes la al troplastia de sustitución, pero presenta ciertas particulari::lades propiasde la índole de la enfermedad reumática de la afectación poliarticu1ar en elmiembro inferior que hace que plantee problelnas no habituales en laartroplastia de cadera por otras indicaciones (artrosis, necrosis cefálica, etc.).La lesión de la articulación, la osteoporosis, la edad de los enfermos, el gradode invalidez, hace que varíen sus indicaciones. Asimismo la técnica por laosteoporosis ósea y la tendencia a la protusión acetabular plantea problemaspara la fijación de los oomponentes ac.etabular y femoral. El riesgo de infección,flebotrombosis, osificaciones postraumáticas, es distinto. Los autores analizansegún su experiencia estos problemas, as~ como la técnica seguida en la cirug{ade la cadera de la artritis reumatoidea.

Descriptores: Artritis reumatoidea. Cadera reumática. Artroplastia de susti­tución en la cadera reumática.

SUMMARY

The surgical treatment in the reurnathoid arthritis 01 the hip is the totalhip replacement; howe\ver, its problems é.iffer from those of the total hipreplacement in other diseases (ostenarthritis idiopatic necrosis 01 the headG,f the femur, acetabulum fractur~>s). Age and afectation 01 someother joints01 the lower limb, osteoporosis an1 fhe late risk 01 protusion 01 the hip prothesishave their special problems.

The authors report th ~,ir experience on the indicatiüns and technique,operative details as well as the new tl'ends in tbis surgery.

Key words,: ReumaLlnli~' artlll'itis oí the hipo Total hip replacement.Protusio ace,tabuli in reumathoid hipo

Introducción

La poliartritis reumática (P. R.) es, adiferencia de la artrosis, una afección po­liarticular que afecta en el 80 por 100 amujeres y en la que la cadera está afectadaal menos en ellO por 100 de todos loscasos; se puede considerar que el 5 por100 de los pacientes con P. R. requerirán

una solución qUlrurgica al problema desu cadera, a veces tras muchos anos deevolución de su P. R., otras ya antes de103 dos ,años.

Todo planteamiento quirúrgico de unacadera ha de tener en consideración laconstante afectación en la otra cadera y enotras articulaciones: rodillas, pies, codosy muñecas y el propio raquis cervical.

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Las particularidades de la cadera enla P. R, vienen determinadas por la edadde aparición de la enfermedad.

- En la P. R. de aparición y evoluciónen la edad adulta la cadera suele afectarseen los períodos avanzados de la enferme­dad, cuando ya hay afectación de otrasarticulaciones el paciente tiene una alta ti­tulación de factor reumático y puede coin­cidir con una afectación sistémica queagrava el riesgo operatorio (fibrosis pul­monar, arteritis necrosante, nefropatía oamiloidosis, neuropatías periféricas).

- En cambio, en la P. R. juvenil y enla enfermedad de Still la cadera se afectaprecozmente. Comienza a señalarse su afec­tación radiográficamente por un aumentode tamaño de la cabeza (epífisis femoral)que desborda el cuello femoral aúnanlesde que se alcance la fusión de la fisis; porello secundariamente el acetábulo se des­arrolla mal y pronto aparecen signos dege­nerativos añadidos, suficientes para una si­tuación funcional casi de anquilosis.

En la forma juvenil de la P. R., cuandola fisis cervical se fusiona se puede prede­cir que formará también una cadera artro­catedésica porque también habrá fusiónprecoz del cartílago en Yacetabular conla consiguiente protusiónacetabular.

Es de destacar que una necrosis cefálicadestructiva por corticoesteroides en las for­mas juveniles es siempre menor que en losadultos, pero la afectación muscular secun­daria en cambio es mayor.

Cuando al cirujano ortopédico le vie­nen estos pacientes con P. R. a intervenir::ede su cadera y se sienta la indicación deartroplastia de sustitución, han llevado yaun tratamiento prolongado con corticoes­teroides y ello siempre supone:

- Osteoporosis y por tanto riesgo de pro­tusión acetabular ulterior y por laatro­fia cortical diafisaria la necesidad siempre

de usar cemento para fij ar el componentefemoral.

- Tendencia a la formación de hemato­mas profundos, lo cual aumenta siempre elriesgo de infección.

- Una piel y tejido celular subdérmicoatróficos, que hacen frágil la cicatrizaciónde la herida operatoria, particularmente sila incisión operatoria se hace a través deáreas de piel fina y poco acolchada.

- Una atrofia suprarrenal con tendencia ala hipovolemia y al shock operatorio querequiere su vigilancia durante el acto ope­ratorio.

- Una baja concentración en inmunoglo­bulinas si ha sido tratado además con cito­tóxicos.

Indicación quirúrgica

Las indicaciones para la artroplastiaen la p. R. de la cadera son:

El dolor.

La pérdida de la movilidad.

- La deformidad.

El dolor es siempre el hecho más cons­tante y acusado de los tres; hay caderasmuy dolorosas aunque todavía tienen unaflexión de más de 100°, abducción yadduc­ción evidentes y con tan solo la R. 1. muylimitada y dolorosa. En éstas, si el dolorno cede a un tratamiento racional de an·tiinflamatorios y antirreumáticos, está indi­cada la intervención; si se trata de unaforma inicial de menos de dos años deevolución habitualmente puede ser contro­lado el dolor y ser diferida la operación.

La pérdida de la movilidad puede iracompañada de un dolor, que sea cuql seasu intensidad siempre es muy mal tolera­do; son caderas poco móviles con tan sólouna flexión de menos de 90° y apenas ab-

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FIG. 1. - Radiografia de pies afectados de P. R. en los que se practicó una operación deSavill antes de practicar la artroplastia de cadera.

FlG. 2. - Radiografía postoperatoria.

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ducción y adducción. Comtituye una in­dicación indiscutible y la más anheladapor el paciente. Cuando la pérdida de lamovilidad es completa y bilateral, anqui­losis bilateral, la situación es muy invali­dante, como son las de la enfermedad deStill cuando el paciente llega a la edadadulta.

La deformidad en flexión y abduccióny rotación externa, repercute en la fun­ción de la cadera contralateral aunque estémejor conservada; asimi,mo la rodilla delmismo lado se deforma en flexión y la dellado contrario en valgo por quedar la pier­na relativamente más larga al estar en unaadducción deformante.

Desgraciadamente con frecuencia se de­cide la indicación quirúrgica en las caderascuando el paciente es un reumático con-

Frc;. 3. - Subluxación atlanto-axoidea con es­pondilosis cervical. Total rigidez del cuello.

finado en silla de ruedas con sus caderasy rodillas contracturadas en flexión, situa­ción que obliga a resolver el problema delas cuatro articulaciones si queremos modi­ficar válidamente la situación del pa­cien:e.

Condiciones para plantear

la indicación operatoria de la cadera.

Juicio quirúrgico

- Que la afección reumática esté esta­bilizada en su evolución, lo cual no quier-edecir una velocidad de sedimentación nor­mal, pero el paciente sí que debe estar yaseis meses controlado con dosis de corti­coesteroides no superiores a 7'S mg dia­rios.

- No haber llevado citotóxicos o haber­los interrumpido al menos de tres mesesantes.

- Valorar su anemia hipocrómica y con­trolarla en la operación.

- Que el paciente esté dispuesto a cola·borar en su rehabilitación, sabiendo quela operación va a aliviarle el dolor y aproporcionarle mayor independencia.

Antes conviene tratar quirúrgicamenteaquellas articulaciones de c u y a normalfunción o al menos sintomatología depen­derá que la rehabilitación y la marcha seanposibles. Así, por -ejemplo:

- Una metatarsalgia con subluxación reu­mática metatarsofalángica y garra de dedosserá resuelta con una intervención deFowler, nosotros utilizamos la técnica mo­dificada de Savill (figs. 1 y 2).

- Codo doloroso y poco móvil, a tratarcon sinovectomía y resección de la cflbezade radio. Asimismo, dolor invalidartte enlas muñecas por afectación reumáti~a, atratar con sinovectomía y resección de la

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F. GOMAR y F. GOMAR-SANCHO. ~ ARTROPLASTIA DE SUSTITUCIÓN 165

FIG. 4. - Imagen radiográfica tipica de P. R. bilateral.

FIG. 5. - Imagen de P. R. de ambas caderas con reacciones condensantes pseudoartrósicasen una mujer activa de 36 años.

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extremidad distal del cúbito para que asípueda hacer uso de los bastones de marchadurante su período de rehabilitación post­operatoria, pues si no requiere el uso debastones especiales con apoyo de todo elantebrazo.

- Sin embargo, las rodillas deben ser tra·tadas quirúrgicamente después de practi­cada la artroplastia de las caderas, bienesté indicada una sinovectomía o una ar­troplastia, pues ambos procederes requie­ren una prolongada y amplia rehabilita­ción ulterior de la rodilla y ésta es tan sóloposible con una cadera con normal movi­lidad flexoabductora. Sin embargo, nos­otros que hemos utilizado la doble osteo­tomía de Benjamín en algunos casos, lahemos precedido a la intervención de lacadera cuando la indicación de ésta no

FIG. 6. - Aumento 10 x H. E. Visión conjuntade corte histológico de sinovial de caderaen P. R. mostrando hiperplasia e hipercelu-

laridad.

era inaplazable por el dolor. En los casosexcepcionales con la rodilla rígida en ex­tensión, debe manipularse inmediatamenteantes de la intervención, con el pacienteya anestesiado, para llevarla en flexión,pues la intervención de la artroplastia dela cadera con la rodilla en extensión llevaun gran riesgo de lesionar el nervio ciáticopor distensión.

La rigidez del cuello y de la articula­ción temporomandibular plantea proble­mas anestésicos para la intubación, la afec­tación de la articulación atianto-axoidea(C1-C2) debe descartarse, situación quepuede ir desde la artritis a la subluxación(fig. 3), con o sin rigidez del resto del cue­llo, o haber sufrido previamente una fusiónoccipitoatiantoidea.

Valoración de la exploración I adiográfica

para el cirujano

l." Diagnosticar que se trata de unapoliartritis reumática de la cadera.

Son datos significativos:

La disminución o pinzamiento del es­pacio articular, particularmente superoin­terno, con irregularidades del perfil óseo yusura en la conjunción del techo con eltrasfondo del cótilo (fig. 4).

- La presencia de condensaciones óseastan sólo se observa en los casos de largaevolución con vida activa, y su presenciano se limita tan sólo al área de carga sinoa toda la interlínea (fig. S).

- Los quistes óseos subcondrales, siempreraros, son únicos.

2." Diagnosticar las particularidadesdel caso que hacen difícil la operación:

- La atrofia de la cortical femoral pro­pia en los casos antiguos plantea siempreel «riesgo» de fractura peroperatoria dela diáfisis femoral. La anchura del canal

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FIG. 7. - Aumento 40 x H. E. Detalle ante­rior mostrando la infiltración Iinfocitaria.

diafisario decide el grosor del tallo del comoponente femoral protésico y su exigenciade cementación.- El grado de protuslOn acetabular quellega hasta la luxación central patológicaen las P. R. tratadas mucho tiempo concorticoesteroides o butazolidina, debe hacerpensar en las dificultades para luxar lacadera en el acto operatorio y la necesidadde recursos técnicos para reforzamiento yrelleno del fondoacetabular: malla concemento medial o con fragmentos óseostroceados de la cabeza extirpada o tomadosdel iliaco.- El grado de ascenso del trocánter de­bido a la destrucción de la cabeza y a laprotusión, que hace pensar en las dificul­tades de todo abordaje y la necesidad paraalgunos de osteotomizar el trocánter.

- La cadera anquilosada:- La anquilosis de la cadera de la espon-dilitis anquilopoyética.- La anquilosis de la cadera de una en­fermedad de Still en la edad del adoles­cente o del adulto.- La deformidad de la cadera infantiliza­da, luxada o anquilosada. Requiere elegirpreviamente la «prótesis infantil» o «pró­tesis enana» del modelo Charnley o Hounse.

¿ Hay otra operaciones o alternativas

a .Ia artro'plasis de sustitución?

La "Sínovectomía", no tiene ni el inte­rés biópsico como operación única. Es la­boriosa, lesiona la vascularización de la

FIG. 8. - Microscopia electrónica de "scan­nlng" 50 x. Aspecto general tormentoso de la

superficie sinovial.

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REVISTA ESPAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR

FIG. 9. - Detalle del anterior 150 x que mues­tra células en empe:lrado de guijarros típico.

cabeza. Si bien puede mejorar el dolor deforma espectacular e inmediata, el dolorvuelve siempre y acompañado de más rigi­dez articular.

Sin embargo, en toda artroplastia desustitución practicada en la cadera porpoliartritis reumática conviene siempre eo­tudiar la histopatología de la sínovial puesproporciona datos muy expresivos de con­firmación diagnóstica en cuanto a su posi­ble confusíón de la cadera como una artro­sis. La histología óptica permite observaredema y congestión en la capa profundade la sinovial en la vecindad del rebordecartilaginoso, necrosis superficial con exu­dado fibroso, infiltración de leucocitos po­linucleares con algún foco de necrosis yhasta exudación purulenta sin que obliga­damente tenga ql.:·e estar infectada, pero lomás significativo es la infiltración de lin­focitos pequeños, bien difusos o en agrega­dos nodulares (nódulos de Allison-Chorm­ley) sin formación reticular intermedia denódulos verdaderos (figs. 6 y 7). En loscasos crónicos, en el citoplasma de las cé·lulas plasmáticas, la tinción con las inmu­notécnicas de Koons identifica el asientodel factor reumatoideo; puede observarsealguna célula gigante vecina al revestimien­to sinovial, de 3 a 8 núcleos periféricos yde citoplasma basófilo como los monocitos,otras son fagocitos de cuerpos extraños(restos de cartílago o hueso).

El examen con microscopio de barrido«scanning» permite apreciar las células derevestimiento sinovial elongadas y orienta·das perpendicularmente a la superficie

FIG. 10. - Microscopia electrónica de transmi­sión 2.000 x. Sinovial de P. R. mostrando ensu superficie células de cobertura descansan-

do sobre conectivo rico en colágena.

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FIG. ll.-Detalle en infiltrado celular aumen­to 2.000 x. Muestra 1in f ocita s con núcleoidentado de morfología típica de linfocito T.

como «guijarros» alineados, aSImIsmo lapre:;:encia de fibras de fibrina (figs. 8 y 9).

En la microscopia electrónica las célu­las sinoviales muestran un ergatoplasmaaumentado por su actividad de sin tesisacentuada (fig. 10 Y 11). La imagen de lasinovial en la P. R. aun en las formas hi·perplásicas es bien di~tinta de la sinovialde la artrosis, en la que la infiltración delinfocitos y monocitos es escasa, en la quedestaca con la hipertrofia de los villis unafibrosis intensa separando los vasos capsula­res de la superficie sinovial y una esclero­sis hialina de la pared de los vasos (fig. 12).La imag.en al «scanning» da más bien elaspecto como formando una costra la su­perficie de las células sinoviales (figs. 13,14 Y 15). La microscopia electrónica con­firma la gran riqueza en fibras de colágenade la sinovial artrósica (figs. 16 y 17).

La osteotomía intertrocantérea en lapoliartri!is reumática no mejora -el dolor yademás siempr·e llCentú1 b rigidez articu­lar (fig. 18). Tan sólo en algún caso decadera móvil y poCJ dobrosa pero con de­formidad En fl·exión puede obteneEe unbuen resultado.

La "Hemiartroplastia" o prótesis cer­vicocefálica de AUSTIN MOORE.

Como en toda artropatia en que estáafectado -el acetábulo eJtán proscritas. Nien P. R. ni en la artritis anquilopoyéticaproporciona resultados prolongados, el ace­tábulo se erosiona siempre y con ello laprótesis emigra hacia arriba y adentro.

FIG. 12. - Aumento 10 x H. E. Vísíón con­junta corte hístológíco de sínovíal de artro­sis de cadera mostrando gran fibrosis, vellosi­dades desflecadas sín celularídad superficíal.

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FIG. 13. - Microscopia electrónica "scanning"50 x. Muestra depósito de fibrina superficial.

Sin embargo, en aquellas fracturas es­pontáneas subcapitales en individuos afec­tos con P. R. sin afectación previa de lacadera, proporciona buenos resultados.

Así, tratamos una mujer de 60 añosafecta de P. R. de sus manos, muñecas yrodillas, que sufrió una fractura subcapitald.erecha, a la que hace 15 años practica­mos una sustitución protésica de Moorepara tratar su fractura. Dos años despuéssufrió otra fractura en la otra cadera y lecolocamos igualmente otra prótesis deMoore. Durante 15 años la hemos seguidodespués de las fracturas, con resultados saotisfatorios (figs. 19, 20 Y 21).

La "Artroplastia de copa". Desde lostiempos de SMITH-PETERSON hasta ahoralas estadísticas en la P. R. son escasas ypoco precisas.

El propio WAGNER (1976) no se atrevea aconsejar la «doble cúpula» en la P. R.de cadera más que como una alternativa,debido al mal anclaje que ofrece la cabezafemoral para la cúpula y la erosión ulte·rior del cuello por el panas sinovial, queno permite atreveEe a garantizar un resul­tado definitivo. MICHAEL FREEMAN (1978)tampoco la considera ni tampoco otros de­fensores de modificaciones de diseño tienensólida experiencia (AUBRIOT, 1980).

Uno de nosotros (G. S.) ha realizadoun estudio comparativo de las piezas de lascabezas femorales recogidas al practicaruna artroplastia de sustitución en la P. R.y en la artrosis, previa administración detetraciclina para su marcado osteoblástico

FIG. 14.-Detalle anterior 150 x. Imagen"costrosa" que muestra la fibrilación con co­

lágena desnuda.

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F. GOMAR y F. GOMAR-SANCHO. ARTROPLASTIA DE S USTlTUCIÓN 171

FIG. 15. - Detalle del anterior 500 x. Fibrasde colágena con fibrillas destacando en la

superficie sinovial fibrilada.

el día antes de la intervención (600 mg deoxitetraciclina en tres dosis) y la adminis­tración endovenosa dos horas antes de laintervención de 10 milicurios de pirofos­fato de tecnecio. El examen comparativode las piezas seccionadas permite contras­tar la pobre capacidad osteoblástica de lacabeza femoral en la P. R. en relación conla rica actividad en las áreas de carga y

vecinas a los quistes de las cabezas de laartrosis. Asimismo, la pobre vasculariza­ción (medida por la autorradiografía dela pieza) para deducir su captación de piro­fosfato de tecnecio en la cabeza femoralde la P. R. en relación con la cabeza de unaartrosis primitiva o secundaria (figs. 22,23, 24, 25, 26 Y 27).

En cuanto al «VoSS» no proporcionamás que una mejoría transitoria del dolor,pues como toda operación no es más queuna forma de estimular la descarga deAC.TH por el stress operatorio. A-oimismo,las «denervaciones musculares» acentúanla rigidez con su cicatrización.

Sin embargo, hace veinte años practi­camos algunas artroplastias-resección enpacientes jóvenes con anquilosis bilateralde ambas caderas por espondilitis anqui­lopoyética, muchos de ellos han sido vistosen estos últimos tiempos llevando una vidaactiva marchando con sus bastones y nodecididos a una nueva intervención parapracticarles una artroplastia (figs. 28 y 29).

Desde 1968 (hace doce años) llevamospracticando artroplastias de sustitución enartrosis y poliartritis reumáticas, necrosis

FIG. 16. - Microscopia electrónica de trans­misión de sinovial artrósica. Aumento 2.000 x.Muestra tejido fibroso abundantes fibro-

blastos.

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172 REVISTA E~PAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR

FIG. 17. - Detalle anterior. Aumento 80.000x s. Muestra fibras de colágena con su típica

estriación transversa a 640 A.

postfractura cervical, necrosIs idiopáticas,etcétera.

En el período de 1968/71 seguimos latécnica de RING de prótesis metal/metalde réplica anatómica y sin cementar. 80casos han podido ser revisados a los seisaños de operados (FERNÁNDEZ y PÉREZ

LAHUERTA, 1977), recogiendo los resultadostardíos de esta técnica, la cual utilizamostambién como intervención de rescate en19 casos (GOMAR, 1972). Alguno de P. R.tratado previamente con cúpula de SMITH­

PETERSON (figs. 30 y 31).A pesar de que RING (1973) conside­

raba que los pacientes con P. R. la osteopo­rosis no suponía ninguna objeción ni pro­blema para el anclaje de la pieza acetabu­lar atornillada y de la femoral cuando seutilizaba la de tallo largo tipo Mark 3,nunca en su estadística diferenció los casostratados por artrosis de los tratados porpoliartritis reumática, tan sólo distinguetres casos de espondilitis anquilopoyética.

Durante este período en que utilizamosla técnica de RING no operamos más que6 casos de caderas por P. R. (figs. 32 y

33) pues éramos un poco reservados sobrelos resultados de esta técnica en estas ca­deras, pues si bien p'or la morfología ana­tómica conservada d~l acetábulo en su cen­trado de la P. R. la colocación de la piezaacetabular no planteaba las dificultades queplantean los cotilas protusivos o expulsivosde las artrosis subluxantes, sí en cambionos preocupaba el futuro del anclaje femo-

FIG. 18. - Varón 60 años. Resultado de unaosteotomia intertrocantérea en una caderaafecta de P. R. en ftexoabducción. A los seismeses colapso del foco y emigración intraar-

ticular del clavo.

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ral sin cementar en el canal medular delfémur de la P. R y entonces estábamospreocupados sobre las ventajas o no de ce­mentar la pieza femoral y así en una seriede enfermos Con afectación bilateral ce·mentábamos un lado y el otro no, la expe·riencia nos demo,tró que el enfermo nonotaba ninguna diferencia entre el ladocementado y el no cementado en cuantoa su buen resultado.

A partir de 1971, ante las dificultadesde la técnica de RING en muchas artrosisy de los problemas de las prótesis metal/Imetal comenzamos a utilizar la próteúsde Charnley pero por abordaje posterior.

Hasta la actualidad llevamos practica·das 382 artroplastias de Charnley perso·nalmente con nuestra técnica modificadapor su abordaje y de éstas tan sólo hemospodido recoger 22 por P. R, porcentajeproporcionalmente bajo, pero todo Centrode Cirugía Ortopédica, cuando no e,tá muyvinculado con preferencia a un Centro deReumatología, es muy difícil llegar a un10 por 100 de artroplastias de caderapor P. R. en relación con otras indicacio·

FIG. 19. - Enferma de 63 años, afectacióngeneralizada de P. R. pero con caderas in­demnes. Fractura subcapital cadera derecha.

nes de artrosis, necrosis cefálicas, Eecuelasde fracturas acetabulares, luxaciones inve·teradas, etc.

La indicación para practicar una arotroplastia de sustitución en la cadera afectade P. R es el dolor invalidante sobre todo,y la disminución de la movilidad y la de­formidad que progresan a pesar del trata·miento médico adecuado, pero los bene·ficios y riesgos que en cada caso determi·

FIG. 20. - A los dos años sufrió otra fractura 'en la cadera izquierda.

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nado se pueden obtener con la intervenciónde reemplazamiento es algo que debe co·nocer siempre el paciente, pero no olvi·darlo tampoco el cirujano.

El objetivo es conseguir dejar al pa·ciente libre del dolor de la cadera y con elmejor resultado funcional posible a pesarde la progresividad inherente a toda P. R.;indudablemente la artroplastia de sustitu·ción en las caderas afecta3 de P. R. es unmétodo con buenos resultados y si no sonmejores es porque la afectación de las otrasarticulaciones no lo permite. Ante la afecta·ción frecuente de ambas caderas y rodillasy todas con gran deformidad, el problemaque ~e plantea en primer lugar es cómosistematizar esta cuádruple tarea.

FlG. 21. - Sustitución protésica. Resultadosatisfactorio de ambas caderas 15 años

después.

¿Cuál es la articulación que debe ope­rarse primero? Y luego, ¿en qué orden?¿y qué hacer entre operación y operación?¿Seguir en la silla de ruedas, ambular conbastone3, quedarse hospitalizado?

En nuestro pro ce del', comenzamoscomo todos operando la cadera peor y lue­go la mejor, en tiempos sucesivos, con tressemanas de intervalo. La operación de am­bas caderas en un solo tiempo operatorioes algo a considerar sus ventajas en la ci·rugía de la artrosis de cadera, pero nocreemos que cabe considerarlo en los frá·giles paciente3 con P. R., aunque por lasdificultades para la intubación nos per­suada el anestesista. Después de la artro­plastia de una cadera con toda la recupe·ración de su movilidad que ello suponehace más ostensible la limitación funcio­nal y el dolor de la no todavía operada.Resuelto el problema de las caderas, abor·damos el de las rodillas. Al enfermo conambas caderas operadas le es posible sen­tar~e, levantar~e, su higiene, etc. Sin em­bargo, cuando se requiere una marcha conpreferencia, cabe considerar operar una ca·dera y la rodilla del mismo lado para con­seguir así un miembro indoloro para per­mitir una marcha más precoz, que con lasdos caderas operadas pero con las rodillasen flexión dolorosa.

Prácticamente, en la artroplastia de ca·dera en la P. R. se pide menos que en laspracticadas por artrosis o caderas postrau­máticas, donde siempre se exige la perfec­ción en lo posible en la marcha, movilidady desde luego libre de todo dolor.

¿y la edad? Lo importante en la P. R.es el grado de afectación e invalidez, yaque se encuentran modelos de prótesis, par­ticularmente derivados del de Charnley,con los que igualmente pueden practicarseen los viejos con canales femorales os­teoporósicos, en los obesos con gran peso,en las formas protusivas, en los adolescen·tes y aun en los niños.

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F. GOMAR y F. GOMAR-SANCHO. -ARTROPLASTIA DE: SUSTITUCIÓN 175

" . •"t'.

Fra. 23. - Gamagrafia de la pieza anterior. <10 me. dosis totall. La captación del isótopoes homogénea.

..-

FIG. 24. - Autorradiografía por contacto de la pieza anterior. La captación es tan pobreque no da imagen. La imagen periférica corresponde a artefactos.

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176 REVISTA ESPAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR

La protusión acetabular en la P. R.

En contraste con la cadera artrósica,la afectación de la cadera en la P. R. Uevasiempre a una cadera "protusiva» en un25 por 100 de los casos en una verdaderaprotusio acetabuli. La.3 alteracione.3 anata­mopatológicas propias de la P. R.: la os­teoporosis y la afectación inllamatoria con·céntrica, unidas a las características bio·mecánicas de la cadera bajo la carga Uevana la profundizacién y adelgazamiento pro­gresivo del fondo acetabular.

Toda «cadera protusiva» supone unasituación más medial de la cabeza, es decir,una disminución del brazo adductor perotambién del «momento de fuerza» de losabductores (según el conocido esq u·e:na dePAUWLES, 1965), se disminuye asi la "cargadinámica» a que se ve sometida la cadera(ARAr, 1975), por lo que si bien la protu·sión disminuye la amplitud de la movilidadde la cadera también alivia el dolor alam­pliar el "área de carga» cefalicoacetabular(GOMAR, 1976).

A una cadera can «protusión acetabu­lar» a la que hay que practicar una artro­plastia de sustitución, cabe en cuanto a latécnica de colocación de la pieza acetabu­lar, tras el apenas fresado del fondo delacetábulo aunque sí dándole el adecuadodiámetro, distintos procederes técnicos so·bre los cuales se ha despertado en estosúltimos años un particular interés en. suanálisis: Así.

- Cabe colocar en la profundidad del ace­tábulo la pieza acetabular, cementada ade­cuadamente. Ello obliga con frecuencia atener que utilizar la pieza acetabular deCharnley de tamaño pequeño. Queda asíuna «artroplastia con cierta protusión»,como resultado in m e d i a t o proporcionaunas posibilidades de movilidad disminui­das y con un trasfondo tan delgado y os­teoporótico el riesgo a progresar hacia laprotusión intrapélvica de la prótesis. Siésta no es debida en todos los casos de po­liartritis reumática se debe a que el mon­taje acetabular queda bastante lateralizadopara que el acetábulo cementado distribuya

FIG. 26. - Gamagrafia con TC'" (lO mC dosis total>, correspondiente a la pieza de la figuraanterior. Se observa gran captación correspondiente a la zona quística.

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22

25

FIC. :J2. - L. P. 3:1 aftos, P. R. Seccion central de la cadera femoral tratada previamentecon Ledermicina. un gramo dosis total. El corte de la cabeza muestra illlugrn d(~ f:Iuore~

cencia COIl una osteogénesis pobre y homogénea.

FIC. 25. - P. A. 55 aftoso Sección central de la cabeza femoral de una artrosis tratadapreviamente con Ledermicina. Se observan Quistes óseos subcondrales y refuerzo óseo

subcondral con rica osteogénesis.

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la carga sin que ésta recaiga en el tras­fondo (SOTELO-GARZA y CHARNLEY, 1977).Sin embargo, la protusión de la prótesisen la P. R. es un hecho que se presentacon cierta frecuencia y cada vez se le prestamayor atención, pues la reintervenciónque supone para extraer la prótesis y sus­tituirla por otra es una de las intervencio­nes más laboriosas y dificultosas que puedepresentarse al cirujano de cadera. La pro­tusión intrapélvica de la prótesis es másfrecuente cuando se utilizan prótesis metal­metal (SALVATI, EULLOUGH y WILSON,1975), por el mayor coeficiente de fricciónde la prótesis y por tanto el mayor mo­mento de fuerza de rotación (<<torque»).

- Lo lógico parece ser recurrir a un me­dio técnico que engrosando el espesor deltrasfondo, permita colocar la pieza aceta­bular en una posición de lateralizaciónque suponga la situación «ideal» que sebusca en toda artroplasia; cierta profundi­zación que garantice la estabilidad de lapiezaacetabular por una baja fricción paraque, siendo menor el momento de fuerza

de rotación, sea bien resistido por la in­terfase cemento-hueso, sin afectar la resis­tencia del débil fondo acetabular. Esta si­tuación de la pieza acetabular supone una«extensión» del «área de carga» cefaloace­tabular para resistir la mayor «carga ciné­tica» a que queda sometida la artroplastiaal aumentar la potencia de los abductorespor mejorar sus condiciones mecánicas conel aumento de su momento de fuerza. Lasventajas que ofrece en este sentido la pró­tesis de Charnley en cuanto al tamaño desu cabeza y espesor del acetábulo son paranosotros indudable, siempre que no se os­teJtomice el trocánter, ya que sobre elmismo va a recaer una mayor fuerza delos abductores con la nueva posición late­ralizada de la pieza acetabular y protésica,de ahí la frecuencia de los desplazamientostrocantéreos que se presentan en las artro­plastias practicadas en caderas protusivascomo consecuencia de haber quedado elacetábulo a su normal nivel de lateraliza­ción.

El criterio seguido para abordar el pro-

Fra. 27. - Autorradiografía por contacto de la pieza anterior. Se observa como la captacióndel tecnecio es máxima en la periferia de los quistes.

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blema de la protusio acetabuli en la P. R.ha sido:

- Considerar que la situación de la piezaarticular en una artroplastia de baja fric·ción es suficiente para, modificando lascondiciones de carga, evitar la progn~:,jón

de la protusión acetabular (SOTELO-GARzAy CHARNLEY, 1977). La experiencia de va·rios cirujanos no 'ha confirmado esta afir·mación. La protusión de la prótesis se pro·duce al cabo de algún tiempo en la P. R.con cierta frecuencia.

- Rellenar el fondo acetabular con su­ficiente cantidad de cemento para que lapieza acetabular quede convenientemente«lateralizada». Pero la «bola» de cementoreql!erido es de tal volumen que puede sureacción exotérmica de fraguado alterar lavitalidad del tejido óseo subyacente (JEFFE­RIS, LEE y LUNG, 1975). Nosotros no hemosencontrado experimentalmente que el ce·mento tenga tan lesiva acción por su reac·ción exotérmica, (GASCÓ y GOMAR SANCHO,1976). Mayor importancia creemos que tie.

FIG. 28. - R. G., 45 años. P. R. Anquilosisbilateral.

ne que el cemento junto con la pieza aee­tabular forman un «bloque conjunto» quesomete al fondo débil acetabular a unasuficiente «fuerza protusiva» bajo la cargapara que la migración protusiva intrapél­vica de la prótesis se alcance a producir.

- Colocar una «malla metálica» que, uni­da al cemento, refuerce al fondo acetabularsin aumentar la cantidad de cemento re-

FIG. 29. - R. G. 45 años, V. Operación de Girldestone bilateral. Marcha sin dolor conTrendelemburg bilateral. Cadera derecha: F: 70". Ab: 10u , Re: 400, Ri: 150. Cadera

izquierda: F: 60u, Ab: 10°, Ad: 10", Re: 35". Ri: 10u.

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querida. Pero también la malla de por síunida al cemento se comporta igualmentecomo un «todQ) que igualmente tiende ala protusión. Para que tenga buena efica­cia la malla ha de apoyarse por medio deuno de sus bordes cruciformes en el re­borde acetabular para lo cual se colocadoblado apoyado sobre el mísmo, asimismoel cemento debe alcanzar en toda su perí­feria al acetábulo y a la pieza acetabular.Además convíene no colocar la pieza ace­tabular en la profundidad del trasfondodel acetábulo reforzado por la malla, sinomás bien colocarla alta; para ello la per­foración-guía de la técnica de Charnleydebe hacerse en la vecindad del bordeinferior de la fascies lunata en su porciónsuperior. A este nivel suele haber suficienteespesor para que la perforación tenga lahabitual profundidad y luego cuando se co­loque el «retentor» impida la emigraciónintrapélvica del cemento. Este ha sido nues­tro proceder hasta ahora en todos los casosintervenidos (figs. 34, 35, 36 y 37).

Sin embargo, existe en estos últim03años la tendencia a buscar el relleno contejido óseo del trasfondo acetabular.

La utilización de injertos laminares deesponjosa tomados de la cabeza o del ace­tábulo en el fondo del mismo no garanti­zan su viabilidad, puesto que mezcladoscon el cemento no parecen comportarsebiológicamente reforzando el mismo.

Mayor garantía parece tener la utiliza­ción de un sólido injerto masivo de tejidoesponjoso tallado de la cabeza de fémurresecada para rellenar el profundo acetá­bulo confiando en que alcance a incorpo­rarse biológicamente a la superficie óseafresada del acetábulo proporcionando unanueva conformación al mismo. Esta téc­nica fue la propuesta por PARKER y HAs­TINGS (1974), MCCOLLUM Y MlíNLEY(1978), combinándolo con el uso de la«malla metálica». Sin embargo, reciente­mente se prescinde de ella en la experien­cia de los casos publicados recientementepor AUGERAN y POSTEL (1980).

FIG. 30. - N. P. 34 años. V. Artritis reumatoide. nueve años antes de nuestra primeraexploración prótesis de vitalio bilateral. Grave alteración de la marcha con mucho dolor.

Flexión de 85° en ambas caderas. resto de movilidad bloqueada.

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La técnica de HEYWOOD (1980) parecesumamentc alentadora en la experienciade! autor. La cabeza resecada se talla deforma que se adapte al hueco de la super­ficie acetabular fresada. Para ello de lacabeza femoral se re~eca -el cartílago ar­ticular, la cortical capital y todo resto depanus hasta dejar una superficie convexaesponjosa, incluso en ésta se talla una pro­minencia en su centro que venga a adap­tarse al hueco de la perforación guía dela técnica de Charnley. Utilizando una fre­sa eléctrica muy revolucionada, se labraen el ár·ea de sección de la cabeza una con·cavidad de diámetro similar al de la piezaacetabular; este injerto «masivo» capitalqueda con un espesor de 5 a 10 mm, unacara cóncava y otra convexa. Se coloca enel fondo acetabular sobre el cual asientabien por su conformación; sin embargo,se puede ayudar a su fijación utilizandodos tornillos de esponjosa divergentes. Seprosigue luego ya la intervención de formahabitual. La pieza acetabular se cementacon una orientación de 45° de inclinación

FrG. 31. - N. P. 34 años, V. Artroplastia deRing bilateral. Revisión a los seis años. Tren­delemburg derecho, marcha con un bastón enmano izquierda. Movilidad derecha: F: 110,Ab: 40°, Ad: 300, Re: 30° y Ri: 100. Izquier­da: F: 1100, Ab: 45°, Ad: 40°, Re: 400 y

Ri: 20°.

y 15° de anteversión con lo cual se apoyaasí sobre los dos tercios superiores del ace·tábulo y no concéntrica al fondo aceta­bular relleno por el injerto. Se cementa sine! uso de malla y la prótesis queda a;í enuna posición de «lateralización» satisfacto­ria. Los estudios con tecnecio y el examenradiográfico parecen demostrar que esteinjerto se incorpora biológicamente allecho acetabular antes de 105 seis meses.

Nuestra técnica de artroplastia

Quirófano de flujo laminar horizontal.Paciente en decúbito lateral exacto mante­nido con seguridad con las piezas de apoyode la mesa, una aplicada a la sínfisis delpubis y otra a la región sacra, de formaque garanticen la posición a todo lo largode la operación, pues el paciente tiende avoltearse ventralmente por su propio peso,la orientación del acetábulo se coloca enuna posición desorientadora en retrover­sión. Se reviste con tallas grandes, unaadherida aislando el periné y e! ano y otrarevistiendo por completo el miembro in­dividualizado, permitiendo así su manejo.

Un cirujano y tres ayudantes, siemprelos mismos y ocupando el mismo puestoen todas las intervenciones, vestidos condoble bata y utilizando guantes dobles.

Abordaje: La incisión de abordaje uti­lizada ha sido la posterolateral de Kocher(1911) y Osborne (1930), centrada sobreel pico del trocánter, que se extiende dis­talmente hasta el tercio superior de la caralateral del mismo y proximalmente hastala espina ilíaca posterior.

Somos fieles a este abordaje desde quecomenzamos con la técnica de RING, luegohemos visto que ha tenido también susseguidores: P~TER FREMAN en Glasgowl1970), para colocar la prótesis de McKEE­FARRARD, R. Poss (1975) en Bastan y SAL­VATTI (1976) en Nueva York para la de

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Charnley, el grupo de EXTER en Inglaterra.- Se Eecciona la piel con bisturí y el te­jido celular con electrobisturí, un centí­metro por delante de la inserción ósea delglúteo mayor; un ayudante abduce elmiembro y seguidamente se secciona entodo su espesor la fascia lata y en la direc­ción de las fibras, con lo que no se alcanzaa seccionar el vasto lateral. La incisión seprolonga por encima del trocánter diso­ciando l~ fibras musculares del glúteomayor, dos vasos hay que ligar en su terciosuperior que se identifican bien. El tercerayudante lleva ahora el miembro en la má­xima extensión posible y rotación interna,siempre con la rodilla flexionada. Se recha­za hacia atrás la bolsa trocantérea, se iden·tifica el borde posterior del glúteo medio,el cual se retrae lo que permite ver el ten­dón del piramidal y la salida del nerviociático.- Procedemos a seccionar la inserción fe­moral del glúteo mayor ligando los vasosque discurren en su espesor para obtener

una mejor y completa exposición y aisla­miento del nervio ciático.- Se pasa un clamp por debajo de losrotado res externos y se les Eecciona lon­gitudinalmente (desde el piramidal, gémi­nos, obturador interno hasta el cuadradocrural) a un centímetro de sus insercionestrocantéreaE, habiendo pasado previamentetres puntos de transfixión que serviránpara tirar afuera de los cabos distales, ex­poner la cápsula y proteger el nervio ciá­tico.

Ray una arteria, rama profunda de lacircunfleja medial, que se encuentra pordebajo del músculo cuadrado crural, quehay que identificar antes que verla 3angrarpara ligarla con un punto de tran,fixión.- Una vez los músculos rotadores exter­nos seccionados, se puede llevar el miem­bro en una rotación interna mayor, lo quepermite descubrir más la cápsula; ésta Eeexpone disecándola de los bordes de losmúsculos rotado res seccionados, Ee colocaun separador de palanca por dzba jo del

FIG. 32. - H. D. 66 años, H. Artritis reumatoide. Mucho dolor a la marcha. Cadera derecha:F: 450, Ab: 00, Ad: 150, Re: O, y Ri: ()O. Cadera izquierda: F: 30°, Ab: 0°, Ad: 0°,

Re: 00 y Ri: O°.

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cuello y otro por arriba que separan elglúteo medio con sus fibras que ~e reflejanen la cápsula. Queda expuesta la cápsulaasí de arriba a bajo desde el borde aceta·bular al cuello en tres cuartos de su super·ficie. Se secciona longitudinalmente, esca­pa el líquido sinovial a tensión, se aspiray luego, agarrando cada borde capsularcon sendas pinzas de Kocher, se practicauna resección capsular en toda la amplitudposible, con ello la luxación se facilita aunen los casos empotrados y nunca es necesa­ria la osteotomía del trocánter, basta colo·car el miembro en flexión, adducción yrotación interna para luxar la cabeza femo­ral del acetábulo.- Tras la luxación se limpia el cuello,resecando todo resto muscular de la fosatrocantérea y para que quede bien ex­puesto, sin excederse en ello pues puededesvitalizarse con riesgo de necrosis ósea.

Nivel de sección del cuello:

Debe observarse en la radiografía sihay acortamiento del miembro como con­secuencia de la protusión del acetábulo o

FIG. 33. - H. D. 66 años, H. Prótesis de Ringbilateral. Revisión a los siete años: Marchasin dolor con discreto Trendelemburg bilate­ral. Cadera derecha: F: 90°, Ab: 450, Ad:45°, Re: 00 y Ri: 25°. Cadera izquierda: F:

70°, Ab: 45°, Ad: 450, Re: 5° y Ri: 450.

de la osteolisis de la cabeza, pues en algúncaso de P. R. hay gran deterioro capital(figs. 38 y 39).

Para precisar el nivel adecuado de laosteotomía del cuello expuesto recurrimosa cualquiera de estos recursos:

a) Preoperatoria: Utilizando planti­nas transparentes de la silueta de la pró­tesis a utilizar (MULLER, 1978).

b) Durante la operación usar una pró­tesis femoral de prueba y colocarla super­puesta a la extremidad superior del fémur,colocada rasando el límite superior de am­bas superficies esféricas: cabeza femoral yprotésica. El nivel del cuello de la prótesisnos indica el nivel de sección del cuello,es decir, cuánto cuello debe quedar. Enlos individuos altos se puede resecar erró·neamente demasiado cuello.

c) En los pacientes de nuestro medio,de talla media, nos sirve de guía iniciar laosteotomía a nivel de la unión del trocán­ter mayor con el cuello y seguir perpendicu­larmente al eje del mismo hasta quedar suborde medial a un centímetro por encimadel trocánter menor.

La sección debe tener una direcciónparalela al cuello de la prótesis que permitasu exacto asentamiento en una adecuadaposición en valgo_ Todo valgo excesivo su­pone una disminución de la distancia cenotro de la cabeza-punta del trocánter mayor,y por tanto del brazo o momento de lamusculatura abductora, se corrige el acor­tamiento pero el individuo claudica luegoen su marcha por insuficiencia de los ab­ductores.

En el cuello seccionado debe queda lacortical posterior más baja que la anterior,pues se evita una indebida retroversión delcomponente femoral.

Recordar que en la extremidad supe­rior del fémur normal el centro de rotaciónde la cabeza anatómicamente está alineadocon una perpendicular al eje longitudinal

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de la diáfisis trazada desde el pico del tro­cánter.

Para que no quede ningún ef.ecto"Voss» e~ta relación se confirma en el actooperatorio introduciendo una prótesis deprueba y comprobando la situación del cen­tro de la cabeza con el pico del trocánter.

Tiempo femora~:

Se coloca el miembro en flexión, ad·ducción y rotación interna de 90°, con loque el cuello seccionado se ofrece ·exterio­rizado en el campo operatorio, con el ciru­jano mirando directamente el cuello fe­moral.

El canal medular y la fosilla trocan­térea deben fresarse adecuadamente conla raspa para que la prótesis se coloque enadecuado valgo. Esto requiere a veces conel escoplo-guía o con una pinza gubia hacer«caja) en la conjunción trocantéreo-cervi­cal o seccionarlo longitudinalmente, así siel tallo de la prótesis es grueso se evitaque estalle el calcar.

Se prueba una prótesis de prueba, cui­dando de que quede en posición neutraen los hombres, sirviendo de referencia elpico del trocánter menor, si es una mujer,

caso de la mayoria de las A. R. con 10°de anteversión. Es de recordar que loshombres y las mujeres tienen un ángulode declinación distinto y por tanto colo­cando en los hombr.es la prótesis en posi­ción neutra quedan luego con su rotaciónexterna habitual y en la mujer con su rota­ción interna propia.

Tiempo acetabular:

Después de resecado el cuello, con ungancho se tira del fémur hacia arriba y seextirpa el resto de la cápsula que corres­ponde a su porción anterior. Puede colo­carse un separador por debajo para pro­teger los vasos f.emorales, pero no e3 nece­sano.

Con la cáp,ula completamente re~ecada

el fémur puede desplazarse hacia adelantecolocándolo en m:.Jderada rotación interna.

Se coloca un separador de palanca bajola rama del pubis que separa cuidadosa­mente el fémur desplazándolo y otro bajoel ligamento acetabular, con lo qu'~ el ace­tábulo qu.eda perfectamente expue,to.

Se reseca el resto del ligamentCl redon­do y el pulvinar. Siempre sangra algúnvaso que se coagula.

FIG. 34. -J. C. 49 años. H. Artritis reumatoide. Cadera derecha: F: 40°. Resto de movi­lidad bloqueada. Cadera izquierda: F: 45°, resto de movilidad bloqueada.

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La pieza de anillo de la técnica deCharnley la colocamos invertida, introduci­m03 la lanceta de la perforación inmedia­tamente inferior al borde de la fascia lu­nata y dirigimos la perforación como si seenfilara al riñón opuesto del paciente; eldecúbito lateral del paciente en la mesaoperatoria es pues importante que seaexacto y firme.

Se coloca la fresa y se fresa lo justosin llegar por completo al tejido corticaldel acetábulo, dependiendo del grado deprotusión del mismo, pero es importanteque el orificio sea de profundidad supe­rior a la longitud del extremo guía de lafresa.

Se conforma la amplitud del acetábulocon el «expanden> de Charnley. Siemprecolocamos el acetábulo de tamaño grandepreparand::> el acetábulo de todos los adulotos para este tamaño.

Antes de cementar practicamos perfora.ciones con una broca gruesa en el espesordel íleon, isquion y pubis de un centímetrode profundidad.

A poco que haya protusión y el tras­fondo acetabular profundo y delgado colo­camos una rejilla acetabular.

FIG. 35. - J. C. 49 años, H. Artroplastia deCharnley bilateral. Revisión a los cinco años.Cadera derecha: F: 850, Ab: 2{)O, Ad: 200,Re: 15°, Ri: 15°. Cadera izquierda: F: 900,

Ab: 250, Ad: 1&>, Re: 100, Ri: 150.

FIG. 36. - M. G. 35 años, H. Cadera derecha:F: 500, Ab: 150, Ad: 200, Re: 10°, Ri: O°.Cadera izquierda: F: 45'0, Ab: 10°, Ad: 15°,

Re: 5°, Ri: O°.

Se pre~enta un acetábulo de pruebasituado de forma que quede en 30° de fle­xión y 40~ de abducción. Es de recordarque la rama de la pieza porta-acetábulodebe quedar exactamente horizontal y conligera retroversión, estando el paciente enexacto decúbito lateral, la misma direccióncon la que practicamJs la dirección quetenía la lanceta de rerforar.

Se procede a la cementación del acetá·bulo, re~ecándolo todavía blando el ce­mento rebosante y esperando hasta su totalfraguado. Utilizamos cemento Simplex oPalacos, siempre con gentamicina.

Colocación y cementado del componentefemoral:

Con una prótesis de prueba comproba­mos si la longitud del cueHo es la adecuada.Se demuestra la movilidad y el grado detensión obtenidos, debe cuidarse que quedeuna ligera holgura pues una prótesis muyapretada produce dolor postoperatorio.

Se procede a la cementación del canal

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femoral, se coloca un tubo de plástico parael escape del aire y se introduce el cementocon jeringa.

Se introduce el componente femoralcontrolando su adecuada rotación sin di­ficultad, pues este abordaje posterolateralhace este tiempo muy cómodo y sin pro­blemas ni riesgos. Se espera a que se inicieel fraguado y seguidamente se coloca elmiembro en adducción descansando sobreun cajón bajo el pie protegido por paños.

Cierre:

Tras la sutura de los rotadores comen­zando con el cuadrado crural, siempre car­noso, y siguiendo hasta el piramidal. Asi­mismo reinsertamos con tres puntos grue­sos el tendón del glúteo mayor. Se colocaun tubo de Redon en este plano muscular.

Se sutura el glúteo mayor y la fascialata.

El tejido celular y la piel con puntosde Blair separados, dejando previamenteun Redon para la aspiración del planosuprafacial.

No es necesario, pues, seccionar nuncael trocanter, familiarizado en esta vía deabordaje.

Creemos que no osteotomizar el tro­cánter tiene sus ventajas, pues:

- La pérdida sanguínea operatoria esmenor.

- Es menor el riesgo de formación dehueso heterogéneo.

No hay hematomas.

- No se producen bursítis trocantéreas.

- No se plantean los problemas por ro-tura del alambre.

y en cuanto a los beneficios de despla­zar el trocánter osteotomizado, a pesar delos argumentos de CHARNLEY, nunca hemosestado convencidos, pues no es necesariocon nuestro abordaje posterior para co-

rregir la rotación externa ni creemos quedisminuya el riesgo de luxación, evitablesi se cuida que el cuello tenga la adecuadalongitud y se usa un acetábulo d·e rebordeposterior aumentado. El trocánter dondemejor está es en su situación anatómicadonde lo puso Dios (MULLER, 1977; WIES­MAN,1978).

Preparación pre y postoperatoria:

El paciente ingresa 48 horas antes dela intervención.

En la exploración analítica valoramosla anemia hipocrómica de la que todos lospacientes con P. R. están afectos. La velo­cidad de sedimentación no parece influiren los resultados de la intervención. El pa-

FIG. 37.-M. G. 35 años, H. Prótesis deCharnley. R.evisión a los cinco años. Caderaderecha: F: 750, Ab: 25°, Ad: 25°, Re: 1()O,

Ri: 15Q• Cadera izquierda: F: 85°, Ab: 3()o ,

Ad: 20°, Re: 10°, Ri: 10°. Marcha sin clau-dicación y sin ayuda.

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ciente es sometido a un baño de limpiezageneral, que se repite al día siguiente. Seprocura que haya defecado el día antes dela intervención, si es necesario con ayudade un enema. El riesgo de infección en laartroplastia por P. R. es siempre mayorque en la practicada por artrosis, no asien nuestra experiencia, sin ninguna infec·ción inmediata ni tardía, a pesar de la ma­yor frecuencia de infecciones tardías hema­tógenas en la artroplastia por P. R.

El día antes de la intervención se ad·ministra como medicación 75 miligramosde corticoides cuatro veces al día(cada 6 horas). Se comienza la antibíotera·pia con un gramo de cloxacilina (Orbeni.cin) intramuscular y un gramo de estrep­tomicina inyectado en la nalga a no operar.Si es la segunda cadera la a operar nose inyecta intramuscular en ella y se admi­ni stra Keflin (c e f a l o t i na) endovenosa,1 gramo cada 8 horas.

El rehabilitador le enseñará los ejerci.cios respiratorios. El anestesista revisa susconstantes vitales y el estado del cuello clí·nica y radiográficamente, consultándonossobre la situación de la articulación atlan­toaxoidea.

FIG. 38. - M. A., 56 años, H. P. R. Caderaderecha con destrucción osteolitica capital.F: 95°, Ab: 25°, Ad: 200, Re; 10°, Ri: 50.

Mucho dolor.

FIG. 39. - M. A. 60 años, H. Revisión a loscuatro años. Marcha sin ayuda, no dolor y sinclaudicación. Movilidad: F: 750, Ab: 35°.

Ad: 30°, Re: 20° y Ri: 35°.

La reglOn operatoria se prepara conHibitane desde la raíz de los dedos a lacintura y se envuelve el miembro con unatalla estéril fijada con Tensoplast.

El día de la operación se inyecta ungramo de cloxacilina y estreptomicina ín­tramuscular cuando es llamado para ir alquirófano,

Durante la intervención se administraendovenosamente con la preparación So·ludacortin, 25 a 50 mg.

Durante la intervención, al final de cadatiempo, femoral, acetabular y antes delcierre, se irriga con Secantol lpolifloreti.na, bacitracina y sulfato de neomicina) elcampo operatorio. El acetábulo despuésd·e fresado, con agua oxigenada para he­mostasiar el lecho óseo antes de cernen·tarlo.

La intervención se hace con ·el pacientemonitorizado, controlando con frecuenciatensión y electrocardiograma durante lostiempos de cementado e introducción delcomponente femoral.

Se administra la cantidad de sangreque fuera necesaria, habitualmente unfrasco y otro se deja en perfusión postope.ratoria. Ultimamente estamos utilizando lahemodilución, con buenos resultados.

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Tras la operación se traslada al pacien­te a la sala de recuperación. Antes se prac­tica una radiografía anteroposterior de con·trol de la cadera para comprobar la situa­ción de la prótesis y para enseñarla a losfamiliares.

El control de la posición del miembrolo garantizamos colocando una almohadade arena a cada lado del tobillo.

A las 12 horas es trasladado a su camade hospitalización. La hospitalización sueledurar de 12 a 16 días.

El segundo día se administran corti­coesteroides cada 8 horas e igualmente eltercero, a dosis de 75 mg. El tercer día seretira un Redon, el profundo, y el cuartodía el superficial. La sangre recogida enlos frascos a lo largo de estos días es ano­tada. Si el hematocrito es bajo se admi·nistra una transfusión de un frasco.

Como me d i da s antiflebotrombósicashemos utilizado:

- La movilización precoz completa yac­tiva del miembro no operado.- Las contracciones isométricas del cua­dríceps y de los gemelos del lado operado.

Como rutina hemos utilizado en casitodos los casos como antiagregante pla­quetario el Dextrano, 500 c.c. diarios en­dovenosos durante los cuatro primerosdías. En 10 casos ensayamos el Plaquetil,un antimalárico que es antiplaquetario,puede utilizarse en tabletas por vía oral.La administración de aspirina, 1 gr cada12 horas suele ser suficiente. El rie3go deflebotrombosis es mucho menor en las ar­troplastias practicadas en caderas de pa­cientes con P. R. que en las de artrosise3enciales o secundarias (postnecrosis).

El cuarto, quinto y sexto día se reducela cantidad de corticoe3teroides.

Se levanta al paciente a los nueve días.A los diez se retiran todos los puntos. Larecuperación es rápida. A los diez díasanda con andadores, a los catorce días ya

con bastones. Durante este tiempo estábajo el cuidado del fisioterapeuta.

Vigilamos que no se sonde a nuestrosoperados, si es necesario con toda a,;epsiay administramos dos días Wistomylon(ácido nalidixico), 500 mg tres veces al día.Con frecuencia, muchos pacientes de P. R.tienen bacteriuria po,;toperatoria.

En las últimas 253 caderas operadascon artroplastia de reemplazo en estos últi·mos cuatro años no hemos tenido ningunainfección inmediata ni tardía.

Nunca hemos tenido lesiones del ciá­tico.

El pacient; es dado de alta de hospitali-

Fro. 40. - P. C. 53 años. P. R. Cadera de­recha. F: 600, Ab: 100, Ad: 100, Re: 50 y

Ri: O°.

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188 REVISTA ESPAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR

zaclOn a los quince dias como promedio,marchando con dos bastones durante unmes y no se le permite sentaEe en sillabaja.

Al mes anda con un bastón, otro mespara proteger el asiento de la prótesis, peropuede ya sentarse en silla normal.

Antes de darle de alta se le controla elhematocrito y habitualmente se le da unpreparado de hierro. Durante el primermes sigue con Septrin (Trimetoprin, Sul·fametoxazol), tres c o m p r i mi d o s diarios,

FIG. 41. - P. C. Revisión a los cuatro años:F: 10l)<>, Ab: 40°, Ad: 450, Re: 250 y Ri: 250.

que inicia el quinto día cuando se suspen·den los antibióticos parenterales. Otras ve·ces sigue con Lincocin y Lincomicina, com­primidos, 250 mg por cápsula cada 8 horasy a los diez días es sustituído por dSeptrin.

La formación de hueso heteratópico esrara en los operados por P. R. (en las es·tadísticas las mujeres menos EUceptiblesque los hombres) en relación con los ope·radas por artrosis, la explicación podríaestar en la atrofia muscular de los pacien.tes con P. R., los espasmos musculares sonmenores; sin embargo, los operados deartroplastia por espondilitis anql1ilopoyéti.ca presentan análoga frecuencia que losartrósicos.

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