hunters aÑo xv- numero 172´ - armada expediciones · madera de raíz de nogal turco, cañones...

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¿375 H&H o 416 RIGBY?UNA DIFÍCIL ELECCIÓN

EL ARMERO

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Estoy seguro de que la mayoría de los lectores de esta revis-ta, como buenos aficionados a la caza mayor, poseerán uno o varios rifles de caza en

sus armeros. Probablemente, si aun no se han metido mucho en la caza pesa-da internacional, sean los orgullosos poseedores de rifles en calibres popula-res en nuestro país. Si son aficionados al rececho de corzos y rebecos tendrán cali-bres como el 243 Winchester, 6x62 o un elegante monotiro del 6,5x57. Si lo suyo son los machos monteses y venados tal vez tengan un 270 Winchester, un 7 mm Remington Magnum, un 300 Winches-ter Magnum o un honorable 8x68. Si les

gusta la montería tal vez utilicen más el centenario 30.06, el renacido 35 Whelen o incluso un potente 338 Winchester. Incluso si siente pasión por los guarros, pero odia pistearlos heridos, tal vez haya descubierto, como yo, las bondades del venerable 9,3x62 en un rifle de cerrojo corto y manejable, o sea poseedor de un elegante express del 9,3x74R.

Pero de lo que también estoy seguro es de que esos mismos lectores, si aun no lo han hecho, estarán deseando enfrentarse con alguno de los grandes animales que pueden ser muy peligrosos, que pueblan el mundo y que son la quimera de todo cazador internacional. Puede que su sueño sea un descomunal alce de Alaska, Kamchatka o Canadá, algún osazo pardo, blanco o negro, que bien pueda ser euro-peo, asiático o americano. Acaso le atraiga el exotismo del quinto continente, Austra-lia, y sus gigantescos bantengs y búfalos de agua. O tal vez su querencia sea más tradicional y se incline por África, donde animales como búfalos, hipopótamos, leones o elefantes pueden ser su sueño a realizar, en cuanto el tiempo y la fortuna se lo permitan.

HUNTERS / 81

Llega un momento en la vida de un cazador en que empieza a plantearse sus primeras salidas internacionales en busca de trofeos grandes, pesados y peligrosos. Entonces se presenta la necesidad de hacerse con un rifle con la potencia necesaria para cobrar limpia y eficazmente esos enormes animales que tiene en su mente. Pero a la vez busca un calibre polivalente –pues tal vez sea su único rifle pesado–, que le sirva para cubrir la mayor parte de destinos y países. En las líneas siguientes analizaremos dos veteranos cartuchos, ambos buenos candidatos para este único rifle de caza grande y peligrosa. Veremos las ventajas e inconvenientes de ambos y en qué situaciones, animales y destinos puede ser más apropiado cada uno de ellos.

Vamos a revisar dos veteranos cartuchos que pueden ser una elección razonable a la hora de comprar un rifle único para caza grande y peligrosa. En este safari en el territorio norte de Australia, entre trofeos y selectivos cobré cuatro búfalos de agua. Dos los cobré con el 375 H&H y dos con el 416 Rigby, para experimentar y buscar diferencias. Si bien ambos cartuchos dieron un magnífico resultado, hay algunos matices y diferencia entre ellos.

POR ROQUE ARMADA (ARMADA EXPEDICIONES)

LA NECESIDAD DE UN RIFLE PESADO

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Indudablemente para esos animales, que son muy grandes y algunos muy peli-grosos, el amable lector será consciente de que con sus preciosos y conocidos 30.06, 7 mm Remington o 300 Winche-ster, no estará adecuadamente armado. Más aun, debe ser consciente del lío en que se puede meter y lo caro que le va a salir, si a la hora del disparo no cuenta con un rifle de potencia suficiente para abatir rápido y bien cualquiera de esos atracti-vos, pero respondones trofeos de caza. Por ello es obvio que el lector de esta revista que esté interesado en cazar uno de esos interesantes animales, estará convencido de que para afrontar su próximo safari o cacería intencional, si el menú los incluye,

Las balas del 416 Rigby de 400 grains tiene una gran densidad seccional, una buena velocidad de 2.370 pies por segundo, una magnífica energía en boca y un gran Factor Momento. Todo esto le dio una gran penetración, que es la clave en grandes animales especialmente en los elefantes, búfalos y otros paquidermos. Además hacía todo esto con una presión en recámara moderada, lo cual aumentó su popularidad pues reducía el riesgo de sobrepresiones y agarrotamientos de cerrojo. Por ello un 416 Rigby con un anteojo de medianos aumentos puede ser el arma ideal para grandes animales, especialmente en terreno cerrado. Si además se construye en un rifle de primera calidad como el de la foto, con acción y uña extractora Mauser 98 de tremenda fiabilidad y dureza, será una de las armas ideales entre los cazadores profesionales que se juegan la vida, en caso de cualquier fallo de alimentación del cartucho.

Vamos a intentar ver las ventajas e inconvenientes entre el 375 H&H y el 416 Rigby. En cualquiera de los dos cartuchos que usted elija, si busca un rifle de máxima calidad, su elección podría ser por una de estas dos increíbles armas de la foto. Arriba una preciosidad del 375 H&H y abajo otro increíble rifle del magnífico 416 Rigby. Ambas están hechas a mano por La Armería de Madrid por encargo del cliente, con máxima calidad de materiales y acabados. Madera de raíz de nogal turco, cañones Lotar-Walter, gatillos al pelo francés, seguro de tres posiciones, alzas de librillo e incluso bonitos grabados. Pero lo más importante es que ambos tienen acciones Mauser 98 hechas por Johannsen, con su larga uña extractora de diseño Mauser, que asegura la alimentación controlada del cartucho. Este sistema que analizaremos en un próximo artículo, es el preferido por cualquier cazador profesional que entienda de armas, por su seguridad y fiabilidad de alimentación a toda prueba.

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debe comprar un nuevo rifle de calibre y potencia suficiente para su ansiada aven-tura cinegética.

De lo que ya no estoy tan seguro es de que ese lector tenga muy claro por cuál de los grandes calibres que existen debe decidirse para que su elección sea la adecuada, cubra el mayor campo posible y le pueda servir para el resto de su vida. Seguramente se habrá documentado todo lo posible leyendo libros, habrá consultado con armeros e incluso, si ha tenido la sufi-ciente paciencia y amabilidad, habrá leído algunos de los artículos que yo mismo he publicado en esta revista, sobre armas para osos, alces, búfalos, etc…

Probablemente se habrá informa-do sobre los maravillosos rifles dobles llamados express, en general de enor-mes calibres de origen británico como

465 H&H, 470 NE o 500 NE. Pero se habrá dado cuenta de que aunque pueden ser insuperables para determinados tipos de caza, sobre todo de animales peligro-sos en terreno cerrado, también tienen numerosas limitaciones. Su problema es que están especializadísimos para ello y con sus miras abiertas, sus balas de punta redonda y su curva trayectoria, su alcance estará limitado apenas a 70 o 100 metros, siendo más adecuados para un cazador profesional que para un cazador depor-tivo actual. Por ellos se habrá convenci-do de que, aunque maravillosos, no se pueden considerar como el arma poliva-lente y práctica que busca para sus futu-ras experiencias de caza mayor. Si además se ha enterado de su precio, que puede ser dos o tres veces mayor que el safari o cacería internacional que tiene en mente,

se habrá convencido de que no son el arma que un cazador principiante en caza internacional debe adquirir, para sus primeras experiencia con caza grande y peligrosa.

Casi lo mismo se puede decir de los maravillosos rifles de cerrojo de miras abiertas de parecidos calibres, tipo 458 Lott o Winchester, 460 Weatherby, 500 Jeffery o 505 Gibss, que además, por su descomunal retroceso, no suelen ser los ideales para montarles un anteojo. Pues según avance su investigación, habrá visto que un anteojo de pocos o media-nos aumentos, es el instrumento que le dará a su rifle la enorme polivalencia que le puede hacer útil su compra y su inver-sión. Un rifle de cerrojo, en un calibre de contrastada eficacia, de precio razonable y con un buen anteojo, será suficiente para

El 416 Rigby tiene la insuperable ventaja de una mayor área frontal, mayor diámetro y mayor peso de bala que el 375 H&H. En base a ello podemos darnos cuenta que si lo que buscamos es un rifle destinado a caza de elefantes y especialmente si vamos a cazar en terreno cerrado, el 416 Rigby es indudablemente mejor que el 375 H&H. El calibre pequeño aunque pueda ser legal en este tipo de terreno, sería marginal y siempre debemos pedir a nuestro cazador profesional que nos cubra inmediatamente, si nuestro tiro no es perfecto.

todas sus experiencias de caza internacio-nal, sea en África, Alaska, Canadá, Austra-lia o donde quiera que pueda encaminar sus pasos en sus futuras andanzas, tras la apasionante caza grande y peligrosa de este mundo.

Por ello, tras estas conversaciones con armeros, organizadores de cacerías, lecturas e incluso mis propios artículos, se dará cuenta de que lo más inteligen-te, barato y racional será comprar un rifle de cerrojo de calibre 375 H&H o 416 Rigby y equiparlo con un pequeño ante-ojo duro, resistente y de no demasiados aumentos. Estos dos cartuchos tienen su eficacia probada en un siglo de existen-cia, están consolidados en el mercado, y hay un buen suministro y popularidad de la munición de ambos. Además la facilidad de encontrar rifles para ellos en cualquier armería, nuevos o de segunda mano, y a precios razonables, los hacen los vencedores absolutos en sus catego-rías. Indudablemente hay otras marcas que también fabrican munición en esos calibres, pero aun son de reciente implan-tación y tienen que demostrar su eficacia, mientras que estos dos veteranos llevan un siglo demostrándola.

Este rifle pesado para uno de estos dos cartuchos, si lo conoce, lo domina y es capaz de colocar sus tiros con precisión, con un anteojo de pocos aumentos, será

una de las armas más polivalentes que puede tener en sus manos. Si el lector hace su parte, le resolverá dignamente casi el 99% de las situaciones de caza de grandes animales con las que se pueda enfrentar en toda su vida. Sin embargo, lo que tal vez no tendrá tan claro es si debe ser un 375 H&H o un 416 Rigby y cuál de los dos le dará un mejor servicio y cubrirá más posibles destinos, países y situaciones, en su futura vida de cazador internacional.

Por ello en estas líneas vamos a intentar responder a esa pregunta que tantas veces me hacen mis clientes, cuando contratan sus primeras cacerías de caza grande, pesada o peligrosa. Vamos a reflexionar sobre cuál de estos dos viejos, veteranos y magníficos calibres puede ser más adecua-do comprar, como único rifle pesado para caza internacional, según el tipo de caza que más le atraiga y quiera practicar en el futuro. Además, cuando compre uno prácticamente no va a necesitar el otro en un futuro, pues ambos, aunque distin-tos, están cercanos en potencia y alcance y por ello se solapan bastante bien en sus prestaciones. Además –insisto–, como hablo de un lector medio y de economía también media, no estará en disposición económica de, habiendo invertido en uno, comprar el otro, al menos durante una buena temporada.

El asombroso resurgimiento del 416 Rigby

El 416 Rigby es un viejísimo cartucho, incluso más anciano que el 375 H&H, pues fue introducido en el mercado en al año 1911 por la casa Rigby. Sin embargo Rigby lo mantuvo durante muchísimos años como cartucho de su propiedad, es decir, que solo se podía cargar en mara-villosos y carísimos rifles hechos por la prestigiosa casa británica. Esto frenó mucho su popularidad al principio, pues no pudo ser adaptado por ningún depar-tamento de caza africano, como se hizo con el popular 404 Jeffery o el 425 West-ley Richards. Tampoco eran las armas que podían permitirse colonos, granjeros o cazadores de carne para su trabajo diario en las colonias. A pesar de esta escasez en sus primeros tiempos, alcanzó una gran popularidad, en parte porque está divinamente diseñado y en parte porque demostró que funcionaba.

Su bala original de 410 grains tiene una gran densidad seccional, una buena velocidad de 2.370 pies por segundo, una magnífica energía en boca y un gran momento, lo cual le dio una gran penetración, que es la clave en grandes animales, especialmente en los elefan-tes. Además hacía todo esto con una presión en recámara moderada, lo cual aumentó su popularidad entre cazadores profesionales que se jugaban la vida en los cálidos climas tropicales, en caso de cualquier fallo de alimentación. Induda-blemente contribuyó a su fama el hecho de ser el cartucho elegido por famosísi-mos cazadores africanos como Samaki Salmon, George Rushby, David Blunt

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Los búfalos son muy duros y aguantan muy bien los tiros y no son fáciles de impresionar con ningún calibre, por pesado que sea. Tal vez si usted utiliza un auténtico cañón como un 505 Gibbs o un 577 NE, o toca su columna o cerebro caiga, pero si no, un búfalo no suele caer redondo al primer tiro, ni con un 375 H&H ni con un 416 Rigby. Pero si usted coloca una bala adecuada, en el sitio exacto con cualquiera de los dos, el animal correrá 50, 100 o 200 metros y caerá muerto como una gota de agua. Donde no cabe duda de la superioridad del 416 Rigby es cuando cazamos en un terreno cerrado, como el tupido bush del norte de Zimbabwe donde cobré este búfalo.

y Harry Selby. Además se hizo popular e incluso se cubrió de un cierto glamour en el gigantesco mercado americano, por ser el calibre utilizado por el cazador de ficción Peter Mackenzie en la famosísima novela Algo de valor del popular escritor americano Robert Ruark.

El 416 Rigby es el calibre de trabajo favorito para cerrojo, del maestro Tony Sánchez Ariño, principalmente por su eficacia probada, y basta leer cualquiera de sus obras para ver las maravillas que dice de él como cartucho todo terreno para la caza africana. Contar con el aval de Tony con su inigualable experiencia en caza peligrosa, dice todo de las bondades de elegir ese veterano cartucho.

Sin embargo, como casi toda la muni-ción metálica de origen británico, sufrió

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El renacimiento del 416 Rigby se debe en parte a Bill Ruger al presentar su popular rifle M77 Mark II Magnum con acción similar a la Mauser-98, para este calibre. Pero fue la producción en serie de su munición

por la casa Federal la que impulsó finalmente este resucitar del viejo calibre inglés. En los años 90 nuevas marcas populares fabricaron rifles para el 416 Rigby, como el CZ-Brno 550 Safari Magnum, Demoulin o

Heim. También muchos pequeños talleres artesanos los empezaron a hacer por encargo, como la joya que vemos en la foto hecho por La Armería de Madrid. Posteriormente Norma sacó su nueva línea de munición

PH con pesos de 450 grains y cargando magníficas balas de la casa australiana Woodleigh que vemos en la foto. Estas buenísimas balas que copian el diseño de la antigua casa británica Kynoch, con ese peso extra

aumenta el Factor Momento y el valor K.O. del 416 Rigby, mejorando su ya tremenda capacidad de parada.

Si buscamos un arma polivalente para caza variada en todo el mundo, no cabe duda de que el 375 H&H con balas más ligeras, velocidades más altas y mejor coeficiente balístico tira con una trayectoria más plana que el 416 Rigby y por ello parece más adecuado. Esta diferencia aunque no muy grande, existe y nos hace ver el cartucho de la casa Holland como más versátil, como arma y calibre para caza de animales pesados, siempre que se esperen tiros largos y especialmente en terreno más abierto. Este bonito alce cobrado por Jaime Serrano en Alaska con su Blaser 375 H&H es una buena muestra de ello.

un periodo de tinieblas cuando, mediados los años 60 del pasado siglo, la casa britá-nica Kynoch suspendió la producción de toda su munición metálica. Esto hizo que durante dos décadas los enamorados de este calibre tuvieran todo tipo de proble-mas para encontrar munición. Algunos guardaron lotes como oro en paño, otros recargaban con componentes que busca-ban con lupa incluso en los mercados de segunda mano, y se recargaron algunas escasas y limitadas partidas por Norma o Bell bajo encargo. Parecía que los viejos rifles de calibres británicos, entre ellos el 416 Rigby, estaban condenados a desapa-recer y ser vendidos por precios ridículos a coleccionistas.

Pero a finales de los años 80 algo increí-ble sucedió. Entre 1988 y 1989 Remington presentó su 416 Remington y Weatherby también introdujo su 416 y una especie de pasión se despertó por este diámetro de bala. Posteriormente se añadieron varios diseños americanos menos populares como los 416 Taylor, Hoffman y Dakota. Pero fue el fabricante americano Bill Ruger el que resucitó y popularizó el 416 Rigby, al presentar su rifle M77 Mark II Magnum con acción similar a la Mauser 98, para este calibre. Pero fue la producción en serie de su munición por la casa Federal la que impulsó finalmente este resucitar del viejo calibre inglés. En los años 90 nuevas marcas populares fabricaron rifles para el 416 Rigby, como el CZ-Brno 550 Safari Magnum, Demoulin o Heim y muchísimos pequeños talleres artesanos los empezaron a hacer por encargo. A la vez nuevos fabricantes de munición cargaron sus balas, como Norma en su serie PH. El 416 Rigby había vuelto a todos los escenarios de caza en que se pudiese necesitar un calibre pesado, contundente y de eficacia probada.

El 416 Rigby es un magnífico calibre cuando perseguimos caza peligrosa como búfalos y especialmente elefantes y más aun si el terreno es cerrado. Lo que no tenemos tan claro es si es igual de adecua-do si lo utilizamos como arma única en un safari principalmente de plains game o nos enfrentarnos con él a una cacería

de algún gran oso pardo, o polar o a un descomunal alce en Norteamérica. Es decir, claramente es magnífico para caza pesada peligrosa africana, especialmente elefante, pero es más difícil considerarlo un rifle polivalente para caza grande y variada en el mundo entero.

El 375 H&H, otro anciano con mucha salud

Este otro veterano se presentó en 1912, o sea, que casi es otro centenario abue-lete, solo un año más joven que el 416 Rigby, pero goza incluso de mejor salud. Le costó tener éxito fuera de las colonias británicas, principalmente por la compe-tencia que le hacia el 9,3x62, mucho más barato, asequible y popular entre gran-jeros y agricultores de las entonces colo-nias alemanas y francesas. Pronto cruzó el charco y en el popular Winchester modelo 70 con sus acciones tipo Mauser 98 de los modelos conocidos como pre-64, lo hizo mundialmente famoso entre los cazado-res americanos. Su máxima popularidad la alcanzó a partir de los años 60 cuando el fabricante británico Kynoch dejó de cargar munición metálica para gruesos calibres. Entonces el 375 H&H ya se cargaba por varias marcas populares de munición, con lo cual aparte del controvertido 458 Winchester, poco más quedó disponible para cualquier cazador que buscase un calibre suficiente para caza pesada.

Pero sobre el 375 H&H, su historia y sus virtudes he escrito una artículo en el número 164 de esta misma revista, por lo que no vamos a repetir mucho de lo que allí dijimos. Por ello nos vamos a centrar en el tema que hoy tenemos entre manos, que es la elección entre uno u otro, a la

hora de buscar un primer y tal vez único rifle pesado pero a la vez polivalente, para todo tipo de caza internacional.

Algunas frías comparaciones basadas en cifras

El 375 H&H es un maravilloso calibre que está considerado como el mínimo para caza peligrosa. Además, en muchos países africanos está considerado como el mínimo incluso por ley para caza peligro-sa, y con razón. Pero está en el lado bueno de la ley.

Si acudimos a las tablas de tiro, y con todas las restricciones que estas deben tomarse, veremos que ambos calibres no están tan lejanos, al menos en frías cifras matemáticas.

El 375 H&H con balas de 300 grains, nos da: una energía de 4.330 libras/pies en boca, con un momento de 109 y un valor K. O. de 41.

El 416 Rigby con balas de 400 grains, nos da: una energía de 4.900 libras/pies en boca, con un momento de 130 y un valor K. O. de 56.

Pero hemos de ver que el 375 H&H con las magníficas balas Woodleigh de 350 grains que carga Norma PH mejora su momento a 115 y su valor de K. O. sube a 43.

Vemos que con estas magníficas balas australianas de 350 grains, las diferencias se acortan, es decir, si nos fijamos en el poder de parada, que es lo que princi-palmente muestran el Valor Momento y especialmente el Valor K. O., hay menos diferencia, pero indudablemente la hay. Además el 416 Rigby tiene la insupera-ble ventaja de una mayor área frontal, mayor diámetro y mayor peso de bala, aunque no por demasiado. Tomando las

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Si pensamos en un safari en busca de león, veremos que en los gatos es mucho más importante la

colocación del tiro en malas condiciones de luz, como suele haber en un blind, que la potencia

utilizada en el mismo. En general los 375 H&H suelen tener anteojos más luminosos que los 416 y

el cazador medio suele colocar mejor los tiros con el hermano pequeño. Indudablemente el 375 H&H tiene suficiente potencia con un tiro bien colocado, para el león más grande del mundo, que no pasará

mucho de 200 kilos. Por ello tradicionalmente en la época dorada del safari en Kenia, el 375 H&H se

consideraba el calibre ideal para un león.

cifras anteriores con las precauciones que se deben tomar, podemos darnos cuen-ta de que si lo que buscamos es un rifle destinado a caza de elefantes y búfalos, y especialmente si vamos a cazar en terreno cerrado, el 416 Rigby es indudablemente mejor que el 375 H&H.

Pero no olvidemos que estas líneas están dirigidas al cazador medio que esté pensando en comprar su primer y tal vez único rifle para caza pesada el resto de su vida. Ese cazador debe ser hones-to pensando cuánta caza de elefante va a realizar en su vida. En los tiempos que corren y con los precios actuales de los safaris de elefante, debe ser muy afortuna-do –en términos de fortuna– si pretende cobrar más de uno o dos elefantes. Puede que tire algunos búfalos más, aunque tampoco creo que pueda pasar mucho de la docena. Por ello debe preguntarse si sacará en esa docena de animales afri-canos peligrosos que cace en su vida, la pequeña aunque clara ventaja que en ese

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Si lo que buscamos es polivalencia para cazar por el mundo, es innegable que el 375 H&H gana en esta partida al 416 Rigby. Como muestra vemos este descomunal íbex alpino cobrado por un buen

amigo de Armada Expediciones con su rifle del 375 H&H que les muestro en la foto. El cazador después de 14 safaris en África, eligió este rifle por la tremenda confianza que le da. Buscamos

unas balas que agrupasen y volasen muy bien y nos decidimos por las Nosler Accubond de 260

grains. Hicimos juntos una cuidadosa puesta en tiro de +9 centímetros a 100 metros, lo que nos

ofrece un máximo Point Blank Range (PBR) de 250 metros para una ventana de 20 centímetros

(vean el número 168 de HUNTERS). Es decir, hasta esa distancia no tendremos necesidad de corrección hacia arriba o abajo al apuntar y la

bala nunca impactará más de 10 centímetros por arriba o por debajo de donde pusimos la cruz del anteojo. Indudablemente fue suficiente para este

íbex que se cobró apenas a 90 metros.

Si nuestro objetivo es un búfalo y no digamos un elefante, especialmente en terreno cerrado, el 416 Rigby supera al 375 H&H. Pero también es indudable que el 375 H&H cobró miles de búfalos y muchísimos elefantes antes de 1980. Eso que las balas de que se disponía para este calibre hasta esa fecha, no tenían nada que ver con las magníficas balas de expansión controlada de que disponemos en la actualidad. Para el 375 H&H hoy tenemos los magníficos diseños modernos que vemos en la foto, como una Barnes-X (abajo), una Trophie Bonded Bearclaw (en medio) y una Woodleigh (arriba), todas extraídas de búfalos. Por ello hoy el 375 H&H es mucho más eficaz de lo que era antes del desarrollo de estas increíbles balas.

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campo ofrece el 416 Rigby sobre el 375 H&H.

Además debe ser honesto con la canti-dad de retroceso que puede aguantar, y aquí las frías cifras nos dan un importan-te incremento de 41 a 63 libras/pies del cartucho pequeño al grande. Por ello la sensación real de retroceso es bastan-te mayor en el 416 Rigby, como notará cualquiera que haya tirado con ambos. Y a mayor retroceso es más difícil la correc-ta colocación de los disparos. Cualquiera que haya leído alguno de los artículos que vengo publicando en HUNTERS, habrá comprobado que, por lo menos para mí, dentro de los límites del sentido común, es mucho más importante la buena colo-cación de un tiro, que unas centésimas de milímetro más de calibre.

Esto ya lo he dicho muchas veces pero lo repito de nuevo. Será mucho mejor una buena bala de 300 grains de un 375 H&H, colocada en el corazón y pulmones de un búfalo, que una de 400 grains de un 416 Rigby, que coloquemos en el estómago de ese mismo búfalo. Por tanto ese factor del retroceso, y sobre todo cómo afecta a nuestra precisión, será un factor determi-nante muy, pero que muy importante a considerar. Por desgracia muchas veces es ignorado y relegado a la hora de elegir y comprar nuestro calibre pesado, olvidan-do lo importante que puede ser, si ese retroceso nos hace perder precisión.

¿Y como arma polivalente para el mun-do entero?

Si volvemos a las odiosas cifra matemá-ticas, veremos que el 375 H&H puesto a 0 a 180 metros con unas balas con buen coeficiente balístico, tiene una caída de 25 centímetros a 270 metros. El 416 Rigby se defiende aunque peor en este campo. Puesto en 0 a 180 metros tiene una caída a 270 metros de 35 centímetros. Por tanto no cabe duda de que el 375 H&H con balas más ligeras, velocidades más altas y mejor coeficientes balísticos tira con una trayectoria más plana que el 416 Rigby. Esta diferencia aunque no muy grande existe y nos hace ver el cartucho de la casa Holland como más versátil, como arma y calibre para caza de animales menos pesados, en tiros largos y especialmente en terreno más abierto. Además su retro-

ceso es más suave que el del Rigby y un cazador medio se podrá acostumbrar a él con un poco de práctica, lo cual también contribuirá a una mejor colocación de los tiros a distancias medias o largas. Esto al igual que las anteriores ventajas del 416 Rigby en caza grande y pesada, es indu-dablemente cierto.

Si usted está pensando en una cacería de alces y osos pardos en Canadá, Alas-ka, Kamchatka, un oso polar en el Ártico, un safari de solo plains game en el que se incluyan animales pesados como eland o cebra y tal vez un leopardo, probable-mente estará mejor servido con un 375 H&H. Además un 375 H&H puede encon-trarse en un rifle más ligero y cómodo de transportar en los duros recechos del Gran Norte y hay bastante surtido de rifles con cañones de acero inoxidable

Podríamos poner en duda que el 375 HH sea adecuado como calibre para caza peligrosa. Pero

sería injusto y casi ridículo. Desde 1912 y en muchos años de intenso uso se demostró que el 375 H&H es perfectamente capaz de penetrar

cualquier tiro al cerebro de un elefante y también desde costado al corazón y pulmones. El problema

puede ser más bien que con la poca caza de elefante que se hace hoy, un cazador medio tenga los conocimientos y la sangre fría necesaria para colocar una bala correctamente en el cerebro de un elefante. Jesús Montaner nos demuestra con esta foto de uno de sus muchos elefantes, como

con su 375 H&H fue perfectamente capaz de alcanzar el cerebro de este elefante y dejarlo seco

sobre sus propias patas.

HUNTERS / 89

y culatas sintéticas, ideales para estos húmedos climas. Si a esto le sumamos la increíble cantidad de munición disponi-ble, su popularidad, la facilidad de encon-trarla en cualquier armería del mundo y su precio, nos hace pensar en que el pequeño de estos dos caballeros ingle-ses, puede ser una mejor elección.

Si pensamos en un safari en busca de león o leopardo veremos que en los gatos es mucho más importante la colo-cación del tiro en malas condiciones de luz, que la potencia utilizada en el mismo. E indudablemente el 375 H&H tiene sufi-ciente potencia para el león más grande del mundo. Incluso si tenemos que tirar un leopardo podemos buscar, entre su enorme disponibilidad de balas, una ligera, con poca densidad seccional del 375 H&H, que abra rápido y bien en los escasos 80 kilos de un leopardo. Además suelen montarse con anteojos mayores y sobre todo más luminosos los 375 H&H que los 416, y en los claroscuros de un blind la luminosidad del anteojo es un factor muy, pero que muy importante a evaluar. Además una bala del 416 Rigby, aunque sea expansiva, estará pensada para animales mucho más pesados que el leopardo y le costará más abrir en este frágil gato. Si por no abrir la bala solo hiere un leopardo sin dejarlo seco, puede producir peligrosísimos rastreos de noche.

Si a esto sumamos una batida de descomunales guarros en Rumania, tal vez combinada con osos pardos, un enor-

Si usted se enfrenta a un safari con bastantes antílopes y tal vez solo leopardo o un búfalo,

creo que estará mejor servido con un 375 H&H. Su mayor alcance, menor retroceso y

en general anteojos más potentes le otorgan mayor facilidad de colocar los tiros. Por ello

en un principio parece más adecuado para estos safaris mayoritariamente de plains

game. Mi cuñado Pascual Churruca, marqués de Espinardo, realizó este safari de antílopes de Sudáfrica con su 375 H&H. Dado que lleva toda la vida monteando con él, tiene una gran

familiaridad y conocimiento de su arma, que sin duda le fue de gran utilidad.

Si tenemos que tirar un leopardo creo que estará mejor servido por en 375 H&H pues podemos buscar entre su enorme disponibilidad de balas una ligera, con poca densidad seccional y blanda, que abra rápido y bien en los escasos 80 kilos del gato. Con el 416 Rigby, aunque use una bala expansiva, le costará muchísimo encontrar una bala realmente blanda. Sus balas están pensadas para animales mucho más pesados que el leopardo, tienen mucho control de expansión y les costará mucho abrirse en este frágil gato. Si por no abrirse la bala, solo hiere al leopardo sin dejarlo seco, puede producir peligrosísimos rastreos de noche.

me wapiti o alce que cacemos en Canadá o Alaska, cualquier oso pardo del mundo, incluso una montería española en la que no queramos pistear guarros heridos, veremos que el 375 H&H gana sin duda en la batalla de la polivalencia.

Por todo esto estamos viendo que si buscamos un rifle más polivalente para todo tipo de caza media y pesada en el mundo, al balanza se puede inclinar hacia el anciano 375 H&H. Hemos visto que el 416 Rigby también tiene una trayectoria aceptable hasta 250 metros, pero es indu-dable que para una cacería combinada en Alaska, Rusia o Canadá, o un safari solo de plains game tal vez con un leopardo, la lógica nos indica que estaremos mejor servidos con el 375 H&H.

¿Es el 375 H&H suficiente calibre? La tremenda popularidad que ha alcan-

zado el 416 Rigby en los últimos tiempos podría poner en duda que el 375 H&H sea adecuado como calibre para caza peligrosa. Pero esto sería injusto y casi ridículo. Desde 1912 el 375 H&H se ha considerado adecuado para búfalo y él solito ha despachado muchos más búfa-los que todos los calibres Nitro Express de la historia juntos. Y eso que hasta 1980 las balas de que se disponía para este calibre no tenían nada que ver con las magní-ficas balas de expansión controlada de que disponemos en al actualidad. Un 375 H&H con magníficos diseños modernos como Barnes-X, Trophie Bonded Bearclaw o Swift A-Frame, durísimas balas mono-

líticas, o las Woodleigh de descomunal blindaje que hoy tenemos disponibles, es mucho más eficaz de lo que era antes del desarrollo de estas increíbles balas.

El comportamiento normal con un búfa-lo es hacer una entrada hasta tener una posición más o menos cruzada del animal. Apuntaremos a su hombro un poco bajo y pondremos –¡ojo!, esto es vital– exacta-mente ahí, una bala de enorme control de expansión, pues en mi opinión hará mas daño que una sólida. Lo normal es que el búfalo salga corriendo, como si usted hubiera fallado y por ello debemos colo-car inmediatamente y siempre –esto no lo olvide nunca– todas las balas de rema-te que podamos, que ahora sí deben ser blindadas.

El problema es que los búfalos son muy duros y no son fáciles de impresio-nar con ningún calibre, por pesado que sea. Tal vez si usted utiliza un auténtico cañón como un 505 Gibss o un 577 NE, o toca su columna o cerebro caiga, pero si no, un búfalo no suele caer redondo al primer tiro, ni con un 375 H&H ni con un 416 Rigby. Pero si usted coloca una bala adecuada en el sitio exacto, el animal correrá 50, 100 o 200 metros y caerá. Puede que oigamos su mugido de muerte o puede que no, pero si la bala es buena y por ello ha penetrado y destruido corazón y pulmones, usted tendrá su búfalo muer-

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Aquí les muestro casi toda la munición de uno y otro calibre que se puede encontrar en armerías españolas, sin volverse loco a buscar. En este apartado el primo pequeño está mucho mejor servido. Para ambos hay un buen surtido de balas blindadas y de expansión muy controlada, que vemos ordenadas de más duras a más blandas y de izquierda a derecha. Sin embargo en el 416 Rigby echamos en falta balas blandas de verdad. Lo más blando que he encontrado en España es la Trophie Bonded Bearclaw o la Swift A-Frame, que son magníficas para búfalos y animales de gran peso. Sin embargo son balas durísimas para un leopardo e incluso un tiro al costado de un león y podrian fallar en la expansión y no abrirse en animales ligeros. Esta expansión es vital para un tiro en el costado a un gato en cebo, pues solo hay que atravesar su fina piel y tal vez una costilla y la bala ya debe estar expandiendo. En el 375 H&H vemos a la derecha una RWS KS de de 300 grains, una Remington Soft Point de 270 grains y una Sologne Speer de 236 grains, las tres blandísimas. Estas tres balas serían magníficas para un leopardo, un safari solo de antílopes e incluso una montería o un aguardo en España, por lo cual en el apartado de la variedad de munición el 375 HH sale ganador. Mi buen amigo Roberto de Gabriel de La Armería de Madrid ha recargado en ocasiones manualmente cartuchos del 416 Rigby con puntas muy blandas de 300 grains traídas de América. Es casi la única solución para sus clientes que además de algún búfalo o elefante, iban a intentar tirar un leopardo en el mismo safari y solo llevaban su rifle del 416 a su safari.

to. Y esto pasará igual con cualquiera de los dos calibres, tal vez ande unos cuantos metros menos con un 416 Rigby, pero si usted hace su parte, ambos son perfecta-mente capaces de matar cualquier búfalo en la tierra.

Donde no cabe duda de la superioridad del 416 Rigby es cuando nos enfrentamos a un elefante y más aun si el terreno es cerra-do, como en cualquier selva ecuatorial. Además la caza de elefante ha cambiado en los últimos tiempos y hoy se hace en terre-

no más cerrado que hace 50 años, simple-mente porque estos inteligentes animales han aprendido que es donde tiene más posibilidades de sobrevivir. Pero también es verdad que hoy cualquier cazador medio irá cubierto por un cazador profesional que llevar un stopper de un calibre como 458, 460, 470 ó 500 y que usará sin dudarlo, si es necesario. No solo es su trabajo y su obli-gación, sino que además es precisamente para velar por su seguridad por lo que usted está pagándole esas carísimas tarifas diarias

que tienen hoy los safaris de elefante. Por ello es muy raro que un cazador deportivo tenga que resolver por sus propios medios una carga de un elefante o búfalo herido en terreno cerrado.

Desde 1912 y en muchos años de intenso uso se demostró que el 375 H&H es perfectamente capaz de penetrar cualquier tiro al cerebro de un elefante y también desde costado al corazón y pulmones. Incluso aunque nunca fue un favorito, también fue utilizado por caza-dores de marfil como Pete Pearson y George Rushby en los primeros tiempos y Harry Manners o Wally Jhonson en los últimos y con él cobraron cientos de elefantes y pararon muchísimas cargas sin mayores dificultades. El problema puede ser más bien que con la poca caza de elefante que se hace hoy, un caza-

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A lo largo de estas líneas estamos viendo que si buscamos un rifle más polivalente para todo tipo de caza media y pesada en el mundo, la balanza se puede inclinar más hacia el 375 H&H. Hemos visto que el 416 Rigby también tiene una trayectoria aceptable hasta 200 metros, pero para una cacería combinada en Alaska, Rusia o Canadá, que incluya alces o cualquier oso como el de la foto y pueda exigir tiros más largos, el 375 H&H parece una mejor elección.

Si usted busca un rifle para África, pero que le sirva también para Canadá, Alaska o Kamchatka, indudablemente en un 375 H&H puede encontrarse en un rifle más ligero y cómodo de transportar en esos duros recechos del Gran Norte. Además para este cartucho hay bastante más surtido de rifles con cañones de acero inoxidable y culatas sintéticas, ideales para estos húmedos climas. Las culatas sintéticas evitan absorber humedad que puede producir deformaciones y presiones extrañas entre caja y cañón debidas a la humedad, que puedan variar nuestra puesta en tiro.

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dor medio tenga los conocimientos y la sangre fría necesaria para colocar una bala correctamente en el cerebro de un elefante. Pero volvemos al papel del cazador profesional, que si ve que no se ha alcanzado el sitio correcto, puede y debe cubrir inmediatamente al cliente. Y sería una absoluta temeridad por parte del cliente intentar prohibírselo, pues si lo hace puede poner en peligro muchas vidas, que generalmente no son la suya. Además si el elefante se va herido, dando sangre y no aparece, se lo van a cobrar –pero en dólares– y no le van a dejar tirar otro, con lo cual además de temerario, sería una gran prueba de estupidez.

Por ello vemos que el 375 H&H puede ser una elección al menos correcta para un safari de elefante, pero siempre bien cubierto por un profesional. Es una elec-ción mínima, pero del lado correcto del mínimo, y es suficiente, aunque no es la mejor elección. Aquí sí brillaría en todos

los aspectos el 416 Rigby y sobre todo en terreno cerrado. Si el 375 H&H es adecuado, el 416 Rigby será mucho más adecuado. Pero recordemos que estamos hablando de elegir un solo rifle para caza pesada en todo el mundo y no olvidemos lo escasos y carísimos que son los safaris de elefante hoy en día.

Entonces… ¿cuál es la mejor elección? Hemos visto que el 375 H&H manejado

con habilidad y bien cubierto por un buen profesional puede ser suficiente para los escasos safaris que incluyan elefante o búfalo, que pueda hacer un cazador medio actual en su vida. Pero no le quepa duda de que un 416 Rigby será mucho más efectivo en ese campo.

Hemos visto que un 416 Rigby tiene una trayectoria aceptable hasta 200 metros, pero que el 375 H&H lo supera en ese campo. Este último tendrá un retro-ceso más suave y manejable que permita

colocar con mayor precisión los disparos, lo cual es vital para matar y cobrar limpia-mente un animal. Puede construirse en 375 H&H un rifle más compacto y ligero y fácil de transportar en un duro rececho a pie en cualquier montaña del mundo, y hay mayor variedad de marcas con culatas sintéticas para cazar en el Gran Norte. Su munición es mucho más fácil de conse-guir, hay mucha más variedad de pesos, durezas y cargas y además es mucho más barata.

Parece ser que a pesar de todo lo escri-to hasta ahora seguimos ante una difícil elección. Tal vez la solución se la puede dar el tipo de caza que usted le atraiga más y tenga más intención de realizar en su vida. Si usted va a concentrar su tiem-po y su fortuna en África, le apasiona la emoción de cazar búfalos y se siente irre-mediablemente atraído por los colmillos de un elefante, sin duda sería una elección más adecuada el 416 Rigby.

Puede que usted busque un arma más versátil y polivalente y le atraiga la caza en Norteamérica o Rusia, sueña con cazar grandes osos, sean blancos, negros o pardos, tal vez un bisonte, un gigantesco alce o un descomunal wapiti. Si de África le atraen los gatos, sean leopardo o león y solo piensa –por eso de probar– cobrar un búfalo o un elefante en su vida, pienso que puede estar mejor servido por un 375 H&H.

Tal vez, como siempre digo, el secreto no esté en la elección del calibre, sino en el correcto dominio, la frecuente prácti-ca y la habilidad en el manejo de su rifle. Cualquiera de los dos que elija, debe usarlo con frecuencia, tirar al blanco con él, conocer su trayectoria, saber elegir las balas que use, dominar su encare, su gatillo y su retroceso. Todos estos facto-res combinados, le harán colocar los tiros en el sitio correcto con confianza, preci-sión y regularidad. Entonces, querido lector, sea su elección la que sea, aunque intercambie sus papeles principales en alguna ocasión, no se sentirá decepcio-nado por ninguno de estos dos vetera-nos. No olvide que su tremendo éxito,

Parece que después de tantas líneas escritas la elección entre el 375 H&H y el 416 Rigby sigue siendo difícil. Si usted va a concentrar su tiempo y su fortuna en África, le apasiona la emoción de cazar búfalos y va a cazar en sitio cerrados de bush, pienso que sería una elección más adecuada el 416 Rigby.

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su fama y su enorme popularidad se deben a que si el tirador –o sea, usted–, sabe hacer su parte, ninguno de los dos le defraudará, como no han defraudado a los miles de cazadores que los llevan utilizando, sobre millones de piezas grandes, fieras y peligrosas, en su largo siglo de existencia.

Un fuerte abrazo y buena caza. H

Domingo Contreras nos enseña los magníficos resultado de un safari de 10 días en el valle del Zambeze en Zimbabwe. Probablemente con un 375 H&H hubiera estado mejor armado para los antílopes y el leopardo por su mayor alcance, mayor precisión, anteojos en general más luminosos y mayor variedad de balas, especialmente de balas blandas para que expandan en el ligero y frágil leopardo. Sin embargo con un 416 Rigby en cambio hubiera estado mejor armado para el hipopótamo y el búfalo, especialmente en el espeso jess del Valle del Zambeze. Tal vez como siempre digo, el secreto no esté en la elección del calibre, sino en el correcto dominio, la frecuente práctica y la habilidad en el manejo de su rifle. Estos factores le harán colocar los tiros en el sitio correcto con confianza y regularidad. Entonces querido lector, sea su elección la que sea, aunque intercambie sus papeles principales en alguna ocasión, no se sentirá decepcionado por ninguno de estos dos veteranos.

Si usted se siente irremediablemente atraído por los colmillos de un elefante, y piensa dedicar su futura vida de safarista a conseguir varios de ellos, sería una elección más adecuada un rifle del 416 Rigby. Existen bastantes españoles, muchos poco conocidos que sufren esta “fiebre elefantísitica” y han concentrado sus vidas y sus fortunas en ellos. En ese caso, mayor calibre, mayor superficie frontal y peso de bala y mayor energía hacen al 416 Rigby más adecuado que el 375 H&H para perseguir a estos bellos trofeos de caza.

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